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Pienso que la inaccesibilidad al español sobre lo escrito y lo publicado por Foucault de sus viajes a

Irán, sí tiene qué ver con la importancia de su perspectiva a conveniencia para el mundo de la
investigación en occidente. El peso de su pensamiento y de su aporte teórico es tanto, que resulta
conveniente no abonar en temas que causen mayor polémica, tanto en el tema de la política
internacional, como en la propia vida-obra de Foucault; esto sin contar las recientes controversias
por abuso sexual y pedofilia de las que tuvo acusaciones. Realmente estoy intentando digerir
tanto, incluso parece paranoico.

El tema sobre el peso de su pensamiento y su aporte teórico, lo relaciono con la postura que
Foucault asume sobre la Revolución Iraní, la importancia de la religión en la política y
posteriormente la guerra entre Irán e Irak. Es decir, y con miedo a equivocarme, me parece toda
una justificación teórica (desde su periodismo filosófico) para abordar y entender este contexto,
no como un problema bélico, sino como una total justificación al tipo de relaciones de poder y a la
forma de gobierno en el Islam. Por eso la polémica en la que se vio inmerso y que justamente
todavía se teoriza para defender su perspectiva y su filosofía.

Sobre el vínculo entre el “intelectual profeta” y el “intelectual específico”, me parece una


contradicción en la Foucault cae, pues llega a Irán con el pensamiento de situarse radicalmente
(poniendo el ejemplo de Marx y su postura sobre la religión) y entender los procesos históricos, así
como los conceptos desde donde el intelectual se encuentra y es parte. Para después, al final de
1979, convertirse en profeta del gobierno iraní. Pienso, que no se puede cortar el vínculo, pero
definitivamente sí se debe tener cuidado para evitar o no, cruzar esa delgada línea. Justamente
por lo que Foucault mismo dice, cuando no se puede entender a un intelectual sin su postura
político-ideológica.

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