Arístocles de Atenas, apodado Platón («el de anchas espaldas»), nace,
probablemente, el año 428-427 en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Discípulo de Sócrates y su principal difusor. Es la primera lumbrera de la filosofía universal. Cuando muere su maestro, se dedica a viajar. En Atenas forma su propia escuela, la academia. Su obra es conocida como el idealismo platónico. Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años tiene lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces con 63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política. Pero, según narra en la Carta VII, dos sucesos decisivos le hicieron desistir de ello. Durante el régimen de los treinta tiranos, sus parientes y conocidos le invitan a colaborar con el gobierno: «Yo me hice unas ilusiones que nada tenían de sorprendente a causa de mi juventud. Me imaginaba, en efecto, que ellos iban a gobernar la ciudad, conduciéndola de los caminos de la injusticia a los de la justicia». Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno desilusionaron a Platón; sobre todo por el intento de mezclar a Sócrates («el hombre más justo de su tiempo») en el prendimiento de León de Salamina (un exiliado del partido demócrata) para condenarlo a muerte. Pero «Sócrates no obedeció y prefirió exponerse a los peores peligros antes de hacerse cómplice de acciones criminales». De nuevo, Platón se siente inclinado a mezclarse en los asuntos del estado; pero ocurre que bajo el nuevo gobierno tiene lugar el proceso y condena de Sócrates: «he aquí que gentes poderosas llevan a los tribunales a este mismo Sócrates, nuestro amigo, y presentan contra él una acusación de las más graves, que él ciertamente no merecía de manera alguna: fue por impiedad por lo que los unos le procesaron y los otros lo condenaron, e hicieron morir a un hombre que no había querido tomar parte en el criminal arresto de uno de los amigos de aquéllos, desterrado entonces, cuando, desterrados, ellos mismos estaban en desgracia». La injusticia del orden oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su pensamiento en el sentido en encontrar un fundamento sólido para poder instaurar un orden justo. En el 399 a.C., Sócrates fue condenado a muerte por impiedad, acusado de introducir nuevos dioses y por corromper a los jóvenes con sus ideas. Este hecho dejó destrozado a Platón, que huyó de Atenas. Durante sus años fuera de Atenas, Platón se dedicó a viajar. Sus viajes más conocidos fueron a Sicilia, donde llegó a ir hasta tres veces. Allí estuvo aconsejando políticamente a los tiranos de Siracusa, Dioniso I y a su hijo, Dionisio II. Sin embargo, fracasó en su intento de participar en política. En el 387 regresa a Atenas y funda la Academia, primera escuela de filosofía organizada, origen de las actuales universidades. Allí permanecerá durante veinte años dedicado al estudio y a la enseñanza. El tema de los estudios de la Academia ofrece gran dificultad, pues los diálogos platónicos no son un desarrollo del programa de la Academia, aunque solamente a través de ellos se puede conocer este programa. Los estudios de la Academia tendrían que ver con el conjunto de disciplinas necesarias para la formación de los filósofos gobernantes, tal como se presentan en el libro VII de la República: la aritmética, la geometría, astronomía, música, y dialéctica. Uno de los principales campos de investigación lo constituyó la dialéctica, concebida como el arte de pensar ligado al lenguaje, como una gramática de las ideas, elaboración técnica de los conceptos y de sus relaciones. La dialéctica es la forma suprema de la actividad pedagógica (discusión, discurso, argumentación). Sin embargo, Platón opina que su enseñanza antes de los treinta años podría ser muy perjudicial. El otro campo de investigación lo constituyó la construcción matemática-astronómica del cosmos. La Academia se convirtió en la sede de la matemática griega. El estudio de las diferentes partes de las matemáticas (geometría, aritmética y teoría de los números) constituía la propedéutica necesaria a la dialéctica. La astronomía no era entendida como una disciplina del fenómeno astral, sino como una geometría de los astros. Pero tampoco se descuidaron otros campos de investigación. La Academia era también particularmente activa en jurisprudencia y legislación: Eudoxo y Aristóteles escribieron leyes para Cnido y Stagira. A Platón se le considera el padre de la filosofía occidental. Muchos creen que con él la filosofía griega alcanzó su madurez. Contrariamente a lo que sucedió con Sócrates, se conservan todos los escritos de Platón. La mayor parte de su obra está escrita en forma de diálogos. Escribió más de treinta a lo largo de unos 50 años. Durante los primeros años, sus textos, conocidos como “socráticos”, versaban sobre la moralidad y eran más breves. De esta época destacan Trasímaco o Critón. En los diálogos de transición y de madurez, más cuidados y algunos con tintes políticos, Platón expuso la Teoría de la reminiscencia y la Teoría de las Ideas. La Teoría de las Ideas viene a decir que más allá del mundo de los objetos físicos, “mundo sensible”, existe un “mundo inteligible” construido por las ideas. Para Platón, las ideas eran perfectas, eternas e inmateriales. En este mundo, la idea que gobierna sobre todas es la del Bien. Quizá, de estos diálogos, el más popular de todos es La República. En esta obra describió esta teoría a través de El mito de la caverna. En este mito o alegoría, una serie de hombres están prisioneros en una cueva, encadenados a un muro. Desde que eran pequeños no han visto nada más que sombras de objetos proyectadas en la pared. Para los prisioneros, las sombras son la única verdad o realidad («mundo sensible»). Uno de ellos es liberado y ve el mundo real («mundo inteligible») y queda completamente fascinado. Se dio cuenta de que lo que creía como real solo eran sombras de la verdad. Al volver a la cueva, le cuenta su descubrimiento al resto de prisioneros, pero ninguno le cree. Todos piensan que, al salir, ha enloquecido. Tras esta etapa, llegaron los diálogos de la vejez. En ellos, Platón revisó sus teorías anteriores y se centró en problemas propios de la dialéctica. También introdujo temas sobre naturaleza y medicina. El último que escribió y que no pudo revisar antes de morir fue Leyes. Finalmente, entre los diálogos platónicos pueden señalarse los siguientes como los más influyentes: Crátilo, un examen de la relación entre el lenguaje y la realidad, evaluándose tanto una teoría naturalista del lenguaje como una convencionalista. Menón, una investigación sobre la virtud como conocimiento y su posibilidad de ser enseñada, estaba fundamentada ontológicamente mediante una prueba y exposición de la teoría de la reminiscencia. Fedón, una demostración de la naturaleza divina e imperecedera del alma y el primer desarrollo completo de la teoría de las Ideas. Banquete, la principal exposición de la particular doctrina platónica acerca del amor. La República, diálogo extenso y elaborado en el que se desarrolla, entre otras cosas, una filosofía política acerca del estado ideal, una psicología o teoría del alma, una psicología social, una teoría de la educación, una epistemología, y todo ello fundamentado, en última instancia, en una ontología sistemática. Fedro, en el que se desarrolla una compleja e influyente teoría psicológica y se abordan temas como el deseo, el amor, la locura, la memoria, la relación entre retórica y filosofía y la pobreza del lenguaje escrito en contraposición al genuino lenguaje oral Teeteto, una inquisición sobre conocimiento en orden a hallar su naturaleza y su definición. Parménides, una crítica de Platón a su propia teoría de las Ideas tal como hasta entonces la había presentado y que prepararía el camino a su reformulación en diálogos posteriores. Político, diálogo que incluye una exposición del método dialéctico platónico maduro, así como de la teoría de la justa medida, del auténtico político y el auténtico Estado, respecto del cual los demás modelos de organización política son presentados como imitaciones. Timeo, un influyente ensayo de cosmogonía, cosmología, física y escatología, influido por la tradición pitagórica. Filebo, investigación acerca de la buena vida, de la relación del bien con la sensatez y el placer en cuanto compuestos de aquel y posibilitadores del vivir bien y provechosamente. Leyes, una teoría extensa y madura acerca de la adecuada constitución del Estado, que contrapone un mayor realismo al idealismo puro de la filosofía política presentada en la República.