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UNIVERSIDAD MANUELA BELTRAN

ORALIDAD Y ARGUMENTACIÓN

VIABILIDAD SOBRE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EN LA ACTUALIDAD

¿ES VIABLE PROMOVER UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE LIDERADA POR

PETRO EN EL CONTEXTO POLÍTICO Y SOCIAL ACTUAL?

INTEGRANTES:

SARA SOFIA PARRA COLLAZOS

MARIANA MUÑOZ GAMBA

Primer semestre 2024


Abstract: El ensayo analiza la propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar una Asamblea

Nacional Constituyente en Colombia para redactar una nueva Constitución. Se hace un recuento del

proceso de reforma constitucional de 1991 que dio origen a la constitución vigente. Se exponen los

cuestionamientos surgidos en años recientes sobre la capacidad de ésta para responder a desafíos

actuales, lo cual motivó la propuesta de Petro que ha generado un intenso debate nacional. Se

examinan argumentos a favor y en contra, abordando aspectos políticos, jurídicos y sociales sobre su

viabilidad. Se reconocen dificultades pero también los potenciales beneficios de abordar la crisis de

representatividad y legitimidad institucional. Se concluye que, de realizarse de manera adecuada e

incluyente, podría representar una oportunidad de cambio estructural para el país.


"La Asamblea Constituyente es una herramienta fundamental para el fortalecimiento de la

democracia y la construcción de un Estado más justo y equitativo."

- Michelle Bachelet

Para hablar de una posible reforma constitucional es necesario recapitular sobre la última

reforma en Colombia, La reforma constitucional que dio origen a la Carta Magna vigente en

Colombia desde 1991 representó un hito trascendental en la historia del país, producto de una

necesidad ante la profunda crisis política, económica y social que se vivía a finales de la

década de los ochenta. En ese contexto, marcado por la violencia del narcotráfico, los grupos

guerrilleros y la deslegitimación de las instituciones, nació un movimiento ciudadano

conocido como la "Séptima Papeleta", mediante el cual la población expresó su respaldo a la

convocatoria de una Asamblea Constituyente.

Fue así como, tras las elecciones de 1990, el recién posesionado gobierno de César

Gaviria promulgó el Decreto 1926, dando luz verde a la conformación de esta Asamblea. Se

trató de un proceso nunca antes vivido, en el que se eligieron 70 constituyentes provenientes

de diversos contextos políticos e ideológicos, incluyendo a líderes de movimientos

guerrilleros desmovilizados, representantes de comunidades indígenas y delegados de

distintos sectores sociales, buscando plasmar en esta nueva constitución la justicia.

La Asamblea, presidida por Vladimiro Naranjo, ex miembro del M-19, e integrada

por figuras como Antonio Navarro Wolff como primer vicepresidente, sesionó durante un

periodo de 150 días a partir del 5 de febrero de 1991. En este lapso, se llevaron a cabo

intensos debates en torno a temas estructurales que definirían el rumbo del país, como el

modelo de Estado, la democracia participativa, los derechos humanos, la justicia, entre otros

aspectos medulares. No faltaron las polémicas y controversias en torno a asuntos sensibles,


como la despenalización del aborto y la prohibición de la extradición, reflejando la

complejidad de las discusiones y la diversidad de posturas presentes en esta Asamblea.

Finalmente, tras negociaciones y la búsqueda de consensos, el 4 de julio de 1991 se

promulgó la nueva Constitución Política de Colombia. Esto instituyó un Estado Social de

Derecho, con una clara separación de poderes y mecanismos para garantizar la participación

ciudadana en la toma de decisiones. Además, reconoció derechos fundamentales, el

pluralismo político y étnico, la autonomía territorial y otros avances significativos que

marcaron un punto importante en la historia constitucional del país.

La Asamblea Constituyente de 1991 logró canalizar las aspiraciones de cambio

profundo de la sociedad colombiana, superando la crisis institucional heredada del siglo XX y

sentando las bases para una nueva era bajo los principios de un Estado democrático,

participativo e incluyente. Este proceso dejó un legado al reemplazar la antigua Constitución

de 1886 por un marco jurídico acorde con las realidades y retos del momento.

En los últimos años, Colombia ha experimentado una serie de eventos sociales,

culturales y económicos trascendentales que han dejado una huella permanente en la historia

del país, poniendo en tela de juicio la capacidad de la Constitución de 1991 para responder

adecuadamente a los desafíos y necesidades contemporáneas. Desde una perspectiva marcada

por la violencia y la injusticia, se ha hecho evidente la necesidad inevitable de un cambio

estructural profundo que permita abordar las realidades actuales de manera efectiva. En este

contexto, el presidente Gustavo Petro ha planteado la posibilidad de convocar una Asamblea

Nacional Constituyente con el fin de redactar y organizar una nueva Constitución que esté en

conformidad con las aspiraciones de la nación colombiana. Esta propuesta ha generado un

intenso debate en todos los sectores de la sociedad, ya que implica un proceso de

transformación radical que podría tener implicaciones significativas en el futuro del país.

Algunos sectores apoyan esta iniciativa, considerándola como una oportunidad para abordar
las problemáticas históricas y construir un marco jurídico más incluyente, equitativo y acorde

con las demandas sociales actuales. Sin embargo, otros sectores expresan preocupación por la

incertidumbre y los riesgos que conlleva un proceso de esta magnitud, especialmente en un

contexto de polarización política y social. Independientemente de las posiciones encontradas,

es innegable que Colombia se encuentra en un momento crucial de su historia, en el que las

decisiones que se tomen en torno a la posible convocatoria de una Asamblea Constituyente

tendrán un impacto duradero en el rumbo del país. En este sentido, se hace necesario un

amplio debate nacional que permita abordar las diferentes perspectivas y llegar a consensos

que garanticen un proceso transparente, participativo e incluyente, con el fin de forjar una

nueva Constitución que responda verdaderamente a las necesidades y anhelos de todos los

colombianos.

esta propuesta ha generado un intenso debate dentro del país, mientras que los

partidarios del presidente la ven como una oportunidad histórica para consolidar la paz,

fortalecer la democracia y abordar problemas preocupantes como la desigualdad, la oposición

la considera una amenaza a la estabilidad institucional y un riesgo para las libertades

individuales. En medio de esta brecha, es fundamental abordar la siguiente pregunta, ¿Es

viable promover una asamblea constituyente liderada por Petro en el contexto político y

social actual?

En el ámbito político, existen varias consideraciones que se deben tener en cuenta al

evaluar la viabilidad de una Asamblea Constituyente liderada por Petro. Según un artículo de

opinión publicado en El Espectador, se argumenta que el liderazgo de Petro podría aportar

una visión alternativa y representativa de diversos sectores de la sociedad colombiana.

Además, se destaca su experiencia política y su capacidad para movilizar a las masas, lo cual

podría generar un amplio apoyo popular para llevar a cabo los cambios constitucionales
necesarios (El Espectador, 2022), sin embargo, existen varias consideraciones a la hora de

tomar este tipo de decisión.

En primer lugar, según la Constitución colombiana, para convocar una Asamblea

Nacional Constituyente es necesario que al menos una tercera parte del censo electoral lo

aprueba en votación popular, el último censo electoral estableció que hay 40.292.068

personas habilitadas para votar en Colombia, por lo tanto, para aprobar la realización de una

Asamblea Nacional Constituyente en Colombia, al menos 13.430.689 personas deberían

votar a favor en las urnas, la Convocatoria a una Constituyente ha sido fuertemente rechazada

por el país con argumentos que la enmarcan en un fin para la democracia o en el comienzo de

un gobierno dictatorial.

Entre los partidos políticos que se han promulgado a través de sus senadores

encontramos el Pacto Histórico, Alianza Verde, Centro Democrático y Cambio Radical, La

idea de una convocatoria a una Constituyente ha sido foco de críticas por El presidente y por

los miembros del congreso en entrevistas y en redes sociales donde muestran su total

discordancia y desacuerdo con la propuesta, el Congreso debe aprobar una ley que disponga

la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Esta debe ser aprobada por la

mayoría de los miembros de ambas cámaras, el Senado y la Cámara de Representantes. Por lo

tanto, la mayoría de los miembros del Congreso en general votarían en desacuerdo para la

aprobación de una ley que permita una nueva Constituyente.

Una de las opiniones más controversiales fue la de el senador Humberto de la Calle

quien a su vez, es ex integrante de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, cuestionó el

argumento establecido por el Presidente Petro, en el cual se menciona expresamente que la

causa principal para convocar una constituyente es la imposibilidad de cumplir la

constitución. El argumento del presidente fue enmarcado como débil, incierto y sin

fundamentos sólidos que respalden la idea que planteó principalmente, por lo que el senador
establece que el argumento del Presidente es totalmente descartable y que la Constitución

establecida en la última Asamblea Nacional del 1991 donde fue partícipe no debe ser

modificada.

En segunda instancia, la convocatoria a una Asamblea Constituyente plantea el riesgo

de generar inestabilidad jurídica al abrir la posibilidad de modificar la Constitución Nacional

de manera amplia y rápida. Esto podría afectar la seguridad jurídica y la certeza de las

normas que rigen la sociedad colombiana. Así también, como generar polarización y

fragmentación política y puede implicar un desconocimiento de los procesos constitucionales

ya establecidos para la reforma y modificación de la constitución, como el referendo, los

cuales deberían primar y se pueden desconocer con está propuesta.

Sin embargo, la propuesta de una Asamblea Constituyente en Colombia, impulsada

por Petro, se justifica irrefutablemente debido a la necesidad de abordar la crisis de

representatividad y legitimidad que afecta al pueblo respecto al sistema político Colombiano.

Evidencia científica y datos empíricos muestran que Colombia enfrenta altos niveles de

desconfianza hacia las instituciones democráticas y los partidos políticos tradicionales,

encuestas y estudios de opinión revelan consistentemente una creciente insatisfacción de la

ciudadanía con el funcionamiento de la democracia y la falta de transparencia en la toma de

decisiones, con evidentes cifras, casos jurídicos y datos, que validan la corrupción.

Además, la crisis política y social que ha vivido Colombia en las últimas décadas,

marcada por conflictos armados, corrupción y desigualdad, obliga una revisión profunda de

las estructuras políticas y sociales del país. La evidencia histórica muestra que las reformas

constitucionales, como las llevadas a cabo a través de Asambleas Constituyentes, han sido

cruciales para la consolidación de la paz y la promoción de la justicia social en otros países

con contextos similares (justificados por ejemplo, con el caso de francia).


En Francia, el 9 de julio de 1789, se realizó una asamblea constituyente, tal como la

propone Gustavo Petro. A raíz de este suceso, la Asamblea tomó innumerables medidas que

cambiaron profundamente la situación política y social del país. Entre ellas, destacan la

aprobación de la declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la supresión del

feudalismo, la apropiación de los bienes de la Iglesia y la Constitución Civil del Clero y, por

supuesto, la redacción de la Constitución francesa de 1791, en conclusión, está asamblea trajo

consigo un cambio extremo positivo para el país y por consiguiente, esta presentará cambios

positivos igualmente para Colombia.

En tercera instancia y respondiendo a la pregunta, es necesario analizar varios

aspectos; como los requisitos jurídicos, según la interpretación del artículo 376 por parte de

la Corte Constitucional en sentencias como la C-551/03, se requeriría un acto legislativo

aprobado por la mayoría calificada del Congreso, dicho acto determinaría la competencia,

integración y procedimiento de la Asamblea la cual tendría poder constituyente originario y

no estaría limitada por la Constitución vigente. Respecto a la viabilidad política actual

promover una Asamblea Constituyente requiere mayorías cualificadas en el Congreso, donde

el gobierno de Petro no cuenta con la fuerza suficiente, dependerá de lograr amplios

consensos con otras fuerzas políticas. Y teniendo en cuenta el contexto social existe un fuerte

movimiento ciudadano que reclama cambios estructurales, lo cual podría impulsar la

convocatoria. Pero también hay sectores que ven riesgos de inestabilidad jurídica. Por tanto,

es viable promover una Asamblea Constituyente siguiendo el trámite establecido, pero su

viabilidad política en el Congreso y la conveniencia en el contexto social actual son

discutibles. Se requeriría de un gran esfuerzo de negociación y construcción de consensos

amplios.

En conclusión, siendo realistas y objetivos con el contexto socioeconómico del país y

a pesar de qué es evidente reconocer que una asamblea constituyente, no es un proceso


sencillo, podría ser beneficioso para Colombia, pues recogiendo argumentos tanto históricos,

como irrefutables y pertinentes, la propuesta de esta, debe ser recibida y analizada por el país

desde un aspecto con vista al cambio y no desde un comportamiento dictatorial como

argumenta la contraparte, porque esta es solo una propuesta proveniente de la cabeza de la

rama ejecutiva y no un mandato inconstitucional y antidemocrático; recordemos qué el

pueblo por medio del voto tendría qué decidir si llevar a cabo o no esta asamblea, y qué sin

lugar a dudas la propuesta no está fuera de lugar, pues existe la necesidad de abordar la crisis

de representatividad y legitimidad qué aqueja al pueblo colombiano, además de los otros

amplios y diferentes aspectos problemáticos hoy en día (crisis ambiental y sistema de salud

en riesgo) qué no han podido ser resuelto con el mismo sistema de gobierno continuista qué

ha utilizado las mismas herramientas. Por lo tanto y para finalizar, esta asamblea

constituyente, es una gran idea, siempre y cuando el pueblo colombiano la reciba

objetivamente como una oportunidad de cambio, el gobierno la desarrolle

constitucionalmente y con todos los requisitos necesarios y se traten en esta, los temas que

verdaderamente aquejan al país.


Bibliografía:
BBC News Mundo. (2020, 11 marzo). Qué fue la Séptima Papeleta, el movimiento que

cambió Colombia hace 30 años (y por qué sus demandas aún están insatisfechas).

BBC News Mundo.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51829209

Bonilla, J. M. H., Bonilla, J. M. H., & Bonilla, J. M. H. (2024, 19 marzo). El Senado en

pleno rechaza la propuesta de Petro de una Asamblea Constituyente. El País

América Colombia.

https://elpais.com/america-colombia/2024-03-19/el-senado-en-pleno-rechaza-la-p

ropuesta-de-petro-de-una-asamblea-constituyente.html

Grancolombiano, U. P. (s. f.). Petro propone una nueva asamblea constituyente.

POLIVERSO.

https://www.poli.edu.co/blog/poliverso/petro-y-propuesta-de-constituyente-apoyo

Informe sobre Desarrollo Humano para Colombia. (s. f.). UNDP .

https://www.undp.org/es/colombia/informe-sobre-desarrollo-humano-colombia

Muñoz-Ledo, R. (2024, 19 marzo). Los puntos clave de la Asamblea Constituyente que

propone Petro en Colombia. CNN.

https://cnnespanol.cnn.com/2024/03/19/puntos-clave-asamblea-constituyente-pet

ro-colombia-orix/

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