SISTEMAS DE TRANSPORTE PÚBLICO DE CALIDAD SUPERIOR
1. Buses ejecutivos Una posibilidad de estimular el reemplazo del automóvil
como medio para desplazamientos habituales, como ir al trabajo, es la instauración de servicios regulares mediante vehículos colectivos de alto estándar, que en algunas ciudades han sido denominados “buses ejecutivos” o “buses diferenciales”. Existe en el mercado una amplia y diversificada oferta de buses y minibuses que entregan un alto grado de confort y son empleados en servicios de transporte turístico o de empresas, de los que se pueden seleccionar los que serían más apropiados para servicios públicos urbanos. Su potencial aporte a la descongestión radica en que atraiga a automovilistas, más que a usuarios de buses convencionales. Se ha comprobado fehacientemente que los servicios diferenciales existentes en varias ciudades de América Latina, como Buenos Aires y Rio de Janeiro, transportan gran cantidad de pasajeros que anteriormente empleaban su automóvil (CEPAL, 1995b), disminuyendo la congestión debido a su mejor coeficiente de ocupación de espacio por pasajero.
2. Condiciones para la atracción de automovilistas
Obviamente, un servicio de buses ejecutivos, por alta que fuese su calidad, no
es equivalente al del automóvil, pero bajo ciertas condiciones podría ser preferido sobre la base de comodidad, seguridad, confiabilidad, y tiempo de viaje a los lugares de destino, considerando que el tiempo de viaje se puede aprovechar, por ejemplo, para leer (CIS, 1995). Aunque no es el propósito, también pueden ser atraídos usuarios del transporte público convencional insatisfechos con éste y dispuestos a pagar más por un mejor servicio. Las condiciones apropiadas para que resulte atractivo son (CEPAL, 1995b):
• Servicio relativamente frecuente y regular (al menos 4 veces por hora).
• Rutas que correspondan a los patrones existentes de orígenes y destinos.
• Velocidades de operaciones relativamente altas, no muy diferentes a las
posibles en automóvil, pero en todos casos superiores a las de los buses normales. Ello implica paradas distanciadas. Sería mejor aún si circularan en pistas segregadas o prioritarias para buses, tanto corrientes como ejecutivos, con preferencias en los ciclos de semáforos.
• Vehículos confortables con suspensión neumática, asientos reclinables, sin
pasajeros de pie, personal capacitado y con uniforme.
• Otras características pueden ser música ambiental y aire acondicionado o
calefacción, en la medida en que el clima lo requiera. Otra consideración importante para su atractivo es que la organización empresarial sea moderna y eficiente, con una buena imagen reflejada en un servicio esmerado al cliente, venta expedita de boletos, incluida la posibilidad de abonos, buses nuevos y bien mantenidos, paraderos diseñados
El valor de los pasajes debe ser claramente superior al cobrado en el
transporte público normal, puesto que los vehículos de mayor calidad tienen indudablemente un costo más alto. Hay múltiples ejemplos en América Latina de servicios levemente más caros, que por encuadrarse en esos costos ofrecen un transporte no muy diferente, aunque tal vez algo más veloz, en vehículos de menor tamaño. El resultado es que el público que captan proviene de los buses tradicionales, en lugar de los automovilistas, lo que genera más vehículos circulando y, por ende, más congestión y peligro de accidentes
¿Son viables los buses ejecutivos?
En ciudades con sistema de transporte regulado, sería interesante diseñar
estos servicios superiores y concesionarlos. En ciudades con transporte desregulado, los buses ejecutivos podrían no surgir espontáneamente y es posible que se necesite algún impulso o facilidades. Sin embargo, existe la incógnita de si resultarán rentables y sostenibles, especialmente por no saberse qué grado de preferencia o utilidad percibida manifestarían los usuarios de automóvil. También se requiere una buena asignación de rutas, de preferencia hacia sectores urbanos con residentes de altos ingresos. Una forma de probar su viabilidad sería dejarla al mercado; simplemente se permitiría su implantación, estableciendo como condición esencial una tarifa mínima elevada, que verdaderamente los diferencie de los servicios comunes. En este sentido, ayuda la no imposición de muchas regulaciones sobre tamaño o especificaciones de los buses, frecuencias, recorridos, y otras, sino por el contrario, el permitir que la iniciativa empresarial disfrute de libertad para adaptarse a los requerimientos de los usuarios. Una ayuda adicional sería la posibilidad de que los buses diferenciales presten servicio sólo de lunes a viernes, en tanto que los fines de semana puedan dar otros servicios en el campo turístico.
4. Taxis colectivos Otra opción de transporte público de calidad superior está
representada por los taxis colectivos, ampliamente utilizados en diversas ciudades. Ofrecen recorridos fijos y cobran una tarifa más elevada que los buses. Su ventaja radica en que, siendo automóviles y transportando a pocos pasajeros, circulan a mayor velocidad. Sin embargo, por ser estrechos, difícilmente atraen a usuarios de automóvil y más bien lleva a personas que alternativamente viajarían en buses.