Está en la página 1de 3

Descubrimiento del mar del Sur

Resumen
Por: Rosibel Cañongo
12°C
En la actualidad se cumple 500 años desde el descubrimiento del océano
pacifico por el extremeño Vasco Núñez de Balboa.
La increíble hazaña de este hombre, considerada de los sucesos más
significativos después de la gesta colombina, trajo consigo grandes cambios.
Como decía Omar Jaén, Balboa abriría un nuevo océano que cerraría el círculo
de integración y uniría al planeta entero.
El descubrimiento de este gran cuerpo de agua tuvo consecuencias significativas
no solo para Panamá, que se veía en ese entonces tan solo como una estrecha
franja de tierra entre dos océanos y continentes, sino también para la monarquía
española y el mundo en general.
Este evento es considerado como la revelación de la masa acuática más grande
del planeta y se le llama el "gran lago español". El descubrimiento de la Mar del
Sur abrió nuevas posibilidades para la expansión española en el Nuevo Mundo
y los puso en contacto con riquezas inesperadas en forma de bancos de perlas
en el golfo de Panamá.
Las perlas producidas por el molusco bivalvo conocido como la ostra o
madreperla (Pteria margaritífera) suelen habitar en aguas cálidas en la franja
intertropical del planeta, a profundidades que van desde dos hasta cincuenta
metros. Esta se forma cuando la ostra introduce un cuerpo extraño, como un
parásito o un grano de arena, y se protege de él mediante una secreción.
Existen muchas variedades de perlas en términos de tamaño, forma, peso, color
y brillo, y estas perlas se denominan de diversas maneras. En el pasado, se
mencionaban diferentes géneros de perlas extraídas en lugares como la Guajira
y la isla Margarita, que incluían perlas redondas, pedrería, aljófar redonda,
cadenilla, rostrillo, común y topos, siendo estas últimas las de menor valor y
estimación.
Hablar de perlas es hablar de lujo y ostentación, ya que a lo largo de la historia,
estas han atraído tanto a hombres como a mujeres de todas las clases sociales
debido a su belleza y rareza. Los chinos sentían una especial atracción por estas
perlas marinas, a las que le atribuían propiedades medicinales y eran utilizadas
por ellos para tratar diferentes enfermedades; en otros territorios lejanos, por
ejemplo la India, se creía que estas tenían la capacidad e fortalecer el cuerpo y
la mente.
Por su belleza y brillo nacarado, además de las cualidades y por tratarse de un
artículo escaso y por lo tanto costoso, se les consideraban artículos propios de
personas pudientes y de las clases sociales más altas.
Reyes, nobles y dignidades eclesiásticas solían adornar en su totalidad sus
prendas de perlas. Ya en la época del descubrimiento, existían muchas leyes
que prohibían el uso de perlas a las clases sociales bajas, con normas que
limitaban lo que vestían ya que no era conveniente que las clases humildes
usaran rendas consideradas de la más alta sociedad. Las perlas se importaban
desde oriente, siendo Venecia el centro distribuidor más importante.
El descubrimiento del Nuevo Mundo en América permitió a los europeos una
gran fuente de riquezas. Las mercancías americanas, como oro, plata y en
especial perlas, llegaban al puerto de Sevilla, única puerta autorizada por la
Corona española para importar estos productos. Estas riquezas transformaron
la vida de los cortesanos españoles, incluyendo reyes, nobleza, autoridades
civiles y eclesiásticas de alto rango.
El gasto en perlas por parte de la corte española fue enorme, y destaca la
emperatriz Isabel de Portugal como una de las coleccionistas de perlas más
famosas de la realeza. Con la incorporación de las Indias (América), se utilizaron
perlas, oro, plata y piedras preciosas para decorar altares, ropas eclesiásticas e
imágenes de iglesias tanto en España como en los territorios americanos.
El comercio de perlas se convirtió en una actividad muy lucrativa de la Carrera
de las Indias, y Sevilla se destacó como uno de los centros internacionales más
importantes en este comercio. Las perlas, al igual que el oro, se convirtieron en
una fuente fundamental de financiamiento para la política imperial de la Corona
española.
La búsqueda de bancos de ostras, que producían perlas de alto valor en el
mercado europeo, fue uno de los principales motivos detrás de las primeras
expediciones españolas a las costas americanas, en particular a la Tierra Firme
(Venezuela y Colombia). Se menciona que Colón descubrió la costa venezolana
y las islas de Cubagua y Margarita, que eran ricas en perlas. La isla de Cubagua
se convirtió en un importante centro perlífero, pero su auge fue efímero ya que
los bancos de ostras se agotaron y se descubrieron en otros lugares. Esta
dinámica se repitió en otras partes de América donde predominaban las
rancherías (lugares de recolección de perlas).
El primer contacto de los españoles con estas pesquerías ocurrió en simultáneo
con el descubrimiento del mar del sur por Balboa.
En 1513 más específicamente el 27 de septiembre, Balboa y su equipo
continuaban explorando la Bahía del Mar del sur, estos entran en contacto con
los indios de Chape, gobernados por una mujer cacica a la que nunca llego a
conocer. Los españoles encuentran un poblado abandonado por la llegada de
extranjeros, los habitantes de este poblado habían huido a la selva, debido a la
curiosidad de Balboa este decide enviar intérpretes y mensajeros a los indios, lo
que resultó en un intercambio de regalos, incluyendo oro y perlas, a lo que
Balboa le responde con algunas baratijas. El encuentro resulto de los más
oportuno durante su permanencia allí los indios informaron a Balboa sobre la
existencia de islas ricas en perlas, aunque trataron de alejar a los españoles al
afirmar que estas islas estaban lejos y que las aguas del golfo eran peligrosas
en esa época del año. Balboa decidió arriesgarse y partió hacia las islas de las
Perlas con la ayuda de indios y sus canoas.
Esta exploración se enfrentó a condiciones climáticas difíciles llegando hasta
casi naufragar debido al fuerte oleaje, pero finalmente logran llegar a una isla
donde pasar la noche, durante su descanso la marea sube y al amanecer notan
que sus canoas sufrieron daños e incluso se encontraban enterradas en la arena,
además de tener dificultades para encontrar alimento, ese océano al que ahora
llamamos pacifico en ese momento no merecía llevar ese nombre.
Una vez logran reponerse del incidente Balboa decide posponer su viaje a la isla
de las perlas para la primavera o verano siguiendo el consejo de los caciques.
Luego decidieron explorar el otro lado del golfo, desembarcando en Punta brujas,
esa misma noche llegan a las tierras del cacique Tumaca y aunque estas ya se
encontraban nombradas, Balboa con su empeño de poner nombres españoles a
toda que toca la bautiza como la bahía de San Lucas mientras estaban allí
quedaron asombrados al descubrir conchas nácar que contenían perlas en su
interior, así como ostras vivas que los indios habían pescado recientemente
cerca de la costa en pequeñas isletas. El cacique ofreció mostrarles cómo se
realizaba la pesca de perlas en la zona y puso a su disposición una canoa
grande.
El 29 de octubre después de varios días de preparación, los españoles se
embarcaron en canoa para adentrarse en el mar. Quedaron sorprendidos al
descubrir que los remos, que los indios llamaban "nahe," tenían pequeñas perlas
y granos de aljófar incrustados en ellos. Balboa tenía la costumbre de
documentar cuidadosamente sus acciones, así que ordenó a su escribano que
registrara lo que habían visto, con cuatro de sus hombres como testigos. Esto se
hizo con la idea de que este descubrimiento fuera solo una pequeña muestra de
las riquezas que les esperaban y que impresionaría al rey.
Los indios valoraban más las ostras frescas como alimento que las perlas, ya
que asaban las ostras antes de extraerlas de las conchas para hacerlas más
sabrosas. Esto contrastaba con la obsesión de los reyes españoles por las
perlas.
Vencida la resistencia de los indios de Tumaca, balboa establece una relación
de amistad con el cacique quien les proporcionó información valiosa sobre la isla
de Terarequí, llamada por balboa Isla Rica, donde se criaban las mejores ostras
y perlas. Sin embargo, debido al mal tiempo, Balboa no pudo visitar la isla en ese
momento. La expedición regresó a Santa María la Antigua después de un
exhaustivo viaje por la región. Su regreso se debe a una experiencia trágica que
vivieron con los remeros indígenas de Chape y a la percepción de que la estación
del año actual hacía que fuera arriesgado internarse en el golfo.
La expedición había agotado a los hombres, muchos habían enfermado, incluso
el propio Balboa, quien tuvo que ser transportado en una hamaca debido a su
estado de salud. Sin embargo, los resultados de la expedición fueron positivos.
Habían obtenido un valioso botín que incluía dos mil pesos de oro y perlas,
además de ochocientos indios naborías de ambos sexos, hamacas y ropas de
algodón. También habían demostrado que era posible atravesar el istmo en
pocos días, descubierto la Mar del Sur y encontrado un grupo de islas ricas en
perlas, aunque no pudieron visitarlas debido al mal tiempo.
A pesar de los desafíos enfrentados, la expedición no sufrió grandes pérdidas.
El 19 de enero de 1514, un gran grupo de españoles y cientos de indígenas
regresaron a Santa María y fueron recibidos con felicidad por sus compañeros
que los esperaban. Marcando el final de una exitosa pero agotadora expedición.

También podría gustarte