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Licitud: La prestación no puede consistir en un hecho ilícito, sino por el contrario, debe ser conforme a la
ley, a la moral y a las buenas costumbres. De hecho, el ART. 279 establece, refiriéndose al objeto del acto
jurídico y aplicable a las obligaciones: "El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o
prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de los derechos
ajenos o de la dignidad humana. Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido
que lo sea".
Determinación: Para que exista una obligación, su objeto debe estar determinado o resultar determinable. El
objeto está determinado cuando se encuentra identificado e individualizado desde el nacimiento de la
obligación, de tal modo que no puede ser confundido con otro. En cambio, es determinable cuando es
factible la individualización del objeto con posterioridad, siendo el límite de determinación el momento del
pago. La indeterminación total del objeto implica la inexistencia de la obligación.
Valor económico: La prestación debe tener un valor pecuniario, en el sentido de ser susceptible de
apreciación patrimonial. Ello es así, como consecuencia del carácter patrimonial del derecho creditorio en
sí. Si la prestación careciera de significación económica, es decir, si no fuera susceptible de ser valuada en
dinero, el acreedor no experimentaría daño patrimonial alguno por causa de su inejecución.
Pero corresponde distinguir entre el objeto en sí y el interés del acreedor en obtenerlo: este último puede no
ser económico, sino afectivo, moral, etc., siendo suficiente que sea serio, lícito y digno de la protección
jurídica. De este modo, el acreedor puede tener un interés puramente afectivo, extrapatrimonial, en adquirir
un libro por haber pertenecido éste a sus antepasados, pero éste siempre tendrá un valor económico, incluso
muy alto, si por ejemplo fuera un incunable.
Concepciones clásicas y modernas:
- Savigny: Entendió que la prestación debe tener valor pecuniario; para ello partió de algunos textos
correspondientes al proceso formulario romano, que solo autorizaban al juez a pronunciar condenas que
fueran pecuniarias, y apoyo en ellas sus conclusiones. El criterio del Código Civil Francés es paralelo a la
teoría de Savigny.
- Ihering: Sostiene que la obligación puede corresponder a un interés extrapatrimonial. Sostiene que el
Derecho protege no sólo valores patrimoniales, sino también valores extrapatrimoniales, y que por lo tanto,
también pueden ser objeto de las obligaciones los valores morales, éticos, culturales, etc. Basta que la
prestación represente para el acreedor un interés serio y legítimo para que su derecho sea tutelado. La crítica
que le hace a Savigny, deriva de la desinterpretación de un texto de Gayo en el cual “se olvida que al lado
del judex estaba el pretor” y este si podía pronunciar condenas pecuniarias. El ejemplo que apoyó su
conclusión Ihering fue el del mozo que le pide al patrón quedar libre los domingos, entonces no trabaja por
descanso y allí no hay contenido económico.
El Código Civil Alemán se limitó a establecer que la obligación consiste en “hecho u omisión”, criterio
tomando de Ihering.
- Scialoja: El Código Civil italiano de 1942: Scialoja distinguió:
a) La prestación, que debe ser patrimonial;
b) El interés del acreedor, que puede ser extrapatrimonial, como ser un interés moral, científico, cultural,
religioso, etc., y si dicho interés es serio merece ser protegido por la ley. Y en su punto de vista fue
recogido por el artículo 1174 del Código Civil italiano de 1942: “La prestación que constituye objeto de
la obligación debe ser susceptible de valoración económica, y debe corresponder a un interés, aunque
no sea patrimonial, del acreedor”.
Vínculo: "Unión o atadura de una persona o cosa con otra". Se trata así del elemento típico de la obligación (la
diferencia de otras figuras) que liga a los sujetos de la misma y que permite explicar su dinámica. Es un
elemento complejo que presenta un doble carácter: de un lado compele al deudor a cumplir, limitando así su
conducta y de otro proporciona al acreedor el poder de hacer efectivo el cumplimiento, cuando éste no se
materializa espontáneamente.
Caracteres típicos del vínculo obligacional: La rigurosidad del vínculo del derecho romano se ha atenuado. La
libertad del deudor hoy solo queda limitada en lo que concierne al comportamiento que debe como prestación, y
en caso de no llevarla a cabo, a soportar los poderes de agresión patrimonial del acreedor. El vínculo se
manifiesta en 2 aspectos, pues da derecho al acreedor:
a) Para ejercer una acción tendiente a obtener el cumplimiento;
b) Para oponer una excepción tendiente a repeler una demanda de repetición (devolución) que intente el deudor
que pago.
Atenuaciones del vínculo: Principios y límites.
Principio del "favor debitoris": En caso de duda, se presume que la obligación no existe.
Límites en la ejecución: No está permitido ejercer violencia sobre la persona del deudor, debiendo recaer la
ejecución sobre su patrimonio. Veremos a su vez que ciertos bienes no pueden ser embargados (la vivienda
familiar, los bienes indispensables para el trabajo, etc.), o pueden serlo con límites (ej., los sueldos).
Límites temporales: El vínculo se manifiesta en la medida en que la acción correspondiente no se encuentre
prescripta.
Obligación natural y deber moral
El Código Civil de Vélez Sarsfield regulaba un tipo de obligaciones conocidas como "naturales", caracterizadas
por no conferir acción a su titular para exigir el cumplimiento, pero que cumplidas por el deudor, autorizaban a
retener aquello que se había recibido en razón de ellas (art. 515). Éstas incluían las obligaciones:
- Extinguidas por prescripción;
- Las provenientes de actos jurídicos que no cumplían con las solemnidades exigidas por la ley para producir
efectos civiles;
- Las no reconocidas en juicio por falta de prueba, o por error o malicia del juez;
- Las derivadas de convenciones a las que la ley por razones de utilidad social privaba de acción.
Se interpretaba que en ellas el vínculo se manifestaba en forma atenuada y por vía de excepción, donde el
acreedor sólo se hallaba legitimado para repeler una acción judicial de repetición, ante el previo cumplimiento
espontáneo y no exigible del deudor de ese tipo de obligación.
El nuevo Código suprimió las obligaciones naturales como categoría, al haberse interpretado que éstas no eran
verdaderas obligaciones por defecto de exigibilidad y siguió la tendencia que considera que aquéllas constituyen
en realidad "deberes morales" y no jurídicos, y que la irrepetibilidad planteada se funda en razones de paz e
interés social, más que en función y base estrictamente jurídica. Se dispuso así: ART. 728.- Deber moral: Lo
entregado en cumplimiento de deberes morales o de conciencia es irrepetible.
Causa:
- Fin: Es la finalidad o propósito perseguido por las partes al contraer una obligación contractual, o al
celebrar un acto jurídico.
ART. 281.- "La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de
la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados
al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes".
Surge del concepto legal, que la causa fin sólo interesa a los actos jurídicos, los contratos y las obligaciones
derivadas de actos lícitos, no así a las nacidas de los hechos ilícitos. A su vez, ésta incluye:
a) El fin inmediato determinante de la voluntad: Se trata del conjunto de elementos y circunstancias vinculados
a la representación mental del agente, no limitado a resultados futuros. Así, por ejemplo, podría carecer de
causa un segundo testamento otorgado por el testador bajo la falsa creencia de que el beneficiario del
primero falleció.
b) Los motivos exteriorizados en incorporados expresamente en el acto: Así, por ejemplo, el legado puede ser
revocado a instancia de los interesados, cuando el legatario incumple los cargos impuestos por el testador y
éstos fueron la causa fin de la disposición.
c) Los motivos esenciales para ambas partes, aun tácitamente deducidos: Es decir que la indagación de la
voluntad debe hacerse teniendo en cuenta el acto en su totalidad. Así, la obtención del precio y de la cosa,
por las partes, respectivamente, hará a la causa de una compraventa.
Interpretación: La causa que constituye un elemento de todos los negocios jurídicos es la causa final. Esta
misma está dirigida a expresar aquello que las partes persiguen al realizar un acto. Por ejemplo, la causa de un
negocio de compraventa seria la obtención de la propiedad de la cosa para el comprador.
La noción de causa final también se la ha identificado con la causa motivo, que trata de identificar el interés
concreto que ha movido a las partes a la realización de un negocio jurídico. Por ejemplo, para el comprador, el
motivo de una compraventa de una casa puede ser la necesidad de habitar en ella o la de hacer una inversión.
Esa finalidad deberá ser lícita y de acorde con la moral y las buenas costumbres. Por lo tanto el negocio
jurídico debe tender a realizar un interés que el ordenamiento considere merecedor de tutela y protección.
La causa fin puede ser:
- Causa fin objetivo: Identifica a la pretensión que tiene cada una de las partes de un acto jurídico.
La causa final es objetiva porque corresponde al tipo de acto querido por las partes. A su vez es unitaria,
porque no hay una causa para el comprador y otra para el vendedor, sino, que el cumplimiento de ambos
constituye a una única causa. La misma también es tipificadora, en cuanto individualiza al negocio jurídico
querido por las partes.
Esta causa fin en sentido objetivo es idéntica en todos los negocios de la misma especie, por ejemplo: todos
los actos jurídicos que persiguen la adquisición de una propiedad de una cosa contra el pago de un precio,
son una compraventa
- Causa final subjetiva: La causa final en este sentido se refiere a los motivos perseguidos por algún
contratante en particular. Para que estos motivos sean causa fin deben ser esenciales, exteriorizados. (Esta es
análoga con la causa motivo exteriorizar el fin)
ART. 282 Presunción de causa: Aunque la causa no este expresada en el acto se presume que existe mientras no
se pruebe lo contrario. El acto es válido, aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra verdadera.
Interpretación: Si la causa expresada es falsa, ello no provoca la nulidad, sino que invierte la prueba, es decir
que una vez demostrado que la causa es falsa, quien pretenda conservar la validez del acto debe demostrar que
el negocio tiene causa y que ella es lícita.
ART. 283 Acto abstracto: La inexistencia, falsedad o ilicitud en la causa no son discutibles en el acto abstracto
mientras no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.
Interpretación: Los actos jurídicos abstractos son aquellos en que se hace abstracción del convenio causal, o a
diferencia de los causales en que la causa se mantiene unida o conectada con el negocio jurídico mismo. Es
decir que la casa no está presente y visible, y no influye en su validez y efectos. Ello es así, ya que como su
nombre lo indica, a su respecto se hace abstracción de los propósitos tenidos en cuenta por sus otorgantes, y
frente a la pretensión del acreedor deducida en un juicio ejecutivo, no corresponde plantear la inexistencia,
falsedad o ilicitud de la causa. En otros términos, a diferencia de aquello que sucede con los actos causados,
cuando el acreedor formula su reclamo basado en un acto jurídico abstracto, el deudor debe cumplir, pero
posteriormente, tiene derecho a exigir la devolución de lo que pagó si demuestra los defectos referidos a la
causa fin. Así, por ejemplo, en el caso de que el deudor oponga a la ejecución judicial de un cheque, la defensa
de abuso de firma en blanco, o bien la inexistencia de un vínculo previo entre las partes que justifique la acción,
ésta no será atendida en función del contenido de la norma, debiendo en todo caso plantearla el interesado en un
juicio ordinario posterior.
Posicione causalistas, anticausalistas y neocausalistas:
Causalistas: Su creador es Domat, quien basa su teoría en la llamada causa final, que consiste en la razón
fundamental por la que una persona celebra un determinado acto o contrato, y que como finalidad abstracta es
idéntica en todos los actos de la misma categoría. Para explicar su teoría analiza cuál es esa causa final por la
que una persona celebra un contrato, y lo hace a través de las siguientes categorías de contratos:
1. Bilaterales: En los contratos bilaterales la causa de la obligación de una de las partes es la obligación de la
otra. Por ejemplo, en la compraventa, el comprador se obliga a pagar el precio por una causa o motivo final,
que es la obligación correlativa del vendedor de entregarle el bien cuya propiedad le transmite.
2. Gratuitos: En los contratos gratuitos como la donación, la causa final del donante es el animus donandi, es
decir la intención de hacer una liberalidad a favor del donatario.
Anticausalistas: Sostienen que los causalistas no hacen más que confundir lo que entienden por causa, con la
voluntad o con el objeto. En efecto, en un contrato bilateral, los anticausalistas argumentan que, en el caso de la
compraventa, el objeto directo es la creación de la obligación de pago para el comprador y la transmisión que
del derecho de propiedad hace el vendedor a aquél; y hablando por ejemplo de un contrato gratuito, los
anticausalistas sostienen que dicho animus donandi forma parte de la voluntad como primer elemento de
existencia del contrato.
Por ende, la doctrina anticausalista sostiene que la teoría causalista es inútil y, además falsa debido a que en los
contratos bilaterales la causa se confunde con el objeto, y en los contratos gratuitos el con el consentimiento en
sí.
Neocausalistas: Sostienen que se debe entender por causa lo que determina a cada persona a celebrar el
contrato. Es decir, intentan marcar diferencia entre la causa fin y el objeto del contrato, estableciendo que la
primera es el por qué, mientras que el segundo es el qué se debe. Por ejemplo, la compra de un inmueble, quizás
para un comprador el motivo que determina su voluntad a comprar ese bien es para invertir en un restaurante,
para otra persona la razón por la cual lo adquiere es porque su trabajo está en la misma calle, y para otro la
única razón es por haber sido un inmueble propiedad de un artista famoso. Por ende, la causa son las razones
personales e internas que cada persona tiene para celebrar un determinado contrato.
UNIDAD 2: EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES
Concepto: Son las distintas consecuencias jurídicas que la relación vincular entre acreedor y deudor supone.
El cumplimiento común o regular de las obligaciones consiste en el pago, medio por el cual concluye la mayor
parte de ellas. Es así que un sector de la doctrina considera que el pago es una forma natural de cumplimiento,
más que un medio de extinción de las obligaciones. A pesar de ello, el Código de Vélez Sarsfield incluyó
expresamente el pago como un modo de extinción de las obligaciones. A su vez, el tratamiento dado al pago en
el nuevo Código resulta sugerente de que su concepción no ha variado en lo sustancial.
El principio de la buena fe en el efecto de las obligaciones
ART. 729.- Buena fe: Deudor y acreedor deben obrar con cuidado, previsión y según las exigencias de la buena
fe.
ART. 961.- Buena fe: Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a
lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse comprendidas en
ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante cuidadoso y previsor.
Doctrina de los “actos propios”: De acuerdo con esta teoría, nadie puede asumir en sus relaciones con otras
personas, una conducta que contradiga otra suya anterior, cuando ésta haya despertado una legítima confianza
en esas personas de que mantendrá una línea coherente con sus propios y anteriores actos. Es también una
aplicación de la buena fe-lealtad, que impone a las personas el deber de obrar correctamente, como lo haría una
persona honorable y diligente. La ley lo toma en cuenta para proteger la honestidad en la circulación de los
bienes.
Efectos de las obligaciones y de los contratos
Cualquiera sea el criterio, método o denominación que se siga, conviene no confundir los efectos de la
obligación con los del contrato. El Código de Francia incurrió en ese error, que fue bien señalado por Vélez
Sarsfield en la nota al art. 505, con cita de Mercadé, pero no fue del todo consecuente, pues no logró plasmar
una parte general de las obligaciones independizadas por entero de su fuente fundamental, el contrato.
- Efectos de la Obligación: Son las consecuencias de índole jurídica que emanan de la relación obligacional.
Ellas se plasman en los distintos medios orientados a:
1. Satisfacer el interés del acreedor (comprende las vías satisfactivas, conservatorias, resarcitorias y
resolutorias, que el ordenamiento jurídico pone a su disposición para asegurar su derecho).
2. Posibilitar que el deudor ejercite regularmente el derecho y el deber que tiene de cumplir.
- Efectos del Contrato: Consisten en generar un orden normativo en virtud del cual se crea, modifica,
transfiere o extingue una determinada relación jurídica patrimonial entre las partes –y otras personas
asimiladas a ellas. Específicamente sus efectos son crear, modificar, transmitir o extinguir obligaciones.
- Diferencias:
1. El contrato es fuente de obligaciones. La obligación así entendida es un efecto del contrato.
2. Una vez creada la obligación, ella es dotada por el ordenamiento jurídico de distintos medios
necesarios para su satisfacción.
Efectos con relación a los sujetos de la obligación; a sus sucesores y a terceros
ART. 1021.- Regla general: El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene con respecto a
terceros, excepto en los casos previstos por la ley.
ART. 1022.- Situación de los terceros: El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los
terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas no han convenido,
excepto disposición legal.
ART. 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:
a) lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;
b) es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;
c) manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin
representación.
ART. 1024.- Sucesores universales: Los efectos del contrato se extienden, activa y pasivamente, a los sucesores
universales, a no ser que las obligaciones que de él nacen sean inherentes a la persona, o que la transmisión sea
incompatible con la naturaleza de la obligación, o esté prohibida por una cláusula del contrato o la ley.
ART. 1025.- Contratación a nombre de tercero: Quien contrata a nombre de un tercero sólo lo obliga si ejerce
su representación. A falta de representación suficiente el contrato es ineficaz. La ratificación expresa o tácita del
tercero suple la falta de representación; la ejecución implica ratificación tácita.
ART. 1026.- Promesa del hecho de tercero: Quien promete el hecho de un tercero queda obligado a hacer lo
razonablemente necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea aceptada,
queda obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de negativa.
ART. 1027.- Estipulación a favor de tercero: Si el contrato contiene una estipulación a favor de un tercero
beneficiario, determinado o determinable, el promitente le confiere los derechos o facultades resultantes de lo
que ha convenido con el estipulante. El estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la
aceptación del tercero beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente si éste tiene interés
en que sea mantenida. El tercero aceptante obtiene directamente los derechos y las facultades resultantes de la
estipulación a su favor. Las facultades del tercero beneficiario de aceptar la estipulación, y de prevalerse de ella
luego de haberla aceptado, no se transmiten a sus herederos, excepto que haya cláusula expresa que lo autorice.
La estipulación es de interpretación restrictiva.
ART. 1028.- Relaciones entre las partes: El promitente puede oponer al tercero las defensas derivadas del
contrato básico y las fundadas en otras relaciones con él.
El estipulante puede:
a) exigir al promitente el cumplimiento de la prestación, sea a favor del tercer beneficiario aceptante, sea a su
favor si el tercero no la aceptó o el estipulante la revocó;
b) resolver el contrato en caso de incumplimiento, sin perjuicio de los derechos del tercero beneficiario.
ART. 1029.- Contrato para persona a designar: Cualquier parte puede reservarse la facultad de designar
ulteriormente a un tercero para que asuma su posición contractual, excepto si el contrato no puede ser celebrado
por medio de representante, o la determinación de los sujetos es indispensable.
La asunción de la posición contractual se produce con efectos retroactivos a la fecha del contrato, cuando el
tercero acepta la nominación y su aceptación es comunicada a la parte que no hizo la reserva. Esta
comunicación debe revestir la misma forma que el contrato, y ser efectuada dentro del plazo estipulado o, en su
defecto, dentro de los quince días desde su celebración.
Mientras no haya una aceptación del tercero, el contrato produce efectos entre las partes.
ART. 1030.- Contrato por cuenta de quien corresponda: El contrato celebrado por cuenta de quien corresponda
queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva. El tercero asume la posición contractual cuando se produce
el hecho que lo determina como beneficiario del contrato.
Efectos con relación al acreedor
ART. 730.- Efectos con relación al acreedor. La obligación da derecho al acreedor a:
a) emplear los medios legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado;
b) hacérselo procurar por otro a costa del deudor;
c) obtener del deudor las indemnizaciones correspondientes.
Si el incumplimiento de la obligación, cualquiera sea su fuente, deriva en litigio judicial o arbitral, la
responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los honorarios profesionales, de todo tipo, allí devengados y
correspondientes a la primera o única instancia, no debe exceder del veinticinco por ciento del monto de la
sentencia, laudo, transacción o instrumento que ponga fin al diferendo. Si las regulaciones de honorarios
practicadas conforme a las leyes arancelarias o usos locales, correspondientes a todas las profesiones y
especialidades, superan dicho porcentaje, el juez debe proceder a prorratear los montos entre los beneficiarios.
Para el cómputo del porcentaje indicado, no se debe tener en cuenta el monto de los honorarios de los
profesionales que han representado, patrocinado o asistido a la parte condenada en costas.
Efectos normales:
1. Por cumplimiento voluntario del deudor: Cuando el deudor cumple voluntariamente y espontáneamente con
lo prometido. Esto es lo que ocurre en la mayoría de las obligaciones.
2. Por cumplimiento forzado: Si el deudor no cumplió voluntariamente, la ley da al acreedor los medios
legales para obligarlo a cumplir. ART. 730 inc. a.
3. Por cumplimiento por otro, a costa del deudor: El campo de aplicación de este supuesto tiene lugar cuando
lo que se debe dar son cosas inciertas (fungibles o no) y por supuesto, sumas de dinero. ART. 730 inc. b.
Efecto anormal: Es la indemnización. Si el cumplimiento voluntario, cumplimiento forzado o cumplimiento por
otro no fue posible, le queda al acreedor el derecho a obtener del deudor el pago de las indemnizaciones
correspondientes. ART. 730 inc. c.
Efectos auxiliares: Tienden a proteger el crédito del acreedor y el patrimonio del deudor, evitando maniobras
del deudor para no cumplir. Abarcan:
1. Las medidas precautorias o cautelares: Que pueden ser solicitadas antes o después de deducida la
demanda judicial y presuponen la verosimilitud del derecho invocado. Su finalidad es “asegurar
provisionalmente el cumplimiento de la sentencia” que se vaya a dictar más adelante y evitar que el
acreedor sufra “un perjuicio grave e irreparable”.
2. Las acciones de integración y deslinde del patrimonio que respectivamente tienden a recomponer un
patrimonio desintegrado por un acto simulado (acción de simulación) o fraudulento (acción revocatoria),
o a reemplazar al deudor inactivo en la percepción de sus propios créditos (acción subrogatoria, indirecta
u oblicua); o en el caso de deslinde, a evitar que se confundan dos patrimonios distintos, con desmedro
de los acreedores de uno de sus titulares (acción de separación de patrimonios).
Modos de hacerla efectiva:
- Compulsión personal: Un mecanismo para vencer la resistencia del deudor es su compulsión personal. Se
hace efectiva según los sistemas y las épocas a través de 2 vías fundamentales, una de ellas es la prisión por
deudas y el contempt of court en el derecho anglosajón.
En la actualidad la tendencia universal es adversa a la prisión por deudas, conforme al art 75 inc22 CN, no
podrá ser restablecida en Argentina.
Prisión por deudas: Es el caso en que el deudor por la sola circunstancia de serlo puede ser sometido a
prisión, hoy en día está en desuso. Esta coexistió con el CC que comenzó a regir el 1° de enero de 1871 por
medio de la ley 340.
Evolución histórica: En Roma se ideo un sistema para obligarse que se llamaba nexum, donde el deudor
“se vendía” al acreedor a través de la “mancipatio”, garantizando con su propia libertad personal el pago de
la deuda. Muchos deudores que sobre todo eran plebeyos, fueron objetos de abusos. La ley Poetelia Papiria
(326 a. C) abolió indirectamente el nexum al impedir que los deudores fueran encadenados, vendidos o
muertos, estableciendo entre deudor y acreedor un vínculo jurídico garantizado por el patrimonio del
deudor, en lugar del vínculo físico que devenía del nexum. Sin embargo si un deudor no cumplía con lo
adeudado y se realizaba según el procedimiento de la “legis actiones”, la parte declarativa del proceso
constatándose el incumplimiento, existía luego de pasados los 30 días en que el deudor no cumplía, la
posibilidad de ejercer la acción ejecutiva de la “manus iniectio” por la cual el acreedor podía peticionar la
entrega del deudor para llevarlo a su casa y tenerlo allí en prisión bajo ciertos requisitos (llevarlo y
exponerlo en el mercado, darle de comer mínimamente si el deudor no poseía bienes propios y luego
venderlo como esclavo fuera de Roma, o repartirse su cuerpo entre los acreedores).
Fue recién con el procedimiento de la “Bonorum Venditio” de la época republicana que comenzó a
accionarse contra el patrimonio del deudor, vendiéndolo en bloque, en pública subasta. Los griegos también
conocieron la prisión por deudas, en cárceles privadas. La prisión por deudas civiles en Atenas desapareció
gracias a Solón. En el siglo XV en Castilla fue restablecida la prisión por deudas para judíos y musulmanes
La Revolución Francesa fue la que proclamó la prohibición de la prisión por deudas. Internacionalmente en
la Edad Contemporánea hay varios tratados que declaran esta protección del deudor civil y comercial frente
a la restricción de su libertad por el no pago de sus deudas. El artículo 11 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos proclama que ninguna persona podrá ser encarcelada solamente por no poder
cumplir con una obligación surgida de un contrato. En el mismo sentido, el inciso 7 del artículo 7 de la
Convención Americana de Derechos Humanos prescribe que no podrá nadie ser detenido a causa de deudas,
salvo por deberes alimentarios.
En Argentina fue Sarmiento quien abolió la prisión por deudas a través de la ley 514 para causas civiles y
mercantiles (1872) dejando como excepción los casos de quiebra mercantil y la insolvencia fraudulenta.
Cuando ya son delitos previstos en el Código Penal como sucede con la quiebra fraudulenta, sí corresponde
aplicar las penas previstas en la legislación penal
Ejecución forzada
- Concepto: Es la que opera con intervención judicial, antes el incumplimiento del deudor. ART. 730 inc. a)
emplear los medios legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado;
- Limitaciones en las obligaciones de hacer y no hacer:
ART. 777.- Ejecución forzada: El incumplimiento imputable de la prestación le da derecho al acreedor a:
a) exigir el cumplimiento específico;
b) hacerlo cumplir por terceros a costa del deudor;
c) reclamar los daños y perjuicios.
ART. 778.- Obligación de no hacer: Es aquella que tiene por objeto una abstención del deudor o tolerar una
actividad ajena. Su incumplimiento imputable permite reclamar la destrucción física de lo hecho, y los daños y
perjuicios.
Sanciones conminatorias
- Concepto: Las sanciones conminatorias se relacionan con el cumplimiento específico de la obligación.
Procuran vencer la resistencia del deudor renuente, que deliberadamente permanece en situación de
incumplimiento, al imponerle estas penas económicas acumulativas, conocidas también en nuestro medio
como “astreintes”, por su denominación francesa. A su respecto, se ha dicho que constituyen un moderno
sustituto de la antigua prisión por deudas.
- Naturaleza jurídica: Constituye un medio de compulsión del deudor lo que excluye que se trate.
o De una multa civil, porque tal sanción se aplica a una conducta ya obrada y la astreinte persigue que
en lo futuro el deudor deje de resistir el cumplimiento de sus deberes
o De una indemnización de daños constituyen un medio de compulsión del deudor.
Art. 37. CPCCN - Los jueces y tribunales podrán imponer sanciones pecuniarias compulsivas y progresivas
tendientes a que las partes cumplan sus mandatos, cuyo importe será a favor del litigante perjudicado por el
incumplimiento.
Podrán aplicarse sanciones conminatorias a terceros, en los casos en que la ley lo establece.
Las condenas se graduarán en proporción al caudal económico de quien deba satisfacerlas y podrán ser
dejadas sin efecto, o ser objeto de reajuste, si aquél desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente
su proceder.
a) Carácter conminatorio: Suponen una especie de apremio para el cumplimiento de los mandatos
judiciales, de allí que no dependen en principio de los daños sufridos por el acreedor, pudiendo incluso
aplicarse ante el incumplimiento de deberes sin contenido patrimonial (ej., ante el incumplimiento del
régimen de visitas a los hijos).
b) Provisionalidad: Estas sanciones pueden ser dejadas sin efecto o reajustadas, si el deudor desiste de su
resistencia y justifica total o parcialmente su proceder, es decir que no hay cosa juzgada a su respecto.
Pueden incluso dejarse sin efecto luego de admitidas, debiendo en su caso devolverlas el acreedor por
haber cesado la causa para su conservación.
c) Discrecionalidad: Su aplicación y, en su caso, entidad, dependen del prudente arbitrio judicial, a
ejercerse teniendo en cuenta las circunstancias y finalidad de la medida.
d) Ejecutabilidad: Pueden hacerse efectivas sobre el patrimonio del deudor. Así las cosas, consentida o
ejecutoriada la sentencia que dispone la sanción conminatoria, puede ejecutarse ésta por el
procedimiento de ejecución de sentencias.
e) Petición de parte: Las condenaciones conminatorias se disponen previa petición de la parte interesada.
Punto de partida y cesación
- Punto de partida: Las astreintes rigen solo si la resolución judicial que las impone esta ejecutoriada, o sea
si no existe contra ella recurso procesal alguno. Sin embargo si la imposición de astreintes por el juzgado de
1ª instancia fue efectuada para regir a partir de la notificación de la resolución respectiva, debe computarse
desde dicha notificación, una vez que el tribunal de alzada confirma el pronunciamiento de primera
instancia (por aplicación de principios generales).
- Cesación: Las astreintes cesan, por:
1. Vía principal: Cuando el deudor las paga, o cuando son dejadas sin efecto.
2. Vía accesoria: Cuando se extingue la obligación en razón de la cual fueron impuestas, o el acreedor
recibe lo debido sin hacer reserva de las astreintes.
- Las “astreintes” y la indemnización: comparación, el problema de la acumulación.
Relaciones con la indemnización: La indemnización corresponde a un daño efectivamente sufrido por el
acreedor, guarda equivalencia con este. Las astreintes responden a otras ideas: no precisan la existencia de daño
y si lo hay se independizan de su cuantía.
Las astreintes se relacionan con la fortuna del destinatario de la imposición, la cual en principio es ajena a la
determinación del daño.
La indemnización comporta para el acreedor un derecho adquirido en los términos del art. 17 de la CN en tanto
que las astreintes son por su propia naturaleza provisionales no definitivas.
Acumulabilidad: No obstante, que las “Astreintes” y la “Indemnización” responden a distintas categorías, no
son acumulables. Se discute si el acreedor tiene derecho a sumar su crédito por la indemnización al crédito por
las astreintes. Esto tiene 2 posturas, uno la negativa, entendiendo que:
Si el monto del daño es superior al de la astreinte, el acreedor puede reclamar el total de la indemnización,
respecto del cual la cuantía debida en concepto de astreinte funcionará como monto a cuenta del total. Si la
astreinte es mayor que el daño, el acreedor podrá reclamar el total de aquella porque la astreinte procede aunque
no haya daño alguno y además porque el damnificado no puede ser doblemente indemnizado ni debe lucrar a
expensas del responsable.
La positiva, predica el derecho de acumular ambos créditos. Pero en todo caso la astreinte está “destinada a
vencer la resistencia del deudor”.
Ejecución por un tercero
Concepto: El acreedor tiene derecho, respecto del bien que constituye el objeto de la obligación. Mediante la
actividad de un tercero, el acreedor satisface su interés específicamente y obtiene su finalidad, siempre “a costa
del deudor”.
ART. 730.- Efectos con relación al acreedor. La obligación da derecho al acreedor a:
b) hacérselo procurar por otro a costa del deudor;
ART. 881.- Ejecución de la prestación por un tercero: La prestación también puede ser ejecutada por un tercero,
excepto que se hayan tenido en cuenta las condiciones especiales del deudor, o hubiere oposición conjunta del
acreedor y del deudor. Tercero interesado es la persona a quien el incumplimiento del deudor puede causar un
menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la oposición individual o conjunta del acreedor y del deudor.
Efecto con relación al deudor
ART. 731.- Efectos con relación al deudor: El cumplimiento exacto de la obligación confiere al deudor el
derecho a obtener la liberación y el de rechazar las acciones del acreedor.
ART. 776.- Incorporación de terceros: La prestación puede ser ejecutada por persona distinta del deudor, a no
ser que de la convención, de la naturaleza de la obligación o de las circunstancias resulte que éste fue elegido
por sus cualidades para realizarla personalmente. Esta elección se presume en los contratos que suponen una
confianza especial.
ART. 777.- Ejecución forzada: El incumplimiento imputable de la prestación le da derecho al acreedor a:
a) exigir el cumplimiento específico;
b) hacerlo cumplir por terceros a costa del deudor;
c) reclamar los daños y perjuicios.
Ejecución indirecta: UNIDAD 5.
3. Solvencia del deudor: Si bien el deudor tiene el derecho de liberarse de su obligación mediante el pago al
acreedor, tal derecho no puede ejercerse en forma abusiva en detrimento de los demás acreedores. Por ello
el pago efectuado a un acreedor por un deudor insolvente, en perjuicio de otros acreedores, no podrá
oponerse a los demás acreedores.
ART. 876.- Pago en fraude a los acreedores: El pago debe hacerse sin fraude a los acreedores. En este
supuesto, se aplica la normativa de la acción revocatoria y, en su caso, la de la ley concursal.
4. Titularidad de la cosa objeto del pago: En principio, en las obligaciones de dar cosas ciertas para constituir
derechos reales, el deudor debe ser propietario de la cosa para que el pago resulte válido. Pero tal principio
no resulta absoluto, pues puede comprometerse válidamente la entrega de una cosa ajena, siempre que se
cumplan ciertos requisitos. Podría así el solvens obligarse a transmitir o hacer transmitir el dominio de cosas
o bienes de terceros, debiendo indemnizar los daños causados si tal cometido no se cumple habiendo él dado
garantías al respecto, o bien si no se cumple por su culpa, cuando él se comprometió a emplear los medios
necesarios para que la prestación se realice.
ART. 878.- Propiedad de la cosa: El cumplimiento de una obligación de dar cosas ciertas para constituir
derechos reales requiere que el deudor sea propietario de la cosa. El pago mediante una cosa que no
pertenece al deudor se rige por las normas relativas a la compraventa de cosa ajena.
Sujetos del pago
Legitimación activa Solvens
ART. 875.- Validez: El pago debe ser realizado por persona con capacidad para disponer.
ART. 879.- Legitimación activa: El deudor tiene el derecho de pagar. Si hay varios deudores, el derecho de
pagar de cada uno de ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación.
Tienen derecho a realizar un pago válido las siguientes personas:
El deudor: Se trata del interesado principal en el cumplimiento de la obligación y por ello tiene derecho a
pagar.
ART. 880.- Efectos del pago por el deudor: El pago realizado por el deudor que satisface el interés del
acreedor, extingue el crédito y lo libera.
Si los deudores son varios, el derecho a pagar de cada uno de ellos se rige por las disposiciones
correspondientes a la categoría de su respectiva obligación (art. 879). Es decir, que los deudores pueden ser
únicos o plurales, dependiendo del tipo de obligación.
Capacidad:
ART. 875.- Validez: El pago debe ser realizado por persona con capacidad para disponer.
El pago realizado por un incapaz o por una persona con capacidad restringida, podrá ser considerado nulo
relativamente, a instancias del solvens y si tal efecto le beneficia. Pero asimismo podrá sanearse por la
confirmación del acto y por la prescripción de la acción (art. 388).
Terceros: Aquellas personas que no son parte de una relación jurídica, es decir, ajenas a la obligación de la
misma.
- Interesados: Es aquel a quien el incumplimiento del deudor puede causar un daño patrimonial. Así,
por ejemplo, el tercero poseedor de un inmueble hipotecado puede estar interesado en pagar la deuda
aun sin ser deudor, para no perder la cosa.
ART. 881.- Ejecución de la prestación por un tercero: La prestación también puede ser ejecutada por
un tercero, excepto que se hayan tenido en cuenta las condiciones especiales del deudor, o hubiere
oposición conjunta del acreedor y del deudor. Tercero interesado es la persona a quien el
incumplimiento del deudor puede causar un menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la oposición
individual o conjunta del acreedor y del deudor.
Interpretación: El 3º interesado puede pagar aun contra la voluntad del acreedor y deudor.
a) Si se tuvieron en cuenta las condiciones especiales del deudor: En estos casos, los terceros no
tienen derecho a efectuar un pago válido. Así, por ejemplo, no interesará al paciente, su atención
por un médico del equipo de un neurocirujano especialmente seleccionado, si justamente tal jefe
de equipo fue especialmente tenido en miras al contratar. Este ejemplo podrá tener limitaciones en
el contexto de servicios prestados por obras sociales y empresas de medicina prepaga. Por lo
demás, si el acreedor decide aceptar el pago por el tercero, se extinguirá la obligación.
b) Si hubiere oposición conjunta del acreedor y del deudor: Los terceros no interesados no tienen el
derecho de pagar, pero sí lo tienen los terceros interesados.
c) Si hubiere oposición del acreedor o del deudor: El tercero interesado puede pagar en estos
supuestos, ya que la ley no lo ha vedado.
Ahora bien, cuando quien paga es un tercero, el crédito en sí no se extingue aunque el acreedor
pueda ver satisfecho su crédito. Ello es así, pues el tercero pagador podrá reclamarle el pago al
deudor.
- No interesados: Son los que no tienen ningún interés en la obligación, y que por lo tanto, no sufren
daño alguno si la obligación se cumple o no.
El tercero no interesado puede pagar pero carece de derecho a ello (ius solvendi). Puede pagar en la
ignorancia y aún en contra de la voluntad del deudor, pero no pueden hacerlo si el acreedor se opone a
recibir el pago. La ley no debe admitir la consignación.
Los representantes del deudor: Éstos también son legitimados activos, salvo el supuesto de obligaciones
intuitu personae, que sólo pueden ser satisfechas por el propio deudor en razón, de sus condiciones
personales. Cabe distinguir los siguientes supuestos:
a) Representantes legales (padres, tutores, curadores): Pueden realizar un pago válido en la medida en que
tengan facultades al efecto. Así, por ejemplo, a efectos de adquirir bienes con el producto de una
indemnización obtenida por el daño sufrido por el hijo menor de edad, pupilo o curado, a nombre de
éste y proceder al pago correspondiente, se requerirá la opinión del Asesor de Menores y luego el juez
podrá autorizar la realización del acto y el pago correspondiente.
b) Representantes voluntarios (mandatarios): Si el pago supone un acto ordinario de administración, es
suficiente si cuentan con poder general.
Los sucesores: Si la deuda se transmite a personas que pasan a ocupar el lugar del deudor por un negocio
jurídico entre vivos, o bien por causa de muerte, tales personas (sucesoras del deudor), también quedarán
legitimadas para realizar un pago válido.
Efectos del pago por terceros en sus relaciones con el deudor, con el acreedor y entre deudor y acreedor
ART. 882.- Efectos que produce la ejecución de la prestación por un tercero. La ejecución de la prestación por
un tercero no extingue el crédito. El tercero tiene acción contra el deudor con los mismos alcances que:
a) el mandatario que ejecuta la prestación con asentimiento del deudor;
b) el gestor de negocios que obra con ignorancia de éste;
c) quien interpone la acción de enriquecimiento sin causa, si actúa contra la voluntad del deudor.
Puede también ejercitar la acción que nace de la subrogación por ejecución de la prestación por un tercero.
Interpretación: El tercero pagador podrá reclamarle el pago al deudor:
a) Si hubo asentimiento del deudor: El tercero pagador queda colocado en la situación de un verdadero
mandatario y podrá iniciar la acción derivada del mandato, reclamando todos los gastos realizados en cuanto
fueren razonables (art. 1328), como asimismo la retribución correspondiente, haya sido ésta pactada, prevista en
la ley o subsidiariamente, fijada por un juez (arts. 1322 y 1328).
b) Si hubo ignorancia del deudor: En este supuesto, el tercero habrá actuado como un gestor de negocios (conf.
art. 1781), y siempre que su gestión hubiere sido conducida útilmente, podrá iniciar la acción respectiva que le
permitirá: a) recuperar el valor de los gastos necesarios y útiles con los intereses legales computados desde el
día en que tales gastos fueron hechos; y b) obtener la remuneración de su gestión, si ésta correspondiere al
ejercicio de su actividad profesional, o si ello resultare equitativo en función de las circunstancias del caso
(conf. art. 1785). Ello será así, aun si la ventaja que debía resultar de la gestión no tuvo lugar o bien si cesó.
c) Si hubo oposición del deudor: El solvens podrá recurrir a la actio in rem verso, como acción propia derivada
del enriquecimiento sin causa, que le permitirá recuperar lo pagado pero sólo en la medida en que le hubiere
sido útil al deudor (conf. art. 1794 CCyCN). En su caso, podrá también ejercitar la acción de pago por
subrogación, en los términos del art. 914 y subsiguientes del Código Civil. Finalmente, si el pago por el tercero
proviene de un contrato con el acreedor o con el deudor, podrán resultar aplicables las disposiciones sobre
cesión de deudas (arts. 1632 a 1635).
ART. 914.- Pago por subrogación: El pago por subrogación transmite al tercero que paga todos los derechos y
acciones del acreedor. La subrogación puede ser legal o convencional.
ART. 915.- Subrogación legal: La subrogación legal tiene lugar a favor:
a) del que paga una deuda a la que estaba obligado con otros, o por otros;
b) del tercero, interesado o no, que paga con asentimiento del deudor o en su ignorancia;
c) del tercero interesado que paga aun con la oposición del deudor;
d) del heredero con responsabilidad limitada que paga con fondos propios una deuda del causante.
ART. 916.- Subrogación convencional por el acreedor: El acreedor puede subrogar en sus derechos al tercero
que paga.
ART. 917.- Subrogación convencional por el deudor: El deudor que paga al acreedor con fondos de terceros
puede subrogar al prestamista. Para que tenga los efectos previstos en estas normas es necesario que:
a) tanto el préstamo como el pago consten en instrumentos con fecha cierta anterior;
b) en el recibo conste que los fondos pertenecen al subrogado;
c) en el instrumento del préstamo conste que con ese dinero se cumplirá la obligación del deudor.
ART. 918.- Efectos: El pago por subrogación transmite al tercero todos los derechos y acciones del acreedor, y
los accesorios del crédito. El tercero subrogante mantiene las acciones contra los coobligados, fiadores, y
garantes personales y reales, y los privilegios y el derecho de retención si lo hay.
ART. 919.- Límites: La transmisión del crédito tiene las siguientes limitaciones:
a) el subrogado sólo puede ejercer el derecho transferido hasta el valor de lo pagado;
b) el codeudor de una obligación de sujeto plural solamente puede reclamar a los demás codeudores la parte que
a cada uno de ellos les corresponde cumplir;
c) la subrogación convencional puede quedar limitada a ciertos derechos o acciones.
ART. 920.- Subrogación parcial: Si el pago es parcial, el tercero y el acreedor concurren frente al deudor de
manera proporcional.
Deberes del solvens Quien paga está sometido al cumplimiento de ciertos deberes:
1. Buena fe: El cumplimiento o pago, que hace el deudor debe ser de buena fe, o sea de acuerdo a lo que se
entendió o debió entenderse, obrando con cuidado y previsión; también debe obrar de buena fe con relación
a sus demás acreedores; en caso contrario procede la revocación del pago.
2. Deberes complementarios: El deudor está obligado a realizar todo aquello que expresa o implícitamente esté
comprendido en la deuda y en su cumplimiento. Ej., si debe entregar una cosa cierta, debe entregar también
sus accesorios; conservar la cosa en buen estado hasta su entrega; etc.
Legitimación pasiva Accipiens
ART. 883.- Legitimación para recibir pagos: Tiene efecto extintivo del crédito el pago hecho:
a) al acreedor, o a su cesionario o subrogante; si hay varios acreedores, el derecho al cobro de cada uno de
ellos se rige por las disposiciones correspondientes a la categoría de su obligación;
b) a la orden del juez que dispuso el embargo del crédito;
c) al tercero indicado para recibir el pago, en todo o en parte;
d) a quien posee el título de crédito extendido al portador, o endosado en blanco, excepto sospecha fundada de
no pertenecerle el documento, o de no estar autorizado para el cobro;
e) al acreedor aparente, si quien realiza el pago actúa de buena fe y de las circunstancias resulta verosímil el
derecho invocado; el pago es válido, aunque después sea vencido en juicio sobre el derecho que invoca.
Interpretación inc. a: En el caso de obligaciones de sujeto plural, se halla legitimado para recibir el pago: a)
cualquiera de los acreedores, si la obligación es indivisible o solidaria. Sin embargo, si el deudor hubiere sido
ya demandado por uno de los acreedores, en función del llamado "principio de prevención", será ese acreedor el
único legitimado al cobro, y b) cada uno de los acreedores por su propia cuota, si la obligación es divisible o
simplemente mancomunada.
El acreedor, capacidad para recibir el pago
ART. 885.- Pago a persona incapaz o con capacidad restringida y a tercero no legitimado: No es válido el pago
realizado a una persona incapaz, ni con capacidad restringida no autorizada por el juez para recibir pagos, ni a
un tercero no autorizado por el acreedor para recibirlo, excepto que medie ratificación del acreedor. No
obstante, el pago produce efectos en la medida en que el acreedor se ha beneficiado.
Representantes del acreedor
- Los representantes legales (padres, tutores, curadores) pueden recibirlo, sin perjuicio de las limitaciones
aplicables en materia de inversión de lo percibido.
- Los representantes voluntarios (mandatarios), les será suficiente contar con un poder general, para realizar
cobros en el contexto de actos ordinarios de administración.
Terceros habilitados: Son personas habilitadas para recibir válidamente el pago, aún cuando dicho pago no
resulte totalmente satisfactorio para el verdadero acreedor. Comprende distintos casos:
Tercero indicado: Es la persona indicada en el título de la obligación para que se le haga el pago, y a ella
deberá pagársele “aunque se oponga el acreedor”. Esta figura (conocida en el Dcho. Romano como “adjetus
solutionis gratia”) es una especie de mandato, pero mientras éste es revocable, el tercero indicado en el
título no puede ser removido.
Tenedor del título al portador: Si alguien presenta al cobro un título de crédito (Ej., letra de cambio, cheque,
pagaré, etc.) al portador, a él deberá pagarle el deudor, salvo que éste sepa que el título es robado o hurtado,
o que tenga graves sospechas de que no pertenece a quien lo presenta.
Acreedor aparente: Es la persona que a los ojos de todos ostenta la calidad de acreedor, aunque en realidad
no lo sea (Ej., el heredero aparente). El pago hecho al acreedor aparente es válido y libera al deudor,
siempre que de parte de éste haya habido buena fe (creer que estaba pagando al acreedor verdadero).
Efectos del pago a terceros habilitados con relación al acreedor: Este pago libera al deudor aunque no satisfaga
al acreedor, así se da en todos los casos analizados sea el tercero indicado (éste y el acreedor deberán ajustar
sus derechos según los términos de la relación interna que los une); sea un tenedor de un título de crédito (lo
cobra sin ser acreedor, debe restituir lo mal habido al verdadero acreedor del documento) y asimismo sucede
con el acreedor aparente (queda obligado hacia el verdadero acreedor: si actuó de buena fe, por aplicación de
las reglas de la acción “in rem verso”; si actuó de mala fe, según la normativa de la responsabilidad
contractual).
Tercero no autorizados Efectos del pago que se les hace:
El pago hecho a un tercero no autorizado no libera al deudor; dicho pago no es oponible al acreedor y el deudor
deberá pagar de nuevo (“quien paga mal paga dos veces”). Excepciones: que el pago se hubiere convertido en
utilidad para el acreedor o que le acreedor lo ratificase.
Deberes del accipiens Quien recibe el pago está sujeto al cumplimiento de ciertos deberes:
1. Buena Fe: Es requerida en quien recibe el pago. El accipiens debe tratar de no perjudicar injustamente al
deudor ni a los otros acreedores, si los hubiera. Actúa de mala fe, por Ej., quien acepta recibir más de lo que
se debe o quien acepta un pago en fraude de los coacreedores. La falta de buena fe en el accipiens puede
determinar que él se vea obligado a devolver lo que ha cobrado.
2. Aceptación: Así como el deudor tiene el deber de pagar, el acreedor tiene el deber de aceptar el pago; de lo
contrario se puede configurar la “mora del acreedor” dando derecho a consignar el pago. La aceptación
puede ser expresa o tácita.
3. Cooperación: En muchos supuestos al deudor le es casi imposible cumplir si el acreedor no coopera. Ej.,
acreedor que no concurre al lugar convenido para la entrega de la cosa.
Objeto del pago
ART. 867.- Objeto del pago: El objeto del pago debe reunir los requisitos de identidad, integridad, puntualidad
y localización.
Identidad ¿Qué se debe pagar?
ART. 868.- Identidad: El acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene derecho a cumplir una
prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor.
Es que al constituir el pago el cumplimiento de la obligación específica, hace a su esencia que se entregue, se
haga o se omita aquello que se debe. Por ello, el deudor debe entregar al acreedor la misma cosa a cuya entrega
se obligó, o bien ejecutar, o abstenerse del hecho originariamente debido; sin que pueda exigirse al accipiens
que reciba en pago cosas, hechos u abstenciones que no correspondieran al objeto de la obligación. Las
pequeñas variaciones en la prestación deben ser analizadas caso a caso, en base a la buena fe y teniéndose en
cuenta los alcances del abuso de derecho.
Propiedad de la cosa
ART. 878.- Propiedad de la cosa: El cumplimiento de una obligación de dar cosas ciertas para constituir
derechos reales requiere que el deudor sea propietario de la cosa. El pago mediante una cosa que no pertenece al
deudor se rige por las normas relativas a la compraventa de cosa ajena.
Interpretación: El solvens debe ser propietario de la cosa que transmite. Si ella es ajena el pago está viciado y el
acreedor puede demandar por nulidad, salvo que el propietario de la cosa ratifique el pago o que el solvens pase
a ser propietario de la cosa en virtud de sucesión universal o singular. Al verdadero dueño de la cosa el pago no
le es oponible y podrá demandar su reivindicación o la indemnización por daños y perjuicios.
Disponibilidad
ART. 877.- Pago de créditos embargados o prendados: El crédito debe encontrarse expedito. El pago de un
crédito embargado o prendado es inoponible al acreedor prendario o embargante.
Interpretación: Para que el pago sea eficaz es necesario que el “solvens” tenga la libre disponibilidad de la cosa
con la que paga. Hay indisponibilidad en tres casos: a) embargo de la cosa; b) embargo del crédito y c) prenda
al crédito. Al acreedor prendario y al embargante no se le podrá oponer el pago y el deudor deberá pagarles
también a ellos, ya que el que paga mal paga dos veces.
Ausencia de fraude
ART. 876.- Pago en fraude a los acreedores: El pago debe hacerse sin fraude a los acreedores. En este supuesto,
se aplica la normativa de la acción revocatoria y, en su caso, la de la ley concursal.
Interpretación: El pago hecho en fraude de los acreedores es ineficaz. El pago hecho en fraude de algún
acreedor es inoponible a éste.
Causa del pago
- Causa fuente del pago: Es la deuda anterior que sirve de antecedente al pago, es decir, es la obligación de la
cual procede el pago.
- Causa fin del pago: Es pagar y extinguir la deuda. Cuando se realiza un pago “sin causa” (Ej., sin motivo;
sin que exista una deuda anterior; bajo el error de estar pagando algo cuando en realidad se está pagando
otra cosa; etc.), procede la repetición porque hay un enriquecimiento ilícito (es cuando se produce un
aumento en el patrimonio de una persona, sin causa justa y en desmedro de los derechos de otro, quien
consecuentemente, sufre un empobrecimiento).
Circunstancias del pago: Ambas son subsidiarias a la voluntad de las partes, en caso de que no acuerden nada,
se aplican los principios del CCyC.
Lugar del pago
ART. 873.- Lugar de pago designado: El lugar de pago puede ser establecido por acuerdo de las partes, de
manera expresa o tácita.
ART. 874.- Lugar de pago no designado: Si nada se ha indicado, el lugar de pago es el domicilio del deudor al
tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se muda, el acreedor tiene derecho a exigir el pago en el
domicilio actual o en el anterior. Igual opción corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el domicilio
del acreedor.
Esta regla no se aplica a las obligaciones:
a) de dar cosa cierta; en este caso, el lugar de pago es donde la cosa se encuentra habitualmente;
b) de obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo; en este supuesto, lugar de pago es donde debe
cumplirse la prestación principal.
a) notificar previamente al acreedor, en forma fehaciente, del día, la hora y el lugar en que será efectuado el
depósito;
b) efectuar el depósito de la suma debida con más los intereses devengados hasta el día del depósito; este
depósito debe ser notificado fehacientemente al acreedor por el escribano dentro de las cuarenta y ocho
horas hábiles de realizado; si es imposible practicar la notificación, el deudor debe consignar judicialmente.
ART. 911.- Derechos del acreedor: Una vez notificado del depósito, dentro del quinto día hábil de notificado, el
acreedor tiene derecho a:
a) aceptar el procedimiento y retirar el depósito, estando a cargo del deudor el pago de los gastos y honorarios
del escribano;
b) rechazar el procedimiento y retirar el depósito, estando a cargo del acreedor el pago de los gastos y
honorarios del escribano;
c) rechazar el procedimiento y el depósito, o no expedirse. En ambos casos el deudor puede disponer de la
suma depositada para consignarla judicialmente.
ART. 912.- Derechos del acreedor que retira el depósito: Si el acreedor retira lo depositado y rechaza el pago,
puede reclamar judicialmente un importe mayor o considerarlo insuficiente o exigir la repetición de lo pagado
por gastos y honorarios por considerar que no se encontraba en mora, o ambas cosas. En el recibo debe hacer
reserva de su derecho, caso contrario se considera que el pago es liberatorio desde el día del depósito. Para
demandar tiene un término de caducidad de treinta días computados a partir del recibo con reserva.
ART. 913.- Impedimentos: No se puede acudir al procedimiento previsto en este Parágrafo si antes del
depósito, el acreedor optó por la resolución del contrato o demandó el cumplimiento de la obligación.
UNIDAD 4: INCUMPLIMIENTO
Incumplimiento: es la falta de realización de la acción u omisión acordada en origen de la relación jurídica,
tanto por realización incompleta, defectuosa o irregular, dando lugar a consecuencias jurídicas para el deudor
"Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus
obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor
de aquélla."
Sin embargo, en determinadas ocasiones la falta de cumplimiento no implica responsabilidad del deudor, como
es el caso de lo establecido en el "La indemnización de daños y perjuicios comprende, no sólo el valor de la
pérdida que hayan sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener el acreedor.
El incumplimiento de una obligación puede ser voluntario o involuntario, es decir imputable o
inimputable al deudor, si el incumplimiento es voluntario es decir el deudor podría cumplir (está en
condiciones de hacerlo) pero no lo hace sea dolosamente o al menos con culpa o mala voluntad, se está ante una
situación de morosidad, es decir queda en una situación de mora el deudor
- Imputable: El deudor responde ante su incumplimiento, es decir, es obligado a indemnizar. Puede ser:
subjetivo, incluyendo la culpa (negligencia, imprudencia, impericia) y el dolo (intención de dañar, vicio
del acto jurídico); u objetivo, en donde lo que se analiza no son circunstancias interiores sino el
resultado.
- Inimputable: El deudor no responde ante el incumplimiento, el acreedor no recibe indemnizaciones.
Incumplimiento absoluto y relativo
- Absoluto: Completamente, definitivo.
- Relativo: Defectuoso, temporal.
Tipos:
o Compensatoria: aquella que se genera para reemplazar el valor de la prestación incumplida. Funciona
en caso de incumplimiento definitivo de la obligación principal y es una liquidación anticipada de la
indemnización para el supuesto de incumplimiento de la prestación
o Moratoria: está destinada a indemnizar el daño moratorio, el retardo. El acreedor de una obligación
que tiene una cláusula penal moratoria, ante el incumplimiento en tiempo y forma del deudor, va a
poder reclamar el cumplimiento de la prestación más el daño moratorio. La cláusula penal ejerce una
presión psicológica sobre el deudor, ya que, si tarda en cumplir, deberá además pagar la multa.
Con el art 730 autoriza a todo acreedor a hacerse procurar el objeto de la obligación por terceros.
Si el deudor ejecuta el hecho vedado, violando su obligación, el acreedor tiene derecho a que se destruya
lo hecho, o a exigir al debitar la indemnización de los daños causados, más los intereses.
Cuando el incumplimiento de la obligación es defenitivo porque el daño ya se ha consumado
totalmente ,resulta de aplicación el art 634 que dispone si no fuere posible destruir lo que se hubiese
hecho,el acreedor tendrá derecho a pedir los perjuicios o intereses que le trajere la ejecución del hecho ,
sin lugar a dudas la posibilidad que establece el nuevo art 778 ccyc , en cambio en otros supuestos el
incumplimiento de la obligación de no hacer es continuado en el tiempo , o perdura durante un tiempo,
en esos casos puede resultar útil la aplicación de astreintes sanciones valuadas en dinero en perjuicio del
deudor que se encuentran realizado al hecho vedado, además es del pago de los daños por el
incumplimiento ya producido.
Derechos del acreedor (acciones posibles)
Acción pauliana o revocatoria :es un mecanismo de defensa de los acreedores, derecho de obligaciones,
mediante el cual éstos pueden solicitar la revocación de actos realizados por el deudor en su perjuicio.
Para poder ejercer la acción pauliana, el deudor tiene que estar en estado de insolvencia
Acción oblicua : permite a los acreedores ejercitar los derechos que su deudor tiene, con el objetivo de
cubrir a su vez los créditos a su favor y extinguir la deuda.
Como ejemplo tenemos que si un heredero que tiene deudas renuncia a los derechos hereditarios a virtud
de los cuales tendría recursos para satisfacer el pago de tales deudas, le asiste a los acreedores el derecho
de concurrir al proceso sucesorio y aceptar en su nombre la herencia.
Acción de retención: Facultad que el ordenamiento jurídico otorga en cierto tipo de relaciones
jurídicas a los acreedores para retener una cosa que tiene en su poder en virtud de la obligación que le
une con el deudor hasta que éste cumpla la prestación que le corresponde o pague lo debido
con relación a la cosa ,si mientras el acreedor retiene la prenda, el deudor contrajese con él otra deuda
exigible antes de haberse pagado la primera, podrá aquél prorrogar la retención hasta que se le satisfagan
ambos créditos, aunque no se hubiese estipulado la sujeción de la prenda a la seguridad de la segunda
deuda (Art. 1866 ,Código Civil)
Antijuricidad: es la infracción de un deber jurídico establecido en una norma o regla de derecho, comporta la
violación del ordenamiento jurídico.
1. Antijuridicidad formal: La antijuridicidad formal no es más que la oposición entre un hecho y la norma
jurídica positiva.
2. Antijuridicidad material: Se dice que una conducta es materialmente antijurídica cuando, habiendo
transgredido el ordenamiento jurídico (no solo una ley) tiene, además, se opone a los intereses sociales o es
nocivo para la sociedad lesionando o poniendo en peligro con ello un bien jurídico que el ordenamiento
desea proteger.
b) el cumplimiento tempestivo de la prestación es condición del mantenimiento del interés del acreedor;
d) el incumplimiento es intencional;
e) el incumplimiento ha sido anunciado por una manifestación seria y definitiva del deudor al acreedor.
ARTICULO 1090.-Frustración de la finalidad. La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a
la parte perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter extraordinario de las
circunstancias existentes al tiempo de su celebración, ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la
que es afectada. La resolución es operativa cuando esta parte comunica su declaración extintiva a la otra. Si la
frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución sólo si se impide el cumplimiento oportuno
de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial.
ARTICULO 956.-Imposibilidad temporaria. La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y temporaria
de la prestación tiene efecto extintivo cuando el plazo es esencial, o cuando su duración frustra el interés del
acreedor de modo irreversible.
Relación de causalidad. ... El artículo 1902 establece "el que por acción u omisión causa daño a otro,
interviniendo culpa o negligencia está obligado a reparar el daño causado" la expresión "causa daño", es
la relación necesaria que debe existir entre la acción u omisión y el daño como resultado
Unidad 5
Mora
Concepto: Es una situación específica de incumplimiento relativo en donde se afecta el término de
cumplimiento, con responsabilidad en el deudor, y caracterizada por el interés que aún guarda el acreedor en el
cumplimiento. Definimos así el concepto identificándolo con su especie más relevante, que es la mora del
deudor. Pero también es posible que el acreedor incurra en mora, o bien que exista mora recíproca del acreedor
y del deudor (esta última opción no está regulada en el código).
Por ende, se puede decir que la mora es el estado de retardo en el que incurre el deudor, o en algunos casos el
acreedor, con efectos jurídicos.
La mora requiere de 3 presupuestos previos:
1. Mora exigible.
2. Interés existente del acreedor.
Colaboración del acreedor cuando sea necesaria. Ej, si le tienen que hacer un traje a medida al acreedor, éste
debe colaborar e ir a probárselo para que tomen sus medidas
Requisitos para entrar en estado de MORA: Son sus elementos esenciales:
1. Elemento objetivo: La demora o el retraso en el cumplimiento. Tiene lugar cuando la obligación se ha
tornado exigible por vencimiento de su plazo o por cumplimiento de la condición suspensiva, y permanece
temporalmente insatisfecha la prestación.
2. Elemento subjetivo: La inejecución debe ser imputable al deudor a título de culpa o dolo, es decir, debe ser
imputable al deudor a título de un factor de atribución subjetivo (dolo y culpa). No habrá mora si el retardo
devino de un supuesto de caso fortuito o fuerza mayor.
3. Interés del acreedor en el cumplimiento: Si debido a la demora el acreedor ha perdido todo interés en el
cumplimiento de la obligación, no corresponde ya hablar de mora sino de incumplimiento definitivo. Ello
tiene lugar en las obligaciones de plazo esencial, en las que la ejecución de la prestación fuera de término
impide en forma absoluta satisfacer el interés del acreedor (v.gr., entrega del vestido de novia el día
posterior al casamiento).
4. Elemento formal: Se refiere a la constitución en mora, según la doctrina clásica, este consiste en la
interpelación. Es decir, cierto requisito es necesario para la constitución en mora sólo en ciertos supuestos,
como por ejemplo en las obligaciones a plazo tácito (interpelación), no así en las obligaciones a plazo
determinado, donde la mora se produce automáticamente.
Diversos modos de constitución en mora:
- Interpelación: Es la exigencia del cumplimiento, del pago. Se procede a esta en las obligaciones de
plazo tácito.
Automática: Se produce cuando en las obligaciones hay un plazo determinado cierto, ya que, al momento en
que este se cumple, es decir, que se vence, se está en mora
La mora automática ha sido la regla en el Código Civil argentino, desde su reforma por la ley 17.711/1968,
conservándose tal criterio en el nuevo texto legal. Si bien, la ley 26.994 modifico la mora, agregando ciertas
cuestiones, el principio general no se ha visto afectado siendo éste el de la mora automática.
Interpelación: Es la exigencia del pago, hecha por el acreedor. El acreedor exige al deudor el pago de la
prestación debida. Es un acto jurídico unilateral y tiene por fin constituir en mora al deudor para exigir el
cumplimiento de la prestación. Puede ser hecha:
- Judicialmente: Interviene un órgano jurisdiccional, como la intimación de pago.
- Extrajudicialmente: No es un acto formal, puede ser escrita o verbal, como la carta documento que
envía un abogado exigiendo el pago a su cliente.
Requisitos de la interpelación:
Requisitos intrínsecos:
- Debe ser una exigencia categórica.
- Debe referirse a la prestación debida en tiempo y modo.
- Debe contener algún apercibimiento (como apercibimiento de desalojo).
- Debe ser de cumplimiento factible (plazo razonable para el pago).
- Debe ser circunstanciado, es decir, debe indicar las circunstancias del pago (tiempo y lugar).
Requisitos extrínsecos:
- Cooperación del acreedor para que la prestación del deudor sea factible.
- El acreedor no debe haber incumplido con su deber en la obligación.
Principio general:
ART. 886.- Mora del deudor. Principio. Mora automática. Mora del acreedor: La mora del deudor se produce
por el solo transcurso del tiempo fijado para el cumplimiento de la obligación.
El acreedor incurre en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con el artículo 867 y se
rehúsa injustificadamente a recibirlo.
Interpretación: Se establece la regla general de mora automática, y con relación a cómo debe ser el plazo se
interpreta en general que éste debe ser expreso (es decir, emanado de la voluntad explícita de las partes), ya sea,
incierto o cierto.
Excepciones:
ART. 887.- Excepciones al principio de la mora automática: La regla de la mora automática no rige respecto de
las obligaciones:
a) Sujetas a plazo tácito; si el plazo no está expresamente determinado, pero resulta tácitamente de la naturaleza
y circunstancias de la obligación, en la fecha que conforme a los usos y a la buena fe, debe cumplirse;
b) Sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho; si no hay plazo, el juez a pedido de parte, lo debe fijar
mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el acreedor opte por acumular las
acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso el deudor queda constituido en mora en la fecha
indicada por la sentencia para el cumplimiento de la obligación.
En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado propiamente dicho, se considera que es tácito.
Mora en los actos ilícitos ART. 1748.- Curso de los intereses: El curso de los intereses comienza desde que
se produce cada perjuicio.
Imposibilidad de cumplimiento.Concepto:
ART. 955.- Definición: La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de la prestación,
producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue la obligación, sin responsabilidad. Si la imposibilidad
sobreviene debido a causas imputables al deudor, la obligación modifica su objeto y se convierte en la de pagar
una indemnización de los daños causados.
ART. 1732.- Imposibilidad de cumplimiento. El deudor de una obligación queda eximido del cumplimiento, y
no es responsable, si la obligación se ha extinguido por imposibilidad de cumplimiento objetiva y absoluta no
imputable al obligado. La existencia de esa imposibilidad debe apreciarse teniendo en cuenta las exigencias de
la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo de los derechos.
ART. 1731.- Hecho de un tercero: Para eximir de responsabilidad, total o parcialmente, el hecho de un tercero
por quien no se debe responder debe reunir los caracteres del caso fortuito.
Requisitos: La imposibilidad de cumplimiento como forma de extinción de las obligaciones, requiere:
Imposibilidad absoluta y objetiva de cumplimiento: Debe tener lugar una imposibilidad material (ej.,
destrucción de la cosa debida) o bien legal (ej., expropiación del bien alquilado para celebrar el casamiento).
Ésta debe ser absoluta, entendida como humanamente insuperable y a su vez objetiva, en el sentido de
referirse a la prestación en sí. Sin embargo, se entiende que puede resultar "objetiva" la imposibilidad de
materializar la prestación en el caso de obligaciones intuitu personae.
Carácter definitivo: La imposibilidad debe ser definitiva, como permanente en el tiempo, concluyente de la
posibilidad de cumplir.
Carácter sobreviviente: Debe suceder la imposibilidad luego de haberse contraído la obligación, ya que, de
haberse presentado el obstáculo insuperable antes de su inicio, la obligación no habría nacido.
Existencia de un caso fortuito o de fuerza mayor (casus): La imposibilidad no debió haber podido preverse o
de haber sido prevista, evitarse. Son requisitos del caso fortuito, además de la citada imprevisión o
inevitabilidad: el carácter extraordinario y ajeno al deudor de las circunstancias impeditivas, y en el caso de
obligaciones derivadas de los contratos, el hecho de no haber asumido él la responsabilidad por el casus.
Cabe de todos modos considerar que será nula tal asunción de responsabilidad en el caso de contratos de
consumo y laborales, si aparece como una imposición a la parte más débil de la obligación.
Imposibilidad no imputable al deudor: Si el incumplimiento se debió a la culpa o al dolo del deudor, no
operará esta causal extintiva, sino que corresponderá el pago, más la reparación de todo daño adicional
ocasionado. Podrán aplicarse límites a la responsabilidad por incumplimiento imputable, si por ejemplo, la
cosa cierta debida de todos modos hubiere perecido de hallarse oportunamente en poder del acreedor.
ART. 956.- Imposibilidad temporaria. La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y temporaria de la
prestación tiene efecto extintivo cuando el plazo es esencial, o cuando su duración frustra el interés del acreedor
de modo irreversible.
Es decir, sólo cuando se tratare de una obligación de plazo esencial (ej: confección del vestido de la novia para
el casamiento), o cuando se frustrare el interés del acreedor irreversiblemente durante la imposibilidad, podrá
extinguirse de todos modos la obligación.
Efectos: Ante la imposibilidad de pago, cumpliéndose los requisitos mencionados, la obligación se extingue y
queda liberado de responsabilidad el deudor, o bien ambas partes, si se trata de una obligación que supone
prestaciones recíprocas. Art. 955 1era parte: “La imposibilidad sobrevenida, objetiva, absoluta y definitiva de
la prestación, producida por caso fortuito o fuerza mayor, extingue la obligación, sin responsabilidad.”
Pero si la imposibilidad fuere parcial, podrá el acreedor optar por requerir el cumplimiento correspondiente con
disminución proporcional del precio, o bien los daños y perjuicios.
Finalmente, si la imposibilidad fuere temporaria, no habiéndose frustrado el interés del acreedor, podrá éste
reclamar tal cumplimiento una vez que aquella hubiere cesado.
Transformación de la obligación en el pago de daños:
Art. 955 2da parte: “Si la imposibilidad sobreviene debido a causas imputables al deudor, la obligación
modifica su objeto y se convierte en la de pagar una indemnización de los daños causados.” Y Art. 1733.
Concepto: Cuando el acreedor actúa solo y en su propio interés. Es decir, la idea de que el patrimonio es la
garantía común de los acreedores, importa que éstos pueden agredir ese patrimonio, obteniendo ejecución
forzada (venta judicial) de los bienes que lo integran, para cobrarse de su producido.
De modo que los procesos judiciales de contenido patrimonial persiguen, en primer lugar, declarar el derecho
del acreedor. El Código Procesal organiza la ejecución de sentencia, aunque, existen procesos abreviados
llamados “ejecutivos” en los que el derecho del acreedor aparece prima facie expedito y por ello, limita las
defensas del deudor y comienza por el embargo de sus bienes.
Embargo: Es una medida judicial de tipo económico por la cual se afecta uno o varios bienes del deudor al
pago del crédito reclamado. El embargo produce la individualización e indisponibilidad de los bienes
embargados y asegura al acreedor, que el importe que se obtenga de la venta judicial de los mismos, será
destinado a pagar su crédito. El Embargo puede ser:
a) Embargo preventivo: Medida cautelar que puede solicitarse al juez para asegurar el resultado de un
proceso.
b) Embargo ejecutivo: Es el que se traba en los procesos de ejecución, sea en la ejecución de una
sentencia o en el juicio ejecutivo.
Cosas embargables: En general, todos los bienes que integran el patrimonio del deudor son embargables,
salvo que la ley establezca su inembargabilidad. Así por ej, el art.219 CPCC Bs As, establece que no son
embargables: el lecho cotidiano del deudor, de su mujer e hijos, las ropas y muebles de uso indispensable, ni
los instrumentos para la profesión, arte, u oficio que ejerza, etc. Tampoco son embargables: la
indemnización por accidentes de trabajo, los inmuebles inscriptos como bien de familia, la pensión
alimentaria, etc.
Subasta: Se realiza luego del embargo de los bienes del deudor, lo que se conoce como subasta pública
(remate judicial), con intervención de un martillero designado, por lo general, de oficio por el juez. Esta
consiste en la venta de los bienes al mejor postor, venta que será con base (fijación de un precio) si se trata
de inmuebles y sin base si se trata de muebles; en ambos casos, se publican edictos en el Boletín Oficial.
Liquidación: Es cuando se concreta el pago total de lo que se adeuda (por capital, intereses y costas). De
ella se corre traslado al ejecutado (para que manifieste conformidad u objeción; y si hay objeción: decide el
juez); aprobada la liquidación, se pagará de inmediato al acreedor. Cuando lo embargado es dinero, no hay
subasta, porque el acreedor se limita a presentar la liquidación de lo que se le debe y aprobada ésta, cobra su
crédito.
ART. 790.- Concepto: La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar el cumplimiento de
una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar la obligación.
Para Alterini se trata de un instituto polivalente que proporciona al deudor un incentivo para la conducta debida
y a la vez sirve para fijar de antemano el monto de la indemnización en caso de incumplimiento.
Según Pizarro y Vallespinos “se trata de una estipulación de carácter accesorio, que tiene por finalidad asegurar
el cumplimiento de la relación principal, mediante la imposición de una pena privada a la que se somete una
persona en caso de operar el incumplimiento de aquélla. Presenta, desde ese punto de vista, una indudable
función compulsiva, ante la amenaza que implica la procedencia de la penalidad en caso de inejecución absoluta
o relativa de la prestación adeudada”.
ART. 792.- Incumplimiento: El deudor que no cumple la obligación en el tiempo convenido debe la pena, si no
prueba la causa extraña que suprime la relación causal. La eximente del caso fortuito debe ser interpretada y
aplicada restrictivamente.
Antecedentes: Tiene su origen en la “stipulatio poenae” del derecho romano, que era un medio de obligar al
deudor a cumplir su obligación. La stipulatio poenae, facultaba al acreedor a compeler al deudor a cumplir con
la obligación cuando ésta no era susceptible de ejecución forzada, mediante el establecimiento de una pena para
el caso de incumplimiento y a la vez fijaba el monto indemnizatorio de los perjuicios derivados de esta
inejecución. Su función era principalmente penal, dado que pretendía sancionar al infractor pero a la vez
también cumplía un importante rol indemnizatorio, función que luego se desarrollaría enormemente.
Pizarro y Vallespinos reconocen en los antecedentes históricos de este instituto la siguiente línea evolutiva: en
una primer etapa como pena privada y con una función limitadamente resarcitoria en el derecho romano y en el
antiguo derecho hispánico, en un segundo estadio principalmente como cláusula de evaluación convencional
anticipada de los daños y con función limitadamente punitiva en el antiguo derecho francés, y finalmente como
una institución mixta que participa igualmente de los caracteres punitorios y resarcitorios, en el Código Civil
francés y en la mayor parte de las legislaciones de nuestro tiempo. Es así que la cláusula penal nace en el
primitivo derecho romano con una finalidad eminentemente conminatoria, para luego pasar a cumplir una
finalidad básicamente indemnizatoria.
Funciones: En el derecho moderno, la cláusula penal tiene 2 funciones:
a) Compulsiva: Surge del art.790 “para asegurar” el cumplimiento, es decir, incita al deudor a cumplir
con la obligación, ya que si no lo hace deberá pagar una suma más gravosa que la obligación principal
debida.
b) Indemnizatoria: Fija por anticipo el monto de los daños y perjuicios por el incumplimiento, evitando la
prueba de los daños, de acuerdo a lo establecido en el art. 794.
Clasificación: Según lo establecido en el art. 790 se pueden distinguir en:
a) Compensatoria: Aquella que se debe en caso de inejecución definitiva de la obligación, es decir, las
destinadas a resarcir al acreedor por el incumplimiento definitivo de la obligación.
b) Moratoria: Aquella que se debe en caso de inejecución temporaria, es decir, es la indemnización debida
por el deudor en los casos de retardo en el cumplimiento de la obligación.
Caracteres:
a) Es accesoria de la obligación principal, ya que, es acordada para asegurar su cumplimiento.
b) Es subsidiaria, lo cual significa que reemplaza a la prestación incumplida.
c) Es condicional y el hecho condicionante que la supedita es el incumplimiento del deudor o si hay mora.
d) Es relativamente inmutable, en cuanto el importe de la pena no es susceptible de alteración, en principio,
por no haber sufrido el acreedor perjuicio alguno o por no ser suficientemente compensatorio del daño
sufrido por aquel.
e) Es voluntaria, surge solo de la voluntad de las partes, por lo que generalmente está incluida en los
contratos.
Circunstancias de su estipulación:
- Sujetos: El principal interesado será el mismo acreedor, pero nada obsta a que sea un tercero ajeno,
circunstancia contemplada en el Código.
- Objeto: ART. 791.- Objeto: La cláusula penal puede tener por objeto el pago de una suma de dinero, o
cualquiera otra prestación que pueda ser objeto de las obligaciones, bien sea en beneficio del acreedor o de
un tercero.
- Funcionamiento:
a) Tiene una función resarcitoria, porque importa una liquidación convencional, por anticipado, de los
daños y perjuicios que el incumplimiento de la obligación causa al acreedor.
b) Tiene también una función compulsiva, en cuanto agrega un estímulo que mueve psicológicamente al
deudor a cumplir la prestación principal para eludir la pena, que suele ser harto gravosa; dice Savigny
que la cláusula penal incita al cumplimiento por el temor de la pena, con lo cual viene a reforzar la
sanción del contrato principal.
- Extinción: ART. 802.- Extinción de la obligación principal: Si la obligación principal se extingue sin culpa
del deudor queda también extinguida la cláusula penal.
Comparaciones con otros institutos jurídicos:
- Con los daños: La cláusula penal lleva como una de sus finalidades la de liquidar los daños y perjuicios,
importando así los intereses del acreedor (al presumirse la relación de causalidad entre el incumplimiento
del deudor y el monto tarifado para la pena, se ahorra la prueba correspondiente) y los intereses del deudor
(si aporta solamente culpa y no dolo en el incumplimiento, la pena pactada limita su deber resarcitorio al
monto de la pena prevista) en cambio en la Teoría General de la Responsabilidad por Daños y Perjuicios,
cuando no se ha pactado cláusula penal el acreedor tiene que probar cuales daños están en relación causal
significativa con el incumplimiento y el deudor debe satisfacer todos los daños que se hacen en esta
relación.
- Con los intereses punitorios: Los intereses moratorios estipulados en las obligaciones de dar sumas de
dinero representan una cláusula penal moratoria y tienen carácter de punitorios. En cambio, la cláusula
penal moratoria típica los intereses punitorios se distinguen en la proporción cuantitativa y en la proporción
temporal.
- Con el seguro: El seguro cubre exclusivamente el monto del daño y absorbe las virtualidades del caso
fortuito cuestión que se independiza al pactarse la cláusula penal y rige ante el estado de mora del deudor,
que descarta el caso fortuito, ya que, la mora presupone su culpabilidad.
- Con la obligación alternativa: En la alternativa el deudor debe “una de entre muchas prestaciones
independientes y distintas” cuya elección le compete y en caso de pérdida de una de aquellas debe la otra.
En cambio, la cláusula penal, es accesoria, el deudor no puede pretender pagar la pena en vez de cumplir la
obligación principal y la pérdida de lo debido como pena no afecta a esta última.
- Con la obligación facultativa: En ambos casos se trata de prestaciones accesorias, pero en tanto el deudor
de una obligación facultativa puede sustituir la prestación debida por otra; el obligado con cláusula penal no
dispone de ese derecho.
- Con la seña: Estas son unas figuras jurídicas totalmente diferentes a la cláusula penal; la primera consiste
en las cosas, sumas de dinero, que se dan en garantía de la celebración o ejecución de un contrato, y que en
caso de que una de las partes se retracte, el que ha dado las arras las perderá, y quien las ha recibido debe
restituirlas dobladas.
Mientras que la cláusula penal es una tasación anticipada de los perjuicios por incumplimiento de la
obligación o retardo en el cumplimiento de esta, no es una garantía como en el caso de las señas. Las señas
penales se dan para confirmar la celebración o la ejecución del contrato, la cláusula penal, es una sanción
que se impone a la parte que incumple el contrato o retarda el cumplimiento de la obligación principal.
Inmutabilidad: No puede ser modificado.
- Inmutabilidad absoluta: ART. 793.- Relación con la indemnización: La pena o multa impuesta en la
obligación suple la indemnización de los daños cuando el deudor se constituyó en mora; y el acreedor no
tiene derecho a otra indemnización, aunque pruebe que la pena no es reparación suficiente.
- Inmutabilidad relativa: ART. 794.- Ejecución. Para pedir la pena, el acreedor no está obligado a probar
que ha sufrido perjuicios, ni el deudor puede eximirse de satisfacerla, acreditando que el acreedor no sufrió
perjuicio alguno.
Los jueces pueden reducir las penas cuando su monto desproporcionado con la gravedad de la falta que
sancionan, habida cuenta del valor de las prestaciones y demás circunstancias del caso, configuran un
abusivo aprovechamiento de la situación del deudor.
Antecedentes: En el derecho nacional se pasó de la inmutabilidad absoluta en el Código de Vélez a la
inmutabilidad relativa con la reforma de la ley 17.711. En este sentido el art. 655 establecía que “… el acreedor
no tendrá derecho a otra indemnización, aunque pruebe que la pena no es indemnización suficiente” y el art.
656 estipulaba que “… ni el deudor podrá eximirse de satisfacerla, probando que el acreedor no ha sufrido
perjuicio alguno”, a este artículo la reforma de 1968 le agregó un segundo párrafo en la cual se disponía que
“los jueces podrán, sin embargo, reducir las penas cuando su monto desproporcionado con la gravedad de la
falta que sancionan, habida cuenta del valor de las prestaciones y demás circunstancias del caso, configuren un
abusivo aprovechamiento de la situación del deudor”. El paso dado por la ley 17.711 fue ponderado
favorablemente por la doctrina en forma unánime y fue realizado en consonancia con la evolución de la
jurisprudencia, que no obstante las prescripciones legales, consideraban ajustado a derecho que operase la
revisión judicial en casos de particular gravedad para proceder a la reducción de las penas excesivas.
Por ende, normativamente, la revisión judicial de la cláusula penal es viable cuando la multa resulta excesiva
(monto desproporcionado) tomando en consideración: la gravedad de la falta, el valor de las prestaciones, las
demás circunstancias del caso y ello configure un abusivo aprovechamiento de la situación del deudor.
ARTICULO 242.-Garantía común. Todos los bienes del deudor están afectados al cumplimiento de
sus obligaciones y constituyen la garantía común de sus acreedores, con excepción de aquellos que este
Código o leyes especiales declaran inembargables o inejecutables. Los patrimonios especiales
autorizados por la ley sólo tienen por garantía los bienes que los integran
ARTICULO 743.-Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y futuros del deudor
constituyen la garantía común de sus acreedores. El acreedor puede exigir la venta judicial de los bienes
del deudor, pero sólo en la medida necesaria para satisfacer su crédito. Todos los acreedores pueden
ejecutar estos bienes en posición igualitaria, excepto que exista una causa legal de preferencia.
ARTICULO 1750.-Daños causados por actos involuntarios. El autor de un daño causado por un acto
involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo 1742.
Beneficio de competencia.
Es un derecho que se otorga a ciertos deudores, para que paguen lo que buenamente puedan, según las
circunstancias, y hasta que mejoren de fortuna.
El acreedor debe conceder este beneficio:
A) A sus ascendientes, descendientes y colaterales hasta el segundo grado, si no han incurrido en alguna
causal de indignidad para suceder.
B) A su cónyuge o conviviente
C) Al donante en cuanto a hacerle cumplir la donación.
E-dinámica de la garantía comúnPara hacer efectiva la protección del crédito existen medios de ejecución y
formas preventivas de actuación. Estas últimas tienen como finalidad proteger el derecho mediante la
conservación de bienes o acciones del deudor. Entre ellas aparecen: la acción de inoponibilidad, la subrogatoria,
la de simulación, y las medidas cautelares.
Art 892: definición: el beneficio de la competencia es un derecho que se otorga a ciertos deudores, para
que paguen lo que buenamente puedan, según las circunstancias y hasta que mejoren la fortuna.
Art 893: El acreedor debe conceder este beneficio:
D) A sus ascendientes, descendientes y colaterales hasta el segundo grado, si no han incurrido en alguna
causal de indignidad para suceder.
E) A su cónyuge o conviviente
F) Al donante en cuanto a hacerle cumplir la donación.
1) Medidas precautorias
También llamadas medidas cautelares. Son herramientas jurídicas que tienen por finalidad mantener el
patrimonio del deudor en su estado actual, evitando que lo disminuya mediante la enajenación, fraudulenta o
simulada, de sus bienes. Tienden a asegurar el cumplimiento de una sentencia futura. Desde la iniciación del
proceso hasta el momento de su conclusión, pueden disponerse por el juez ciertas medidas autorizadas por las
leyes procesales, que persiguen:
(embargo): individualizar ciertos bienes en el patrimonio del deudor que respondan al cumplimiento de
esa sentencia;
(inhibición): o a impedir el egreso de bienes no conocidos;
(prohibición de innovar): al mantenimiento de una situación existente;
(anotación de Litis): a la exteriorización de la existencia de un proceso judicial;
(prohibición de contratar): sobre determinados bienes cuando ella fuere procedente por virtud de la ley
o de un contrato, o necesaria para asegurar la ejecución forzada o los bienes objeto del juicio.
(secuestro de bienes): incautación de un bien mueble o sobreviniente a fin de proceder a su venta o su
entrega en una de las partes de un juicio
(Intervención y administración judicial): se remplaza, por orden judicial a los administradores de una
sociedad o comunidad por un interventor judicial, mientras dure el proceso.
Estas medidas pueden ser solicitadas y concedidas aun antes de ser promovido un juicio, pero no pueden
subsistir autónomamente, se debe iniciar un proceso judicial dentro de un cierto plazo.
Artículo 740. Citación del deudor El deudor debe ser citado para que tome intervención en el juicio
respectivo.
Artículo 742. Defensas oponibles Pueden oponerse al acreedor todas las excepciones y causas de
extinción de su crédito, aún cuando provengan de hechos del deudor posteriores a la demanda, siempre
que éstos no sean en fraude de los derechos del acreedor.
Código de procedimiento:
(PROCEDENCIA)Art. 111. - El ejercicio de la acción subrogatoria que prevé el artículo 1196 del Código
Civil no requerirá autorización judicial previa y se ajustará al trámite que prescriben los artículos siguientes.
CITACION
Art. 112. - Antes de conferirse traslado al demandado, se citará al deudor por el plazo de DIEZ
(10) días, durante el cual éste podrá:
En este último supuesto, así como cuando el deudor hubiese ejercido la acción con anterioridad, el
acreedor podrá intervenir en el proceso en la calidad prescripta por el primer apartado del artículo
91.
INTERVENCION DEL DEUDOR : Art. 113. - Aunque el deudor al ser citado no ejerciere
ninguno de los derechos acordados en el artículo anterior, podrá intervenir en el proceso en la
calidad prescripta por el segundo apartado del artículo 91.
En todos los casos, el deudor podrá ser llamado a absolver posiciones y reconocer documentos.
EFECTOS DE LA SENTENCIA:
Art. 114. - La sentencia hará cosa juzgada en favor o en contra del deudor citado, haya o no comparecido.
El fundamento de la acción subrogatoria es la inactividad del deudor, cesa el derecho a ejercerla cuando este
retoma la actividad útil en protección de su patrimonio, circunstancia que puede tener lugar en cualquier
momento del proceso. En tal caso, serán válidas las actuaciones realizadas por el subrogante, que quedarán
asumidas por el subrogado.
El deudor subrogado deberá afrontar los gastos ya realizados y las demás costas del juicio, en el caso en que
le fueren impuestas, por rechazarse la acción contra el tercero.
Legitimación activa: Sólo está legitimado para iniciar la acción revocatoria, el acreedor cuyo crédito es de
fecha anterior al negocio jurídico que se tacha de fraudulento, aun cuando se trate de un acto a título gratuito.
La obligación sustancial hace referencia a la obligación de tributar, de pagar un impuesto.
La obligación formal hace referencia a los procedimientos que el obligado a cumplir con
la obligación sustancial, debe realizar para dar cabal cumplimiento a su obligación sustancial
efectos
Efectos entre el acreedor subrogante y el tercero demandado: se trata de adversarios aparentes. Por
ello, el tercero demandado podrá oponer todas las defensas que hubiere podido hacer valer contra el
deudor subrogado, por ser este su propio acreedor.
Efectos entre el acreedor subrogante y el deudor subrogado: Dado que el deudor subrogado ser a
citado a juicio, la sentencia que allí se dicte le será oponible. Pero si bien la acción autoriza al
subrogante a ejercer el derecho no ejercido por el subrogado, esta no importa apoderamiento de sus
bienes por el acreedor-actor.
Efectos entre el deudor subrogado y el tercero demandado: La acción en principio no altera la
relación obligacional entre estos sujetos. Sin embargo, el subrogado-citado quedará afectado por las
alternativas del juicio, resultándole oponibles los efectos de la cosa juzgada.
Efectos entre el acreedor subrogante y los demás acreedores del subrogado: carece de preferencias
o privilegios frente a los demás acreedores del subrogado, siendo que los bienes afectados por la
subrogación ingresarán al patrimonio del deudor común, formando parte de la garantía de todos los
acreedores.
Acción revocatoria: La admisión de la acción revocatoria civil importa declarar que el acto es
inoponible respecto del acreedor o acreedores que han intentado la acción, y en la medida de sus créditos. De
modo que el acto es válido, pero inoponible a esos acreedores.
Acción directa
"Es la facultad que concede en ciertos casos la ley al acreedor para reclamar un crédito del deudor de su
deudor. Se la conoce como acción directa, porque reclama el derecho en nombre propio (directamente) y no a
través del patrimonio de su deudor ejercitando derechos de este (como sucede en la acción subrogatoria), y no
necesita, en consecuencia, alegar ni probar un estado de insolvencia o peligro inminente de su crédito, al que
ejercita la acción directa la titularidad del crédito de su deudor."
Según Pizarro y Vallespinos, "acción directa es la que compete por derecho propio al acreedor para percibir en
su exclusivo beneficio de un tercero lo que este adeuda a su deudor, hasta el importe de su propio crédito. Se
trata de una protección excepcional, que requiere de expresa consagración normativa orientada a brindar al
acreedor bajo ciertas circunstancias, una tutela jurídica enérgica y eficaz".
ARTÍCULO 736.- Acción directa. Acción directa es la que compete al acreedor para percibir lo que un
tercero debe a su deudor, hasta el importe del propio crédito. El acreedor la ejerce por derecho propio y en su
exclusivo beneficio. Tiene carácter excepcional, es de interpretación restrictiva, y sólo procede en los casos
expresamente previstos por la ley.
La acción directa es un remedio excepcional de gran vigor, para asegurar a ciertos acreedores el cobro de sus
créditos, sin tener que recurrir a la intermediación de su deudor. El beneficiario de la acción es la persona que
la ejerce. La ley los autoriza de manera expresa a dirigirse directamente contra un tercero, quien le debe al
sujeto pasivo del vínculo el cumplimiento de una obligación.
Esta tiene carácter ejecutivo y la notificación de la demanda causa embargo al accionado. Su razón de ser
reside en el principio de la garantía colectiva. Dicha garantía se amplía frente al patrimonio de un tercero; esto
significa que el débito del obligado es exigible por el acreedor accionante, y de allí su carácter ejecutivo.
Explica que los efectos del vínculo contraído entre acreedor y deudor se extienden a una persona ajena a esa
relación jurídica, a quien se le puede exigir el cumplimiento de su obligación forzadamente, obrando a título
propio y no en nombre del deudor, quien es el propietario del crédito. El acreedor desplaza asi al deudor en el
ejercicio de las acciones dirigidas al cumplimiento de la obligación y lo sustituye hasta el monto de su propia
deuda, sin que el tercero pueda deducir oposición; este tercero, si satisface su débito, extingue el nexo, aunque
esté pagando a una persona con quien no contrató.
Fundamentos de la acción
Se ha esgrimido distintos fundamentos para explicar esta acción. Equidad, enriquecimiento sin causa, del
mandato, de tenencia, entre otros. LLambías sostiene que el fundamento reside en el enriquecimiento sin
causa: " se juzga que se enriquecería injustamente el deudor a costa del acreedor, si se permitiera a aquel
quedarse con el producido de un crédito a su favor, originado en el hecho de su propio acreedor".
Como sea, lo cierto es que no se aprecia un fundamento unificador que, de adecuada explicación a las diversas
acciones directas concedidas por el ordenamiento, sino que tal fundamento varía en función de cada caso
particular en el que la ley acuerda la acción directa. En ciertos casos, el motivo que el legislador tuvo para
acordar al acreedor una acción directa contra el deudor de su deudor finca en el principio de la veda del
enriquecimiento sin causa; en otros, razones de celeridad son las que motorizan estas acciones, etc.
Supuestos en el nuevo ordenamiento civil argentino. Los supuestos son de limitados y de interpretación
restrictiva.
Naturaleza jurídica:
El debate acerca del privilegio ha perdido sentido desde que se tomó en cuenta la ley 26994 en le art 2573 del
CCYC de la teoría de la meta cualidad del crédito, que sostenían autores como LLambias.
Esta posición sostiene que los privilegios no son derechos reales ni personales porque no constituyen
derechos subjetivos contra el deudor. Para ellos los privilegios son mercas cualidades o modos de ser de los
créditos a los que aceden en virtud de los créditos adquiridos, desde su nacimiento, una preferencia en cobro
frente a sus créditos.
Son ideas y fuerza de esta posición:
a) Los privilegios no constituyen un derecho subjetivo, dado que no se ejercen contra del deudor.
b) Ellos se enderezan contra los otros acreedores que concurren con sus créditos sobre el patrimonio
del mismo deudor
c) Ellos son una cualidad del crédito oponible a otros acreedores
d) Los privilegios no añaden al crédito en las relaciones entre acreedor y deudor.
e) El privilegio no altera la esencia del crédito, esta permanece igual.
Características:
Los privilegios resultan exclusivamente de la ley, el deudor no puede crear a favor de un acreedor un
derecho para ser pagado con preferencia a otro.
El acreedor puede renunciar a su privilegio. El acreedor y el deudor pueden convenir la postergación
de los derechos del acreedor respecto de otras deudas presentes o futuras. (Renunciables y postergables).
No se acepta la renuncia y la postergación del crédito laboral.
Son accesorios, su existencia, régimen jurídico, eficacia y desarrollo funcional dependen del crédito del
cual resultan ser una calidad.
Son indivisibles, así, si disminuye el importe de tal crédito por cualquier causa o se extingue
parcialmente el objeto sobre el cual se asienta, el privilegio se mantiene inmutable.
Son excepcionales, la circunstancia de tener un mejor derecho que los demás acreedores constituye una
excepción.
Artículo 2584. Subrogación real El privilegio especial se traslada de pleno derecho sobre los importes
que sustituyen los bienes sobre los que recae, sea por indemnización, precio o cualquier otro concepto
que permite la subrogación real.
Artículo 2585. Reserva de gastos Antes de pagar el crédito que goza de privilegio especial, del precio
del bien sobre el que recae, se debe reservar los importes correspondientes a su conservación, custodia,
administración y realización. En todos los casos, también debe calcularse una cantidad para atender los
gastos y los honorarios generados por las diligencias y tramitaciones llevadas a cabo sobre el bien y en
interés del acreedor.
Artículo 2586. Conflicto entre los acreedores con privilegio especial Los privilegios especiales
tienen la prelación que resulta de los incisos del artículo 2582, excepto los siguientes supuestos:
a) los créditos mencionados en el inciso f) del artículo 2582 tienen el orden previsto en sus respectivos
ordenamientos;
b) el crédito del retenedor prevalece sobre los créditos con privilegio especial si la retención comienza a
ser ejercida antes de nacer los créditos privilegiados;
c) el privilegio de los créditos con garantía real prevalece sobre los créditos fiscales y el de los gastos de
construcción, mejora o conservación, incluidos los créditos por expensas comunes en la propiedad
horizontal, si los créditos se devengaron con posterioridad a la constitución de la garantía;
d) los créditos fiscales y los derivados de la construcción, mejora o conservación, incluidos los créditos
por expensas comunes en la propiedad horizontal, prevalecen sobre los créditos laborales posteriores a
su nacimiento;
e) los créditos con garantía real prevalecen sobre los créditos laborales devengados con posterioridad a
la constitución de la garantía;
f) si concurren créditos comprendidos en un mismo inciso y sobre idénticos bienes, se liquidan a
prorrata.
Derecho de retención.
Todo acreedor de una obligación cierta y exigible puede conservar en su poder la cosa que debe restituir al
deudor, hasta el pago de lo que este le adeude en razón de la cosa. Tiene esa facultad sólo quien obtiene la
detentación de la cosa por medios que no sean ilícitos. Carece de ella quien la recibe en virtud de una relación
contractual a título gratuito, excepto que sea en el interés del otro contratante.
Toda cosa que este en el comercio puede ser retenida, siempre que deba restituirse y sea embargable según la
legislación pertinente.
El ejercicio de la retención no requiere autorización judicial ni manifestación previa del retenedor. El juez
puede autorizar que se sustituya el derecho de retención por una garantía suficiente.
Artículo 2587. Legitimación Todo acreedor de una obligación cierta y exigible puede conservar en su poder la
cosa que debe restituir al deudor, hasta el pago de lo que éste le adeude en razón de la cosa. Tiene esa facultad
sólo quien obtiene la detentación de la cosa por medios que no sean ilícitos. Carece de ella quien la recibe en
virtud de una relación contractual a título gratuito, excepto que sea en el interés del otro contratante.
Artículo 2588. Cosa retenida Toda cosa que esté en el comercio puede ser retenida, siempre que deba restituirse
y sea embargable según la legislación pertinente.
Artículo 2589. Ejercicio El ejercicio de la retención no requiere autorización judicial ni manifestación previa
del retenedor. El juez puede autorizar que se sustituya el derecho de retención por una garantía suficiente.
Artículo 2590. Atribuciones del retenedor El retenedor tiene derecho a:
a) ejercer todas las acciones de que dispone para la conservación y percepción de su crédito, y las
que protegen su posesión o tenencia con la cosa retenida; Código Civil y Comercial de la Nación
| 397 Libro Sexto. Disposiciones comunes a los derechos personales y reales - Título III. Derecho
de retención Arts. 2591 - 2593 b) percibir un canon por el depósito, desde que intima al deudor a
pagar y a recibir la cosa, con resultado negativo; c) percibir los frutos naturales de la cosa
retenida, pero no está obligado a hacerlo. Si opta por percibirlos, debe dar aviso al deudor. En
este caso, puede disponer de ellos, debiendo imputar su producido en primer término a los
intereses del crédito y el excedente al capital.
Artículo 2591. Obligaciones del retenedor El retenedor está obligado
a) no usar la cosa retenida, excepto pacto en contrario, en el que se puede determinar los alcances
de dicho uso, inclusive en lo relativo a los frutos;
Caracteres:
- Cosa mueble: Es un objeto corporal susceptible de tener un valor, que puede transportarse de un
lugar a otro. Art. 227.
- Cosa fungible: Porque cada unidad monetaria es intercambiable por otra de la misma especie y
calidad que representen igual cantidad. Art.232.
- Cosa consumible: Es un objeto que se agota con su primer uso. Art. 231.
- Cosa divisible: Es un objeto que puede ser fraccionado. Art. 228.
Distintas clases de moneda:
- Moneda metálica: Está acuñada en metales finos (oro, plata, níquel, cobre) y su valor está dado
por la cantidad de metal fino que tiene. Este sistema circuló entre los romanos y en la Edad Media.
- Moneda de papel: Su valor es intrínseco, es un billete o papel –emitido por el Estado- que
representa cierta cantidad de metal fino depositado en bancos oficiales. Admite la
“convertibilidad”: el estado se compromete a cambiarlo por la cantidad de metal fino que
representa.
- Papel moneda: Es el dinero que emite el Estado, pero sin respaldarlo con una garantía metálica y
sin la convertibilidad. No obstante, es de curso legal y de curso forzoso.
Obligaciones en moneda nacional: La moneda nacional es aquella que se encuentra autorizada por el
Estado. Siendo que las obligaciones en moneda nacional son aquellas cuya prestación es dar moneda
nacional, o sea, moneda de curso legal y forzoso en nuestro país. En argentina, la moneda nacional es el
peso, el cual tiene curso legal y curso forzoso (luego de eliminar la ley 23.928 de convertibilidad). El
curso legal y forzoso es el acto de potestad que tiene el Estado, por el cual, reconoce, respalda e impone la
circulación de determinada moneda (en nuestro caso el peso) y es el fundamento legal de su valor de
cambio. Es de curso legal, porque ataña a las relaciones entre deudor y acreedor, siendo que este último se
ve obligado a aceptar el pago en moneda nacional. Es de curso forzoso, porque la calidad de moneda en
curso legal es inconvertible, es obligatoria para todos.
Principio nominalista: Es propio del derecho monetario argentino, del cual se desprende la regla según la cual
la obligación de dar sumas de dinero se extingue dando la cantidad nominal que surge del título. De ese modo,
existe identidad entre la suma debida y aquella que permite cancelar la obligación, por cuanto el dinero que
emite el Estado tiene el valor nominal que éste le fija, sin importar su mayor o menor poder adquisitivo, que
puede variar desde que nace la obligación hasta el momento del pago. Así, por ejemplo, si el deudor se obligó a
pagar mil pesos ($ 1000), al vencimiento de la obligación deberá pagar esos mil pesos ($ 1000) en concepto de
capital, aun cuando ese importe ya no le permita adquirir igual cantidad de bienes y servicios que al inicio.
Este principio reconoce 3 valores al dinero:
- Valor intrínseco: Corresponde al valor del metal fino con que la moneda está acuñada. Dicho valor
responde a la clase de moneda de papel.
- Valor de cambio (poder adquisitivo): Significa la cantidad de bienes o servicios que pueden recibirse
con una determinada suma de dinero en un momento dado. Es decir, se relaciona con la capacidad que
tiene la moneda para adquirir bienes.
- Valor nominal: Corresponde al asignado por el Estado al crear la monedad, y que se vincula con la unidad
ideal. Ejemplo $100, $500.
Las dos primeras valoraciones responden a una concepción valorista del dinero y la última a un criterio estatal
estrictamente nominalista.
Es el principio nominalista, que aprecia la cuantía del objeto de la deuda de dinero por el valor nominal de la
moneda y no por su valor intrínseco; que tiene vigencia constitucional (art.75, inc.11 de la Constitución
nacional, 1994), ya que, compete al Congreso “hacer sellar la moneda, fijar su valor y el de las extranjeras”.
Cláusulas estabilizadoras:
Régimen anterior a la ley 23.928 (convertibilidad): Para aminorar la depreciación de la moneda, producto de la
inflación, y en los contratos de duración, es decir, aquellos en los que su efectivizarían se posterga en el tiempo;
las partes podían prever clausulas a fin de mantener el valor adquisitivo de una de las prestaciones. Así se
convertía el pago en una moneda “fuerte” o tomando algún estándar ajeno que permita mantener la equivalencia
con el inicial valor convenido. De esta manera se pactaban cláusulas en las cuales el deudor se obligaba a pagar
la cantidad de dinero equivalente al valor de determinada moneda extranjera por ej; es por ello, que si variaban
los valores tomados como comparativos, también cambiaba la cantidad de dinero que debía pagar el deudor,
aumentaba si había inflación o disminuía si se producida deflación.
Se pueden mencionar distintas clases de cláusulas estabilizadoras:
- Cláusula oro: Implica que la obligación dineraria se pagaría teniendo en cuenta una determina cantidad
de oro o valor oro.
- Cláusula moneda extranjera: Se convenía que la deuda de dinero se pagaría tomando en cuenta una
moneda fuerte como el dólar, es decir, una moneda extranjera.
- Cláusula de pago en mercadería: Se conviene que le deuda de dinero se pagaría tomando en cuenta
ciertas mercaderías o determinados bienes, por ejemplo cierta cantidad de kilos de carne en el mercado
local, o al valor de un cereal.
- Cláusula de escala móvil: Esta consistía en que el dinero a entregar en cada periodo de cumplimiento
variaría de conformidad a ciertos índices de valor de precios de mercedarias, de consumo, nivel de vida,
etc.
La opinión unánime de los autores llegaba a la conclusión de que las cláusulas de ese tipo, cualquiera sea su
especie eran válidas, no puede sostenerse que esas convenciones tengan una causa ilícita porque no se busca con
ellas provocar el deterioro de la moneda legal sino el resguardo de la justicia conmutativa que es el valor
eminente del orden jurídico contractual. Sin embargo el art. 7º de la ley 23.928 ha prohibido todo tipo de
actualización monetaria. Esta prohibición ha sido mantenida por la ley 25.561 (emergencia).
Actualización de las deudas dinerarias
Evolución de la doctrina Código Civil de Vélez Sarsfield
Según el art. 617 CC, si se pactaba el pago con moneda que no fuera de curso legal, dicha obligación debía
considerarse como de dar cantidades de cosas.
Consecuentemente, si se convenía el pago en moneda extranjera, ese objeto debido era único, insustituible y con
poder cancelatorio. Por ello, el incumplimiento habilitaba el inicio de un reclamo por daños y perjuicios. No
obstante, y en subsidio, se aplicaba a esta materia las normas sobre obligaciones de género y de cantidad, en la
medida en que resultaran compatibles con la naturaleza de las obligaciones de dar sumas de dinero (art. 616).
Además, el art. 619 preveía la identidad del pago, en el sentido de que la obligación de dar una suma de
determinada especie de moneda corriente nacional, debía cumplirse mediante la entrega de la especie designada.
Pero, a su vez, se facultaba al deudor a la entrega de otra especie de moneda nacional, al tipo de cambio
aplicable en el lugar, el día del vencimiento de la obligación. Al respecto, hubo una interpretación, en el sentido
de que para saldar en moneda nacional una obligación constituida en moneda extranjera, debía entregarse una
cantidad en moneda nacional que permitiera adquirir en el mercado la cifra correspondiente en moneda
extranjera. Ello obraba como una verdadera cláusula de estabilización, que era el fin perseguido en un contexto
donde la inflación y consecuente depreciación de la moneda era una preocupación constante.
Ahora bien, en épocas de gran inflación, también se planteó si era justo mantener el principio nominal de
manera estricta, por la injusticia que significaba el hecho de recibir como pago de las deudas, una suma
significativamente menor a la debida al contraerse la obligación, en términos de poder adquisitivo. Fue así como
después de variados debates doctrinarios y jurisprudenciales (especialmente reflejados en los precedentes de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación conocidos como "Valdez" y "Vieytes de Fernández" ), se admitió la
actualización de las deudas. Y en rigor de verdad, las obligaciones dinerarias fueron tratadas como obligaciones
de valor, por cuanto no se debía una suma fija o quantum, sino un valor resultante de la actualización de ese
quantum.
- La Ley de Convertibilidad y la Emergencia posterior a su derogación
En 1991 y luego de una etapa signada por una hiperinflación, se propuso limitar ese fenómeno mediante una
reforma monetaria profunda, instrumentada en la "Ley de Convertibilidad" (ley 23.928), por la cual la moneda
de curso legal (en ese entonces "austral”) fue sustituida por el peso. Dicha reforma supuso:
a) La paridad 1 a 1 entre el peso y el dólar estadounidense, es decir, el desarrollo de la figura conocida
como "peso convertible".
b) La prohibición de la actualización de las deudas, volviéndose al sistema de nominalismo.
Asimismo, en base al art. 4 de la ley, se produjo la virtual renuncia de la Argentina a su facultad de imprimir
dinero, circunstancia a la que se puso fin recién mediante la ley 26.739/2012.
De otro lado, al modificarse los arts. 617 y 619 del CC, la Ley de Convertibilidad alteró radicalmente el
régimen de las obligaciones en moneda extranjera. Éstas pasaron a ser obligaciones de dar sumas de dinero, sin
que legalmente se admitiera su cancelación mediante el equivalente en moneda nacional. Y al celebrarse
contratos en moneda extranjera, ésta operaba como si fuera moneda nacional, habiéndose discutido si se trataba
o no de moneda de curso legal.
A fines del año 2001, la Argentina sufrió una crisis económica con grave impacto social e institucional. Poco
tiempo después se decidió la derogación de la convertibilidad y en poco tiempo el peso perdió gran parte de su
valor. Se dispuso entonces la pesificación de las deudas exigibles en dólares y se creó un índice de actualización
aplicable a las deudas pesificadas, entre otras medidas tendientes a atenuar los graves inconvenientes
producidos por la salida de la convertibilidad. Ello tuvo lugar como parte de la normativa de emergencia
dictada, en la que se destacan la ley 25.561/02, dec. 214/2002, dec. 320/2002 y la ley 25.820/2003.
La Ley de Emergencia 25.561, continuo con la prohibición de la actualización de deudas, y además, en su art.
11 estableció que las prestaciones en pesos en relación de cambio 1$=1$S quedaban canceladas.
- Las obligaciones dinerarias en el Anteproyecto de Código Civil y Comercial
El Anteproyecto elaborado por la Comisión designada por el dec. 191/2011 proyectó el reemplazo de los arts.
617 y 619 del CC entonces vigente, por las siguientes disposiciones:
Art. 765. — La obligación es de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda, determinada o
determinable, al momento de constitución de la obligación. Si por el acto por el que se ha constituido la
obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación deberá considerarse
como de dar sumas de dinero.
Art. 766. — El deudor debe entregar la cantidad correspondiente de la especie designada.
Se quiso así respetar los principios del derecho monetario argentino y el criterio nominalista al cual se volviera
mediante la Ley de Convertibilidad, siguiéndose el sistema vigente en materia de obligaciones de dar sumas de
dinero, tal como se expresó en los Fundamentos del Anteproyecto.
Intereses compensatorios
ART. 767.- Intereses compensatorios: La obligación puede llevar intereses y son válidos los que se han
convenido entre el deudor y el acreedor, como también la tasa fijada para su liquidación. (1era parte -
autonomía de la voluntad).
Si no fue acordada por las partes, ni por las leyes, ni resulta de los usos, la tasa de interés compensatorio puede
ser fijada por los jueces. (Última parte, facultad del juez para fijar la tasa).
ART. 771.- Facultades judiciales: Los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el resultado
que provoque la capitalización de intereses excede, sin justificación y desproporcionadamente, el costo medio
del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se contrajo la obligación. (Facultad del juez
para reducir la tasa).
Usura
- Concepto: Es el interés excesivo pactado en un contrato de mutuo dinerario, que atenta contra la moral y las
buenas costumbres. Es decir, el interés excesivo exigido del deudor de un capital. Para no ser usurario, la
tasa prevista no debe ser superior al máximo fijado para la operación de que se trata por las disposiciones
legales vigentes. La usura es un delito penal.
- Antecedentes: Se pueden mencionar distintas acepciones de la palabra usura. Originariamente, usura
significaba interés: era el precio del usus de un capital. La abominación del préstamo a interés, cualquiera
fuera la tasa cobrada, convirtió la palabra usura en sinónimo de abuso, explotación; y cuando más tarde el
cobro de interés moderado pareció legítimo y justo, la denominación de usurero quedó naturalmente
reservada a quien prestaba a intereses excesivos, es decir, a quien abusaba ilegítimamente de las necesidades
ajenas. Esta es hoy la acepción corriente de la palabra. Pero todavía puede usársela, en un sentido más
amplio, para designar todo negocio en que una de las partes se prevalece de las necesidades, ignorancia o
inferioridad de la otra para imponerle condiciones excesivas: usura deviene así sinónimo de lesión.
En occidente fue la Iglesia Católica que, incluso a través de las primeras encíclicas, comenzó a condenar el
cobro de intereses durante la Edad Media, al punto que se aplicaba a cualquier ventaja o diferencia aplicada
a los préstamos.
- Usura penal/sanción: Art. 175 bis: El que, aprovechando la necesidad, la ligereza o la inexperiencia de
una persona le hiciere dar o prometer, en cualquier forma, para sí o para otro, intereses u otras ventajas
pecuniarias evidentemente desproporcionadas con su prestación, u otorgar recaudos o garantías de carácter
extorsivo, será reprimido con prisión de 1 a 3 años y con multa de 3000$ a 30000$. La misma pena será
aplicable al que a sabiendas adquiriere, transfiriere o hiciere valer un crédito usurario. La pena de prisión
será de 3 a 6 años, y la multa de 15000$ a 150000$ si el autor fuere prestamista o comisionista usurario
profesional o habitual.
De este modo que el artículo reconoce la existencia de varias clases de usura: la crediticia o real (hacer dar o
prometer intereses u otras ventajas pecuniarias desproporcionadas), la usura extorsiva (hacer dar o prometer
recaudos o garantías de carácter extorsivo) y la llamada usura sucesiva (adquirir, transferir o hacer valer un
crédito usurario).
Intereses moratorios
ART. 768.- Intereses moratorios: A partir de su mora el deudor debe los intereses correspondientes. La tasa se
determina:
a) por lo que acuerden las partes;
b) por lo que dispongan las leyes especiales;
c) en subsidio, por tasas que se fijen según las reglamentaciones del Banco Central.
- Jurisprudencia:
En el régimen vigente con anterioridad al del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, se discutió
extensamente cuál debía ser la tasa de interés aplicable en supuestos en los cuales ésta no fuera convenida por
las partes, ni existiera una tasa legal aplicable al caso, debiendo entonces fijarla los jueces.
Se pensó entonces en aquella tasa que reparara del modo más adecuado el perjuicio sufrido por el acreedor ante
la privación del capital adeudado por la mora y hubo opiniones divididas en la doctrina y en la jurisprudencia.
Para un sector de la doctrina, correspondía aplicar la tasa activa, es decir aquella fijada por los bancos para las
operaciones de préstamo de dinero a sus clientes. Para otro sector, debía aplicarse la tasa pasiva, que es aquella
que abonan las entidades bancarias por los depósitos a plazo fijo. A lo largo del tiempo, se alcanzaron ciertos
consensos en el ámbito de cada fuero, que fueron variando según las circunstancias. En tal sentido, en el ámbito
civil se dispuso que en ausencia de convención o de leyes especiales, los intereses moratorios debían liquidarse
según la tasa pasiva promedio que publica mensualmente el Banco Central de la República Argentina. Este
criterio fue confirmado con posterioridad a las relevantes modificaciones económicas producidas luego de la
crisis de fines de 2001 y la salida del régimen de convertibilidad.
Pero años más tarde, al interpretarse que la aplicación de la tasa pasiva impedía satisfacer adecuadamente el
interés de los acreedores ante la mora, el criterio aplicable a la materia varió sustancialmente, dejándose sin
efecto la postura anterior y disponiéndose que, en estos supuestos, correspondía aplicar la tasa activa cartera
general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días del Banco de la Nación Argentina, desde el inicio de la
mora hasta el cumplimiento de la sentencia, salvo que su aplicación implicara una alteración del significado
económico del capital de condena que configurara un enriquecimiento indebido.
Se advierte que los términos de esta última doctrina plenaria no fueron inequívocos y su aplicación fue variable,
en la medida en que la configuración del enriquecimiento indebido debía interpretarse caso a caso.
En los Fundamentos del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación se explica que se optó por no adoptar la
tasa activa según se propusiera en el Proyecto de reforma de 1998, por la existencia de supuestos de hecho muy
diversos para los cuales es necesario disponer de mayor flexibilidad, a fin de consagrar la solución más justa
para cada caso.
- Relación con los intereses compensatorios: Los intereses compensatorios pueden acumularse con los
moratorios o punitorios, ya que, responden a una finalidad diferente: los primeros se deben por el uso de un
capital ajeno, mientras los segundos, por el retraso en el cumplimiento de la obligación.
Intereses punitorios: ART. 769.- Intereses punitorios: Los intereses punitorios convencionales se rigen por las
normas que regulan la cláusula penal.
Anatocismo
Concepto: Consiste en la capitalización de los intereses devengados, que se suman al capital, generando a partir
de ello, nuevos intereses.
Casos admitidos por el CCyC:
ART. 770.- Anatocismo: No se deben intereses de los intereses, excepto que:
a) una cláusula expresa autorice la acumulación de los intereses al capital con una periodicidad no inferior a seis
meses;
b) la obligación se demande judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha de la notificación
de la demanda;
c) la obligación se liquide judicialmente; en este caso, la capitalización se produce desde que el juez manda
pagar la suma resultante y el deudor es moroso en hacerlo;
d) otras disposiciones legales prevean la acumulación.
Extinción de los intereses
Los intereses constituyen una obligación accesoria. En cuanto son una obligación, se extinguen por el pago,
que de ellos se haga y por los demás medios de extinción (pago, compensación, remisión, etc.) En
cuanto, accesorios que son de la obligación principal, se extinguen por vía de consecuencia luego de extinguirse
aquella obligación principal.
Ausencia de reserva de pago parcial del capital: ART. 899.- inc. c) si se extiende recibo por el pago de la
prestación principal, sin los accesorios del crédito, y no se hace reserva, éstos quedan extinguidos.
Pago de un período: ART. 899.- inc. b) si se recibe el pago correspondiente a uno de los periodos, están
cancelados los anteriores, sea que se deba una prestación única de ejecución diferida cuyo cumplimiento se
realiza mediante pagos parciales, o que se trate de prestaciones sucesivas que nacen por el transcurso del
tiempo.
Las obligaciones de valor eran las que tienen un valor real o intrínseco a diferencia de las obligaciones de dar
sumas de dinero, que no son de valor, no, "sin valor", es decir no tienen valor intrínseco sino nominal, con
referencia a otro valor, mientras que en las oblig. de valor este objeto es un valor y representa una dimensión
económica mensurable en unidades monetarias de medida o, como decía Banchio, su cumplimiento debe
hacerse por estimación pecuniaria de dar suma de dinero y cuyo monto definitivo debe adecuarse al poder
adquisitivo que tenga la moneda en el momento de su extinción.
las oblig de valor es aquella CUYO OBJETO ES UN BIEN que es medido por el dinero que constituye el
modo de pagar y se valoriza en el momento del pago. Oblig. de dar sumas de dinero el DINERO es lo debido y
el modo de pagar.
UNIDAD 10 Clasificación y efectos particulares. Clases de obligaciones
Las obligaciones de dar cosas ciertas son aquellas que tienen por objeto la entrega de una cosa determinada.
El deudor de una cosa esta obligado a conservarla en el mismo estado que se encontraba cuando se contrajo.
Cualquiera de las partes puede requerir la inspección de la cosa al momento de la entrega, la recepción de la
cosa por parte del acreedor hace presumir la inexistencia de vicios aparentes y la calidad adecuada. Cuando se
entrega una cosa mueble bajo cubierta el acreedor tiene un plazo de tres días para reclamar. Pueden clasificarse
según su finalidad:
Cuando tenga como objeto solo transferir el uso o la tenencia de una cosa se aplican las normas contenidas en
títulos especiales.
Cuando la obligación sea de dar una cosa cierta para constituir derechos reales, el acreedor no adquiere ningún
derecho real sobre la cosa antes de la tradición. Solo va a tener derecho personal contra el deudor para exigirle
que cumpla. Una mejora, ya sea natural o artificial, es el aumento del valor intrínseco de la cosa.
Las mejoras artificiales se clasifican en necesarias, las cuales el deudor está obligado a realizar sin derecho a
percibir su valor, y las de mero lujo, recreo o suntuarias. De estas tampoco va a percibir una indemnización,
pero si las puede retirar si no implica un deterioro de la cosa. La mejora natural autoriza al deudor a exigir un
mayor valor, si el acreedor se niega la obligación se extingue. Hasta el día de la tradición los frutos percibidos le
corresponden al deudor, a partir de ese día los frutos devengados y los no percibidos le corresponden al
acreedor. Si varios acreedores reclaman la misma cosa inmueble prometida por el deudor, siendo todos de
buena fe y a título oneroso tiene mejor derecho: el que tiene emplazamiento registral y tradición; el que ha
recibido la tradición; el que tiene el emplazamiento registral precedente; el que tiene título de fecha cierta
anterior. En el mismo caso, pero con una cosa mueble: el que tiene emplazamiento registral precedente (si fuese
registrable); el que ha recibido la tradición (si fuese no registrable); el que tiene título de fecha cierta anterior. El
acreedor de buena fe que resulta frustrado en su derecho, conserva su acción contra el deudor para reclamar los
daños y perjuicios.
En las obligaciones de dar para restituir el deudor debe entregar la cosa al acreedor, este tiene el derecho a
exigirla. Cuando la cosa cierta es muebles no registrables y el deudor la vende a un tercero, el acreedor solo
tendrá acción contra el tercero si este actuó de mala fe. En cambio, cuando la cosa es un bien registrable, va a
tener acción real contra terceros que aparentemente adquirieron derechos reales sobre la cosa.
Obligaciones de hacer La obligación de hacer es aquella cuyo objeto consiste en la prestación de un servicio
o en la realización de un hecho, en el tiempo, lugar y modos acordados por las partes. Esto puede consistir en:
Obligaciones de medios: realizar cierta actividad con la diligencia apropiada, independientemente de su éxito.
La obligación de un abogado, que defiende a su cliente, pero no asegura que va a ganar el juicio. Si hay
incumplimiento la culpa del deudor no se presume, el acreedor debe probarla.
Obligaciones de resultado: debe procurar al acreedor cierto resultado concreto. Se presume la culpa del deudor
si este no cumple, si no logra el resultado prometido. No es necesario que el acreedor demuestre la culpa del
deudor.
El obligado a realizar un hecho debe cumplirlo en tiempo y modo acordado con el acreedor. Si lo hace de otra
manera la prestación la tiene como incumplida. Puede ser ejecutada por personas distintas al deudor siempre y
cuando el deudor no haya sido elegido por sus cualidades personales. Esto se presupone en los contratos que
suponen una confianza especial. El incumplimiento imputable de la prestación da derecho al acreedor a: exigir
el cumplimiento especifico; hacerlo cumplir por terceros a costa del deudor; reclamar daños y perjuicios.
Obligaciones de no hacer La obligación de no hacer es aquella que tiene por objeto una abstención del
deudor o tolerar una actividad ajena. Su incumplimiento imputable permite reclamar la destrucción física de lo
hecho, y los daños y perjuicios.
Obligaciones de sujeto plural Las obligaciones de sujeto plural también se las denomina mancomunadas y
tiene además de pluralidad de sujetos. Unidad de objeto, todos los deudores deben lo mismo, unidad de causa, la
fuente de la obligación es la misma, pluralidad de vínculos, la relación obligacional es única, pero hay tantos
vínculos como sujetos intervengan. Obligación simple mancomunada La obligación simple mancomunada es
aquella en la que el crédito o la deuda se fracciona en tantas relaciones particulares independientes entre sí
como acreedores o deudores haya. Son deudas distintas unas de otras. Sus efectos van a regir según sean
divisibles o no. Cada deudor está obligado a pagar solo su parte de la obligación y cada acreedor solo puede
reclamar su parte del crédito.
Obligaciones Solidarias Las obligaciones solidarias se dan cuando habiendo pluralidad de sujetos y
originada en causa única, su cumplimiento total puede exigirse a cualquiera de los deudores por cualquiera de
los acreedores. Esto no se presume, debe surgir inequívocamente de la ley o del título constitutivo. Esto no
surge de la naturaleza de la obligación si no de la voluntad de las partes o porque establece la ley. Existe una
representación reciproca que existe entre todos los deudores solidarios o entre todos los acreedores solidarios.
Se considera que cada uno de los codeudores solidarios y cada uno de los coacreedores representa a los demás
en los actos que realiza como tal. La incapacidad o capacidad restringida e alguno de los deudores o acreedores
solidarios no perjudica ni beneficia la situación de los otros. Cada uno de los deudores puede oponer al acreedor
las defensas comunes a todos ellos.
La sentencia dictada contra uno de los codeudores no es oponible a los demás, pero pueden invocarla cuando
no se funda en circunstancias personales del codeudor demandado. De la misma manera un deudor no puede
oponer a los demás coacreedores la sentencia obtenida contra uno de ellos Solidaridad Pasiva
En la solidaridad pasiva el acreedor tiene derecho a requerir el pago a uno, a varios o a todos los codeudores,
simultanea o sucesivamente. Cualquiera de los codeudores tiene derecho a pagar la totalidad de la deuda. La
obligación se extingue en el todo cuando uno de los deudores solidarios paga la deuda, si el acreedor renuncia a
su crédito a favor de uno de los deudores solidarios, o si se produce novación, dación en pago o compensación
entre el acreedor y uno de los deudores solidarios. La confusión entre el acreedor y uno de los deudores
solidarios solo extingue la cuota de la deuda que corresponde a este
Si el acreedor renuncia expresamente a la solidaridad en beneficio de todos los deudores solidarios, la deuda se
transforma en simplemente mancomunada. También puede renunciar expresa o tácitamente a la solidaridad en
beneficio de un solo deudor solidario. La mora de uno de los deudores solidarios perjudica a los demás. Si el
incumplimiento es imputable a un codeudor, los demás responden por el equivalente de la prestación debido y
la indemnización de daños y perjuicios. Las consecuencias propias del incumplimiento doloso de los deudores
no son soportadas por otros. Si un deudor efectúa la totalidad de la deuda puede exigir al resto de los deudores
el reintegro según la participación de cada uno. Para poder exigir esto puede subrogarse en los derechos dela
creedor o ejercer la acción de regreso. Las cuotas de contribución se determinan según lo pactado, la fuente y
finalidad de la obligación, las relaciones de los interesados entre sí, las demás circunstancias. La cuota
correspondiente a los codeudores insolventes es cubierta por todos los obligados. Si un deudor muere la deuda
ingresa a la masa indivisa y cualquiera de los acreedores puede oponerse a los bienes que se entreguen a los
herederos sin haber pagado previamente.
Solidaridad Activa El acreedor o todos ellos pueden reclamar al deudor la totalidad de la obligación. Para
los acreedores es útil porque facilita el cobro, ya que cualquiera de ellos puede cobrar el total en beneficio de
todos y funciona como un poder reciproco para cobrar. Si uno de los acreedores solidarios ha demandado
judicialmente el cobro al deudor, el pago solo puede ser hecho al acreedor demandante. La obligación se
extingue en el todo cuando uno de los acreedores solidarios recibe el pago total del crédito. También si uno de
ellos renuncia a su crédito a favor del deudor o si se produce novación, dación en pago o compensación entre
uno de ellos y el deudor. La confusión entre el deudor y uno de los acreedores solidarios solo extingue la cuota
del crédito que corresponde a este, la transacción hecha por uno de los coacreedores solidarios con el deudor no
es oponible a los otros acreedores, excepto que estos quieran aprovecharse de esta. Los acreedores solidarios
tienen derecho a la participación con los siguientes alcances:
Si uno de los acreedores solidarios recibe la totalidad del crédito o de la reparación del daño, o más que su
cuota, los demás tienen derecho a que les pague el valor de lo que les corresponde.
Si hubo compensación convencional o facultativa, novación, dación en pago o transacción, por la cuota de
cada uno conforme lo resultante de los actos extintivos, a su elección
El acreedor solidario que realiza gastos razonables en interés común tiene derecho a reclamar a los demás la
partición en el reembolso de su valor. Si muere uno de los acreedores solidarios el crédito se divide entre sus
herederos en proporción a lo que les corresponde.
ART. 773.-Concepto. La obligación de hacer es aquella cuyo objeto consiste en la prestación de un ser
ART. 778.-Obligación de no hacer. Es aquella que tiene por objeto una abstención del deudor o tolerar una
actividad ajena. Su incumplimiento imputable permite reclamar la destrucción física de lo hecho y los daños y
perjuicios. Vicio o en la realización de un hecho, en el tiempo, lugar y modo acordados por las partes.
De acuerdo a la certidumbre o incertidumbre del objeto al momento del nacimiento de la
obligación:
1) Obligaciones de dar cosa cierta.
a) Obligaciones de dar cosa cierta para constituir derechos reales.
b) Obligaciones de dar para restituir.
De acuerdo a la naturaleza del vínculo:
1) Obligaciones perfectas: la intensidad del vínculo obligaciones se traduce en una coercibilidad firme.
Confiere acción al acreedor para exigir el cumplimiento de la prestación debida OBLIGACIONES
CIVILES.
Obligaciones imperfectas: el acreedor no tiene acción para reclamar lo que le es propio, limitándose la
intensidad del vínculo a no permitir la repetición de lo pagado cuando el deudor realizó el pago
voluntariamente OBLIGACIONES NATURALES
ARTICULO 746.-Efectos. El deudor de una cosa cierta está obligado a conservarla en el mismo estado en que
se encontraba cuando contrajo la obligación, y entregarla con sus accesorios, aunque hayan sido
momentáneamente separados de ella.
En todo caso de obligación de dar, la transferencia de la cosa debida debe efectuarse real y efectivamente,
incluyéndose todos sus accesorios.
Para la entrega de todo tipo de cosas y bienes generales, cualquiera de las partes tiene derecho a requerir la
inspección de la cosa en el acto de su entrega. Además, la recepción de la cosa por el acreedor hace presumir la
inexistencia de vicios aparentes y la calidad adecuada de la cosa.
El contenido de la prestación está formado de actos necesarios para que el acreedor tome posesión o contacto
material con la cosa. La entrega deberá ser realizada efectivamente, pudiendo considerarse realizada solamente
cuando se haya materializado.
El deudor sólo se libera de dos maneras: o entrega la cosa al acreedor en la forma comprometida, o prueba la
concurrencia de un caso fortuito.
ART. 747.-Entrega. Cualquiera de las partes tiene derecho a requerir la inspección de la
cosa en el acto de su entrega. La recepción de la cosa por el acreedor hace presumir la
inexistencia de vicios aparentes y la calidad adecuada de la cosa, sin perjuicio de lo
dispuesto sobre la obligación de saneamiento en la Sección 4ª, Capítulo 9, Título II del
Libro Tercero.
El acto de la entrega puede tener diferentes efectos jurídicos, según se esté entregando la cosa para constituir
derechos reales o para transmitir uso o tenencia.
El traspaso de la posesión es poner al acreedor en contacto con el bien adquirido por él. Es una declaración
formal. Se trata de un acto real. La tradición de la cosa tiene un alto valor jurídico.
ARTICULO 748.-Entrega de cosa mueble cerrada o bajo cubierta. Cuando se entrega una cosa mueble bajo
cubierta y sin inspeccionar al tiempo de la tradición, el acreedor tiene un plazo de caducidad de tres días desde
la recepción para reclamar por defectos de cantidad, calidad o vicios aparentes.
COMPARACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE HACER
OBLIGACIONES DE DAR OBLIGACIONES DE HACER
Prestación Consiste en la entrega de una Consiste en la realización de un
cosa servicio o hecho
Facultad del
acreedor para Intensa Limitada
compeler al
acreedor
Por la fuerza pública, aunque
Exigibilidad sea necesario ejercer violencia No puede exigirse coactivamente
sobre el deudor para
desapoderarlo de la cosa
debida
Clasificación según la finalidad.
Obligación de dar cosas ciertas.
La situación jurídica de acreedor y deudor varía, según la finalidad de la obligación de dar cosas ciertas. Dicha
finalidad integra el objeto y es así que la misma puede tener por objeto la entrega de una cosa mueble o
inmueble, ya sea:
Obligaciones de dar cosas ciertas para constituir sobre ella derechos reales.
Obligaciones de dar para restituir.
La entrega de la cosa se dirige a restituirlas a su dueño. En estas obligaciones, el dueño de la cosa es el acreedor
a su restitución, lo que no tiene un efecto neutro.
El dueño es el acreedor.
En estas obligaciones, las cosas crecen, mejoran o se pierden para su dueño, el acreedor.
Por pérdida sin culpa, el deudor es responsable por el valor de la cosa y los daños y perjuicios, a pesar de
haberse perdido la cosa por caso fortuito y fuerza mayor cuando tomo sobre sí el riesgo del caso fortuito; si está
en mora, salvo que pruebe que la cosa se hubiese perdido de igual manera en manos de su dueño; si fuere
poseedor de mala fe, a menos que pruebe que la cosa igual se perdería en poder del acreedor; o si el poseedor de
la cosa se la hubiese apropiado delictuosamente.
Pero cuando la cosa se perdió por hechos imputables al deudor, éste debe resarcir al dueño, modificándose el
objeto de la obligación.
El dueño debe recibir la cosa en el estado en que se halle, sin derecho a indemnización alguna.
Obligaciones de dar cosas ciertas para transmitir la tenencia con y sin goce y también su uso.
Deberes del deudor.
ART. 1921.-Posesión viciosa. La posesión de mala fe es viciosa cuando es de cosas muebles adquiridas por
hurto, estafa, o abuso de confianza; y cuando es de inmuebles, adquiridos por violencia, clandestinidad, o abuso
de confianza. Los vicios de la posesión son relativos respecto de aquel contra quien se ejercen. En todos los
casos, sea por el mismo que causa el vicio o por sus agentes, sea contra el poseedor o sus representantes.
ART. 1892.-Título y modos suficientes. La adquisición derivada por actos entre vivos de
un derecho real requiere la concurrencia de título y modo suficientes.
Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por la
ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales que
se ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre del
propietario, y éste por un acto jurídico pasa el dominio de ella al que la poseía a su
nombre, o cuando el que la poseía a nombre del propietario, principia a poseerla a nombre
de otro. Tampoco es necesaria cuando el poseedor la transfiere a otro reservándose la
tenencia y constituyéndose en poseedor a nombre del adquirente.
La inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales
sobre cosas registrables en los casos legalmente previstos; y sobre cosas no registrables,
cuando el tipo del derecho así lo requiera.
El primer uso es modo suficiente de adquisición de la servidumbre positiva.
Para que el título y el modo sean suficientes para adquirir un derecho real, sus otorgantes
deben ser capaces y estar legitimados al efecto.
A la adquisición por causa de muerte se le aplican las disposiciones del Libro Quinto.
En nuestro país, el dominio se adquiere a través del título y modo, y se vuelve oponible el derecho respecto de
terceros con la inscripción registral.
La tradición no es el único modo y, a veces, en ciertas ocasiones ella resulta innecesaria.
El título confiere solamente un derecho a la cosa, pero la propiedad sólo se transmite cuando el modo ha sido
cumplido.
Nuestro sistema siempre se inclina por el sistema romano, lo que es necesaria la tradición para constituir los
derechos reales sobre la cosa. Tiene que haber una tradición, lo que implica una entrega voluntaria y efectiva de
la cosa.
Si bien la necesidad de la tradición es patente en el Derecho argentino actual, ella viene perdiendo trascendencia
como modo de transmisión de derechos, ya que merced a la inscripción del título en el Registro de Propiedad, la
tradición ya no tiene el carácter simbólico.
La función de comunicación, publicidad y notoriedad de las transmisiones hoy se cumple a través de la
inscripción registral, que es un modo de adquisición del dominio. Entre partes, sigue siendo la tradición y no la
inscripción registral la que produce la transmisión del dominio sobre la cosa.
El principio general de la exigencia de la tradición reconoce excepciones: la traditio brevi manu y el constituto
posesorio. En la traditio brevi manu la transmisión material de la cosa no se realiza, ya que el adquiriente la
tenía en su poder desde antes, en base a un título distinto, y al adquirirla, suma el título a la tenencia que ya
tenía, con lo que tal tenencia se transforma en modo adquisitivo, sin necesidad de cumplir ritos caprichosos y
carentes de sentido. En el constituto posesorio no se realiza la traslación física de la cosa, porque el sujeto que
cede el dominio permanece en la cosa, pero reteniendo a su favor el usufructo de ella.
Efectos de la inscripción inmobiliaria.
Si el deudor no quiere cumplir, el acreedor puede encarar la ejecución forzada en su contra, o solicitar la
aplicación de astreintes, ya que no se puede ejercer violencia sobre la persona del deudor, pues en ese punto el
ordenamiento jurídico detiene la ejecución forzada por aplicación de los principios constitucionales que
imponen la inviolabilidad de la persona.
ART. 777.-Ejecución forzada. El incumplimiento imputable de la prestación le da
derecho al acreedor a:
a) exigir el cumplimiento específico;
b) hacerlo cumplir por terceros a costa del deudor;
c) reclamar los daños y perjuicios.
ART. 753.-Mejoras artificiales. El deudor está obligado a realizar las mejoras necesarias,
sin derecho a percibir su valor. No tiene derecho a reclamar indemnización por las mejoras
útiles ni por las de mero lujo, recreo o suntuarias, pero puede retirarlas en tanto no
deterioren la cosa.
Las mejoras son obras del hombre que, alterando la estructura de la cosa, la enriquecen. Tanto aumento como
mejoras alteran intrínsecamente la cosa, dotándola de mayor valor, pero la diferencia radica en que aumento es
producto de la naturaleza y mejora es por obra del hombre. No constituye aumento ni mejora cuando la cosa, sin
experimentar una alteración intrínseca, aumenta su valor por circunstancias extrínsecas.
Las mejoras de mero mantenimiento implican las reparaciones de deterioros menores originados por el uso
ordinario de la cosa.
Las mejoras necesarias son las reparaciones indispensables para la conservación de la cosa.
Las mejoras útiles son las beneficiosas para cualquier sujeto que posea la cosa.
Las mejoras suntuarias son las de mero lujo, recreo o provecho exclusivo para quien la hizo.
Las mejoras útiles son las que aprovechan a cualquier poseedor del bien, a diferencia de las mejoras voluntarias
o suntuarias, que únicamente benefician al que las hizo.
Los aumentos corresponden al dueño, según el cual si la cosa se hubiere mejorado o aumentado, aunque no
fuese por gastos que en ella hubiese hecho el deudor, podrá éste exigir del acreedor un mayor valor, y si el
acreedor no diera su conformidad la obligación quedaría disuelta.
El deudor no puede pretender la disolución de la obligación sino solamente que le paguen el aumento de valor
que se hubiese efectuado en la cosa, y a su vez el acreedor tiene derecho a optar entre pagar el valor de la cosa
con su aumento o resolver la obligación sin derecho a indemnizaciones recíprocas.
Para las mejoras artificiales se establece que el deudor debe realizar las mejoras necesarias sin derecho a
percibir su valor.
El deudor no tiene derecho a reclamar indemnizaciones por las mejoras útiles ni por las mejoras de mero lujo,
recreo o suntuarias. En estos casos, el deudor sí podrá retirar las mejoras, siempre y cuando no deteriore la cosa
debida.
ART. 754.-Frutos. Hasta el día de la tradición los frutos percibidos le pertenecen al
deudor; a partir de esa fecha, los frutos devengados y los no percibidos le corresponden al
acreedor.
Los frutos son cosas muebles; ellos son el producido regular de la cosa que no degrada su sustancia, como los
cultivos o las rentas por locación de ese bien. Son cosas nuevas que regular y periódicamente produce una cosa
existente, sin alteración ni disminución de su sustancia
ART. 755.-Riesgo de la cosa. El propietario soporta los riesgos de la cosa. Los casos de
deterioro o pérdida, con o sin culpa, se rigen por lo dispuesto sobre la imposibilidad de
cumplimiento.
La pérdida de la cosa ocurre cuando ésta se destruye, o cuando es puesta fuera del comercio o desapareció y no
se sabe dónde se encuentra. La pérdida no ha de liberar de responsabilidad al deudor cuando éste ha asumido el
caso fortuito y ha prometido cumplir igualmente, si está en mora y no ha entregado la cosa debiendo hacerlo, si
el caso fortuito o imposibilidad son un riesgo propio de la cosa o actividad.
Los hechos que pueden entenderse como deterioro de la cosa no son recibidos en el tipo normativo de la
imposibilidad de cumplimiento, por no haber imposibilidad objetiva ni absoluta de la obligación, sólo una
disminución intrínseca en el bien objeto de la misma.
Hasta la tradición el deudor carga con todos los riesgos por pérdida o deterioro de la cosa, puesto que a partir de
ella hay un nuevo propietario de los bienes.
4. Efecto con relación a terceros.
Cosas muebles e inmuebles.
Diversidad de acreedores. El primer aspecto a tener en cuenta es que todos los acreedores actúen de buena
fe y a título oneroso; puesto que sin estos requisitos no habría paridad entre ellos, y los de buena fe y título
oneroso habrán de primar sobre los que no lo sean. Hay dos factores de desequilibrio de la situación de los
acreedores: la buena fe y el carácter oneroso de la adquisición.
En todos los demás supuestos, se deberá aplicar el principio prius in tempore, potior in iure y, por ende, estar a
la fecha cierta anterior, confrontando los diferentes títulos de la obligación. En estos casos, el acreedor que tiene
fecha anterior a la de los demás en su crédito es el que tiene mejor derecho. La fecha debe ser cierta y
fehaciente.
ART. 756.-Concurrencia de varios acreedores. Bienes inmuebles. Si varios acreedores
reclaman la misma cosa inmueble prometida por el deudor, son todos de buena fe y a título
oneroso, tiene mejor derecho:
a) el que tiene emplazamiento registral y tradición;
b) el que ha recibido la tradición;
c) el que tiene emplazamiento registral precedente;
d) en los demás supuestos, el que tiene título de fecha cierta anterior
Respecto a bienes inmuebles se establecen reglas para resolver conflictos de derecho entre acreedores de buena
fe y título oneroso, que siempre se realzan frente a los de mala fe y título gratuito. Si se trata de acreedores de
buena fe y título oneroso, lo que corresponde tener en cuenta a la hora de establecer el mejor derecho es: el
emplazamiento registral y la tradición, en primer lugar; luego, sigue quien cuente con tradición; en tercer orden,
quien sólo cuente con la registración y, por último, y para todos los demás supuestos, se privilegia a quien
cuenta con el título de fecha cierta anterior.
ART. 757.-Concurrencia de varios acreedores. Bienes muebles. Si varios acreedores
reclaman la misma cosa mueble prometida por el deudor, son todos de buena fe y a título
oneroso, tiene mejor derecho:
a) el que tiene emplazamiento registral precedente, si se trata de bienes muebles
registrables;
b) el que ha recibido la tradición, si fuese no registrable;
c) en los demás supuestos, el que tiene título de fecha cierta anterior
Quien adquiere de buena fe y a título oneroso, cuenta con una intensa protección del sistema; en cambio, quien
actúa de buena fe, pero adquirió a título gratuito, por el carácter de la adquisición se ubica detrás de los
adquirientes a título oneroso.
En el caso de que concurran varios acreedores de buena fe y título oneroso, procede dar prioridad al que tiene
emplazamiento registral precedente, si se trata de bienes registrables. Si la cosa, objeto de la obligación, no es
registrable, la preferencia recae sobre quien ha recibido la tradición.
En bienes muebles registrables y bienes inmuebles el acreedor podrá perseguir la entrega de la cosa en poder
del deudor o de cualquier tercero, con más la indemnización de daños que pudiera corresponder por las reglas
generales, tanto contra el deudor como contra el tercero negligente, que no podría justificar su buena fe al existir
inscripción registral a nombre del acreedor defraudado.
En bienes muebles no registrables, si el deudor se obligó a dar una cosa y se la dio a otro, debe responder por
su mal accionar. La cosa quedaría en poder del tercero de buena fe a título oneroso y el deudor estará obligado
al pago de un valor equivalente, más la indemnización de daños. Cuando el tercero sea de mala fe, haya
adquirido a título gratuito o se trate de cosas robadas o perdidas, nada opta para recuperar la cosa en poder del
tercero.
La buena fe y la mala fe.
Individualización.
ART. 762.-Individualización {Segundo párrafo}. Las cosas debidas en una obligación
de género deben ser individualizadas. La elección corresponde al deudor, excepto que lo
contrario resulte de la convención de las partes.
Caso fortuito.
ART. 763.-Período anterior a la individualización {Primera parte}. Antes de la
individualización de la cosa debida, el caso fortuito no libera al deudor.
Reglas aplicables después de la individualización.
ART. 764.-Aplicación de normas. Las normas de los Parágrafos 1°, 2°, 3° y 4° de esta
Sección se aplican, en lo pertinente, a los casos en que la prestación debida consiste en
transmitir, o poner a disposición del acreedor, un bien que no es cosa.