Está en la página 1de 15

“Año del fortalecimiento de la Soberanía “Nacional”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

“EL Problema de la moral y su diferencia con la ética”

Linda Rocio Ortega Daza


03.09.2 022

P ucallpa – Perú

2022

1
Ficha bibliográfica:

Autor
Linda Rocio Ortega Daza

Titulo
‘’El problema de la moral y su diferencia con la ética’’

Editorial
Por el mismo autor

Ciudad: Pucallpa

Año: 2022

2
Abstract

Ethics is a branch of philosophy. It originated in Ancient Greece and focuses on


studying the terms of good and evil. It is not framed within any specific culture,
but aims to differentiate what is right from what is wrong, along with other
similar concepts. On the other hand, morality encompasses those norms that a
certain society establishes and that affect the behavior of the members that
make it up. These values are related to the social context and the traditions of
the individuals who belong to that society.

3
CAPITULO I: DIFERENCIA ENTRE LA ÉTICA LA MORAL

1.1. Objeto de interés


La moral se encarga de determinar qué conductas son adecuadas y
cuáles no en un contexto determinado, mientras que la ética se refiere a
los principios generales que definen qué comportamientos son
beneficiosos para todas las personas

1.2. Ámbito de aplicación


La ética se sitúa en el nivel de la teoría, tratando de encontrar principios
generales que favorezcan la armonía entre las personas. Por contra, la
moral trata de aplicar las normas determinadas por la ética  a un gran
número de situaciones concretas, según la descripción de lo que ocurre
en cada caso.

1.3. Origen y desarrollo


Las normas éticas son desarrolladas por personas concretas a través de
la reflexión y la evaluación de lo que se entiende por la naturaleza
humana. Posteriormente dichos individuos aplicarán las normas a su
conducta.

En algunos casos la ética individual puede influir a un gran número de


personas, llegando incluso a convertirse en una tradición; esto ha
sucedido frecuentemente en el caso de las religiones, sistematizaciones
de las ideas de sus profetas. Una vez alcanzado este punto, pasaríamos
a hablar de moral para referirnos a la transmisión intergeneracional de
tal sistema ético.

4
De forma sintética podemos decir que la ética tiene un origen individual,
mientras que la moral se deriva de las normas de nuestro grupo social,
determinadas a su vez por un sistema ético previo. La moral es la
generalización de esa clase de descripciones sobre lo que es bueno y lo
que es malo, su manera de conformar una abstracción sobre lo que
debe hacerse y lo que debe ser evitado.

1.4. Capacidad de elección


Como hemos dicho, la ética parte de la reflexión individual, mientras que
la moral tiene una naturaleza más impositiva y coercitiva: si una persona
no cumple las normas sociales es probable que reciba un castigo, sea
de tipo social o legal, ya que la moral no puede ser creada por una sola
persona, sino que tiene que ver con las ideas compartidas de lo que es
bueno hacer y lo que es malo o lo que, incluso, debe ser motivo de
castigo.

1.5.  Modo de influencia


Las normas morales actúan en nosotros desde el exterior o bien desde
el inconsciente, en el sentido de que las interiorizamos de forma no
voluntaria a medida que nos desarrollamos dentro de un grupo social
determinado. No podemos permanecer al margen de ellas; siempre las
tenemos en cuenta, ya sea para defenderlas o para rechazarlas.

La ética depende de elecciones voluntarias y conscientes, ya que este


concepto define la identificación y el seguimiento de unas normas
determinadas por tal de actuar del modo que nos parezca correcto
desde un punto de vista personal. Además, al ser de ámbito más bien
individual, da un cierto margen a reflexionar sobre si algo está bien o no,
dependiendo de las circunstancias.

1.6. Grado de universalidad


La ética tiene la pretensión de ser universal, es decir, de poder ser
aplicada en cualquier contexto, ya que idealmente parte del uso guiado
5
del pensamiento, no de la obediencia ciega a normas rígidas. Esta
disciplina busca, por tanto, establecer verdades absolutas que se
mantengan como tales independientemente del contexto en el que se
apliquen, siempre y cuando la persona tenga la capacidad de actuar de
forma racional. Kant, por ejemplo, intentó plantear principios éticos
objetivos, por encima de la cultura o la religión.
Por contra, la moral varía en función de la sociedad;  conductas que
pueden estar aceptadas en algunos grupos sociales, como la violencia
de género o la explotación infantil, serían consideradas inmorales por
personas de otras sociedades, así como desde un punto de vista ético.
En este sentido podemos decir que la moral está influida en gran medida
por el relativismo cultural.

6
CAPITULO II: TERMINOS ETICO Y MORAL

2.1. Son empleados generalmente como sinónimos, esto responde a sus


significados etimológicamente confluyentes, donde la palabra ética
procede del griego ethos que significa “el carácter, modo de ser”. Moral
procede del latín mos moris que significa también “carácter o modo de
ser”. Dadas estas coincidencias no resulta extraño el uso inapropiado
que pudiera dársele en algunos textos, sin embargo, en lo sucesivo será
empleado el termino ética para hacer referencia a la filosofía moral y
moral para denotar los distintos códigos morales concretos; debido a
que se trata de perspectivas distintas acerca de la “reflexión moral”.
Desde estas distinciones, la ética se refiere a la disciplina filosófica que
constituye una reflexión sobre los problemas morales. Moral, es el
conjunto de principios, normas y valores que cada generación trasmite a
la siguiente, en la confianza de que se trata de un buen legado de
orientaciones sobre el modo de comportarse para llevar una vida
“buena” y “justa”.

2.2. El fundamento conceptual de este articulo parte de las estructuras que


surgen de la interacción social (sociedad-organización), como sistemas
de referencias y concepciones que se complementan con la actuación
gerencial para establecer principios básicos de convivencia, que se
expresan en valores y principios para orientar la conducta del gerente, la
cual puede o no ser sometida a cuestionamiento interno o externo. Sin
embargo, es la intención de estas reflexiones destacar el reto que
representa para la gerencia pública, superar la concepción economicista

7
de las organizaciones, por una racionalidad más humana que se nutra
de los principios de justicia y equidad económica, a objeto de que
quienes conviven en la organización generen una visión compartida y
promuevan un comportamiento cónsono con las exigencias morales de
la sociedad y en concordancia con los principios que promulga la ética
pública. Ahora bien, cuando la ética es aplicada al ámbito público pasa a
denominarse ética pública o ética para la gestión pública, la cual trata de
definir lo que está “bien” de lo que esta “mal” para la colectividad,
constituyéndose tal como lo indica, Mendieta (2006).
2.3. “Del desarrollo del ser humano con valores, principios morales y éticos
dependerá en gran medida la eficacia en los servicios y una mayor
fortaleza y madurez de la sociedad, la cual demanda permanentemente
entrar a una ética en la que los valores, y principios morales sean el
norte rector de la administración” (p.117).

8
CAPITULO III: EL PROBLEMA DE LA MORAL

3.1. En nuestro país se ha hablado mucho últimamente de crisis moral. pero


en cambio se ha hablado poco o nada. incluso en medios académicos.
de la profunda crisis que afecta. desde hace unos cuantos siglos. a la
reflexión sobre la moral en las sociedades occidentales. Tiempo atrás. el
24 de septiembre de 1991. el arzobispo de Santiago puso el primer tema
sobre el tapete al publicar una carta pastoral titulada Moral, juven ud y
sociedad permisiva, que tuvo amplia difusión.

3.2. Dio lugar a muchos comentarios y también a algunas bromas. como la


inauguración al mes siguiente de una salsoteca llamada “La crisis
moral”. La carta pastoral llamaba la atención de los chilenos sobre el
número creciente de transgresiones, en la vida pública y privada, a las
normas y valores de “la moral objetiva”. y denunciaba el adormecimiento
de las conciencias frente a ellas. "Nuestra sociedad actual -decía el
arzobispo- parece encaminarse aceleradamente por la pendiente que
conduce a lo que en otros países se ha llamado la “sociedad perrnítíva”,
es decir, hacia una sociedad que permite el divorcio y el aborto. y tolera
en todas partes (en el cine, la publicidad, las revistas, etc.) la exhibición -
sin fines estéticos- de cuerpos humanos desnudos. las relaciones
sexuales pre y extramatrimoniales y también. hasta cierto punto, la
deshonestidad en la administración y en los negocios. e incluso altos
niveles de delincuencia. Todas estas conductas transgreden los
mandamientos de la ley de Dios. razón por la cual-concluía el arzobispo-

9
“la verdadera y última explicación de este deterioro moral hay que
buscada en el debilitamiento de la fe”. (Suárez Crothers- P.33).

CAPITULO IV: EL PROBLEMA DE UNA MORAL AUTÓNOMA

4.1. Sádaba Garay (2006). Se puede decir, creo, que en cuanto a la moral
nos encontramos hoy en una cierta desorientación, pues, aunque casi
todos tenemos convicciones morales bastante fuertes, en general no
podemos decir en qué se basan. La razón de esta desorientación es
que, mientras antes, tanto en nuestra propia cultura como en las demás,
la moral siempre tenía su base en la religión o en la tradición, una tal
justificación ya no nos convence. Morales anteriores tenían su base en
una autoridad que aceptaba, bien la autoridad de Dios o de la tradición o
de ambos. Por consiguiente, la moral había sido heterónoma, no
autónoma, ya que tenía su fundamento en la creencia y en la obediencia
a Dios o a la tradición, no en un entendimiento y un querer propio. La
desorientación en que nos encontramos hoy parece tener su raíz en que
por un lado una moral heterónoma ya no nos convence y en que, por
otro lado, todavía no tenemos un entendimiento claro de lo que es una
moral autónoma, pues la conciencia moral contemporánea se compone
de una mezcla de factores de distintas proveniencias. (P.01).

4.2. Sádaba Garay (2006). Hay otra razón más que justifica por qué la
pregunta por una moral autónoma no se encuentra hoy tan obviamente
en el centro de la filosofía moral como en mi opinión lo debería. Muchos
filósofos contemporáneos, en particular en el mundo anglosajón, creen
que el criterio de que un enunciado en la filosofía moral sea correcto es
que concuerde con la conciencia moral que de hecho tenemos. Ahora, si
la conciencia moral que, de hecho, tenemos es la que tenemos hoy, si
10
ésta consiste, como acabo de decir, en una mezcla de ideas
heterónomas y autónomas, y si se cree que ella tiene que servir como
estándar para los enunciados filosóficos sobre moral, la pregunta por la
moral autónoma perdería su sentido. A mi parecer, la idea de una moral
autónoma debería servir a su vez como estándar para evaluar la
conciencia moral contemporánea. Quizás aquellos filósofos preguntarían
de dónde podemos sacar la idea de una moral autónoma si no es de
nuestra conciencia moral. (P. 01 y 02).

4.3. Además, ellos entienden la conciencia moral que de hecho tenemos no


sólo como la que tenemos hoy, sino que también suponen que ha sido la
misma en todos los tiempos. ¿Pero existe un tal fenómeno, una
conciencia moral igual en todos los tiempos? Si fuera así, esto
significaría que nuestra conciencia moral tendría que ser divina o estar
genéticamente determinada. Pero los seres humanos no nacen, en
contraste con las demás especies, con un programa altruístico
determinado. La moral humana se basa en normas, en imperativos
generalizados recíprocos que además tienen que ser entendidos como
justificados. (P. 02).

11
CAPITULO V: LA REFLEXIÓN ÉTICA DE SCHOPENHAUER EN TORNO AL
PROBLEMA DEL FUNDAMENTO DE LA MORAL

5.1. Schopenhauer se preguntaba: “¿Por qué los filósofos se hallan tan


distantes entre sí en lo que hace a los principios de la moral, cuando se
hallan de acuerdo en sus consecuencias y en la manera de deducir de
ellos nuestros deberes?”. Además, precisa que el fundamento de la
moral es una cuestión que debía examinarse independientemente de
toda relación con un sistema particular de filosofía, en otras palabras,
dejando de lado la parte metafísica. Pero ¿es eso posible? Luego,
veremos hasta qué punto Schopenhauer es coherente con esta idea.

5.2. Así, la estrategia que Schopenhauer plantea para abordar el problema


es proceder por análisis, partiendo de los hechos, ya sean éstos de
experiencia sensible, ya de la conciencia. Lo cual, finamente (y el mismo
Schopenhauer lo reconoce), conllevaría a una explicación meramente
psicológica. Y la conclusión de tal análisis es que de todas las acciones
de los hombres consideradas legítimas, dignas de aprobación o de
elogio, tan solo una parte muy reducida de ellas está inspirada, en
realidad, en motivos morales; la otra parte, más considerable, encuentra
sus razones en motivos completamente distintos. Schopenhauer
sostiene que estos últimos motivos “... toman toda su fuerza del egoísmo
del agente” (P. 43).

12
CAPITULO VI: LA MORAL Y LA ETICA SOCRÁTICA

6.1. La Moral
Mientras los presocráticos colocaban al ser humano dentro del sistema
de coordenadas del cosmos, Sócrates desplaza el cosmos al sistema de
coordenadas del hombre a fin de encontrar la unidad en la multiplicidad.
La investigación socrática se refiere a la vida humana y en torno a ella
girarán las conversaciones, indagando sobre la piedad, la justicia, la
belleza, el bien, la felicidad. El conocimiento de estos temas no tenía un
afán contemplativo ni especulativo, sino que buscaba el
perfeccionamiento moral de las personas.

Para Sócrates la verdad se identifica con el bien moral, esto significa


que quien conozca la verdad no podrá menos que practicar el bien.
Saber y virtud coinciden por lo tanto quien conoce lo recto actuará con
rectitud y el que hace el mal es por ignorancia. A esta doctrina socrática,
de carácter racionalista, se le ha denominado “intelectualismo moral”. (P.
05 y 06)

7. La ética

13
Se interesa en el conocimiento de la virtud para practicarla en beneficio de
la polis. Podemos señalar por lo menos tres rasgos característicos:
felicidad, virtud, ciencia y el bien; esto último es lo que hace feliz al hombre
y resulta de los tres anteriores. (P.06).

a) Felicidad: (eudomonia) Para Sócrates la felicidad es el último bien


del hombre y se logra con la práctica de la virtud. No se trata de la
felicidad lograda de los placeres sensibles y fugaces, sino aquella
serena y estable que proviene de la contemplación de la verdad y
que se logra con la práctica de la virtud.
b) Virtud: (arete) La virtud se identifica con la sabiduría en cuanto
capacidad de autodominio o gobierno de sí (enkratéia), constante,
metódica y que resulta de la conquista del espíritu mediante la
inteligencia y la voluntad unidas recíprocamente. Debemos sumarle
a esto la templanza (sofrosine) entendida como equilibrio, serenidad,
moderación, vieja expresión que sirvió a los antiguos pensadores
como Sócrates, para no dejarse arrastrar por el poder. Los sofistas, a
quienes el pedagogo de Atenas contrapunteo, tenían el afán de
poder y dominio; la ética socrática, en cambio, representa la
posibilidad humana de una praxis específica que convierta el afán de
poderío en la fuerza que transforme la propia naturaleza en
naturaleza ética. De este modo la vida socrática, no busca el poder
ni el dominio de los demás, no pretende adquirir cosas, ni vencer un
destino externo. Más bien renuncia a todo signo de poderío y
posesión, e incluso, si fuera necesario, renuncia a la vida misma en
beneficio de la virtud y el honor moral.
c) Ciencia: Es saber, pero un saber obrar bien. La virtud y la felicidad
son una misma cosa y la virtud en el hombre consiste en no ser más
que lo que hace que el alma sea lo que debe ser, es decir, buena y
perfecta. Ambas, virtud y felicidad, constituyen el auténtico fin que el
hombre persigue y estas sólo pueden ser alcanzadas mediante el
verdadero conocimiento, que es el autoexamen, la autocomprensión
que constata la propia ignorancia elevando al hombre a una

14
renovada conciencia de la propia limitación en un proceso sucesivo
de permanente.

CAPITULO VII: COMENTARIO

El tema de la ética se incluye cada vez más en varios campos, ya que toca la


vida, la responsabilidad, las decisiones adecuadas y sus consecuencias, el
cumplimiento de la ley, la coherencia y la autorresponsabilidad. Volvamos a los
pensadores griegos cuando mencionaron la idea de Sócrates de “cuidarse a sí
mismo” y la taxonomía de Aristóteles de “saber pensar, saber vivir bien y
saber actuar”. Un hombre de conocimiento teórico, un hombre de
comportamiento técnico, un hombre de política y de ética, es decir, de
la estructura del comportamiento humano. La formación moral y ética de los
estudiantes de hoy tiene trascendentales consecuencias en la construcción
personal y social. Se sabe que la cultura impregna el tejido moral de las
personas y las instituciones, y vemos todos los días que una cultura de
corrupción, dinero rápido, fraude y comportamiento imprudente impregna las
comunidades. Los valores y principios quedan afuera, y la actitud subjetiva
ante la existencia y los proyectos de vida se va debilitando evidentemente. La
reflexión se debilita, y la responsabilidad son sustituidas por la tarea de agradar
y ser reconocido por los demás; la sociedad de consumo ha logrado absorber
en cierta medida este tema.

15

También podría gustarte