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El primer caso se trata de Emile Durkheim con su obra “Las reglas del método
sociológico”.
Cada teoría guarda una relación con otras partes del gran rompecabezas; de una u otra
forma todas están conectadas. Si terminamos de armar el rompecabezas, veríamos la
relación que guarda el ave, con la vegetación, con el cielo, el suelo, etc. Así, en la
teoría crítica, todas las teorías forman parte de un rompecabezas que representa cierta
realidad. Esta realidad sería el capitalismo. El rompecabezas no intenta corromper la
imagen que contiene, sino que pretende mantener sus formas, es decir, el ave de este
rompecabezas intentará parecerse lo más posible a un ave que representa. No
presenta críticas.
Resulta que el método que sigue Emile Durkheim no es este. Si bien el método
histórico-comparativo genético parte de la descripción de un fenómeno social y busca
compararlo sistemáticamente, reconoce que la formación de conceptos generales está
siempre sujeta a una revisión por parte de otros investigadores y que a causa de esto,
la teoría siempre sufrirá una “evolución” la cuál le hará transformarse. La evolución
surgirá de lo que para Horkheimer sería un descenso que parte de la revisión de
conceptos y “baja” a la comparación e incluso a la descripción del fenómeno para
buscar “fallos” o “reformas” que deberán hacerse.
Sería muy difícil encontrar de qué forma cuadraría aquí nuestra analogía del
rompecabezas, pues hasta el momento no hay un rompecabezas que sea capaz de
“evolucionar” sus imágenes con base en la construcción que se vayan haciendo con las
piezas. Los rompecabezas son estáticos, mientras que el concepto de teoría de
Durkheim es evolutivo, es “genético”.
Veremos que la evaluación que hace del funcionamiento lógico de la teoría de Max
Weber es errónea o deficiente. Nuevamente no se cumple el camino de “ascensión”
que parte de la descripción, comparación, formación de conceptos. En el caso de Max
Weber, se parte de la formación de conceptos, luego, por medio de la deducción, llega
a la comparación y finalmente llega a los casos particulares a través de los que se
podrían hacer inducciones. Es decir, el camino contrario.
Además Max Weber se aleja aún más del esquema propuesto por Horkheimer, pues su
trabajo se basa en lo entendido como “tipos ideales”, es decir, que por un lado está la
formación ideal de concepto y por otro lado se encuentra la realidad, es decir que
Weber reconoce que los conceptos son una representación teórica de la realidad y que
no obedecen a ella fielmente, sino que son herramientas conceptuales que permiten el
análisis. La comparación de la teoría con el objeto real, tendría que llevar a la
modificación conceptual.
Para Max Horkheimer, ambos casos obedecen a la teoría tradicional, puesto que
ambos forman parte de un esquema de funcionamiento capitalista que da origen a
ciertas teorías que son incapaces de criticar su origen, que sería un origen capitalista,
sino que de una u otra forma terminan reproduciéndolo y no logran criticarlo. En
nuestra analogía, ambas teorías de estos autores forman parte de un mismo
rompecabezas realista que intenta reproducir su base, la forma de las aves, de las
montañas, de las nubes etc. No intentan cuestionar la forma ni el color, sino
reproducirlo. No intentan criticarlo. Ante esto, reclama la existencia de una teoría crítica.
Una teoría que supuestamente sea capaz de criticar la realidad de donde emana.