Está en la página 1de 19

PSICOPATOLOGÍA HUMANA

por

CARMELO MONEDERO GIL

XX
siglo
veintiuno
editores

MÉXICO
ESPAÑA
ÍNDICE

siglo veintiuno editores, sa


CERRO DEL AGUA, 248. 04310 MEXICO, D.F.

siglo veintiuno de españa editores, sa


C/ PLAZA, 5. 28043 MADRID, ESPAÑA

PRÓLOGO

PRIMERA PARTE
LOS HECHOS PSICOPATOLÓGICOS
APROXIMACIÓN A LA PSICOPATOLOGÍA seocaccoconanarosos
DEFINICIÓN
PSICOPATOLOGÍA Y PSICOLOGÍA ANORMA:
PSICOPATOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA ...
NORMALIDAD Y ANORMALIDAD
SÍNTOMAS Y SÍNDROMEScvcunccccccnnss Ende
PSICOPATOLOGÍA CLÍNICA Y PSICOPATOLOGÍA EXPERIMENTAL ....
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total
PSICOPATOLOGÍA Y SOCIEDAD occasion raras
o parcial de esta obra por cualquier procedimiento (ya sea
gráfico, electrónico, óptico, químico, mecánico, fotocopia, etc.)
y el almacenamiento o transmisión de sus contenidos en
soportes magnéticos, sonoros, visuales o de cualquier otro tipo
PERSPECTIVAS DIACRÓNICAS Y SINCRÓNICAS 00m... 29
sin permiso expreso del editor.
HISTORIA DE LA PSICOPATOLOGÍA ocraccccnionaniaoniononrncnirancnnnerrrrneas 29
EL NACIMIENTO DE LA LLAMADA PSICOPATOLOGÍA CIENTÍFICA.... 35
PSICOPATOLOGÍA Y EDAD. 41
Primera edición, julio de 1996 LOS MODELOS O CREENCIAS. 44
O SIGLO XXI DE ESPAÑA EDITORES, S. A. DE LA OBSERVACIÓN AL EXPERIMENTO 54
Calle Plaza, 5. 28043 Madrid
O Carmelo Monedero Gil DESCRIPCIÓN FENOMENOLÓGICA eoccccoconinnonioncininianiaas 62
DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

Impreso y hecho en España FENOMENOLOGÍA VERSUS INTROSPECCIÓN 62


Printed and made in Spaín LA REDUCCIÓN FENOMENOLÓGICA 65
LA INTERPERSONALIDAD ocnnaancconaniannoss 69
Diseño de la cubierta: Pedro Arjona PSICOPATOLOGÍA DE LA INTERPERSONALIDAD 73
ISBN: 84-323-0931-1 79
Depósito legal: M. 25.374-1996 82
Fotocomposición: EFCA, S. A.
Parque Industrial “Las Monjas” LA CLASIFICACIÓN Y EL DIAGNÓSTICO
...... 89
28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)
Impreso en Closas-Orcoyen, S. L. Polígono Igarsa UN CRITERIO CLASIFICATORIO .... 89
Paracuellos de Jarama (Madrid) LA NOSOLOGÍA PSIQUIÁTRICA 94
Índice Índice vi

LA MEDIDA DE LO PSICOPATOLÓGICO.... 102 LOS AFECTOS


EL DIAGNÓSTICO PSICOPATOLÓGICO. 107
EL PROBLEMA DE LA AFECTIVIDAD...
EL DIAGNÓSTICO COMO LENGUAJE ..... 109 244
EL SUFRIMIENTO
249
253
FACTORES PSICODINÁMICOS ennrcnniconanconocionnsincionncnanciarinos 113 257
265
PSICODINAMIA 113 276
PSICOPATOLOGÍA Y PERSONALIDAD 116 283
ACONTECIMIENTOS DE VIDA conca 123 292
CONTEXTO SOCIAL coccnanonoooonooronsinononrcren 131
LA ESTRUCTURA DE LA EXPERIENCIA .. 134
10.
LA PERSONALIDAD NEURÓTICA. 138 302

302
LA NATURALEZA HUMAN Asun 143 313
319
GENES Y MODOS DE SER ocunninnanionnooos 143 331
DIFICULTADES METODOLÓGICAS. 145
CROMOSOMOPATÍAS.. 148 11, LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE
LAS PSICOSIS enuncian 151 338
LAS NEUROSIS Y LAS PSICOPATÍAS . 160 CONOCIENDO Y SIENDO CON EL OTRO
LOS CUADROS ORGÁNICOS conocio. 163 338
EL LENGUAJE DE LA LOCURA
LA ESQUIZOFRENIA... 166 345
LOS DELIRIOS
LA DEPRESIÓN Y LA MANÍA.. 173 357

12. REM DA 366


EL ORGANISMO eooccocononcncanininnnninoncnnaninranonnnnnnsnnonannanon
corran ca rincana ross 176
EL DESCUBRIMIENTO ....... 366
EL CUERPO Y LA CORPORALIDAD. 176 EL ARTISTA Y SU MENSAJE 368
EL CEREBRO ...... 181 EL LITERATO oocceccccccconicicóoóns
371
ASPECTOS PSIC: 189 EL HOMBRE DE CIENCIA. 374
LA CORPORALIDAD.... 194 LA REALIZACIÓN PERSONA
376
LA OBNUBILACIÓN 201
EL RETRASO MENTAL 205
LAS DEMENCIAS enano 210 . ESTRUCTURA DE LA SUBJETIVIDAD
379
EL YO SUJETO Y EL YO OBJETO
379
SEGUNDA PARTE RAZÓN Y SENTIMIENTOS. 382
LA ACTIVIDAD CONSTITUYENTE LA PERSONA oncacccccconnoocoos 387
INTENCIONALIDAD, DESEO, PROPÓSITO Y PROYECTO. 392
LA EXPERIENCIA ssrrsmraaataos 215 LO IMAGINARIO... 396
LO NO CONSCIENTE. 401
LO SABIDO Y LO REVELADO 215
LAS ALUCINACIONES omic. 218
LO REVELADO EN LA PSICOSIS 222 14. LA CURA PSICOLÓGICA 404
LO IRRELEVANTE..... 230
FELICIDAD VERSUS SUFRIMIENTO
EL SENTIDO Qs 234
LA CURACIÓN POR LA PALABRA ...
404
LA RUPTURA CON LA INTERPERSONALIDAD
oo... 239 408
VII Índice
PRÓLOGO
LA CONQUISTA DE LA LIBERTAD cccnnaccacnnnnnonncoonnnnneeee 418
EL AVENTURERO .... . 424
EL ACOMPAÑANTE 430

BIBLIOGRAFÍA... 437

La patología psíquica es el sufrimiento. Los psicólogos y psiquia-


tras parecen ignorar esta realidad, por lo que difícilmente pueden
luchar contra ella. Sin embargo, todos parecemos estar conjurados
contra el sufrimiento, en la medida que, cada uno a su manera,
procura mejorar las condiciones de la vida humana. El psicopató-
logo pretende esto mismo partiendo, obviamente, de sus conoci-
mientos de psicología. Pero ocurre que la psicopatología actual ha
terminado por olvidar su tarea.
Los psiquiatras, con sus diagnósticos de enfermedad, acallan
los gritos desesperados de los que se acercan a la guillotina. Los
psicólogos académicos, además, se pierden en un laberíntico cien-
tifismo a la búsqueda de las causas de sus anormalidades, pero
manteniéndose ciegos a sus desgracias. La gran mayoría son in-
sensibles a las circunstancias que se dan cita en la vida de los hijos
de esta tierra.
Las religiones, consoladoras de los afligidos, pretenden darle
un sentido al sufrimiento del ser humano, pero lo que suelen con-
seguir es aumentarlos y, por si fuera poco, degradando su digni-
dad maltrecha. Muchas filosofías e ideologías, con sus éticas co-
rrespondientes, no les van a la zaga.
En estas circunstancias lo único es volver los ojos al hombre
que somos, con la intención de captar el sentido del sufrimiento
humano. Sé muy bien que para muchos esto no es la moda. Pero
también sé que no existen ciencias ni ideologías capaces de ocultar
la evidencia de nuestras vivencias. Éste es el sentido de esta Psi-
copatología Humana, que para mí, personalmente, supone un
desarrollo de la dimensión fenomenológica de mi Psicopatología
General en un momento de la vida en el que ya es posible decirlo
todo.
Torrelodones, junio de 1966
CARMELO MONEDERO
PRIMERA PARTE

LOS HECHOS PSICOPATOLÓGICOS


1. APROXIMACIÓN A LA PSICOPATOLOGÍA

DEFINICIÓN

Etimológicamente, Psicopatología alude a psique sufriente o en-


ferma, por lo que se pone en conexión con las ciencias médicas,
que son las que suelen ocuparse del hombre enfermo. El concepto
de Psicopatología, sin embargo, no se encuentra comprometido
necesariamente con las ciencias médicas, ya que hablar de enfer-
medad sólo tiene sentido cuando nos referimos al cuerpo. Una
enfermedad es una alteración corporal que dificulta el funciona-
miento del organismo. Si el psiquismo contuviera una serie de ór-
ganos y sistemas susceptibles de verse alterados, podríamos, igual-
mente, hablar de psique enferma. Pero todos sabemos muy bien
que este mecanicismo psicológico resulta inaceptable.
Para partir de un fundamento claro en el presente texto, aun-
que discutible, prefiero ofrecer desde el principio mi propia defi-
nición de Psicopatología. En otro lugar (1977) he definido la Psi-
copatología como aquella disciplina que se ocupa de los seres
humanos que, debido a sus características psicológicas, encuen-
tran dificultades para su realización biológica y personal. El ser
humano suele encontrar dificultades para su realización en estas
dos dimensiones fundamentales, porque cuenta con un conoci-
miento incorrecto del mundo que le rodea, no sintoniza emocio-
nalmente con sus semejantes y/o tiene una conducta anormal. Si
invertimos los términos, podríamos decir que para realizarse sa-
tisfactoriamente en la vida, es preciso, generalmente, contar con
un conocimiento correcto de la realidad exterior, una buena sinto-
nía emocional con el prójimo y mantener un comportamiento
adecuado. En el primer caso habríamos definido la psique anor-
mal y en el segundo la normal.
Es preciso que hagamos una serie de matizaciones a la defini-
ción que he propuesto para la Psicopatología. Del contenido eti-
mológico de la palabra conservamos la psigue sufriente. Un sujeto
4 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología 5

con manifestaciones psicopatológicas, enfermo o no, es una per- rés preferente a esas vivencias, y estimo que todo lo demás debe
sona que sufre. Aunque la vida del hombre resulte sumamente estar en función de ellas. La llamada descripción introspectiva ha
complicada, su realización como ser biológico y como ser perso- hecho posible la constitución de la Psicopatología, y sin ella re-
nal o social, se encuentra en la base de toda acción humana. sulta difícil imaginarse la existencia de una práctica clínica; por lo
Cuando sufre, con enfermedad o sin ella, debe acudir a un psicó- menos de una práctica clínica dirigida al ser humano. La vida del
logo en busca de ayuda. Es cierto que si padece una enfermedad hombre es lo que él vive y no lo que está en los libros. A eso que
física, la verdadera ayuda la recibirá de un médico, pero si no él vive es preciso acercarse por los medios que tengamos a nuestro
existe esa enfermedad, y a pesar de todo sufre, la auténtica ayuda alcance.
vendrá del psicólogo. Esto no quiere decir que el psicólogo prive Para evitar los abusos e imprecisiones de las descripciones in-
de sus servicios o se encoja de hombros ante los enfermos somáti- trospectivas, propongo una auténtica descripción fenomenológica
cos, puesto que, en sus circunstancias, también puede ser de de las vivencias. El término y el concepto de Fenomenología sue-
ayuda para su psique doliente. len ser inadecuadamente entendidos por los psicólogos, que, si-
Una persona que sufre no siempre debemos calificarla de pa- guiendo la corriente de la psicología americana, la conciben como
tológica. Ya Aristóteles, en su Ética a Nicómaco (s. IV a. C.), es descripción introspectiva o humanista. La descripción fenomeno-
consciente de que, aunque en el infortunio resplandezca en el lógica que yo propongo es aquella que hunde sus raíces en el pen-
hombre la grandeza moral, todas sus virtudes no serán suficientes samiento filosófico, encontrando en Husserl (1913) a su expo-
para alcanzar la felicidad, si caen sobre él las desgracias de Príamo. nente más riguroso. Cuando la Psicología se independizó de la
Pero también en este caso, en cuanto que sufre, podría benefi- Filosofía, emprendió una absurda carrera con la finalidad de
ciarse de la ayuda del psicólogo. Patológica es más bien esa psique transformarse en una ciencia como las de la naturaleza. Los resulta-
que, por sus propias características, conduce al sufrimiento. Cuan- dos están a la vista de todos: una ciencia sin sujeto humano. Ni
do esto sucede, solemos encontrarnos con una psique que tiene que decir tiene que este tipo de ciencia, si es que debe recibir ese
un conocimiento defectuoso del mundo que le rodea, una sintonía nombre, a mí no me interesa en absoluto. Como clínico, ejerzo
emocional con sus semejantes deficiente y/o un comportamiento una actividad al servicio de los demás seres humanos, y es en ellos,
inadecuado. No se trata tanto de que éstas sean las causas del su- y no en sus mecanismos, en los que estoy interesado.
frimiento humano patológico, como de que en el sujeto sufriente En mi Psicopatología general (1973) ya dejé constancia de la
suelen darse cita este tipo de características. importancia de la Fenomenología. Aunque la obra fue acompa-
Al hacer gravitar lo psicopatológico en el sufrimiento mante- ñada del éxito editorial, pienso que su dimensión fenomenológica,
nemos el compromiso entre la Psicopatología y la Medicina, en la parte más original, pasó un tanto desapercibida. Los tiempos de
tanto que ambas, cada una a su manera, se ocupan del hombre do- la Psicología no eran propicios a este tipo de consideraciones
liente. Ésta es la razón por la que prefiero seguir utilizando el tér- fenomenológicas. Hoy día las cosas parecen estar cambiando,
mino de Psicopatología al de Psicología Anormal, porque, como en la medida en que los psicólogos, hartos de tanto mecanicismo
ahora veremos, este último infravalora al ser humano en su di- estéril, experimentan la necesidad de volver de nuevo al sujeto hu-
mensión sufriente. mano. Este texto de Psicopatología no está escrito para ser un sus-
Según mi propio punto de vista, una auténtica Psicopatología tituto del anterior. Mi propósito ahora es más concreto: desarro-
debe ocuparse de las vivencias del ser humano, porque es sobre llar más la perspectiva fenomenológica que vengo defendiendo
ellas donde lo psicopatológico adquiere su sentido. Los psicó- desde hace bastantes años.
logos académicos o autodenominados científicos suelen rechazar La descripción fenomenológica impregnará todas y cada una
este tipo de descripciones vivenciales, calificándolas de intros- de las partes de este texto. Nosotros hemos asociado a la psique
pectivas y poco compatibles con lo que cabe esperar de una sufriente alteraciones del conocimiento, de los afectos y de la con-
ciencia positiva. Yo, que me considero un clínico, dirijo mi inte- ducta; pues bien, cada una de estas alteraciones han sido expuestas
6 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología 7

en mis textos anteriores. Su estudio viene a coincidir con los te- tética referencia a un proceso patógeno, sino, simplemente, por su
mas psicopatológicos clásicos. ] poca frecuencia. Eysenck (1973), en su introducción al Manual de
El lector atento habrá ya pensado que no todos los sujetos ob- Psicología Anormal, afirma que lo anormal, referido a lo psicoló-
jeto de estudio de la Psicopatología deben, necesariamente, ser su- gico, sólo puede ser entendido como poco frecuente o como dis-
frientes. Los maníacos, por ejemplo, dan muestras de intensa feli- tanciamiento de una norma ideal de conducta. Está claro que en
cidad. Los psicópatas son personalidades que pueden mostrarse a ambos casos queda perfectamente indeterminado lo que debemos
gusto con sus formas de actuación. No son pocos los sujetos con entender por Psicología Anormal, máxime si tenemos en cuenta
enfermedades o alteraciones biológicas que se sienten satisfechos. que los estudios sobre Psicología Anormal, y eso nadie lo discute,
En fin, los ejemplos podrían multiplicarse. Estos sujetos son feli- sólo tienen sentido en vistas a poner en práctica una terapéutica o
ces o están satisfechos y son, sin embargo, objeto de estudio de la intervención psicológica. Hay multitud de personas que son psi-
Psicopatología. La contradicción es sólo aparente, si tenemos en cológicamente anormales —geniales o extravagantes—, y que no
cuenta que su bienestar se hace en detrimento de la felicidad de las plantean conflicto alguno a su entorno. Ellas deben ser objeto de
personas que les rodean. El sufrimiento de que nos ocupamos no nuestro respeto, y nada autoriza a que se intervenga sobre ellas, a
es estrictamente individual; es un hecho social. Son personas que, no ser que ellas mismas lo soliciten.
remendando formas conocidas de expresión, debido a sus caracte- Lo anormal en sentido amplio no puede ser objeto de estudio
rísticas psicológicas, sufren o hacen sufrir a los que les rodean. de una Psicología Anormal, que, como sigue siendo la habitual, está
Esta extensión del sufrimiento a sujetos que, en principio, no pa- diseñada para la intervención. Existiría, es cierto, una psicología de
recen ser objeto del interés del psicopatólogo, pone en relación la lo excepcional, como la que se ocupa de las personalidades geniales,
Psicopatología con las ciencias sociales. pero que estaría bien distante de la Psicopatología y de la Psicología
Anormal, que están en función de la terapia o la intervención.
Consciente de estas dificultades, Sarason (1972) concluye que
la Psicología Anormal se ocupa de las situaciones psicológicas
PSICOPATOLOGÍA Y PSICOLOGÍA ANORMAL anormales sólo en tanto que dan lugar a conductas desadaptadas.
De nuevo nos encontramos con que son los criterios sociales los
La Psicopatología nace dentro del seno de la Medicina, lo que que vienen a imbricarse ahora en lo anormal como antes lo hicie-
conduce a que términos y conceptos como patológico o enfermo ron en lo psicopatológico. En una Psicología Anormal de este
se encuentren estrechamente unidos a ella. Los psicólogos, con tipo pueden tener cabida temas de estudio, como la delincuencia y
razón, han reaccionado contra este abusivo uso de lo patológico el crimen, que antes no figuraban en los textos de Psicopatología.
referido a lo psíquico, y propuesto que es preferible hablar de Las conductas anormal y normal son, en esencia, de la misma
Psicología Anormal o, según sus preferencias, de Conducta Anor- categoría, sólo varía la valoración social que de ellas se hace. Esta
mal. Los textos de Psicología Anormal tienen el propósito de en- afirmación puede resultar correcta, y nos explica que a lo largo de
marcarse dentro del contexto de la Psicología, y utilizan los méto- la historia lo que se ha venido entendiendo por normal y anormal
dos y modelos de la Psicología para estudiar lo que hasta el ha variado tan significativamente, que difícilmente estamos auto-
momento venía calificándose de psique patológica o enferma. rizados a considerarlo como algo característico por sí mismo. De
Aunque el cambio de términos no debería implicar cambio de la mano de estas afirmaciones corren otras que, sin embargo, de-
conceptos, nos encontramos con modificaciones importantes res- bemos denunciar como groseramente erróneas. Los psicólogos
pecto de la Psicopatología tradicional. Adoptar los puntos de vista que hacen gravitar sus reflexiones sobre la conducta, acostumbran
de la Psicología, se traduce en una conceptualización nueva de lo a repetir que las cansas de la conducta anormal son las mismas que
antiguo patológico, que debe ahora ser conceptualizado como las de la conducta normal, la única diferencia reside en su valora-
anormal. La Psicología o Conducta Anormal no lo es por su hipo- ción. Esta afirmación, que los estudiantes de Psicología suelen
8 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la Psicopatología

aprender y memorizar fácilmente, resulta falsa, porque alude alas logía es la ciencia de la psique patológica
variables ambientales que determinan la conducta, a e la Psiquiatría, que es una especialidad de lao anormal, mientras que
estudio de las enfermedades mentales.
Medicina, se ocupa del
cuenta que es una ceguera el ignorar que muchas conductas calitr Jaspers (1913), el llamado
cadas de patológicas o anormales lo son como consecuencia padre de la Psicopatología, consideraba la
disciplina
Psiquiatría como una
una enfermedad somática, y, desde luego, no podemos Seu que práctica, que utilizaba los conocimiento
para aplicarlos al estudio de los seres s científicos
una enfermedad somática pueda ser considerada Deli : con- humanos individuales. La
ducta normal alguna. Seguramente, de tanto dejar de : o a caja Psicopatología, sin embargo, tendría como
fin la creación de cien-
negra, existe para estos psicólogos una amplia parte de la reali cia, al investigar las reglas generales por
las que se rige el acontecer
ue se muestran ciegos. y psíquico patológico. Aunque esta distinci
ón pudiera parecer ló-
dd de las «in décadas ha prestado poca rl gica en el momento que Jaspers escribió
su obra, los hechos han
a los procesos subjetivos, prefiriendo aquellos otros más o je 1 os evolucionado de otra manera.
o susceptibles de observación directa. Este desp aamien Ds Sn La Psicopatología se ha visto alienada en
una disciplina que sólo tiene sentido en función de ayudar ca - sus comienzos. La Psicopatología o Psiq la Psiquiatría desde
uiatría general, como
tros semejantes, conduce a unos esquematismos conceptuale 7 : también se la llamaba, venía a ocupar la
primera parte de los ma-
unas formas de actuación poco compatibles con la atención al se nuales de Psiquiatría, en la que se estu
diaban las manifestaciones
ue sufre. psicopatológicas más o menos aisladas.
Lo que solía concretarse
a ns la anormalidad es preciso efectuar medidas. A pe en una exposición de los mismos tópicos
que
sar de las críticas hechas en el párrafo anterior, no debemos O ve logo, pero acentuando sus aspectos más pato estudiaba el psicó-
nera se hacía una psicopatología de la perc
lógicos. De esta ma-
dar que algunas de estas medidas han supuesto una ayu at 5 epción, de la memoria,
del pensamiento, del lenguaje, etc. La
mable para muchos de los problemas que tenian plantea USE conceptualización de esta
psicopatólogos tradicionales. Los tests de E po de an Psicopatología alienada en la Psiquiatría y con otro pie en la Psi-
plo, han hecho posible un diagnóstico más onjetivo, e la Ne A cología estaba escindida. Para los psiquiat
ras, que eran los que ha-
malidad o retraso mental. Hasta la introducción de laspruel as cían uso de ella, se limitaba a ser una
semiología, que también de
inteligencia este diagnóstico se realizaba dependiendo E o esta forma se la llamaba, en la que se desc
ribían con mejor o peor
poco claros, que, en último término, remitían al ojo c mom y fortuna los sínt omas o manifestaciones psicopatológ
utilizando, alternativamente, elemento icas aisladas,
día a nadie se le ocurriría realizar este tipo de diagnóstico, a que s tomados de la Psiquiatría
no quiere decir que debamos considerar, a sólo 18s o de la Psicología. La Psiquiatría propiamente
especial quedaba conceptuada, en tanto dicha o Psiquiatría
puntuaciones de las pruebas. Es el clínico el que hace el diagnós que especialidad médica,
tico y la valoración última de las pruebas de ECG: En como el estudio de las enfermedades ment
ales.
En la Psicología actual existen diversas escuelas o sa : La falta de autonomía de la Psicopatología
quiatría, la fue transformando de objeto respecto de la Psi-
doctrinales. Cada una de ellas ofrece su versión de la a oía de estudio en adjetivo.
Anormal, que más adelante estudiaremos cuando tratemos de los Por eso es frecuente oír de labios de los clíni
cos las expresiones de
modelos o escuelas. «psicopa tología» de la depresión, de la esquizof
mencia, etc. Con ello quieren referirse renia, de la de-
a los caracteres psicológi-
cos de la depresión o de cualquier otra enfe
rmedad mental. Ésta es
la utilización del término que hace Schneide
r (1950) en su Patopsi-
PSICOPATOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA cología Clínica.
Esta Psicopatología alienada en la Psiquiat
plina que proponemos. Es cierto que los ría no es la disci-
Es frecuente confundir la Psicopatología con la Psiquiatría. En psiquiatras, médicos al
principio, la delimitación entre ambas resulta clara. La Psicopato fin, nunca se han sustraído al sufrimiento
de sus pacientes, pero
Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología
10 11

también es cierto que han considerado, y signs teca, que ticnen una causa común y deben ser objeto de un tratamiento
también común. Es cierto que existen muchas alteraciones
que el “diagnóstico” de la enfermedad o cuadro clínico o s a psico-
lógicas o manifestaciones psicopatológicas en las enfermedades
damental de su actividad. Eso sin Ea nn an pens de ¿ elor
1
ho insalvabl e, : de atr1 vir as cerebrales. En estas situaciones nos encontramos, eviden
mación
1Ó profesio1 nal, para muchos temente,
ante auténticos enfermos, cuyo tratamiento correcto
orgánicas a todo lo psicopatológico. Contrariamense e oa es estricta-
5 s de salir1 de la caja Negra.
negra. Schneide », mente médico. Cualquier psiquiatra, con buen criterio,
logos, son incapace
1 puede
considerar estos cuadros orgánicos como auténticas enfermedades
soho tantos otros psiquiatras, hizo la distinción entre psique 5
y alos sujetos que los padecen como auténticos pacientes.
tológica y anormal. La psique patológica lo es como oo Sin em-
F bargo, en la mayoría de las manifestaciones psicopatológicas,
de enfermedades orgánicas o procesos biológicos que pue sn so-
bre todo en las más características, como son las psicosis y
taurarse en cualquier momento de la vida, La psique aa las
neurosis, no conocemos las alteraciones orgánicas que las
no es el producto de ninguna alteración Eon es la a ss provo-
1Ó extrema de lo poco frecue
ción cuente. Pero tanto la psique enfer ente can. Es cierto que conocemos muchos de los procesos biológicos
como la anormal remiten, inevitab lemente, aproceso s biológic os que cursan paralelos a ellas, pero se nos escapan las relaciones
causa
de
heredados o adquirido s. No vamos a tomarnos ahora e E ARES a efecto. El criterio médico seguirá viendo, a pesar de ello,
O . . : en estos sujetos a auténticos pacientes.
refutar estas simplificaciones, sino dejar claro que de = 5 Es an
en la Psiquiatría, la Psicopatología se ha visto salpicada de u Cuando un psiquiatra sigue considerando enfermo a un sujeto
rie1 de prejuicios que le son ajenos. del que desconoce sus alteraciones orgánicas, tiene que hacerl
juici o
Para mí la Psicopatología se ocupa del hombre sufriente, pero basándose en sus supuestos síntomas o alteraciones psicológicas.
Se supone que el psiquismo, análogamente al cuerpo, cuenta
considera este sufrimiento en sí mismo, en pntegue se vive, y con
m7 bn médica una serie de Órganos y sistemas que están alterados. Como un
en función de enfermedad alguna que le dé senti psi-
a E quismo en sí mismo, independiente del cuerpo, es difícil
La Psicopatología comprometida con la tra represen-
cuenta con un largo pasado, aunque su tradición cien E ci ” társelo alterado, la causa del desequilibrio debe buscarse,
inevita-
tivament e corta. La Psicologí Á
icologíaa Anormal Psicologí a
en la la Esicorogí
inscritaorita en blemente, en el cuerpo. El psiquiatra considera también como
1
hist
istori muy y r reciente; ; lala historia
cuenta con una historia Psicolog;ía
dea lala Paisolog anormalidad psicológica un conjunto de síntomas en cuanto
los
historias serán, indistinta pone en referencia a supuestas alteraciones biológicas. Éste
como ciencia independiente. Ambas es el
concepto de anormalidad que tienden a mantener los psiquia
mente, consideradas en este texto. tras,
del que la DSM-117 (APA, 1980) es un buen exponente. Según este
planteamiento, como se dice en la introducción, habría que distin-
guir entre auténticos deterioros y perturbaciones biológicos,
psi-
NORMALIDAD Y ANORMALIDAD
cológicos y sociales, y dificultades de adaptación ambiental, que
no son el objetivo del diagnóstico psiquiátrico.
La Psicopatología estudia, en último término, lo pun Sale 1
Por esta vía las supuestas o reales manifestaciones psicopatoló-
gicas se transforman, por definición, en síntomas, lo que conduc
anormal desde el punto de vista psicológico. Respecto, E psa e
propio) e o a la descripción de una serie de cuadros clínicos cuya entidad
anormalidad psicológica, que constituye el aa úl-
dio] psicopato
1 lógico,
Sel diversas.
pueden adopta rse actitudes - tima nos es perfectamente desconocida. Pensemos, por ejemplo,
cos ; psicilagos, como hemos visto, aportan sus puntos de vista en la esquizofrenia. Lo más que podemos hacer es calificar a una
sobre este tema, en el que conviene que nos detengamos un po serie de síntomas y de procesos evolutivos como esquizofrénicos,
más. ] S pero ignoramos qué se oculta bajo ese nombre. Con este plantea-
El criterio médico de anormalidad se confunde A lo patoló miento la investigación se encuentra dificultada seriamente,
de síntomas puesto que desconocemos incluso lo que debemos estudiar.
gico o enfermedad. Una enfermedad es un conjunto La
Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología 13
12

rdo democrático sobre bien seguros de que su vuelta a la normalidad será difícil o impo-
psm-mi-R (aba, 1987) ha legado a un acue
a, pero este tipo de sible. Aunque no cabe duda de que los sujetos que ni
lo que debemos entender por esquizofreni
ntos de la historia mos de esquizofrenia son más vulnerables que la media de la po-
acuerdos, que también hubo en otros mome
en absoluto su rea-
sobre los dioses y los diablos, no nos asegura
blación, son, seguramente, los tratamientos o terapias utilizados
con ellos los que ensombrecen más su pronóstico vital.
lidad. icando por
diagnost El descontento ante el criterio médico de anormalidad, experi-
La realidad es que los psiquiatras siguen
auténticos pacientes O mentado también por gran parte de los psiquiatras, no impide ue
los síntomas y considerando a sus clientes renia comenzaba
enfermos. Jaspers (1913) pensó que si la esquizof
sea el más vigente de todos, y que la atención a los sujetos nor
rompiendo, inexplicable- males esté confiada en la parte más importante a los psiquiatras
en un momento determinado de la vida,
rollo biográfico, era porque Los psicólogos, que han censurado repetidamente los criterios
mente, el sentido unitario de un desar El “proceso”
se estaba alterando o manifestando. médicos de anormalidad, tampoco se ven libres de su influencia.
algo biológico psi-
esquizofrénico aparecía como algo incomprensible en la vida La DSM-III-R (APA, 1987), que se reafirma en todos los ¡prejuicios
asim ilad o a todas esas médicos, es usada con verdadera satisfacción por gran parte de los
cológica de un sujeto, por lo que podía ser
tamb ién modi fica ban psicólogos del mundo entero. Es cierto que ellos justifican este
alteraciones o enfermedades cerebrales que
que las padecían.
incomprensiblemente el psiquismo de los sujetosdistingue entre los
uso diciendo que mejor es contar con un mal criterio diagnóstico
esta línea de reflexión, Schneider (1950
) que no contar con ninguno en absoluto, que es lo que venía ocu-
En
rmedad de los que no rriendo. Pero también es cierto que trabajar en el prejuicio sólo
síntomas que deben ser considerados de enfe
autén ticos enfermos y, conduce a su refuerzo. La más reciente DSM-1V (APA, 1994) no mo-
lo son. La Psiquiatría se ocuparía de estos
de todas esas personali- difica este planteamiento.
diferenciándolos perfectamente, también an problemas de
dades anormales que, sin ser enfermos , encu entr Ya hemos visto que a la enfermedad oponen los psicólogos la
sean enfe rmos , los psiquia- anormalidad. La Psicología Anormal, por sí misma, también lo
adaptación. Áunque estos últimos no
hemos visto, no puede ser objeto de estudio de la Psicopatología
tras los diagnostican por sus síntomas.
psicológica según Aceptar este planteamiento sería concebir la vida del hombre
Las críticas al concepto de anormalidad
veni do de todos los frentes. como una adaptación sin condiciones a las normas de comporta-
criterios de salud o enfermedad han al es un mito, miento social. Este pobre concepto de normalidad puede trans-
enfe rmed ad ment
Para Szasz (1961), por ejemplo, la mos de califi-
del cere bro no debe formarla en la mayor de las anormalidades. Ser normal, se ha re-
pues si se trata de enfermedades
es de adaptación ha- petido en muchas formas, es ejercer el derecho a ser diferente. Son
carlas de mentales, y si se trata de dificultad
vida. En cualquier muchas de las personas más adaptadas las que más han renunciado
bría que identificarlas con los problemas de lanosticado y tratado a ejercer este derecho y, desde luego, no pueden ser consideradas
caso, y esto es lo que yo pienso, verse diag
nta es una existencia ni normales ni felices. Fromm (1955) defiende, junto a otros mu-
como enfermo, cuando lo que uno experime
ver los problemas de la chos, que la no adaptación a unas condiciones sociofamiliares ina-
problemática, no ayuda en absoluto a resol sentido, los
e. En este ceptables no es un signo de anormalidad sino de normalidad. Es
vida, sino a enquistarlos irreversiblement
pató geno s, contribuyen sertamente evidente que vivir libremente la propia identidad, es la única vía
psiquiatras, con sus prejuicios
ón es válida no sólo para conseguir llevar una vida satisfactoria, que es, según mis pro-
al deterioro de la salud mental. Esta afirmaci
sino también, y más se- pios planteamientos, lo único que hace posible la oia i-
para los sujetos neuróticos o inadaptados, de esqui-
nóstico
riamente, para aquellos otros que reciben el diag
cológica. o
os espe cial ment e vuln erab les que respon- El concepto de anormalidad psicológica conduce, inevitable-
zofrenia. Éstos son sujet Si se les ingresa
den psicóticamente a las circunstancias de la vida.
mente, a la anormalidad estadística. Esta conceptualización mate-
si se les administra in- mática de la anormalidad puede resultar útil en determinados
en un hospital psiquiátrico O manicomio,
ógico, podemos estar diagnósticos como el del retraso mental. También puede resultar
discriminadamente un tratamiento farmacol
Aproximación a la psicopatología
Los hechos psicopatológicos 15
14

útil para realizar investigaciones dentro del campo psicopatoló- SÍNTOMAS Y SÍNDROMES
gico a la hora de medir, como hacen los cuestionarios O escalas de
evaluación, la intensidad de ciertas conductas o síntomas. Pero los Un síntoma es una manifestación psicopatológica aislada y un sín-
límites establecidos entre normalidad y anormalidad siempre son come un conjunto de manifestaciones psicopatológicas articula-
relativos a determinadas circunstancias. Como yo mismo he estu- as. Ambos términos y conceptos provienen de la ciencia médica
diado en otro lugar (1990), el retraso mental, paradójicamente, en la que la Psicopatología, a través de la Psiquiatría, se encuentra
muestra diversas prevalencias en cada una de las etapas de la vida, muy comprometida. Dentro de este contexto conceptual los sín-
cuando, estadísticamente, la proporción debería permanecer cons- tomas y los síndromes no se consideran enfermedades puesto ue
tante. El ingreso en la escolaridad es el momento de la vida en que éstas — un conjunto articulado de síntomas que tienen E
se hacen más diagnósticos de retraso mental. La mayoría de estos Euge Y alteración somática, un pronóstico y un tratamiento
niños son sólo retrasados escolares, y llevarán una existencia pos-
terior análoga a la del resto de la población. Esto quiere decir que La Psicopatología se ocupa del estudio de los síntomas y de
las medidas de la inteligencia tienen sentido sólo en función de los síndromes, no siendo de su interés la agrupación de éstos en
determinados ambientes, pero no por ellas mismas. Se puede ser supuestas enfermedades. El estudio de los síntomas suele hacerse
anormal para unas cosas sí y para otras no. en función de las categorías y criterios establecidos por los psicó-
Los psicólogos han intentado coordinar la anormalidad esta- logos. Si existe una Psicología que distingue entre diversas funcio-
dística con la adaptación social, de forma que sólo aquellas perso- nes psicológicas como la percepción, la memoria y el pensamiento.
nas que, debido a su anormalidad, presentan inadaptación, deben es posible hacer un estudio, igualmente, de la psicopatología de la
ser objeto de estudio y tratamiento por parte de la Psicología percepción, de la memoria y del pensamiento. Una Psicopatología
Anormal. Esta corrección añadida a la anormalidad estadística es, así diseñada incluye en su objeto de estudio todo aquello 0
desde luego, pertinente, pero nos remite a los condicionamientos puede ser considerado anormal o patológico respecto de 0
de tipo social, difícilmente manejables por el psicólogo clínico. funciones psicológicas. Si una percepción normal es la toma de
Existen muchas personas anormales, yo diría que la mayoría, que conciencia de algo a través de los sentidos, cuando existe una per-
sufren por su anormalidad y no presentan signos de inadaptación cepción y, sin embargo, no existe nada que excite los sentidos A -
familiar o social. Se limitan a sufrir por su anormalidad, y sólo demos hablar de alucinación. .
unos pocos familiares o amigos saben de su drama interior. No . La realidad es que los psicopatólogos no se han dedicado con
cabe duda de que se trata de sujetos anormales y que deberían ser independencia de criterios al estudio de la psicopatología de las
ayudados por un psicólogo. Ésta es la razón por la que propongo diversas funciones psicológicas. En sus estudios, por ejemplo, de
cambiar el confuso y ambivalente término de adaptación por el de la psicopatología de la percepción incluían casi exclusivamente
sufrimiento, bien lo experimente el sujeto de la psicología anor- los síntomas que ellos atribuían a la percepción en las diversas en-
mal o su entorno. fermedades mentales. De ahí que la alucinación se consideraba
Para que una persona sufra o haga sufrir a los demás por su una psicopatología de la percepción, aunque bien pudiera tratarse
psicología, que es en lo que mi opinión constituye lo esencial de la de una psicopatología de la memoria o del pensamiento. El hecho
anormalidad psicológica, no es preciso mi que esté enfermo mi que de que la Psicopatología gravitase en conceptos médicos psiquiá-
tenga rasgos psicológicos que se aparten estadísticamente de los tricos, llevaba a este tipo de situaciones poco apropiadas ban una
de sus semejantes. Puede suceder así pero no es condición previa. ciencia independiente. Entre los prejuicios de una Psicología y de
Pensemos, por ejemplo, cuánto sufrimiento experimentan los se- una Psiquiatría vigentes se encontraba la Psicopatología. NN
res humanos en relación a sus pulsiones sexuales, cuando, general- _ Se ha criticado mucho a esta Psicopatología que acepta, in-
mente, éstas no se diferencian en lo esencial de las de sus congé- discriminadamente, unas cuestionables funciones psicológicas
neres.
Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología 17
16

razonadas
para distribuir su material de estudio. Pero las críticas can más a las enfermedades en cuanto aluden a un conjunto de
mismo (1973) E vi causas específicas.
no han logrado cambiar el estado de cosas. Yo
obligado a plantear el estudio de las manifestaciones psicopatoló- Los psiquiatras, que habían puesto todas sus inquietudes en la
que algu- determinación de las enfermedades mentales, se han tenido que
gicas en estos términos por falta de otro mejor. Es cierto
psicó logos contentar con describir síndromes en la mayoría de los casos. La
nos han adoptado otros puntos de vista, No pocos
como Pavlov (1927) y Skinner (1953) han dado una versió n de lo DSM-III-R procuró no hacer referencia a las causas de los cuadros
izaje reali clínicos, a no ser que existiera un amplio margen de acuerdo sobre
psicopatológico apoyándose en los estudios de aprend
unilateral, no ello. Este sería el caso, por ejemplo, de las demencias seniles. Pero
zados en ciertos animales. Esta visión, ciertamente
funciones resulta que la mayoría de los síndromes no podemos atribuirlos a
les impidió seguir utilizando las referencias a las citadas determinadas causas, por lo que tenemos que limitarnos a descri-
psicológicas, que, aunque cuestionables, se presentan como 1nevi- birlos, simplemente, como tales cuadros clínicos. Es decir, debe-
tables en el lenguaje técnico y en el profano. mos presentarlos como síndromes, con la esperanza de que, quizá,
amente,
Una manifestación psicopatológica aislada es, segur investigaciones posteriores sean capaces de presentarlos como en-
otros de-
una abstracción, puesto que suele estar acompañada de fermedades.
más o menos eviden tes. La fiebre , por
sequilibrios psicológicos Hay dos síndromes que juegan un papel esencial en la Psico-
podem os medir con el termó metro ,
ejemplo, es un síntoma que patología: las psicosis y las neurosis. Es cierto que no existe un
o
pero suele ir acompañada de un conjunto de síntomas o cortej
e acuerdo amplio sobre lo que constituye lo esencial o fundamental
deca
sintomático que nos hace hablar de síndrome febril. El en estos dos síndromes, pero toda reflexión psicopatológica resul-
denominar o,
febril, además de la fiebre, que es la que sirve para taría estéril si no nos ponemos de acuerdo sobre el sentido que va-
suele agrupar otros síntomas como astenia, anorexia, taquicardia,
con mos a atribuir a estos dos términos. Una psicosis es un desequili-
s
escalofríos, etc. También en Psicopatología nos encontramo brio psíquico importante que tiende a dificultar seriamente las
en princi pio, un no
situaciones análogas. La depresión es, relaciones del individuo que la padece con su medio. La falta de
afectivo, que puede ser estudiado como una desviación del estado adaptación de estos sujetos psicóticos a su medio sociofamiliar,
n pode-
de ánimo en el sentido de la tristeza excesiva. Pero tambié hace que deban ser ingresados en instituciones especializadas.
nos referi mos a los
mos hablar de síndrome depresivo cuando Para los psiquiatras el concepto de psicosis estaba estrecha-
el insomn io, la as-
otros síntomas que suelen acompañarla, como mente ligado al de enfermedad o alteración biológica, por lo que
otriz, etc. SL,
tenia, los sentimientos de culpa, la inhibición psicom el síndrome psicótico era siempre la manifestación de una altera-
re
como no pocos psiquiatras, pensamos que la depresión adquie
pode-
ción de fondo biológico. Es verdad que, en algunos casos, como en
causas,
su sentido último en función de unas determinadas ciertas afecciones del sistema nervioso, conocíamos perfectamente
]
mos hablar, incluso, de enfermedad depresiva. la causa de la psicosis, pero en otros, como en el caso de las psico-
sí son
Síntoma, síndrome y enfermedad más que realidades en sis endógenas —esquizofrenia y ciclotimia—, estas alteraciones
su objeto de
tres posturas que adopta el psicopatólogo respecto de biológicas sólo podían ser intuidas, en la medida en que estos su-
estudio. jetos presentaban una carga genética determinada. Pero en ambos
to
El síndrome se diferencia del síntoma en que es un conjun la alteración biológica parecía jugar el papel decisivo en la génesis
respon-
articulado de síntomas, y de la enfermedad en que puede de la psicosis. Lo que no puede ser aceptado es hacer el diagnós-
n-
der a causas de tipo diverso. Un síndrome febril puede preseome tico de psicosis sólo porque sabemos que las manifestaciones psi-
medad es concr y
etas, Un síndr copatológicas son la consecuencia de una alteración somática
tarse en las más diversas enfer
en-
depresivo, igualmente, en diversos tipos de depresión como la es conocida. Ocurre que en muchas alteraciones o disfunciones
e no
dógena, la reactiva o la neurótica. Se suele aceptar, aunqu cerebrales, pensemos en cuadros afásicos, agnósicos y apráxicos
ivo se acer- moderados, las alteraciones psicológicas, aun existiendo, no difi-
mi caso, que estas diversas formas del síndrome depres
18 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología
19

cultan seriamente la adaptación del sujeto a su medio. El concepto que todos somos algo neuróticos, por lo que en nuestra relaci
de disfunción cerebral mínima, del que a veces a abusa en el das con él no ón
experimentamos el sentimiento de extrañeza y de
nóstico, hace referencia a una serie de alteraciones psicológicas le- tancia que dis-
el psicótico emana. El psicótico es un alienádo
ves, que son la manifestación de una disfunción cerebra tara a loco, en el o un
que podemos reconocer un ser humano a pesar de
leve. Sería abusivo diagnosticar a estos sujetos de psicóticos lleva alteración, su
el neurótico es un hijo de esta tierra que presenta
dos del prejuicio de que padecen alteraciones biológicas. o conflictividad que nunca nos es ajena. Los Juristas, desde una
El sujeto psicótico presenta una alteración de su puso, consideran sujeto de acciones civiles y de responsabilidadluego, lo
sea cual sea su origen, que le impide llevar una vida adaptada y aunque sus conflictos puedan limitar ambas. penal,
autónoma. Ésta es la razón de que deba ser institucionalizado o ser Si volvemos a la definición que he propuesto de Psico
patolo-
puesto bajo la tutela de sus semejantes. En el lenguaje popular se gía, tanto el psicótico como el neurótico, cada
uno en su medida,
corresponde con el loco, alienado o enajenado. Los juristas, con sufren y encuentran dificultades para llevar una vida
satisf
toda razón, no lo consideran sujeto de acciones civiles o pa Mientras que en el psicótico son las alteraciones del conoc actoria.
ponsabilidad penal, porque para ambas es condición paca a del mundo y de sí mismo las que más identifican
imiento
el síndrome, en
existencia de un psiquismo correctamente organizado. No a el neurótico lo son las alteraciones afectivas, que
le llevan a tener
tante, como psicólogos, nosotros debemos ver en ellos e A una mala sintonía emocional con el medio y sus semej
antes.
manos que, a pesar de sus psicosis, tienen las mismas necesidades Para los psicopatólogos tradicionales entre la psicos
is y la neu-
que el resto de los humanos. : o rosis no existía término medio, como no podía existir
un término
El concepto de psicosis que yo acentúo es Dásicamente psico medio entre la enfermedad y la salud. La realidad, más
allá de los
lógico y no médico. Un psicótico es, vuelvo a insistir, todo sujeto prejuicios, es que encontramos sujetos que prese
ntan síntomas
que, debido a sus alteraciones psicológicas, se encuentra seria- psicóticos y neuróticos, a veces de forma llamativam
ente estable.
mente dificultado en las relaciones con su medio y consigo “stos sujetos límites o borderlines suelen acentuar
logía psicótica cuando las circunstancias de su vida suse sintomato-
— EIAEIaS neurosis, que algunos quieren borrar de la Psicopa- difíciles, y la neurótica cuando mejoran. Para el pensa
hacen más
miento psi-
tología, alude a desequilibrios psicológicos menores, que a codinámico, una neurosis que se agrava puede transforma
den seriamente la adaptación del sujeto a su medio sociofamiliar. una psicosis rse en
y una psicosis que mejora en una neurosis, por lo
El neurótico tiene un conocimiento aceptable del mundo que le ambos conceptos responden, en su verdadero sentid que
o, a desequili-
rodea y de sí mismo, lo que suele permitirle llevar una En brios psicológicos menores y mayores respectivamente
.
ajustada, por lo menos en cuanto a lo que los demás esperan de él, Existen unas manifestaciones psicopatológicas que
Sufre por sus dificultades psicológicas, y sabe muy bien que pera son más
propiamente psicóticas y otras más propiamente neurót
se deben a sus propias características personales. En termino pele icas. Un
sujeto que experimenta un temor, que considera absur
do, a estar
médica se dice que el psicótico no tiene conciencia de enfermedad, en sitios cerrados, cuadra perfectamente en el cuadr
o o diagnós-
mientras que el neurótico sí la tiene. El neurótico sufre por sus tico de neurosis,
mientras que el que está convencido de ser el
propias peculiaridades psíquicas y procura, como ES na centro de una conspiración internacional que prete
nde robarle su
ble que es, ajustarse a las normas de comportamiento ha aa es. cerebro, no dudaremos en diagnosticarle de psicosis. Un
mismo
Incluso suele pedir ayuda para sus problemas a un psicólogo o síntoma, como la angustia, puede tener característi
cas neuróticas o
icoterapeuta. . psicóticas. En el primer caso el sujeto sufrirá de
unos temores
PA SEE experimenta dificultades y problemas allí donde cuya causa no conoce bien, pero que considera que
provienen de
otros seres humanos no los encuentran. Es, en síntesis, una perso- sus propias peculiaridades personales; en el segundo
caso el sujeto
nalidad conflictiva que sufre por sus propias peculiaridades. A pe- considerará su temor, y en cierto sentido lo es, en
relación al pro-
sar de su neurosis es un ser humano como los demás; sin olvidar ceso de derrumbamiento y de desintegración del
mundo. Lo que
20 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología
21

ocurre es que no se trata tanto de que el mundo se esté desinte” clínicos. La práctica es necesaria, pero completa
mente insuficiente
grando como de que “su” mundo, con el que él lo confude, se de- si no se acompaña de unos conocimientos cient
íficos adecuados.
rrumba. El clínic o, en principio, no está interesado en la inves
tigación
psicopatológica, sino en resolver situaciones
concretas más o me-
nos perentorias. Lo habitual es que deba dicta
minar sobre alguien
con cierta presteza, por lo que no puede perder much
otras reflexiones o tiempo en
PSICOPATOLOGÍA CLÍNICA Y PSICOPATOLOGÍA EXPERIMENTAL o investigaciones. Esto no impide que un clíni
ejerciendo su actividad no colabore seriamente co
en el desarrollo de
La Psicopatología tiene dos direcciones: una más aplicada y otra su disciplina. Pensemos, por ejemplo, en los Estudios
teria (1895) realizados por Freud. En reali
sobre la his-
más orientada a la investigación. La corriente aplicada trata de uti- dad no eran otra cosa
lizar los conocimientos psicopatológicos y, en general, científicos que histo rias clínicas, que dieron pie a poner las bases
la investigación psicoanalítica. Algo análogo podr del resto de
para la resolución de problemas concretos.
La dirección experi- íamos decir de
mental trata de promover nuestros conocimientos en el campo de las descripciones de la esquizofrenia realizadas
por Binswanger
la Psicopatología diseñando las investigaciones pertinentes. Entre (1957). El clínico aplica la ciencia a la resol
ución de problemas
ambos extremos existen, naturalmente, todas las situaciones inter- concretos, pero al mismo tiempo, y como hombre
de ciencia que
medias posibles. col ln Cs, puede hacer descubrimientos importantes
durante su trabajo.
La Psicopatología clínica es lo que ejerce el psicó oro e mansos Pero sería una ingenuidad pensar que todos los
clínicos podemos
el psicopatólogo o el psiquiatra cuando están tratando e resolver hacer importantes descubrimientos en nuestra
práctica cotidiana.
un problema concreto. Este problema concreto suele presentarse Lo habitual es que nos limitemos a constatar desc
ubrimientos ya
en la forma de un sujeto que padece manifestaciones psicopatoló- realizados o, dicho en otros términos, lo que está
gicas, y que debe ser objeto de un diagnóstico y de un tratamiento Esos libros a los que debemos siempre acudir cuan en los libros.
do nos encon-
consecuente. El clínico, en términos generales, es un pro esiona tramos ante prob lemas difíciles de resolver.
que aplica sus conocimientos científicos a la resolución de pen e- El clínico puede utilizar el conocimiento acum
ulado de sus
mas concretos. Ejerce la ciencia aplicada. El clínico, desde uego, pacientes para hacer nuevas aportaciones. En
la práctica esto se
no debe confiar en sus cualidades personales u ojo clínico para E traduce en utilizar su archivo de historias clínicas
para indagar en
solver los problemas. El mejor clínico es aquel que es capaz 1 determinados temas psicopatológicos. Los estudios
realizados con
acudir a los conocimientos científicos más adecuados para resol- historias clínicas son eminentemente descriptiv
os y, una vez que
ver el problema que se le presenta. Ningún ojo clínico puede na una ciencia se encuentra ya organizada, difícilmen
té contribuyen a
tituir a estos conocimientos. Ni siquiera una larga y continuada su desarrollo. Ésta es la razón de que sean valor
ados cada vez
práctica clínica, puesto que por muy amplia que ésta pueda ser, menos.
nunca es lo suficiente como para aportar los conocimientos psico- La Psicopatología experimental, consciente de
todos estos
patológicos que la historia ha ido acumulando. o | planteamientos, se propone la investigación de
los temas psicopa-
El psicólogo clínico suele aplicar sus conocimientos en lo que tológicos según los criterios que rigen cualquier
investigación po-
viene llamándose historia clínica, que no es otra cosa que un me- sitiva
. Aplican, si queremos, el método científico
a la resol
ución de
dio articulado de conocer mejor a su paciente o cliente y de llevar determinados temas de la investigación psicopatol
ógica. En mu-
a cabo un diagnóstico. Tampoco es posible realizar una historia chas ocasiones esta dirección experimental se ha
concretado en un
clínica correcta sin unos suficientes fundamentos científicos, que intento de reproducir en el laboratorio aquellos fenó
nos ofrece la clínica. Así Pavlov (1903), intro
menos que
hagan posible un mejor conocimiento del sujeto concreto que es- ductor de la expre-
tamos estudiando. No son pocos los profesionales de la clínica sión Psicopatología experimental, creyó reproducir en los
de laboratorio cuadros que él hizo análogos a las neuro perros
que creen que a base de práctica terminarán siendo unos buenos sis huma-
22 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología 23

nas. Otros muchos investigadores han considerado las intoxica- tación de lo psicopatológico, que trata de verificar según los mé-
ciones por mescalina o LSD como psicosis experimentales o mo- todos de la ciencia. Utilizando los métodos de la Psicología cientí-
delos. fica o experimental es posible estudiar, por ejemplo, el tiempo de
Si conseguimos provocar en el laboratorio las manifestaciones reacción o el umbral perceptivo de los pacientes diagnosticados de
psicopatológicas, podremos, seguramente, delimitar las variables esquizofrenia, de arbitrar medidas de la inteligencia, de proponer
que las determinan, lo que, indudablemente, propiciaría un gran factores de la personalidad, etc. La aportación de la Psicología
avance en la ciencia psicopatológica. En la práctica, este tipo de científica a la Psicopatología crece de día en día. En esta línea de re-
Psicopatología experimental, que trata de manipular en el labora- flexión se encuentra la obra de Kiezmann et al. (1975).
torio las variables que condicionan lo psicopatológico, ha hecho En las revistas de Psiquiatría, Psicopatología o Psicología clí-
escasas aportaciones. En los últimos años un sinnúmero de psicó- nica de hace unas décadas, la mayoría de los trabajos reunían ob-
logos han creído provocar neurosis en perros, ratas u otros ani- servaciones realizadas en la clínica, siendo pocas las investigacio-
males que reproducirían punto por punto las humanas. Los ver- nes efectuadas con criterios experimentales. En la actualidad
daderos clínicos han considerado con escepticismo, y no pocas ocurre exactamente lo contrario: la gran mayoría de los trabajos
veces con estupor, este tipo de analogías. Mi opinión es que los re- son de rango experimental, que siguen en lo esencial los métodos
sultados de laboratorio no inciden en lo esencial que podemos ob- y modelos de la Psicología científica. Esto, por lo que a rango
servar en la clínica. La realización sistemática de este tipo de in- científico se refiere, supone un avance indudable, pero va paralelo
vestigaciones con sujetos humanos está limitada por razones a un abandono de otras perspectivas más humanas y antropológi-
éticas obvias. Pero aquellos trabajos realizados con nuestros se- cas. La llamada Psicología científica insiste en hacer de la con-
mejantes tampoco nos llevan a resolver muchos problemas. ducta, normal o anormal, su objeto de estudio. Esto supone un
En su sentido más amplio, Psicopatología experimental signi- empobrecimiento de su objeto en lo que de humano e individual
fica la aplicación del método científico al estudio de lo psicopato- tiene, algo que un clínico no puede permitirse. La Psicopatología
lógico. Los conocimientos del funcionamiento cerebral han hecho clínica sólo tiene sentido en función del ser humano sufriente, y
posible ponerlo en relación con la Psicología normal y anormal. las aportaciones de los psicólogos científicos tienden más a sepa-
Las aportaciones de la Neuropsicología nos han iluminado mucho rarnos de él que a aproximarnos.
en este terreno, así como las realizadas sobre bioquímica cerebral.
Desde hace unas décadas contamos con una serie de psicofárma-
cos que han cambiado por completo el panorama asistencial. El
mecanismo de acción de estos psicofármacos nos está enseñando PSICOPATOLOGÍA Y SOCIEDAD
mucho respecto de los trastornos mentales, aunque relativamente
poco de sus causas últimas. lin la génesis de las manifestaciones psicopatológicas, se ha repe-
Desde la perspectiva biológica la Psicopatología experimental tido, se dan cita factores biológicos, psicológicos y sociales. Los
investiga las relaciones entre las variables orgánicas y las psicopa- lactores biológicos son la información transmitida en los genes y
tológicas. Este tipo de investigaciones suelen realizarse dentro del las alteraciones somáticas adquiridas o enfermedades. Estos facto-
campo médico, lo que no impide que los psicólogos interesados res son relativamente estables a lo largo del tiempo, por lo que su
en los fundamentos biológicos de la personalidad investiguen es- contribución a la constitución de las manifestaciones psicopatoló-
tos mismos temas. La llamada Psicología científica se propone, no gicas es la consecuente a la naturaleza humana como tal ser bioló-
sin ambigiedad, la aplicación del método de la ciencia a la resolu- yico. De los psicológicos y de los sociales, estrechamente ligados,
ción de problemas psicológicos, que engloba el concepto, aún más no podemos decir lo mismo.
ambiguo, de conducta. Cada escuela, dirección o modelo psicoló- Los principios que rigen la sociedad cambian con el tiempo,
gico, como más adelante veremos, cuenta con su propia interpre- así como la psicología de los individuos que la conforman. Pero
24 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología 25

también cambian las manifestaciones psicopatológicas. Las rela- apariciones no son juzgadas como alucinaciones, sino como autén-
ciones entre locura o psicopatología y sociedad son evidentes. Ro- ticas percepciones del más allá. Cada sociedad tiene su propia psi-
sen (1968) se ha ocupado con detenimiento de estas relaciones, de copatología que debe ser enjuiciada desde el punto de vista de sus
forma que resulta posible hacer una sociología de la enfermedad estructuras sociales. Una Psicopatología transcultural está intere-
mental. Hoy día no nos encontramos con los casos de posesión sada en estas diferencias y relaciones. Las ciencias positivas suelen
demoníaca del final de la Edad Media, ni tampoco, aun siendo tan tratar con objetos de investigación estables; en la Psicopatología
reciente, con las descripciones de Charcot (1889) de la histeria. La nos movemos en la más absoluta inestabilidad, por lo que los cri-
misma esquizofrenia, enfermedad mental por antonomasia, es di- terios valorativos rígidos no tienen mucho sentido. Nosotros he-
fícil de rastrear antes de la revolución industrial. Los ejemplos po- mos considerado lo psicopatológico como unido al sufrimiento y
drían multiplicarse hasta el infinito, y todo confluye en la eviden- a la conducta adaptada. Pues bien, lo deseable para cualquier hom-
cia de que las manifestaciones psicopatológicas tienen sentido en bre de cualquier cultura o momento histórico es realizar una exis-
función de las estructuras sociales que las posibilitan. tencia satisfactoria y aceptada por su medio.
Para un criterio médico esta metamorfosis de lo psicopatoló- Lo que es considerado normal en una cultura puede ser consi-
gico resulta poco comprensible, puesto que las enfermedades, so- derado anormal en otra y viceversa. ¿Algo permanece constante?
máticas en su base, no tendrían por qué cambiar de esta forma tan Ellenberger (1980) concluye que sólo las manifestaciones de las
caricaturesca su sintomatología. A pesar de todo, no son pocos los enfermedades cerebrales, los cuadros orgánicos, son considerados
clínicos que siguen defendiendo la entidad de las enfermedades universalmente como algo anormal. Es decir, los sujetos que
psíquicas, haciendo la observación de que el contexto social deter- muestran manifestaciones psicopatológicas, como consecuencia
minaría secundariamente su patoplastia o configuración sintoma- de alteraciones cerebrales, son universalmente, considerados anor-
tológica. Ellos dirían que la etiología permanece constante, mien- males o enfermos. Pensemos, por ejemplo, en los cuadros de de-
tras que la patogenia cambia. Esta interpretación de los hechos mencia senil. Esta desorganización demencial de la personalidad
sería aceptable si conociéramos la etiología de estas supuestas en- es generalmente concebida como lo que es: una desorganización
fermedades, pero, no siendo así, difícilmente podemos represen- patógena. La desorganización de las bases biológicas de la perso-
tarnos lo que permanece constante a lo largo de los tiempos. Para nalidad, en cualquier cultura, es el deterioro de algo existente. No
ellos la llamada enfermedad psíquica es una especie de entidad puede decirse lo mismo de otras psicosis y neurosis que sólo pue-
transcendente o substancial inmodificable en sí misma. den existir en tanto que el psiquismo utiliza sus potencialidades
Desde la Psicopatología, tal y como hoy día la conocemos, po- para organizarlas.
demos afirmar que las manifestaciones psicopatológicas van cam- Pero resulta que el mismo psicólogo, psicopatólogo o psiquia-
biando con el tiempo, que son diferentes de una cultura a otra, y tra, no es otra cosa que un miembro de la sociedad en la que se
que, incluso, en una misma sociedad, como pusieron de mani- origina la psicopatología. Es un producto de las estructuras socia-
fiesto Hollingshead y Redlich (1958), cambian de una clase social les y, por lo tanto, usufructúa todos sus prejuicios. Según su pro-
a otra. No hay más remedio que admitir un nexo entre sociedad y pia formación, su función social consiste en catalogar a determi-
enfermedad mental, en el sentido de que las estructuras sociales nados individuos de anormales o enfermos psíquicos. Su función,
juegan un papel importante en la configuración de las llamadas excepto en lo que al diagnóstico de cuadros orgánicos se refiere,
enfermedades mentales. no se diferencia mucho de los guardianes del orden público, con
Lo cierto es que cada sociedad tiene su propio concepto de la diferencia de que éstos actúan con la fuerza y en nombre del
normalidad y anormalidad psíquicas. Visiones como las de nues- poder, y el psicopatólogo apela a la ciencia. Allá por los años se-
tros místicos venían a considerarse normales en una época que, senta, la toma de conciencia de esta realidad, dio lugar a todo un
como decía Santa Teresa, podía encontrarse a Dios entre las pero- movimiento antipsiquiátrico, cuyo representante más caracteri-
las. También en ciertos grupos sociales primitivos de hoy día las zado fue Laing. Para este autor (1960), la esquizofrenia, incluso,
26 Los hechos psicopatológicos Aproximación a la psicopatología
27

no era otra cosa que la protesta ante unas condiciones sociofami- tenece a medios socioeconómicos desfavorecidos, y de neurosis si
liares inaceptables. Aunque los antipsiquiatras tuvieron el gran pertenece a medios elevados. Al diagnóstico de psicosis seguirán
mérito de acentuar lo que tiene lo psicopatológico de protesta, no tratamientos duros, como neurolépticos e institucionalización, y
valoraron en su justa medida la existencia de sujetos más o menos al de neurosis tratamientos blandos, como la psicoterapia. Esto es
vulnerables, por su constitución psicobiológica misma, a reaccio- lo mismo que ya decía Janet (1894). Al paciente pobre se le diag-
nar de una forma que la sociedad considera anormal. nostica psicosis y se le ingresa en un manicomio; al rico, neurosis,
Aun aceptando la importancia de la constitución psicobioló- y se le dirige a un sanatorio; el riquísimo es considerado un excén-
gica, el hecho de que los síntomas tengan un sentido en relación a trico y es cuidado en su casa por sus servidores.
las estructuras sociofamiliares, nos hace adoptar hacia ellos una Ante este panorama de relatividad y cambio conviene decir
actitud más comprensiva. El síntoma es una forma de expresión que también existen facetas humanas que permanecen. Desde la
en relación al medio y es preciso saber captar su sentido. Valorar antigúedad clásica son muchos los tratados escritos sobre la me-
un síntoma en función de un cierto contexto ambiental, no es lo lancolía. El hombre es un ser sufriente, y como tal no ha escapado
mismo que limitarse a diagnosticarlo como formando parte de un a la mirada de médicos y filósofos. Los afectos parecen ser lo más
cuadro clínico o enfermedad, que suele ser lo habitual entre los estable de la naturaleza humana, aunque nosotros insistimos en
clínicos. hacer de la razón su dimensión más esencial. Recordando a Pascal
El psicopatólogo, inmerso e identificado con sus estructuras (1662) podemos replicar que mientras las razones del corazón
sociales, ejerce su trabajo clínico de una forma partidista. Hasta permanecen, las razones de la razón son cambiantes. Aunque el
hace muy poco tiempo, las formas no aceptadas de vivir la sexua- hombre tenga razón de antiguo, sus razones o creencias son cam-
lidad eran consideradas por ellos como “perversiones” y expre- biantes; sus afectos permanecen. Esta permanencia es la que nos
sión de degeneración o enfermedad mental. Reaccionaban en rela- hace entender a literatos de otros tiempos y culturas, que nos
ción a los tabúes sexuales igual que el hombre de la calle. Hoy día plantean problemáticas muy distantes de las muestras.
los clínicos suelen repetir, no sin cierta complacencia, que aunque Muchas de las cosas que estamos diciendo son de conoci-
no sepamos y, por lo tanto, no tengamos un acuerdo teórico sobre miento común. Lo que queremos es sacar, como psicopatólogos,
lo que es la esquizofrenia, existe un acuerdo a la hora práctica de las conclusiones pertinentes. La primera conclusión que debemos
llevar a cabo su diagnóstico. Esto no es tan cierto como ellos afir- sacar, y mantener siempre presente, es que el objeto de estudio de
man, puesto que está más que demostrado que los psiquiatras no la Psicopatología es cambiante. Lo único que permanece es el
coinciden tanto como se piensa en los diagnósticos. Pero, en cual- hombre sufriente. Hay, pues, que renunciar de una vez para siem-
quier caso, lo único que estarían mostrando en su acuerdo prác- pre a captar la “esencia” de lo psicopatológico, porque lo esencial,
tico, es que cada sociedad tiene un modelo de aquello que debe si es posible hablar así, sólo tiene sentido en función del contexto
ser interpretado como locura, que es el que preside el diagnóstico. ambiental, En este sentido, la Psicopatología no es tanto una cien-
El psicopatólogo tiene los prejuicios propios de su sociedad, a los cia de hechos como una peculiar hermenéutica o interpretación de
que debemos añadir los prejuicios de su ciencia. los hechos. Nos interesa su sentido, porque sólo una vez captado
Cada psicopatólogo tiene sus propios modelos psicopatológi- éste, estamos en condiciones de proponer soluciones. Nuestra
cos, lo que suele concretarse en su adscripción o simpatía por de- ciencia es, si queremos, una ciencia o disciplina humanista. Ya sé
terminada escuela o corriente psicológica. Éste es otro factor más que esta afirmación choca con la moda impuesta por los psicólo-
de imprecisión, en una actividad que pretende ser científica. A sus gos americanos, a los que ahora muchos siguen ciegamente, de ha-
prejuicios sociales hemos de añadir sus prejuicios científicos. cer del objeto de la Psicología un tratamiento científico positivo.
Tampoco debemos olvidar sus intereses personales. En las mismas A mí, a pesar de todas las modas, me sigue interesando el sentido
circunstancias, cuando un sujeto acude al psicopatólogo para ser de lo humano.
diagnosticado, recibirá más bien el diagnóstico de psicosis si per- En el aspecto práctico es necesario mantener siempre presente
28 Los hechos psicopatológicos

la relatividad de nuestros diagnósticos. No se trata de que cuando


diagnosticamos titulemos algo, sino de que es preciso tener una
terminología para poder comunicarnos sobre determinados he-
chos humanos. Lo único importante, y es lo que justifica muestra
actividad asistencial, es la ayuda a las personas necesitadas, lo cual
no debe confundirse con las actitudes religiosas o evangélicas.
Partiendo de los conocimientos científicos, estamos obligados a
ofrecer ayudas psicológicas que hagan a los seres humanos más fe-
lices.

También podría gustarte