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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
¿LA ALTA AUTOESTIMA CAUSA MEJOR
¿RENDIMIENTO, ÉXITO INTERPERSONAL, FELICIDAD O
ESTILOS DE VIDA MÁS SALUDABLES?
Roy F. Baumeister,1 Jennifer D. Campbell,2 Joachim I. Krueger,3 y Kathleen D. Vohs4
1 2
Universidad Estatal de Florida; Universidad de Columbia Británica, Vancouver, Columbia Británica, Canadá; Universidad de Brown;
y 4
Universidad de Utah
Resumen—La autoestima se ha convertido en una palabra familiar.
Maestros, padres, terapeutas y otros han centrado sus esfuerzos
en aumentar la autoestima, bajo el supuesto de que una alta autoestima causará
muchos resultados y beneficios positivos, una
supuesto que se evalúa críticamente en esta revisión.
La evaluación de los efectos de la autoestima se complica por
varios factores. Porque muchas personas con alta autoestima
Cuando exageramos sus éxitos y buenos rasgos, enfatizamos las medidas
objetivas de los resultados. La alta autoestima también es una categoría
heterogénea, que abarca a personas que aceptan francamente
sus buenas cualidades junto con las narcisistas, defensivas y
individuos engreídos.
Las modestas correlaciones entre autoestima y escuela
El desempeño no indica que una alta autoestima conduzca a
Buen rendimiento. Por el contrario, la alta autoestima es en parte el resultado de
un buen desempeño escolar. No se ha demostrado que los esfuerzos por aumentar
la autoestima de los alumnos mejoren el rendimiento académico.
rendimiento y en ocasiones puede resultar contraproducente. Trabajo
El desempeño en adultos a veces está relacionado con la autoestima, aunque las
correlaciones varían ampliamente y no se ha establecido la dirección de la
causalidad. El éxito ocupacional puede
aumentar la autoestima y no al revés. Alternativamente, la autoestima puede ser
útil sólo en algunos contextos laborales. Laboratorio
Los estudios generalmente no han logrado encontrar que la autoestima cause
buen desempeño de la tarea, con la importante excepción de que
La alta autoestima facilita la perseverancia después del fracaso.
Las personas con una autoestima alta afirman ser más agradables y atractivas,
tener mejores relaciones y causar mejores impresiones en los demás que las
personas con una autoestima baja, pero
Las medidas objetivas contradicen la mayoría de estas creencias. Los narcisistas
son encantadores al principio, pero con el tiempo tienden a alienar a los demás.
No se ha demostrado que la autoestima prediga la calidad o
duración de las relaciones.
La alta autoestima hace que las personas estén más dispuestas a hablar en
grupos y criticar el enfoque del grupo. Liderazgo
no surge directamente de la autoestima, pero ésta puede
tener efectos indirectos. En relación con las personas con baja autoestima,
La mayoría de la gente siente que la autoestima es importante. Es difícil,
si no imposible, que la gente permanezca indiferente a la información.
Dirija la correspondencia a Roy F. Baumeister, Departamento de Psicología, Universidad
Estatal de Florida, Tallahassee, FL 32306­1270.
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3
aquellos con alta autoestima muestran un favoritismo más fuerte dentro del grupo,
lo que puede aumentar el prejuicio y la discriminación.
Ni la autoestima alta ni la baja son causa directa de violencia. El narcisismo
conduce a una mayor agresión en represalia
por el orgullo herido. La baja autoestima puede contribuir al comportamiento
externalizante y a la delincuencia, aunque algunos estudios han demostrado
encontró que no hay efectos o que el efecto de la autoestima
desaparece cuando se controlan otras variables. El más alto y
Las tasas más bajas de trampa e intimidación se encuentran en diferentes
subcategorías de alta autoestima.
La autoestima tiene una fuerte relación con la felicidad. Aunque el
Aunque las investigaciones no han establecido claramente la causalidad, estamos
convencidos de que una alta autoestima conduce a una mayor felicidad.
La baja autoestima tiene más probabilidades que la alta de provocar depresión
bajo algunas circunstancias. Algunos estudios apoyan la hipótesis del amortiguador,
que es que la alta autoestima mitiga los efectos de la
estrés, pero otros estudios llegan a la conclusión opuesta, indicando que los efectos
negativos de la baja autoestima son principalmente
sentido en los buenos tiempos. Otros encuentran que una alta autoestima conduce a
resultados más felices independientemente del estrés u otras circunstancias.
Una alta autoestima no impide que los niños fumen,
beber, consumir drogas o tener relaciones sexuales tempranas. Si algo,
La alta autoestima fomenta la experimentación, lo que puede aumentar.
actividad sexual temprana o consumo de alcohol, pero en general los efectos sobre
la autoestima son insignificantes. Una excepción importante es que el alto
La autoestima reduce las posibilidades de bulimia en las mujeres.
En general, los beneficios de una alta autoestima se dividen en dos categorías:
mayor iniciativa y sentimientos placenteros. No tenemos
Se encontró evidencia de que aumentar la autoestima (mediante intervenciones
terapéuticas o programas escolares) produce beneficios. Nuestros hallazgos
No apoyamos los continuos esfuerzos generalizados para aumentar la autoestima
con la esperanza de que por sí solos fomenten mejores resultados. En vista de la
heterogeneidad de la alta autoestima, los elogios indiscriminados podrían fácilmente
promover el narcisismo, con
sus consecuencias menos deseables. En su lugar, recomendamos utilizar
elogios para aumentar la autoestima como recompensa por algo socialmente deseable
comportamiento y superación personal.
ción que afecta a su propia autoestima, como que les digan que
son incompetentes, atractivos, poco confiables o adorables. Los aumentos y
disminuciones de la autoestima generalmente traen fuertes
reacciones emocionales. Además, estas fluctuaciones suelen coincidir con
importantes éxitos y fracasos en la vida. Subjetivo
Copyright © 2003 Sociedad Americana de Psicología 1
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
La experiencia crea la impresión de que la autoestima aumenta cuando
uno gana un concurso, obtiene un premio, resuelve un problema o gana
aceptación a un grupo social, y que éste recae con sus correspondientes
fracasos. Esta correlación generalizada bien puede fortalecer la impresión de
que el nivel de autoestima de uno no es sólo el resultado,
sino, de hecho, la causa de los principales éxitos y fracasos de la vida.
¿Pero es la autoestima una causa de importantes consecuencias en la vida?
¿vida? En esta monografía, informamos los resultados de una encuesta de
principales hallazgos de la investigación relacionados con esta cuestión. Nuestra misión
El objetivo era realizar una revisión exhaustiva de los hallazgos empíricos
(haciendo hincapié en los estudios de investigación metodológicamente más
rigurosos) para determinar si la alta autoestima es de hecho una causa de
resultados positivos o negativos. Anticipamos que encontraríamos
que la autoestima tiene un valor positivo para generar algunos beneficios
hipotéticos, pero no otros. Semejante patrón permitiría presumiblemente una
comprensión precisa y matizada de
para qué sirve la alta autoestima. Esto sería beneficioso
tanto para la teoría (en el sentido de que promovería una mejor comprensión
de la autoestima, así como los resultados que predice) y para aplicaciones
prácticas, e incluso para determinar si los esfuerzos en
vale la pena emprender para mejorar la autoestima
problemas sociales concretos.
La autoestima se define literalmente por cuánto valoran las personas.
lugar sobre sí mismos. Es el componente evaluativo del autoconocimiento. La
alta autoestima se refiere a una evaluación global muy favorable de uno mismo.
La baja autoestima, por definición, se refiere
a una definición desfavorable del yo. (Si esto significa
una evaluación absolutamente desfavorable o relativamente desfavorable
(Es una distinción problemática, que discutiremos más adelante en relación con
la distribución de las puntuaciones de autoestima).
no conlleva ningún requisito definitorio de precisión. Así, la alta autoestima puede
referirse a una apreciación precisa, justificada y equilibrada del propio valor
como persona y
los éxitos y competencias de uno, pero también puede referirse a un sentido
inflado, arrogante, grandioso e injustificado de superioridad engreída sobre los
demás. Del mismo modo, la baja autoestima puede
ser una comprensión precisa y bien fundada de la propia
deficiencias como persona o una visión distorsionada, incluso patológica.
sensación de inseguridad e inferioridad.
Por tanto, la autoestima es percepción más que realidad. Se refiere a
la creencia de una persona sobre si es inteligente y atractiva, por ejemplo, y no
necesariamente dice nada
sobre si la persona es realmente inteligente y atractiva.
Entonces, para demostrar que la autoestima es importante en sí misma, es necesario investigar
Tendríamos que demostrar que las creencias de las personas sobre sí mismas
tienen consecuencias importantes independientemente de cuáles sean las
realidades subyacentes. Dicho de manera más simple, tendría que haber
beneficios que se derivan de creer que uno es inteligente, independientemente
de si realmente lo es. Decir que esto no es
descartar la autoestima como algo trivial. Las creencias de las personas moldean sus
acciones de muchas maneras importantes, y estas acciones a su vez moldean sus acciones. y cambiar sus prácticas institucionales sobre la base de lo que
su realidad social y la realidad social de las personas que la rodean
a ellos. El clásico estudio Pigmalión en el aula, de
2
Rosenthal y Jacobson (1968) demostraron que las actitudes falsas y
Las creencias infundadas sobre sus estudiantes luego se volvieron objetivas,
realidades comprobables en el desempeño de dichos estudiantes. En el
De la misma manera, es bastante plausible que una autoestima alta o baja,
incluso si inicialmente es falsa, pueda generar una autoestima autocumplida.
profecía y provocar cambios en la realidad objetiva del mundo.
yo y su mundo.
Por otra parte, es posible que la autoestima no produzca tales cambios.
Muchos investigadores, médicos, profesores, padres y expertos
He tomado como artículo de fe que una alta autoestima
lograr resultados positivos. Semejante suposición tal vez fuera razonable hace
varias décadas, dada la falta de
datos de cualquier manera y las impresiones anecdóticas y teóricas.
Hay bases para suponer que la autoestima tiene fuertes efectos. Es
particularmente comprensible que los profesionales acepten esta suposición sin
pruebas, porque generalmente no pueden permitirse el lujo de
para advertir a sus clientes que sufren que aguanten durante algunas décadas
hasta que se realice la investigación necesaria. Deben utilizar la mejor evidencia
disponible en ese momento para diseñar sus intervenciones.
Sin embargo, a estas alturas la excusa de los datos inadecuados está
empezando a debilitarse. La fascinación por la autoestima que comenzó
propagarse durante la década de 1970 también a los investigadores infectados, y en la década de 1970
En las últimas dos décadas se han llevado a cabo una serie de investigaciones
a gran escala, metodológicamente rigurosas, sobre los posibles efectos de la
autoestima. No creemos que estén todas las respuestas finales, pero muchas de
ellas están tomando forma. No hay
Ya no hay justificación para confiar simplemente en anécdotas, impresiones y
suposiciones no comprobadas sobre el valor de la autoestima.
¿POR QUÉ ESTUDIAR AUTOESTIMA?
En los embriagadores días de la década de 1970, podría haber parecido
posible afirmar que la autoestima tiene un efecto causal en todos los aspectos.
de vida humana, y en la década de 1980, la legislatura de California
bien podría haber sido persuadido de que financiar un grupo de trabajo para
aumentar la autoestima de los californianos produciría en última instancia un
enorme retorno financiero porque reducir la dependencia de la asistencia social,
embarazos no deseados, fracaso escolar, delincuencia, drogadicción y
otros problemas ahorrarían grandes cantidades de dinero a los contribuyentes.
Sin embargo, como Karl Marx, Sigmund Freud y otros grandes
pensadores podrían afirmar si estuvieran vivos hoy, incluso los más
Las teorías elaboradas y persuasivas sobre el comportamiento humano no
generalmente reciben apoyo empírico en todos los aspectos. Así, nosotros
Tenga en cuenta desde el principio que no esperábamos todo lo extravagante
que se apoyen las reivindicaciones del movimiento de la autoestima.
Incluso si el movimiento de la autoestima se equivocó en aspectos cruciales,
sus aspectos positivos y sus contribuciones merecen ser reconocidos y
celebrados. El movimiento de la autoestima mostró
que el público estadounidense estaba dispuesto a escuchar a los psicólogos
la psicología tenía que enseñar. No sería lo mejor para la psicología.
interés en castigar al público estadounidense por aceptar la ad­
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Vicio de los psicólogos. Si se cometieran errores, tal vez los psicólogos deberían
reducir un poco su propia autoestima y
Resuelvan humildemente que la próxima vez esperarán a contar con una base
empírica más completa y sólida antes de hacer recomendaciones políticas al público
estadounidense. Independientemente del resultado
del movimiento de la autoestima, demostró que hay una voz para
La psicología en las políticas y el discurso públicos. Si la psicología usa
Si esa voz se expresa con sensatez, aún puede ser capaz de hacer una contribución
importante al bienestar de la sociedad.
El atractivo de la autoestima
Como criaturas conscientes de sí mismas y autorreflexivas, muchas personas
reconocen intuitivamente la importancia de la autoestima. No sorprende que gran
parte de la teorización psicológica se haya centrado en
la motivación para proteger y, si es posible, mejorar la autoestima.
Las investigaciones muestran que incluso los mecanismos de defensa psicodinámicos,
que Freud originalmente entendió como formas de mantener
amenazantes impulsos sexuales y agresivos, sirven como
estrategias para reforzar la autoestima (para una revisión, ver Baumeister,
Dale y Sommer, 1998).
Pero el deseo de sentirse bien consigo mismo no es ciertamente el
el único motivo relacionado con uno mismo en juego. Tener que afrontar la realidad,
Las personas también están motivadas a percibirse a sí mismas con precisión.
y admitir conciencia de sus características indeseables (Swann,
Stein­Seroussi y Giesler, 1992; Tropo, 1986). Sin embargo,
las personas prefieren aprender cosas positivas sobre sí mismas
que cosas negativas (Sedikides, 1993). Aunque pueden
quieren saber si son buenos o no, prefieren
para aprender que son buenos.
En las últimas décadas, la necesidad de una alta autoestima ha aumentado.
ha pasado de ser una preocupación individual a una preocupación social. norteamericana
La sociedad en particular ha llegado a abrazar la idea de que la alta
La autoestima no sólo es deseable en sí misma, sino también
fuente psicológica central de la cual todo tipo de resultados positivos
surgen comportamientos y resultados. Esta fuerte psicológica
Esta afirmación ha comenzado a impregnar las creencias populares. Su corolario, el
idea de que la baja autoestima se encuentra en la raíz del individuo y, por lo tanto,
problemas y disfunciones sociales, tiene implicaciones obvias
para intervenciones tanto a nivel individual como social.
La esperanza de que tales intervenciones puedan funcionar ha sostenido una
ambicioso movimiento social. Nathaniel Branden, una figura destacada del
movimiento de la autoestima, afirmó categóricamente que
“La autoestima tiene profundas consecuencias en todos los aspectos de la vida.
nuestra existencia” (Branden, 1994, p. 5), y, más concretamente, que
él “no puede pensar en un solo problema psicológico, desde la ansiedad y la
depresión, hasta el miedo a la intimidad o al éxito, hasta el miedo al cónyuge”.
agresión o abuso de menores, eso no se puede atribuir al problema de la baja
autoestima” (Branden, 1984, p. 12). Otros defensores del movimiento han respaldado
este sentimiento. Andrés
Se cita a La Meca, por ejemplo, diciendo que “prácticamente todos los problemas
sociales pueden atribuirse a la falta de amor propio de las personas”.
(Davis, 1988, pág. 10).
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RF Baumeister et al.
Los psicólogos académicos y profesionales han sido más
reacios a respaldar afirmaciones categóricas fuertes. clínico eminente
El psicólogo Albert Ellis, por ejemplo, está convencido de que “la autoestima es la
mayor enfermedad conocida por un hombre o una mujer porque es condicional”
(citado en Epstein, 2001, p. 72). Según Ellis, la gente estaría mejor si dejaran de
intentar
convencerse de que son dignos. Otros creen que
Las preocupaciones sobre la autoestima son una característica peculiar de las
culturas individualistas occidentales. Según esta perspectiva, la búsqueda
porque la alta autoestima no es un motivo humano universal, sino un artefacto
cultural o ideológico. De hecho, tal motivo es difícil de
detectar en culturas colectivistas, y especialmente en Japón (Heine,
Lehman, Markus y Kitayama, 1999). Incluso en la cultura occidental,
la necesidad de una alta autoestima parece ser un desarrollo bastante reciente
(Baumeister, 1987). La tradición judeocristiana ha
Durante mucho tiempo se consideró que la modestia y la humildad eran virtudes que conducían al
crecimiento espiritual. En esta tradición, la alta autoestima es sospechosa.
porque abre la puerta a sentimientos de importancia personal.
Los teólogos medievales consideraban que el orgullo o la vanagloria eran
particularmente satánicos y, por tanto, un pecado mortal. Para combatirlo, los religiosos
Los devotos cultivaban una apariencia poco atractiva (por ejemplo, cabello rapado,
sin maquillaje, ropa pasada de moda, sin joyas), habló con
modestia y sometida a ejercicios degradantes (p. ej.,
mendicidad, postraciones, autoflagelaciones).
Estas prácticas no son más que un débil recuerdo en la cultura popular
contemporánea, en la que la alta autoestima parece reinar supremamente.
Impulsado por el asambleísta John Vasconcellos, el entonces gobernador de
California, George Deukmeijian, acordó en 1986 financiar una
Grupo de Trabajo sobre Autoestima y Responsabilidad Personal y Social con un
presupuesto de 245.000 dólares anuales durante varios años.
Vasconcellos sostuvo que elevar la autoestima ayudaría a resolver
muchos de los problemas del estado, incluyendo el crimen, el embarazo adolescente,
abuso de drogas, bajo rendimiento escolar y contaminación. De acuerdo
En este punto, expresó la esperanza de que aumentar la autoestima
ayudar a equilibrar el presupuesto del estado porque las personas con alta
autoestima ganan más dinero que las personas con baja autoestima y
por lo tanto pagan más impuestos (Winegar, 1990). Es fácil descartar
y satirizar tales afirmaciones (Dawes, 1994). Sin embargo, Vasconcellos
y el grupo de trabajo también especuló astutamente sobre la posibilidad
que la autoestima podría proteger a las personas de sentirse abrumadas
por los desafíos de la vida y así reducir los fracasos y los malos comportamientos,
tanto como una vacuna protege contra las enfermedades.
Simultáneamente con sus actividades en el campo, que incluyeron
crear comités de autoestima en muchos condados de California,
El grupo de trabajo reunió a un equipo de académicos para estudiar la literatura
relevante. Los resultados se presentaron en un volumen editado.
(La Meca, Smelser y Vasconcellos, 1989). Haciéndose eco de Branden
(1984), Smelser (1989) inició el informe afirmando que
“Muchos, si no la mayoría, de los principales problemas que aquejan a la sociedad.
tienen sus raíces en la baja autoestima de muchas de las personas que
componen la sociedad” (p. 1). Pero los hallazgos no validaron la
grandes esperanzas en el grupo de trabajo, y Smelser tuvo que reconocer
que “uno de los aspectos decepcionantes de cada [cursiva agregada]
3
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
capítulo de este volumen. . . es cuán bajas son las asociaciones entre
La autoestima y sus [presuntas] consecuencias están en investigación para
fecha” (pág. 15). Dado que las correlaciones eran tan bajas, la pregunta de si la
baja autoestima en realidad causó el cambio social
Ni siquiera surgieron problemas.
La falta de datos que lo respalden creó un dilema. ¿Debería abandonarse y
sustituirse una noción tan atractiva como la autoestima?
con conceptos más prometedores, o debería cuestionarse la validez de la
evidencia? Los editores y los autores optaron por una
combinación de estas dos estrategias. Algunos recurrieron a una defensa de la
autoestima basándose en argumentos a priori. Sin inmutarse, Smelser (1989)
sostuvo que
La disminución de la autoestima es una poderosa variable independiente.
(condición, causa, factor) en la génesis de los principales problemas sociales. Nosotros
Todos sabemos que esto es cierto, y realmente no es necesario crear un especial
Grupo de trabajo de California sobre el tema para convencernos. El verdadero problema
debemos abordar, y que los contribuyentes de este volumen
vestido—es como podemos determinar que es científicamente cierto. (pág. 8)
Otros, sin embargo, reconocieron las limitaciones de los hallazgos.
y pidió estudios adicionales, o intentó adaptar modelos teóricos más complejos de
autoconocimiento a los datos. Nuestro informe se centra principalmente en
estudios realizados desde la revisión por parte del
Grupo de trabajo de California. En lugar de examinar los méritos de la
modelos más complejos del yo, hemos conservado la hipótesis
que la autoestima global causa conductas deseables, adaptativas y beneficiosas.
Hay cierta belleza en esta hipótesis porque es simple, clara y comprobable.
También ha habido
avances metodológicos suficientes en el diseño de estudios y el análisis estadístico
que justifican una nueva mirada a la evidencia.
Mientras tanto, el movimiento de la autoestima no se vio disuadido por
las decepcionantes conclusiones del grupo de trabajo. Después de su disolución
en 1995, el Consejo Nacional para la Autoestima heredó
su mandato, que posteriormente fue asumido por la Asamblea Nacional
Asociación para la Autoestima, o NASE. Vasconcellos (ahora
miembro del Senado de California) y Jack Canfield (Chicken
Soup for the Soul) están en el consejo asesor de NASE, y tales
personalidades de los medios como Anthony Robbins (Unlimited Power),
Bernie Siegel (Amor, medicina y milagros) y Gloria
Steinem (Una revolución desde dentro: un libro sobre la autoestima)
son miembros de una “Coalición de Maestros”, creada por NASE. El
La declaración de misión de NASE no se anda con rodeos sobre los supuestos
beneficios de la autoestima. Su objetivo es “promover la conciencia y proporcionar
visión, liderazgo y defensa de
mejorar la condición humana mediante la mejora de
autoestima” (NASE, 2000). El objetivo de la Coalición de Maestros
no es menos ambicioso. “Se espera que la Master Coalition pueda,
de manera significativa, facilitar la actualización de la sociedad y
conducir a la mejora, si no a la eliminación, de varios factores negativos.
influencias que han operado en parte para trivializar y degradar
la condición humana” (NASE, 2000).
Es difícil no concluir que el movimiento de la autoestima ha
ignoró su propio documento académico importante (es decir, La Meca et al.
4 VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
al., 1989, volumen). En la búsqueda de una mayor autoestima, cualquier
herramienta en el cuadro psicológico (y pseudopsicológico) es
lanzados a la palestra, incluyendo
modelos psicológicos dispares que han dado lugar a tan populares
nociones como el “niño interior”; la “autoimagen”; principios de adecuada
duelo; “súper aprendizaje”; “redes comunitarias”; "relajación
técnicas” y sus efectos sobre el bienestar físico y mental general; los principios de la
“programación neurolingüística”; y la base científica bien fundada para la conexión
entre el cuerpo y el
mente y el efecto de esta interfaz en el bienestar general. (NASA,
2000)
Incluso un colaborador del volumen editado por Mecca et al. (1989)
argumentó que se debe mejorar la autoestima, aunque su causalidad
Su papel está lejos de estar establecido. “Abandonar la búsqueda de opciones de
solución relacionadas . . . es admitir la derrota antes de explorar todos nuestros
con la estima” (Covington, 1989, p. 74).
¿Era razonable empezar a aumentar la autoestima antes de que
estaban los datos? Tal vez. Reconocemos que muchos practicantes
y los psicólogos aplicados deben abordar los problemas antes que nada.
se pueden realizar las investigaciones pertinentes. Aún así, por ahora hay
Amplios datos sobre la autoestima. Nuestra tarea en esta monografía es
eche una nueva mirada y proporcione un resumen integrador.
¿Una epidemia de baja autoestima?
Una suposición clave del movimiento de la autoestima es que también
muchas personas tienen baja autoestima. Bajo este supuesto,
elevar la autoestima se convierte en un objetivo significativo. Pero ¿qué hace
¿"demasiados" significa? Las escalas de autoestima están diseñadas para capturar
diferencias individuales válidas que existen en una población. Así, un
Una buena medida producirá una distribución de puntuaciones de baja a baja.
alto. Sin embargo, a diferencia de otros instrumentos de medición,
Como las pruebas de coeficiente intelectual, que se construyen para producir
distribuciones simétricas centradas en torno a una media arbitraria (por ejemplo,
100), las escalas de autoestima permiten que surjan distribuciones sesgadas. El
La puntuación media suele estar muy por encima del punto medio de la escala,
a menudo por más de una desviación estándar (Baumeister, Tice y
Hutton, 1989). El hecho de que la mayoría de las personas obtengan puntuaciones altas
El fin de las medidas de autoestima arroja serias dudas sobre la noción
que la sociedad estadounidense sufre una baja autoestima generalizada. En todo
caso, la autoestima en Estados Unidos es alta. La persona promedio se considera
a sí misma por encima del promedio.
La distribución sesgada de las puntuaciones de autoestima plantea dos
Problemas metodológicos. Primero, cuando los investigadores dividieron las muestras en
la mediana para distinguir entre encuestados con autoestima alta y baja, el rango
de puntuaciones entre los encuestados
clasificados como de baja autoestima es mucho mayor que el
rango de puntuaciones entre los encuestados clasificados como de alta
autoestima. Un buen número de encuestados en la categoría de baja autoestima
tienen puntuaciones superiores al punto medio de la escala. En
En otras palabras, la clasificación de una persona como alguien con baja
La autoestima ya no tiene un significado absoluto, sino sólo relativo. En segundo
lugar, las correlaciones que involucran variables con distribución sesgada
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Las contribuciones tienden a ser más pequeñas que las correlaciones que involucran variables.
con distribuciones simétricas. Además, cuando la autoestima es
planteado selectivamente para aquellos encuestados con el nivel inicial más bajo
Valores, correlaciones entre la autoestima y el resultado relevante.
Las variables se reducen aún más, no necesariamente porque la elevación
de la autoestima tuvo el efecto causal deseado, sino simplemente porque
de la restricción en el rango de puntuaciones. siempre es necesario
preguntar si los resultados relevantes también cambiaron en el sentido deseado.
dirección.
El hallazgo estándar de que la mayoría de las puntuaciones de autoestima son altas
plantea la posibilidad de que al menos algunas puntuaciones se vean afectadas por
superación personal deliberada o involuntaria (Krueger, 1998).
Brown (1986), por ejemplo, encontró que las personas con una alta autoestima
también tenían más probabilidades de calificarse a sí mismas de manera más positiva. Aunque prometedora, esta investigación sólo recientemente
de lo que calificaron a otras personas. Porque la superación personal puede
implican distorsiones inválidas e indeseables del autoconcepto,
No está justificado apresurarse a mejorar la autoestima de todos.
En resumen, no encontramos evidencia de que las sociedades occidentales modernas
sufren una epidemia de baja autoestima. Si algo,
La autoestima parece generalmente alta en la mayoría de las muestras de América
del Norte. Independientemente de su raza, género o nivel socioeconómico,
Los estadounidenses ya parecen vivir en una “cultura de la autoestima”
(Twenge y Campbell, 2001, pág. 325). De hecho, los niveles de autoestima
aumentaron en un momento en que el movimiento de la autoestima se quejaba de
la falta de amor propio. Inquietantemente, el rendimiento académico
disminuyó al mismo tiempo (Twenge y Campbell, 2001).
PROBLEMAS Y DESAFÍOS
Medición de la autoestima
Hay muchas escalas disponibles para medir la autoestima y
diferentes investigaciones han utilizado diferentes, lo que agrava la dificultad de
comparar resultados de diferentes investigaciones (especialmente si los resultados
son inconsistentes). Blascovich
y Tomaka (1991) revisaron múltiples medidas y encontraron
son de calidad desigual, otorgando altas calificaciones sólo a unos pocos (como
como Fleming & Courtney's, 1984, revisión de Janis & Field's,
1959, escala, y Rosenberg, 1965, medida de autoestima global). En esencia, las
escalas de autoestima piden a las personas que se califiquen a sí mismas en
respuesta a preguntas como: “¿Vale la pena?”
¿individual?" "¿Eres bueno en la escuela o en el trabajo?" "Haganlo, personas
¿como usted?" y "¿Es usted confiable y digno de confianza?" Cuando los
investigadores comparan las medidas de autoestima con la llamada mentira
escalas (también llamadas medidas de deseabilidad social, porque
Evaluar tendencias a dar respuestas distorsionadas, incluso poco realistas.
sólo para dar una buena impresión), concluyen que la autoestima
Las puntuaciones están algo contaminadas por los esfuerzos de la gente por hacer
ellos mismos se ven bien. Estas medidas también oscurecen la necesidad
distinciones entre autoestima defensiva, inflada, narcisista y la llamada alta
autoestima genuina. (Discutimos diferentes variedades
de alta autoestima en la siguiente sección.) Desafortunadamente, hay
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RF Baumeister et al.
No hay ningún criterio objetivo con el que comparar los datos autoinformados.
autoestima, por la naturaleza del constructo: Autoestima
consiste esencialmente en cómo una persona piensa y evalúa
el yo. En el caso de la inteligencia, por ejemplo, las autoevaluaciones
puede compararse con el desempeño objetivo en materia intelectual.
pruebas, y los resultados pueden (y a menudo lo hacen) mostrar que los
autoinformes de las personas sobre su propia inteligencia son incorrectos. Pero no hay
base conocida para decir que ciertas personas realmente tienen más o
menos autoestima de la que creen tener.
Para superar estos problemas de medición, algunos investigadores miden la
autoestima implícita o infalible utilizando una variedad de métodos sutiles, como
los tiempos de reacción ante lo bueno y lo malo.
pensamientos que pueden combinarse con el yo (Greenwald y Farn­ham, 2000).
comenzado y, por lo tanto, no juega un papel significativo en este
revisar. A pesar de los peligros potenciales de la comunicación explícita (es decir, la autoevaluación)
medidas, el hecho de que las puntuaciones en diferentes escalas sean positivas
correlacionado (p. ej., Greenwald y Farnham, 2000) es una indicación
que se puedan utilizar con cierta confianza. Aún más significativo es el hecho de
que la escala de Rosenberg, que es, con diferencia, la más popular
entre los investigadores, ha demostrado ser altamente confiable (p. ej.,
Si una persona completa la escala en dos ocasiones, las dos
las puntuaciones tienden a ser similares). Como medida de la autoestima global,
esta escala es unidimensional (Gray­Little, Williams y Han­cock, 1997; Robins,
Hendin y Trzesniewski, 2001). En efecto,
su confiabilidad es tan alta que un solo ítem (“Tengo alta autoestima”) puede ser
suficiente (Robins et al., 2001).
Heterogeneidad de la alta autoestima
La alta consistencia interna de las medidas de autoestima puede
enmascarar la posibilidad de que una variedad de procesos psicológicos
contribuir a puntuaciones altas (o bajas). Una forma de estudiar
la heterogeneidad de la autoestima es examinar el patrón de
puntuaciones en múltiples instrumentos de medición. Schneider
y Turkat (1975) sospecharon que la alta autoestima de algunas personas
es más defensivo que genuino, y que estos individuos
podrían identificarse si también obtuvieran una puntuación alta en la escala de
deseabilidad social de Marlowe­Crowne (Crowne y Marlowe, 1960).
El concepto de autoestima defensiva se ha perfeccionado recientemente
por la distinción entre engaño de otros (es decir, impresión
gestión) y el engaño de uno mismo (ver Paulhus, 2002, para
una revisión). Una autoestima alta se considera defensiva si va acompañada de
puntuaciones altas en una escala de autoengaño (que tiene
elementos como “Siempre sé por qué hago las cosas”).
Adoptando un enfoque diferente, Kernis y sus colegas (ver
Kernis y Waschull, 1995, para una revisión) miden tanto el nivel general como la
estabilidad temporal de la autoestima. En muchos
Según varios estudios, se ha demostrado que la estabilidad de la autoestima, ya
sea por sí sola o en combinación con el nivel de autoestima, predice resultados
conductuales. Baumeister y sus colegas (por ejemplo, Baumeister,
1993; Baumeister, Smart y Boden, 1996) encontraron que los comportamientos
y los resultados suelen ser más variables para las personas con un alto nivel de autoestima.
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Beneficios de la autoestima
autoestima que para las personas con baja autoestima. Por ejemplo, estudios
a menudo no logran producir una correlación significativa entre la agresión
o violencia y autoestima, en parte porque una alta autoestima es
asociado tanto con la presencia como con la ausencia de agresión. El trabajo de
Kernis lleva a conclusiones similares. Personas con
La autoestima alta pero inestable obtiene puntuaciones más altas en las medidas
de hostilidad que las personas con baja autoestima (ya sea estable o inestable).
inestable), mientras que las personas con una autoestima alta pero estable son
los menos hostiles (Kernis, Grannemann y Barclay, 1989). En
En otras palabras, las personas con alta autoestima se encuentran en los extremos
de alta y baja hostilidad.
Un tercer enfoque es medir el narcisismo junto con, o
incluso en lugar de, autoestima. La construcción del narcisismo implica visiones
muy favorables, incluso grandiosas, de uno mismo, un sentido
de ser especial o único, fantasías de brillantez personal o
belleza y la creencia de que uno tiene derecho a privilegios y admiración por parte
de los demás (ver Asociación Estadounidense de Psiquiatría,
2000). En poblaciones normales, las puntuaciones del Inventario de Personalidad
Narcisista (Emmons, 1984; Raskin y Hall, 1981) se correlacionan sustancialmente
con la autoestima (Rhodewalt y Morf, 1995;
Sinha y Krueger, 1998). La heterogeneidad de la alta autoestima
lo indica el hallazgo de que algunas personas con alta autoestima no son narcisistas,
mientras que otras sí lo son; lo contrario es
No es cierto (es decir, hay muy pocos narcisistas con baja autoestima). Bushman y
Baumeister (1998) midieron tanto la autoestima como el narcisismo en estudios de
laboratorio sobre la agresión. El narcisismo, pero no la autoestima, predijo la
agresión y sólo
cuando el objetivo era alguien que previamente había insultado al
partícipe. La idea de que una autoestima narcisista alta es
poco saludable se ve respaldado aún más por el hallazgo de que los narcisistas
la alta autoestima tiende a ser inestable (Rhodewalt, Madrian y
Cheney, 1998) y autodefensivo (Paulhus, 1998).
En conjunto, estas líneas de investigación sugieren que algunas
Las bajas correlaciones entre la autoestima y los comportamientos o resultados
socialmente relevantes ocultan la tendencia hacia diferentes categorías.
de alta autoestima para producir respuestas opuestas. Investigadores
Quienes creen en el valor de la llamada autoestima genuina o saludable pueden
descubrir que pueden obtener correlaciones más válidas.
con resultados deseables si controlan variables como el narcisismo, el autoengaño
o la estabilidad temporal. Sin embargo, la implicación más amplia es que la categoría
de personas con alta
La autoestima es una mezcla de individuos cuyas opiniones sobre sí mismos difieren
en aspectos importantes.
Teóricos e investigadores han relacionado la baja autoestima con
otros constructos, que generalmente se centran en los vínculos entre la baja
autoestima y patologías como la depresión. Recientemente, bajo
La autoestima ha comenzado a asociarse con conceptos más generales como
labilidad emocional (una tendencia a tener emociones fuertes).
ocurrir en ambas direcciones) y un bajo locus de control interno (un
creencia generalizada de que el yo no tiene el control de lo que sucede).
Aunque existen asociaciones moderadas entre la baja autoestima y la patología
(consulte la sección sobre Afrontamiento y depresión), también hay evidencia en
contra de la noción de que los constructos de la baja autoestima y la depresión son
isomórficos.
6 VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
Las correlaciones entre la autoestima y la depresión son de sólo
resistencia moderada, que oscila entre 0,4 y 0,6 (p. ej., Joiner, Alfano y
Metalsky, 1992). Además, un punto de vista teórico indica que
aunque los procesos psicológicos asociados con la autoestima y la depresión
pueden superponerse en cierta medida (p. ej., Abramson,
Metalsky, & Alloy, 1989), no son idénticos. Más bien, el
El concepto de depresión se ha caracterizado por una constelación.
de síntomas, de los cuales la baja autoestima es uno (Roberts y
Monroe, 1999). Pero una baja autoestima no es necesaria ni
suficiente para la depresión.
Un análisis reciente de las interrelaciones entre la autoestima,
Neuroticismo, locus de control y sensación de ser efectivo.
apunta a un problema metodológico más serio con respecto a su
superposición. Judge, Erez y Bono (2002) encontraron que estos constructos están
altamente relacionados y reflejan un constructo general.
(que decían que era neuroticismo, definido en sentido amplio). Juez y otros.
concluyó que la capacidad de cualquiera de estas construcciones de forma única
(es decir, de forma independiente) predecir los resultados es bastante pobre, y
instó a los científicos psicológicos a comenzar a pensar en cada constructo en
conjunto con los demás. Estamos de acuerdo con esta sugerencia.
y esperamos que los investigadores incluyan más de estas medidas en
estudios sobre el efecto de la autoestima en resultados objetivos.
Autoestima global versus autoestima específica
La naturaleza heterogénea de las personas que obtienen puntuaciones altas en
las medidas de autoestima no es la única razón por la que el sistema predictivo
El poder de las medidas globales de autoestima es limitado. Otro
La razón es que es difícil detectar una correspondencia entre
una actitud global y comportamientos o resultados específicos (Fishbein
y Ajzen, 1975). No es de esperar, por ejemplo, que un
El sentido global de ser digno, competente y popular predecirá el desempeño en
una prueba de trigonometría. Muchas personas pueden
consideran que la capacidad matemática es irrelevante para la autoevaluación global,
por lo que su autoestima podría ser completamente irrelevante para la autoevaluación global.
qué tan bien pueden realizar cálculos numéricos. Predicciones
mejoran cuando se mide la autoestima para el dominio de interés y entre las
personas que consideran este dominio como personalmente importante (Crocker y
Wolfe, 2001). Si los dominios relevantes
están organizados jerárquicamente, es importante medir la autoestima en el nivel
apropiado de especificidad. Si el dominio se vuelve demasiado estrecho, la
evaluación de la autoestima específica puede
sólo producen resultados triviales. Por ejemplo, una alta correlación entre
El éxito de las personas al hacer divisiones largas y su autoevaluación.
para esta tarea puede ser simplemente el resultado de la conciencia de las personas sobre su
habilidad en este dominio. De ser así, cualquier intento de mejorar el desempeño
mediante el aumento de la autoestima fracasaría.
Las dificultades de relacionar la autoestima global con comportamientos
específicos pueden superarse, en parte, agregando comportamientos.
en paquetes. Pero aparte de las diferencias en los niveles de especificidad
de medición, también hay una diferencia en la afectividad. Global
La autoestima está fuertemente investida de sentimientos sobre uno mismo,
mientras que las facetas específicas de la autoestima incluyen una variedad de
pensamientos relacionados con uno mismo (Brown, 1998; Rosenberg, Schooler, Schoen­
Machine Translated by Google
LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO

RF Baumeister et al.

Bach y Rosenberg, 1995). Quizás sea por su alta relevancia afectiva que la
autoestima global ha sido la opción preferida.
objetivo de intervenciones bien intencionadas. Intervenciones en el
podría decirse que el nivel de autoestima en un dominio específico se convertiría
a la vez más fragmentados y menos cargados afectivamente. Para éstos
Por estas razones, centramos nuestra revisión en la autoestima global.
esfera de malabarismo. Si el investigador también decide utilizar autoinformes
para medir el desempeño, casi exactamente la misma pregunta
podría usarse como medida de desempeño. El alto resultado
correlación entre las medidas de autoestima y desempeño no reflejaría más que
el hecho de que las mismas
Se hizo una pregunta para medir diferentes constructos.
Es fundamental tener en cuenta que la autoestima se mide

Floccinaucinihilipilificación casi exclusivamente (e inevitablemente) por autoinforme. Gente

obtienen puntajes altos en autoestima porque responden a un cuestionario
La palabra floccinaucinihilipilificación es supuestamente la más larga
respaldando declaraciones favorables sobre sí mismos. El
palabra en el Oxford English Dictionary, y se define como “la
El hábito de hablar bien de uno mismo no cesa abruptamente cuando
acción o hábito de estimar como inútil”. La definición de bajo.
el encuestado pasa de la escala de autoestima al cuestionario que solicita el
La autoestima implica hacer un juicio despectivo o de bajo valor sobre uno mismo,
autoinforme de otras conductas. gente a la que le gusta
pero cada vez hay más pruebas de que las personas
que se describen a sí mismos en términos elogiosos se inclinarán a decir que se
Las personas con baja autoestima no son simplemente negativas consigo mismas.
llevan bien con los demás, que son físicamente atractivos, que les va bien en la
Más bien, expresan una actitud generalmente negativa hacia muchos
escuela y el trabajo, que se abstienen de hacer cosas indeseables.
acontecimientos, circunstancias, personas y otras realidades. Es decir, ellos
acciones y similares. Así es como obtienen puntuaciones altas en autoestima,
tienen tendencia a la floccinaucinihilipilificación.
pero los investigadores pueden fácilmente confundir esta tendencia idéntica con
El problema que esto plantea al investigador es doble. Primero,
evidencia de que la autoestima predice o incluso causa un
Es difícil distinguir la negatividad general de la baja autoestima específica. Un
amplia gama de resultados positivos. Una y otra vez durante nuestro
buen ejemplo de este problema surgió
estudio de la literatura, encontramos que los investigadores obtuvieron
en la literatura de investigación sobre prejuicios. En los primeros trabajos, los
evidencia más impresionante de los beneficios de la autoestima cuando
investigadores asumieron que las personas con baja autoestima tendrían más
confiaron en resultados autoinformados que cuando confiaron en
prejuicios que otros hacia los exogrupos, y estudios en los que
resultados objetivos. La investigación sobre la relación entre
las personas simplemente calificaron a otros grupos aparentemente confirmaron que
La autoestima y el atractivo físico son un buen ejemplo de tal discrepancia. La
las personas con baja autoestima expresaron actitudes más negativas
mayoría de las escalas de autoestima no contienen ítems que pregunten
hacia ellos que las personas con mayor autoestima (ver
específicamente si los encuestados consideran
Wills, 1981, para revisión). Pero Crocker y Schwartz (1985)
Son físicamente atractivos, pero sí miden la tendencia global a hablar bien de
señaló que si las personas se califican a sí mismas y a sus grupos internos
uno mismo. Parece plausible que
negativamente, no es justo etiquetarlos como prejuiciosos para calificar
Las personas que hablan bien de sí mismas en general calificarían
los grupos externos también negativamente. Esta floccinaucinihilipilifi­cación
su atractivo físico más que otros. Entonces
general puede corregirse restando las calificaciones de uno mismo o del
De nuevo, es plausible que las personas físicamente atractivas terminen
endogrupo a partir de las calificaciones del exogrupo, y cuando esto fue
tener una autoestima más alta que otras personas, aunque sólo sea porque
hecho, el hallazgo fue reverso: las personas con alta autoestima
Las personas atractivas reciben un trato más favorable que las poco atractivas.
mostraron mayor sesgo dentro del grupo y mayor prejuicio que las personas
otros a lo largo de la vida: son más populares, más buscados, más valorados por
con baja autoestima (ver también Aberson, Healy y Romero,
amantes y amigos, etc.
2000; Crocker y Luhtanen, 1990; Crocker, Thompson, McGraw,
Varios estudios han explorado las correlaciones entre la globalización
& Ingerman, 1987).
autoestima y atractivo autovalorado, encontrando generalmente muy
En segundo lugar, la floccinaucinihilipilificación plantea el peligro muy
relaciones positivas fuertes. Harter (1993) describió los resultados
sustancial de que los autoinformes muestren correlaciones falsas entre la
de múltiples estudios que indican que la correlación era de alrededor
autoestima y otros resultados. Una tendencia generalizada
.85. Esta es una conexión notablemente fuerte, lo que indica que
hacia la floccinaucinihilipilificación puede hacer que ciertas personas
El atractivo físico de las personas representa más del 70%.
se describen a sí mismos en términos despectivos, generando así baja
de la variación en su autoestima. Si este resultado es correcto,
puntuaciones en autoestima, así como describir sus vidas y resultados en
Significa que la autoestima de las personas se basa principalmente en su
términos despectivos, proporcionando así la apariencia de
apariencia. Pero no se puede descartar fácilmente la posibilidad de que
conductas desadaptativas y patología. Ésta es una de las razones por las que
correlación recibió un impulso injusto por la tendencia general a
Es importante obtener medidas de resultado objetivas.
hablar bien de uno mismo. Las personas que obtienen puntuaciones altas en autoestima según

Necesidad de medidas objetivas
Con demasiada frecuencia, los resultados relacionados con la autoestima se basan en la
autoinforme de variables de resultado. El problema que esto plantea puede
ilustrarse con el caso de un investigador que pregunta a la gente,
“¿Qué tan bueno eres haciendo malabarismos con pufs rojos?” y luego toma
sus respuestas como indicaciones de su autoestima en el puf.
que afirman ser personas maravillosas en general pueden afirmar que son
físicamente atractivos y personas que se califican a sí mismas como relativamente
mal en general puede menoscabar su apariencia.
Por lo tanto, es importante obtener medidas más objetivas de
apariencia física, para que coincida con las medidas subjetivas
de autoestima. Diener, Wolsic y Fujita (1995) obtuvieron puntuaciones de
autoestima de una amplia muestra de individuos y luego

VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003 7

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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
fotografié a todos. Las fotografías fueron mostradas a otros
jueces, quienes los calificaron por su atractivo, proporcionando así una
medida objetiva del atractivo físico que no se ve afectada por el autoinforme. Las
calificaciones de atractivo basadas en fotografías de cuerpo entero mostraron una
correlación trivial de 0,06 con la autoestima, no
incluso una correlación significativa. A las fotos de cabeza y hombros les fue bien
ligeramente mejor, con una correlación de 0,14, lo que sugiere
que el atractivo físico representaba menos del 2% de la autoestima. Incluso esta
cifra puede estar inflada, porque podría ser
que las personas con alta autoestima tienen especial cuidado en presentar
verse bajo una luz favorable, como por ejemplo vistiendo ropa
ropa y joyería. Cuando se quitaron estos accesorios para producir fotografías sin
adornos de los rostros de los participantes, la correlación entre el atractivo calificado
por los jueces y la autoestima fue de 0,00. En
Sin embargo, en esa misma investigación se encontró que el atractivo físico
autoinformado tenía una fuerte correlación (r .59) con
autoestima. Así, las valoraciones de las personas sobre su propia buena apariencia
representaron el 35% de la varianza en su autoestima, mientras que
Las calificaciones objetivas de su apariencia tenían una relación insignificante con
su autoestima. Las personas con alta autoestima son hermosas en
sus propios ojos, pero los observadores objetivos no ven ninguna diferencia.
Gabriel, Critelli y Ee informaron hallazgos similares.
(1994), quienes obtuvieron calificaciones de atractivo de sus pares a partir de
fotografías. Las correlaciones con la autoestima fueron insignificantes: r 0,04
.01 para hombres y r para las mujeres. Sin embargo, una vez más,
las personas con alta autoestima se calificaron a sí mismas como más atractivas.
que aquellos con baja autoestima.
La discrepancia es aleccionadora. Lo que en un principio parece ser una
poderosa relación entre la buena apariencia física y la alta
La autoestima resulta no ser más que un patrón de coherencia en la forma en que
las personas se valoran a sí mismas. aquellos que
dicen que son muy buenos en general tienden a decir que se ven bien,
también. Sin embargo, cuando se lleva a otras personas para que juzguen
fotografías sin adornos, no surgen personas con una alta autoestima.
más atractivos que las personas con baja autoestima.
Las opiniones infladas sobre los propios atributos no se limitan a
atractivo físico. Gabriel et al. (1994) también pidió a los participantes que calificaran
su propia inteligencia y luego les dieron una
Prueba de inteligencia (CI). Las personas con alta autoestima se consideran
significativamente más inteligentes que las personas con baja autoestima.
autoestima (r .35). Pero los resultados del test objetivo de inteligencia
no justificaba estas afirmaciones favorables, ya que no había una relación
significativa entre la autoestima y las puntuaciones de CI (r = 0,07).
Los autores también informaron que la autoestima era significativamente
se correlacionó (r .38) con la discrepancia entre la inteligencia autoevaluada y la
inteligencia medida objetivamente. Este descubrimiento
confirma que las personas con alta autoestima exageran más su inteligencia que
las personas con baja autoestima.
El peso se ha asociado durante mucho tiempo con la autoestima, especialmente
en las culturas occidentales modernas que glorifican los cuerpos esbeltos y de
apariencia joven (especialmente en el caso de las mujeres). Por tanto, un cuerpo más ligero.
El peso debe estar asociado con una alta autoestima, mientras que
La obesidad debería estar relacionada con la baja autoestima. Consistente con
Desde ese punto de vista, un metaanálisis (que combina estadísticamente
8 VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
resultados de múltiples estudios) por CT Miller y Downey (1999)
encontró una correlación significativa (r .24) entre el cuerpo real
peso y autoestima. Pero la correlación de la autoestima con
el peso corporal autovalorado fue mucho más fuerte (r 0,72). De este modo,
las personas con alta autoestima son un poco más delgadas que otras,
pero no tanto como creen.
La implicación amplia de estos ejemplos es que los autoinformes
Es probable que contengan sesgos sustanciales que fácilmente pueden generar
resultados empíricos engañosos. Las personas con alta autoestima afirman
ser exitoso, atractivo y maravilloso en muchos aspectos.
La evidencia objetiva a veces pinta un panorama muy diferente,
y muchas de las ventajas aparentes (autoinformadas) reclamadas
por personas con alta autoestima están claramente refutadas.
Las discrepancias sistemáticas entre los resultados objetivos y los
autoinformados nos llevaron a concluir que deberíamos establecer nuestra
Búsqueda y revisión de literatura para enfatizar medidas objetivas.
de resultados siempre que sea posible. Esto redujo enormemente la
cantidad de material que podríamos utilizar. Pero el material que quedó es mucho
más fiable y convincente en la medida en que los resultados se basan en medidas
objetivas.
Sin duda, no siempre es posible adoptar medidas objetivas para
obtener, y la confianza en el autoinforme es, por lo tanto, inevitable en algunos
esferas. Por ejemplo, en el caso de la felicidad, hay casi
No hay alternativa al autoinforme. Incluso cuando es necesario utilizar
autoinforme, sin embargo, instamos a los investigadores a enfatizar la
datos más objetivos, concretos y verificables posibles. Parece
Es probable, por ejemplo, que las autocalificaciones globales de inteligencia sean
más vulnerables al sesgo y la inflación que los autoinformes de calificaciones
en cursos específicos o puntajes en exámenes específicos. Los autoinformes
conductuales (p. ej., “¿Cuántos cigarrillos fumaste ayer?”) deberían ser más
confiables que las calificaciones vagas o “en general” del propio comportamiento
(p. ej., “¿Cuánto fumas?
¿Mucho, algo, poco o nada?”).
El sesgo en la autoevaluación bien puede ser en parte responsable de
la popularidad de la autoestima entre profesores, padres, terapeutas y otras
personas que buscan intervenir en la vida de las personas de una manera
moda positiva. Un aumento de la autoestima bien puede hacer que una persona
creer honestamente que a él o ella le está yendo mejor en muchos
esferas, incluso si estas creencias son completamente falsas y provienen de la
Ilusiones positivas que acompañan a una alta autoestima. Si ambos maestros
y el estudiante creen que aumentar la autoestima del estudiante tiene
Conducido a mejoras en el rendimiento académico, es probable que toda la
iniciativa de aumentar la autoestima esté marcada por un seductor sentimiento de
éxito y eficacia. El lamentable hecho de que
El rendimiento académico puede no haber cambiado en absoluto mediante medidas
objetivas podría pasarse por alto en el contexto de la realidad social mutuamente
sostenida de la creencia de que el rendimiento ha cambiado.
mejorado.
Dirección de causalidad
Muchos investigadores han procedido a administrar
una escala de autoestima y algunas medidas de comportamiento y luego
calcular la correlación. Un enfoque de este tipo puede establecer
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
vínculos entre la autoestima y otras variables. Correlaciones
Sin embargo, no podemos establecer causalidad, por lo que el significado de tal
las correlaciones siguen siendo muy ambiguas. Como cualquiera que tenga
tomado un curso de metodología de la investigación sabe, una correlación entre X
e Y podría significar que X causa Y, que Y causa X, o
que alguna otra variable causa ambas cosas. Por lo tanto, si la autoestima se
correlaciona con un buen desempeño escolar, la autoestima podría ser la causa o
el resultado del buen desempeño, o ambas cosas.
los resultados podrían derivar de otra cosa, como una educación privilegiada.
La cuestión de la causalidad va al centro del debate
sobre el movimiento de la autoestima y las intervenciones dirigidas a
aumentar la autoestima. Si la autoestima causa una variedad de
resultados positivos, entonces bien puede valer la pena un esfuerzo y un gasto
considerables para inculcar una alta autoestima en los niños,
enfermos mentales, poblaciones estigmatizadas y otras personas vulnerables o
grupos en riesgo. Por el contrario, si las correlaciones significan simplemente que
La autoestima es el resultado del éxito y del buen comportamiento.
lo cual es, después de todo, al menos tan plausible como la hipótesis de que
La autoestima es una causa de éxito; entonces hay poco que hacer.
se obtiene elevando la autoestima.
Si la autoestima es realmente un resultado y no una causa, entonces
Incluso es plausible que aumentar la autoestima pueda ser contraproducente y
producir efectos indeseables. Supongamos, por ejemplo, que trabajar duro en la
escuela conduce a buenas calificaciones, y las buenas calificaciones conducen a
a una alta autoestima. Supongamos también que la alta autoestima se siente
bueno, por lo que el aumento de la autoestima podría funcionar como un refuerzo
importante para el trabajo duro que conduce al éxito académico. Si un programa
escolar interviene directamente para aumentar la autoestima independientemente
del rendimiento académico, entonces los estudiantes pueden
disfrutar de las recompensas de la autoestima sin hacer el esfuerzo.
De este modo se eliminaría uno de los principales incentivos para trabajar duro,
y los estudiantes podrían reducir su esfuerzo, lo que llevaría a un peor rendimiento
académico. Tales especulaciones indican la necesidad de atender a los procesos
causales involucrados en la autoestima y elevar
preguntas sustanciales sobre el impacto de aumentar la autoestima.
La afirmación de que los hallazgos correlacionales no pueden arrojar luz sobre
Los procesos causales están exagerados. Dos patrones de correlacional
Los hallazgos son especialmente útiles para evaluar la causalidad. Primero, si
A causa B, o B causa A, entonces A y B aparecerán correlacionados en la mayoría
de los conjuntos de datos. Si A no muestra una correlación significativa con B,
entonces es justo concluir que no existe una correlación causal.
relación en cualquier dirección (asumiendo que el error de medición o las
deficiencias metodológicas no son responsables de la
correlación nula). Dicho de otra manera, las correlaciones nulas falsifican
hipótesis causales.
En segundo lugar, las causas generalmente preceden a las consecuencias en el tiempo, y
por lo tanto, las correlaciones a lo largo del tiempo se utilizan a menudo para hacer
inferencias causales. Si la autoestima en una ocasión (Tiempo 1) predice la escuela
desempeño escolar en un momento posterior (momento 2), mientras que el
aportar cualquier trabajo adicional desde nuestro propio conocimiento.
desempeño escolar en el momento 1 no predice la autoestima en el momento 2, entonces
Se puede concluir razonablemente que la autoestima es la causa y
El resultado es el rendimiento escolar. Del mismo modo, si la autoestima en
El momento 1 predice el rendimiento escolar en el momento 2 después de las diferencias
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
en el rendimiento escolar en el momento 1 se controlan estadísticamente (en
efecto, la autoestima en el momento 1 predice el cambio en el rendimiento escolar
entre los momentos 1 y 2), entonces se pueden hacer inferencias causales.
hecho, aunque de manera un tanto tentativa.
Insistir en que la autoestima debe predecir los logros en el momento
2 después de controlar el logro en el Tiempo 1 podría oscurecer
algunas relaciones causales reales, por lo que debe considerarse como una
forma muy conservadora de probar la hipótesis. Supongamos que, por
Por ejemplo, que la autoestima contribuye consistentemente al logro y que la
autoestima es bastante estable. Logro en
Por tanto, el momento 1 es el resultado de una autoestima previa (digamos, en el momento 1). Si
uno controla el logro en el Tiempo 1 al calcular el
correlación entre la autoestima del Tiempo 1 y los logros del Tiempo 2, uno puede
estar tirando a un bebé muy grande con el agua del baño estadístico. Lo que en
realidad fue una replicación de causas causales.
procesos (tiempo 1 autoestima que causa el logro del tiempo 1,
y la autoestima del Tiempo 1 que causa el logro del Tiempo 2) termina
Parece que no hay ninguna relación.
En resumen, se debe tener cuidado para evitar exagerar o
subestimar la influencia causal de la autoestima.
MÉTODO DE BÚSQUEDA DE LITERATURA
La investigación cubierta en las secciones siguientes de esta revisión se ubicó
de la siguiente manera. En varias ocasiones desde enero de 2001 hasta octubre
de 2001, buscamos
La base de datos PsychINFO y obtuvo una lista de todos los artículos que contenían
"autoestima" en resumen. Nuestras búsquedas arrojaron un total de 15.059
publicaciones. También pasamos al “tema”
categoría en PsychINFO y busqué "autoestima", encontrando
un total de 11.860 artículos. Porque estas dos listas se superpusieron
sustancialmente, decidimos confiar principalmente en uno de ellos; nosotros
Elegí el primero porque incluía más entradas.
La lista de 15.000 artículos era demasiado larga para trabajar con ella, por lo
que la redujimos utilizando una serie de criterios. Primero, no retuvimos
obra que no había sido publicada y cuya única fuente era
Resúmenes de disertaciones internacionales. Esto sesgó nuestros resultados en
favor de efectos positivos de la autoestima, en la medida en que resultados nulos
son difíciles de publicar. En segundo lugar, excluimos los estudios diseñados
para mostrar qué causa la autoestima. En otras palabras, buscábamos
comprender las consecuencias de la autoestima más que sus determinantes. En
tercer lugar, generalmente eliminamos las fuentes secundarias.
para obtener datos originales. Muchos capítulos de libros, libros,
y otros escritos hablan de autoestima, pero nuestro objetivo era
Vea lo que indican los datos originales. Por lo tanto, incluimos fuentes secundarias
sólo si presentaban metanálisis u otros
revisiones bibliográficas autorizadas.
Otras tres fuentes de información más allá de PsychINFO
lista fueron utilizadas. Primero, todos hemos estado leyendo y escribiendo
sobre la autoestima durante muchos años, y todos sentimos que era apropiado
En segundo lugar, fuentes citadas en los artículos de PsychINFO.
También se incluyeron las búsquedas. Esto fue especialmente útil para encontrar
efectos nulos, porque los investigadores que investigan la autoestima
9
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
y no confirman las predicciones, a menudo citan trabajos anteriores para tener en cuenta
que su propio fracaso no es único. En tercer lugar, en agosto de 2001,
envió una solicitud al servidor de listas de la Sociedad de Psicología Social y de la
Personalidad solicitando información nueva o inédita.
artículos sobre resultados objetivos de la autoestima. Esta petición
obtuvo cinco artículos adicionales.
Finalmente, buscamos reducir nuestra lista para incluir solo trabajos
sobre resultados con amplia relevancia social. Buscamos relaciones específicas
entre la autoestima y variables de interés, como salud, comportamiento sexual,
situación financiera, calificaciones,
inteligencia, desempeño y satisfacción laboral y relaciones interpersonales.
Luego leemos atentamente los artículos restantes. En este punto,
Nuestro objetivo primordial era obtener estudios que incluyeran evidencia objetiva
de los efectos de la autoestima. Como ya lo hemos hecho
Como se señaló, algunas variables (como la felicidad) sólo pueden evaluarse
mediante autoinforme. Sin embargo, siempre que fue posible, quisimos evidencia
objetiva o de terceros. También favorecimos los estudios que
buscó establecer relaciones causales, ya sea por longitudinal
diseños o mediante experimentación en laboratorio.
Dados nuestros criterios restrictivos, relativamente pocos estudios sobrevivieron.
del conjunto inicial. Aunque muchos miles de publicaciones
refieren a la autoestima, relativamente pocos de ellos reportan estudios que
utilizó métodos muy rigurosos para examinar el impacto causal de
autoestima en problemas personales y sociales. Estos pocos generalmente
representan grandes cantidades de trabajo y merecen una cuidadosa atención.
Los resumimos individualmente en lugar de metaanalíticamente.
EL RENDIMIENTO ESCOLAR
El movimiento de la autoestima ha sido especialmente influyente en
escuelas estadounidenses, y parte de la razón es la suposición de que elevar la
autoestima conducirá a mejoras en el rendimiento académico de los niños. Hay
razones plausibles para
Pensar que una alta autoestima conducirá a un buen trabajo escolar.
Las personas con alta autoestima pueden tener aspiraciones más altas que las
personas con baja autoestima. Es posible que estén más dispuestos a persistir ante
el fracaso inicial y menos propensos a sucumbir a
sentimientos paralizantes de incompetencia y dudas sobre uno mismo. Aprendiendo,
Por definición, implica adquirir información y habilidades que uno
inicialmente no tiene, y una alta autoestima puede ayudar a prevenir
el reconocimiento de la propia incapacidad inicial para producir una
sensación de que la causa es desesperada. La alta autoestima puede fomentar
la confianza para abordar problemas difíciles y permitir que las personas
obtener satisfacción del progreso y el éxito.
Hallazgos correlacionales
Muchos estudios han encontrado que la autoestima se correlaciona
positivamente con el rendimiento académico. En una de las primeras reseñas, Wylie
(1979) concluyó que la correlación entre la autoestima y
El promedio de calificaciones de los estudiantes fue de aproximadamente 0,30. Ella añadió que
Se habían informado relaciones similares o ligeramente más fuertes entre
10
entre la autoestima y las puntuaciones en diversas pruebas de rendimiento.
La creatividad, sin embargo, no estuvo consistentemente relacionada con ninguna forma de
autoestima.
La compilación más definitiva fue la de Hansford y Hattie.
(1982) metanálisis de 128 estudios que involucran más de
200.000 participantes. Estos estudios exploraron una variedad de medidas de
autoestima (principalmente autoestima) y una variedad de medidas objetivas de
desempeño, la mayoría de las cuales eran logros.
pruebas. Las correlaciones reportadas variaron ampliamente, desde 0,77 hasta
.96, y un promedio entre .21 y .26 (dependiendo de
cómo se calculó el promedio, cómo se ponderaron los estudios,
etc.). Hansford y Hattie concluyeron que, en general, existe una relación positiva
significativa entre la autoestima y el desempeño académico, representando la
autoestima entre 4
y el 7% de la varianza del rendimiento académico.
Estudios más recientes han arrojado conclusiones similares. Usando
pruebas de rendimiento estándar, Davies y Brember (1999) encontraron
relaciones positivas significativas, aunque débiles, entre la autoestima y el
rendimiento académico en una muestra británica grande (N 3.001). Las correlaciones
oscilaron entre 0,10 y 0,13 y se promediaron
.12. Bowles encontró una relación algo más fuerte
(1999), quienes demostraron que la autoestima tenía una correlación de 0,29 con
las calificaciones del semestre más reciente de los estudiantes en matemáticas e
inglés. Kugle, Clements y Powell (1983) encontraron que las puntuaciones en
una prueba de rendimiento en lectura correlacionó .18 con el nivel de autoestima.
Sin embargo, cuando estos autores controlaron el origen étnico, la
El efecto de la autoestima ya no era significativo. Por lo tanto, estos estudios
recientes también indican que la autoestima va acompañada de un buen desempeño.
en la escuela, aunque la relación es más débil de lo que uno podría
esperado en una sociedad que valora el buen desempeño escolar.
Como ya se señaló, las personas con alta autoestima reportan su
inteligencia es alta, aunque no existe relación entre la autoestima y las puntuaciones
en pruebas objetivas de CI (Gabriel et al.
otros, 1994). Simon y Simon (1975) encontraron puntuaciones en autoestima
correlacionarse significativamente (r .33) con las puntuaciones en
pruebas de rendimiento y también con puntuaciones de pruebas de CI
(contradiciendo así el resultado nulo obtenido por Gabriel et al.). En general,
Sin embargo, hay muy poca evidencia de que la autoestima se correlacione.
con coeficiente intelectual u otras habilidades académicas.
La autoestima también predice el desempeño en muestras minoritarias y en
riesgo. Ortiz y Volloff (1987) encontraron correlaciones significativas entre la
autoestima y las pruebas de coeficiente intelectual y habilidades escolares.
utilizando una muestra limitada de estudiantes hispanos en los grados 3 a 6
que habían sido nominados para las pruebas como candidatos para superdotados
clases. Howerton, Enger y Cobbs (1994) estudiaron
estudiantes varones negros, y descubrió que la autoestima predecía
calificaciones y logros escolares. Aunque Howerton et al. usado
medidas objetivas (registros escolares) de rendimiento, un inconveniente del estudio
es que la muestra era muy pequeña (N 42).
Diferentes autores han sacado conclusiones muy diferentes
a partir de correlaciones entre autoestima y rendimiento escolar. Entre los más
optimistas estaba el de Zimmerman,
Copeland, Shope y Dielman (1997): “Los esfuerzos para prevenir y estabilizar la
disminución de la autoestima o para desarrollar la autoestima
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
...
puede tener efectos vitales en los resultados para los jóvenes” (p. 137). En
su propio estudio, Zimmerman et al. desempeño medido por
pedir a los estudiantes calificaciones generales de sus calificaciones (p. ej., “¿Están
tus calificaciones en su mayoría A, en su mayoría A y B. . . ?”), por lo que sus
resultados fueron vulnerables a sesgos subjetivos. Además, las correlaciones con
la autoestima fueron muy débiles. Sus resultados no
parecen respaldar su confianza en que una alta autoestima conduce a
mejores notas.
Otros autores han inferido que correlaciones significativas entre la autoestima
y el rendimiento escolar apoyan la conclusión causal opuesta, a saber, que el
buen trabajo en la escuela conduce
a una alta autoestima. Bowles (1999) midió específicamente la autoestima después
del semestre en el que obtuvo calificaciones escolares,
por lo que la correlación positiva que encontró parece más consistente con
La visión de que la autoestima es un resultado, no una causa, de tener un buen desempeño.
en el colegio. Esta conclusión fue respaldada aún más por el análisis de ruta (una
técnica estadística para probar teorías sobre temas complejos).
cadenas de causas), lo que indicaba que no había ninguna relación
camino causal desde la autoestima hasta el logro.
Otros investigadores han llegado a la conclusión de que las correlaciones
Las diferencias entre la autoestima y el rendimiento escolar, si bien son
significativas, son tan pequeñas que no vale la pena investigarlas. Rubin, Dorle,
y Sandidge (1977) encontró que la autoestima era significativamente
correlacionado con todas sus medidas de logro, así como
con las calificaciones de los profesores sobre el comportamiento y desempeño de los estudiantes.
Sin embargo, el análisis estadístico mostró que tener en cuenta la autoestima
apenas mejoraba la precisión de las predicciones de logros basadas en el estatus
socioeconómico y la inteligencia.
(CI) solo. Rubin et al. escribió: “Si bien estos aumentos fueron significativos, su
importancia práctica es insignificante” (p. 506), y
Llegaron a la conclusión de que los vínculos entre la autoestima y el rendimiento
académico se basan en "factores subyacentes comunes".
como la capacidad y los antecedentes” (p. 503).
Estos y otros hallazgos generalmente apuntan a un efecto positivo pero
relación débil y ambigua entre la autoestima y
el rendimiento escolar. Los estudiantes con alta autoestima en general
les ha ido algo mejor en la escuela y en las pruebas de rendimiento escolar que
los estudiantes con baja autoestima. Los hallazgos correlacionales no indican si la
autoestima es una causa o
resultado del desempeño escolar. Sin embargo, proporcionan uno
posible explicación para la continua creencia de que la autoestima
puede ser beneficioso para el rendimiento escolar. Maestros, padres,
y otros pueden observar que una alta autoestima y una buena escuela
rendimiento van de la mano e infieren que la autoestima juega un papel
papel causal. Desafortunadamente, las impresiones, incluso cuando están respaldadas
por correlaciones significativas—no justifican conclusiones causales.
Pasamos ahora a los estudios que han investigado si existe una
relación causal entre autoestima y rendimiento académico.
mance.
Investigando la causalidad
Varios estudios han investigado el curso temporal de la relación positiva entre
la autoestima y el rendimiento académico,
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
como forma de establecer la prioridad causal. Algunos de estos estudios han
También investigó si terceras variables, como el estatus socioeconómico o la
inteligencia (CI), podrían ser responsables de la
Correlaciones entre autoestima y rendimiento académico.
Un estudio temprano y todavía muy respetado de Bachman y
O'Malley (1977) utilizó datos de un estudio longitudinal a nivel nacional.
estudio que siguió a más de 1.600 hombres jóvenes desde 1966,
cuando estaban en décimo grado, hasta 1974. Todos los participantes en este
estudio completaron una versión modificada de la escala de autoestima de
Rosenberg (1965) en varios momentos durante este estudio.
período. Aunque Bachman y O'Malley encontraron que la autoestima se
correlacionaba con el rendimiento escolar, sus pruebas estadísticas más
sofisticadas (es decir, análisis de trayectoria) no señalaron ninguna
papel causal de la autoestima. En cambio, concluyeron que compartían
causas previas, incluidos antecedentes familiares, capacidad y
rendimiento escolar, afectan la autoestima y el posterior logro educativo y fueron
responsables de la correlación entre el
dos. También concluyeron que el éxito ocupacional causaba
autoestima aumentara, mientras que obtener educación superior tenía un
impacto insignificante en la autoestima. De todos sus hallazgos, el que
que da mayor credibilidad a la opinión de que la autoestima es un
Una causa importante de resultados exitosos es que la autoestima en
nivel final previsto de logro educativo en la escuela secundaria
(título final obtenido), pero en su análisis de trayectoria el vínculo directo
desde la autoestima en la escuela secundaria hasta el logro educativo posterior
fue sólo .072. Su vínculo con el estatus ocupacional final fue similar, de .061. Estos
números indican que la relación es extremadamente débil, si es que existe.
Ninguno de los vínculos fue significativo.
Los hallazgos de Bachman y O'Malley (1977) son importantes
por varias razones. Primero, estos investigadores fueron quizás los primeros
llevar a cabo un estudio tan exhaustivo y sofisticado del impacto
de autoestima. En segundo lugar, claramente esperaban encontrar que la
autoestima desempeñaba un papel causal, y favorecieron esta hipótesis en
su exposición inicial. De hecho, propusieron que una alta autoestima fomenta altas
aspiraciones y perseverancia, lo que en última instancia conduce a un mejor
rendimiento académico y éxito profesional.
En tercer lugar, la mayoría de los trabajos posteriores han confirmado en general
sus conclusiones de que la autoestima es un resultado más que una causa, y que
Es probable que exista alguna correlación entre la autoestima y los logros.
deberse a terceras variables como los antecedentes familiares.
Maruyama, Rubin y Kingsbury (1981) realizaron otro estudio importante. Esta
investigación es un complemento importante al estudio de Bachman y O'Malley
(1977) porque
centrado en una edad mucho más temprana: Maruyama et al. siguió una muestra
final de más de 700 estudiantes de 4 a 15 años.
El rendimiento se midió mediante pruebas de rendimiento académico,
incluyendo el Stanford Achievement Test y, más tarde, el Wide
Prueba de logro de rango, que enfatiza la ortografía, el vocabulario y la aritmética.
Como Bachman y O'Malley, Maruyama
et al. encontró que la autoestima y el rendimiento académico están correlacionados,
pero concluyó que no existe una relación causal entre esas variables. En cambio,
argumentaron que la capacidad (CI) y
La clase social son los factores causales subyacentes que afectan los niveles
tanto de autoestima como de rendimiento académico.
11
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
Un seguimiento realizado por Bachman y O'Malley (1986) confirmó
sus hallazgos anteriores. En este seguimiento buscaron mejorar su rigor
metodológico de varias maneras. Uno de estos
fue limitar los análisis a los hombres blancos en los países de mayoría blanca.
escuelas. Aunque no se considera la exclusión de las minorías
metodológicamente deseable hoy en día, Bachman y O'Malley habían
razones bastante convincentes para decidir que tal inclusión podría
han debilitado la posibilidad de que la autoestima surja como causalmente
significativa. En concreto, en su muestra original, los africanos
Los estudiantes estadounidenses obtuvieron puntuaciones más bajas que los estudiantes
blancos en pruebas de rendimiento y capacidad, pero más altas en autoestima. Combinando datos resumido: No es totalmente objetivo, pero sí algo específico.
Por lo tanto, los estudios de estudiantes blancos y afroamericanos podrían
oscurecer una relación positiva entre autoestima y logros. Los autores también
reconocieron que el bajo rendimiento
puntuaciones de estudiantes afroamericanos podrían indicar alguna falta
de validez de esas medidas para dicha muestra. Cualquier falta de
validez haría que la autoestima pareciera menos efectiva de lo que realmente es.
A pesar de su esfuerzo por aumentar el potencial de su estudio
para demostrar los efectos de la autoestima, Bachman y O'Malley
(1986) encontraron que la autoestima global tenía una relación insignificante con
el logro educativo final. Trasfondo familiar
(estado socioeconómico), capacidad (CI) y primeros grados escolares
predijeron el nivel final de logro educativo y la autoestima contribuyeron poco a la
precisión de la predicción. Autoestima
se correlacionó con la capacidad real, aunque la capacidad autoevaluada
estaba constantemente inflado: la gente pensaba que eran más inteligentes
de lo que realmente eran. En resumen, estos hallazgos apoyan el papel
de ilusión en la autoestima, pero contradicen la opinión de que la autoestima causa
el éxito educativo a largo plazo.
Un artículo titulado “¿Existe una relación causal entre el autoconcepto y el
rendimiento académico?” fue publicado por Pottebaum, Keith y Ehly (1986). Su
respuesta fue bastante
negativo contundente: “Los resultados sugieren que no hay ninguna
relación causal entre el autoconcepto y el logro académico [en cualquier dirección],
sino que la relación observada
es el resultado de uno o más terceros incontrolados y desconocidos.
variables” (pág. 142). Para llegar a esa conclusión se requirió una gran cantidad
de trabajo metodológicamente sofisticado. Pottebaum y
Alabama. utilizó un diseño de investigación sofisticado, probando una gran cantidad
muestra de estudiantes de secundaria (más de 23.000) en el décimo
grado y nuevamente en el grado 12. Autoestima en décimo grado.
predijo el rendimiento académico en el grado 12 bastante débilmente (r .11). Por
el contrario, el rendimiento académico en el décimo grado predijo la autoestima en
el duodécimo grado sólo trivialmente mejor (r = 0,12).
Los autores observaron que existe una relación causal recíproca entre
La autoestima y el rendimiento académico podrían producir el patrón de hallazgos
que obtuvieron, pero sólo si las dos variables
se causan entre sí con aproximadamente la misma cantidad de potencia, lo que
Parecía a priori inverosímil. Por tanto, Pottebaum et al. Se concluyó que es más
probable que la autoestima y el rendimiento académico sean el resultado de una
tercera variable (o conjunto de variables).
variables). Esta conclusión es claramente consistente con lo que
Bachman y O'Malley (1977) y Maruyama et al. (1981)
12
encontrado, a pesar de diferentes métodos y resultados numéricos algo diferentes.
Rosenberg llegó a una conclusión ligeramente diferente:
Schooler y Schoenbach (1989). Analizaron datos de la
Estudio longitudinal de Juventud en Transición que también fue la base
para el trabajo de Bachman y O'Malley (1977). Utilizaron datos de los grados 10 y
12 de casi 1.900 niños, incluidas mediciones de rendimiento que se basaban en
que los estudiantes informaran
su promedio de calificaciones en la escuela. Este tipo de medida está en
la mitad del lapso de rigor metodológico que tenemos
y verificable. Es de esperar una ligera tendencia de las personas con alta
autoestima a proporcionar informes halagadores, aunque el margen para tal
inflación puede ser más limitado que si
A los encuestados se les hace una pregunta general de autoevaluación, como
"¿Qué tan bueno eres en la escuela?"
Rosenberg et al. (1989) encontraron resultados significativamente positivos, aunque
correlaciones débiles entre la autoestima y las calificaciones autoinformadas,
r .24 en 10.º grado y r .25 en 12.º grado. De mayor interés fueron los hallazgos a
lo largo del tiempo. Estos apoyaron la conclusión de que la autoestima es el
resultado de las calificaciones, más que de la
causa. Hubo una relación causal modesta (.15) que llevó
de las calificaciones a la autoestima, pero la relación causal que lleva
de la autoestima a las calificaciones fue sólo 0,08, que no fue significativamente
diferente de cero. En otras palabras, no había ningún sólido
evidencia de que la autoestima tuvo algún efecto en las calificaciones, a pesar de
hecho de que incluso una relación débil probablemente habría sido significativa
porque Rosenberg et al. probó a tanta gente.
La visión de que la autoestima es un resultado más que una causa.
del buen rendimiento escolar fue respaldado aún más en otro
estudio amplio y sofisticado, realizado por Skaalvik y Hagtvet (1990).
Su muestra estuvo compuesta por 600 escolares noruegos en
dos cohortes, una en tercer grado (alrededor de los 9 años) y la otra en
sexto grado al inicio del estudio. Un segundo conjunto de datos fue
obtenido un año y medio después. El logro se midió por
calificaciones de los profesores, que proporcionan una buena medida, aunque las
percepciones erróneas del profesor podrían afectar la autoestima del estudiante
(por ejemplo, si el profesor trata al estudiante como un genio o un tonto). Skaalvik
y Hagtvet encontraron evidencia de que tener un buen desempeño en
la escuela un año condujo a una mayor autoestima el año siguiente,
Considerando que una alta autoestima no conducía a un buen desempeño en
escuela. De hecho, una alta autoestima global en sexto grado predijo
Menor rendimiento académico en séptimo grado.
Skaalvik y Hagtvet (1990) también midieron el autoconcepto de los estudiantes
sobre su capacidad académica. Aunque nuestro enfoque no está en
medidas de autoestima de dominio específico en esta revisión, el
Los hallazgos son de interés. Estos investigadores concluyeron que el autoconcepto
de capacidad media la relación entre el rendimiento académico y la autoestima
global. Específicamente, tener un buen desempeño en
La escuela lleva a pensar que uno mismo es bueno en el trabajo escolar.
lo que a su vez puede aumentar la autoestima global. También había
Alguna evidencia de una influencia causal del autoconcepto académico.
en el rendimiento escolar, lo que, por tanto, es un hallazgo que sugiere
pensar bien de uno mismo puede conducir a un mejor trabajo escolar (al­
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Aunque esta relación implica pensar en uno mismo como bueno en
trabajo escolar en lugar de tan bueno en general). Esta influencia causal
se encontró en algunos análisis pero no en otros y no fue fuerte.
Aún así, el hecho de que se haya demostrado ayuda a disipar las preocupaciones
de que se haya producido algún tipo de problema metodológico o de medición.
hace imposible verificar los efectos causales del autoconcepto.
Esto, a su vez, da más credibilidad a la conclusión de que la globalización
La autoestima no es una causa del rendimiento escolar.
Intervenciones
Encontramos relativamente poca evidencia sobre cómo los programas de
autoestima u otras intervenciones afectan la autoestima. Este tipo de intervenciones
se practican en muchas escuelas y otros lugares, pero es
común que se centren no sólo en la autoestima sino también en el estudio
habilidades, ciudadanía, reducción de conflictos y otras variables. Obviamente, si
un programa que intenta aumentar la autoestima y mejorar las habilidades de
estudio termina produciendo una mejora en
calificaciones, no es seguro concluir que la autoestima sea responsable de la
mejora. Además, dado que los estudios
La investigación de la causalidad no ha demostrado que la autoestima
tiene un impacto en el rendimiento académico, parece probable que
cualquier intento de recopilar datos sólidos sobre el impacto del aumento de la
autoestima terminaría con resultados nulos, y los evaluadores
No estarían ansiosos por publicar sus resultados incluso si pudieran.
Se realizó una revisión impresionante de la investigación sobre tales programas.
publicado por Scheirer y Kraut (1979). El título, “Aumento
Logro educativo a través del cambio de autoconcepto”, suena
prometedor con respecto a los beneficios de la autoestima, pero el
los hallazgos no lo fueron. Scheirer y Kraut cubrieron pruebas de
evaluaciones tanto publicadas como no publicadas de la educación basada en la escuela.
intervenciones y programas, incluidos Head Start, Early
Proyecto de formación y Upward Bound. En general, las evaluaciones de estos
estudios “generalmente no lograron encontrar una asociación
entre el cambio de autoconcepto y el rendimiento académico” (Scheirer
y Kraut, 1979, pág. 140). Cuando había una asociación,
tendía a ser temporal (es decir, no se mantenía más allá del
final del programa), o indicaba que la autoestima era el resultado del rendimiento
académico y no la causa. Programas
que factores específicos distintos de la autoestima (como alentar a los padres
mayores a involucrarse en el trabajo escolar de sus hijos) parecían obtener mejores
resultados.
Scheirer y Kraut (1979) consideraron cuidadosamente una variedad de
factores que podrían haber conducido al patrón general de resultados nulos,
incluyendo mediciones deficientes, problemas metodológicos y
falta de implementación adecuada de las intervenciones, entre otros. Todavía
Por lo que pudieron ver, estos factores no fueron suficientes para explicar el patrón
general de resultados. Por ejemplo, observaron que
Algunas intervenciones que no apuntaban a la autoestima habían producido
avances mensurables en el rendimiento académico. Por lo tanto, concluyeron que
la explicación más probable de los decepcionantes resultados era que la hipótesis
teórica básica, es decir, que
mejorar la autoestima conducirá a un mejor rendimiento académico... estaba mal.
Dijeron que la autoestima puede ser una
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
provienen del rendimiento académico, pero no parece ser una
causa o variable mediadora.
Un experimento de campo muy bien controlado por Forsyth y Kerr
(1999) proporcionaron evidencia convergente utilizando un adulto (universitario
estudiante) muestra. Esta investigación se llevó a cabo en conexión con un curso
regular. Estudiantes que recibieron una C, D o F
en el primer examen estaban destinados a recibir correo electrónico semanal
Mensajes del profesor. Cada mensaje contenía una reseña.
pregunta relacionada con la tarea de esa semana. en el control
condición, la pregunta de revisión fue todo lo que se incluyó en la
correo electrónico. Los estudiantes que fueron asignados aleatoriamente a otros dos
grupos, sin embargo, recibieron un mensaje destinado a impulsar
su sentido de control personal y responsabilidad por sus propios
desempeño o un mensaje dirigido a impulsar y mantener
su sentido positivo de autoestima. Estas manipulaciones no tuvieron
efecto en los estudiantes C, pero los estudiantes D y F que recibieron
Los estudiantes que mejoraron su autoestima obtuvieron resultados significativamente
peores en pruebas posteriores que los estudiantes con D y F en las otras condiciones.
El estudio de Forsyth y Kerr (1999) es interesante porque implicó una asignación
aleatoria completa y porque encontró resultados significativos.
diferencias en función de los tratamientos dirigidos a la autoestima.
Desafortunadamente para el movimiento de la autoestima, los hallazgos sugieren
que la intervención destinada a aumentar la autoestima fue
contraproducente en su impacto sobre el rendimiento académico. Nosotros
Ya he observado algunas pruebas que vinculan la alta autoestima con
posteriormente un peor desempeño (p. ej., Skaalvik & Hagtvet,
1990), aunque la preponderancia de los hallazgos sugiere que
La autoestima está relacionada positivamente con el rendimiento académico. Aún,
Forsyth y Kerr utilizaron una intervención en lugar de una simple medición de la
autoestima actual, y dirigieron su intervención específicamente a estudiantes de
bajo rendimiento. Sus resultados son
consistente con la opinión de que la autoestima es un refuerzo importante para un
buen rendimiento académico y que proporcionar la
Recompensar indiscriminadamente (es decir, no vincularla al buen desempeño)
puede desinflar su valor de recompensa. En términos más claros, los estudiantes
normalmente puede trabajar duro para poder sentirse bien
sobre sí mismos y una intervención que les anime a
sentirse bien consigo mismos independientemente del trabajo puede eliminar la
razón para trabajar duro, lo que resulta en un peor desempeño.
Conclusión
El impacto de la autoestima en el rendimiento escolar ha sido
estudiado más cuidadosa y exhaustivamente que cualquier otro resultado
discutimos en esta revisión. Pudimos encontrar estudios que utilizaron
diseños longitudinales y otros métodos que pueden abordar la causalidad, utilizaron
métodos objetivos en lugar de confiar en el autoinforme,
e intentó desenredar la autoestima de otras variables.
Los resultados no respaldan la opinión de que la autoestima tenga un
fuerte efecto causal sobre el rendimiento escolar. De hecho, la mayoría de los
La evidencia sugiere que la autoestima no tiene impacto en el rendimiento
académico posterior. Los pocos estudios que sugieren alguna
El impacto causal positivo de la autoestima generalmente se encuentra sólo en pequeñas cantidades.
13
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
efectos. Algunos hallazgos incluso apuntan (de nuevo débilmente) en la dirección
opuesta, sugiriendo que una autoestima alta o aumentada artificialmente puede
perjudicar el desempeño posterior.
De hecho, había algunas razones para esperar que la autoestima
Sería más potente. Sobre una base teórica, la autoestima.
Parecía probable que mejorara los esfuerzos académicos y la perseverancia.
Los primeros hallazgos empíricos también pueden haber alentado la creencia
que la autoestima es útil, porque a menudo se han demostrado correlaciones simples
entre la autoestima y el rendimiento académico.
positivo y significativo (como lo señaló Wylie, 1979). Desafortunadamente, esas
correlaciones parecen deberse a procesos otros
que la autoestima provocando un buen desempeño. En primer lugar, un buen
rendimiento escolar a veces puede conducir a una mayor autoestima, y no a la
inversa. (Incluso esa tendencia es decepcionantemente
débil, sin embargo). En segundo lugar, la autoestima se superpone con otras
variables, y cuando éstas se controlan en los análisis estadísticos,
la proporción de variación en el desempeño explicada por
la autoestima disminuye rápidamente.
DESEMPEÑO EN EL TRABAJO Y TAREAS
Aplicada al mundo del trabajo, la hipótesis de la autoestima
sugiere que las personas que se sienten mejor consigo mismas realizan
mejor. Las primeras revisiones de estudios sobre la relación entre la autoestima y el
desempeño laboral señalaron la alta variabilidad de la
tamaño y naturaleza informados de esta relación (Brockner, 1983;
Tharenou, 1979). Judge y Bono (2001) examinaron los resultados
de 40 estudios con más de 5.000 participantes y encontró que
la mayoría de ellos mostraron relaciones positivas débiles. En algunos estudios, la
autoestima se midió con índices globales, como el
Escala de Rosenberg, mientras que en otros se midió más específicamente como
autoestima basada en la organización. Del mismo modo, hubo
diferencias en la forma en que se midió el desempeño. Algunos estudios emplearon
medidas de autopercepción, mientras que otros utilizaron calificaciones de
supervisores o medidas objetivas. Si la asociación
entre la autoestima y el desempeño fue moderado por tales
No se informaron diferencias en las mediciones.
En definitiva, los resultados sobre el vínculo entre la autoestima
y el desempeño laboral parecen hacerse eco de lo que se ha encontrado con
rendimiento escolar: la simple búsqueda de correlaciones produce una
relación positiva modesta, tal que la alta autoestima desaparece
con mejor rendimiento. Sin embargo, el vínculo reportado entre
La autoestima y el desempeño laboral son muy variables, en contraste
a los hallazgos más consistentes con respecto al desempeño escolar. A
La explicación más probable es que la relevancia de la autoestima para trabajar
El desempeño varía sustancialmente porque las demandas y recompensas de las
diferentes ocupaciones son muy variables.
El punto más importante, sin embargo, es que la correlación
Los hallazgos no permiten inferencias causales. La autoestima podría
mejorar el desempeño laboral. Por otra parte, el éxito laboral
bien podría aumentar la autoestima, mientras que el fracaso en el trabajo puede
desinflarlo. Como en el caso del rendimiento escolar, los retrasos
Los estudios longitudinales son útiles para determinar si la autoevaluación
14
La estima es un resultado o una causa del buen desempeño, pero estos
aún no se han hecho.
Un enfoque bastante diferente para estudiar cómo la autoestima puede
influir en el desempeño es investigar la relación en el
laboratorio. Estos estudios suelen medir la autoestima como un rasgo preexistente y
luego investigan el desempeño de las tareas en el laboratorio. En la mayoría de los
casos, los investigadores manipulan otras variables.
como el fracaso inicial o el tamaño de la recompensa para investigar cómo
interactuar con la autoestima.
Calidad de rendimiento
Se han publicado relativamente pocos estudios sobre el efecto de la autoestima
en la calidad del desempeño, lo que nos lleva a sospechar
que los resultados normalmente no son significativos. Podemos señalar evidencia de
nuestros propios laboratorios. Wallace y Baumeister
(2002) hicieron que los estudiantes resolvieran problemas aritméticos bajo diferentes condiciones.
niveles de desafío y presión de desempeño. no hubo
efecto de la autoestima en cualquiera de las medidas de desempeño.
Baumeister, Heatherton y Tice (1993) examinaron el desempeño
en un videojuego que se presentó como una prueba de inteligencia no verbal. En
múltiples estudios, esencialmente no hubo ningún efecto
de la autoestima sobre el desempeño. Las condiciones de control (que
indicar si existe un vínculo entre la autoestima y el desempeño en ausencia de
intervenciones especiales) generalmente mostraron
No hay diferencias en el desempeño en función de la autoestima.
Mientras que la amenaza al ego en forma de retroalimentación crítica sobre una situación anterior.
La prueba hizo que las personas con alta autoestima tuvieran un peor desempeño que
aquellos con baja autoestima.
Por el contrario, JD Campbell y Fairey (1985) encontraron que
Las personas con alta autoestima obtuvieron mejores resultados que aquellas con
baja autoestima en una prueba de anagramas cuando los participantes eran primeros
Se le pidió que escribiera explicaciones para un hipotético fallo (hay
No hubo diferencias en la autoestima cuando los participantes escribieron por primera vez.
explicaciones para un éxito hipotético o en una condición de control). Así, cuando la
perspectiva de un posible fracaso es evidente,
niveles más altos de autoestima pueden beneficiar el desempeño de la tarea. En
Sin embargo, en general, la autoestima parece tener poca o ninguna relación directa
con el desempeño de la tarea.
Persistencia en las tareas
La sabiduría convencional afirma que la perseverancia es un aspecto vital del
desempeño (tanto en la escuela como en el trabajo). La investigación sobre
La persistencia ha sido generalmente consistente con la noción de que una
La característica central de las personas con alta autoestima es su tendencia a
persistir ante el fracaso (por ejemplo, McFarlin, Baumeis­ter y Blascovich, 1984;
Perez, 1973; Shrauger y Sorman,
1977, Estudio 1).
A pesar de la sabiduría convencional, la persistencia ciega no es una estrategia
de autorregulación ideal; también hay valor
en saber cuándo dejar de fumar. Algunos estudios no han encontrado una correlación
entre una mayor perseverancia y una alta autoestima, pero
Estos aparentes fracasos en la replicación sugieren que los individuos con
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
La alta autoestima puede hacer un mejor uso de las señales que les dicen
si es prudente persistir o retirarse. Por ejemplo, Jan­off­Bulman y Brickman
(1982) y McFarlin (1985) dijeron
algunos participantes que algunas de las tareas que trabajarían
No tenía soluciones. Esta información hizo que los participantes con alta
autoestima persistieran menos (en comparación con el grupo de control).
participantes que no recibieron esta información), pero no
afectan la persistencia de la baja autoestima de los participantes. De manera
similar, Sandelands, Brockner y Glynn (1988) aconsejaron
algunos participantes dijeron que la perseverancia era una estrategia sabia y
otros que era una estrategia menos prudente. Las personas con alta autoestima
persistieron más en la primera condición que en la segunda,
mientras que aquellos con baja autoestima no se vieron relativamente afectados
por la manipulación.
Por lo tanto, cuando a las personas se les dan consejos o señales de que la persistencia
puede no ser una buena estrategia, aquellos con alta autoestima persisten
menos que aquellos con baja autoestima. Sin embargo, los resultados fueron
bastante diferentes cuando McFarlin et al. (1984) dijeron directamente a los
participantes qué hacer cuando se encontraban con un problema difícil.
(abandonar o persistir). En este caso, los participantes con baja autoestima eran
respondieron a las instrucciones, mientras que los participantes con alta
autoestima no lo hicieron. En conjunto, estos estudios sugieren que las personas
con alta autoestima hacen un mejor uso de las señales situacionales en
decidir por sí mismos el curso de acción apropiado, pero
que las personas con baja autoestima pueden responder mejor a instrucciones
que simplemente les dicen qué hacer.
Aunque estos experimentos son interesantes, en la realidad
Los individuos del mundo rara vez (o nunca) reciben este tipo de
información. De hecho, la persistencia es un fenómeno omnipresente.
Precisamente porque a la gente no se le dan consejos tan directos. El
Los experimentos también difieren de las condiciones naturales en que los
participantes experimentales experimentan sólo un caso de fracaso,
y no hay oportunidades para perseguir objetivos alternativos o
tareas (Bandura, 1989). En estas condiciones, la persistencia en
la tarea fallida parece ser una estrategia razonable. En cambio, si
uno ha experimentado múltiples fallas en una tarea y, como suele ser el caso
fuera del laboratorio, existen oportunidades para
perseguir objetivos alternativos, parece más adaptable abandonar el
tarea original en favor de una alternativa.
Di Paula y Campbell (2002) examinaron recientemente la relación entre el
nivel de autoestima y saber cuándo hacerlo.
abandonar. Primero, llevaron a cabo un experimento de laboratorio en el que
manipularon el grado de fracaso (un único fracaso inicial
o tres casos de fracaso) y la disponibilidad de una meta alternativa. En
comparación con los participantes con baja autoestima, los altos
Los participantes en la autoestima persistieron más después de un solo fracaso,
pero menos después de repetidos fracasos cuando había una alternativa
disponible. En un segundo estudio correlacional, los participantes enumeraron
10 objetivos específicos al inicio de un año académico y al
el final del año indicó, para cada objetivo, su percepción
progreso y persistencia conductual, así como en qué medida
Había reflexionado sobre el objetivo. La autoestima se correlacionó positivamente
con el logro de más objetivos, más satisfacción con
Progreso hacia las metas, mayor búsqueda conductual de las metas y
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
menos rumiación. Más importante, en comparación con los participantes.
con baja autoestima, aquellos con alta autoestima mostraron
correlaciones más altas entre sus calificaciones de progreso percibido
y persistencia conductual en los 10 objetivos.
En conjunto, esta investigación respalda la idea de que una alta
Los individuos con autoestima utilizan mecanismos de autorregulación más adaptativos.
estrategias que los individuos con baja autoestima; estas estrategias
De hecho, puede ser un factor en sus mayores niveles de felicidad y satisfacción
(revisados en una sección posterior). El hecho de que
Las personas con alta autoestima tienen respuestas más funcionales al fracaso
también pueden transmitir ligeras ventajas en el desempeño, y
contribuyen así a las asociaciones (débiles) entre la autoestima
y rendimiento.
Conclusión
La alta autoestima tiene valor para hacer que las personas persistan
ya no frente al fracaso, al menos cuando no hay una tarea u objetivo alternativo
viable que perseguir y cuando no hay señales que sugieran que
La perseverancia no es una buena estrategia. Cuando hay una alternativa
objetivo o información de que la persistencia puede ser una mala estrategia,
La alta autoestima también se asocia con saber cuándo dejar de fumar.
Así, en contextos de desempeño, las personas con alta autoestima aparecen
utilizar mejores estrategias de autorregulación que la baja autoestima
gente.
Es difícil sacar conclusiones causales firmes sobre la autoestima y otros
aspectos del desempeño laboral y de tareas. En general,
existen correlaciones positivas débiles entre el desempeño laboral
y autoestima, pero estos pueden deberse total o parcialmente a
a un desempeño exitoso que mejora la autoestima o a sesgos de autoinforme.
No hay evidencia sólida que indique específicamente que una alta autoestima
conduzca a un mejor desempeño en la
trabajo. Los vínculos entre autoestima y desempeño laboral merecen un estudio
más sistemático y cuidadoso, utilizando medidas objetivas y diseños
longitudinales. Sin embargo, si la autoestima es alta
produjo consistentemente un mejor desempeño en las tareas de laboratorio,
Esto ya estaría bien establecido, y la falta de dicha evidencia nos sugiere que la
autoestima tiene poco impacto en la tarea.
actuación.
RELACIONES INTERPERSONALES
Otra esfera importante de la actividad vital son las relaciones interpersonales.
La aparente incapacidad de la autoestima para contribuir directamente
Las mejoras en el desempeño académico y laboral se compensarían fácilmente
si la autoestima ayudara a las personas a llevarse mejor.
con otros.
Es ciertamente plausible que una alta autoestima mejoraría
relaciones interpersonales. Las personas con alta autoestima afirman
ser más popular que las personas con baja autoestima (Battistich,
Solomon y Delucchi, 1993), aunque, como ya se ha señalado, los autoinformes
no son guías fiables de las realidades objetivas. Alto
La autoestima bien podría hacer que una persona sea más agradable en la medida en que
Las personas pueden preferir interactuar con personas seguras y emprendedoras.
15
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
viduals y evitar interactuar con personas que sufren de
dudas e inseguridades sobre uno mismo. La relación causal inversa es
También es bastante plausible, por supuesto, y de hecho constituye la pieza
central de la teoría del sociómetro de la autoestima propuesta por
Leary y sus colegas (Leary, Tambor, Terdal y Downs,
1995; véase también Leary y Baumeister, 2000; Leary y Downs,
1995). Según este punto de vista, la autoestima opera como una medida
interna del atractivo y el éxito interpersonal de uno. Por lo tanto, la popularidad
provocaría un aumento de la autoestima, mientras que la popularidad
el rechazo haría que cayera. También es plausible que el alto
La autoestima provoca desagrado, en la medida en que la gente rechaza a los engreídos o
individuos arrogantes.
Patrones de amistad e interacciones interpersonales
Como ya se señaló, las personas con alta autoestima afirman ser
especialmente popular (Battistich et al., 1993). También califican su
Las amistades son de mayor calidad en comparación con las personas.
con baja autoestima (Keefe y Berndt, 1996). personas bajas en
La autoestima reporta interacciones sociales más negativas y aversivas.
Eventos de vida más estresantes y menos apoyo social que las personas.
alta autoestima (Lakey, Tardiff y Drew, 1994). En el
En el lugar de trabajo, las personas con alta autoestima afirman llevarse mejor
con sus compañeros de trabajo (aunque no con sus supervisores),
en comparación con personas con baja autoestima (Frone, 2000).
Así, los autoinformes indican que la vida social de las personas con
Una alta autoestima es mucho mejor, más rica y más satisfactoria que
la vida de las personas con baja autoestima. ¿Pero son estas afirmaciones
¿justificado?
En un gran estudio sociométrico realizado por Bishop e Inderbitzen
(1995), 542 estudiantes de noveno grado nominaron a su favorito
y compañeros menos queridos. Sobre la base de estos votos, cada persona
fue clasificado en una de cinco categorías a lo largo de un lapso de grado de
popularidad (es decir, popular, promedio, controvertida, descuidada, rechazada).
Quizás resulte sorprendente que estas categorías no mostraran correlación
alguna con la autoestima. Este hallazgo contradice
tanto la visión de que la alta autoestima es socialmente atractiva como la
Teoría de que la autoestima resulta de la aprobación de los pares. un hallazgo
El estudio que ofreció un apoyo mínimo a la hipótesis general de la autoestima
fue que las personas que no tenían ninguna amistad recíproca exhibían una
autoestima más baja que las personas que tenían al menos una.
Sin embargo, más allá de una amistad recíproca, la autoestima parecía ser
irrelevante para el estatus y la popularidad de la amistad.
Glendinning e Inglis (1999) clasificaron a los estudiantes en
cuatro grupos sociales distintos sobre la base de sus actitudes autoinformadas
sobre las relaciones con sus pares y su propia popularidad y luego
la pertenencia a un grupo relacionado con los niveles de autoestima de los estudiantes.
Los grupos sociales fueron llamados "orientados a los pares" (es decir, alto estatus,
popular entre sus pares), “convencional” (es decir, estatus medio, aceptación
de la autoridad), “socialmente aislado” (es decir, difícil de hacer y
mantener amigos) y “descontentos” (es decir, problemáticos, irrespetuosos con
la autoridad). Los resultados mostraron que los adolescentes con baja
autoestima eran relativamente más comunes en las categorías socialmente
aisladas y descontentas, mientras que aquellos con alta autoestima
dieciséis
La estima se encontró con mayor frecuencia en las categorías convencional y
orientada a los pares. Desafortunadamente, debido a que estos hallazgos fueron
Basados en la popularidad autocalificada de los estudiantes en lugar de en las
calificaciones de sus compañeros, pueden reflejar la tendencia de las personas
con alta autoestima a calificarse a sí mismos favorablemente. Sin medidas
objetivas, es difícil saber si algunos estudiantes realmente
más populares o simplemente se creían así.
Dolcini y
Adler (1994), quien pidió a una submuestra de alumnos de octavo grado que
indicaran qué grupo de pares, o “multitud”, cada otro estudiante del grupo
perteneció al octavo grado y luego obtuvo puntajes de autoestima
de todos los estudiantes directamente. La autoestima global no difirió
entre las diferentes multitudes, aunque hubo algunos efectos
para la autoestima en un dominio específico. Por ejemplo, académicamente
El grupo "inteligente" orientado obtuvo puntuaciones más altas que los deportistas en
autoestima académica, y el público atlético obtuvo puntuaciones más altas que los deportistas.
los ratones de biblioteca sobre la autoestima atlética.
Adams, Ryan, Ketsetzis y Keating (2000) utilizaron los métodos de los profesores.
calificaciones como base para evaluar el comportamiento interpersonal y
deseabilidad social de 300 escolares de 4º y 7º grado en
Ontario, Canadá. Dos tipos principales de comportamiento deseable eran el
enfoque de las calificaciones: sociabilidad entre pares, que incluía popularidad
y buenas relaciones, y un comportamiento deseable en el aula,
que incluía seguir reglas y comportarse adecuadamente en clase.
Ni la popularidad ni el comportamiento en el aula variaron en función
de autoestima. Sin embargo, varios factores de fondo y características del niño
predijeron con éxito estos resultados (p. ej., alta
Las puntuaciones en asertividad se correlacionaron con una mayor popularidad.
pero también niveles más altos de incumplimiento de reglas en clase). Así, la nula
Los hallazgos sobre la autoestima no parecen reflejar un fracaso general.
de medición o una gran cantidad de fluctuación aleatoria. La autoestima mostró
algunas correlaciones con algunas de las variables de fondo, como la cohesión
familiar, pero aunque
Estas variables de fondo predijeron la popularidad y el nivel de aula.
comportamiento, la autoestima fracasó como posible mediador y como
un predictor independiente de los resultados. Los autores concluyeron
sombríamente que sus hallazgos “ponen en duda si
la autoestima es un agente causal potencial o incluso un correlato de las
relaciones interpersonales o de la ciudadanía en el aula” (p. 247).
Algunos estudios metodológicamente sólidos con adultos
estudiantes universitarios ha examinado los patrones de interacción social de
personas con alta autoestima. Un importante estudio de Buhrmester,
Furman, Wittenberg y Reis (1988) examinaron una variedad de conductas
interpersonales. Todos los estudiantes fueron evaluados tanto por ellos mismos
como por sus compañeros de cuarto, por lo que el método ofreció una valiosa
oportunidad de comparar perspectivas subjetivas y externas. Como
Como es habitual, las personas con una alta autoestima se calificaron a sí mismas
como significativamente mejores que otras personas en todas las habilidades interpersonales:
afirmó ser sustancialmente mejor al iniciar relaciones (r .63), mejor al revelar
cosas sobre ellos mismos (r .41), mejor a la hora de afirmarse en relación con
comportamientos objetables de otros (r .40), mejor a la hora de proporcionar
emocional
apoyo a los demás (r .30), y significativamente mejor incluso en el manejo de
conflictos interpersonales (r .20).
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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Sin embargo, las valoraciones de los compañeros de cuarto cuentan una historia muy diferente.
Para cuatro de las cinco habilidades interpersonales, la correlación entre la
autoestima autoevaluada y la habilidad calificada por el compañero de cuarto no
alcanzó significación, oscilando entre 0,01 para el manejo de conflictos y 0,15
para la afirmación frente a conductas objetables. En el caso de iniciar nuevos
contactos sociales y amistades, el vínculo con la autoestima (r .38) siguió siendo
significativo, pero fue sustancialmente menor que el vínculo entre la autoestima
y la habilidad autoevaluada para hacer nuevos amigos. Un aspecto problemático
de los hallazgos de este estudio fue que la autoestima calificada por los
compañeros de cuarto se correlacionaba mejor que la autoestima calificada por
los compañeros de cuarto con las habilidades sociales calificadas por los
compañeros de cuarto, y las correlaciones entre la autoestima calificada por los
compañeros de cuarto y las habilidades interpersonales calificadas por los que los compañeros de interacción, las personas con baja autoestima fueron más
compañeros de cuarto eran bastante similar a las correlaciones entre la autoestima precisas en sus estimaciones de las calificaciones de los observadores.
autoevaluada y las habilidades interpersonales autoevaluadas. Es casi seguro
que la autoestima tiene que ser más precisa cuando la reporta uno mismo que
cuando la estiman otros, por lo que estos hallazgos plantean la preocupante
posibilidad de que las correlaciones se debieran a algún tipo de sesgo de
respuesta que resultó en respuestas a preguntas. acerca de la autoestima es
similar a las respuestas a preguntas sobre habilidades interpersonales.
Los hallazgos de Buhrmester et al. (1988) sugieren, por tanto, que las
personas con una alta autoestima se consideran a sí mismas como poseedoras
de una gama impresionante de habilidades sociales superiores, pero que estas
habilidades no son fácilmente discernidas o confirmadas por los demás. En
general, los compañeros de cuarto no encontraron que sus compañeros de cuarto
con alta autoestima tuvieran más habilidades sociales que sus compañeros de
cuarto con baja autoestima. La única excepción significativa tuvo que ver con la
habilidad para iniciar nuevas relaciones e interacciones. Ésta parece ser una
esfera en la que la confianza podría entrar en juego: las personas que se
consideran deseables y atractivas bien podrían estar dispuestas a entablar
conversaciones con extraños, posiblemente porque no esperan rechazo. Por el
contrario, las personas con baja autoestima podrían evitar iniciar tales contactos.
Brockner y Lloyd (1986) estudiaron las interacciones interpersonales en el
laboratorio. Todos los sujetos primero calificaron su autoestima y luego tuvieron
una conversación de 10 minutos para "familiarizarse" con un miembro del sexo
opuesto. Se tuvo cuidado de garantizar que los interlocutores no se conocieran
antes de la sesión. Después, respondieron preguntas sobre las impresiones que
tenían el uno del otro. Además de estas calificaciones de los pares, se obtuvieron
autocalificaciones de simpatía. Las personas con alta autoestima estimaron que
les agradaban a sus parejas mucho más que las personas con baja autoestima,
pero las calificaciones reales de las parejas no mostraron ni un atisbo de esta
correlación. También es digno de mención que las personas con baja autoestima
en lugar de alta parecen haber sido responsables de la discrepancia entre las
autoevaluaciones y las calificaciones de sus parejas: las personas con baja
autoestima estimaron que a sus parejas les agradaban mucho menos que a sus
parejas en realidad. indicado, mientras que las personas con alta autoestima
estimaron las calificaciones de sus parejas con bastante precisión. Estos
resultados coinciden con los de Buhrmester et al. (1988): Una alta autoestima
hace que uno se considere popular y agradable, pero en realidad las personas
con alta y baja autoestima son igualmente agradables.
JD Campbell y Fehr informaron resultados similares.
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
(1990). Después de una conversación de 15 minutos para familiarizarse, las
personas estimaron cómo los evaluarían su pareja y un observador y calificaron
qué tan favorablemente evaluaron a su pareja. También se obtuvieron
calificaciones de observadores no involucrados. Las personas con alta autoestima
estimaron que sus parejas y observadores las calificarían más positivamente que
las personas con baja autoestima, pero no hubo diferencias en las calificaciones
reales de las parejas o de los observadores. Como en el estudio de Brockner y
Lloyd (1986), las personas con alta autoestima estimaban con bastante precisión
cuánto les agradaban a sus parejas (las personas con baja autoestima
subestimaban cuánto les agradaban a sus parejas).
Sin embargo, debido a que los observadores calificaron a todos con mayor dureza
Heatherton y Vohs (2000) publicaron recientemente una investigación de
laboratorio más compleja sobre la autoestima y el gusto interpersonal. Razonaron
que los nulos hallazgos de Brockner y Lloyd (1986) podrían haberse debido en
parte al contexto relativamente neutral, por lo que introdujeron una manipulación
de la amenaza al ego. Específicamente, antes de la interacción conversacional,
la mitad de los participantes tomaron una prueba intelectual difícil y recibieron
retroalimentación que amenazaba su autoestima de que se habían desempeñado
mucho peor que sus compañeros. Los demás participantes realizaron una versión
neutral de la misma prueba, que fue etiquetada como tarea piloto, y no recibieron
retroalimentación. Luego, todos los participantes tuvieron una conversación
estructurada de 20 minutos con un participante ingenuo sobre temas de intimidad
baja, media y alta. Finalmente, los participantes calificaron cuánto se gustaban
unos a otros.
Los resultados de Heatherton y Vohs (2000) mostraron que la autoestima
interactuaba con la amenaza al ego. En la condición de control, en la que no se
golpeaba el orgullo ni el sentido de competencia de nadie, las personas eran
igualmente apreciadas independientemente de su nivel de autoestima.
En ese sentido, los resultados replicaron los hallazgos de Brockner y Lloyd (1986)
y JD Campbell y Fehr (1990). Sin embargo, en la condición de amenaza al ego sí
surgieron diferencias. Las personas con alta autoestima recibieron calificaciones
más bajas que las personas con baja autoestima. Estos hallazgos contradicen
directamente la opinión de que una alta autoestima conduce a un mejor agrado
interpersonal.
(También contradicen la llamada hipótesis del amortiguador, que sostiene que
las personas con alta autoestima afrontan mejor el estrés y la adversidad.
Analizamos esta hipótesis más adelante en la sección sobre Afrontamiento y
depresión.) Evidencia adicional sugirió que la disminución del gusto por las
personas Las personas con alta autoestima en la condición de amenaza al ego
en comparación con la condición de control se debía a que eran percibidas como
antagónicas. Por el contrario, y tal vez contraintuitivamente, las personas con
baja autoestima eran apreciadas significativamente más en la condición de
amenaza al ego que en la condición de control.
Estos hallazgos fueron corroborados por Vohs y Heatherton (en prensa) en
un estudio naturalista de 372 hombres y mujeres universitarios que fueron
calificados por sus pares. La autoestima global de los participantes se evaluó
durante la primavera de su último año en la escuela secundaria y luego
nuevamente a mitad de su primer año en una universidad de la Ivy League.
Aquellos cuya autoestima cayó sustancialmente.
17
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Beneficios de la autoestima
inicialmente (es decir, en 1 DE), presumiblemente porque el cambio a la universidad
sacudieron su sentido positivo de sí mismos, fueron colocados en la amenaza del ego
grupo, y en comparación con estudiantes cuya autoestima no
gota. Este estudio apoyó los estudios previos de Heatherton y Vohs (2000) al mostrar
que los hombres y mujeres con alta autoestima
Los que fueron amenazados fueron los que menos agradaron a sus pares. Una vez
una vez más, ser visto como antagónico medió el efecto.
Vohs y Heatherton (2001) examinaron posibles mecanismos subyacentes a
estos resultados. Descubrieron que lo alto y lo bajo
autoestima las personas piensan sobre sí mismas de manera diferente después
amenaza, tal que las personas con alta autoestima se vuelven más independientes
y menos interdependientes (es decir, enfatizan la autosuficiencia y creen que
realmente no necesitan a otras personas),
mientras que lo contrario es cierto para las personas con baja autoestima (es decir,
enfatizan las relaciones interpersonales, incluso a expensas de
el yo). Sin embargo, en ausencia de amenaza, las personas con alta y baja
autoestima no muestran diferencias en la preocupación por el yo frente a las
relaciones interpersonales. Además, Vohs y Heatherton encontraron
que se trata de verse a sí mismo como separado versus conectado con los demás
que impulsa diferencias en la simpatía y las percepciones de personalidad
entre personas con alta y baja autoestima que han experimentado una amenaza a
su ego.
Bonanno proporcionó recientemente pruebas convergentes,
Field, Kovacevic y Kaltman (2002). Descubrieron que a los observadores no
capacitados no les agradaban las personas propensas a la superación personal.
Entre el mismo grupo de participantes, el tamaño de la tendencia
hacia la superación personal se asoció con la autoinformación
capacidad para afrontar el estrés y el trauma (consulte la sección sobre Afrontamiento
y depresión). Dicho de otra manera, manteniendo una visión inflada
de sí mismos ayudaron a las personas a sentirse bien y recuperarse de
trauma, pero también tendía a alienar a los demás.
Sin embargo, otra evidencia sugiere que las personas con alto
La autoestima gusta más si se cumplen ciertas condiciones. Carpintero
et al. (1992) realizaron un estudio de 5 semanas de compañeros de habitación del mismo
sexo, midiendo el gusto de los compañeros de habitación utilizando una versión modificada.
de la escala de Rosenberg. Por lo tanto, si los compañeros de cuarto calificaran a las personas como
se calificaran a sí mismos, las personas con baja autoestima parecerían
no ser querido, y las personas con alta autoestima parecerían
para agradar. Por lo tanto, este procedimiento hizo más probable que
las personas con alta autoestima resultarían también muy apreciadas. Incluso
Entonces, las personas con baja autoestima eran queridas menos que otras.
sólo si eran hombres, deprimidos y propensos a tranquilizarse
búsqueda (un patrón molesto de tácticas interpersonales diseñadas
para provocar comentarios positivos y de apoyo de los demás). Los resultados para
las mujeres, las personas no deprimidas y otros participantes no mostraron mayor
desagrado o menosprecio hacia las personas.
con baja autoestima que las personas con alta autoestima.
Relaciones románticas e íntimas
El papel de la autoestima en las relaciones románticas ha recibido bastante poca
atención. En particular, se sabe poco sobre
si la autoestima predice la durabilidad de las relaciones románticas. Un estudio con
una muestra muy pequeña (N 30) encontró
18
que las parejas con baja autoestima tenían más probabilidades que las parejas con
alta autoestima de romper en un período de 1 mes
(SS Hendrick, Hendrick y Adler, 1988). Datos sobre estilos de amor
y la autoestima apoyan este hallazgo, mostrando que la baja autoestima está
relacionada con sentimientos de amor maníaco, que se caracteriza por sentimientos
extremos tanto de alegría como de angustia por el amor.
objeto (WK Campbell, Foster y Finkel, 2002). La alta autoestima está relacionada
con el amor apasionado y erótico, que se caracteriza por
la escalada de sentimientos eróticos por el objeto de amor. Estos hallazgos son
consistentes con otros estudios que muestran que, en comparación
con personas con alta autoestima, aquellas con baja autoestima
experimentar más casos de amor no correspondido (Dion & Dion,
1975) y sentimientos más intensos de amor por los demás (C. Hendrick
y Hendrick, 1986).
Varios hallazgos indican que el comportamiento en las relaciones difiere
en función de la autoestima. Murray, Rose, Bellavia, Holmes,
y Kusche (2002) descubrió que las personas con baja autoestima adoptan una
variedad de conductas potencialmente destructivas. Ellos tienden
desconfiar de las expresiones de amor y apoyo de sus parejas, y
por eso actúan como si estuvieran constantemente esperando que sus socios los
rechacen y abandonen. Sin embargo, hasta ahora estos patrones
no se han traducido en ninguna evidencia de que las relaciones sean
en realidad es más probable que se disuelva.
Por lo tanto, a pesar de los problemas de relación causados por la baja
autoestima, no es más probable que las relaciones se rompan si una pareja
tiene baja autoestima que si una pareja tiene alta autoestima. Posiblemente la razón
de esto sea que una alta autoestima también conduce a problemas en las relaciones.
Rusbult, Morrow y Johnson (1987)
Examinó cuatro tipos de respuestas a problemas dentro de relaciones cercanas y
encontró que la autoestima producía la mayor diferencia en la categoría de respuestas
activa­destructiva (“salida”).
Las personas con alta autoestima tenían significativamente más probabilidades
que otros para responder a los problemas y conflictos decidiendo
abandonar la relación, buscar otras parejas y participar en
otras conductas que contribuirían activamente al deterioro de la relación. Estos
resultados se basaron en las respuestas
a escenarios hipotéticos, que comparten muchos de los inconvenientes
de medidas de autoinforme. Sin embargo, como señalaron los autores, parece
Es poco probable que sus hallazgos puedan atribuirse a un simple sesgo de
respuesta porque las personas con alta autoestima admitían comportamientos más
indeseables que deseables.
Shackelford (2001) encontró que la autoestima estaba entrelazada
con una variedad de patrones en el matrimonio, aunque no proporcionó evidencia
sobre si la alta autoestima afecta la durabilidad de los matrimonios. Los cónyuges
mostraron niveles similares de autoestima, con una correlación de la autoestima
global de los cónyuges de 0,23.
y autoestima física (incluido el atractivo autovalorado)
correlacionándose bastante fuerte en .53. Es significativo que Shackelford considerara
la autoestima como un resultado más que como una causa del matrimonio.
interacciones, aunque sus datos eran correlacionales. La fidelidad de las esposas
fue el predictor más fuerte de la autoestima de los maridos. Este
podría indicar que los hombres con alta autoestima hacen que sus esposas
permanecer fieles o, como especuló Shackelford, que los maridos cornudos
experimenten una pérdida de autoestima.
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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Lo más importante es que las mujeres se quejaban más de los maridos.
con autoestima baja que con alta. Hombres con baja autoestima
Sus esposas los ridiculizaban por ser celosos, posesivos, desconsiderados, de mal
humor, propensos al abuso del alcohol y emocionalmente restringidos. Una vez
más, la dirección de la causalidad es difícil de determinar.
determinar. Posiblemente, la baja autoestima de los maridos provoca reacciones negativas.
percepciones entre las esposas. Por el contrario, ser irrespetado o
despreciado por su esposa puede disminuir la autoestima de un hombre. Otra
posibilidad más es que tener una variedad de malos rasgos conduzca a ambos
a la baja autoestima y a la falta de respeto por parte de la esposa.
Mientras tanto, la autoestima de las esposas no estaba relacionada con su
quejas de los maridos sobre ellas, excepto que los maridos que
criticaban o insultaban la apariencia de sus esposas eran generalmente
casado con esposas con baja autoestima y, de hecho, Shackelford
(2001) encontraron que este era el predictor más consistente de baja
autoestima entre las esposas.
Comportamiento grupal y liderazgo
El comportamiento en grupo es un complemento importante del comportamiento.
en relaciones diádicas íntimas. Encontramos relativamente poco trabajo.
que muestra efectos conductuales objetivos de la autoestima en grupo.
ajustes. Una excepción notable es una impresionante longitudinal
estudio de LePine y Van Dyne (1998). Estos investigadores recopilaron una amplia
muestra de grupos de trabajo, compuesta en total por
Casi 600 empleados en 21 organizaciones diferentes. Siguieron los grupos durante
6 meses y obtuvieron calificaciones de sus pares.
comportamiento de cada participante. La principal variable de interés fue
“comportamiento de la voz”, definido como la voluntad de hablar dentro del
grupo, criticando su funcionamiento o proponiendo rutas alternativas de
acción. El comportamiento de la voz es vital para el largo plazo de una organización.
éxito, porque de ello depende la innovación, al igual que los
posibilidades de impedir que avance por un camino destructivo.
camino (como en “pensamiento de grupo”; Janis, 1982). Porque hablar y
Criticar al grupo requiere iniciativa y voluntad de desviarse del aparente consenso
del grupo, predijeron los autores.
que una alta autoestima conduciría a un mayor comportamiento de voz.
Esta predicción se confirmó, aunque el efecto sólo fue
marginalmente significativo. A lo largo del período de 6 meses, LePine y
Van Dyne (1998) descubrió que una alta autoestima conducía a tener más voz
comportamiento, aunque representó sólo el 1% de las diferencias
entre personas en esa dimensión. Es más, en efecto era
personas con alta autoestima que estaban más dispuestas a hablar.
Un 3% adicional de la variación en el comportamiento de la voz se debió a
interacciones de la autoestima con otras variables.
especialmente el tamaño del grupo. Como era de esperar, a medida que los grupos se volvieron
En el grupo más grande, menos personas estaban dispuestas a hablar en contra del
consenso o criticar al grupo, pero este patrón de disminución de la iniciativa fue menos
pronunciado para las personas con alta autoestima que para las personas con alta autoestima.que los demás cumplan sus órdenes. Pero
para aquellos con baja autoestima. Dicho de otra manera, las personas con alta
La autoestima se sintió menos intimidada por la perspectiva de hablar.
salir en un grupo grande.
Por lo tanto, se descubrió que la alta autoestima tenía un beneficio, y
fue un beneficio que encaja bien con los supuestos teóricos. Tomando
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
La iniciativa y la crítica a un grupo aparentemente requerirían tener cierta confianza
en los propios puntos de vista y, efectivamente, las personas con alta autoestima
fueron calificadas por sus pares como más
dispuestos y más propensos a hacer esas cosas. De hecho, es sorprendente que
el efecto fuera tan pequeño.
El rendimiento del grupo también se investigó en un estudio longitudinal.
estudio de Paulhus (1998). Tenía grupos de 4 y 5 personas.
reunirse una vez por semana durante 7 semanas para discutir lecturas para sus
clase de psicología. Los miembros del grupo se calificaron entre sí después de
primera y última semana. La superación personal, definida como calificarse a uno
mismo más favorablemente que los miembros del grupo, fue positivamente
correlacionado con el narcisismo al final del estudio (mientras que si
cualquier cosa, los narcisistas parecían bastante modestos al principio.
evaluación). Por el contrario, la autoestima mostró una correlación débil, pero
positiva, con la superación personal en ambos momentos. lo mas
Sin embargo, la variable de resultado relevante fue la calificación de la contribución
de cada individuo al desempeño del grupo. personas con alto
La autoestima fue calificada más positivamente que las personas con baja
autoestima en ambos momentos (r .25 y r .28, respectivamente),
indicando una buena contribución al trabajo del grupo. Sin embargo, la
heterogeneidad de la alta autoestima fue evidente en las calificaciones
de narcisistas. Inicialmente, los narcisistas fueron calificados de manera bastante positiva como
contribuyendo al grupo, pero al final de la séptima semana, el
La impresión favorable de los narcisistas había desaparecido por completo.
(r .01). En un segundo estudio se encontraron resultados similares y
Además, los narcisistas pasaron de recibir calificaciones generalmente positivas de sus
compañeros inicialmente a ser calificados como fríos, arrogantes, propensos a alardear,
propenso a sobreestimarse a sí mismo y hostil al final del estudio.
El segundo estudio también solicitó calificaciones de amigos antes de
la serie de reuniones de grupo, que permitieron a Paulhus (1998)
calcular una segunda medida de superación personal, previa a la prueba, que
es decir, la tendencia de cada persona a valorarse más favorablemente que sus
amigos. El patrón de calificaciones de los participantes.
con puntuaciones altas en esta medida previa a la prueba de superación personal
era bastante similar al patrón encontrado para los narcisistas:
Las calificaciones de su contribución al grupo fueron significativamente
positiva inicialmente, pero esta impresión positiva desapareció en el
calificaciones finales. Las calificaciones al final del estudio describieron a los
automejoradores como confiados, pero fríos, arrogantes, propensos a alardear, a
la defensiva y hostiles.
El liderazgo es otro aspecto importante del comportamiento grupal,
y la mayoría de los expertos dirían que las causas y determinantes de
buen liderazgo forman un conjunto de preguntas que la psicología no ha
aún así logré responder a satisfacción de todos. Intuición
sugiere que el liderazgo debería correlacionarse con la autoestima, aunque la
flecha causal podría apuntar en cualquier dirección. Alto
La autoestima puede darle a una persona la confianza y la iniciativa para
hacerse cargo de un grupo, tomar decisiones bajo presión o incertidumbre y esperar
También es plausible que convertirse en líder genere un sentido de
superioridad personal y produce un aumento de la autoestima. Ciertamente, las
carreras de muchos líderes excepcionales en la historia sugieren que debieron
haber tenido un alto grado de confianza en sí mismos para llegar a la cima y que, a
la inversa,
19
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Beneficios de la autoestima
Con el tiempo, sus posiciones de poder los animaron a convertirse en
narcisista y a veces megalómano (Baumeister, 1989).
Un impresionante estudio sobre el liderazgo entre los cadetes militares
fue publicado recientemente por Chemers, Watson y May (2000).
Los cadetes fueron seguidos a lo largo del tiempo, incluso durante un especial
Programa de verano dedicado a la formación de liderazgo. Las medidas
Incluyó calificaciones de pares y de profesores de ciencias militares, así como
así como el desempeño objetivo en dos tareas de liderazgo y dos
tareas no relacionadas con el liderazgo (puntería con rifle y navegación terrestre).
Los análisis correlacionales simples mostraron algunos efectos significativos.
de autoestima. Predijo las calificaciones de los pares, las calificaciones de los profesores,
y desempeño en el segundo (aunque no el primero) liderazgo
ejercicio, así como el desempeño en las dos tareas de control no relacionadas con el
liderazgo.
Autoestima, optimismo y eficacia del liderazgo (sentimientos de
ser un buen líder) demostró estar interrelacionado, sin embargo, por lo que
los autores realizaron análisis estadísticos más rigurosos que
desenmarañar los efectos de estas variables. En estos análisis,
La autoestima global no tuvo una correlación significativa con
calificaciones de liderazgo obtenidas ya sea de los profesores o de
los compañeros cadetes. La autoestima tampoco logró producir un impacto significativo
contribución al desempeño en los ejercicios de liderazgo (como lo hizo
optimismo), pero la eficacia del liderazgo tuvo éxito. El hecho de que el
Los efectos de la autoestima desaparecieron en estos grupos más sofisticados.
Los análisis indican que la autoestima se superpuso con otros factores (por ejemplo,
eficacia del liderazgo) que pueden haber tenido prioridad.
en la predicción de las medidas de resultado evaluadas. Chemers et al.
encontraron una asociación única entre la autoestima y el desempeño sólo en el
ejercicio de navegación terrestre. Alta autoestima
podría ayudar a las personas a evitar perderse (o, por el contrario, encontrar
el camino a casa puede aumentar la autoestima).
El comportamiento grupal también implica relaciones intergrupales. En general,
la gente favorece a sus propios grupos en pensamiento y acción. Ellos
Prefieren asignar mayores recompensas a los miembros de su propio grupo.
que a los grupos externos, califican a su propio grupo más favorablemente
que los exogrupos, y tienden a dirigir el prejuicio y la discriminación hacia los
exogrupos. Las primeras teorizaciones sugirieron que tales
El favoritismo dentro del grupo es más fuerte entre las personas con baja autoestima
que entre aquellas con alta autoestima (p. ej., Ehrlich,
1973). Parecía plausible que las personas con baja autoestima fueran
más inclinados a impulsarse a sí mismos mediante desprecio y
discriminar a miembros de otros grupos. De hecho, el
oportunidad de discriminar a un miembro de una comunidad negativamente
un grupo estereotipado puede reforzar la autoestima (Fein y Spencer, 1997).
Crocker et al. (1987) señalaron, sin embargo, que no se puede
inferir la presencia de prejuicios cuando personas con baja autoestima dan
calificaciones bajas a grupos externos. Las personas con baja autoestima
generalmente parecen negativas acerca de muchos eventos y personas,
incluidos ellos mismos. Una medida más apropiada de sesgo es
la diferencia entre cómo uno se califica a sí mismo o a su propio grupo
versus cómo se califica al exogrupo. Según esa medida, Crocker
et al. encontró que el prejuicio era más fuerte entre las personas con
autoestima alta en lugar de baja (ver también Crocker & Luhtanen,
1990).
20
En un metanálisis, Aberson et al. (2000) encontró que las personas
La autoestima de los grupos a los que pertenecen es más alta que la de los grupos a
los que no pertenecen. Las personas con baja autoestima no muestran tal diferencia.
Trabajo reciente
sobre la categorización social sugiere que un proceso simple puede dar cuenta
para este efecto. Cuando las personas predicen los atributos de sus grupos internos,
dependen en gran medida de sus propios conceptos de sí mismos, pero cuando
predicen los atributos de los exogrupos, no participan en
tal autoanclaje (o proyección) (Cadinu & Rothbart, 1996;
Clemente y Krueger, 2002). Debido a que los atributos positivos superan en número
a los negativos en el autoconcepto de la mayoría de las personas, las proyecciones
dentro de grupos producen resultados positivos. Al no estar sujeto
En comparación con la proyección, las descripciones de los exogrupos siguen siendo más neutrales.
El proceso de proyección diferencial también explica por qué el sesgo intragrupal
suele reflejar un favoritismo intragrupal más que un favoritismo intragrupal.
derogación del exogrupo (Brewer y Kramer, 1985).
Conclusión
La sabiduría popular en la era de la autoestima sostiene que amar
uno mismo es un requisito previo para amar a los demás (por ejemplo, Crooks & Baur,
1999). Los esfuerzos por aumentar la autoestima en las escuelas, los hogares y
otros lugares estarían bien justificados si dieran como resultado mejoras significativas
en la forma en que las personas se llevan entre sí.
La evidencia sugiere que las habilidades sociales superiores y el éxito
interpersonal de las personas con alta autoestima existen.
principalmente en sus propias mentes. Las personas con alta autoestima afirman
ser más popular y socialmente más capacitado que otros, pero las medidas objetivas
generalmente no logran confirmar esto y en algunos casos
apuntar en la dirección opuesta. Cuando lo califican sus compañeros, maestros,
o compañeros de interacción de laboratorio, personas con alta autoestima
no son más queridos que las personas con baja autoestima, y
Después de un golpe a su orgullo, pueden volverse antagónicos.
y provocar reacciones negativas. Las personas que tienen opiniones elevadas o
infladas de sí mismas tienden a alienar a los demás.
El modelo de sociómetro propuesto por Leary y sus colegas.
(Leary et al., 1995) sugiere que el nivel de autoestima debe
ser el resultado de éxitos y fracasos interpersonales. Esta vista
plantea una explicación alternativa muy plausible para cualquier hallazgo
que podría vincular la alta autoestima con el éxito social. Pero, como ya se ha
señalado, hay relativamente pocos hallazgos de este tipo. Obispo y
Inderbitzen (1995) encontró que los niños sin amigos
tendía a tener baja autoestima, y parece bastante plausible
que esta falta de amigos era una causa más que un resultado de la baja
autoestima.
Los resultados de los estudios sobre el comportamiento grupal no proporcionan una
respaldo rotundo a la importancia de la autoestima. Alto
La autoestima no parece tener mucho que aportar al liderazgo, especialmente
después de controlar otras variables. Alto
La autoestima parece fomentar una tendencia pequeña pero significativa.
hacia un mayor comportamiento de la voz en los grupos de trabajo. Esta tendencia a
Hablar también puede ser responsable de que las personas con alta autoestima
reciban calificaciones algo más altas por contribuir a
del grupo, en comparación con personas con baja autoestima. Gente
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
con alta autoestima también generalmente muestran un mayor sesgo a favor
de sus propios grupos, lo que puede ser beneficioso para el grupo
pero también puede producir mayor discriminación y conflicto entre grupos.
La autoestima parece tener una variedad de relaciones interpersonales.
consecuencias. Las personas con baja autoestima se diferencian de aquellas
con alta autoestima en la forma en que conducen sus relaciones interpersonales.
relaciones y cómo eligen y persiguen objetivos sociales.
Aún así, estas diferencias no parecen traducirse en resultados de relación
sustancialmente diferentes.
Los resultados más prometedores involucran la iniciativa social. El
tendencia a iniciar contactos y relaciones interpersonales (como
calificados por los compañeros de cuarto) fue la única habilidad interpersonal
que diferenció a los participantes con alta y baja estima en el estudio.
por Buhrmester et al. (1988). En grupos, las personas con alta autoestima están
más dispuestas que aquellas con baja autoestima a
hable para criticar al grupo o proponer direcciones de acción.
Del mismo modo, las personas con alta autoestima toman más iniciativa para
salir de relaciones infelices (Rusbult et al.,
1987). Actualmente la evidencia es escasa, pero tanto teórica como
Estas consideraciones y los pocos hallazgos disponibles sugieren que la
autoestima puede tener valor para promover la iniciativa.
La autoestima per se puede no ser la mejor variable para explorar los
procesos interpersonales. Los narcisistas (muchos de los cuales tienen
alta autoestima) exhiben una variedad de comportamientos interpersonales
problemáticos y alienantes. Algunas personas deprimidas (un grupo
eso incluye a algunas personas con baja autoestima) constantemente
buscar tranquilidad interpersonal y alienar a los demás por diferentes motivos.
razones.
AGRESIÓN, VIOLENCIA, DELINCUENCIA Y
COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL
Durante décadas, los psicólogos creyeron que la baja autoestima
fue una causa importante de agresión. Esta vista parece
han surgido de impresiones clínicas más que de una sola
formulación teórica o línea de evidencia empírica. Fue
cuestionado por Baumeister et al. (1996), quienes revisaron una variedad de
conjuntos de hallazgos y concluyó que los perpetradores de la agresión
generalmente tienen opiniones favorables y tal vez incluso infladas
de ellos mismos. Propusieron que la agresión resulta de
lo que llamaron "egoísmo amenazado", es decir, una visión positiva
de uno mismo que es cuestionado o atacado por otras personas. Dos
Es necesario tener en cuenta algunos puntos. Primero, esa revisión no contenía
experimentos de laboratorio que vincularan la autoestima medida con la autoestima medida.
agresión y, de hecho, muchos de los hallazgos sobre la violencia
grupos (como los asesinos encarcelados) se basaron en entrevistas
e impresiones en lugar de medidas estándar de autoestima.
En segundo lugar, Baumeister et al. Abrazó firmemente la noción de
heterogeneidad de la alta autoestima. Observaron que muchas personas con
alta autoestima no son agresivas, aunque otras sí lo hacen.
son altamente agresivos. Si ese punto de vista es correcto, entonces cuidadosamente
estudios controlados y sistemáticos que intentan medir tanto
la autoestima y la agresión generalmente pueden encontrar resultados nulos,
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
en la medida en que las personas agresivas y no agresivas en la alta
categoría de autoestima se anularían entre sí.
Agresión
Entre los niños, el acoso escolar es una forma importante de agresión. La
visión tradicional de que los acosadores tienen baja autoestima ha
recientemente han sido atacados. Olweus (1990, 1994) fue uno de
el primero en cuestionar la noción de que los acosadores sufren de inseguridades
y dudas que subyacen a un exterior duro. Aunque Ol­weus no midió la
autoestima directamente, sí demostró que
Los agresores informaron menos ansiedad y estaban más seguros de sí mismos.
que otros niños. Análisis de autoinformes sobre conductas de acoso
de más de mil escolares australianos, Slee y
Rigby (1993) no encontró correlación entre el acoso y la autoestima. Sin
embargo, es evidente que las autoinformes de acoso son sospechosas,
En la medida en que las personas que obtienen puntuaciones altas en autoestima generalmente
Afirman realizar una amplia gama de conductas socialmente deseables.
más a menudo que otras personas (y de hecho afirmaron
también realizan más conductas prosociales en esta muestra).
La información confiable sobre el acoso requiere confirmación
de fuentes externas, preferiblemente pares. Estos datos fueron obtenidos por
Salmivalli, Kaukiainen, Kaistaniemi y Lagerspetz.
(1999), que tomaron una muestra de más de 300 adolescentes finlandeses (de
14 y 15 años) completaron medidas de rasgos, incluidas medidas de autoestima
y egoísmo defensivo, y calificaron todas sus
compañeros de clase sobre una variedad de medidas de comportamiento y
rasgos. Además de calcular correlaciones entre calificaciones de autoestima
y otras medidas, Salmivalli et al. Se utilizaron medidas de autoestima
autoevaluada y de pares para categorizar a los participantes.
según si se caracterizaban mejor por tener
Alta autoestima defensiva, alta autoestima genuina, baja autoestima, tendencia
a menospreciarse a sí mismos u orgullo humilde. Por
Al utilizar estas categorías, los autores pudieron permitir la
Posible heterogeneidad de la alta autoestima.
La correlación entre la autoestima de cada persona y la
Las calificaciones de sus compañeros de clase sobre esa persona como propensa a acosar a las personas fueron
insignificante. Sin embargo, las personas clasificadas como con alta autoestima
defensiva (caracterizada por puntuaciones muy altas en egoísmo defensivo
junto con puntuaciones superiores a la media en autoevaluaciones).
y la autoestima evaluada por los pares) tenían significativamente más probabilidades que
otros serán llamados por sus compañeros como matones. Salmivalli et al. (1999)
señaló que este hallazgo confirmó tanto la heterogeneidad de los altos
La autoestima y la hipótesis del egoísmo amenazado planteada.
por Baumeister et al. (1996). De mayor interés fue que la categoría de alta
autoestima defensiva abarcaba no sólo a los propios agresores sino también a
sus compinches. Personas en esta categoría
fueron calificados por sus compañeros como propensos a ayudar a los acosadores en su
victimización de otros, como uniéndose una vez que un agresor había comenzado a atacar
a alguien, o atrapando y reteniendo a la víctima para que el agresor comenzara a atacar a alguien.
El agresor podría seguir atormentándolo. Las personas con alta autoestima
defensiva también fueron calificadas como más propensas que otras
para reforzar el acoso, como acercarse a observar al acosador, gritarle aliento
al acosador, reírse del
21
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
espectáculo y hacer comentarios de aprobación al acosador
o a otros espectadores.
La heterogeneidad de la alta autoestima fue confirmada por
Salmivalli et al. (1999) de otra manera. Los adolescentes con una autoestima alta
genuina (a diferencia de la defensiva) fueron calificados por
sus pares son significativamente más propensos que otros a defender la
víctimas de acoso. Pensándolo bien, este hallazgo no es sorprendente, porque
acudir en ayuda de una víctima requiere cierto grado de
de confianza. Se podrían combinar todos estos hallazgos para sugerir
que la alta autoestima parece apoyar la iniciativa, ya sea para
bueno o malo: las personas con alta autoestima (defensiva) eran
más probabilidades que otros de involucrarse en acoso, y las personas con
Una autoestima alta (la llamada genuina) tenía más probabilidades de luchar
contra el acoso. Mientras tanto, las personas con baja autoestima eran
tienen más probabilidades que otros de ser víctimas de acosadores.
El trabajo de Salmivalli et al. (1999) es el más riguroso
estudio metodológicamente sofisticado sobre el acoso escolar que
han encontrado, porque incorporaba medidas objetivas (calificadas por pares) de
comportamiento de intimidación y múltiples medidas de autoestima que permitían la
heterogeneidad en este constructo. El principal
El inconveniente de este estudio es que fue transversal y correlacional, por lo que
no se puede determinar la causalidad a partir del mismo. Hace
intimidar a otras personas hace que aumente la autoestima (defensiva), o
¿La alta autoestima defensiva conduce al acoso? El vínculo entre la baja autoestima
y la victimización también puede interpretarse de manera bastante plausible en
cualquier dirección causal: los agresores pueden elegir
víctimas sobre la base de la percepción de falta de autoestima o de ser
victimizado puede ser perjudicial para la autoestima.
Probablemente la mejor evidencia sobre los vínculos causales entre
la agresión y la autoestima vendrían de programas específicamente diseñados para
alterar la autoestima. Un par de estudios de este tipo
fue informado recientemente por Murphy, Stosny y Morrel (2001),
que rastrearon a los delincuentes domésticos a través de programas de terapia que
incluyeron intervenciones destinadas a aumentar la autoestima. Su investigación
tiene varios inconvenientes que deben tenerse en cuenta. Uno
El inconveniente es que la muestra estaba formada por hombres que fueron remitidos
por los tribunales a terapia sobre la base del abuso conyugal. Es generalmente
Creía que los hombres en terapia para la violencia doméstica difieren de
otros delincuentes domésticos, sobre todo porque saben bien que
la situación exige que expresen arrepentimiento y critiquen
ellos mismos. Otro inconveniente de estos estudios es que la terapia difícilmente
podía centrarse únicamente en la autoestima, sino que también incluía
intervenciones dirigidas directamente a reducir el comportamiento violento, y
por lo que hay que ser cauteloso al atribuir cualquier reducción de la violencia
comportamiento directamente a aumentos en la autoestima.
Sin embargo, los dos estudios son dignos de mención debido a su
centrarse en la violencia adulta en el mundo real, y porque en ambos casos,
La terapia condujo a aumentos significativos en la autoestima. Estos aumentos
estuvieron acompañados por reducciones significativas en el abuso conyugal, según
las propias personas. Tanto antes como después del tratamiento, la autoestima se
correlacionó negativamente con la agresión, de modo que una mayor
la autoestima se asoció con menos agresión autoinformada,
aunque las correlaciones alcanzaron significación sólo en uno de los
los dos estudios.
22
Sin embargo, la violencia autodenunciada es una medida problemática.
Murphy y cols. (2001) abordaron este problema obteniendo informes de los cónyuges
y parejas de los delincuentes domésticos.
durante los 6 meses posteriores a la terapia. Estos datos por sí solos cumplen
el estándar de confirmar objetivamente los resultados conductuales,
y no proporcionan ninguna confirmación de los beneficios de aumentar la autoestima.
No hubo correlación significativa entre
autoestima de los hombres o el cambio en la autoestima y el comportamiento abusivo
informado por su pareja y, en todo caso, la tendencia fue en el
dirección equivocada: mayor autoestima post­terapia y mayor
Los aumentos en la autoestima desde el principio hasta el final de la terapia se
correlacionaron con más y no menos resultados posteriores.
abuso conyugal (rs .08, ns).
Otro enfoque bastante riguroso para examinar el impacto de
autoestima sobre la agresión es realizar experimentos de laboratorio. Asumiendo
que las causas preceden a los efectos, se mide la autoestima
al inicio de una sesión de laboratorio no podría ser el resultado de un comportamiento
agresivo que se observe más adelante en la sesión, aunque
En principio, una tendencia crónica hacia la agresión podría ser la causa.
causa subyacente tanto de la agresión durante el experimento
y el nivel de autoestima. Baumeister et al. (1996) no pudieron
para encontrar informes de experimentos de laboratorio que vinculen la autoestima
a la agresión. Dada la gran popularidad de la autoestima
y la agresión como temas de investigación, no parecía plausible que
el posible vínculo entre ellos nunca había sido probado. Este
tentativamente hacia la conclusión de que se habían realizado estudios
realizado pero permaneció inédito debido a resultados nulos.
Un par de experimentos de laboratorio realizados por Bushman y Baumeis­ter
(1998) proporcionaron una prueba directa del papel de la autoestima en la
comportamiento agresivo. Los experimentos investigaron la agresión.
en represalia directa por un insulto, la agresión desplazó (es decir, los participantes
fueron insultados por una persona y luego tuvieron la oportunidad de
agresión contra otra persona) y agresión no provocada
(es decir, los participantes fueron elogiados en lugar de insultados y luego
una oportunidad de agredir al que alaba). Los dos estudios utilizados
Diferentes medidas de autoestima. La agresión se midió
por el volumen y la duración de las explosiones de aversividad, estrés
ruido que los participantes entregaron a un oponente cuando el oponente
perdió una prueba en un juego competitivo.
No hubo correlaciones significativas entre los niveles de
autoestima y agresividad en cualquiera de las tres situaciones estudiadas. Esto
confirmó la sospecha de que la ausencia de hallazgos publicados previamente
probablemente indicaba que los estudios habían
realizado pero obtuvo resultados nulos.
Sin embargo, Bushman y Baumeister (1998) encontraron que el narcisismo era
un predictor significativo de agresión. Específicamente,
Los narcisistas eran más agresivos que otros individuos cuando
provocado por un insulto, pero no mostró tasas elevadas de agresión desplazada o
no provocada. Estudios más recientes de Stucke
y Sporer (2002) demostraron una alta agresión entre los narcisistas que habían sido
criticados y sugirieron además que el
Es especialmente probable que la combinación de un concepto de sí mismo poco
claro o confuso con el narcisismo conduzca a represalias agresivas. El
El impacto del narcisismo en esos estudios proporcionó más apoyo.
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por la heterogeneidad de la alta autoestima, en la medida en que los narcisistas
puede considerarse una categoría de personas con alta autoestima—
personas que no sólo piensan bien de sí mismas, sino que también ven
a sí mismos como superiores a los demás.
Delincuencia
La delincuencia juvenil tiene un interés tanto teórico como práctico. Combina
agresión abierta, que a veces se extiende hasta
asalto y asesinato, con comportamiento antisocial como robar
y vandalismo. La suposición de que la baja autoestima causa agresión ha ofrecido
tradicionalmente una explicación de por qué
los jóvenes recurren a la delincuencia, es decir, que carecen de autoestima. Sin
embargo, la evidencia sobre el papel de la autoestima en la delincuencia es bastante
contradictoria. En esta sección resumimos
algunos de los hallazgos más importantes.
Neumark­Sztainer, Story, French y Resnick (1997) obtuvieron autoinformes
sobre conducta delictiva haciendo que los adolescentes informaran con qué
frecuencia durante los últimos 12 meses habían
propiedad dañada o destruida, golpeado o golpeado a otra persona, o robado de
una tienda. La autoestima mostró un importante
correlación negativa con el comportamiento delictivo autoinformado
entre ambos niños (r .22) y niñas (r .26), pero en una re­
análisis de regresión que controló la cohesión familiar, la participación escolar, la
victimización previa, la disposición a asumir riesgos y
bienestar emocional, la autoestima no logró emerger como un predictor independiente
significativo, a pesar de la excepcionalmente grande
muestra (N 123.132). La falta de predicción independiente
no necesariamente socava el valor de la autoestima: la autoestima puede tener
efectos importantes sobre la delincuencia que ocurren
estar mediado por otras variables (p. ej., quizás baja autoestima
Las personas tienen más probabilidades de incurrir en delincuencia porque
son más propensos a desconectarse de la escuela y correr riesgos).
Un estudio más reciente realizado por Trzesniewski, Donnellan, Robins,
Moffitt y Caspi (2002, estudio 1) con 292 estudiantes de quinto y octavo grado
arrojaron correlaciones significativas (rs oscilaron entre
.26 a .35) entre la morosidad autoinformada y tres
diferentes medidas de autoestima (dos medidas de autoinforme
y un informe del profesor). En este caso, la relación siguió siendo significativa
(coeficiente estandarizado .28) en un complejo análisis estadístico.
análisis (modelo de ecuaciones estructurales latentes) que controló
tanto el apoyo a los padres como el rendimiento académico.
Uno de los estudios más ambiciosos e intrigantes sobre la autoestima y la
delincuencia fue publicado por Rosenberg et al.
(1989). Su muestra a nivel nacional incluyó a casi 2.000 varones adolescentes a los
que se midió dos veces. longitudinal del estudio
El diseño permite alguna inferencia causal, aunque su exclusiva
La dependencia de los autoinformes de conducta delictiva significa que el
Los resultados pueden verse comprometidos por sesgos de autoinforme. Lo simple
Correlaciones entre la autoestima y la delincuencia autoinformada
fueron bastante débiles en este estudio, rs .09 y .07 en el primer
y segundas evaluaciones, respectivamente. Rosenberg et al. propuso, sin embargo,
que este resultado aparentemente nulo podría en realidad
ocultar tendencias contrarias. Al examinar los cambios a lo largo del tiempo,
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
concluyeron que en realidad había dos vínculos importantes
entre autoestima y morosidad en los datos. primero, bajo
la autoestima se asoció con un aumento en el comportamiento delictivo (r .19). En
segundo lugar, el comportamiento delictivo se asoció
con un aumento de la autoestima (r .08, marginalmente significativo). También
encontraron que estos efectos interactuaban con las relaciones sociales.
clase. La baja autoestima era más propensa a aumentar la delincuencia
en el grupo más rico, posiblemente porque el comportamiento delictivo era más
normativo entre las clases bajas, por lo que las cifras ya eran tan altas que no había
mucho espacio para
aumentar. Mientras tanto, el aumento de la autoestima derivado de
La participación delincuente fue mayor entre los jóvenes de
nivel socioeconómico bajo en lugar de alto (o medio).
Sin embargo, otro estudio longitudinal reciente no pudo confirmar
las conclusiones de Rosenberg et al. (1989). En este estudio, Jang
y Thornberry (1998) siguieron a casi mil estudiantes
(a partir de séptimo y octavo grado) durante 4 años y medio. Distinguieron entre
actividades delictivas y asociación con amigos delincuentes, aunque los autoinformes
fueron la principal fuente de información.
información sobre ambos. Jang y Thornberry no encontraron ninguna tendencia.
baja autoestima para predecir la delincuencia posterior, ya sea
medido por conducta criminal y antisocial o por tener amigos delincuentes. Tampoco
lograron encontrar que la actividad delictiva
aumento de la autoestima y, en todo caso, delincuencia autodeclarada
La actividad condujo a una disminución de la autoestima. formando amistades
Sin embargo, trabajar con compañeros delincuentes aumentó la autoestima. Así, cualquier
Los beneficios aparentes de la delincuencia parecían deberse a la formación de
amistades y a la comparación social con compañeros delincuentes, en lugar de
cometer actos violentos o antisociales.
Más recientemente, un ambicioso estudio longitudinal realizado por Trzes­
niewski et al. (2002, Estudio 2) arrojaron pruebas bastante sólidas
que la autoestima puede de hecho desempeñar un papel causal en la externalización
Comportamiento, una constelación de comportamientos que incluye la delincuencia.
además de una mala conducta antisocial adicional que generalmente no se considera
delincuente. (El término conducta externalizante refleja la suposición de que la
persona está descargando su problema en
otros.) Este estudio siguió a estudiantes desde los 11 años (n 809;
48% mujeres) hasta los 13 años (n 726; 48% mujeres) y evaluaron el comportamiento
externalizante con tres medidas relativamente objetivas:
informe del maestro, informe de los padres y un informe de la entrevista (a los 13 años
únicamente) según los criterios de síntomas de trastorno de conducta de la
Asociación Estadounidense de Psiquiatría. La autoestima fue significativamente
correlacionado con el comportamiento de externalización en ambos momentos (rs
varió de 0,16 a 0,25), y la autoestima a los 11 años predijo el comportamiento de
externalización a los 13 años (r varió de 0,19 a 0,25).
.21). Además, se encontró que la contribución de la autoestima
ser independiente de las relaciones con los padres, las relaciones con
compañeros, coeficiente intelectual y estatus socioeconómico. Dada la gran muestra,
diseño longitudinal y medición multimétodo del comportamiento de externalización,
este estudio proporciona la mejor evidencia disponible
para un vínculo positivo entre la baja autoestima y el comportamiento delictivo
posterior.
En general, existe cierto apoyo a la visión tradicional de que
La baja autoestima puede predisponer a una persona a participar en actividades anti­
23
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
comportamiento social. La correlación entre autoestima y delincuencia varía entre los
estudios (desde casi cero hasta alrededor
.30), pero casi siempre es negativo, lo que sugiere que el efecto está presente, aunque
probablemente sea bastante débil. También hay
alguna sugerencia de que el efecto de la autoestima sobre la delincuencia
puede estar mediado por variables como la participación escolar y
elegir asociarse con amigos delincuentes.
Comportamiento antisocial
El comportamiento antisocial acompaña a la delincuencia. Por comportamiento
antisocial nos referimos a un comportamiento socialmente indeseable.
pero no necesariamente violento. Un experimento realizado por Lobel y Levanon (1988)
examinó el engaño en relación con las diferencias individuales en autoestima y necesidad
de aprobación. Los participantes
Eran niños y niñas de 12 años que asistían a una escuela en Israel. Su tarea
Era trazar dibujos lineales sin levantar el lápiz ni volver sobre las líneas. Después de dos
problemas fáciles, tres problemas irresolubles
fueron presentados, y los niños pudieron decir que habían resuelto
sólo si hacían trampa, lo que permitió a los investigadores obtener una medida objetiva
de las trampas. La autoestima hizo
no tiene un efecto directo sobre las trampas, pero interactúa con la necesidad
para aprobación para determinar la cantidad de trampa. Los resultados
fueron consistentes con la opinión de que la autoestima es un constructo heterogéneo,
en el sentido de que los niños que hicieron más trampa y
Quienes hicieron menos trampa ambos tenían una alta autoestima. Más precisamente,
aquellos que tenían una alta autoestima y necesidad de
aprobación fueron los que más hicieron trampa, mientras que aquellos que tenían un alto nivel de aprobación
autoestima pero tenían una baja necesidad de aprobación eran los que menos hacían trampa. El
Los autores propusieron que una distinción entre verdadero y defensivo
una alta autoestima podría explicar sus resultados.
Los problemas disciplinarios escolares y los comportamientos antisociales
relacionados fueron el foco de una gran encuesta realizada por DeWit et al. (2000). Todo
En el estudio se incluyeron estudiantes de cuatro escuelas secundarias de Ontario,
Canadá, para un total de mil participantes. Aunque los autores favorecieron claramente
la hipótesis de la autoestima,
La autoestima no fue un predictor significativo para tres de los cinco.
variables de resultado. En particular, la autoestima no contribuyó a la predicción de
problemas disciplinarios en la escuela, abuso de sustancias o problemas de conducta.
De Wit et al. (2000) se basaron exclusivamente en autoinformes de comportamiento
antisocial. Como señalamos anteriormente, no todos los autoinformes son
son iguales, y los informes sobre malas conductas concretas y verificables
presumiblemente están menos sujetos a distorsiones y sesgos que las estimaciones
globales. Los informes sobre problemas disciplinarios escolares parecen la
medida más concreta y verificable DeWit et al. usado, en la medida
Cuando se preguntó a los estudiantes con qué frecuencia habían sido suspendidos,
cumplido detenciones, enviado al director o
ausentismo escolar en las últimas 6 semanas. Las medidas de abuso de sustancias.
También parecen razonablemente concretos, aunque menos fácilmente verificables, y en
estas medidas la autoestima no arrojó resultados significativos.
efectos. Por el contrario, el trastorno de oposición desafiante (un trastorno recurrente
patrón de comportamiento negativo, hostil, desobediente y desafiante)
estaba relacionado con la baja autoestima. Los indicios de este trastorno fueron
24
medido en gran medida mediante una encuesta de actitud que consta de preguntas
como por ejemplo: “¿Con qué frecuencia, en general, te molestan los demás?”
El hecho de que la autoestima tuviera sus efectos en los aspectos menos concretos
Las medidas sugieren algún papel potencial para el sesgo de autoinforme.
Por último, una serie de entrevistas y estudios de laboratorio realizados por Colvin,
Block y Funder (1995) observaron específicamente a personas con una autoestima
inflada. Esto se hizo comparando cuán favorablemente
Las personas se calificaron a sí mismas con qué tan favorablemente fueron calificadas por
otros, y las personas cuyas autocalificaciones eran más altas que las
Las calificaciones de sus pares se clasificaron como opiniones favorables infladas.
de sí mismo. Luego se invitó a los participantes al laboratorio y
Se observaron sus interacciones con compañeros asignados al azar.
En comparación con los controles, las personas que tenían una autoestima inflada
exhibieron una alta tasa de comportamientos antisociales y socialmente indeseables.
Eran más propensos a interrumpir a los demás.
durante la conversación. Expresaron más hostilidad y
Se descubrió que molestaban e irritaban a sus parejas. Su estilo conversacional fue visto
como hablar en lugar de hablar con
alguien. A pesar de sus autovaloraciones favorables, se encontraron
como socialmente incómodo. En un segundo estudio, personas de este tipo fueron
Se encontró que era propenso al desajuste psicológico y a tener
pobres habilidades sociales.
Conclusión
Muchos investigadores han tratado de vincular la autoestima con la violencia, la
agresión y las tendencias antisociales. Los resultados son
mezclado en el mejor de los casos. Los psicólogos que deseen estudiar o reducir la
agresión harían bien en centrarse en otros factores además del
autoestima o, al menos, respetar la heterogeneidad de los altos
autoestima y por lo tanto considerar variables adicionales. En el
En el caso de la agresión, las medidas simples de autoestima generalmente no han
logrado predecir el comportamiento objetivo, mientras que el narcisismo alto
(presumiblemente una subcategoría de la autoestima alta) sí lo hace.
conducir a represalias agresivas, un hallazgo consistente con la
modelo de egoísmo amenazado. Autoestima inflada, en el sentido de
considerarse a uno mismo más favorablemente que sus pares, también es
asociado con comportamientos socialmente indeseables. Aunque la mayoría
Grandes estudios han encontrado que la autoestima es débil a la hora de predecir
delincuencia, problemas de disciplina escolar y actividades antisociales relacionadas y,
de hecho, algunos hallazgos sugieren que las personas
con algunas variedades de alta autoestima son más propensos a actuar
antisocialmente, un estudio reciente metodológicamente sólido ha sugerido que la baja
autoestima puede predisponer a los individuos hacia
conducta externalizante.
Aunque se necesita más investigación, existe la impresión de que
Lo que surge de estos datos es que la autoestima simplemente se intensifica.
Tendencias tanto prosociales como antisociales. Como señala el estudio de Salm­ivalli et
al. (1999), las personas que piensan bien de sí mismas están sobrerrepresentadas tanto
entre los perpetradores de
el acoso y las personas que se enfrentan a los acosadores y defienden a las víctimas.
Del mismo modo, Lobel y Levanon (1988) encontraron que
Las personas con alta autoestima constituían tanto los grupos con mayores niveles de trampa.
y los grupos con menor cantidad de trampas. Muy posiblemente, el efecto real
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
El efecto de una alta autoestima per se es apoyar la iniciativa y la acción segura,
para bien o para mal.
FELICIDAD, Afrontamiento, DEPRESIÓN
Pasamos ahora a resultados subjetivos, como la felicidad. El
La búsqueda de la felicidad es uno de los objetivos primordiales en la vida de
para la mayoría de las personas, y sentirse feliz es una forma de resultado positivo
cuya deseabilidad es difícil de discutir. Junto con la felicidad, consideramos otros
dos fenómenos relacionados. Uno de estos
es la depresión, que a menudo se define (al menos en parte) por una infelicidad
generalizada. El otro es afrontar el estrés y el trauma.
Incluso si la autoestima no contribuyera a una vida mejor y más feliz en general,
podría lograr mucho al ayudar
personas a recuperarse de eventos aversivos. Desgracias, problemas,
y los reveses pueden ser experimentados como golpes a las ventajas favorables de cada uno.
visión de uno mismo (por ejemplo, Janoff­Bulman, 1992; Taylor, 1983), y es
Es plausible que una alta autoestima permita a las personas recuperarse más rápido.
o más a fondo de tales eventos.
Antes de presentar los hallazgos, debemos reconocer que los estudios
de la felicidad y las variables relacionadas parecen depender casi inevitablemente
en los autoinformes. Para otros resultados, habitualmente sospechamos
y críticos con los datos de autoinforme, y siempre que fue posible buscamos
medidas objetivas. Sin embargo, no está claro qué tipo de medida objetiva podría
reemplazar los autoinformes de felicidad. Es posible demostrar
que las personas son menos (o más) inteligentes, atractivas o simpáticas que
creen que lo son, pero ¿en qué sentido podrían concluir los investigadores?
¿Que la gente es menos (o más) feliz de lo que cree? Si
alguien estima que su felicidad es 60 en una escala que va del 1 (felicidad muy
baja) al 100 (felicidad muy alta),
No existe ningún criterio objetivo, o “medidor de felicidad”, que pueda
muestran que la verdadera felicidad de la persona es mayor o menor. Hay
ni siquiera una forma significativa o realista de afirmar que alguien
puede estar equivocado acerca de su felicidad. Como resultado, los estudios que
investigan cualquier posible vínculo entre la autoestima y la felicidad
necesariamente tendrá que confiar en los autoinformes para ambas medidas, a
pesar de las dificultades y desventajas de los autoinformes en relación con
Establecer los efectos de la autoestima.
La confianza en el autoinforme conlleva el peligro de distorsionar la
papel de la autoestima. Como informamos en secciones anteriores, las personas
con alta autoestima emergen repetidamente como mejores que otras en los datos
de autoinforme, mientras que los datos objetivos a menudo describen tales resultados.
que las personas no sean mejores que otras. Un sesgo de respuesta hacia la
presentación del yo de maneras favorables y socialmente deseables parece
caracterizar a las personas con alta autoestima. Por lo tanto, uno bien podría
esperar que las personas con alta autoestima afirmen ser más felices
que otras personas. Sin embargo, no parece haber ninguna manera
en torno a este problema, dada la falta de medidas objetivas (de hecho, la ineludible
subjetividad) de la felicidad.
Felicidad
Un importante estudio internacional sobre la autoestima y la felicidad
fue informado por Diener y Diener (1995). Los datos vinieron de
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
Más de 13.000 estudiantes universitarios de 49 universidades diferentes, 31 países
y cinco continentes. Surgió una alta autoestima
como el más fuerte de varios predictores de satisfacción con la vida en general.
La simple correlación entre autoestima y felicidad fue
bastante significativo con .47. En resumen, la autoestima y la felicidad son
sustancialmente interrelacionados.
La correlación entre la autoestima y la felicidad (satisfacción con la vida) varió
algo entre países. En particular,
fue más fuerte en los países individualistas que en los colectivistas.
unos. Diener y Diener (1995) propusieron que en el individualismo
En muchos países, se socializa a las personas para que atiendan sus propios asuntos internos.
atributos, por lo que estos se vuelven importantes para determinar la felicidad
general, mientras que las culturas colectivistas alientan a las personas
centrarse en grupos y relaciones.
En una muestra de 406 jóvenes (de 14 a 28 años), Furnham
y Cheng (2000) midieron una serie de posibles correlatos de
felicidad, incluidos los estilos de crianza de los padres recordados, las puntuaciones en
el Cuestionario de Personalidad de Eysenck y la autoestima. Ellos
Informó que la autoestima era el factor más dominante y poderoso.
predictor de la felicidad. Shackelford (2001) examinó la felicidad de parejas jóvenes
y de mediana edad (las edades oscilaban entre los 17
a 41) que habían estado casados durante el último año y encontraron
que tanto para maridos como para esposas, la autoestima era significativamente
correlacionado con la felicidad en forma global, sexual y
satisfacción emocional.
Lyubomir­sky y Lepper (2002) proporcionaron recientemente datos sobre
adultos mayores, que complementan muy bien el énfasis puesto en los estudiantes
universitarios en el estudio de Diener y Diener (1995).
Lyubomirsky y Lepper obtuvieron datos de más de 600
adultos con edades comprendidas entre 51 y 95 años. Una vez más, la felicidad y
la autoestima estaban altamente correlacionadas (r .58). Es importante
Tenga en cuenta que tanto en este estudio como en el trabajo de Diener y Diener,
la autoestima y la felicidad tenían patrones de correlaciones muy diferentes con
otras variables predictivas, lo que apoya la conclusión de que la felicidad y la
autoestima son, de hecho, distintas.
constructos que pueden medirse por separado a pesar de su intercorrelación
relativamente alta. En casa de Lyubomirsky y Lepper
estudio, la autoestima estaba más fuertemente correlacionada que la felicidad
con desesperanza, optimismo y sensación de dominio, mientras que
La felicidad estaba más fuertemente correlacionada que la autoestima con
nivel de energía, salud general, soledad, estado de ánimo y emoción, y
propósito en la vida.
Un metaanálisis de la relación entre 137 personalidad
rasgos y felicidad (bienestar subjetivo) fue publicado por
DeNeve y Cooper (1998). Descubrieron que la “autoestima colectiva privada” (un
término que no explicaron) era uno de los
predictores más fuertes de la felicidad (r .31). Otras formas de autoestima colectiva
arrojaron resultados más débiles en su análisis.
No parecen haber incluido la medida más típica
de autoestima, ni definieron sus términos, pero en cualquier caso
sus resultados proporcionan evidencia adicional de que la autoestima (de algunos
tipo) se correlaciona consistentemente con la felicidad.
En conjunto, estos hallazgos indican uniformemente que la autoestima y la
felicidad están fuertemente interrelacionadas. Ellos sugieren
25
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
que una alta autoestima puede dar buenos resultados para el individuo en términos
de felicidad subjetiva. Nuestra principal nota de precaución
es que los datos primitivos se parecen a los simples y previamente
correlaciones prometedoras entre la autoestima y el rendimiento escolar.
Investigaciones adicionales con diseños longitudinales (u otros medios)
de probar relaciones causales), controles para terceras variables y,
Si es posible, las alternativas a las medidas de autoinforme serían en gran medida
fortalecer el caso.
Afrontamiento y depresión
Los estudios sobre afrontamiento analizan específicamente cómo responden las personas a
eventos dañinos, amenazantes, traumáticos o desagradables.
La hipótesis favorecida por la mayoría de los teóricos es que la alta autoestima
opera como una especie de recurso que permite a las personas
sufrir menos o recuperarse más rápidamente de tales eventos (p. ej.,
Arndt y Goldenberg, 2002). Según esta hipótesis, en condiciones de bajo estrés,
a las personas les iría razonablemente bien independientemente
de la autoestima, pero después del estrés, a las personas con alta autoestima les
iría mejor que a aquellas con baja autoestima.
A veces esta hipótesis se denomina hipótesis amortiguadora , porque afirma que
la alta autoestima actúa como amortiguador.
contra el estrés, el trauma y la desgracia.
Para probar la hipótesis del amortiguador, Murrell, Meeks y Walker
(1991) entrevistaron a una muestra de más de mil adultos en
Intervalos de 6 meses durante varios años. Contrariamente a sus predicciones, la
autoestima no logró funcionar como un amortiguador, en el sentido de que el efecto
de la autoestima en la depresión se mantuvo esencialmente sin cambios ya sea
Los eventos estresantes se incluyeron o no en el análisis estadístico.
En cambio, una alta autoestima predijo una menor depresión en general,
independientemente del estrés. En otras palabras, la baja autoestima predispone a
los individuos a la depresión tanto en los buenos tiempos como en los buenos tiempos.
malo, y las circunstancias reales hicieron poca diferencia.
Robinson, Garber y
Hilsman (1995). Su muestra original estaba compuesta por casi
400 estudiantes de sexto grado, casi 300 de los cuales fueron entrevistados
nuevamente en el otoño del séptimo grado (y más de 200
fueron encuestados nuevamente en la primavera de ese año). Este momento es
de particular interés porque muchos estudiantes pasan de la escuela primaria a la
secundaria entre sexto y séptimo
grado, y el cambio de escuela puede ser una potente fuente de
estrés. La autoestima tuvo un efecto directo sobre la depresión pero no sobre
conductas externalizantes. No hubo interacción entre la autoestima y el estrés en
la predicción de ninguna de las variables dependientes. De este modo,
como Murrell et al. (1991) encontraron que la baja autoestima predecía la depresión
independientemente del estrés de la vida.
Cabe señalar que Robinson et al. (1995) encontraron una interacción triple
entre el estrés, la autoestima y la atribución.
estilo. Es decir, la depresión aumentó con una combinación de
tensiones externas y una tendencia a culparse por el fracaso,
especialmente entre personas con baja autoestima. Dicho de otra manera,
La baja autoestima por sí sola no creaba una vulnerabilidad a deprimirse en
respuesta al estrés, pero la baja autoestima combinada con un estilo de
pensamiento pesimista y autoculpable sí lo hacía.
26
Otro par de estudios encontró que las interacciones entre la autoestima y el
estrés vital predijeron el aumento de los sentimientos depresivos de los
participantes. Whisman y Kwon (1993) probaron una muestra
de 80 estudiantes universitarios en dos ocasiones separadas por 3 meses.
Descubrieron que los aumentos en la disforia (un término para referirse a la depresión)
Esto a veces se prefiere porque evita la connotación de
patología clínica) fueron predichos por la autoestima, por la vida
estrés y por la interacción entre ambos. Como en los estudios
Como ya hemos comentado, la baja autoestima conducía a una mayor depresión.
A diferencia de esos estudios, el alto estrés vital también condujo a una mayor
depresión y la interacción entre el estrés y la autoestima
También fue un predictor significativo.
Sin embargo, la interacción que Whisman y Kwon (1993) encontraron
no se ajustaba al patrón de la hipótesis del amortiguador. El
La hipótesis del amortiguador sostiene que una alta autoestima ayuda a las personas a afrontar la situación.
con el estrés de la vida, por lo que las diferencias entre personas con alto y
La baja autoestima debe encontrarse principalmente en condiciones de
alto estrés vital. En cambio, Whisman y Kwon encontraron lo opuesto: las
diferencias en la autoestima eran más pronunciadas
condiciones de bajo estrés vital. Además, Whisman y Kwon
informó que el estrés vital parecía tener el mayor efecto sobre
personas con alta (en lugar de baja) autoestima. Es decir, gente
con alta autoestima fueron felices en los buenos tiempos pero infelices
durante momentos estresantes, mientras que el grado de estrés vital aparentemente
hizo menos diferencia para las personas con baja autoestima.
Ralph realizó un estudio más amplio en el mismo sentido.
y Mineka (1998), quienes encuestaron a una muestra de 141 estudiantes
universitarios más de una semana antes de su examen parcial,
nuevamente después del examen pero antes de que se emitieran las calificaciones, el
día después de que los estudiantes recibieron sus calificaciones y 3 días después. Este
El procedimiento permitió a los investigadores rastrear las reacciones a una
experiencia estresante particular y bien definida con un resultado positivo o
negativo. El malestar de las personas con alta autoestima
tendió a disminuir después de recibir sus calificaciones, independientemente
de cuáles fueron las calificaciones. Por el contrario, las respuestas de las personas con
baja autoestima dependían de cómo se comparaban sus calificaciones con las de otros.
lo que habían buscado y esperado. (Los investigadores habían preguntado
los estudiantes indicaron la calificación más baja aceptable, y se utilizó la relación
entre esa respuesta y la calificación real
clasificar el resultado de cada estudiante como un éxito o fracaso personal).
Contrariamente a la hipótesis del amortiguador, los mayores aumentos en
La angustia generalizada se produjo entre personas que tenían baja autoestima (y
también alto pesimismo) y recibieron calificaciones que
eran aceptables para ellos. Así fue la reacción de la gente.
con baja autoestima a un resultado relativamente bueno que fue
más problemático y revelador.
Los estudios de Whisman y Kwon (1993) y Ralph y
Mineka (1998) produjo hallazgos que contradecían el método de amortiguamiento.
Hipótesis: Diferencias entre personas con niveles altos y bajos.
La autoestima surgió en condiciones relativamente positivas y benignas, más que
en condiciones estresantes. Además, baja
La autoestima parece envenenar los buenos tiempos. En contraste, el
La hipótesis del amortiguador recibió el apoyo de DeLongis, Folk­man y Lazarus
(1988) en un estudio de 75 parejas casadas.
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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Sessed 20 veces durante 6 meses. Midieron las molestias diarias,
salud física y síntomas, y estado de ánimo. Tal vez sea sorprendente que la
autoestima no moderara el impacto de los problemas estresantes en el estado de
ánimo, pero sí moderó el vínculo entre los problemas estresantes y el estado de ánimo. aumentó entre aquellos que inicialmente estaban deprimidos, tenían una autoestima
molestias y síntomas físicos. Los participantes que tenían niveles bajos de
La autoestima mostró un vínculo más fuerte que otros entre la
cantidad de estrés que experimentaron en un día en particular y
si tuvieron alguna enfermedad física el mismo día y el mismo día
el día siguiente. Además, el efecto amortiguador de la autoestima siguió siendo
significativo incluso en análisis que controlaron el apoyo emocional de los
participantes y el tamaño de sus relaciones sociales.
redes. Así, las personas con baja autoestima aparentemente eran
más propenso que otros a enfermarse o sufrir otros problemas físicos.
problemas relacionados con eventos diarios estresantes.
Metalsky, Joiner, Hardin y Abramson (1993) también encontraron
apoyo a la teoría del amortiguador, aunque sólo bajo ciertas condiciones. Evaluaron
la autoestima y otros factores en una muestra de más de cien estudiantes antes
del grado parcial.
informes y luego tomó varias medidas en el día de mitad de período
Se recibieron las calificaciones y durante 5 días consecutivos a partir de entonces.
El fracaso subjetivo a medio plazo se definió como obtener una
calificación por debajo del nivel que el estudiante había declarado previamente
como aceptable. Al principio, el aumento de la depresión dependía únicamente de
fracaso subjetivo, independientemente de otros factores. Sin embargo, con el
tiempo se descubrió que las reacciones depresivas eran producto de una
interacción de tres vías. Se produjeron aumentos sustanciales en la depresión.
Se encontró sólo entre personas que cumplían tres criterios: fracaso subjetivo,
estilo atribucional negativo (autoculpable) y baja autoestima. (Estos resultados son
bastante consistentes con el patrón de
hallazgos reportados por Robinson et al., 1995, descritos anteriormente en
esta sección.) Por lo tanto, la baja autoestima, especialmente en combinación
con un estilo atribucional de culpabilidad, hizo que las personas fueran más
vulnerables a sentirse deprimidas en respuesta a un factor estresante de la vida real
durante un corto período de tiempo.
Una investigación similar realizada por Roberts y Monroe (1992)
llegó a una conclusión algo diferente. Ellos también rastrearon un
muestra (N 216) de estudiantes universitarios, y se midió la autoestima
antes de los exámenes parciales y depresión después. Académico
El estrés se evaluó calculando la diferencia entre la calificación esperada de un
estudiante y la calificación real, y luego multiplicando
esta diferencia por la importancia subjetiva (para el estudiante) de
logro académico. Hubo un pequeño efecto independiente.
de la autoestima sobre la depresión, de modo que los estudiantes con menor
La autoestima justo antes del examen reportó más depresión después de obtener
sus calificaciones, independientemente de cuáles fueran sus calificaciones.
eran. Este efecto es interesante, a pesar de su pequeño tamaño, porque
muestra una baja autoestima que conduce a un aumento de la depresión en un
corto periodo de tiempo. Desafortunadamente, el efecto no se mantuvo en los
últimos días del estudio, lo cual es desconcertante y arroja dudas.
duda sobre el impacto de la autoestima en la depresión.
El nivel de autoestima no interactuó con el estrés académico para
predecir la depresión en el estudio de Roberts y Monroe (1992), contrariamente a
la teoría del amortiguador. Sin embargo, la autoestima inestable (medida en
términos de variación intrapersonal en las puntuaciones de autoestima)
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
durante el examen previo, período de referencia). La depresión aumentó más entre
los estudiantes que inicialmente no estaban deprimidos,
Tenía una autoestima inestable y subjetivamente reprobó el examen. También
inestable y obtuvieron buenos resultados en el examen.
La autoestima inestable también predijo de forma independiente un aumento
en la depresión independientemente de otros factores, aunque cuando los controles
estadísticos se ingresaron en un análisis más complejo, esto
El efecto desapareció.
Sobre la base de este trabajo y otros hallazgos, Roberts y Mon­roe (1994)
propusieron una explicación teórica general del papel de
autoestima en la depresión. Reconocieron que a menudo se ha propuesto la baja
autoestima como un factor de riesgo que crea un
vulnerabilidad a la depresión, pero concluyó que en la investigación,
El nivel de autoestima no ha logrado emerger como un predictor sólido.
del inicio de la depresión. Propusieron que la vulnerabilidad a
La depresión acompaña a la autoestima inestable (es decir, la autoestima
que es propenso a fluctuar a través del tiempo), así como la autoestima
basado en fuentes relativamente pocas y poco confiables.
La teoría del amortiguador fue respaldada por la investigación de Corning
(2002) sobre las reacciones a la discriminación percibida entre las mujeres.
Como en la mayoría de los otros estudios, hubo una tendencia general entre las
personas con alta autoestima a sentirse mejor que aquellas con baja autoestima,
independientemente de los acontecimientos. Sin embargo, la autoestima interactuó con
discriminación percibida. Las mujeres con baja autoestima reaccionaron
a ser objeto de discriminación al angustiarse,
Considerando que los efectos de la discriminación fueron mucho más débiles en
Mujeres con alta autoestima. Corning examinó una variedad de
malos resultados, incluyendo ansiedad, depresión y síntomas físicos, en lugar de
centrarse exclusivamente en la angustia.
Un trabajo reciente de Roese y Pennington (2002) sugiere una
Posible razón por la cual las personas con alta autoestima aparentemente
afrontar mejor la discriminación que las personas con baja autoestima. Las
personas con alta autoestima tienden a tener una brecha entre su percepción de
discriminación hacia su grupo
y su percepción de discriminación contra ellos mismos. Eso
Es decir, creen que su grupo es a menudo víctima de discriminación, pero que
ellos mismos no han sido víctimas.
Experimentos de laboratorio de Greenberg et al. (1992) también
apoyó la hipótesis de la amortiguación, aunque con respecto a
ansiedad en lugar de depresión. Buscaban aumentar la autoestima
primero haciendo a la gente una prueba de personalidad y luego proporcionando
comentarios falsos que transmitían una evaluación muy positiva. Posteriormente,
los participantes fueron expuestos a uno de varios factores estresantes,
incluyendo tener que ver imágenes perturbadoras de muertes espantosas
y recibir malos comentarios sobre una prueba de coeficiente intelectual. Los factores estresantes tendieron
para producir aumentos en la ansiedad autoinformada y signos de angustia física,
pero estos efectos se atenuaron entre las personas
cuya autoestima se había visto reforzada.
La hipótesis del amortiguador también recibió apoyo de un estudio reciente.
Un par de estudios de Bonanno et al. (2002), aunque utilizaron un
medida de superación personal (es decir, si los participantes calificaron
ellos mismos como mejores que el promedio y más altos que sus pares
los calificó en varias dimensiones) en lugar de una autoevaluación estándar.
27
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Beneficios de la autoestima
medida de estima. Bonanno et al. examinó las reacciones al estrés en
dos poblaciones muy diferentes, residentes en Bosnia durante la
reciente guerra civil y residentes jóvenes y de mediana edad de San
Área de la Bahía de Francisco cuyo cónyuge había muerto dentro de los 3 años posteriores a
casamiento. La hipótesis del amortiguador total no pudo probarse porque estos
estudios no incluyeron grupos de control de bajo estrés.
pero en ambos estudios, los automejoradores informaron un mejor afrontamiento que los
no autopotenciadores. Además, los resultados del autoinforme
Los datos fueron respaldados por datos más objetivos: la buena adaptación de los
autopotenciadores se confirmó en las calificaciones de los expertos en salud mental
basadas en entrevistas clínicas.
¿Cómo se pueden integrar todos estos hallazgos sobre la relación entre
depresión y autoestima? Primero, casi todos los estudios
encontró que las personas con baja autoestima se sentían más deprimidas o
por lo demás peor que las personas con alta autoestima. En segundo lugar, el
Hipótesis amortiguadora (es decir, la hipótesis de que la baja autoestima
crea vulnerabilidad al estrés) recibió su mejor apoyo en estudios que utilizaron
medidas de resultado distintas a la depresión, como
enfermedad física o ansiedad. En tercer lugar, cuando la baja autoestima interactuó
con el estrés vital, los hallazgos se dividieron casi por igual en cuanto a
si apoyaron la hipótesis del amortiguador o lo contrario
patrón, es decir, la mitad de los estudios confirmaron que la baja autoestima
mayor vulnerabilidad al estrés, pero fue irrelevante en buenos
veces, mientras que el resto encontró que la baja autoestima envenenaba
buenos tiempos en lugar de exacerbar la vulnerabilidad a los malos
veces. Por último, algunos hallazgos favorecen una versión más complicada de
la hipótesis del amortiguador que incorpora una tercera variable, a saber,
culparse a uno mismo. En otras palabras, la combinación de baja autoestima,
La culpa y los eventos estresantes o aversivos causan depresión.
para aumentar.
Conclusión
El vínculo entre la autoestima y la felicidad es fuerte. Las personas con alta
autoestima son significativamente más felices que otras personas. También tienen
menos probabilidades de estar deprimidos,
ya sea en general o específicamente en respuesta a eventos traumáticos y
estresantes. Muchos estudios han confirmado este vínculo.
Sin embargo, antes de que sea seguro concluir que la autoestima causa
felicidad, más investigaciones deben abordar las deficiencias metodológicas del
trabajo que se ha realizado hasta ahora. Primero,
Es necesario establecer la causalidad y determinar la posible tercera variable.
Es necesario descartar las causas. Parece plausible que la autoestima
causa felicidad, pero ninguna investigación lo ha demostrado. El fuerte
La correlación entre autoestima y felicidad es solo eso: una
correlación. Es posible que los éxitos laborales, académicos o interpersonales
causen tanto felicidad como alta autoestima.
Considerando que los fracasos correspondientes causan tanto infelicidad como
baja autoestima. Incluso es posible que la felicidad, en el sentido
de temperamento o disposición a sentirse bien, provoca una alta autoestima. En
este sentido, la investigación sobre el rendimiento académico es
informativo: Las correlaciones entre la autoestima y el bien
Las calificaciones no parecen derivarse de ningún impacto causal de la autoevaluación.
28
estima en el trabajo escolar, sino más bien otras causas de fondo conducen
a ambos y, hasta cierto punto, un buen rendimiento escolar conduce a
mayor autoestima. La felicidad nos parece más prometedora que el rendimiento
académico como consecuencia potencial de la
autoestima, pero las vías causales alternativas deben considerarse con igual rigor
y cuidado.
En segundo lugar, la felicidad y la depresión se han estudiado principalmente
mediante autoinforme. Como hemos visto, la tendencia de algunos
Las personas hacia la floccinaucinihilipilificación general pueden producir tanto su
baja autoestima como informes desfavorables sobre
otros aspectos de la vida. Es evidente que las medidas objetivas son mucho más
más difícil de obtener para la felicidad y la depresión que para la
desempeño académico. Pero las lecciones del rendimiento académico, las
habilidades interpersonales, el atractivo físico y similares
son aleccionadores con respecto a los autoinformes.
El apoyo a la hipótesis del amortiguador es desigual, pero hay
varios hallazgos sólidos y de apoyo. Las correlaciones entre
alta autoestima y felicidad y entre baja autoestima
y la depresión puede ocultar cierta influencia de las circunstancias.
Sin embargo, se necesita más investigación para desentrañar estos procesos.
Algunos estudios apoyaron la hipótesis del amortiguador: baja autoestima
produjo sus efectos perjudiciales principalmente en tiempos malos. Otros
encontró lo contrario: la baja autoestima parecía envenenar la
buenos tiempos, mientras que en los malos todos sufrieron. Incluso otros
encontraron que las circunstancias eran irrelevantes y la baja autoestima
simplemente predijo peores resultados tanto en los buenos como en los malos tiempos.
La resolución final de esta controversia teórica no está en
vista, y recomendamos que los investigadores continúen realizando
pruebas y análisis para iluminar esta pregunta, siendo consciente al mismo tiempo
de hallazgos contradictorios. Parece justo suponer
que la respuesta final será más compleja que la original
hipótesis del amortiguador. No obstante, los hallazgos sugieren consistentemente
que la baja autoestima conduce a peores resultados, incluyendo
depresión y posiblemente enfermedad física, bajo algunas circunstancias.
SALUD, tabaquismo, alcohol y otros
DROGAS, SEXO, COMER
Hay varias razones para creer que los altos niveles de
La autoestima puede tener un impacto beneficioso en la salud física.
Por ejemplo, como señalamos anteriormente, las personas con alta autoestima
perciben que tienen más apoyo social y percepciones de
apoyo social tienen relaciones bien documentadas con numerosos
resultados de salud, incluida la duración de la vida (ver Ornish, 1998, para
un resumen).
Otra razón para suponer que una alta autoestima podría tener
beneficios para la salud se encuentran en la vasta literatura que demuestra la
Impacto del estrés (especialmente el estrés crónico) en la salud. El estrés es,
por supuesto, una respuesta altamente subjetiva, y depende críticamente
tanto en la interpretación que el individuo hace de los acontecimientos como en su
creencias sobre los recursos de afrontamiento disponibles (Lazarus &
Folkman, 1984). Porque las personas con alta autoestima interpretan
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
eventos negativos de manera más benigna, perciben que tienen mayor
control y, en general, son más optimistas sobre su capacidad de afrontamiento.
habilidades, parece razonable que experimentarían menos
estrés y por lo tanto disfrutan de mejores niveles de salud física que
personas con baja autoestima.
Las consecuencias adversas del estrés para la salud están mediadas
principalmente por la activación de las hormonas del estrés (cortisol). Por lo tanto, la
La mejor evidencia indirecta para la suposición de que la alta autoestima
beneficios para la salud provienen de estudios que demuestran que las personas
que difieren en autoestima muestran reactividad diferencial del cortisol en
Respuesta a factores estresantes experimentados en el laboratorio. En general,
Estos estudios han demostrado que cuando el factor estresante involucra situaciones reales.
fracaso o el gran potencial de fracaso (p. ej., para personas mayores, una prueba
desafiante de capacidad para conducir un automóvil), las respuestas de cortisol son
mayores en participantes con baja autoestima que en
aquellos con alta autoestima (Kirschbaum et al., 1995; Pruess­ner, Hellhammer y
Kirschbaum, 1999; Seeman et al., 1995).
Sin embargo, hay sólo unos pocos estudios que proporcionan alguna
evidencia directa que vincula la autoestima y los resultados objetivos de salud. En
un estudio de 502 adultos mayores de 60 años
y tenía una enfermedad cardiovascular, una alta autoestima predijo un mejor
funcionamiento físico y psicosocial 12 meses después
entre los participantes femeninos, pero no masculinos (Forthofer, Janz,
Dodge y Clark, 2001). Y un estudio anterior de más de
1.300 policías de Helsinki demostraron que entre aquellos cuyos
los electrocardiogramas tenían signos de enfermedad coronaria, menor
la autoestima se relacionó con un mayor riesgo de morir por infarto de miocardio en
los próximos 10 años (Nirkko, Lauroma, Silt­anen, Tuominen y Vanhala, 1982).
Varios estudios han encontrado que las personas con alta autoestima
califican mejor su salud general que las personas con baja autoestima
(por ejemplo, Glendinning, 1998). James (1997) encontró que el colectivo
la autoestima (como el orgullo racial) predijo la salud autoinformada
en una pequeña muestra de trabajadores afroamericanos pero no blancos
trabajadores. En una gran muestra de 1.700 jóvenes escoceses, de entre 14 y 16 años,
Glendinning (1998) encontró que la autoestima estaba relacionada con las
autocalificaciones de la salud, pero no con los autoinformes de conductas relevantes
para la salud. Aún así, estos últimos hallazgos no fueron verificados por pruebas objetivas.la autoestima conduce claramente a fumar posteriormente. Pederson,
medidas, y podría verse distorsionado por el sesgo habitual de autoinforme.
Aunque consideramos prematuro sacar conclusiones
sobre el impacto de la autoestima en la salud física, esto no
parece un área que merece más estudio (y cualquier hallazgo nulo
debería publicarse). En particular, una mayor investigación a través de
diseños longitudinales que controlan posibles mediadores o
Sería deseable que haya moderadores de la relación. es concebible
que los beneficios de una alta autoestima, incluido sentirse bien,
conducir directamente a una mejor salud. Por otra parte, todos los estudios que
encuestamos encontraron que la autoestima está correlacionada con una mejor salud.
sólo en algunos grupos y no en otros, y diferían en cuanto a
qué grupos se beneficiaron. También es posible que causas biológicas subyacentes,
como el temperamento o la buena condición física,
contribuir tanto a la autoestima como a la salud, en cuyo caso las intervenciones
destinadas a aumentar la autoestima probablemente no tendrían ningún efecto
en salud. En cualquier caso, se justifica más y mejor investigación.
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
A diferencia de la salud general, muchos comportamientos relevantes para la salud tienen
Se ha estudiado en relación con la autoestima. Principal entre estos
Hay varios conjuntos de comportamientos destructivos o riesgosos que los jóvenes
la gente participa. El interés público en la autoestima está motivado en parte por la
esperanza de que aumentar la autoestima ayudará
los jóvenes se abstienen de abusar del alcohol y otras drogas,
fumar cigarrillos, sucumbir a patrones alimentarios patológicos y participar en
prácticas sexuales de riesgo. resumimos
los hallazgos sobre estos comportamientos en esta sección.
Una deficiencia importante de la mayoría de estos estudios es que
confiar principalmente en los autoinformes. Sin duda, no sería ninguna de las dos cosas.
No es ético ni práctico intentar inducir a jóvenes a consumir drogas ilegales o a tener
relaciones sexuales de riesgo durante un experimento de laboratorio, e intentar
observar estas actividades encubiertas en el
El mundo fuera del laboratorio tampoco es muy práctico. Por eso,
Es difícil evitar cierto grado de dependencia de la autoevaluación. Aún,
La interpretación de los hallazgos debe moderarse con el reconocimiento de que las
personas con alta autoestima tenderán a reportar patrones de conducta más
socialmente deseables que las personas con baja autoestima. Además, la
autoevaluación de conductas específicas es presumiblemente más confiable que las
vagas y generales autoevaluaciones.
De fumar
Se reconoce ampliamente que fumar es perjudicial para la salud. Si
una alta autoestima podría ayudar a prevenir el tabaquismo, incluso sólo entre
jóvenes, esto sería una valiosa contribución al bienestar individual y a la sociedad
en general. También es posible que fumar
afecta la autoestima y no al revés, porque la autoestima de los fumadores que se
sienten estigmatizados puede verse afectada. Varios grandes
Las investigaciones han explorado posibles vínculos entre la autoestima.
y fumar, aunque el tabaquismo generalmente se ha medido
sólo por autoinforme, y los hallazgos de que las personas con alta autoestima
fumar menos que otros podría ser un artefacto de sesgo de autoinforme.
Tres estudios han sugerido que la baja autoestima está relacionada
fumar, pero desafortunadamente ninguno de ellos muestra tan bajo
Koval, McGrady y Tyas (1998) encuestaron a más de 1.600
estudiantes canadienses de octavo grado, distinguiendo múltiples categorías de
fumadores. Los fumadores actuales tenían una autoestima más baja que los
Adolescentes que nunca habían fumado. La autoestima de los ex
los fumadores estaba en el medio, y los fumadores experimentales (es decir, aquellos
que probaron fumar ocasionalmente sin volverse habituales
fumadores) tenían casi el mismo nivel de autoestima que el octavo
alumnos que nunca habían fumado.
En una muestra más joven de casi 1.500 estudiantes de tercer y quinto grado en
el centro de Carolina del Norte, Jackson, Henriksen,
Dickinson y Levine (1997) encontraron que los niños con menor
autoestima eran más propensos a admitir haber fumado en alguna ocasión.
Un estudio longitudinal realizado por Andrews y Duncan (1997)
rastrearon a más de 400 adolescentes, cuya edad al inicio de
el estudio fue entre 11 y 15 años, durante 3 años. Los investigadores
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Beneficios de la autoestima
estaban particularmente interesados en si la autoestima y otros
Estas variables mediarían la relación entre la motivación académica y el
tabaquismo (entre otras variables). La autoestima no mediaba esta relación,
pero era una relación independiente.
predictor de tabaquismo. Cuando se midieron la autoestima y el tabaquismo al
mismo tiempo, la correlación promedio entre ellos
era .18. Las correlaciones rezagadas a lo largo del tiempo no arrojaron resultados claros.
patrón en cuanto a si la autoestima predijo el tabaquismo posterior o si fumar
predijo la autoestima posterior.
Dos estudios adicionales han encontrado que el vínculo entre
La autoestima y el tabaquismo dependen del género. Lewis, Harrell,
Bradley y Deng (2001) encuestaron a 1.200 niños de 10 a 15 años
que viven en tres condados productores de tabaco en Carolina del Norte.
Entre las chicas, las fumadoras tenían una autoestima significativamente más baja que
no fumadores. Entre los niños, los fumadores y no fumadores
Los grupos no difirieron en la autoestima. Una muestra de más de
8.000 niños (que se redujeron a 6.530 en el cuarto año del
estudio) en Calgary, Alberta, Canadá, fue estudiado por Abernathy,
Massad y Romano­Dwyer (1995). Estos investigadores encontraron
que para las niñas, la baja autoestima en el sexto grado predecía una
probabilidad sustancialmente mayor de fumar en el noveno grado.
Las niñas con baja autoestima tenían aproximadamente 3 veces más
probabilidades de probar cigarrillos que otras niñas. Entre los niños, la autoestima
no tenía relación con el tabaquismo. Este estudio destaca tanto por su gran
muestra y por su diseño longitudinal prospectivo.
Por el contrario, varios estudios grandes no encontraron relación alguna. El
posible vínculo entre la autoestima y el tabaquismo
fue el foco específico y principal de la investigación de Glendinning
e Inglis (1999). Informaron sobre los hallazgos de dos escoceses.
encuestas (una nacional, una local), que incluyeron un total de
cerca de 3.000 jóvenes de 13 y 14 años. Observando debilidad
y la inconsistencia en hallazgos anteriores, incluyeron varias medidas de
tabaquismo, como la frecuencia de fumar y tener
haber dejado de fumar versus no haber fumado nunca. Ellos también
Clasificó a sus encuestados en varias categorías sociales, como
socialmente aislado, convencional y orientado a sus pares. A pesar de
estos esfuerzos, los datos no mostraron una relación significativa entre
autoestima y tabaquismo, incluso cuando las categorías sociales eran
tomado en consideración.
Un estudio longitudinal de mil jóvenes en Nueva
McGee y Williams (2000) informaron sobre Zelanda. Los investigadores
evaluaron la autoestima a los 12 años y luego preguntaron
sobre una variedad de comportamientos que comprometen la salud a la edad
15. Hubo una ligera tendencia hacia un mayor tabaquismo entre las personas
con baja autoestima, pero no alcanzó significación.
y dada la gran muestra, se debe considerar una falta de significancia
como indicación de que la relación era insignificante.
Como parte de un estudio longitudinal prospectivo de patrones de salud en
una cohorte de mil jóvenes escoceses, West y Sweeting
(1997) informaron sobre los participantes cuando tenían 15 años.
hubo una ligera tendencia para los jóvenes con mayor
autoestima para informar que fuman menos que otros, pero esto no logró
alcanzar significancia a pesar de la gran muestra. En otro grande
muestra (1.700) de jóvenes rurales escoceses, de 14 y 16 años,
30
Glendinning (1998) encontró que la autoestima no tenía correlación
con tabaquismo autoinformado.
Una muestra canadiense de más de 1.500 alumnos de sexto grado fue
estudiado por Koval y Pederson (1999). En vista de la situación general
hallazgos débiles de investigaciones anteriores sobre la autoestima y
fumar, midieron el estrés para buscar posibles interacciones (por ejemplo, tal
vez la combinación de estrés más baja
la autoestima llevaría a los que fuman más, un patrón consistente con las
predicciones de la hipótesis del amortiguador). Autoestima
no tuvo ninguna relación significativa con el tabaquismo, ni por
en sí mismo o en interacción con el estrés. Esta investigación es notable
porque varias otras variables (incluido el estrés, la rebeldía, el control de otros
aspectos de la vida y
si la madre del niño fumaba) produjo predicciones significativas, por lo que la
falla de la autoestima no se debe a ninguna
Problema en la medición del tabaquismo.
Una muestra más pequeña de 183 alumnos de octavo grado fue encuestada por
Dolcini y Adler (1994). Examinaron no sólo la autoestima
pero también la pertenencia a diversas de las llamadas multitudes. La autoestima
global no estuvo relacionada con el tabaquismo. De manera similar, en un
Muestra de adultos jóvenes (estudiantes universitarios), Sharp y Getz (1996)
No encontraron correlación entre la autoestima y el tabaquismo.
Nuestra revisión estudio por estudio sugiere la necesidad de realizar un
metanálisis de la literatura sobre la autoestima y el tabaquismo. Allá
Puede haber una pequeña asociación positiva moderada por el género.
Dado que el estudio más grande (Abernathy et al., 1995) encontró una
efecto longitudinal para las mujeres, la posibilidad de que la baja autoestima
es un factor de riesgo para fumar en las niñas sigue siendo una hipótesis que
merece más estudio. Aún así, hubo una preponderancia de nulos
hallazgos, y los pocos hallazgos positivos podrían posiblemente reflejar nada
más que un sesgo de autoinforme, o incluso podrían indicar
que reconocerse como fumador conduce a una menor autoestima.
La autoestima es irrelevante para la causa del tabaquismo o
en el mejor de los casos, un factor de riesgo débil en las niñas.
Alcohol y otras drogas
El abuso de alcohol y otras drogas es uno de los comportamientos más
preocupantes entre los jóvenes, y había muchas razones para esperar que
aumentar la autoestima lo evitaría (p. ej.,
Grupo de Trabajo de California, 1990). Desde este punto de vista, la gente recurre a las drogas.
consuelo porque se sienten mal y la baja autoestima es a menudo
esencialmente una cuestión de sentirse mal consigo mismo. Por lo tanto,
aumentar la autoestima eliminaría la necesidad del abuso escapista.
de estas sustancias.
Sin embargo, también son plausibles otras predicciones. La alta autoestima
también podría contribuir al consumo de drogas. Gerrard, Gibbons,
Reis­Bergan y Russell (2000) resumieron la evidencia de que
Los jóvenes con alta autoestima pueden volverse vulnerables a
abuso de drogas y alcohol, aunque por razones bastante diferentes a las
los de sus pares con baja autoestima. Como ya lo hemos hecho
Como se señaló, las personas con alta autoestima son propensas a una variedad
de prejuicios en la forma en que interpretan y comprenden los eventos, y estos
prejuicios conspiran para hacerlos sentir mejor consigo mismos. Gerardo
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
et al. demostró que los adolescentes con alta autoestima distorsionan
sistemáticamente sus percepciones sobre cómo sus padres juzgan a sus hijos.
beber para justificar sus acciones. Es decir, para todos los adolescentes, la
aprobación percibida por parte de los padres es un correlato importante.
de beber, pero la dirección de la causalidad difiere en función
de autoestima. Para los adolescentes con baja autoestima, percibida
La aprobación de los padres conduce a beber más. Para aquellos con alto
autoestima, sin embargo, beber más conduce a percibir una mayor
aprobación de los padres.
Gerard et al. (2000) también mostraron que los individuos con alta
La autoestima tiende a minimizar su propia vulnerabilidad. Emplean una variedad
de estrategias cognitivas para convencerse a sí mismos.
que no les sucederán o no les sucederán cosas malas, e ignorar
información desagradable. Así, se distancian de
las consecuencias potencialmente dañinas de un comportamiento riesgoso. Todo
Estos patrones pueden hacer que las personas con alta autoestima sean más
propenso a beber, consumir drogas y correr otros riesgos (como
sexo sin protección, un punto al que volveremos más adelante en esta sección). En
En resumen, estas estrategias cognitivas podrían al menos compensar los factores,
como la influenciabilidad y la necesidad de escapar de los malos sentimientos,
que podría inducir a personas con baja autoestima a hacer lo mismo
cosas y, como resultado, las personas con autoestima baja versus alta
podrían no diferir en su tendencia a abusar de las drogas.
Los datos no muestran consistentemente que la autoestima adolescente cause
o incluso prediga el abuso de alcohol u otras drogas.
Por ejemplo, el estudio a gran escala de McGee y Williams
(2000) no encontraron relación entre la autoestima (medida en
entre los 9 y los 13 años) y el consumo de alcohol o drogas a los 15 años. Un importante
estudio longitudinal sobre el consumo excesivo de alcohol en Finlandia realizado por Poikolainen, La autoestima conduce a una mayor disposición a beber alcohol.
Tuulio­Henriksson, Aalto­Setälä, Marttunen y Lönnqvist
(2001) siguieron a 700 jóvenes desde finales de la adolescencia (edad
15­19 al inicio del estudio) hasta la edad adulta 5 años después.
Midieron tanto el consumo de alcohol como el consumo excesivo de alcohol, con
este último se define como tomar 13 o más tragos en una ocasión.
La autoestima medida al inicio del estudio no predijo
consumo general de alcohol 5 años después (r 0,08 para hombres,
r .01 para las mujeres), ni predijo el consumo excesivo de alcohol.
Asimismo, un estudio longitudinal de 7 años de duración con 125 niños (de
7 a 13 al inicio del estudio) por Hill, Shen, Lowers y
Locke (2000) no encontró ningún efecto sobre la autoestima. En este estudio, la
ingesta de alcohol se midió mediante autoinformes y evaluaciones de los
entrevistadores. La atención se centró en si la autoestima
(entre otros factores) podría servir para amortiguar el individuo
contra tensiones, y Hill et al. familias cuidadosamente comparadas
con antecedentes de alcoholismo frente a otras familias sin eso
factor de riesgo. La autoestima no surgió como un predictor o moderador significativo.
Incluso cuando los hallazgos muestran un vínculo entre el alcohol y
autoestima, son contradictorios y no concluyentes. El gran estudio
por Glendinning (1998; descrito anteriormente, en relación con
fumar) encontró que la alta autoestima estaba asociada con
consumo de alcohol más (en lugar de menos) frecuente entre
hombres jóvenes, pero no mujeres, y los episodios de embriaguez autoinformados
no estaban relacionados con la autoestima. Asimismo, en un estudio de 4 años
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
de 700 estudiantes, desde la escuela secundaria, Scheier, Botvin,
Griffin y Diaz (2000) encontraron que los estudiantes con mayor autoestima en el
séptimo grado reportaron un aumento más rápido en el consumo de alcohol durante el año.
los años siguientes, aunque este efecto apareció sólo en
análisis más complejos; Análisis simples no arrojaron ninguna relación entre la
autoestima y el consumo de alcohol. Estos autores fueron
sorprendió descubrir que el consumo de alcohol estaba relacionado con un nivel alto en lugar de
baja autoestima, y observaron que varios otros patrones en
sus datos oscurecieron aún más la cuestión. En particular,
En todo el grupo, los varios años de escuela secundaria fueron
marcado por una disminución de la autoestima y un aumento del consumo de alcohol, y
estas tendencias estaban interrelacionadas de tal manera que disminuciones más rápidas en
autoestima estuvieron acompañadas de aumentos más severos en
Bebiendo. De ahí el aparente vínculo entre la alta autoestima
y el creciente abuso de alcohol podría reflejar el hecho de que los estudiantes con
la autoestima inicial más alta y la autoestima inicial más baja
el consumo de alcohol tenía el mayor margen de cambio. Es una ilusión estadística
común que los puntuadores extremos tiendan a volverse menos extremos con el
tiempo y, a menudo, no indica ninguna
diferencia.
Una encuesta transversal de estudiantes universitarios realizada por Sharp y
Getz (1996) encontró que aquellos que reportaron haber consumido alcohol
en el último mes obtuvieron puntuaciones más altas en autoestima que aquellos que
reportaron no haber consumido alcohol en el último mes. Los autores interpretaron
que esto significaba que consumir alcohol era una estrategia social para
dar una buena impresión a sus compañeros y, por lo tanto, a su vez resultó en una
mayor autoestima, pero dada la naturaleza correlacional
de sus datos, los hallazgos también podrían significar que un alto
El estudio de estudiantes de tercer y quinto grado realizado por Jackson et al. (1997;
descrito anteriormente) encontró que la autoconfianza predecía un menor consumo
de alcohol autoinformado. Con valoraciones de los profesores.
de confianza en uno mismo, no se encontró ningún efecto. Moore y Li (1998)
encontró una correlación débil entre la baja autoestima y el tráfico ilícito.
consumo de drogas, que siguió siendo significativo después de controlar otros
variables, en una encuesta transversal a personas con discapacidad.
El consumo de alcohol mostró poca relación con la autoestima en el estudio
(citado anteriormente) por Andrews y Duncan (1997). Autoestima
Sin embargo, sí predijo el consumo de marihuana y, en particular, fue
Se ha descubierto que es un mediador importante entre la motivación académica
(el enfoque principal del estudio) y el consumo de marihuana. Esencialmente,
Los resultados mostraron que una disminución en la motivación académica condujo
a una reducción de la autoestima (posiblemente porque el mal trabajo escolar
conducía al rechazo social) y un posterior aumento en el consumo de marihuana.
La relación entre la autoestima y la marihuana
Sin embargo, su uso fue bastante débil.
Wills (1994) cuestionó hallazgos anteriores afirmando que la baja
La autoestima conduce al consumo de alcohol o drogas. Él propuso que
El control percibido sobre la propia vida es más relevante y poderoso.
Porque sentirse dueño de la propia vida puede
se superponen tanto con la autoestima como con el consumo de drogas, los investigadores podrían
encontrar correlaciones entre la autoestima y el consumo de drogas y concluir
erróneamente que la autoestima, más que los sentimientos de control,
31
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
fue el factor importante. Wills encuestó a una gran muestra de
casi 1.800 estudiantes en octavo grado y luego un año después. Su
De hecho, la medida de control percibido estuvo sustancialmente correlacionada
con la autoestima (r = 0,67). Luego realizó estadísticas
análisis para determinar cuál era más potente a la hora de predecir
consumo de alcohol, tabaco y marihuana. Porque la autoestima
y el control percibido se superponían entre sí, fue necesario ordenar los datos
estadísticamente para establecer la identidad única.
contribución de cada uno (es decir, el efecto de cada uno independientemente de
el otro). La contribución única del control percibido fue
más de 6 veces mayor que la contribución única de la autoestima. Además, el único
predictor significativo del aumento del abuso de sustancias a lo largo del tiempo
fueron los niveles más bajos de control percibido.
Wills concluyó que cualquier hallazgo que vincule la autoestima con el abuso de
sustancias puede estar inflado porque en el fondo simplemente refleja la contribución
del control percibido.
Interpretación de los hallazgos sobre el consumo de alcohol y drogas.
El abuso probablemente se complica por el hecho de que son muy diferentes
Los fenómenos se agrupan. Algunas personas experimentan con
drogas de forma recreativa, mientras que otros se vuelven adictos. Alguno
puede abordar la experiencia por curiosidad o búsqueda de emociones,
mientras que otros pueden usarlo para afrontar o escapar de enfermedades crónicas.
infelicidad. Emler (2001) concluyó que la alta autoestima
conduce a una mayor disposición a asumir riesgos físicos, lo que puede
explicar algunos de los hallazgos de que la alta autoestima conduce a
mayor consumo de alcohol y otras drogas.
Comportamiento sexual
La conducta sexual es otro ámbito que parece tener potencial para mostrar
vínculos con la autoestima. Alguna participación en
El comportamiento sexual, especialmente a una edad temprana y vulnerable, puede ser
el resultado de sucumbir a la influencia o incluso a la explotación por
otros. Una alta autoestima podría permitir a las personas resistirse a esa influencia.
Predicciones tan simples no tienen en cuenta posibles
Sin embargo, existen factores que complican la situación. Por ejemplo, el nivel de una persona de
La autoestima puede ser el resultado más que la causa de los problemas sexuales.
actividad. Las terceras variables también pueden desempeñar un papel importante. Para
Por ejemplo, ser atractivo y popular puede conducir a altos
autoestima y actividad sexual temprana o frecuente. Por último, como nosotros
Como se señaló anteriormente, las personas con una alta autoestima tienden a
descartar diversos riesgos para la salud (Gerrard et al., 2000), y esto ciertamente
puede extenderse a los riesgos asociados con el sexo. Smith, Gerard y
Gibbons (1997) encontró que las mujeres con alta autoestima
tendía a descartar y descartar los riesgos de embarazo no deseado
más que otras mujeres, y que se le recuerden los riesgos sólo
Aumentó la tendencia de las mujeres con alta autoestima a creer que tales
desgracias no podrían sucederles. Burger y Burns (1988) llegaron a conclusiones
similares, quienes
demostró que las mujeres sexualmente activas con alta autoestima calificaron
sus posibilidades de quedar embarazadas son menores que las de
otras mujeres (¡incluidas mujeres que no eran sexualmente activas!). Burger y Burns
concluyeron que la alta autoestima es
32
Se caracteriza por una ilusión generalizada de que al yo no le sucederán
consecuencias indeseables.
En el proyecto de autoestima de California, Crockenberg y Soby
(1989) buscaron evidencia de si la autoestima tenía alguna relación con la actividad
sexual de los adolescentes en general y el embarazo en
particular. Encontraron sólo un estudio longitudinal y tres transversales. El estudio
longitudinal encontró que una alta autoestima conducía a una mayor actividad
sexual entre los hombres pero no entre las mujeres (Jessor y Jessor, 1975). Otro
estudio encontró una débil
vínculo entre la baja autoestima y la actividad sexual, pero esto fue
limitado a los mormones activos (BC Miller, Christensen y Olson,
1987). Un tercer estudio no encontró relación alguna (Cvetkovich &
Grote, 1980), y el último encontró que la alta autoestima se correlacionaba con
actitudes más permisivas hacia el sexo (Herold &
Goodwin, 1979). Crockenberg y Soby, sin embargo, pensaron
Había cierta evidencia que apoyaba la idea de que una alta autoestima facilita el
uso de anticonceptivos y, por lo tanto, reduce la mortalidad adolescente.
embarazo, aunque la evidencia fue contradictoria. Sólo encontraron
un estudio longitudinal que midió la autoestima e investigó su relación con
embarazos posteriores, y este estudio encontró
ninguna relación (Vernon, Green y Frothingham, 1983). En otra investigación, sin
embargo, se utilizó una medida de autodesprecio.
en lugar de una medida estándar de autoestima, y dos diferentes
análisis (Kaplan, Smith y Pokorny, 1979; Robbins, Kaplan,
& Martin, 1985) encontró que las niñas que se menospreciaban a sí mismas
más durante el séptimo grado tenían más probabilidades de tener un embarazo
posterior.
El estudio longitudinal de adolescentes de Nueva Zelanda realizado por McGee
y Williams (2000) no encontró relación entre la autoestima a los 12 años y los
autoinformes sobre relaciones sexuales de los adolescentes.
edad de 15 años. Paul, Fitzjohn, Herbison y Dickson (2000) siguieron una muestra
igualmente grande (N 1.020) de neozelandeses
desde los 3 años hasta los 21 años. La autoestima se midió a los 11 años.
A los 21 años, se preguntó a los participantes si habían tenido
relaciones sexuales antes de los 15 años. Análisis sencillos
No mostró relación entre la autoestima y la sexualidad temprana.
comportamiento. Aún se encuentran análisis más sofisticados (multivariados)
No hay relación entre la autoestima y la iniciación sexual temprana para
machos. Para las mujeres, hubo un efecto significativo, aunque en
en la dirección opuesta a la que los defensores de la autoestima
podría haber esperado: las niñas con mayor autoestima a los 11 años eran
más (en lugar de menos) probabilidades de comenzar a tener relaciones sexuales a la edad de
15. Este efecto fue especialmente notable porque los otros
Los predictores de relaciones sexuales tempranas tendían a ser socialmente
indeseables o desventajosos, como tener problemas en
escuela, planear salir temprano de la escuela y fumar cigarrillos
a temprana edad.
Por lo tanto, el trabajo prospectivo sugiere que la autoestima es irrelevante para
volverse sexualmente activo a una edad temprana o, en todo caso,
La alta autoestima conduce al sexo temprano entre las niñas. En contraste, un
encuesta de mil niñas y mujeres por Kalil y Kunz
(1999) encontraron que las madres adolescentes solteras eran menos
más probabilidades que otras niñas y mujeres de tener una alta autoestima. En
En este caso, la autoestima se midió después de que la persona había
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
tuvo relaciones sexuales y tuvo un hijo; En vista de los posibles hallazgos, los
resultados de Kalil y Kunz sugieren que convertirse en soltero
La madre adolescente provoca una reducción de la autoestima.
Sin embargo, en una gran encuesta longitudinal realizada entre jóvenes,
Oates (1997) no encontró relaciones entre la fertilidad en general y la autoestima.
Su muestra incluyó más de 10.000
jóvenes, de 14 a 21 años al inicio del proyecto y de 23 a
30 al final, y trató de probar tanto la idea de que la baja
(o alta) autoestima predispone a los individuos a tener
hijos y la hipótesis inversa de que tener hijos afecta la autoestima. No se encontraron
relaciones significativas. En
En particular, no hubo relación entre la autoestima y
el número de descendencia. Oates reconoció la teoría de que
Algunas personas pueden tener hijos como una forma de aumentar su autoestima,
pero concluyó que incluso si ese es su objetivo, estos
Los beneficios previstos no parecen materializarse.
Algunos trabajos sugieren que la autoestima puede ser relevante para
comportamiento sexual sólo en poblaciones seleccionadas. Berry, Shilling­ton, Peak
y Hohman (2000) utilizaron datos de un estudio nacional
(Estados Unidos) estudio longitudinal de factores de riesgo para adolescentes
el embarazo. Se midió la autoestima de 5.000 mujeres jóvenes
durante la adolescencia temprana, y 8 años después las mujeres fueron
preguntó si habían quedado embarazadas antes de los 19 años. Alta
La autoestima redujo las probabilidades de embarazo autoinformado entre
Mujeres negras e hispanas, pero no entre blancos e indios americanos. Incluso entre
negros e hispanos, el efecto fue
caracterizado por los autores como leve.
Los jóvenes en riesgo también fueron el foco de Langer y Tubman
(1997), que estudió una muestra especial de 120 personas que abusaban de sustancias.
adolescentes. Estaban específicamente interesados en saber si el consumo de
alcohol y otras drogas predeciría conductas sexuales de riesgo y
si factores como la autoestima podrían moderar el efecto, por ejemplo, si se tratara
principalmente de adolescentes con baja autoestima
que sucumbieron a comportamientos riesgosos cuando estaban ebrios. La autoestima
no tuvo ningún efecto.
Más allá de estos hallazgos, se han obtenido algunos resultados confusos.
surgió de diferentes estudios. Martin y Knox (1997) encontraron
Esa autoestima inestable, a diferencia del nivel de autoestima, se correlacionaba con
los informes de hombres homosexuales y bisexuales de practicar sexo anal sin
protección.
Las personas con alta autoestima reportan un uso más frecuente de
condones, lo que podría indicar una mayor propensión a practicar
sexo seguro (Hollar y Snizek, 1996). Por otra parte, también informan
mayor frecuencia de relaciones sexuales sin protección (Hollar y Snizek, 1996). Allá
También hay alguna evidencia de que pueden tener más probabilidades de tener
abortos (Plotnick, 1992). Estos hallazgos aparentemente contradictorios pueden
conciliarse proponiendo que simplemente tienen
más sexo en general, una posibilidad que es apoyada por otros
hallazgos (Strouse y Buerkel­Rothfuss, 1987). Walsh (1991)
descubrió que la virginidad estaba relacionada con la baja autoestima entre los hombres
pero no entre las mujeres. También encontró que la autoestima estaba correlacionada
positivamente con el número de parejas sexuales; la correlación
fue bastante fuerte para los hombres (r .25) y débil pero significativo para
mujeres (r .12). Como señaló Walsh, la dirección de la causalidad depende
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
La corriente principal no está clara y ambas direcciones son plausibles, aunque
favoreció la opinión de que una alta autoestima hace que una persona sea más
dispuestos a iniciar encuentros sexuales porque la amenaza de rechazo es menos
intimidante. Walsh también señaló que los cambios en la sexualidad
Las normas pueden producir cambios dramáticos en el vínculo entre la autoestima y
la actividad sexual, dependiendo de si la pureza sexual
o la experiencia sexual es más valorada por la sociedad.
La homosexualidad está generalmente estigmatizada en nuestra sociedad y
Se podría esperar que los homosexuales terminaran con menores
autoestima que los heterosexuales, aunque en este caso el nivel
de la autoestima sería el resultado más que la causa. estudiante
y Galambos (1998) no encontró diferencias en la autoestima entre adolescentes
homosexuales y heterosexuales. Por el contrario, Stokes,
Damon y McKirnan (1997) encontraron que los hombres bisexuales con
Los hombres con alta autoestima tenían más probabilidades de cambiar hacia una
identificación homosexual total que otros hombres bisexuales. Esto sugiere un papel
causal para la autoestima, lo que presumiblemente indica que
Algunos hombres bisexuales pueden resistirse a la homosexualidad debido a
estigma social y otros factores, y que la mayor autoaceptación de las personas con
alta autoestima las hace más dispuestas a
aceptar su homosexualidad. Cuando los homosexuales son atacados o
victimizado por ser gay, sin embargo, su autoestima cae después (Waldo, Hesson­
McInnis y D'Augelli, 1998). De este modo,
ser victimizado conduce a una menor autoestima, lo cual es consistente con los
hallazgos sobre el acoso que informamos anteriormente. Sin embargo,
Kendall­Tackett, Williams y Finkelhor (1993) revisaron
muchos estudios empíricos sobre el abuso sexual de niños y no
encontrar evidencia de que la baja autoestima fue consistentemente el resultado de
tales abusos (cf. Emler, 2001). Señalaron que muchas teorías
sobre el impacto del abuso sexual en los niños enfatizan el daño a la autoimagen o
la autoestima, pero los hallazgos de la investigación no habían sido
fundamentado que se produce tal daño.
Algunos hallazgos sugieren que una alta autoestima puede reducir
inhibiciones sexuales. Herold y Way (1983) encontraron que las mujeres
Las personas con alta autoestima tenían más probabilidades de informar que habían
practicado una felación. Hurlbert y Whittaker (1991) encontraron que
Las mujeres que se masturbaban tenían mayor autoestima que otras.
mujer. Herold, Corbesi y Collins (1994) encontraron que las mujeres
con alta autoestima tenían más probabilidades que otras mujeres de ir
En topless en las playas australianas. Aunque estos hallazgos son correlacionales,
consideramos a priori improbable que la alta autoestima
es el resultado de realizar una felación, masturbarse y mostrar
sacarse los senos en público y, por lo tanto, un papel causal para la autoestima
parece más plausible. Por el contrario, la baja autoestima se correlaciona con la
disfunción eréctil entre los hombres (Herer y Holz­apfel, 1993), pero en la medida en
que la mayoría de la disfunción eréctil ahora se trata
Se considera que tiene causas biológicas, la autoestima parece más
En este caso, es más probable que sea el resultado que la causa.
En definitiva, los resultados no respaldan la simple opinión de que la baja
La autoestima predispone a las personas a una actividad sexual mayor o más
temprana. En todo caso, las personas con alta autoestima están menos inhibidas,
más dispuestos a ignorar los riesgos y más propensos a participar en
sexo. Muchos de estos hallazgos podrían deberse a la mayor popularidad de las
personas con alta autoestima (la popularidad podría causar
33
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LA CIENCIA PSICOLÓGICA DE INTERÉS PÚBLICO
Beneficios de la autoestima
tanto una alta autoestima como más sexo). También pueden reflejar
Mayor iniciativa entre personas con alta autoestima. Sin embargo, no es
sorprendente que las malas experiencias sexuales y los embarazos no deseados
puedan reducir la autoestima.
Trastornos de la alimentación
La literatura sobre trastornos alimentarios documenta de manera muy
consistente que las personas con trastornos alimentarios suelen tener
bajos niveles de autoestima. Un reciente y particularmente impresionante
La demostración de esta asociación fue reportada por French et al.
(2001), quienes examinaron las correlaciones de purga compulsiva y
Comportamientos de pérdida de peso entre una muestra de más de 48.000
niñas y 47.000 niños de 6.º a 12.º grado que vivían en 213
ciudades y pueblos de Estados Unidos. Para ambos sexos, la autoestima y
variables similares fueron los predictores más fuertes de los trastornos alimentarios.
Se han obtenido resultados similares en muchos otros
estudios, incluido uno de Williams et al. (1993), quienes encontraron que
Los pacientes anoréxicos y bulímicos tienen niveles más bajos de autoestima.
que las personas obesas, las no obesas y los controles normales.
El pensamiento de los anoréxicos está plagado de una discrepancia entre
su propia visión de sí mismos y la visión que otras personas tienen de ellos:
Con frecuencia tienen muchos logros, habilidades e intereses, pero según los
teóricos de la anorexia, no son conscientes de ello.
sus éxitos y capacidades. Bruch (1962, 1975, 1978)
Identificaron en estos pacientes una sensación subyacente paralizante de ineficacia
que impregna su pensamiento y actividades. Bers
y Quinlan (1992) demostró empíricamente que esto es cierto, afirmando: “Esta
disparidad entre intereses y habilidades percibidas
apoya la observación clínica común de que los anoréxicos generalmente se sienten
incompetentes e incapaces de desempeñarse bien, aunque
realizan muchas actividades y objetivamente podrían reclamar muchos
logros” (p. 428).
Quizás porque la bulimia es un problema mucho más generalizado.
Además de la anorexia, se han realizado más investigaciones para investigar las
posibles causas de la bulimia. Mintz y Betz (1988) investigaron
diferencias de autoestima en una muestra de mujeres universitarias
quienes fueron categorizados en una de las siguientes categorías: normales,
bulímicas, atracadoras (mujeres que comen grandes cantidades de comida
pero no participan en conductas compensatorias), purgadores (aquellos
que se purgan pero en realidad no comen grandes cantidades de comida), crónicas
personas que hacen dieta y bulímicas subumbrales. Descubrieron que las bulímicas
Tenía una autoestima mucho más baja que cualquiera de los otros grupos. De este modo,
El impacto de la autoestima puede estar ligado específicamente al patrón.
de atracones y purgas.
Bulik, Wade y Kendler (2000) estudiaron la relación entre autoestima y bulimia
en pacientes monocigóticos (“idénticos”).
mellizos. Aunque los gemelos monocigóticos tienen la misma predisposición
genética a la bulimia, a veces ocurre que un gemelo
tiene el trastorno y el otro no. En una muestra de tales
pares de gemelos, Bulik et al. descubrió que el gemelo con síntomas bulímicos
tenía una autoestima significativamente más baja que el otro. en un
estudio de laboratorio de personas que hacían dieta crónica a las que se les dio un alto contenido de calorías.
34
Después de beber un batido de leche, aquellos con baja (pero no alta) autoestima
comieron considerablemente más helado después (Polivy, Heather­ton y Herman,
1988). Por muy consistentes que sean estos hallazgos, una
Un estudio reciente pone en duda si aumentar la autoestima
podría ser útil para tratar un trastorno alimentario ya establecido
patrones. En este estudio (Safer, Lively, Telch y Agras, 2002),
Las mujeres que comían compulsivamente (aunque no purgaban) recibieron
Se reevaluó la terapia conductual durante 20 semanas y luego 6 meses después.
En el seguimiento, la diferencia en las puntuaciones de autoestima
entre las mujeres que recayeron y las que no no fue significativa y, de hecho, las
que recayeron tuvieron resultados ligeramente mayores.
autoestima.
Aunque los investigadores han encontrado asociaciones bastante consistentes
entre la baja autoestima y la patología alimentaria, existe
Existe cierto debate sobre si la baja autoestima es una causa o una consecuencia
de los trastornos alimentarios. Hay algunos estudios prospectivos que sugieren
que la autoestima puede desempeñar un papel causal. Por ejemplo,
Button, Sonuga­Barke, Davies y Thompson (1996) evaluaron
autoestima en 400 escolares de 11 a 12 años y encontró que
aquellos con niveles más bajos de autoestima eran significativamente más
Probablemente haya desarrollado un trastorno alimentario entre los 15 y 16 años.
También hay alguna evidencia de que la autoestima puede afectar el pronóstico;
en un estudio prospectivo de 4 años de pacientes bulímicas, baja
Los niveles de autoestima al ingreso predecían una peor
resultados (van­der­Ham, van­Strein y van­Engeland, 1998).
Sin embargo, el modelo espiral de atracones de Heatherton y Polivy (1992)
postula una relación bidireccional entre la dieta y la autoestima. Ellos afirmaron que
porque cada fracaso dietético puede producir una menor autoestima y porque una
menor autoestima puede, a su vez, hacer que el fracaso dietético sea más probable.
Las personas que siguen una dieta crónica pueden entrar en una espiral en la que
Cada fracaso en la dieta produce un mayor afecto negativo e impide
ya sea una aceptación exitosa o una alteración exitosa de sus cuerpos.
(pág.139)
Otro factor que se debe considerar es que las mujeres que
volverse bulímica tiene problemas adicionales que contribuyen a
su vulnerabilidad y en la medida en que estos otros problemas
se correlacionan con una baja autoestima, la importancia de la autoestima per se
puede exagerarse si no se tienen en cuenta.
cuenta. La mejor manera de examinar esta hipótesis es evaluar
las relaciones entre varios factores de vulnerabilidad (incluyendo
autoestima) y la continuidad de los síntomas bulímicos entre
Mujeres que no han buscado tratamiento para la bulimia. si esto puede
realizarse en un estudio prospectivo, la dirección causal de cualquier vínculo
Se puede comprobar la relación entre la baja autoestima y los síntomas bulímicos.
Este método fue empleado por Vohs y sus colegas.
(Vohs, Bardone, Joiner, Abramson y Heatherton, 1999; Vohs
et al., 2001; para un resumen, ver Vohs et al., 2002), quienes realizaron dos
estudios prospectivos con una muestra que totalizaba más
de 400. Vohs et al. (1999) midieron la autoestima, el perfeccionismo, la sensación
de sobrepeso y los síntomas bulímicos en el momento inicial.
evaluación y luego midieron los síntomas bulímicos nuevamente un promedio de 9
meses después. Descubrieron que aunque la autoestima
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las puntuaciones se correlacionaron significativamente con los síntomas bulímicos
(0,52 y 0,36 en la primera y segunda evaluación, respectivamente), la autoestima
no fue un predictor significativo del cambio en
síntomas bulímicos en un modelo estadístico que también incluía la
efectos del perfeccionismo y el sentimiento de sobrepeso. La bulimia era
no predicho por la combinación del nivel de autoestima con
nivel de perfeccionismo o con sensación de sobrepeso. Análisis
demostró, sin embargo, que una combinación de los tres factores era una
predictor significativo de aumentos en los síntomas bulímicos. Específicamente, la
combinación de alto perfeccionismo y sensación de sobrepeso fue predictiva de un
aumento de los síntomas bulímicos en 9 países.
meses, pero sólo entre mujeres con baja autoestima. Este descubrimiento
sugiere que la baja autoestima es un factor de riesgo para la sintomatología
bulímica, pero sólo cuando va acompañada de síntomas excesivamente
Altos estándares para uno mismo (perfeccionismo) y un sentimiento de que
esos estándares no se están cumpliendo (sentirse con sobrepeso).
Un segundo estudio, durante un período de cinco semanas, mostró lo mismo
patrón de resultados (Vohs et al., 2001). En este estudio, hubo
asociaciones simples entre puntuaciones de autoestima y bulímica
síntomas, pero el único factor estadístico para predecir un aumento de los síntomas
bulímicos fue la combinación de tener baja autoestima,
tener una alta insatisfacción corporal y ser altamente perfeccionista. Este estudio
también examinó el desarrollo de la ansiedad y
síntomas depresivos y los análisis mostraron que la autoestima no
Por sí solo, no predice cambios en la depresión o la ansiedad cuando
Se tuvo en cuenta el perfeccionismo y la insatisfacción corporal.
Sin embargo, los resultados para la depresión reflejaron el patrón observado
bulimia: el mayor aumento de síntomas depresivos se produjo entre mujeres que
tenían puntuaciones altas de perfeccionismo,
insatisfacción corporal y baja autoestima.
En conjunto, estos estudios sugieren que la autoestima no
desempeñan un papel en diversos problemas alimentarios. Sin embargo, también
es importante considerar que el papel de la autoestima puede ser mucho más
más complejo de lo que sugieren las correlaciones simples entre constructos. Las
bulímicas, en particular, pueden tener baja autoestima, aunque la baja autoestima
puede ser un factor predisponente.
Causa y consecuencia de los trastornos alimentarios. Un reciente
Un estudio de mujeres obesas apoya esta idea. Matz, Foster, Fe,
y Wadden (2002) encontró que la autoestima ocupaba el segundo lugar después de
siendo objeto de burlas por su capacidad de predecir el grado de insatisfacción con
la imagen corporal. Sin embargo, volvemos a señalar que la influencia de la
autoestima en los patrones alimentarios patológicos puede ser una consecuencia
de la presencia de otros factores de riesgo (como el perfeccionismo y
insatisfacción corporal) o de la interacción entre la baja autoestima y estos otros
factores.
Conclusión
La mayoría de los estudios revisados en esta sección se basaron en el autoinforme,
y, por tanto, la posibilidad de sesgo de respuesta es sustancial.
Aun así, los estudios no proporcionan mucha evidencia de que
Una alta autoestima puede prevenir resultados indeseables. lo mas
Una posibilidad prometedora es que una alta autoestima podría impedir el crecimiento.
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limia, y existen algunos vínculos con la longevidad y la salud física.
que parecen merecer un mayor estudio.
La mayoría de los estudios sobre la autoestima y el tabaquismo no han logrado encontrar
cualquier relación significativa, incluso con muestras muy grandes y
el correspondiente alto poder estadístico. Los estudios que
han encontrado una relación han tendido a encontrarla sólo en algunos
análisis, como sólo entre niñas y no niños, o sólo para
algunas edades, o sólo para fumadores actuales y no para exfumadores
o fumadores experimentales.
La autoestima tampoco parece relevante en relación con el consumo de alcohol.
y otros fármacos, aunque no encontramos muchos resultados muy rigurosos.
datos sobre el uso de drogas ilegales, y es concebible que se realicen más
Los estudios podrían pintar un panorama diferente. Grandes investigaciones
longitudinales han tendido a no encontrar ninguna relación entre la autoestima y el
consumo de alcohol en general o el consumo excesivo de alcohol, en particular.
Los pocos estudios que han encontrado vínculos apuntan a
direcciones diferentes, y algunos vinculan el consumo de alcohol con un mayor
autoestima y otros para bajar la autoestima. Es más, incluso si
Algunas correlaciones entre la baja autoestima y la sustancia.
Si se descubrieran abusos, bien podrían resultar basados en
terceras variables, como el control percibido (Wills, 1994). Cualesquiera que sean
las causas del abuso de alcohol y la adicción a las drogas, la baja autoestima per
se no parece ser una de ellas.
La autoestima no parece impedir la actividad sexual temprana
o embarazo adolescente. Algunos estudios han encontrado que la autoestima es
no relacionado con la sexualidad. Otros han producido pequeños efectos que
A veces apuntan en direcciones contrarias. Un patrón prometedor
sugiere que una alta autoestima reduce las inhibiciones sexuales, lo que permite a
las mujeres participar más en diversas prácticas sexuales.
libremente y permitiendo a las personas aceptar sus tendencias homosexuales.
Aun así, la inferencia causal es especulativa y bastante
Es posible que una mayor libertad sexual conduzca a la popularidad, lo que
a su vez aumenta la autoestima, como podría predecir el modelo del sociómetro.
De hecho, hay varios signos que apoyan la hipótesis.
que la popularidad es la variable oculta detrás de las correlaciones
entre una alta autoestima y una mayor actividad sexual.
Sin embargo, los datos sugieren un papel de la autoestima con respecto a los
patrones alimentarios desordenados. Concurrente y prospectivo
Los hallazgos indican que la baja autoestima es un factor de riesgo en los trastornos
alimentarios, y la evidencia sugiere que el desarrollo de
Los síntomas bulímicos pueden verse afectados tanto directamente por la presencia
de baja autoestima como indirectamente por la interacción de baja autoestima.
autoestima con otros factores (por ejemplo, Vohs et al., 1999, 2001).
Sin embargo, los trastornos alimentarios suelen ir precedidos de dietas crónicas e
insatisfacción corporal, que a su vez están relacionadas con
baja autoestima (ver, por ejemplo, Heatherton y Polivy, 1992; Matz et al.
otros, 2002). Y también es importante señalar que algunas mujeres
Las personas con trastornos alimentarios también tienen otros trastornos, como ansiedad.
y depresión, que también se relacionan con la baja autoestima. En
En resumen, existe un complejo conjunto de relaciones a través de las cuales
La autoestima tiene sus efectos sobre la vulnerabilidad a los trastornos alimentarios.
Sin embargo, en general, concluimos que la baja autoestima es
un factor de riesgo concurrente y prospectivo para el trastorno alimentario
síntomas.
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Beneficios de la autoestima
DISCUSIÓN GENERAL Y CONCLUSIONES
Nuestro objetivo era examinar la literatura de investigación para evaluar si la
autoestima tiene consecuencias importantes. La tarea
se complicó por cuatro factores principales: (a) los muchos miles
de artículos alusivos a la autoestima; (b) la tendencia de las personas
altos en autoestima para calificarse a sí mismos como superiores en muchas
dimensiones (y la floccinaucinihilipilificación entre las personas
con baja autoestima); (c) la dificultad de establecer la dirección de las relaciones
causales; y (d) la heterogeneidad de
alta autoestima. Cuando fue posible, restringimos nuestra búsqueda a
estudios con medidas objetivas, y hemos enfatizado grandes
estudios longitudinales que ofrecieron alguna oportunidad de evaluar la
dirección de la causalidad.
Nuestro interés particular estaba en los posibles beneficios de la alta
autoestima y los costos correspondientes de la baja autoestima. Como
Como observamos más adelante, ésta no es la única perspectiva teórica posible,
pero sí la que ha caracterizado la autoestima.
movimiento y, de hecho, nuestro propio interés inicial en la autoestima.
¿La alta autoestima mejora la vida? ¿Deberían los padres, los profesores o cualquier
otra persona tratar de aumentar la autoestima siempre que sea posible? Comenzamos
con un resumen de nuestros principales hallazgos.
Resumen de resultados
La alta autoestima no causa ninguna mejora de manera confiable
en el rendimiento académico. En todo caso, la alta autoestima puede ser
el resultado (aunque sólo débilmente) de tener un buen desempeño en la escuela.
Otros factores pueden subyacer tanto a la autoestima como al rendimiento académico.
Las personas con alta autoestima obtienen mejores resultados que otras personas en
algunos trabajos y tareas, aunque la mayoría de los estudios de laboratorio y muchos
Los estudios de campo no han encontrado diferencias. Es muy posible que el éxito
ocupacional conduzca a una alta autoestima y no a la inversa.
Una alta autoestima mejora la perseverancia frente a las dificultades.
fracaso, especialmente cuando la persistencia es una estrategia adaptativa.
Las personas con alta autoestima están más dispuestas que otras a
eligen sus propias estrategias y son más receptivos a
Señales situacionales que indican cuándo persistir y cuándo moverse.
hacia una alternativa más prometedora.
Las personas con alta autoestima se consideran más queridas
y más populares que otros, pero la mayoría de estas ventajas existen principalmente
en sus propias mentes, y los datos objetivos (como las calificaciones de sus pares)
generalmente no logran confirmarlas. En algunos casos,
Por ejemplo, después de una amenaza al ego, las personas con alta autoestima en
realidad no agradan más que otras.
Se sabe relativamente poco sobre el impacto de la autoestima.
en relaciones cercanas. La evidencia disponible indica
tanto ventajas como desventajas. Así, las esposas se quejan más
sobre maridos con autoestima baja que alta, aunque la dirección de la causalidad no
está clara. Las personas con alta autoestima son
más dispuestos que otros a terminar una relación, pero hay
No hay señales de que sus relaciones realmente sufran más o terminen.
cuanto antes.
Las personas con alta autoestima a veces se desempeñan mejor que
personas con baja autoestima en grupos. Hablan más
36
y son reconocidos por sus pares como contribuyentes más. Hay
algunas correlaciones simples débiles entre la autoestima y el liderazgo, pero los
análisis que controlan otros factores han encontrado
que la autoestima tiene poca relación causal directa y única.
impacto. Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad de que la autoestima haya
efectos indirectos que están mediados por otros factores, como la eficacia del
liderazgo.
Las personas con alta autoestima tienen una tendencia más fuerte que
aquellos con baja autoestima para juzgar y tratar a sus propios grupos
más favorablemente que los grupos externos. (Esto puede considerarse
positivamente, como en el apoyo al orgullo grupal, o negativamente, como en
contribuyendo al prejuicio y la discriminación.)
La autoestima no está esencialmente relacionada con la agresión, aunque
Este patrón general puede ocultar tendencias divergentes para diferentes
tipos de alta autoestima. Algunas categorías de alta autoestima
(como la actitud defensiva o el narcisismo) se asocian con una agresión intensificada.
La alta autoestima predice ser un acosador y apoyar a un acosador, pero es una
categoría diferente de alta autoestima.
predice defender a las víctimas contra los agresores. Una alta autoestima puede
amplifican así las tendencias prosociales y antisociales. La baja autoestima está
asociada con la victimización, aunque si el
La baja autoestima es causa o consecuencia desconocida.
La autoestima tiene, en el mejor de los casos, una débil relación con la delincuencia.
Muchos hallazgos están contaminados por un posible sesgo de autoinforme y por
inconsistencias entre los estudios. Algunos estudios sugieren que la baja
La autoestima predispone a las personas a cometer más actos delictivos.
comportamiento más adelante (al menos, según su propio informe), mientras que otros
Los estudios no han encontrado ningún efecto. Sin embargo, un estudio reciente
proporcionó pruebas convincentes de que la baja autoestima conduce a la delincuencia.
(Trzesniewski et al., 2002).
Del mismo modo, hay poco que conecte directamente la autoestima con el
comportamiento antisocial. En todo caso, algunas subcategorías de alta autoestima
están asociadas con el comportamiento antisocial. De nuevo la autoestima
puede magnificar tendencias tanto prosociales como antisociales.
La felicidad parece ser el correlato más deseable de una alta
autoestima. Aunque se necesita investigación para establecer la causalidad
y para controlar otras variables, parece muy posible que
Una alta autoestima contribuye a hacer felices a las personas. La baja autoestima
está relacionada con la depresión y puede ser un factor de riesgo.
Sin embargo, la relación es débil, inconsistente y condicionada a otras variables.
La hipótesis del amortiguador propone que una alta autoestima ayuda
las personas afrontan el estrés y la adversidad. Hay algunos positivos
hallazgos que apoyan esta opinión. Otros hallazgos, sin embargo, indican
que la autoestima es más relevante bajo estrés bajo que alto
(la baja autoestima envenena los buenos momentos). Sin embargo, otros hallazgos
no indican ningún efecto de la autoestima en ninguna dirección. Aún así, ningún
hallazgo muestra peores resultados o peor afrontamiento entre las personas.
con alta autoestima que entre aquellos con baja autoestima.
Por lo tanto, la autoestima puede contribuir a afrontar y adaptarse después del estrés
o el trauma, aunque la naturaleza precisa de la relación puede ser complicada y
depender de otros factores.
La autoestima es en gran medida irrelevante para fumar. En el mejor de los casos, a un
Un pequeño grado de alta autoestima puede conducir a que se fume menos entre los
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hembras jóvenes. Dados los hallazgos nulos en algunos estudios grandes, Implicaciones para comprender la naturaleza de la autoestima
Probablemente no valga la pena considerar la autoestima como una causa de
de fumar. El consumo de alcohol u otras drogas tampoco muestra un
Los beneficios de una alta autoestima pueden resumirse tentativamente en dos
relación consistente con la autoestima. En todo caso, los jóvenes con alta autoestima
temas principales, aunque éstos siguen siendo
pueden estar más dispuestos que otros a
son algo especulativos y dependen de que se realicen más trabajos que respalden
experimento.
las conclusiones que acabamos de resumir. En primer lugar, la alta autoestima
Una alta autoestima no impide que los abusos sean prematuros, extensos o riesgosos.
parece funcionar como un acervo de sentimientos positivos que
actividad sexual. En todo caso, las personas con alta autoestima muestran menos puede ser un recurso valioso en algunas condiciones. En la cara
inhibiciones, más desprecio por los riesgos y mayor
de fracaso o estrés, las personas con alta autoestima parecen capaces de
Iniciativa sexual.
recuperarse mejor que las personas con baja autoestima. El patrón general de ser
La baja autoestima es un factor de riesgo que puede contribuir a comer
más feliz y menos deprimido indica una
Trastornos, especialmente bulimia. Su relación con la bulimia puede ser
disposición para sentirse bien. Las personas con baja autoestima carecen de esto
especialmente fuerte en presencia de otros factores, como el cuerpo.
reserva de buenos sentimientos y, como resultado, son más vulnerables.
Insatisfacción y perfeccionismo.
En segundo lugar, una alta autoestima parece estar vinculada a una mayor iniciativa.
Concluimos nuestro resumen de hallazgos con algunas consideraciones generales.
Sugerimos que las personas con alta autoestima son más propensas
puntos.
a acciones tanto prosociales como antisociales (p. ej., intimidación y
defender a las víctimas contra los agresores), en comparación con las personas con
baja autoestima. Inician interacciones y relaciones.
• Con la excepción del vínculo con la felicidad, la mayoría de los efectos son de (y quizás también salir de ellos). Hablan en grupos. Ellos
débiles a modestos. Por tanto, la autoestima no es un factor importante.
experimentar con el sexo y tal vez con las drogas. Se esfuerzan más en responder
predictor o causa de casi cualquier cosa (de nuevo, con la posible excepción de
al fracaso inicial, pero también están dispuestos a cambiar a una
la felicidad).
nueva línea de esfuerzo si la actual parece poco prometedora.
• Además, los efectos de la autoestima se debilitan a medida que Parece que la alta autoestima tiene relativamente pocos costos personales. En
Los criterios para la evidencia se vuelven más objetivos. tal vez no sea
todo caso, los costos de la alta autoestima (y especialmente de ciertas subcategorías
accidente que el beneficio aparente más fuerte de la autoestima
de alta autoestima, como el narcisismo) los soportan otras personas. Personas con
se ha encontrado para el resultado más subjetivo, a saber,
alta autoestima
felicidad. Como señalamos al principio, las personas con alta autoestima parecen
o narcisismo son propensos a intimidar a otros, a tomar represalias agresivas y a
creer sinceramente que son más inteligentes, más realizadas, más populares,
tener prejuicios contra los miembros del exogrupo. Los automejoradores a veces
más agradables y más atractivas.
resultan molestos o desagradables para los demás.
que otras personas, pero algunas de esas ventajas aparentes son
Es posible que estén dispuestos a hacer trampa y realizar otras acciones antisociales,
ilusorio. Pero la felicidad puede coexistir bien con las ilusiones y
actos egoístas. El costo más palpable para uno mismo es el de
incluso puede ser apoyado por ellos, por lo que el hecho de que el objetivo
toma de riesgos excesivamente confiada (ver Emler, 2001), y la evidencia
Los datos refutan muchas de las ventajas subjetivas que las personas
El apoyo a esta posibilidad es bastante escaso.
personas con alta autoestima creen que tienen no es necesariamente una
Por lo tanto, una fórmula tentativa para integrar los diversos hallazgos es
razón para descartar la autoestima como inútil.
que la autoestima confiere algunos beneficios a uno mismo, incluido sentirse bastante
• La investigación atestigua repetidamente la heterogeneidad de los altos bien, mientras que sus costos repercuten en los demás. tener una empresa
autoestima, y muchos investigadores han invocado algún tipo de
sentido de superioridad privilegiada sobre todos los demás bien puede ser una
distinción entre ser engreído, narcisista y defensivo, por un lado, en contraposición
Es un estado agradable y gratificante, pero tener que vivir o trabajar con alguien que
a aceptarse a uno mismo con
tiene una visión de sí mismo tan exagerada puede tener sus inconvenientes.
una apreciación precisa de las propias fortalezas y valores, en el
De hecho, las consecuencias socialmente disruptivas del egoísmo pueden explicar
otro.
por qué las personas tienden a ser modestas y modestas cuando interactúan con
• Los efectos de la autoestima a menudo están entrelazados con los efectos de
amigos (Tice, Butler, Muraven y Stillwell, 1995).
otras variables correlacionadas, por lo que algunos efectos aparentes
cuando se vive en culturas caracterizadas por relaciones estables e interdependientes
de la autoestima desaparecen cuando se controlan otras variables.
(Heine et al., 1999). Si la autoestima beneficia a la
La conveniencia de controlar estas otras variables
uno mismo mientras conlleva algún costo para los demás, entonces su búsqueda es más
es discutible, sin embargo. Se podría argumentar que la autoestima merece Más adecuado para una cultura individualista que para una colectivista.
crédito por los llamados efectos indirectos, incluso si otras variables están más
directamente relacionadas con el resultado.

• Un último punto, que está relacionado con los demás, es que está lejos
¿Qué pasa con la autoestima precisa (no alta)?

Está claro que las intervenciones destinadas a aumentar la autoestima
será suficiente para producir resultados positivos. la apariencia
Los beneficios de la autoestima podrían ser producto de otros factores.
que se superponen con la autoestima, el sesgo subjetivo y las relaciones causales
recíprocas.
En nuestra revisión de la literatura nos centramos en investigar
Los beneficios de una alta autoestima. Dado que estos beneficios son
limitado en el mejor de los casos, puede ser apropiado repensar la cuestión básica.
Quizás sea más valioso y adaptable comprender
uno mismo con honestidad y precisión, incluso cuando esto signifique sentirse

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Beneficios de la autoestima
mal consigo mismo cuando eso está justificado por un comportamiento poco ético,
dañino, socialmente indeseable o inapropiado de otro modo.
Según este punto de vista, la autoestima podría tener una utilidad valiosa y
funciones útiles (como por ejemplo para gestionar la propia vida) en la medida en que
se basa en una evaluación precisa, más que inflada, de
las características de uno. Eso significaría que un conocimiento preciso de uno
mismo sería más útil que una alta autoestima.
Este argumento ha sido sugerido por Kirkpatrick y
Ellis (2001). Presentaron sus ideas dentro de un marco evolutivo.
marco, aunque otros marcos también podrían funcionar. Su
Lo importante era que una comprensión precisa de uno mismo puede ahorrar una
cantidad considerable de tiempo y energía. En la búsqueda de pareja, por ejemplo,
podría ahorrarle a la gente el esfuerzo inútil (por no mencionar la decepción y la
angustia) de buscar parejas que rechacen
a ellos. Del mismo modo, un autoconocimiento preciso podría ayudar
La gente sabe qué cursos tomar en la escuela o qué ocupaciones ejercer, evitando
ambas que son demasiado difíciles (que
producirían fracaso) y aquellos que serían demasiado fáciles (y
por lo tanto no sería gratificante). Aunque la gente podría preferir
Tienen opiniones muy favorables de sí mismos, opiniones precisas.
Es casi seguro que sería más útil, en la medida en que una información precisa
conduzca a una toma de decisiones más eficaz.
Un nuevo énfasis en la autoestima que refleje con precisión las capacidades y
las características interpersonales difícilmente encajaría
con los objetivos y esfuerzos del movimiento de la autoestima. Él
requeriría que las intervenciones estuvieran dirigidas a reducir algunos
la autoestima de las personas, incluso potenciando la de los demás. De hecho,
Dada la evidencia citada anteriormente de que la autoestima está levemente inflada
en la población estadounidense moderna, la búsqueda de una autoestima precisa
bien podría implicar reducirla más.
que levantarlo. Es posible, sin embargo, que un nuevo énfasis en cultivar una
autocomprensión precisa dé sus frutos en términos de
mejores opciones. Por otra parte, si una alta autoestima produce felicidad, el valor
relativo de la felicidad frente a mejores elecciones basadas en
También se podría debatir la necesidad de información precisa. Como científicos,
Nos inclinamos a favorecer la búsqueda de la verdad por encima de todo, pero
Podemos reconocer que algunas personas podrían preferir la autoadulación.
ilusiones sobre el conocimiento exacto.
Implicaciones para la política
En última instancia, ¿debería nuestra sociedad intentar aumentar la autoestima de las personas?
Se puede argumentar a favor de cualquiera de las dos respuestas. En el lado positivo,
La alta autoestima tiene más beneficios que costos, incluso si
ambos son limitados. Si produce felicidad, iniciativa y resiliencia, esos son ciertamente
resultados positivos que cualquier padre
podría desear para su hijo. En el lado negativo, no es
Está claro que simplemente aumentar la autoestima producirá a su vez un
aumento duradero de la felicidad, la iniciativa, la resiliencia o cualquier otro
resultado deseable. Incluso existe la posibilidad de que impulsar
La autoestima terminará fomentando el narcisismo o uno de los otros.
formas socialmente indeseables de alta autoestima.
En nuestra opinión, una cuestión crucial tanto para la investigación como para las políticas es
la heterogeneidad de la alta autoestima. Sólo algunos de los muchos
38
Los estudios que revisamos distinguieron cuidadosamente entre diferentes
categorías de autoestima favorable, sin embargo, estas pocas a menudo se encuentran
la distinción es bastante poderosa. De hecho, a veces existían relaciones opuestas,
que resumían en una engañosa apariencia de no correlación cuando todas las
formas de alta autoestima
estaban agrupados. Recomendamos que los investigadores interesados en la
autoestima comiencen a prestar más atención al narcisismo, el autoengaño, la
estabilidad de la autoestima y otras distinciones.
dentro de la amplia categoría de autoestima. Para los practicantes, el
La implicación es que una alta autoestima como tal puede no valer la pena.
cultivar, porque algunas formas son inútiles y posiblemente dañinas, pero otras
formas o versiones pueden ser bastante
beneficioso.
Aunque dividir la alta autoestima en categorías puede resultar
visto como fatal para el movimiento de la autoestima, una opinión más optimista
y caritativa conclusión es que tal división aún puede mantener la
clave para cosechar algunos de los beneficios que los defensores de la autoestima
Lo he prometido durante mucho tiempo. La autoestima per se no es la panacea social
que muchas personas alguna vez esperaron que fuera, pero si los investigadores pueden
identificar eficazmente las subcategorías adaptativas y deseables de
alta autoestima, todavía es posible decir que ciertas maneras
de pensar en uno mismo puede hacer que sucedan cosas buenas. A
Proponer cómo pensar en uno mismo puede generar buenos resultados es ir más
allá de los datos que hemos revisado, por lo que
limitar tales reflexiones a una sección final, abiertamente especulativa,
que se presenta a continuación.
Reflexiones finales
Nuestras opiniones sobre las ventajas de aumentar la autoestima han desaparecido.
a través de múltiples cambios, y fueron revisados adicionalmente durante el
proceso de compilación de esta revisión. Concluimos ofreciendo nuestra
opinión actual, reconociendo francamente que debe considerarse más como una
opinión experta informada que como un resumen indiscutible de hechos probados.
En cierto modo, el abuelo del movimiento de la autoestima
Fue Carl Rogers, quien promovió la idea de “incondicional”.
consideración positiva” como una forma de ayudar a los niños a evitar el sentimiento
que sus padres podrían dejar de amarlos si no lograban alcanzar altos estándares.
Lamentablemente, con el tiempo la consideración positiva incondicional ha tomado
la forma de sugerir que los padres y
Los profesores nunca deberían criticar a los niños y, de hecho, deberían
elogiar a los niños incluso por logros mediocres o triviales,
o simplemente por ser ellos mismos. Elogiar siempre y nunca criticar puede hacer
sentir bien a todos los involucrados, pero los datos que
que hemos revisado no muestran que tal enfoque produzca
resultados deseables.
Ya hemos indicado lo que sí muestran los datos. Sugieren que los beneficios de
una alta autoestima son mucho menores y
más débil de lo que esperaban los defensores de la autoestima. Aún allí
Hay algunos beneficios y los costos para el individuo no los superan. Los posibles
costos para la sociedad, como por ejemplo el de tener
Algunas personas se consideran superiores a otras y por eso
tienen derecho a explotar a sus semejantes o exigir un trato preferencial.
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ment, puede ser otro asunto. Aun así, estos costos están asociados sólo con
subcategorías particulares de alta autoestima.
La heterogeneidad de la alta autoestima es central para nuestra
pensamiento, y sugiere que la autoestima per se es incorrecta.
enfocar. Hay muchas maneras de pensar bien de uno mismo y algunas
algunos de ellos producen resultados más deseables que otros. Incluso
líderes del movimiento de la autoestima como Nathaniel Branden
Se ha empezado a hablar de la necesidad de que la autoestima esté vinculada en
formas particulares a otros aspectos de la vida (como la virtud moral o
logro legítimo). Para ellos, tal vez, esta estrategia sea una
cuestión de cultivar una autoestima genuina en lugar de otras formas.
Para nosotros, todas las opiniones favorables sobre uno mismo pueden ser una autoestima genuina,
y por eso la autoestima es inherentemente un enfoque demasiado amplio.
Por lo tanto, recomendamos que en lugar de intentar encontrar el producto adecuado
"tipo" de autoestima y tal vez descartando otros tipos como
irreal, los formuladores de políticas y los profesionales deberían buscar la era
adecuada para la autoestima. Una alta autoestima hace sentir bien y fomenta la
iniciativa. Todavía puede resultar una herramienta útil para promover el éxito y
virtud, pero debe estar clara y explícitamente vinculada a lo deseable.
comportamiento. Después de todo, Hitler tenía una autoestima muy alta y mucho
de iniciativa también, pero eso difícilmente era garantía de ética.
comportamiento. Atrajo seguidores ofreciéndoles autoestima
eso no estaba ligado al logro o al comportamiento ético; más bien, él
les dijo que eran seres superiores simplemente en virtud de
siendo ellos mismos, miembros de la llamada Master Race, una
idea que sin duda tenía un atractivo amplio y seductor. Tenemos
No se encontraron datos que indiquen que promover indiscriminadamente la
autoestima en los niños o adultos de hoy, sólo por ser ellos mismos,
tiene algún beneficio más allá de ese placer seductor.
Por tanto, pensamos que la autoestima debe utilizarse de forma limitada.
como uno más entre un conjunto de factores que promueven resultados positivos. Él
no debería ser un fin en sí mismo. Elevar la autoestima no
por sí mismo hace que los jóvenes tengan un mejor desempeño en la escuela, obedezcan las
ley, no meterse en problemas, llevarse mejor con sus compañeros o
respetar los derechos de los demás, entre muchos otros resultados deseables. Sin
embargo, sí parece adecuado intentar aumentar la autoestima de las personas
como premio a un comportamiento ético y digno.
logros. Aunque esto pueda parecer banal, creemos que así será.
requieren un cambio básico en muchos programas de autoestima, que
ahora buscamos elevar la autoestima de todos sin exigir
comportamiento apropiado primero.
Usar la autoestima como una recompensa en lugar de un derecho
nos parece lo más adecuado. Sin duda, todavía puede haber una
lugar para una consideración positiva incondicional, como cuando un padre
muestra amor por un niño independientemente de sus logros. Pero cuando
Cuando se trata de un logro o una virtud, la autoestima debería estar condicionada
a ello. Se debe promover una visión favorable de uno mismo en
la base para desempeñarse bien y comportarse moralmente. Por el
De la misma manera, nos parece apropiado e incluso imprescindible criticar
conductas nocivas o poco éticas y desempeños perezosos o deficientes, sin
preocuparnos de que la autoestima de alguien pueda verse perjudicada.
reducido.
En particular, pensamos que el éxito en la sociedad moderna depende del
aprendizaje y la mejora permanente (académica,
VOL. 4, NO. 1 DE MAYO DE 2003
RF Baumeister et al.
social, cultural y ocupacionalmente. Fomentamos la vinculación
autoestima para el aprendizaje y la mejora. El aprendizaje es más efectivo cuando
uno recibe tanto elogios como críticas, contingentes.
sobre el desempeño actual. El régimen de sólo elogios del movimiento de la
autoestima, en última instancia, no es más eficaz para el aprendizaje.
que el régimen de crítica exclusiva de la era anterior (aunque
los elogios pueden resultar mucho más agradables para todos los interesados).
Los elogios que refuerzan la autoestima como reconocimiento al buen desempeño
pueden ser una herramienta útil para facilitar el aprendizaje y mejorar aún más el
desempeño en el futuro. Alabando a todos los niños solo
porque ser ellos mismos, por el contrario, simplemente devalúa los elogios y
confunde a los jóvenes sobre cuáles son las normas legítimas
son. A largo plazo, si esos elogios indiscriminados tienen algún efecto
En la autoestima, parece más probable que contribuya al narcisismo.
u otras formas de autoestima inflada que al tipo de autoestima que será mejor para
el individuo y para la sociedad.
Un enfoque en la mejora, en particular, permite a las personas
compararse entre sí mismos para que no
tienen que impulsarse a costa de los demás. La mejora nos parece la condición
ideal para aumentar la autoestima:
A medida que la persona se desempeña o se comporta mejor, se estimula el
aumento de su autoestima y el efecto neto será reforzar ambas cosas.
Buen comportamiento y mejora. Esos resultados conducen tanto a la felicidad del
individuo como a la mejora
de la sociedad.
Agradecimientos— Agradecemos el apoyo financiero de
los Institutos Nacionales de Salud (Subvenciones MH 57039 y MH 12794), el
Fondo de Fundaciones para la Investigación en Psiquiatría y Ciencias Sociales y
Consejo de Investigaciones Humanitarias de Canadá. Estamos en deuda con Karyn Cirino
para preparar la lista de referencias.
REFERENCIAS
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autoestima. Adolescencia, 30, 899–907.
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depresión basado en la teoría. Revisión psicológica, 96,
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