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Caso práctico 2/02/2024

Un Ayuntamiento decide con el fin de aumentar los espacio verdes en su territorio declarar
algunos jardines privados como protegidos, tras esto, un señor al que le afecta esta denominación
recurre alegando dos puntos, la injusticia de que su jardín no entraría dentro de esta clasificación ya
que por sus características no se le puede denominar jardín y que, además de esto solo se incluyeron
aquellos que estaban en el centro urbano dejando a los demás con el privilegio de poder construir para
uso residencial.

En la revisión del Plan General de Ordenación de un municipio el Ayuntamiento decide


mediante un acto administrativo, sabemos que nos encontramos antes un acto administrativo ya que es
una decisión unilateral que toma este órgano con su potestad administrativa con el fin de un bien
general. Este decide añadir más espacios verdes al Plan, esto se explica en la Memoria del Plan.

En cuanto a los elementos del mencionado acto administrativo podríamos decir que
suponemos que cumple el elemento formal y subjetivo pero, si discrimina a los ciudadanos y es
injusto no podríamos decir que posea el elemento objetivo ni causal. En relación con el elemento
objetivo cabe recalcar que suponemos que no es lícito por las causas nombradas anteriormente por lo
que, según el artículo 48 de la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas es anulable.

Centrándonos en el elemento causal el objetivo de esta decisión fue el aumento de espacios


verdes en el municipio, pero podríamos llegar a la conclusión de que la Administración podría haber
impuesto esto a todos los jardines sin ningun tipo de discriminación por lo que si que estaría
etendiendo al fin común, pero como no fue el caso podríamos considerar que no es justo para los
habitantes del centro urbano y, por ello el bien general no se tuvo en cuenta. Suponemos que cumple
con los objetivos formales ya que está reflejado y explicado en la Memoria del Plan por lo que está
motivado cumpliendo con el artículo 33 de la Ley 39/2015 y fue publicado en el Boletín Oficial de
Canarias. También entendemos que, al estar publicado en el BOC cumple con el artículo 36 de la Ley
39/2015, pero como veremos a continuación esto no es necesario.

Este acto administrativo es singular ya que va destinado a los jardines del centro urbano del
municipio por lo este tuvo que ser notificado personalmente a los afectados pudiendo así prescindir de
la publicación de acuerdo con el artículo 45.1 de la Ley 39/2015, pero, a pesar de esto se publicó en el
BOC. Continuando con la clasificación estaríamos ante un acto definitivo y no firme ya que decide
sobre el fondo del asunto y se puede interponer un recurso contra este. Esta decisión es un acto
desfavorable ya que limita los intereses de los afectados y, por ello va a poder ser revocado mediante
un acto en sentido contrario, artículo 25 de la Ley 39/2015 y, por último es un acto declarativo ya que
crea una situación jurídica.

El señor afectado debido a que opina que esta resolución no es justa y, además afecta a sus
derecho e intereses recurre. Acorde con el artículo 112 de la Ley 39/2015 del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas, acorde a este artículo el interesado podrá
interponer un recurso de alzada, en un plazo d eun mes tras la notificación y tras esto podríamos llegar
a declarar este acto nulo según el artículo 47 de esta misma ley en el caso de considerar que hay una
violación de los derechos de igualdad y discrminación a las personas con jardines en el centro urbano.
Una vez agotada esta vía el señor podrá interponer un recurso contencioso-administrativo.

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