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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA

CARRERA DE DERECHO

NOMBRE: Mishell Rodríguez

SEMESTRE: Tercero “C”

FECHA DE ENTREGA: 2022-02-07

ENSAYO

TEMA: SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

INTRODUCCIÓN

Desde su rescisión de la Gran Colombia, la República del Ecuador, ha tenido 20


constituciones a lo largo de su historia, y se podría decir que la constitución del 2008 es una
de las más extensas del mundo y las más largas de las cartas magnas que se ha adoptado en
el territorio ecuatoriano, posee 444 artículos, agrupados en los diferentes capítulos, que
componen los 9 títulos de la constitución. La Supremacía Constitucional es un principio
teórico de Derecho Constitucional, que postula originalmente ubicar a la Constitución de un
país jerárquicamente por encima de las demás normas jurídicas, internas y externas, que
puedan llegar a regir sobre ese país. Esto incluiría a los tratados Internacionales ratificados
por el país y cuyo ámbito pueda ser de aplicaciones sobre las normas jurídicas internas. La
constitución es un texto de carácter jurídico - político fruto del poder constituyente que
fundamenta todo el ordenamiento, situándose como norma que recoge, define y crea los
poderes constituidos limitándolos al servicio de la persona humana. Además, tendrá el
carácter de Norma Suprema, de manera que prevalecerá sobre cualquier otra que fuese
posterior y contraría a ella, jerarquía constitucional. La prelación de norma superior implica
que no puede transgredirla o violarla una norma de inferior jerarquía; sencillamente porque
se trata de normas Supremas o normas que tienen prioridad en la normativa de la jerarquía
de la normatividad jurídica del estado.
En la carta magna se sacraliza la supremacía de la constitución y está establecido en el
artículo 424: “La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del
ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público deberán mantener
conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de eficacia
jurídica”.

En Ecuador debemos tener claro que la constitución es la norma que dirige a los
ciudadanos democráticos, es decir, que mantiene una política organizada. Ésta contiene los
principios por los cuales se rige la organización nacional en todos los ámbitos. En Ecuador,
está claramente establecido al inicio, en el primer artículo de la Constitución del 2008
específicamente, que “es un constitucional de derechos y justicia, social, democrático,
soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma
de república y se gobierna
de manera descentralizada”. Con esto entendemos que estas son las bases para seguir una
vida republicana que se rige además con las leyes, normas y reglamentos, en sí, una vida
activamente soberana.

En el caso de Ecuador, la constitución es aprobada por el pueblo soberano que se deriva de


la sociedad, la cual se manifiesta a través de la asamblea general, en donde sus integrantes,
provienen del vigor político y social.

PROCESOS CONSTITUCIONALES Y CONSTITUYENTES

A lo largo del tiempo, la constitución ecuatoriana se ha ido modificando conforme se


presentan las exigencias de las épocas, como, por ejemplo, el requerimiento de la creación
de nuevos derechos que cubran los espacios, los grupos de personas que se sienten
excluidas de ellos, en sí los derechos humanos, o la opresión de las élites que buscan el
poder, y con la demanda de poner margen al abuso del poder. Frente a esto, el control
jurisdiccional se ha relacionado fuertemente con las cartas constitucionales, además de
otros vínculos.

Esta modalidad estuvo presente en Ecuador en el año de 1998, lo que llevó a que se
fortalezca la justicia constitucional por medio del aumento de garantías constitucionales
que amparen los derechos, bajo el aseguramiento de la constitución y su sistema y la
actuación del poder a través de un órgano jurídico.  Ese cambio exige a conseguir una
nueva cultura jurídica que comprende en cumplir concretamente el papel de los jueces, que
a través del poder interpretan y controlan el contenido de la constitución. Debido a esto, en
la actualidad existe participación activa y relacionada de la Corte Constitucional en el
mando e interpretación de la normativa vigente, con el propósito de preservar el aspecto
supremo de la constitución y la estabilidad del orden jurídico. Por ende, el incumplimiento
del dominio constitucional fija una contravención del aspecto material de la Constitución, y
mantiene una exclusión al desempeño de la actividad de dominio del poder frente al amparo
positivo de los derechos constitucionales. Una de las primeras consecuencias que lleva el
aumento de poder normativo de la Constitución es el cambio de la hermenéutica jurídica.
Para analizar ello hay que tomar en cuenta que en la literatura judicial existen muchas
maneras de interpretar o entender el derecho, ya que existen formas hermenéuticas
tradicionales y otros métodos especiales. En el caso de las primeras, fueron desarrolladas
por Savigny, que en Ecuador fueron acogidos y recopilados en el Código civil. Lo que
tenemos claro ante todo esto es que la Constitución no viene a ser una norma común o algo
corriente. Está es demasiado importante ya que es requerida para ser aplicada ya que
depende de ella las reglas Subconstitucionales para que las terminen.

Tomando en cuenta todos los aspectos mencionados con anterioridad, y recordando que el
Ecuador se rige con un sistema de fuentes de la actual corriente constitucional
latinoamericana que lleva al acercamiento de una crisis de Estado social podemos entender,
a continuación, que en el suceso ecuatoriano, mantiene y está presente en un método de
principios de su propio género que tiene componentes primordiales del método de fuentes
del constitucionalismo de Latinoamérica, que llega a ser un tanto desordenado y caótico,
fusionando con la conservación de ciertos componentes primordiales del típico sistema de
principios de aspiración francesa, la cual tiene una aclaración un tanto más concreta y clara.

Con los numerosos precedentes del pasado, en el Ecuador la idea de convocar a una
asamblea constituyente siempre ha estado latente, especialmente cuando los problemas
políticos e institucionales parecen no tener otra solución, porque los hechos desbordan el
marco jurídico. Tampoco debe pasar desapercibido el hecho de hacer de la constituyente
una estrategia política, que permite a los candidatos presidenciales entusiasmar a las
multitudes y obtener su adhesión al proponerles un “cambio profundo” del sistema
imperante, lo que se ofrece realizar mediante una asamblea constituyente. Una vez en el
Poder, el proceso constituyente que siempre tendrá complicaciones mantiene ocupados a
todos, particularmente a la oposición. Esta estrategia política, con resultados inciertos, es
una nueva forma de populismo que se observa en algunos países latinoamericanos.

¿Cómo llegamos a la Constitución de 2008?

El proyecto político de la Revolución Ciudadana liderado por el entonces candidato Rafael


Correa tuvo como principal oferta de campaña en 2006 una reforma integral a las
estructuras del Estado.

Se plantea una consulta popular para que la ciudadanía se pronuncie sobre la instalación de
una Asamblea Constituyente de plenos poderes que redacte una nueva Constitución.

Rafael Correa se posesiona el 15 de enero de 2007. En ceremonia de posesión de ministros


en la Mitad del Mundo, firma decreto disponiendo al Tribunal Supremo Electoral convoque
a consulta popular para que el país se pronuncie sobre la instalación de una Asamblea
Constituyente de plenos poderes.

Art. 104.- El presidente de la República podrá convocar a consulta popular en los siguientes
casos:
1. Para reformar la Constitución, según lo previsto en el Art. 283.
2. Cuando, a su juicio, se trate de cuestiones de trascendental importancia para el país,
distintas de las previstas en el número anterior.”

La consulta popular se desarrolla el 15 de abril de 2007, con la siguiente pregunta:


¿Aprueba usted que se convoque e instale una Asamblea Constituyente con plenos poderes
de conformidad con el Estatuto Electoral que se adjunta, para que se transforme el marco
constitucional del Estado y elabore una nueva Constitución?
Dando como resultado el 81,72% de respuestas SI y 12,43% de respuestas No.
El 30 de septiembre de 2007 se desarrolla la elección de 130 asambleístas constituyentes.
Alianza PAIS logra más del 70% de escaños.

En noviembre de 2007 se instala la Asamblea Constituyente de plenos poderes que de


inmediato cesó en sus funciones al Congreso Nacional.

 Se reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos.


 Se reconocen los derechos del Buen Vivir, agua, alimentación, ambiente sano,
comunicación e información, la cultura y la ciencia, la educación, el hábitat y la
vivienda, la salud, el trabajo y la seguridad social.
 Se reconocen los derechos de las personas y grupos de atención prioritarios, para
adultos mayores, niñas, niños y adolescentes, mujeres embarazadas, personas con
discapacidad, personas privadas de libertad, quienes adolezcan enfermedades
catastróficas o de alta peligrosidad, personas en situación de riesgo, víctimas de
violencia doméstica y sexual, maltrato infantil y desastres naturales.
 Se prohíben los feriados bancarios.
 Se prohíbe el congelamiento de los depósitos.
 Se elimina la autonomía del Banco Central.
 Se elimina la potestad de la Función Legislativa para elegir autoridades de control y
crea la Función de Transparencia y Control Social.
 Prohíbe el establecimiento de bases extranjeras en territorio nacional.
 Promulgación de la Ley Orgánica de Comunicación.
 En el ámbito jurisdiccional, trasladó la atribución de conceder el recurso de Habeas
Corpus a la Función Judicial.
 Modificó la concepción de las Fuerzas Armadas, contemplándolas como instituciones
de protección.
 Establece disposiciones para el reconocimiento de la justicia indígena.
 Garantiza o clarifica las competencias de los Gobiernos Locales.
 Establece la obligatoriedad de definir un Plan Nacional de Desarrollo.
 Se rescata el principio de planificación.
 La soberanía económica privilegia el papel del Estado.
Sin duda alguna, la Constitución del Ecuador actual (2008), mantiene un sistema de fuentes
algo interesante e innovador gracias a influencias internacionales, como de los particulares
requisitos en los requisitos en los que estableció internamente su proceso en Montecristi,
que buscaba de cierta manera una revolución para así llevar al Ecuador a una cultura
constitucional que buscaba emprender un proyecto acorde a las necesidades de los
ecuatorianos en general.

INCORPORACIÓN DE TRATADOS Y CONVENIOS INTERNACIONALES


DENTRO DE NUESTRA LEGISLACIÓN Y LOS POSIBLES CONFLICTOS CON
LA CONSTITUCIÓN EN CUANTO A LA SUPREMACÍA.

Según el Art. 272 de la Carta Política vigente, "La Constitución es la ley


suprema del Estado. Las normas secundarias y las demás de menor jerarquía deberán
mantener conformidad con los preceptos constitucionales. No tienen valor alguno las leyes,
decretos, ordenanzas, disposiciones y tratados o acuerdos internacionales que, de cualquier
modo, estuvieren en contradicción con la Constitución o alteren sus prescripciones".
La Constitución de 1998 agrega este importante inciso: "Si hubiere conflicto entre normas
de distinta jerarquía, las cortes, tribunales, jueces y autoridades administrativas lo
resolverán, mediante la aplicación de la norma jerárquicamente superior".
La teoría ampliamente difundida bajo la autoridad de Kelsen, de la estructura
piramidal del orden jurídico de modo que la Constitución sustenta y da valor a las
demás normas, en realidad ha sido vivida mucho tiempo antes en los estados democráticos.
En Latinoamérica, la fundación misma de las Repúblicas coincide o se expresa mediante la
elaboración de Cartas Constitucionales, cuyo valor primario, por encima de toda otra norma
positiva temporal, está fuera de dudas; además, son frecuentes las declaraciones teóricas de
esa supremacía constitucional.

Nuestra Primera Carta, la de 1830, estatuye que todo funcionario jurará fidelidad a la

Constitución y las leyes (art. 69), y que la persona que no jurare no se reputará como
miembro de esta sociedad. Tal disposición se conservó en 1835 (art. 109), agregándose ya
en esta remota Carta que "se declaran en vigencia todas las leyes y decretos que rigen al
presente, en cuanto no se opongan a la Constitución" (art. 112); esta segunda disposición
plantea ya en forma técnica la supremacía constitucional. Iguales términos encontramos

en 1843 (arts. 105 y 111); en 1845 (art. 139); en 1850 (art. 135); falta en la Carta de 1852;
en la de 1861 solamente se habla del juramento (art. 127); tampoco se encuentra nada en
1869 ni en 1878; la Carta de 1883, vuelve a la fórmula del juramento (art. 132); la de 1896

declara más directa y categóricamente la superioridad de la Constitución: "Es la Suprema


Ley de la República y cualquiera ley secundaria, decreto, reglamento, ordenanza,
disposición o tratado público que estuviere en contradicción o se apartare de su texto, no
surtirá efecto legal alguno" (art. 132); la fórmula se repite infaltablemente en las siguientes
Cartas: en 1906 (art. 6), en 1929 (art. 161), en 1945 (art. 163), en 1946 (art. 193) en 1967
(art. 257), en la Nueva de 1978 (art. 137) y en la actual, de 1998, que refuerza la
declaración de la supremacía constitucional, en los artículos 272, 273 Y 274, asegurando,
además, los variados mecanismos para hacer efectivo este principio.

La consecuencia práctica de declarar sin valor toda norma que contraríe a la Ley Suprema
debía plasmarse en un procedimiento y la atribución de competencia a algún o algunos
organismos para declarar la inconstitucionalidad y la no vigencia de las leyes, ordenanzas,
reglamentos, etc., que se opusieran a la Constitución.
Como dice Cerda Medina: "Dentro de la función genérica de jurisdicción política cabe
mencionar el control de la constitucionalidad de las leyes como la más alta salvaguardia del
Estado de derecho. El contralor jurisdiccional de la constitucionalidad de las leyes obliga a
los órganos gubernamentales a realizar sus funciones dentro del área preestablecida por las
normas constitucionales, actuando al mismo tiempo, como eficiente garantía de los
derechos individuales".
Tanto los actos de gobierno como las normas legislativas deben, pues, ajustarse a la
Constitución; ésta es la Ley Suprema del Estado y se impone a todos los ciudadanos y a las
diversas autoridades, de cualquiera de las ramas o funciones: tanto los funcionarios
ejecutivos, como los representantes legislativos o los magistrados del Poder Judicial, deben
acatar la Constitución.
Ahora bien, para que el control de la constitucionalidad de los actos sea eficaz, se requiere
un organismo independiente que cuide de ello, o que las diversas funciones ejerzan un
control recíproco.
Las dos fórmulas se han intentado en nuestra historia y finalmente parece imponerse una
que combina las dos a la vez: el Tribunal Constitucional ejerce unas funciones de vigilancia
específicas, y, además, a cada función le toca cumplir y hacer cumplir, a las otras y a los
ciudadanos, la Constitución. La Corte Suprema, por su condición de máxima autoridad en
lo jurisdiccional y su independencia política, juega un papel de singular importancia en el
resguardo de la constitucionalidad.
Ya la Carta de 1869 le concedía especiales atribuciones en este sentido, siguiendo lo que
establece la Constitución de los Estados Unidos de América.
La Ley Suprema de 1929 volvió a confiar a la Corte Suprema el control constitucional, pero
fue sobre todo la Constitución de 1967 la que estableció variadas formas de intervención de
la Corte Suprema para asegurar la plena vigencia y acatamiento de la Ley Fundamental; le
correspondía informar sobre los proyectos de ley objetados por el Presidente como
inconstitucionales; podía suspender la vigencia de leyes que considera contrarias a la Carta
Política; le tocaba resolver sobre las reclamaciones de inconstitucionalidad de las
ordenanzas (art. 157), además de que, al ejercer la atribución de dictar jurisprudencia
obligatoria, de hecho podría interpretar la Constitución o resolver problemas de real o
aparente contradicción entre las leyes secundarias y la primera ley.
Mérito grande de la Carta de 1967 fue también el de señalar con energía las
responsabilidades del presidente de la República, de los ministros y más
altos funcionarios (art. 220), disponiendo que el Tribunal de Garantías constitucionales
resuelva sobre su juzgamiento por violaciones de la Constitución.
Del mismo modo, los diputados y senadores se declaraban responsables por un voto
favorable a medidas anticonstitucionales (art. 126), lo cual se echa de menos la Nueva
Carta del 78.
La Carta de 1978 ha recogido "adecuadamente lo establecido en la de 1967 como fruto de
toda una progresiva evolución histórica y confería amplias facultades a la Corte Suprema
para intervenir en la guarda de la Constitución.
la codificación del 98 no había una ver-dadera paridad de intervención de las tres
funciones del Estado en el nombramiento de
miembros, sino que predominaba en absoluto el Congre-so, y no había las suficientes
exigencias de capacidad para quienes sean nombrados miembros.

CONCLUSION:
La constitución del Ecuador ha manifestado su intención de edificar una marcha de fusión,
poniendo relevancia en  poniendo relevancia en estados de estados de Latinoamérica y el
Latinoamérica y el Caribe, expresando su Caribe, expresando su inclinación por inclinación
por fortalecer un área de vínculos monetarias y por ende económicas, que empuje
habilidades similares para eliminar de esta manera las desigualdades de las regiones, poder
defender a la identidad de la cultura de América Latina, fomente la interculturalidad, y
consiga una ciudanía latina. Sin embargo, el tema de la latina. Sin embargo, el tema de la
integración de p integración de procesos no debe vincularse a la Con procesos no debe
vincularse a la Constitución ecuatoriana, porque en ella están ecuatoriana, porque en ella
están presentes las con presentes las conquistas logradas por ciertos grupo quistas logradas
por ciertos grupos sociales, s sociales, con relación a la constitucionalización de los
derechos, lo que se debe garantizar por medio de varios mecanismos, dependiendo de que
la organización del Estado logre encontrar su motivo Estado logre encontrar su motivo de
ser.

BIBLIOGRAFÍA:

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