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Zabaljauregui Agostina

Derecho Penal II – Cátedra 2

DERECHO PENAL II
Cátedra 2
BOLILLA 1
1. La parte especial del derecho penal: su objeto y su correlación con la parte general
El Código penal argentino está compuesto por una Parte General y una Parte Especial.
La parte general se ocupa del estudio del delito y de la pena en abstracto, y la parte especial abarca el estudio
del delito y de la pena en concreto, esto es, aplicado al caso particular.
La parte general comprende el complejo de principios generales y de reglas comunes, que son válidas para la
generalidad de los delitos, se diferencia de la parte especial que comprende las singulares normas
incriminadoras, las varias figuras del delito con sus propias penalidades.
Las dos partes viven en relación de reciproca integración, la parte general carecería de todo sentido sin la
existencia de una parte especial, además esta no solo es importante, sino que tiene preeminencia sobre la
parte general y, específicamente, sobre la dogmática de la teoría del delito.
En conclusión, la parte especial del derecho penal es aquella que se ocupa de los delitos y de las penas en
particular.
En ella se describen los tipos penales. Su objeto consiste en la descripción de las conductas que son
consideradas socialmente dañosas a bienes merecedores de protección legal, es decir, los bienes jurídicos.
Principales reformas efectuadas al libro II del código penal:

 Ley 16.648: entró en vigencia en noviembre de 1964, hasta la actualidad. Esta ley derogó el decreto
ley anterior e incorporó: atentados contra el orden público, enriquecimiento ilícito de funcionarios y
empleados, etc.
 Ley 17.567: sancionada en 1967, entro en vigencia al año siguiente. (obra de Soler, Fontán Balestra).
Introdujo reformas casi a la totalidad del CP, sustituyó tipos y denominaciones e incorporó nuevas
figuras de delito. Fue derogado (parcialmente) a posterior por otra ley.
 Ley 20.509: sancionada en 1973, hizo perder eficacia a todas las leyes no emanadas del congreso
(una es la anterior), como consecuencia se volvió al CP de 1921. Sin embargo, alguna legislación del
gobierno de facto las mantuvo.
 Ley 20.642: sancionada en 1974. Modificó algunas disposiciones del CP e introdujo nuevas
tipologías que hasta hoy están en vigor (P/E: amenaza, coacción, homicidio cometido con el
concurso premeditado de dos o más personas y los delitos del art 189 bises).
 Ley 21.338: sancionada y promulgada en 1976. Amplia modificación del código penal: restauro
leyes anteriores y creo nuevas figuras delictivas. Aumenta las escalas penales.
 Ley 23.077: llamada “defensa de la democracia” sancionada en 1984. Derogó numerosas
disposiciones de las leyes de facto vigentes hasta entonces e introdujo modificaciones como
“rebelión” por “atentado al orden constitucional y a la vida democrática”, incorporó nuevas
modalidades de asociación delictiva.
Entre 1993 Y 1999: numerosas reformas parciales. Las de más relevancia:
- 24.198: derogó art 244, elimina la rúbrica del Cap. II, titulo 11 del libro2 del CP.
- 24.410: derogó el inc. 2° del art 81 (infanticidio), modificó las penas del art 106, eliminó segundo párrafo
del art 107, sustituyó la rúbrica del Cap. 2, título IV por el de “supresión y suposición del estado civil y de la

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identidad”, reformó el delito del art 138 y sustituyo el art 139, incorporó el delito del art 139 bis, sustituyó
penas del art 146, tercer párrafo art 292, segundo párrafo 293 y297.
- 24.441: introduce normas sobre el fideicomiso, leasing y letras hipotecarias, incorporando 3 nuevos delitos
contra la propiedad en los inc. 12,13 Y 14 del Art 173.
- 24.453: que elimina el delito de adulterio, deroga el art 74 y la rúbrica “adulterio” del título 3, Libro 2.
- 25.086: modifica la ley nacional de armas y explosivos, art 189 bis e incorpora 189 ter.
- 25.087: que modifica su totalidad el titulo 3 del CP, introduciendo como nueva rúbrica del mismo “delitos
contra la integridad sexual”.
- 25.189: modifica art 84,94, 189, 196 y 203, incrementa el monto de las penas y los tiempos de
inhabilitación especial para delitos culposos.
- 25.188: sustituye la rúbrica del cap. 6, titulo 12 del libro2 “cohecho”, por “cohecho y tráfico de
influencias”, incorpora el delito de tráfico de influencias en el art 256 bis, introduce modificaciones en
varias figuras delictivas, incrementa considerablemente la pena privativa de libertas en ciertos delitos y se
incorporan nuevos delitos contra la administración pública.
2. Los tipos penales: núcleo, concepto y clases:
El tipo penal es la descripción de la conducta prohibida en una norma.
El núcleo de cualquier tipo penal se constituye de una acción u omisión (conducta) que debe ser típica (es
decir, tipificada penalmente), antijurídica (contradicción de la conducta con el objetivo de la norma) y
culpable (reprochable al agente).
Clases:
• Único: un solo verbo.
• Compuesto conjunto: dos o más conductas: se cumplen las dos.
• Compuesto alternativo: dos o más conductas: se cumple una sola.
Elementos objetivos, subjetivos y normativos:
• Elementos objetivos: son datos o referencias de carácter físico; se trata de nociones que pueden ser
captadas fácilmente por los sentidos. Son referencias a cosas, a personas, a modos de obrar. Se refiere a
todas las acciones percibidas por los sentidos que configuran la conducta delictiva punible.
• Elementos subjetivos: son aquellos que exigen que el sujeto activo tenga determinadas características,
generalmente psíquicas. Que el sujeto tenga ánimo de actuar de forma ilícita; o que se encuentra bajo un
determinado estado de ánimo como el de “emoción violenta”; que el sujeto conozca determinadas
circunstancias como matar a un ascendiente “sabiendo que lo son”; o que el sujeto activo tenga
determinados deberes o esté en una situación determinada. El elemento subjetivo general es la culpabilidad.
A veces se añade la exigencia del dolo.
• Elementos normativos: son aquellos que hacen referencia a entes inminentemente jurídicos; o sea cosas
que pertenecen al mundo del derecho. Estos elementos perteneces al tipo pero no a la acción: el autor del
hecho no los realiza y tienen la condición prevista en la ley con independencia de la conducta delictiva. Ej.
Dan significado a algunas expresiones usadas en el tipo penal, por ejemplo “cosa mueble ajena” requerida
para configurar el delito de hurto
Sujetos: son las personas en las que recae directamente la consecuencia de la acción delictiva. Se consideran
como indeterminados, cuando la ley no requiere una característica específica para que exista el delito y

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determinados, cuando se requiere de un señalamiento específico para poder cometer o ser sancionado por la
conducta.
Activos: relativo a una persona física, que transforma al delito en común o especial, y a estos en delitos
propios e impropios; y a una persona jurídica.
Pasivos: pudiéndose desdoblar en sujeto pasivo de la acción (cuando es la persona el objeto directo de la
acción u omisión) y sujeto pasivo del delito (que es titular del bien jurídico protegido), comprendiendo a las
personas físicas, jurídicas y al Estado, sea como víctima, damnificado o perjudicado.
Terceros: no tienen pena pero son necesarios para la consumación.
Las condiciones objetivas de punibilidad:
Las condiciones de penalidad son circunstancias exigidas por la ley para que pueda imponerse pena, aun
cuando la acción concuerde con la descripta por la ley como prohibida y el autor haya actuado
culpablemente, los cuales pueden depender de la actividad de un tercero que no es partícipe en el hecho.
Las condiciones objetivas de punibilidad son circunstancias externas a la voluntad del agente, exigidas por la
ley para que pueda imponerse la pena (puede referir a factores extra humanos, o a la actividad de un tercero
ajeno al hecho). Son aquellos elementos de los que depende la necesidad, o no, de sancionar.
Pueden ser propias o impropias, en función de si condicionan la punibilidad (la condición impide dejar de
castigar o castigar más gravemente) o la no punibilidad (la condición permite castigar o aplicar una sanción
más grave).
Los elementos que dan lugar a la condición objetiva de punibilidad, puesto que son objetivos y no
vinculados a la conducta, no deben ser abarcados por el dolo de quienes pueden beneficiarse de ella; por su
carácter objetivo, afecta a todos aquellos que toman parte del delito (autores y participes).
Por ej: Instigación y ayuda al suicidio (art. 83)
Condiciones previas para la procedibilidad de la acción penal: concepto y sus diferencias con las cuestiones
prejudiciales:
La acción penal es el punto de partida del proceso judicial, puesto que es la forma legal de ejercitar o
reclamar la violación de un derecho. Se origina a partir de un delito y persigue el juzgamiento de una
persona de acuerdo a su comportamiento contrario a la ley. Son circunstancias ajenas a lo injusto culpable de
las cuales depende la celebración de un proceso penal. Condicionan el inicio del procedimiento y que entre
ellas se encuentran, por ejemplo, la denuncia y la querella (acusación presentada ante un juez o tribunal
competente para ejercitar la acción penal contra los responsables de un delito, es decir, es la denuncia
criminal) y pueden formularse verbalmente o por escrito.
La acción penal se diferencia sustancialmente de las cuestiones prejudiciales, siendo éstas las que se
manifiestan antes de determinar la competencia jurisdiccional penal; indican si es necesario o no desviar el
proceso a otra jurisdicción por elementos de naturaleza distinta a la penal. Es decir, las cuestiones
prejudiciales señalan cuándo los órganos judiciales penales deben abstenerse de conocer el asunto hasta
contar con la observación del juez civil, laboral o administrativo respecto de la correspondencia de
jurisdicción.
Las cuestiones prejudiciales se dan cuando un elemento constitutivo del delito debe esclarecerse en vía
extrapenal (laboral, civil, tributario, etc.) o sea son aquellos hechos o relaciones jurídicos que deben
aclararse fuera de la vía penal de cuya solución depende la naturaleza delictivo del hecho penal, por lo tanto
su persecución o extinción. La situación jurídica o hecho civil, comercial, administrativo, laboral, etc. debe
preexistir al hecho penal denunciado.
Suspende el proceso penal hasta que en la vía extrapenal se defina lo que se discute.

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Participación. Tentativa. Concursos:


Los partícipes (arts. 45 a 49): son aquellos que toman parte en la ejecución del hecho ilícito o brindan un
auxilio al autor que es fundamental para poder perpetrar el hecho. Consiste en el aporte doloso que hace una
persona en un injusto doloso ajeno.
Existen dos tipos: 1) cómplices primarios quienes realizan un aporte indispensable sin el cual no se pudo
haber realizado el delito; reciben la misma pena que el autor. 2) cómplices secundarios quienes facilitan
cualquier tipo de ayuda o cooperación a la ejecución del hecho, sin ser ésta sustancial en el delito.
Art. 45: Los que tomasen parte en la ejecución del hecho o prestasen al autor o autores un auxilio o
cooperación sin los cuales no habría podido cometerse, tendrán la pena establecida para el delito. En la
misma pena incurrirán los que hubiesen determinado directamente a otro a cometerlo.
Art. 46: Los que cooperen de cualquier otro modo a la ejecución del hecho y los que presten una ayuda
posterior cumpliendo promesas anteriores al mismo, serán reprimidos con la pena correspondiente al
delito, disminuida de un tercio a la mitad. Si la pena fuere de reclusión perpetua, se aplicará reclusión de
quince a veinte años y si fuere de prisión perpetua, se aplicará prisión de diez a quince años.
Art. 47: Si de las circunstancias particulares de la causa resultare que el acusado de complicidad no quiso
cooperar sino en un hecho menos grave que el cometido por el autor, la pena será aplicada al cómplice
solamente en razón del hecho que prometió ejecutar. Si el hecho no se consumase, la pena del cómplice se
determinará conforme a los preceptos de este artículo y a los del título de la tentativa.
Art. 48: Las relaciones, circunstancias y calidades personales, cuyo efecto sea disminuir o excluir la
penalidad, no tendrán influencia sino respecto al autor o cómplice a quienes correspondan. Tampoco
tendrán influencia aquéllas cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo el caso en que fueren conocidas por
el partícipe.
Art. 49: No se considerarán partícipes de los delitos cometidos por la prensa a las personas que solamente
prestaren al autor del escrito o grabado la cooperación material necesaria para su publicación, difusión o
venta.
La tentativa está regulada en le art 42 del CP y consiste en una conducta típica que no se ha desarrollado
por completo en su aspecto objetivo y subjetivo; también es llamada “delito incompleto”.
Art 42: “El que con el fin de cometer un delito determinado comienza su ejecución, pero no lo consuma por
circunstancias ajenas a su voluntad, sufrirá las penas del art 44”.
Art 43: El autor de tentativa no estará sujeto a pena cuando desistiere voluntariamente del delito.
Art 44: La pena que correspondería al agente, si hubiere consumado el delito, se disminuirá de un tercio a
la mitad. Si la pena fuere de reclusión perpetua, la pena de la tentativa será reclusión de quince a veinte
años. Si la pena fuese de prisión perpetua, la de tentativa será prisión de diez a quince años. Si el delito
fuera imposible, la pena se disminuirá en la mitad y podrá reducírsela al mínimo legal o eximirse de ella,
según el grado de peligrosidad revelada por el delincuente.
El concurso de delitos implica la concurrencia de dos o más delitos o faltas en un mismo delincuente, en un
mismo momento.
Existen tres tipos de concurso: 1) Concurso ideal: existe cuando una persona realiza una sola conducta que
recae en varios tipos penales; 2) Concurso real: implica la pluralidad de conductas que recaen en diversos
tipos penales pero que concurren en una sola sentencia judicial; 3) Concurso aparente: supuestos en los que
pareciera que concurren tipos penales pero en realidad uno de los tipos es absorbido por el otro según
principios de especialidad, consunción y subsidiariedad.
3. Clasificación de los delitos:

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Delitos comunes y políticos: la principal diferencia radica en el bien lesionado.


Delitos comunes: se lesionan bienes jurídicos individuales. Por ej. Homicidio, bien jurídico: vida.
Delitos políticos: comprometen el orden y seguridad pública, institucional, constitucional del Estado, es
decir, intereses colectivos, por ej. rebelión, sedición, y traición y espionaje (contra la seguridad de la
Nación).
Bipartita y Tripartita: La distinción radica en su gravedad.
El Sistema Tripartito divide en crímenes, delitos y contravenciones.
El Sistema Bipartito divide en delitos y contravenciones. Nuestro Código Penal es bipartito.
Según la modalidad de la acción: de acción u omisión.
Los delitos de acción se cometen mediante un comportamiento positivo; en ellos se viola una ley
prohibitiva.
En los delitos de omisión consiste en la no ejecución de algo ordenado por la ley y se dividen en:
· Los de simple omisión o de omisión propiamente dichos, consisten en la falta de una actividad
jurídicamente ordenada, con independencia del resultado material que produzcan; es decir, se sancionan por
la omisión misma.
· Los delitos de comisión por omisión o impropios delitos de omisión, son aquellos en los que el agente
decide actuar y por esa inacción se produce el resultado material.
Según el resultado: Son de lesión (daño) y de peligro concreto.
Los de daño, consumados causan un daño directo y efectivo en interés jurídicamente protegidos por la
norma penal violada, como el homicidio, el fraude, etc.
Los de peligro no causan un daño directo a tales intereses, pero los ponen en peligro, como el abandono de
personas o la omisión de auxilio.
Según el momento de consumación: Pueden ser: 1) Delito instantáneo: aquel en que la violación jurídica
realizada en el momento de consumación se extingue con esta. La acción coincide con la consumación. El
agente no tiene ningún poder para prolongarlo ni para hacerlo cesar. Ej. , En el homicidio, robo, hurto. 2)
Delito Permanente: después de la consumación continúa ininterrumpidamente la violación jurídica
perfeccionada en aquella. Ej. , El rapto, el abandono de familia. 3) Delito Continuado: la acción implica una
serie de violaciones jurídicas que tienden a un único resultado. La ley no da relevancia a estos actos (sí fuera
así, serían varios delitos) Ej. : Cajero que saca centavo a centavo hasta reunir una suma considerable (art. 42
CP). En el permanente hay una sola acción que se prolonga en el tiempo, en el continuado hay pluralidad de
acciones que configuran cada una un delito perfecto. 4) Delito Flagrante: es el que se ha consumado
públicamente y cuyo perpetrador ha sido visto por muchos testigos al tiempo en que lo cometía. 5) Delito
Conexo: las acciones están vinculadas de tal manera que unos resultados dependen de unas acciones y otros
resultados de otras acciones. Ej. Los delincuentes se ponen de acuerdo antes, luego cometen delitos en
diferentes tiempos y lugares.
Según la clase de acción que surge:
De acción Pública: Puede demandar quienquiera incluso el Ministerio Público de oficio.
De acción dependiente de instancia privada: Aquel en que el Fiscal puede perseguir sólo a pedido de la
parte damnificada u ofendida.
De acción privada: Se enjuicia y se persigue sólo a querella de parte ofendida.

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Según el daño que causan:


Delito de lesión: la acción se concreta en la lesión total o parcial del bien jurídico que la norma tutela.
Delito de peligro: se concreta y perfecciona con la mera posibilidad de la lesión del bien jurídico (tener
explosivos en la casa, máquinas de fabricar monedas), aunque no haya dañado a nadie.
Relaciones entre los tipos penales: figuras simples, cualificadas y subsidiarias:
Las figuras simples son los tipos básicos que asignan una pena a la acción más elemental que puede
presentarse para vulnerar el bien jurídico. Las figuras cualificadas añaden al tipo básico ciertas cualidades,
condiciones, circunstancias o elementos que agravan (calificados) o atenúan (privilegiados) la consecuencia
jurídica prevista para la figura básica en razón del mayor riesgo o ataque al bien jurídico protegido, a la
menor posibilidad de defensa del sujeto pasivo, etc. Por otra parte, las figuras subsidiarias son aquellas que
se aplican siempre y cuando no haya prevista una pena más grave.

BOLILLA 2: Delitos contra las personas


Se trata de una protección a sólo dos aspectos de la persona humana: su vida y su integridad corporal.
Los delitos contra la vida humana admiten la siguiente clasificación: por un lado están los delitos de
homicidio, con los cuales se tutela la vida humana después de verificado el proceso de nacimiento, con
penas más graves; y por otro lado, están los delitos de aborto, que abarcan a la vida humana en formación,
con penas más leves. Ambos, conforman delitos de resultado material.
Bien jurídico tutelado: El bien jurídicamente protegido en estos delitos es la vida humana.
El concepto de vida humana no puede ser suministrado por el Derecho, el legislador no puede decir qué es
vida humana y qué no lo es. El legislador lo que puede hacer es sólo decir el cuándo y el cómo habrá de
prestar tutela normativa a esa realidad biológica que otra ciencia denomina vida humana.
La Constitución nacional, con anterioridad a la reforma de 1994, no hacía referencia expresa a la vida
humana como objeto de protección jurídica fundamental. Sin embargo, la opinión común de nuestra doctrina
entendía que la vida constituye el bien jurídico de mayor importancia, no sólo porque el atentado contra ella
es irreparable, sino porque es también la condición absolutamente necesaria para disfrutar de los restantes
bienes. En la actualidad, con la reforma de la Constitución, el derecho a la vida tiene consagración y
reconocimiento constitucional, en virtud de la incorporación de los tratados y acuerdos internacionales sobre
derechos humanos.
Se discute en doctrina el contenido del derecho a la vida, esto es, si este derecho debe entenderse sólo en un
sentido puramente naturalistico, o sea, desde una perspectiva exclusivamente físico-biológica, o si, por el
contrario, tiene también un contenido valorativo.
Para un sector de opinión, la vida constituye un concepto puramente naturalistico, que se determina
conforme a criterios biológicos y fisiológicos. Sin embargo, un estudio sobre el derecho a la vida no puede
prescindir de un enfoque o análisis de tipo valorativo o social, en cuanto también constituye, el soporte de la
dignidad, la libertad y de los demás derechos fundamentales. Un enfoque totalizador de la vida humana se
compone no sólo de elementos biofisiologicos, sino también de elementos normativos-valorativos, que
permitan una inserción del hombre en la cúspide del sistema. La vida es vida humana en tanto sea
considerada a partir de criterios de valor. El derecho mismo considera a la vida como un valor al otorgarle
protección de distinta intensidad según cual sea la fase o el momento por el que atraviesa esa vida humana.
El derecho a la vida debe ser considerado como derecho a una vida digna, lo que sólo es posible concebir a
partir de un juicio de valor. Por ello, la vida constituye el valor de más alto rango en la escala axiológica.

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Uno de los problemas fundamentales que se plantea la dogmática penal contemporánea en el plano del bien
jurídico tutelado en los delitos contra la vida humana es, determinar, por un lado, el momento en que
comienza el nivel mínimo de protección penal de la vida humana independiente, y por otro lado, determinar
el límite máximo de protección que coincide con la muerte de la persona.
Inicio de la vida humana: hay dos teorías: teoría de la fecundación (el comienzo de la vida humana se
produce con la fecundación del ovulo con el gameto masculino); teoría de la anidación (entiende que la vida
humana comienza cuando el ovulo fecundado anida en el útero, aproximadamente a los catorce días de
producida la fecundación). El instante en que se produce la concepción indica el preciso momento en que se
puede afirmar que la vida humana pasa a ser merecedora de protección jurídico-penal.
En el ámbito latinoamericano, la Corte IDH, en el caso “Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica” interpretó el
termino concepción como anidación. El CCyC siguió con esto.
Al derecho penal le corresponde determinar si la vida prenatal es o no un bien jurídico necesitado y
merecedor de protección, con independencia de si dicha vida reúne o no la condición de persona.
Desde la dogmática penal se tiene, como tesis de consenso, que la vida humana comienza desde el momento
en que se produce la fecundación del óvulo con el espermatozoide, pero es sólo cuando finaliza la fase de la
anidación, cunado debe procurarse la protección jurídica de la vida humana, ya que es desde este preciso
momento que puede afirmarse con cierto grado de exactitud que la mujer está embarazada. El estado de
embarazo marca el inicio de la protección penal y sólo desde allí puede cometerse el delito de aborto.
Inicio del nacimiento: el criterio diferenciador entre el aborto y el homicidio viene dado por el nacimiento
del ser humano, ya que es sólo a partir de este hecho biológico que queda fijado el límite mínimo de la vida
humana independiente. Habrá nacimiento entonces, y por ende homicidio, cuando se produzca la completa
separación del nuevo ser del cuerpo de la madre.
El comienzo del nacimiento se produce en el preciso momento en que se inicia el proceso de expulsión de la
criatura del seno materno, configurando este instante el límite mínimo en que tiene inicio la vida humana
independiente, mientras que el límite superior quedará fijado en el momento de la separación total del
cuerpo de la madre. Es sólo a partir de este instante que el ser humano adquiere vida independiente, con total
autonomía respecto de la madre.
Fin de la vida: la muerte es un proceso biológico inevitable e irreversible, determinable por criterios
médicos. Sin embargo, la verificación del instante mínimo en que una persona está muerta para el Derecho
ha suscitado controversias.
Hasta no hace mucho tiempo, se consideraba muerta a una persona cuando se producía el cese definitivo de
la actividad cardiaca, respiratoria y de los centros nerviosos centrales, esta muerte natural implicaba también
su muerte jurídica. Actualmente, la muerte natural ya no tiene mayor utilidad para el derecho. El CCyC no
brinda un concepto de muerte, sino que de su contenido surge que hay dos clases de muerte: natural o real y
la cerebral.

Homicidio
El art. 79 establece “Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro,
siempre que en este Código no se estableciere otra pena”.
La pena debe ponderarse con la regla establecida en el art. 41 bis: “Cuando alguno de los delitos previstos
en este Código se cometiera con violencia o intimidación contra las personas mediante el empleo de un
arma de fuego la escala penal prevista para el delito de que se trate se elevará en un tercio en su mínimo y
en su máximo, sin que ésta pueda exceder el máximo legal de la especie de pena que corresponda. Este
agravante no será aplicable cuando la circunstancia mencionada en ella ya se encuentre contemplada como
elemento constitutivo o calificante del delito de que se trate”.

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En nuestro derecho, el homicidio consiste en matar a otro y ese otro debe ser un ser humano nacido con vida
del vientre de una mujer.
Sus elementos típicos son una acción u omisión causales, un resultado material (la muerte de la persona) y
un elemento subjetivo (dolo) que supone la voluntad de suprimir a un ser humano.
La acción típica:
La acción en el delito de homicidio consiste en matar a otro, es un delito de comisión, pero, también puede
cometerse por omisión (omisión impropia), de resultado material o de lesión del bien jurídico vida humana.
En los casos de error en la identidad (se confunde una persona con otra a quien se quería matar y se la mata:
A quiere matar a B, lo confunde con C y mata a éste), el autor responderá por homicidio doloso, ya que el
derecho no hace distinción entre las personas y todas son protegidas por igual. En los supuestos de error en
el golpe (se quiere matar a una persona determinada pero, por una desviación en el golpe, se mata a otra
distinta: A quiere matar a B, hace el disparo, pero B se esquiva y el proyectil impacta en C), acá según la
tesis tradicional, se comete un único delito de homicidio, pues la subjetividad típica sigue siendo la misma.
Se trata de objetos equivalentes y el error carece de relevancia. Para otros, en cambio, establecen que se trata
de un concurso ideal entre dos delitos, tentativa de homicidio dolosa (respecto de la persona contra quien se
dirigió la acción) en concurso ideal con homicidio culposo (respecto de la muerte del extraño).
Por tratarse de un delito de resultado, el homicidio se consuma con la muerte de la víctima y se admite la
tentativa.
Subsidiariedad legal del tipo:
Es una figura subsidiaria de los homicidios agravados, esto quiere decir que se aplicara la figura de
homicidio simple siempre y cuando no se aplique la de homicidio agravado.
Concepto de muerte: diversas acepciones y criterios para su determinación:
El concepto clásico de muerte, que es el cese definitivo de la actividad cardiaca, respiratoria y de los centros
nerviosos centrales, se vio cuestionado frente a un nuevo concepto: la muerte cerebral. Una persona está
definitivamente muerta cuando se demuestra que la actividad cerebral ha terminado totalmente: ausencia
irreversible de respuesta cerebral, de respiración, de reflejos encefálicos.
En la actualidad, se considera que el criterio adoptado por la Ley de trasplantes N° 24.193 es el que mejor se
ajusta a la esencia de lo que es el ser humano, ya que determina la muerte de una persona por
comprobaciones que evidencien el cese total e irreversible de las funciones cerebrales.
Sujetos activo y pasivo del homicidio:
Pueden ser cualquier persona, con excepción del feto, ya que implica otro delito (aborto). En cualquier caso,
tiene protección penal todo ser que pertenezca al género humano.
El homicidio simple admite una sola forma de imputación subjetiva: dolosa, pero es suficiente con el dolo
eventual.
El error de tipo excluye el dolo y, por ende, la responsabilidad penal, si el error es invencible; de lo contrario
si el error es vencible, el autor deberá responder por el homicidio a título de culpa.
Medios comisivos:
El delito puede cometerse por cualquier medio, y estos pueden ser directos, cuando actúan hacia o contra la
victima de modo inmediato, sin la interferencia de ningún factor extraño (golpes, disparo de arma, puñalada,
etc.) o indirectos, cuando actúan hacia o contra la victima pero de modo mediato, esto es, por imprudencia
de un factor extraño que expone a la muerte del individuo.

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También pueden ser materiales cuando actúan físicamente sobre el cuerpo o la salud de la víctima (por
ejemplo, cualquier tipoi de arma o el empleo de la fuerza física, castigos corporales, estrangulamiento,
ahogamiento), dentro de esta categoría están los medios mecánicos, que son todos aquellos instrumentos o
aparatos predispuestos para funcionar automáticamente y producir un daño en el cuerpo o en la salud de la
víctima o su muerte. Pueden actuar como defensa mecánica predispuesta (el alambre electrificado, las rejas
con puntas, los vidrios en los muros, etc.).
Antiguamente se discutía la posibilidad de comisión del homicidio por un medio moral, que son aquellos
que actúan sobre la psiquis del individuo, concretándose en fuertes sacudimientos morales o psicológicos
que producen la muerte debido a la influencia de aquella sobre lo orgánico (por ejemplo, las torturas
psíquicas, el miedo, el dolor, la sorpresa). En la actualidad, se llegó a que el homicidio puede causarse tanto
por medios materiales como por medios morales.
Las concausas:
El homicidio requiere que haya una relación de causalidad entre el sujeto activo y el resultado. Pero a veces
se dan factores externos que precipitan el resultado y que cortan la relación causal. Son circunstancias que
no pertenecen a la acción pero que contribuyen a producir la muerte. En nuestro CP no se legisla sobre ella.

Homicidios agravados
Art. 80: “Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo
52, al que matare:
1. A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha
mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia.
2. Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.
3. Por precio o promesa remuneratoria.
4. Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género
o su expresión.
5. Por un medio idóneo para crear un peligro común.
6. Con el concurso premeditado de dos o más personas.
7. Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar
la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito.
8. A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su función, cargo
o condición.
9. Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad,
policiales o del servicio penitenciario.
10. A su superior militar frente a enemigo o tropa formada con armas.
11. A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.
12. Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una
relación en los términos del inciso 1°.
Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el
juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho (8) a veinticinco (25) años. Esto no será aplicable a quien
anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima”.
Inciso 1: A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha
mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia.
a) Por el vínculo:
El homicidio de los ascendientes o de los descendientes viola no sólo la ley escrita que establece el vínculo
jurídico del parentesco, sino una realidad biológica proveniente de la ley de la naturaleza y que da origen al
vínculo de sangre entre los individuos.

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En cuanto al cónyuge, el homicidio se califica porque implica el quebrantamiento de un vínculo jurídico


entre los esposos, mientras que respecto al ex cónyuge y a la persona con quien el autor del crimen tiene o
ha tenido una relación de pareja, el fundamento de la mayor penalidad sólo podría justificarse por una razón
de género, por cuanto tales situaciones presuponen, en todo caso, un vínculo hecho entre los sujetos.
El delito consiste en matar a otro, y ese otro debe ser uno de los sujetos expresamente señalados:
ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una
relación de pareja, mediare o no convivencia.
Estamos frente a un delito especial impropio, limitado sólo a un determinado circulo de autores, ya que solo
puede ser cometido por quien se encuentre ligado a la víctima por alguno de los vínculos (ascendiente,
descendiente y cónyuge). En los casos de ex cónyuge, de la pareja o del conviviente, estamos ante un delito
común de sujetos indiferenciados, ya que el autor o la victima pueden ser cualquier persona.
Sujeto activo y pasivo solo pueden ser aquellos expresamente mencionados en la ley, estos son
indiferenciados al sexo, ya que no configura un delito de género.
El tipo penal no exige que la muerte de la víctima se produzca en un contexto de género, sino que abarca
cualquier situación que presuponga una relación, fáctica o jurídica, entre los sujetos. Si la muerte se produce
en un contexto de género y la víctima es del sexo masculino, el hecho queda enmarcado en esta figura,
mientras que si la víctima es del sexo femenino y el autor es un hombre, el hecho se traslada a la figura del
inc. 11: femicidio.
Supuestos excluidos:
La figura queda excluida por ignorancia o error. Tampoco son suficientes la mera creencia en la existencia
del vínculo, ni la duda o sospecha acerca de él. En los casos de error en la persona o error en el golpe, la
cuestión se resuelve por aplicación de los principios generales en materia de error y culpabilidad. En el
primer caso, hay un error en la identidad física de quien se busca matar y hay un homicidio simple por
defecto inicial del elemento subjetivo.
En el segundo caso, juegan los mismos principios que para el error en la persona, salvo que, queriendo matar
a un pariente, efectúe el disparo y mata a otro pariente o a otro sujeto unido por alguno de los vínculos
establecidos en la ley, acá el homicidio es agravado.
Se consuma con la muerte de la víctima y admite la tentativa y todas las formas de participación criminal.
La participación:
La participación se rige por los principios generales; por tanto, la agravante se traslada al partícipe -aunque
no esté vinculado con la víctima por ninguno de los parentescos -, en cuanto haya conocido la existencia del
vínculo de la víctima con el agente de cuyo acto participa.
Art. 48: Las relaciones, circunstancias y calidades personales, cuyo efecto sea disminuir o excluir la
penalidad, no tendrán influencia sino respecto al autor o cómplice a quienes correspondan. Tampoco
tendrán influencia aquéllas cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo el caso en que fueren conocidas por
el partícipe.

Circunstancias extraordinarias de atenuación:


“…Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación,
el juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho (8) a veinticinco (25) años. Esto no será aplicable a quien
anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima”.
El último párrafo del art. 80 regula la aplicación de las causas extraordinarias de atenuación únicamente para
las situaciones del inc.1, pero impidiendo su aplicación cuando el homicidio se hubiere cometido en un
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contexto de violencia contra la mujer. Si la muerte se produjere sobre una persona del sexo masculino,
pueden resultar aplicables las circunstancias extraordinarias de atenuación sin limitaciones. Por lo tanto, la
regla beneficia a la mujer, no al hombre víctima del mismo delito.
Otro problema que plantea se refiere a la expresión “anteriormente” utilizada en el párrafo. Al no especificar
la fórmula legal lo que debe entenderse por el vocablo “anteriormente”, deja en manos del juez un margen
de discrecionalidad muy peligroso, que puede erosionar el principio de seguridad jurídica.
Un análisis literal del texto nos da la idea de que el legislador se ha decantado por un sistema numérico de
actos de violencia, al exigir que el autor “anteriormente hubiera realizado actos (en plural) de violencia”.
Entonces, “anteriormente” (anterior a qué?) debe ser entendida como “anterior al episodio de violencia
actual“, el que es motivo de juzgamiento, pero esos actos de violencia deben ser plurales, es decir, dos como
mínimo. En conclusión, la atenuación de la pena no será de aplicación cuando la mujer víctima haya sido
anteriormente objeto de actos de violencia por parte del agresor, en un contexto que puede ser o no de
género, pero que han sido desplegados con anterioridad a su asesinato.
Cuando la ley hace referencia a la mujer víctima, está aludiendo al sujeto pasivo del delito previsto en el inc.
1 del art. 80, no a cualquier mujer, sino solo a aquella que esta o ha estado unida vincular o relacionalmente
con el agresor.
Las circunstancias extraordinarias de atenuación exigen la concurrencia de requisitos positivos y negativos:
Positivo: a) una objetividad, un hecho, un acontecimiento, b) que el hecho se traduzca en sí mismo una
entidad de tal naturaleza que se halle fuera del orden o regla natural o común, c) que esa objetividad sea
captada subjetivamente por quien actúa y funcione como causa determinante de la muerte, y d) que
determine, por su naturaleza, una disminución de la culpabilidad.
Negativos: que no haya emoción violenta excusable por las circunstancias.
Las circunstancias extraordinarias de atenuación pueden referirse a relaciones entre el autor y la víctima o a
conductas que provienen de esta última (por ej. graves y constantes amenazas), o también a situaciones
personales de desgracia, enfermedad, angustia o de grave dolor que impulsan al crimen. Los casos de
eutanasia generalmente configuran causas extraordinarias de atenuación.

Inciso 2: Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.


b) Por el modo de ejecución: ensañamiento. Especial referencia a las sevicias graves
El ensañamiento es definido como el aumento deliberado e inhumano del dolor por el ofendido. Conforma
una causal de agravación del homicidio de carácter esencialmente subjetivo, es decir que no presupone
únicamente la producción de un hecho material (la muerte de la víctima), sino que requiere la concurrencia
de un componente psíquico.
El autor quiere causar deliberadamente el mayor mal posible, en forma perversa y cruel, innecesaria para la
consumación del delito. Requiere una idea, una circunstancia subjetiva que consiste en ese propósito
deliberado de causar daño de más por crueldad, causando el mayor dolor posible a la víctima. Por ello es un
modo cruel de matar.
Sevicias graves fueron eliminadas del Código como causal autónoma de agravación por su dudoso
contenido, superpuesto al ensañamiento.
Las sevicias graves pueden distinguirse del ensañamiento. Son dos modos de matar que, aunque tienen
características similares, se diferencia entre si

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Sevicia grave Ensañamiento


Es un medio para matar. Es una forma de matar.
La crueldad del medio aparece gradualmente Se caracteriza por una duración más breve, con una
desplegada hasta llegar a la muerte. ejecución casi inmediata con el fallecimiento de la
víctima.
Es suficiente el dolo eventual. Requiere la intención de causar deliberadamente
males innecesarios, al ánimo de dar muerte se une el
propósito de hacerlo en forma perversa y cruel.

Por último, con la supresión de las sevicias graves de las agravantes del homicidio no significa la ampliación
del concepto de ensañamiento, razón por la cual, la muerte causada por sevicias, en el estado actual de
nuestro derecho, configura una hipótesis de homicidio simple.
Alevosía:
Es la muerte dada ocultamente a otro, asegurando su ejecución por evitación de todo riesgo o peligro e
imposibilitando la defensa de la víctima.
Se admiten diferentes modalidades:
a. Proditoria: caracterizada por la trampa, emboscada o acecho.
b. Aleve o súbita inopinada: por sorpresa, repentina, imprevista.
c. Aprovechamiento de una especial situación de desvalimiento o indefensión: muerte de seres
indefensos, niños, ancianos, enfermos graves o victimas embriagadas en fase comatosa o letárgica.
Son elementos de la alevosía:
1. Ocultamiento del agresor o de la agresión misma: constituye la emboscada.
2. Falta de riesgo para la persona del autor: existe aunque el agente lo ignore. El autor debe haber
buscado su propia seguridad personal antes de ejecutar la muerte.
3. Estado de indefensión de la víctima: debe haber estado en la mente del autor procurársela.
d) Por el medio empleado: Veneno:
No toda muerte provocada con veneno califica el homicidio, sino solo aquella ejecutada insidiosamente.
La insidia es el elemento que caracteriza al homicidio con veneno. La agravante solo resulta aplicable si el
veneno ha sido empleado insidiosamente, esto es, en forma oculta o subrepticiamente.
La fórmula “otro procedimiento insidioso“ tiene la siguiente interpretación: las muertes provocadas por
sustancias que actúan químicamente en el cuerpo humano y han sido propinadas de manera oculta,
configuran un homicidio agravado con veneno, toda otra sustancia con capacidad letal, empleada del mismo
modo, va a parar a la agravante “otro procedimiento insidioso“.
c) Por el móvil: Inciso 3: Por precio o promesa remuneratoria
El fundamento de la agravante radica en el pacto infame sobre el precio, que representa la causa por la que
el autor material interviene y comete el hecho.
El delito requiere la concurrencia de los siguientes elementos:
• La intervención de, al menos, dos personas: el mandante o autor moral, que es quien encomienda matar y
ofrece el precio o la promesa, y el mandatario o autor material, que es quien ejecuta el homicidio. Pueden ser
también más de dos personas los que protagonizan el hecho, por ej. si el ejecutor material, a su vez, encarga
a un tercero la comisión del homicidio.

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• La existencia de un pacto homicida entre el mandante y el mandatario: pero, por sí solo, el acuerdo no es
suficiente, es necesario que el hecho haya comenzado a ejecutarse para generar responsabilidad. La sola
formulación del pacto sin principio de ejecución constituye un acto preparatorio impune. El pacto o acuerdo
criminal debe ser expreso, pudiendo ser verbal o escrito, pero nunca tácito o presumido.
• El precio o promesa determinantes de la acción homicida: que sean determinantes de la acción homicida.
Por precio debe entenderse, tanto el precio en dinero como cualquier otra ventaja que sea apreciable
económicamente. Toda otra retribución (por ej. de tipo sexual) queda fuera del concepto y no genera
agravante. El pago del precio debe hacerse efectivo antes de la ejecución del hecho. La promesa
remuneratoria consiste en el ofrecimiento de una suma de dinero o cualquier otro beneficio traducible
económicamente.

Inciso 4: Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de
género o su expresión.
Placer:
El homicidio por placer es el crimen del sádico y del perverso. Mata por placer el que, al hacerlo,
experimenta una sensación agradable, quien encuentra en ello satisfacción, quien se regocija perversamente
al destruir una vida. Generalmente, la sensación de placer está referida a lo sexual, aunque no excluye otros
placeres. Por lo tanto, la agravante comprendería el placer de la sangre y el propósito de satisfacer impulsos
sexuales. Para Núñez, sin embargo, la agravante comprende casos de impulso de perversidad brutal y otras
clases de sensaciones, como la sola contemplación de la muerte.
Puede llevar a una reiteración delictiva.
Codicia:
Es todo apetito desmesurado y desordenado de riquezas o beneficios. Adquiere relevancia lo interno
(aspecto volitivo) del sujeto, esto es, su inclinación exagerada al lucro.
La codicia revela un estado espiritual especial del individuo, de características más estables y de logros
indeterminados, que requiere ser indagado en el interior del sujeto.
Importa un ánimo o anhelo de ganancias o beneficios indeterminados, que puede permanecer en el sujeto
aun después del hecho delictuoso. Se puede decir que es un estado de ánimo.
Odio racial o religioso. Referencia al genocidio.
La agravante se caracteriza subjetivamente, esto es, requiere que el autor experimente una profunda aversión
hacia determinada persona o grupo de personas, por pertenecer o no a una determinada raza, o por profesar o
no un determinado credo. No es suficiente que se mate sólo por odio o porque el individuo pertenece o no a
un tipo de raza o religión, sino que ese odio debe estar estrechamente vinculado a la pertenencia o no del
individuo a una raza o religión determinadas.
Esta clase de homicidio admite cualquier medio de comisión, aunque ello implique la superposición de
agravantes.
La disposición comprende la eliminación en masa de personas (genocidio), pero para su consumación basta
con que se mate a una sola persona por los motivos expuestos.
Odio de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión:
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Las leyes argentinas han ampliado la protección a la mujer y a la identidad de género en diversos aspectos.
En esta idea se dictó la ley 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar; la ley 26.485 de Protección
Integrar para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres; la ley 26.743 sobre Identidad de género y la
ley 26.791 que incorpora los delitos de género en el CP.
Aquí se trata el individuo que mata por odio a la víctima por el hecho de pertenecer ésta a un determinado
género (masculino o femenino), o a una orientación sexual determinada (heterosexual, homosexual) o por su
identidad de género o su expresión.
Se entiende por identidad de género a la vivencia interna del género tal como cada persona la siente, la cual
puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal
del cuerpo. Siempre es necesario el elemento subjetivo para constituir a la agravante, es decir, que la razón
determinante del homicidio haya sido el odio al género, orientación sexual, identidad de género o expresión
de la víctima.
Inciso 5: Por un medio idóneo para crear un peligro común.
La agravante exige: a) la muerte de una persona; b) el empleo de un medio capaz de crear un peligro común,
y c) una relación causal que vincule ese medio con el resultado producido.
Un medio es idóneo para crear un peligro común cuando posee capacidad para colocar en riesgo de daño a
bienes o personas en forma indeterminada. No es suficiente el peligro de daño a una persona o personas
determinadas, sino que se requiere un peligro colectivo, que afecte a un número indeterminado de individuos
o a bienes en general.
La agravante se consuma con la muerte de la persona y admite la tentativa y todas las formas de
participación criminal.
Inciso 6: Con el concurso premeditado de dos o más personas.
Se trata de un acuerdo para ejecutar el delito. De esta manera, puede afirmarse que la agravante exige los
siguientes requisitos:
• La muerte de una persona.
• Que la muerte haya sido ejecutada, como mínimo, por tres o más individuos.
• La existencia de un concurso (acuerdo) premeditado, previo al delito.
Los que participan del acuerdo deben ser capaces penalmente, esto es, imputables, por cuanto la exigencia
de la premeditación indica que cada interviniente debe reunir un mínimo de conciencia y voluntad en la
formalización del convenio. Sin discernimiento no puede haber acuerdo válido. Por lo tanto, quedan fuera de
la agravante los inimputables por minoridad, por deficiencia mental y aquellos cuyo acuerdo ha sido
conseguido por medio de violencia, coacción, error o engaño.
Además, teniendo en cuenta que la ley exige el concurso premeditado (acuerdo previo al homicidio), la
ratificación posterior al hecho no conduce a la agravante.
d) Por su conexidad con otro delito: homicidio conexo con otro delito o “criminis causa”
Inciso 7: Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o
procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro
delito.
La naturaleza de la agravante es eminentemente subjetiva. El autor debe obrar con una “motivación
especial” que es la determinante de su conducta.

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Se comete el homicidio para o por otro delito. Además del dolo propio de todo homicidio (el agente debe
querer matar), la ley incorpora un elemento subjetivo especial (“para” preparar, facilitar, etc.; “por” no haber
logrado el fin propuesto) que obra como intención final del autor. El homicidio representa el medio para
lograr o consumar otro delito. Por ello, la conexión es necesaria entre uno y otro tramo, entre lo que el autor
hace (mata) y lo que persigue (otro delito).
La conexión subjetiva entre el homicidio y la finalidad del autor excluye el dolo eventual. El autor comete
un delito para o por concretar otro delito, de manera que esa motivación que lo ha llevado a matar integra el
dolo del tipo en cuestión, que lo especializa por su específica finalidad. El dolo de matar “para” o “por” es
un dolo directo, que debe aparecer antes o durante la ejecución del homicidio.
La agravante exige para su configuración una conexidad subjetiva que funciona como un eslabón que une el
homicidio con otro delito. Los dos hechos están conectados psicológicamente entre sí.
Esta conexidad puede manifestarse de dos modos distintos:
Como conexión final: el sujeto actúa “para”; esto es, con un motivo proyectado hacia el futuro (mata
procurando obtener algo deseado). La ley hace referencia a esta clase de conexión cuando dice para
“preparar”, “facilitar”, “consumar”, “ocultar”, “procurar la impunidad”.
Como conexión impulsiva: el sujeto actúa “por”, es decir, por un motivo surgido del pasado (mata por
sentirse frustrado en sus fines o planes, vengando el fracaso ya sufrido). La norma alude a esto caso cuando
expresa “por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”. Es decir, es un homicidio por
despecho, frustración, resentimiento o venganza, por no haber concretado los propósitos perseguidos.
Si el otro delito (delito fin) se concreta, sea en su forma tentada o consumada, se da una hipótesis de
concurso real con homicidio. Es admisible la tentativa de homicidio agravado y la participación se rige por
las normas comunes.
e) Por la calidad del sujeto pasivo y activo:
Homicidio agravado por la función, cargo o condición del sujeto pasivo:
Inciso 8: A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su
función, cargo o condición.
El tipo penal se estructura sobre la base de un aspecto objetivo y otro subjetivo. El tipo objetivo exige que el
autor mate a una persona que, en el momento del hecho, revista la condición de miembro de las fuerzas de
seguridad pública, policiales o penitenciarias. El tipo subjetivo requiere, por su parte, que la conducta típica
vaya acompañada de una conducta específica: matar porque la victima pertenece a alguna de estas
instituciones del Estado.
Esto significa que no resulta suficiente, para que concurra la agravante, con matar a un miembro de estas
fuerzas, sino que es necesaria una conexión subjetiva entre la acción típica y la motivación final del autor.
Lo que importa es que, al momento del hecho, el sujeto posea la condición exigida típicamente, esto es, que
posea la calidad funcional o siga encuadrado dentro de la fuerza correspondiente.
La figura sólo es compatible con el dolo directo. Se trata de delitos de tendencia de especial motivación
subjetiva, en los que opera un elemento o factor motivacional del comportamiento típico o de la resolución
criminal.
Agravación por la condición del sujeto activo:
Inciso 9: Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de
seguridad, policiales o del servicio penitenciario.

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Esta disposición se caracteriza por las siguientes circunstancias: por la condición del sujeto activo y por la
relación funcional con el hecho.
Se trata de un tipo especial impropio que sólo puede ser cometido por un sujeto que reúna las condiciones
exigidas por el precepto legal. En cuanto a la relación funcional requerida típicamente, el autor debe, al
momento de ejecutar la muerte de la víctima, estar en función activa, pues solo así podría abusar de ella.
Pero no es suficiente que se encuentre en servicio activo sino que debe abusar de su función o cargo que
inviste, es decir, debe hacer un mal uso, excesivo, arbitrario, contrariamente a lo que establecen la ley o los
reglamentos, del poder o facultades otorgadas legalmente.
Homicidio por su comisión bajo estado militar:
Inciso 10: A su superior militar frente a enemigo o tropa formada con armas.
La acción puede ser cometida por el sujeto activo en el propio ámbito de una unidad militar o fuera de ella.
El tipo penal admite la muerte de la víctima durante o en ocasión de una situación de conflicto armado o
durante períodos de paz, pero, en cualquier caso, el hecho debe haberse cometido frente a un enemigo o
frente a la tropa formada con armas, que puede conformarse en cualquier momento del desarrollo de la
actividad militar.
La acción típica consiste en “matar” a otro y ese otro debe ser un “superior”. Esta expresión importa, al
mismo tiempo, que la víctima debe revestir la calidad de “militar” con jerarquía superior a la del autor del
hecho.
Sujetos activo y pasivo sólo pueden ser un militar, por lo tanto se trata de un delito especial impropio.
El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo.
Homicidio agravado por odio
Consiste en matar a otro por odio de género o la orientación sexual, identidad de género o su expresión.
La agravante se caracteriza por el móvil del autor, que es el odio o la aversión que siente la víctima, por su
condición de pertenecer a un determinado género, por su orientación sexual o por identidad de género.
El agresor mata por odio al género humano, constituido por los sexos masculino y femenino, sea por las
diferencias o desigualdades que ello implica o bien por misoginia, esto es, por desprecio a la víctima porque
es del sexo femenino.
Inciso 11: A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.
Femicidio:
Es el asesinato de una mujer o el empleo de violencia contra la mujer en un contexto de género. Se
caracteriza por la presencia de una víctima vulnerable, que es el elemento determinante del mayor contenido
de injusto del hecho típico. Se trata, siempre y en todos los casos, de una cuestión de género.
Se caracteriza como una forma extrema de violencia contra las mujeres, consistente en dar muerte a una
mujer por su mera condición de tal. No se trata del homicidio de cualquier mujer, sino de una mujer por el
hecho de serlo. Por lo tanto, implica una cuestión de género.
Entonces, se lo puede definir como “la muerte de una mujer, causada por un hombre, en un contexto de
género, por su pertenencia al género femenino”.
El femicidio implica un tipo de homicidio especialmente agravado por la condición del sujeto pasivo y por
su comisión en un contexto ambiental determinado. Siempre la víctima debe ser una mujer y la muerte debe
haber sido provocada en un ámbito situacional específico, que es aquel en el que existe una situación de
subordinación y sometimiento de la mujer por el varón, basada en una relación desigual de poder. Sólo

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desde esta perspectiva se puede justificar la agravación de la pena cuando el autor del homicidio es un
hombre y la víctima es una mujer. De otro modo, se estaría concediendo mayor valor a la vida de una mujer
que a la de un hombre, en iguales circunstancias, lo cual pondría de manifiesto un difícil e insalvable
conflicto de constitucionalidad.
El sujeto activo solo puede ser un hombre, mientras que el sujeto pasivo solo puede ser una mujer. Se trata
de una figura cualificada por la condición de los sujetos.
La ley N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, define a la violencia contra la mujer
como toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como
en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su libertad, dignidad, integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan
comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta toda
conducta, acción u omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en
desventaja con respecto al varón.
Se trata de un concepto normativo, extralegal, del cual el juez no puede apartarse.
Homicidio transversal o vinculado:
Inciso 12: Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha
mantenido una relación en los términos del inciso 1°. (Como ascendiente, descendiente, cónyuge, ex
cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no
convivencia.
Por lo que quedan abarcadas por el precepto tanto la relación formal de pareja (matrimonio) como la
informal (unión convivencial, noviazgo, etc.)
El delito requiere que se ocasione la muerte de una persona cualquiera, para que otra sufra por esa muerte.
No interesa el vínculo o relación que esta persona haya tenido con la víctima del homicidio, ni que haya
experimentado sufrimiento o dolor por su muerte. Lo que caracteriza al delito es su configuración subjetiva:
la finalidad del agresor (causar sufrimiento) siendo suficiente para la perfección típica que se haya matado
con dicha finalidad.
Se trata de un homicidio “transversal”, porque implica la eliminación física de un individuo a quien el autor
de la agresión ni siquiera pude haber llegado a conocer, pero que lo mata con el propósito de lograr dolor o
sufrimiento ajeno o herir a esa persona íntimamente en sus sentimientos, esto es, de otra persona respecto de
quien el autor sabe que la muerte de aquél le va a implicar un dolor, un sufrimiento o un padecimiento, que
puede ser de cualquier naturaleza, psíquico, físico, etc. Es un modo cruel de matar, que lo aproxima al
ensañamiento. Se mata para que otro sufra.
El tipo penal no requiere para su consumación que la persona damnificada por el homicidio sufra realmente
por la muerte del ser querido. Es suficiente que el autor mate para que la otra persona sufra. Entonces,
tratándose de un delito de resultado material, la tentativa es admisible.
f) Formas agravadas contenidas en leyes complementarias (23.592, 24.192):
Ley N° 23.592: Adóptense medidas para quienes arbitrariamente impidan el pleno ejercicio de los derechos
y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional.
Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases
igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidas en la Constitución Nacional, será
obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a
reparar el daño moral y material ocasionado.

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Se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales
como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica,
condición social o caracteres físicos.
Art. 2: Elévase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de todo delito reprimido
por el Código Penal o Leyes complementarias cuando sea cometido por persecución u odio a una raza,
religión o nacionalidad, o con el objeto de destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o
religioso.
Art. 3: Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años los que participaren en una organización o
realizaren propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de
determinada religión, origen étnico o color, que tengan por objeto la justificación o promoción de la
discriminación racial o religiosa en cualquier forma. En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio
alentaren o iniciaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza,
religión, nacionalidad o ideas políticas.
Art 4°.- Se declara la obligatoriedad de exhibir en el ingreso a los locales bailables, de recreación, salas de
espectáculos, bares, restaurantes u otros de acceso público, en forma clara y visible el texto del artículo 16
de la Constitución Nacional, junto con el de la ley.
Art. 6°.- Se impondrá multa de $500 a $ 1.000 al propietario, organizador o responsable de locales bailables,
de recreación, salas de espectáculos u otros de acceso público que no cumpliere estrictamente con lo
dispuesto en los artículos 4º y 5º de la ley.
Ley 24. 192: Régimen Penal y Contravencional para la Prevención y Represión de la Violencia en
Espectáculos Deportivos.
Art1: Cuando se cometan con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo, sea en el ámbito de
concurrencia pública en que se realizare o en sus inmediaciones, antes, durante o después de él.
Art 2: Cuando en las circunstancias del artículo 1º se cometieren delitos previstos en el libro segundo, título
I, capítulo I, artículos 79 y 81, inciso 1, letras a) y b), 84 y capítulos II, III y V, y los previstos en el título VI,
artículos 162 y 164 del Código Penal, siempre que no resultaren delitos más severamente penados, las penas
mínimas y máximas se incrementarán en un tercio.
Art 3: Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que introdujere, tuviere en su poder, guardare o
portare armas de fuego o artefactos explosivos en las circunstancias del artículo 1º. En todos los casos se
procederá al decomiso de las armas o artefactos.
Art 5: Será reprimido con prisión de uno a seis años el que instigare, promoviere o facilitare de cualquier
modo, la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos en el presente capítulo.

Homicidio emocional
Homicidio en estado de emoción violenta
Art. 81: Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:
a. Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias
hicieren excusable.
b. Al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna
persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.
Inciso a: Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las
circunstancias hicieren excusable.
Antecedente:
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Tiene su antecedente en el art. 105 del Anteproyecto suizo de 1916 y durante mucho tiempo, su
interpretación por la jurisprudencia de nuestros tribunales, tuvo su origen en la opinión de Juan P. Ramos,
decía que la emoción debía ser justificada por las circunstancias que hicieran aparecer el hecho como
excusable por motivos éticos. Estos motivos eran los fundamentales en la apreciación de la justificación de
las causas que hicieran excusables las circunstancias del homicidio. Los elementos eran: no toda emoción
califica al homicidio pasional; es menester que se haya cometido en un estado de emoción violenta; el
arrebato pasional debe coincidir con el acto delictuoso; la causa debe responder a motivos éticos, que son
aquellos que mueven de una manera adecuada a una conciencia normal; considera a sus autores como muy
peligrosos.
El motivo ético era la causa determinante de la reacción emocional violenta que se manifieste en el
homicidio o lesiones.
Elementos de la figura:
a) Psicológico (estado emocional): la emoción es aquí igual a conmoción del ánimo, eso es, un proceso que
se desarrolla en el interior del sujeto.
El Código Penal no hace referencia a cualquier emoción, por más perturbación espiritual que ella produzca
en la persona, sino a una emoción que califica de violenta. Por lo tanto, lo que interesa, es la intensidad de la
emoción. La emoción es intensa cuando produce una conmoción psicológica en el individuo, de tal
magnitud que debilita su capacidad de frenar frente al hecho externo que la estimula. Sin embargo, esta
intensidad (o violencia) no debe hacer perder el poder de inhibición al sujeto, ya que si así ocurriera, la
situación se desplazaría a la inimputabilidad.
La emoción, identificable como un área afectiva del individuo, puede presentarse bajo diversas formas:
miedo, temor, ira, cólera, furor, dolor, amor, cielos, piedad, venganza, odio, etc. circunstancias todas que
benefician al autor.
La emoción violenta es aquella que obrando sobre los sentimientos del autor, lo arrastra al crimen. No puede
tener origen en el propio carácter del agente, sino que debe encontrar su estimulo en una causa externa, fuera
de él. Debe ser eficiente, esto es, con la suficiente entidad como para provocar la reacción anímica violenta
en el autor.
b) Temporal: entre el estímulo generador y la reacción emocional puede transcurrir un tiempo, corto o largo,
y no obstante ser de aplicación atenuante. Lo importante es que la reacción tenga su causa en la emoción, y
ésta, a su vez, en un estímulo externo.
El tiempo es un criterio relativo, que debe ser evaluado en el caso concreto y en todo su contexto.
Agravantes. Relación con la derogada figura del infanticidio:
El art 2 de la ley 24.192 establece la agravación en un tercio de la pena mínima y máxima de este delito si se
hubiera cometido con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo.
La ley (aunque determinando una pena de gran severidad-reclusión o prisión de diez a veinticinco años-)
extiende la atenuante a los casos en que el homicidio puede encuadrarse en el art. 80, inc. 1 (art. 82).
En nuestra legislación, la figura del infanticidio fue eliminada por la ley 24.410. El derogado inciso 2 decía
“Se impondrá reclusión hasta 3 años o prisión de 6 meses a 2 años a la madre que, para ocultar su deshonra,
matare a su hijo durante el nacimiento o mientras se encontrare bajo la influencia del estado puerperal y a
los padres, hermanos, marido o hijos que, para ocultar la deshonra de su hija, hermana, esposa o madre,
cometiesen el mismo delito en las circunstancias…”
Este tipo penal fue arduamente criticado. Se cuestionaba que se bajaba el valor vida para subir el valor
honor.
Parricidio emocional:
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Art. 82: Cuando en el caso del inciso 1º del artículo 80 concurriese alguna de las circunstancias del inciso
1º del artículo anterior (81), la pena será de reclusión o prisión de diez a veinticinco años.
Se trata de la concurrencia, en un mismo hecho, de circunstancias atenuantes y agravantes de dos figuras
delictivas: el homicidio agravado por el vínculo parental (parricidio) y el homicidio en estado de emoción
violenta.
La pena prevista para el delito no guarda coherencia ni proporcionalidad con el hecho descripto en la
disposición normativa. La Ley 21338 corrigió con acierto este problema de la penalidad, rebajándola a
prisión de dos a ocho años.

Homicidio preterintencional
Art. 81 inciso b: Al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la
muerte de alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.
El único delito que en nuestro Código admite la forma preterintencional es el homicidio.
Se lo puede definir como el hecho en el que la voluntad del reo está dirigida a un suceso determinado, pero
el evento que se produce es más grave. En estas figuras, el evento ha sobrepasado el delito que el agente
tenía en miras; ha excedido el fin que el culpable se había propuesto.
La preterintencion tiene naturaliza mixta de dolo y culpa, esto es, dolo en el delito base y culpa en el
resultado excedente.
Naturaleza del delito:
El homicidio preterintencional no deriva del homicidio simple, porque su elemento anímico no es una
modalidad del dolo propio de este delito, sino un estado psicológico que implica su negación. Es un
auténtico delito autónomo, con sus propios elementos constitutivos, objetivo y subjetivo.
Elemento objetivo:
Está representado por el medio que el autor utiliza para agredir, el cual, no debe razonablemente ocasionar la
muerte.
El elemento del medio empleado por el autor constituye una regla de interpretación que debe ser apreciada
en todo el contexto del caso, que exige una valoración no sólo en abstracto sino también en concreto. Esta
regla de interpretación funciona en un doble sentido: cuando el medio tiene eficacia letal y se lo emplea
conforme a esa aptitud, queda excluido el homicidio preterintencional; en cambio, cuando el medio carece
de eficacia letal, el hecho sólo será homicidio preterintencional si otras pruebas no acreditan que el autor
obró con dolo respecto de la muerte de la víctima. Es esencialmente relativo, ya que su apreciación depende
de las circunstancias particulares concernientes a la persona, tiempo, lugar del hecho, clase y potencialidad
del ama empleada, modo del uso, condiciones del sujeto pasivo, etc. Por lo tanto, se trata de una cuestión de
hecho, verificable en cada caso concreto.
El delito es doloso y el dolo está constituido por el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud de
otra persona. Se consuma con la muerte de la víctima, no resultando admisible la tentativa.
Análisis de la culpabilidad:
Este delito es particular porque no encuadra estrictamente en la forma dolosa ni tampoco en la culposa, la
doctrina discute acerca de la naturaleza jurídica del mismo. Hay tres opiniones:
• Delito doloso: Esta posición sostiene que el delito preterintencional es una forma de delito doloso, que
abarca resultados no queridos por el agente: el hecho entra en el campo del dolo desde el momento que el

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sujeto realiza el hecho doloso (lesiones), y no es justo que salga de esa esfera del dolo a causa de un
resultado más grave (la muerte) que ha derivado del hecho intencional.
• Delito mixto de dolo y culpa: para esta posición, el delito preterintencional es una combinación de dolo y
culpa. Hay dolo en el hecho querido (lesiones) y culpa en el resultado no querido (homicidio).
• Delito calificado por el resultado: es un delito de lesiones, que a raíz del resultado (muere) se agrava,
dando lugar a una nueva figura que es la contemplada en nuestro art 81 inc 1b
Agravantes:
El texto vigente (art. 82) sólo agrava el homicidio preterintencional en los casos del art. 80, inc. 1, indicando
para él la misma pena que para el homicidio emocional calificado por iguales circunstancias: reclusión o
prisión de 10 a 25 años, pena severísima si tenemos en cuenta la que merece el parricidio atenuado por
circunstancias extraordinarias.

Bolilla 8: Delitos contra la integridad sexual


El Título III ha sufrido múltiples innovaciones después de la reforma implementada por la Ley 25.087,
mediante la cual se incrementaron las penas de algunos delitos, se incorporaron nuevas figuras y se
produjeron transformaciones relevantes en delitos vinculados a abusos sexuales, a la prostitución,
especialmente referidas a menores de edad y personas con alguna incapacidad. Además, esta reforma
sustituyó el antiguo título “Delitos contra la honestidad” por el “Delitos contra la integridad sexual. El
Código, después de la reforma, agrupa los tipos penales en: 1) delitos que se caracterizan por una conducta
sexual abusiva; 2) delitos que se caracterizan por conductas vinculadas a la corrupción y prostitución de
menores y mayores; 3) delitos que se caracterizan por una conducta sexual exhibicionista, provocadora o
relacionada con material pornográfico; 4) delitos que se caracterizan por una conducta restrictiva de la
libertad personal; y 5) delitos que se caracterizan por el medio empleado.
El bien jurídico tutelado con la modificación del título, pasó a ser la integridad sexual de la persona, y no un
concepto público de honestidad o la honra de los varones allegados a la víctima, ya que no es aceptable un
Derecho Penal que no tutele bienes sino normas éticas o morales. Sin embargo, en doctrina difieren con
respecto a cuál es el bien jurídico tutelado: Núñez afirma que la protección se discierne a la fidelidad, a la
reserva y normalidad sexual de los individuos y a la decencia pública. Por otro lado, Creus define a la
integridad sexual como el normal ejercicio de la sexualidad, básicamente asentado sobre la libertad del
individuo. En el mismo sentido, Buompadre sostiene, que con la modificación del título, se incluyó a la
libertad sexual como bien jurídico penal, ya que todo individuo tiene derecho a ejercer libremente su
sexualidad. Por último, Donna, considera que el bien jurídico es la libertad de la persona mayor de 18 años,
y el libre desarrollo sexual de los menores de esa edad, teniendo en cuenta que nadie puede introducirse en
la esfera sexual ajena, sin la voluntad de la otra persona, con capacidad para consentir.
Entonces, el bien jurídico que se protege es la reserva sexual de la víctima entendida como el respeto a su
incolumidad física, y dignidad en tanto persona, especialmente desde la óptica de su pudicia personal sexual.
Además, en doctrina se vino analizando el concepto de libertad sexual desde una triple perspectiva: a)
dinámica- positiva (hace referencia a la facultad del individuo de ejercer o de disponer libremente su
sexualidad, sea en sus formas como en las personas con quienes desea mantener la relación sexual); b)
estática-negativa (que se concreta en el derecho a rechazar o repeler la relación sexual que no se desea
soportar); c) mixta o integradora (compuesta por elementos conceptuales de ambos criterios, ya que se
entiende que los distintos aspectos que caracterizan a estas concepciones no son opuestos sino
complementarios entre sí).
La integridad sexual, entendida como libertad sexual, como bien jurídico penalmente protegido, importa un
segmento de un bien jurídico más general: la libertad personal, entendida como el derecho de todo individuo
a ejercer libremente su sexualidad o no verse involucrado sin su consentimiento en una relación sexual. Así,

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la libertad sexual, se manifiesta como el derecho de toda persona a su autorrealización o autodeterminación


en el ámbito de su sexualidad.
Sin embargo, se entiende que las personas menores o con alguna incapacidad no son titulares de esa libertad,
por carecer de la capacidad de entender la significación de los actos relativos a la sexualidad y,
consiguientemente, la de entender y consentir en ellos; así se habla de indemnidad sexual, para indicar que
las personas menores de 13 años tienen el derecho a estar exentos o libres de cualquier daño sexual; y de
intangibilidad sexual, en el sentido de considerar a los menores e incapaces personas intocables, es decir,
tienen el derecho a que no se los toque sexualmente. No obstante, esto fue criticado, porque los mayores
tienen igual derecho a no ser molestados ni tocados sexualmente por terceros, además tampoco se podría
hablar de menores o incapaces indemnes o intocables, ya que a partir de la reforma, el legislador permitió
que tengan relaciones sexuales siempre que no se abuse de ellos.
En fin, la integridad sexual, entendida como libertad sexual, no es más que un aspecto de la libertad personal
en el ámbito de la sexualidad. El atentado sexual afecta el derecho de toda persona a su autorrealización o
autodeterminación en el ámbito de la sexualidad, ya que significa, entre los adultos, un obstáculo a la libre
opción sexual, y entre los menores, que todavía carecen de capacidad para decidir responsablemente en el
ámbito sexual, un abuso de esa capacidad aun no desarrollada.
Titularidad de la acción penal:
Art. 72: Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes delitos: 1) los
previstos en los arts. 119, 120 y 130 del CP cuando no resultare la muerte de la persona ofendida o lesiones
de las del art. 91.
En los abusos sexuales del art 119, en el estupro del art 120 y en el rapto del art 130 la acción es dependiente
de instancia privada. En las demás figuras el régimen es de la acción pública. (art 72) Asimismo, hay
excepciones en las que aun habiéndose cometido un delito de los previstos en ese artículo, la acción es
pública. Esto es cuando se da la concurrencia de otro delito de acción pública de naturaleza grave como
cuando resulta la muerte de la persona ofendida o lesiones del art 91; cuando el delito es cometido contra un
menor que no tenga padres, ni tutor ni guardador; cuando la víctima es incapaz y el autor del delito es uno de
sus ascendientes, tutor o guardador; cuando existen intereses gravemente contrapuestos entre el incapaz y su
representante.
Disposiciones comunes respecto de los delitos contra la integridad sexual:
Art. 132: “En los delitos previstos en los artículos 119: 1°, 2°, 3° párrafos, 120: 1° párrafo, y 130 la
víctima podrá instar el ejercicio de la acción penal pública con el asesoramiento o representación de
instituciones oficiales o privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas.”
El asesoramiento al que hace referencia la manda legal no es otra cosa que la acción de dar consejo, la
institución oficial o privada sin fines de lucro, al menor, respecto de lo que resulta más conveniente a sus
intereses.
Por el contrario, la representación consiste en la actuación de la institución, en nombre del menor, haciendo
recaer sobre éste los efectos jurídicos consistentes en su gestión relativa a la formulación de la instancia.
Instituciones oficiales son, por ejemplo, las defensorías o asesorías de incapaces, los centros de protección a
la familia y al menor, los consejos del menor, los centros estatales de asistencia a la víctima, etcétera.
Organismos privados sin fines de lucro son, verbi gratia, las organizaciones no gubernamentales dedicadas a
la tarea de protección o asistencia victimológica
Los fundamentos de esta disposición legal radican en la voluntad de lograr una mayor protección de la
persona y de los derechos de la víctima del delito, la que, principalmente en aquellos sistemas de
enjuiciamiento criminal que no admiten su intervención como querellante, ocupa una posición de limitado
protagonismo en los procedimientos penales.
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Antecedentes:
La denominación jurídica "abuso sexual simple" viene a reemplazar a la de "abuso deshonesto", prevista en
el derogado artículo 127 del Código Penal.
Aquella figura había sido introducida por el proyecto de 1891, castigando al que abusare deshonestamente
de persona de uno u otro sexo, concurriendo alguna circunstancia de la violación sin que haya cópula;
agravándolo por la calidad del sujeto activo.
La reforma introducida por la ley 25.087, modifica la denominación jurídica del tipo penal, y amplía los
factores que anulan el libre consentimiento de la persona más allá de la fuerza física y la intimidación,
incluyendo supuestos coactivos o intimidatorios de abuso de poder o de autoridad, e incorporando otras
relaciones de jerarquía
Además, se eleva la edad de la víctima de 12 a 13 años.
Por otro lado, el Código Penal regulaba el delito de adulterio en el artículo 118, haciendo una distinción
entre el adulterio del hombre y de la mujer. Las críticas de la doctrina y los pocos fallos que se dictaron en la
jurisprudencia argentina llevaron a la derogación por la Ley 24.453.
Excepciones al principio de participación:
Art.133: “Los ascendientes, descendientes, cónyuges, convivientes, afines en línea recta, hermanos, tutores,
curadores y cualesquiera persona que, con abuso de una relación de dependencia, de autoridad, de poder,
de confianza o encargo, cooperaren a la perpetración de los delitos comprendidos en este título serán
reprimidos con la pena de los autores.”
El agravamiento tiene un fundamento puramente personal. En este sentido, se afirma que no puede caber
duda de que los aportes realizados por esas personas no sólo son más condenables por el abuso cometido,
sino que también son más decisivos, precisamente por la confianza o temor que inspiran a la víctima, y por
ello merece un reproche mayor.
a) La relación de dependencia alude a aquellas situaciones en las que el autor se encuentra con la víctima en
una relación de preeminencia en el ámbito laboral.
b) La relación es de autoridad cuando la víctima, en virtud del derecho privado (p. ej., guardador y
guardado) o público (v. gr., militar y subordinado) debe obediencia personal al cómplice.
c) Una relación de poder se da cuando proviene de la ley o cuando el cómplice tiene, de hecho, dominio
sobre la víctima.
d) La relación es de confianza cuando el estado (p. ej., sacerdotal) o profesión (p. ej., preceptor) del sujeto
activo asienta su vinculación personal con el ofendido sobre una base de fe o seguridad depositada por éste
en aquél.

Abuso sexual
El art. 119 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que
abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare
violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de
poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la
acción.
La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o
circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la
víctima.

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La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del
primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros actos análogos
introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías.
En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho (8) a veinte (20) años de reclusión o
prisión si:
a. Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;
b. El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador,
ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;
c. El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere
existido peligro de contagio;
d. El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;
e. El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de
sus funciones;
f. El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho (18) años, aprovechando la situación de
convivencia preexistente con el mismo.
En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres (3) a diez (10) años de reclusión o prisión si
concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f).
1er párrafo: abuso sexual simple.
2do párrafo: abuso sexual gravemente ultrajante.
3er párrafo: abuso sexual con acceso carnal.
4to párrafo: agravantes para el 2do y 3er párrafo.
5to párrafo: agravantes para el 1er párrafo.

Abuso sexual simple


Está previsto en el primer párrafo del art. 119: “Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a
cuatro (4) años el que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o
cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de
autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir
libremente la acción...”
Abusa sexualmente la persona que realiza actos corporales de tocamiento o acercamiento, de carácter sexual,
con persona de uno u otro sexo, menor de 13 años, o cuando mediare violencia, abuso coactivo o
intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima,
por cualquier causa, no haya podido consentir libremente la acción. También configura abuso sexual el acto
de lesbianismo, en el que no puede haber acceso camal, y el acto libidinoso, el cual tiene un significado
objetivo impúdico.
El abuso sexual es una agresión sexual violenta, distinta del acceso carnal, ejecutada sobre una persona,
contra su propio querer consciente. Tiene los siguientes elementos: 1) una conducta abusiva de contenido
sexual; 2) contacto corporal directo entre el agresor y la víctima; 3) que este contacto corporal afecte las
partes sexuales del cuerpo de la víctima; y 4) ausencia de consentimiento en la victima.
El abuso sexual del primer párrafo del art. 119 abarca comportamientos bien diferenciados: 1) la agresión
sexual perpetrada contra un menor de 13 años, aun con su consentimiento, y 2) la agresión sexual perpetrada
contra otra persona de cualquier edad (mayor de 13 años), mediando violencia o intimidación, abuso
coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que
la víctima, por cualquier causa, no haya podido consentir libremente la acción.
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La acción típica en ambos supuestos es la misma: abusar sexualmente de otra persona. Todo abuso sexual
reúne dos características: supone una conducta de contenido o significación sexual ejecutada sobre las partes
sexuales de otra persona y, un aprovechamiento, un exceso, una cosificación, una instrumentalización de la
víctima. El abuso siempre implica el uso objetual (la cosificación) del sujeto pasivo.
Un sector de la doctrina exige un contacto corporal directo entre el agresor y la víctima; otro sector entiende
que el tipo puede concretarse incluso sin la concurrencia de ese contacto corporal directo. Para esos, el
abuso sexual admite comportamientos tales como obligar a la víctima a desnudarse y llevar actos de
exhibición obscena, a masturbarse u obligarla a efectuar esta clase de actos en la persona de un tercero,
siempre en presencia del sujeto activo. Pero, para Buompadre, por el contrario, si bien este tipo de conductas
implican un ataque a la libertad sexual, no encajan en el tipo de abuso sexual simple, que exige actos físicos
de tocamiento y no la simple implicación del cuerpo del sujeto pasivo en una acción de contenido sexual.
Estos supuestos configurarían delito de coacción.
El bien jurídico protegido es la libertad sexual de las personas, que se ve agredida en el derecho que
cualquiera tiene de realizar su actividad sexual de acuerdo con su propia voluntad. Cuando el abuso sexual
recae sobre un menor de 13 años o de una persona incapaz, el atentado menoscaba en el ámbito de la
sexualidad.
Entonces, el abuso sexual se configura sólo si se afecta físicamente el cuerpo de la víctima, sea que la acción
recaiga directamente sobre ella o que, por obra del autor, la victima actúe sobre el cuerpo de éste. No son
suficientes las palabras obscenas, los gestos, etc., exige actos corporales directos de tocamiento, no puede
cometerse a distancia.
El delito excluye la realización de acceso carnal con la víctima, o la intención de llevarlo a cabo, en cuyo
caso estaríamos en el ámbito de la consumación o de la tentativa del delito previsto en el párrafo 2 del art.
119 o en el art. 120.
Circunstancias de criminalidad:
Son circunstancias de criminalidad del abuso sexual las siguientes: a) que la víctima sea menor de trece
años, y b) que el delito se haya cometido (contra mayores o menores de edad) mediante violencia, amenaza,
abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose
de que la víctima no haya podido consentir libremente la acción.
1. Edad de la víctima: el abuso sexual es punible si la víctima es menor de 13 años. En esta situación, la ley
le niega al menor de trece años la capacidad suficiente para comprender el significado sociocultural del acto
sexual. Se considera que está incapacitada para comprender el sentido del acceso carnal, por lo cual no
puede prestar válidamente su consentimiento. Es una incapacidad automática, presunta (no admite prueba en
contrario). El error acerca de la edad de la víctima impide la tipificación del delito.
2. Violencia y amenaza: la violencia es el despliegue de una energía física, animal, mecánica o de otra
índole, llevada a cabo por el autor o un participe, que recae sobre la víctima con el propósito de lograr
contacto sexual. Se trata de un supuesto de vis absoluta, basta con que la voluntad de la víctima haya sido
quebrada por el abuso violento del autor. El consentimiento libre prestado por la víctima mayor de 13 años
hace desaparecer el delito, con excepción de aquellos supuestos en que se acordó un tipo de contacto sexual,
y posteriormente, por la fuerza, se logra otro distinto (por ej. manipular el ano u otras partes sexuales no
prometidas).
La amenaza es la intimidación o anuncio de un mal para infundir temor en la víctima, y así lograr el contacto
sexual. Es la vis compulsiva, que debe constreñir psicológicamente al sujeto pasivo y determinarlo a
someterse a los deseos del autor. Es un medio para provocar miedo o temor en la víctima, pero para que sea
típica, debe reunir ciertas características: debe ser grave, seria, inminente, injusta, determinada o
determinable por las circunstancias, futura, posible y dependiente de la voluntad del autor. Su empleo
implica un acto compulsivo que afecta la libertad de decisión del sujeto pasivo con respecto a su libre
actividad sexual.
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La sorpresa ha sido asimilada a la violencia, tanto por la doctrina como por la jurisprudencia. En efecto,
puede ser que la víctima se vea sorprendida por los actos abusivos del autor, no contando con los elementos
suficientes para "resistir", puesto que nada, hasta el momento podía hacerle suponer que se hallaba en
peligro. En este caso, el ataque se consuma contra la voluntad del sujeto pasivo, cuando no se halla en
condiciones para impedir el ataque, debido a la menor defensa contra la agresión, que no pudo ser prevista.
Respecto del abuso, la sorpresa es una circunstancia que, respecto de determinados actos abusivos, como son
los manoseos, los besos y abrazos impúdicos, ya es suficiente para evitar la resistencia de la persona
ofendida y afirmar la no aceptación del acto por su víctima.
3. Resistencia: Existe efectivamente resistencia cuando la víctima se opone y exterioriza tal oposición, sin
que sea necesario que tal oposición sea desesperada y que haya vencido todos los esfuerzos. La resistencia
deberá ser seria, esto es, verdadera, no fingida Debe ser, además, constante, que se refiere al tiempo de dicha
resistencia, con igual grado e intensidad opuesta, no adoptada al principio y luego abandonada. El cesar de la
víctima en su accionar, ya sea por agotamiento o temor que el acto inspira, no deberá, en ningún caso,
entenderse como consentimiento.
4. Abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder: es una
nueva modalidad de abuso sexual introducida por la Ley 25.087. Consiste en el empleo de medios
compulsivos que tienen su causa en una situación de superioridad de la que se prevalece el sujeto activo y
esta superioridad tiene su correlato en una condición de inferioridad en que se encuentra el sujeto pasivo,
que demanda obediencia o acatamiento funcional o laboral por parte de éste a aquél. Es de esta situación de
la que se aprovecha el autor para el logro de sus objetivos sexuales. Supone la obtención de un
consentimiento viciado, que el autor use indebidamente el cuerpo de la víctima como consecuencia del
aprovechamiento de una relación de dependencia, autoridad o poder.
La nueva regulación no significó la incriminación del acoso sexual como figura autónoma en el marco de
esta modalidad delictiva. El acoso sexual consiste en la solicitud o requerimiento de favores de naturaleza
sexual, prevaleciéndose el autor de una situación de superioridad, docente, laboral o de prestación de
servicios y anunciándole a la víctima males relacionados con sus legítimas expectativas en el ámbito
relacional, funcional o de trabajo que la une al agente, si no accede a sus pretensiones sexuales. Los
supuestos de acoso sexual, excluyen los contactos corporales entre el autor y la víctima. El límite mínimo de
intervención penal en un atentado sexual viene marcado por la exigencia de un contacto corporal.
5. Aprovechamiento de la especial situación de vulnerabilidad en que se encuentra la víctima: se
refiere a hallarse la víctima afectada de enfermedad o padecimientos, o por encontrarse en determinadas
situación que la colocan en una condición de inferioridad ante el autor, y que le reportan mayor dificultad (o
una imposibilidad) para oponerse a los deseos sexuales del agresor. En estos casos, se admite prueba en
contrario que la víctima carece de la capacidad suficiente para consentir o rechazar, se trata de una cuestión
de hecho que necesariamente debe ser sometida a comprobación en el proceso judicial.
Se exige una especial referencia subjetiva en el obrar del autor, cuyo alcance abarca distintos aspectos: por
un lado, que se aproveche de la situación de incapacidad o de vulnerabilidad, y por otro lado, el
conocimiento de tal incapacidad en el sujeto pasivo. Con arreglo al nuevo texto, no toda relación sexual con
un incapaz resulta punible, sino que solamente lo será aquella que implica un abuso de la incapacidad del
sujeto pasivo.
6. Consentimiento de la víctima: no plantea ningún problema cuando se trata de una víctima mayor de 13
años o cuando no padezca ninguna incapacidad. Pero, en situaciones de menores de esa edad o de personas
especialmente vulnerables, el consentimiento carece de eficacia desincriminante, ya que el derecho no les
reconoce capacidad suficiente para consentir libremente un acto de naturaleza sexual, entonces, de acuerdo
con esto, si se dan en el caso particular las condiciones de minoridad o incapacidad, la presunción se torna
absoluta, aplicando automáticamente el art. 119.
Sin embargo, se cree que en ciertos casos, el consentimiento del sujeto pasivo (menores e incapaces) tienen
relevancia desincriminante, no es suficiente con la existencia de la menor edad o de la incapacidad para la
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aparición del delito, sino que es necesario que se abuse de la condición en que se encuentra la víctima, ya
que de no mediar una conducta abusiva, la relación sexual con el menor o el incapaz no constituiría delito.
Y, si esto es así, entonces el menor o el incapaz pueden válidamente otorgar el consentimiento para el acto
sexual. De lo contrario, si se debería entender que la presunción de invalidez del consentimiento es absoluta,
entonces todo comportamiento de contenido sexual en estos casos (aun las conductas no abusivas) debería
considerarse delictivo.
Además, si la libertad sexual comporta una manifestación concreta de un bien jurídico más general: la
libertad individual, se concluye que tanto los menores como los incapaces son titulares del derecho a la
libertad, de lo contrario, implicaría reconocer la existencia de personas sin derechos. Entonces, para que la
conducta sexual sea típica, debe haber sido una conducta abusiva.
Por lo tanto, la presunción de invalidez del consentimiento es relativa, de manera que, si en el caso particular
se comprueba que el menor o el incapaz prestaron su acuerdo para la realización del acto sexual, y la
conducta del autor no fue abusiva, el hecho no puede considerarse delictivo.
A todo esto, el art. 22 CCyC establece que las personas tienen aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos, entonces, ésta es la regla general, la limitación está dada por el art. 119 CP al castigar el abuso
sexual contra un menor de 13 años. Pero, sólo reprocha una acción abusiva, no prohíbe al menor de edad el
ejercicio de su derecho a entablar una relación sexual con una persona de su preferencia, sólo exige que, en
el caso concreto, el menor cuente con madurez suficiente, que le permita comprender el sentido y alcance de
su obrar.
La falta de consentimiento es la base de todos estos delitos.
7. Sujetos: sujeto activo y pasivo del delito puede ser cualquier persona, se trata de un delito común, de
autor y víctima indiferenciadas.
8. Consumación y tentativa: el delito es de pura actividad y se consuma cuando se ejecuta el acto de
contenido sexual sobre el cuerpo de la víctima. La posibilidad de la tentativa ha dividido a la doctrina,
algunos la admiten (Núñez, Creus, etc.), mientras que otros la rechazan (Gómez, Peco, etc.), ya que en la
praxis puede resultar muy confuso el deslinde entre los actos preparatorios y la tentativa punible, en la que la
intención del sujeto juega un rol preponderante.
9. Tipo subjetivo: con relación a la culpabilidad en este delito, la doctrina propone distintas soluciones.
Una, llamada subjetivista, exige para la consumación típica la concurrencia de un elemento subjetivo
especial en el autor, esto es, que se proponga con el acto deshonesto desahogar un apetito de lujuria, pero sin
ánimo de llegar al coito. El dolo, para esta doctrina, queda caracterizado como un elemento subjetivo del
tipo de injusto. La otra propuesta, denominada objetivista, considera suficiente que el acto sea objetivamente
de contenido sexual, con total prescindencia del ánimo del autor. Basta con que el acto ofenda el pudor
sexual de la víctima. De modo que, para esta opinión, cualquiera sea el propósito del autor (satisfacción
sexual, venganza, broma, etc.), el delito se consuma con el acto objetivamente impúdico o de significación
sexual.
El abuso sexual es un delito doloso, pero de dolo común, esto es, con la conciencia de que el acto es
impúdico y con la voluntad de realizarlo, con exclusión del acceso carnal. Las conductas torpes o culposas
no están incriminadas.
Para Donna un análisis adecuado del tipo subjetivo es necesario realizarlo desde una perspectiva dogmática.
No hay duda de que el tipo penal requiere dolo y es dolo directo, además de que el autor del hecho debe
tener la intención del tocamiento impúdico, debe serlo en contra de la voluntad de la víctima. Con lo cual se
descarta cualquier forma culposa o imprudente en el hecho

Agravantes:
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Están previstas en el párrafo 5 del art. 119:


1) Por el resultado: comprende el grave daño en la salud y la muerte de la persona ofendida:
- Grave daño: algunos entienden que grave daño en la salud no quiere decir lesiones graves o gravísimas, se
trata más bien de una expresión genérica que le permite al juez apreciar libremente la gravedad del daño.
Otros, en cambio, sostienen una posición restringida, según la cual grave daño equivale a las lesiones de los
arts. 91 y 91. Buompadre considera que grave daño no es una expresión genérica que permita una libre
interpretación judicial, sino una expresión jurídica con contenido propio. La expresión grave daño es un
concepto normativo y, por lo tanto, es siempre una lesión grave o gravísima.
La agravante es de naturaleza preterintencional, es decir, que el resultado más grave (culposo) no debe haber
sido querido ni buscado por el autor. Por lo tanto, grave daño en la salud debe ser entendido como un daño
fisiológicamente importante, esto es, de mayor entidad que las lesiones leves, y debe afectar el cuerpo de la
víctima (daño anatómico) o su salud mental (daño funcional).
- Muerte de la víctima: el art. 124 establece: “Se impondrá reclusión o prisión perpetua, cuando en los
casos de los arts. 119 y 120 resultare la muerte de la persona ofendida.”
Se trata de un resultado preterintencional no conectado subjetivamente al autor. La muerte de la víctima es
un acontecer culposo, que debe ser consecuencia del propio abuso sexual, del sometimiento sexual
gravemente ultrajante o del acceso carnal, no debe haber sido previsto por el autor, si no la figura quedaría
desplazada al art. 80 inc. 7.
2) Por el parentesco con la víctima: la agravante exige no sólo la existencia del vínculo parental entre
víctima y victimario, sino también la concurrencia de la situación de abuso. Fuera de estos casos, la relación
carnal consentida entre personas unidas parentalmente (incesto) no configura delito en nuestro régimen
penal.
3) Por la calidad del autor: la nueva legislación ha reemplazado la vieja expresión “sacerdote” por la de
“ministro de algún culto reconocido o no”. Con la nueva frase, queda comprendida en la agravante cualquier
actividad ministerial religiosa, de cualquier jerarquía, careciendo de relevancia el que haya sido o no
reconocida como tal por el Estado.
Lo que fundamenta el mayor castigo es la simple calidad del sujeto activo, esto es, su condición sacerdotal,
pero, como la ley exige la concurrencia de una conducta abusiva, el autor debe prevalecerse o aprovecharse
de su condición de sacerdote.
En cuanto a la agravante de haber sido el hecho cometido por un personal perteneciente a las fuerzas
policiales o de seguridad, el fundamento de la mayor penalidad reside en la posición de poder o de dominio
que representa la autoridad policial ante los terceros. La agravante sólo resulta aplicable si el abuso sexual se
lleva a cabo por la autoridad pública, en ocasión de sus funciones.
4) Por la existencia de ciertos deberes especiales: el fundamento de la agravante debe buscarse en la
violación de los deberes particulares inherentes al cargo o a las obligaciones asumidas voluntariamente por
el autor.
- Encargado de la educación: es aquel a cuyo cargo está la tarea de enseñar, instruir, educar, etc. A otra
persona. Puede tratarse de una relación jurídica o una de hecho y el ejercicio del cargo o el mantenimiento
de la situación fáctica puede ser permanente o meramente transitoria o circunstancial.
- Encargado de la guarda: es aquel a cuyo cargo está el cuidado del sujeto pasivo, sea que la relación
provenga de un acto jurídico o de una mera situación de hecho. Esta relación puede ser transitoria o
permanente, pero no meramente circunstancial. Se requiere, al menor, entre el autor y la víctima, que exista
la relación de encargo de la guarda del sujeto pasivo. El encargo significa tener a cargo o bajo el propio
dominio el cuidado de la víctima.

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5) Por la patología del autor: esta agravante solamente tiene relación con los párrafos 2 y 3 del art. 119
(sometimiento sexual gravemente ultrajante y abuso sexual agravado por el acceso carnal) y no con el abuso
sexual simple, por la dificultad de contraer el peligro de contagio de la enfermedad si no existe penetración
sexual, aunque se sabe que este tipo de enfermedades también puede transmitirse por otras vías distintas del
contacto sexual, más aun teniendo en cuenta la reforma de la Ley 27.352 que ha equiparado la introducción
de objetos y de otras partes del cuerpo a la penetración sexual violenta. El auto debe tener conocimiento de
ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave contagiosa. Además, la conducta sexual tuvo
que haber creado concretamente el peligro de contagio en la otra persona. Se trata de una figura de peligro
concreto.
6) Por el número de autores: para que resulte aplicable el tipo agravado, en el hecho deben haber
intervenido como mínimo dos personas, sin límites en su máximo. El fundamento de la agravante debe
buscarse en la menor posibilidad de defensa que experimenta la víctima frente a un hecho de plural
participación y en la mayor potencialidad lesiva para el bien jurídico que importa el ataque de un grupo de
personas. La agravante se configura aun cuando uno o más de los autores sean inimputables, lo que importa
es el número, no la capacidad de los intervinientes.
7) Por el medio empleado: el art. 119 inc. D, párrafo 4, agrava la pena cuando el abuso sexual haya sido
cometido con armas. El fundamento de la mayor penalidad reside en el incremento del peligro corrido por la
víctima del ataque sexual, no sólo en relación con el bien jurídico específicamente protegido, sino con otros
bienes cuya integridad también corre peligro (por ej. la vida o la integridad corporal del sujeto pasivo). El
uso de un arma, además de mejorar la posición del agresor sexual, disminuye los mecanismos de defensa de
la víctima. La agravante comprende las armas propias e impropias, de fuego o de disparo.
8) Por la edad y situación de la víctima: el inc. F del párrafo 4 establece: “haber cometido el hecho contra
un menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistencia con él”. Requiere para su
configuración de los siguientes elementos: un menor de 18 años, varón o mujer, una situación de
convivencia con el sujeto pasivo que sea preexistente al hecho mismo, y el aprovechamiento de tal situación
por parte del autor. La situación de convivencia puede ser transitoria o permanente, y es una situación que
tiene como presupuesto una comunidad de intereses, de afectos y de situaciones compartidas que son
similares a las de una familia, que puede estar formalmente constituida o conformar simplemente una unión
de hecho convivencial.

Abuso sexual gravemente ultrajante


Está previsto en el art. 119 párrafo 2: “La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión
cuando el abuso por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento
sexual gravemente ultrajante para la víctima…” (Introducido por Ley 25.087)
La fórmula castiga con mayor severidad las conductas que, en comparación con la figura de "abuso sexual
simple", resultan más dañosas para la víctima, sin llegar a la penetración, por la forma en que fue realizada.
Se trata de un subtipo agravado del abuso sexual simple. El tipo requiere un comportamiento sexual abusivo
que, ya sea por su duración (elemento temporal indeterminado), o por ciertas circunstancias de tiempo,
modo, lugar, medio empleado, etc. (elemento circunstancial), haya significado un sometimiento gravemente
ultrajante para la víctima.
Deberá tratarse de una conducta sexual abusiva que se prolongue en el tiempo.
Un sometimiento sexual es gravemente ultrajante cuando afecta su dignidad como persona humana o cuando
tiene un particular signo degradante y envilecedor. Lo que caracteriza a conductas de esta clase es la
humillación que causa en sus víctimas, por ej. los actos sexuales realizados en público, o ante la propia
familia, empleándose objetos o instrumentos mecánicos o de cualquier naturaleza, de connotación sexual (a
excepción del pene), introduciéndolos en la boca de la víctima. La penetración del órgano genital masculino
por vía oral, después de la reforma de la Ley 27.352, ha pasado a configurar el delito de violación.
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Existe "sometimiento" cuando se pone a otra persona, generalmente por la fuerza o la violencia, bajo la
autoridad o el dominio de otra. Este elemento implica reducir al sujeto pasivo al estado de cosa, sobre la que
se ejerce dominio o disponibilidad, de modo tal que anula la libertad o autodeterminación sexual, y, más
allá, reduce a la mínima expresión su dignidad personal.
Donna considera que "gravemente ultrajante", son los actos sexuales que objetivamente tienen una
desproporción con el propio tipo básico, y que producen en la víctima una humillación más allá de lo que
normalmente se verifica con el abuso en sí.
Duración en el tiempo:
Puede deberse a que el acto dure más tiempo del normal requerido para la realización de la conducta
abusiva, o que se trate de una modalidad reiterada o continuada a través del tiempo. La excesiva
prolongación temporal implica un peligro para la integridad física y un innecesario vejamen para la dignidad
de la víctima.
Téngase en cuenta además, que puede confluir este tipo penal con alguno de los tipos de rapto y de privación
ilegal de la libertad.
Los sujetos activo y pasivo son indiferenciados. La conducta típica deberá plasmarse en un contacto corporal
de inequívoca significación sexual, sin que se llegue al acceso carnal.
Tipo subjetivo: el delito de abuso sexual gravemente ultrajante es doloso. El elemento subjetivo consiste en
el conocimiento de que se realiza un acto de carácter sexual, sin el consentimiento de la víctima, sin llegar al
coito. A esto se suma un elemento subjetivo del tipo, que es el animus del autor de someter a la víctima,
degradarla.
Consumación y tentativa: En el caso del abuso cometido en forma reiterada o continuada temporalmente, el
delito se consuma en el momento en que excede el tiempo normal, y cuando se produce el sometimiento
sexual gravemente ultrajante. Cuando el ultraje se realiza mediante un acto único, el delito se consuma en la
realización misma.
Se admite la tentativa cuando el autor realice actos demostrativos de su intención de consumarlo, pero no lo
logra por razones ajenas a su voluntad

Abuso sexual con acceso carnal


Establecida en el párrafo 3 del art. 119: “…La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o
prisión cuando mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal
u oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos
primeras vías…”
Es un subtipo agravado del abuso sexual simple. El bien jurídico protegido es la libertad sexual de las
personas, que quiere decir libertad de elegir con quién, cómo y cuándo realizar el acto sexual. Soler,
considera que el bien lesionado por tal conducta es la "libertad sexual", y agrega que se vulnera invadiendo
ilícitamente la esfera de reserva propia de ese ámbito de la persona, en la que ella, consciente y libremente,
puede permitir penetrar a quien desee o impedir que otros lo hagan.
El núcleo rector del tipo es el acceso carnal, que es definido como la penetración del órgano genital del actor
en cavidad receptiva de naturaleza orgánica-funcional, o en el conducto rectal de la víctima, con el propósito
de lograr el coito, es decir, es la introducción del órgano genital masculino en el cuerpo de otra persona.
Abarca el acceso carnal vaginal y el anal, heterosexual y homosexual, quedando excluidos la fellatio in ore y
otras prácticas antinaturales. Es decir, que el acceso carnal es la unión sexual de dos personas.

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La penetración sexual debe realizarse en cavidad que represente una receptividad sexual funcional en la
víctima y no en cualquier orificio, natural (fosas nasales y auditivas) o artificial (heridas, cavidades
quirúrgicas, vaginas artificiales) del cuerpo humano.
La expresión coito oral no es una expresión equivalente a acceso carnal, no resulta posible la existencia de
un acceso carnal por vía bucal, ya que el coito oral no es ni coito ni acceso carnal, porque no tiene el
desvalor de acción ni el desvalor de resultado del acceso carnal por vía vaginal y anal. Por ello, la
identificación normativa entre la fellatio in ore y el acceso carnal no es más que una equiparación a los fines
de la pena, y nada más. Por lo tanto, la penetración forzada del pene en la boca de la víctima configura una
hipótesis de violación, pero el acto no constituye acceso carnal.
Con respecto al antiguo delito de violación, que regulaba la acción típica como “tener acceso carnal”, la
doctrina sostenía que se trataba de un delito de propia mano, es decir, que sólo un varón fisiológicamente
dotado para realizar el acceso carnal podía ser sujeto activo del delito de violación. Sin embargo, con las
reformas de que fue objeto el art. 119, en la actualidad ya no se exige que “tenga” acceso carnal sino que
entre dos personas “haya” acceso carnal, por lo tanto el delito puede ser cometido por cualquier persona,
tanto por un hombre como por una mujer, debiendo en este supuesto (penetración vaginal) ser mujer el
sujeto pasivo. En las otras situaciones, el sexo de los sujetos es indiferenciados. Sujeto pasivo puede ser
cualquier persona viva, sin que importen la edad o el sexo.
Ciertas perversiones sexuales, como la necrofilia (acceso carnal a un cadáver) o los actos de bestialismo
(actos sexuales con animales) no están abarcados por el tipo penal.
En este tema, hubo dos problemas en la doctrina:

 Violación de la prostituta: lo que está en juego en este delito no es la condición moral de la víctima,
sino su libertad individual de practicar el acto sexual con quien mejor le plaza y en la forma y
condiciones bajo las cuales ha sido consentido. La prostituta puede ser accedida carnalmente con
violencia, como cualquier mujer; y sea que ejerza el meretricio en un prostíbulo o fuera de él, merece
la protección de la ley penal.
Todo acceso carnal violento, tendiente a hacer cumplir la negativa de prestarse al acto, haya o no
habido pago de un precio, configura el delito de violación.
 Violación entre cónyuges: los actos sexuales violentos o abusivos seguidos de acceso carnal, en el
ámbito del matrimonio, configuran el delito de abuso sexual agravado por el acceso carnal.
La violencia sexual contra la mujer es un problema de derechos humanos, no sólo porque afecta la
integridad física y espiritual de ellas, sino porque compromete seriamente el ejercicio autónomo de
su sexualidad, y no deja de serlo porque la violencia se lleve a cabo en el limitado e íntimo espacio
conyugal.
La Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, define a la a violencia sexual como: cualquier
acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la
mujer a decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas,
coerción o uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras
relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada,
explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de personas.
Durante la vigencia del anterior CC, el deber de fidelidad era un deber jurídico, pero en la actualidad,
el nuevo CCyC recepta la fidelidad como un “deber moral”, sin consecuencias civiles ni penales. Por
lo tanto, el argumento de la vieja doctrina centrado en la fidelidad para justificar el ataque sexual en
el matrimonio, perdió toda su vigencia y razonabilidad. Por lo tanto, hoy en día, el acceso carnal
violento en cualquier vía o la introducción de objetos o partes del cuerpo en vagina o ano de la
víctima, configura el delito de violación.
El delito de violación es doloso y el dolo consiste en la voluntad de tener acceso carnal con la víctima, con
conocimiento de la situación en que se encuentra. De esta manera el autor actúa dolosamente cuando conoce
el tipo objetivo y entonces se dispone a realizar la acción allí descripta, lo que exige una concordancia entre

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lo que se conoce y lo que se pretende llevar a cabo, lo que lleva a que en casos de error, dicha congruencia
desaparezca, debido a que el componente intelectual del dolo quedará excluido.
El delito de violación es en todas sus formas doloso. Para Donna se exige el dolo directo, ya que, sea por el
abuso de situación, sea por la violencia o las amenazas, es incompatible cualquier otra clase de dolo, como
el indirecto o el eventual.
Se consuma con el acceso carnal (penetración) o con la introducción de objetos o partes del cuerpo en las
vías indicadas por la ley. No interesa que la penetración sexual sea perfecta, esto es, que haya habido
eyaculación, sino que es suficiente con la penetración.
Es un delito de acción, que se realiza a través de una conducta activa, con exclusión de todo comportamiento
omisivo. Es de mera conducta o de pura actividad. Es un delito instantáneo, ya que se consuma y, al mismo
tiempo, se agota y desaparece. No requiere resultado material alguno (la eyaculación o el ulterior embarazo
de la mujer). La tentativa es admisible. Puede concursar con otros delitos, como lesiones, privación ilegítima
de la libertad, homicidio, rapto, etc.
Innovaciones de la Ley 27.352:
Introdujo dos nuevas formas de cometer el delito de violación: la introducción de objetos y partes del cuerpo
por vía anal o vaginal.
El texto incorporado “o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna
de las dos primeras vías”, establece que debe tratarse de algo (un objeto o una parte del cuerpo) que tenga
significación sexual, ya sea por su propia entidad o estructura (por ej. un objeto artificial predispuesto para
la sexualidad: un consolador) o por la forma en que se lo emplea (por ej. la introducción de un dedo en la
vagina). la introducción de objetos debe estar referida a objetos (palo, dedo, etc.) y a cavidades (vaginal o
anal) que tengan evidente connotación sexual (meter una cucharita de café o un dedo en la boca, difícilmente
pueda constituir esta modalidad agravada o una verdadera agresión sexual).
Además, tanto el supuesto de introducir el objeto al sujeto pasivo, sin su consentimiento, por vía anal o
vaginal, como obligar a la víctima a quien sea ella misma quien se lo introduzca, o se lo introduzca un
tercero, tienen idéntico contenido de injusto, por lo que ambos supuestos constituyen violación en los
términos del art. 119, aun cuando no concurra un contacto corporal directo entre autor y víctima.
Objeto: es un instrumento no adherido o que forme parte del cuerpo humano. Para que la introducción de
objetos pueda configurar un delito sexual, se debe haber lesionado la libertad sexual del sujeto pasivo, lo
cual sólo puede ser explicable si la introducción se produce en un lugar del cuerpo humano que posea
connotación sexual. Además, es una conducta de violación porque la introducción, cumpla o no funciones
sustitutivas del pene o sea o no apto para el ejercicio de la sexualidad, en las vías vagina o anal es una
agresión que vulnera el bien jurídico.
Por otro lado, no se requiere que estos objetos estén dotados de específicas connotaciones eróticas, como
pasa con objetos diseñados específicamente para ser utilizados en actos sexuales, como los consoladores,
sino que puede haber otros objetos a los que, teniendo otras utilidades, se les pueda atribuir una significación
sexual. Entonces, desde este punto de vista, pueden considerarse objetos típicos desde frutas y hortalizas,
hasta objetos como una barra de hierro o un destornillador.
Por último, se cree que la equiparación punitiva que se establece entre la introducción de objetos y la
introducción de partes del cuerpo, puede resultar violatoria del principio de proporcionalidad, ya que se
muestra la primera como una conducta de mayor contenido de lesividad que la segunda, ya que el daño que
se puede causar a la víctima mediante la introducción de objetos es notoriamente mayor a aquellos casos en
los que se introducen miembros o partes del cuerpo humano, como podrían ser los dedos o la lengua.
Partes del cuerpo: son todas aquellas partes del cuerpo humano, superiores o inferiores, externas o internas,
distintas del pene, que pueden ser utilizadas por el agente activo para la consumación del delito sexual
(dedos, lengua, manos, etc.). La introducción de este supuesto por la reforma de la Ley 27.352, no parece ser
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suficiente para abarcar otros supuestos no previstos y que pueden ocurrir en la vida real, como podría ser la
penetración mediante una prótesis corporal, la cual, según alguna opinión, no puede calificarse como objeto
ni como miembro corporal. Ya que se cree que cuando la norma habla de “partes del cuerpo” está haciendo
referencia a un cuerpo humano y una prótesis no lo es, sino que es una pieza, una herramienta artificial, que
se integra al cuerpo humano. Por lo tanto, la introducción de una prótesis en la vagina o en el ano de otra
persona no sería típica de violación, sino un abuso sexual gravemente ultrajante.
Agravantes: están previstas en el párrafo 5 del art. 119 (explicado arriba).

Estupro
El art. 120 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de
las acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de
dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su
relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare
un delito más severamente penado.
La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias previstas en
los incisos a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119.
Elementos:
• Sujetos: son indiferenciados, pueden ser hombres como una mujer.
• Conductas típicas: las conductas tipificadas se caracterizan por constituir un abuso sexual.
• Elemento cronológico: debe tratarse de una persona menor de 16 pero debe tener 13 años cumplidos.
• Inmadurez sexual de la víctima: entendida como inexperiencia, desconocimiento, falta de hábito en las
relaciones sexuales. Presupone un menor no iniciado en la sexualidad, esto es, una persona sexualmente
inexperta, de cuya condición debe aprovecharse el autor. Tiene que ser probado en el proceso judicial.
• Aprovechamiento de la condición de la víctima: el sujeto activo, para ser punible, debe aprovecharse de la
inmadurez sexual del menor. Se trata de una situación de prevalencia o de obtención de ventajas derivadas
de una condición de inferioridad o de especial vulnerabilidad en que se encuentra el sujeto pasivo por su
falta de madurez sexual, condición que le facilita al sujeto activo el logro de sus objetivos sexuales. Esto
debe ser probado en el caso concreto.
• El sujeto activo mayor de edad: se debe aprovechar de la inmadurez sexual, en razón de su mayoría de
edad, su relación de preminencia con respecto a ella u otra circunstancia equivalente.
• En el estupro SIEMPRE hay consentimiento de la víctima.
El estupro, en la nueva redacción del tipo penal, comprende conductas que giran sobre dos ejes: primero, la
seducción de la víctima menor de 16 años, que debido a su inmadurez sexual presta consentimiento para el
acto. Y en segundo lugar, la mayoría de edad del autor.
Un sector de la doctrina entiende que el delito requiere la llamada “seducción real”, en el sentido de que el
autor debe realizar ciertas maniobras o utilizar ciertos medios (promesa de matrimonio, excitación del
instinto, regalos, engaños, halagos, etc.) para lograr el consentimiento de la víctima y así conseguir sus
objetivos sexuales (Donna).
Otros autores, en cambio, sostienen que el tipo penal no requiere la comprobación de maniobra o artificio
alguno para lograr el consentimiento de la víctima, sino que es suficiente con acreditar en el proceso judicial
la concurrencia del aprovechamiento de su inmadurez sexual para lograr los cometidos impuestos.

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En efecto, el delito del art. 120 no requiere la concurrencia de la seducción real de la víctima, sino que puede
haber existido aprovechamiento sin seducción. Entonces, se cree que resulta aconsejable la derogación de
esta figura y su reemplazo por otra que respete mínimamente la libertad sexual de los menores.
Un requisito que no está expresamente establecido en la ley, pero de su interpretación surge es que el menor
de 16 años debe haber prestado el consentimiento para la realización del acto sexual, de modo que su
negativa desplaza el hecho a alguno de los tipos previstos en los párrafos 2 o 3 del art. 119.
Como para incurrir en el estupro el sujeto pasivo debe haber prestado consentimiento, es importante
entender que al ser inexperto sexualmente, se entiende que el consentimiento prestado es solo para los actos
del primer párrafo del art 119, ya que asi se inicia una persona sexualmente. Es por esto que el estupro pena
a las acciones previstas en el 2do y 3er párrafo del art 119.
El consentimiento brindado por el sujeto pasivo se ve viciado por la inexperiencia sexual.
La inexperiencia sexual admite prueba en contrario, y no importa como el menor de 16 obtuvo esa
experiencia, por ejemplo si fue producto de una violación.
Los mayores de 16 aunque sean inexpertos sexualmente y presten consentimiento no serán víctima de
estupro.
Se trata de delitos dolosos, de dolo directo. Se consuma de acuerdo a la dinámica comisiva de cada tipo
penal, en la modalidad del art. 119 párrafo 2, la consumación coincide con el contacto corporal, mientras
que en la modalidad prevista en el párrafo 3 el delito se consuma con el acceso carnal o con la introducción
de partes del cuerpo u objetos. La tentativa resulta admisible en todos los casos. Estas figuras pueden
concursar con otros delitos.
Agravantes:
La pena se eleva de seis a diez años de prisión o reclusión si mediare alguna de las circunstancias previstas
en el 4 párrafo del artículo 119, es decir, cuando resultase un grave daño en la salud física o mental de la
víctima; si el hecho fuese cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor,
curador, ministro de algún culto, o por el encargado de la educación o guarda de la víctima; si el autor
tuviera conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiese existido
peligro de contagio; si el hecho fuese cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de
seguridad, en ocasión de sus funciones, o contra un menor de 18 años, aprovechando la situación de
convivencia preexistente con él.
Quedan al margen de la agravante, cuando el abuso sexual se ha cometido por dos o más personas, o con
armas, ya que la mayor gravedad que implica la comisión del hecho en grupo o con el uso de medios
peligrosos para otros bienes jurídicos justifica que se aplique la mayor penalidad de las figuras más graves
de los párrafos 2 o 3.
Se agrava también cuando resultare la muerte de la persona ofendida (art. 124 CP).

Bolilla 9

Promoción y facilitación de la Corrupción


La Ley 26.842, de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus víctimas, produjo
cambios significativos en estos delitos.
Corrupción de menores:
El art. 125 establece: El que promoviere o facilitare la corrupción de menores de dieciocho años, aunque
mediare el consentimiento de la víctima será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años. La pena
será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando la víctima fuera menor de trece años. Cualquiera
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que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de diez a quince años, cuando mediare
engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como
también si el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su
educación o guarda.
El art. se refiere a la promoción o facilitación de la corrupción de menores, obviándose, tras la reforma de
1999, el elemento subjetivo que contenía el texto reemplazado (ánimo de lucro o satisfacción de deseos
propios o ajenos)
Concepto:
Desde una perspectiva jurídica, podría definirse a la corrupción como un estado, que implica la deformación
del sentido naturalmente sano de la sexualidad, sea por lo prematuro de su evolución (con respecto a la edad
de la víctima), sea porque el sujeto pasivo llega a aceptar como normal la depravación de la actividad sexual.
El acto corruptor implica siempre una alteración del sentido natural de la sexualidad, así como la
depravación sexual de la víctima.
El hecho que la ley castiga es el de volver corrupta a una persona o facilitarle la permanencia en ese estado.
Este acto corruptor implica la realización de actos sexuales prematuros, perversos y excesivos. Es una
acción de contenido psicológico que produce una alteración en la psique de la persona con relación a su
sexualidad natural.
Corrupción es todo acto que altere o pueda alterar el normal desarrollo de la sexualidad del sujeto pasivo
tratándose esto de actos perversos, promiscuos o excesivos.
Hablamos de acto que “pueda alterar el normal desarrollo…” cuando un acto por su calidad o condición
sea capaz de alterar el normal desarrollo de la sexualidad, pero esto dependiendo del momento de desarrollo
del sujeto pasivo. Es decir que el mismo acto, dependiendo del momento de desarrollo en el que se
encuentre el sujeto pasivo puede alterar o no. Por ejemplo: enseñarle a una persona a masturbarse, a los 17
años no alteraría el desarrollo de la sexualidad, pero a un niño de 5 años si.
El bien jurídico tutelado es el normal desarrollo de la sexualidad.
Las conductas típicas consisten en promover o facilitar la corrupción de un menor de 18 años. Promover
significa incitar o llevar inicialmente a la víctima hacia una actividad sexual depravada o desviada de su
sentido natural.
Promover es iniciar a alguien en el estado de corrupción. Y facilitar es brindar los medios para que alguien
que ya está en el estado de corrupción continúe en ese estado.
Abarca tanto el comienzo en el vicio como el mantenimiento o el refuerzo del ya existente. Es susceptible de
grados y es siempre activa (delito de pura actividad). La conducta admite tanto acciones de tipo material
(sobre el cuerpo de la víctima) como intelectuales (consejos, ejemplos, exhibiciones, enseñanzas). Facilitar
significa hacer más fácil o posible la corrupción del menor. La conducta puede representarse a través de
distintas modalidades, por ej. suministrando los medios, prestar un sitio para que el corrupto pueda realizar
sus actos. La facilitación admite las formas activa y omisiva (omisión impropia) y sólo es posible a partir de
una víctima que busca su autocorrupción. Se puede facilitar la corrupción de una persona ya corrompida.
Sujetos:
Puede ser cualquier persona, sin que importe el sexo o determinadas condiciones especiales, salvo en el caso
del párrafo 1 del art. 125, donde sujeto pasivo sólo puede ser un menor de 18 años. Además, la promoción y
facilitación de la corrupción de una persona mayor de 18 años no es delito, ya que la reforma introducida por
la ley 25.087 derogó el delito de corrupción de mayores de 18 años, el que se preveía en el artículo 126 del
texto reemplazado.
Consentimiento:

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Carece de relevancia en la figura básica. Pero, si el consentimiento es arrancado por el empleo de alguno de
los medios previstos en el párrafo 3 del art. 125, el hecho se desplaza hacia esta agravante.
“… Cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de diez a quince años,
cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o
coerción, como también si el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o
encargada de su educación o guarda”.
Agravantes:
Son medios que agravan la corrupción:
1. El engaño: consiste en las maniobras realizadas eficazmente por el autor, que determinan un error en
el sujeto pasivo y permiten el logro de los actos de depravación.
2. La violencia y la amenaza: la violencia es el despliegue de una energía física, animal, mecánica o de
otra índole, llevada a cabo por el autor o un participe, que recae sobre la víctima con el propósito de
lograr contacto sexual. Se trata de un supuesto de vis absoluta, basta con que la voluntad de la
víctima haya sido quebrada por el abuso violento del autor. La amenaza es la intimidación o anuncio
de un mal para infundir temor en la víctima, y así lograr el contacto sexual. Es la vis compulsiva, que
debe constreñir psicológicamente al sujeto pasivo y determinarlo a someterse a los deseos del autor.
Es un medio para provocar miedo o temor en la víctima, pero para que sea típica, debe reunir ciertas
características: debe ser grave, seria, inminente, injusta, determinada o determinable por las
circunstancias, futura, posible y dependiente de la voluntad del autor. Su empleo implica un acto
compulsivo que afecta la libertad de decisión del sujeto pasivo con respecto a su libre actividad
sexual.
3. El abuso de autoridad: que supone una relación de poder o mando entre el autor y la víctima, que
coloca a ésta en una situación de inferioridad y de la cual se aprovecha o abusa el agente para
someterla a su accionar depravador, se trata de un caso de temor frente a la figura de autoridad
jerarquizada.
4. Cualquier otro medio de intimidación o coerción: la coerción implica siempre un acto compulsivo
hacia la víctima, que la obliga o somete, por el temor de sufrir el daño anunciado, a la acción
corruptora del autor.
Con relación al vínculo entre el autor y la víctima, el art. hace referencia a: ascendiente; hermano, legitimo o
ilegitimo, unilateral o bilateral (art. 534 CCyC), tutor, que es la persona encargada de gobernar la persona y
bienes de un menor no sujeto a patria potestad y de representarla en todos los actos de su vida civil (art. 104
CCyC), persona encargada de su educación o guarda (art. 640 CCyC) y persona conviviente, que comprende
el caso de concubinato (art. 509 CCyC).
La Ley 25087 sustituyó las expresiones “marido” por “cónyuge” y “que hiciera con ella vida marital” por
“persona conviviente”.
Consumación y tentativa:
Se trata de un delito de consumación anticipada, de peligro concreto. Por su propia naturaleza, la conducta
debe ser idónea para pervertir el instinto sexual del menor, pero además, el autor debe perseguir un fin, que
es la efectiva corrupción de la víctima. No podría tratarse de un delito de peligro abstracto porque la
corrupción requiere una perturbación del bien jurídico, un peligro real a la sexualidad del menor.
La doctrina anterior a la reforma había sostenido que el bien jurídico que se protege en los delitos de
promoción y facilitación de la prostitución o corrupción es el derecho de las personas a mantener incólume
la normalidad del trato sexual, sea en sus motivos, que se lesionan al promover o facilitar la prostitución, sea
en sus modos, en los casos de la corrupción. Donna, considera que con la reforma actual se tiende a dar una
mayor protección al derecho de toda persona humana a elegir qué conducta sexual tendrá en su vida, sin que
el Estado pueda dar una indicación sobre cuál es la normalidad sexual, ya que, de acuerdo al art 19 de la
Constitución Nacional que tutela la autonomía ética del hombre, la decisión sobre este punto queda en
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manos de cada individuo. Esto lleva a que la corrupción de mayores no puede estar tipificada nunca como
delito. En el caso de menores e incapaces, es el derecho de no sufrir interferencias por parte de terceros en
cuanto a su bienestar psíquico y a su normal y adecuado proceso de formación sexual. En cambio, en la
corrupción de menores, única que es punible, se protege la indemnidad sexual de la persona, pero de
ninguna manera la moralidad.
El tipo requiere una víctima que haya entrado efectivamente en el radio de la acción peligrosa, lo cual ocurre
cuando el menor ve seriamente comprometida su salud sexual.
El delito se satisface con el dolo directo, no admitiéndose la culpa. Aun tratándose de un delito de pura
actividad, para la perfección típica no es suficiente con la realización de una acción potencialmente peligrosa
para la sexualidad del sujeto pasivo, sino que a ello debe sumarse una finalidad concreta: el logro de la
corrupción de la víctima. La tentativa no es posible.

Promoción y facilitación de la prostitución


La prostitución puede ser definida como el trato sexual, promiscuo, habitual y por precio. La noción
jurídico-penal de prostitución da la idea de una actividad permanente o, al menos prolongada, que implica la
entrega carnal a personas indeterminadas o a terceros determinados. El simple ejercicio de la prostitución no
es punible como delito, ya que su práctica importa una acción privada al margen de toda injerencia estatal
(art. 19 CN).
Proxenetismo: el art. 125 bis establece: El que promoviere o facilitare la prostitución de una persona será
penado con prisión de cuatro (4) a seis (6) años de prisión, aunque mediare el consentimiento de la víctima.
Bien jurídico tutelado:
Es la libertad de autodeterminación sexual de la persona titular de ese bien jurídico, de manera que la
intervención penal estará vedada cuando la conducta de promover o facilitar el ejercicio de la prostitución
ajea no lesione o ponga en peligro la libertad sexual de la persona interesada, lo cual sucede cuando la
prostitución es ejercida por una persona mayor de edad, que ha decidido dedicarse a dicha actividad en
forma libre y voluntaria.
El art. no comprende un supuesto de explotación sexual coactiva o abusiva de la prostitución ajena, por dos
razones: una, porque puede suceder que el autor no persiga ninguna ventaja o interés al facilitar el ejercicio
de la prostitución del tercero, la otra razón reside en que el tipo penal no exige la concurrencia de ningún
medio que implique la anulación o restricción de la voluntad de la persona prostituida.
Se considera que la aplicación de una pena a la promoción o al favorecimiento del ejercicio voluntario de la
prostitución de una persona mayor de edad, sea por ofrecimiento de un tercero o por pedido del propio
sujeto, vulnera el principio de reserva o de autonomía personal (art. 19 CN).
Por lo tanto, Buompadre, considera que la intervención en el ejercicio de la prostitución adulta consentida,
debe quedar al margen de la intervención del derecho penal.
Concepto de promover y facilitar:
Promover significa incitar o llevar inicialmente a la víctima hacia una actividad sexual depravada o desviada
de su sentido natural. Abarca tanto el comienzo en el vicio como el mantenimiento o el refuerzo del ya
existente. Es susceptible de grados y es siempre activa (delito de pura actividad). La conducta admite tanto
acciones de tipo material (sobre el cuerpo de la víctima) como intelectuales (consejos, ejemplos,
exhibiciones, enseñanzas).
Facilitar significa hacer más fácil o posible la corrupción del menor. La conducta puede representarse a
través de distintas modalidades, por ej. suministrando los medios, prestar un sitio para que el corrupto pueda
realizar sus actos. La facilitación admite las formas activa y omisiva (omisión impropia) y sólo es posible a

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partir de una víctima que busca su autocorrupción. Se puede facilitar la corrupción de una persona ya
corrompida.
Sujetos:
Puede ser cualquier persona, sin que importe el sexo o determinadas condiciones especiales.
Agravantes:
El art. 126 establece: En el caso del artículo anterior, la pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión,
si concurriere alguna de las siguientes circunstancias:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción,
abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor,
curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de
la guarda de la víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.
Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de
prisión.
Consumación y tentativa:
El delito se consuma cuando se ejecutan actos capaces de promover o facilitar la prostitución. Es un delito
que queda consumado aunque el sujeto pasivo no se haya prostituido efectivamente. Es un delito doloso, el
dolo consiste en el conocimiento de que se está prostituyendo a una persona, y en la voluntad de hacerlo.
Sistemas legales de la prostitución:
1) Reglamentarista: o sistema latino, se basa en que la prostitución es un mal necesario y, por ello, debe ser
tolerada y reglamentada e su faz higiénica. Francia y Argentina hasta la sanción de la LEY N° 12.331 son
ejemplos.
2) Abolicionista: o sistema anglosajón, no persigue el castigo de la prostitución en sí misma, sino sólo de
aquellos hechos que germinan a su alrededor (proxenetismo, trata de personas, contagio venéreo, instigación
a la prostitución, etc.); la prostitución es libre y la prostituta sólo debe respetar el decoro público y someterse
a un tratamiento médico periódico. Es el que predomina en el mundo actual y el que adoptó la LEY N°
12.331 de profilaxis.
3) Prohibicionista: es el que pretende el castigo de la prostitución mediante su definición como delito y de la
aplicación de una pena.
La ley n° 12.331 de profilaxis de 1936:
Es aquella que impuso en nuestro país el sistema abolicionista. Tiene normas de carácter civil,
administrativo y penal (represión del contagio venéreo y prohibición de la instalación de prostíbulos
clandestinos).
Según Aftalión esta ley significó un golpe a las actividades de los proxenetas y, en gran medida la
erradicación de la trata de mujeres en la Argentina. Sin embargo, estas declaraciones fueron hace tiempo y la
trata de personas es un fenómeno que hoy en día ha experimentado un gran crecimiento en todo el mundo.
ART. 15 LEY 12.331 [Según ley 16.666]: Queda prohibido en toda la República el establecimiento de casas
o locales donde se ejerza la prostitución, o se incite a ella.

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ART. 17 LEY 12.331 [Texto repuesto por ley 23.077; montos según ley 24.286]: Los que sostengan,
administren o regenteen, ostensible o encubiertamente, casas de tolerancia, serán castigados con una multa
de $12.500 a $125.000. En caso de reincidencia, sufrirán prisión de 1 a 3 años, la que no podrá aplicarse en
calidad de condicional. Si fuesen ciudadanos por naturalización la pena tendrá la accesoria de pérdida de la
carta de ciudadanía y expulsión del país una vez cumplida la condena, expulsión que se aplicará, asimismo,
si el penado fuese extranjero.
Explotación económica de la prostitución:
Rufianería: el art. 127 establece: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a seis (6) años, el que explotare
económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona, aunque mediare el consentimiento de la
víctima.
La pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, si concurriere alguna de las siguientes
circunstancias:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción,
abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor,
curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de
la guarda de la víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.
Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de
prisión.
El bien jurídico tutelado es la libertad sexual de la persona que ejerce la prostitución.
La acción típica es explotar económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona, es decir, sacar
ventaja o utilidad en propio provecho, de las ganancias o ventajas económicas que surge del ejercicio de
dicha actividad. La conducta será atípica cuando sea realizada con el consentimiento de la persona
prostituida. Además, se requiere abuso, ya que su ausencia impide que este supuesto pueda calificarse como
una forma de explotación.
Los sujetos son indiferentes. Es un delito doloso, de dolo directo. El dolo exige el conocimiento por parte
del sujeto activo de que la otra persona ejerce la prostitución y de que las ganancias provienen de dicha
actividad. Su consumación coincide con el primer acto de explotación económica, es de resultado material y
pluriofensivo, ya que, aunque también el obrar del agente produce un detrimento del patrimonio de la
prostituta, prevalece la ofensa de su libertad sexual.
Agravantes:
El nuevo art. 127 contempla supuestos en los cuales el delito se agrava por diversas circunstancias:
La pena será de 5 a 10 años de prisión si:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción,
abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor,
curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de
la guarda de la víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.
Cuando la víctima fuere menor de 18 años la pena será de 10 a 15 años de prisión.
Trata de personas:
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La trata de personas para ejercer la prostitución estaba prevista en dos artículos:


Art. 127 bis: El que promoviere o facilitare la entrada o salida del país de menores de dieciocho años para
que ejerzan la prostitución, será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a diez años. La pena será de
seis a quince años de reclusión o prisión cuando la víctima fuere menor de trece años. Cualquiera que fuese
la edad de la víctima, la pena será de prisión o reclusión de diez a quince años cuando mediare engaño,
violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como también si
el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargado de su educación o
guarda.
Art. 127 ter: El que promoviere o facilitare la entrada o salida del país de una persona mayor de dieciocho
años para que ejerza la prostitución mediante engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier
otro medio de intimidación o coerción, será reprimido con reclusión o prisión de tres a seis años.
La LEY N° 26.364 contra la trata de personas, derogó dichos artículos pero incorporó dentro de los “Delitos
contra la Libertad” a los arts. 145 bis y 145 ter, los cuales se refieren a la trata de personas.
Art. 145 bis: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años, el que ofreciere, captare,
trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional,
como desde o hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la víctima.
Art. 145 ter: En los supuestos del artículo 145 bis la pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión,
cuando:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción,
abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. La víctima estuviere embarazada, o fuere mayor de setenta (70) años.
3. La víctima fuera una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí misma.
4. Las víctimas fueren tres (3) o más.
5. En la comisión del delito participaren tres (3) o más personas.
6. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor,
curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de
la guarda de la víctima.
7. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.
Cuando se lograra consumar la explotación de la víctima objeto del delito de trata de personas la pena será
de ocho (8) a doce (12) años de prisión.
Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de
prisión.

Delitos vinculados a la pornografía infantil


El art. 128 establece: Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años el que produjere, financiare,
ofreciere, comerciare, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier medio, toda
representación de un menor de dieciocho (18) años dedicado a actividades sexuales explícitas o toda
representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, al igual que el que organizare
espectáculos en vivo de representaciones sexuales explícitas en que participaren dichos menores.
Será reprimido con prisión de cuatro (4) meses a un (1) año el que a sabiendas tuviere en su poder
representaciones de las descriptas en el párrafo anterior.
Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años el que tuviere en su poder representaciones de
las descriptas en el primer párrafo con fines inequívocos de distribución o comercialización.

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Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que facilitare el acceso a espectáculos
pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de catorce (14) años.
Todas las escalas penales previstas en este artículo se elevarán en un tercio en su mínimo y en su máximo
cuando la víctima fuere menor de trece (13) años.
La Ley 26.388 introdujo importantes reformas.
Bien jurídico tutelado:
Es la protección integral del menor de 18 años como probable sujeto de una explotación sexual en el mundo
de la pornografía.
Donna entiende, como Díez Ripolles, que la protección de menores es también protección de la libertad
individual.
Así se dirá que en los preceptos de protección de la juventud se atiende, de modo inmediato, a la protección
del individuo que, por ser inmaduro, todavía no puede decidir por sí mismo, intentándose, no lograr su
desarrollo de acuerdo a las valoraciones éticas o necesidades sociales, sino garantizar un área de protección
de modo que el acuñamiento de las ideas sobre la conducta sexual del joven quede reservado a él mismo una
vez conseguida la madurez.
El delito previsto en el párrafo 1 del art. 128 consiste en producir, financiar, ofrecer, comercial, publicar,
facilitar, divulgar o distribuir, por cualquier medio, imágenes de un menor de 18 años dedicado a actividades
sexuales explicitas o de sus partes genitales, con fines predominantemente sexuales.
Concepto de pornografía infantil:
El Protocolo relativo a la Venta de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la
Pornografía, define la pornografía infantil como toda representación por cualquier medio, de un niño
dedicado a actividades sexuales explicitas (actividades pornográficas), reales o simuladas, o toda
representación de las partes genitales de un niño con fines primordialmente sexuales. Este concepto,
comprende las imágenes reales y las simuladas, pero el art. 128 adopta solo las reales, es decir, que la
imagen corresponda realmente a un menor de 18 años comprometido en situaciones relacionadas con la
pornografía, ya que si lo que se trata es proteger a los menores, entonces la imagen o representación debe ser
de un menor real, quien sería el ser humano a tener en cuenta para su protección.
A la hora de definir el concepto, se manejan dos criterios: el del contenido del producto, exclusivamente
libidinoso, tendiente a la excitación sexual de forma grosera, y el de la carencia de todo valor literario,
científico, artístico o educativo. En esta dirección, se entiende por pornografía la representación que posee
una tenencia objetivada de excitar sexualmente con ausencia de valores literarios, artísticos, informativos o
científicos, y que, por tanto, pudiera resultar ofensivo.
Las acciones típicas son:

 Producir: es la reproducción o la reimpresión de la imagen, así como comportamientos, tales como


editar, filmar, etc.
 Financiar: realizar los aportes, sufragar los gastos para garantizar la realización de las
representaciones sexuales.
 Ofrecer: prometer la dación de una cosa, comprometer su entrega, etc.
 Comerciar: poner el producto en el comercio.
 Publicar: difundir, hacer conocer a un número indeterminado de personas.
 Facilitar: hacer más fácil, allanar los obstáculos para el logro de los fines perseguidos.
 Divulgar: hacer conocer la representación o la imagen.
 Distribuir: hacer llegar, entregar, etc. a terceros la imagen.

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El delito puede cometerse por cualquier medio, por ej. haciendo entrega del objeto para su venta en un
puesto público, a través de la prensa, por medio del correo, a través de internet, etc.
Sujetos:
Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo es el menor de 18 años que aparece en la imagen
pornográfica.
El consentimiento prestado por el menor para la realización del comportamiento del sujeto activo carece de
virtualidad para anular la tipicidad de la conducta.
La infracción exige dolo directo y como es un delito de pura actividad, es de peligro abstracto. La
consumación coincide con la realización de las acciones típicas, sin necesidad de que se produzca resultado
material alguno. La tentativa aparece como de difícil constatación.
Organización de espectáculos pornográficos:
Establecido en el primer párrafo del art. 128.
La conducta típica consiste en organizar espectáculos en vivo en los que se exhiban escenas pornográficas
realizadas por menores de 18 años o en las que participen dichos menores. Es suficiente con que el sujeto
pasivo intervenga o participe en el espectáculo, sin que deba necesariamente realizar alguna escena
pornográfica.
La norma sólo abarca al organizador, es decir, aquella persona que se ha ocupado de la organización, el
establecimiento, la ordenación, los montajes escenográficos, etc. Lo incriminable es la organización de un
espectáculo en vivo, esto es, actuado directamente ante el espectador y no la exhibición de un film,
grabaciones, fotografías, etc.
Se trata de un delito de pura actividad, de peligro y doloso, compatible sólo con el dolo directo. La
consumación es con la realización de la conducta típica, es decir, con la mera organización del espectáculo
en vivo en el que participen menores independientemente de que éste se haya realizado o no. Se trata de un
delito compuesto en dos actos: la organización del espectáculo y la participación de menores en él. La
tentativa no parece probable.
Posesión de material pornográfico:
El art. 128 establece: Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años el que tuviere en su poder
representaciones de las descriptas en el primer párrafo con fines inequívocos de distribución o
comercialización.
Se trata de una modalidad de comisión anticipada, un acto preparatorio convertido en delito. Lo que
caracteriza a esta modalidad delictiva es que la posesión del material pornográfico debe estar destinada a la
distribución o comercialización. No es suficiente la mera tenencia o posesión de las imágenes; sino que el
sujeto activo debe tener en su poder representaciones de menores en actividades sexuales explicitas, o de sus
partes genitales, con la voluntad de distribuirlas o ponerlas en el comercio.
Es un delito subjetivamente configurado, que sólo admite el dolo directo, de tendencia intensificada, de
peligro abstracto y de resultado cortado. Es de pura actividad y se consuma con la sola posesión de
representaciones de menores dedicados a actividades sexuales explicitas o de sus partes genitales. La
distribución o comercialización efectiva de estas representaciones son resultados extratípicos, que hacen al
agotamiento del delito y que deberán tenerse en cuenta sólo a los fines de la ponderación de la pena. La
tentativa no resulta admisible.
Acceso a espectáculos y suministro de material pornográfico a menores:
Art. 128: Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que facilitare el acceso a espectáculos
pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de catorce (14) años.}
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Derecho Penal II – Cátedra 2

Facilita quien hace más fácil, más permisible, allana las dificultades, los obstáculos, etc., para que el menor
ingrese en un espectáculo pornográfico; y suministra quien entrega, da, pone a disposición del menor un
material de contenido pornográfico.
Sobre el concepto de material pornográfico, la doctrina estableció que el empleo de la palabra “material”
puede distorsionar el concepto de pornografía, al permitir la inclusión de toda clase de objetos, como
preservativos de fantasía, consoladores, muñecas inflables, etc., que van más allá de la mera representación
gráfica, escrita o videografica de actos susceptibles de excitar o satisfacer instintos libidinosos y que
deberían quedar extramuros de la incriminación, ya que de lo que se trata es de proteger a determinadas
personas de una confrontación con contenidos que puedan distorsionar su proceso de aprendizaje.
Sujetos:
Sujeto activo puede sr cualquier persona, mientras que sujeto pasivo sólo puede ser un menor de 14 años,
varón o mujer.
El delito es doloso. Se consuma con la facilitación del ingreso del menor al espectáculo pornográfico, aun
sin que lo vea, o con la entrega del material pornográfico. En ambos casos son delitos de pura actividad,
pero en el de facilitar, pareciera que estamos ante un delito de peligro abstracto, ya que se perfecciona con
prescindencia de que el menor ingrese y contemple el espectáculo; en cambio, en el de suministrar, es un
delito de peligro concreto, porque requiere la entrega del material al menor. La tentativa aparece como de
difícil constatación.
Acá se genera una incoherencia, ya que por un lado se le prohíbe al menor de 14 años mirar una revista
pornográfica o asistir a un espectáculo de tales características, pero por otro lado, se le permite tener
relaciones sexuales a partir de los 13 años. Pero, este art. pone el acento en imágenes o escenas en las que se
exhiban a menores de 18 años, pero de cuya autoría son responsables personas adultas.

Exhibiciones obscenas
El art. 129 establece: Será reprimido con multa de mil a quince mil pesos el que ejecutare o hiciese ejecutar
por otros actos de exhibiciones obscenas expuestas a ser vistas involuntariamente por terceros. Si los
afectados fueren menores de dieciocho años la pena será de prisión de seis meses a cuatro años. Lo mismo
valdrá, con independencia de la voluntad del afectado, cuando se tratare de un menor de trece años.
En cuanto al bien jurídico tutelado tradicionalmente nuestra doctrina y jurisprudencia han entendido que
estos delitos configuran ultrajes al pudor público, expresión que alude a las “buenas costumbres”; “pudor
público medio”; “moralidad pública”; etc. Todo esto ha llevado a que se considere como titular del bien
jurídico a la sociedad y no al sujeto individual. Pero en un Derecho penal moderno no pueden constituirse en
bienes jurídicos las buenas costumbres, ni el pudor ni la moral pública. Sino, que el bien jurídico protegido
es la libertad sexual, que se ve comprometida cuando se le impone una acción sexual determinada sin su
consentimiento.
Además, el pudor es el bien jurídico protegido, entendido éste como sentimiento medio de decencia sexual.
Este sentimiento es el que pone límites a las manifestaciones de lo sexual que se pueden hacer a terceros, al
margen de las relaciones de carácter privado, en las que los límites de esas manifestaciones están
condicionados por la voluntad de los sujetos que la integran.
Donna considera que lo que se protege en este tipo delictivo no es otra cosa que el derecho del sujeto adulto
a no ser confrontado con el acto sexual de otro sin su voluntad.
Para que haya afectación al pudor público, una comunidad determinada, en un momento determinado,
entienden o aceptan a determinado acto como correcto respecto del ejercicio de la sexualidad en el ámbito
público, o a la vista del público en el ámbito privado.
Cuestiones constitucionales:
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Enfrenta una posible lesión al art. 18 CN debido a que no cumple con el principio de máxima taxatividad
legal. Contradice con la exigencia constitucional de la ley previa escrita, en cuanto omite describir con
precisión el concepto de lo prohibido. Por constituir lo obsceno un elemento normativo del tipo penal, de
carácter sociocultural y, por ende, mudable en el tiempo, su interpretación o conceptualización queda librada
al intérprete, en el caso concreto y según su propia ideología, lo cual significa un criterio peligroso para la
seguridad jurídica propia de un Estado de Derecho.
El principio de legalidad exige conocer qué es lo que está prohibido y qué no lo está. El criterio de la
obscenidad, por su imprecisión conceptual, impide este conocimiento, pues deja librada la interpretación a la
mera discrecionalidad judicial.
Concepto de lo obsceno:
Lo obsceno es lo impúdico por lujuria, es decir, lo que es sexualmente vicioso por representar un exceso
respecto del sexo, o lo torpe y lujurioso, lo que tiende a excitar los apetitos sexuales. Lo obsceno existe sólo
en la medida en que alguien, con autoridad para hacerlo, dice que algo lo es.
El delito consiste en ejecutar (llevar a cabo, realizar) o hacer ejecutar por otro actos de exhibiciones
obscenas expuestas a ser vistas involuntariamente por terceros.
La exhibición debe ser del cuerpo desnudo del autor, de sus partes sexuales o de acciones físicas que tengan
tal significado. Los actos exhibicionistas deben tener cierta gravedad, para no confundirse con actos cuya
practica en público esta comúnmente aceptada, ni con actitudes inmorales o simplemente vulgares. De modo
que quedarían excluidos del tipo la exhibición del cuerpo desnudo, o partes de él (por ej. topless en playa
nudista).
Los actos de exhibición obscena pueden realizarse en sitio público o privado, así caracterizados en forma
permanente (plazas, calles, etc.) o en forma transitoria o circunstancial (cines, teatros, cafés, etc.), pero
siempre de manera tal que puedan ser vistos involuntariamente por terceros, es decir, cuando las
características del lugar permiten o hacen posible que personas indeterminadas vean involuntariamente; por
lo tanto, la exhibición obscena no es punible cuando se realiza en lugar privado.
Sujetos: sujeto activo puede ser cualquier persona, sujeto pasivo es el individuo que padece la afrenta de una
exhibición desagradable u ofensiva, puede ser, en principio, cualquier persona. Sin embargo, la pena se
eleva cuando los afectados sean menores de 18 años y, con prescindencia de la voluntad del afectado,
cuando se tratare de un menor de 13 años.
El delito se consuma con la sola realización de la exhibición y no con la afectación de una o mas personas.
Agravantes:
“… Si los afectados fueren menores de dieciocho años la pena será de prisión de seis meses a cuatro años.
Lo mismo valdrá, con independencia de la voluntad del afectado, cuando se tratare de un menor de trece
años”.
La conducta se agrava si los sujetos pasivos fueran menores de 18 años, manteniéndose la misma penalidad
si se tratase de menores de 13 años, pero con la indiferencia de que, en este último supuesto, carece de
relevancia la voluntad del afectado.
El delito es doloso, sin que se requiera de un especial ánimo lubrico o de algún elemento subjetivo que lo
contenga.
Se trata de un delito de pura actividad, de peligro concreto, cuya consumación coincide con el acto de
exhibición obscena, es decir, que lo que importa es que las conductas puedan afectar el pudor de las
personas. La tentativa puede resultar admisible, por ej. la persona que corre desnuda hacia la calle pero es
detenida previamente (Donna).
La infracción es de acción pública perseguible de oficio.
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Derecho Penal II – Cátedra 2

Rapto
El art. 130 establece: Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el que sustrajere o retuviere a una
persona por medio de la fuerza, intimidación o fraude, con la intención de menoscabar su integridad sexual.
La pena será de seis meses a dos años, si se tratare de una persona menor de dieciséis años, con su
consentimiento.
La pena será de dos a seis años si se sustrajere o retuviere mediante fuerza, intimidación o fraude a una
persona menor de trece años, con el mismo fin.
La vieja doctrina entendía que el bien jurídico era la reserva sexual de la mujer, pero más modernamente se
entiende que se trata de delitos pluriofensivos que atacan la dignidad sexual y la libertad de la víctima. En
todos los casos el sujeto pasivo puede ser una persona de uno otro sexo, no sólo una "mujer", como lo
puntualizaba el texto anterior.
Hay varias modalidades de rapto:
Rapto propio: consiste en sustraer o retener a una persona, por medio de fuerza, intimidación o fraude, con
la intención de menoscabar su integridad sexual.
Sustraer, equivale a sacar, tomar, apoderar o arrebatar a la persona. La sustracción exige siempre el
desplazamiento de la víctima de un lugar a otro. Retener significa impedir que la persona se desplace de un
determinado lugar, que se aparte de él. La retención exige el mantenimiento de la víctima en el lugar, lo que
implica, privarla de su libertad personal. Sin privación de libertad, en esta hipótesis, no hay rapto. Para que
el rapto sea punible debe haberse realizado por medio de fuerza, intimidación o fraude. Por ende, el
consentimiento del sujeto pasivo excluye la tipicidad de la conducta.
Sujetos: sujeto activo puede ser cualquier persona, hombre o mujer, pero sujeto pasivo, debe ser una persona
mayor de 16 años.
Es un delito subjetivamente configurado que no se satisface con el dolo común, sino que exige un elemento
subjetivo especifico que es la intención de menoscabar la integridad sexual de la víctima, que constituye el
propósito sexual del autor. Se trata de un delito instantáneo de eventual efecto permanente, si persiste
temporalmente la retención de la persona. Es un delito de tendencia interna trascendente, que se consuma
con la sustracción o con la retención de la víctima, es decir cuando la aparta del ámbito en donde se
encuentra o cuando se produce la retención de la víctima. La tentativa es admisible. No se admite la culpa.
Concurso con otros delitos: El empleo de la fuerza para raptar puede ocasionar lesiones a la víctima,
circunstancia en la cual, cualquiera sea la gravedad de las mismas, concurren realmente con el rapto.
Rapto impropio: está previsto en el art. 130 párrafo 2, y consiste en el rapto de una persona menor de 16
años, con su consentimiento, con la intención de menoscabar su integridad sexual.
Sujetos: sujeto activo puede ser cualquier persona, sin distinción de sexo, al igual que el sujeto pasivo, solo
que debe tratarse de una persona menor de 16 años pero mayor de 13.
Esta modalidad de rapto exige que el autor le haya ocultado sus intenciones al sujeto pasivo, o que se haya
aprovechado de él prevaliéndose de alguna condición de superioridad o poder, para así obtener un
consentimiento que no hubiera sido prestado libremente de haberse conocido sus verdaderas intenciones; de
lo contrario, la conducta sería atípica, precisamente por la prestación del consentimiento. La ley exige que el
consentimiento sea el fruto de la inexperiencia sexual del menor. Pero, si este fue obtenido por medio de
fuerza, intimidación o fraude, el hecho se desplaza al rapto del primer párrafo.
Rapto de menor de 13 años: constituye una circunstancia agravante del párrafo 1.

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Derecho Penal II – Cátedra 2

El delito se especializa por la edad del sujeto pasivo, esto es, menor de 13 años, y para su configuración
deben concurrir, no sólo las mismas conductas y medios típicos del rapto propio sino también la intención
por parte del autor de menoscabar la integridad sexual de la víctima. El consentimiento del menor carece de
relevancia.
Grooming
El art. 131, por el cual se reprime el acoso sexual a menores por vía digital, fue incorporado por Ley 26904
en 2013, y establece: Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de
comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos,
contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad
sexual de la misma.
Este delito es una consecuencia del uso de internet o de cualquier otro sistema electrónico de transmisión de
datos, para la comisión de delitos sexuales, en los que se encuentran involucrados menores de edad. Se trata
de un delito sexual, que se caracteriza por la utilización de un medio informático o telemático para
finalidades ilícitas de naturaleza sexual. El bien jurídico protegido es la libertad sexual del menor.
Son elementos de este delito:
1. Contactar (comunicarse, relacionarse, conectarse, etc.) a un menor de edad, que es la acción que
nuclea el tipo penal.
2. Recepción (tomar conocimiento) de la comunicación por parte del menor.
3. Uso de internet, teléfono o de cualquier otra tecnología de información y la comunicación.
4. Finalidad de cometer un delito sexual.
En cuanto a los sujetos del delito, se trata de un delito de titularidad indiferenciada, que puede ser cometido
por cualquier persona, sin que se requiera en el autor de cualidades o condiciones especiales. Sujeto pasivo
debe ser un menor de edad.
Los medios de comisión son las comunicaciones electrónicas, de telecomunicaciones y/o cualquier otra
tecnología de transmisión de datos.
Subjetivamente el grooming es un delito doloso, de dolo directo, pero demanda para su perfección la
concurrencia de un elemento subjetivo del tipo, que acompaña al dolo: la finalidad de cometer un delito
sexual en perjuicio del menor de edad. Se consuma con el logro del contacto con el menor. Por tratarse de un
delito de pura actividad y de peligro abstracto, la tentativa no parece admisible.

Bolilla 13: Delitos contra la propiedad


Los delitos agrupados en este Título reconocen a la propiedad como el bien jurídico protegido.
El término propiedad debe ser entendido en el amplio sentido que le asignan los arts. 14 y 17 de la CN,
abarcando al patrimonio en su totalidad, esto es, no sólo al dominio en sentido civilista sino también a los
demás derechos reales y personales, bienes materiales e inmateriales y, en general, todos los intereses
apreciables que un hombre pueda poseer fuera de sí mismo, de su vida y de su libertad. En la actualidad, se
considera que el término “propiedad” debe ser sustituido por el de “patrimonio".
En cuanto al concepto de patrimonio, la doctrina establece cuatro teorías:
1. Concepción jurídica: el patrimonio es la suma de las relaciones jurídicas, es decir, de derechos y
obligaciones relativos a las cosas, en cabeza de una persona. Por lo tanto, el daño patrimonial es entendido
como daño en sentido jurídico, o sea, como la pérdida o limitación de un derecho.
2. Concepción económica: el patrimonio es el complejo unitario de los bienes económicamente valuables y
pertenecientes, de hecho o de derecho, a un sujeto. Entonces, el daño patrimonial es un daño en sentido

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económico, como una efectiva disminución del patrimonio en su unidad económica, que puede consistir en
la reducción del activo como en el incremento del pasivo.
3. Concepción mixta: el patrimonio es la suma de las relaciones jurídicas valuables económicamente, en
cabeza de una persona. La teoría toma de la concepción jurídica la exigencia de que los bienes o valores
sean poseídos por el sujeto en virtud de una relación jurídica, y de la económica la exigencia de que el
derecho subjetivo tenga un valor económico. Es la teoría actualmente dominante.
4. Concepción personal: tiene en cuenta el reconocimiento de la finalidad económica individual y las
posibilidades de acción del titular del patrimonio. El patrimonio sería, entonces, una unidad personalmente
estructurada que garantiza el desarrollo de la persona en el ámbito de los objetos. Desde esta perspectiva, los
delitos patrimoniales lesionan a la persona a la que corresponde el patrimonio en los fines perseguidos con
sus actos de disposición.
La doctrina actual, se muestra partidaria de la concepción mixta jurídico-económica, cuyas líneas directrices
se orientan en dos direcciones: por un lado, se limitan los bienes patrimoniales a aquellos que poseen valor
económico y, por otro, se consideran bienes patrimoniales sólo a aquellos que gozan de algún
reconocimiento jurídico.

Las infracciones que tienen relación con el patrimonio de una persona, pueden ser esquematizadas en:

• Delitos de apoderamiento: se caracterizan por la acción de apoderarse de la cosa, quitándosela a quien la


tiene (hurto y robo de cosas muebles) o excluyendo de ella a quien la ocupa (usurpación de cosas
inmuebles).

• Delitos de desprendimiento: en los que la acción material está dirigida a hacerse dar la cosa, obligando a
quien la tiene (extorsión) o engañándolo (defraudación).

• Delitos de apropiación: cuya característica reside en quedarse con la cosa (abusos de confianza o de
situaciones, por ej. apropiación de cosas halladas).

• Delitos de autodesprendimiento patrimonial: cuyo objeto de ataque es el propio patrimonio, como las
insolvencias, quiebras y concursos.

• Delitos de destrucción de la cosa: daños.

Las infracciones patrimoniales se caracterizan por reunir elementos que les son comunes: a) el delito recae
siempre sobre un bien, los bienes deben ser susceptibles de apreciación económica y pueden ser cosas
materiales u objetos inmateriales (derechos); b) el autor es movido siempre por una intención específica, que
es la requerida por cada figura en particular; y c) el perjuicio a la propiedad debe suceder invito domino, es
decir, sin el consentimiento o permiso del propietario.

Sistemática: los “delitos contra la propiedad” están contemplados a través de los siguientes capítulos: I)
Hurto; II) Robo; IIbis) Abigeato, III) Extorsión, IV) Estafas y otras defraudaciones; IVbis) Usura; V)
Quebrados y otros deudores punibles; VI) Usurpación, VII) Daños; VIII) Disposiciones generales.

La excusa absolutoria del art. 185:

Art 185: Están exentos de responsabilidad criminal, sin perjuicio de la civil, por los hurtos, defraudaciones
o daños que recíprocamente se causaren:
1. Los cónyuges, ascendientes, descendientes y afines en la línea recta;
2. El consorte viudo, respecto de las cosas de la pertenencia de su difunto cónyuge, mientras no hayan
pasado a poder de otro;
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3. Los hermanos y cuñados, si viviesen juntos.


La excepción establecida en el párrafo anterior, no es aplicable a los extraños que participen del delito.

El último capítulo denominado “disposiciones generales”, tiene una exención de pena que sólo alcanza a los
hurtos, defraudaciones o daños. Se trata de una excusa absolutoria, que excluye la pena, manteniendo intacto
el delito en sus aspectos de hecho típico, antijurídico y culpable. Si bien no hay responsabilidad criminal,
puede haber responsabilidad civil.

Hurto Simple
El art. 162 establece: Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que se apoderare ilegítimamente
de una cosa mueble, total o parcialmente ajena.

El bien protegido por este delito es la tenencia de las cosas muebles.

El delito requiere el actual mantenimiento corporal de la cosa, que constituye la tenencia por parte de
alguien. Tenencia quiere decir “tener la cosa bajo poder”, lo cual implica que para la perfección del delito
debe haberse operado la transferencia de la cosa del poder del tenedor al poder del ladrón. Esta situación de
poder se manifiesta en el instante en que el agente tiene la “posibilidad inmediata de realizar materialmente
sobre la cosa actos dispositivos, posibilidad de la que se carecía antes de la acción, porque la cosa estaba en
poder de otra persona, fuese poseedor o simple tenedor”. Abarca tanto la tenencia legítima como la
ilegítima.

Elementos: El núcleo central del tipo está dado por el apoderamiento de la cosa. Para determinar el exacto
sentido jurídico de la acción material del hurto se han propuesto dos disposiciones:

• Para la teoría de la disponibilidad, el apoderamiento exige que el autor haya tenido la posibilidad de
“disponer” de la cosa, aunque sea por un breve tiempo. La conducta importa la posibilidad inmediata de
realizar materialmente sobre la cosa actos dispositivos. El apoderarse exige no solamente la pérdida de poder
de parte de la víctima, sino la adquisición de poder de parte del autor. El apoderamiento requiere que el
agente haya obtenido real y efectivamente la disponibilidad material del objeto sustraído.

• La teoría del desapoderamiento, considera que es suficiente que el ladrón haya privado a otro de la
posesión corporal de la cosa, con la intención de apoderarse de ella. Con el apoderamiento de la cosa, la
propiedad ajena ya está lesionada de manera perfecta, porque el bien que la integraba, que es la tenencia de
la cosa, ya no la integra más. Esta teoría atiende a la ofensa del bien atacado por el hurto, esto es, a la
tenencia de la cosa por quien es agraviado por el delito. Es decir, que para esta teoría el delito consiste en
quitar la cosa de quien la poseía, con la intención de disponer de ella.

Para Buompadre, la teoría de la disponibilidad establece con mayor precisión las exigencias del tipo
delictivo. Ya que la teoría del desapoderamiento, al exigir que el hurto se consume con el solo despojo, con
la intención específica de disponer de la cosa, anticipa la etapa consumativa a un grado que resulta
inadmisible y que puede, en la práctica, conducir a soluciones verdaderamente injustas.

El apoderamiento se caracteriza por la posibilidad de que el agente pueda realizar sobre la cosa actos
materiales de disposición, posibilidad que no nace mientras pueda ser impedida por la víctima, la autoridad u
otra persona que acuda en su auxilio. Pero, una vez transcurrido ese momento, el delito está
irrevocablemente consumado.

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Apoderarse, se considera el momento consumativo, desapoderar al otro no equivale a apoderarse uno, es


decir puede haber desapoderamiento pero no apoderamiento.

Una persona se apodero cuando tiene la libre disponibilidad de la cosa. Además debe haber sacado a la cosa
de la esfera de custodia del sujeto pasivo.

Esfera de custodia: no tiene que estar siempre a la vista sino saber dónde está, la dan las circunstancias.

Es decir que para apoderarse, el sujeto activo no solo tiene que quitar la cosa de la esfera de custodia del
sujeto pasivo sino que el sujeto activo debe tener aunque sea por un pequeño lapso la libre disponibilidad de
la cosa.

Para determinar este momento consumativo, se formularon diversas teorías:

• Teoría de la attrectatio: entiende que el hurto se consuma con el mero tocamiento de la cosa.

• Teoría de la apprehensio: consiste en la simple captación material del objeto o en poner la mano sobre la
cosa ajena.

• Teoría de la amotio: exige la remoción de la cosa del lugar en donde se encontraba.

• Teoría de la ablatio: según la cual el apoderamiento se consuma cuando la cosa es transportada o trasladada
de un lugar a otro.

• Teoría de la illatio: considera consumado el hurto cuando se pone la cosa a buen recaudo, es decir, en lugar
seguro, para resguardarla.

La doctrina y la jurisprudencia se inclinaron por la teoría de la ablatio.

El objeto material en el delito de hurto son las cosas muebles:

Cosa. Según el art. 16 del CCyCN: Los derechos referidos en el primer párrafo del art. 15 pueden recaer
sobre bienes susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones
referentes a las cosas son aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al
servicio del hombre.

El art. 15 establece que: Las personas son titulares de los derechos individuales sobre los bienes uqe
integran su patrimonio conforme con lo que se establece en este código.

• Las cosas se caracterizan por dos notas esenciales: la materialidad y el valor económico. Un objeto es
material cuando es corporal, esto es, cuando posee extensión y, por ende, ocupa un lugar en el espacio. Lo
que importa a los efectos del tipo penal es que la cosa, además de ser material, sea susceptible de valor y
apoderamiento. Las cosas pueden ser sólidas, liquidas o gaseosas. Los objetos inmateriales no son
susceptibles de hurto (por ej. los derechos).

La cosa debe tener un valor, pero no un valor económico exclusivamente. El objeto sustraído puede
representar un interés para la víctima o para el ladrón, que les sirve para satisfacer sus necesidades, usos o
placeres, o bien representar un valor puramente afectivo para la víctima. Carece de relevancia la clase de
valor que la cosa tenga para la persona, sea económico, moral, histórico, científico, religioso, etc. En todos
estos, la sustracción del objeto constituye el delito de hurto, ya que tienen un valor patrimonial.

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• Cosa Mueble: la cosa, además de ser material y susceptible de tener un valor, debe ser mueble. Que la cosa
sea mueble quiere decir que sea aprehensible y trasladable, o sea, es aquella que es susceptible de ser
trasladada de un lugar a otro, incluidos los animales o semovientes.

Cosa mueble ajena: La cosa mueble, además, debe ser ajena. Cosa ajena es aquella que no es propia ni es
susceptible de apropiación u ocupación.

La cosa, para que sea hurtable, debe pertenecer a alguien, a otra persona, sea en forma total, es decir, cuando
el autor no tiene ni una parte ideal de ella en comunidad con sus propietarios; o en forma parcial, esto es,
cuando tiene en propiedad parte de ella, como condómino o comunero hereditario.

Quedan al margen del delito las cosas que carecen de dueño, las que son abandonadas por su dueño y las que
son pérdidas por su dueño.

Además, teniendo en cuenta que la propiedad es un bien jurídico disponible para su titular, el consentimiento
del sujeto pasivo con aptitud para autorizar y prestado sin vicio alguno, elimina la tipicidad del hecho.

Ilegitimidad: El autor, para cometer el hurto, debe haberse apoderado ilegítimamente de la cosa. Es un delito
doloso, de dolo directo.

Hurto de uso:

El llamado hurto de uso fue derogado por la Ley 24.721 quedando, por ende, fuera de la tipicidad del hurto.

El hurto de uso propio, se cometía cuando el autor, teniendo legítimamente la cosa, hacía un uso abusivo de
ella. Ej. El tintóreo que usa el traje de su cliente; el mecánico que sale a pasear con el auto de un cliente. El
hurto de uso impropio consiste en tomar ilegítimamente una cosa ajena, pero no para apropiarse de ella, sino
para usarla un tiempo y luego devolverla.

Creus propone superar la polémica acerca de si el llamado hurto de uso es típico (Soler) o no (Fontán
Balestra, Molinario), explicándolo como el cometido por quien tiene la cosa legítimamente y la utiliza a
pesar de que sus poderes de tenedor no lo autorizan a hacerlo, acción que no sería típica; en cambio, el hurto
de uso impropio sí configuraría un hurto; éste lo consuma quien se apodera de la cosa ajena — cuya tenencia
no tiene— para usarla (aun con intención de devolverla).

Hurtos Calificados
El art. 163 establece: Se aplicará prisión de uno a seis años en los casos siguientes:
1. Cuando el hurto fuere de productos separados del suelo o de máquinas, instrumentos de trabajo o de
productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el campo, o de alambres u otros
elementos de los cercos.(Texto según Ley 25.890)
2. Cuando el hurto se cometiere con ocasión de un incendio, explosión, inundación, naufragio, accidente de
ferrocarril, asonada o motín o aprovechando las facilidades provenientes de cualquier otro desastre o
conmoción pública o de un infortunio particular del damnificado;
3. Cuando se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante o de llave verdadera que
hubiere sido substraída, hallada o retenida.
4. Cuando se perpetrare con escalamiento.
5. Cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas muebles transportadas por cualquier medio y se
cometiere entre el momento de su carga y el de su destino o entrega, o durante las escalas que se realizaren.
6. Cuando el hurto fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público.
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Hurtos campestres:

Inc. 1: Cuando el hurto fuere de productos separados del suelo o de máquinas, instrumentos de trabajo o de
productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el campo, o de alambres u otros
elementos de los cercos.(Texto según Ley 25.890)

Con arreglo al texto introducido por la Ley 25890, pueden distinguirse cuatro tipos de hurto que, aunque
tengan distintos objetos, se da un elemento común concerniente a la situación de todos ellos: los objetos
deben estar situados en el campo.

1) Hurto campestre propiamente dicho: concurre esta agravante cuando el hurto se relaciona con productos
separados del suelo, dejados en el campo. La doctrina entiende que la expresión “productos” abarca a los
“frutos”. Sin embargo, la controversia surge cuando debe determinar si la expresión comprende sólo a los
productos vegetales, que son aquellos que la tierra da o produce, o si también abarca los minerales. Para
Buompadre abarca los dos, ya que la ley no hace ninguna distinción al respecto. Para la ley es suficiente con
que estén separados del suelo, es decir, juntados, amontonados, cosechados, etc.; además, esta separación
debe ser obra humana, no de la naturaleza.

Para que concurra la agravante, los productos separados del suelo deben haber sido dejados en el campo, es
decir, en situación en la que el tenedor no pueda ejercer la vigilancia inmediata sobre él, es decir, presupone
que la cosa ha sido dejada sin la debida protección, resguardo o custodia, razón que fundamenta la mayor
tutela de la ley penal y justifica el mayor reproche, de estas cosas dejadas en una situación de indefensión
frente a la acción del ladrón. Por “campo” debe entenderse todo lugar fuera del radio poblado y alejado de
sitio habitado, o de sus dependencias y recintos habitados. La razón del agravante es la mayor desprotección
de las cosas.

2) Hurto de maquinarias o instrumentos de trabajo: en estos casos, la acción recae sobre las “maquinas o
instrumentos de trabajo” que puede tratarse de elementos de cualquier naturaleza, incluso automotores, pero
deben estar destinados a las tareas propias del campo (por ej. una cosechadora), en cambio, quedan fuera los
elementos o herramientas que no obstante constituir maquinas o instrumentos de trabajo, no están afectadas
al trabajo del campo. La mayor penalidad también comprende el hurto de cualquier otro instrumento que no
cumpla mecánicamente la función de multiplicar o desplegar la fuerza humana (por ej. lonas, puntales),
siempre que estén destinados a la producción, recolección, extracción o separación, de los productos del
suelo. La acción furtiva puede afectar a la totalidad o parte de la maquinaria o del instrumento (por ej. la
bomba inyectora de un tractor). Para la aplicación de la mayor penalidad, al momento del apoderamiento la
cosa debe haberse encontrado en el campo por haber sido dejada en tal lugar.

3) Hurto de productos agroquímicos, fertilizantes u otros instrumentos similares: son todos aquellos que se
utilizan frecuentemente en las labores agrícolas con el fin de potenciar el rendimiento de la tierra. Se trata de
una regulación abierta “u otros insumos similares” que permite la incorporación de nuevos productos o
especialidades. Para que opere la calificante, los productos deben haber sido dejados en el campo.

4) Hurto de elementos de los cercos: el hurto también se agrava si la sustracción recae sobre “alambres u
otros elementos de los cercos” esta agravante tiene su razón de ser en la función rural que cumplen los
cercos, y no en la función demarcatoria o de deslinde natural de los fundos, es decir que la agravante solo
ocurre cuando el cerco está cumpliendo esta función. La sustracción debe recaer sobre alambres u otros
elementos de los cercos (postes, tranqueras, varillas, etc.), siempre que el cerco exista al momento de la
acción furtiva. Debe tratarse de un cerco en funciones de cerramiento y de seguridad, comprendiendo todo
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tipo de cerco (alambre, de palos, ramas, etc.). La norma no requiere la destrucción total o parcial del cerco
para tener por consumado el hurto calificado, sino que es suficiente con el apoderamiento ilegítimo de sus
elementos, por lo que también se configura el delito si el apoderamiento recae sobre un cerco que estaba ya
destruido total o parcialmente.

Hurto calamitoso:

Inc. 2: Cuando el hurto se cometiere con ocasión de un incendio, explosión, inundación, naufragio,
accidente de ferrocarril, asonada o motín o aprovechando las facilidades provenientes de cualquier otro
desastre o conmoción pública o de un infortunio particular del damnificado.

La agravante tiene en cuenta la menor defensa privada frente a estos infortunios y la mayor criminalidad
subjetiva que muestra quien se vale de miserables ocasiones para robar a las víctimas de la calamidad. La
ley prevé dos hipótesis distintas: el hurto cometido con ocasión y aprovechando las facilidades provenientes
de un desastre o conmoción pública, y el hurto cometido con ocasión y aprovechando las facilidades
provenientes de un infortunio particular. La calificante exige que la sustracción se cometa con ocasión de, es
decir, en la misma oportunidad en que ocurren los sucesos descriptos en la ley, ni antes ni después, sino
mientras se está produciendo el desastre o la conmoción pública.

El “desastre público” es un suceso dañoso de grandes proporciones, cuyos efectos recaen sobre un número
indeterminado de bienes y personas (por ej. grandes incendios, explosiones, terremotos). La “conmoción
pública” es un acontecimiento de gran magnitud, que se caracteriza por hechos violentos, perturbaciones,
albortos, corridas, etc., que originan confusión y pesadumbre en un sector de la comunidad (por ej. motines,
protestas callejeras violentas, conflictos armados, etc.). El “infortunio particular” es una situación de
desgracia o aguda afliccion, física o espiritual, por la que atraviesa una persona (por ej. enfermedades o
accidentes, ebriedad, tentativa de suicidio, etc.). La agravante concurre cuando es la propia víctima quien
padece el infortunio.

En todos estos casos, el hurto se califica si el autor aprovecha las facilidades que esas situaciones le
brindaron. De lo contrario, no resulta aplicable la agravante. Es un caso de dolo directo ya que conoce que la
circunstancia existe y que las cosas están desprotegidas.

Hurto con ganzúa o llave falsa:

Inc. 3: Cuando se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante o de llave verdadera que
hubiere sido substraída, hallada o retenida.

La razón de la agravante reside en el hecho del empleo de ciertos medios por parte del ladrón, que requieren
astucia o habilidad para vencer las defensas preconstituidas de la cosa y que revelan su mayor peligrosidad.
El tipo excluye el uso de violencia.

La cosa objeto del delito debe encontrarse en un lugar cerrado o unida a otros elementos que impidan o
dificulten su apoderamiento. Es un presupuesto de la agravante que la cosa esté protegida por una cerradura.
Después de la reforma de la ley puede tratarse de un lugar cubierto o no, de cualquier material, o un
contenedor de cualquier especie, como cualquier instrumento que se oponga a la sustracción por medio de
cerraduras que unen la cosa a otras.

La ley hace referencia a ganzúa, que es todo objeto o instrumento que, sin ser llave, permite, mediante maña
o destreza abrir las cerraduras. Generalmente, se trata de un alambre doblado en la punta, pero puede ser un
clavo, una chapita, etc. Basta que cumplan la misma función de abrir una cerradura. Cualquier elemento que
se utilice, sea o no una llave, es apto para configurar el hurto agravado. Llave falsa es aquella que no está
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destinada por su dueño para abrir la cerradura, no es la verdadera, pero también es falsa, la llave verdadera
sustraída (que fue quitada de su dueño, o sea, sin su consentimiento), hallada (aquella que, no tenida por su
titular, es encontrada por el ladrón, o por un tercero que se la da) o retenida (aquella que el ladrón o un
tercero conservan en su poder contra la voluntad de quien se la entregó). Para que concurra la agravante, la
llave debe haber sido utilizada ilegítimamente, es decir, en contra de la voluntad de su dueño.

En todos los casos, re realiza la agravante cuando se emplean estos instrumentos tanto para penetrar el lugar
donde se encuentra la cosa objeto de la sustracción como para salir de éste con la cosa sustraída.

Hurto con escalamiento:

Inc. 4: Cuando se perpetrare con escalamiento.

La agravante se funda en la inutilidad de la defensa privada, frente a la habilidad del ladrón para violar el
recinto donde se encuentra la cosa, que revela su mayor peligrosidad al vencer las defensas opuestas para
evitar el apoderamiento.

El código no define escalamiento pero ha prevalecido la idea de que es “toda penetración por una vía que no
está destinada a servir de entrada”, que implique la superación de una defensa real consistente en obstáculos
de altura o descensos que exigen esfuerzo, actividad o artificio.

Lo que importa para que concurra esta calificante, no es la sola circunstancia de ingresar a un lugar por una
vía no permitida o no destinada a ese fin, sino en “vencer” una defensa, un obstáculo, que ha sido
predispuesto como resguardo de la cosa y para lo cual el ladrón debe realizar un considerable esfuerzo,
habilidad o maniobra. El ascenso o descenso es para hurtar, no para subir o bajar con una cosa hurtada. Esto
es así por cuanto lo que fundamenta el mayor reproche es la mayor peligrosidad que representa aquel que,
con maña habilidad o destreza, vence las defensas predispuestas para justamente evitar el apoderamiento de
la cosa. Si escala para salir del lugar con la cosa hurtada quiere decir que ya consumo el apoderamiento.
Estas defensas deben ser reales, efectivas, no meramente simbólicas o decorativas.

Hurto de cosas transportadas:

Inc. 5: Cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas muebles transportadas por cualquier medio y se
cometiere entre el momento de su carga y el de su destino o entrega, o durante las escalas que se realizaren.

La razón de la agravante radica en la menor protección que ciertas cosas tienen por el lugar en donde se
encuentran y por el momento en que se lleva a cabo el ilícito, circunstancias que aumentan los riesgos
propios de un viaje y que impiden una eficaz vigilancia privada. La mayor tutela tiene que ver con el
accionar de los llamados por la prensa “piratas del asfalto” y con la gran extensión de nuestro territorio y su
característica de zonas abiertas sin protección inmediata.

El delito requiere la concurrencia de distintos elementos; uno, que la sustracción recaiga sobre mercaderías,
o bien sobre otras cosas muebles transportadas, y el otro elemento reside en que el hurto se cometa entre el
momento de la carga de las cosas y el de su destino o entrega, o durante las escalas que se realicen. Al
referirse a cosas transportadas, son objetos que se encuentran en situación de transporte, es decir, en
proceso de traslado entre los momentos y lugares señalados en la norma. La calificación alude a un proceso
dinámico, en movimiento, de la cosa y comprende el transporte terrestre, aéreo y marítimo o fluvial, urbano
o interurbano, para lo cual puede utilizarse también cualquier clase de vehículos, no quedando comprendidos
el transporte a pie o por medio de animales o artefactos mecánicos (por ej. el carro del supermercado).

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Por momento de su carga debe entenderse el “proceso de carga”, que es aquel que se efectúa durante el
periodo que va desde que comienzan las operaciones tendientes a concretar o poner en marcha el proceso,
hasta que la mercadería esté depositada en el medio de transporte. El destino es el lugar de arribo
preestablecido como finalización del transporte. La entrega hace referencia al momento en que el producto
es puesto en manos del recepcionista. Durante las escalas debe entenderse como durante los momentos de
detención del vehículo.

Hurto de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público:

Inc. 6: Cuando el hurto fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público.

La protección de la ley está dada, tanto por la naturaleza del objeto protegido (vehículo) como por la
especial situación en que se encuentra (vía pública), situación que revela un verdadero estado de indefensión
de la cosa objeto de tutela. El delito consiste en el apoderamiento ilegítimo de un vehículo que ha sido
dejado en la vía pública o en un lugar de acceso público. El término abarca a toda clase de vehículos,
incluida la bicicleta o el triciclo, siempre que sirvan para el transporte de objetos o de personas.

El hurto se agrava sólo si el vehículo fue dejado por su dueño o tenedor, sin ningún tipo de custodia que
implique una defensa de la cosa, aún en aquellos casos que posea mecanismos de autodefensa, como alarma,
llave especial de encendido, etc. Si el vehículo estacionado en la vía pública fue dejado con personas en su
interior, no se debe dar la agravante, por ausencia de indefensión de la cosa.

Agravante por la condición del sujeto activo:

Esta agravante fue introducida por la Ley 25.816, en el art. 163 bis que establece: En los casos enunciados
en el presente Capítulo, la pena se aumentará en un tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien
ejecutare el delito fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio
penitenciario.

Se trata de un delito especial impropio, que requiere para su realización que el agente ostente, al momento
del hecho, la condición de miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario. La
razón de la agravante no reside únicamente en la calidad del autor, sino en la circunstancia de que dicha
investidura facilita la perpetración del delito y dificulta las tareas de investigación.

Sujeto activo puede ser cualquier miembro integrante de la Policía Federal, policía provincial, Gendarmería
Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria, etc., cualquiera sea el grado, función o
actividad que desempeñe al momento del hecho.

El tipo exige que el autor haya ejecutado el delito, es decir, que lo haya cometido en calidad de autor o
coautor, no quedando alcanzado por la agravante los partícipes, instigadores y los encubridores, porque éstos
no ejecutan el hecho sino que sólo intervienen.

Abigeato
El art. 167 ter establece: Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años el que se apoderare
ilegítimamente de una (1) o más cabezas de ganado mayor o menor, total o parcialmente ajeno, que se
encontrare en establecimientos rurales o, en ocasión de su transporte, desde el momento de su carga hasta
el de su destino o entrega, incluyendo las escalas que se realicen durante el trayecto.
La pena será de tres (3) a ocho (8) años de prisión si el abigeato fuere de cinco (5) o más cabezas de
ganado mayor o menor y se utilizare un medio motorizado para su transporte.
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Derecho Penal II – Cátedra 2

Etimológicamente, el término “abigeato” proviene del latín, abagere, que significa “echar por delante,
arrear”, echando las bestias por delante para conducirlas a donde se deseaba, arreándolas.

En el texto anterior, el hurto de ganado era una circunstancia agravante del hurto, pero con la reforma
impuesta por la Ley 25890, el delito pasó a denominarse abigeato, convirtiéndose en un delito autónomo. Se
trata de un tipo mixto alternativo, cuya consumación coincide con el apoderamiento del animal en cualquiera
de las modalidades previstas: en un establecimiento rural o durante el transporte del ganado.

El bien jurídico protegido es la propiedad del ganado mayor o menor. La acción típica consiste en
apoderarse ilegítimamente del animal ajeno. Se trata de un tipo penal común de sujetos indiferenciados, por
lo tanto, cualquier persona puede ser sujeto activo o pasivo. El objeto del delito es el ganado, esto es,
aquellos cuadrúpedos de cierta alzada. El apoderamiento debe ser de ganado mayor o menor, es decir, de
aquellas bestias que forman grey o rebaño y apacientan en los campos. El delito puede cometerse mediante
la sustracción de una o más cabezas de ganado mayor o menor, es decir, para la perfección típica es
suficiente con el apoderamiento de un solo animal.

La figura requiere que la sustracción del animal debe haberse materializado dentro de un establecimiento
rural (es todo inmueble que se destine a la cría, mejora o engorde del ganado, actividades de tambo, granja o
cultivo de tierra, a la avicultura u otras crianzas, fomento o aprovechamiento semejante) o en ocasión de su
transporte (en viaje o en sus distintos tramos). La ubicación del establecimiento rural es indiferente, lo que
importa es que, se trate de un establecimiento rural que sea ajeno al autor de la sustracción.

En cuanto a la ocasión de su transporte, se trata de una hipótesis de apoderamiento ilegitimo que se halla en
viaje, esto es, mientras es objeto de transporte desde un lugar a otro. Pero, si la sustracción se produce
mientras los animales son conducidos caminando, en tropilla, hasta el lugar donde van a ser cargados al
transporte, pero todavía no se ha producido el proceso de carga, el hecho queda fijado como hurto o robo,
según las circunstancias, aunque puede quedar enmarcado dentro del abigeato. Acá lo que tiene relevancia
es que el animal, al momento del apoderamiento, se encuentre dentro de un establecimiento rural o en viaje.
El medio de transporte puede ser de cualquier naturaleza.

Agravante:

El párrafo 2 del art. 167 ter establece una primera agravante del delito, castigando con una pena de entre 3 y
8 años , si el abigeato fuere de cinco o más cabezas de ganado mayor o menor y se utilizare un medio
motorizado para su transporte.

Se trata de un tipo mixto complejo, de varios actos, que requiere para su consumación una pluralidad de
acciones (apoderamiento y transporte motorizado). El transporte, en este supuesto, perfecciona la
consumación del tipo agravado.

Hiper agravantes:

El art. 167 quater establece: Se aplicará reclusión o prisión de cuatro (4) a diez (10) años cuando en el
abigeato concurriere alguna de las siguientes circunstancias:
1. el apoderamiento se realizare en las condiciones previstas en el artículo 164.
2. se alteraren, suprimieren o falsificaren marcas o señales utilizadas para la identificación del animal.
3. se falsificaren o se utilizaren certificados de adquisición, guías de tránsito, boletos de marca o señal, o
documentación equivalente, falsos.
4. participare en el hecho una persona que se dedique a la crianza, cuidado, faena, elaboración,
comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de origen animal.
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5. participare en el hecho un funcionario público quien, violando los deberes a su cargo o abusando de sus
funciones, facilitare directa o indirectamente su comisión.
6. participaren en el hecho tres (3) o más personas.

1. Apoderamiento realizado en las condiciones previstas en el art. 164 (robo de ganado): el abigeato se
agrava si se lo comete con fuerza en las cosas o con violencia en las personas, sea que la violencia tenga
lugar antes del abigeato para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido, para procurar su
impunidad. Si el abigeato se cometiere empleando un arma de fuego, es de aplicación la agravante genérica
del art. 41 bis, ya que no son aplicables al abigeato las agravantes del hurto ni del robo.

2. Alteración, supresión o falsificaciones de marcas o señales utilizadas para la identificación del


animal: la marca y la señal en el ganado sirven no solamente para identificar al animal sino también a su
propietario, que las tiene registradas en los organismos respectivos. La marca es la impresión que se efectúa
sobre el animal de un dibujo o diseño y se aplica al ganado mayor, mientras que la señal es un corte o
incisión, perforación o grabación en la oreja del animal y se aplica al ganado menor.

Las acciones que conducen la mayor penalidad son la alteración (que supone la sustitución de la marca o
señal verdaderas por otra distinta), la supresión (implica la desaparición de la marca o señal, sin que se las
reemplace por otra) y la falsificación (importa la adulteración de la marca o señales verdaderas, o la creación
de una marca o señal falsas). Pero, la doctrina hizo notar la poca probabilidad de cometer el abigeato
mediante estas conductas, ya que no parece fácil imaginar la concurrencia de los actos de apoderamiento del
animal y, al mismo tiempo, proceder a la alteración, supresión o falsificación de su marca o señal, con lo que
devendría discutible la aplicación de la agravante.

3. Falsificación y utilización de certificados de adquisición, guías de tránsito, boletos de marca o señal,


o documentación equivalente: se trata de una hipótesis de mayor penalidad fundada en la mayor gravedad
del injusto al violarse dos bienes jurídicos: la propiedad del ganado y la fe pública que merecen los
documentos falsificados o usados en el proceso de transporte y comercialización del ganado.

Estas conductas deben cometerse para consumar el abigeato, ello implica que el autor de la falsificación no
necesariamente debe ser el autor del abigeato, ya que puede tratarse de un tercero ajeno a los actos de
apoderamiento. El autor del delito debe falsificar o utilizar ciertos y determinados documentos que son
material o ideológicamente falsos y que tienen relación con el proceso de comercialización o tránsito del
ganado.

El certificado de adquisición es un documento jurídico, otorgado entre las partes y autenticado por la
autoridad competente, mediante el cual se transfiere la propiedad del ganado; la guía de transito es un
documento expedido por la autoridad competente, que legitima y posibilita el tránsito del ganado; el boleto
de marca o señal es un documento por medio del cual se prueba la titularidad registral de la marca o señal
inscriptas en el registro respectivo; en cuanto a la documentación equivalente, se refiere a que la
enumeración legal no es taxativa, sino que admite la incorporación de cualquier otro instrumento, como por
ej. el documento para el tránsito de animales.

4. Participación en el hecho de personas dedicadas a la actividad agropecuaria: se trata de una figura


especial que exige una determinada condición o cualidad de la persona participante en el abigeato, como son
los que se dedican a la crianza, cuidado, faena, elaboración, comercialización o transporte de ganado o de
productos o subproductos de origen animal.

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La agravante comprende cualquier grado de participación en el abigeato, es decir, abarca tanto a quienes, en
sentido general, han tomado parte en la ejecución del hecho como a aquellos que han prestado una
contribución, cooperación o ayuda a éste.

5. Agravante por la calidad de funcionario público: el tipo se agrava cuando en el abigeato participare un
funcionario público que, violando los deberes a su cargo o abusando de sus funciones, facilitare directa o
indirectamente su comisión.

La agravante exige la concurrencia de varias condiciones: la participación de un sujeto que reúna la calidad
de funcionario público, que al momento de la realización del hecho delictivo se encuentre en el ejercicio de
su actividad funcional y que con su participación, haya facilitado de manera directa o indirecta la comisión
del hecho.

6. Pluralidad de participes: se trata de una agravante fundada en la pluralidad de personas participantes en


el hecho, y la mayor severidad en la sanción se justifica por las mayores posibilidades de consumación que
presenta el delito cuando es realizado por varias personas.

El tipo exige la participación en el hecho de tres o más personas, con prescindencia del grado de
participación que hayan tenido. La inimputabilidad de alguno de los participantes no excluye la agravante,
siempre que uno de ellos tenga capacidad de culpabilidad. Si en el abigeato interviniere un menor de 18
años, se aplica el art. 41 quater, que incrementa la escala penal del delito en un tercio del mínimo y del
máximo para los mayores que hubieren participado en él.

Robo Simple
El robo es un delito que responde típicamente a la estructura básica del hurto (el que se apoderare
ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena), y a cuya textura se agregan, como
modalidades comisivas, la fuerza en las cosas y la violencia física en las personas. Entonces, puede decirse
que el hurto es el género y el robo una especie, circunstancia que conduce a afirmar que no puede existir
robo si no concurren todos y cada uno de los elementos constitutivos del hurto. Entre ambas hipótesis se da
una hipótesis de concurso aparente de leyes.

El art. 164 establece: Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que se apoderare ilegítimamente
de una cosa mueble, total o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o con violencia física en las
personas, sea que la violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después
de cometido para procurar su impunidad.

La acción típica en el robo consiste en apoderarse ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente
ajena, con fuerza en las cosas o violencia física en las personas.

Fuerza en las cosas: la fuerza no se ejerce en la cosa sino “en razón de la cosa”. La fuerza es una energía
física, que puede ser humana o artificial, y que produce en la cosa un cambio, un daño o un movimiento. La
fuerza en las cosas sólo convierte el hurto en robo cuando se ejerce durante los actos de apoderamiento,
quedando excluida aquella que es desplegada después del apoderamiento para lograr la impunidad o para
obtener la cosa. La idea de fuerza requerida exige la coexistencia de una cosa que le “oponga resistencia”, es
decir, que la fuerza que transforma el hurto en robo es toda aquella necesaria para vencer materialmente la
resistencia del apoderamiento.
La fuerza debe ser destinada a modificar la normalidad del objeto o de las fuerzas destinadas a protegerlo.
La fuerza es utilizada para sustraer la cosa, debe realizarse antes o durante, porque si es utilizada después
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cometo hurto y, por ejemplo puede darse hurto en concurso real con daño (destruir, inutilizar, hacer
desaparecer, o cualquier modo de dañar).
La idea de fuerza no debe ser entendida en el sentido de aquella que se utiliza para trasladar o mover una
cosa de un lugar a otro, cualquiera sea su peso. Mover una cosa pesada no quiere decir necesariamente
fuerza.

Violencia física en las personas: la violencia consiste en el despliegue, por parte del ladrón, de una energía
física, animal, mecánica, fluida o química, real o simulada, que se ejerce sobre la persona (sobre el cuerpo
de la víctima, por ej. arrebato, golpes, empujón) o contra ella (dirigida hacia la persona, por ej. amenaza con
arma). El concepto abarca los medios hipnóticos y narcóticos. La violencia implica el desarrollo de una
actividad física “efectiva”, real, sobre la víctima. Puede recaer sobre cualquier persona, tanto la víctima
como un tercero.
La violencia puede tener lugar antes del robo (para facilitarlo), en el acto de cometer el robo (momento que
va desde el comienzo de los actos de ejecución hasta el final de la consumación) o después de cometido el
robo para procurar su impunidad. La violencia implica siempre un despliegue de energía para vencer
materialmente la resistencia opuesta al sujeto pasivo. Esta resistencia puede ser real, presunta o imaginada
como posible por el agente, circunstancia que demuestra que la energía desplegada por el autor no requiere
una determinada intensidad, sino que basta su relación con el apoderamiento, cualquiera que sea aquella, así
como tampoco requiere imprescindiblemente un contacto físico del cuerpo del agente con el de la víctima
(será robo el apoderamiento de la cartera arrebatada de un tirón).

Robos Calificados
Robo con homicidio:

El art. 165 establece: Se impondrá reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si con motivo u ocasión
del robo resultare un homicidio.

El robo con homicidio, que los clásicos denominaron latrocinio, que significa hurto o habito de hurtar o
defraudar a los otros en sus intereses.

El problema consiste en determinar el sentido y alcance de la agravante. Sobre esta cuestión se formularon
distintas opiniones, las cuales pueden ser agrupadas en tres corrientes:

1. Por un lado, están quienes entienden que dentro del art. 165 sólo caben conductas culposas y
preterintencionales.

2. Otro grupo de autores considera que el precepto abarca tanto los homicidios dolosos como los culposos.

3. Otros aceptan sólo el homicidio doloso no comprendido en el art. 80 inc. 7. El homicidio culposo tiene
solución a través de las reglas del concurso real de delitos.

Buompadre sostiene esta última postura, ya que cree que debe descartarse toda muerte causada de forma
accidental, ya que la ley dice que lo que “resulta” no es la muerte de una persona sino un “homicidio”,
entonces esto es, la muerte como producto de la acción ilegitima del hombre, es decir que queda fuera del
ámbito de aplicación del art. 165 el mero caso fortuito por cuanto no es la consecuencia de un obrar humano.

Este art. es compatible con el dolo de homicidio simple. El autor debía prever que de su accionar (violencia
física, disparo de arma, etc.) podía resultar un homicidio (dolo eventual). Si frente a esa previsión, el autor
continuó con su obrar ignorando la posible consecuencia, el homicidio resultante encaja en los límites de la
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agravante, por aplicación del dolo eventual. Los resultados culposos (por ej. el asaltante que huye y se le
escapa un disparo de consecuencias mortales) no quedan abarcados por la disposición. Puede ser doloso
siempre que no se de la estructura de para para por del art 80 inc 7. Pero no hay dolo directo de muerte sino
que esta se produce con motivo u ocasión de robo. Preterintencional si hubo dolo de robo y culpa en la
muerte. O culposo.

Diferencia con el homicidio criminis causa:

Las diferencias entre las figurar de los art. 165 y 80 inc. 7, sólo pueden establecerse desde un plano
subjetivo. En ambas hipótesis, el agente mata. Pero, si mata “para” robar, el hecho encuadra en la figura del
homicidio agravado por conexidad con otro delito; si, en cambio, “al robar” ha matado, la figura aplicable es
la del robo agravado del art. 165.

En la figura del robo agravado, la muerte, aunque previsible, representa un suceso que no ha estado
anticipadamente en los planes del autor. Se trata de una consecuencia eventual. El robo con homicidio es un
delito complejo, que exige la consumación de los dos hechos que lo componen (el apoderamiento violento y
la muerte). La participación criminal es posible y se rige por las reglas comunes. La tentativa, en cambio,
parece difícil de imaginar, ya que ocurrido el homicidio el tipo penal ya está consumado.

En la figura del art 80 inc 7 hay un dolo directo de muerte, el sujeto activo mata para, para, por. Tiene que
existir si o si otro delito, y tiene que haber una relación nexo causal entre ambos, con el dolo directo de
matar. Ese otro delito puede ser un robo que encuadrara en el tipo del 80 inc 7 si mato para, para, por. El art.
165 puede ser doloso siempre que no haya para, para, por.

Robo con lesiones:

El art. 166 establece: Se aplicará reclusión o prisión de cinco a quince años:


1. Si por las violencias ejercidas para realizar el robo, se causare alguna de las lesiones previstas en
los artículos 90 y 91.
2. Si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda.
Si el arma utilizada fuera de fuego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y
en su máximo.
Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de
ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a diez años de reclusión
o prisión.

Inc. 1: Si por las violencias ejercidas para realizar el robo, se causare alguna de las lesiones previstas
en los artículos 90 y 91.

Sólo las lesiones graves y las gravísimas califican el robo. Las lesiones leves del art 89 quedan absorbidas
por la violencia propia que importa la comisión del delito contra la propiedad. El tipo abarca tanto las
lesiones dolosas como culposas, incluso las preordenadas al robo y los resultados preterintencionales.
Producida la lesión, el delito queda consumado, aunque el robo haya quedado en grado de tentativa. Por lo
tanto, resulta inadmisible la tentativa del delito agravado.

Estructura preterintencional: dolo de robar con violencia física, culpa en las lesiones. Tiene que haber
siempre relación de causalidad entre el dolo al actuar con el resultado culposo luego obtenido.

La diferencia con las lesiones agravadas del art. 92 reside en el tipo subjetivo. En el delito contra la
integridad personal, el autor lesiona “para” preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito, asegurar sus
resultados o procurar impunidad, o “por” no haber logrado el fin propuesto (art. 80 inc. 7). En esta
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modalidad, el autor lesiona para consumar el robo (quiere la acción y el resultado); en el delito contra la
propiedad, el autor quiere el robo (la cosa), pero pueden no figurar en su previsión los resultados más
graves.

Robo con armas:

Inc. 2: si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda. si el arma utilizada fuera de
fuego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo. si se cometiere el
robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por
acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión.

Con respecto al fundamento de la agravante, la doctrina desarrolló una teoría subjetiva y otra objetiva. Para
la subjetiva, el fundamento está dado por el mayor poder intimidatorio que produce el empleo de un arma y
el mayor estado de indefensión que provoca en la víctima, sin que adquiera relevancia la capacidad
operativa-funcional del arma. La teoría objetiva, por el contrario, atiende al peligro concreto y real corrido
por la víctima, ante el empleo de un arma que aumenta el poder ofensivo del agente, circunstancia que
requiere la concurrencia de un instrumento funcionalmente operativo (arma apta para el disparo) y que se
encuentre cargada al momento del hecho o con posibilidades de ser cargada en tal momento. Para
Buompadre, las razones para intensificar la pena son, por un lado, el mayor poder intimidante del arma, y
por el otro, el peligro que constituye para el agraviado la utilización del arma por parte del agente.

Las armas pueden ser “armas propias” (especialmente destinadas al ataque o defensa, revolver, cuchillo) o
“armas impropias” (no estás destinados al ataque o defensa pero pueden cumplir esa función, dependiendo
de cómo se lo use, bate de béisbol, matafuegos). El hecho se agrava porque ha sido cometido con armas por
su efecto intimidatorio. Es necesario haber utilizado el arma para cometer el robo, usarla o exhibirla como
amenaza: lo que importa es que exista relación entre el uso del arma como medio violento o intimidatorio y
el apoderamiento como fin. El arma debe ser real.

Robo cometido con armas de fuego: arma de fuego es aquel instrumento que se emplea para atacar o
defenderse y que impulsa un proyectil por medio de un dispositivo que utiliza la fuerza expansiva de los
gases que produce la combustión rápida de la pólvora u otra sustancia semejante. Para aplicar la agravante
debe acreditarse que el arma de fuego tiene aptitud para el disparo y que estaba cargada al momento del
hecho. El último párrafo del art 166 determina que si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud
para el disparo no pudiera acreditarse o con un arma de utilería, la pena será de 3 a 10 años.

Robo en despoblado y en banda:

Inc. 2: en despoblado y en banda:

La agravante exige la concurrencia simultánea de ambas circunstancias: despoblado y en banda.

En despoblado: La razón del incremento en la penalidad se debe al mayor desamparo que tienen las
personas o las cosas en lugares que revelan una menor posibilidad de auxilio o socorro. La indefensión se
acentúa por la soledad del lugar

La noción de despoblado admite una concepción absoluta y otra relativa. La absoluta exige que el lugar
donde se cometió el delito esté fuera del radio poblado, esto es, fuera de los lugares habitados de las
ciudades, villas, pueblos, etc.; la relativa requiere que el lugar, fuera del radio poblado, impida que la
víctima pueda recibir el auxilio de otras personas. Despoblado es, entonces, un concepto relativo, que quiere
decir que el lugar de comisión del delito, además de estar fuera del radio poblado, debe revelar una carencia

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de posibilidades de asistencia o apoyo a la víctima o a las osas por parte de otras personas. Despoblado
equivale a lugar solitario.

En banda: A la situación de indefensión de la víctima o de la cosa, se une el mayor poder vulnerante de la


actuación de la banda.

Por banda debe entenderse el conjunto de tres o más individuos que integran una asociación criminal, con
objetivos preconcebidos para cometer toda clase de delitos en forma indeterminada. La mera pluralidad de
agentes no configura una banda, sino que tiene que ser una asociación ilícita, es decir, que sea una verdadera
organización delictiva.

El grupo de personas que constituye la banda, debe participar en los actos ejecutivos del robo para que
resulte aplicable la agravante. El robo tiene que haber sido cometido en banda.

Robo en despoblado:

El art. 167 establece: Se aplicará reclusión o prisión de tres a diez años:

1. Si se cometiere el robo en despoblado;


2. Si se cometiere en lugares poblados y en banda;
3. Si se perpetrare el robo con perforación o fractura de pared, cerco, techo o piso, puerta o ventana
de un lugar habitado o sus dependencias inmediatas;
4. Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 163.

Inc. 1: Si se cometiere el robo en despoblado: Ver art. 166 inc. 2.

Robo en lugar poblado y en banda:

Inc. 2: Si se cometiere en lugares poblados y en banda:

Se trata de un tipo complejo que exige, para su configuración, la concurrencia simultánea de las dos
circunstancias cualificantes: lugar poblado y en banda.

Lugar poblado: Es todo sitio dentro del radio urbano, comprensivo de ciudades, villas, pueblos, sus calles,
plazas y baldíos inmediatos, en los cuales la víctima o sus bienes pueden contar con el auxilio o el apoyo de
otras personas.

En banda: Ver art. 166 inc. 2.

Robo con perforación o fractura:

Inc. 3: Si se perpetrare el robo con perforación o fractura de pared, cerco, techo o piso, puerta o
ventana de un lugar habitado o sus dependencias inmediatas:

La fractura o efracción sólo califica el robo si se lo comete en un lugar habitado (es aquel que está destinado
o sirve de morada, permanente o transitoria, a una persona, aunque ésta esté ausente al momento de
producirse el robo) o en sus dependencias inmediatas (son aquellos espacios accesorios a la vivienda, como
el garaje, el patio, etc.). Esto es así por un doble motivo: por un lado, porque se trata de una exigencia
expresa del tipo, y por otro lado, porque el fundamento de la mayor penalidad no radica en la sola
destrucción de la cosa sino en la violación del derecho a la intimidad de la víctima, que se ve afectado por
los actos de fuerza provenientes del accionar del ladrón que vencen las defensas materiales predispuestas

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para su resguardo. Además, la fractura exige el quebrantamiento, corte, destrucción con daño de
características especiales (por ej. romper a hachazos una puerta).

El tipo objetivo exige la perforación o la fractura. Por perforación debe entenderse la acción de agujerear
una cosa, atravesándola totalmente, de lado a lado. Por fractura, la acción y efecto de romper o quebrar con
esfuerzo una cosa. En ambos casos, los actos de fuerza deben recaer sobre cosas u objetos que hayan sido
colocados o predispuestos como medios de defensa, cercamiento o protección. Los objetos sobre los que
debe recaer están expresamente mencionados: pared, cerca, techo, piso, puerta o ventana. La acción
destructora del ladrón puede producirse sobre la totalidad de estos elementos o sólo sobre alguna de sus
partes. Pero, la figura exige como acto consumativo, el apoderamiento de la cosa.

Robo agravado por circunstancias calificativas del hurto:

Inc. 4: Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 163:

Como lo que califica las circunstancias del art. 163 es el robo, será robo calificado el de quien, por ej.,
durante la noche inmovilizó al guía del ciego, para sorprenderlo al otro día, cuando sabe que acostumbraba a
contar su dinero y, allegándose calladamente a él, quitárselo.

O por ejemplo, utilizar llave falsa para entrar al lugar donde se encuentra el objeto de apoderamiento y allí
recurrir a las acciones que constituyen robo, como ejercer fuerza en una caja fuerte.

Agravante por la condición del sujeto pasivo:

El art. 167 bis establece: En los casos enunciados en el presente Capítulo, la pena se aumentará en un
tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito fuere miembro integrante de las
fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario.

Se trata de un delito especial impropio, que requiere para su realización que el agente ostente, al momento
del hecho, la condición de miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario. La
razón de la agravante no reside únicamente en la calidad del autor, sino en la circunstancia de que dicha
investidura facilita la perpetración del delito y dificulta las tareas de investigación.

Sujeto activo puede ser cualquier miembro integrante de la Policía Federal, policía provincial, Gendarmería
Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria, etc., cualquiera sea el grado, función o
actividad que desempeñe al momento del hecho.

El tipo exige que el autor haya ejecutado el delito, es decir, que lo haya cometido en calidad de autor o
coautor, no quedando alcanzado por la agravante los partícipes, instigadores y los encubridores, porque éstos
no ejecutan el hecho sino que sólo intervienen.

Extorsión
Los delitos de extorsión son los típicos delitos que se consuman con la cooperación artificiosa de la víctima;
son delitos complejos y plurifoensivos, porque ofenden un interés patrimonial y la libertad personal. En
estos delitos (a diferencia de los delitos como el hurto o el robo, en los que el desplazamiento de la cosa se
produce prácticamente sin la intervención de la acción de la víctima), el desplazamiento de la cosa objeto del
delito se produce por la actividad misma de la víctima, quien es la que entrega o pone la cosa a disposición
del autor, pero con su voluntad viciada por la coerción. Estos delitos suponen un ataque a la libertad de la

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persona, que no es un fin en sí mismo, sino un medio para atacar la propiedad ajena, que es el bien jurídico
prevalente.

Extorsión básica común:

El art. 168 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de cinco a diez años, el que con intimidación o
simulando autoridad pública o falsa orden de la misma, obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner
a su disposición o a la de un tercero, cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos.
Incurrirá en la misma pena el que por los mismos medios o con violencia, obligue a otro a suscribir o
destruir documentos de obligación o de crédito.

La acción típica consiste en obligar a otro, esto es, compeler, exigir, hacer cumplir una cosa o un mandato.

La intimidación, la simulación de autoridad pública o la simulación de falsa orden de autoridad pública son
los medios de que se vale el autor para compeler a la víctima y lograr, de esa manera, la prestación deseada.

 La intimidación, o amenaza, consiste en infundir temor en la víctima a través del anuncio o


advertencia de un mal, que recaerá sobre ella o un tercero, o sobre bienes que se estiman valiosos
para la persona. Esta intimidación tiene que ser idónea, es decir, que tenga la aptitud suficiente para
crear en la víctima ese estado de miedo que la obliga a realizar la prestación exigida por el autor.
Además, debe ser ilegítima. Lo característico de la intimidación es que coloca a la víctima ante un
dilema: se somete a las exigencias del autor o afronta el riesgo de que se produzca el daño
anunciado. Además, el daño amenazado tiene que ser futuro, no pasado, pero sí puede ser el anuncio
de abstenerse de hacer cesar el mal que actualmente sufre la víctima.
 La simulación de autoridad pública consiste en fingir o aparentar una calidad funcional que no se
posee. El temor de la víctima tiene su causa en el acto de autoridad que invoca el autor.
 En la simulación de falsa orden de autoridad pública el autor finge la existencia de una orden que
proviene de una autoridad pública, esta puede existir pero lo que debe ser falso es la orden.

Todo acto extorsivo presupone una víctima a quien se le impone una serie de actos que son realizados,
precisamente, por la influencia de aquella actitud compulsiva y que, según la ley, pueden consistir en
entregar (colocar o poner la cosa exigida en poder del agente), depositar (colocar la cosa en un lugar
determinado) y poner a disposición (colocar la cosa en condiciones tales que le permitan al autor disponer
materialmente de ella). Los objetos sobre los que recae la extorsión son las cosas (cosas muebles), el dinero
y los documentos que produzcan efectos jurídicos (cualquier manifestación de voluntad firmada, destinada a
servir de prueba).

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. Sujeto pasivo también puede ser
cualquier persona. Es un delito doloso, de dolo directo que se consuma con el perjuicio patrimonial causado
a la víctima. La tentativa es admisible.

Extorsión de documentos:

La figura está prevista en el art. 168 segundo párrafo: Incurrirá en la misma pena el que por los mismos
medios o con violencia, obligue a otro a suscribir o destruir documentos de obligación o de crédito.

La diferencia con el tipo básico reside en dos circunstancias: en el empleo de violencia como medio para
cometer el ilícito y en los actos exigidos a la víctima, esto es, la suscripción o la destrucción de documentos
de obligación o de crédito.

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Derecho Penal II – Cátedra 2

La violencia exigida es la violencia física. En esta hipótesis, el autor obliga a la víctima a suscribir o destruir
un documento de obligación o de crédito. Se suscribe un documento cuando se lo firma; se destruye cuando
se lo hace cesar en su existencia material, rompiéndolo, quemándolo, borrando sus partes esenciales, etc. el
documento de obligación o de crédito es aquel instrumento que representa el derecho de exigir la cosa que es
objeto de la obligación. Este puede ser público o privado y en ambos la destrucción o suscripción de ellos da
lugar a un concurso ideal de delitos entre la extorsión y la falsedad ideológica o la falsedad impropia. Si el
documento es en blanco, para algunos estamos frente a un delito consumado, para otros en cambio, se
trataría de una tentativa de extorsión documental.

Respecto del momento consumativo, si se trata de la acción de destruir un documento, el delito se consuma
cuando la destrucción se ha producido. Si se trata, en cambio, de la acción de suscribir un documento, la
consumación se realiza cuando el documento ha salido del poder del firmante, ya que sólo entonces surge el
peligro de vulneración del bien jurídico protegido. En ambos casos, la tentativa es posible.

Chantaje: extorsión mediante amenazas al honor o de violación de secretos:

El art. 169 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de tres a ocho años, el que, por amenaza de
imputaciones contra el honor o de violación de secretos, cometiere alguno de los hechos expresados en el
artículo precedente.

Los elementos de este delito son los mismos del art. 168 que es la extorsión. La diferencia con la figura
básica de extorsión reside sólo en el medio empleado por el autor: en este caso se emplean amenazas de
imputaciones contra el honor o de revelación de secretos. Carece de importancia que la imputación con la
que se amenaza sea verdadera o falsa, ya que en ambos casos puede lesionarse el honor de la víctima. La
amenaza puede asumir variadas formas: verbal o escrita, expresa o tácita, genérica o indeterminada,
encubierta, directa o indirecta, etc., y puede estar dirigida a lesionar el honor de la víctima o de un tercero.

En cuanto a la violación de secretos, hace referencia a algo que se mantiene dentro de una esfera reservada,
íntima u oculta del individuo que es lo que a la víctima le interesa preservar. La criminalidad de la conducta
radica en los efectos que el acto extorsivo importa: el temor del sujeto pasivo a que un aspecto de su vida
íntima adquiera notoriedad por la indebida divulgación. El secreto puede pertenecer a la víctima o a un
tercero. Pero, en todo caso, debe existir, es decir, debe tratarse de un hecho o circunstancia que se haya dado
en la realidad.

En la actualidad, la figura del chantaje prácticamente ha desaparecido como estructura autónoma de los
códigos modernos.

Secuestro extorsivo:

El art. 170 establece: Se impondrá reclusión o prisión de cinco (5) a quince (15) años, al que sustrajere,
retuviere u ocultare a una persona para sacar rescate. Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la
pena se elevará a ocho (8) años. La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión:

1. Si la víctima fuese una mujer embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad o un mayor de
setenta (70) años de edad.
2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o
conviviente; o de otro individuo a quien se deba respeto particular.
3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas.
4. Cuando la víctima sea una persona discapacitada; enferma; o que no pueda valerse por sí misma.

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5. Cuando el agente sea funcionario o empleado público; o pertenezca o haya pertenecido a alguna
fuerza de seguridad u organismo de inteligencia del Estado.
6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas.
La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión si del hecho resultare la
muerte de la persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.
La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causara intencionalmente la muerte de la persona
ofendida.
La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima
recupere la libertad, sin que tal resultado fuese la consecuencia del pago del precio de la libertad,
se reducirá de un tercio a la mitad.

El secuestro extorsivo es un delito pluriofensivo que se caracteriza por una ofensa al patrimonio a través de
un atentado a la libertad individual. Se trata de una figura de peligro para el derecho de propiedad, de
carácter permanente. Puede ser sujeto activo o pasivo cualquier persona.

La acción material del delito consiste en sustraer (quiere decir tanto apartar a la persona del sitio en donde se
hallaba como sacarla o separarla de la esfera de custodia en la que se encontraba), retener (significa
mantener a la persona fuera de esa esfera de custodia, la retención presupone la sustracción del sujeto por
parte de otra persona y su retención por parte de quien la ha recibido) u ocultar (significa esconder a la
víctima).

Subjetivamente, el precepto exige que el secuestro se materialice para sacar rescate, esto es, obtener un
precio (dinero u otra prestación económica) por la libertad del secuestrado. El tipo se satisface con la sola
finalidad del agente de lograr el recate esperado, aunque esté destinado a un tercero. El delito es compatible
sólo con el dolo directo, y se consuma con el secuestro de la persona, independientemente de que se logre o
no el recate. La tentativa resulta admisible.

Su diferencia con el secuestro simple y las coacciones:

La diferencia entre el secuestro y la privación de la libertad (141) reside en el fin de sacar rescate que se
exige en el secuestro. La conducta de quien priva ilegalmente de la libertad a otra persona, con el fin directo
de afectar la propiedad de la secuestrada, mediante la obtención de un pago por la liberación de aquella,
configura el delito tipificado en el art 170 del CP, por ser más específico que el tipo genérico del art 142 bis,
pues el primero contiene elementos especificadores de lesión predominante al bien jurídico de la propiedad,
aunque este perjuicio se logre por medio de vulnerar el bien jurídico de la libertad individual. Entre los
artículos 142 bis y 170 del Código Penal media una relación de especialidad, que está dada sobre todo por la
finalidad tenida en mira por el sujeto activo, la cual en los delitos contra la libertad personal resulta
impulsada por la voluntad de obligar a la víctima, a hacer o tolerar algo en contra de su voluntad, para
obtener un lucro o beneficio -como el cobrar por hacer menos gravosa la detención-, o hacer trabajar a la
persona en provecho del agente, que sea totalmente ajeno al propósito que, en cambio, es específico del
secuestro extorsivo prohibido por el art 170, cual es el de obtener rescate -precio o valor económico- por la
liberación del rehén, afectando así la propiedad de éste o de un tercero.

Articulo 170 Artículo 142 bis Articulo 130


Sujeto activo Común Común Común

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Sujeto pasivo Común Común Común


Conducta típica Sustraer, retener u Sustraer, retener u Sustraer o retener
ocultar ocultar
Medios Comisivos Fuerza, intimidación o
fraude
Ultrafinalidad Sacar rescate Obligar a la víctima o a Menoscabar su
un tercero a hacer, no integridad sexual
hacer o tolerar algo.
Consumación Cuando se realiza la Cuando se realiza la Cuando se realiza la
conducta típica conducta típica conducta típica
Bien jurídico Libertad ambulatoria, Libertad ambulatoria y Integridad sexual y
psíquica y el patrimonio libertad psíquica Libertad ambulatoria

En estos delitos no es necesario que se dé la ultrafinalidad para que se consume el delito, basta con que haya
realizado la conducta típica con ese fin. El logro de la ultrafinalidad es un agravante pero no un requisito del
tipo para la consumación del delito.

El art 142 bis y el 170 son artículos espejo (por la reforma del 2004), comparten las mismas agravantes y
atenuantes, lo único que cambia es la ultrafinalidad.

Sustraer (quiere decir tanto apartar a la persona del sitio en donde se hallaba como sacarla o separarla de la
esfera de custodia en la que se encontraba) sacar a alguien del lugar donde se encuentra, retener (significa
mantener a la persona fuera de esa esfera de custodia, la retención presupone la sustracción del sujeto por
parte de otra persona y su retención por parte de quien la ha recibido) mantener a la persona en un lugar en
donde no quiere estar, y ocultar (significa esconder a la víctima).

Sacar rescate: pedir una suma de dinero, objetos de valor, algo con valor económico.

Hacer, no hacer o tolerar: obligar a otro a realizar una conducta, se abstenga de hacer algo, o tolere algo,
cualquiera de estas debe ser en contra de su voluntad.

Se puede decir que el art 142 bis es género y el 130 es especie ya que de alguna forma el sujeto pasivo tolera
algo en contra de su voluntad.

Agravante:

“Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la pena se elevará a ocho (8) años”.

Cuando logra su propósito, es decir, el precio de la libertad del secuestro.

Reagravante:

Fueron incorporados por la Ley 25742:

“La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión:

1. Si la víctima fuese una mujer embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad o un mayor de
setenta (70) años de edad. (La razón de este agravante son las condiciones de mayor vulnerabilidad
de los sujetos pasivos).
2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o
conviviente; o de otro individuo a quien se deba respeto particular. (La razón de este agravante es
por el respeto que se le debe a determinadas personas).
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3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas. (La razón de este agravante es la sanción de
las lesiones producto de la retención, sustracción u ocultamiento, las lesiones leves son absorbidas
por la figura básica).
4. Cuando la víctima sea una persona discapacitada; enferma; o que no pueda valerse por sí misma.
(La razón de este agravante son las condiciones de mayor vulnerabilidad de los sujetos pasivos).
5. Cuando el agente sea funcionario o empleado público; o pertenezca o haya pertenecido a alguna
fuerza de seguridad u organismo de inteligencia del Estado. (En esta agravante encontramos sujetos
activos calificados, la razón es porque estos tienen ciertos elementos que generan mayor facilidad
para cometer la conducta típica).
6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas. (La razón de este agravante es la mayor
facilidad que tienen para conseguir el resultado).
La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión si del hecho resultare la
muerte de la persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor. (El agravante es claro ya
que se produce la muerte del sujeto pasivo. Estructura preterintencional, hay dolo en la conducta
típica y culpa en la muerte. Debe haber una relación de causalidad entre la sustracción, retención u
ocultamiento con la muerte).
La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causara intencionalmente la muerte de la persona
ofendida”. (Muerte dolosa).

Atenuante:

“La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la
libertad, sin que tal resultado fuese la consecuencia del pago del precio de la libertad, se reducirá de un
tercio a la mitad”.

Se trata de buscar una solución normativa para aquellos que tienen cierta intervención en el secuestro,
instándolos a prestar una colaboración activa en la liberación de la persona secuestrada. Con arreglo al texto
legal, sólo se beneficia a los partícipes en el delito, y ducho beneficio se encuentra condicionado a que las
personas delatadas tengan una responsabilidad mayor en el hecho que la del aportante de la información.

Pero, la reducción de la pena sólo tiene operatividad si la víctima ha recuperado su libertad como
consecuencia del accionar del arrepentido.

Sustracción de cadáveres:

El art. 171 establece: Sufrirá prisión de dos a seis años, el que substrajere un cadáver para hacerse pagar
su devolución.

La acción material del delito es sustraer, esto es, apoderarse, apropiarse, quitar, tomar el cadáver, etc. No es
indispensable que el agente conserve el cadáver de modo que pueda devolverlo, sino que igualmente incurre
en el delito quien lo sustrajo y se deshizo de él por cualquier motivo. El objeto de la sustracción tiene que ser
un cadáver, es decir, los restos de un cuerpo muerto que fue persona humana, quedando excluidas las
cenizas. Con respecto al feto, no parece que responde al concepto de cadáver exigido, pero sí tal vez si se
tratara de un feto de varios meses.

Sujeto activo como pasivo puede ser cualquier persona. Se trata de una figura especializada subjetivamente,
teniendo en cuenta que la disposición de manera expresa exige que la sustracción del cadáver lo sea para
hacerse pagar su devolución. Cualquiera otra finalidad que no sea la de obtener un precio en dinero u otro
valor de contenido patrimonial excluye el delito. Es compatible sólo con el dolo directo, se consuma con la

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mera sustracción del cadáver, siempre que el autor persiga el propósito de hacerse pagar por su devolución.
La tentativa resulta admisible.

En este caso la ultrafinalidad es constitutiva del tipo.

Bolilla 14

Estafas y otras defraudaciones


La defraudación es el género delictivo y la estafa la especie. Toda estafa es siempre una defraudación, pero
no toda defraudación es necesariamente una estafa. La nota común de ambas (porque es de la defraudación
en sí) es el perjuicio material o la lesión del patrimonio ajeno, ya que no puede haber estafa o abuso de
confianza, sin perjuicio patrimonial.

La defraudación no es un tipo delictivo sino una expresión genérica que abarca distintas clases de estructuras
típicas: la estafa y el abuso de confianza.

En la doctrina se discute si lo protegido por estos delitos es el patrimonio en su conjunto, concebido como
universitas iuris, o si, por el contrario, lo que se ven afectados son los elementos integrantes del patrimonio.
La doctrina mayoritaria se ha pronunciado a favor de la segunda postura. Para la consumación del delito de
estafa es suficiente con que la lesión se produzca en un concreto elemento del patrimonio.

Estafa y abuso de confianza. Criterios de distinción:

ESTAFA ABUSO DE CONFIANZA


Se caracteriza por un vicio inicial causado por el La entrega de la cosa se hace siempre a título
fraude del autor. traslativo de dominio, posesión o tenencia y casi
siempre para no ser restituida. Se confiere al sujeto
activo el poder de disposición de la cosa.
El dolo del autor es siempre anterior a la prestación El dolo es posterior, aparece luego de que las partes
patrimonial. han formulado el acuerdo inicial lícito.
La relación jurídica entre el autor y la víctima es Existe una relación situacional legítima por su
ilegítima, la confianza es lograda mediante fraude, origen, de verdadera confianza entre las partes. El
lo que determina la entrega de la cosa. abuso defraudatorio aparece con posterioridad, que
se puede manifestar con la retención de la cosa por
ej.
Como consecuencia del fraude, la relación jurídica Por no concurrir el fraude, el acto jurídico inicial no
inicial es siempre nula, por vicio del consentimiento. es nulo sino lícito.
La entrega de la cosa se hace siempre a título La entrega es siempre a título precario, sin otorgar
traslativo de dominio, posesión o tenencia y casi facultad de disposición alguna sobre ella,
siempre para no ser restituida. Se confiere al sujeto generalmente, con la obligación de entregar o
activo el poder de disposición de la cosa. devolver

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Estafa
El art. 172 establece: Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con
nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando
bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño.

La estafa es la acción de defraudar a otro mediante cualquier ardid o engaño, entonces, la acción material del
delito consiste en defraudar a otro, es decir, en emplear un fraude con una finalidad concreta y determinada:
lograr de un tercero una disposición patrimonial que se traduce en la obtención de un beneficio indebido
para el autor y en un perjuicio económico para la víctima o para un tercero. Entonces, la defraudación no es
más que la causa de un perjuicio patrimonial injusto y el fraude es el medio de que se vale el autor para
conseguir ese resultado. Defraudar es generar en otro un perjuicio patrimonial.

Los elementos que deben concurrir para la configuración de la estafa, son: a) una conducta engañosa, que
constituye el elemento central del delito; b) el error de otra persona, causado por el comportamiento
engañoso; c) una disposición patrimonial que tiene su causa en el error; y d) un perjuicio económico para el
sujeto pasivo o para un tercero, que es consecuencia del acto de disposición.

Los medios comisivos están a mero título de ejemplo enunciativo.

Estafa ardid o engaño error perjuicio patrimonial

El sujeto activo mediante el ardid o engaño hace que el sujeto pasivo incurra en error y por ende se produzca
el perjuicio patrimonial. Debe haber relación de causalidad entre los tres elementos. Se consuma con el
perjuicio patrimonial, no es necesario el beneficio del sujeto activo.

El sujeto pasivo defrauda mediante el ardid o engaño que hace incurrir al sujeto pasivo en error, el vicio de
la voluntad del sujeto pasivo en la estafa se ve por el error, que es el falso conocimiento o creencia sobre el
estado de una cosa.

a) El ardid y el engaño: son elementos intelectuales o inmateriales, cuya génesis se produce en la psiquis
del individuo. El ardid es un artificio empleado hábil y mañosamente para el logro de alguna cosa; el engaño
es la falta de verdad en lo que se dice, piensa o hace. El fraude debe ser siempre mentiroso, sea que se
manifieste como engaño o como ardid.

La estafa es un delito de doble voluntad, en donde uno engaña y otro es engañado, los dos accionan. Lo que
importa es que el medio empleado configure un medio engañoso y que ese medio engañoso haya causado
los resultados esperados por el autor. Si esta secuencia se ha logrado (ardid + error + disposición patrimonial
+ perjuicio), es porque el medio engañoso ha sido idóneo y efectivo. El engaño o ardid debe ser idóneo, para
eso hay que preguntarse si hay aptitud para engañar, por lo tanto hay que ver si el sujeto pasivo tomo los
recaudos necesarios dependiendo del negocio que se trate, pero aun así fue engañado, esto configuraría un
ardid o engaño idóneo, en cambio si el sujeto pasivo no tomo los recaudos necesarios o exigibles no se
configuraría el ardid o engaño y por ende no habría estafa. Pero, es necesario observas las circunstancias de
cada caso particular, comprendiendo la personalidad del sujeto pasivo.

En la estafa, el destinatario del engaño siempre debe ser una persona física. El derecho debe exigir un cierto
nivel de diligencia que le permita al sujeto descubrir el fraude, por lo tanto, no habrá falta de engaño
suficiente si con una diligencia adecuada el sujeto pasivo hubiera podido descubrir el ardid y la conducta
engañosa. El engaño puede recaer sobre hechos y sobre juicios de valor.

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La simple mentira: ésta puede ser medio de engaño, si la mentira ha engañado al sujeto y éste ha dispuesto
patrimonialmente en su perjuicio o en el de un tercero, como consecuencia del obrar mentiroso del autor,
entonces debemos concluir que la mentira ha configurado un medio engañoso y, por lo tanto, ha sido idónea
para perfeccionar la estafa.

Hay engaños socialmente aceptados que son aquellos hechos sobre los que, debido a las reglas de juego
social y cotidiano, todos admiten su existencia en el diario quehacer, pero a los que se les resta valor
defraudatorio, por la poca o nula relevancia que se les da (por ej. publicidades exageradas).

El silencio (estafa por omisión) es cuando existe el deber correlativo de no guardar silencio, o de manifestar
lo que se calla, por disposición de la ley, en virtud de una convención o de un hecho precedente atribuible al
propio agente. Implica una omisión determinante del error de quien debió saber la verdad.

El polizonaje, son casos de engaños implícitos, esto es, aquellos que derivan de una conducta del sujeto
activo que lleva asociada o implícita la idea de que se va a cumplir la contrapartida que en la situación dada
se espera. En estos supuestos, el autor hace creer o da a entender que cumplirá con la contraprestación dada,
sabiendo de antemano que no lo hará.

El timo del nazareno consiste en una maniobra realizada por quien finge ser el dueño de una empresa o
establecimiento para adquirir productos o mercancías a crédito y, como forma de pago, suscribe o entrega
documentos, sabiendo de antemano que no abonará la deuda, para así vender dicha mercadería a un precio
inferior al real y obtener, en forma rápida, dinero en efectivo.

La estafa de hospedaje es una intención defraudatoria inicial en no cumplir lo convenido o pactado con la
otra persona. Estamos ante lo que se conoce como engaños implícitos, ya que el agente hace creer o finge
que va a cumplir con la contraprestación esperada.

Los negocios jurídicos criminalizados, se lo denomina estafa contractual, se manifiestan como una conducta
engañosa dirigida a captar maliciosamente el consentimiento de la otra parte contratante para que ésta se
obligue a realizar una disposición patrimonial perjudicial para su patrimonio o el de un tercero.

b) El error: es el conocimiento falso sobre algo. Es el elemento nuclear de la estafa, ya que si la conducta
engañosa no suscita un error en la víctima, no es posible hablar de estafa. Es el nexo que une el ardid o el
engaño con el perjuicio patrimonial.

Sólo pueden padecer el error las personas que tengan el discernimiento necesario para realizar un juicio
crítico acerca de la verdad o falsedad de un hecho. Carecen de esta aptitud los incapaces (dementes,
inconscientes, etc.) porque, al no tener capacidad de discernimiento, no pueden ser engañados. El error debe
ser causado en el otro por el autor.

c) El acto de disposición: la dinámica de estafa requiere, para su perfección, que a consecuencia del engaño
y el consiguiente error del sujeto pasivo, derive un acto de disposición patrimonial (que es un acto positivo,
omisivo o de tolerancia que produce, en forma directa e inmediata, una disminución del patrimonio) lesivo
para la víctima o para un tercero. Este acto de disposición, debe ser la consecuencia del error padecido por la
víctima y la causa del perjuicio patrimonial.

La disposición de la cosa debe ser realizada por la misma persona engañada (víctima), pero no
necesariamente debe existir tal coincidencia entre el engañado y la persona que ha sufrido el perjuicio
(ofendido), ya que pueden ser personas distintas y esto es lo que se llama estafa en triangulo, que es un caso
en el que el sujeto engaña a otro para que éste le haga entrega de una cosa perteneciente a un tercero.

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d) El perjuicio patrimonial: es un elemento esencial del delito ya que sin él no existe defraudación. El
perjuicio es el daño, menoscabo o detrimento sufrido en el patrimonio de un tercero por obra del fraude del
autor. El perjuicio siempre debe ser patrimonial. Como delito patrimonial que es, la estafa es un delito de
daño efectivo y como tal requiere, para su consumación, la producción de un perjuicio económico cierto y
real, no meramente hipotético o de posible concreción.

Ahora, la compensación patrimonial, es decir, la pérdida de la cosa o su valor económico que se compensa
con un equivalente, elimina el perjuicio y, por lo tanto, el delito de estafa.

Casos no enunciados expresamente en el Código Penal:

La estafa procesal: en este caso quien padece el engaño es el juez con competencia para dictar la resolución
de la que deriva el perjuicio patrimonial para la parte contrario o un tercero. Configura un caso de
desdoblamiento entre la víctima del fraude y el ofendido por el delito, en el que la víctima es el juez y el
ofendido es la parte o el tercero sobre quien recaen las consecuencias económicamente perjudiciales del
fallo judicial. Se trata de un caso de estafa en triangulo.

El sujeto activo, en principio, es el demandante. Sujeto pasivo pueden ser, el demandado o un tercero.

Existe sólo cuando la parte se vale de elementos de prueba fraudulentos. No basta afirmar con decir mentiras
o falsedades en un escrito judicial, sino que se requiere de elementos que tengan aptitud para engañar al
juez.

Estafa de servicios o alimentos: conocida como “petardismo” o “gorronería”, consiste en el hecho de


consumir alimentos o bebidas en un restaurante, bar, café, etc., sin pagar la consumición, sabiendo de
antemano que no se abonará la deuda o con la intención de no hacerlo. Esto también se extendió a otras
situaciones, por ej. alojarse en hoteles con el propósito de no pagar o utilizar un transporte público con el
mismo fin. Es una estafa en la modalidad de apariencia de bienes.

Casos previstos en el art. 172:

El artículo realiza una enumeración meramente ejemplificativa de la cual se puede clasificar a la estafa en:

 Nombre supuesto: es el nombre fingido, el que no es el propio del autor, es decir, aquella simulación
relativa a la identidad de la persona. Puede ser un nombre falso (que no exista o que sea imaginario)
o verdadera (de otra persona). Puede tratarse de nombre de pila, de un seudónimo o del apellido.
 Calidad simulada: la calidad es la condición o conjunto de condiciones que distinguen a una persona,
sea en cuanto a su estado, situación personal o familiar, condiciones jurídicas o sociales, etc. Por ej.
simular el estado civil, la nacionalidad, etc.
 Falsos títulos: el título es una calidad que habilita para determinadas funciones y que contiene ciertos
honores. Comprende el título profesional, concesiones (monja, sacerdote, etc.) y los títulos de
nobleza. En este caso, el autor se otorga un título o capacidad profesional que no posee.
 Apariencia de comisión: hace referencia a un mandato, encargo o representación, que el autor da a un
tercero. La apariencia abarca tanto la simulación del encargo como aquella comisión que, si bien es
real, aparece con un significado distinto o de mayor entidad que el verdadero.
 Influencia mentida: es una influencia inexistente, que se hace creer a la víctima para defraudarla.
 Abuso de confianza: la confianza es la seguridad que se tiene en una persona con respecto a la cual
se omiten los cuidados o precauciones habituales. Se trata de una confianza que pudo haber sido
creada por el autor o simplemente aprovechada la ya existente para perfeccionar el delito.

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Supone aprovechar una relación de cercanía de los sujetos que implica que el sujeto pasivo no tome
ciertos recaudos, hay un aprovechamiento por parte del sujeto activo de los menores recaudos que
toma el sujeto pasivo para con el porque le tiene confianza.
 Apariencia de bienes, crédito, empresa o negociación: exige que la conducta tenga cierta entidad
objetiva, es decir, que vaya acompañada de ciertos hechos exteriores o maniobras engañosas que
conduzcan al error o al juicio equivocado del destinatario del engaño.

La estafa es un delito doloso, de dolo directo. Es un delito material y de resultado, requiriendo para su
consumación la producción de un perjuicio en el patrimonio de la víctima o de un tercero.

Abusos de confianza:

La confianza es la fe, la seguridad que se tiene en otra persona. Abuso de confianza consiste en que el autor
se aproveche dolosamente de esa fe que la víctima depositó en él, para conseguir una disposición
patrimonial de ella.

La confianza no debe ser entendida en sentido personal, sino como consecuencia de las relaciones jurídicas
que imponen a una de las partes confiar en que la otra cumplirá con la obligación pactada y por eso se omite
tomar recaudos especiales.

El abuso de confianza como una especie de defraudación, es una defraudación que se monta sobre una
relación jurídica licita que ya existía.

La diferencia con el abuso de confianza mencionado en el art 172 como estafa es que en la estafa la relación
jurídica nace siendo ilícita, el sujeto activo traba esa relación ya con el fin de estafar, genera confianza con
el sujeto pasivo ya con el fin de defraudarlo. En cambio en el abuso de confianza como especie de
defraudación la relación es lícita, solo que en algún momento de esa relación el sujeto activo comete la
defraudación. Por ejemplo un sujeto activo que maneje una parte del patrimonio del sujeto pasivo, hay
confianza entre las partes y el sujeto activo tiene una obligación con el sujeto pasivo, solo que en un
momento de la relación y sin haberlo planeado antes de comenzar la misma, el sujeto activo viola esa
obligación y comete la defraudación y el perjuicio patrimonial del sujeto pasivo.

Las figuras de abuso de confianza están en el artículo 173 incisos 2, 4, 7 y 11. Y al no existir un tipo general
básico, si no están expresamente previstos no serán delito.

2. Casos especiales de estafa

El art. 173 establece: Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se considerarán casos
especiales de defraudación y sufrirán la pena que él establece:

1. El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue en virtud
de contrato o de un título obligatorio;
2. El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos
o cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título
que produzca obligación de entregar o devolver;
3. El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento;
4. El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella algún
documento en perjuicio del mismo que la dio o de tercero;
5. El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder, con
perjuicio del mismo o de tercero;

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6. El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos;


7. El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el
manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de
procurar para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes
perjudicare los intereses confiados u obligare abusivamente al titular de éstos;
8. El que cometiere defraudación, substituyendo, ocultando o mutilando algún proceso, expediente,
documento u otro papel importante;
9. El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren embargados o
gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos;
10. El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros empleados públicos;
11. El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las
condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier acto jurídico
relativo al mismo bien, aunque no importe enajenación, sea removiéndolo, reteniéndolo, ocultándolo
o dañándolo, siempre que el derecho o la obligación hubieran sido acordados a otro por un precio o
como garantía;
12. El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un contrado de
leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y de
esta manera defraudare los derechos de los cocontratantes;
13. El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo ejecutara en
perjuicio del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente
omitiera cumplimentar los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento
especial;
14. El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera consignar en el
título los pagos recibidos.
15. El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando la misma
hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor
mediante ardid o engaño, o mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo hiciere por medio
de una operación automática.
16. El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que altere el
normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos.

• Fraudes en la entrega de cosas:

Inc. 1: El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue en
virtud de contrato o de un título obligatorio:

La acción típica consiste en defraudar a otro en la entrega de una cosa en virtud de un contrato o un título
obligatorio. Exige que la víctima abone un precio por una cosa en la creencia (error) de que lo que adquiere
responde a las verdaderas características que el autor pregona respecto de esa cosa (engaño). La figura
supone siempre un autor que se encuentra obligado a dar y entrega una cosa inferior en sustancia (naturaleza
o esencia), calidad (que es mejor o peor) o cantidad (número, peso o medida) respecto de la que debió
entregar.

Debe tratarse de un negocio jurídico válido, que obligue a entregar la cosa, y de carácter oneroso, ya que si
fuera gratuito quedaría excluido del delito por ausencia de perjuicio patrimonial.

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La cosa sobre la que recae el delito puede ser mueble o inmueble. Se trata de un delito doloso, de dolo
directo, que se consuma con la entrega de la cosa y el pago del precio, siempre que dicha entrega haya
causado un perjuicio económico cierto y determinable en el patrimonio del sujeto pasivo. La tentativa es
admisible.

• Defraudación haciendo suscribir un documento:

Inc. 3: El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento:

Consiste en defraudar a otro, mediante engaño, algún documento, es decir, en causarle un daño real, de
naturaleza patrimonial. El tipo requiere una conducta engañosa que induce a otra persona a suscribir (firmar)
un documento, de lo cual deriva un perjuicio patrimonial para el sujeto pasivo.

Debe darse una relación causal entre la conducta del sujeto activo (que debe emplear engaño) y el perjuicio
provocado a la víctima (que es quien suscribe el documento).

El objeto del delito es un documento, que puede ser de cualquier naturaleza, pública o privada, que pueda
producir efectos jurídicos. Se trata de un delito doloso, admitiendo sólo el dolo directo. Se consuma con el
perjuicio para el patrimonio del sujeto pasivo. La tentativa es admisible.

• Hurto impropio:

Inc 5: El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder, con
perjuicio del mismo o de tercero:

El delito consiste en sustraer una cosa mueble propia que se encuentra legítimamente en poder de un tercero.
No es un hurto porque la cosa es propiedad de quien la realiza; ni configura un tipo de estafa porque faltan el
engaño, el error y el acto de disposición patrimonial del sujeto pasivo. En realidad, como dice Nuñez, es una
especie de defraudación, ya que el propietario de la cosa, al sustraerla del poder de su tenedor, frustra la
efectividad de la seguridad o garantía que éste espera en la tenencia de la cosa.

Es necesario que la cosa sea tenida por un tercero de manera legítima y el propietario sea el autor de la
sustracción. Por lo tanto, no configura el delito la sustracción de la cosa a quien la detenga ilegítimamente o
quien ejerce una retención sin derecho, acá sería hurto o robo.

Sujeto activo el del dueño de la cosa (delito especial propio). Sujeto pasivo es quien tiene legítimamente en
su poder la cosa sustraída. El objeto del delito es una cosa mueble, en el sentido de cosa susceptible de ser
trasladada de un lugar a otro. Es un delito doloso, de dolo directo, y se consuma con el perjuicio efectivo en
el patrimonio del sujeto pasivo. El perjuicio se determina por el desapoderamiento de la cosa del poder del
legítimo tenedor al del autor. El delito es de daño efectivo, por lo tanto resulta admisible la tentativa.

• Defraudación mediante contrato simulado o falso recibo:

Inc. 6: El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos:

El delito consiste en otorgar un contrato simulado o un falso recibo, en perjuicio de otro. Se trata de un caso
de codelincuencia, en el que dos personas fingen un acto (el contrato o el recibo) para perjudicar a otra.

Un contrato es simulado cuando aparenta un acto jurídico que no es real o no es el verdadero. El recibo es
falso cuando contiene una constancia de la entrega de algo que no responde a la realidad. La falsedad puede
tener relación con cosas o personas.

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El acto simulado sólo tiene relevancia penal cuando defrauda a otra persona, esto es, cuando la perjudica en
su patrimonio.

Sólo resulta admisible el dolo directo, y se consuma con la producción del perjuicio. El momento
consumativo coincide con el otorgamiento del contrato o falso recibo, siempre y cuando éstos tengan
carácter dispositivo (por ej. la entrega del recibo liberador de una deuda). Si sólo crean una obligación, la
consumación requiere el uso exitoso de ellos. La tentativa es admisible.

• Defraudación por supresión de documentos:

Inc. 8: El que cometiere defraudación, substituyendo, ocultando o mutilando algún proceso,


expediente, documento u otro papel importante:

El delito consiste en defraudar a otro mediante la sustitución, ocultación o mutilación de un proceso,


expediente, documento u otro papel importante.

La dinámica del tipo permite que pueda cometerse por acción o por omisión. Se estará ante una omisión
impropia cuando la conducta defraudatoria se concrete mediante el ocultamiento.

Sustituye el que cambia o reemplaza una cosa por otra de distinto significado; oculta el que esconde o hace
desaparecer; y mutila el que quita, arranca, separa, altera o destruye, total o parcialmente, esa cosa. En todos
los casos debe tratarse de un elemento de valor probatorio y con significado patrimonial.

El delito requiere sólo dolo directo. Se consuma con la producción del perjuicio que deriva de las conductas
típicas lesivas para la propiedad ajena. El delito es material, de resultado y admite la tentativa.

• Estelionato:

Inc. 9: El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren embargados
o gravados; y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos:

El delito puede cometerse de dos maneras posibles: vendiendo o gravando como bienes libres los que fueren
litigiosos o estuvieran gravados o embargados; y vendiendo, gravando o arrendando como propios bienes
ajenos. El engaño en esta forma de estafa reside en invocar una condición relativa al bien que no la posee
(como “libre” o como “propio”).

La venta se realiza cuando una de las partes se obligue a transferir a la otra la propiedad de una cosa, y ésta
se obligue a recibirla y a pagar por ella un precio cierto en dinero. La mera promesa de venta no da lugar al
delito. El gravamen es la constitución de un derecho real de garantía sobre un bien, al cual afecta (hipoteca,
prenda, anticresis). Debe ser válido, estar constituido y no haber caducado antes de la venta o gravamen
sobre el bien. El arriendo se da cuando una persona se obliga a conceder el uso o goce de un bien por un
precio determinado en dinero.

El bien puede ser mueble o inmueble. Es litigioso cuando está sometido a una contienda judicial. Está
embargado cuando se encuentra afectado al pago de un crédito. El bien está gravado cuando pesa sobre él un
derecho real de garantía. Es ajeno cuando no pertenece, total o parcialmente, al autor.

El perjuicio defraudatorio se concreta en el momento en que el sujeto pasivo efectúa su prestación: si se trata
de venta, en el momento del pago del precio o de la transferencia de la cosa; en el caso de arriendo, cuando
se paga el precio pactado; y en el caso de gravamen, cuando se realizó la prestación patrimonial que aquél
aseguraba.

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Es un delito doloso, de dolo directo, y por tratarse de un delito de resultado material, se perfecciona con el
perjuicio patrimonial para la propiedad ajena; coincide el momento consumativo con la recepción de la
prestación por parte del autor, que le causa un perjuicio patrimonial al sujeto pasivo. La tentativa resulta
admisible.

• Defraudación con pretexto de supuesta remuneración:

Inc 10: 1El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros empleados
públicos:

La acción se trata de una estafa que consiste en defraudar a otro. El engaño aparece en el momento en que el
autor alega fingidamente que debe efectuar una remuneración al juez o al empleado público para obtener el
acto esperado. Así, el agente logra una prestación económicamente perjudicial para la víctima.

La remuneración es el pago, recompensa, retribución de carácter patrimonial que el autor promete, puede
tratarse de dinero o de otros bienes apreciables económicamente. Pero ésta debe ser fingida, ya que si la
remuneración se realiza, ya no hay estafa pero hay cohecho.

Sujeto activo del delito puede ser cualquiera, incluso un funcionario público. Sujeto pasivo también puede
ser cualquiera. Los destinatarios de la supuesta remuneración deben ser un juez o un empleado público.

Se trata de un delito doloso, que se consuma con la producción de un perjuicio patrimonial, que se concreta
con el acto de entrega de la remuneración al autor por parte del sujeto pasivo. Por tratarse de un delito de
resultado material, la tentativa es posible.

• Defraudación mediante fideicomisos, fondos comunes de inversión o contrato de leasing


(Defraudación de derechos de cocontratantes)

Inc. 12: El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un


contrato de leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los
bienes y de esta manera defraudare los derechos de los cocontratantes; Incorporado por ley 24.441.

Los sujetos activos del delito sólo pueden ser el titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de
inversión y el dador de un contrato de leasing. Sujetos pasivos son, consecuentemente, el fiduciante, el
beneficiario; los inversionistas de un fondo común de inversión y el tomador de un contrato de leasing.

a) El delito del titular fiduciario: se exige como presupuesto la existencia de un contrato de fideicomiso. Hay
fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmite la propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra
(fiduciario), quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato (beneficiario), y a
transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario.

Autor del delito es el titular fiduciario, que es la persona que recibe los bienes fideicomitidos. Es el titular
del patrimonio fideicomitido durante toda la vigencia del contrato. Tiene a su cargo la administración de
estos bienes u puede disponer de ellos o gravarlos, aún sin consentimiento del fiduciante o del beneficiario;
pero toda operación financiera o económica que realice no puede resultar perjudicial para los derechos de los
contratantes.

La materialidad del delito consiste en “disponer” (vender, ceder, donar) “gravar” (someter el bien a un
embargo, prenda, hipoteca) o “perjudicar” (dañar, ocultar, hacer desaparecer) los bienes recibidos en
fideicomiso. Los bienes pueden muebles o inmuebles.

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El tipo requiere que el titular fiduciario obre en provecho propio o de un tercero, el beneficio es económico.
Hay dolo directo y se consuma con el perjuicio patrimonial de los contratantes.

b) El delito del administrador del fondo común de inversión: los fondos comunes de inversión están
regulados por la ley 24.083, que considera FCI el patrimonio integrado por valores mobiliarios con oferta
pública, metales preciosos, divisas, derechos y obligaciones derivadas de operación de futuro y opciones
instrumentos emitidos por entidades financieras autorizadas por el BCRA, y dinero, pertenencias a diversas
personas a las cuales se les reconocen derechos de copropiedad representados por cuotas partes caratulares o
escriturales. Estos fondos no crean sociedades y no tienen personería jurídica.

El sujeto activo es el administrador del FCI que es la persona que tiene a su cargo la administración y
representación de la sociedad, en virtud de una obligación contractual.

Los sujetos pasivos son los beneficiarios o copropietarios. LA conducta prohibida por el tipo es la misma
que para el delito del titular fiduciario.

c) El delito del dador de un contrato de leasing: la palabra “leasing” viene de arrendar, alquilar, dar o tomar
en arriendo. El leasing es un contrato de locación de cosas al que se agrega una opción de compra a ejercer
por el tomador. Si el tomador decide comprar el bien, los montos pagados periódicamente serán descontados
del precio total del mismo. Éste es el leasing financiero.

Los sujetos activos pueden ser, una entidad financiera (bancos de inversión, compañías financieras y bancos
comerciales) o una sociedad que tenga por objeto la realización de este tipo de contratos. El sujeto pasivo es
el tomador del contrato. El objeto del delito son las cosas muebles individualizadas compradas
especialmente por el dador a un tercero o inmuebles del dador.

• Defraudación por ejecución indebida de inmueble:

Inc. 13: El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo ejecutara
en perjuicio del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente
omitiera cumplimentar los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento
especial;

El autor del delito es alguien está autorizados a ejecutar extrajudicialmente el inmueble, o sea, un acreedor
hipotecario. El sujeto pasivo es el deudor de la obligación hipotecaria.

Esta disposición contempla dos tipos delictivos, uno activo y otro omisivo: que el autor ejecute el inmueble
a sabiendas de que el deudor no se encuentra en mora; que el autor ejecute el inmueble, omitiendo
maliciosamente cumplir los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial.

a) Ejecución perjudicial de hipoteca: el delito consiste en ejecutar extrajudicialmente un inmueble, afectado


a garantía hipotecaria, a sabiendas de que el deudor no se encuentra en mora con respecto al pago de su
obligación. El procedimiento extrajudicial tiende a que el deudor satisfaga la prestación o se someta al
riesgo de la venta forzosa del bien. La norma requiere que un deudor esté en mora, no hubo satisfacción a
tiempo de la prestación. El tipo penal exige que el autor obre sabiendo que el deudor no está en mora con sus
obligaciones. Por lo tanto, sólo hay dolo directo.

b) Omisión de recaudos legales: el delito consiste en que el autor ejecute el inmueble, omitiendo
maliciosamente cumplir los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial.

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Los recaudos que debe cumplir este acreedor hipotecario son los determinados en los arts. 57 a 59 de la ley
24.441:

La “verificación” del inmueble, la constatación notarial de su estado físico y ocupacional / la venta debe ser
“extrajudicial”, en remate público, no en forma privada / la “publicidad” de la subasta / las “condiciones de
venta” del bien a subastar / la “notificación” fehaciente al deudor de la fecha de la subasta, en los términos
del art 59.

Se trata de un delito de simple omisión, que se consuma con el incumplimiento de los recaudos exigidos por
la ley para la realización de la subasta. El tipo exige que se obre maliciosamente, que haya mala fe en el
accionar dirigido a perjudicar económicamente al deudor u obtener algún provecho patrimonial injusto.

• Defraudación en el cobro de letras hipotecarias:

Inc. 14: El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera consignar
en el título los pagos recibidos:

Las letras hipotecarias son títulos valores garantizados con una hipoteca en primer grado. Estas letras tienen
cupones para instrumentar las cuotas de capital o intereses. Quien haga el pago tendrá derecho a que le
entregue el cupón o a que los pagos parciales se anoten en el cuerpo de la letra (que se consignen).

El delito consiste en omitir consignar en el título de los pagos recibidos.

El sujeto activo es el tenedor de la letra. Sujeto pasivo es el deudor de la obligación. Es un delito de dolo
directo. Es un delito de omisión propia, ésta omisión causa un perjuicio patrimonial en el deudor
hipotecario.

• Defraudación mediante tarjeta de compra, de débito o crédito:

Inc. 15: El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando la
misma hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor
mediante ardid o engaño, o mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo hiciere por medio
de una operación automática:

En estos casos no hay una persona que engaña y otra que es engañada, sino que este tipo penal se da entre
una persona y una máquina. Será suficiente para la tipicidad de la estafa, que el autor utilice una tarjeta
magnética con las características requeridas por el texto legal, para obtener un beneficio patrimonial
indebido, en detrimento de la propiedad ajena. En algunos casos se usará la tarjeta para engañar o inducir a
error a otra persona, pero en muchas otras situaciones el engaño recaerá sobre una máquina automática, que
es la que producirá el desplazamiento de la cosa al poder del autor.

La acción típica es defraudar para tipos legales distintos. Uno es el defraudar mediante el uso de una tarjeta
de compra, crédito o débito, cuando ella hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida, u
obtenida del legítimo emisor mediante ardid o engaño. El otro, defraudar mediante el uso no autorizado de
los datos contenidos en la tarjeta.

Este supuesto consiste en una estafa en el que el uso ilegítimo de una tarjeta magnética representa el engaño
típico del procedimiento defraudatorio.

Tarjeta de crédito es un documento por medio del cual el titular obtiene bienes o servicios sin necesidad de
realizar el pago en forma inmediata.

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Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo, puede ser el titular de la tarjeta, que es el portador
del interés perjudicado por el delito. El proveedor o comerciante adherido al sistema de tarjetas de crédito
puede resultar damnificado por el delito.

El delito es doloso. Tratándose de un delito de resultado material, la consumación coincide con el perjuicio
patrimonial. La tentativa es admisible.

Se pueden dar diversas formas:

1. Uso de una tarjeta verdadera para defraudar.


2. Uso de una tarjeta verdadera obtenida mediante ardid o engaño.
3. Uso de una tarjeta falsificada o adulterada para defraudar.
4. Uso de una tarjeta hurtada o robada para defraudar.
5. Uso de una tarjeta perdida para defraudar.
6. Uso de una tarjeta verdadera por su titular una vez agotado el crédito concedido.
7. Uso de una tarjeta verdadera por parte de un tercero autorizado una vez agotado el crédito concedido.
8. Uso de una tarjeta verdadera cancelada o caducada.
9. Uso de una tarjeta verdadera por persona no autorizada.
10. Uso de una tarjeta codificada o instrumento similar provisto de banda magnética, para obtener
distintos servicios (telefónico, de una fotocopiadora, de una gasolinera, etc.)
11. Uso de los datos contenidos en una tarjeta magnética.

• Defraudación por medios informáticos:

Inc. 16: El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que altere
el normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos:

Se trata de una figura especializada por el medio empleado. La acción típica consiste en defraudar a otro,
esto es, causar un perjuicio de contenido patrimonial. La diferencia con la estafa tradicional reside en que el
engaño y el error son reemplazados por el empleo de cualquier técnica de manipulación informática. Como
no resulta posible engañar a una máquina, la defraudación se produce por la sola circunstancia de usar el
sujeto activo una técnica de manipulación informática en perjuicio de un tercero.

El tipo exige, como medio comisivo, el empleo de una técnica de manipulación informática, esto es,
cualquier modificación del resultado de un proceso automatizado de datos, sea que se produzca a través de la
introducción de nuevos datos o de la alteración de los existentes en el computador, en cualquiera de las fases
de su procesamiento o tratamiento informático.

Se trata de un tipo penal de titularidad indiferenciada. Cualquier persona puede ser sujeto activo del delito,
mientras que sujeto pasivo es el titular del patrimonio perjudicado por la acción delictiva.

Al tratarse de una estafa, es necesario el perjuicio patrimonial del patrimonio del sujeto pasivo, lo cual se
dará cuando se vea privado de un elemento integrante de su patrimonio por obra de la acción delictiva, cuya
disminución resulta evaluable económicamente.

Es un caso de estafa impropia, en la que el engaño y el error son reemplazados por la maniobra informática,
y la disposición patrimonial perjudicial será, en algunos casos, realizada por una persona física y en otros
casos por la propia máquina (por ej. transferencia de fondos de una cuenta a otra, directamente realizada por
el sistema informático, sin la intervención de una persona física.

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Se trata de un delito doloso, que admite únicamente el dolo directo, y se consuma con el perjuicio
patrimonial que resulta de la maniobra informática.

3. Casos especiales de abuzo de confianza

• Retención indebida:

Inc. 2: El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero,
efectos o cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro
título que produzca obligación de entregar o devolver:

El delito se estructura sobre dos acciones típicas: negarse a restituir o no restituir a su debido tiempo; si el
tiempo o fecha de la devolución han sido pactados, ese momento marca el tiempo oportuno para la
devolución, en cambio, si nada se ha convenido sobre el particular, debe establecerse el tiempo oportuno, es
decir, debe constituirse en mora al obligado para que su omisión sea penalmente típica. Vencido el plazo
acordado sin que se haya producido la restitución de la cosa, el delito se ha consumado.

Con arreglo a la teoría de la apropiación, la materialidad del delito reside en la apropiación de la cosa, como
si ésta fuese propia. Apropiarse de una cosa, es establecer sobre ella relaciones equivalentes a las del
propietario, sin la intención de devolverla. Contrariamente, la teoría de la no restitución, concibe al delito
como una omisión, que se verifica en la negativa a restituir o en la no restitución a su debido tiempo.

El delito es un tipo de defraudación, que exige como presupuesto la existencia de una relación, jurídica o de
hecho, entre el autor de la retención y el titular de la cosa. Esta relación se pone de manifiesto con la
existencia de un título que produce la obligación de entregar o devolver la cosa. Pero para que pueda
cometerse el delito, el autor debe haber recibido la cosa de otra persona.

Los objetos del delito, son las cosas muebles, el dinero y los efectos. Sujeto activo sólo puede ser quien
recibió la cosa mueble ajena. Sujeto pasivo sólo puede ser el propietario de la cosa indebidamente retenida.
Se trata de un tipo doloso, de dolo directo. Se consuma al producirse el perjuicio ajeno, sea en el patrimonio
de la víctima o de un tercero. El daño debe ser efectivo y de contenido patrimonial. La tentativa no es
admisible.

• Abuso de firma en blanco:

Inc 4: El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella algún
documento en perjuicio del mismo que la dio o de tercero:

Es una estafa que se lleva a cabo a través del abuso de una firma que ha sido otorgada en blanco. Por lo
tanto, a acción típica es una conducta defraudatoria abusiva. El abuso implica el uso indebido del mandato
dado por el otorgante para extender sobre el documento un texto escrito según sus propias instrucciones. Si
el autor excede este marco, escribiendo sobre el papel un texto distinto en perjuicio del otorgante, el abuso
es delictivo.

El documento debe haberse entregado voluntariamente para extender sobre él la escritura. Quedan excluidos
los documentos nulos, porque carecen de efectos patrimoniales.

Es un delito doloso, de dolo directo. El momento consumativo debe coincidir con el momento del perjuicio
patrimonial efectivo y real producido en la propiedad del firmante o de un tercero.

• Administración fraudulenta:

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Inc. 7: El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el
manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de
procurar para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes
perjudicare los intereses confiados u obligare abusivamente al titular de éstos:

El precepto legal describe las clases de acciones punibles, denominadas “tipo de abuso” y “tipo de
infidelidad”.

Ambas modalidades requieren que el autor haya violado los deberes de fidelidad:

El abuso defraudatorio exige que el autor se exceda, se extralimite, en el ejercicio del cargo encomendado.
El tipo de abuso implica siempre una actuación en el marco de un negocio jurídico o acto jurídico. El autor
obra violando sus deberes, es decir, apartándose intencionalmente de ellos para obtener un lucro indebido o
para causar daño.

El deber de fidelidad constituye una obligación que se manifiesta en el marco de la relación interna entre
quien tiene a su cargo la tutela de los bienes ajenos y el titular del patrimonio. Para la acción que quebranta
la fidelidad es suficiente que el autor haya asumido el deber de cuidado de lo ajeno. La acción de
quebrantamiento de la fidelidad se define por perjudicar, que significa provocar un deterioro patrimonial en
los bienes o intereses pecuniarios manejados, administrados o cuidados, por el sujeto activo.

En el delito sujeto activo sólo puede ser la persona a quien se le ha conferido el manejo, la administración o
el cuidado de bienes e intereses pecuniarios ajenos, sea por disposición de la ley, de la autoridad o por un
acto jurídico. La administración implica el gobierno y dirección de la totalidad del patrimonio ajeno. El
manejo denota la idea de gestión particularizada, reducida a uno o más negocios individuales. El cuidado
implica la conservación, guarda o protección de los intereses ajenos.

Sujeto pasivo es el titular del patrimonio cuya administración tiene a su cargo el autor. El tipo penal requiere
la causación de un perjuicio a los intereses patrimoniales confiados, que debe ser real, concreto y efectivo y
de contenido económico.

Se trata de un delito doloso, que admite sólo el dolo directo, exigiendo que el agente actúe con fin de lucro
(reside en el propósito de lograr una ventaja o provecho de contenido económico) o con el propósito de
causar un daño. Se consuma con la producción del perjuicio para el patrimonio del sujeto pasivo. La
tentativa es admisible.

• Desbaratamiento de derechos acordados:

Inc. 11: El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las
condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier acto jurídico
relativo al mismo bien, aunque no importe enajenación, sea removiéndolo, reteniéndolo, ocultándolo o
dañándolo, siempre que el derecho o la obligación hubieran sido acordados a otro por un precio o
como garantía:

Se exige como presupuesto la existencia de una relación jurídica entre el autor y la víctima, en virtud de la
cual se acordó un derecho sobre un bien, o la afectación del bien a la garantía de una obligación a favor de
ella. Esta relación debe ser de carácter oneroso y legítima.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, generalmente será el deudor de la obligación. Sujeto pasivo es el
acreedor de la obligación, es decir, la persona beneficiaria del acuerdo incumplido.

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La acción consiste en tornar imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las
condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo. El delito supone dos tiempos o dos etapas: una,
constituye una relación jurídica lícita en la que se acuerda l derecho o la obligación referente al bien; la otra,
que es ilícita, se da con el acto desbaratador, mediante el cual se otorga a otro un derecho mejor que el que
tenía originariamente sobre el mismo bien.

El carácter delictivo de la conducta se da cuando se torna, transforma, un derecho, estado o relación. Tornan
imposible consiste en crear la imposibilidad de que se puede cumplir o llevar a cabo el derecho acordado.
Tornar incierto es crear incertidumbre sobre lo pactado originariamente.

Los medios por los cuales puede cometerse el delito pueden ser cualquier acto jurídico o un acto material
(remover, retener, ocultar o dañar).

El delito es doloso de dolo directo. La infracción se consuma cuando el derecho acordado se ha tornado
imposible, incierto o litigioso a través de los medios enunciados (remover, retener, ocultar o dañar). Por
tratarse de un delito de resultado, la tentativa es admisible.

Tipos especiales incorporados por la ley n° 24.441:

a) defraudación de derechos:

Art. 173 inc. 12: El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un
contrado de leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y
de esta manera defraudare los derechos de los cocontratantes;

Los SA sólo pueden ser el titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión y el dador de
un contrato de leasing. SP son, consecuentemente, el fiduciante o fideicomitente, el beneficiario o el
fideicomisario; los inversionistas de un fondo común de inversión y el tomador de un contrato de leasing.

1. El delito del titular fiduciario: exige como presupuesto la existencia de un contrato de fideicomiso, en los
términos del art. 1666 CCyCN: "Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante,
transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario, quien
se obliga a ejercerla en beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla
al cumplimiento de un plazo o condición al fideicomisario.".

La materialidad del delito consiste en disponer (vender, ceder, donar); gravar (someter el bien a un embargo,
prenda, hipoteca) o perjudicar (dañar, ocultar, hacer desaparecer, destruir, etc.) los bienes recibidos en
fideicomiso.

Requiere un elemento subjetivo especial que es que el titular fiduciario "obre en provecho propio o de un
tercero". Sólo es compatible con el dolo directo. Se consuma cuando se causa el perjuicio patrimonial a los
cocontratantes.

2. El delito del administrador del fondo común de inversión: los FCI están previstos en la ley 24.083: "Se
considera fondo común de inversión al patrimonio integrado por: valores mobiliarios con oferta pública,
metales preciosos, divisas, derechos y obligaciones derivados de operaciones de futuro y opciones,
instrumentos emitidos por entidades financieras autorizadas por el Banco Central de la República Argentina
y dinero, pertenecientes a diversas personas a las cuales se les reconocen derechos de copropiedad
representados por cuotas partes cartulares o escriturales. Estos fondos no constituyen sociedades y carecen
de personería jurídica.".

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

Sujeto activo del delito es el administrador del FCI. Sujeto pasivo son los beneficiarios o copropietarios
indivisos.

La conducta prohibida por el tipo es la misma que la descripta para el delito del titular fiduciario.

3. El delito del dador de un contrato de leasing: leasing significa arrendar, alquilar, dar o tomar en arriendo.
El contrato de leasing está definido en la ley 25.248 “en el contrato de leasing el dador conviene transferir al
tomador la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon y le
confiere una opción de compra por un precio.”

Sujeto activo pueden ser una entidad financiera (bancos de inversión, compañías financieras y bancos
comerciales) o una sociedad que tenga por objeto la realización de este tipo de contratos. Sujeto pasivo es el
tomador del contrato.

El objeto del delito son las cosas muebles.

b) ejecución perjudicial de hipoteca y omisión de recaudos legales:

Art. 173 inc. 13. El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo
ejecutara en perjuicio del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente
omitiera cumplimentar los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial;

La ley 24.441 introdujo un régimen especial de ejecución extrajudicial de hipotecas destinado a que el
acreedor, sea mediante el pago inmediato o bien a través de remate público, obtenga de un modo más rápido
la satisfacción de su crédito. Sin embargo, a fin de evitar abusos que pudieran cometerse por parte del
acreedor, se ha previsto la sanción de dos tipos delictivos, uno activo y otro omisivo:

1. Ejecución prejudicial de hipoteca: consiste en ejecutar extrajudicialmente un inmueble, afectado a


garantía hipotecaria, a sabiendas de que el deudor no ser encuentra en mora con respecto al pago de su
obligación. Este procedimiento tiende a que el deudor satisfaga la prestación o se someta al riesgo de la
venta forzosa del bien,

Sujeto activo sólo puede ser el titular del crédito hipotecario, pues es a quien únicamente la ley autoriza a
ejecutar extrajudicialmente el inmueble. Es un delito especial propio. Sujeto pasivo es el deudor de la
obligación hipotecaria.

La norma requiere de un deudor que esté en mora. Exige que el autor obre a sabiendas de que el deudor
hipotecario no se encuentra en mora con sus obligaciones. Sólo resulta admisible el dolo directo.

2. Omisión de recaudos legales: consiste en omitir el cumplimiento de los recaudos establecidos legalmente
para la subasta pública del inmueble. Los recaudos son: a) la verificación del inmueble, es decir, la
constatación de su estado físico y ocupacional; b) la venta debe ser extrajudicial, es decir, en remate público,
no en forma privada; c) la publicidad de la subasta; d) las condiciones de venta del bien a subastar; e) la
notificación fehaciente al deudor de la fecha de la subasta.

El delito presupone una ejecución extrajudicial en curso. Se trata de un delito de simple omisión, de peligro,
que se consuma con el incumplimiento de los recaudos exigidos por la ley para la realización de la subasta.
La norma exige que el autor haya obrado maliciosamente, es decir, que haya tenido mala fe en su accionar,
dirigido a perjudicar económicamente al deudor u obtener algún provecho patrimonial injusto. Es un delito
de consumación anticipada, trata de evitar que se lleve a cabo el remate del inmueble hipotecado al margen
de las exigencias legales.

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Derecho Penal II – Cátedra 2

c) omisión de consignación de pago en letras hipotecarias:

Art. 173 inc. 14: El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera
consignar en el título los pagos recibidos.

El régimen sobre emisión, transmisión y pago de las letras hipotecarias está previsto en la ley 24.441.
Subsidiariamente se aplica el régimen sobre letras de cambio.

Dentro de estos requisitos, son importantes los que hacen referencia al monto de la ob incorporada a la letra,
los plazos y demás estipulaciones respecto del pago.

La letra hipotecaria puede emitirse con o sin cupones, según cuán haya sido el tipo de vencimiento del
servicio de intereses convenido.

En el caso de la letra con cupones, el portador de la letra, al recibir el pago por parte del deudor, debe
hacerle entrega del cupón correspondiente. El pago se acredita, precisamente, con la tenencia del cupón. En
el caso de letras sin cupones, el pago debe ser inscripto en la letra.

El delito consiste en omitir consignar en el título los pagos recibidos. La infracción sólo es concebible en los
casos de letras hipotecarias sin cupones, ya que es únicamente en estos casos cuando el acreedor tiene la ob
de inscribir los pagos en el cuerpo de la letra, así como el deudor tiene el derecho a reclamar que estos pagos
sean consignados de ese modo.

Sujeto activo es el tenedor de la letra. Sujeto pasivo es el deudor de la obligación.

El delito es doloso de dolo directo. Es un delito de omisión propia. Su consumación coincide con el perjuicio
patrimonial que la omisión le ha causado al deudor hipotecario, por ejemplo, la circulación de la letra y su
ejecución por el tercero endosatario. Se trata de un delito de resultado material que exige el perjuicio
económico del sujeto pasivo.

4. Defraudaciones agravadas:

Diversas figuras:

Estafa de seguro:

El art. 174 inc. 1 establece: Sufrirá prisión de dos a seis años: 1º. El que para procurarse a sí mismo o
procurar a otro un provecho ilegal en perjuicio de un asegurador o de un dador de préstamo a la gruesa,
incendiare o destruyere una cosa asegurada o una nave asegurada o cuya carga o flete estén asegurados o
sobre la cual se haya efectuado un préstamo a la gruesa.

Se trata de una estafa en la que el engaño inicial reside en la propia destrucción de la cosa asegurada, pues
con ello se provoca el error del asegurador quien cree en la causación fortuita del hecho. Se trata de una
hipótesis en la cual la acción material (incendio o destrucción) coincide con la consumación típica. Las
acciones típicas se caracterizan porque llevan en sí mismas una dirección subjetiva especial. Este elemento
subjetivo del tipo reside en la frase para procurarse a sí mismo o procurar a otro un provecho ilegal.

El “provecho” es el cobro de la indemnización o prima por parte del asegurado, o la pérdida de la suma
prestada por el dador. El provecho es ilegal porque tiene su origen en un obrar doloso.

El incendio o destrucción deben ser reales. No sirve el mero ocultamiento de la cosa. El daño puede ser total
o parcial.

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Derecho Penal II – Cátedra 2

Los objetos sobre los que recae el delito son las cosas muebles o inmuebles, las naves, carga o flete
asegurados o nave sobre la cual se haya efectuado un préstamo a la gruesa.

El seguro es un contrato por el cual el asegurador se obliga mediante una prima o cotización, a resarcir un
daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto. El préstamo a la gruesa es un contrato
por el cual una persona da a otra cierta suma de dinero sobre objetos expuestos a riesgos marítimos, bajo la
condición de que, si perecen, el dador pierde la suma prestada; si llegan a buen puerto, el tomador debe
devolver la suma prestada más un premio estipulado.

Es un delito de daño potencial (de peligro concreto) a la propiedad ajena. La tentativa resulta posible.

Explotación de incapaces:

El art. 174 inc. 2 establece: 2º El que abusare de las necesidades, pasiones o inexperiencia de un menor o
de un incapaz, declarado o no declarado tal, para hacerle firmar un documento que importe cualquier
efecto jurídico, en daño de él o de otro, aunque el acto sea civilmente nulo;

La acción material del delito consiste en abusar (explotar, aprovechar, obtener una ventaja, etc.) de las
necesidades, pasiones o inexperiencia del menor o incapaz. El abuso puede provenir del aprovechamiento de
una situación previa en la víctima o de una actitud inicial del autor que produce la situación de debilidad.

Necesidad es todo aquello que el incapaz considere que le es indispensable. Puede ser algo material
(vivienda, vestido, alimentos, dinero) o inmaterial (servicios, afectos, conocimientos, entretenimientos),
puede ser algo elemental, suntuario o superficial, puede ser ocasional, transitorio, contingente o permanente.
La necesidad puede ser aprovechada por el autor o pudo haber sido creada por éste. Pasión son los apetitos
sobre una cosa; es un estado especial que se traduce en entusiasmo o fogosidad. Inexperiencia es la falta de
experiencia de los conocimientos que proporciona la vida cotidiana.

El delito exige que el autor explote la situación de la víctima “para hacerle firmar un documento que importe
cualquier efecto jurídico”. Esto importa que el abuso tenga un resultado: la firma del documento. El sujeto
pasivo debe firmar el documento, si no lo hace, podrá hablarse de tentativa o de un hecho atípico. El efecto
jurídico del documento es un efecto de carácter económico. Esto es así, ya que la ley exige que la firma del
documento lo sea en daño de la propia víctima o de un tercero. El delito se configura aunque el acto sea
civilmente nulo, ya que el delito se consuma con la suscripción del documento.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujetos pasivos sólo pueden ser un menor o un incapaz. El “otro”
al que alude la norma es el damnificado por el delito.

Los incapaces son aquellos que la ley les niega capacidad para celebrar actos jurídicos, como los dementes,
o aquellos que padecen una incapacidad o debilidad de hecho que les impide resguardar debidamente sus
intereses económicos. Los menores según la ley civil son los que no han cumplido 18 años.

Se trata de un delito de dolo directo, el cual no abarco sólo el conocimiento de la situación de la víctima,
sino la finalidad de explotar esa situación (para hacerla firmar), aun cuando la incapacidad no sea notoria o
manifiesta. El tipo requiere un elemento subjetivo especial, el abuso o explotación de la situación por la que
atraviesa la víctima. Es un delito de peligro concreto que se consuma con la firma del documento, sin
importar si el perjuicio se produjo o no, aun cuando la destrucción del documento impida que el daño ocurra.

Estafa mediante el uso de pesas o medidas falsas:

El art. 174 inc 3. establece: 3º. El que defraudare usando de pesas o medidas falsas;

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El precepto castiga a la defraudación en la cantidad de cosas. Es una figura agravada de estafa porque su
comisión implica para la víctima una atención y diligencias poco comunes, superiores a las defensas
normales que se oponen a las situaciones generales.

El delito importa la causación de un perjuicio patrimonial mediante fraude, el cual consiste en engañar al
sujeto pasivo mediante el uso de pesas o medidas falsas. Las pesas o medidas falsas son aquellas que no
corresponden con su exacto peso o medida y que están destinadas a ser usadas en las operaciones normales
de entrega de cosas. Son falsas porque esta adulteradas en su peso o medida y deben ser usadas con
conocimiento de esta adulteración.

El tipo no castigo su simple uso, sino que castiga la defraudación, es decir, el obrar engañoso, que reside en
el uso de las pesas o medidas falsas, tendiente a suscitar un error en la víctima y del cual deriva un perjuicio
económico.

El autor puede ser tanto el que entrega la cosa como el que la recibe. En el primer caso, el fraude consiste en
entregar menor cantidad de cosas; en el segundo, en recibir en mayor medida que la debida.

El delito es doloso y abarca el conocimiento de la falsedad de las pesas o medidas y la voluntad de usarlas
en perjuicio ajeno. Se consuma con la producción del perjuicio.

Estafa en los materiales de construcción:

El art. 174 inc. 4 establece: El empresario o constructor de una obra cualquiera o el vendedor de
materiales de construcción que cometiere, en la ejecución de la obra o en la entrega de los materiales, un
acto fraudulento capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes o del Estado.

El delito es una forma de estafa porque requiere la concurrencia de un actuar engañoso y de un perjuicio
económico a la víctima. La acción material consiste en cometer un acto fraudulento (usar fraude en los
materiales de construcción) capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes, o del
Estado. El fraude se manifiesta en la sustancia, calidad o cantidad de los materiales empleados en la
construcción de la obra o en los que se han vendido para ser utilizados en la ejecución de ella.

El sujeto activo sólo puede ser el empresario o el constructor de una obra o el vendedor de los materiales.
Sujeto pasivo, cuando el autor es el empresario o el constructor, es el propietario de la obra; cuando es el
vendedor de los materiales de construcción, sujetos pasivos pueden ser el empresario o el propietario, según
en quien haya recaído el perjuicio económico.

Su fundamento está en la inferior calidad o cantidad de los materiales usados por el constructor o vendidos,
susceptibles de provocar un peligro para la seguridad de personas y bienes.

El delito se consuma con la producción del perjuicio económico para la víctima. La causación del peligro es
solo la razón de la agravación, por lo tanto, su ausencia convierte el delito en una estafa del art 172. Por otro
lado, si el autor fuere un empleado público, se impone la pena accesoria de inhabilitación especial perpetua.

Fraude a la administración pública:

El art. 174 inc. 5 establece: 5º. El que cometiere fraude en perjuicio de alguna administración pública.

El delito se caracteriza porque el fraude empelado por el autor se dirige a perjudicar el patrimonio de una
Administración Pública. El delito consiste en “cometer fraude”, esto es, mediante una estafa o un abuso de
confianza. Sin embargo, para Buompadre, el tipo legal sólo tiene incidencia en el aumento de la pena de las
demás figurar de defraudación cuando el sujeto pasivo es la Administración Pública.
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El sujeto activo puede ser cualquier persona, si se trata de un empleado público, sufrirá, además, la pena de
inhabilitación especial perpetua. Sujeto pasivo es la Administración Pública, sea tanto el Estado Nacional
como provincial y municipal, y dentro de él, las entidades autónomas o autárquicas.

El objeto del delito son los bienes de pertenencia de la Administración Pública. El perjuicio a estos debe ser
de naturaleza patrimonial, quedando excluida la infracción cuando el daño recae sobre otros intereses del
Estado, por ej. su reputación o prestigio. El delito se consuma con la lesión al patrimonio del Estado.

Vaciamiento de empresas:

El art. 174 inc. 6 establece: 6° El que maliciosamente afectare el normal desenvolvimiento de un


establecimiento o explotación comercial, industrial, agropecuaria, minera o destinado a la prestación de
servicios; destruyere, dañare, hiciere desaparecer, ocultare o fraudulentamente disminuyere el valor de
materias primas, productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital.

El bien jurídico es la propiedad, cuya devaluación en sentido económico se produce como consecuencia de
las conductas defraudatorias propias del vaciamiento empresarial.

El delito de vaciamiento de empresa es un tipo de abuso de confianza, que requiere como presupuesto la
existencia de una empresa cuyo normal desenvolvimiento se afecta con posterioridad a su constitución,
mediante las conductas previstas en el tipo legal.

La dinámica del delito requiere la concurrencia de ciertos presupuestos que son previos a la acción: 1) la
existencia de una empresa u organización empresarial, 2) que esa unidad organizativa se encuentre
funcionando normalmente, es decir, que se encuentre desarrollando sus actividades en forma normal; y 3) la
existencia de una relación jurídica crediticia válidamente constituida entre el deudor y el acreedor.

El delito se caracteriza en el hecho de que las acciones típicas recaen sobre cosas, bienes, productos o
valores económicos de una empresa de pertenencia al sujeto activo, sea éste una persona individual o un
grupo societario.

Se trata de conductas que afectan el propio patrimonio del autor, pero inciden en el patrimonio de un tercero,
que son los sujetos pasivos-acreedores de las obligaciones asumidas por aquel.

El delito está constituido en base a dos clases de acciones típicas:

A. Afectar el normal desenvolvimiento de un establecimiento o explotación comercial, industrial,


agropecuaria, minera o destinado a la prestación de servicios:

Se trata de una alteración o perturbación del desarrollo normal de las actividades empresariales. Basta con
que el accionar del autor "afecte el desenvolvimiento normal" de la empresa, es decir, su actividad habitual,
corriente, propia las reglas normales que están impuestas por la naturaleza misma del negocio. La conducta
típica puede llevarse a cabo por cualquier medio, material o para lograr los fines propuestos. El objeto de la
acción es, en general, la empresa.

B. Destruir, dañar, hacer desaparecer, ocultar o fraudulentamente disminuir el valor de materias primas,
productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital:

Las acciones típicas son acción y resultado, las cuales, en todas las hipótesis deben producir la afectación del
objeto protegido. Se trata de actos materiales y jurídicos que conducen a la lesión de la cosa objeto del
delito, sea ésta la afectación del normal desenvolvimiento empresarial o bien la inutilización o
desvalorización de objetos o bienes que constituyen el capital activo de la empresa en su cuantía económica.
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Derecho Penal II – Cátedra 2

La acción no repercute sobre la materialidad de la cosa, sino en su valor como entidad, es decir, que se
afecta su "patrimonialidad", aun cuando ello demande o sea la consecuencia de una afectación física de la
misma.

Las conductas que afectan materialmente los objetos protegidos o disminuyen su valor, se pueden llevar a
cabo a través de diversos medios: dañar, hacer desaparecer, ocultar o fraudulentamente disminuir el valor.
Se trata de medios materiales o físicos (por ej. destruir o esconder la cosa) y jurídicos (transferencia dolosa a
un tercero del derecho sobre la cosa) que producen la disminución del valor del activo de la empresa.. La
disminución del valor de los bienes de capital debe ser fraudulenta, esto es, que se debe realizar a través de
acciones engañosas o simuladoras respecto de la situación jurídica del bien.

El objeto del delito está constituido por la empresa misma y por bienes que integran el activo de la
organización, pudiendo consistir en bienes muebles o inmuebles, créditos, derechos o valores.

Sujeto activo sólo puede ser quien represente algún nivel jerárquico en el ámbito de decisión o disposición
de la empresa (director, gerente, integrante del consejo de administración, etc.), ya que sólo quien tiene un
poder de esta naturaleza podría realizar las acciones típicas, es decir, afectar el normal desenvolvimiento de
la organización o ejecutar ciertas conductas sobre los bienes que constituyen el patrimonio de la empresa.
Sujeto pasivo es el acreedor de la empresa, quien es el titular del bien jurídico protegido.

El delito es doloso, de dolo directo, pero el tipo requiere, además, un obrar malicioso del autor. Tratándose
de un delito de resultado material, mixto alternativo, su consumación coincide con el perjuicio
económicamente evaluable del patrimonio del acreedor, que se verifica en el preciso momento en que
quedan frustradas las expectativas patrimoniales frente al vaciamiento empresarial provocado por el autor.
La tentativa resulta admisible, así como todas las formas de participación criminal. El delito se agrava si el
culpable fuera empleado o funcionario público, acumulando la pena de inhabilitación especial perpetua.

5. Defraudaciones atenuadas

Diversas figuras:

Apropiación de cosa perdida o tesoro:

El art. 175 inc. 1 establece: Será reprimido con multa de 1000 pesos a 15.000 pesos: 1-El que encontrare
perdida una cosa que no le pertenezca o un tesoro y se apropiare la cosa o la parte del tesoro
correspondiente al propietario del suelo, sin observar las prescripciones del Código Civil.

La acción delictiva consiste en la apropiación de la cosa, que el autor ha encontrado perdida o a la parte de
un tesoro que pertenece al propietario del fundo y no ha observado las prescripciones del Código Civil.

La apropiación como conducta típica puede consistir en tomar una cosa y ejercer sobre ella actos de dueño
(usándola, sirviéndose de ella, vendiéndola, etc.), o retenerla por un tiempo indefinido, aunque no haya
habido uso o aprovechamiento. La negativa a restituir o conservar la cosa por un término superior al normal,
sin proceder con arreglo a la ley civil, son formas de apropiación.

Objetos del delito son: la cosa perdida y un tesoro. Por cosa perdida se entiende toda cosa mueble, con valor
económico, que ha salido involuntariamente de la tenencia del propietario, sin que se sepa dónde está, o
sabiéndolo no puede llegar a ella. Tesoro es toda cosa mueble de valor, sin dueño conocido, oculta en otra
cosa mueble o inmueble. Lo punible es la acción de apropiarse de la parte del tesoro que corresponde al
propietario o poseedor del fundo. El descubrimiento debe ser, entonces, en un predio total o parcialmente
ajeno.
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Lo que la ley castiga es el acto de apropiación de la cosa, es decir, la actitud inequívoca de conducirse como
dueño de ella. El sujeto, para ser autor del delito, debe haber intervertido el título de su tenencia. Se comete
el delito si el autor no observa las prescripciones del Código civil. Además, la dinámica del delito exige que
la cosa o el tesoro deben ser encontrados por el autor, es decir, hallados, sea por casualidad o por haberse
programado su búsqueda, pero siempre que el agente haya buscado la cosa por sí mismo y no por encargo
del propietario.

Sujeto activo del delito es el que se apropia de la cosa perdida o del tesoro, no el que la encuentra o
descubre. El sujeto pasivo es el dueño de la cosa perdida o el propietario o poseedor del fundo en donde fue
descubierto el tesoro. El delito es doloso. Se consuma con la apropiación de la cosa perdida o de la parte
correspondiente del tesoro o con la retención de la cosa o el tesoro. Tratándose de un delito de resultado
material, es posible la tentativa.

Apropiación de cosa habida por error o caso fortuito:

El art. 175 inc. 2 establece: 2-El que se apropiare una cosa ajena, en cuya tenencia hubiere entrado a
consecuencia de un error o de un caso fortuito.

El delito consiste, en la apropiación de una cosa mueble ajena que previamente ya entró en el ámbito de
tenencia del autor. Aquí, el sujeto no va hacia la cosa y la toma, lo cual podría configurar un hurto, sino que
la cosa va hacia el sujeto e ingresa dentro del ámbito de su posesión. La causa de la tenencia debe provenir
de un error o caso fortuito.

El error puede ser del dueño de la cosa, de un tercero o del propio autor y puede recaer sobre cosas (entrega
de una cosa por otra) o sobre personas (se entrega una cosa que pertenece a otro). El caso fortuito es una
causa material de la tenencia de la cosa.

El origen de la tenencia de la cosa puede ser por un hecho de la naturaleza, que transporta cosas de un lugar
a otro (viento, aguas); por un animal (animal doméstico que ingresa al predio ajeno); o por el hombre (la
caída de un objeto desde un avión).

El delito es doloso, siendo suficiente con el dolo eventual. Se consuma con la apropiación de la cosa. La
doctrina admite la posibilidad de la tentativa.

Apropiación de prenda:

El art. 175 inc. 3 establece: 3-El que vendiere la prenda sobre que prestó dinero o se la apropiare o
dispusiere de ella, sin las formalidades legales.

El delito presupone, entre el sujeto activo y pasivo, la existencia de un contrato de prenda válido. El contrato
de prenda implica que hay un acreedor que hace el préstamo del dinero y un deudor que es el que entrega la
cosa a aquél como garantía de pago, con el compromiso de que, cumplida la obligación, la cosa le será
devuelta. Si el acreedor no sigue el procedimiento y vende, se apropia o dispone de la prenda, comete este
delito.

Las acciones típicas son entonces: 1) vender la prenda, o sea, transferirla a un tercero por un precio; 2)
apropiarse de la prenda, realizar actos de disposición a título de dueño; y 3) disponer de la prenda, darle un
destino que le impide al deudor recuperarla. Estas conductas son punibles en la medida en que se hubieran
realizado sin observar las disposiciones legales, es decir, sin que el acreedor hubiera recurrido a los medios y
procedimientos estatuidos por el derecho privado para hacer efectiva la garantía constituida en el contrato de
prenda.
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Derecho Penal II – Cátedra 2

Sujeto activo será el acreedor prendario, sujeto pasivo es el deudor de la obligación. El delito es doloso y se
consuma con la venta de la prenda, su apropiación o la disposición de ella. Tratándose de un delito de
resultado material, la tentativa es posible.

Desnaturalización del cheque:

El art. 175 inc. 4 establece: 4- El acreedor que a sabiendas exija o acepte de su deudor, a título de
documento, crédito o garantía por una obligación no vencida, un cheque o giro de fecha posterior o en
blanco.

El delito importa un abuso de carácter extorsivo, en el que el acreedor, prevaliéndose de la situación de la


víctima (deudor de la obligación), procura asegurarse de su crédito con la amenaza que constituye, para su
libertad, la no atención del cheque cuando éste sea presentado al cobro.

Las acciones penadas por el tipo son las de “exigir” (demandar, ordenar) o “aceptar” (recibir, tomar sin
condicionamientos) del sujeto pasivo, a título de documento, crédito o garantía, un cheque o giro de fecha
posterior o en blanco, por una obligación no vencida. Estamos frente a un supuesto de fecha posterior
cuando la del instrumento es posterior a la fecha del préstamo. La entrega debe ser hecha antes del
vencimiento de la obligación.

Cheque en blanco es aquel que no tiene fecha de libramiento. Una vez vencida la obligación, el cheque
funciona como instrumento de pago.

El cheque queda “desnaturalizado” porque en vez de ser usado como instrumento de pago, que es su función
esencial, es entregado a título de documento, crédito o garantía por una obligación no vencida. A título de
documento: cuando tiene por objeto documentar una obligación que se renueva; de garantía: si se tiene por
objeto asegurar el cumplimiento de la obligación; de crédito: cuando tiene por objeto documentar una
obligación que se renueva.

Si la obligación está vencida, quien exige o acepta el cheque ejerce su derecho y no hay delito.

Sujeto activo es el acreedor, titular del crédito. Sujeto pasivo es el deudor de una obligación. Es un delito
doloso, de dolo directo. Se consuma con la recepción del documento por parte del acreedor. Tratándose de
un delito instantáneo y de peligro para la integridad del patrimonio del deudor, la tentativa no parece
admisible.

Bolilla 15

Usura
El art. 175 bis establece: El que, aprovechando la necesidad, la ligereza o la inexperiencia de una persona
le hiciere dar o prometer, en cualquier forma, para sí o para otro, intereses u otras ventajas pecuniarias
evidentemente desproporcionadas con su prestación, u otorgar recaudos o garantías de carácter extorsivo,
será reprimido con prisión de 1 a 3 años y con multa de pesos 3 mil a pesos 30 mil. La misma pena será
aplicable al que a sabiendas adquiriere, transfiriere o hiciere valer un crédito usurario. La pena de prisión
será de 3 a 6 años, y la multa de $15.000 a $150.000, si el autor fuere prestamista o comisionista usurario
profesional o habitual.

El delito de usura fue introducido por la Ley 18934.

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Derecho Penal II – Cátedra 2

Existen varias clases de usura: crediticia, real y social.

• Usura crediticia es aquella relacionada únicamente con el préstamo de dinero (contrato de mutuo).
• Usura real es aquella que se vincula con cualquier negocio jurídico bilateral (compraventa, permuta, etc.).
Comprende cualquier finalidad económica y todo tipo de transacción.
• Usura social es aquella que tiene en cuenta un interés de tipo colectivo, macrosocial. Comprende las
maniobras tendientes a explotar una necesidad que tiene relación con la comunidad.
• También se habla de una usura individual, que es aquella que tiene en cuenta un interés de tipo individual,
microsocial. Se explota con ella la necesidad de una persona determinada.

El art. 175 bis sólo abarca la usura crediticia y la real. Pero también queda comprendida en la disposición la
usura extorsiva (otorgar recaudos o garantías de carácter extorsivo), la usura sucesiva (el que adquiere,
transfiere o hace valer un crédito usuario) y la usura habitual (funciona como elemento del tipo).

Diversos casos:

El art. en el párrafo 1, contempla dos tipos distintos de usura:

1. El aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia de otra persona.

La "acción" consiste en hacerse dar o prometer, en cualquier forma para sí o para un tercero, intereses u
otras ventajas pecuniarias exorbitantes desproporcionadas con la prestación.

La figura exige hacer por parte de ambos sujetos. La expresión aprovechándose se integra a la acción típica,
en el sentido de que el sujeto activo debe conocer la situación en que se halla el sujeto pasivo y valerse de
esa situación para obtener una ganancia desmedida. En estos casos, el autor se aprovecha de situaciones que
ya existen; no las crea. Sin aprovechamiento, no hay delito. Por necesidad debe entenderse toda situación de
apremio, forzosa, que limita la libertad de elegir. Carece de importancia la causa que la origina, que puede
incluso ser inmoral o ilícita (p. ej., quien necesita devolver el dinero susfraído) o viciosa (v. gr., por adicción
a estupefacientes). La necesidad debe ser real y no imaginada por la víctima; de lo contrario, no se
perfecciona el delito. La necesidad puede ser de orden económico o de cualquier naturaleza. Por ligereza
debe entenderse aquel obrar precipitado, sin la suficiente reflexión de la operación que se realiza. La
inexperiencia es la ignorancia o falta de saber o advertimiento en materia de negocios o transacciones.
Finalmente, el tipo exige que el sujeto pasivo de o prometa intereses u otras ventajas pecuniarias
evidentemente desproporcionadas con la prestación.

La desproporción entre las prestaciones debe ser evidente, esto es, manifiesta, llamativa, notoria. Debe,
además, ser excesiva, exorbitante, carente de causa.

Esta usura se consuma con el hacerse dar o prometer, aunque basta la simple promesa para que el delito
quede perfeccionado. El delito es instantáneo y de efectos permanentes.

2. El otorgamiento de recaudos o garantías de carácter extorsivos.

La acción es la misma que en el párrafo anterior, sólo que aquí hay un carácter extorsivo de los recaudos o
garantías exigidos por el autor.

Los “recaudos” o “garantías” son resguardos o aseguramientos que toma el acreedor para, en caso de
incumplimiento del deudor, contar con una herramienta eficaz para coaccionarlo a que cumpla con la
prestación. El carácter extorsivo de esto, reside en que posibilitan al usurero amenazar al deudor con una
denuncia criminal si no cumple con el pago.

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

El delito se comete si el deudor se aprovecha de la situación del sujeto pasivo. No se exige la desproporción
de las prestaciones. El delito es doloso y se consuma cuando el autor se hace otorgar los recaudos o garantías
de carácter extorsivo.

Usura sucesiva:

En el segundo párrafo está la usura sucesiva, que consiste en la adquisición, transferencia o utilización de un
crédito usurario.

Debe tratarse de un crédito usurario obtenido en la forma descripta en el primer párrafo, o sea, a través de
una usura de crédito o de una usura extorsiva. Lo que hace el autor de esta modalidad es hacer circular
(negociar) el crédito obtenido en las condiciones originales.

Cualquiera puede ser sujeto activo, pero debe ser una persona distinta al autor de la usura originaria. El
delito se comete con la adquisición (por ej compra), transferencia (por ej cesión) o utilización del crédito,
sea en forma onerosa o gratuita. Lo que importa es la negociación de la usura principal.

Subjetivamente, el tipo exige que el autor obre a sabiendas, con el conocimiento acerca de la naturaleza
usuraria del crédito originario y la voluntad deliberada de procurar su negociación; por lo tanto, sólo resulta
posible el dolo directo. Se consuma con la realización de las acciones típicas.

El sujeto activo es el prestamista, ese prestamista para que sea usurero tiene que fijar intereses o gravámenes
desmedidos o desproporcionados. Hasta ahí hay usura, pero para que sea delito, la fijación de esos intereses
debe haber sido en aprovechamiento de la necesidad o inexperiencia del sujeto pasivo. De esa condición
especial que padezca el sujeto pasivo. Debe haber un vínculo lógico entre la prestación y esa necesidad. Va a
haber delito cuando el prestamista fije los intereses abusivamente. El delito se consuma con esa fijación de
intereses.

Agravante:

El tercero párrafo contempla un tipo agravado de usura, denominado “usura habitual”. Se trata de un tipo
referido a quien comete en forma permanente un tipo de delito, que surge de su personalidad, de su ser
criminal.

La agravante funciona para el “prestamista” o “comisionista” usurarios, cuando desarrollan su actividad de


manera profesional o habitual. Se agrava si el usurero es habitual (si es prestamista)

El prestamista es quien presta o entrega el dinero, el comisionista es quien actúa de intermediador para la
obtención del crédito usurario. En ambos casos el agente debe actuar haciendo de su actividad un medio de
vida, una fuente permanente de ingreso (profesionalmente), o acostumbrado a esta actividad
(habitualmente).

No es necesaria la reiteración de actos, es suficiente con un solo acto que manifieste una tendencia a la
actividad usuraria.

Va a tener la misma pena que el autor aquel que adquiere los derechos de un crédito usurario tomado o
concedido en las condiciones de la primer parte de la figura (abusivamente). Pero si esta persona tiene
conocimiento de que fue tomado de forma abusiva.

Quebrados y otros deudores punibles


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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

Se llama como la denominación que se le da al sujeto activo que comete el delito. Los delitos previstos en
este capítulo tienden a proteger como bien jurídico la incolumidad del patrimonio como prenda común de
los acreedores.

Correlación entre el juicio de quiebra y el penal:

Muchas veces, un deudor cae en un estado de insolvencia patrimonial, de modo tal, que con los bienes que
tiene no puede cumplir puntualmente sus obligaciones. En estos casos, él mismo, o sus acreedores pueden
pedir al juez que “declare en quiebra” al deudor, luego se liquidarán los bienes existentes del deudor y lo
obtenido se distribuye entre los distintos acreedores.

La quiebra o el concurso civil son instituciones lícitas. Lo que la ley penal reprime son las maniobras ilícitas,
fraudulentas o culposas, en que pueden haber incurrido los quebrados o concursados.

Los distintos delitos previstos acá, tienden a proteger como bien jurídico, la incolumidad del patrimonio
como prenda común de los acreedores.

Quiebra fraudulenta:

El art. 176 establece: Será reprimido, como quebrado fraudulento, con prisión de 2 a 6 años e
inhabilitación especial de 3 a 10 años, el comerciante declarado en quiebra que, en fraude de sus
acreedores, hubiere incurrido en algunos de los hechos siguientes:

1. Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas;


2. No justificar la salida o existencia de bienes que debiera tener; substraer u ocultar alguna cosa que
correspondiere a la masa;
3. Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor.

Sujeto activo del delito es el comerciante declarado en quiebra (delito especial propio). De esta figura surgen
2 presupuestos: 1) que el autor sea un comerciante: son comerciantes los individuos que ejercen de cuenta
propia actos de comercio, haciendo de ello su profesión habitual. 2) que exista “declaración de quiebra” del
comerciante.

Esta declaración debe ser pronunciada por el juez en lo civil y comercial y el juez penal no puede revisar esa
decisión.

Declaración de quiebra es el dictado de la resolución que la declare por sentencia, que haya adquirido
firmeza.

Las acciones típicas son:

1. Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas: son acciones destinadas a disimular el activo,
simulando el pasivo. “Simular” significa fingir o imitar, aparentar falsamente una cosa o situación;
“suponer” es dar por existente o real algo que no lo es, presentar algo falso como verdadero; “deudas” se
refiere a la obligación de dar sumas de dinero o bienes; “enajenación” es la transferencia o transmisión del
dominio de una cosa o de un derecho; “gastos” son los pagos o empleo de dinero en alguna cosa; “pérdidas”
implica el daño o disimulación de los bienes patrimoniales.

2. No justificar la salida o existencia de bienes que debería tener: esto es, no demostrar o explicar
debidamente el destino dado a bienes que debieron estar dentro del patrimonio del deudor y no lo están.

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

3. Sustraer u ocultar alguna cosa que correspondiere a la masa: Son conductas que deben entenderse como
sacar, remover, retirar (sustraer), o bien esconder, encubrir, disfrazar (ocultar), cosas o bienes materiales con
el fin de impedir que pasen a integrar la masa de acreedores y puedan ser captados por los procedimientos
concursales.

4. Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor: es un quebrantamiento al principio de igualdad de


acreedores, porque se otorgan ventajas a alguno de ellos en perjuicio de los otros.

Subjetivamente, el tipo requiere que los hechos sean cometidos por el comerciante en fraude de sus
acreedores. Se trata de un elemento subjetivo especial incorporado al tipo, dirigido a defraudar a cualquiera
de los acreedores.

Exige dolo directo y demanda para su perfección típica un resultado dañoso para el patrimonio que es la
prenda común de los acreedores, que se traduce en una disminución de éste.

Con respecto a la consumación, si los hechos se llevaron a cabo con anterioridad a la declaración de quiebra,
ese fue el momento consumativo y el comienzo del término de la prescripción penal. Si, en cambio, estos
hechos fueron realizados luego de la declaración judicial de la quiebra, el momento consumativo coincidirá
con las maniobras fraudulentas y, a partir de aquí, comenzará a correr el plazo de la prescripción penal.

Quiebra culposa:

El art. 177 establece: Será reprimido, como quebrado culpable, con prisión de 1 mes a 1 año e
inhabilitación especial de 2 a 5 años, el comerciante que hubiere causado su propia quiebra y perjudicado
a sus acreedores, por sus gastos excesivos con relación al capital y al número de personas de su familia,
especulaciones ruinosas, juego, abandono de sus negocios o cualquier otro acto de negligencia o
imprudencia manifiesta.

Sujeto activo debe ser un comerciante declarado en quiebra. La acción punible es “causar su propia
quiebra”, que será a través de actos de negligencia o imprudencia manifiestas, pero deben haberse llevado a
cabo con anterioridad a la declaración de quiebra, ya que deben ser su causa.

Se trata de un delito de daño efectivo, ya que requiere para su consumación un perjuicio real de contenido
patrimonial, a los acreedores.

Es un delito culposo, que se presenta por las siguientes conductas:

1. Gastos excesivos con relación al capital y al número de personas de su familia: son gastos que no
guardan una relación adecuada frente al patrimonio y entradas totales del deudor, suponen una
desproporción entre lo que el comerciante tiene y lo que deja de tener como consecuencia de la
erogación efectuada.
2. Especulaciones ruinosas: comprende operaciones o negocios realizados en forma torpe y con escasa
probabilidad de éxito o beneficios.
3. Juego: abarca los juegos de azar, bancados o no, como los que requieren de alguna destreza o
habilidad del jugador. Carece de relevancia que el juego esté o no prohibido.
4. Abandono de sus negocios: es la violación del más elemental deber de cuidado del propio
patrimonio.

El delito se consuma con el acto de declaración de quiebra del comerciante pasada en autoridad de cosa
juzgada. Es desde ese momento, entonces, que debe computarse el comienzo del término de la prescripción
de la acción penal.
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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

La tentativa no es posible.

Quiebra de personas jurídicas y liquidación sin quiebra de entidades financieras:

El art. 178 establece: Cuando se tratare de la quiebra de una sociedad comercial o de una persona jurídica
que ejerza el comercio, o se hubiere abierto el procedimiento de liquidación sin quiebra de un banco u otra
entidad financiera, todo director, síndico, administrador, miembro de la comisión fiscalizadora o gerente de
la sociedad o establecimiento fallido o del banco o entidad financiera en liquidación sin quiebra, o
contador o tenedor de libros de los mismos, que hubiere cooperado a la ejecución de alguno de los actos a
que se refieren los artículos anteriores, será reprimido con la pena de la quiebra fraudulenta o culpable, en
su caso. Con la misma pena será reprimido el miembro del consejo de administración o directivo, síndico,
miembro de la junta fiscalizadora o de vigilancia, o gerente, tratándose de una sociedad cooperativa o
mutual.

Implica la ratificación del principio universalmente consagrado que las sociedades no pueden cometer
delitos, que declara la irresponsabilidad penal de las personas jurídicas. La acción punible consiste en haber
cooperado en la ejecución de alguno de los actos de quiebra fraudulenta o culposa a que hacen referencia los
arts. 176 y 177.

Sujetos activos son aquellos que ejercen funciones de dirección, control o representación de la sociedad,
como el director, sindico, administrador, miembros de la comisión fiscalizadora y gerentes; y sujetos que
ejercen en el ente colectivo una tara de asesoramiento y cumplen funciones auxiliares relacionadas con la
contabilidad de la empresa, como los contadores y tenedores de libros. Por ende, es un delito especial
propio.

3. Concurso civil fraudulento

El art. 179 párrafo 1 establece: Será reprimido con prisión de 1 a 4 años, el deudor no comerciante
concursado civilmente que, para defraudar a sus acreedores, hubiere cometido o cometiere alguno de los
actos mencionados en el art. 176.

El delito presupone la comisión de alguna de las conductas reprimidas a título de quiebra fraudulenta. Sujeto
activo debe ser un deudor no comerciante concursado civilmente. Como la declaración de concurso civil es
un elemento del tipo, su inexistencia lleva a la impunidad de los actos del deudor.

Insolvencia fraudulenta:

El art. 179 párrafo 2 establece: Será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años, el que durante el curso de
un proceso o después de una sentencia condenatoria, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare,
ocultare o hiciere desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta
manera frustrare, en todo o en parte, el cumplimiento de las correspondientes obligaciones civiles.

La acción material consiste en frustrar, total o parcialmente, el incumplimiento de una obligación.

El delito requiere la promoción, por parte del acreedor, de una acción judicial tendiente a obtener el
cumplimiento de la obligación civil que aquél ha contraído. La frustración del cumplimiento de la obligación
se produce cuando queda descartada la posibilidad de lograr la satisfacción del crédito demandado,
independientemente de la existencia de una sentencia condenatoria civil.

Sujeto activo sólo puede ser el demandado (delito especial propio). Sujeto pasivo es el acreedor titular de la
obligación civil demandada judicialmente. Los medios de comisión del delito pueden ser: destruir, inutilizar,

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Derecho Penal II – Cátedra 2

dañar, ocultar, hacer desaparecer o disminuir el valor de los bienes del patrimonio del deudor demandado.
Se trata de actos materiales que tornan imposible en todo, o en parte, el cumplimiento de la sentencia
condenatoria.

La insolvencia del deudor puede ser real o simulada, relacionada con la totalidad de su patrimonio o con
sólo parte de él. Los actos típicos productores de la insolvencia del deudor pueden darse durante el curso de
un proceso o después de una sentencia condenatoria.

• Durante el curso de un proceso: Para determinar cuándo un proceso está en curso, se debe distinguir entre
el civil y el penal. Si es un proceso civil está en curso en el momento en que la demanda ha sido notificada al
deudor y éste ha tomado conocimiento de la apertura del proceso en su contra. Si se trata del penal, en los
delitos de acción pública el proceso está en curso desde la comisión del hecho; en los de acción privada, la
cuestión es como en el proceso civil.

• Después de una sentencia condenatoria: debe tratarse de una sentencia que condene al deudor al
cumplimiento de una obligación civil. La sentencia civil, para que dé lugar al delito, debe haber pasado en
autoridad de cosa juzgada. Los actos delictivos pueden ser cometidos antes o después de la sentencia
condenatoria. Para Buompadre, el estado de insolvencia debe producirse durante el curso de un proceso o
después de una sentencia condenatoria. Son dos alternativas temporales delimitadas, en las cuales la
insolvencia puede tener lugar. Por lo tanto, para la determinación del momento consumativo del delito, no es
necesario que exista una sentencia condenatoria que reconozca la obligación. La sentencia condenatoria
firme es un elemento alternativo del tipo, que indica que el delito puede cometerse durante el curso de un
proceso o después de una sentencia condenatoria.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito material e instantáneo, de daño
efectivo, se consuma con el perjuicio patrimonial que importa para el actor la insatisfacción del crédito por
la frustrada ejecución judicial. Es a partir de este momento que el patrimonio del acreedor queda lesionado,
por lo tanto, es desde este mismo momento que comienza a correr el término para la prescripción de la
acción penal. La tentativa es posible.

Colusión:

El art. 180 establece: Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año, el acreedor que consintiere en un
concordato, convenio o transacción judicial, en virtud de una connivencia con el deudor o con un tercero,
por la cual hubiere estipulado ventajas especiales para el caso de aceptación del concordato, convenio o
transacción. La misma pena sufrirá, en su caso, todo deudor o director, gerente o administrador de una
sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra índole, en estado de quiebra o de
concurso judicial de bienes, que concluyere un convenio de este género.

La acción típica es consentir. El acreedor comete el delito cuando consiente un concordato, convenio o
transacción judicial, que previamente ha pactado o convenido con el deudor y por los que se han estipulado
ventajas especiales, para el caso de aceptarse el acuerdo, convenio o transacción. Es decir, el acreedor y el
deudor convienen que aquel consienta en votar el acuerdo a cambio de ventajas especiales.

Los sujetos activos del delito pueden ser el acreedor (comerciante o no), el deudor (comerciante o no), el
director, gerente o administrador de una sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra
naturaleza, en estado de quiebra o de concurso judicial de bienes.

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Derecho Penal II – Cátedra 2

Se trata de un delito doloso, de dolo directo. Su consumación ocurre cuando el acreedor consiente el
concordato, convenio o transacción judicial. Esto ocurre cuando el acreedor vota de modo favorable por
ellos en el correspondiente acto procesal.

Connivencia del deudor y representante de una persona jurídica:

El delito del deudor consiste en concluir el convenio en el cual se pacta la emisión del voto por parte del
acreedor favorable al acuerdo, convenio o transacción judicial. Pueden ser autores del delito tanto el deudor
como los representantes de la persona jurídica enunciados en el precepto legal. La colusión (celebración) del
convenio marca el momento consumativo del delito.

Usurpación
El art. 181 establece: Será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años:

1. el que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro,
total o parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real
constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o
expulsando a los ocupantes;
2. el que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o límites
del mismo;
3. el que, con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.

Usurpación significa quitar, despojar a alguien de lo que es suyo.

Despojar es privar al otro del libre uso y goce sobre ese inmueble, puede implicar entrar.

Se despoja de los derechos a la persona que los tiene sobre ese bien. Deben darse medios comisivos
específicos: violencia, amenaza, engaños, abusos de confianza o clandestinidad.

Usurpación por despojo:

El bien jurídico protegido en estos delitos no es el inmueble, sino ciertos derechos que se ejercen sobre el
mismo, o bien ciertas situaciones de hecho vinculadas con el inmueble, que se traducen en la tenencia o
posesión efectivamente ejercidas como tales. Los derechos reales susceptibles de protección penal son los
derechos de uso, usufructo, habitación, servidumbre y anticresis.

La acción típica consiste en despojar a otro del inmueble que posee o tiene. El despojo es la privación del
goce material y efectivo del bien al anterior ocupante. La conducta importa el desplazamiento o exclusión de
una ocupación, materializada por un sujeto que ocupaba el inmueble personalmente o por medio de un
representante.

La acción debe ser traducida como quitar, sacar de la ocupación o impedir la ocupación del inmueble total o
parcialmente, por parte del sujeto pasivo. Pero, para ser típico, el despojo debe estar signado por la finalidad
de permanecer en el inmueble ocupándolo.

El despojo puede ser total o parcial, es decir, cuando se priva al sujeto pasivo de la tenencia de todo el
inmueble o sólo de una parte de él. El desplazamiento o exclusión puede realizarse invadiendo el inmueble
(penetración en el inmueble, aun sin expulsión de sus ocupantes), manteniéndose en él (permanecer en el
inmueble impidiendo al ocupante continuar ejerciendo los derechos sobre aquel) o expulsando a los

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

ocupantes (echando o desalojando del inmueble a los ocupantes para hacerse del mismo en su totalidad o
parte de él).

El sujeto activo puede ser cualquier persona. El sujeto pasivo es el tenedor, el poseedor o cuasiposeedor de
un inmueble.

Tenedor es quien tiene efectivamente la cosa, pero reconociendo en otro la propiedad. Poseedor es el que
por sí o por otro, tiene el inmueble bajo su poder con la intención de someterlo al ejercicio de un derecho de
propiedad. Hay detentamiento de la cosa (corpus) e intención de comportarse como dueño (animus).
Cuasiposeedor es el que ejerce un derecho real de uso, usufructo, habitación sobre el inmueble. No hay
animus.

El objeto del delito es siempre un inmueble, respecto del cual se protege todo derecho real que se ejerza
sobre él (tenencia, posesión u otro derecho real), quedando comprendidos sólo los inmuebles por su
naturaleza.

Los medios comisivos previstos por la ley son la violencia, la amenaza, el engaño, el abuso de confianza y la
clandestinidad, los cuales tienen que haber sido usados para consumar el despojo.

Violencia es el ejercicio o despliegue de una energía física que puede recaer sobre las cosas o sobre las
personas. La fuerza en las cosas es aquella que se ejerce sobre los mecanismos de defensa predispuestos en
un inmueble, destinados a impedir su ocupación. El engaño es el despliegue de medios engañosos, tiene por
objeto lograr la entrega u ocupación del inmueble. Las amenazas tienen una vis moral, que actúa sobre la
psique de la víctima, a través del anuncio de un mal grave, posible, de probable producción futura,
dependiente de la voluntad del autor. El abuso de confianza consiste en un aprovechamiento de la fe o
confianza dispensada por la víctima, al permitírsele el acceso o el uso del inmueble, para ocuparlo y
consumar el despojo, ya sea manteniéndose en el o mejorando la posición anterior. La clandestinidad es una
situación de posesión viciosa (de mala fe), que es aquella que se adquiere en forma disimulada u oculta,
aprovechando la ausencia del poseedor o titular, o adoptando los recaudos necesarios para evitar que éstos
tomen conocimiento de la situación.

Subjetivamente, la usurpación es un delito doloso, de dolo directo. Es instantáneo y se consuma con el


despojo, es decir, en el momento en que se priva a otro del goce efectivo del inmueble. La tentativa resulta
admisible.

Destrucción o alteración de términos o límites:

El art. 181 inc. 2 castiga al que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los
términos o límites del mismo.

La materialidad del delito consiste en destruir o alterar los términos o límites de un inmueble. La destrucción
implica la eliminación del término o límite, de manera que desaparece la función que cumplen con respecto
al fundo. La alteración consiste en cambiar un límite por otro, modificándose la ubicación que tenía.

Los objetos del delito son los términos o límites, es decir, aquellas señales o signos de distintas
características que sirven para delimitar los inmuebles contiguos (por ej. cercos, alambrados, mojones). Los
términos son los mojones o hitos que se colocan para fijar linderos. Los límites son los signos físicos,
naturales o artificiales, fijos o permanentes que constituyen la línea divisoria de dos inmuebles,
generalmente se utilizan cercos y alambrados.

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

Sujeto activo sólo puede ser el ocupante del fundo vecino o colindante, cualquiera que sea la calidad que
tenga con respecto a aquél (por ej. propietario, tenedor, poseedor, etc.), ya que sólo un colindante podría
apoderarse del inmueble para incorporarlo a su propiedad o tenencia.

Subjetivamente, el delito exige la concurrencia de un elemento subjetivo típico (para apoderarse de todo o
parte de un inmueble), que se agrega al dolo común de querer alterar o destruir los términos o límites. Es
instantáneo y se consuma con la destrucción o alteración de los términos o límites, se haya logrado o no los
designios del autor. La tentativa es posible.

Turbación de la posesión o tenencia:

El art. 181 inc. 3, reprime al que con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.

Se trata de un caso de usurpación sin despojo, ya que lo que está en juego no es la privación de la posesión o
tenencia de un inmueble, sino su tranquilo y pacífico uso y goce por parte del poseedor.

El delito consiste en turbar la posesión o tenencia de un inmueble mediante violencia o amenazas. La


turbación se produce cuando, por acción del autor, se altera o modifica la situación pacífica del uso y goce
de la posesión o tenencia de un inmueble. Los actos turbatorios deben ser materiales, es decir, que deben
recaer sobre el curpous posesorio, restringiendo el uso y goce del inmueble.

Los medios que debe emplear el autor son la violencia o la amenaza. El delito es doloso, de dolo directo. La
infracción es instantánea de efectos permanentes y se consuma con la realización de los actos turbatorios,
produciendo la limitación del ejercicio de la posesión o la tenencia. Es posible la tentativa.

Usurpación de aguas:

El art. 182 establece: Será reprimido con prisión de 15 días a 1 año:

1. El que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro sacare aguas de represas, estanques
u otros depósitos, ríos, arroyos, fuentes, canales o acueductos o las sacare en mayor cantidad que
aquella a que tenga derecho;
2. El que estorbare el ejercicio de los derechos que un tercero tuviere sobre dichas aguas;
3. El que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro represare, desviare o detuviere las
aguas de los ríos, arroyos, canales o fuentes o usurpare un derecho cualquiera referente al curso de
ellas.

La pena se aumentará hasta 2 años, si para cometer los delitos expresados en los números anteriores, se
rompieren o alteraren diques, esclusas, compuertas u otras obras semejantes hechas en los ríos, arroyos,
fuentes, depósitos, canales o acueductos.

La disposición prescribe cuatro tipos delictivos que tienen un elemento en común: el agua, que siempre debe
mantener su calidad de inmueble, es decir, que siempre debe tratarse del fluido incorporado como parte del
suelo, no el que se encuentra en recipientes, separado del suelo, ya que pasan a constituir delitos de hurto o
robo.

Sustracción del agua:

El delito consiste en sacar ilícitamente agua de un depósito o de un curso de agua, con el propósito de causar
perjuicio a otro. Se trata de una hipótesis de despojo de agua ajena.

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

La acción de sacar debe ser entendida como sinónimo de sustraer, tomar, llevar, apoderarse, etc., esto es,
privar a otro de lo que es su dominio, posesión o tenencia. La sustracción del agua ajena debe hacerse
mediante la modificación del curso del agua, no con recipientes u otros objetos que puedan contener
porciones del líquido. Sin embargo, la norma está imperfectamente construida (puede dar lugar a distintas
interpretaciones), ya que es difícil pensar en un modo de sacar el agua sin quitarle el carácter de inmueble y
sin acudir al procedimiento de desviarla o hacerla correr, pero tampoco es descartable un procedimiento que
permita sacar el agua sin anularla como inmueble (por ej. lograrlo por evaporación).

El término ilícitamente pone de manifiesto el accionar antijurídico del autor, es decir, que carezca de
derecho al agua sustraída o bien que cuente con un derecho menor.

Subjetivamente el delito es doloso, de dolo directo, pero el precepto exige algo más, el propósito de causar
perjuicio, que es un elemento subjetivo del tipo cuya inexistencia excluye el delito.

Estorbo del ejercicio de derechos sobre aguas:

El delito consiste, no en un despojo, sino en poner obstáculos o trabas que dificultan el ejercicio del derecho
que un

En esta hipótesis, el autor no toca el agua, no la saca de los lugares en que se encuentra, sino que estorba u
obstaculiza el ejercicio del derecho que otro tiene sobre esas aguas. Quedan alcanzados los actos de
impedimento para el sujeto pasivo (por ej. no abrir la compuerta que permite el paso del agua). El tipo
subjetivo se satisface con el dolo común, incluso el eventual. No obstante, nada impide que el autor persiga
una finalidad, económica o de otra índole.

El delito se consuma cuando los derechos del tercero se ven afectados por la conducta del autor.

Interrupción de un curso de agua:

Consiste en interrumpir ilícitamente un curso de agua, con el propósito de causar perjuicio.

La interrupción ilegitima del curso de agua se produce mediante las acciones de represar (estancar, encerrar,
impedir que el agua corra), desviar (modificar su curso o cauce normal) o detener (obstaculizar el curso de
agua para que pare de correr, impedir su cauce, anular totalmente su corriente). El curso de agua puede ser
un río, un arroyo, un canal o una fuente.

Es un delito doloso, de dolo directo, subjetivamente configurado (requiere el propósito de causar un


perjuicio).

Usurpación de un derecho sobre un curso de agua:

Consiste en despojar a otro de un derecho al uso y goce sobre alguno de los cursos de agua. Se trata de una
clase de usurpación que se configura a través de un despojo del ejercicio de un derecho real que pertenece a
otro y que implica el goce del agua.

Nuñez considera que el delito puede cometerse mediante cualquier medio que implique apropiación total o
parcial de un derecho de uso y goce de un curso de agua. El tipo exige que el autor obre ilícitamente y con el
propósito de causar perjuicio a otra persona.

Agravante:

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Derecho Penal II – Cátedra 2

Resulta aplicable la agravante cuando se rompen o alteran diques, esclusas, compuertas u otras obras
semejantes hechas en los cursos de agua.

Lo que distingue a la calificante es que, subjetivamente, el autor debe obrar para cometer los delitos. Si ésta
no fuera la finalidad, el delito queda desplazado hacia otra figura, por ej. daño.

Las obras se rompen cuando son destruidas o dañadas seriamente en sus estructuras, sea en forma total o
parcial, y son alteradas cuando son modificadas o cambiadas.

Daño
El art. 183 establece: Será reprimido con prisión de 15 días a 1 año, el que destruyere, inutilizare, hiciere
desaparecer o de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o parcialmente
ajeno, siempre que el hecho no constituya otro delito más severamente penado. En la misma pena incurrirá
el que alterare, destruyere o inutilizare datos, documentos, programas o sistemas informáticos; o vendiere,
distribuyere, hiciere circular o introdujere en un sistema informático, cualquier programa destinado a
causar daños.

Tratándose de un delito patrimonial, el bien jurídico tiene relación directamente con la integridad de la cosa
objeto de protección. Por lo tanto, es el dominio sobre la cosa el aspecto protegido por la norma penal en
estos casos.

El delito consiste en un ataque a la materialidad, utilidad, disponibilidad de las cosas, que elimina o
disminuye su valor de uso o de cambio. La acción material está dada por destruir, inutilizar, y hacer
desaparecer.

En este articulo hay una subsidiariedad expresa. Van a ser protegidos las cosas muebles, inmuebles y los
animales. Los demás artículos no especifican animales.

“Destruir” quiere decir deshacer la cosa, arruinarla, romperla, hacer que la materialidad de la cosa deje de
ser tal cual era. “Inutilizar” significa privar a la cosa de la aptitud que poseía, quitarle provecho, comodidad
o interés, la cosa sigue siendo lo mismo pero no es mas útil. “Hacer desaparecer” equivale a ocultar o perder
la cosa, colocarla fuera de la esfera de poder o control de su tenedor, sacarla de la órbita de su titular.
“Cualquier modo de dañar” que no sea ninguno de los otros ya mencionados.

El delito es de acción, pero la doctrina admite la omisión impropia, ya que se trata de un tipo resultativo o
tipo prohibitivo de causar.

El objeto del delito puede ser una cosa mueble, un inmueble o un animal, total o parcialmente ajenos,
siempre que no sea propiedad del autor, ya que el daño de la cosa propia o de aquellas que no tienen dueño,
es atípico.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, siempre que no sea el dueño de la totalidad de la cosa. Sujeto
pasivo es el propietario o titular de la cosa.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. El tipo subjetivo se satisface con la ilicitud de la acción
que recae sobre la cosa y la voluntad de querer causar el daño, sin que sean necesarias finalidades
trascendentes. El daño culposo es atípico. El delito es instantáneo y de resultado material, que se consuma
con la realización de las acciones típicas, es decir, con la producción del daño en la cosa. La tentativa es

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Zabaljauregui Agostina
Derecho Penal II – Cátedra 2

posible. Se trata de un delito subsidiario, es decir, que la pena se aplica siempre que el hecho no constituya
otro delito más severamente penado.

Agravantes:

El art. 184 establece: La pena será de 3 meses a 4 años de prisión, si mediare cualquiera de las
circunstancias siguientes:

1. Ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de sus
determinaciones;
2. Producir infección o contagio en aves u otros animales domésticos;
3. Emplear substancias venenosas o corrosivas;
4. Cometer el delito en despoblado y en banda;
5. Ejecutarlo en archivos, registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos, paseos u otros bienes
de uso público; o en tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros u otros objetos
de arte colocados en edificios o lugares públicos; o en datos, documentos, programas o sistemas
informáticos públicos;
6. Ejecutarlo en sistemas informáticos destinados a la prestación de servicios de salud, de
comunicaciones, de provisión o transporte de energía, de medios de transporte u otro servicio
público.

El daño se agrava por la concurrencia de las siguientes circunstancias:

1. Por la finalidad del autor: si el autor tiene por finalidad especifica ejecutar el hecho con el fin de impedir
el libre ejercicio de la autoridad (obstaculizar o impedir que una autoridad pública realice un acto o ejecute
una función), o ejecutar el hecho en venganza o revancha de una determinación de la autoridad (por ej, el
autor causa el daño porque ha sido detenido).

2. Por el resultado causado: la agravante se caracteriza por una doble circunstancia: por el resultado causado
(infección o contagio) y por el objeto sobre el que recae el daño (aves u otros animales domésticos).

3. Por el medio empleado: la agravante requiere el empleo de sustancias venenosas o corrosivas. El precepto
abarca el daño a animales y a cosas por medio de estas sustancias, quedando fuera el empleo de estos medios
contra las personas.

4. Por el lugar y el modo: si el daño ha sido cometido en despoblado y en banda. La agravante es compleja y
requiere la concurrencia de ambas circunstancias.

5. Por el objeto protegido: se funda en el interés que existe sobre la preservación de los objetos mencionados
en la norma. Están comprendidos los bienes públicos y privados, así como los bienes de uso público y
diferentes objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos.

Agravantes de la Ley 24.192: espectáculos deportivos:

Reprime con prisión el que destruyere o dañare una cosa mueble o inmueble total o parcialmente ajena en un
espectáculo deportivo.

Con prisión o prohibición de concurrencia el que arrojare líquidos, papeles encendidos o sustancias que
puedan causar un daño o molestias a terceros.

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