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Universidad Rafael Landívar

Facultad en Ciencias Jurídicas y Sociales


Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales
ETICA

OSWART ARTEMIO JULAJUJ MINERA


1571419
RESUMEN
Quetzaltenango, febrero 2024
Introducción:

La ética, como disciplina filosófica que se ocupa de la moralidad y la conducta humana, plantea
preguntas fundamentales sobre cómo debemos comportarnos, la naturaleza de nuestras
acciones buenas y malas, y la comprensión del bien y el mal. En este ensayo, exploraremos los
fundamentos de la ética en estos tres aspectos, destacando la importancia de la reflexión ética
en la toma de decisiones individuales y colectivas.
Cómo Debemos Comportarnos: El comportamiento ético es un concepto intrínsecamente
vinculado a la interacción humana y a la sociedad en su conjunto. La ética no solo aborda las
cuestiones de lo correcto y lo incorrecto, sino que también se ocupa de la virtud y el carácter
moral. El filósofo griego Aristóteles propuso la idea de la ética de la virtud, argumentando que la
excelencia moral se logra mediante la práctica habitual de virtudes como la justicia, la valentía y
la moderación.
En la sociedad actual, la ética del deber, propuesta por Immanuel Kant, destaca la importancia
de actuar de acuerdo con el deber y el respeto a la dignidad humana. Esto implica la adhesión a
principios universales que trascienden las circunstancias individuales. La ética de la
responsabilidad, planteada por Max Weber, añade una dimensión pragmática al afirmar que las
acciones éticas deben considerar las consecuencias previsibles de nuestras elecciones.
Acciones Buenas y Malas: La evaluación de nuestras acciones implica considerar sus
consecuencias, intenciones y el contexto en el que ocurren. La ética consecuencia lista,
representada por teorías como el utilitarismo, sostiene que una acción es buena si produce la
mayor cantidad de felicidad o bienestar general. Sin embargo, las críticas a esta perspectiva
señalan que puede justificar acciones moralmente dudosas si se argumenta que generan un bien
mayor.
La ética deontológica, asociada con Kant, destaca la importancia de la intención detrás de una
acción y la obligación de seguir deberes morales. En este enfoque, algunas acciones son
inherentemente buenas o malas, independientemente de sus consecuencias.
La ética situacional o contextual aborda la complejidad de evaluar acciones en diversos
escenarios, reconociendo que lo que puede ser ético en un contexto podría no serlo en otro. Este
enfoque destaca la necesidad de flexibilidad en el juicio ético.
El Bien y el Mal: La concepción del bien y el mal también ha sido objeto de profundas reflexiones
filosóficas y religiosas. Desde una perspectiva religiosa, la moralidad a menudo se deriva de
principios divinos, estableciendo un código moral que guía las acciones humanas. Sin embargo,
la ética secular busca fundamentos morales sin depender necesariamente de creencias
religiosas, buscando principios universales basados en la razón y la experiencia compartida.
En la filosofía existencialista, se argumenta que el individuo es libre de crear su propia ética en
un mundo aparentemente sin significado intrínseco. Jean-Paul Sartre, por ejemplo, destacó la
responsabilidad individual en la creación de valores y la elección de lo que consideramos como
bien o mal.
La Influencia de la Cultura y la Ética Relativa: Es esencial reconocer que la ética no es un
concepto estático, sino que puede estar influenciada por factores culturales y contextuales. La
ética relativa sostiene que las normas morales pueden variar entre culturas y sociedades, lo que
plantea desafíos en la definición de lo que es bueno o malo. Este enfoque destaca la importancia
de comprender y respetar las diversidades culturales, al tiempo que busca identificar valores
universales que puedan guiar la convivencia global.
Ética Aplicada a Nuevos Desafíos: La rápida evolución tecnológica y los cambios sociales
plantean nuevos desafíos éticos. La inteligencia artificial, la biotecnología y la globalización
presentan dilemas morales que requieren reflexiones éticas actualizadas. ¿Cómo debemos
utilizar la tecnología de manera ética? ¿Cuáles son los límites éticos en la manipulación
genética? Estos interrogantes demandan un diálogo continuo y la adaptación de los marcos
éticos existentes a las realidades contemporáneas.
Las sociedades primitivas, en su evolución y desarrollo, estaban moldeadas por creencias
dogmáticas arraigadas en sus sistemas culturales y religiosos. Estas creencias, caracterizadas
por su carácter inflexible y autoritario, desempeñaron funciones fundamentales en la cohesión
social, la estructuración de roles y la adaptación a un entorno desconocido. Este ensayo explora
las características dogmáticas y la función crucial que desempeñaron en las sociedades
primitivas.
Características Dogmáticas:

Las creencias dogmáticas en las sociedades primitivas se caracterizaban por su naturaleza rígida
e inmutable. Eran transmitidas de generación en generación a través de tradiciones orales y
rituales, resistiendo cambios significativos. La autoridad de estas creencias estaba
frecuentemente vinculada a figuras religiosas o chamanes, consolidando así su carácter
dogmático.
La falta de cuestionamiento o debate sobre estas creencias era otra característica distintiva. Las
normas culturales y religiosas estaban establecidas como verdades incontestables, y aquellos
que desafiaban estas normas a menudo enfrentaban consecuencias severas, ya que cuestionar
lo establecido ponía en peligro la estabilidad de la comunidad.
En resumen, las creencias dogmáticas en las sociedades primitivas desempeñaron un papel
integral en la estructuración de la vida comunitaria y la adaptación al entorno. Aunque
caracterizadas por su inflexibilidad, estas creencias proporcionaron cohesión social,
establecieron roles y jerarquías, explicaron fenómenos naturales y mantuvieron el orden moral.
A medida que las sociedades evolucionaron, estas creencias dogmáticas continuaron influyendo
en la formación de las identidades culturales y en la configuración de las estructuras sociales que
han perdurado a lo largo del tiempo.
Conclusión:
La ética, al abordar cómo debemos comportarnos, nuestras acciones buenas y malas, y la
naturaleza del bien y el mal, nos invita a una reflexión profunda sobre nuestra condición moral. A
medida que la sociedad evoluciona, la ética también debe adaptarse, manteniendo un equilibrio
entre principios fundamentales y la comprensión de las complejidades del mundo
contemporáneo. En última instancia, la ética no solo proporciona un marco para juzgar nuestras
acciones, sino que también nos impulsa a aspirar a un comportamiento que promueva el
florecimiento humano y el bienestar colectivo.

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