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1 - "La vestimenta para el ejercicio" por Karen Soto, PHD.

En este libro nos hablan como la elección de la vestimenta para el ejercicio


emerge como una decisión aparentemente simple que se entrelaza con las
complejas sinfonías del rendimiento físico y la comodidad emocional. Nos
encontramos ante un acto de selección que trasciende lo meramente estético;
es un momento de reflexión sobre cómo nuestras prendas pueden moldear
nuestra experiencia durante el esfuerzo físico y cómo pueden influir en nuestro
camino hacia la consecución de metas más altas.

La elección de la ropa para el ejercicio es crucial para nuestro rendimiento y


comodidad durante la actividad física. Varios factores deben tenerse en cuenta
al seleccionar la vestimenta adecuada:

Tipo de ejercicio: La naturaleza del ejercicio determina el tipo de ropa


necesario.

Clima: El clima influye en la elección de la ropa. Para días calurosos, se


prefiere la ropa ligera y transpirable.

Tejido Los tejidos transpirables, como el algodón y el poliéster, son


ideales para el ejercicio, ya que ayudan a eliminar la humedad del
cuerpo. Es importante que la ropa se ajuste correctamente para
garantizar la comodidad y libertad de movimiento.

2- Termorregulación

La termorregulación es el proceso mediante el cual el cuerpo humano


mantiene su temperatura dentro de un rango óptimo para el
funcionamiento adecuado de los procesos fisiológicos. Este mecanismo
se lleva a cabo a través de una serie de respuestas fisiológicas que
ayudan a conservar o disipar el calor corporal según las condiciones
ambientales.

Temperatura central normal: La temperatura central normal del cuerpo


humano se sitúa alrededor de los 37°C o 98.6°F. Esta temperatura es
mantenida por la termorregulación del organismo, que equilibra la
producción y pérdida de calor para garantizar un ambiente interno
estable y propicio para el funcionamiento celular adecuado.

Factores que afectan la temperatura corporal: Varios factores pueden


influir en la temperatura corporal, incluyendo la actividad física, el
ambiente externo, la vestimenta, el metabolismo, el estrés, las
enfermedades y los cambios hormonales. Estos factores pueden
desencadenar respuestas termorreguladoras para mantener la
temperatura dentro de los límites normales.

Mecanismos de regulación de la temperatura corporal: Los


mecanismos de regulación de la temperatura corporal incluyen la
vasodilatación y vasoconstricción de los vasos sanguíneos periféricos, la
sudoración, la termogénesis y la termólisis. Estos procesos se coordinan
a través del sistema nervioso central para mantener la homeostasis
térmica del cuerpo.

Enfermedades producidas por calor corporal: Las enfermedades


producidas por calor corporal incluyen el agotamiento por calor, el golpe
de calor y la fiebre de origen ambiental. Estas condiciones se
caracterizan por una elevación peligrosa de la temperatura corporal
debido a la exposición prolongada a altas temperaturas y la falta de
hidratación adecuada, lo que puede provocar daño en los órganos y
sistemas del cuerpo.

3- Hidratación

La hidratación es un proceso esencial para mantener el equilibrio de


líquidos en el cuerpo humano, lo que permite el funcionamiento
adecuado de diversas funciones fisiológicas. Consiste en la ingesta y
absorción de agua y otros líquidos para compensar las pérdidas de
líquidos corporales y mantener un estado de hidratación óptimo.

Cantidad recomendada antes, durante y después del ejercicio

Antes del ejercicio, se recomienda ingerir líquidos suficientes para


garantizar un buen estado de hidratación. Durante el ejercicio, es
importante beber líquidos regularmente para reemplazar las pérdidas de
sudor y prevenir la deshidratación. Después del ejercicio, se debe
continuar hidratándose para ayudar en la recuperación y reemplazar los
líquidos perdidos durante la actividad física. Las cantidades exactas
pueden variar según la duración e intensidad del ejercicio, así como las
condiciones ambientales. Sin embargo, como guía general, se sugiere
consumir aproximadamente 500 ml (16 oz) de líquidos 2 horas antes del
ejercicio, beber de 150 a 250 ml (5-9 oz) cada 15-20 minutos durante el
ejercicio, y reemplazar cada 450 ml (16 oz) de líquidos perdidos durante
el ejercicio con 500 ml (16 oz) de líquidos después del ejercicio. Es
importante ajustar estas recomendaciones según las necesidades
individuales y las condiciones específicas de cada actividad física.

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