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Tarea A.A.3

Cuadro descriptivo

Teoría del apego (tercera parte) teoría de jhon bowlby y sus aportes

Plasmar principales características de la teroria de jhon bowlby (distintos tipos de apego)

 Fase del apego


Esta fase de la teoría del apego de Bowlby inicia de los 6 a los 8
meses de edad y suele durar hasta los 2 años. Se trata de la etapa
en la cual se forma el verdadero vínculo emocional del apego. El
infante se enfadará si se separa de su madre y hasta mostrará
signos de rechazo físico hacia otros adultos. En esta fase, el niño o
la niña hará todo lo posible por llamar la atención de su madre.

https://www.psicologia-online.com/teoria-de-bowlby-sobre-el-apego-que-es-etapas-y-
caracteristicas-6083.html

APEGO EVITATIVO
Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar
con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Se conoce como
“evitativo” porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento. Por
ejemplo, no lloran cuando se separan de cuidador, se interesan sólo en sus
juguetes y evitan contacto cercano.
Lo constante han sido conductas de sus cuidadores que no han generado
suficiente seguridad, el menor desarrolla una autosuficiencia compulsiva con
preferencia por la distancia emocional.
En la edad adulta, se producen sentimientos de rechazo de la intimidad con
otros y de dificultades de relación. Por ejemplo, las parejas de estas personas
echan en falta más intimidad en la interacción.
¿En qué consiste el apego evitativo?
Existen diferentes tipos de apego que las personas desarrollamos durante la infancia.
Estos pilares afectivos influyen de manera determinante sobre nuestra conducta,
personalidad y conducta relacional a lo largo de toda nuestra vida.
¿Cuáles son las características del apego evitativo?

En una relación de apego evitativo la persona cuidadora apenas se ocupa de las


necesidades emocionales del niño. Quizá lo haga con sus necesidades físicas
básicas de alimentación, higiene y otros cuidados, pero evita la relación en el
plano emocional, ya que no sabe cómo gestionarla, le crea inseguridad o
ansiedad.

Puede ocurrir también que la expresión emocional del niño lleve como respuesta
la burla o la ausencia de protección por parte del adulto.

En consecuencia, el niño aprende que la mejor manera de comunicarse para ser


aceptado es la desconexión emocional. Así, deja de expresarse emocionalmente
para evitar el rechazo y comienza a poner en práctica conductas más distantes
emocionalmente.

Son niños que muestran una falsa seguridad y autosuficiencia, aunque en realidad
se consideran poco valorados y viven la situación con estrés.

Qué efectos tiene este tipo de apego en la vida adulta

La desconexión emocional se extiende hasta la edad adulta. La persona ha


crecido con una seria dificultad para identificar y expresar sus propias
emociones, así como para comprender las de los demás, ya que en su infancia
no ha contado con el entrenamiento necesario en este aspecto.

Es característico que la persona tienda a negar su vulnerabilidad y a mostrarse


autosuficiente, pero solo porque está desconectado de su mundo emocional. Se
trata de una falsa seguridad nacida de la falta de reconocimiento de las
emociones. Así, puede lanzarse a las situaciones sin saber qué es lo que
realmente desea, cuáles son sus temores ni sus necesidades.

Tampoco saben expresar temores ni tristezas y su sufrimiento solapado puede


derivar en diferentes somatizaciones, fobias, depresiones, etc.

Las personas que han desarrollado un tipo de apego evitativo suelen tener un
buen autoconcepto y una autoestima alta (esto les diferencia de los ansiosos
ambivalentes) derivada de su autonomía. Sin embargo, tienen a tener
una percepción negativa de los demás.  

En las relaciones íntimas y de pareja es donde suelen encontrarse los mayores


problemas, ya que estas personas no saben gestionar sus emociones a ese nivel,
no les resulta fácil regular sus emociones. En cambio, no suelen encontrar tantos
obstáculos en la vida laboral, en la medida en la que pueden priorizar lo racional
sobre lo emocional.
¿Cuáles son los objetivos de la terapia con personas con apego
evitativo?

La terapia debe servir a estas personas para que vayan descubriendo sus


propias emociones al ritmo que les sea soportable. Aprender a gestionar sus
emociones para poder utilizarlas en sus relaciones y en beneficio de su propia
vida.

Se trata de personas que suelen tener poca confianza en la terapia y en el


terapeuta. Por ello, poco a poco debe ser capaz de dejarse cuidar, reconocer su
vulnerabilidad, ya que esa excesiva independencia que les sirve de coraza
esconde, en realidad, una necesidad de afecto que la persona es incapaz de
demandar.

  Apego seguro
Este tipo de apego está caracterizado por la incondicionalidad: el niño sabe
que su cuidador no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. De
acuerdo con Bowlby, este tipo de apego depende en gran medida de la constancia
del cuidador en proporcionar cuidados y seguridad. Debe tratarse de una persona
atenta y preocupada por comunicarse con el recién nacido, no sólo interesada en
cubrir las necesidades de limpieza y alimentación del bebé. Desde luego, el
inconveniente es que esto supone una entrega casi total de parte del cuidador o
cuidadora, lo cual puede resultar complicado para algunas personas.

¿Qué se entiende por apego seguro en Psicología?

Se dice que un niño establece un tipo de apego seguro cuando vive una relación
de calidez y receptividad emocional con la persona que lo cuida. Esta relación
hace que se sienta seguro, querido y aceptado.

De esta forma, construye una representación de sí mismo como la de un


individuo digno de recibir amor, del afecto y el cuidado que se le profesa, que
puede contar con la persona cuidadora para ayudarle en momentos difíciles.

A su vez, la representación de la otra persona es la de alguien digno de


confianza, disponible para prestarle el apoyo emocional necesario en los
momentos de dificultad y reconocerlo como una persona única, a la que brinda un
cuidado esmerado y apoyo incondicional. Se trata de una figura que sirve de base
segura para favorecer la exploración del entorno.
Estas representaciones construidas en la infancia se generalizan para crear una
expectativa del mundo en el que las personas pueden estar dispuestas a prestarle
su ayuda en esos momentos difíciles.

De esta forma, el apego seguro se define como una organización de la conducta y


las relaciones basada en el equilibrio entre la exploración del ambiente
(autonomía) y el apego a los padres (dependencia).

La conveniencia de fomentar el apego seguro

El apego seguro es una buena garantía para una infancia, adolescencia y


etapa adulta saludables desde el punto de vista psicológico en sus vertientes
emocional, cognitiva y social.

De hecho, los niños que han sido tratados con calidad y calidez afectiva durante
los primeros compases de sus vidas:

 Desarrollan una mejor autoestima


 Desarrollan una mejor autonomía
 Gestionan mejor sus emociones
 Tienen una mayor seguridad
 Mantienen relaciones sociales más saludables
 Mayor capacidad para buscar apoyo social

¿Qué problemas pueden aparecer en caso de carencia de un apego


seguro?

Los niños que no han podido generar un apego seguro manifiestan


una competencia menor en su conducta social y el manejo de sus
emociones. En consecuencia, pueden convertirse en personas extremadamente
dependientes o manifestar una independencia inadecuada en su vida posterior.

Así pues, existirá una mayor predisposición hacia los problemas de ansiedad


y depresión, hacia las reacciones desajustadas ante situaciones estresantes y la
psicopatología. También pueden verse afectados sus resultados escolares y que
exista falta de motivación y dificultades relacionales.

¿Cómo fomentar el apego seguro?

Existen una serie de pautas generales que nos permiten fomentar el apego seguro
en niños. Algunas de las más importantes son:

 Comprender el estado emocional y las necesidades del niño/a y tener


sensibilidad hacia estas y sus mensajes.
 Ejercer el consuelo sin realizar juicios despectivos y sin extralimitarnos en
atenciones. Es conveniente evitar la sobreprotección.
 Saber estar a su lado de manera discreta cuando necesite ayuda, pero dejarle
libertad para explorar y jugar.
 Establecer normas y límites que permitan el desarrollo de conductas y
respuestas adecuadas.

 Apego ansioso y ambivalente


En psicología, “ambivalente” significa expresar emociones o sentimientos
contrapuestos, lo cual, frecuentemente genera angustia.  Por eso, en el caso de
un apego ansioso-ambivalente el niño no confía en sus cuidadores y tiene una
sensación constante de inseguridad, de que a veces sus cuidadores están y
otras veces no están, lo constante en los cuidadores es la inconsistencia en
las conductas de cuidado y seguridad.

Las emociones más frecuentes en este tipo de apego, son el miedo y la angustia
exacerbada ante las separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando
el cuidador vuelve. Los menores necesitan la aprobación de los cuidadores y
vigilan de manera permanente que no les abandonen. Exploran el ambiente de
manera poco relajada y procurando no alejarse demasiado de la figura de apego.

De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca, una sensación de temor a que


su pareja no les ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de
la manera que les gustaría con las personas, ya que esperan recibir más intimidad
o vinculación de la que proporcionan. Un ejemplo de este tipo de apego en los
adultos es la dependencia emocional.

Características del apego ansioso ambivalente

Responde a un tipo de cuidado emocional inconstante, impredecible. En este


caso, la persona cuidadora satisface las necesidades del niño de forma
ambivalente. Para el niño esta conducta resulta imprevisible, dado que unas
veces ofrece respuestas tranquilas y afectuosas, pero en otros momentos
responde de forma ansiosa o exagerada, dependiendo de su estado anímico, o
bien no está disponible o se retrasa en exceso su respuesta.

Así pues, no existe una conexión real entre sus necesidades y la respuesta que
obtiene de sus progenitores. En consecuencia, el niño no puede confiar en sus
cuidadores, no los percibe como disponibles, y aprende que debe llamar la
atención para que sus demandas se vean satisfechas. Por ello, se expresa con
toda la intensidad que sabe para conseguir que la persona cuidadora calme su
necesidad.

El interés por el ambiente se ve coartado por el miedo, no se ejercita apenas, de


forma que deja de explorar el mundo que le rodea o lo hace de manera ansiosa y
poco relajada, con el menoscabo que esto supone para su independencia y
autonomía personal.
La ambivalencia emocional produce angustia. Esto genera niños preocupados,
ansiosos, inseguros, muy emocionales y exagerados en sus demandas para
que los demás puedan detectarlas, que se angustian en exceso ante las
separaciones.

Normalmente, la persona cuidadora que fomenta este tipo de apego suele tener
una baja capacidad para su propia autorregulación emocional y es lo que
acaba transmitiendo a su hijo. Con frecuencia, este tipo de apego en los padres y
madres está relacionado también con la sobreprotección e hipervigilancia que
ejercen sobre sus hijos.

¿Qué consecuencias puede tener el apego ansioso ambivalente en la vida


adulta?

En la etapa adulta, este tipo de apego puede provocar una alta dependencia


emocional. La persona tiende a buscar a alguien que pueda calmarle y a
exagerar sus emociones y necesidades para conseguir que la otra persona esté
emocionalmente cercana en todo momento.

Puede desarrollar una sensibilidad no fundamentada a la idea de que la pareja


les abandone, como consecuencia de aquella inconstancia en la relación
emocional de su etapa infantil. De hecho, es un tipo de apego que se hace
evidente en las relaciones de pareja.

Podemos encontrar en este grupo personas que se sienten incapaces de estar


solas y que buscan siempre consejo y apoyo de los demás, inseguras, con
muchas dudas, con dificultades para funcionar autónomamente y baja
autoestima...

¿En qué consiste el trabajo en terapia para superar este tipo de apego?

A grandes rasgos, el trabajo en terapia se centrará en modificar el estilo de apego


de la persona, en ayudarle a descubrir que, realmente, no necesita a nadie más
para estar calmada, que puede gestionar sus emociones de forma autónoma. Y
que puede ser apoyado de forma incondicional por la otra persona sin necesidad
de estar llamando la atención o absolutamente pendiente de otros.

La terapia le hará ganar seguridad y confianza para enfrentarse al mundo sin


necesidad de recurrir siempre a terceras personas.

 Apego desorganizado

Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta


comportamientos contradictorios e inadecuados. Hay quienes lo traducen en una
carencia total de apego.
Lo constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o
inseguras. Se trata del extremo contrario al apego seguro. Casos de abandono
temprano, cuya consecuencia en el niño es la pérdida de confianza en su cuidador
o figura vincular, e incluso puede sentir constantemente miedo hacia ésta.

Los menores tienen tendencia a conductas explosivas, destrucción de juguetes,


reacciones impulsivas, así como grandes dificultades para entenderse con sus
cuidadores y con otras personas.

Evitan la intimidad, no han encontrado una forma de gestionar las emociones que
esto les provoca, por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter
negativo que impide la expresión de las emociones positivas.

De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten
queridas y parece que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su
mayor anhelo. En otros casos, este tipo de apego en adultos puede encontrarse
en el fondo de las relaciones conflictivas constantes.

Características del apego desorganizado

En este estilo de apego, el menor se cría en un ambiente hostil, caracterizado


por la agresividad y la amenaza, la falta de respeto, un maltrato físico y
psicológico. Es una experiencia sostenida en el tiempo que provoca un gran
desequilibrio en el niño/a.

En este tipo de vínculo, el niño/a se convierte en víctima. Al mismo tiempo, al ser


una persona absolutamente dependiente, necesita acercarse a la persona
cuidadora a pesar de ser consciente de que le van a hacer daño.

En consecuencia, las características que suelen definir a un niño con este estilo de
apego son las siguientes:

 Miedo hacia la persona cuidadora


 Miedo a explorar su entorno: por temor a que los hieran o a cometer errores por
los que puedan ser castigados.
 Disociación: pérdida de contacto con la realidad, desarrollada como mecanismo
de defensa para evitar el dolor.
 Hipervigilancia: desarrolla una alerta constante para evitar las agresiones o
situaciones amenazantes.
 Trastornos cognitivos: son frecuentes los déficits de atención, memoria y
concentración, estrés postraumático, expresión verbal pobre…
 Baja autoestima: son niños con sentimiento de culpa, que creen merecer los
castigos que reciben.

Si consideramos el apego como un continuo, el apego desorganizado se sitúa en


el polo opuesto del apego seguro.
Consecuencias de un apego desorganizado en la vida adulta

En la vida adulta se produce el reflejo del estilo de apego vivido en la infancia. Son
personas que suelen tener dificultad para identificar las emociones de los
demás, que pueden vivir convencidas de que han sido y siguen siendo malas
personas que merecieron ese trato.

Igualmente, basándose en su experiencia, pueden normalizar la agresividad y la


violencia las relaciones entre personas, en la creencia de que tarde o temprano
ellas mismas van a ser agredidos. De esta forma, se les hace más difícil
establecer relaciones íntimas de calidad.

En suma, nos encontramos con personas nada empáticas ni respetuosas con


sus semejantes (jamás tuvieron un modelo de respeto ni recibieron un trato así),
que no comprenden sus obligaciones ni derechos dentro de la sociedad. Son
proclives a trastornos emocionales como la depresión y ansiedad y adicciones a
las que recurren para afrontar su mala experiencia infantil.

Objetivos de terapia para el apego desorganizado

La persona que han sufrido este estilo de apego desorganizado está convencida
de que va a ser agredida. Por lo tanto, necesita reparar el daño para confiar en
los demás.

El objetivo de la terapia es ofrecerle un espacio de seguridad y confianza para


poder identificar ideas y sentimientos, propios y ajenos. Asimismo, debe aprender
a generar recursos ante los acontecimientos adversos que no sean la violencia o
la disociación.

La imagen negativa y nociva del mundo puede ser remplazada por otra en la que
puedan sentirse seguros y tener el control, sin recurrir a la agresividad ni la
violencia en sus relaciones.

¿Se puede cambiar el estilo de apego?

Sí, el apego no es inmutable ni se mantiene en la misma medida en todas las


personas a medida que el desarrollo progresa. Además, el comportamiento de
todo individuo en una relación se ve mediado por la conducta del otro. Las
relaciones de amistad, laborales y de pareja también influyen en el tipo de
apego y el rol que se mantienen con las nuevas figuras de apego.

Todo esto es necesario interpretarlo desde un prisma integrador; lo cual implica


que todas las interrelaciones que se producen desde el nacimiento hasta la edad
adulta marcan el comportamiento del momento actual. Una persona con un estilo
de apego inseguro en la infancia puede “aprender” de a las conductas de apego
seguro que le proporcionan su pareja u otras personas queridas, como puede ser
un grupo de amigos íntimos psicológicamente saludables. En todo caso, lo
importante es desarrollar las estrategias convenientes para generar seguridad, con
los recursos que tengamos disponibles.

Actualmente existen múltiples factores psicosociales que tienen consecuencias


importantes en la formación de vínculos primarios. Por ejemplo, la falta de
conciliación laboral donde los cuidadores (madres/padres) trabajadores se ven
obligados a dejar a sus pequeños con otras personas, así como la ausencia de
esas otras personas para ayudar con el cuidado de los hijos o de servicios
sociales que compensen. Esto deja ver que la tarea de formar estilos de apegos
seguros compete a distintos actores, no sólo a las madres, los padres o las
figuras vinculares cercanas.

Tarea A.A.PRELIMINAR

Foro de debate

Teorías del apego (cuarta parte) teoría de Abraham maslow y sus aportes

Elaborar una respuesta de 150 palabras para las siguientes preguntas

1. Estas deacuerdo con la pirámide de las necesidades de Abraham masslow


2. Consideras que la pirámide de las necesidades de Abraham maslow es útil para el estudio
de la conducta criminal
3. Da un punto de vista sobre la teoría de la autorrealización

Tarea A.A.INTEGRADORA 2

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fin

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