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Penal
Redacción jurídica
1. Introducción
Tarea que la imputación objetiva se propone a resolver y que consiste en establecer cómo
la conducta o comportamiento del autor adquiere relevancia penal y cómo el
resultado ocasionado puede serle objetivamente atribuido a dicho comportamiento.
Más del autor: La acción y omisión en la teoría del delito. Bien explicado
Si lo primero que se nos viene a la mente al tratar de diferenciar entre imputación objetiva y
subjetiva, consiste en asociar el término “objetivo u objetividad” con la verificación de una
alteración en el mundo exterior y que sea apreciable dentro del plano objetivo de la
realidad, nos estaremos refiriendo a la corriente causalista de la teoría del delito.
La teoría causalista fue la plataforma inicial sobre la cual se erigieron las primeras teorías
de la imputación objetiva que conceptualizaron al delito de resultado; la causalidad es una
figura que se suele tomar en nuestra jurisprudencia, como lo podemos evidenciar en el
considerando de la ejecutoria contenida en el Expediente 3479-98 Lima (Vargas, 2000, p.
477)
En todo delito de resultado se requiere, como primer nivel de análisis, que se verifique
un nexo de causalidad entre el comportamiento del sujeto activo y la producción del
resultado; lo que no se advierte, en el presente caso, en base al material probatorio, en el
sentido de que en la oficina, propiedad de la procesada, se localice el desperfecto de los
servicios higiénicos que hayan producido el deterioro del hecho del daño de la propiedad de
la agraviada.
Postulado que fue criticado, pues su criterio se extendía de forma indeterminada, generando
una cadena causal infinita (todo era consecuencia de algo). Por ello, para esta teoría, la
conducta de los trabajadores de una fábrica de explosivos estaría en relación causal con
todos los resultados delictivos que se generen con el empleo de esos explosivos
fabricados. (Stratenwerth, 2005, p.148)
Otro doctrinario alemán de nombre Von Kries sería el primero en postular con qué criterio
se podría finalmente escoger aquella acción más idónea de ser pasible de responsabilidad
penal y que, de entre todas, fuese aquella que esté directamente relacionada con el resultado
típico ocasionado; por ejemplo, una lesión leve no es adecuada para imputar una tentativa
de homicidio, como tampoco lo sería una bofetada. (Velásquez, 2002, p.266)
Si bien es cierto estas teorías fueron abandonadas, sirvieron como base para el surgimiento
de la imputación objetiva cuando el causalismo se encontraba transitando hacia su etapa de
normativización (Ibidem)
Más del autor: Diferencias entre objeto de prueba, fuente de prueba y medio de prueba
3. Imputación objetiva
Al normativizarse la parte objetiva del tipo, se provocó que la imputación objetiva abarque
a otros tipos de delito, más allá de solamente los delitos de resultado. Por ello, actualmente
se presenta como una herramienta para determinar el juicio de tipicidad a nivel objetivo en
los llamados delitos de mera conducta, de resultado; de acción y omisión; delitos peligro y
de lesión. (Reyes, 2005, p.208)
Como bien sabemos, dentro de los delitos de resultado, la imputación requerirá comprobar
en primer término que la acción haya vulnerado o puesto en peligro al bien jurídicamente
cautelado, para luego determinar si el resultado es producto de esa misma acción. A partir
de estos dos principios es posible diferenciar entre imputación objetiva de la
conducta e imputación jurídica del resultado. En este sentido, la creación del resultado
debe apreciarse ex ante y la realización del resultado conjuntamente con la relación de
causalidad debe apreciarse ex post. (Villavicencio, 2006, p.324)
El derecho penal requiere para que una conducta humana sea reprochable, que el ataque al
bien jurídico sea objetivamente imputable al autor del comportamiento típico, es decir no
basta con haber causado, dolosa o imprudentemente una muerte o una lesión corporal para
que el sujeto activo haya realizado el tipo, es necesario además que dicho resultado pueda
serle atribuido objetivamente a él.
Más del autor: ¿Cuáles son los elementos del tipo penal? Bien explicado
El peligro creado por el sujeto activo debe ser un riesgo típicamente relevante y por tanto,
encontrarse fuera del ámbito del riesgo permitido, esto a tenor de que en la sociedad existen
riesgos permitidos socialmente. Por ello, no toda creación de un riesgo del resultado puede
ser objeto de una sanción del derecho penal, pues ello significaría una limitación intolerable
y asfixiante del derecho penal sobre la libertad de acción. (Bacigalupo, 1996, p.188)
Entiéndase entonces que el riesgo permitido como causal que excluye la imputación
objetiva del tipo penal, se trata de una conducta creadora de un riesgo jurídico relevante,
pero que, supone ser un riesgo permitido; como lo es el caso de la lex artis en la profesión
médica: operaciones complejas con alto riesgo de fallecimiento del paciente.
4.2. Disminución del riesgo
También se excluye la imputación cuando el agente actúe con la finalidad de conseguir una
disminución del riesgo. Que, en palabras del maestro Bacigalupo, ocurre cuando el agente
obra causalmente a partir de un resultado ya ocurrido pero, con el fin de evitar la
producción de un resultado aún peor. (Bacigalupo, 1998, p.190)
Esta modificación del curso causal sucede parte del agente, quien logra disminuir el peligro
y con ello, mejorando la situación del bien jurídico implicado; ejemplo: El que busca
desviar un objeto pesado que cae en dirección a la cabeza de otro pero solo consigue que
este se desvié hacia otra parte de su cuerpo. (Mir Puig, 2001, p.255)
Existen supuestos en los que no concurre un riesgo suficiente o significante sobre el bien
jurídico tutelado, esta falta de significancia origina la no punibilidad de la conducta y se
extiende sobre la estructura del tipo penal, de manera que, ante una afectación
insignificante sobre el bien jurídico, dicho en otras palabras, la irrelevancia penal de la
lesividad del hecho generará que se excluya la tipicidad; ejemplo: el que sin derecho priva a
otro de su libertad personal por breves minutos de tiempo, reteniéndolo en un transporte
colectivo no comete delito de secuestro. (Mir Puig, 2005)
Quien realiza un comportamiento riesgoso, en general lícito, actúa confiado en que quienes
participan con él, actuarán correctamente y de conformidad a las reglas existentes. Por
tanto, no cabe imputación a la conducta, si el sujeto activo obró confiando en que los demás
actuarían dentro de los límites del riesgo permitido. Por ejemplo, cuando el médico cirujano
realiza una operación, confiando en que los instrumentos hayan sido previamente
esterilizados por el personal sanitario. (Bacigalupo, 2004, p.69)
En ese sentido, parecería ser de que este principio recaería sobre aquel deber de cuidado
propio de los delitos imprudentes. Existen un sector de la doctrina que señala en que este
principio no forma parte de la teoría de la imputación objetiva, ya que serviría
exclusivamente para la determinación y limitación de aquellos deberes de cuidado
redactados en los delitos de omisión impropia del Código Penal.
Sin embargo, su utilidad es reconocida pues permite organizar una labor de riesgo común,
al realizar un reparto de roles, cada uno de los participantes podrá obrar sin el temor por
responder ante hechos defectuosos ajenos, generándose de este modo, el llamado principio
de confianza. (Feijoo, 2002, p.301)
Más del autor: ¿Qué es el dolo y la culpa? Imputación subjetiva. Bien explicado
Que es pertinente aplicar al caso de autos los principios normativos de imputación objetiva,
que se refieren al riesgo permitido y al principio de confianza; ya que el acusado dentro de
su rol de chofer realizó un comportamiento que genera un riesgo permitido dentro de los
estándares objetivos predeterminados por la sociedad, y por tanto, no le es imputable el
resultado (prohibición de regreso) al aceptar transportar la carga de sus coprocesados y al
hacerlo en la confianza de la buena fe en negocios y que los demás realizan una conducta
ilícita; no habiéndose acreditado con prueba un concierto de voluntades con los comitentes
y estando limitado su deber de control sobre los demás en tanto no era el transportista,
dueño del camión sino sólo el chofer asalariado del mismo, estando además los paquetes de
hojas de coca camuflados dentro de bultos cerrados; aclarando que el conocimiento exigido
no es el del experto sino por el contrario de un conocimiento estandarizado socialmente y
dentro de un contexto que no implique un riesgo no permitido o altamente criminógeno
Sin embargo, puede decirse que la prohibición de regreso encuentra su límite, cuando
aquella conducta banal o neutral favorece una situación de peligro a un tercero o a la
colectividad, infringiéndose el llamado deber de solidaridad mínima, que el legislador
toma en cuenta al momento de sancionar, por ejemplo, el delito de omisión de auxilio ,
señalado en el artículo 127 del Código Penal.
También denominada como la autopuesta en peligro del sujeto pasivo, sucede cuando la
imputación recae entorno al ámbito de competencia de la propia víctima, quien con su
propio comportamiento contribuye de manera decisiva a la realización del riesgo no
permitido. Como por ejemplo ocurre cuando aquél encargado de transportar una sustancia
peligrosa, al momento de entregarla a su destinatario, es este último quien la consume.
Como lo señalamos en la parte introductoria del presente artículo, los criterios señalados
por la teoría de la imputación objetiva, no solo están referidos a determinar la tipicidad de
una conducta o como esta adquiere relevancia penal; sino que, también operan luego de
haberse confirmado la existencia de esta conducta típica.
A partir de este momento, las reglas a aplicar serán aquellas que permitan vincular el
resultado ocasionado con la conducta típica, a esto de se le denomina imputación objetiva
del resultado, de manera que, para eliminar la imputación objetiva en este punto, será
necesario que exista otra explicación alterna o distinta a la conducta típica y que rompa el
nexo entre el resultado y la conducta.
Más del autor: Niveles del uso de la fuerza policial. Bien explicado
Para los nexos causales desviados, se requiere verificar si la conducta se desarrolló dentro
de los márgenes del riesgo que objetivamente existían durante la realización del riesgo en el
resultado y no lo que el agente activo se haya imaginado o querido sobre las consecuencias
de su conducta. Citamos de ejemplo el supuesto de aquél que hace caer a otra persona al
mar para que muera ahogado, pero al precipitarse se golpea la cabeza en una roca y fallece,
en este supuesto habrá imputación objetiva respecto del resultado efectivamente ocasionado
y no como pretendía el agente activo “muerte por ahogamiento” ya que por esto no murió. (
Bacigalupo, 1998, p.197)
En este caso, no es posible atribuirle la responsabilidad penal de este asalto al agente activo
que en un primer momento lo lesionó, ya que la consumación de su delito se realizó en el
momento en que lo dejó inválido y no lo que ocurrió años después. (Bacigalupo, 1998,
p.197)
Para que se logre configurar la imputación en los delitos de resultado, es necesario que este
se encuentre identificado en el tipo penal; por ejemplo, aquel que mata a otro y al enterarse
de este hecho, muere la anciana madre a causa de un paro cardiaco. La muerte de esta
madre no puede serle imputable objetivamente al autor, pues el tipo penal del delito de
homicidio pretende proteger la vida pero únicamente de la inmediatez de las acciones
típicas. Otro ejemplo ocurre cuando aquella víctima de lesiones muere en el incendio de un
hospital; el autor del delito de lesiones no podrá serle imputada la muerte de la víctima
puesto que el incendio. (Gómez, 1984, p.190)
Más del autor: ¿Qué es el dolo y la culpa? Imputación subjetiva. Bien explicado
6. Conclusiones
Cuando la doctrina penal dejó obsoletas las primeras teorías de la causalidad, surgió la
llamada imputación objetiva, la cual, no se limitó a explicar la existencia de un nexo de
causalidad como lo hicieron sus teorías predecesoras, sino que, su misión consiste en
responder la problemática que surge al momento de imputar de manera objetiva la
realización de una conducta típica al sujeto activo y, de ser el caso, imputar objetivamente
el resultado típico a esa conducta.
Utilizamos la expresión “de ser el caso” puesto que, para la consumación de determinados
delitos, solo basta con que el autor realice un comportamiento advertido en el tipo (delitos
de mera actividad); mientras que, para otros delitos, su consumación requerirá no solo de
una acción, sino también, de una consecuencia (delitos de resultado).
En ese sentido, al tener claro cuando procede esta forma de imputación, también podremos
saber cuando una conducta puede perder relevancia penal o no serle atribuida al agente
activo y del mismo modo, saber cómo el resultado ocasionado puede dejar de serle
atribuido a la conducta realizada por el agente activo. Todo esto mediante el estudio de
la imputación objetiva a la conducta y al resultado.
7. Bibliografía
BACIGALUPO, Enrique (1996) Manual de Derecho Penal Parte General, Bogotá: Temis.
MIR PUIG, Santiago (2001). Alcances de la imputación objetiva en derecho penal. En:
Libro Homenaje al profeso Claus Roxin. Córdoba: Lerner.
ARMAZA GALDOS, Julio (1997) La eximente por consentimiento del titular del bien
jurídico En: Revista de Derecho Penal y Criminología. Madrid: UNED.