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La Jurisprudencia reiterada del Tribunal Supremo sostiene que la relación entre la acción y
el resultado en delitos de lesión no debe limitarse, únicamente, al estudio de la causalidad
natural de acuerdo a la teoría de la conditio sine qua non (lo que es causa de la causa es
causa del mal causado), sino que depende de la posibilidad de la imputación objetiva del
resultado de la acción llevada a cabo por el sujeto. En este sentido, sin causalidad no
puede afirmarse la imputación objetiva.
Imputación objetiva
A continuación se expondrán aspectos relevantes de los alcances de la imputación, así como
diversos puntos de vista de lo que consiste ésta teoría.
Es aceptada como principio general de imputación objetiva el que la acción humana haya
creado un riesgo jurídicamente desvalorado y ésta se haya realizado en el resultado. Ello
requiere, por consiguiente, la comprobación de: a) la acción ha creado un riesgo (en el
sentido de la equivalencia de condiciones): b) este riesgo es jurídicamente desvalorado; c)
se ha plasmado en la realización del resultado típico. (Larrauri, op.cit, p. 86).
La teoría de la imputación objetiva se ocupa de la determinación de las propiedades
objetivas y generales de un comportamiento imputable, siendo así que, de los conceptos a
desarrollar aquí en la parte especial, si acaso se menciona expresa o implícitamente, la
causalidad. Desde luego, no todos los conceptos de la atribución objetiva gozan de la misma
importancia en la parte especial. En concreto, los problemas de causalidad afectan en la
práctica sólo a los delitos de resultado en sentido estricto. Especialmente en los delitos de
resultado surge la necesidad de desarrollar reglas generales de imputación objetiva, por el
siguiente motivo: la ley menciona sólo la causación de un resultado, pero esta causación
sólo puede bastar si es jurídicamente esencial. El carácter esencial falta no sólo cuando se
pone de manifiesto, en relación con el tipo subjetivo, que el resultado no era subjetivamente
evitable sino falta ya cuando el autor no es responsable de aquello a lo que da lugar.
Ejemplo: El organizador de una verbena no es responsable de las diversas infracciones
penales que tengan en su lugar en su transcurso (tráfico de drogas, lesiones, injurias,
conducción en estado de embriaguez, salida de establecimientos de hostelería sin pagar las
consumiciones), o al menos no responsable ya por el mero hecho de haber organizado la
verbena. (Jakobs, op.cit, p. 98).
La cuestión jurídica fundamental no consiste en la comprobación del nexo causal en sí, sino
en establecer los criterios conforme a los cuáles queremos imputar determinado resultado a
una persona. Sólo es objetivamente imputable un resultado causado por una acción
humana, cuando dicha acción ha creado un peligro jurídicamente desaprobado que se ha
realizado en el resultado típico. (Berdugo, op. cit, p. 200).
La imputación objetiva del resultado es un requisito implícito del tipo (en su parte objetiva)
en los delitos de resultado para que se atribuya jurídicamente el resultado y haya por tanto
consumación. (Luzón Peña, p. 376).
La teoría de la imputación objetiva procura confirmar la causalidad jurídica, mediante una
serie de criterios normativos, descritos en la siguiente fórmula: un resultado solo es
objetivamente imputable, cuando la acción causante del mismo ha creado un riesgo
jurídicamente desaprobado (o típicamente relevante) que se ha realizado en un resultado
típico, que pertenezca al ámbito o fin de protección de la norma infringida. (Romero
Sánchez et al, 2009, p. 196).
Sólo es objetivamente imputable un resultado causado por una acción humana (en el
sentido de la teoría de la condición) cuando dicha acción ha creado un peligro
jurídicamente desaprobado que se ha realizado en el resultado típico. (Jescheck, 2002, p.
171).
Se denomina imputación objetiva a aquella que delimita la responsabilidad penal por un
resultado ya en el tipo objetivo.
La fórmula básica que utiliza la imputación objetiva es la siguiente:
"Un resultado es objetivamente imputable, cuando el autor ha creado un riesgo relevante,
el cual se realiza en el resultado típico en su configuración concreta.".
De acuerdo con ésta fórmula, para que pueda imputarse al autor el resultado
objetivamente, es necesario que, de manera objetiva y ex ante, pueda fundamentarse y
establecerse en ese comportamiento un riesgo típicamente relevante y que ese riesgo se
haya realizado en el resultado típico efectivamente producido. Para responder por el delito
consumado de resultado, es necesario, entonces, un primer juicio para determinar ex
ante sí la acción del autor ha creado un riesgo típico o ha elevado el riesgo existente para el
bien jurídico tutelado. Ese peligro, que se determina ex ante se establece conforme al
criterio de un observador objetivo, el cual debe colocarse en la situación del sujeto que
actúa, y que todos su conocimiento y posibilidades de actuación (criterio general normativo
social). Una segunda valoración se hace ex post, después de ocurrido el resultado y con ellas
se determina si el resultado típico realizado en la concretización del riesgo típico y
jurídicamente relevante, creado por la acción del resultado. (Castillo, 2003, págs. 101-102).
Hoy día existe unanimidad en la dogmática penal es que la verificación de un nexo causal
entre acción y resultado no es suficiente para imputar ese resultado al autor de la acción. En
el proceso de depuración y selección de los factores causales jurídicamente relevantes se
impone la utilización de criterios normativos extraídos de la propia naturaleza del Derecho
Penal, ya en el plano objetivo delimitar la parte de la causalidad jurídicamente
relevante. (Muñoz Conde, 2002, págs. 268-269).
Para la afirmación de la parte objetiva del tipo, en los delitos que exigen la producción del
resultado separado, no es suficiente que una conducta creada de un riesgo típicamente
relevante cause materialmente el resultado típico. Es necesario, además que el resultado
causado pueda verse como realización del riesgo precisamente inherente a la conducta.
Además de la relación de causalidad es necesaria pues una relación de riesgo entre la
conducta y el resultado. De ello se sigue, pues que también debe negarse la imputación
objetiva de un resultado cuando, pese a haber sido causado por una conducta que creó un
riesgo típicamente relevante no supone la realización de este riesgo, sino de otro factor.
Ejemplo: alguien dispara sobre otro con ánimo homicida y lo hiere de tal forma que hubiera
muerto a consecuencia de ello de no haber sido intervenido quirúrgicamente a
continuación; sin embargo en la operación se utiliza un bisturí infectado que determina una
infección que lleva a la muerte del paciente. (Mir Puig, 2002, p. 77).
La teoría de la imputación objetiva representa una evolución necesaria de los principios de
imputación penal que habían sido trazados primero solo para la teoría de la equivalencia y
después para la teoría de la adecuación. También constituye la única clave para enfrentar
un gran número de casos problemáticos que se presentan en la actualidad, entre los cuales
se presenta como ejemplo más moderno, la trasferencia al extranjero de dineros
provenientes de actividades ilícitas realizadas a través de Bancos. Naturalmente con la
teoría de la imputación objetiva, no serán ya resueltas cuestiones de fondo tales como el
alcance del fin de protección de la norma de cuidado, sino que sólo serán identificadas
como un planteamiento relevante para la realización del tipo. Pero ello, ya constituye una
progreso dogmático, significativo que nos ha concedido la teoría de la imputación
objetiva. (Schünemann, op, cit, p. 209).
La imputación objetiva puede ser aplicada a:
Delitos de resultado.
Delitos de peligro.
Delitos de acción.
Delitos de omisión.
Delitos culposos.
Delitos dolosos.
Delitos consumados.
Delitos tentados. (Vargas González et al, op.cit, p. 81).
Estructura de la imputación objetiva
Los elementos que forman parte de la estructura de la imputación objetiva:
Si el autor ha creado un peligro jurídicamente relevante.
Si el peligro creado ha tenido ejecución en el resultado típico y si se ha realizado en él.
(Castillo, op, cit. p.103).
En la doctrina se ha establecido dos grandes principios que constituyen la columna
vertebral de la imputación que son:
a) Un resultado causado por el agente sólo se puede imputar al tipo objetivo si la conducta
del autor ha creado un peligro para el bien jurídico no cubierto por un riesgo permitido y
ese peligro también se ha realizado en el resultado concreto.
b) Si el resultado se presenta como realización de un peligro creado por el autor, por regla
general es imputable, de modo que se cumple el tipo objetivo.
Se puede decir que la imputación al tipo objetivo presupone la realización de un peligro
creado por el autor y no cubierto por un riesgo permitido dentro del alcance del
tipo. (Roxin, 2002, págs. 134-135).
En igual sentido a lo anteriormente indicado, todos los autores coinciden en la existencia de
dos criterios básicos, que son:
1. Creación de un riesgo jurídicamente desaprobado.
2. Realización del riesgo jurídicamente desaprobado en el resultado.
DELITOS MONETARIOS
CAPÍTULO I
Delitos financieros
Artículo 246°.- El que, por cuenta propia o ajena, se dedica directa o indirectamente
a la captación habitual de recursos del público, bajo la forma de depósito, mutuo o
cualquier modalidad, sin contar con permiso de la autoridad competente, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y
con ciento ochenta a trescientos sesenticinco días-multa.
Si para dichos fines el agente hace uso de los medios de comunicación social, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años
y con ciento ochenta a trescientos sesenticinco días-multa.
Artículo 247°.- El usuario de una institución bancaria, financiera u otra que opera
con fondos del público que, proporcionando información o documentación falsas o
mediante engaños obtiene créditos directos o indirectos u otro tipo de financiación,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro
años y con ciento ochenta a trescientos sesenticinco días-multa.
CAPÍTULO II
Delitos monetarios
Fabricación y falsifi ación de moneda de curso legal
Artí 252°.- El que falsifi a billetes o monedas será reprimido con pena privati a de
libertad no menor de cinco ni mayor de doce años y con ciento veinte a trescientos
días-multa.
Artículo 253°.- El que altera los billetes o monedas con el propósito de atribuirles un
valor superior, o realiza tal alteración con billetes o monedas que se hallan fuera de
circulación o corresponden a otros países, para darles la apariencia de los que tienen
poder cancelatorio, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro
ni mayor de diez años y con ciento veinte a trescientos días-multa.
El que altera la moneda, aminorando su valor intrínseco, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de seis meses ni mayor de dos años y con treinta a
noventa días-multa.
1. El que escribe sobre billetes, imprime sellos en ellos o de cualquier manera daña
intencionalmente billetes o monedas.
Aplicación extensiva
Artículo 257°.- Las disposiciones de los artículos de este Capítulo se hacen extensivas
a los billetes, monedas, valores y títulos valores de otros países.
Formas agravadas
Artículo 257°-A.- Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni
mayor de catorce años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa
el que comete los delitos establecidos en los artículos 252°, 253°, 254°, 255° y 257°,
si concurriera cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes:
Artículo 258°.- El funcionario del Banco Central de Reserva del Perú que emita
numerario en exceso de las cantidades autorizadas, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de seis años e inhabilitación de uno
a cuatro años conforme al artículo 36°, incisos 1) y 2).
Artículo 259°.- El que destina las divisas asignadas por el Banco Central de Reserva,
a fin distinto del señalado y autorizado, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de dos ni mayor de diez años, con ciento veinte a trescientos sesenticinco
días- multa e inhabilitación conforme al artículo 36°, incisos 1, 2 y 4.
Los directores, gerentes y funcionarios del Banco Central de Reserva o funcionarios
públicos que faciliten la comisión del delito, serán reprimidos con la misma pena.
Artículo 261°.- Para los efectos de este Capítulo quedan equiparados a los billetes y
monedas, los títulos de la deuda pública, bonos, cupones, cédulas, libramientos,
acciones y otros valores o títulos-valores emitidos por el Estado o por personas de
derecho público.
Los siguientes son delitos financieros cometidos típicamente contra los bancos
é instituciones financieras:
INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente trabajo es hacer un análisis sobre los que es el delito
informático en nuestro país, cual es la penalidad, la tipicidad, la consumación y
cuál es el aspecto subjetivo.
El delito de financiamiento por medio de información fraudulenta no es tipo penal
del cual se haya escrito mucho en nuestro país, ello a pesar de la relevancia que
va adquiriendo la dogmática en relación al Derecho Penal Económico.
La criminalización de los delitos informáticos aparece así dentro del proceso de
"expansión del Derecho penal", caracterizado por la inflación de ésta rama del
ordenamiento jurídico.
En este sentido, el presente trabajo trata de aportar con algunas consideraciones
de carácter dogmático en relación al tratamiento que se le da al delito de
financiamiento por medio de información fraudulenta en nuestro ordenamiento
jurídico, pero además se expone fundamentalmente la necesidad de utilizar
criterios de imputación objetiva al momento de hacer el juicio de tipicidad de
dicho delito.
MARCO TEÓRICO
Por otro lado tenemos que en lo referido a los Delitos Monetarios (Capitulo II), el
Bien Jurídico Tutelado es, “el interés del Estado de defender el sistema
económico de medios de pago que puede ser afectado por la sustracción del
mercado de medios considerados indispensables para el funcionamiento del
sistema con lo que se compromete el bienestar de todos y cada uno de los
miembros de la colectividad”.
Es importante mencionar lo expresado por la Constitución, en su Título III (Del
Régimen Económico), Capítulo V (De La Moneda y La Banca), en donde en
rasgos generales se dice que “la moneda es la pieza metálica acuñada para
facilitar los cambio y transacciones que en forma organizada se efectúan por
medio de los Bancos (...)” siendo la única entidad autorizada para la emisión de
billetes y monedas el Banco Central de Reserva, mientras que es la
Superintendencia de Banca y Seguros quien controla a las empresas bancarias
y de seguros.
1.1.6. CONSUMACIÓN
Las modalidades agravadas tienen su momento consumativo en distintas
ocasiones.
En el primer supuesto, la modalidad agravada se consuma cuando el sujeto
activo utiliza o ingresa indebidamente al sistema informático, no se requiere la
producción de algún especial resultado lesivo.
En el segundo párrafo se exige que el sujeto activo haya puesto en peligro la
seguridad nacional.
1.1.7. PENALIDAD
La penalidad establecida para las modalidades agravadas es la de privación de
libertad no menor de cinco ni mayor de siete años. Se podrá aplicar la suspensión
de la ejecución de la pena, siempre que se den los requisitos previstos en el art.
57 del Código Penal y en tanto concurra alguna circunstancia que permita
imponer una pena por debajo del mínimo legal.
En este punto reproducimos las críticas relacionadas a las insuficiencias en el
ámbito de las consecuencias jurídicas del delito a aplicar en tal supuesto.
Artículo 247º del Código Penal, establece como presupuestos para la comisión
del delito de obtención fraudulenta de créditos, el siguiente texto: “El usuario de
una institución bancaria, financiera u otra que opera con fondos del público que,
proporcionando información o documentación falsas o mediante engaños
obtiene créditos directos o indirectos u otro tipo de financiación, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con
ciento ochenta a trescientos sesenticinco días-multa.
Si como consecuencia del crédito así obtenido, la Superintendencia de Banca y
Seguros resuelve la intervención o liquidación de la institución financiera, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de diez
años y con trescientos sesenticinco a setecientos treinta días-multa.
Los accionistas, asociados, directores, gerentes y funcionarios de la institución
que cooperen en la ejecución del delito, serán reprimidos con la misma pena
señalada en el párrafo anterior y, además, con inhabilitación conforme al artículo
36, incisos 1, 2 y 4.”
Acción Típica:
Como puede apreciarse, del tipo penal en comentario se desprende que es
necesario para la configuración del tipo penal, la acción consistente en alegar
ante el prestamista (entidad crediticia), datos o hechos falsos y/o utilizar
documentos falsos o utilizar engaños, con el objeto de causar una
representación errónea en el sujeto pasivo, sobre la solvencia del solicitante de
un crédito, lo que conduce a una concesión del crédito que de otro modo, caso
de conocer la realidad, hubiere sido denegado por el alto riesgo de
incumplimiento de las obligaciones por aquel contraídas.
En el aspecto subjetivo, se requiere necesariamente la actuación dolosa; en
tanto el solicitante que aparenta solvencia, en la medida en que lo hace porque
duda seriamente de sus posibilidades de hacer frente al pago por su debilitada
situación económica, que precisamente oculta, al menos habrá actuado con dolo
eventual, que es suficiente para la configuración del delito materia de análisis.
CONCLUSIONES
[1] JAEN VALLEJO, Manuel. La Justicia penal ante los nuevos retos de la
actualidad, Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo, 2001, p. 85.
[2] SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. La Expansión del Derecho penal. Aspectos
de la política criminal en las sociedades postindustriales, 2ª ed., Civitas
Ediciones, Madrid, 2001, p. 20.
[3] MARINUCCI, Giorgio y DOLCINI, Emilio. art. cit., p. 137.
[4] CARO CORIA, Dino Carlos. Derecho penal del ambiente. Delitos y técnicas
de tipificación, Gráfica Horizonte, Lima, 1999, p. 303; REYNA ALFARO, Luis
Miguel. Reflexiones sobre el contenido material del bien jurídico-penal y la
protección de los bienes jurídicos colectivos, en: Revista Jurídica del Perú, año
LI, n° 18, Normas Legales, Lima, 2001, p. 196; Idem. en: RUIZ RODRÍGUEZ,
Luis Ramón y REYNA ALFARO, Luis Miguel. La Regulación Penal del Mercado
de Valores (Estudio de Derecho peruano y español), Portocarrero, Lima, 2001,
p. 36.
[5] CANCIO MELIÁ, Manuel. Dogmática y política criminal en una teoría
funcional del delito, p. 23.
[6] SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. ob. cit., p. 26
Delitos Financieros
El termino delito financiero se refiere, en términos generales, a cualquier delito,
no violento que da lugar a una perdida económica. Estos delitos, por lo tanto,
comprenden una amplia gama de actividades ilegales, incluidos el fraude, pánico
financiero, información privilegiada, etc.
Los delitos financieros incluyendo cheques y depósitos fraudulentos son uno de
los más grandes retos que encaran hoy en día las instituciones de negocios y
financieras. Los delincuentes financieros profesionales han venido
incrementando su habilidad y sofisticación, gracias a los avances en la
tecnología disponible, tales como las computadoras personales, scanner y
fotocopiadoras de color.
Se ha estimado que las pérdidas anuales debido a depósitos y cheques
fraudulentos montan miles de millones de dólares. Las pérdidas continúan
creciendo constantemente a medida que los delincuentes continúan buscando
formas de vida mediante la comisión de fraudes. Para el consumidor, la cantidad
de ansiedad é inconveniencias causadas por la necesidad de resolver problemas
con contadores, comerciantes locales así como posibles repercusiones a los
burós de crédito, pueden ser considerables. Estos delitos también afectan a los
consumidores al incrementarse los honorarios que tienen que pagar a los bancos
debido a que los bancos tienen que contratar especialistas sobre riesgos de
identificación y comprar software especializado para protegerse de futuras
pérdidas.
El Texto Legal:
Articulo 244° “Concentración Crediticia Ilegal”
Sujetos:
Activos: son el director, gerente, administrador, representante legal o
funcionario de una institución bancaria, financiera u otra que opere con fondos
del público.
Pasivo: la colectividad.
Pena: Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor
de diez años y con trescientos sesenticinco a setecientos treinta días-multa.
Si como consecuencia de ello la institución incurre en la situación de insolvencia.
Serán reprimidos con la misma pena los beneficiarios del Crédito que hayan
participado en el delito.
COMENTARIO:
El Texto Legal:
Sujetos:
Tentativa Consumación:
El delito se consuma con la omisión, o negativa de proporcionar información
o proporcionando dalos falsos. En este último supuesto –proporcionar
datos falsos se admite la tentativa mas no en la negativa, omisión.
Pena: Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor
de seis años y con ciento ochenta a trescientos sesenticinco días-multa.
COMENTARIO:
Este artículo sanciona en términos generales, aquella conducta por la que se
incumple un deber específico de información al órgano de control de instituciones
financieras que operan con fondos del público, en nuestro caso la
Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Pensiones.
El incumplimiento puede darse negando proporcionar la información, omitiendo
su presentación u ofreciendo información falsa.
En la medida que este delito sanciona lo que vendría a ser una forma de
incumplimiento de la labor de información a la SBS, el legislador a dispuesto
como sujeto activo del delito a quienes por razón del cargo son los responsables
de cumplir con dicho deber.
Se menciona expresamente al director, gerente, administrador y representante
legal, en un primer grupo, por cuanto en su condición de representantes y
administradores de la entidad financiera, son ellos quienes actúan por cuenta de
ésta y, en consecuencia, son los obligados con carácter general al cumplimiento
de los requerimientos que la SBS realice.
Adicionalmente, se menciona a los miembros del Consejo de Administración, de
Vigilancia y del Comité de Crédito, los cuales son los encargados de asegurar el
correcto desempeño de la misma, y es a ellos a quienes les corresponde
garantizar una plena situación de solvencia que garantice con ello una adecuada
gestión de los fondos del público, dado que de esto depende en gran medida el
equilibrio del sistema financiero, que viene a ser el objeto específico de
protección de este delito.
Finalmente, se menciona al funcionario de la institución, terminología que no
puede ser entendida en términos genéricos, es decir, relativa a cualquier
funcionario; sino que debe entenderse en cuanto que alude a otro funcionario de
la institución diferente a los mencionados que por razón de su cargo esté en
condiciones objetivas de poder proporcionar la información que es requerida por
el órgano de control. Es así, que dependerá de la estructura organizativa de cada
institución el determinar la existencia de un concreto funcionario a quien le
corresponde proceder a brindar la información relativa a sus estados financieros.
Por lo tanto, la definición del sujeto activo en este delito vendría determinada
exclusivamente por la función que desarrolle dentro de la institución, lo que
determinará en él su capacidad para cumplir con el deber específico de informar,
de ahí que el eventual incumplimiento de dicha labor, siendo
quien organizativamenteestá en la exigencia de cumplirla sustentará en él su
responsabilidad por el delito.
Los auditores no ejercen representación alguna de la entidad financiera o
bancaria, en relación a la cual se limitan a prestar un determinado servicio como
profesional independiente. El auditor interno es un funcionario de la entidad, en
la medida en que forma parte de su estructura organizativa, pero en el ámbito de
las funciones que ejerce se limita a realizar una labor de supervisión y control de
las operaciones contables que otro funcionarios han realizado; en el ejercicio de
dicha supervisión, el auditor no ejerce representación legal ni administración de
la entidad, sólo controla lo que otros hacen.
La labor de auditoría no es el deber de informar sobre la situación económica de
la entidad financiera o bancaria, porque dicha situación no es definida por el
auditor, a quien sólo le corresponde controlar si el reflejo contable es el correcto
y adecuado. Al auditor nunca le se podrá exigir informar sobre el grado de
solvencia o liquidez de la entidad, ya que no es el funcionario para desarrollar
esa labor informativa, por lo que resulta imposible que pueda negarse, incumpla
o falsifique información que no le puede ser solicitada por el órgano de control.
Lo señalado anteriormente resulta claro respecto del auditor externo el cual no
ejerce representación ni forma parte de la administración de la entidad financiera
o bancaria, es más no forma parte de ella; tan solo se limita a prestar un
determinado servicio como profesional independiente que es; por lo tanto, la
información requerida por el órgano de control (SBS) no puede ser exigida a un
tercero.
En cuanto al auditor interno al formar parte de la estructura organizativa de la
entidad financiera o bancaria pudiera llevar a confusión sobre su actuación; sin
embargo, en el ámbito de sus funciones se limita a realizar una labor de
supervisión y control de las operaciones contables que otros, también
funcionarios de estas entidades realizan. Si el auditor interno desnaturalizara su
función de funcionario independiente al actuar como parte de la administración
de la entidad habría que sancionarlo dentro de este supuesto, es decir por formar
parte de la administración, pero no como auditor propiamente dicho.
El auditor jamás podrá ser requerido oficialmente por el órgano de control para
informar sobre el estado económico de una entidad financiera o bancaria, por
cuanto él, desde un punto de vista fáctica, carece de dicha información, a la que
tiene acceso sólo una vez que se requiere supervisar la labor que a este respecto
han realizado aquellos funcionarios a los que realmente les compete documentar
dicha situación; en tal sentido, no puede aplicarse el tipo penal del artículo 245º
del CP a los auditores, dado que no puede llegar a realizar la conducta típica
descrita en dicho artículo.
Cabe señalar que las Normas Internacionales de Auditoría son de aplicación
obligatoria en el Perú. La Declaración Internacional sobre Práctica de Auditoría
Nº 1004 para las instituciones financieras señala la responsabilidad del directorio
y la administración, respecto a la preparación de los estados financieros; la
presentación a la autoridad supervisora de la informaciónfinanciera; y, del
establecimiento adecuado de procedimientos contables internos.
Finalmente, los auditores no pueden ser considerados sujetos activos de los
delitos contemplados en los artículos 198º y 245º del Código Penal ya que no
tienen el dominio del hecho, ya que no cumplen funciones de dirección o de
gestión en la empresa auditada, ni la representan; y en el caso de los auditores
externos su relación contractual es independiente. Respecto a la Tesis de la
lesión del deber (en la que es irrelevante quien ejerce el dominio del hecho, sino
quien tiene el deber de proteger el bien jurídico tutelado) los auditores por la
naturaleza de su función carecen de capacidad de decisión, de administración o
representación de la persona jurídica o entidad bancaria / financiera y no pueden
por tanto ser sujetos activos de los delitos referidos.
La posible actuación dolosa de los auditores internos o externos debe
encuadrarse dentro de lo establecido en el artículo 25° del Código Penal el cual
regula la complicidad primaria y la complicidad secundaria, según su grado de
participación en el hecho punible.
0OTRA PAGINA
1. Es innegable que los delitos económicos permanecerán como una de las
principales preocupaciones para las empresas por sus múltiples variantes, la
amplia gama de defraudadores, la variedad de recursos que se utilizan y cada vez
su mayor sofisticación. No deja de ser inquietante y paradójico que los encargados
de la dirección son principalmente los responsables de los desastres financieros.
2. 3. UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES FACULTAD CIENCIAS
CONTABLES, ECONÓMICAS Y FINANCIERAS SECCIÓN DE POSTGRADO
DELITOS FINANCIEROS El delito financiero se comete en un entorno profesional
o Comercial con el objetivo de ganar dinero. Estos delitos no son violentos, pero
ocasionan pérdidas a compañías, inversores y empleados. Estos delitos incluyen
fraude, hurto y algunas otras violaciones de la ley EFECTOS DE LA
DELINCUENCIA ECONÓMICA • Daño material • Daño Económico • Daño Fiscal •
Daño Administrativo • Daño inmaterial o moral
3. 4. – Daño material. • Daños financieros. Desconfianza en los inversores y abuso de
los ahorristas. » Enron , fraude por más de $ 63,400. mm » Bernard Madoff, fraude
por más de $ 50,000. mm » La telefónica Worldcom, falsificó cuentas de utilidades
por más de $ 3,850.mm – Cosas en común en todos estos fraudes. » Se trataba de
grandes empresas o personas que simbolizaban el triunfo. » Se falsearon estados
de cuentas. » Se eludieron suministrar información relevante al mercado. »
Pagaron desmesuradas remuneraciones a sus directivos en perjuicio de los
accionistas. UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES FACULTAD
CIENCIAS CONTABLES, ECONÓMICAS Y FINANCIERAS SECCIÓN DE
POSTGRADO EFECTOS DE LA DELINCUENCIA ECONÓMICA
4. 5. – Daño económico. • Porque los especuladores, usureros, acaparadores ejercen
su actividad sobre el pueblo consumidor, entorpecen la libre competencia y la
libertad de mercado. – Daño fiscal. • Porque el fraude tributario incide en el
menoscabo del erario público afectando al industrial y comerciante honesto.
Produce una competencia desleal. – Daño Administrativo. • Por el poder corruptor
que ejerce sobre los funcionarios públicos. – Daño inmaterial o moral. • Por la
pérdida de confianza en el tráfico mercantil y en mercado financiero. • Lesión a la
economía, orden económico y la • competencia. UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN
DE PORRES FACULTAD CIENCIAS CONTABLES, ECONÓMICAS Y
FINANCIERAS SECCIÓN DE POSTGRADO EFECTOS DE LA DELINCUENCIA
ECONÓMICA
5. 6. Su complejidad e innovación permanente. Su transnacionalidad. UNIVERSIDAD
DE SAN MARTIN DE PORRES FACULTAD CIENCIAS CONTABLES,
ECONÓMICAS Y FINANCIERAS SECCIÓN DE POSTGRADO CARACTERÍSTICA
DEL HECHO Apariencia externa de licitud. En muchos casos es difícil si una
operación financiera o mercantil es una operación normal de un empresario audaz
e innovador o una vil estafa o fraude. La ausencia de afectividad social del delito. A
diferencia de los delitos clásicos (homicidio, robo, secuestros, ejecuciones) que
producen repudio social; el delito económico, se confunde con lo lícito e incluso
socialmente beneficioso y meritorio.