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LICENCIATURA EN DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

Asignación # 4
Trabajo Final

Viabilidad de la Adopción de una Nueva Constitución


Vía Constituyente Originaria

Estudiantes: José Buitrago


Atenas Castillo
Daisy Sánchez
Abdiel Escudero

Profesor: Omar Gómez

Materia: Derecho Constitucional II

2023

“EN PANAMÁ, ESTAMOS EN EL TIEMPO DE LA CONSTITUYENTE.”

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Contenido
INTRODUCION...................................................................................................3

LA CONSTITUYENTE ORIGINARIA...................................................................4

EL ESCENARIO NACIONAL...............................................................................6

CRISIS INSTITUCIONAL Y PROCESO CONSTITUYENTE...............................7

EL ESCENARIO..................................................................................................9

EL ESCENARIO NACIONAL.............................................................................11

CÓMO HACER LA TRANSFORMACIÓN CONSTITUCIONAL.........................12

EN EL MÉTODO DE DOS ASAMBLEAS Y EN EL DE UNA ASAMBLEA........13

MÉTODO DE LA CONSTITUYENTE PARALELA............................................14

CONSTITUYENTE ORIGINARIA......................................................................16

CONCLUSION.................................................................................................. 21

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INTRODUCION

La Constitución expresa la existencia de un Estado, que, por tanto,


generalmente se entiende como una sociedad organizada política y
jurídicamente.
La Constitución regula la organización y funcionamiento de los órganos y
poderes del Estado.
Al mismo tiempo, esto incluye cómo el Estado ejerce su relación de poder con
el pueblo del país, a través del reconocimiento de garantías básicas, ciertas
perspectivas como la delimitación de espacios específicos para cada individuo,
configurados para su beneficio. sobre permitir que las personas trabajen o no
para el gobierno.
Otros, nacidos posteriormente, asumieron un papel activo para que el Estado
asegurara, con el concepto de justicia distributiva, el goce efectivo de lo que
hoy llamamos derechos sociales.
En un sentido ideal, esto suele denominarse pacto social. Su legitimidad y
eficacia social y política dependerán, por tanto, de hasta qué punto represente
consenso.
Una constitución reúne los valores imperantes en una sociedad en un momento
determinado, que pueden ser los valores más aceptados o los propios de
determinadas zonas dominantes.
Sin duda, este Pacto Social también tiene un espíritu transaccional, nacido del
consenso entre diferentes actores sociales.
La constitución –la ley– está por encima de estándares inferiores. Es conocido
y aceptado el concepto de Kelsen de pirámide invertida, según el cual el valor
de los estándares inferiores resultantes de esta inversión deriva su legitimidad
de los estándares superiores. Así, incorporar una norma a la Constitución tiene
más valor jurídico, pero también es más político, porque reformar la
Constitución siempre es más difícil que el derecho común. También hay que
tener en cuenta que los principios contenidos en la Constitución son útiles para
la interpretación de la Constitución y para las normas de nivel inferior.

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LA CONSTITUYENTE ORIGINARIA
En cuanto al método más democrático para proporcionarnos un nuevo régimen,
el debate actual se centra en identificar el procedimiento más democrático,
legal y participativo para proporcionarnos una nueva constitución: Componente
inicial o componente paralelo.
La Asamblea Constituyente no fue concebida originalmente como un método
para enmendar la Constitución, pero siguió siendo una opción legal viable. Su
base constitucional será el artículo 2 de la Constitución Política, según el cual
el poder público proviene únicamente del pueblo. Además, la actual crisis
institucional en el país puede justificarlo si se construye el difícil consenso que
requiere.
Las importantes reformas constitucionales de 1983 y las constituciones de
1904 y 1946 se llevaron a cabo por métodos extra constitucionales.
La pregunta sigue siendo quién la convocará oficialmente.
Para lograr los objetivos de regeneración institucional y moral, la mejor manera
de lograr la adopción de una nueva constitución es convocando una asamblea
constitucional inicial.
Una consulta popular, como la acordada en Chile entre todos los partidos
políticos, que pregunta al pueblo si quiere una asamblea constituyente y si la
quiere como original o paralela, puede ser la solución más democrática para
resolver esta controversia.
La legalidad de las asambleas constitucionales paralelas y el gatopardismo
Reconocemos que las asambleas constituyentes paralelas, previstas por la
Constitución vigente, son también un instrumento legítimo para dotar al país de
un nuevo capítulo constitucional.
Afirmamos, sin embargo, que las limitaciones que impone al ejercicio del poder
constituyente socavan valores y principios.
Sin embargo, sostenemos que las restricciones que impone al ejercicio de los
derechos de los votantes socavan los valores y principios fundamentales que
dan identidad a la Constitución, como el principio de soberanía popular,
basado en el hecho de que el poder pertenece al pueblo, consagrado en el
artículo 2 de la carta y que al modificar estos principios, las restricciones
introducidas en la reforma constitucional de 2004 al artículo 314 de la
Constitución relativo a las funciones de la asamblea constituyente, pueden ser

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inconstitucionales y ni siquiera conocidas por el parlamento electo, utilice este
método de modificación de la Constitución.
Existe precedente sobre este tema, tanto de la Corte Constitucional de
Colombia como de la Sala Constitucional de Costa Rica.
Las decisiones adoptadas por un electorado soberano paralelo serían
aprobadas mediante un referéndum confirmatorio y podrían superar las
limitaciones erróneas introducidas por la reforma de 2004 y lograr
transformaciones similares a las que podría lograr el electorado original.
Sin embargo, persisten dudas sobre las verdaderas intenciones de algunos de
los organizadores de la asamblea constitucional paralela. Al no lograr un
consenso nacional amplio, apoyaron unilateralmente la recolección de firmas
sin especificar los objetivos comunes que pretendían promover con la
asamblea constituyente paralela.
Es evidente que se repite lo que Gramsci llamó revolución pasiva, es decir, el
intento de las regiones hegemónicas de adoptar una transformación
constitucional parcial y controlada para evitar un proceso de transformación
profunda de la Constitución, las instituciones y la economía socioeconómica.

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EL ESCENARIO NACIONAL
En Panamá asistimos a una lucha feroz por controlar o influir en los
instrumentos e instituciones del poder público, incluida la administración de
justicia.
En esta lucha están participando muchos sectores políticos, económicos,
medios de comunicación y gobiernos extranjeros, entre otros.
Lograr consenso para resolver los problemas nacionales es cada vez más
difícil. Como resultado, los diálogos no arrojaron los resultados esperados en
términos de participación democrática, viabilidad política e institucional,
eficiencia y eficacia socioeconómica.
La institución está en crisis, afectando a tres agencias estatales. Requieren una
revisión para darles la eficiencia y eficacia que necesitan. No se trata sólo de
regulación, ya que estamos viviendo una grave crisis sistémica con
consecuencias éticas, con un aumento alarmante de la corrupción, alimentada
por la falta de transparencia y la impunidad.
Esta complejidad real ha llevado a una falta de confianza institucional, que se
extiende a los partidos políticos y otras organizaciones con influencia política.
Durante muchos años, la demanda de cambios constitucionales ha persistido,
no siempre con las mejores intenciones y a veces mediante simples cálculos
políticos.
En este contexto, es peligroso desempeñar el papel de un Estado fallido,
motivado por ciertos intereses económicos y políticos.
El cambio constitucional es necesario y debe ser profundo, basado en un
consenso mínimo y un debate amplio y participativo. La transformación debe
alejarse de los problemas actuales e ir más allá. No deben comprometer ni
reducir la protección social; Al contrario, deben ampliarlo y fortalecerlo.
En este camino, existe el riesgo de regresión, dependiendo de las fuerzas
hegemónicas para procesar el cambio constitucional.
Una porción importante de panameños aún no entiende por qué es necesario
un cambio constitucional, ni entiende las funciones de nuestras instituciones y
los métodos para reformar o adoptar nuestra Constitución.
Es necesario un ejercicio educativo sobre estos temas y un gran debate sobre
ellos. Las incertidumbres derivadas de los efectos devastadores del Covid-19
están llamando la atención sobre la viabilidad de un cambio constitucional.

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CRISIS INSTITUCIONAL Y PROCESO CONSTITUYENTE
El corazón del debate teórico y político en la situación actual del país gira en
torno a cuál es el método más adecuado, democrático y participativo para
lograr las transformaciones necesarias y urgentes en la implementación de
nuestra Constitución, a fin de construir la sociedad más justa, solidaria y
saludable. democracia. la igualdad que todos los panameños necesitamos y
merecemos.
Impulsado por la emergencia civil de este tiempo, me atrevo a proponer una
serie de cambios a nuestra Constitución actual, destinados a estimular y
dinamizar la aprobación de una resolución que pide cambiar la tan demorada
constitución a través de una asamblea constituyente, sin adjetivos, a través de
una proceso democrático, inclusivo y participativo.
De ahí surgieron pensamientos y propuestas que, con cierta evocación
“Bobbiana”, he denominado “La Constituyente Original o Paralela.
Nuestra opinión se basa en una observación clara, estamos atravesando lo
que los politólogos llaman la “Era Gramatical”:
Lo viejo no muere simplemente y lo nuevo no nace simplemente. Vivimos una
crisis institucional de consecuencias impredecibles, derivada de un sentido de
responsabilidad, que nos lleva a la urgente necesidad de impulsar un “proceso
constitutivo” para reconstruir las instituciones de la República.
La democracia verdaderamente existente pasó a ser oligarquía o plutocracia
hasta convertirse en “kakistoscracia” o los peores gobiernos, como los llamó
Miguel Ángel Bovero. Ante la gravedad de esta situación, nos atrevemos a
proponer algunas soluciones que consideramos necesarias e impostergables
para superar la crisis institucional que vive el país.
Principales ejes de la propuesta de reforma constitucional “Vivimos una crisis
institucional con consecuencias impredecibles, en opinión de responsabilidad
nos lleva a la inaplazable necesidad de promover un 'proceso constituyente',
para refundar las instituciones republicanas”.
Pretendemos redimensionar o centrar el actual debate constitucional en lo que,
para nosotros, es el centro de gravedad de los cambios que deben realizarse a
la Constitución y que, a nuestro juicio, no es otro que lo relacionado con la
“organización del poder político” superando el ultra presidencialismo existente
desde los albores de la República.
Recomponer la estructura y las relaciones entre los órganos que ejercen el
poder del Estado es la tarea principal que, en mi opinión, debemos realizar, con

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la clara percepción de que cualquier cambio que se realice a la Constitución,
sin perjuicio de otros, debe centrarse en ese aspecto esencial.
En nuestro país se han redactado cinco proyectos de cambios totales de la
Constitución, todos de extraordinario valor académico y práctico; estos aportes
deben, en nuestra opinión, complementarse con un enfoque integral, que
aborde el problema fundamental de la institucionalidad democrática como lo es,
sin duda, la cuestión relativa a la efectiva separación y distribución equilibrada
del poder entre los órganos principales del Estado, y la implementación de un
nuevo diseño institucional que permita la reconfiguración de la estructura actual
de los órganos fundamentales del Estado, para construir una democracia
gobernable, responsable, participativa y descentralizada.
Proponemos, como aspecto fundamental, la sustitución del actual ultra
presidencialismo por un sistema de gobierno de tipo semipresidencialista que
contenga un auténtico equilibrio inter e intraorgánico, entre los poderes del
Estado.
Nuestra propuesta no pretende ser un salto al vacío o a lo desconocido, como
ocurre cuando proponemos un sistema de gobierno parlamentario, sino más
bien un cambio en el sistema de gobierno presidencial en el que los países
tengan las habilidades y capacidades, especialmente después del
advenimiento de la democracia. También proponemos una transición de la
actual democracia representativa a una democracia participativa.
Se adoptaron instituciones y modelos democráticos participativos,
especialmente en América Latina, que crearon instituciones y procedimientos
para la participación ciudadana que apuntalaron un nuevo modelo de
constitución contemporánea con el establecimiento de agencias, en todos los
niveles, que sean efectivas y populares. unión. control gubernamental de las
decisiones que afectan a los ciudadanos y la sustitución de mecanismos
excesivamente centralizados y burocráticos por una “descentralización”
moderna y funcional.

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EL ESCENARIO
La seguridad jurídica seguirá siendo vaga, porque nadie puede saber
exactamente qué se adoptará en la nueva Constitución.
Por eso nuestra postura es contraria a esta iniciativa, porque el problema no
viene de la ley existente sino también de nosotros mismos, la ley existe, pero
no se aplica correctamente, no de acuerdo con principios, no de personas
honestas y con actitudes morales elevadas.
Algunas de las razones o argumentos de quienes aprobaron la nueva
constitución encaminada a eliminar la inmunidad, jurisdicción y privilegios de
los representantes de las instituciones estatales y de los políticos, entendemos
que no son cuestiones de capacidad.
La autoridad no es mala, la ley determinará con precisión que existen
suficientes factores para potenciar la capacidad, es decir, obligar a la persona a
investigar, y la ley estipula que la autoridad de esta persona se verá reforzada
en el caso de que sean actos reprobables. en el ejercicio del poder y debe ser
regulado por las autoridades, por lo que este argumento es que es necesaria
una nueva constitución en materia jurídica, lo cual no es del todo cierto.
¿Pero qué está pasando hoy? Se protegen unos a otros y no hacen cumplir la
ley, pero ¿y si fueran personas honestas?
Creemos firmemente que tal problema no existirá.
Sería más fácil ilustrarlo. Supongamos que eliminamos el poder de los
representantes o de los políticos en general, entonces mañana habrá un
representante elegido con una actitud sana y con el deseo de proteger los
derechos de la clase trabajadora y de los agricultores, humildes y vulnerables
de nuestro país, donde hombres fuertes y opositores crearán una situación
inventada para eliminarlos, desacreditarlos o incluso encarcelarlos.
Asimismo, podemos presentar otro ejemplo que trata de jurisdicciones
importantes.
En el caso del fuero sindical, este derecho existe por la misma razón, lo que
significa que los representantes sindicales no pueden tener garantía de
capacidad, y al mismo tiempo también se debe garantizar la capacidad.
Desde entonces, en efecto, hay que trabajar como representante, es decir,
luchar por mejoras en el empleo, los salarios y las condiciones sociales, los
empresarios pueden argumentar que actuar así va en contra de sus intereses
y, por tanto, si el representante sindical no goza de inmunidad alguna y es

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vulnerable a posibles empleadores que lo persigan y posiblemente incluso lo
despidan.
Lo anterior sucederá especialmente si este representante sindical es un líder
enérgico y tiene la capacidad de luchar para proteger los derechos de los
afiliados. Por lo tanto, consideramos que la jurisdicción es necesaria y más aún
cuando la ley no se aplica.
Otro ejemplo muy cuestionado hoy es la selección de jueces del Tribunal
Supremo Judicial.
Esta acción reforzó la necesidad de una nueva constitución porque el
presidente era responsable de seleccionar nuevos jueces. Aunque cada juez
tiene sus propios deberes y poderes, el presidente del Tribunal Supremo no
selecciona a la mayoría de los jueces. En cada periodo de clase tienen que
elegir entre dos, tres o incluso cuatro.
La ley se redactó de esta manera para impedir que un presidente pudiera
nombrar nueve jueces para el Tribunal Supremo Judicial y para que ese
presidente se beneficiara de una mayoría. Por un lado, está claro que alguien
debe nombrarlo, pero por otro, también debemos entender que en este caso
también se busca al partido que ostenta el poder económico y político en
nuestro país.
En esta elección habrá un pequeño grupo de oligarcas seleccionados que, a
través de una llamada comisión, nombrarán a los jueces. Si esto sucediera, ¿te
imaginas lo que implicaría y lo que significaría para las personas? Entonces en
esa medida

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EL ESCENARIO NACIONAL
En Panamá asistimos a una lucha feroz por controlar o influir en los
instrumentos e instituciones del poder público, incluida la administración de
justicia.
En esta lucha están participando muchos sectores políticos, económicos,
medios de comunicación y gobiernos extranjeros, entre otros.
Lograr consenso para resolver los problemas nacionales es cada vez más
difícil. Como resultado, los diálogos no arrojaron los resultados esperados en
términos de participación democrática, viabilidad política e institucional,
eficiencia y eficacia socioeconómica.
La institución está en crisis, afectando a tres agencias estatales. Requieren una
revisión para darles la eficiencia y eficacia que necesitan. No se trata sólo de
regulación, ya que estamos viviendo una grave crisis sistémica con
consecuencias éticas, con un aumento alarmante de la corrupción, alimentada
por la falta de transparencia y la impunidad.
Esta complejidad real ha llevado a una falta de confianza institucional, que se
extiende a los partidos políticos y otras organizaciones con influencia política.
Durante muchos años, la demanda de cambios constitucionales ha persistido,
no siempre con las mejores intenciones y a veces mediante simples cálculos
políticos.
En este contexto, es peligroso desempeñar el papel de un Estado fallido,
motivado por ciertos intereses económicos y políticos.
El cambio constitucional es necesario y debe ser profundo, basado en un
consenso mínimo y un debate amplio y participativo. La transformación debe
alejarse de los problemas actuales e ir más allá. No deben comprometer ni
reducir la protección social; Al contrario, deben ampliarlo y fortalecerlo.
En este camino, existe el riesgo de regresión, dependiendo de las fuerzas
hegemónicas para procesar el cambio constitucional.
Una porción significativa de panameños aún no entiende por qué es necesario
un cambio constitucional, ni entiende el funcionamiento de nuestras
instituciones y los métodos para reformar o adoptar nuestra Constitución.

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Es necesario un ejercicio educativo sobre estos temas y un gran debate sobre
ellos. Las incertidumbres derivadas de los efectos devastadores del Covid-19
están llamando la atención sobre la viabilidad de un cambio constitucional.

CÓMO HACER LA TRANSFORMACIÓN CONSTITUCIONAL


Desde el punto de vista jurídico, los cambios pueden realizarse mediante
reforma o mediante una nueva Constitución.
Cuando se trata del proceso de reforma, existen métodos rígidos y métodos
flexibles de implementación.
También existe experiencia con las llamadas cláusulas de piedra, como la
Constitución italiana de 1948, que estipula que el sistema republicano no puede
ser reemplazado por una reforma constitucional.
La Constitución brasileña de 1988 estipula que, mediante reformas, los
derechos fundamentales no pueden reducirse ni eliminarse.
Durante años, Panamá tuvo un sistema rígido que requirió dos congresos
diferentes para llevar a cabo la reforma constitucional.
Con la reforma de 1983 se añadieron algunos métodos, pero aún no se puede
decir que la implementación de la reforma fuera completamente flexible.
Iniciativas impulsan reforma constitucional.

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EN EL MÉTODO DE DOS ASAMBLEAS Y EN EL DE UNA
ASAMBLEA
1. Asamblea Nacional
2. Consejo de Gabinete
3. Corte Suprema de Justicia
Para el método de la Constituyente Paralela hay reglas especiales.
Método de Dos Asambleas
1. Tres debates y aprobación por mayoría absoluta en la primera Asamblea.
2. Segunda Asamblea: primera legislatura de la nueva Asamblea, un solo
debate, mayoría absoluta, sin modificaciones.
Este método es más apropiado para reformas puntuales y ha sido el
tradicionalmente utilizado en nuestro país.
Entre sus desventajas está que el protagonismo lo tienen quienes están
representados en la Asamblea Nacional.
En el año 2019, se intentó en forma apresurada utilizar este método, con un
anteproyecto elaborado por el Consejo Nacional de la Concertación para el
Desarrollo.
Esta alternativa se manejó luego del fracaso de la propuesta de concretar esa
reforma por el método de una Asamblea y referéndum.
Varios partidos políticos y candidatos, que en su reciente campaña habían
sostenido la necesidad de una constituyente, rápidamente se adhirieron a esta
iniciativa.
Ante el amplio rechazo popular de la propuesta, el Gobierno optó por desistir
de la misma.
Método de Una Asamblea
1. Tres debates en una legislatura.
2. Mayoría absoluta.
3. Segunda legislatura: tres debates, mayoría absoluta.
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4. La segunda legislatura puede introducir modificaciones
5. Referéndum entre 3 y 6 meses después.
Este método fue el que inicialmente promovió el Ex Presidente Martinelli. Se
elaboró una propuesta de reforma constitucional profunda, pero el Gobierno
optó por no llevarla a Gabinete ni a la Asamblea Nacional.

Método de la Constituyente Paralela


1. A iniciativa del Órgano Ejecutivo, ratificada por la mayoría absoluta de la
Asamblea Nacional.
2. A iniciativa de la Asamblea Nacional, aprobada por las dos terceras partes.
3. Iniciativa ciudadana por el 20% del Padrón Electoral y hasta 6 meses para
completar las firmas.
4. Cumplida alguna de las anteriores alternativas, el Tribunal Electoral convoca
la elección de constituyentes, entre tres a seis meses.
5. Sesenta constituyentes, por provincias y comarcas en proporción a su
población. No hay constituyentes nacionales ni por Circuito.
6. Postulación partidista y por libre postulación.
7. Tribunal Electoral deberá establecer en la convocatoria el sistema electoral
aplicable a la elección.
8. La Constituyente puede aprobar una reforma total (nueva Constitución) o
parcial.
9. Plazo entre 6 y 9 meses para elaborarla.
10. Referéndum dentro de 3 a 6 meses después de entregada.
11. Restricciones: no retroactividad, no afectación de períodos de los cargos
electos y los designados por periodos fijos, solamente puede dedicarse a la
reforma constitucional. Este método se está intentando utilizar ahora.
En realidad, supone un cúmulo de pasos y restricciones, que le confiere
excesivo poder al Tribunal Electoral, que la convierten en un proceso largo y de
alcance limitado.
Esta sería una Constituyente a la cual, por norma constitucional, se le excluiría
en parte del alcance del artículo 2 de la Constitución Política, que dispone que
el poder público solo emana del pueblo. En este sentido, ¿qué sucedería si
esta Constituyente reclamase para ella el pleno ejercicio de expresión de la
voluntad del pueblo?
Ya existe una corriente doctrinal y jurisprudencial que reconoce la posibilidad
de que una norma constitucional pueda ser inaplicable, en la medida en que
contraste con valores fundamentes de la propia Constitución.

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Así ocurrió en Colombia, luego de que el Ex Presidente Uribe logró que la
Asamblea le garantizase más reelecciones.
El Tribunal Constitucional dejó sin efecto esa reforma por considerarla contraria
a los valores democráticos de la Constitución.
En sentido similar, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de
Costa Rica, decidió que la prohibición de que los expresidentes no pudieran
volver a ser elegidos (en este caso el señor Oscar Arias), ya que se vulneraba
su derecho humano a la elección.
En Panamá, en 1946, la Constituyente se declaró Asamblea Ordinaria, una vez
cumplida su tarea constituyente. Incluso antes de eso estuvo legislando
mediante Decretos Legislativos.

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CONSTITUYENTE ORIGINARIA
No fue pensado explícitamente como un método de reforma, pero sigue siendo
una opción viable, incluso cuando lo requieren importantes sectores
nacionales. Su base constitucional será el artículo 2 de la Constitución Política,
según el cual el poder público proviene únicamente del pueblo.
Además, la situación actual del país podría justificarlo, si se lograse el difícil
consenso que requeriría. Precisamente, la importante reforma de 1983 se llevó
a cabo por vías extra constitucionales, luego aprobada por la Corte Suprema
de Justicia. La pregunta sigue siendo quién la convocará oficialmente. En 1904
se formó el Consejo de Gobierno Provisional.
En 1945, el gobierno anterior se opuso y exigió que grandes regiones se
postularan.
En 1972, el gobierno militar convocó a elecciones y reconoció las funciones
constitucionales de la Asamblea Nacional de Corregimientos. Un procedimiento
más democrático, legal y participativo para darnos una nueva Constitución.
La nación de Panamá en realidad está atravesando un proceso de constitución,
ya que la situación política actual ha colocado en el centro del debate la
urgente necesidad de transformar las instituciones republicanas, superando las
asimetrías de distinción clara entre la constitución vigente y la realidad social,
política y económica. constituye un caso desastroso de fraude constitucional.
Para alcanzar los objetivos de regeneración institucional y moral que la nación
panameña merece y necesita, proponemos la adopción de una nueva
Constitución que se efectuará mediante la convocatoria de la Asamblea
Constituyente original.
Partimos de la observación de que es necesario superar la Constitución de
1972 y sus modificaciones, porque claramente ha quedado obsoleta. Ninguna
de sus normas fue adoptada en un ambiente donde las garantías democráticas
de los ciudadanos estaban en plena vigencia y, en el período posterior a la
invasión de 1989, los cambios introducidos respondieron en su mayoría al
consenso y los intereses actuales de la clase política.
La apertura de un proceso electoral debe ser resultado de la necesidad del
pueblo de dotarse de nuevas instituciones políticas y jurídicas, que
necesariamente deben estar legitimadas por los votos del pueblo. Las
condiciones objetivas están maduras para el cambio.

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Los escándalos de corrupción han alcanzado los niveles de una pandemia que
amenaza con hacer metástasis en el tejido social del país.
Adicionalmente, reconocemos que la Asamblea Constituyente Paralela,
regulada en la actual Constitución, también es un instrumento legítimo para
dotar al país de una nueva carta constitucional.
Sin embargo, sostenemos que las limitaciones al ejercicio del poder
constituyente, en la así denominada constituyente paralela, lesionan valores y
principios fundamentales que configuran la identidad de la Constitución como lo
es el principio de la Soberanía Popular sustentado en que el poder pertenece al
pueblo, consignado en el artículo 2 de la Carta Fundamental y que al alterar
esos principios y valores sustanciales, las restricciones que introdujo la reforma
constitucional de 2004 al artículo 314 de la constitución relativo a las funciones
de la Asamblea Constituyente, podrían ser inconstitucionales y hasta
desconocidas por la Asamblea que se elija utilizando este método para cambiar
la Constitución.
Constatamos que, en el actual proceso de activación de la convocatoria a la
Asamblea Constituyente Paralela, por algunos partidos políticos, sectores
empresariales y grupos de la sociedad civil, se ha dado de manera unilateral,
toda vez, que se genera sin recabar un mínimo consenso entre amplios
sectores de la ciudadanía.
En ausencia de estos se pudieran frustrar las legítimas aspiraciones de la
mayoría de los ciudadanos y evitar las transformaciones que conduzcan a un
cambio real de nuestras instituciones democráticas. Etapas del proceso
constitutivo y conveniencia de implementación
Etapas del proceso de elaboración de la Constitución y conveniencia de contar
con la opinión del pueblo para determinar el método de modificación de la
Constitución. Para lograr las transformaciones que requiere el actual equilibrio
de fuerzas a favor de un cambio constitucional integral, debemos pasar por un
“Proceso Constitutivo”.
Entendemos que se trata de una serie de acciones que deben tomarse para
adoptar un nuevo documento constitucional que represente democrática y
legítimamente la voluntad de nuestro pueblo.
Teóricamente, un proceso constitutivo se puede estructurar en diferentes
etapas, las cuales se pueden clasificar de la siguiente manera:
A- Fase Preelectoral

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Este período que llamamos preelectoral es el período en el que la gente toma
conciencia de la necesidad de un cambio profundo en las instituciones,
impulsado por condiciones económicas, sociales y políticas como: corrupción
excesiva, impunidad, clientelismo, crisis institucional, falta de participación de
los ciudadanos. personas en las decisiones que les conciernen.
Consideramos que este paso está parcialmente completado, pero merece una
mayor investigación.
Sin embargo, dada la importancia, transparencia y legitimidad de la decisión
sobre el camino a seguir para el cambio constitucional, y para evitar divisiones
entre sectores que promueven una solución u otra, recomendamos convocar
una consulta popular urgente para que la gente pueda responder. preguntas
importantes, en este sentido:
 ¿Quiere una nueva Constitución política?
 ¿Qué agencia debería redactar la Constitución?
 Asamblea Constituyente Paralela.
 Asamblea Constituyente Originaria.

B- Fase de Activación del Proceso Constitutivo


El siguiente paso será activar el proceso de composición. Entonces, la mayoría
del pueblo se dio cuenta de la necesidad de un cambio y decidió armarse de
esta herramienta mediante un procedimiento aprobado por el pueblo para
cambiar el orden constitucional existente.
Durante esta fase se deben acordar importantes aspectos procesales, tales
como:
 Quién debe integrarlo.
 Su mecanismo de selección de miembros.
 Cómo redactar documentos constitucionales.
 Condiciones de aprobación.
C- Fase Constitutiva Esta fase comprende básicamente tres fases:
 Elección de electores.
 Escribe texto.
 Ratificación popular por referéndum.
Una vez elegidos los miembros de la Asamblea Constituyente, el objetivo era
dar al pueblo una voz efectiva en la redacción de la constitución. Es necesario

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implementar mecanismos de interacción que sean de carácter bidireccional o
bidireccional.
Es decir, es necesario fijar plazos para la presentación de propuestas que
serán presentadas en los centros de recepción ubicados en las alcaldías de
todo el país, mediante el uso de diversas tecnologías informáticas. Luego de
recibir las propuestas, la Asamblea Constituyente realizará una investigación
para esclarecer su contenido.
Una vez culminado el proceso de recepción de propuestas, se realizará el
proceso editorial con el apoyo de asesores técnicos, convocando a consulta en
línea con tecnología de votación encriptada, para consensuar aspectos
importantes que surgirán durante el debate.
Estos deben hacerse públicos y transmitirse por televisión, radio y sitios web,
momento en el que los votantes aprobarán el texto final del proyecto de
constitución. El proyecto de constitución debe difundirse ampliamente en forma
escrita y digital.
Luego se iniciará un período de reflexión e investigación para que pueda
convertirse en tema de un amplio debate.
Una vez transcurrido este plazo, el proceso de ratificación se iniciará con un
referéndum vinculante y con todas las garantías para el ejercicio del derecho a
la libertad de voto, en el que el pueblo decidirá si ratifica o rechaza por
completo el texto propuesto.
La gran tarea que debemos cumplir es construir una interacción adecuada
entre el poder electoral y el poder social, capaz de crear un equilibrio de poder
favorable.
La viabilidad de la adopción de una nueva constitución a través de una
constituyente originaria depende de varios factores:
 Legitimidad y Participación Popular: La constituyente originaria debe
contar con un amplio respaldo y participación de la ciudadanía para que
sea considerada legítima. Esto implica la necesidad de convocar a
elecciones o mecanismos de selección que permitan una representación
adecuada de la diversidad de la sociedad.
 Consenso Político: Es necesario contar con un amplio acuerdo entre las
fuerzas políticas y sociales sobre la necesidad y los objetivos de una
nueva constitución. Esto implica superar las divisiones políticas y
establecer un marco de diálogo y negociación que permita consensuar
las bases de la nueva constitución.

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 Recursos y Logística: La realización de una constituyente originaria
implica un alto costo logístico y financiero. Se requiere de recursos
adecuados para organizar y llevar a cabo el proceso de elección de los
constituyentes, así como para proporcionarles las condiciones
necesarias para realizar su trabajo.

 Tiempo y Continuidad Política: La elaboración de una nueva


constitución puede ser un proceso largo y complejo. Se requiere de
tiempo suficiente para que los constituyentes puedan analizar y discutir
los diferentes aspectos de la constitución. Además, es necesario
garantizar la continuidad política y la estabilidad institucional durante
este proceso para evitar interrupciones o cambios bruscos que puedan
afectar la viabilidad del mismo.

En resumen, la viabilidad de la adopción de una nueva constitución vía


constituyente originaria depende de la existencia de un amplio respaldo
popular, un consenso político, recursos adecuados y un marco institucional
estable, es un proceso complejo, pero puede ser viable si se cumplen estos
requisitos.

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CONCLUSION

La Asamblea Nacional o la asamblea constitucional es un órgano


representativo.
El colectivo tiene la función de redactar una nueva constitución y está
equipado para tener poder completo o poder constituyente al que todos deben
someterse a organizaciones públicas.
Cabe señalar que el término componente paralelo es lo opuesto a la naturaleza
del ingrediente mismo, ya que habla de todo el poder dentro de organizaciones
públicas.
Un electorado puede poner en peligro incluso a las clases más vulnerables
en nuestro país, porque no es ningún secreto que quienes ostentan el poder
económicamente invertirán mucho dinero en nombrar personas y protegiendo
así sus intereses, significará menos para la clase ricos, como siempre, que
votaron por una bolsa de comestibles, y satisfaciendo así las ambiciones de la
clase política corrupta de nuestro país.
En Panamá, como en muchos otros países, la corrupción es endémica todos
los sectores políticos y económicos, entre otros.
En nuestro propio país esto sólo requiere una verdadera independencia del
poder del Estado, y especialmente el poder judicial, que es el organismo
ejecutor.
de Justicia.
Lo anterior se verá reforzado por la presencia de personas honestas, de lo
contrario, sucederá lo descrito anteriormente, miembros de la clase.
Los privilegios especiales no incluirán ni garantizarán los intereses comunes
del grupo completo, es decir, toda la población.
Además de todo lo dicho al inicio del párrafo anterior, en el mismo cabe
destacar que la decisión de convocar o iniciar la construcción de un nuevo
elemento, ya que esta acción significa que entrará en vigor. una nueva regla y
según la cual nadie puede conocer su contenido, es decir, lo que ha sido serán
realizadas por los partidos políticos, judiciales y económicos, según la forma

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que todas las empresas paralizarán sus inversiones porque desaparecerán o
más bien se trata de lo que se llama seguridad jurídica en lo dicho.

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