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Eugenia Sanchez

PENAL 2 - Cátedra 2
BOLILLA 1

1. La parte especial del derecho penal: su objeto y su correlación con la parte general

El Código penal argentino está compuesto por una Parte General y una Parte Especial.

La parte general se ocupa del estudio del delito y de la pena en abstracto, y la parte especial abarca el estudio del
delito y de la pena en concreto, esto es, aplicado al caso particular.

La parte general comprende el complejo de principios generales y de reglas comunes, que son válidas para la
generalidad de los delitos, se diferencia de la parte especial que comprende las singulares normas incriminadoras,
las varias figuras del delito con sus propias penalidades.

Las dos partes viven en relación de reciproca integración, la parte general carecería de todo sentido sin la existencia
de una parte especial, además esta no solo es importante, sino que tiene preeminencia sobre la parte general y,
específicamente, sobre la dogmática de la teoría del delito.

En conclusión, la parte especial del derecho penal es aquella que se ocupa de los delitos y de las penas en particular.
En ella se describen los tipos penales. Su objeto consiste en la descripción de las conductas que son consideradas
socialmente dañosas a bienes merecedores de protección legal, es decir, los bienes jurídicos.

Principales reformas efectuadas al libro II del código penal:

 Ley 16.648: entró en vigencia en noviembre de 1964, hasta la actualidad. Esta ley derogó el decreto ley
anterior e incorporó: atentados contra el orden público, enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados,
etc.
 Ley 17.567: sancionada en 1967, entro en vigencia al año siguiente. (obra de Soler, Fontán Balestra).
Introdujo reformas casi a la totalidad del CP, sustituyó tipos y denominaciones e incorporó nuevas figuras de
delito. Fue derogado (parcialmente) a posterior por otra ley.
 Ley 20.509: sancionada en 1973, hizo perder eficacia a todas las leyes no emanadas del congreso (una es la
anterior), como consecuencia se volvió al CP de 1921. Sin embargo, alguna legislación del gobierno de facto
las mantuvo.
 Ley 20.642: sancionada en 1974. Modificó algunas disposiciones del CP e introdujo nuevas tipologías que
hasta hoy están en vigor (P/E: amenaza, coacción, homicidio cometido con el concurso premeditado de dos
o más personas y los delitos del art 189 bises).
 Ley 21.338: sancionada y promulgada en 1976. Amplia modificación del código penal: restauro leyes
anteriores y creo nuevas figuras delictivas. Aumenta las escalas penales.
 Ley 23.077: llamada “defensa de la democracia” sancionada en 1984. Derogó numerosas disposiciones de las
leyes de facto vigentes hasta entonces e introdujo modificaciones como “rebelión” por “atentado al orden
constitucional y a la vida democrática”, incorporó nuevas modalidades de asociación delictiva.

Entre 1993 Y 1999: numerosas reformas parciales. Las de más relevancia:

 24.198: derogó art 244, elimina la rúbrica del Cap. II, titulo 11 del libro2 del CP.
 24.410: derogó el inc. 2° del art 81 (infanticidio), modificó las penas del art 106, eliminó segundo párrafo del
art 107, sustituyó la rúbrica del Cap. 2, título IV por el de “supresión y suposición del estado civil y de la

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ident9idad”, reformó el delito del art 138 y sustituyo el art 139, incorporó el delito del art 139 bis, sustituyó
penas del art 146, tercer párrafo art 292, segundo párrafo 293 y297.
 24.441: introduce normas sobre el fideicomiso, leasing y letras hipotecarias, incorporando 3 nuevos delitos
contra la propiedad en los inc. 12,13 Y 14 del Art 173.
 24.453: que elimina el delito de adulterio, deroga el art 74 y la rúbrica “adulterio” del título 3, Libro 2.
 25.086: modifica la ley nacional de armas y explosivos, art 189 bis e incorpora 189 ter.
 25.087: que modifica su totalidad el titulo 3 del CP, introduciendo como nueva rúbrica del mismo “delitos
contra la integridad sexual”.
 25.189: modifica art 84,94, 189, 196 y 203, incrementa el monto de las penas y los tiempos de inhabilitación
especial para delitos culposos.
 25.188: sustituye la rúbrica del cap. 6, titulo 12 del libro2 “cohecho”, por “cohecho y tráfico de influencias”,
incorpora el delito de tráfico de influencias en el art 256 bis, introduce modificaciones en varias figuras
delictivas, incrementa considerablemente la pena privativa de libertas en ciertos delitos y se incorporan
nuevos delitos contra la administración pública.

2. Los tipos penales: núcleo, concepto y clases:

El tipo penal es la descripción de la conducta prohibida en una norma.

El núcleo de cualquier tipo penal se constituye de una acción u omisión (conducta) que debe ser típica (es decir,
tipificada penalmente), antijurídica (contradicción de la conducta con el objetivo de la norma) y culpable
(reprochable al agente).

Clases:

 Único: un solo verbo.


 Compuesto conjunto: dos o más conductas: se cumplen las dos.
 Compuesto alternativo: dos o más conductas: se cumple una sola.

Elementos objetivos, subjetivos y normativos:

 Elementos objetivos: son datos o referencias de carácter físico; se trata de nociones que pueden ser
captadas fácilmente por los sentidos. Son referencias a cosas, a personas, a modos de obrar. Se refiere a
todas las acciones percibidas por los sentidos que configuran la conducta delictiva punible.
 Elementos subjetivos: son aquellos que exigen que el sujeto activo tenga determinadas características,
generalmente psíquicas. Que el sujeto tenga ánimo de actuar de forma ilícita; o que se encuentra bajo un
determinado estado de ánimo como el de “emoción violenta”; que el sujeto conozca determinadas
circunstancias como matar a un ascendiente “sabiendo que lo son”; o que el sujeto activo tenga
determinados deberes o esté en una situación determinada. El elemento subjetivo general es la culpabilidad.
A veces se añade la exigencia del dolo.
 Elementos normativos: son aquellos que hacen referencia a entes inminentemente jurídicos; o sea cosas que
pertenecen al mundo del derecho. Estos elementos perteneces al tipo pero no a la acción: el autor del hecho
no los realiza y tienen la condición prevista en la ley con independencia de la conducta delictiva. Ej. dan
significado a algunas expresiones usadas en el tipo penal, por ejemplo “cosa mueble ajena” requerida para
configurar el delito de hurto

Sujetos: son las personas en las que recae directamente la consecuencia de la acción delictiva. Se consideran como
indeterminados, cuando la ley no requiere una característica específica para que exista el delito y determinados,
cuando se requiere de un señalamiento específico para poder cometer o ser sancionado por la conducta.

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Activos: relativo a una persona física, que transforma al delito en común o especial, y a estos en delitos propios e
impropios; y a una persona jurídica.

Pasivos: pudiéndose desdoblar en sujeto pasivo de la acción (cuando es la persona el objeto directo de la acción u
omisión) y sujeto pasivo del delito (que es titular del bien jurídico protegido), comprendiendo a las personas físicas,
jurídicas y al Estado, sea como víctima, damnificado o perjudicado.

Terceros: no tienen pena pero son necesarios para la consumación.

Las condiciones objetivas de punibilidad:

Las condiciones de penalidad son circunstancias exigidas por la ley para que pueda imponerse pena, aun cuando la
acción concuerde con la descripta por la ley como prohibida y el autor haya actuado culpablemente, los cuales
pueden depender de la actividad de un tercero que no es partícipe en el hecho.

Las condiciones objetivas de punibilidad son circunstancias externas a la voluntad del agente, exigidas por la ley para
que pueda imponerse la pena (puede referir a factores extra humanos, o a la actividad de un tercero ajeno al hecho).
Son aquellos elementos de los que depende la necesidad, o no, de sancionar.

Pueden ser propias o impropias, en función de si condicionan la punibilidad (la condición impide dejar de castigar o
castigar más gravemente) o la no punibilidad (la condición permite castigar o aplicar una sanción más grave).

Los elementos que dan lugar a la condición objetiva de punibilidad, puesto que son objetivos y no vinculados a la
conducta, no deben ser abarcados por el dolo de quienes pueden beneficiarse de ella; por su carácter objetivo,
afecta a todos aquellos que toman parte del delito (autores y participes).

Por ej: Instigación y ayuda al suicidio (art. 83)

Condiciones previas para la procedibilidad de la acción penal: concepto y sus diferencias con las cuestiones
prejudiciales:

La acción penal es el punto de partida del proceso judicial, puesto que es la forma legal de ejercitar o reclamar la
violación de un derecho. Se origina a partir de un delito y persigue el juzgamiento de una persona de acuerdo a su
comportamiento contrario a la ley. Son circunstancias ajenas a lo injusto culpable de las cuales depende la
celebración de un proceso penal. Condicionan el inicio del procedimiento y que entre ellas se encuentran, por
ejemplo, la denuncia y la querella (acusación presentada ante un juez o tribunal competente para ejercitar la acción
penal contra los responsables de un delito, es decir, es la denuncia criminal) y pueden formularse verbalmente o por
escrito.
La acción penal se diferencia sustancialmente de las cuestiones prejudiciales, siendo éstas las que se manifiestan
antes de determinar la competencia jurisdiccional penal; indican si es necesario o no desviar el proceso a otra
jurisdicción por elementos de naturaleza distinta a la penal. Es decir, las cuestiones prejudiciales señalan cuándo los
órganos judiciales penales deben abstenerse de conocer el asunto hasta contar con la observación del juez civil,
laboral o administrativo respecto de la correspondencia de jurisdicción.
Las cuestiones prejudiciales se dan cuando un elemento constitutivo del delito debe esclarecerse en vía extrapenal
(laboral, civil, tributario, etc.) o sea son aquellos hechos o relaciones jurídicos que deben aclararse fuera de la vía
penal de cuya solución depende la naturaleza delictivo del hecho penal, por lo tanto su persecución o extinción. La
situación jurídica o hecho civil, comercial, administrativo, laboral, etc. debe preexistir al hecho penal denunciado.
Suspende el proceso penal hasta que en la vía extrapenal se defina lo que se discute.

Participación. Tentativa. Concursos:

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Los partícipes (arts. 45 a 49): son aquellos que toman parte en la ejecución del hecho ilícito o brindan un auxilio al
autor que es fundamental para poder perpetrar el hecho. Consiste en el aporte doloso que hace una persona en un
injusto doloso ajeno.
Existen dos tipos: 1) cómplices primarios quienes realizan un aporte indispensable sin el cual no se pudo haber
realizado el delito; reciben la misma pena que el autor. 2) cómplices secundarios quienes facilitan cualquier tipo de
ayuda o cooperación a la ejecución del hecho, sin ser ésta sustancial en el delito.

Art. 45: Los que tomasen parte en la ejecución del hecho o prestasen al autor o autores un auxilio o cooperación sin
los cuales no habría podido cometerse, tendrán la pena establecida para el delito. En la misma pena incurrirán los
que hubiesen determinado directamente a otro a cometerlo.
Art. 46: Los que cooperen de cualquier otro modo a la ejecución del hecho y los que presten una ayuda posterior
cumpliendo promesas anteriores al mismo, serán reprimidos con la pena correspondiente al delito, disminuida de un
tercio a la mitad. Si la pena fuere de reclusión perpetua, se aplicará reclusión de quince a veinte años y si fuere de
prisión perpetua, se aplicará prisión de diez a quince años.
Art. 47: Si de las circunstancias particulares de la causa resultare que el acusado de complicidad no quiso cooperar
sino en un hecho menos grave que el cometido por el autor, la pena será aplicada al cómplice solamente en razón del
hecho que prometió ejecutar.

Si el hecho no se consumase, la pena del cómplice se determinará conforme a los preceptos de este artículo y a los del
título de la tentativa.
Art. 48: Las relaciones, circunstancias y calidades personales, cuyo efecto sea disminuir o excluir la penalidad, no
tendrán influencia sino respecto al autor o cómplice a quienes correspondan. Tampoco tendrán influencia aquéllas
cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo el caso en que fueren conocidas por el partícipe.
Art. 49: No se considerarán partícipes de los delitos cometidos por la prensa a las personas que solamente prestaren
al autor del escrito o grabado la cooperación material necesaria para su publicación, difusión o venta.

La tentativa está regulada en le art 42 del CP y consiste en una conducta típica que no se ha desarrollado por
completo en su aspecto objetivo y subjetivo; también es llamada “delito incompleto”.
Art 42: “El que con el fin de cometer un delito determinado comienza su ejecución, pero no lo consuma por
circunstancias ajenas a su voluntad, sufrirá las penas del art 44”.
Art 43: El autor de tentativa no estará sujeto a pena cuando desistiere voluntariamente del delito.
Art 44: La pena que correspondería al agente, si hubiere consumado el delito, se disminuirá de un tercio a la mitad. Si
la pena fuere de reclusión perpetua, la pena de la tentativa será reclusión de quince a veinte años. Si la pena fuese de
prisión perpetua, la de tentativa será prisión de diez a quince años. Si el delito fuera imposible, la pena se disminuirá
en la mitad y podrá reducírsela al mínimo legal o eximirse de ella, según el grado de peligrosidad revelada por el
delincuente.

El concurso de delitos implica la concurrencia de dos o más delitos o faltas en un mismo delincuente, en un mismo
momento.
Existen tres tipos de concurso: 1) Concurso ideal: existe cuando una persona realiza una sola conducta que recae en
varios tipos penales; 2) Concurso real: implica la pluralidad de conductas que recaen en diversos tipos penales pero
que concurren en una sola sentencia judicial; 3) Concurso aparente: supuestos en los que pareciera que concurren
tipos penales pero en realidad uno de los tipos es absorbido por el otro según principios de especialidad, consunción
y subsidiariedad.

3. Clasificación de los delitos:

Delitos comunes y políticos: la principal diferencia radica en el bien lesionado.


Delitos comunes: se lesionan bienes jurídicos individuales. Por ej. Homicidio, bien jurídico: vida.
Delitos políticos: comprometen el orden y seguridad pública, institucional, constitucional del Estado, es decir,
intereses colectivos, por ej. rebelión, sedición, y traición y espionaje (contra la seguridad de la Nación).

Bipartita y Tripartita: La distinción radica en su gravedad.


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El Sistema Tripartito divide en crímenes, delitos y contravenciones.


El Sistema Bipartito divide en delitos y contravenciones.
Nuestro Código Penal es bipartito.

Según la modalidad de la acción: de acción u omisión.


Los de acción se cometen mediante un comportamiento positivo; en ellos se viola una ley prohibitiva.
En los delitos de omisión consiste en la no ejecución de algo ordenado por la ley.
Los delitos de omisión se dividen en:
· Los de simple omisión o de omisión propiamente dichos, consisten en la falta de una actividad jurídicamente
ordenada, con independencia del resultado material que produzcan; es decir, se sancionan por la omisión misma.
· Los delitos de comisión por omisión o impropios delitos de omisión, son aquellos en los que el agente decide actuar
y por esa inacción se produce el resultado material.

Según el resultado:
Son de lesión (daño) y de peligro concreto.
Los de daño, consumados causan un daño directo y efectivo en interés jurídicamente protegidos por la norma penal
violada, como el homicidio, el fraude, etc.
Los de peligro no causan un daño directo a tales intereses, pero los ponen en peligro, como el abandono de personas
o la omisión de auxilio.

Según el momento de consumación: Pueden ser: 1) Delito instantáneo: aquel en que la violación jurídica realizada en
el momento de consumación se extingue con esta. La acción coincide con la consumación. El agente no tiene ningún
poder para prolongarlo ni para hacerlo cesar. Ej. , En el homicidio, robo, hurto. 2) Delito Permanente: después de la
consumación continúa ininterrumpidamente la violación jurídica perfeccionada en aquella. Ej. , El rapto, el abandono
de familia. 3) Delito Continuado: la acción implica una serie de violaciones jurídicas que tienden a un único resultado.
La ley no da relevancia a estos actos (sí fuera así, serían varios delitos) Ej. : Cajero que saca centavo a centavo hasta
reunir una suma considerable (art. 42 CP). En el permanente hay una sola acción que se prolonga en el tiempo, en el
continuado hay pluralidad de acciones que configuran cada una un delito perfecto. 4) Delito Flagrante: es el que se
ha consumado públicamente y cuyo perpetrador ha sido visto por muchos testigos al tiempo en que lo cometía. 5)
Delito Conexo: las acciones están vinculadas de tal manera que unos resultados dependen de unas acciones y otros
resultados de otras acciones. Ej. Los delincuentes se ponen de acuerdo antes, luego cometen delitos en diferentes
tiempos y lugares.

Según la clase de acción que surge:


De acción Pública: Puede demandar quienquiera incluso el Ministerio Público de oficio.
De acción dependiente de instancia privada: Aquel en que el Fiscal puede perseguir sólo a pedido de la parte
damnificada u ofendida.
De acción privada: Se enjuicia y se persigue sólo a querella de parte ofendida.

Según el daño que causan:


1) Delito de lesión: la acción se concreta en la lesión total o parcial del bien jurídico que la norma tutela.
2) Delito de peligro: se concreta y perfecciona con la mera posibilidad de la lesión del bien jurídico (tener explosivos
en la casa, máquinas de fabricar monedas), aunque no haya dañado a nadie.

Relaciones entre los tipos penales: figuras simples, cualificadas y subsidiarias:

Las figuras simples son los tipos básicos que asignan una pena a la acción más elemental que puede presentarse para
vulnerar el bien jurídico. Las figuras cualificadas añaden al tipo básico ciertas cualidades, condiciones, circunstancias
o elementos que agravan (calificados) o atenúan (privilegiados) la consecuencia jurídica prevista para la figura básica
en razón del mayor riesgo o ataque al bien jurídico protegido, a la menor posibilidad de defensa del sujeto pasivo,
etc. Por otra parte, las figuras subsidiarias son aquellas que se aplican siempre y cuando no haya prevista una pena
más grave.

Eugenia Sanchez
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4- La protección de los derechos humanos. Antecedentes.


Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Rigen la
forma en que los individuos viven en sociedad, así como su relación con los gobiernos y las obligaciones que los
gobiernos tienen para con ellos. Son inherentes, inalienables y universales.

En el año 539 a.C., los ejércitos de Ciro el Grande, el primer rey de la Persia antigua, conquistaron la ciudad de
Babilonia. Pero sus siguientes acciones fueron las que marcaron un avance significante para el Hombre. Liberó a los
esclavos, declaró que todas las personas tenían el derecho a escoger su propia religión y estableció la igualdad racial.
Conocido hoy como el Cilindro de Ciro, este documento antiguo ha sido reconocido en la actualidad como el primer
documento de los derechos humanos en el mundo.
Desde Babilonia, la idea de los derechos humanos se difundió rápidamente por la India, Grecia y por último a Roma.
Ahí nació el concepto de “ley natural”, en la observación del hecho de que las personas tendían a seguir, en el
transcurso de la vida, ciertas leyes que no estaban escritas, y la ley romana se basaba en ideas racionales derivadas
de la naturaleza de las cosas.
Los documentos que afirman los derechos individuales, como la Carta Magna (1215), la Petición del Derecho (1628),
la Constitución de Estados Unidos (1787), la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos
(1789), y la Carta de Derechos de Estados Unidos (1791) son los precursores escritos de muchos de los documentos
de los derechos humanos de la actualidad.

 La Carta Magna.
En 1215, después de que el rey Juan de Inglaterra violara un número de leyes y tradiciones antiguas con que
se había gobernado Inglaterra, sus súbditos lo forzaron a firmar la Carta Magna, la cual enumera lo que
después vino a ser considerado como los derechos humanos. Entre ellos estaba el derecho de la iglesia a
estar libre de la intervención del gobierno, los derechos de todos los ciudadanos libres a poseer y heredar
propiedades y que se les protegiera de impuestos excesivos. Estableció el derecho de las viudas que poseían
propiedades para decidir no volver a casarse, y establece principios de garantías legales e igualdad ante la
ley. También contenía disposiciones que prohibían el soborno y la mala conducta de los funcionarios.
Considerada ampliamente como uno de los documentos legales más importantes en el desarrollo de la
democracia moderna, la Carta Magna fue un punto de cambio crucial en la lucha para establecer la libertad.

La Petición del Derecho: El siguiente hito en el desarrollo de los derechos humanos fue la Petición del
Derecho, elaborada en 1628 por el Parlamento Inglés y enviada a Carlos I como una declaración de
libertades civiles. El rechazo del Parlamento para financiar la impopular política externa del rey, causó que su
gobierno exigiera préstamos forzosos y que tuvieran que acuartelar las tropas en las casas de los súbditos
como una medida económica. La Petición del Derecho, iniciada por Sir Edward Coke, se basó en estatutos y
documentos oficiales anteriores y hace valer cuatro principios: (1) No se podrá recaudar ningún impuesto sin
el consentimiento del Parlamento, (2) No se puede encarcelar a ningún súbdito sin una causa probada
(reafirmación del derecho de habeas corpus, derecho que determinaba un plazo límite para resolver si se
arresta a un detenido), (3) A ningún soldado se le puede acuartelar con los ciudadanos, y (4) No puede
usarse la ley marcial en tiempos de paz.

Independencia y Constitución de Estados Unidos: El 4 de julio de 1776, el Congreso de Estados Unidos


aprobó la Declaración de Independencia. Su autor principal, Thomas Jefferson, escribió la Declaración como
una explicación formal de por qué el Congreso había decidido declarar la Independencia respecto a Gran
Bretaña. Filosóficamente, la declaración hace énfasis en dos temas: derechos individuales y el derecho de
revolución. Estas ideas llegaron a ser ampliamente aceptadas por los estadounidenses y también influenció
en particular a la Revolución Francesa.
La Constitución de 1791 es la constitución escrita más antigua en uso y define los organismos principales del
gobierno y sus jurisdicciones, y los derechos básicos de los ciudadanos.
La constitución limitó los poderes del gobierno federal de Estados Unidos y protegió los derechos de todos
los ciudadanos, residentes y visitantes en territorio estadounidense. Protege la libertad de expresión, la
libertad religiosa, el derecho de tener y portar armas, el derecho de reunirse y la libertad de petición.
También prohíbe la búsqueda e incautación irrazonable, el castigo cruel e inusual y la autoincriminación
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obligada. Entre las protecciones legales que brinda, la Declaración de Derechos le prohíbe al Congreso pasar
ninguna ley respecto al establecimiento de religión y le prohíbe al gobierno federal privar a cualquier
persona de la vida, libertad o propiedad sin el debido proceso legal.

 La Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos en 1789.


En 1789, el pueblo de Francia causó la abolición de una monarquía absoluta y estableció la primera
República Francesa. Sólo semanas después del ataque súbito a la Bastilla, la Asamblea Nacional
Constituyente adoptó la Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos como el primer paso
para escribir la constitución de la Republica de Francia.
La Declaración proclama que a todos los ciudadanos se les deben garantizar los derechos de “libertad de
propiedad, seguridad y resistencia a la opresión”. Argumenta que la necesidad de la ley se deriva del hecho
de que “…el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, tiene sólo aquellos límites que aseguran a
los demás miembros de la misma sociedad el goce de estos mismos derechos”. Por lo tanto, la Declaración
ve a la ley como “una expresión de la voluntad general”, destinada a promocionar esta equidad de derechos
y prohibir “sólo acciones dañinas para la sociedad”.

 Las Naciones Unidas.


En 1945, delegados de cincuenta naciones se reunieron en San Francisco, llenos de optimismo y esperanza.
La meta de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional era crear un organismo
internacional para promover la paz y evitar guerras futuras. Los ideales de la organización se establecieron
en el preámbulo al Acta Constitutiva que propusieron: “Nosotros, la gente de las Naciones Unidas, estamos
decididos a proteger a las generaciones venideras del azote de la guerra, la cual dos veces en nuestra vida ha
producido un sufrimiento incalculable a la humanidad”.

Convenios internacionales incorporados a la CN: Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.
La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas las tradiciones
jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es el documento más
universal de los derechos humanos en existencia, describiendo los treinta derechos fundamentales que constituyen
la base para una sociedad democrática. En la actualidad, La Declaración es un documento en continua evolución que
ha sido aceptado como contrato entre un gobierno y su pueblo en todo el mundo.
La Asamblea General proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos
los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose
constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades,
y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales
y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su
jurisdicción.
Argentina adopta este tratado con jerarquía constitucional plasmado en el artículo 75 inc 22 de la CN.

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.


Fue aprobada por la IX Conferencia Internacional Americana realizada en Bogotá en 1948. Argentina, la ha incluido
en la constitución, otorgándole jerarquía constitucional. El Preámbulo comienza con la frase “todos los hombres
nacen libres e iguales en dignidad y derechos” y establece principios básicos referidos a los derechos humanos,
referidos a los deberes que ellos conllevan y a su sentido moral. Entre algunos derechos de los hombres se
mencionan: a la vida, a la libertad, a la seguridad e integridad, a la libertad religiosa y de culto, a la libertad de
investigación, opinión, expresión y difusión, a la constitución de la familia, a la educación, etc. Y entre los deberes se
nombran: a los deberes ante la sociedad; para con los hijos y los padres; de sufragio; de obediencia a la ley, etc.

Convención Americana sobre los Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica).
Se llevó a cabo el 22 de noviembre de 1969 en la ciudad de San José en Costa Rica y entró en vigencia el 18 de julio
de 1978. Es una de las bases del sistema interamericano de promoción y protección de los derechos humanos. Si el
ejercicio de tales derechos y libertades no estuviese ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter,
los Estados partes están obligados a adoptar medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para
hacerlos efectivos. Como medios de protección de los derechos y libertades, establece dos órganos para conocer de
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los asuntos relacionados con el cumplimiento de la Convención: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Pacto Internacional de los derechos civiles y políticos (ley 23313).


La ley 23.313 fue sancionada y promulgada en 1986.
Los Estados Partes en el Pacto, conforme a los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, la libertad,
la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de
la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables
Artículo 1:
1-Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su
condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.
2-Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin
perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional basada en el principio de
beneficio reciproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un pueblo de sus propios
medios de subsistencia.

Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio.


Es un documento de Naciones Unidas aprobado en 1948. Su principal impulsor fue el jurista polaco Raphael Lemkin
que fue el primero en utilizar y definir el delito de genocidio en un libro publicado en 1946 en el que denunció los
crímenes nazis cometidos en la Europa ocupada. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial Lemkin dedicó todos sus
esfuerzos al reconocimiento internacional del delito de genocidio.
El artículo I dice “Las partes contratantes confirman que el genocidio, ya sea cometido en tiempo de paz o en tiempo
de guerra, es un delito de Derecho de Gentes, que se comprometen a prevenir y sancionar”. El artículo II de la
Convención consideró genocidio todo acto cometido con la intención de destruir, totalmente o en parte, a un grupo
nacional, étnico, racial o religioso. Las personas acusadas de genocidio, o de uno cualquiera de los actos enumerados
en el artículo III (La asociación para cometer genocidio; la instigación directa y pública a cometer genocidio; la
tentativa de genocidio; la complicidad del genocidio), serán juzgadas por un tribunal competente del Estado en cuyo
territorio se haya cometido el acto, o ante la corte penal internacional que sea competente respecto de aquellas de
las partes contratantes que hayan reconocido su jurisdicción.

Convenio internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial.


Entrada en vigor: 4 de enero de 1969. La expresión "discriminación racial" denotará toda distinción, exclusión,
restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o
por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos
humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de
la vida pública.
Los Estados partes condenan la discriminación racial y se comprometen a seguir, por todos los medios apropiados,
una política encaminada a eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a promover el entendimiento entre
todas las razas, y con tal objeto:
a) Cada Estado parte se compromete a no incurrir en ningún acto o práctica de discriminación racial contra personas,
grupos de personas o instituciones;
b) Cada Estado parte se compromete a no fomentar, defender o apoyar la discriminación racial practicada por
cualesquiera personas u organizaciones;
c) Cada Estado parte tomará medidas efectivas para revisar las políticas gubernamentales nacionales y locales, y para
enmendar, derogar o anular las leyes y las disposiciones reglamentarias que tengan como consecuencia crear la
discriminación racial o perpetuarla donde ya exista;
e) Cada Estado parte se compromete a estimular, cuando fuere el caso, organizaciones y movimientos multirraciales
integracionistas y otros medios encaminados a eliminar las barreras entre las razas, y a desalentar todo lo que tienda
a fortalecer la división racial.
2. Los Estados partes tomarán, cuando las circunstancias lo aconsejen, medidas especiales y concretas, en las esferas
social, económica, cultural y en otras esferas, para asegurar el adecuado desenvolvimiento y protección de ciertos
grupos raciales o de personas pertenecientes a estos grupos, con el fin de garantizar en condiciones de igualdad el
pleno disfrute por dichas personas de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
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Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.


La Convención busca impedir absolutamente el uso de las torturas por parte de los Estados, sin admitir ninguna
excusa ni situación extraordinaria, como la guerra o cualquier otra emergencia. Fue adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1984, y entró en vigor el 26 de junio de 1987. Se entenderá
por el término "tortura" todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de
castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona
o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos
sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o
con su consentimiento o aquiescencia.

Convención de los derechos del niño.


Es un de las Naciones Unidas, firmado en 1989, a través del cual se enfatiza que los niños tienen derechos que se
desprenden de su especial condición de seres humanos que, por no haber alcanzado el pleno desarrollo físico y
mental, requieren de protección especial.
Reúne en un único texto sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. El texto de la CDN al que
suscriben los Estados está compuesto por un conjunto de normas para la protección de la infancia y los derechos del
niño. En virtud de ello, los Estados se comprometen a adecuar su marco normativo a los principios de la CDN y a
destinar todos los esfuerzos que sean necesarios para lograr que cada niño goce plenamente de sus derechos. La
convención está compuesta por 54 artículos que consagran el derecho a la protección de la sociedad y el gobierno. El
derecho de las personas menores de 18 años a desarrollarse en medios seguros y a participar activamente en la
sociedad. La convención reconoce a los niños como sujetos de derecho, pero convierte a las personas adultas en
sujetos de responsabilidades.
Por otra parte, también es significativo que se trate de una convención en lugar de una declaración. Esto significa
que los Estados participantes adquieren la obligación de garantizar su cumplimiento. La Declaración Universal de los
Derechos Humanos, como declaración, es una serie de principios y normas que los Estados crean y se comprometen
a cumplir internamente en sus naciones, pero quienes la firman no adquieren la obligación de cumplir su articulado.

BOLILLA 2

1. Delitos contra las personas

Se trata de una protección a sólo dos aspectos de la persona humana: su vida y su integridad corporal.

Los delitos contra la vida humana admiten la siguiente clasificación: por un lado están los delitos de homicidio, con
los cuales se tutela la vida humana después de verificado el proceso de nacimiento, con penas más graves; y por otro
lado, están los delitos de aborto, que abarcan a la vida humana en formación, con penas más leves. Ambos,
conforman delitos de resultado material.

Bien jurídico tutelado:

El bien jurídicamente protegido en estos delitos es la vida humana misma.

El concepto de vida humana no puede ser suministrado por el Derecho, el legislador no puede decir qué es vida
humana y qué no lo es. El legislador lo que puede hacer es sólo decir el cuándo y el cómo habrá de prestar tutela
normativa a esa realidad biológica que otra ciencia denomina vida humana.

La Constitución nacional, con anterioridad a la reforma de 1994, no hacía referencia expresa a la vida humana como
objeto de protección jurídica fundamental. Sin embargo, la opinión común de nuestra doctrina entendía que la vida

Eugenia Sanchez
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constituye el bien jurídico de mayor importancia, no sólo porque el atentado contra ella es irreparable, sino porque
es también la condición absolutamente necesaria para disfrutar de los restantes bienes. En la actualidad, con la
reforma de la Constitución, el derecho a la vida tiene consagración y reconocimiento constitucional, en virtud de la
incorporación de los tratados y acuerdos internacionales sobre derechos humanos.

Se discute en doctrina el contenido del derecho a la vida, esto es, si este derecho debe entenderse sólo en un
sentido puramente naturalistico, o sea, desde una perspectiva exclusivamente físico-biológica, o si, por el contrario,
tiene también un contenido valorativo.

Para un sector de opinión, la vida constituye un concepto puramente naturalistico, que se determina conforme a
criterios biológicos y fisiológicos. Sin embargo, un estudio sobre el derecho a la vida no puede prescindir de un
enfoque o análisis de tipo valorativo o social, en cuanto también constituye, el soporte de la dignidad, la libertad y
de los demás derechos fundamentales. Un enfoque totalizador de la vida humana se compone no sólo de elementos
biofisiologicos, sino también de elementos normativos-valorativos, que permitan una inserción del hombre en la
cúspide del sistema. La vida es vida humana en tanto sea considerada a partir de criterios de valor. El derecho mismo
considera a la vida como un valor al otorgarle protección de distinta intensidad según cual sea la fase o el momento
por el que atraviesa esa vida humana.

El derecho a la vida debe ser considerado como derecho a una vida digna, lo que sólo es posible concebir a partir de
un juicio de valor. Por ello, la vida constituye el valor de más alto rango en la escala axiológica.

Uno de los problemas fundamentales que se plantea la dogmática penal contemporánea en el plano del bien jurídico
tutelado en los delitos contra la vida humana es, determinar, por un lado, el momento en que comienza el nivel
mínimo de protección penal de la vida humana independiente, y por otro lado, determinar el límite máximo de
protección que coincide con la muerte de la persona.

Inicio de la vida humana: hay dos teorías: teoría de la fecundación (el comienzo de la vida humana se produce con la
fecundación del ovulo con el gameto masculino); teoría de la anidación (entiende que la vida humana comienza
cuando el ovulo fecundado anida en el útero, aproximadamente a los catorce días de producida la fecundación). El
instante en que se produce la concepción indica el preciso momento en que se puede afirmar que la vida humana
pasa a ser merecedora de protección jurídico-penal.

En el ámbito latinoamericano, la Corte IDH, en el caso “Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica” interpretó el termino
concepción como anidación. El CCyC siguió con esto.

Al derecho penal le corresponde determinar si la vida prenatal es o no un bien jurídico necesitado y merecedor de
protección, con independencia de si dicha vida reúne o no la condición de persona.

Desde la dogmática penal se tiene, como tesis de consenso, que la vida humana comienza desde el momento en que
se produce la fecundación del óvulo con el espermatozoide, pero es sólo cuando finaliza la fase de la anidación,
cunado debe procurarse la protección jurídica de la vida humana, ya que es desde este preciso momento que puede
afirmarse con cierto grado de exactitud que la mujer está embarazada. El estado de embarazo marca el inicio de la
protección penal y sólo desde allí puede cometerse el delito de aborto.

Inicio del nacimiento: el criterio diferenciador entre el aborto y el homicidio viene dado por el nacimiento del ser
humano, ya que es sólo a partir de este hecho biológico que queda fijado el limite mínimo de la vida humana
independiente. Habrá nacimiento entonces, y por ende homicidio, cuando se produzca la completa separación del
nuevo ser del cuerpo de la madre.

Eugenia Sanchez
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El comienzo del nacimiento se produce en el preciso momento en que se inicia el proceso de expulsión de la criatura
del seno materno, configurando este instante el límite mínimo en que tiene inicio la vida humana independiente,
mientras que el límite superior quedará fijado en el momento de la separación total del cuerpo de la madre. Es sólo
a partir de este instante que el ser humano adquiere vida independiente, con total autonomía respecto de la madre.

Fin de la vida: la muerte es un proceso biológico inevitable e irreversible, determinable por criterios médicos. Sin
embargo, la verificación del instante mínimo en que una persona está muerta para el Derecho ha suscitado
controversias.

Hasta no hace mucho tiempo, se consideraba muerta a una persona cuando se producía el cese definitivo de la
actividad cardiaca, respiratoria y de los centros nerviosos centrales, esta muerte natural implicaba también su
muerte jurídica. Actualmente, la muerte natural ya no tiene mayor utilidad para el derecho. El CCyC no brinda un
concepto de muerte, sino que de su contenido surge que hay dos clases de muerte: natural o real y la cerebral.

2. Homicidio

El art. 79 establece “Se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro, siempre que en
este Código no se estableciere otra pena”.

La pena debe ponderarse con la regla establecida en el art. 41 bis: “Cuando alguno de los delitos previstos en este
Código se cometiera con violencia o intimidación contra las personas mediante el empleo de un arma de fuego la
escala penal prevista para el delito de que se trate se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo, sin que ésta
pueda exceder el máximo legal de la especie de pena que corresponda. Este agravante no será aplicable cuando la
circunstancia mencionada en ella ya se encuentre contemplada como elemento constitutivo o calificante del delito de
que se trate”.

En nuestro derecho, el homicidio consiste en matar a otro y ese otro debe ser un ser humano nacido con vida del
vientre de una mujer.

Sus elementos típicos son una acción u omisión causales, un resultado material (la muerte de la persona) y un
elemento subjetivo (dolo) que supone la voluntad de suprimir a un ser humano.

La acción típica:

La acción en el delito de homicidio consiste en matar a otro, es un delito de comisión, pero, también puede
cometerse por omisión (omisión impropia), de resultado material o de lesión del bien jurídico vida humana.

En los casos de error en la identidad (se confunde una persona con otra a quien se quería matar y se la mata: A
quiere matar a B, lo confunde con C y mata a éste), el autor responderá por homicidio doloso, ya que el derecho no
hace distinción entre las personas y todas son protegidas por igual. En los supuestos de error en el golpe (se quiere
matar a una persona determinada pero, por una desviación en el golpe, se mata a otra distinta: A quiere matar a B,
hace el disparo, pero B se esquiva y el proyectil impacta en C), acá según la tesis tradicional, se comete un único
delito de homicidio, pues la subjetividad típica sigue siendo la misma. Se trata de objetos equivalentes y el error
carece de relevancia. Para otros, en cambio, establecen que se trata de un concurso ideal entre dos delitos, tentativa
de homicidio dolosa (respecto de la persona contra quien se dirigió la acción) en concurso ideal con homicidio
culposo (respecto de la muerte del extraño).

Por tratarse de un delito de resultado, el homicidio se consuma con la muerte de la víctima y se admite la tentativa.

Subsidiariedad legal del tipo:

Eugenia Sanchez
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Es una figura subsidiaria de los homicidios agravados, esto quiere decir que se aplicara la figura de homicidio simple
siempre y cuando no se aplique la de homicidio agravado.

Concepto de muerte: diversas acepciones y criterios para su determinación:

El concepto clásico de muerte, que es el cese definitivo de la actividad cardiaca, respiratoria y de los centros
nerviosos centrales, se vio cuestionado frente a un nuevo concepto: la muerte cerebral. Una persona está
definitivamente muerta cuando se demuestra que la actividad cerebral ha terminado totalmente: ausencia
irreversible de respuesta cerebral, de respiración, de reflejos encefálicos.

En la actualidad, se considera que el criterio adoptado por la Ley de trasplantes N° 24.193 es el que mejor se ajusta a
la esencia de lo que es el ser humano, ya que determina la muerte de una persona por comprobaciones que
evidencien el cese total e irreversible de las funciones cerebrales.

Sujetos activo y pasivo del homicidio:

Pueden ser cualquier persona, con excepción del feto, ya que implica otro delito (aborto). En cualquier caso, tiene
protección penal todo ser que pertenezca al género humano.

El homicidio simple admite una sola forma de imputación subjetiva: dolosa, pero es suficiente con el dolo eventual.
El error de tipo excluye el dolo y, por ende, la responsabilidad penal, si el error es invencible; de lo contrario si el
error es vencible, el autor deberá responder por el homicidio a título de culpa.

Medios comisivos:

El delito puede cometerse por cualquier medio, y estos pueden ser directos, cuando actúan hacia o contra la victima
de modo inmediato, sin la interferencia de ningún factor extraño (golpes, disparo de arma, puñalada, etc.) o
indirectos, cuando actúan hacia o contra la victima pero de modo mediato, esto es, por imprudencia de un factor
extraño que expone a la muerte del individuo.

También pueden ser materiales cuando actúan físicamente sobre el cuerpo o la salud de la víctima (por ejemplo,
cualquier tipoi de arma o el empleo de la fuerza física, castigos corporales, estrangulamiento, ahogamiento), dentro
de esta categoría están los medios mecánicos, que son todos aquellos instrumentos o aparatos predispuestos para
funcionar automáticamente y producir un daño en el cuerpo o en la salud de la víctima o su muerte. Pueden actuar
como defensa mecánica predispuesta (el alambre electrificado, las rejas con puntas, los vidrios en los muros, etc.).

Antiguamente se discutía la posibilidad de comisión del homicidio por un medio moral, que son aquellos que actúan
sobre la psiquis del individuo, concretándose en fuertes sacudimientos morales o psicológicos que producen la
muerte debido a la influencia de aquella sobre lo orgánico (por ejemplo, las torturas psíquicas, el miedo, el dolor, la
sorpresa). En la actualidad, se llegó a que el homicidio puede causarse tanto por medios materiales como por medios
morales.

Las concausas:

El homicidio requiere que haya una relación de causalidad entre el sujeto activo y el resultado. Pero a veces se dan
factores externos que precipitan el resultado y que cortan la relación causal. Son circunstancias que no pertenecen a
la acción pero que contribuyen a producir la muerte. En nuestro CP no se legisla sobre ella.

3. Homicidios agravados

Eugenia Sanchez
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Art. 80: “Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo 52, al que
matare:

1. A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una
relación de pareja, mediare o no convivencia.
2. Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.
3. Por precio o promesa remuneratoria.
4. Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su
expresión.
5. Por un medio idóneo para crear un peligro común.
6. Con el concurso premeditado de dos o más personas.
7. Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la
impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito.
8. A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su función, cargo o
condición.
9. Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o
del servicio penitenciario.
10. A su superior militar frente a enemigo o tropa formada con armas.
11. A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.
12. Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación en
los términos del inciso 1°.
Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez
podrá aplicar prisión o reclusión de ocho (8) a veinticinco (25) años. Esto no será aplicable a quien anteriormente
hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima”.

Inciso 1: A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido
una relación de pareja, mediare o no convivencia.

a) Por el vínculo:

El homicidio de los ascendientes o de los descendientes viola no sólo la ley escrita que establece el vínculo jurídico
del parentesco, sino una realidad biológica proveniente de la ley de la naturaleza y que da origen al vínculo de
sangre entre los individuos.

En cuanto al cónyuge, el homicidio se califica porque implica el quebrantamiento de un vínculo jurídico entre los
esposos, mientras que respecto al ex cónyuge y a la persona con quien el autor del crimen tiene o ha tenido una
relación de pareja, el fundamento de la mayor penalidad sólo podría justificarse por una razón de género, por cuanto
tales situaciones presuponen, en todo caso, un vínculo hecho entre los sujetos.

El delito consiste en matar a otro, y ese otro debe ser uno de los sujetos expresamente señalados: ascendiente,
descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja,
mediare o no convivencia.

Estamos frente a un delito especial impropio, limitado sólo a un determinado circulo de autores, ya que solo puede
ser cometido por quien se encuentre ligado a la víctima por alguno de los vínculos (ascendiente, descendiente y
cónyuge). En los casos de ex cónyuge, de la pareja o del conviviente, estamos ante un delito común de sujetos
indiferenciados, ya que el autor o la victima pueden ser cualquier persona.

Eugenia Sanchez
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Sujeto activo y pasivo solo pueden ser aquellos expresamente mencionados en la ley, estos son indiferenciados al
sexo, ya que no configura un delito de género.

El tipo penal no exige que la muerte de la víctima se produzca en un contexto de género, sino que abarca cualquier
situación que presuponga una relación, fáctica o jurídica, entre los sujetos. Si la muerte se produce en un contexto
de género y la víctima es del sexo masculino, el hecho queda enmarcado en esta figura, mientras que si la víctima es
del sexo femenino y el autor es un hombre, el hecho se traslada a la figura del inc. 11: femicidio.

Supuestos excluidos:

La figura queda excluida por ignorancia o error. Tampoco son suficientes la mera creencia en la existencia del
vínculo, ni la duda o sospecha acerca de él. En los casos de error en la persona o error en el golpe, la cuestión se
resuelve por aplicación de los principios generales en materia de error y culpabilidad. En el primer caso, hay un error
en la identidad física de quien se busca matar y hay un homicidio simple por defecto inicial del elemento subjetivo.
En el segundo caso, juegan los mismos principios que para el error en la persona, salvo que, queriendo matar a un
pariente, efectúe el disparo y mata a otro pariente o a otro sujeto unido por alguno de los vínculos establecidos en la
ley, acá el homicidio es agravado.

Se consuma con la muerte de la víctima y admite la tentativa y todas las formas de participación criminal.

La participación:

La participación se rige por los principios generales; por tanto, la agravante se traslada al partícipe -aunque no esté
vinculado con la víctima por ninguno de los parentescos -, en cuanto haya conocido la existencia del vínculo de la
víctima con el agente de cuyo acto participa.

Art. 48: Las relaciones, circunstancias y calidades personales, cuyo efecto sea disminuir o excluir la penalidad, no
tendrán influencia sino respecto al autor o cómplice a quienes correspondan. Tampoco tendrán influencia aquéllas
cuyo efecto sea agravar la penalidad, salvo el caso en que fueren conocidas por el partícipe.

Circunstancias extraordinarias de atenuación:

“…Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el juez
podrá aplicar prisión o reclusión de ocho (8) a veinticinco (25) años. Esto no será aplicable a quien anteriormente
hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima”.

El último párrafo del art. 80 regula la aplicación de las causas extraordinarias de atenuación únicamente para las
situaciones del inc.1, pero impidiendo su aplicación cuando el homicidio se hubiere cometido en un contexto de
violencia contra la mujer. Si la muerte se produjere sobre una persona del sexo masculino, pueden resultar
aplicables las circunstancias extraordinarias de atenuación sin limitaciones. Por lo tanto, la regla beneficia a la mujer,
no al hombre víctima del mismo delito.

Otro problema que plantea se refiere a la expresión “anteriormente” utilizada en el párrafo. Al no especificar la
fórmula legal lo que debe entenderse por el vocablo “anteriormente”, deja en manos del juez un margen de
discrecionalidad muy peligroso, que puede erosionar el principio de seguridad jurídica.

Un análisis literal del texto nos da la idea de que el legislador se ha decantado por un sistema numérico de actos de
violencia, al exigir que el autor “anteriormente hubiera realizado actos (en plural) de violencia”. Entonces,
“anteriormente” (anterior a qué?) debe ser entendida como “anterior al episodio de violencia actual“, el que es
motivo de juzgamiento, pero esos actos de violencia deben ser plurales, es decir, dos como mínimo. En conclusión, la

Eugenia Sanchez
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atenuación de la pena no será de aplicación cuando la mujer víctima haya sido anteriormente objeto de actos de
violencia por parte del agresor, en un contexto que puede ser o no de género, pero que han sido desplegados con
anterioridad a su asesinato.

Cuando la ley hace referencia a la mujer víctima, está aludiendo al sujeto pasivo del delito previsto en el inc. 1 del
art. 80, no a cualquier mujer, sino solo a aquella que esta o ha estado unida vincular o relacionalmente con el
agresor.

Las circunstancias extraordinarias de atenuación exigen la concurrencia de requisitos positivos y negativos:

Positivo: a) una objetividad, un hecho, un acontecimiento, b) que el hecho se traduzca en sí mismo una entidad de
tal naturaleza que se halle fuera del orden o regla natural o común, c) que esa objetividad sea captada
subjetivamente por quien actúa y funcione como causa determinante de la muerte, y d) que determine, por su
naturaleza, una disminución de la culpabilidad.

Negativos: que no haya emoción violenta excusable por las circunstancias.

Las circunstancias extraordinarias de atenuación pueden referirse a relaciones entre el autor y la víctima o a
conductas que provienen de esta última (por ej. graves y constantes amenazas), o también a situaciones personales
de desgracia, enfermedad, angustia o de grave dolor que impulsan al crimen. Los casos de eutanasia generalmente
configuran causas extraordinarias de atenuación.

Inciso 2: Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso.

b) Por el modo de ejecución: ensañamiento. Especial referencia a las sevicias graves

El ensañamiento es definido como el aumento deliberado e inhumano del dolor por el ofendido. Conforma una
causal de agravación del homicidio de carácter esencialmente subjetivo, es decir que no presupone únicamente la
producción de un hecho material (la muerte de la víctima), sino que requiere la concurrencia de un componente
psíquico.

El autor quiere causar deliberadamente el mayor mal posible, en forma perversa y cruel, innecesaria para la
consumación del delito. Requiere una idea, una circunstancia subjetiva que consiste en ese propósito deliberado de
causar daño de más por crueldad, causando el mayor dolor posible a la víctima. Por ello es un modo cruel de matar.

Sevicias graves fueron eliminadas del Código como causal autónoma de agravación por su dudoso contenido,
superpuesto al ensañamiento.

Las sevicias graves pueden distinguirse del ensañamiento. Son dos modos de matar que, aunque tienen
características similares, se diferencia entre si

Sevicia grave Ensañamiento


Es un medio para matar. Es una forma de matar.
La crueldad del medio aparece gradualmente Se caracteriza por una duración más breve, con una
desplegada hasta llegar a la muerte. ejecución casi inmediata con el fallecimiento de la
víctima.
Es suficiente el dolo eventual. Requiere la intención de causar deliberadamente males
innecesarios, al ánimo de dar muerte se une el propósito
de hacerlo en forma perversa y cruel.

Eugenia Sanchez
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Por último, con la supresión de las sevicias graves de las agravantes del homicidio no significa la ampliación del
concepto de ensañamiento, razón por la cual, la muerte causada por sevicias, en el estado actual de nuestro
derecho, configura una hipótesis de homicidio simple.

Alevosía:

Es la muerte dada ocultamente a otro, asegurando su ejecución por evitación de todo riesgo o peligro e
imposibilitando la defensa de la víctima.

Se admiten diferentes modalidades:

a. Proditoria: caracterizada por la trampa, emboscada o acecho.


b. Aleve o súbita inopinada: por sorpresa, repentina, imprevista.
c. Aprovechamiento de una especial situación de desvalimiento o indefensión: muerte de seres indefensos,
niños, ancianos, enfermos graves o victimas embriagadas en fase comatosa o letárgica.
Son elementos de la alevosía:

1. Ocultamiento del agresor o de la agresión misma: constituye la emboscada.


2. Falta de riesgo para la persona del autor: existe aunque el agente lo ignore. El autor debe haber buscado su
propia seguridad personal antes de ejecutar la muerte.
3. Estado de indefensión de la víctima: debe haber estado en la mente del autor procurársela.

d) Por el medio empleado: Veneno:

No toda muerte provocada con veneno califica el homicidio, sino solo aquella ejecutada insidiosamente.

La insidia es el elemento que caracteriza al homicidio con veneno. La agravante solo resulta aplicable si el veneno ha
sido empleado insidiosamente, esto es, en forma oculta o subrepticiamente.

La fórmula “otro procedimiento insidioso“ tiene la siguiente interpretación: las muertes provocadas por sustancias
que actúan químicamente en el cuerpo humano y han sido propinadas de manera oculta, configuran un homicidio
agravado con veneno, toda otra sustancia con capacidad letal, empleada del mismo modo, va a parar a la agravante
“otro procedimiento insidioso“.

c) Por el móvil: Inciso 3: Por precio o promesa remuneratoria

El fundamento de la agravante radica en el pacto infame sobre el precio, que representa la causa por la que el autor
material interviene y comete el hecho.

El delito requiere la concurrencia de los siguientes elementos:

 La intervención de, al menos, dos personas: el mandante o autor moral, que es quien encomienda matar y
ofrece el precio o la promesa, y el mandatario o autor material, que es quien ejecuta el homicidio. Pueden
ser también más de dos personas los que protagonizan el hecho, por ej. si el ejecutor material, a su vez,
encarga a un tercero la comisión del homicidio.
 La existencia de un pacto homicida entre el mandante y el mandatario: pero, por sí solo, el acuerdo no es
suficiente, es necesario que el hecho haya comenzado a ejecutarse para generar responsabilidad. La sola
formulación del pacto sin principio de ejecución constituye un acto preparatorio impune. El pacto o acuerdo
criminal debe ser expreso, pudiendo ser verbal o escrito, pero nunca tácito o presumido.

Eugenia Sanchez
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 El precio o promesa determinantes de la acción homicida: que sean determinantes de la acción homicida.
Por precio debe entenderse, tanto el precio en dinero como cualquier otra ventaja que sea apreciable
económicamente. Toda otra retribución (por ej. de tipo sexual) queda fuera del concepto y no genera
agravante. El pago del precio debe hacerse efectivo antes de la ejecución del hecho. La promesa
remuneratoria consiste en el ofrecimiento de una suma de dinero o cualquier otro beneficio traducible
económicamente.
Inciso 4: Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su
expresión.

Placer:

El homicidio por placer es el crimen del sádico y del perverso. Mata por placer el que, al hacerlo, experimenta una
sensación agradable, quien encuentra en ello satisfacción, quien se regocija perversamente al destruir una vida.
Generalmente, la sensación de placer está referida a lo sexual, aunque no excluye otros placeres. Por lo tanto, la
agravante comprendería el placer de la sangre y el propósito de satisfacer impulsos sexuales. Para Núñez, sin
embargo, la agravante comprende casos de impulso de perversidad brutal y otras clases de sensaciones, como la
sola contemplación de la muerte.

Puede llevar a una reiteración delictiva.

Codicia:

Es todo apetito desmesurado y desordenado de riquezas o beneficios. Adquiere relevancia lo interno (aspecto
volitivo) del sujeto, esto es, su inclinación exagerada al lucro.

La codicia revela un estado espiritual especial del individuo, de características más estables y de logros
indeterminados, que requiere ser indagado en el interior del sujeto.

Importa un ánimo o anhelo de ganancias o beneficios indeterminados, que puede permanecer en el sujeto aun
después del hecho delictuoso. Se puede decir que es un estado de ánimo.

Odio racial o religioso. Referencia al genocidio.

La agravante se caracteriza subjetivamente, esto es, requiere que el autor experimente una profunda aversión hacia
determinada persona o grupo de personas, por pertenecer o no a una determinada raza, o por profesar o no un
determinado credo. No es suficiente que se mate sólo por odio o porque el individuo pertenece o no a un tipo de
raza o religión, sino que ese odio debe estar estrechamente vinculado a la pertenencia o no del individuo a una raza
o religión determinadas.

Esta clase de homicidio admite cualquier medio de comisión, aunque ello implique la superposición de agravantes.

La disposición comprende la eliminación en masa de personas (genocidio), pero para su consumación basta con que
se mate a una sola persona por los motivos expuestos.

Odio de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión:

Las leyes argentinas han ampliado la protección a la mujer y a la identidad de género en diversos aspectos. En esta
idea se dictó la ley 24.417 de Protección contra la Violencia Familiar; la ley 26.485 de Protección Integrar para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres; la ley 26.743 sobre Identidad de género y la ley
26.791 que incorpora los delitos de género en el CP.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

Aquí se trata el individuo que mata por odio a la víctima por el hecho de pertenecer ésta a un determinado género
(masculino o femenino), o a una orientación sexual determinada (heterosexual, homosexual) o por su identidad de
género o su expresión.

Se entiende por identidad de género a la vivencia interna del género tal como cada persona la siente, la cual puede
corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.

Siempre es necesario el elemento subjetivo para constituir a la agravante, es decir, que la razón determinante del
homicidio haya sido el odio al género, orientación sexual, identidad de género o expresión de la víctima.

Inciso 5: Por un medio idóneo para crear un peligro común.

La agravante exige: a) la muerte de una persona; b) el empleo de un medio capaz de crear un peligro común, y c) una
relación causal que vincule ese medio con el resultado producido.

Un medio es idóneo para crear un peligro común cuando posee capacidad para colocar en riesgo de daño a bienes o
personas en forma indeterminada. No es suficiente el peligro de daño a una persona o personas determinadas, sino
que se requiere un peligro colectivo, que afecte a un número indeterminado de individuos o a bienes en general.

La agravante se consuma con la muerte de la persona y admite la tentativa y todas las formas de participación
criminal.

Inciso 6: Con el concurso premeditado de dos o más personas.

Se trata de un acuerdo para ejecutar el delito. De esta manera, puede afirmarse que la agravante exige los siguientes
requisitos:

 La muerte de una persona.


 Que la muerte haya sido ejecutada, como mínimo, por tres o más individuos.
 La existencia de un concurso (acuerdo) premeditado, previo al delito.
Los que participan del acuerdo deben ser capaces penalmente, esto es, imputables, por cuanto la exigencia de la
premeditación indica que cada interviniente debe reunir un mínimo de conciencia y voluntad en la formalización del
convenio. Sin discernimiento no puede haber acuerdo válido. Por lo tanto, quedan fuera de la agravante los
inimputables por minoridad, por deficiencia mental y aquellos cuyo acuerdo ha sido conseguido por medio de
violencia, coacción, error o engaño.

Además, teniendo en cuenta que la ley exige el concurso premeditado (acuerdo previo al homicidio), la ratificación
posterior al hecho no conduce a la agravante.

d) Por su conexidad con otro delito: homicidio conexo con otro delito o “criminis causa”

Inciso 7: Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la
impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito.

La naturaleza de la agravante es eminentemente subjetiva. El autor debe obrar con una “motivación especial” que es
la determinante de su conducta.

Se comete el homicidio para o por otro delito. Además del dolo propio de todo homicidio (el agente debe querer
matar), la ley incorpora un elemento subjetivo especial (“para” preparar, facilitar, etc.; “por” no haber logrado el fin
propuesto) que obra como intención final del autor. El homicidio representa el medio para lograr o consumar otro

Eugenia Sanchez
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delito. Por ello, la conexión es necesaria entre uno y otro tramo, entre lo que el autor hace (mata) y lo que persigue
(otro delito).

La conexión subjetiva entre el homicidio y la finalidad del autor excluye el dolo eventual. El autor comete un delito
para o por concretar otro delito, de manera que esa motivación que lo ha llevado a matar integra el dolo del tipo en
cuestión, que lo especializa por su específica finalidad. El dolo de matar “para” o “por” es un dolo directo, que debe
aparecer antes o durante la ejecución del homicidio.

La agravante exige para su configuración una conexidad subjetiva que funciona como un eslabón que une el
homicidio con otro delito. Los dos hechos están conectados psicológicamente entre sí.

Esta conexidad puede manifestarse de dos modos distintos:

Como conexión final: el sujeto actúa “para”; esto es, con un motivo proyectado hacia el futuro (mata procurando
obtener algo deseado). La ley hace referencia a esta clase de conexión cuando dice para “preparar”, “facilitar”,
“consumar”, “ocultar”, “procurar la impunidad”.

Como conexión impulsiva: el sujeto actúa “por”, es decir, por un motivo surgido del pasado (mata por sentirse
frustrado en sus fines o planes, vengando el fracaso ya sufrido). La norma alude a esto caso cuando expresa “por no
haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”. Es decir, es un homicidio por despecho, frustración,
resentimiento o venganza, por no haber concretado los propósitos perseguidos.

Si el otro delito (delito fin) se concreta, sea en su forma tentada o consumada, se da una hipótesis de concurso real
con homicidio. Es admisible la tentativa de homicidio agravado y la participación se rige por las normas comunes.

e) Por la calidad del sujeto pasivo y activo:

Homicidio agravado por la función, cargo o condición del sujeto pasivo:

Inciso 8: A un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias, por su función, cargo o
condición.

El tipo penal se estructura sobre la base de un aspecto objetivo y otro subjetivo. El tipo objetivo exige que el autor
mate a una persona que, en el momento del hecho, revista la condición de miembro de las fuerzas de seguridad
pública, policiales o penitenciarias. El tipo subjetivo requiere, por su parte, que la conducta típica vaya acompañada
de una conducta específica: matar porque la victima pertenece a alguna de estas instituciones del Estado.

Esto significa que no resulta suficiente, para que concurra la agravante, con matar a un miembro de estas fuerzas,
sino que es necesaria una conexión subjetiva entre la acción típica y la motivación final del autor.

Lo que importa es que, al momento del hecho, el sujeto posea la condición exigida típicamente, esto es, que posea la
calidad funcional o siga encuadrado dentro de la fuerza correspondiente.

La figura sólo es compatible con el dolo directo. Se trata de delitos de tendencia de especial motivación subjetiva, en
los que opera un elemento o factor motivacional del comportamiento típico o de la resolución criminal.

Agravación por la condición del sujeto activo:

Inciso 9: Abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales
o del servicio penitenciario.

Eugenia Sanchez
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Esta disposición se caracteriza por las siguientes circunstancias: por la condición del sujeto activo y por la relación
funcional con el hecho.

Se trata de un tipo especial impropio que sólo puede ser cometido por un sujeto que reúna las condiciones exigidas
por el precepto legal. En cuanto a la relación funcional requerida típicamente, el autor debe, al momento de ejecutar
la muerte de la víctima, estar en función activa, pues solo así podría abusar de ella. Pero no es suficiente que se
encuentre en servicio activo sino que debe abusar de su función o cargo que inviste, es decir, debe hacer un mal uso,
excesivo, arbitrario, contrariamente a lo que establecen la ley o los reglamentos, del poder o facultades otorgadas
legalmente.

Homicidio por su comisión bajo estado militar:

Inciso 10: A su superior militar frente a enemigo o tropa formada con armas.

La acción puede ser cometida por el sujeto activo en el propio ámbito de una unidad militar o fuera de ella. El tipo
penal admite la muerte de la víctima durante o en ocasión de una situación de conflicto armado o durante períodos
de paz, pero, en cualquier caso, el hecho debe haberse cometido frente a un enemigo o frente a la tropa formada
con armas, que puede conformarse en cualquier momento del desarrollo de la actividad militar.

La acción típica consiste en “matar” a otro y ese otro debe ser un “superior”. Esta expresión importa, al mismo
tiempo, que la víctima debe revestir la calidad de “militar” con jerarquía superior a la del autor del hecho.

Sujetos activo y pasivo sólo pueden ser un militar, por lo tanto se trata de un delito especial impropio.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo.

Homicidio agravado por odio

Consiste en matar a otro por odio de género o la orientación sexual, identidad de género o su expresión.

La agravante se caracteriza por el móvil del autor, que es el odio o la aversión que siente la víctima, por su condición
de pertenecer a un determinado género, por su orientación sexual o por identidad de género.

El agresor mata por odio al género humano, constituido por los sexos masculino y femenino, sea por las diferencias o
desigualdades que ello implica o bien por misoginia, esto es, por desprecio a la víctima porque es del sexo femenino.

Inciso 11: A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.

Femicidio:

Es el asesinato de una mujer o el empleo de violencia contra la mujer en un contexto de género. Se caracteriza por la
presencia de una víctima vulnerable, que es el elemento determinante del mayor contenido de injusto del hecho
típico. Se trata, siempre y en todos los casos, de una cuestión de género.

Se caracteriza como una forma extrema de violencia contra las mujeres, consistente en dar muerte a una mujer por
su mera condición de tal. No se trata del homicidio de cualquier mujer, sino de una mujer por el hecho de serlo. Por
lo tanto, implica una cuestión de género.

Entonces, se lo puede definir como “la muerte de una mujer, causada por un hombre, en un contexto de género, por
su pertenencia al género femenino”.

Eugenia Sanchez
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El femicidio implica un tipo de homicidio especialmente agravado por la condición del sujeto pasivo y por su
comisión en un contexto ambiental determinado. Siempre la víctima debe ser una mujer y la muerte debe haber sido
provocada en un ámbito situacional específico, que es aquel en el que existe una situación de subordinación y
sometimiento de la mujer por el varón, basada en una relación desigual de poder. Sólo desde esta perspectiva se
puede justificar la agravación de la pena cuando el autor del homicidio es un hombre y la víctima es una mujer. De
otro modo, se estaría concediendo mayor valor a la vida de una mujer que a la de un hombre, en iguales
circunstancias, lo cual pondría de manifiesto un difícil e insalvable conflicto de constitucionalidad.

El sujeto activo solo puede ser un hombre, mientras que el sujeto pasivo solo puede ser una mujer. Se trata de una
figura cualificada por la condición de los sujetos.

La ley N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los
Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, define a la violencia contra la mujer como toda
conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado,
basada en una relación desigual de poder, afecte su libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el
Estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta toda conducta, acción u omisión, disposición, criterio o
practica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón.

Se trata de un concepto normativo, extralegal, del cual el juez no puede apartarse.

Homicidio transversal o vinculado:

Inciso 12: Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una
relación en los términos del inciso 1°. (Como ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con
quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia.

Por lo que quedan abarcadas por el precepto tanto la relación formal de pareja (matrimonio) como la informal
(unión convivencial, noviazgo, etc.)

El delito requiere que se ocasione la muerte de una persona cualquiera, para que otra sufra por esa muerte. No
interesa el vínculo o relación que esta persona haya tenido con la víctima del homicidio, ni que haya experimentado
sufrimiento o dolor por su muerte. Lo que caracteriza al delito es su configuración subjetiva: la finalidad del agresor
(causar sufrimiento) siendo suficiente para la perfección típica que se haya matado con dicha finalidad.

Se trata de un homicidio “transversal”, porque implica la eliminación física de un individuo a quien el autor de la
agresión ni siquiera pude haber llegado a conocer, pero que lo mata con el propósito de lograr dolor o sufrimiento
ajeno o herir a esa persona íntimamente en sus sentimientos, esto es, de otra persona respecto de quien el autor
sabe que la muerte de aquél le va a implicar un dolor, un sufrimiento o un padecimiento, que puede ser de
cualquier naturaleza, psíquico, físico, etc. Es un modo cruel de matar, que lo aproxima al ensañamiento. Se mata
para que otro sufra.

El tipo penal no requiere para su consumación que la persona damnificada por el homicidio sufra realmente por la
muerte del ser querido. Es suficiente que el autor mate para que la otra persona sufra. Entonces, tratándose de un
delito de resultado material, la tentativa es admisible.

f) Formas agravadas contenidas en leyes complementarias (23.592, 24.192):

Ley N° 23.592: Adóptense medidas para quienes arbitrariamente impidan el pleno ejercicio de los derechos y
garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional.
Eugenia Sanchez
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Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases
igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidas en la Constitución Nacional, será obligado, a
pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral
y material ocasionado.

Se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza,
religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres
físicos.

Art. 2: Elévase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de todo delito reprimido por el
Código Penal o Leyes complementarias cuando sea cometido por persecución u odio a una raza, religión o
nacionalidad, o con el objeto de destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.

Art. 3: Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años los que participaren en una organización o realizaren
propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de determinada
religión, origen étnico o color, que tengan por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o
religiosa en cualquier forma. En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio alentaren o iniciaren a la
persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas
políticas.

Art 4°.- Se declara la obligatoriedad de exhibir en el ingreso a los locales bailables, de recreación, salas de
espectáculos, bares, restaurantes u otros de acceso público, en forma clara y visible el texto del artículo 16 de la
Constitución Nacional, junto con el de la ley.

Art. 6°.- Se impondrá multa de $500 a $ 1.000 al propietario, organizador o responsable de locales bailables, de
recreación, salas de espectáculos u otros de acceso público que no cumpliere estrictamente con lo dispuesto en los
artículos 4º y 5º de la ley.

Ley 24. 192: Régimen Penal y Contravencional para la Prevención y Represión de la Violencia en Espectáculos
Deportivos.

Art1: Cuando se cometan con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo, sea en el ámbito de concurrencia
pública en que se realizare o en sus inmediaciones, antes, durante o después de él.

Art 2: Cuando en las circunstancias del artículo 1º se cometieren delitos previstos en el libro segundo, título I,
capítulo I, artículos 79 y 81, inciso 1, letras a) y b), 84 y capítulos II, III y V, y los previstos en el título VI, artículos 162
y 164 del Código Penal, siempre que no resultaren delitos más severamente penados, las penas mínimas y máximas
se incrementarán en un tercio.

Art 3: Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que introdujere, tuviere en su poder, guardare o portare
armas de fuego o artefactos explosivos en las circunstancias del artículo 1º. En todos los casos se procederá al
decomiso de las armas o artefactos.

Art 5: Será reprimido con prisión de uno a seis años el que instigare, promoviere o facilitare de cualquier modo, la
formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos en el presente capítulo.

4. Homicidio emocional:

Homicidio en estado de emoción violenta

Eugenia Sanchez
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Art. 81: Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años:

a. Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren
excusable.
b. Al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna
persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.
Inciso a: Al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren
excusable.

Antecedente:

Tiene su antecedente en el art. 105 del Anteproyecto suizo de 1916 y durante mucho tiempo, su interpretación por
la jurisprudencia de nuestros tribunales, tuvo su origen en la opinión de Juan P. Ramos, decía que la emoción debía
ser justificada por las circunstancias que hicieran aparecer el hecho como excusable por motivos éticos. Estos
motivos eran los fundamentales en la apreciación de la justificación de las causas que hicieran excusables las
circunstancias del homicidio. Los elementos eran: no toda emoción califica al homicidio pasional; es menester que se
haya cometido en un estado de emoción violenta; el arrebato pasional debe coincidir con el acto delictuoso; la causa
debe responder a motivos éticos, que son aquellos que mueven de una manera adecuada a una conciencia normal;
considera a sus autores como muy peligrosos.

El motivo ético era la causa determinante de la reacción emocional violenta que se manifieste en el homicidio o
lesiones.

Elementos de la figura:

a) Psicológico (estado emocional): la emoción es aquí igual a conmoción del ánimo, eso es, un proceso que se
desarrolla en el interior del sujeto.

El Código Penal no hace referencia a cualquier emoción, por más perturbación espiritual que ella produzca en la
persona, sino a una emoción que califica de violenta. Por lo tanto, lo que interesa, es la intensidad de la emoción. La
emoción es intensa cuando produce una conmoción psicológica en el individuo, de tal magnitud que debilita su
capacidad de frenar frente al hecho externo que la estimula. Sin embargo, esta intensidad (o violencia) no debe
hacer perder el poder de inhibición al sujeto, ya que si así ocurriera, la situación se desplazaría a la inimputabilidad.

La emoción, identificable como un área afectiva del individuo, puede presentarse bajo diversas formas: miedo,
temor, ira, cólera, furor, dolor, amor, cielos, piedad, venganza, odio, etc. circunstancias todas que benefician al
autor.

La emoción violenta es aquella que obrando sobre los sentimientos del autor, lo arrastra al crimen. No puede tener
origen en el propio carácter del agente, sino que debe encontrar su estimulo en una causa externa, fuera de él. Debe
ser eficiente, esto es, con la suficiente entidad como para provocar la reacción anímica violenta en el autor.

b) Temporal: entre el estímulo generador y la reacción emocional puede transcurrir un tiempo, corto o largo, y no
obstante ser de aplicación atenuante. Lo importante es que la reacción tenga su causa en la emoción, y ésta, a su
vez, en un estímulo externo.

El tiempo es un criterio relativo, que debe ser evaluado en el caso concreto y en todo su contexto.

Agravantes. Relación con la derogada figura del infanticidio:

Eugenia Sanchez
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El art 2 de la ley 24.192 establece la agravación en un tercio de la pena mínima y máxima de este delito si se hubiera
cometido con motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo.
La ley (aunque determinando una pena de gran severidad-reclusión o prisión de diez a veinticinco años-) extiende la
atenuante a los casos en que el homicidio puede encuadrarse en el art. 80, inc. 1 (art. 82).

En nuestra legislación, la figura del infanticidio fue eliminada por la ley 24.410. El derogado inciso 2 decía “Se
impondrá reclusión hasta 3 años o prisión de 6 meses a 2 años a la madre que, para ocultar su deshonra, matare a su
hijo durante el nacimiento o mientras se encontrare bajo la influencia del estado puerperal y a los padres, hermanos,
marido o hijos que, para ocultar la deshonra de su hija, hermana, esposa o madre, cometiesen el mismo delito en las
circunstancias…”
Este tipo penal fue arduamente criticado. Se cuestionaba que se bajaba el valor vida para subir el valor honor.

Parricidio emocional:

Art. 82: Cuando en el caso del inciso 1º del artículo 80 concurriese alguna de las circunstancias del inciso 1º del
artículo anterior (81), la pena será de reclusión o prisión de diez a veinticinco años.

Se trata de la concurrencia, en un mismo hecho, de circunstancias atenuantes y agravantes de dos figuras delictivas:
el homicidio agravado por el vínculo parental (parricidio) y el homicidio en estado de emoción violenta.

La pena prevista para el delito no guarda coherencia ni proporcionalidad con el hecho descripto en la disposición
normativa. La Ley 21338 corrigió con acierto este problema de la penalidad, rebajándola a prisión de dos a ocho
años.

5. Homicidio preterintencional:

Art. 81 inciso b: Al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de
alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte.

El único delito que en nuestro Código admite la forma preterintencional es el homicidio.

Se lo puede definir como el hecho en el que la voluntad del reo está dirigida a un suceso determinado, pero el
evento que se produce es más grave. En estas figuras, el evento ha sobrepasado el delito que el agente tenía en
miras; ha excedido el fin que el culpable se había propuesto.

La preterintencion tiene naturaliza mixta de dolo y culpa, esto es, dolo en el delito base y culpa en el resultado
excedente.

Naturaleza del delito:

El homicidio preterintencional no deriva del homicidio simple, porque su elemento anímico no es una modalidad del
dolo propio de este delito, sino un estado psicológico que implica su negación. Es un auténtico delito autónomo, con
sus propios elementos constitutivos, objetivo y subjetivo.

Elemento objetivo:

Está representado por el medio que el autor utiliza para agredir, el cual, no debe razonablemente ocasionar la
muerte.

El elemento del medio empleado por el autor constituye una regla de interpretación que debe ser apreciada en todo
el contexto del caso, que exige una valoración no sólo en abstracto sino también en concreto. Esta regla de
interpretación funciona en un doble sentido: cuando el medio tiene eficacia letal y se lo emplea conforme a esa

Eugenia Sanchez
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aptitud, queda excluido el homicidio preterintencional; en cambio, cuando el medio carece de eficacia letal, el hecho
sólo será homicidio preterintencional si otras pruebas no acreditan que el autor obró con dolo respecto de la muerte
de la víctima. Es esencialmente relativo, ya que su apreciación depende de las circunstancias particulares
concernientes a la persona, tiempo, lugar del hecho, clase y potencialidad del ama empleada, modo del uso,
condiciones del sujeto pasivo, etc. Por lo tanto, se trata de una cuestión de hecho, verificable en cada caso concreto.

El delito es doloso y el dolo está constituido por el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud de otra
persona. Se consuma con la muerte de la víctima, no resultando admisible la tentativa.

Análisis de la culpabilidad:

Este delito es particular porque no encuadra estrictamente en la forma dolosa ni tampoco en la culposa, la doctrina
discute acerca de la naturaleza jurídica del mismo. Hay tres opiniones:

-delito doloso: Esta posición sostiene que el delito preterintencional es una forma de delito doloso, que abarca
resultados no queridos por el agente: el hecho entra en el campo del dolo desde el momento que el sujeto realiza el
hecho doloso (lesiones), y no es justo que salga de esa esfera del dolo a causa de un resultado más grave (la muerte)
que ha derivado del hecho intencional.

-delito mixto de dolo y culpa: para esta posición, el delito preterintencional es una combinación de dolo y culpa. Hay
dolo en el hecho querido (lesiones) y culpa en el resultado no querido (homicidio).

-delito calificado por el resultado: es un delito de lesiones, que a raíz del resultado (muere) se agrava, dando lugar a
una nueva figura que es la contemplada en nuestro art 81 inc 1b

Agravantes:

El texto vigente (art. 82) sólo agrava el homicidio preterintencional en los casos del art. 80, inc. 1, indicando para él
la misma pena que para el homicidio emocional calificado por iguales circunstancias: reclusión o prisión de 10 a 25
años, pena severísima si tenemos en cuenta la que merece el parricidio atenuado por circunstancias extraordinarias.

BOLILLA 3

1. Homicidio culposo

Art. 84: Será reprimido con prisión de uno (1) a cinco (5) años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco (5) a diez
(10) años el que por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o
de los deberes a su cargo causare a otro la muerte. El mínimo de la pena se elevará a dos (2) años si fueren más de
una las víctimas fatales.

El sistema permite estructurar el homicidio culposo sobre la base de formas específicas de culpa: imprudencia,
negligencia, impericia e inobservancia de los reglamentos o deber del cargo.

El homicidio culposo sólo es punible por cuanto se halla expresamente prevista su punición en el art. 84 del Código
Penal. La culpa aparece como una violación del deber de cuidado, el cual se estructura directamente sobre la
previsibilidad del resultado típico, o sea que el deber de cuidado existe en el caso dado, en tanto y en cuanto el autor
haya podido prever la posibilidad del resultado típico.

Eugenia Sanchez
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El tipo objetivo está dado por el verbo causar (la muerte de otro), que representa la acción material punible. La
estructura de la acción en este delito admite tanto la comisión como la omisión impropia (comisión por omisión).

El hecho culposo sin resultado es irrelevante para el derecho penal. Entre la acción y el resultado debe mediar un
nexo de causalidad, una relación entre la conducta realizada y el resultado producido, sin interferencia de factores
extraños.

Conceptos de imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia de los reglamentos o deberes:

 Imprudencia: es el obrar ligero, precipitado o peligroso. Obra imprudentemente quien realiza un acto
cuando las reglas de la prudencia aconsejan su abstención. Es un hacer de más, un exceso de acción, a lo
cual se suma un defecto en la previsión del evento.
 Negligencia: es sinónimo de descuido, desatención, falta de precaución en el obrar. Obra negligentemente
quien omite realizar un acto que la prudencia aconseja hacer. En la negligencia hay un defecto de acción y un
defecto en la previsión del resultado. Es negligente quien no puso los cuidados que el mandato imponía.
 Impericia: también conocida como “culpa profesional”, configura un obrar deficiente de una profesión, arte
u oficio. Implica una conducta gruesa, de proporciones considerables, inexperta o inhábil, para el ejercicio de
la actividad. Es la falta o insuficiencia de aptitudes para el ejercicio de una profesión o arte, que importa un
desconocimiento de los procedimientos más elementales.
 Inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo: configura un supuesto de culpa punible que
puede derivar de cualquier normativa de orden general emanada de autoridad competente. Se trata de la
inobservancia de disposiciones expresas (ley, reglamento, ordenanza, etc.) que prescriben determinadas
precauciones que deben observarse en actividades de las cuales pueden derivar hechos dañosos. El obrar de
ese modo causa un resultado típico.
En síntesis, es preciso haber querido la conducta descuidada, no haber querido la producción del resultado y que
hubiera sido posible haber actuado conforme al deber objetivo de cuidado. Es preciso que se haya producido el
resultado de muerte, ya que en la imprudencia no cabe la tentativa, resultando punible únicamente la consumación.

La relación de causalidad:

Entre el hecho culposo del agente y la muerte de la víctima debe haber una relación de causa y efecto. El hecho
cometido por negligencia o imprudencia debe ser la causa próxima, inmediata y principal del resultado homicida.

Agravantes (ley 25.189):

La ley 25.189 agregó en la parte final del artículo 84, dos supuestos de homicidio culposo que aumentan a 2 años el
mínimo legal cuando hay más de una víctima y cuando el hecho se ocasionó por la conducción imprudente,
negligente, inexperta o antirreglamentaria de un vehículo automotor. La peligrosidad de ambas situaciones
fundamente el aumento de la pena mínima.

Homicidio culposo y siniestralidad vial:

La Ley 27347 produjo modificaciones en los arts. 84 y 94, y creó dos arts. el 84 bis y el 94 bis. Los cuales contienen
elementos que les son comunes y que integran respectivos tipos de injusto: vehículo con motor (todo tipo de
vehículo cuyo desplazamiento sea propulsado por motor y que sea utilizado para el transporte de personas o cosas,
con independencia de la vía de circulación); conducción del vehículo con motor (se conduce a un automotor
mediante el dominio de los mecanismos de dirección y de desplazamiento mínimo a impulsos de su motor,
haciéndolo ir de un lugar a otro); ámbito espacial de la conducción (el Código Penal no dice dónde debe hacerse la
conducción, entonces se cree que la solución es indagar en cada caso en concreto, lo que interesa no es tanto por

Eugenia Sanchez
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qué lugar se produce la conducción del automotor, sino si ha producido o no un resultado lesivo para una persona);
el resultado muerte o lesión (la pluralidad de resultados (de victimas) no funciona como un agravante adicional, ya
que la causación del resultado no aumenta la gravedad de la infracción de la norma de cuidado).

Art. 84 bis: Será reprimido con prisión de dos (2) a cinco (5) años e inhabilitación especial, en su caso, por cinco (5) a
diez (10) años el que por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo con motor
causare a otro la muerte. La pena será de prisión de tres (3) a seis (6) años, si se diera alguna de las circunstancias
previstas en el párrafo anterior y el conductor se diere a la fuga o no intentase socorrer a la víctima siempre y cuando
no incurriere en la conducta prevista en el artículo 106, o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel
de alcoholemia igual o superior a quinientos (500) miligramos por litro de sangre en el caso de conductores de
transporte público o un (1) gramo por litro de sangre en los demás casos, o estuviese conduciendo en exceso de
velocidad de más de treinta (30) kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar del hecho, o si condujese
estando inhabilitado para hacerlo por autoridad competente, o violare la señalización del semáforo o las señales de
tránsito que indican el sentido de circulación vehicular o cuando se dieren las circunstancias previstas en el artículo
193 bis, o con culpa temeraria, o cuando fueren más de una las víctimas fatales.

Se busca castigar un resultado lesivo como homicidio imprudente, por ej. por exceso de velocidad, incrementando la
pena:

 Conducción negligente, imprudente o antirreglamentaria de un vehículo con motor: la reforma de la Ley


27347 introdujo, además de la acción de conducir en forma imprudente o negligente un vehículo con motor,
la conducción antirreglamentaria de un vehículo, por lo cual, se vio la necesidad de eliminar la fórmula
tradicional referida a la inobservancia de los reglamentos o deberes del cargo.
 Fuga del conductor: el art. reprime al conductor que, habiendo causado la muerte de otra persona por la
conducción negligente, imprudente o antirreglamentaria, se diere a la fuga del lugar del siniestro. Lo que la
ley pretende es que el autor del hecho permanezca en el lugar una vez producido el accidente de trafico
pensando, no sólo en lograr que se determine con mayor facilidad y precisión la autoría del hecho sino en la
propia situación de la víctima, quien podría recibir del propio autor socorro inmediato evitándose, mayores
riesgos de muerte.
 Socorro de la víctima: es decir, prestarle los medios de auxilio que razonablemente estuvieren dentro de sus
posibilidades, con el fin de evitar consecuencias más graves. El art. requiere que el autor no haya incurrido
en la conducta prevista en el art. 106, que es el delito de abandono de personas, ya que si así hubiera
ocurrido, la agravante se debería quedar desplazada por esta última figura. Pero, en la hipótesis del art. 84
bis, el sujeto pasivo de la infracción, necesariamente debe estar muerto, razón por la cual resulta
prácticamente imposible incurrir en el delito del art. 106. En todo caso, si hubiera alguna posibilidad de
aplicación de esta figura, ella estaría dada en aquellos casos en que la víctima muere como consecuencia del
abandono o de la no prestación de auxilio, pero en tal caso, el resultado no sería de la conducción
antirreglamentaria del automotor, sino del propio abandono de la víctima, causado por el sujeto activo del
delito.
 Conducción bajo los efectos de estupefacientes: es decir, aquellas sustancias que son susceptibles de
producir dependencia física o psíquica (art. 77). Por lo tanto, quedan incluidos tanto los estupefacientes
como los psicotrópicos y los psicofármacos. En cualquier caso, estas sustancias deben haber provocado en el
agente activo efectos en su psiquis que hayan sido el factor determinante del accidente de tráfico. De no
concurrir esto, la conducta deviene atípica y no puede aplicarse la agravante.
 Conducción bajo determinado nivel de impregnación alcohólica: en esta figura no es necesario a los fines
típicos que el alcohol haya provocado efectos negativos anulando o disminuyendo la capacidad de
conducción del sujeto activo. Es suficiente para la consumación de la agravante que se acredite una
Eugenia Sanchez
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ingestión igual o mayor de alcohol a los niveles permitidos legalmente. Dada estas cantidades,
automáticamente concurre la agravante. En la investigación judicial sólo habrá de incorporarse la prueba de
la ingesta de alcohol en el organismo del agente, según los índices legales, para tener por perfeccionado el
delito agravado, con independencia a la probable incidencia que la sustancia pudo haber tenido en la
capacidad del conductor para conducir el automotor.
 Conducción a velocidad excesiva: los límites de velocidad para automóviles con motor están regulados en la
Ley de Tránsito y Seguridad Vial N° 26363. Con arreglo a la fórmula descripta en el art. a la velocidad máxima
establecida por la Ley Nacional de Tránsito en las distintas zonas, se le debe agregar 30 km para incurrir en la
agravante.
 Inhabilitación por autoridad competente: la agravante consiste en causar la muerte de una persona
conduciendo un vehículo con motor de forma negligente, imprudente o antirreglamentaria, estando
inhabilitado por autoridad competente para conducir automotores. Si el agente está inhabilitado, en nada
hace cambiar el nivel de imputación, sino únicamente el monto de la pena.
 Violación de las indicaciones del semáforo: es decir, cuando no respeta las reglas establecidas en las normas
de tránsito, por ej. cruzar un semáforo cuando está encendida la luz roja. La agravante carece de
justificación, porque la violación de una señal semaforizada implica, en sí misma, una conducta negligente o
antirreglamentaria, modalidades conductuales previstas en el art. 84 bis.
 Violación de la señal de transito que indica el sentido de circulación: la circulación de contramano, esto es,
en sentido contrario a lo que indican las señales de tránsito. El delito no consiste en circular de contramano,
lo punible es causar la muerte o un daño físico o psíquico a una persona por circular de contramano.
 Picadas ilegales: el art. 84 bis establece cuando se dieren las circunstancias previstas en el art. 193 bis, esto
es, cuando el autor del homicidio o de la lesión culposa se encontrare en alguna de las situaciones
contempladas en dicha disposición legal en los momentos previos a la colisión de tráfico del que ha
resultado la muerte de una o más personas.
 Conducción con culpa temeraria: para el CP, temeridad significa culpa, debiéndose entender como una grave
infracción de las normas de cuidado. Conducta temeraria equivale a imprudencia grave y conducta
imprudente es siempre una conducta temeraria, por lo que siempre estamos refiriéndonos a la misma cosa.
 Pluralidad de resultados: la agravante concurre cuando el conductor ha provocado la muerte de dos o más
personas.
2. Aborto

Concepto:

Etimológicamente la palabra aborto proviene del latín abortus que significa opuesto a nacer, y puede ser definido
como la interrupción del proceso fisiológico de la gravidez, con la consecuente muerte del feto, ocurrida con
posterioridad a la anidación del óvulo.

En la actualidad se entiende que el límite mínimo del objeto material del delito aborto está fijado a partir de la
anidación del óvulo al útero de la madre. La exigencia de la anidación como punto de partida del proceso de
gestación y, por consiguiente, del proceso de aborto, significa una real y eficaz protección jurídico-penal de la
persona por nacer.

En el periodo que termina en el preciso momento en que se produce la anidación, sólo cabrá responsabilidad penal
por las consecuencias remanentes que la acción abortiva pudo haber causado (lesiones, muerte, etc.). Esto implica
que las maniobras abortivas producidas antes de la anidación deben ser consideradas atípicas.

Eugenia Sanchez
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Debe reconocerse que el Código Penal se ha decantado por la teoría de la anidación, dado que los tipos de abortos
previstos entre los arts. 85 y 88 presuponen una mujer embarazada, esto es, una mujer en cuyo útero se ha
producido ya el fenómeno de la implantación de un embrión. Una mujer que no ha pasado por esta situación
(porque el óvulo fecundado no se anidó), no se encuentra embarazada y por lo tanto, cualquier maniobra sobre ella
no dará lugar al delito de aborto.

Debate sobre el aborto: por un lado, están los que propugnan la impunidad del aborto sobre la base de un
pretendido derecho de la mujer a interrumpir su embarazo libremente y, por otro lado, están quienes, invocando el
carácter de valor absoluto de la vida humana, pretenden la incriminación de toda forma de aborto. Toda la discusión
gira en torno a un conflicto de intereses entre el derecho a la vida del ser en formación, y los derechos personales de
la mujer. Modernamente, se considera que el dilema no está, en la práctica, en la continuación del embarazo o su
interrupción médica, sino más bien entre intervención médica o maniobras abortivas clandestinas.

Sistemas de regulación del aborto:

Desde una perspectiva histórico-comparativa, se puede establecer la existencia de dos sistemas legales de
regulación del aborto:

1. Sistema de la prohibición absoluta: según este sistema, toda conducta provocadora del aborto, o dirigida a
causarlo, debe ser castigado como delito.
2. Sistema de la prohibición relativa: para este modelo, el aborto provocado, en principio, debe ser castigado
como delito, aunque admite supuestos excepcionales de impunidad. El sistema permite sendas variantes:
 Solución del plazo: supone la impunidad de todo aborto consentido cuando es practicado por un
médico y dentro de un plazo establecido legalmente, por lo general, durante los tres primeros meses
de embarazo. Este modelo se fundamenta en la circunstancia de que el aborto constituye un daño
de mucho menor entidad que el peligro para la madre o para el futuro hijo puede significar el avance
de la gravidez.
 Solución de las indicaciones: para este sistema el aborto está prohibido como principio general
durante todo el período de la gestación, aun cuando se introducen ciertas y determinadas
excepciones (indicaciones) que tienden a resolver el conflicto del embarazo no deseado en favor de
los intereses de la madre. Las indicaciones son las siguientes:
a) Indicación médica: denominada necesaria o terapéutica, según la cual la interrupción del embarazo está
permitida cuando persigue evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la madre.
b) Indicación eugénica: también conocida como eugenésica o embriopática, consiste en permitir el aborto
cuando se presume que el feto nacerá con graves taras físicas o mentales.
c) Indicación ética: denominada también indicación jurídica, sentimental, humanitaria o criminológica, cuya
aplicación presupone que el embarazo ha tenido su origen en un delito de naturaleza sexual, por lo general,
el delito de violación.
d) Indicación socioeconómica: supone que el nacimiento habrá de producir graves problemas de tipo social y
económico a la embarazada o a miembros del grupo familiar.

Sistemas legislativos:

En la actualidad, es mayoría los códigos que sancionan el aborto pero se nota una corriente que tiene a admitir cada
vez mayor número de excepciones, sea a favor de la impunidad, sea de la atenuación, por causa de honor o con
motivación económica y social. El aborto sentimental es aceptado en Grecia, Suiza, Dinamarca, Italia, Polonia,

Eugenia Sanchez
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Uruguay, entre otros. Y el aborto fundado en cuestiones socioeconómicas es aceptado en Inglaterra, Francia, Suiza,
Alemania, Japón, entre otros.

El CP Alemán reformado en 1998 autoriza el aborto voluntario de la mujer por razones de necesidad, conflicto o
apremio, previo asesoramiento tendiente a la protección de la vida prenatal y a asegurar que la mujer tome una
decisión responsable y concienzuda. En España, solo se autoriza el aborto practicado por un médico en un
establecimiento sanitario con el consentimiento expreso de la mujer cuando hay un grave peligro para la vida o salud
física o psíquica de la embarazada, cuando el embarazo proviene de una violación (siempre que el aborto se
practique dentro de las doce semanas de la gestación y el hecho hubiese sido denunciado), se presuma que el feto
habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas (siempre que se practique dentro de las 22 semanas de gestación
y un dictamen efectuado por especialistas ajenos al establecimiento donde se hará el aborto).

Elementos comunes a los tipos de aborto:

 Estado de embarazo o preñez: debe existir una mujer realmente embarazada, lo cual presupone la
presencia de un feto. Es solo desde el momento de la anidación que puede hablarse propiamente de
embarazo. Carece de relevancia que al embarazo se llegue a través de un proceso natural o por
inseminación artificial, quedando excluidos los casos de fecundación in vitro. El estado de embarazo
constituye un elemento del tipo objetivo que debe ser comprobado a través de la prueba parcial médica.
 Vida del feto: el feto debe estar con vida en el momento en que se producen las maniobras abortivas, sin
que importen sus condiciones de viabilidad extrauterina; es decir, su capacidad de vivir fuera del claustro
materno. Si el feto está muerto al momento de realizar la acción, o la mujer no está embarazada, el hecho es
atípico por ausencia del objeto material.
 Muerte del feto: el delito se perfecciona con la destrucción del producto de la concepción, con o sin
expulsión del seno materno. La muerte del feto es el resultado requerido por el tipo penal.
 Sujetos del delito: sujeto activo, en principio, puede ser cualquier persona, salvo en aquellas hipótesis en las
que la ley exige una calidad o condición especial para ciertas formas de participación o autoría, por ej. el
aborto profesional (art. 86) o el aborto de la propia mujer (art. 88), se trata de un tipo de titularidad
indiferenciada. Sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser el embrión o el feto.
 Acción típica: esta acción consiste en causar un aborto, esto es, provocar la destrucción del producto de la
concepción, en las fases de su desarrollo embrionario o fetal, dentro del seno materno o por su expulsión
provocada. Por lo tanto, quedan al margen de la tipicidad la muerte del feto por expulsión espontanea o
natural, los partos anticipados, la destrucción de embriones aún no implantados, los abortos selectivos en
casos de embarazos múltiples o la interrupción de un embarazo para implantar el embrión a otra gestante,
ya que en estos casos no se produce la destrucción del objeto material del delito.
 Los medios: en cuanto a los medios para causar la muerte del feto, cualquiera es admisible, sean materiales,
físicos o psíquicos, químicos, eléctricos, térmicos u hormonales. Lo que importa es que, con el empleo de
tales medios, se cause la muerte del feto.
 Consumación y tentativa: el aborto es un delito de lesión, de resultado material e instantáneo. Puede
cometerse por acción o por omisión. Se consuma con la muerte del feto, sea que ella se produzca en el seno
materno o como consecuencia de su expulsión. La tentativa es posible, así como todas las formas de
participación criminal.
 Tipo subjetivo: todas las formas de aborto previstas en la ley son dolosas, de dolo directo. El dolo eventual
sólo resulta posible en el llamado aborto preterintencional del art. 87. El aborto culposo carece de
tipificación penal.

Eugenia Sanchez
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Los tipos delictivos: diversas figuras:

1. Aborto causado por un tercero: el art. 85 establece:

El que causare un aborto será reprimido:


1. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si obrare sin consentimiento de la mujer. Esta pena podrá elevarse
hasta quince años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.
2. Con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si obrare con consentimiento de la mujer.
El máximum de la pena se elevará a seis años, si el hecho fuere seguido de la muerte de la mujer.
La descripción legal contempla una clase de aborto que se caracteriza por un doble aspecto: por un lado, el
consentimiento (que deber ser prestado por la mujer), que sólo tiene relevancia a los fines punitivos, por cuanto su
ausencia determina nada más que un sensible aumento de la penalidad y, por otro lado, cualquiera sea la hipótesis
de aborto (con o sin consentimiento), la muerte de la mujer funciona como agravante. En ambos supuestos, el autor
del delito debe ser un tercero. El consentimiento, o su ausencia, constituye un elemento del tipo.

El consentimiento es el permiso dado por la mujer a un tercero para que realice sobre ella maniobras abortivas. El
consentimiento es válido y libremente prestado cuando lo da una mujer imputable penalmente tanto por su edad
como por poseer capacidad para comprender el carácter de sus acciones y dirigirlas. Puede ser: consentimiento
expreso (cuando la mujer ha manifestado verbalmente, por escrito o por otros signos inequívocos que acepta a que
un tercero le practique el aborto) o consentimiento tácito (los actos de la mujer dan a entender su voluntad de
abortar). Para que el consentimiento de la mujer sea válido se requiere que sea capaz de prestarlo. No se exige
capacidad civil, sino capacidad penal: que sea realmente capaz de obrar voluntariamente, mayor de 14 años con
pleno goce de sus facultades mentales.

La agravante se tipifica de la siguiente manera: debe haberse configurado el aborto básico (con todos sus elementos
constitutivos, mujer embarazada, feto vivo y muerte de éste), al que se le añade la muerte de la mujer. En cambio, la
acción abortiva sobre una mujer no embarazada o con feto muerto y cuya consecuencia produce su muerte,
configura una hipótesis de muerte culposa encuadrable en el tipo del art. 84.

Si la mujer no está embarazada o el feto está muerto, por más que se quiera causar un aborto mediante una acción
abortiva, ésta será atípica porque no puede matarse algo que no existe y, por lo tanto, no hay posibilidad de que se
produzca el resultado típico. Cuando el art. 85 hace referencia al hecho seguido de la muerte de la mujer, se está
refiriendo al aborto, como delito tentado o consumado, y no sólo a maniobras abortivas.

La acción abortiva implica, por sí misma, un acto temerario, arriesgado y peligroso para la incolumidad física de la
persona, por lo que la muerte consecuente de ese obrar imprudente o inhábil debe ser atribuida al agente a título de
culpa.

En cambio, si no se produce la muerte de la mujer, pero sí resultados lesivos, quedará encuadrado en el tipo de
lesiones culposas del art. 94. El resultado previsible (muerte de la mujer) pero no querido, debe serle imputado al
autor a titulo culposo.

2. Aborto profesional punible: el art. 86 establece: Incurrirán en las penas establecidas en el artículo anterior y
sufrirán, además, inhabilitación especial por doble tiempo que el de la condena, los médicos, cirujanos, parteras o
farmacéuticos que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo.

El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible: 1º Si se ha
hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por

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otros medios. 2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota
o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.

En el párrafo 1 se trata de un delito especial propio, por cuanto es exigible en el autor una cualidad especifica. El
profesional que causa el aborto o coopera en su realización debe actuar abusando de su ciencia o arte, esto es,
haciendo un mal uso de la profesión, o cuando los conocimientos técnicos del facultativo se ponen a disposición de
la finalidad delictiva.

Abortos impunes:

3. Aborto profesional no punible: en el párrafo 2 se contempla dos hipótesis de impunidad: el aborto médico o
terapéutico y el aborto eugenésico. En ambos casos, el aborto debe ser practicado por un médico diplomado.
Además, la mujer debe estar embarazada y haber prestado su consentimiento para el aborto.

Aborto terapéutico: la norma contempla un caso de necesidad de practicar el aborto para evitar un riesgo o peligro
de muerte de la mujer o un daño a su salud. El peligro debe ser grave (de cierta importancia fisiológica), pero sólo
será posible la impunidad cuando dicho peligro no pueda ser evitado por otros medios distintos del aborto.

Aborto eugenésico: dio origen a una controversia en doctrina. Por un lado, están aquellos que han victo en la
disposición sólo un supuesto de aborto eugenésico (doctrina monovalente), interpretando que las dos expresiones
empleadas en la ley, violación y atentado al pudor, hacían referencia, como víctima de la agresión, a una mujer
idiota o demente. Esta postura excluye el aborto sentimental o ético. Por otro lado (doctrina polivalente), están
quienes lo ven como una figura del aborto sentimental (caso de violación) y del aborto eugenésico (caso de atentado
al pudor sobre mujer idiota o demente)

Sin perjuicio de las dificultades de interpretación que produjo el precepto legal, el texto es claro en cuanto permite
la interrupción del embarazo sólo en aquellos supuestos de mujer idiota o demente, no de mujeres “normales” que
han padecido idéntico ultraje sexual.

Pero, la polémica llegó a su fin con la sanción de la Ley 17567 de 1968, que introdujo un nuevo texto, reproducido
posteriormente por la Ley 21338 de 1976, según el cual el aborto no era punible “si el embarazo proviene de una
violación por la cual la acción penal haya sido iniciada. Cuando la víctima de la violación fuere una menor o una
mujer idiota o demente, será necesario el consentimiento de su representante legal”.

Pero, la sanción de la Ley de reformas 23077 en 1984, al derogar nuevamente la disposición, volvió las cosas a su
estado anterior y, consecuentemente, a la antigua polémica.

4. Aborto preterintencional: el art. 87 establece: será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que con
violencia causare un aborto sin haber tenido el propósito de causarlo, si el estado de embarazo de la paciente fuere
notorio o le constare.

Son elementos de este delito: 1) el ejercicio de violencia, física o psíquica, sobre el cuerpo de la mujer o dirigida a
ella; 2) una mujer en estado de embarazo; 3) que ese estado le conste al autor o sea notorio; 4) la muerte del feto, o
sea, que se cause un aborto (no su tentativa) como consecuencia del empleo de violencia; y 5) inexistencia de dolo
de aborto por parte del autor.

Se discute en doctrina la naturaleza jurídica de esta figura:

Para un sector, estaríamos ante un caso de aborto culposo, ya que la violencia, aunque ilícita, no constituye en sí
misma delito y su empleo causa un resultado imprudente. Para Ramos Mejía se trata de una hipótesis de sucesión de

Eugenia Sanchez
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dolo y culpa. Otros lo consideran como un aborto doloso pero de dolo indirecto, como Soler. Para los autores del
libro, creen que están ante un caso de aborto doloso, pero de dolo eventual, al estar la violencia dirigida contra la
mujer, no contra el feto, no puede configurarse al forma culposa.

El art. 87 exige una acción inicial dolosa y un acontecimiento final doloso, por cuanto el autor, al emplear la violencia
contra la mujer, lo hace asintiendo en la posibilidad real de causar un aborto, en definitiva lo quiere. Hay dolo
eventual. Se trata de un caso en que el autor, no obstante advertir el estado de embarazo de la mujer y previendo la
posibilidad de un resultado previsible (el aborto) si ejerce la violencia, no le importa dicho resultado, no se detiene
en su actuar, ejecuta el acto violento y provoca el aborto. Estamos ante una hipótesis de dolo eventual.

5. Aborto causado por la propia mujer. Tentativa: el art. 88 establece: Será reprimida con prisión de uno a cuatro
años, la mujer que causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare. La tentativa de la mujer no es
punible.

La disposición contempla dos figuras: el aborto causado por la propia mujer y el consentimiento dado por ella para
que un tercero lo practique.

En el primer supuesto, el autor es la propia mujer. En el segundo, sólo establece la pena que debe aplicarse a la
mujer que consiente que se practiquen sobre ella las maniobras abortivas que darán lugar al aborto.

El art. 88 abarca un caso de delito de acción bilateral, ya que requiere la acción conjunta del tercero que practica el
aborto y de la mujer que presta el consentimiento.

La tentativa no es punible.

Doctrina de la Corte Suprema de la Nación:

LMR: Tenía 19 años y una edad mental de entre 8 y 10 años cuando en el 2006 queda embarazada como
consecuencia de los abusos sexuales de un tío. Cuando la madre, empleada doméstica, solicitó se le practique un
aborto legal en el hospital de Guernica, localidad en la que viven, la solicitud fue negada y derivada al Hospital San
Martín de La Plata. Cuando la intervención estaba a punto de concretarse fue interrumpida por una orden de la
jueza de Menores y a partir de allí se inició un proceso judicial que culminó con un pronunciamiento de la Corte
Suprema de Justicia de Buenos Aires, ratificando la constitucionalidad del artículo 86 del Código Penal, por el cual el
aborto era no punible.No obstante esta sentencia definitoria, el hospital se negó a realizar el aborto alegando que el
embarazo estaba muy avanzado. Se supo con posterioridad que el equipo de ginecología se había negado a realizar
la práctica por las intensas presiones sufridas de parte de grupos fundamentalistas religiosos, situación que operó
como una objeción de conciencia institucional.

La familia de LMP tuvo que recurrir con el apoyo del movimiento de mujeres, a una clínica privada en el circuito
clandestino, con los riegos que para su salud y vida implicó esta circunstancia.

Después de todos estos hechos, LMR se negaba asistir a la escuela, a relacionarse con amigas y hasta se resistía a
salir de su casa. A todo esto debieron sumarse los padecimientos de madre y hermana, que debieron peregrinar por
pasillos judiciales y hospitalarios sin comprender totalmente la índole de los obstáculos opuestos a una demanda
perfectamente legal, hecho que ocasionó la pérdida de sus respectivos trabajos. También debieron soportar el
hostigamiento de la familia del perpetrador, de vecinos y de instituciones religiosas, que exigían la continuación del
embarazo y la entrega de su producto en adopción. Muchas de estas acciones intimidantes tuvieron repercusión en
los medios de comunicación locales y nacionales configurando una situación de auténtico acoso.

Eugenia Sanchez
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Al día de hoy, LMR ha realizado tratamiento psicológico y está emocionalmente estable. Su familia, en cambio, si
bien se siente parcialmente reconocida en su sufrimiento por el dictamen del Comité de Derechos Humanos, todavía
espera una reparación del daño sufrido, que el Estado argentino continúa demorando.

La SCJBS FALLO:

a) Rechazar el planteo de inconstitucionalidad del art. 86 inc. 2 del Código Penal.

b) Declarar que: a) la aplicación del art. 86, inc. 2 del Código Penal no requiere de autorización judicial; b) en vista de
que el presente caso encuadra en un supuesto objetivo no incriminado por el ordenamiento jurídico con el alcance
que surge del voto mayoritario de esta sentencia, no corresponde expedir un mandato de prohibición a la práctica
de interrpción del embarazo sobre la joven L. M.R. , en tanto esa intervención se decida llevar a cabo por
profesionales de la medicina en función de su reglas del arte de curar.

c) Poner en conocimiento del Poder Ejecutivo de la Provincia la situación de la joven L. M. R. y su madre,


exhortándolo a fin de que provea las medidas asistenciales y sanitarias que estime adecuadas para asegurar su salud,
tratamiento y la satisfacción de sus necesidades sociales básicas.

FAL: En el caso “A. F. s/medida autosatisfactiva”, la Corte Suprema, por unanimidad y por el voto conjunto del
Presidente Lorenzetti, de la Vicepresidenta Highton de Nolasco y de los jueces Fayt, Maqueda y Zaffaroni, y por los
votos individuales de los jueces Petracchi y Argibay, confirmó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Chubut
que, en marzo de 2010, autorizara la realización de la práctica de aborto respecto de la joven A.G, de 15 años de
edad, quien quedara embarazada como consecuencia de haber sido violada por su padrastro. De esta manera,
rechazó el recurso extraordinario que, en representación del nasciturus, interpusiera el Asesor General Subrogante
de la Provincia de Chubut.

La Corte aclaró que, no obstante que el aborto ya se había realizado, se configuraba uno de los supuestos de
excepción que, según su jurisprudencia, la autoriza a pronunciarse. Esto teniendo en cuenta: a) que el tiempo que
implica el trámite judicial de cuestiones de esta naturaleza excede el que lleva su decurso natural, b) que era
necesario el dictado de un pronunciamiento que pudiera servir de guía para la solución de futuros casos análogos y
c) estaba comprometida la responsabilidad internacional del Estado Argentino.

El voto mayoritario, firmando por los jueces Lorenzetti, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda y Zaffaroni sentó tres
reglas claras.

La primera: que la Constitución y los tratados de derechos humanos no sólo no prohíben la realización de esta clase
de abortos sino que, por el contrario, impiden castigarlos respecto de toda víctima de una violación en atención a los
principios de igualdad, dignidad de las personas y de legalidad. De este modo, se puso fin a la incertidumbre
relacionada con el alcance del artículo 86, inciso 2º, del Código Penal, en tanto algunas instancias judiciales han
entendido que éste sólo se aplica respecto de la víctima de una violación que poseyera alguna discapacidad mental,
criterio que llevaba a que la cuestión se judicializara a lo largo del país con resultados adversos y, en algunos casos,
con riesgo a la realización del aborto o a la salud de la madre.

La segunda: que los médicos en ningún caso deben requerir autorización judicial para realizar esta clase de abortos,
debiendo practicarlos requiriendo exclusivamente la declaración jurada de la víctima, o de su representante legal, en
la que manifieste que el embarazo es la consecuencia de una violación.

La tercera: que los jueces tienen la obligación de garantizar derechos y su intervención no puede convertirse en un
obstáculo para ejercerlos, por lo que deben abstenerse de judicializar el acceso a estas intervenciones, las que
quedan exclusivamente reservadas a lo que decidan la paciente y su médico.
Eugenia Sanchez
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Entre otros aspectos, en la decisión, se tuvieron en cuenta la posición de la Organización Mundial de la Salud en la
materia y distintos pronunciamientos del Comité de Derechos Humanos y del Comité de los Derechos del Niño,
ambos de Naciones Unidas que marcaron la necesidad de garantizar el acceso seguro a los abortos no punibles en
nuestro país y la eliminación de las barreras institucionales y judiciales que han impedido a las víctimas de una
violación acceder a un derecho reconocido por la ley.

Finalmente, con el objeto de hacer efectivo lo decidido y asegurar los derechos de las víctimas de violencia sexual,
los jueces Lorenzetti, Highton de Nolasco, Fayt, Maqueda y Zaffaroni exhortaron a las autoridades nacionales,
provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a implementar y hacer operativos, mediante normas del más
alto nivel, protocolos hospitalarios para la concreta atención de los abortos no punibles a los efectos de remover
todas las barreras administrativas o fácticas al acceso a los servicios médicos y a disponer un adecuado sistema que
permita al personal sanitario ejercer su derecho de objeción de conciencia sin que ello se traduzca en derivaciones o
demoras que comprometan la atención de la requirente del servicio.

Asimismo, atendiendo a la gravedad y trascendencia social que reviste la temática abordada en el caso, los
mencionados jueces señalaron la necesidad de que tanto en el ámbito nacional como en los provinciales se
extremen los recaudos a los efectos de brindar a las víctimas de violencia sexual, en forma inmediata y expeditiva, la
asistencia adecuada para resguardar su salud e integridad física, psíquica, sexual y reproductiva y el asesoramiento
legal del caso. También sostuvieron que se consideraba indispensable que los distintos niveles de gobierno de todas
las jurisdicciones implementen campañas de información pública, con especial foco en los sectores vulnerables, que
hagan conocer los derechos que asisten a las víctimas de violación y que se capacite, en este sentido, a las
autoridades sanitarias, policiales, educativas y de cualquier otra índole para que brinden a toda víctima de violencia
sexual la orientación del caso.

En síntesis, la Corte Suprema tuvo en cuenta que el artículo 86 inciso 2º del Código Penal establece que: “El aborto
practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible: … si el embarazo
proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el
consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto”. Así, atendiendo a esta disposición, y
frente a una extendida práctica fomentada por los profesionales de la salud y convalidada por distintos operadores
de los poderes judiciales nacionales y provinciales que ha restringido indebidamente el acceso a los abortos no
punibles por parte de las víctimas de una violación, la Corte Suprema de Justicia reafirma, con este pronunciamiento,
el imperio del principio de legalidad que prescribe que las leyes están para ser cumplidas, por lo que no puede
impedirse a estas víctimas ejercer su derecho a interrumpir el embarazo conforme lo autoriza el Código Penal en
esta clase de casos.

3. Homicidio y lesiones en riña

Esta figura comprende aquellos casos en que, en una pelea en que intervienen varias personas, alguien resultare
muerto o herido, sin que se pueda individualizar al autor del hecho criminal.

Ante estos casos, hay dos soluciones: considerar a todos inocentes, o a todos culpables. Nuestro CP sigue la posición
de considerar a todos culpables, pero no a todos los que intervinieron en la riña o agresión, sino a todos los que
hayan ejercido violencia sobre la persona del muerto o lesionado.

Art 95: Cuando en riña o agresión en que tomaren parte más de dos personas, resultare muerte o lesiones de las
determinadas en los artículos 90 y 91, sin que constare quiénes las causaron, se tendrá por autores a todos los que
ejercieron violencia sobre la persona del ofendido y se aplicará reclusión o prisión de dos a seis años en caso de
muerte y de uno a cuatro en caso de lesión.

Eugenia Sanchez
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(Art 90: Se impondrá reclusión o prisión de uno a seis años, si la lesión produjere una debilitación permanente de la
salud, de un sentido, de un órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra o si hubiere puesto en
peligro la vida del ofendido, le hubiere inutilizado para el trabajo por más de un mes o le hubiere causado una
deformación permanente del rostro. Art. 91: Se impondrá reclusión o prisión de tres a diez años, si la lesión produjere
una enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable, la inutilidad permanente para el trabajo, la
pérdida de un sentido, de un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o miembro, de la palabra o de la
capacidad de engendrar o concebir).

Concepto de riña y de agresión:

La riña es el súbito acometimiento reciproco y tumultuario, de más de dos personas (tres como mínimo). En la riña,
la lucha se caracteriza por la reciprocidad de las acciones de violencia, por la mutua agresión, sin que cada
protagonista sepa cuál es el papel que lleva en la pelea. Hay ataques de unos y contraataque de otros.

La agresión es el acometimiento tumultuario de tres o más personas contra una u otras que no resisten activamente.
Hay ataque de unos pero sin defensa de otros.

Se trata de un delito común, en el que cualquier persona puede ser sujeto activo o pasivo, pero sólo autor quien
haya “ejercido violencia sobre la persona del ofendido”. En cuanto al sujeto pasivo, también puede ser cualquier
persona, tanto quién participa de la riña o agresión como un tercero extraño a la misma.

Fundamento de la punibilidad:

La circunstancia de que la ley no castigue la mera intervención en la riña o en la agresión, sino cuando en ellas se ha
producido un resultado dañoso para la vida o la salud de un sujeto sin que se pueda señalar cuáles de los
intervinientes han sido los que realmente lo causaron, teniendo entonces como autores a todos los que ejercieron
violencia sobre la víctima, ha permitido afirmar que se ha consagrado una verdadera presunción de autoría.

La presunción únicamente es formulable apoyándose en la certeza de los demás elementos típicos y que sólo pueda
plantearse cuando falte la certeza de la autoría respecto de algún o algunos de los intervinientes en la riña.

Análisis de los elementos del tipo: las condiciones exigibles normativamente son:

a. Riña de tres o más personas: es un delito colectivo con pluralidad de individuos, al menos tres como mínimo.
b. Resultado mortal o lesivo: la riña, en sí misma, sin resultados, no es punible como delito sino, en todo caso,
como infracción contravencional. Sólo es punible en la medida que de ella resulte una muerte o una lesión,
sea que se hayan producido en las personas participantes de la riña o un tercero ajeno a ella.
c. No constancia de autoría: la individualización del autor de los resultados previstos en la ley implica el
desplazamiento de la figura hacia el homicidio o las lesiones. Si el autor consta, entrará en juego
exclusivamente el homicidio y, si no consta, la riña.
d. Ejercicio de violencia: es un requisito positivo del tipo, que exige la identificación del que ejerció violencia
sobre la víctima. Sólo en este caso, por ficción de autoría, la ley lo considera autor del delito.
El delito requiere una conducta dolosa dirigida necesariamente a la participación en una riña. El dolor no abarca los
resultados producidos (la muerte o la lesión), pero sí las violencias ejercidas sobre la otra persona. Es decir, el dolo es
de riña, nunca de lesiones o muerte. Las formas culposas no están previstas.

Tratándose de un delito de resultado material, se consuma cuando se produce el resultado típico: muerte o lesiones
de la persona ofendida. Por las características del tipo, quedan excluidas la participación y la tentativa.

Atenuante:
Eugenia Sanchez
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Art 96: Si las lesiones fueren las previstas en el artículo 89, la pena aplicable será de cuatro a ciento veinte días de
prisión.

(Art. 89: Se impondrá prisión de un mes a un año, al que causare a otro, en el cuerpo o en la salud, un daño que no
esté previsto en otra disposición de este código).

Sistemas legislativos.

Las legislaciones modernas siguen distintos criterios para castigar a los participantes:

A veces se castiga la simple participación en riña o agresión (España); en otros casos se castiga la participación en
ella pero se requiere como condición objetiva de punibilidad la producción de un resultado de muerte o lesión
(Alemania, Italia); en otros casos, como nuestra legislación, cuando en una riña o agresión se produce una muerte o
lesiones se castiga, ante la imposibilidad de determinación, únicamente a los participantes que han ejercido
violencia sobre la víctima.

4. Instigación y ayuda al suicidio:

El art. 83 establece: Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el que instigare a otro al suicidio o le ayudare a
cometerlo, si el suicidio se hubiese tentado o consumado.

Concepto de suicidio:

La palabra suicidio proviene del latín: sui (de sí mismo) y cidium (asesinato o muerte), equivalente a matarse a sí
mismo.

El suicidio es el acto de quitarse voluntariamente la vida. De manera que, para que exista suicidio, sólo basta que el
sujeto dirija su voluntad a la producción de la muerte. Pero, sólo habrá suicidio y, consecuentemente, un acto
impune, cuando la decisión de matarse haya provenido de una persona voluntariamente libre, es decir, de una
persona con capacidad suficiente de decisión para llevar a cabo un acto de esta trascendencia. Sólo puede hablarse
de suicidio cuando el sujeto quiere directamente la muerte o sabe con certeza que su decisión la provocará de forma
necesaria.

El suicidio es una conducta atípica, se trata de un acto libre y jurídicamente no desaprobado, por lo tanto no es
delito. Por otra parte, si el suicidio ha quedado en grado de tentativa, resulta del todo inconveniente su penalización,
ya que implicaría agregar un motivo más para insistir en la muerte cuando no ha sido lograda, o bien por la falta de
peligro que para los terceros significa el acto del suicidio frustrado.

La decisión político- criminal de castigar la intervención de terceros en el suicidio ajeno se ha manifestado en el


derecho comparado en corrientes opuestas de opinión:

Por un lado, están aquellos que defienden la idea de la impunidad de todo tipo de participación en el suicidio ajeno,
partiendo de una visión integradora de la vida y la libertad como objetos de protección penal, en donde son impunes
las distintas formas de participación en el suicidio ajeno. Otro sector doctrinal considera que las conductas de
participación en el suicidio deben ser sancionadas a titulo delictivo, ya que sólo así se respeta la idea de que la vida
es un bien disponible para su titular.

Para Buompadre, como el Estado debe proteger la vida humana con independencia de la voluntad de su titular,
entendemos que debería castigarse las conductas de terceros dirigidas a que otra persona adopte la decisión de
suicidarse, pero no cuando la decisión de quitarse la vida proviene exclusivamente de la voluntad libre de la víctima,

Eugenia Sanchez
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sin ninguna interferencia de extraños en esa toma de decisión, en cuyo caso consideran que debería despenalizarse
la participación en el suicidio ajeno.

El delito se estructura sobre la base de los siguientes elementos: a) las acciones típicas de instigar o ayudar al
suicidio; b) le resultado (suicidio tentado o consumado); y c) la culpabilidad (dolosa).

Conceptos de instigación y ayuda:

Instigar al suicidio: quiere decir tanto inducir como determinar a otra persona para que se quite la vida. La actividad
desplegada por el autor debe ser directa y eficaz para hacer nacer, reforzar o mantener la idea en el suicida de darse
muerte. La instigación supone una acción psicológica sobre el instigado.

La conducta instigadora debe estar dirigida a persona determinada. Puede ser condicional (la muerte queda
supeditada a una condición o suceso), reciproca (cuando existe instigación mutua) o condicional-reciproca (en donde
la suerte decide quien habrá de suicidarse, como en la ruleta rusa). El instigado debe ser una persona imputable. La
instigación al suicidio de un inimputable o incapaz, o logrado mediante error, ignorancia, violencia o coacción,
configura una hipótesis de homicidio.

Ayudar al suicidio: consiste en una cooperación material al suicidio ajeno. La ayuda puede prestarse en forma
principal o accesoria, siempre que el autor no participe en los actos de ejecución de la muerte del otro. Puede
manifestarse antes del hecho (proveyendo el arma, el veneno, etc.) o durante su ejecución (vigilar que no intervenga
un tercero por ej.)

Frente a la posibilidad de una conducta omisiva, debemos destacar que la simple inacción (por ej. observar impasible
el suicidio de otro) no constituye una omisión punible, pero la no prestación del auxilio cuando se está obligado a
prestarlo, tipifica la omisión a título de ayuda al suicidio. Se trataría de hipótesis punibles de comisión por omisión.

El resultado:

Está dado por la muerte del suicida o su intento. Ambos supuestos producen la consumación del delito. La tentativa
no resulta posible, ya que el comienzo de los actos de ejecución del suicidio implica la consumación típica.

El delito sólo es punible a título de dolo, compatible sólo con el dolo directo.

El homicidio piadoso: concepto, antecedentes:

Es aquel que se realiza por piedad, por compasión, lástima o para evitar el dolor o sufrimiento de la víctima.

La eutanasia es la muerte que se procura a otra persona que se encuentra afectada de una enfermedad grave,
terminal y dolorosa, a su requerimiento y en su interés, guiado por un sentimiento de piedad, altruista o generoso.

Por lo tanto, las características que definen la eutanasia son:

1. Una persona (sujeto pasivo) que padece una determinada enfermedad grave, terminal y dolorosa.
2. Solicita voluntariamente la muerte.
3. Otra persona (sujeto activo) que realiza un comportamiento dirigido a provocar la muerte del enfermo, en
interés de éste y guiado por un sentimiento piadoso.
Clases: no hay acuerdo entre los autores sobre la delimitación de las formas o clases de eutanasia. Por lo general,
suele distinguirse entre eutanasia activa y pasiva y, a su vez, entre eutanasia directa o indirecta.

Puede presentar diversas formas:

Eugenia Sanchez
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La eutanasia activa (conocida como propia, positiva. Consiste en la realización voluntaria de actos ejecutivos
dirigidos al acortamiento de la vida de una persona, que padece una enfermedad terminal y dolorosa, que ha
solicitado su muerte, para poner fin a un proceso de graves e insoportables sufrimientos). La eutanasia pasiva
(conocida como omisiva, negativa, se da cuando la muerte del enfermo terminal es causada por la omisión de un
procedimiento, tratamiento o mecanismo terapéutico necesario).

La eutanasia indirecta, denominada también paliativa, que consiste en la administración de medicamentos o de


técnicas al enfermo terminal, con el propósito de eliminar o paliar los sufrimientos insoportables que padece, aun
cuando se tenga conciencia de que la aplicación del tratamiento, como efecto secundario, provocará una
anticipación de la muerte.

Por último, se habla de la distanasia, término opuesto al de eutanasia, con el cual se identifica a los medios o
instrumentos de tecnología médica destinados a alargar una vida que, de otro modo, se interrumpiría en breve
plazo. Es sinónimo de vida artificial y con ella se busca alejar lo más posible la muerte.

En Argentina no existe regulación alguna en materia de eutanasia.

La sanción de la Ley 26742, al garantizar los derechos del paciente sobre la base de la autonomía de la voluntad y del
consentimiento informado, en situaciones de enfermedad irreversible, incurable o terminal, significó el
reconocimiento de la atipicidad de la llamada “eutanasia pasiva”, ya que el médico, requiere el previo
consentimiento informado del paciente, ya que no está obligado a prolongar su vida en contra de su voluntad
cuando éste manifieste su rechazo a procedimientos extraordinarios o desproporcionados o que produzcan un
sufrimiento excesivo. En estos casos, el profesional de la salud que haya actuado de conformidad con la ley, no
estará sujeto a responsabilidad civil, penal ni administrativa.

Claro está, que del concepto de eutanasia deben quedar excluidas aquellas muertes producidas con fines
eugenésicos (eliminación de seres humanos considerados “carentes de valor vital”) o económicos (eliminación de
aquellos seres inútiles, que se suponen una carga para la sociedad). La eutanasia implica siempre y en todo caso,
hablar de muerte digna.

La vida humana es necesaria para gozar y disfrutar de los demás derechos. Entonces, si la vida debe ser entendida de
tal modo, se considera que vivida o sobrellevada en las insoportables condiciones de los enfermos terminales, deja
de constituir un valor positivo para ese ser humano. Por lo tanto, ese ser humano tiene el derecho de exigir morir
con dignidad.

Por lo tanto, se considera que el tratamiento penal de la eutanasia debe circunscribirse a una legislación específica,
que establezca los límites del derecho a la eutanasia y se determinen sus líneas reguladoras con la mayor precisión
posible.

BOLILLA 4
1. Lesiones
Bien jurídico:
El bien jurídico tutelado por estos delitos es la incolumidad personal, entendida ésta en el doble aspecto de
integridad física o psíquica.
Eugenia Sanchez
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El Código penal clasifica a las lesiones en tres categorías: leves, graves y gravísimas, estableciendo un criterio de
distinción en base a la gravedad del resultado, es decir, en la idea del daño sufrido por la víctima. Las lesiones leves
son el tipo básico y las graves y gravísimas son formas calificadas del tipo básico.

Lesiones leves:
El art. 89 establece: Se impondrá prisión de un mes a un año, al que causare a otro, en el cuerpo o en la salud, un
daño que no esté previsto en otra disposición de este código.

Los delitos de lesiones son delitos de resultado material, que pueden ser cometidos por vías de comportamientos
activos u omisivos, por cualquier medio y por sujetos indeterminados, requiriendo en todos los casos, un resultado,
que se traduce en un menoscabo a la salud o integridad personal.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo también cualquier persona, distinta del autor. Por
imperativo legal, la lesión debe causarse a otro, circunstancia que determina la impunidad de la autolesión. El feto
no puede ser considerado sujeto pasivo del delito, ya que no ha nacido.

La acción material del delito consiste en causar a otro un daño en el cuerpo o en la salud. Cualquier medio de
comisión es admisible. El tipo puede perfeccionarse mediante comportamientos que impliquen el empleo de medios
violentos o agresivos, en los que, por lo general, el autor hace uso de la fuerza física (por ej. heridas, golpes, etc.)
como por medio de aquellos que, sin traducirse en el empleo de la fuerza física, tienen incidencia directa en el
cuerpo de la víctima (por ej. uso de sustancias toxicas).

El delito puede cometerse por acción o por omisión. La lesión es un delito de resultado material e instantáneo, ya
que para su consumación se requiere la producción de un daño efectivo en el cuerpo o en la salud de la víctima. Por
lo tanto, la tentativa resulta admisible, salvo en los casos de abuso de armas, en donde el art. 104 tipifica el disparo
de arma de fuego contra una persona sin herirla y la agresión con toda arma aunque no se cause herida.

La magnitud del daño carece de importancia a los fines de la consumación del delito. El daño, por insignificante que
sea, es lesión. Las lesiones leves, graves y gravísimas son dolosas y admiten todas las formas del dolor.

La llamada lesión preterintencional carece de tipificación en nuestro derecho.

Concepto: por lesión, debe entenderse, todo menoscabo de la integridad corporal o de la salud física o mental de
una persona. Para su configuración, es necesaria la producción de un daño, que debe recaer en el cuerpo o en la
salud de otro.

Daño en el cuerpo es toda alteración anormal en la estructura física o anatómica de una persona. El daño puede ser
externo o interno y carece de importancia, para su caracterización, que exista o no derramamiento de sangre. Sin
embargo, el detrimento en la contextura física debe tener incidencia real en la eficacia vital del cuerpo humano. Por
lo tanto, la alteración de parte del cuerpo que no afecte esta vitalidad, por ej. corte de pelo o de uñas, no
constituyen lesión, aunque su comisión puede dar lugar a otra figura delictiva (injuria real).

Daño en la salud es un desorden de carácter fisiológico o psíquico, que afecta el desarrollo funcional del organismo
humano, sea en su aspecto físico como mental. Por lo tanto, cualquier detrimento o perturbación en el organismo
que afecte su desarrollo o equilibrio funcional constituye un daño en la salud, criterio que habrá de tenerse en
cuenta en la calificación de hipótesis que pueden generar dudas, por ej. vómitos, desmayo, etc. Sobre la incidencia
del dolor en el tipo de lesión no existe acuerdo, un sector entiende que la mera causación de dolor no constituye
lesión; otros, son partidarios de la tesis de que el dolor, cuando es agudo y prolongado, constituye una verdadera
alteración de la salud. Buompadre, entiende que la cuestión debe ser determinada en cada caso en particular, lo que
importa es ver si esa sensación de dolor produjo o no un desequilibrio funcional en el cuerpo de la víctima.

Según la culpabilidad que requieren:

Eugenia Sanchez
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Las lesiones pueden ser dolosas (arts. 89, 90, 91). En el art. 94 se prevén las lesiones culposas. En el art. 93 se prevé
la atenuante por emoción violenta.

2. Lesiones graves
El art. 90 establece: Se impondrá reclusión o prisión de uno a seis años, si la lesión produjere una debilitación
permanente de la salud, de un sentido, de un órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra o si
hubiere puesto en peligro la vida del ofendido, le hubiere inutilizado para el trabajo por más de un mes o le hubiere
causado una deformación permanente del rostro.

La nota característica de este tipo de lesión es el debilitamiento permanente que el daño causa en el organismo de la
víctima.

Análisis de cada uno de los casos:

Debilitación permanente de la salud: es una disminución de la capacidad funcional del sujeto por un periodo
considerable de tiempo. Se trata de una disminución de la vitalidad del sujeto, que se traduce en la pérdida del vigor
o del poder de resistencia de su organismo. El debilitamiento en la salud debe ser permanente, lo cual no significa
definitivo, sino un suceso que si bien tiene relación con una cuestión temporal, debe ser materia de diagnóstico
médico.

Debilitación permanente de un sentido: el sentido implica una determinada facultad por medio del cual recibimos
los estímulos externos. Cuando la lesión afecta la aptitud de la función sensorial que permite la comunicación con el
mundo exterior, estamos frente a una debilitación del sentido.

Debilitación permanente de un órgano: comprende el conjunto de las partes que integran una determinada
función. De manera que si la lesión produce la eliminación del órgano la función sigue subsistiendo, resulta
encuadrable en este art. Esto sucede con los órganos bilaterales o compuestos, o con aquellos órganos que, siendo
unilaterales, su pérdida no elimina la función que cumplen en el organismo humano, sino que sólo producen una
debilitación de ella, como por ej. el bazo o el hígado.

Debilitación permanente de un miembro: al hablar de miembro, se refiere a las cuatro extremidades del cuerpo
humano, esto es, brazos y piernas. El concepto es anatómico-funcional y la protección legal se discierne en forma
individual para cada miembro, no por pares. En el caso de la pérdida de una, o las dos manos, la lesión es gravísima.
El debilitamiento se produce cuando, con motivo de la lesión, se pierde parcialmente la función del miembro o su
capacidad de servicio, por ej. la pérdida de un dedo.

Dificultad permanente de la palabra: hace referencia a los inconvenientes duraderos que la lesión produce en la
aptitud de las personas para comunicarse con sus semejantes a través del lenguaje oral. Estos inconvenientes
pueden traducirse en afectaciones al uso normal de la palabra hablada, a la construcción de la comunicación, a la
forma de expresión, etc. Están comprendidos el ceceo (imposibilidad de pronunciar la letra S), la afasia sensorial
(pérdida total de conexión entre el concepto que se tiene de una cosa y la palabra que se emite para designarla) y la
dificultad en la perfección fonética.

Peligro para la vida del ofendido: el peligro al que alude la norma es un peligro realmente corrido por la víctima, no
presunto. Debe tratarse de un riesgo inmediato de muerte. Debe tenerse en cuenta la lesión misma, es decir, lo que
ya se ha producido y no lo que pudo haberse producido.

Inutilidad para el trabajo: implica la afectación de la capacidad laborativa de la víctima, además de constituir el
límite temporal entre lesión leve y la grave. El Código penal utiliza una escala que puede esquematizarse de la
siguiente manera:

a. Inutilidad para el trabajo menor a un mes: lesión leve.


b. Inutilidad para el trabajo mayor a un mes: lesión grave.

Eugenia Sanchez
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c. Inutilidad permanente para el trabajo: lesión gravísima.

El criterio legal es objetivo y hace referencia, no sólo al trabajo que la víctima realizaba en el momento de la lesión,
sino al trabajo en general, comprensivo del habitual y el transitorio. La amplitud de la fórmula legal permite
comprender, no sólo casos como los del desocupado, el estudiante, el mendingo, etc. sino que abarca tanto el
trabajo físico como el mental y los de creación espiritual o intelectual. La lesión es verificable cualquiera sea la causa
que le haya dado origen y aunque ella haya desaparecido, por ej. la incapacidad laborativa producida por una
enfermedad que luego desaparece antes del mes, la lesión igualmente es grave.

Deformación permanente del rostro: no significa que se trate de una transformación en el rostro de manera tal que
lo vuelva repugnante, grosero o repulsivo, es necesaria una desfiguración de la fisionomía por alteración de la
simetría del rostro o de una de sus partes. La deformación implica la afectación de su armonía con el resto del
cuerpo.

3. Lesiones gravísimas
El art. 91 establece: Se impondrá reclusión o prisión de tres a diez años, si la lesión produjere una enfermedad mental
o corporal, cierta o probablemente incurable, la inutilidad permanente para el trabajo, la pérdida de un sentido, de
un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o miembro, de la palabra o de la capacidad de engendrar o
concebir.

Las lesiones gravísimas se caracterizan por la pérdida y la perpetuidad.

Análisis de cada uno de los casos:

Enfermedad cierta o probablemente incurable: se entiende por enfermedad desde el punto de vista jurídico, toda
alteración temporal o permanente del normal funcionamiento de un organismo humano que precise de asistencia
sanitaria y/o de un periodo apreciable de recuperación espontanea. Se exige que sea cierta o probablemente
incurable, es aquella que nunca puede ser sanada por completo. La persistencia de la enfermedad incurable que
desemboca en la muerte de la víctima no transforma el hecho en homicidio, ya que la incurabilidad implica un
estado o proceso patológico que comprende la posibilidad de la muerte.

Inutilidad permanente para el trabajo: la incapacidad laborativa debe ser permanente, esto es, de una duración
persistente, por largo tiempo, o bien la probabilidad de no volver a tener su anterior eficacia laborativa.

Perdida de un sentido, órgano o miembro o del uso de un órgano o miembro: se diferencia de los casos de
debilitamientos de lesiones graves, no sólo por la pérdida del sentido, órgano u miembro, sino también por la
pérdida del uso de los mismos. Lo primero indica una privación absoluta o irreparable, de carácter anatómico-
funcional; lo segundo, sólo una privación funcional.

Perdida de la palabra: se refiere a la perdida de la palabra como posibilidad de articulación, aunque puedan emitirse
sonidos, ya que lo que verdaderamente importa es el hecho de la comunicación mediante el lenguaje oral, pudiendo
tener su origen en una lesión física o psíquica.

Perdida de la capacidad de engendrar o concebir: hace referencia a la eliminación o desaparición de la función


reproductora. La ley atiende a la capacidad presente o futura de reproducción y, por lo tanto, la agravante se
concreta en el sentido de esterilidad o impotencia.

Estas consecuencias pueden producirse a través de la castración, que producen en el sujeto la pérdida de la
capacidad coeundi (incapacidad para realizar relaciones sexuales) o de la generandi (incapacidad de engendrar) o
por cualquier otro medio que lleve a idénticos resultados, por ej. exposición a rayos X, lesiones en la médula,
maniobras abortivas, etc.

Eugenia Sanchez
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La agravante alcanza la capacidad reproductora futura o en formación, pero no a los ancianos o impotentes (casos
de inexistencia o pérdida de la capacidad procreativa). Pero, si la afectación se produce por ablación de los genitales,
la lesión es gravísima porque implica la pérdida del órgano de reproducción.

4. Circunstancias agravantes y de atenuación de las lesiones


Figuras agravadas:

El art. 92 establece: Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 80, la pena será: en el caso
del artículo 89, de seis meses a dos años; en el caso del artículo 90, de tres a diez años; y en el caso del artículo 91, de
tres a quince años.

Para la aplicación de la agravante es suficiente con que concurra una de las situaciones previstas en el art. 80; si
fueran varias en el mismo hecho, la punibilidad se mantiene, no se multiplica.

Figuras atenuadas:

El art. 93 establece: Si concurriere la circunstancia enunciada en el inciso 1º letra a) del artículo 81, la pena será: en el
caso del artículo 89, de quince días a seis meses; en el caso del artículo 90, de seis meses a tres años; y en el caso del
artículo 91, de uno a cuatro años.

(Art. 81: 1º Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años: a) Al que matare a otro,
encontrándose en un estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren excusable).

Se trata de lesiones cometidas en estado de emoción violenta.

Si concurre una agravante con la atenuante: para algunos se aplica la atenuante, en cambio, para otros, se da un
concurso ideal y prevalece la agravante.

5. Lesiones culposas
El art. 94 establece: Se impondrá prisión de un mes a tres años o multa de mil a quince mil pesos e inhabilitación
especial por uno a cuatro años, el que por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión, o por
inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, causare a otro un daño en el cuerpo o en la salud.
Si las lesiones fueran de las descritas en los artículos 90 o 91 y concurriera alguna de las circunstancias previstas en el
segundo párrafo del artículo 84, el mínimo de la pena prevista en el primer párrafo, será de seis meses o multa de
tres mil pesos e inhabilitación especial por dieciocho meses.

Art. 94 bis: Será reprimido con prisión de uno a tres años e inhabilitación especial por dos a cuatro años, si las
lesiones de los artículos 90 o 91 fueran ocasionadas por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria
de un vehículo con motor.
La pena será de dos a cuatro años de prisión si se verificase alguna de las circunstancias previstas en el párrafo
anterior y el conductor se diese a la fuga, o no intentare socorrer a la víctima siempre y cuando no incurriera en la
conducta prevista en el artículo 106, o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia
igual o superior a quinientos miligramos por litro de sangre en el caso de conductores de transporte público o un
gramo por litro de sangre en los demás casos, o estuviese conduciendo en exceso de velocidad de más de treinta
kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar del hecho, o si condujese estando inhabilitado para hacerlo
por autoridad competente, o violare la señalización del semáforo o las señales de tránsito que indican el sentido de
circulación vehicular, o cuando se dieren las circunstancias previstas en el artículo 193 bis, o con culpa temeraria, o
cuando fueren más de una las víctimas lesionadas.

La reforma de la Ley 25.189 incrementó a 3 años el monto máximo de la pena de prisión prevista en el primer
párrafo dl art. 94 (que era de dos años en el texto derogado) e introdujo un segundo párrafo por el que se
aumentaba a 6 meses, o multa de 3mil e inhabilitación por 18 meses, el monto mínimo de la pena de prisión prevista
en el primer párrafo, en la medida que las lesiones causadas por el obrar culposo sean de las previstas en los arts. 90
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o 92 del Código y concurra alguna de las circunstancias previstas en el segundo párrafo del art. 84, esto es, que las
victimas del hecho hayan sido dos o más o el hecho haya sido causado por la conducción imprudente, negligente,
inexperta o antirreglamentaria de un vehículo.

De manera, entonces, que la agravante sólo resultaba aplicable siempre que los resultados previstos en la norma
hayan sido producidos en forma conjunta.

La incorporación del art. 94 bis es una reiteración del texto del art. 84 bis.

Concepto de imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia de los reglamentos o deberes:

 Negligencia: es el olvido, la ligereza, la omisión de lo que se debe hacer, la falta de diligencia. El que actúa
negligentemente se caracteriza por no hacer algo que el deber de previsión o de prudencia le indicaba hacer.
 Imprudencia: es el comportamiento que, con arreglo a las circunstancias, es atrevido, riesgoso o peligroso
para las personas o los bienes ajenos.
 Impericia en el arte o profesión: es la falta de los conocimientos más elementales del arte o profesión que se
desempeña.
 Inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo: se da cuando al desempeñar ciertas actividades o
cargos, el sujeto viola u omite cumplir los deberes impuestos por los reglamentos u ordenanzas que se
refieren a dichas actividades o cargos.

BOLILLA 5
1. Duelo
Concepto. Cuestión respecto a su incriminación:
El duelo es un combate singular entre dos personas por motivos de honor y precedido de un convenio que establece
padrinos, armas, modo, lugar y tiempo en que se realizará. La lucha entre más de 2 personas es riña. Es un delito
doloso y se consuma con la iniciación de la lucha.

Hay una discusión respecto de si el duelo debe ser considerado delito o no:

Para un sector el duelo debería ser impune. Algunos dicen que el consentimiento de ambos duelistas quita toda
ilicitud al acto. El duelo es útil porque pena a los injuriosos y difamadores. Las leyes penales no ofrecen medios
aptos para reparar rápidamente las ofensas contra el honor.

Para otro sector no habría que hacer ninguna diferencia entre el duelo y los hechos comunes de homicidio y
lesiones. Aceptar la licitud del duelo es ir en contra del principio de toda sociedad civilizada de que nadie puede
hacerse justicia por sí mismo. Los delitos contra la vida y la integridad física son bienes indisponibles y el
consentimiento carece de valor justificante. Si las leyes penales no ofrecen medios aptos para reparar las ofensas
contra el honor, ellas deben ser modificadas.

Para una tercera posición, el duelo debe ser reprimido en forma más benigna que el homicidio o las lesiones, basado
en el móvil que inspira el hecho y el consentimiento de las partes. Esta es la posición del CP.

Sistemas de regulación:

a) Sistema que tipifica el duelo como delito: sometiéndolo a diferentes penalidades según el resultado
producido. (Argentina, Italia, entre otros).
b) Sistema francés: se caracteriza por guardar silencio respecto al duelo. Se castigan sólo los resultados
producidos con las penas que a ellos corresponden.

Eugenia Sanchez
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c) Sistema anglosajón: penaliza el duelo por las consecuencias producidas. La pena se aplica según resulte
lesiones u homicidio.

El Código penal argentino, ha receptado el criterio de tipificar el duelo como delito en sí mismo (sin resultados),
estableciendo un privilegio en orden a la penalidad cuando el combate es llevado a cabo de acuerdo con la practica
caballeresca (duelo regular) y tuviera como consecuencia resultados lesivos o mortales.
No son punibles la simple provocación (desafío) ni la aceptación de un duelo, salvo en los casos previstos en el art.
100 (interés pecuniario o inmoral). Tampoco son objeto de castigo los padrinos, con excepción de los supuestos
previstos en los arts. 102 (uso de alevosía) y 103 (concertación del duelo a muerte). La impunidad alcanza también a
otras personas que, si bien no son necesarias al duelo, intervienen de alguna manera en su realización o tienen
vinculación con él, como son el director del lance, los testigos, los médicos, etc. Por lo general, se regulan como
delitos de peligro para la vida e integridad física de la persona.

Diversas figuras:

Duelo regular:

El art. 97 establece: Los que se batieren en duelo, con intervención de dos o más padrinos, mayores de edad, que
elijan las armas y arreglen las demás condiciones del desafío, serán reprimidos:
1. Con prisión de uno a seis meses, al que no infiriere lesión a su adversario o sólo le causare una lesión de las
determinadas en el artículo 89.
2. Con prisión de uno a cuatro años, al que causare la muerte de su adversario o le infiriere lesión de las
determinadas en los artículos 90 y 91.

El duelo es un delito de sujetos indiferenciados, cualquier persona puede ser sujeto activo y pasivo, son los llamados
combatientes, esto es, aquellos que se baten a duelo. Se trata de un delito de doble actividad y de codelincuencia
necesaria (ambos duelistas son autores).

El delito consiste en batirse a duelo, es decir, trabarse en combate con otra persona. El duelo exige que haya habido
acometimiento. Se denomina duelo regular al combate singular entre dos personas, por causa de honor y llevado a
cabo de acuerdo a reglas legales y condiciones preestablecidas, cuyos requisitos son:
a. Batirse en duelo: exige una lucha o combate entre dos personas, que pueden revestir calidad o condición,
cualquier persona puede batirse a duelo.
b. Con intervención de dos o más padrinos: los padrinos son los representantes de los duelistas. Su
intervención produce dos consecuencias: por un lado, determina la regularidad del duelo y, por otro, la
aplicación de una pena atenuada para los combatientes. Deben ser dos como mínimo, sin límites en el
máximo. Tienen una función primordial, que es la de evitar dl duelo, si esto no es posible, deben intentar
que se lleve a cabo en las condiciones menos gravosas para los duelistas. La ausencia de padrinos, o por
debajo del número mínimo, irregulariza el duelo. Por regla general, son impunes, salvo los supuestos de los
arts. 102 y 103. Tienen a su cargo la elección de las armas y arreglar las demás condiciones del desafío, como
elegir al director del lance y determinar las circunstancias de modo, tiempo y lugar.
c. Mayores de edad: 18 años.
d. Elección de las armas: los padrinos deben elegir las armas con las que se desarrollará el combate. Se trata de
armas propias, sin que importe el poder ofensivo o letal. Lo frecuente habrá de ser el empleo de las armas
tradicionales exigidas por la práctica caballeresca: espada, sable y la pistola de combate. Las armas deben
ser iguales o equivalentes, de manera de obtener la paridad en el combate.
e. Acuerdo sobre las demás condiciones del desafío: son las que establecen los usos y costumbres del duelo.

Eugenia Sanchez
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f. Causa de honor: el duelo gira alrededor del concepto de honor, no existe duelo sin que haya estado
motivado en una causa de honor. La ley no lo requiere expresamente, pero la doctrina es pacifica en exigirlo
por una doble razón: como una exigencia historia, propia de la tradición caballeresca y como una resultante
de la interpretación, a contrario sensu, del art. 100, que pune el reto o desafío, persiguiendo un interés
pecuniario o inmoral.

El dolo regular es un delito doloso que exige el dolo directo, que admite el dolo eventual. Es de carácter permanente,
que se consuma cuando comienza la lucha. La tentativa es posible.

Duelo irregular:

El art. 98 establece: Los que se batieren, sin la intervención de padrinos, mayores de edad, que elijan las armas y
arreglen las demás condiciones del desafío, serán reprimidos:

1. El que matare a su adversario, con la pena señalada para el homicida;


2. El que causare lesiones, con la pena señalada para el autor de lesiones;
3. El que no causare lesiones, con prisión de un mes a un año.

Se trata de una modalidad de duelo que se caracteriza por llevarse a cabo sin la intervención de padrinos o con la
intervención de padrinos pero que no reúnen la edad legal. El delito se consuma con la iniciación del combate y es
admisible la tentativa.

Instigación a provocar o aceptar un duelo. Desacreditación pública por no desafiar o rehusar un desafío:

El art. 99 establece: El que instigare a otro a provocar o a aceptar un duelo y el que desacreditare públicamente a
otro por no desafiar o por rehusar un desafío, serán reprimidos:

1. Con multa de pesos mil a pesos quince mil si el duelo no se realizare o si realizándose, no se produjere muerte
ni lesiones o sólo lesiones de las comprendidas en el artículo 89.
2. Con prisión de uno a cuatro años, si se causare muerte o lesiones de las mencionadas en los artículos 90 y 91.

Instigación a provocar o aceptar un duelo: se trata de una incitación dolosa que puede resultar ineficaz, esto es, que
el duelo no se lleve a cabo. Alcanza tanto al duelo regular como al irregular. Se trata de una incitación para que se
lleve a cabo un duelo.

Desacreditación pública por no desafiar o rehusar un desafío: no basta la simple amenaza de descrédito público, sino
que debe haberse lanzado o dirigido la injuria contra otra persona. Se trata de un delito de peligro concreto. La
consumación se produce con la desacreditación pública de la otra persona. La tentativa no resulta admisible.

Provocación al duelo por interés pecuniario o inmoral:

El art. 100 establece: El que provocare o diere causa a un desafío, proponiéndose un interés pecuniario u otro objeto
inmoral, será reprimido:

1. Con prisión de uno a cuatro años, si el duelo no se verificare o si efectuándose, no resultare muerte ni
lesiones.
2. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si el duelo se realizare y resultaren lesiones;
3. Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si se produjere la muerte.

Se trata de un delito caracterizado subjetivamente por el móvil que persigue el autor: un interés pecuniario o
inmoral. Esta característica subjetiva es la que convierte el desafío, por regla general impune (cuando es por causa
de honor), en un acto punible (cuando es por causa económica o inmoral).

Eugenia Sanchez
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El delito consiste en provocar un desafío, o en dar causa para que se produzca un desafío. Por interés pecuniario
debe entenderse toda ventaja en dinero o que pueda ser traducible económicamente; por objeto inmoral, todo
cálculo infame o despreciable a cuyo servicio se pone el duelo. Tratándose de un delito de peligro, la consumación
coincide con la realización de las acciones típicas. La tentativa no parece posible.

Combatiente desleal:

El art. 101 establece: El combatiente que faltare, en daño de su adversario, a las condiciones ajustadas por los
padrinos, será reprimido:

1. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si causare lesiones a su adversario.


2. Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si le causare la muerte.

Se trata de una conducta desleal, una violación dolosa de las reglas pactadas por los padrinos. Originariamente el
duelo es regular, pero se torna irregular cuando se produce la trasgresión, por parte del combatiente, de las
condiciones pactadas. Se trata de un delito doloso, de dolo directo y de resultado material, que exige la producción
de un daño al adversario, esto es, lesiones o muerte. Por lo tanto, el delito se perfecciona con alguno de los
resultados producidos. La tentativa es admisible.

Situación de los padrinos:

Por regla general los padrinos no son punibles salvo en los casos de los arts. 102 y 103.

Alevosía de los padrinos:

El art. 102 establece: Los padrinos de un duelo que usaren cualquier género de alevosía en la ejecución del mismo,
serán reprimidos con las penas señaladas en el artículo anterior, según fueren las consecuencias que resultaren.

Es uno de los casos que torna punible la actuación de los padrinos, generalmente exentos de pena. El art. hace
referencia a un duelo regular, que se irregulariza sólo para los padrinos que hubieran empleado alevosía en la
ejecución del mismo. La infracción se comunica a quienes conocen esta violación de las reglas del duelo y actúan en
consecuencia. El tipo requiere el empleo del obrar traicionero durante el combate. Sólo es punible el padrino que
conoció o aceptó el modo o medio lesivo. El delito se consuma con la producción de los resultados (lesiones o
muerte) siendo admisible la tentativa.

Concertación del duelo a muerte:

El art. 103 establece: Cuando los padrinos concertaren un duelo a muerte o en condiciones tales que de ellas debiere
resultar la muerte, serán reprimidos con reclusión o prisión de uno a cuatro años, si se verificare la muerte de alguno
de los combatientes. Si no se verificare la muerte de alguno de ellos, la pena será de multa de pesos mil a pesos
quince mil.

Es otro de los casos que vuelve punible la actuación de los padrinos. La punibilidad no depende de la verificación de
los resultados, sino de la realización del acuerdo mortal en sí mismo, aunque el duelo no se lleve a cabo. Se trata de
un duelo regular que se irregulariza sólo para los padrinos que han celebrado el acuerdo o han arreglado el combate
de manera tal que su realización derive en la muerte de uno o ambos de los combatientes.

La acción típica consiste en concertar, eso es, acordar, fijar, arreglar un duelo a muerte o en condiciones tales que
lleven a ese resultado. Las condiciones de un duelo a muerte deben inferirse, a falta de pacto o acuerdo expreso, de
las circunstancias de tiempo, modo, lugar, clase de armas empleadas, distancia y demás características del plan.

2. Abuso de armas
El art. 104 establece: Será reprimido con uno a tres años de prisión, el que disparare un arma de fuego contra una
persona sin herirla. Esta pena se aplicará aunque se causare herida a que corresponda pena menor, siempre que el

Eugenia Sanchez
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hecho no importe un delito más grave. Será reprimida con prisión de quince días a seis meses, la agresión con toda
arma, aunque no se causare herida.
Se trata de delitos de peligro concreto para la vida o la integridad física de la persona, y de pura actividad, cuya
consumación se produce con la realización de la acción material que el tipo describe y que coloca a la persona ante
una verdadera situación de riesgo para su integridad física.

Disparo de armas de fuego:

La estructura típica del delito exige la concurrencia de los siguientes elementos:

a. Que se dispare un arma de fuego: por arma debe entenderse todo instrumento que aumenta el poder
ofensivo de la persona. El tipo, exige que sea de fuego, esto es, que dispare proyectiles a través de un
mecanismo que se acciona por deflagración de la pólvora.
b. Que el disparo se haya efectuado contra una persona: por lo tanto, no configura el delito el disparo al aire, al
costado o hacia lugares donde no se encuentra la persona.
c. Que no se cause herida: debe entenderse como no haberse causado ningún resultado. Si se hubiera causado
algún resultado (por ej. herida), el hecho se mantiene dentro del tipo del art. 104 si a ese resultado le
corresponde pena menor (por ej. lesiones leves). Si la pena es mayor en función del mayor daño producido,
por ej. lesiones graves, gravísimas o muerte, la figura se desplaza hacia la que corresponda a esos resultados.
El delito es doloso, de dolo directo. No están comprendidas las formas culposas o imprudentes. Se consuma
con la acción de disparar el arma de fuego, lo cual implica no solamente que el arma haya sido disparada,
sino también que el proyectil haya sido realmente despedido hacia la persona. Pero, si se acciona el
mecanismo del arma y el proyectil no es despedido, entonces estamos ante una hipótesis de tentativa. Si, en
cambio, el disparo se produjo pero el proyectil se desvió, no dio en el blanco, impactó en algún obstáculo,
etc., el delito igualmente ha quedado perfeccionado.

Agresión con toda arma:

La acción típica consiste en agredir, esto es, acometer o atacar a otra persona empleando un arma, de manera que
se coloque en peligro la incolumidad física de ella. La sola exhibición del arma o la amenaza con ella, no alcanza para
concretar el delito. Es un delito de peligro concreto y de carácter doloso, incompatible con el dolo eventual y la
culpa. Se consuma con la realización de la acción típica, esto es, con el acometimiento armado. La tentativa se
muestra como de difícil concreción.

Agravantes y atenuantes:

El art. 105 establece: si concurriera alguna de las circunstancias previstas en los artículos 80 y 81, inciso 1º, letra a),
la pena se aumentará o disminuirá en un tercio respectivamente.

El precepto regula hipótesis de circunstancias agravantes y atenuantes relacionadas con las figuras previstas en el
art. 104. Ellas se limitan a las establecidas en el art. 80 (circunstancias agravantes) y a la emoción violenta del art. 81,
inciso 1, letra a) (circunstancias atenuantes). En ambos casos las penas aumentan o disminuyen en un tercio.

Agravantes especiales de las leyes 23.592 y 24.192:

Ley 24.192: Los abusos de armas se agravan en las condiciones previstas por el artículo 1 de la ley 24.192 de
espectáculos deportivos en la medida dispuesta en el artículo 2.

Ley 23.592: Elevase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de todo delito reprimido por
el CP cuando sea cometido por persecución u odio a una raza, religión o nacionalidad, o con el objeto de destruir en
todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. En ningún caso se podrá exceder del máximo legal de
la especie de pena de que se trate.

Eugenia Sanchez
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3. Abandono de personas
El art. 106 establece: El que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo,
sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar o a la que el
mismo autor haya incapacitado, será reprimido con prisión de 2 a 6 años. La pena será de reclusión o prisión de 3 a
10 años, si a consecuencia del abandono resultare grave daño en el cuerpo o en la salud de la víctima. Si ocurriere la
muerte, la pena será de 5 a 15 años de reclusión o prisión

El art. describe tres conductas diferentes, las que son complementarias de una acción típica común a todas ellas:
poner en peligro la vida o la salud de otra persona. Ellas son:

a) Colocar a una persona en una situación de desamparo: consiste en poner a la víctima en una situación tal,
que implica su desprotección o aislamiento, sin posibilidades de obtener auxilio o asistencia de terceros y de
la cual resulte un peligro para su vida o su salud. La conducta del autor, que en este caso es eminentemente
activa, crea la situación de peligro por el desamparo en que queda la víctima.
b) Abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que el autor deba mantener o cuidar: la
conducta consiste en sacar a la víctima del lugar en que se halla y dejándola en otro, o también alejándose el
autor del lugar en que se encuentra, dejando allí a la víctima. En ambos casos debe darse la situación de
peligro para la vida o la salud del incapaz.
El delito puede cometerse por acción o por omisión, pero en cualquier caso siempre requiere una
imposibilidad de lograr asistencia, ayuda ajena, etc., que puede ser temporal o definitivo, aunque siempre
debe ser de carácter material.
Sujeto activo sólo puede ser quien tiene la obligación de mantener o cuidar al incapaz de valerse. Esta
obligación, que es de carácter jurídico, puede provenir de la ley, de un negocio jurídico o del actuar
precedente del autor. Sujeto pasivo es la persona incapaz de valerse, entendiéndose por tal a quien carece
de aptitud para proveerse a sí misma.
c) Abandonando a la persona a la que el propio autor ha incapacitado: aquellos casos de alejamiento del
autor después de un accidente dejando sin socorro al lesionado.

Este delito es de aquellos denominados delitos especiales propios, ya que se restringe el campo de posibles autores
sólo a quienes reúnen una específica cuantificación personal, que es, la de tener el deber de garante respecto al bien
jurídico tutelado por la ley. La incapacidad de la persona puede tener su origen en un hecho culposo o doloso y debe
ser la consecuencia de la conducta anterior del autor, no del abandono.

El delito es doloso, directo o eventual, y tratándose de un delito de peligro concreto, el tipo queda perfeccionado
cuando la acción material ha generado la situación de peligro para el bien jurídico protegido.

Agravantes por el resultado:

Las agravantes están previstas en los párrafos 2 y 3 del art. 106, cuyos distintos resultados, sea daño o muerte,
habrán de determinar la pena aplicable. Son resultados preterintencionales no abarcados por el dolo, directo o
eventual, del autor. El daño en el cuerpo o en la salud de la víctima o su muerte, deben ser consecuencia directa del
abandono, no de la conducta anterior del autor.

Agravante por el vínculo parental:

El art. 107 dispone: El máximum y el mínimum de las penas establecidas en el artículo precedente, serán aumentados
en un tercio cuando el delito fuera cometido por los padres contra sus hijos y por éstos contra aquéllos o por el
cónyuge.
El art. contempla una figura agravada por el vínculo del parentesco entre padres e hijos y por el vínculo legal del
matrimonio. La relación parental sólo está referida a los padres e hijos, quedando excluida la de los abuelos y nietos.
En el caso del cónyuge, la agravante no alcanza a la persona divorciada legalmente.
Eugenia Sanchez
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Por el móvil (Ley 23.592):

Ley 23.592: Elevase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de todo delito reprimido por
el CP cuando sea cometido por persecución u odio a una raza, religión o nacionalidad, o con el objeto de destruir en
todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. En ningún caso se podrá exceder del máximo legal de
la especie de pena de que se trate.

Omisión de auxilio:

El art. 108 establece: Será reprimido con multa de 750 pesos a 12500 pesos el que encontrando perdido o
desamparado a un menor de diez años o a una persona herida o inválida o amenazada de un peligro cualquiera;
omitiere prestarle el auxilio necesario, cuando pudiere hacerlo sin riesgo personal o no diere aviso inmediatamente a
la autoridad.

Se trata de un delito de peligro para la vida o la salud de las personas. Es de pura omisión, de simple actividad y se
consuma con la omisión misma, sin que importe la causación de un daño o resultado alguno. Se castiga la simple
infracción de un deber de actuar.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser quien está expresamente
mencionado en la ley: un menor de 10 años, una persona herida, una persona inválida, una persona amenazada de
un peligro cualquiera. Pero, en todas estas hipótesis, el sujeto pasivo debe encontrarse perdido o desamparado. No
interesa la fuente de donde proviene el peligro (puede ser un hecho de la naturaleza, una conducta humana, etc.),
pero el mismo debe existir en el momento en que el sujeto encuentra a la persona perdida o desamparada.

El art. plantea dos situaciones típicas: 1) no prestar el auxilio necesario cuando se puede hacerlo sin riesgo personal;
y 2) no dar aviso inmediatamente a la autoridad, si se corre riesgo. En ambos supuestos, la conducta omisiva tiene
relación directa con una víctima desamparada o amenazada de un peligro cualquiera.

Tratándose de un delito estructurado omisivamente, lo punible consiste en infringir (no cumplir) con la acción que el
ordenamiento jurídico espera que se cumpla: prestar auxilio necesario o dar aviso a la autoridad.

El deber de actuar no es alternativo o delegable (elegir entre auxiliar o dar aviso), sino principal (auxiliar y, si no fuera
posible, dar aviso a la autoridad).

La fórmula encontrando perdido o desamparado carece de una interpretación uniforme en la doctrina. Por un lado,
se sostiene una posición restringida, esto es, que el autor encuentra a la víctima si la halla o dan con ella, sea que la
haya buscado o no. Por otro lado, en una interpretación amplia, o sea además de encontrar, es estar en presencia
de. Esta postura comprende, no sólo al que se mueve, sino también al que, estando quieto, se da cuenta con la vista
o con el oído, de una persona en peligro.

Una persona está perdida cuando está desorientada, fuera de su hogar o sitio seguro, sin poder ubicar su lugar de
destino; está desamparada cuando no tiene posibilidad de lograr, por sí misma o por terceros, la asistencia y amparo
necesarios.

Se trata de un delito doloso de dolo directo, que se perfecciona con la omisión misma, independientemente de que
se haya ocasionado algún resultado. La tentativa ni la participación criminal resultan admisibles.

4. Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar (ley 13.944)


Este delito está contemplado por la ley 13.944 del año 1950.

Art 1: Se impondrá prisión de 1 mes a 2 años o multa de setecientos cincuenta a veinticinco mil pesos a los padres
que, aun sin mediar sentencia civil, se substrajeren a prestar los medios indispensables para la subsistencia a su hijo
menor de dieciocho años, o de más si estuviere impedido.

Eugenia Sanchez
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Art 2: En las mismas penas del artículo anterior incurrirán, en caso de substraerse a prestar los medios indispensables
para la subsistencia, aun sin mediar sentencia civil:
a) El hijo, con respecto a los padres impedidos;
b) El adoptante, con respecto al adoptado menor de dieciocho años, o de más si estuviere impedido; y el
adoptado con respecto al adoptante impedido;
c) El tutor, guardador o curador, con respecto al menor de dieciocho años o de más si estuviere impedido, o al
incapaz, que se hallaren bajo su tutela, guarda o curatela;
d) El cónyuge, con respecto al otro no separado legalmente por su culpa.

Art 2bis: Será reprimido con la pena de 1 a 6 años de prisión, el que con la finalidad de eludir el cumplimiento de sus
obligaciones alimentarias, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare, ocultare, o hiciere desaparecer bienes de
su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta manera frustrare, en todo o en parte, el
cumplimiento de dichas obligaciones.

Art 3: La responsabilidad de cada una de las personas mencionadas en los dos artículos anteriores no quedará
excluida por la circunstancia de existir otras también obligadas a prestar los medios indispensables para la
subsistencia.

Sistemas legislativos:
Desde que Francia en 1924 sancionó como delito el abandono de la familia, numerosos países han definido la figura
con criterios distintos, está la realista que se limita únicamente al abandono económico, en tanto que la idealista
considera constituido el delito por el incumplimiento de todos los deberes de asistencia familiar, tanto de los
materiales como de los morales. Dentro del sistema realista, se distinguen el tipo indirecto y el directo. El indirecto
requiere una decisión judicial previa que imponga la obligación alimentaria y el transcurso de cierto tiempo sin
cumplirla. El tipo directo se caracteriza por dejar a la apreciación del juez del crimen la decisión sobre si se ha
incumplido los deberes de asistencia familiar. Por el alcance de la tutela jurídico-penal y por no requerir una decisión
judicial previa que imponga obligación, la ley argentina se encuadra como la perteneciente al sistema realista
directo. Directo porque deja en manos del juez del crimen todo lo que se refiere a la comprobación del vínculo, de la
situación de necesidad y realista porque se limita al aspecto patrimonial.

Sujeto activo y pasivo:

Pueden ser sujetos de este delito:

 los padres respecto de sus hijos menores de 18 años, o mayores de esa edad si estuvieran impedidos;
 los hijos, respecto de los padres impedidos;
 el adoptante, respecto del adoptado menor de 18 años, o mayor si estuviera impedido;
 el adoptado respecto del adoptante impedido;
 el cónyuge respecto de otro no separado legalmente por su culpa;
 el tutor, el curador o el guardador, respecto del menor de 18 años, o mayor de esa edad si estuviere
impedido, o del incapaz que se hallare bajo su tutela, guarda o curatela respectivamente.

Análisis de los elementos del tipo. La titularidad de la acción penal.

La conducta punible consiste en sustraerse a prestar los medios indispensables para la subsistencia a las personas
que la ley indica. Es preciso que el autor tenga la posibilidad de hacerlo y no lo haga. Sustraerse significa evitar,
eludir dolosamente la obligación.

El delito es de simple omisión, porque su tipicidad resulta del incumplimiento de la norma que impone un deber de
hacer. Es un delito continuo porque el “sustraerse a prestar” permite que la acción se prolongue en el tiempo

Eugenia Sanchez
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manteniendo sin variantes una situación típicamente antijurídica y culpable. Es un delito de peligro abstracto. Ya es
punible el hecho de sustraerse a la prestación y no es preciso que se produzca un resultado concreto.
La consumación tiene lugar en el momento mismo en que el autor se sustrae a prestar los medios indispensables
para la subsistencia de la víctima y continúa consumándose mientras esa situación o estado se mantiene.

Los medios indispensables para la subsistencia son los necesarios para vivir: la alimentación, el vestido, la habitación,
la asistencia médica y los gastos de enfermedad en caso necesario. Lo que importa es que la prestación sea
realmente indispensable para que el interesado pueda subsistir, con prescindencia de que logre superar la necesidad
por ayuda de terceros o por sacrificio personal.

El bien jurídico protegido es la familia y también la persona como miembro de la familia. También se protege la vida
y la integridad física de los individuos que pueden verse en peligro por la falta de medios para vivir.

5. Impedimento de contacto de los hijos menores con sus padres no convivientes (ley 24.270)
Art 1: Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año el padre o tercero que, ilegalmente, impidiere u obstruyere el
contacto de menores de edad con sus padres no convivientes. Si se tratare de un menor de 10 años o de un
discapacitado, la pena será de 6 meses a 3 años de prisión.

Art 2: En las mismas penas incurrirá el padre o tercero que para impedir el contacto del menor con el padre no
conviviente, lo mudare de domicilio sin autorización judicial. Si con la misma finalidad lo mudare al extranjero, sin
autorización judicial o excediendo los límites de esta autorización, las penas de prisión se elevarán al doble del
mínimo y a la mitad del máximo.

Art 3: El tribunal deberá:

1. Disponer en un plazo no mayor de 10 días, los medios necesarios para restablecer el contacto del menor con
sus padres.
2. Determinará, de ser procedente, un régimen de visitas provisorio por un término no superior a 3 meses o, de
existir, hará cumplir el establecido.

En todos los casos el tribunal deberá remitir los antecedentes a la justicia civil.
Art 4: Incorporase como inciso 3º del artículo 72 del Código Penal el siguiente: Inciso 3º: Impedimento de contacto de
los hijos menores con sus padres no convivientes.

Art5: Esta ley se tendrá como complementaria del Código Penal.

BOLILLA 6
1 Delitos contra el honor
Concepto de honor y bien jurídico:

El concepto de honor es algo que, a lo largo de la historia, ha ido variando según las reglas sociales y culturales de
cada pueblo, ya que siempre estuvo condicionado a factores personales, temporales y locales que le han dado su
sentido particular.

El honor es el valor que tiene una persona de sí misma y también en relación con la sociedad en donde vive (derecho
a la reputación). Analizar el honor como bien jurídico penal, ha implicado concebirlo desde dos perspectivas
diferentes: fáctica y normativa.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

Las concepciones fácticas, que parten de la distinción entre honor objetivo y subjetivo, lo consideran como la
dignidad personal reflejada en la consideración de los demás y en el sentimiento de la propia persona.
Las concepciones normativas, en cambio, consideran que el honor forma parte de la dignidad de la persona humana,
lo cual implica que no se puede carecer de él, pero sí se puede disminuir. Se presenta como un atributo de la
personalidad, que corresponde a cualquier ser humano por el solo hecho de serlo.

El Código penal se ha decantado por un modelo de protección del honor desde la concepción fáctica, es decir, lo que
conocemos como reputación social (honor objetivo) o autoestima o sentimiento personal (honor subjetivo), de lo
cual surgiría la protección de un honor formal o aparente que permite la protección penal. Esta visión del honor se
complementa con la mirada que debiera hacerse desde una perspectiva constitucional, según la cual el honor es
reconocido actualmente como una emanación directa de la dignidad personal, como un derecho fundamental del
individuo, no existen individuos sin honor (art. 75 inc. 22 CN). Entonces, desde esta perspectiva, se puede definir al
honor como el conjunto de predicados de la persona que le dan reputación social y estima propia.

Los sujetos del delito:

Sujeto activo: puede ser cualquier persona física a excepción de aquellas que gozan de inmunidades parlamentarias
(legisladores, concejales), mientras las manifestaciones se realicen durante el desempeño de su mandato.

Sujeto pasivo: también puede ser cualquier persona física. Las personas jurídicas o corporaciones no podrían serlo.

Se planteó en doctrina un debate acerca de si pueden ser titulares de un honor defendible penalmente los menores,
los incapaces, los deshonrados y los muertos. Actualmente, y teniendo en cuenta la dimensión constitucional del
honor, no hay dudas de que tanto los menores como los incapaces pueden ser sujetos pasivos de los delitos contra
el honor. En cuanto a los deshonrados, no existe en nuestro derecho tal categoría de personas, por lo tanto, por ser
personas, son acreedores a la protección del honor como cualquier otro individuo. Los muertos, en cambio, no
podrían ser sujetos pasivos de estos delitos porque han dejado de ser personas para el derecho.

Medios y formas de comisión:

Nuestro CP no indica un medio determinado para cometer los delitos contra el honor (salvo en los arts. 114 y 115).
Por lo tanto, cualquier medio que se emplee es apto para cometer estos delitos. Puede ser por escrito o
verbalmente, por impresos, por grabados, por dibujos o caricaturas, por hechos, por gestos, etc.

En cuanto a los modos, estos delitos pueden cometerse por acción u omisión. Respecto de las omisiones, se las
admite para la injuria porque ellas pueden servir para desacreditar (no dar la mano al que saluda), pero no se las
admite para la calumnia. Los delitos contra el honor, sean calumnia o injuria son delitos de acción privada, sólo
puede ser ejercida por el ofendido. (Puede ser por acción o por omisión. Omisión para la injuria, por ejemplo, no
saludar)

El fallo “Kimel” de la CIDH, aspectos centrales:

Hechos: El señor Eduardo Gabriel Kimel es un conocido periodista, escritor e investigador histórico, quien habría
publicado varios libros relacionados con la historia política argentina, entre ellos “La masacre de San Patricio”, en el
que expuso el resultado de su investigación sobre el asesinato de cinco religiosos. El libro criticó la actuación de las
autoridades encargadas de la investigación de los homicidios, entre ellas un juez.

El 28 de octubre de 1991 el Juez mencionado por el señor Kimel promovió una querella criminal en su contra por el
delito de calumnia, señalando que si bien la imputación deshonrosa hecha a un Magistrado con motivo u ocasión del
ejercicio de sus funciones constituiría desacato en los términos del artículo 244 del Código de Fondo, hoy derogado,
la específica imputación de un delito de acción pública configura siempre calumnia.

Luego de concluido el proceso penal, el señor Kimel fue condenado por la Sala IV de la Cámara de Apelaciones a un
año de prisión y multa de veinte mil pesos por el delito de calumnia.
Eugenia Sanchez
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Holding: Artículos 8 (Garantías judiciales), 13 (Libertad de pensamiento y de expresión), 9 (Principio de Legalidad)


1.1. (Obligación de respetar los derechos) y 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno)
La Corte concluye que la afectación a la libertad de expresión del señor Kimel fue manifiestamente
desproporcionada, por excesiva, en relación con la alegada afectación del derecho a la honra.

La Corte acepta el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el Estado, y manifiesta que existió
violación del derecho a la libertad de expresión, consagrado en el artículo 13.1 y 13.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación con las obligaciones generales establecidas en los artículos 1.1 y 2 de dicho
tratado, en perjuicio del señor Kimel

El Estado debe realizar los pagos de las cantidades establecidas en la presente sentencia por concepto de daño
material, inmaterial y reintegro de costas y gastos dentro del plazo de un año a partir de la notificación de la
sentencia. Además debe dejar sin efecto la condena penal impuesta al señor Kimel y todas las consecuencias que de
ella se deriven, en el plazo de seis meses a partir de la notificación de la sentencia.

2. El dolo en los delitos contra el honor


Históricamente, se entendió que los delitos contra el honor eran delitos dolosos, admitiéndose el dolo eventual. La
reforma de la Ley 26.551, sin embargo, ha incidido en el tipo subjetivo de estos delitos, incorporando un elemento
más. Es decir, el texto original del art. 110 (injuria) decía: “el que deshonrare o desacreditare a otro…”, mientras que
el texto introducido por la Ley dice: “el que intencionalmente deshonrare o desacreditare a una persona física
determinada…”, circunstancia que ha hecho que alguna doctrina entienda que la reforma significó un retorno al
animus injuriandi como elemento integrador del tipo subjetivo de estos delitos.

Se considera que la expresión “intencionalmente”, no constituye más que una referencia subjetiva incorporada al
tipo legal, cuya finalidad no es otra que la de ratificar, por un lado, la naturaleza eminentemente dolosa del delito de
injuria y por otro lado, subrayar la concurrencia del dolo directo como única forma de realizar el tipo subjetivo. De
este modo, quedan fuera de la tipificación penal la comisión dolosa-eventual y las formas imprudentes.

Ahora, como la reforma ha incidido únicamente en el tipo subjetivo del delito de injuria y no en el de calumnia, hay
que convenir en que este último admite todas las formas del dolo, directo y eventual.

Ánimos que excluyen la antijuridicidad: Situaciones de atipicidad:

Con arreglo a la reforma de la Ley 26.551, la calumnia y la injuria han quedado, por un lado, despenalizadas, al
reemplazarse la pena de prisión por la de multa, y por otro lado, han sido desincriminadas (declaradas atípicas)
cuando las expresiones estén referidas a asuntos de interés público o no fueren asertivas (una expresión es asertiva
cuando es afirmativa, es decir, cuando da por cierta alguna cosa). Estas formas de atipicidad han sido introducidas
por la reforma con el fin de evitar la punición de los medios de prensa en la difusión de la crónica o información
periodística.

La Ley también introdujo un párrafo al art. 110 cuyo texto expresa: “Tampoco configuraran delito de injurias los
calificativos lesivos del honor cuando guardasen relación con un asunto de interés público”, lo que da la sensación de
que el legislador ha querido incorporar un tercer supuesto de atipicidad.

3. Injuria
El art. 110 establece: El que intencionalmente deshonrare o desacreditare a una persona física determinada será
reprimido con multa de pesos mil quinientos ($ 1.500.-) a pesos veinte mil ($ 20.000.-). En ningún caso configurarán
delito de injurias las expresiones referidas a asuntos de interés público o las que no sean asertivas. Tampoco
configurarán delito de injurias los calificativos lesivos del honor cuando guardasen relación con un asunto de interés
público.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

La injuria consiste en deshonrar o desacreditar a otro. Puede manifestarse tanto mediante una acción contumeliosa
(ejecución de la ofensa en presencia del ofendido o dirigida directamente a él), como por una acción difamatoria
(divulgación de la ofensa entre los terceros, en ausencia del ofendido). Se trata de un delito de mera conducta y de
peligro concreto, resultando irrelevante la producción de daño alguno o de menoscabo al honor del ofendido. Al
igual que la calumnia, el ejercicio de la acción penal prescribe a los dos años.

El tipo de injusto consiste en deshonrar o desacreditar a otro, admitiéndose cualquier forma, modo y medios
posibles. Si bien es un delito de acción, se admite la posibilidad de la injuria omisiva.

Se trata de un tipo penal alternativo, compuesto de dos acciones: deshonrar o desacreditar a otra persona. Con la
acción de deshonrar se ataca la honra, la dignidad o consideración de la persona; con la acción de desacreditar, la
reputación, la confianza o el prestigio de que goza un individuo en razón de su personalidad.

Para alcanzar su perfeccionamiento basta con la puesta en peligro del honor del ofendido, sin que sea necesario que
la deshonra o el descredito se alcancen, por cuanto lo que produce la consumación típica no es la propia conducta
injuriosa en sí misma sino que el sujeto pasivo o un tercero reciba los efectos o consecuencias del agravio al tomar
conocimiento de él, aun cuando ese agravio no alcance a dañar la honra o reputación del sujeto pasivo.

Al igual que la calumnia, admite cualquier medio de comisión (verbales, escritos, por gestos o hechos físicos,
mediante símbolos, pinturas, dibujos, medios informáticos, etc.). Para que se configure el delito, la ofensa debe ser
imputativa, es decir, que debe implicar la atribución a otro de una cualidad, una costumbre o una conducta
susceptible ser apreciadas como ofensivas para la personalidad del ofendido. Cuando se injuria y se calumnia al
mismo tiempo, la relación de especialidad entre ambas figuras impiden su concurso.

Es un delito doloso, que admite sólo el dolo directo. No obstante la estructura del tipo injusto (delito de conducta),
la injuria se consuma cuando el comportamiento lesivo llega a conocimiento del ofendido (deshonra), o de un
tercero (descredito), de lo que se infiere, que la tentativa es posible únicamente en los casos de injuria bajo la forma
de descredito.

Supuestos de atipicidad: cuando las injurias estuviesen referidas a asuntos de interés público o cuando no sean
asertivas.

Injurias en juicio:

El art. 115 establece: Las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o defensores, en los escritos, discursos o
informes producidos ante los tribunales y no dados a publicidad, quedarán sujetas únicamente a las correcciones
disciplinarias correspondientes.

El fundamento de la exclusión de la punibilidad prevista en esta figura, para un sector doctrinal, se trata de una
causa de justificación proveniente del legítimo ejercicio de un derecho; para la opinión mayoritaria, por el contrario,
la figura ventila una verdadera excusa absolutoria. Se considera que se trata de una conducta típica y antijurídica
que exime de pena al culpable y la base de la impunidad tiene el carácter de derecho público.

Se trata de injurias vertidas en juicio por cualquiera de las partes en conflicto, sus apoderados o defensores, en el
ejercicio de dichos roles, que no hayan sido dadas a publicidad por obra de aquellos (como autores, participes o
instigadores); reunidas esas condiciones, la ley penal exime de pena y deja librado el reproche a las correcciones
disciplinarias correspondientes, de naturaleza administrativa.

La acción típica consiste en proferir injurias en juicio que se dirime ante los tribunales de justicia, en un litigio
jurisdiccional. La eximente sólo alcanza al delito de injuria, abarcando las injurias manifiestas, equivocas,
encubiertas, explicitas e implícitas, directas, transversales, etc.

Requisitos: las injurias deben haberse proferido por los medios típicos: escritos (interposición de la demanda, su
contestación, etc.), discursos (exposiciones, declaraciones, etc.) e informes (conclusiones, explicaciones, etc.). Deben

Eugenia Sanchez
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haber sido proferidas ante los Tribunales y deben quedar en el ámbito del conflicto, ya que se aplican solo a las
injurias no dadas a la publicidad.
Se trata de un delito especial propio, de autores calificados por el rol que desempeñan dentro del proceso
controversial, por lo que sólo éstos pueden ser sujetos activos: litigantes, que son los que ejercitan el derecho propio
cuyo reconocimiento se pretende en un proceso; en forma activa o pasiva; apoderados, que son los que actúan por
mandato, general o especial, del litigante, en un litigio de cualquier fuero; defensores, que son los profesionales con
capacidad de postulación que ejercen la defensa técnica del imputado. No puede ser sujeto del delito el juez, porque
no es litigante.

El delito se consuma al proferirse las injurias del art. 110 ante los Tribunales de justicia, en el curso de un proceso
contencioso de cualquier naturaleza. La tentativa es posible en razón de los medios típicos seleccionados (por ej. un
escrito presentado en tribunales que no llega a proveerse por extravío y que es hallado extemporáneamente,
porque el derecho donde están contenidas las injurias caducó.)

Injurias reciprocas:

El art. 116 establece: Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las circunstancias, declarar
exentas de pena a las dos partes o a alguna de ellas.

Se trata de injurias reciprocas en las que por lo menos dos personas se ofenden mutuamente. Debe mediar una
relación de causalidad entre la injuria proferida por el ofensor y la expresada por la víctima. Es decir, que una injuria
debe ser la causa determinante de la otra, la cual debe presentar cierta razonabilidad con la primera ofensa, esto es,
cierta similitud o proporción con la ofensa original, aunque no sea necesaria una perfecta equivalencia. Las ofensas
cruzadas, para ser compensadas, deben ser ilegitimas; pero es facultad exclusiva del juez el declararlas exentas de
pena. Es un delito doloso.

4. Calumnia
El art. 109 establece: La calumnia o falsa imputación a una persona física determinada de la comisión de un delito
concreto y circunstanciado que dé lugar a la acción pública, será reprimida con multa de pesos tres mil ($ 3.000.-) a
pesos treinta mil ($ 30.000.-). En ningún caso configurarán delito de calumnia las expresiones referidas a asuntos de
interés público o las que no sean asertivas.

La calumnia es una injuria especializada por la conducta imputada. La injuria es el género y la calumnia la especie,
relación de la cual se infiere que toda ofensa al honor de una persona que no configure calumnia, es injuria. Pero, si
la ofensa es típica de injuria y calumnia, en un mismo contexto de acción, sobrevive la calumnia. Las infracciones
contra el honor son delitos de pura actividad y de peligro concreto, cuya consumación no requiere que el honor se
haya efectivamente perjudicado, es suficiente con el peligro de daño realmente corrido por el bien jurídico.

Teniendo en cuenta que la Ley 26.551 despenalizó la calumnia, reemplazando la pena de prisión por la de mula, el
término para la prescripción de la acción penal es de dos años.

La acción típica consiste en imputar a otro un delito, sea como autor o como partícipe del mismo. El tipo legal
requiere la concreción de los siguientes elementos:

a) Una imputación: esto es, una conducta imputativa, la que debe entenderse como una atribución a otra
persona de la comisión de un hecho delictivo.
b) La imputación debe ser concreta y circunstanciada: debe contener todas las circunstancias del delito que
sean suficientes para precisarlo en el caso concreto, atribuir generalidades o circunstancias de hechos
futuros, no configuran este delito.

Eugenia Sanchez
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c) La imputación debe concretarse respecto a una persona física determinada: es decir, singularizada
subjetivamente, por lo tanto la imputación tendrá que concretar, en forma circunstanciada, el hecho y su
autor.
d) La imputación debe ser un delito: es decir, de un hecho tipificado en el Código penal, leyes complementarias
y especiales, doloso o culposo.
e) Delito de acción pública: son delitos de esta clase aquellos cuya acción puede promoverse de oficio, con
prescindencia de la instancia de parte o el interés del particular afectado.
f) La imputación debe ser falsa: es falsa cuando el hecho es incierto o inexistente (falsedad objetiva) o cuando
el autor sabe que el hecho atribuido no existe, o si fuera cierto, se lo imputa a una persona que no ha
participado en el mismo (falsedad subjetiva); de lo que se infiere que la imputación debe ser mentirosa,
objetiva y/o subjetivamente falsa. Si se denuncia ante la autoridad hechos total o parcialmente falsos sin
imputación a determinada persona, la adscripción es al delito de falsa denuncia previsto en el art. 245; pero,
si acaece lo mismo atribuyendo los hechos a persona determinada o determinable, la acusación es típica del
art. 109. Esto es así, porque la imputación calumniosa puede realizarse por cualquier medio, judicial o
extrajudicial, mediante elementos escritos o en forma oral, a través de un sistema informático, mediante
gráficos, dibujos, etc.

Es un delito doloso, que admite cualquiera de las clases de dolo. Tratándose de un delito de pura actividad y de
peligro concreto, alcanza su grado de perfeccionamiento cuando llega a conocimiento del ofendido o de un tercero;
entonces, se muestra como posible la tentativa cuando la calumnia es cometida por determinados medios o en
aquellos supuestos de interrupción del iter criminis, por ej. la carta no recibida por el destinatario.

Diferencia entre el delito de calumnia y el de falsa denuncia:

Art 245: Se impondrá prisión de 2 meses a 1 año o multa de $750 a $12.500 al que denunciare falsamente un delito
ante la autoridad.

El art 109 contempla la calumnia y el 245 la “falsa denuncia”. La falsa denuncia consiste en denunciar falsamente un
delito ante la autoridad. La calumnia es un delito contra el honor y la falsa denuncia contra la Administración Pública.
Son figuras autónomas y no se absorben. La calumnia es de acción privada y la falsa denuncia de acción pública. Si
concurren se debe resolver por concurso ideal (art 54).

La relación entre la calumnia y la falsa denuncia fue debatida en lo que hace a resolver qué delito comete el que, a
través de una denuncia ante la autoridad competente, le imputa a otro falsamente la comisión de un delito de
acción pública. Al respecto se ha dicho que entre ambas figuras se daría un concurso ideal; también se planteó la
posibilidad del concurso real; y la del concurso aparente de leyes con la exclusión del art. 109 por el art. 245 y — a la
inversa— la exclusión de la falsa denuncia por la calumnia.

BOLILLA 7
1. Disposiciones comunes en los delitos contra el honor. La titularidad de la acción penal
El régimen legal de las acciones penales por delitos contra el honor está previsto en los arts. 71 y 73 CP.

Art. 71: Acción penal: “Sin perjuicio de las reglas de disponibilidad de la acción penal previstas en la legislación
procesal, deberán iniciarse de oficio todas las acciones penales, con excepción de las siguientes: 1) Las que
dependieren de instancia privada; 2) Las acciones privadas.”

Eugenia Sanchez
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Art. 73 acciones privadas: “Son acciones privadas las que nacen de los siguientes delitos: 1) Calumnias e injurias; 2)
Violación de secretos, salvo en los casos de los arts. 154 y 157; 3) Concurrencia desleal, prevista en el art.159; 4)
Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, cuando la víctima fuere el cónyuge.

Asimismo, son acciones privadas las que de conformidad con lo dispuesto por las leyes procesales correspondientes,
surgen de la conversión de la acción pública en privada o de la prosecución de la acción penal por parte de la víctima.

La acción por calumnia e injuria, podrá ser ejercitada sólo por el ofendido y después de su muerte por el cónyuge,
hijos, nietos o padres sobrevivientes. (viejo art. 75) En los demás casos, se procederá únicamente por querella del
agraviado o de sus guardadores o representantes legales.”

Según lo dispuesto en el art. 73 la acción penal por delitos de calumnia e injuria es privada, lo cual quiere decir que
únicamente la persona ofendida por el delito tiene legitimidad para ejercer la acción penal respectiva, e impulsarla y
perseguirla posteriormente. Nadie más puede hacerlo mientras se encuentre con vida. De esto surge el carácter
personalísimo de la acción.

La excepción a la regla anterior se encuentra en el tercer párrafo del art. 73, cuando la ofensa ha sido inferida en
vida del sujeto y después muere, caso en que la acción puede ser ejercida, en orden excluyente, por el cónyuge,
hijos, nietos y padres sobrevinientes, pero éstos sólo podrán querellar en orden de prelación, es decir, en defecto de
anterior.

Por la particular naturaleza de la acción penal de estos delitos, la actuación de oficio está proscripta. El impulso de
oficio implica la nulidad de lo actuado.

La exceptio veritatis:

Prueba de la verdad de la imputación à

Art. 111: “El acusado de injuria, en los casos en los que las expresiones de ningún modo estén vinculadas con asuntos
de interés público, no podrá probar la verdad de la imputación salvo en los casos siguientes:

1) Si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal.

2) Si el querellante pidiera la prueba de la imputación dirigida contra él.

En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado quedará exento de pena.”

El principio general de prohibición de la prueba de la verdad de la imputación en la injuria sigue siendo el mismo,
sólo que esta vez la regla funciona respecto de imputaciones que tienen relación con intereses privados. En estos
casos, la regla es la restricción de la prueba. Sólo se podrá probar la verdad de la imputación en los dos casos
previstos en el art. 111.

El fundamento de la exceptio veritatis estriba en que la sociedad poco o nada le interesa la averiguación de la verdad
o falsedad del hecho imputado. La necesidad social de proteger el honor es impostergable, por lo que toda
imputación deshonrosa o desacreditadora, aunque fuera verdadera, es siempre injuria.

Sólo se puede probar la verdad de la imputación en dos casos:

a) si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal: es necesario que al momento
de promoverse la excepción, el contenido de la ofensa haya sido o sea objeto de un proceso penal, de otro modo, la
regla no puede funcionar.

b) si el querellante pidiera la prueba de la imputación dirigida contra él: también constituye una excusa absolutoria
que sólo interrumpe la imposición del castigo, no así del resarcimiento de los daños civiles causados. La restricción

Eugenia Sanchez
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opera favor de ofendido y no de la sociedad, circunstancia que explica la admisibilidad probatoria ante el
requerimiento de aquél.

Probada la verdad, el acusado quedará exento de pena, pero dejando indemne la reparación civil.

Calumnia e injuria encubierta y equívoca. Antecedentes. Concepto. Efectos. Crítica:

Art. 112 (derogado): El reo de calumnia o injuria equivoca o encubierta que rehusare dar en juicio explicaciones
satisfactorias sobre ella, sufrirá del minium a la mitad de la pena correspondiente a la calumnia o injuria manifiesta.

La reforma que deroga el artículo guarda coherencia con el resto del articulado, fundamentalmente al requerir, la
calumnia, una imputación “concreta y circunstanciada”, y en la injuria, una imputación a una “persona física
determinada”, lo cual implicaba dejar fuera del marco legal las ofensas equivocas o encubiertas, cuya oscuridad,
imprecisión y ambigüedad significaba una franca violación del principio de taxatividad o de determinación. Por lo
tanto, sólo han quedado vigentes las ofensas manifiestas.

2. Publicación y reproducción de calumnia o injurias


El art. 113 dispone: El que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o calumnias inferidas por otro, será
reprimido como autor de las injurias o calumnias de que se trate, siempre que su contenido no fuera atribuido en
forma sustancialmente fiel a la fuente pertinente. En ningún caso configurarán delito de calumnia las expresiones
referidas a asuntos de interés público o las que no sean asertivas.
La infracción supone el castigo del autor de la publicación o reproducción de la ofensa, cuya conducta es diversa de
la del autor originario (“inferidas por otro”). El autor vuelve a generar una conducta con capacidad propia para
ofender el honor ajeno, distinta a la del autor originario; se trata de un diseño típico autónomo que supone la
existencia de dos autores y dos delitos distintos.

La punibilidad de este delito subsiste siempre y cuando el contenido de las calumnias e injurias que se publican o
reproducen, no fuera atribuido sustancialmente fiel a la fuente pertinente, es decir, siempre que no se haya hecho
mención de la fuente pertinente.

Es la propia ley la que consagra una causal de exclusión de la responsabilidad penal del periodista, cuando atribuya
fielmente la noticia o información a la fuente pertinente. En estos supuestos, el periodista no será reprimido como
autor de las calumnias o injurias de que se trate cuando ellas han sido proferidas por un tercero, o sea, para eximirse
de responsabilidad penal, el periodista deberá difundir la información atribuyendo directamente su contenido a la
fuente pertinente.

Se trata de un delito complejo, de acciones alternativas e independientes. El tipo admite dos formas comisivas:
reproducir (volver a producir) o publicar (hacer llegar las injurias o calumnias a un número indeterminado de
personas). La expresión “por cualquier medio” nos indica una infinidad de medios posibles de repetir la imputación
original, como la palabra hablada o escrita, su comisión por medio de misivas, teléfono, correo electrónico, por la
prensa oral, escrita, televisiva, etc.

Autor de este delito puede ser cualquier persona física, se trata de un tipo de sujetos indiferenciados.

La reforma de la Ley 26.551 introdujo un párrafo final en el art. que desincrimina la calumnia inferida por otro
cuando las imputaciones estén referidas a asuntos de interés público o cuando no sean asertivas.

Para su perfección típica, la figura debe reunir los elementos del tipo objetivo y subjetivo de la injuria; por lo tanto,
sólo resulta admisible el dolo directo.

3. Propagación de calumnias e injurias por medio de la prensa


El art. 114 establece: Cuando la injuria o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa, en la capital y
territorios nacionales, sus autores quedarán sometidos a las sanciones del presente código y el juez o tribunal
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ordenará, si lo pidiere el ofendido, que los editores inserten en los respectivos impresos o periódicos, a costa del
culpable, la sentencia o satisfacción.
El precepto legal contiene una forma de reparación, si lo pide el ofendido, publicando la sentencia o satisfacción y
una regla que determina la jurisdicción aplicable. Se trata de un delito dependiente de la calumnia e injuria como
tipos generales de imputación.

El comportamiento típico consiste en propagar una injuria o una calumnia por medio de la prensa, es decir, que la
conducta prohibida se traduce en cometer una injuria o una calumnia, pero que se especializa por la publicidad que
se imprime a la ofensa. La propagación se debe realizar por medio de la prensa.

El art. prescribe una forma de reparación penal, a pedido del ofendido y a costa del culpable, como es la publicación
de la sentencia o satisfacción (es la explicación brindada en el juicio por el querellado en oportunidad de ejercer su
derecho a retractación). Como la ley no fija el momento del pedido de publicación de la sentencia, se considera que
éste sólo puede ser formalizado en el momento en que se presenta el escrito de promoción de la instancia
(querella). Además, establece que la publicación debe hacerse “a costa del culpable”, es decir, del condenado,
debiendo correr con todos los gastos que demande la publicación, la cual debe hacerse en el mismo periódico o
impreso en donde se ha vertido la ofensa.
Se trata de un delito penal de sujetos indiferenciados, cualquier persona puede ser sujeto actico o pasivo de esta
infracción. Es un delito doloso, el autor debe saber y querer publicar una injuria o calumnia por medio de la prensa.

El problema jurisdiccional. Antecedentes. El artículo 32 de la Constitución Nacional y su interpretación


jurisprudencial:

Honor y prensa: el art. 14 CN contempla el derecho de “publicar sus ideas por la prensa sin censura previa” y el art.
32 CN “El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la
jurisdicción federal”.

La libertad de prensa debe interpretarse en armonía con lo normado en la primer parte del art. 14: “conforme a las
leyes que reglamenten su ejercicio”. El Congreso puede dictar leyes sobre la prensa, lo que no debe hacer es
restringir la libertad de prensa, así lo sostuvo la CSJN en el caso “Servini de Cubría”.

El art. 32 CN prohíbe al Congreso establecer sobre la libertad de imprenta la jurisdicción federal, por lo que, debe
reafirmarse que no existe obstáculo constitucional para que los tribunales de provincia apliquen el CP dentro de sus
respectivas jurisdicciones. Ello deviene del mismo art. 75.12 (corresponde al Congreso dictar los Códigos […]). Ésta es
la tesis seguida uniformemente por la CSJN a partir de 1932 en el caso “Ministerio Fiscal de Santa Fe c/ Diario La
Provincia” y ampliado en 1970 en el caso “Ramos, Raúl A. c/ Batalla Eduardo”.

Por otra parte, si la ofensa vertida o difundida a través de la prensa es un delito, en todos los casos es de aplicación
el CP, pues conforme la facultad delegada por las provincias, éstas no pueden sancionar delitos después que la
Nación dictó el CP.

La limitación en cuanto a su aplicación es debido al art 32 de la CN. El legislador incorporó al CP esta disposición
referida a la prensa, pero rigiendo ésta para todo el país en virtud del art 75 inc 12 de la CN. Debió hacer la reserva
por la que limita el ámbito espacial de la validez de la norma a la Capital Federal y territorios nacionales.

El artículo 114 tiene limitada su aplicación a los delitos cometidos en la Capital Federal y Territorios Nacionales. Esta
limitación se debe a que la CN en el art 32 establece: “El Congreso Federal no dictará leyes que restrinjan la libertad
de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal”. Aunque la CN no permita reglamentar el derecho de
libertad de prensa, no implica que los delitos cometidos por medio de la prensa no sean penados por el CP. El art 32
de la CN prohíbe al Congreso establecer sobre la libertad de imprenta la jurisdicción federal, por lo que no existe
obstáculo constitucional para que los tribunales de provincia apliquen el CP dentro de sus respectivas jurisdicciones
cuando el medio para cometer un delito es la prensa.
Eugenia Sanchez
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Con el caso Ramos c/Batalla (1970) se puso fin a la discusión de si el CP se aplicaba en todo el país o sólo en la Capital
Federal y Territorios Nacionales. Se estableció que el Congreso legisla para todo el país.
Se ha sostenido que excluida la soberanía del Gobierno nacional sobre el ámbito de la Ciudad Autónoma, es a la
legislatura de ésta a quien corresponde dictar leyes sobre los delitos cometidos por la prensa. De existir esta
legislación debe ser la aplicable, y de no existir, correspondería tener por impunes los delitos cometidos por medio
de la prensa por ausencia de ley previa conforme al principio de legalidad. De aceptarse tal criterio, el ámbito de
aplicación del art. 114 del Cód. Penal se vería extremadamente reducido.

Art. 13 Constitución de Buenos Aires: Libertad de expresión

“La libertad de expresar pensamientos y opiniones por cualquier medio, es un derecho asegurado a los habitantes de
la Provincia. La Legislatura no dictará medidas preventivas, ni leyes o reglamentos que coarten, restrinjan o limiten el
uso de la libertad de prensa. Solamente podrán calificarse de abusos de la libertad de prensa los hechos constitutivos
de delitos comunes. La determinación de sus penas incumbirá a la Legislatura y su juzgamiento, a los jueces y
tribunales ordinarios. Mientras no se dicte la ley correspondiente, se aplicarán las sanciones determinadas por el
Código Penal de la Nación. Los delitos cometidos por medio de la prensa nunca se reputarán flagrantes. No se podrá
secuestrar las imprentas y sus accesorios como instrumentos del delito durante los procesos. Se admitirá siempre la
prueba como descargo, cuando se trate de la conducta oficial de los funcionarios o empleados públicos.”

1. Relación con la Constitución nacional (art. 32) Para poder estudiar este artículo hay que analizar antes los artículos
14 y 32 de la Constitución nacional.

a) ¿Prescribe este artículo 32 que la regulación legislativa de la libertad de imprenta es competencia de las
legislaturas provinciales? Este interrogante, a mi juicio, expresa un caso sumamente particular en el sistema
constitucional argentino, pues una de las respuestas implica reconocer a las provincias la facultad de dictar las
normas de fondo ¾penales y civiles ¾ que regulen la libertad de imprenta, consagrándose —si así fuera— una
relevante excepción al principio establecido en los artículos 75 incisos 13, 22, etc. y 126, C.N. La interpretación
histórica del artículo, siguiendo fundamentalmente lo desarrollado por la Convención Examinadora de la provincia
de Buenos Aires, se inclinaba por considerar en la órbita provincial la competencia. Esta fue la postura de la Corte
Suprema hasta 1970, y es la tesis sostenida, entre otros, por Linares y por Soler, pues al describir el derecho penal
argentino, considera restringidas las facultades del Congreso nacional para dictar leyes sobre la materia. Sin
embargo, como se dijo, fue la propia Corte Suprema la que modificó su criterio. En efecto, en una primera etapa, con
ciertas vacilaciones, la Corte sostuvo la tesis de la competencia provincial para legislar sobre delitos de prensa los
que calificaba de sui generis, aun con posturas a veces contrarias del procurador general. Pero luego la Corte varió la
postura en el caso resuelto el 21 de octubre de 1970 in re “Ramos, Raúl Alberto s/querella por injurias c/Eduardo
Batalla”, y allí afirmó la tesis opuesta -defendida, entre otros, por Bidart Campos, Bergel y Bielsa- con el argumento
de que si se reservara a las provincias el derecho de legislar sobre los delitos de imprenta se podría llegar al punto de
que ciertos actos fueran punibles en un territorio e impunes en otro (lo que se juzga en el fallo contrario a la
igualdad) y afirmando que el artículo 126 prohíbe a la provincias legislar en materia penal. Luego, para salvar la
prohibición al Congreso del artículo 32 de dictar leyes que restrinjan la libertad de prensa, la tesis afirma que la
sanción de delitos cometidos por medio de la prensa no es una restricción sobre ella. Esta postura, había sido
sostenida antes por Matienzo cuando era procurador general. Para Matienzo no existe facultad provincial de legislar
en materia penal sobre prensa pues ello corresponde al Congreso como autor del Código Penal. Y respecto de delitos
cometidos por medio de la prensa, afirma que ello no restringe la libertad de imprenta sino que implica la represión
de los delitos comunes. Como puede verse, Matienzo rechaza la tesis de los delitos sui generis (tesis que, en verdad,
hoy tiene pocos adeptos)

4. Retractación

Eugenia Sanchez
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El art. 117 dispone: El acusado de injuria o calumnia quedará exento de pena si se retractare públicamente, antes de
contestar la querella o en el acto de hacerlo. La retractación no importará para el acusado la aceptación de su
culpabilidad.

El texto sustituido decía: “El culpable de injuria o calumnia contra un particular o asociación, quedará exento de
pena, si se retractare públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo”. La reforma de la Ley
26.551 produjo tres modificaciones importantes:

1. En cuanto al sujeto activo de la calumnia o injuria, se sustituyó la palabra “culpable” que traía el texto
anterior por la de “acusado”, ya que culpable es sólo quien ha sido declarado tal por sentencia firme,
mientras que acusado es aquella persona imputada de la comisión de un delito y como la retractación tiene
que ser antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo, no se admite la posibilidad de un culpable
porque falta la sentencia firme.
2. Relativa al sujeto pasivo del delito, se elimina la frase “contra un particular o asociación”, quedando de este
modo superada la polémica doctrinal acerca de si las personas jurídicas podían ser o no sujetos pasivos de
los delitos contra el honor.
3. Relativa a los efectos de la retractación en el caso judicial, ya que en el nuevo art. se establece: “no
importará para el acusado la aceptación de su culpabilidad”. Sobre esta nueva fórmula, se ha dicho que la
modificación ha significado un cambio en la naturaleza jurídica de excusa absolutoria que tenía el instituto
por la de un modo alternativo no penal de resolución del conflicto. Sin embargo, esta opinión no es correcta,
ya que olvida que es la propia ley la que establece la exención de pena del acusado al decir “quedará exento
de pena”, con lo que se mantiene el carácter de excusa absolutoria de la retractación. Pero, en sede penal,
aun cuando el acusado manifieste ser el culpable de la injuria, ello no implicará la aceptación de su
culpabilidad.

Tradicionalmente se entendió que la retractación implicaba el reconocimiento expreso de haber mentido, pero en la
actualidad, es suficiente a los fines de la retractación que el acusado diga simplemente “me retracto”, “me desdigo”,
etc., es decir, que es suficiente con desdecirse de lo que antes se había dicho.

La retractación supone no sólo la tipicidad de la ofensa, sino también su ilegitimidad y su punibilidad; y, para que el
agente se pueda retractar tiene que reconocer su autoría o su participación en la ofensa. La retractación, siempre
implica el reconocimiento de algún aspecto del delito, incluso, su culpabilidad.
Es un instituto de derecho público, por lo tanto la aplicabilidad de su procedencia es competencia exclusiva del Juez,
por lo que éste no está obligado a eximir de pena al querellado que se retracta.
La retractación debe ser pública, que es aquella que se lleva cabo ante el magistrado competente constituyendo la
publicidad propia de los actos o procedimientos judiciales. Debe formularse antes de contestar la querella o en el
acto de hacerlo.

Suministro de información falsa:

El art. 117 bis establece:


1. Será reprimido con la pena de prisión de un mes a dos años el que insertara o hiciera insertar a sabiendas
datos falsos en un archivo de datos personales. (Inciso derogado por la Ley N° 26.388)
2. La pena será de seis meses a tres años, al que proporcionara a un tercero a sabiendas información falsa
contenida en un archivo de datos personales.
3. La escala penal se aumentará en la mitad del mínimo y del máximo, cuando del hecho se derive perjuicio a
alguna persona.

Eugenia Sanchez
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4. Cuando el autor o responsable del ilícito sea funcionario público en ejercicio de sus funciones, se le aplicará la
accesoria de inhabilitación para el desempeño de cargos públicos por el doble del tiempo que el de la
condena.

Este art. fue incorporado por la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales (habeas data). El bien jurídico
protegido es la intimidad personal, en su dimensión positiva, esto es como afirmación de la propia libertad y
dignidad de la persona. El art. tipifica dos delitos:

Inc. 1. Falsedad de datos en archivo de datos personales:

Consiste insertar o hacer insertar datos falsos en un archivo de datos personales. Es un tipo penal de conductas
alternativas, de peligro concreto, de pura actividad y de autor diferenciado. Las acciones típicas son insertar (cuando
es el propio agente el que introduce los datos falsos) o hacer insertar (valiéndose de un tercero para incorporar los
datos al archivo). El tipo requiere que el autor obre a sabiendas de que introduce un dato falso al sistema
informático, se trata de una actuación con dolo directo.

La expresión “datos personales” se refiere a cualquier información perteneciente a una persona física o jurídica,
inclusive los datos sensibles, que son aquellos que revelan el origen racial, sus opiniones políticas, convicciones
religiosas, filosóficas o morales, o información referente a su salud o su vida sexual. Los datos que se introducen
deben ser falsos, esto es, que no se correspondan con la situación real de la persona física o jurídica de que se trate.
El objeto del delito debe estar contenido en un “soporte material” que es el archivo de datos personales, que son el
conjunto organizado de datos personales que sean objeto de tratamiento o procesamiento, electrónico o no,
cualesquiera que fuere la modalidad de su formación, almacenamiento, organización o acceso.

Se trata de un delito de titularidad indiferenciada, por lo tanto, sujeto activo puede ser cualquier persona que
interviene en las operaciones y procedimientos destinados al almacenamiento del dato en el archivo de datos
personales; pero no puede ser autor el propio titular de los datos personales porque en tal caso desaparece el
síndrome de riesgo prohibido para el bien jurídico tutelado. Sujeto pasivo es el titular del dato personal, es la
persona física o jurídica cuyos datos son objeto del tratamiento de datos.

El presupuesto indicativo que surge de la expresión “a sabiendas” hace que el comportamiento sólo sea compatible
con el dolo directo.

El delito se consuma con la realización de las acciones típicas y la creación del peligro para la integridad del bien
jurídico. La tentativa no parece posible.

Inc. 2. Suministro a terceros de información falsa contenida en un archivo de datos personales:

Castiga la acción de proporcionar, entregar, dar, etc. información falsa que se encuentra en un archivo de datos
personales.

Sujeto activo es la persona que se encuentra en condiciones de suministrar la información falsa a otra persona, que
es el responsable o titular de un archivo de datos personales, y por ello se trata de un tipo especial propio de autor
calificado.

Sujeto pasivo es el tercero que recibe la información falsa, pudiendo coincidir con el titular del dato.

El delito es doloso, de dolo directo. Siendo un delito de peligro concreto la consumación coincide con la realización
de la conducta descripta, ya que es en ese momento en que se pone en peligro el bien jurídico. No parece posible la
tentativa.

Inc. 3. Agravante por el resultado:

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

Corresponde la mayor penalidad cuando del hecho se derive perjuicio a alguna persona. Con la derogación del inc. 1,
hoy debe interpretarse que la expresión “del hecho” sólo hace referencia a la figura prevista en el inc. 2.
El perjuicio puede ser de cualquier naturaleza (patrimonial, extrapatrimonial o de otra índole) y puede haber sido
sufrido por “alguna persona”, por lo que quedan comprendidos el titular del dato como terceros ajenos a él.

Inc. 4 Agravante por la condición y rol del autor:


Corresponde la aplicación de la accesoria e inhabilitación para el desempeño de cargos públicos por el doble tiempo
que el de la condena, cuando el autor o responsable del ilícito sea un funcionario público en ejercicio de sus
funciones. La accesoria inhabilitación se aplicará tanto al autor del ilícito como a los partícipes.

Si bien estamos en presencia de un delito especial impropio, la sola condición del autor no es suficiente para
concretar la tipicidad; es necesario que el autor del delito haya actuado en ejercicio de sus funciones públicas.

BOLILLA 8
1. Delitos contra la integridad sexual
Cuestiones relativas a la denominación del título y el bien jurídico tutelado:

El Título III ha sufrido múltiples innovaciones después de la reforma implementada por la Ley 25.087, mediante la
cual se incrementaron las penas de algunos delitos, se incorporaron nuevas figuras y se produjeron
transformaciones relevantes en delitos vinculados a abusos sexuales, a la prostitución, especialmente referidas a
menores de edad y personas con alguna incapacidad. Además, esta reforma sustituyó el antiguo título “Delitos
contra la honestidad” por el “Delitos contra la integridad sexual. El Código, después de la reforma, agrupa los tipos
penales en: 1) delitos que se caracterizan por una conducta sexual abusiva; 2) delitos que se caracterizan por
conductas vinculadas a la corrupción y prostitución de menores y mayores; 3) delitos que se caracterizan por una
conducta sexual exhibicionista, provocadora o relacionada con material pornográfico; 4) delitos que se caracterizan
por una conducta restrictiva de la libertad personal; y 5) delitos que se caracterizan por el medio empleado.
El bien jurídico tutelado con la modificación del título, pasó a ser la integridad sexual de la persona, y no un concepto
público de honestidad o la honra de los varones allegados a la víctima, ya que no es aceptable un Derecho Penal que
no tutele bienes sino normas éticas o morales. Sin embargo, en doctrina difieren con respecto a cuál es el bien
jurídico tutelado: Núñez afirma que la protección se discierne a la fidelidad, a la reserva y normalidad sexual de los
individuos y a la decencia pública. Por otro lado, Creus define a la integridad sexual como el normal ejercicio de la
sexualidad, básicamente asentado sobre la libertad del individuo. En el mismo sentido, Buompadre sostiene, que
con la modificación del título, se incluyó a la libertad sexual como bien jurídico penal, ya que todo individuo tiene
derecho a ejercer libremente su sexualidad. Por último, Donna, considera que el bien jurídico es la libertad de la
persona mayor de 18 años, y el libre desarrollo sexual de los menores de esa edad, teniendo en cuenta que nadie
puede introducirse en la esfera sexual ajena, sin la voluntad de la otra persona, con capacidad para consentir.

Entonces, el bien jurídico que se protege es la reserva sexual de la víctima entendida como el respeto a su
incolumidad física, y dignidad en tanto persona, especialmente desde la óptica de su pudicia personal sexual.

Además, en doctrina se vino analizando el concepto de libertad sexual desde una triple perspectiva: a) dinámica-
positiva (hace referencia a la facultad del individuo de ejercer o de disponer libremente su sexualidad, sea en sus
formas como en las personas con quienes desea mantener la relación sexual); b) estática-negativa (que se concreta
en el derecho a rechazar o repeler la relación sexual que no se desea soportar); c) mixta o integradora (compuesta
por elementos conceptuales de ambos criterios, ya que se entiende que los distintos aspectos que caracterizan a
estas concepciones no son opuestos sino complementarios entre sí).

Eugenia Sanchez
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La integridad sexual, entendida como libertad sexual, como bien jurídico penalmente protegido, importa un
segmento de un bien jurídico más general: la libertad personal, entendida como el derecho de todo individuo a
ejercer libremente su sexualidad o no verse involucrado sin su consentimiento en una relación sexual. Así, la libertad
sexual, se manifiesta como el derecho de toda persona a su autorrealización o autodeterminación en el ámbito de su
sexualidad.

Sin embargo, se entiende que las personas menores o con alguna incapacidad no son titulares de esa libertad, por
carecer de la capacidad de entender la significación de los actos relativos a la sexualidad y, consiguientemente, la de
entender y consentir en ellos; así se habla de indemnidad sexual, para indicar que las personas menores de 13 años
tienen el derecho a estar exentos o libres de cualquier daño sexual; y de intangibilidad sexual, en el sentido de
considerar a los menores e incapaces personas intocables, es decir, tienen el derecho a que no se los toque
sexualmente. No obstante, esto fue criticado, porque los mayores tienen igual derecho a no ser molestados ni
tocados sexualmente por terceros, además tampoco se podría hablar de menores o incapaces indemnes o
intocables, ya que a partir de la reforma, el legislador permitió que tengan relaciones sexuales siempre que no se
abuse de ellos.
En fin, la integridad sexual, entendida como libertad sexual, no es más que un aspecto de la libertad personal en el
ámbito de la sexualidad. El atentado sexual afecta el derecho de toda persona a su autorrealización o
autodeterminación en el ámbito de la sexualidad, ya que significa, entre los adultos, un obstáculo a la libre opción
sexual, y entre los menores, que todavía carecen de capacidad para decidir responsablemente en el ámbito sexual,
un abuso de esa capacidad aun no desarrollada.

Titularidad de la acción penal:

Art. 72: Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes delitos: 1) los previstos en los
arts. 119, 120 y 130 del CP cuando no resultare la muerte de la persona ofendida o lesiones de las del art. 91.

En los abusos sexuales del art 119, en el estupro del art 120 y en el rapto del art 130 la acción es dependiente de
instancia privada. En las demás figuras el régimen es de la acción pública. (art 72) Asimismo, hay excepciones en las
que aun habiéndose cometido un delito de los previstos en ese artículo, la acción es pública. Esto es cuando se da la
concurrencia de otro delito de acción pública de naturaleza grave como cuando resulta la muerte de la persona
ofendida o lesiones del art 91; cuando el delito es cometido contra un menor que no tenga padres, ni tutor ni
guardador; cuando la víctima es incapaz y el autor del delito es uno de sus ascendientes, tutor o guardador; cuando
existen intereses gravemente contrapuestos entre el incapaz y su representante.

Disposiciones comunes respecto de los delitos contra la integridad sexual:

Art. 132: “En los delitos previstos en los artículos 119: 1°, 2°, 3° párrafos, 120: 1° párrafo, y 130 la víctima podrá
instar el ejercicio de la acción penal pública con el asesoramiento o representación de instituciones oficiales o
privadas sin fines de lucro de protección o ayuda a las víctimas.”

El asesoramiento al que hace referencia la manda legal no es otra cosa que la acción de dar consejo, la institución
oficial o privada sin fines de lucro, al menor, respecto de lo que resulta más conveniente a sus intereses.

Por el contrario, la representación consiste en la actuación de la institución, en nombre del menor, haciendo recaer
sobre éste los efectos jurídicos consistentes en su gestión relativa a la formulación de la instancia.

Instituciones oficiales son, por ejemplo, las defensorías o asesorías de incapaces, los centros de protección a la
familia y al menor, los consejos del menor, los centros estatales de asistencia a la víctima, etcétera.

Organismos privados sin fines de lucro son, verbi gratia, las organizaciones no gubernamentales dedicadas a la tarea
de protección o asistencia victimológica

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Los fundamentos de esta disposición legal radican en la voluntad de lograr una mayor protección de la persona y de
los derechos de la víctima del delito, la que, principalmente en aquellos sistemas de enjuiciamiento criminal que no
admiten su intervención como querellante, ocupa una posición de limitado protagonismo en los procedimientos
penales.

Antecedentes:

La denominación jurídica "abuso sexual simple" viene a reemplazar a la de "abuso deshonesto", prevista en el
derogado artículo 127 del Código Penal.

Aquella figura había sido introducida por el proyecto de 1891, castigando al que abusare deshonestamente de
persona de uno u otro sexo, concurriendo alguna circunstancia de la violación sin que haya cópula; agravándolo por
la calidad del sujeto activo.

La reforma introducida por la ley 25.087, modifica la denominación jurídica del tipo penal, y amplía los factores que
anulan el libre consentimiento de la persona más allá de la fuerza física y la intimidación, incluyendo supuestos
coactivos o intimidatorios de abuso de poder o de autoridad, e incorporando otras relaciones de jerarquía

Además, se eleva la edad de la víctima de 12 a 13 años.

Por otro lado, el Código Penal regulaba el delito de adulterio en el artículo 118, haciendo una distinción entre el
adulterio del hombre y de la mujer. Las críticas de la doctrina y los pocos fallos que se dictaron en la jurisprudencia
argentina llevaron a la derogación por la Ley 24.453.

Excepciones al principio de participación:

Art.133: “Los ascendientes, descendientes, cónyuges, convivientes, afines en línea recta, hermanos, tutores,
curadores y cualesquiera persona que, con abuso de una relación de dependencia, de autoridad, de poder, de
confianza o encargo, cooperaren a la perpetración de los delitos comprendidos en este título serán reprimidos con la
pena de los autores.”

El agravamiento tiene un fundamento puramente personal. En este sentido, se afirma que no puede caber duda de
que los aportes realizados por esas personas no sólo son más condenables por el abuso cometido, sino que también
son más decisivos, precisamente por la confianza o temor que inspiran a la víctima, y por ello merece un reproche
mayor.

a) La relación de dependencia alude a aquellas situaciones en las que el autor se encuentra con la víctima en una
relación de preeminencia en el ámbito laboral.

b) La relación es de autoridad cuando la víctima, en virtud del derecho privado (p. ej., guardador y guardado) o
público (v. gr., militar y subordinado) debe obediencia personal al cómplice.

c) Una relación de poder se da cuando proviene de la ley o cuando el cómplice tiene, de hecho, dominio sobre la
víctima.

d) La relación es de confianza cuando el estado (p. ej., sacerdotal) o profesión (p. ej., preceptor) del sujeto activo
asienta su vinculación personal con el ofendido sobre una base de fe o seguridad depositada por éste en aquél.

2. Abuso sexual
El art. 119 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que abusare
sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare violencia, amenaza,
abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que
la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción.

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La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el abuso por su duración o circunstancias de
su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.
La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer
párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o
partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías.

En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho (8) a veinte (20) años de reclusión o prisión si:

a. Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima;


b. El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro
de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guarda;
c. El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere
existido peligro de contagio;
d. El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas;
e. El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus
funciones;
f. El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho (18) años, aprovechando la situación de convivencia
preexistente con el mismo.

En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres (3) a diez (10) años de reclusión o prisión si concurren las
circunstancias de los incisos a), b), d), e) o f).

Abuso sexual simple:


Está previsto en el primer párrafo del art. 119: “Será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4)
años el que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare
violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o
aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción...”

Abusa sexualmente la persona que realiza actos corporales de tocamiento o acercamiento, de carácter sexual, con
persona de uno u otro sexo, menor de 13 años, o cuando mediare violencia, abuso coactivo o intimidatorio de una
relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa, no haya
podido consentir libremente la acción. También configura abuso sexual el acto de lesbianismo, en el que no puede
haber acceso camal, y el acto libidinoso, el cual tiene un significado objetivo impúdico.

El abuso sexual es una agresión sexual violenta, distinta del acceso carnal, ejecutada sobre una persona, contra su
propio querer consciente. Tiene los siguientes elementos: 1) una conducta abusiva de contenido sexual; 2) contacto
corporal directo entre el agresor y la víctima; 3) que este contacto corporal afecte las partes sexuales del cuerpo de
la víctima; y 4) ausencia de consentimiento en la victima.

El abuso sexual del primer párrafo del art. 119 abarca comportamientos bien diferenciados: 1) la agresión sexual
perpetrada contra un menor de 13 años, aun con su consentimiento, y 2) la agresión sexual perpetrada contra otra
persona de cualquier edad, mediando violencia o intimidación, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de
dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa, no haya podido
consentir libremente la acción.

La acción típica en ambos supuestos es la misma: abusar sexualmente de otra persona. Todo abuso sexual reúne dos
características: supone una conducta de contenido o significación sexual ejecutada sobre las partes sexuales de otra
persona y, un aprovechamiento, un exceso, una cosificación, una instrumentalización de la víctima. El abuso siempre
implica el uso objetual (la cosificación) del sujeto pasivo.

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Un sector de la doctrina exige un contacto corporal directo entre el agresor y la víctima; otro sector entiende que el
tipo puede concretarse incluso sin la concurrencia de ese contacto corporal directo. Para esos, el abuso sexual
admite comportamientos tales como obligar a la víctima a desnudarse y llevar actos de exhibición obscena, a
masturbarse u obligarla a efectuar esta clase de actos en la persona de un tercero, siempre en presencia del sujeto
activo. Pero, para Buompadre, por el contrario, si bien este tipo de conductas implican un ataque a la libertad sexual,
no encajan en el tipo de abuso sexual simple, que exige actos físicos de tocamiento y no la simple implicación del
cuerpo del sujeto pasivo en una acción de contenido sexual. Estos supuestos configurarían delito de coacción.

El bien jurídico protegido es la libertad sexual de las personas, que se ve agredida en el derecho que cualquiera tiene
de realizar su actividad sexual de acuerdo con su propia voluntad. Cuando el abuso sexual recae sobre un menor de
13 años o de una persona incapaz, el atentado menoscaba en el ámbito de la sexualidad.

Entonces, el abuso sexual se configura sólo si se afecta físicamente el cuerpo de la víctima, sea que la acción recaiga
directamente sobre ella o que, por obra del autor, la victima actúe sobre el cuerpo de éste. No son suficientes las
palabras obscenas, los gestos, etc., exige actos corporales directos de tocamiento, no puede cometerse a distancia.
El delito excluye la realización de acceso carnal con la víctima, o la intención de llevarlo a cabo, en cuyo caso
estaríamos en el ámbito de la consumación o de la tentativa del delito previsto en el párrafo 2 del art. 119 o en el
art. 120.

Circunstancias de criminalidad:

Son circunstancias de criminalidad del abuso sexual las siguientes: a) que la víctima sea menor de trece años, y b)
que el delito se haya cometido (contra mayores o menores de edad) mediante violencia, amenaza, abuso coactivo o
intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima no haya
podido consentir libremente la acción.

1. Edad de la víctima: el abuso sexual es punible si la víctima es menor de 13 años. En esta situación, la ley le
niega al menor de trece años la capacidad suficiente para comprender el significado sociocultural del acto
sexual. Se considera que está incapacitada para comprender el sentido del acceso carnal, por lo cual no
puede prestar válidamente su consentimiento. Es una incapacidad automática, presunta (no admite prueba
en contrario). El error acerca de la edad de la víctima impide la tipificación del delito.
2. Violencia y amenaza: la violencia es el despliegue de una energía física, animal, mecánica o de otra índole,
llevada a cabo por el autor o un participe, que recae sobre la víctima con el propósito de lograr contacto
sexual. Se trata de un supuesto de vis absoluta, basta con que la voluntad de la víctima haya sido quebrada
por el abuso violento del autor. El consentimiento libre prestado por la víctima mayor de 13 años hace
desaparecer el delito, con excepción de aquellos supuestos en que se acordó un tipo de contacto sexual, y
posteriormente, por la fuerza, se logra otro distinto (por ej. manipular el ano u otras partes sexuales no
prometidas).
La amenaza es la intimidación o anuncio de un mal para infundir temor en la víctima, y así lograr el contacto
sexual. Es la vis compulsiva, que debe constreñir psicológicamente al sujeto pasivo y determinarlo a
someterse a los deseos del autor. Es un medio para provocar miedo o temor en la víctima, pero para que sea
típica, debe reunir ciertas características: debe ser grave, seria, inminente, injusta, determinada o
determinable por las circunstancias, futura, posible y dependiente de la voluntad del autor. Su empleo
implica un acto compulsivo que afecta la libertad de decisión del sujeto pasivo con respecto a su libre
actividad sexual.
La sorpresa ha sido asimilada a la violencia, tanto por la doctrina como por la jurisprudencia. En efecto,
puede ser que la víctima se vea sorprendida por los actos abusivos del autor, no contando con los elementos
suficientes para "resistir", puesto que nada, hasta el momento podía hacerle suponer que se hallaba en
peligro. En este caso, el ataque se consuma contra la voluntad del sujeto pasivo, cuando no se halla en
condiciones para impedir el ataque, debido a la menor defensa contra la agresión, que no pudo ser prevista.
Respecto del abuso, la sorpresa es una circunstancia que, respecto de determinados actos abusivos, como
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son los manoseos, los besos y abrazos impúdicos, ya es suficiente para evitar la resistencia de la persona
ofendida y afirmar la no aceptación del acto por su víctima.
3. Resistencia: Existe efectivamente resistencia cuando la víctima se opone y exterioriza tal oposición, sin que
sea necesario que tal oposición sea desesperada y que haya vencido todos los esfuerzos. La resistencia
deberá ser seria, esto es, verdadera, no fingida Debe ser, además, constante, que se refiere al tiempo de
dicha resistencia, con igual grado e intensidad opuesta, no adoptada al principio y luego abandonada. El
cesar de la víctima en su accionar, ya sea por agotamiento o temor que el acto inspira, no deberá, en ningún
caso, entenderse como consentimiento.
4. Abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder: es una nueva
modalidad de abuso sexual introducida por la Ley 25.087. Consiste en el empleo de medios compulsivos que
tienen su causa en una situación de superioridad de la que se prevalece el sujeto activo y esta superioridad
tiene su correlato en una condición de inferioridad en que se encuentra el sujeto pasivo, que demanda
obediencia o acatamiento funcional o laboral por parte de éste a aquél. Es de esta situación de la que se
aprovecha el autor para el logro de sus objetivos sexuales. Supone la obtención de un consentimiento
viciado, que el autor use indebidamente el cuerpo de la víctima como consecuencia del aprovechamiento de
una relación de dependencia, autoridad o poder.
La nueva regulación no significó la incriminación del acoso sexual como figura autónoma en el marco de esta
modalidad delictiva. El acoso sexual consiste en la solicitud o requerimiento de favores de naturaleza sexual,
prevaleciéndose el autor de una situación de superioridad, docente, laboral o de prestación de servicios y
anunciándole a la víctima males relacionados con sus legítimas expectativas en el ámbito relacional,
funcional o de trabajo que la une al agente, si no accede a sus pretensiones sexuales. Los supuestos de acoso
sexual, excluyen los contactos corporales entre el autor y la víctima. El límite mínimo de intervención penal
en un atentado sexual viene marcado por la exigencia de un contacto corporal.
5. Aprovechamiento de la especial situación de vulnerabilidad en que se encuentra la víctima: se refiere a
hallarse la víctima afectada de enfermedad o padecimientos, o por encontrarse en determinadas situación
que la colocan en una condición de inferioridad ante el autor, y que le reportan mayor dificultad (o una
imposibilidad) para oponerse a los deseos sexuales del agresor. En estos casos, se admite prueba en
contrario que la víctima carece de la capacidad suficiente para consentir o rechazar, se trata de una cuestión
de hecho que necesariamente debe ser sometida a comprobación en el proceso judicial.
Se exige una especial referencia subjetiva en el obrar del autor, cuyo alcance abarca distintos aspectos: por
un lado, que se aproveche de la situación de incapacidad o de vulnerabilidad, y por otro lado, el
conocimiento de tal incapacidad en el sujeto pasivo. Con arreglo al nuevo texto, no toda relación sexual con
un incapaz resulta punible, sino que solamente lo será aquella que implica un abuso de la incapacidad del
sujeto pasivo.
6. Consentimiento de la víctima: no plantea ningún problema cuando se trata de una víctima mayor de 13
años o cuando no padezca ninguna incapacidad. Pero, en situaciones de menores de esa edad o de personas
especialmente vulnerables, el consentimiento carece de eficacia desincriminante, ya que el derecho no les
reconoce capacidad suficiente para consentir libremente un acto de naturaleza sexual, entonces, de acuerdo
con esto, si se dan en el caso particular las condiciones de minoridad o incapacidad, la presunción se torna
absoluta, aplicando automáticamente el art. 119.
Sin embargo, se cree que en ciertos casos, el consentimiento del sujeto pasivo (menores e incapaces) tienen
relevancia desincriminante, no es suficiente con la existencia de la menor edad o de la incapacidad para la
aparición del delito, sino que es necesario que se abuse de la condición en que se encuentra la víctima, ya
que de no mediar una conducta abusiva, la relación sexual con el menor o el incapaz no constituiría delito. Y,
si esto es así, entonces el menor o el incapaz pueden válidamente otorgar el consentimiento para el acto
sexual. De lo contrario, si se debería entender que la presunción de invalidez del consentimiento es absoluta,

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entonces todo comportamiento de contenido sexual en estos casos (aun las conductas no abusivas) debería
considerarse delictivo.
Además, si la libertad sexual comporta una manifestación concreta de un bien jurídico más general: la
libertad individual, se concluye que tanto los menores como los incapaces son titulares del derecho a la
libertad, de lo contrario, implicaría reconocer la existencia de personas sin derechos. Entonces, para que la
conducta sexual sea típica, debe haber sido una conducta abusiva.
Por lo tanto, la presunción de invalidez del consentimiento es relativa, de manera que, si en el caso
particular se comprueba que el menor o el incapaz prestaron su acuerdo para la realización del acto sexual, y
la conducta del autor no fue abusiva, el hecho no puede considerarse delictivo.
A todo esto, el art. 22 CCyC establece que las personas tienen aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos, entonces, ésta es la regla general, la limitación está dada por el art. 119 CP al castigar el abuso
sexual contra un menor de 13 años. Pero, sólo reprocha una acción abusiva, no prohíbe al menor de edad el
ejercicio de su derecho a entablar una relación sexual con una persona de su preferencia, sólo exige que, en
el caso concreto, el menor cuente con madurez suficiente, que le permita comprender el sentido y alcance
de su obrar.
La falta de consentimiento es la base de todos estos delitos.
7. Sujetos: sujeto activo y pasivo del delito puede ser cualquier persona, se trata de un delito común, de autor
y víctima indiferenciadas.
8. Consumación y tentativa: el delito es de pura actividad y se consuma cuando se ejecuta el acto de contenido
sexual sobre el cuerpo de la víctima. La posibilidad de la tentativa ha dividido a la doctrina, algunos la
admiten (Núñez, Creus, etc.), mientras que otros la rechazan (Gómez, Peco, etc.), ya que en la praxis puede
resultar muy confuso el deslinde entre los actos preparatorios y la tentativa punible, en la que la intención
del sujeto juega un rol preponderante.
9. Tipo subjetivo: con relación a la culpabilidad en este delito, la doctrina propone distintas soluciones. Una,
llamada subjetivista, exige para la consumación típica la concurrencia de un elemento subjetivo especial en
el autor, esto es, que se proponga con el acto deshonesto desahogar un apetito de lujuria, pero sin ánimo de
llegar al coito. El dolo, para esta doctrina, queda caracterizado como un elemento subjetivo del tipo de
injusto. La otra propuesta, denominada objetivista, considera suficiente que el acto sea objetivamente de
contenido sexual, con total prescindencia del ánimo del autor. Basta con que el acto ofenda el pudor sexual
de la víctima. De modo que, para esta opinión, cualquiera sea el propósito del autor (satisfacción sexual,
venganza, broma, etc.), el delito se consuma con el acto objetivamente impúdico o de significación sexual.
El abuso sexual es un delito doloso, pero de dolo común, esto es, con la conciencia de que el acto es
impúdico y con la voluntad de realizarlo, con exclusión del acceso carnal. Las conductas torpes o culposas no
están incriminadas.
Para Donna un análisis adecuado del tipo subjetivo es necesario realizarlo desde una perspectiva dogmática.
No hay duda de que el tipo penal requiere dolo y es dolo directo, además de que el autor del hecho debe
tener la intención del tocamiento impúdico, debe serlo en contra de la voluntad de la víctima. Con lo cual se
descarta cualquier forma culposa o imprudente en el hecho

Agravantes:

Están previstas en el párrafo 5 del art. 119:

1) Por el resultado: comprende el grave daño en la salud y la muerte de la persona ofendida:


 Grave daño: algunos entienden que grave daño en la salud no quiere decir lesiones graves o
gravísimas, se trata más bien de una expresión genérica que le permite al juez apreciar libremente la
gravedad del daño. Otros, en cambio, sostienen una posición restringida, según la cual grave daño
equivale a las lesiones de los arts. 91 y 91. Buompadre considera que grave daño no es una
expresión genérica que permita una libre interpretación judicial, sino una expresión jurídica con
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contenido propio. La expresión grave daño es un concepto normativo y, por lo tanto, es siempre una
lesión grave o gravísima.
La agravante es de naturaleza preterintencional, es decir, que el resultado más grave (culposo) no
debe haber sido querido ni buscado por el autor. Por lo tanto, grave daño en la salud debe ser
entendido como un daño fisiológicamente importante, esto es, de mayor entidad que las lesiones
leves, y debe afectar el cuerpo de la víctima (daño anatómico) o su salud mental (daño funcional).
 Muerte de la víctima: el art. 124 establece: “Se impondrá reclusión o prisión perpetua, cuando en los
casos de los arts. 119 y 120 resultare la muerte de la persona ofendida.”
Se trata de un resultado preterintencional no conectado subjetivamente al autor. La muerte de la
víctima es un acontecer culposo, que debe ser consecuencia del propio abuso sexual, del
sometimiento sexual gravemente ultrajante o del acceso carnal, no debe haber sido previsto por el
autor, si no la figura quedaría desplazada al art. 80 inc. 7.
2) Por el parentesco con la víctima: la agravante exige no sólo la existencia del vínculo parental entre víctima y
victimario, sino también la concurrencia de la situación de abuso. Fuera de estos casos, la relación carnal
consentida entre personas unidas parentalmente (incesto) no configura delito en nuestro régimen penal.
3) Por la calidad del autor: la nueva legislación ha reemplazado la vieja expresión “sacerdote” por la de
“ministro de algún culto reconocido o no”. Con la nueva frase, queda comprendida en la agravante cualquier
actividad ministerial religiosa, de cualquier jerarquía, careciendo de relevancia el que haya sido o no
reconocida como tal por el Estado.
Lo que fundamenta el mayor castigo es la simple calidad del sujeto activo, esto es, su condición sacerdotal,
pero, como la ley exige la concurrencia de una conducta abusiva, el autor debe prevalecerse o aprovecharse
de su condición de sacerdote.
En cuanto a la agravante de haber sido el hecho cometido por un personal perteneciente a las fuerzas
policiales o de seguridad, el fundamento de la mayor penalidad reside en la posición de poder o de dominio
que representa la autoridad policial ante los terceros. La agravante sólo resulta aplicable si el abuso sexual
se lleva a cabo por la autoridad pública, en ocasión de sus funciones.
4) Por la existencia de ciertos deberes especiales: el fundamento de la agravante debe buscarse en la violación
de los deberes particulares inherentes al cargo o a las obligaciones asumidas voluntariamente por el autor.
 Encargado de la educación: es aquel a cuyo cargo está la tarea de enseñar, instruir, educar, etc. a
otra persona. Puede tratarse de una relación jurídica o una de hecho y el ejercicio del cargo o el
mantenimiento de la situación fáctica puede ser permanente o meramente transitoria o
circunstancial.
 Encargado de la guarda: es aquel a cuyo cargo está el cuidado del sujeto pasivo, sea que la relación
provenga de un acto jurídico o de una mera situación de hecho. Esta relación puede ser transitoria o
permanente, pero no meramente circunstancial. Se requiere, al menor, entre el autor y la víctima,
que exista la relación de encargo de la guarda del sujeto pasivo. El encargo significa tener a cargo o
bajo el propio dominio el cuidado de la víctima.
5) Por la patología del autor: esta agravante solamente tiene relación con los párrafos 2 y 3 del art. 119
(sometimiento sexual gravemente ultrajante y abuso sexual agravado por el acceso carnal) y no con el abuso
sexual simple, por la dificultad de contraer el peligro de contagio de la enfermedad si no existe penetración
sexual, aunque se sabe que este tipo de enfermedades también puede transmitirse por otras vías distintas
del contacto sexual, más aun teniendo en cuenta la reforma de la Ley 27.352 que ha equiparado la
introducción de objetos y de otras partes del cuerpo a la penetración sexual violenta. El auto debe tener
conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave contagiosa. Además, la
conducta sexual tuvo que haber creado concretamente el peligro de contagio en la otra persona. Se trata de
una figura de peligro concreto.

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6) Por el número de autores: para que resulte aplicable el tipo agravado, en el hecho deben haber intervenido
como mínimo dos personas, sin límites en su máximo. El fundamento de la agravante debe buscarse en la
menor posibilidad de defensa que experimenta la víctima frente a un hecho de plural participación y en la
mayor potencialidad lesiva para el bien jurídico que importa el ataque de un grupo de personas. La
agravante se configura aun cuando uno o más de los autores sean inimputables, lo que importa es el
número, no la capacidad de los intervinientes.
7) Por el medio empleado: el art. 119 inc. D, párrafo 4, agrava la pena cuando el abuso sexual haya sido
cometido con armas. El fundamento de la mayor penalidad reside en el incremento del peligro corrido por la
víctima del ataque sexual, no sólo en relación con el bien jurídico específicamente protegido, sino con otros
bienes cuya integridad también corre peligro (por ej. la vida o la integridad corporal del sujeto pasivo). El uso
de un arma, además de mejorar la posición del agresor sexual, disminuye los mecanismos de defensa de la
víctima. La agravante comprende las armas propias e impropias, de fuego o de disparo.
8) Por la edad y situación de la víctima: el inc. F del párrafo 4 establece: “haber cometido el hecho contra un
menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistencia con él”. Requiere para su
configuración de los siguientes elementos: un menor de 18 años, varón o mujer, una situación de
convivencia con el sujeto pasivo que sea preexistente al hecho mismo, y el aprovechamiento de tal situación
por parte del autor. La situación de convivencia puede ser transitoria o permanente, y es una situación que
tiene como presupuesto una comunidad de intereses, de afectos y de situaciones compartidas que son
similares a las de una familia, que puede estar formalmente constituida o conformar simplemente una unión
de hecho convivencial.

Abuso sexual gravemente ultrajante:

Está previsto en el art. 119 párrafo 2: “La pena será de cuatro (4) a diez (10) años de reclusión o prisión cuando el
abuso por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente
ultrajante para la víctima…” (Introducido por Ley 25.087)

La fórmula castiga con mayor severidad las conductas que, en comparación con la figura de "abuso sexual simple",
resultan más dañosas para la víctima, sin llegar a la penetración, por la forma en que fue realizada.

Se trata de un subtipo agravado del abuso sexual simple. El tipo requiere un comportamiento sexual abusivo que, ya
sea por su duración (elemento temporal indeterminado), o por ciertas circunstancias de tiempo, modo, lugar, medio
empleado, etc. (elemento circunstancial), haya significado un sometimiento gravemente ultrajante para la víctima.
Deberá tratarse de una conducta sexual abusiva que se prolongue en el tiempo.

Un sometimiento sexual es gravemente ultrajante cuando afecta su dignidad como persona humana o cuando tiene
un particular signo degradante y envilecedor. Lo que caracteriza a conductas de esta clase es la humillación que
causa en sus víctimas, por ej. los actos sexuales realizados en público, o ante la propia familia, empleándose objetos
o instrumentos mecánicos o de cualquier naturaleza, de connotación sexual (a excepción del pene), introduciéndolos
en la boca de la víctima. La penetración del órgano genital masculino por vía oral, después de la reforma de la Ley
27.352, ha pasado a configurar el delito de violación.

Existe "sometimiento" cuando se pone a otra persona, generalmente por la fuerza o la violencia, bajo la autoridad o
el dominio de otra. Este elemento implica reducir al sujeto pasivo al estado de cosa, sobre la que se ejerce dominio o
disponibilidad, de modo tal que anula la libertad o autodeterminación sexual, y, más allá, reduce a la mínima
expresión su dignidad personal.

Donna considera que "gravemente ultrajante", son los actos sexuales que objetivamente tienen una desproporción
con el propio tipo básico, y que producen en la víctima una humillación más allá de lo que normalmente se verifica
con el abuso en sí

Eugenia Sanchez
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Duración en el tiempo:

Puede deberse a que el acto dure más tiempo del normal requerido para la realización de la conducta abusiva, o que
se trate de una modalidad reiterada o continuada a través del tiempo. La excesiva prolongación temporal implica un
peligro para la integridad física y un innecesario vejamen para la dignidad de la víctima.

Téngase en cuenta además, que puede confluir este tipo penal con alguno de los tipos de rapto y de privación ilegal
de la libertad.

Los sujetos activo y pasivo son indiferenciados. La conducta típica deberá plasmarse en un contacto corporal de
inequívoca significación sexual, sin que se llegue al acceso carnal.

Tipo subjetivo: el delito de abuso sexual gravemente ultrajante es doloso. El elemento subjetivo consiste en el
conocimiento de que se realiza un acto de carácter sexual, sin el consentimiento de la víctima, sin llegar al coito. A
esto se suma un elemento subjetivo del tipo, que es el animus del autor de someter a la víctima, degradarla.

Consumación y tentativa: En el caso del abuso cometido en forma reiterada o continuada temporalmente, el delito
se consuma en el momento en que excede el tiempo normal, y cuando se produce el sometimiento sexual
gravemente ultrajante. Cuando el ultraje se realiza mediante un acto único, el delito se consuma en la realización
misma.

Se admite la tentativa cuando el autor realice actos demostrativos de su intención de consumarlo, pero no lo logra
por razones ajenas a su voluntad

3. Abuso sexual con acceso carnal


Establecida en el párrafo 3 del art. 119: “…La pena será de seis (6) a quince (15) años de reclusión o prisión cuando
mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por vía anal, vaginal u oral o realizare otros
actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías…”

Es un subtipo agravado del abuso sexual simple. El bien jurídico protegido es la libertad sexual de las personas, que
quiere decir libertad de elegir con quién, cómo y cuándo realizar el acto sexual. Soler, considera que el bien
lesionado por tal conducta es la "libertad sexual", y agrega que se vulnera invadiendo ilícitamente la esfera de
reserva propia de ese ámbito de la persona, en la que ella, consciente y libremente, puede permitir penetrar a quien
desee o impedir que otros lo hagan.

El núcleo rector del tipo es el acceso carnal, que es definido como la penetración del órgano genital del actor en
cavidad receptiva de naturaleza orgánica-funcional, o en el conducto rectal de la víctima, con el propósito de lograr
el coito, es decir, es la introducción del órgano genital masculino en el cuerpo de otra persona. Abarca el acceso
carnal vaginal y el anal, heterosexual y homosexual, quedando excluidos la fellatio in ore y otras prácticas
antinaturales. Es decir, que el acceso carnal es la unión sexual de dos personas.

La penetración sexual debe realizarse en cavidad que represente una receptividad sexual funcional en la víctima y no
en cualquier orificio, natural (fosas nasales y auditivas) o artificial (heridas, cavidades quirúrgicas, vaginas artificiales)
del cuerpo humano.

La expresión coito oral no es una expresión equivalente a acceso carnal, no resulta posible la existencia de un acceso
carnal por vía bucal, ya que el coito oral no es ni coito ni acceso carnal, porque no tiene el desvalor de acción ni el
desvalor de resultado del acceso carnal por vía vaginal y anal. Por ello, la identificación normativa entre la fellatio in
ore y el acceso carnal no es más que una equiparación a los fines de la pena, y nada más. Por lo tanto, la penetración
forzada del pene en la boca de la víctima configura una hipótesis de violación, pero el acto no constituye acceso
carnal.
Con respecto al antiguo delito de violación, que regulaba la acción típica como “tener acceso carnal”, la doctrina
sostenía que se trataba de un delito de propia mano, es decir, que sólo un varón fisiológicamente dotado para
Eugenia Sanchez
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realizar el acceso carnal podía ser sujeto activo del delito de violación. Sin embargo, con las reformas de que fue
objeto el art. 119, en la actualidad ya no se exige que “tenga” acceso carnal sino que entre dos personas “haya”
acceso carnal, por lo tanto el delito puede ser cometido por cualquier persona, tanto por un hombre como por una
mujer, debiendo en este supuesto (penetración vaginal) ser mujer el sujeto pasivo. En las otras situaciones, el sexo
de los sujetos es indiferenciados. Sujeto pasivo puede ser cualquier persona viva, sin que importen la edad o el sexo.
Ciertas perversiones sexuales, como la necrofilia (acceso carnal a un cadáver) o los actos de bestialismo (actos
sexuales con animales) no están abarcados por el tipo penal.

En este tema, hubo dos problemas en la doctrina:

 Violación de la prostituta: lo que está en juego en este delito no es la condición moral de la víctima, sino su
libertad individual de practicar el acto sexual con quien mejor le plaza y en la forma y condiciones bajo las
cuales ha sido consentido. La prostituta puede ser accedida carnalmente con violencia, como cualquier
mujer; y sea que ejerza el meretricio en un prostíbulo o fuera de él, merece la protección de la ley penal.
Todo acceso carnal violento, tendiente a hacer cumplir la negativa de prestarse al acto, haya o no habido
pago de un precio, configura el delito de violación.
 Violación entre cónyuges: los actos sexuales violentos o abusivos seguidos de acceso carnal, en el ámbito del
matrimonio, configuran el delito de abuso sexual agravado por el acceso carnal.
La violencia sexual contra la mujer es un problema de derechos humanos, no sólo porque afecta la
integridad física y espiritual de ellas, sino porque compromete seriamente el ejercicio autónomo de su
sexualidad, y no deja de serlo porque la violencia se lleve a cabo en el limitado e íntimo espacio conyugal.
La Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, define a la a violencia sexual como: cualquier acción que
implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer a decidir
voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción o uso de la fuerza o
intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco,
exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata
de personas.
Durante la vigencia del anterior CC, el deber de fidelidad era un deber jurídico, pero en la actualidad, el
nuevo CCyC recepta la fidelidad como un “deber moral”, sin consecuencias civiles ni penales. Por lo tanto, el
argumento de la vieja doctrina centrado en la fidelidad para justificar el ataque sexual en el matrimonio,
perdió toda su vigencia y razonabilidad. Por lo tanto, hoy en día, el acceso carnal violento en cualquier vía o
la introducción de objetos o partes del cuerpo en vagina o ano de la víctima, configura el delito de violación.
El delito de violación es doloso y el dolo consiste en la voluntad de tener acceso carnal con la víctima, con
conocimiento de la situación en que se encuentra. De esta manera el autor actúa dolosamente cuando conoce el
tipo objetivo y entonces se dispone a realizar la acción allí descripta, lo que exige una concordancia entre lo que se
conoce y lo que se pretende llevar a cabo, lo que lleva a que en casos de error, dicha congruencia desaparezca,
debido a que el componente intelectual del dolo quedará excluido.

El delito de violación es en todas sus formas doloso. Para Donna se exige el dolo directo, ya que, sea por el abuso de
situación, sea por la violencia o las amenazas, es incompatible cualquier otra clase de dolo, como el indirecto o el
eventual.

Se consuma con el acceso carnal (penetración) o con la introducción de objetos o partes del cuerpo en las vías
indicadas por la ley. No interesa que la penetración sexual sea perfecta, esto es, que haya habido eyaculación, sino
que es suficiente con la penetración.

Es un delito de acción, que se realiza a través de una conducta activa, con exclusión de todo comportamiento
omisivo. Es de mera conducta o de pura actividad. Es un delito instantáneo, ya que se consuma y, al mismo tiempo,
se agota y desaparece. No requiere resultado material alguno (la eyaculación o el ulterior embarazo de la mujer). La

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tentativa es admisible. Puede concursar con otros delitos, como lesiones, privación ilegítima de la libertad,
homicidio, rapto, etc.

Innovaciones de la Ley 27.352:

Introdujo dos nuevas formas de cometer el delito de violación: la introducción de objetos y partes del cuerpo por vía
anal o vaginal.
El texto incorporado “o realizare otros actos análogos introduciendo objetos o partes del cuerpo por alguna de las
dos primeras vías”, establece que debe tratarse de algo (un objeto o una parte del cuerpo) que tenga significación
sexual, ya sea por su propia entidad o estructura (por ej. un objeto artificial predispuesto para la sexualidad: un
consolador) o por la forma en que se lo emplea (por ej. la introducción de un dedo en la vagina). la introducción de
objetos debe estar referida a objetos (palo, dedo, etc.) y a cavidades (vaginal o anal) que tengan evidente
connotación sexual (meter una cucharita de café o un dedo en la boca, difícilmente pueda constituir esta modalidad
agravada o una verdadera agresión sexual).

Además, tanto el supuesto de introducir el objeto al sujeto pasivo, sin su consentimiento, por vía anal o vaginal,
como obligar a la víctima a quien sea ella misma quien se lo introduzca, o se lo introduzca un tercero, tienen idéntico
contenido de injusto, por lo que ambos supuestos constituyen violación en los términos del art. 119, aun cuando no
concurra un contacto corporal directo entre autor y víctima.

Objeto: es un instrumento no adherido o que forme parte del cuerpo humano. Para que la introducción de objetos
pueda configurar un delito sexual, se debe haber lesionado la libertad sexual del sujeto pasivo, lo cual sólo puede ser
explicable si la introducción se produce en un lugar del cuerpo humano que posea connotación sexual. Además, es
una conducta de violación porque la introducción, cumpla o no funciones sustitutivas del pene o sea o no apto para
el ejercicio de la sexualidad, en las vías vagina o anal es una agresión que vulnera el bien jurídico.

Por otro lado, no se requiere que estos objetos estén dotados de específicas connotaciones eróticas, como pasa con
objetos diseñados específicamente para ser utilizados en actos sexuales, como los consoladores, sino que puede
haber otros objetos a los que, teniendo otras utilidades, se les pueda atribuir una significación sexual. Entonces,
desde este punto de vista, pueden considerarse objetos típicos desde frutas y hortalizas, hasta objetos como una
barra de hierro o un destornillador.

Por último, se cree que la equiparación punitiva que se establece entre la introducción de objetos y la introducción
de partes del cuerpo, puede resultar violatoria del principio de proporcionalidad, ya que se muestra la primera como
una conducta de mayor contenido de lesividad que la segunda, ya que el daño que se puede causar a la víctima
mediante la introducción de objetos es notoriamente mayor a aquellos casos en los que se introducen miembros o
partes del cuerpo humano, como podrían ser los dedos o la lengua.

Partes del cuerpo: son todas aquellas partes del cuerpo humano, superiores o inferiores, externas o internas,
distintas del pene, que pueden ser utilizadas por el agente activo para la consumación del delito sexual (dedos,
lengua, manos, etc.). La introducción de este supuesto por la reforma de la Ley 27.352, no parece ser suficiente para
abarcar otros supuestos no previstos y que pueden ocurrir en la vida real, como podría ser la penetración mediante
una prótesis corporal, la cual, según alguna opinión, no puede calificarse como objeto ni como miembro corporal. Ya
que se cree que cuando la norma habla de “partes del cuerpo” está haciendo referencia a un cuerpo humano y una
prótesis no lo es, sino que es una pieza, una herramienta artificial, que se integra al cuerpo humano. Por lo tanto, la
introducción de una prótesis en la vagina o en el ano de otra persona no sería típica de violación, sino un abuso
sexual gravemente ultrajante.

Agravantes: están previstas en el párrafo 5 del art. 119 (explicado arriba).

4. Estupro

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El art. 120 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años el que realizare algunas de las
acciones previstas en el segundo o en el tercer párrafo del artículo 119 con una persona menor de dieciséis años,
aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia
respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado.
La pena será de prisión o reclusión de seis a diez años si mediare alguna de las circunstancias previstas en los incisos
a), b), c), e) o f) del cuarto párrafo del artículo 119.

Elementos:

 Sujetos: son indiferenciados, pueden ser hombres como una mujer.


 Conductas típicas: las conductas tipificadas se caracterizan por constituir un abuso sexual.
 Elemento cronológico: debe tratarse de una persona menor de 16 pero debe tener 13 años cumplidos.
 Inmadurez sexual de la víctima: entendida como inexperiencia, desconocimiento, falta de hábito en las
relaciones sexuales. Presupone un menor no iniciado en la sexualidad, esto es, una persona sexualmente
inexperta, de cuya condición debe aprovecharse el autor. Tiene que ser probado en el proceso judicial.
 Aprovechamiento de la condición de la víctima: el sujeto activo, para ser punible, debe aprovecharse de la
inmadurez sexual del menor. Se trata de una situación de prevalencia o de obtención de ventajas derivadas
de una condición de inferioridad o de especial vulnerabilidad en que se encuentra el sujeto pasivo por su
falta de madurez sexual, condición que le facilita al sujeto activo el logro de sus objetivos sexuales. Esto debe
ser probado en el caso concreto.
 El sujeto activo mayor de edad: se debe aprovechar de la inmadurez sexual, en razón de su mayoría de edad,
su relación de preminencia con respecto a ella u otra circunstancia equivalente.

El estupro, en la nueva redacción del tipo penal, comprende conductas que giran sobre dos ejes: primero, la
seducción de la víctima menor de 16 años, que debido a su inmadurez sexual presta consentimiento para el acto. Y
en segundo lugar, la mayoría de edad del autor.

Un sector de la doctrina entiende que el delito requiere la llamada “seducción real”, en el sentido de que el autor
debe realizar ciertas maniobras o utilizar ciertos medios (promesa de matrimonio, excitación del instinto, regalos,
engaños, halagos, etc.) para lograr el consentimiento de la víctima y así conseguir sus objetivos sexuales (Donna).
Otros autores, en cambio, sostienen que el tipo penal no requiere la comprobación de maniobra o artificio alguno
para lograr el consentimiento de la víctima, sino que es suficiente con acreditar en el proceso judicial la concurrencia
del aprovechamiento de su inmadurez sexual para lograr los cometidos impuestos.

En efecto, el delito del art. 120 no requiere la concurrencia de la seducción real de la víctima, sino que puede haber
existido aprovechamiento sin seducción. Entonces, se cree que resulta aconsejable la derogación de esta figura y su
reemplazo por otra que respete mínimamente la libertad sexual de los menores.

Un requisito que no está expresamente establecido en la ley, pero de su interpretación surge es que el menor de 16
años debe haber prestado el consentimiento para la realización del acto sexual, de modo que su negativa desplaza el
hecho a alguno de los tipos previstos en los párrafos 2 o 3 del art. 119.

Se trata de delitos dolosos, de dolo directo. Se consuma de acuerdo a la dinámica comisiva de cada tipo penal, en la
modalidad del art. 119 párrafo 2, la consumación coincide con el contacto corporal, mientras que en la modalidad
prevista en el párrafo 3 el delito se consuma con el acceso carnal o con la introducción de partes del cuerpo u
objetos. La tentativa resulta admisible en todos los casos. Estas figuras pueden concursar con otros delitos.

Agravantes:

La pena se eleva de seis a diez años de prisión o reclusión si mediare alguna de las circunstancias previstas en el 4
párrafo del artículo 119, es decir, cuando resultase un grave daño en la salud física o mental de la víctima; si el hecho
fuese cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto,
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o por el encargado de la educación o guarda de la víctima; si el autor tuviera conocimiento de ser portador de una
enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiese existido peligro de contagio; si el hecho fuese cometido por
personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus funciones, o contra un menor de 18
años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con él.

Quedan al margen de la agravante, cuando el abuso sexual se ha cometido por dos o más personas, o con armas, ya
que la mayor gravedad que implica la comisión del hecho en grupo o con el uso de medios peligrosos para otros
bienes jurídicos justifica que se aplique la mayor penalidad de las figuras más graves de los párrafos 2 o 3.

Se agrava también cuando resultare la muerte de la persona ofendida (art. 124 CP).

BOLILLA 9
1. Promoción y facilitación de la Corrupción.
La Ley 26.842, de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus víctimas, produjo cambios
significativos en estos delitos.

Corrupción de menores:
El art. 125 establece: El que promoviere o facilitare la corrupción de menores de dieciocho años, aunque mediare el
consentimiento de la víctima será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años. La pena será de seis a quince
años de reclusión o prisión cuando la víctima fuera menor de trece años. Cualquiera que fuese la edad de la víctima,
la pena será de reclusión o prisión de diez a quince años, cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de
autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como también si el autor fuera ascendiente, cónyuge,
hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación o guarda.

El art. se refiere a la promoción o facilitación de la corrupción de menores, obviándose, tras la reforma de 1999, el
elemento subjetivo que contenía el texto reemplazado (ánimo de lucro o satisfacción de deseos propios o ajenos)

Concepto:

Desde una perspectiva jurídica, podría definirse a la corrupción como un estado, que implica la deformación del
sentido naturalmente sano de la sexualidad, sea por lo prematuro de su evolución (con respecto a la edad de la
víctima), sea porque el sujeto pasivo llega a aceptar como normal la depravación de la actividad sexual. El acto
corruptor implica siempre una alteración del sentido natural de la sexualidad, así como la depravación sexual de la
víctima.

El hecho que la ley castiga es el de volver corrupta a una persona o facilitarle la permanencia en ese estado. Este
acto corruptor implica la realización de actos sexuales prematuros, perversos y excesivos. Es una acción de
contenido psicológico que produce una alteración en la psique de la persona con relación a su sexualidad natural.

Las conductas típicas consisten en promover o facilitar la corrupción de un menor de 18 años. Promover significa
incitar o llevar inicialmente a la víctima hacia una actividad sexual depravada o desviada de su sentido natural.
Abarca tanto el comienzo en el vicio como el mantenimiento o el refuerzo del ya existente. Es susceptible de grados
y es siempre activa (delito de pura actividad). La conducta admite tanto acciones de tipo material (sobre el cuerpo de
la víctima) como intelectuales (consejos, ejemplos, exhibiciones, enseñanzas). Facilitar significa hacer más fácil o
posible la corrupción del menor. La conducta puede representarse a través de distintas modalidades, por ej.
suministrando los medios, prestar un sitio para que el corrupto pueda realizar sus actos. La facilitación admite las
formas activa y omisiva (omisión impropia) y sólo es posible a partir de una víctima que busca su autocorrupción. Se
puede facilitar la corrupción de una persona ya corrompida.

Sujetos:
Eugenia Sanchez
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Puede ser cualquier persona, sin que importe el sexo o determinadas condiciones especiales, salvo en el caso del
párrafo 1 del art. 125, donde sujeto pasivo sólo puede ser un menor de 18 años. Además, la promoción y facilitación
de la corrupción de una persona mayor de 18 años no es delito, ya que la reforma introducida por la ley 25.087
derogó el delito de corrupción de mayores de 18 años, el que se preveía en el artículo 126 del texto reemplazado.

Consentimiento:

Carece de relevancia en la figura básica. Pero, si el consentimiento es arrancado por el empleo de alguno de los
medios previstos en el párrafo 3 del art. 125, el hecho se desplaza hacia esta agravante.

“… Cualquiera que fuese la edad de la víctima, la pena será de reclusión o prisión de diez a quince años, cuando
mediare engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como
también si el autor fuera ascendiente, cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargada de su educación o
guarda”.

Agravantes:

Son medios que agravan la corrupción:

1. El engaño: consiste en las maniobras realizadas eficazmente por el autor, que determinan un error en el
sujeto pasivo y permiten el logro de los actos de depravación.
2. La violencia y la amenaza: la violencia es el despliegue de una energía física, animal, mecánica o de otra
índole, llevada a cabo por el autor o un participe, que recae sobre la víctima con el propósito de lograr
contacto sexual. Se trata de un supuesto de vis absoluta, basta con que la voluntad de la víctima haya sido
quebrada por el abuso violento del autor. La amenaza es la intimidación o anuncio de un mal para infundir
temor en la víctima, y así lograr el contacto sexual. Es la vis compulsiva, que debe constreñir
psicológicamente al sujeto pasivo y determinarlo a someterse a los deseos del autor. Es un medio para
provocar miedo o temor en la víctima, pero para que sea típica, debe reunir ciertas características: debe ser
grave, seria, inminente, injusta, determinada o determinable por las circunstancias, futura, posible y
dependiente de la voluntad del autor. Su empleo implica un acto compulsivo que afecta la libertad de
decisión del sujeto pasivo con respecto a su libre actividad sexual.
3. El abuso de autoridad: que supone una relación de poder o mando entre el autor y la víctima, que coloca a
ésta en una situación de inferioridad y de la cual se aprovecha o abusa el agente para someterla a su
accionar depravador, se trata de un caso de temor frente a la figura de autoridad jerarquizada.
4. Cualquier otro medio de intimidación o coerción: la coerción implica siempre un acto compulsivo hacia la
víctima, que la obliga o somete, por el temor de sufrir el daño anunciado, a la acción corruptora del autor.

Con relación al vínculo entre el autor y la víctima, el art. hace referencia a: ascendiente; hermano, legitimo o
ilegitimo, unilateral o bilateral (art. 534 CCyC), tutor, que es la persona encargada de gobernar la persona y bienes
de un menor no sujeto a patria potestad y de representarla en todos los actos de su vida civil (art. 104 CCyC),
persona encargada de su educación o guarda (art. 640 CCyC) y persona conviviente, que comprende el caso de
concubinato (art. 509 CCyC).

La Ley 25087 sustituyó las expresiones “marido” por “cónyuge” y “que hiciera con ella vida marital” por “persona
conviviente”.

Consumación y tentativa:

Se trata de un delito de consumación anticipada, de peligro concreto. Por su propia naturaleza, la conducta debe ser
idónea para pervertir el instinto sexual del menor, pero además, el autor debe perseguir un fin, que es la efectiva
corrupción de la víctima. No podría tratarse de un delito de peligro abstracto porque la corrupción requiere una
perturbación del bien jurídico, un peligro real a la sexualidad del menor.

Eugenia Sanchez
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La doctrina anterior a la reforma había sostenido que el bien jurídico que se protege en los delitos de promoción y
facilitación de la prostitución o corrupción es el derecho de las personas a mantener incólume la normalidad del
trato sexual, sea en sus motivos, que se lesionan al promover o facilitar la prostitución, sea en sus modos, en los
casos de la corrupción. Donna, considera que con la reforma actual se tiende a dar una mayor protección al derecho
de toda persona humana a elegir qué conducta sexual tendrá en su vida, sin que el Estado pueda dar una indicación
sobre cuál es la normalidad sexual, ya que, de acuerdo al art 19 de la Constitución Nacional que tutela la autonomía
ética del hombre, la decisión sobre este punto queda en manos de cada individuo. Esto lleva a que la corrupción de
mayores no puede estar tipificada nunca como delito. En el caso de menores e incapaces, es el derecho de no sufrir
interferencias por parte de terceros en cuanto a su bienestar psíquico y a su normal y adecuado proceso de
formación sexual. En cambio, en la corrupción de menores, única que es punible, se protege la indemnidad sexual de
la persona, pero de ninguna manera la moralidad.

El tipo requiere una víctima que haya entrado efectivamente en el radio de la acción peligrosa, lo cual ocurre cuando
el menor ve seriamente comprometida su salud sexual.

El delito se satisface con el dolo directo, no admitiéndose la culpa. Aun tratándose de un delito de pura actividad,
para la perfección típica no es suficiente con la realización de una acción potencialmente peligrosa para la sexualidad
del sujeto pasivo, sino que a ello debe sumarse una finalidad concreta: el logro de la corrupción de la víctima. La
tentativa no es posible.

2. Promoción y facilitación de la prostitución.


La prostitución puede ser definida como el trato sexual, promiscuo, habitual y por precio. La noción jurídico-penal de
prostitución da la idea de una actividad permanente o, al menos prolongada, que implica la entrega carnal a
personas indeterminadas o a terceros determinados. El simple ejercicio de la prostitución no es punible como delito,
ya que su práctica importa una acción privada al margen de toda injerencia estatal (art. 19 CN).

Proxenetismo: el art. 125 bis establece: El que promoviere o facilitare la prostitución de una persona será penado
con prisión de cuatro (4) a seis (6) años de prisión, aunque mediare el consentimiento de la víctima.

Bien jurídico tutelado:

Es la libertad de autodeterminación sexual de la persona titular de ese bien jurídico, de manera que la intervención
penal estará vedada cuando la conducta de promover o facilitar el ejercicio de la prostitución ajea no lesione o
ponga en peligro la libertad sexual de la persona interesada, lo cual sucede cuando la prostitución es ejercida por
una persona mayor de edad, que ha decidido dedicarse a dicha actividad en forma libre y voluntaria.

El art. no comprende un supuesto de explotación sexual coactiva o abusiva de la prostitución ajena, por dos
razones: una, porque puede suceder que el autor no persiga ninguna ventaja o interés al facilitar el ejercicio de la
prostitución del tercero, la otra razón reside en que el tipo penal no exige la concurrencia de ningún medio que
implique la anulación o restricción de la voluntad de la persona prostituida.

Se considera que la aplicación de una pena a la promoción o al favorecimiento del ejercicio voluntario de la
prostitución de una persona mayor de edad, sea por ofrecimiento de un tercero o por pedido del propio sujeto,
vulnera el principio de reserva o de autonomía personal (art. 19 CN).

Por lo tanto, Buompadre, considera que la intervención en el ejercicio de la prostitución adulta consentida, debe
quedar al margen de la intervención del derecho penal.

Concepto de promover y facilitar:

Promover significa incitar o llevar inicialmente a la víctima hacia una actividad sexual depravada o desviada de su
sentido natural. Abarca tanto el comienzo en el vicio como el mantenimiento o el refuerzo del ya existente. Es
susceptible de grados y es siempre activa (delito de pura actividad). La conducta admite tanto acciones de tipo

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material (sobre el cuerpo de la víctima) como intelectuales (consejos, ejemplos, exhibiciones, enseñanzas). Facilitar
significa hacer más fácil o posible la corrupción del menor. La conducta puede representarse a través de distintas
modalidades, por ej. suministrando los medios, prestar un sitio para que el corrupto pueda realizar sus actos. La
facilitación admite las formas activa y omisiva (omisión impropia) y sólo es posible a partir de una víctima que busca
su autocorrupción. Se puede facilitar la corrupción de una persona ya corrompida.

Sujetos:

Puede ser cualquier persona, sin que importe el sexo o determinadas condiciones especiales.

Agravantes:

El art. 126 establece: En el caso del artículo anterior, la pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, si
concurriere alguna de las siguientes circunstancias:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor, curador,
autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la
víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.

Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de prisión.

Consumación y tentativa:

El delito se consuma cuando se ejecutan actos capaces de promover o facilitar la prostitución. Es un delito que
queda consumado aunque el sujeto pasivo no se haya prostituido efectivamente. Es un delito doloso, el dolo
consiste en el conocimiento de que se está prostituyendo a una persona, y en la voluntad de hacerlo.

Sistemas legales de la prostitución:

1) Reglamentarista: o sistema latino, se basa en que la prostitución es un mal necesario y, por ello, debe ser tolerada
y reglamentada e su faz higiénica. Francia y Argentina hasta la sanción de la LEY N° 12.331 son ejemplos.

2) Abolicionista: o sistema anglosajón, no persigue el castigo de la prostitución en sí misma, sino sólo de aquellos
hechos que germinan a su alrededor (proxenetismo, trata de personas, contagio venéreo, instigación a la
prostitución, etc.); la prostitución es libre y la prostituta sólo debe respetar el decoro público y someterse a un
tratamiento médico periódico. Es el que predomina en el mundo actual y el que adoptó la LEY N° 12.331 de
profilaxis.

3) Prohibicionista: es el que pretende el castigo de la prostitución mediante su definición como delito y de la


aplicación de una pena.

La ley n° 12.331 de profilaxis de 1936:

Es aquella que impuso en nuestro país el sistema abolicionista. Tiene normas de carácter civil, administrativo y penal
(represión del contagio venéreo y prohibición de la instalación de prostíbulos clandestinos).

Según Aftalión esta ley significó un golpe a las actividades de los proxenetas y, en gran medida la erradicación de la
trata de mujeres en la Argentina. Sin embargo, estas declaraciones fueron hace tiempo y la trata de personas es un
fenómeno que hoy en día ha experimentado un gran crecimiento en todo el mundo.

ART. 15 LEY 12.331 [Según ley 16.666]: Queda prohibido en toda la República el establecimiento de casas o locales
donde se ejerza la prostitución, o se incite a ella.
Eugenia Sanchez
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ART. 17 LEY 12.331 [Texto repuesto por ley 23.077; montos según ley 24.286]: Los que sostengan, administren o
regenteen, ostensible o encubiertamente, casas de tolerancia, serán castigados con una multa de $12.500 a
$125.000. En caso de reincidencia, sufrirán prisión de 1 a 3 años, la que no podrá aplicarse en calidad de condicional.
Si fuesen ciudadanos por naturalización la pena tendrá la accesoria de pérdida de la carta de ciudadanía y expulsión
del país una vez cumplida la condena, expulsión que se aplicará, asimismo, si el penado fuese extranjero.

Explotación económica de la prostitución:

Rufianería: el art. 127 establece: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a seis (6) años, el que explotare
económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona, aunque mediare el consentimiento de la víctima.
La pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, si concurriere alguna de las siguientes circunstancias:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor, curador,
autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la
víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.

Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de prisión.

El bien jurídico tutelado es la libertad sexual de la persona que ejerce la prostitución.

La acción típica es explotar económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona, es decir, sacar ventaja o
utilidad en propio provecho, de las ganancias o ventajas económicas que surge del ejercicio de dicha actividad. La
conducta será atípica cuando sea realizada con el consentimiento de la persona prostituida. Además, se requiere
abuso, ya que su ausencia impide que este supuesto pueda calificarse como una forma de explotación.

Los sujetos son indiferentes. Es un delito doloso, de dolo directo. El dolo exige el conocimiento por parte del sujeto
activo de que la otra persona ejerce la prostitución y de que las ganancias provienen de dicha actividad. Su
consumación coincide con el primer acto de explotación económica, es de resultado material y pluriofensivo, ya que,
aunque también el obrar del agente produce un detrimento del patrimonio de la prostituta, prevalece la ofensa de
su libertad sexual.

Agravantes:

El nuevo art. 127 contempla supuestos en los cuales el delito se agrava por diversas circunstancias:

La pena será de 5 a 10 años de prisión si:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener
el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor,
curador, autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la
guarda de la víctima.
3. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.

Cuando la víctima fuere menor de 18 años la pena será de 10 a 15 años de prisión.

Trata de personas:

La trata de personas para ejercer la prostitución estaba prevista en dos artículos:

Eugenia Sanchez
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Art. 127 bis Artículo 127 bis: El que promoviere o facilitare la entrada o salida del país de menores de dieciocho años
para que ejerzan la prostitución, será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a diez años. La pena será de seis a
quince años de reclusión o prisión cuando la víctima fuere menor de trece años. Cualquiera que fuese la edad de la
víctima, la pena será de prisión o reclusión de diez a quince años cuando mediare engaño, violencia, amenaza, abuso
de autoridad o cualquier otro medio de intimidación o coerción, como también si el autor fuera ascendiente,
cónyuge, hermano, tutor o persona conviviente o encargado de su educación o guarda.

Art127 ter: El que promoviere o facilitare la entrada o salida del país de una persona mayor de dieciocho años para
que ejerza la prostitución mediante engaño, violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro medio de
intimidación o coerción, será reprimido con reclusión o prisión de tres a seis años.

La LEY N° 26.364 contra la trata de personas, derogó dichos artículos pero incorporó dentro de los “Delitos contra la
Libertad” a los arts. 145 bis y 145 ter, los cuales se refieren a la trata de personas.

Art. 145 bis: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años, el que ofreciere, captare, trasladare, recibiere o
acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países,
aunque mediare el consentimiento de la víctima.

Art. 145 ter: En los supuestos del artículo 145 bis la pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión, cuando:

1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. La víctima estuviere embarazada, o fuere mayor de setenta (70) años.
3. La víctima fuera una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí misma.
4. Las víctimas fueren tres (3) o más.
5. En la comisión del delito participaren tres (3) o más personas.
6. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor, curador,
autoridad o ministro de cualquier culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la
víctima.
7. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaría.

Cuando se lograra consumar la explotación de la víctima objeto del delito de trata de personas la pena será de ocho
(8) a doce (12) años de prisión.

Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de prisión.

3. Delitos vinculados a la pornografía infantil


El art. 128 establece: Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años el que produjere, financiare, ofreciere,
comerciare, publicare, facilitare, divulgare o distribuyere, por cualquier medio, toda representación de un menor de
dieciocho (18) años dedicado a actividades sexuales explícitas o toda representación de sus partes genitales con fines
predominantemente sexuales, al igual que el que organizare espectáculos en vivo de representaciones sexuales
explícitas en que participaren dichos menores.
Será reprimido con prisión de cuatro (4) meses a un (1) año el que a sabiendas tuviere en su poder representaciones
de las descriptas en el párrafo anterior.
Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años el que tuviere en su poder representaciones de las
descriptas en el primer párrafo con fines inequívocos de distribución o comercialización.
Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que facilitare el acceso a espectáculos pornográficos o
suministrare material pornográfico a menores de catorce (14) años.
Todas las escalas penales previstas en este artículo se elevarán en un tercio en su mínimo y en su máximo cuando la
víctima fuere menor de trece (13) años.

Eugenia Sanchez
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La Ley 26.388 introdujo importantes reformas.

Bien jurídico tutelado:

Es la protección integral del menor de 18 años como probable sujeto de una explotación sexual en el mundo de la
pornografía.

Donna entiende, como Díez Ripolles, que la protección de menores es también protección de la libertad individual.
Así se dirá que en los preceptos de protección de la juventud se atiende, de modo inmediato, a la protección del
individuo que, por ser inmaduro, todavía no puede decidir por sí mismo, intentándose, no lograr su desarrollo de
acuerdo a las valoraciones éticas o necesidades sociales, sino garantizar un área de protección de modo que el
acuñamiento de las ideas sobre la conducta sexual del joven quede reservado a él mismo una vez conseguida la
madurez.

El delito previsto en el párrafo 1 del art. 128 consiste en producir, financiar, ofrecer, comercial, publicar, facilitar,
divulgar o distribuir, por cualquier medio, imágenes de un menor de 18 años dedicado a actividades sexuales
explicitas o de sus partes genitales, con fines predominantemente sexuales.

Concepto de pornografía infantil:

El Protocolo relativo a la Venta de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la Pornografía, define
la pornografía infantil como toda representación por cualquier medio, de un niño dedicado a actividades sexuales
explicitas (actividades pornográficas), reales o simuladas, o toda representación de las partes genitales de un niño
con fines primordialmente sexuales. Este concepto, comprende las imágenes reales y las simuladas, pero el art. 128
adopta solo las reales, es decir, que la imagen corresponda realmente a un menor de 18 años comprometido en
situaciones relacionadas con la pornografía, ya que si lo que se trata es proteger a los menores, entonces la imagen o
representación debe ser de un menor real, quien sería el ser humano a tener en cuenta para su protección.

A la hora de definir el concepto, se manejan dos criterios: el del contenido del producto, exclusivamente libidinoso,
tendiente a la excitación sexual de forma grosera, y el de la carencia de todo valor literario, científico, artístico o
educativo. En esta dirección, se entiende por pornografía la representación que posee una tenencia objetivada de
excitar sexualmente con ausencia de valores literarios, artísticos, informativos o científicos, y que, por tanto, pudiera
resultar ofensivo.

Las acciones típicas son:

 Producir: es la reproducción o la reimpresión de la imagen, así como comportamientos, tales como editar,
filmar, etc.
 Financiar: realizar los aportes, sufragar los gastos para garantizar la realización de las representaciones
sexuales.
 Ofrecer: prometer la dación de una cosa, comprometer su entrega, etc.
 Comerciar: poner el producto en el comercio.
 Publicar: difundir, hacer conocer a un número indeterminado de personas.
 Facilitar: hacer más fácil, allanar los obstáculos para el logro de los fines perseguidos.
 Divulgar: hacer conocer la representación o la imagen.
 Distribuir: hacer llegar, entregar, etc. a terceros la imagen.

El delito puede cometerse por cualquier medio, por ej. haciendo entrega del objeto para su venta en un puesto
público, a través de la prensa, por medio del correo, a través de internet, etc.

Sujetos:

Eugenia Sanchez
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Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo es el menor de 18 años que aparece en la imagen
pornográfica.
El consentimiento prestado por el menor para la realización del comportamiento del sujeto activo carece de
virtualidad para anular la tipicidad de la conducta.

La infracción exige dolo directo y como es un delito de pura actividad, es de peligro abstracto. La consumación
coincide con la realización de las acciones típicas, sin necesidad de que se produzca resultado material alguno. La
tentativa aparece como de difícil constatación.

Organización de espectáculos pornográficos:

Establecido en el primer párrafo del art. 128.


La conducta típica consiste en organizar espectáculos en vivo en los que se exhiban escenas pornográficas realizadas
por menores de 18 años o en las que participen dichos menores. Es suficiente con que el sujeto pasivo intervenga o
participe en el espectáculo, sin que deba necesariamente realizar alguna escena pornográfica.

La norma sólo abarca al organizador, es decir, aquella persona que se ha ocupado de la organización, el
establecimiento, la ordenación, los montajes escenográficos, etc. Lo incriminable es la organización de un
espectáculo en vivo, esto es, actuado directamente ante el espectador y no la exhibición de un film, grabaciones,
fotografías, etc.

Se trata de un delito de pura actividad, de peligro y doloso, compatible sólo con el dolo directo. La consumación es
con la realización de la conducta típica, es decir, con la mera organización del espectáculo en vivo en el que
participen menores independientemente de que éste se haya realizado o no. Se trata de un delito compuesto en dos
actos: la organización del espectáculo y la participación de menores en él. La tentativa no parece probable.

Posesión de material pornográfico:

El art. 128 establece: Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años el que tuviere en su poder
representaciones de las descriptas en el primer párrafo con fines inequívocos de distribución o comercialización.

Se trata de una modalidad de comisión anticipada, un acto preparatorio convertido en delito. Lo que caracteriza a
esta modalidad delictiva es que la posesión del material pornográfico debe estar destinada a la distribución o
comercialización. No es suficiente la mera tenencia o posesión de las imágenes; sino que el sujeto activo debe tener
en su poder representaciones de menores en actividades sexuales explicitas, o de sus partes genitales, con la
voluntad de distribuirlas o ponerlas en el comercio.

Es un delito subjetivamente configurado, que sólo admite el dolo directo, de tendencia intensificada, de peligro
abstracto y de resultado cortado. Es de pura actividad y se consuma con la sola posesión de representaciones de
menores dedicados a actividades sexuales explicitas o de sus partes genitales. La distribución o comercialización
efectiva de estas representaciones son resultados extratípicos, que hacen al agotamiento del delito y que deberán
tenerse en cuenta sólo a los fines de la ponderación de la pena. La tentativa no resulta admisible.

Acceso a espectáculos y suministro de material pornográfico a menores:

Art. 128: Será reprimido con prisión de un (1) mes a tres (3) años el que facilitare el acceso a espectáculos
pornográficos o suministrare material pornográfico a menores de catorce (14) años.}

Facilita quien hace más fácil, más permisible, allana las dificultades, los obstáculos, etc., para que el menor ingrese
en un espectáculo pornográfico; y suministra quien entrega, da, pone a disposición del menor un material de
contenido pornográfico.

Sobre el concepto de material pornográfico, la doctrina estableció que el empleo de la palabra “material” puede
distorsionar el concepto de pornografía, al permitir la inclusión de toda clase de objetos, como preservativos de
Eugenia Sanchez
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fantasía, consoladores, muñecas inflables, etc., que van más allá de la mera representación gráfica, escrita o
videografica de actos susceptibles de excitar o satisfacer instintos libidinosos y que deberían quedar extramuros de
la incriminación, ya que de lo que se trata es de proteger a determinadas personas de una confrontación con
contenidos que puedan distorsionar su proceso de aprendizaje.

Sujetos:

Sujeto activo puede sr cualquier persona, mientras que sujeto pasivo sólo puede ser un menor de 14 años, varón o
mujer.

El delito es doloso. Se consuma con la facilitación del ingreso del menor al espectáculo pornográfico, aun sin que lo
vea, o con la entrega del material pornográfico. En ambos casos son delitos de pura actividad, pero en el de facilitar,
pareciera que estamos ante un delito de peligro abstracto, ya que se perfecciona con prescindencia de que el menor
ingrese y contemple el espectáculo; en cambio, en el de suministrar, es un delito de peligro concreto, porque
requiere la entrega del material al menor. La tentativa aparece como de difícil constatación.

Acá se genera una incoherencia, ya que por un lado se le prohíbe al menor de 14 años mirar una revista pornográfica
o asistir a un espectáculo de tales características, pero por otro lado, se le permite tener relaciones sexuales a partir
de los 13 años. Pero, este art. pone el acento en imágenes o escenas en las que se exhiban a menores de 18 años,
pero de cuya autoría son responsables personas adultas.

2. Exhibiciones obscenas
El art. 129 establece: Será reprimido con multa de mil a quince mil pesos el que ejecutare o hiciese ejecutar por otros
actos de exhibiciones obscenas expuestas a ser vistas involuntariamente por terceros. Si los afectados fueren
menores de dieciocho años la pena será de prisión de seis meses a cuatro años. Lo mismo valdrá, con independencia
de la voluntad del afectado, cuando se tratare de un menor de trece años.

En cuanto al bien jurídico tutelado tradicionalmente nuestra doctrina y jurisprudencia han entendido que estos
delitos configuran ultrajes al pudor público, expresión que alude a las “buenas costumbres”; “pudor público medio”;
“moralidad pública”; etc. Todo esto ha llevado a que se considere como titular del bien jurídico a la sociedad y no al
sujeto individual. Pero en un Derecho penal moderno no pueden constituirse en bienes jurídicos las buenas
costumbres, ni el pudor ni la moral pública. Sino, que el bien jurídico protegido es la libertad sexual, que se ve
comprometida cuando se le impone una acción sexual determinada sin su consentimiento.

Además, el pudor es el bien jurídico protegido, entendido éste como sentimiento medio de decencia sexual. Este
sentimiento es el que pone límites a las manifestaciones de lo sexual que se pueden hacer a terceros, al margen de
las relaciones de carácter privado, en las que los límites de esas manifestaciones están condicionados por la voluntad
de los sujetos que la integran.

Donna considera que lo que se protege en este tipo delictivo no es otra cosa que el derecho del sujeto adulto a no
ser confrontado con el acto sexual de otro sin su voluntad.

Cuestiones constitucionales:

Enfrenta una posible lesión al art. 18 CN debido a que no cumple con el principio de máxima taxatividad legal.
Contradice con la exigencia constitucional de la ley previa escrita, en cuanto omite describir con precisión el
concepto de lo prohibido. Por constituir lo obsceno un elemento normativo del tipo penal, de carácter sociocultural
y, por ende, mudable en el tiempo, su interpretación o conceptualización queda librada al intérprete, en el caso
concreto y según su propia ideología, lo cual significa un criterio peligroso para la seguridad jurídica propia de un
Estado de Derecho.

Eugenia Sanchez
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El principio de legalidad exige conocer qué es lo que está prohibido y qué no lo está. El criterio de la obscenidad, por
su imprecisión conceptual, impide este conocimiento, pues deja librada la interpretación a la mera discrecionalidad
judicial.

Concepto de lo obsceno:

Lo obsceno es lo impúdico por lujuria, es decir, lo que es sexualmente vicioso por representar un exceso respecto del
sexo, o lo torpe y lujurioso, lo que tiende a excitar los apetitos sexuales. Lo obsceno existe sólo en la medida en que
alguien, con autoridad para hacerlo, dice que algo lo es.

El delito consiste en ejecutar (llevar a cabo, realizar) o hacer ejecutar por otro actos de exhibiciones obscenas
expuestas a ser vistas involuntariamente por terceros.

La exhibición debe ser del cuerpo desnudo del autor, de sus partes sexuales o de acciones físicas que tengan tal
significado. Los actos exhibicionistas deben tener cierta gravedad, para no confundirse con actos cuya practica en
público esta comúnmente aceptada, ni con actitudes inmorales o simplemente vulgares. De modo que quedarían
excluidos del tipo la exhibición del cuerpo desnudo, o partes de él (por ej. topless en playa nudista).

Los actos de exhibición obscena pueden realizarse en sitio público o privado, así caracterizados en forma
permanente (plazas, calles, etc.) o en forma transitoria o circunstancial (cines, teatros, cafés, etc.), pero siempre de
manera tal que puedan ser vistos involuntariamente por terceros, es decir, cuando las características del lugar
permiten o hacen posible que personas indeterminadas vean involuntariamente; por lo tanto, la exhibición obscena
no es punible cuando se realiza en lugar privado.

Sujetos: sujeto activo puede ser cualquier persona, sujeto pasivo es el individuo que padece la afrenta de una
exhibición desagradable u ofensiva, puede ser, en principio, cualquier persona. Sin embargo, la pena se eleva
cuando los afectados sean menores de 18 años y, con prescindencia de la voluntad del afectado, cuando se tratare
de un menor de 13 años.

Agravantes:

“… Si los afectados fueren menores de dieciocho años la pena será de prisión de seis meses a cuatro años. Lo mismo
valdrá, con independencia de la voluntad del afectado, cuando se tratare de un menor de trece años”.

La conducta se agrava si los sujetos pasivos fueran menores de 18 años, manteniéndose la misma penalidad si se
tratase de menores de 13 años, pero con la indiferencia de que, en este último supuesto, carece de relevancia la
voluntad del afectado.

El delito es doloso, sin que se requiera de un especial ánimo lubrico o de algún elemento subjetivo que lo contenga.
Se trata de un delito de pura actividad, de peligro concreto, cuya consumación coincide con el acto de exhibición
obscena, es decir, que lo que importa es que las conductas puedan afectar el pudor de las personas. La tentativa
puede resultar admisible, por ej. la persona que corre desnuda hacia la calle pero es detenida previamente (Donna).
La infracción es de acción pública perseguible de oficio.

5. Rapto
El art. 130 establece: Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el que sustrajere o retuviere a una persona por
medio de la fuerza, intimidación o fraude, con la intención de menoscabar su integridad sexual.

La pena será de seis meses a dos años, si se tratare de una persona menor de dieciséis años, con su consentimiento.

La pena será de dos a seis años si se sustrajere o retuviere mediante fuerza, intimidación o fraude a una persona
menor de trece años, con el mismo fin.

La vieja doctrina entendía que el bien jurídico era la reserva sexual de la mujer, pero más modernamente se
entiende que se trata de delitos pluriofensivos que atacan la dignidad sexual y la libertad de la víctima. En todos los
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casos el sujeto pasivo puede ser una persona de uno otro sexo, no sólo una "mujer", como lo puntualizaba el texto
anterior.

Hay varias modalidades de rapto:

Rapto propio: consiste en sustraer o retener a una persona, por medio de fuerza, intimidación o fraude, con la
intención de menoscabar su integridad sexual.
Sustraer, equivale a sacar, tomar, apoderar o arrebatar a la persona. La sustracción exige siempre el desplazamiento
de la víctima de un lugar a otro. Retener significa impedir que la persona se desplace de un determinado lugar, que
se aparte de él. La retención exige el mantenimiento de la víctima en el lugar, lo que implica, privarla de su libertad
personal. Sin privación de libertad, en esta hipótesis, no hay rapto. Para que el rapto sea punible debe haberse
realizado por medio de fuerza, intimidación o fraude. Por ende, el consentimiento del sujeto pasivo excluye la
tipicidad de la conducta.

Sujetos: sujeto activo puede ser cualquier persona, hombre o mujer, pero sujeto pasivo, debe ser una persona
mayor de 16 años.

Es un delito subjetivamente configurado que no se satisface con el dolo común, sino que exige un elemento
subjetivo especifico que es la intención de menoscabar la integridad sexual de la víctima, que constituye el propósito
sexual del autor. Se trata de un delito instantáneo de eventual efecto permanente, si persiste temporalmente la
retención de la persona. Es un delito de tendencia interna trascendente, que se consuma con la sustracción o con la
retención de la víctima, es decir cuando la aparta del ámbito en donde se encuentra o cuando se produce la
retención de la víctima. La tentativa es admisible. No se admite la culpa.

Concurso con otros delitos: El empleo de la fuerza para raptar puede ocasionar lesiones a la víctima, circunstancia en
la cual, cualquiera sea la gravedad de las mismas, concurren realmente con el rapto.

Rapto impropio: está previsto en el art. 130 párrafo 2, y consiste en el rapto de una persona menor de 16 años, con
su consentimiento, con la intención de menoscabar su integridad sexual.

Sujetos: sujeto activo puede ser cualquier persona, sin distinción de sexo, al igual que el sujeto pasivo, solo que debe
tratarse de una persona menor de 16 años pero mayor de 13.

Esta modalidad de rapto exige que el autor le haya ocultado sus intenciones al sujeto pasivo, o que se haya
aprovechado de él prevaliéndose de alguna condición de superioridad o poder, para así obtener un consentimiento
que no hubiera sido prestado libremente de haberse conocido sus verdaderas intenciones; de lo contrario, la
conducta sería atípica, precisamente por la prestación del consentimiento. La ley exige que el consentimiento sea el
fruto de la inexperiencia sexual del menor. Pero, si este fue obtenido por medio de fuerza, intimidación o fraude, el
hecho se desplaza al rapto del primer párrafo.

Rapto de menor de 13 años: constituye una circunstancia agravante del párrafo 1.

El delito se especializa por la edad del sujeto pasivo, esto es, menor de 13 años, y para su configuración deben
concurrir, no sólo las mismas conductas y medios típicos del rapto propio sino también la intención por parte del
autor de menoscabar la integridad sexual de la víctima. El consentimiento del menor carece de relevancia.

Grooming
El art. 131, por el cual se reprime el acoso sexual a menores por vía digital, fue incorporado por Ley 26904 en 2013, y
establece: Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones
electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona
menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.

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Este delito es una consecuencia del uso de internet o de cualquier otro sistema electrónico de transmisión de datos,
para la comisión de delitos sexuales, en los que se encuentran involucrados menores de edad. Se trata de un delito
sexual, que se caracteriza por la utilización de un medio informático o telemático para finalidades ilícitas de
naturaleza sexual. El bien jurídico protegido es la libertad sexual del menor.

Son elementos de este delito:

1. Contactar (comunicarse, relacionarse, conectarse, etc.) a un menor de edad, que es la acción que nuclea el
tipo penal.
2. Recepción (tomar conocimiento) de la comunicación por parte del menor.
3. Uso de internet, teléfono o de cualquier otra tecnología de información y la comunicación.
4. Finalidad de cometer un delito sexual.

En cuanto a los sujetos del delito, se trata de un delito de titularidad indiferenciada, que puede ser cometido por
cualquier persona, sin que se requiera en el autor de cualidades o condiciones especiales. Sujeto pasivo debe ser un
menor de edad.

Los medios de comisión son las comunicaciones electrónicas, de telecomunicaciones y/o cualquier otra tecnología
de transmisión de datos.

Subjetivamente el grooming es un delito doloso, de dolo directo, pero demanda para su perfección la concurrencia
de un elemento subjetivo del tipo, que acompaña al dolo: la finalidad de cometer un delito sexual en perjuicio del
menor de edad. Se consuma con el logro del contacto con el menor. Por tratarse de un delito de pura actividad y de
peligro abstracto, la tentativa no parece admisible.

BOLILLA 10
1. Delitos contra el estado civil
Este título fue reformado por la Ley 24410, la que tuvo incidencia en el bien jurídico relacionado con los delitos al
estado civil, creando un bien jurídico autónomo, con naturaleza ontología propia como rúbrica de la identidad
personal, la cual ha pasado a constituir un bien jurídico equiparable en su valor axiológico al estado civil, no
dependiendo de éste para su existencia o reconocimiento, sino existiendo como derecho autónomo, personalísimo,
del ser humano. Este nuevo bien jurídico, ha sido reconocido como derecho fundamental por los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos incorporados a la CN.

El bien jurídico protegido es el estado civil de las personas, respecto del cual se puede decir que es la situación
jurídica de la persona que la individualiza en la sociedad, ya sea mediante datos o hechos naturales (nacimiento,
sexo, etc.) o jurídicos (matrimonio, ciudadanía, etc.). Algunas de estas cualidades son inalterables, ya que se
adquieren desde el nacimiento y continúan con ella durante toda su vida, por ej. lugar y fecha de nacimiento, la
filiación natural, el nombre y el apellido, el sexo, etc.; otras cualidades pueden ser modificadas por actos posteriores,
por ej. el matrimonio, la adopción, la adquisición de una nueva nacionalidad, etc.

Una persona necesita de datos o factores personales que lo identifican en la sociedad en donde vive. Tales datos
sirven para que la persona sea tal como se la considera formalmente en el marco jurídico de la sociedad en donde
vive e interactúa con otros seres humanos. De aquí que el estado civil se constituya como un conjunto de datos que
individualizan normativamente a la persona en la sociedad.

2. Matrimonios ilegales
El bien jurídico protegido en estos delitos es la legalidad del matrimonio civil. Los tipos penales de matrimonios
ilegales, bilateral (art. 134) o unilateral (art. 135) tienen en común los siguientes elementos: a) celebración de un
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matrimonio formalmente válido, y b) existencia de un impedimento que causa la nulidad absoluta del matrimonio.
Son delitos de pura actividad, instantáneos, de participación plural activa y dolosa.

Diversas figuras:

Matrimonio ilegal bilateral:

El art. 134 establece: Serán reprimidos con prisión de uno a cuatro años, los que contrajeren matrimonio sabiendo
ambos que existe impedimento que cause su nulidad absoluta.

Se trata de un tipo penal de sujetos indiferenciados. Es un crimen de acción bilateral o pluripersonal, de


codelincuencia necesaria (dos contrayentes) y un oficial público; las demás personas que asisten al acto, por ej.,
testigos, apoderados, invitados a firmar el acta matrimonial, etc., son ajenos al delito pero en ciertas circunstancias
podrían actuar como participes.

El delito consiste en contraer un matrimonio, con el cumplimiento de todas las formalidades legales para su
celebración, pero sabiendo los contrayentes de la existencia de un impedimento que cause la nulidad absoluta del
mismo. Debe tratarse de un matrimonio formalmente válido (art. 403 CCyC).

La dinámica comisiva de estos delitos exige la existencia, por parte de uno o ambos contrayentes, de un
impedimento que cause la nulidad absoluta del matrimonio.
Estos impedimentos, denominados “dirimentes no dispensables” (ya que hacen nulo el matrimonio y no sólo ilícito,
como los impedimentos impedientes), son los que están enumerados en el art. 403 CCyC, esto es:

1. El parentesco en línea recta en todos los grados, cualquiera que sea el origen del vínculo.
2. El parentesco entre hermanos bilaterales y unilaterales, cualquiera que sea el origen del vínculo.
3. La afinidad en línea recta en todos los grados.
4. El matrimonio anterior, mientras subsista.
5. Haber sido condenado como autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de los cónyuges.
6. Tener menos de 18 años.
7. La falta permanente o transitoria de salud mental que le impida tener discernimiento para el acto
matrimonial.

Estos impedimentos son los que ocasionan la nulidad absoluta del matrimonio.

La figura es dolosa de dolo directo, ya que exige el conocimiento asertivo por parte de ambos contrayentes de la
existencia del impedimento que causa la nulidad absoluta del matrimonio, quedando fuera del tipo subjetivo las
formas eventuales y las culposas. El delito es de mera acción o de pura actividad y de carácter instantáneo. Se
consuma en el momento en que los sujetos son declarados unidos en matrimonio por el oficial público y suscriben el
acta matrimonial. No es necesaria la consumación del matrimonio ni la convivencia. La tentativa es posible.

Matrimonio ilegal unilateral:

El art. 135 establece: Serán reprimidos con prisión de dos a seis años:

1. El que contrajere matrimonio cuando, sabiendo que existe impedimento que cause su nulidad absoluta,
ocultare esta circunstancia al otro contrayente;
2. El que engañando a una persona, simulare matrimonio con ella.

El precepto tipifica dos delitos distintos: el matrimonio ilegal unilateral (inc. 1) y la simulación de matrimonio (inc. 2).

El inc. 1, el matrimonio ilegal unilateral, se trata de un tipo agravado del delito de matrimonio bilateral.

Eugenia Sanchez
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La acción típica consiste en contraer un matrimonio de acuerdo a todas las formalidades previstas en la ley, pero
respecto del cual uno de los contrayentes oculta al otro la existencia de un impedimento que causa la nulidad
absoluta del mismo. El ocultamiento se produce en el preciso instante en que el autor esconde o calla la existencia
del impedimento a la otra persona. Lo que importa es que el otro sujeto ignore la existencia del impedimento por la
actitud activa u omisiva del agente.

En cuanto a los sujetos, son indiferenciados, cualquier persona puede ser sujeto activo y pasivo. Es un delito doloso
compatible sólo con dolo directo, es de acción, aunque algunas veces puede cometerse por omisión impropia) y se
consuma con la celebración del matrimonio. La tentativa es admisible.

El inc. 2 contempla el delito de simulación de matrimonio. Implica la apariencia de un matrimonio válido, ya que no
existe matrimonio legal ni ilegal, el cual se celebra supuestamente en cumplimiento de requisitos legales, cuando en
realidad no se celebra ningún matrimonio, nulo o anulable.

Aunque tenga la característica de una estafa, hay que reconocer que actos de esta clase comprometen el estado civil
de la víctima al asignarle falsamente una situación jurídica determinada, circunstancia que habilita para considerar al
estado civil como el bien jurídicamente afectado por el accionar del autor.

Es un delito de sujetos indiferenciados, pudiendo ser sujetos activo y pasivo tanto un hombre como una mujer.
Sujeto pasivo es el contrayente que resulta engañado por la simulación del matrimonio.

La acción típica consiste en simular un matrimonio mediando engaño de la otra persona, es decir, haciéndole creer
como verdadero un acto matrimonial que es falso. La víctima debe padecer el error determinante causado por la
maniobra ardidosa desplegada por el autor y creer que en realidad está contrayendo un matrimonio válido.

El delito se perfecciona como una suerte de estafa, en la que existe un agente que engaña y una víctima engañada,
pero sin que requiera de resultado alguno (por ej. el logro de acceso carnal, la producción de algún perjuicio
patrimonial, etc.). La infracción es dolosa, de dolo directo. Tratándose de un delito de peligro, de pura actividad,
instantáneo y de consumación anticipada, se consuma con la realización del matrimonio simulado. La tentativa es
admisible al igual que la participación criminal en todos sus grados.

Figuras de los funcionarios públicos:

El art. 136 establece: El oficial público que a sabiendas autorizare un matrimonio de los comprendidos en los artículos
anteriores, sufrirá, en su caso, la pena que en ellos se determina.

Si lo autorizare sin saberlo, cuando su ignorancia provenga de no haber llenado los requisitos que la ley prescribe
para la celebración del matrimonio, la pena será de multa de setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos e
inhabilitación especial por seis meses a dos años.

Sufrirá multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos el oficial público que, fuera de los demás
casos de este artículo, procediere a la celebración de un matrimonio sin haber observado todas las formalidades
exigidas por la ley.

El art. regula tres figuras distintas, según que la responsabilidad del oficial público sea dolosa o culposa: 1)
autorización dolosa de matrimonio ilegal (parr. 1); 2) autorización culposa del matrimonio ilegal ignorando el
impedimento (parr. 2); y 3) autorización dolosa del matrimonio por inobservancia de las formalidades prescriptas
por la ley (parr. 3).
Las tres hipótesis tienen en común que el autor del delito sólo puede ser un oficial público con competencia para
celebrar matrimonios. Se trata de delitos especiales propios.

 Autorización dolosa de un matrimonio ilegal

La conducta incriminada consiste en autorizar un matrimonio nulo, es decir, los previstos en los arts. 134 y 135.
Eugenia Sanchez
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El oficial público debe conocer en forma asertiva (dolo directo) la existencia de un impedimento que causa la nulidad
absoluta del matrimonio que celebra y que los contrayentes, o sólo uno de ellos, tienen noticias de él, ese
conocimiento asertivo descartaría la aplicación del dolo eventual.

 Autorización culposa del matrimonio ilegal ignorando el impedimento

La acción típica consiste en autorizar un matrimonio, pero ignorando la existencia de impedimentos que causan su
nulidad absoluta.
Se trata de un delito culposo, en el que el sujeto activo actúa en la ignorancia de no tomar los recaudos para
comprobar la legalidad del acto que está celebrando. El delito se consuma con la autorización del matrimonio, sin
haber observado las formalidades prescriptas por la ley para la celebración del mismo. La tentativa no resulta
admisible.

 Celebración dolosa con inobservancia de las formalidades legales

El delito consiste en celebrar un matrimonio omitiendo la observancia de las formalidades prescriptas por la ley para
la celebración de los mismos.

La acción típica es celebrar un matrimonio, pero en este caso, el autor no observa, dolosamente, las formalidades
prescriptas por la ley. Debe tratarse de un matrimonio legal, pero que ha sido celebrado sin las formalidades
establecidas en la ley.
La figura admite tanto el dolo directo como el eventual. Se consuma con la celebración del matrimonio sin haberse
observado las formalidades legales. Se trata de un tipo de mera conducta, que impide la realización de la tentativa.

Responsabilidad del representante de un menor:

El art. 137 establece: En la misma pena incurrirá el representante legítimo de un menor impúber que diere el
consentimiento para el matrimonio del mismo.

Se trata de un tipo especial propio de autor cualificado, de acción, de mera conducta, de peligro concreto y de
consumación anticipada.
Sujeto activo sólo puede ser el representante legítimo del menor impúber, esto es, los padres, matrimoniales o
extramatrimoniales, los padres adoptivos, el tutor o el curador. Sujeto pasivo es el menor impúber.

La acción típica consiste en autorizar el casamiento de un menor impúber. Se trata del delito del representante y no
del menor, es decir que la conducta de los contrayentes (menores ambos o uno sólo de ellos) es atípica. El delito es
doloso, de dolo directo, compatible con la forma menor, y se consuma cuando el representante del menor presta el
consentimiento para la celebración del matrimonio. La tentativa es admisible.

La cuestión prejudicial:

El impedimento más común es el matrimonio preexistente. Crea el estado de bigamia o poligamia. Para que exista
bigamia el matrimonio anterior debe ser válido; no habría delito si el matrimonio anterior fuese nulo de nulidad
absoluta, de nulidad relativa declarada judicialmente o si hubiese divorcio vincular, la separación personal no
excluye el delito. La sentencia que declara la nulidad o validez del matrimonio anterior constituye una cuestión
prejudicial, cuyas consecuencias en el proceso penal por bigamia son de un gran interés. Las cuestiones prejudiciales
son siempre de lo civil a lo penal y de competencia exclusiva de los jueces civiles, no pudiendo dictarse sentencia en
sede penal antes de que haya habido sentencia definitiva en el juicio civil. En lo civil la controversia gira en torno a la
nulidad o validez del matrimonio anterior; en lo penal gira en torno a la existencia o no del delito de bigamia. Por eso
es importante la decisión en lo civil. Declarada en sede civil la nulidad del primer matrimonio, desaparece el delito de
matrimonio ilegal por bigamia.

Eugenia Sanchez
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En cambio, si la sede civil declara la validez del primer matrimonio, el juez penal no está obligado, por esa sola
circunstancia, a condenar al acusado. Para ello, previamente se debe verificar si en el proceso han concurrido los
elementos del tipo penal. A lo único que está obligado el juez es a aceptar la decisión del juez civil.

Para un sector doctrinal, la cuestión prejudicial por nulidad del matrimonio anterior debe haberse promovido con
anterioridad a la formación de la causa penal. Para otros, la cuestión prejudicial puede plantearse ante la justicia civil
en cualquier momento, ya sea con anterioridad al proceso penal o bien durante su transcurso.

El planteamiento ante el juez civil produce la paralización del proceso penal y la prescripción de la acción penal se
suspende hasta la resolución de la cuestión prejudicial.

3. Supresión y suposición del estado civil y de la identidad


El art.138 establece: Se aplicará prisión de 1 a 4 años al que, por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o
suprimiere el estado civil de otro.

El delito consiste en hacer incierto (crear inseguridad, duda, incertidumbre respecto del estado civil de una persona),
de modo que resulte difícil su determinación o comprobación. También puede cometerse el delito adjudicando un
estado civil incierto o dudoso a quien antes carecía de él, por ej. constituyendo un estado civil a un mayor de 10 años
cuyo nacimiento aún no ha sido registrado; alterar (modificarlo, total o parcialmente, cambiándolo por otro). Se
atribuye a un sujeto un estado distinto al que posee realmente. Se origina un estado civil falso, por ej., cambiando
algunos datos o condiciones que presentan a la víctima con otra filiación, otro estado matrimonial, otra
nacionalidad, etc.; suprimir (hacerlo desaparecer, sin atribuir otro). Se quita o despoja a la persona su verdadero
estado, sin asignarle otro, de forma tal que se desconozca cuál es su estado, a qué familia pertenece, etc., por ej.
destruyendo la partida de nacimiento.

El delito puede cometerse por un acto cualquiera, de manera que cualquier medio es admisible. Teniendo en cuenta
que el medio de comisión más frecuente para cometer el delito es la falsedad documental, la alteración del estado
civil de otra persona mediante la utilización de un instrumento público falso dará lugar a un concurso material de
tipos penales entre el delito contra la fe pública y el delito contra el estado civil.

Se trata de un tipo penal de titularidad indiferenciada, es decir, sujetos activo y pasivo pueden ser cualquier persona,
sin distinción alguna de condiciones o cualidades personales. Subjetivamente, el tipo se satisface con el dolo común.
Antes de la reforma de la Ley 24410, la figura exigía la concurrencia de un elemento subjetivo del tipo, consiste en el
“propósito de causar perjuicio”, que podía ser de cualquier naturaleza o contenido (material o moral), para la víctima
o para un tercero.

Actualmente, este elemento subjetivo ha quedado eliminado, circunstancia que implica que, cualquiera sea el
propósito que persiga el autor al realizar las conductas típicas, queda comprendido en el tipo. Es suficiente dolo
eventual. Se trata de una infracción material, de carácter instantáneo, que se consuma cuando el autor ha logrado
alguno de los efectos requeridos por las conductas típicas (hacer incierto, alterar, etc., el estado civil de otro). La
tentativa es admisible y no se requiere perjuicio efectivo alguno al estado civil; basta con el propósito de lograrlo. Se
trata de un delito de peligro concreto y el consentimiento de la víctima funciona como excluyente de la tipicidad.

Diversas figuras:

El art. 139 establece: Se impondrá prisión de 2 a 6 años:

1. A la mujer que fingiere preñez o parto para dar a su supuesto hijo derechos que no le correspondan.

2. Al que, por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere la identidad de un menor de 10 años, y el que
lo retuviere u ocultare.

 Suposición de estado civil fingiendo preñez o parto:

Eugenia Sanchez
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Se trata de una figura autónoma, cuya conducta material se traduce en fingir, simular preñez o parto como medio
para hacer aparecer como hecho real el nacimiento de un niño, cuyo estado civil se altera. Sin embargo, no basta la
sola simulación; el delito se consuma con la presentación del presunto fruto de ello.

Fingir preñez o parto significa simular todo el proceso biológico del embarazo o del nacimiento del niño. Deben ser
aparentes, simulados, inexistentes. Pero, no es suficiente con la simulación del embarazo o del parto, sino que debe
existir un niño cuyo estado civil se altera y a quien se le atribuyen los derechos de otro. Entonces, lo que importa es
que la preñez o el parto no sean reales y que el niño sea presentado como nacido del parto fingido, es decir, que
debe tratarse de un niño vivo, que es el otro cuyo estado civil se altera.

Sujeto activo sólo puede ser una mujer, quien es la que debe simular todo el proceso del embarazo, no interesa su
edad ni su estado civil. Sujeto pasivo es el niño cuyo estado civil se altera y a quien se le confieren los derechos que
no le corresponden. La reforma de la Ley 24410 derogó el párrafo que castigaba al médico o partera que hubieran
cooperado en la ejecución del hecho.

La figura exige la concurrencia de un elemento subjetivo del tipo, consistente en dar al supuesto hijo derechos que
no le corresponden. Es un delito intencional mutilado de dos actos, en el que la acción ejecutiva (el fingimiento de
preñez) es el medio para alcanzar otra finalidad ulterior que requiere una nueva conducta (dar al supuesto hijo
derechos que no le corresponden). Se trata de un delito doloso, de dolo directo. Es un delito de resultado que se
consuma con la presentación del niño vivo, a quien se lo presenta como nacido del parto que es consecuencia de la
fingida preñez. Los actos anteriores, pueden dar lugar a una tentativa del delito.

 Supresión de la identidad de un menor de diez años

Se trata de un tipo penal autónomo, que se caracteriza por la particularidad que presenta el bien jurídico y por la
minoridad del sujeto pasivo.

El bien jurídico, que es la identidad, fue incorporado por la reforma de la Ley 24410, ya que el legislador entendió
que la identidad implica un valor fundante, personalísimo y original del ser humano, que debe ser protegido
penalmente. Acá la identidad de la persona forma parte de su propia integridad como ser humano. Ya no se trata de
un simple aspecto o dato del estado civil, sino que se equipara a él en una misma categoría axiológica.

La figura de este inciso no tipifica la mera modificación del estado civil del menor, sino que hace referencia a la
alteración del ser mismo de la persona, de lo que ella es en sí misma, independientemente de otros aspectos de su
personalidad, como podrían ser por ej. la imagen, el nombre, la nacionalidad, el nacimiento, etc. La identidad se
presenta acá como un derecho inherente a la persona humana. El estado civil se manifiesta mediante factores fijos,
estáticos o biológicos (nombre, seudónimo, fecha de nacimiento, sexo, etc.), que identifican a la persona en la
sociedad y permanecen junto a ella toda su vida; la identidad, por el contrario, trasunta al hombre físico para
mostrar al hombre espiritual. La identidad es dinámica y se mueve en un plano fenoménico e intersubjetivo, es
mudable con el tiempo, se enriquece, progresa, se degrada, cambia.

El derecho a la identidad se manifiesta como el interés que cada sujeto tiene de ser representado en la vida en
relación con su verdadera identidad, es decir, a que se lo reconozca como lo que realmente es. La identidad personal
se constituye por el conjunto de creencias, opiniones y acciones del sujeto en su proyección social.

Las conductas típicas son las mismas a las previstas en el art. 138, con la diferencia de que acá la víctima es un menor
de 10 años, con la particularidad de que la figura contempla dos nuevas acciones típicas: retener u ocultar a un
menor de 10 años, que no estaban previstas en el texto derogado. En este delito, cualquier medio de comisión es
posible.

La ocultación consiste en impedir que se conozca el verdadero estado civil del menor. Puede llevarse a cabo creando
incertidumbre, alterando o suprimiendo el estado civil del menor, de forma tal que no se pueda saber la condición o
filiación del niño, o cualquier otra circunstancia relacionada con su nacimiento. Lo que el autor debe hacer incierto,

Eugenia Sanchez
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alterar o suprimir, es la identidad del menor de 10 años, es decir, el conjunto de creencias, opiniones y acciones del
niño proyectadas socialmente.
Por tratarse de un delito de titularidad indiferenciada, sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo sólo
puede ser un menor de 10 años. La alteración de la identidad de un mayor de 10 años inexplicablemente no está
prevista en la ley como delito, salvo que se atente contra su estado civil, en cuyo caso la figura aplicable es la del art.
138. Subjetivamente, el delito se satisface únicamente con el dolo directo y se consuma cuando se torna incierto, se
altera o se suprime la identidad del menor de 10 años. Tratándose de un delito de peligro concreto, la tentativa es
admisible.

Retención y ocultación de un menor de diez años: la materialidad del delito consiste en retener u ocultad, esto es,
mantener al menor dentro de un espacio físico determinado o substraerlo del conocimiento de terceras personas. La
retención implica no sólo la tenencia del menor dentro de la esfera del propio poder, sino el hecho de no entregarlo
a quien se debe cuando se lo tiene que hacer. Ocultar quiere decir esconder al menor, conducta que puede, en
ciertos casos, superponerse con la retención. Pero, se considera que el derecho a la identidad del menor nada tiene
que ver con su retención u ocultación, por lo tanto es aconsejable su eliminación.

Intermediación ilícita:
El art. 139 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de 3 a 10 años, el que facilitare, promoviere o de
cualquier modo intermediare en la perpetración de los delitos comprendidos en este Capítulo, haya mediado o no
precio o promesa remuneratoria o ejercido amenaza o abuso de autoridad.

Incurrirán en las penas establecidas en el párrafo anterior y sufrirán, además, inhabilitación especial por doble
tiempo que el de la condena, el funcionario público o profesional de la salud que cometa alguna de las conductas
previstas en este Capítulo.

La figura abarca uno de los tramos del tráfico de personas. Se trata de una figura autónoma que reprime, como
autor material, a uno de los eslabones más importantes del tráfico de niños.

La intermediación debe ser ilícita, esto es, al margen de lo que las leyes establecen en materia de adopción o guarda
de menores. La materialidad del delito consiste en intermediar, esto es, intervenir entre quien entrega, vende o cede
al menor para que la operación se realice y el autor de la alteración del estado civil o la identidad o el profesional de
la salud que extiende el certificado de parto o de nacimiento falso. Intermedia, quien pone en contacto a los sujetos
activos de estos delitos.

La ley hace referencia a dos modalidades de la intermediación: la facilitación y la promoción, pero éstas no son más
que dos de las tantas formas en que la conducta puede manifestarse. La intervención del intermediador se percibe
cuando se capta o descubre a la criatura y procede, sea a conectar a sus padres con el futuro comprador o bien a
adquirir el niño y exponerlo a la venta. También, la intermediación puede llegar hasta la etapa en que se consigue al
profesional de la salud para que certifique el nacimiento. La tarea del intermediador puede manifestarse de diversas
formas, como conseguir información sobre niños predispuestos a ser entregados por sus padres, conectar o vincular
madres embarazadas con futuros compradores, adquirir directamente la criatura y ponerla en venta, etc.

La figura alcanza a la intermediación gratuita, es decir, la que se practica sin el reconocimiento de ningún beneficio al
dador de la criatura ni al propio intermediario. Para la ley resulta indiferente que haya mediado o no precio o
promesa remuneratoria en favor del donante o que el intermediario haya hecho uso de amenazas o abuso de
autoridad para lograr la entrega del niño.

En el caso del primer párrafo del art., sujetos del delito pueden ser cualquier persona; pero, en el segundo,
únicamente pueden ser autores los funcionarios y profesionales de salud. Se trata de un tipo especial impropio, que
requiere una cierta y determinada cualificación de autoría.

Eugenia Sanchez
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El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma cuando se produce el contacto entre el sujeto activo y la o las
personas que intervienen en el tráfico, sea como compradores, receptores, etc., del niño cuyo estado será alterado
ulteriormente. Puede tratarse de meros compradores del niño o ser, a su vez, intermediarios en otra operación de
tráfico, con lo cual se generaría la “intermediación en cadena”, en cuyo caso, todos los sujetos intervinientes serán
responsables del delito del art. 139 bies.

La figura se agrava cuando, en la comisión de alguno de todos estos delitos, el autor es funcionario público o
profesional de la salud.

La relación de las figuras con las falsedades documentales:

Uno de los medios más frecuentes para lograr la supresión y la suposición del estado civil y de la identidad es la falsa
atestación en las partidas del Registro, hecho de falsedad ideológica en instrumento público.

BOLILLA 11
1. Delitos contra la libertad
La libertad es un bien personal e intransferible del individuo. Libertad y persona presuponen una conexión
inseparable. La negación de la libertad implicaría la negación del hombre y de su existencia misma. La libertad
personal radica en la propia estructura existencial del ser humano en cuanto único titular de derechos y deberes.
Constituye un bien innato del hombre, que es valorado por el ordenamiento jurídico, un derecho inherente al
individuo que con él nace y sólo con el término de su existencia se extingue. El hombre es libre por naturaleza.

La protección penal de la libertad abarca tanto el libre despliegue de la conducta humana como las zonas más
íntimas y espirituales del hombre, en cuyo ámbito la injerencia del Estado sería arbitraria e ilegítima. Su
reconocimiento como derecho fundamental proviene no sólo del art. 19 CN, sino también de los tratados
internacionales de derechos humanos.

Entonces, se puede concebir la libertad personal, como bien jurídico penal, como la facultad de todo individuo de
poder conducirse de un modo o de otro, o de abstenerse de hacerlo, conforme con sus propias determinaciones, así
como el derecho a que nadie (persona o Estado) interfiera arbitraria o ilegítimamente en la esfera de reserva o de
intimidad personal, con la sola limitación que impone el ejercicio de la libertad del otro y el imperio de la ley.

Los delitos que tienen su objetividad jurídica en una privación de la libertad personal hacen referencia a un ataque a
la libertad, entendida como la facultad del sujeto de obrar físicamente, es decir, que el objeto inmediato de ataque
es la libertad física del individuo, en su doble aspecto: libertad de movimiento corporal y libertad de locomoción o
ambulatoria.

2. Reducción a esclavitud o servidumbre


El art. 140 establece: Serán reprimidos con reclusión o prisión de cuatro (4) a quince (15) años el que redujere a una
persona a esclavitud o servidumbre, bajo cualquier modalidad, y el que la recibiere en tal condición para mantenerla
en ella. En la misma pena incurrirá el que obligare a una persona a realizar trabajos o servicios forzados o a contraer
matrimonio servil.

Antecedentes:

La figura tiene su origen remoto en la institución jurídica de la esclavitud del antiguo derecho, pero, entre nuestros
antecedentes, el precepto del art. 140 proviene del Proyecto de 1891, con el que se creyó castigar la compraventa
de personas prevista como crimen en el art. 15 CN. En la actualidad, luego de la reforma constitucional de 1994, la
reducción a esclavitud o servidumbre está expresamente prohibida en los tratados internacionales incorporados a la

Eugenia Sanchez
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Constitución Nacional, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, entre otros.
Si bien la reforma de la Ley 26842 ha introducido la “reducción a esclavitud” como una de las formas de atentar
contra la libertad y dignidad del ser humano, se considera que no es posible en el estado actual de nuestro derecho,
ya que en Argentina no hay esclavos, según el art. 15 CN. Por lo tanto, la explotación comercial del ser humano
implica una situación equiparable a la esclavitud, entonces este es el sentido que debe darse a la expresión
“esclavitud” del art. 140, o sea, tanto la llamada esclavitud como la servidumbre, no son más que dos de las formas
de explotación del ser humano, que implican, tanto fáctica como normativamente, una grave afectación de la
libertad personal.

El art. 140 recoge formas de conducta:

1. Reducir a esclavitud o servidumbre: la conducta punible es reducir (sujetar, someter, constreñir, adaptar,
etc.) a un individuo a alguna de estas condiciones o a otras semejantes. A estas situaciones el autor puede
llegar por cualquier medio (por ej. por violencia, engaño, persuasión), siendo indiferente el propósito
perseguido. Lo que importa es que el autor logre un estado de subordinación o sometimiento de la víctima.
El consentimiento libremente prestado excluye el delito. El delito es material y de carácter permanente. Se
consuma cuando se logra la situación de dominio o sometimiento de la persona, manteniéndose la
consumación mientras ese estado continúa. La infracción es dolosa, de dolo directo y resultan admisibles las
formas imperfectas de comisión.
2. Recibir en tales condiciones y mantenerla: consiste en recibir a una persona que ya se encuentra en una de
estas situaciones, con la finalidad de mantenerla en tal condición. La figura requiere la concurrencia de un
particular elemento subjetivo: la intención del autor de mantener al sujeto en la misma condición que lo
recibió. De modo que cualquier otra finalidad (por. liberar a la víctima) torna atípica la conducta. El delito es
de carácter instantáneo y se consuma en el momento en que el agente recepta a la víctima. La tentativa es
admisible. La infracción es dolosa, de dolo directo.

Desde un punto de vista técnico, la servidumbre es una situación de hecho que implica un estado de sometimiento o
sujeción de una persona al poder, dominio o voluntad de otra. La esclavitud, en cambio, es una situación de derecho,
un verdadero y propio estatus jurídico que consiste en un estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercen
las atribuciones del derecho de propiedad o alguna de ellas.

Estas prácticas admiten cualquier medio de comisión, no sólo las que presuponen el uso de violencia o amenaza
(engaño, persuasión, abuso de autoridad o de poder, etc.). Bajo esta expresión se agrupan a la esclavitud, la
servidumbre por deudas, el matrimonio forzoso o servil, la servidumbre de la gleba y la explotación de niños y
adolescentes.

En cuanto a obligar a otro a trabajar o contraer matrimonio, según el Convenio sobre Trabajo Forzoso se define al
trabajo forzoso u obligatorio como todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena
cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente. El matrimonio servil implica un matrimonio
precoz y forzado, sin que se permita ningún tipo de elección de la pareja, situación que supone una forma de
explotación laboral y/o sexual de un miembro de la pareja, implicando situaciones de esclavitud, aislamiento,
control, violencia física, sexual y reproductiva.

3. Privación ilegal de la libertad


El art. 141 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de seis meses a tres años; el que ilegalmente privare a
otro de su libertad personal.

Eugenia Sanchez
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En este tipo de infracciones se tiene en cuenta la libertad en un sentido físico o corporal, como libertad de
movimientos, que abarca no sólo la facultad de moverse o disponer del propio cuerpo según la propia voluntad, sino
también el derecho de trasladarse de un lugar a otro sin ningún tipo de interferencias o impedimentos.

El delito consiste en privar ilegítimamente a otro de su libertad personal. Esta conducta puede llevarse a cabo con o
sin traslado de la víctima de un sitio a otro, encerrándola en algún lugar, constriñendo su facultad de locomoción o
imponiéndole un determinado comportamiento. Para este delito es suficiente con que se restrinja cualquier
dimensión de la libertad de movimiento, aunque quede a disposición de la víctima cierto grado de libertad
ambulatoria (por ej. impedirle el movimiento de los brazos, pero no el de las piernas).

El delito puede cometerse por omisión (impropia), cuando el agente está obligado a hacer cesar una situación de
privación de libertad preexistente y no lo hace, por ej. el caso del usuario del transporte público que no puede
abandonar el medio de transporte por negarse el conductor a parar y abrir la puerta.

La ley no limita los medios de comisión, de manera que, salvo aquellos que impliquen un agravamiento, cualquiera
es admisible (por ej. coerción, engaño, sujeción, mantenimiento en estado de error). El consentimiento, libremente
prestado, excluye el delito.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo puede ser cualquier persona, siempre que en el momento
del hecho pueda expresar su voluntad. Debe tratarse de una persona con capacidad para determinarse con libertad,
es decir, con posibilidades de formar y expresar su voluntad. En consecuencia, no revisten esta condición el niño de
pocos días, el enfermo mental en estado catatónico, la persona inconsciente ni la persona dormida, entre otros.
Algunos autores, sin embargo, entienden que no es preciso que el sujeto pasivo tenga posibilidad de movimientos, si
es trasladado contra su voluntad. También pueden ser sujetos pasivos aquellas personas a las que, estando ya
privadas de su libertad legítimamente, como sucede con los reclusos, se les incrementa el estado de su detención al
margen de las normas establecidas en el régimen penitenciario.

La privación de la libertad deme ser ilegitima. Esto supone, objetivamente, que la conducta sea contraria a la ley
(antjuridica) y, subjetivamente, que el autor obre con la conciencia de que su accionar es formal o sustancialmente
arbitrario. El delito es doloso, de dolo común. Es de carácter material e instantáneo y se consuma en el momento
mismo en que se produce la privación de la libertad de la víctima, pero como esta situación puede prolongarse en el
tiempo, el delito adquiere la particularidad de ser, en ciertos momentos, un delito de carácter permanente. Son
admisibles las formas imperfectas de ejecución.

Agravantes:

El art. 142 establece: Se aplicará prisión o reclusión de dos a seis años, al que privare a otro de su libertad personal,
cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes: 1. Si el hecho se cometiere con violencias o amenazas o con
fines religiosos o de venganza; 2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente, de un hermano, del
cónyuge o de otro individuo a quien se deba respeto particular; 3. Si resultare grave daño a la persona, a la salud o a
los negocios del ofendido, siempre que el hecho no importare otro delito por el cual la ley imponga pena mayor; 4. Si
el hecho se cometiere simulando autoridad pública u orden de autoridad pública; 5. Si la privación de la libertad
durare más de un mes.

1. Si el hecho se cometiere con violencias o amenazas o con fines religiosos o de venganza: la violencia es la
fuerza o energía física (vis absoluta), aplicada sobre el cuerpo de la víctima, o de un tercero que interviene
para impedir u obstaculizar la realización del hecho. Además, abarca el empleo de medios hipnóticos y
narcóticos. La amenaza es la intimidación o violencia moral (vis compulsiva), consistente en el anuncio de un
mal grave para la víctima, o un tercero, que la coloca en el dilema de aceptar el estado de privación de
libertad o de someterse al daño anunciado. El fin religioso debe ser entendido en un sentido amplio, esto es,
como comprensivo de cualquier privación de libertad inspirada en un móvil religioso (por ej. impedir el oficio
de la misma privando de la libertad al sacerdote, secuestrar a una persona por pertenecer a determinada

Eugenia Sanchez
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religión). El fin de venganza implica una reacción o represalia del autor con respecto a una conducta anterior
de la víctima o de un tercero. Es cuando se priva de su libertad al ofensor (venganza directa) o a un tercero
unido a aquél por algún afecto o algún vínculo (venganza transversal).
2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente, de un hermano, del cónyuge o de otro individuo a
quien se deba respeto particular: la razón de ser del agravamiento reside en el menosprecio al respeto
particular que el autor le debe a la persona privada de su libertad. La agravante está limitada sólo para el
ascendiente, hermano y cónyuge. La mayor penalidad no alcanza al parentesco por afinidad (suegros,
cuñados, yerno, etc.) ni al vínculo derivado de la adopción. Con respecto al individuo a quien se deba respeto
particular, la doctrina menciona a los tutores y maestros, pero la decisión sobre la existencia de esta
circunstancia de calificación es una cuestión que debe quedar librada a la decisión judicial en cada caso
particular. En el plano de la culpabilidad, el dolo del autor debe abarcar el conocimiento del vínculo que lo
une a la víctima, de manera que la duda, la ignorancia o el error obrarían como circunstancias
beneficiadoras.
3. Si resultare grave daño a la persona, a la salud o a los negocios del ofendido, siempre que el hecho no
importare otro delito por el cual la ley imponga pena mayor: se trata de un resultado de naturaleza
preterintencional no abarcado por el dolo del autor. Las consecuencias señaladas por la ley deben ser el
resultado de la privación de la libertad personal. La agravante es subsidiaria, sólo resulta aplicable en la
medida en que el hecho no importe otro delito por el cual la ley imponga pena mayor, en cuyo caso, se
aplica este último.
4. Si el hecho se cometiere simulando autoridad pública u orden de autoridad pública: no se trata de un caso de
privación de libertad cometida por un funcionario o autoridad pública, sino de quien comete el hecho
fingiendo poseer tal condición o contar con una orden que proviene de una autoridad pública para privar de
la libertad a un individuo. La simulación es lo que el autor emplea para crear o inducir error a la víctima y,
como consecuencia de ese error, privarla de su libertad.
5. Si la privación de la libertad durare más de un mes: esta agravante marca la referencia temporal que divide a
la figura básica del tipo calificado. La agravante sólo puede concurrir en la medida en que la detención haya
durado más de un mes.

Secuestro:

El art. 142 bis establece: Se impondrá prisión o reclusión de cinco (5) a quince (15) años, al que sustrajere, retuviere u
ocultare a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero, a hacer, no hacer, o tolerar algo contra su
voluntad. Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la pena se elevará a ocho (8) años.

La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión:

1. Si la víctima fuese una mujer embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad; o un mayor de setenta (70)
años de edad. 2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o conviviente;
o de otro individuo a quien se deba respeto particular. 3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas. 4.
Cuando la víctima sea una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí misma. 5. Cuando el agente
sea funcionario o empleado público o pertenezca o haya pertenecido al momento de comisión del hecho a una fuerza
armada, de seguridad u organismo de inteligencia del Estado. (Inciso sustituido por art. 3° del Anexo I de la Ley N°
26.394 B.O. 29/8/2008. Vigencia: comenzará a regir a los SEIS (6) meses de su promulgación. Durante dicho período
se llevará a cabo en las áreas pertinentes un programa de divulgación y capacitación sobre su contenido y aplicación
6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas.

La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión a reclusión si del hecho resultara la muerte de la
persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.

La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causare intencionalmente la muerte de la persona ofendida.
Eugenia Sanchez
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La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la libertad, sin
que tal resultado fuese la consecuencia del logro del propósito del autor, se reducirá de un tercio a la mitad.
La figura del secuestro fue introducida por la Ley 20642. Se trata de una modalidad especial de privación de libertad
que se caracteriza, desde un plano objetivo, por las formas tradicionales del secuestro, como son la sustracción, la
retención y la ocultación de la persona, y desde un plano subjetivo, por la finalidad del autor, esto es, obligar a la
víctima o a un tercero a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.

Las acciones típicas son las de sustraer (tomar a la persona, apoderarse de ella, quitándola de una determinada
esfera de poder), retener (tener, mantener, guardar, conservar a la persona en un sitio determinado y por un lapso
más o menos prolongado) u ocultar (esconder al retenido de la vista o vigilancia de los demás de manera que se
impida o dificulte su reintegro al ámbito del que ha sido sustraído).

Sujetos activo y pasivo pueden ser cualquier persona. El delito exige la concurrencia de un propósito definido:
obligar a la víctima a una determinada acción u omisión: hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad, y se
configura aun cuando el autor no logre el fin propuesto. Es compatible con el dolo directo. La finalidad perseguida
por el agente puede comprender tanto acciones u omisiones que el sujeto pasivo no está obligado a realizar o
soportar, cuanto también algo que está obligado a hacer, no hacer o tolerar, ya que la punibilidad se fundamenta en
la injusticia del modo de reclamar, no en la injusticia de lo reclamado.

Agravantes:

Con arreglo al primer párrafo, el secuestro se agrava en el supuesto de que el autor lograra su propósito, esto es,
cuando consigue el resultado buscado.

Las agravantes previstas en el segundo párrafo, concurren en los siguientes casos:


1. Cuando la víctima fuera una mujer embarazada, cualquiera fuese su edad, condición o estado civil (salvo que
este casada con el autor, en cuyo caso el hecho se desplaza a la figura del inciso 2). Al momento de la acción
típica, la mujer debe estar embarazada.
También se agrava si la víctima es un menor de 18 años de edad, sin que importen su sexo u otras
condiciones.
Por último, también concurre la agravante si la víctima tiene más de 70 años de edad. Los límites de edad en
estos dos últimos casos fueron tomados de la Convención sobre los Derechos del Niño y de la ley de
ejecución de pena, que admite la prisión domiciliaria para las personas mayores de 70.
2. Cuando la víctima fuera un ascendiente, hermano, cónyuge, conviviente o una persona a quien se deba
respeto particular: se incluye la figura del conviviente, con lo que queda en el marco de la mayor protección
la situación de concubino y de aquellas parejas, sin distinción de sexo, que han legitimado su situación, como
uniones de hecho equiparables al matrimonio, quedando comprendidas las uniones matrimoniales de
personas del mismo sexo.
3. Si se le causan lesiones graves o gravísimas de los arts. 90 y 92: se trata de resultados que deben haber sido
causados por el autor a la víctima privada de su libertad personal, ya sea por el hecho del encierro mismo
(por ej. en el estado de salud física por falta de alimentación) o por haberlas causado el autor
intencionalmente sobre el cuerpo de la víctima (por ej. golpes, torturas, disparo de arma de fuego), con
motivo del secuestro o durante el tiempo de duración de la privación de libertad. No están abarcadas por la
disposición las lesiones leves ni las lesiones culposas.
4. Se agrava por la condición o estado en que se encuentra la víctima privada de su libertad personal: debe
tratarse de una persona enferma, discapacitada o valetudinaria, esto es, que no pueda valerse por sí misma.
Se trata de individuos que necesitan de la atención y cuidados de otras personas para continuar su vida en
relación, lo que le otorga al autor mayores facilidades para la comisión del delito, por la situación de
vulnerabilidad en que se encuentra la víctima.
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5. Inciso regulado por la Ley 26394: cuando el agente sea un funcionario o empleado público o pertenezca a
una fuerza armada de seguridad u organismo de inteligencia del Estado. Se trata de una agravante fundada
en la calidad del sujeto activo. El autor del secuestro debe revestir, al momento del hecho, esto es, el
momento de ejecución del ilícito (consumado o tentado), la calidad de funcionario o empleado público, o
debe pertenecer o haber pertenecido a una fuerza armada, a una fuerza de seguridad o a organismos de
inteligencia del Estado nacional o provincial.
6. Cuando participaren tres o más personas: la agravante se funda en la pluralidad de personas que intervienen
o participan en el hecho, que deben ser tres como mínimo, sin límites en su máximo. La mayor penalidad se
justifica por la mayor indefensión que sufre la víctima frente a manifestaciones de la criminalidad plural.

Reagravantes:

“… La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión a reclusión si del hecho resultara la muerte de la
persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.

La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causare intencionalmente la muerte de la persona ofendida…”

El delito tiene prevista una reagravante para cuando se produjere la muerte de la víctima. Se trata de una
circunstancia agravatoria que funciona subjetivamente: si la muerte de la persona privada de su libertad personal
fuere un resultado no querido por el autor, la pena es de 15 a 25 años de prisión o reclusión, mientras que si tal
resultado es causado intencionalmente, la pena es de prisión o reclusión perpetua.

Se discute si la agravante comprende sólo la muerte culposa, o también, la que se produce de un modo accidental o
casual. Para algunos autores, la norma sólo hace referencia a los tipos de muerte no intencional (culposas), mientras
que otro sector doctrinal defiende la idea de que la agravante abarca no sólo la muerte preterintencional sino
también la muerte culposa y la producida casualmente. Para Buompadre, queda fuera de la agravante la muerte
producida en forma accidental.

Atenuantes:

“… La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la libertad,
sin que tal resultado fuese la consecuencia del logro del propósito del autor, se reducirá de un tercio a la mitad...”

Se trata de una figura que tiende a alentar la actitud de sujetos que integran un grupo de delincuentes que han
intervenido en un secuestro, como partícipes, para que realicen el mayor esfuerzo tendiente a recuperar la libertad
de la víctima en cautiverio y, de ese modo, obtener un beneficio que se traduce en una disminución considerable de
la pena en relación a la que les hubiera correspondido de haber obrado de manera distinta. Se trata de un “premio”
al arrepentimiento de uno de los partícipes en el secuestro. Pero, el beneficio sólo será aplicable cuando la libertad
de la víctima es la consecuencia directa de la intervención del participe en el secuestro.

Desaparición forzada de personas:

El art. 142 ter establece: Se impondrá prisión de diez (10) a veinticinco (25) años e inhabilitación absoluta y perpetua
para el ejercicio de cualquier función pública y para tareas de seguridad privada, al funcionario público o a la persona
o miembro de un grupo de personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, de
cualquier forma, privare de la libertad a una o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la falta de
información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona.

La pena será de prisión perpetua si resultare la muerte o si la víctima fuere una mujer embarazada, una persona
menor de dieciocho (18) años, una persona mayor de setenta (70) años o una persona con discapacidad. La misma
pena se impondrá cuando la víctima sea una persona nacida durante la desaparición forzada de su madre.

Eugenia Sanchez
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La escala penal prevista en el presente artículo podrá reducirse en un tercio del máximo y en la mitad del mínimo
respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o proporcionen información que permita su
efectiva aparición con vida.

Tiene su origen en la Ley 26679 y su antecedente inmediato en la Convención Internacional para la Protección de
todas las personas contra las Desapariciones Forzadas, en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada
de Personas y en la Ley de implementación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

El bien jurídico protegido es la libertad física de la víctima, en sus aspectos de libertad ambulatoria y de
movimientos, aunque también implica un grave peligro para la vida de la persona secuestrada.

El delito implica la realización de una conducta activa (privación de la libertad) integrada por otros varios actos que
se acumulan a la acción originaria (falta de información, negativa de reconocer la privación de la libertad o negativa
a brindar información sobre el paradero de la persona detenida). Se trata de un delito complejo de acciones
acumulativas, cuya conducta central está dada por la privación de la libertad de la víctima.

El delito presupone una situación de secuestro o sustracción (clandestina o manifiesta) de la víctima, haciéndola
desaparecer del ámbito social y familiar. La fórmula legal castiga cualquier forma de la detención, es decir,
cualquiera sea la modalidad de su comisión (mediante violencia, engaño, intimidación, bajo la forma de arresto,
aprehensión, etc.). Lo que caracteriza a esta figura es la falta de información acerca del paradero de la víctima,
omisión o negativa que implica sustraer a la persona de la posibilidad de controlar su detención a través de los
mecanismos previstos en la ley.

Sujeto activo puede ser un funcionario público o agente estatal o una persona que actúe en complicidad con el
Estado, es decir, con su apoyo, autorización o aquiescencia, para cometer el delito. Por lo tanto, se trata de un delito
especial. Sujeto pasivo es la persona privada de su libertad individual, quedando comprendida la persona nacida
durante la desaparición forzada de su madre.

Se trata de un delito doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito complejo y de carácter permanente, la
consumación se produce cuando se omite brindar información respecto del paradero de la víctima o sobre el
reconocimiento de su detención. La tentativa no se muestra como posible.

Agravantes:

“…La pena será de prisión perpetua si resultare la muerte o si la víctima fuere una mujer embarazada, una persona
menor de dieciocho (18) años, una persona mayor de setenta (70) años o una persona con discapacidad. La misma
pena se impondrá cuando la víctima sea una persona nacida durante la desaparición forzada de su madre…”

El delito se agrava:

1. Por la muerte de la víctima, que debe ser la consecuencia de la privación de libertad (resultado
preterintencional) o producirse en cualquier momento del cautiverio, por lo que está comprendida la
muerte producida dolosamente.
2. Por la especial situación de la víctima (mujer embarazada, menor de 18 años, mayor de 70 y víctima con
discapacidad), situación que debe concurrir en el momento en que se ejecuta la privación de libertad.

Atenuantes:

“…La escala penal prevista en el presente artículo podrá reducirse en un tercio del máximo y en la mitad del mínimo
respecto de los autores o partícipes que liberen con vida a la víctima o proporcionen información que permita su
efectiva aparición con vida…”

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Se trata de un beneficio en la reducción de la pena, específicamente para los autores o partícipes, que liberen por sí
mismos a la víctima o suministren información conducente a obtener su libertad. Es necesario para que concurra la
atenuante, que la víctima aparezca con vida.

5. Privación ilegal de la libertad impuesta por funcionarios públicos


El art. 143 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a tres años e inhabilitación especial por doble
tiempo:

1. El funcionario que retuviera a un detenido o preso, cuya soltura haya debido decretar o ejecutar;
2. El funcionario que prolongare indebidamente la detención de una persona, sin ponerla a disposición del juez
competente;
3. El funcionario que incomunicare indebidamente a un detenido;
4. El jefe de prisión u otro establecimiento penal, o el que lo reemplace, que recibiera algún reo sin testimonio
de la sentencia firme en que se le hubiere impuesto la pena o lo colocare en lugares del establecimiento que
no sean los señalados al efecto;
5. El alcaide o empleado de las cárceles de detenidos y seguridad que recibiere un preso sin orden de autoridad
competente, salvo el caso de flagrante delito;
6. El funcionario competente que teniendo noticias de una detención ilegal omitiere, retardare o rehusare
hacerla cesar o dar cuenta a la autoridad que deba resolver.

Estos delitos fueron incorporados por la reforma de la Ley 14616, teniendo en común que han sido configurados
como delitos especiales, porque exigen la concurrencia de un autor cualificado (funcionarios públicos), actuando
dentro de su esfera de poder.

El esquema de la ley se puede sintetizar en dos categorías de delitos:

Primera categoría: (art. 143 y 144)

1. Retención ilegal de detenido o preso: el delito presupone una persona legalmente privada de su libertad, sea
bajo la calidad de detenido (arrestado, demorado, etc.) o preso (condenado). Se trata de un caso de
detención legítima por su origen, pero que se torna ilegítima por la posterior retención que realiza el autor.
La materialidad del delito consiste en retener (mantener bajo la esfera de poder) al sujeto en un estado de
detención. El delito es doloso, siendo suficiente el dolo eventual. El error, excluye la culpabilidad, ya que no
están comprendidas las formas culposas. Se trata de un delito de omisión impropia que se consuma con la
retención del detenido o preso, y es de carácter permanente, por cuanto la consumación perdura mientras
se prolonga en el tiempo la privación de libertad. La tentativa no parece admisible.
2. Prolongación indebida de la detención: se trata de un delito que requiere como presupuesto una persona
legalmente detenida, detención que se vuelve ilegítima por su continuación al margen de una disposición
legal que obliga a ponerla a disposición del juez competente. Es un delito de comisión por omisión, dado
que, si la acción se describe como la prolongación indebida de la detención, la ilegalidad de ella surge de no
haber puesto al detenido a disposición del juez competente.
El delito consiste en prolongar (mantener, continuar, etc.) el estado de detención de un sujeto sin ponerlo a
disposición (bajo la guarda, conocimiento o autoridad) del juez competente. El delito es doloso y se consuma
cuando, vencido el plazo para poner al detenido a disposición del juez competente, el funcionario no ha
cumplido con esa obligación. No admite tentativa.
3. Incomunicación indebida: la incomunicación es una medida de coerción personal por la que se le impide al
imputado encarcelado mantener todo contacto (verbal o escrito) con terceros, para evitar que estorbe la
investigación. Generalmente, la regla es que la persona detenida tiene derecho a comunicarse con terceros
las veces que estime necesario y en cualquier momento del proceso. Sin embargo, la incomunicación puede

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ser decretada de manera legítima cuando concurran ciertas causas como: cuando haya motivos para temer
que el detenido se pondrá de acuerdo con sus cómplices o cuando pueda obstaculizar de otro modo la
investigación. El límite temporal de la incomunicación en el Código Procesal de la Nación es de 48 horas.
El delito consiste en incomunicar indebidamente a un detenido, es decir, privarlo de comunicación en forma
ilegítima. El sujeto puede encontrarse legal o ilegalmente privado de su libertad. La incomunicación es
indebida cuando se la decreta sin motivos o por quien carece de competencia para ordenarla (por ej. un
funcionario policial sin conocimiento del juez), o por quien, teniendo competencia para ordenarla, se excede
en los plazos máximos de duración establecidos por la ley, o bien, cuando no resulta procedente en el caso
concreto (por ej. por delitos que no admiten la prisión preventiva).
Sujeto activo, en principio, sólo puede ser un juez. Excepcionalmente puede ser la autoridad policial. Sujeto
pasivo es la persona detenida, que es el imputado detenido, es decir, la persona que se encuentra indicada
como partícipe de un hecho delictivo.
El delito es doloso, compatible con el dolo eventual y se consuma cuando se incomunica indebidamente al
detenido, es decir, cuando se materializa el estado de incomunicación decretado por la autoridad pública. Se
trata de un delito de resultado, que admite la tentativa.
4. Recepción y colocación indebida de reos: la disposición prescribe dos tipos de delitos, ambas modalidades
tienen en común al sujeto activo del delito, que debe tratarse de un jefe de prisión (director de la cárcel
penitenciaria, jefe del penal, etc.) o de un establecimiento penal semejante (alcaidía policial, de tribunales,
etc.). Por lo tanto, son delitos especiales propios.
 Recepción indebida: el delito consiste en recibir a un reo sin el testimonio de la sentencia
condenatoria. La infracción es dolosa y se consuma en el momento en que se recibe al reo, sin que
sea necesario su alojamiento en el establecimiento.
 Colocación indebida: el delito consiste en colocar al reo en un lugar del establecimiento que no sea
el que corresponde en razón de la naturaleza de la pena impuesta o la infracción administrativa
cometida durante el cumplimiento de la condena, en la medida en que ello suponga un
empeoramiento de su situación carcelaria. Para esto, debe haberse afectado la libertad individual
del reo produciendo una mayor ofensa al bien jurídico. La infracción es dolosa e instantánea, y se
consuma en el momento en que se coloca al reo en el sitio no señalado al efecto. El tipo requiere la
internación o alojamiento del reo.
5. Recepción ilegal de presos: la materialidad del delito consiste en recibir un preso, cualquiera que sea la
calidad que revista en el proceso (imputado, procesado, arrestado, detenido, condenado, etc.), sin la
correspondiente orden escrita expedida por la autoridad competente y de acuerdo con las formalidades
legales.
Autor del delito pueden ser el alcaide o un empleado de la cárcel de detenidos y seguridad, y debe tratarse
de un empleado con facultades para recibir presos. Es un delito especial propio, es doloso, de carácter
instantáneo y se consuma en el momento en que se produce la recepción del detenido en el establecimiento
penal.
6. Omisión, retardo o negativa de hacer cesar una detención ilegal o de denunciarla: contempla una hipótesis
delictiva que se caracteriza por conductas alternativas. Se trata de un tipo mixto alternativo. En todos los
casos, el funcionario debe ser competente para hacer cesar la detención ilegal. La infracción es dolosa de
dolo directo. Se consuma cuando se llevan a cabo las acciones descriptas en la ley.

Agravantes:

El art. 144 establece: Cuando en los casos del artículo anterior concurriere alguna de las circunstancias enumeradas
en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, el máximo de la pena privativa de la libertad se elevará a cinco años.

Segunda categoría: (art. 144 bis)

Eugenia Sanchez
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El art. 144 bis establece: Será reprimido con prisión o reclusión de uno a cinco años e inhabilitación especial por doble
tiempo:
1. El funcionario público que, con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por la ley, privase a
alguno de su libertad personal;

2. El funcionario que desempeñando un acto de servicio cometiera cualquier vejación contra las personas o les
aplicare apremios ilegales;

3. El funcionario público que impusiere a los presos que guarde, severidades, vejaciones, o apremios ilegales.

Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, la pena privativa de
la libertad será de reclusión o prisión de dos a seis años.
1. Privación ilegal con abuso de funciones o sin las formalidades legales: esta disposición importa un refuerzo
del principio de legalidad previsto en el art. 18 CN, cuyo texto consagra la garantía de que nadie puede ser
arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente.
La disposición penal comprende distintos tipos de delitos, los cuales tienen en común que el autor sólo
puede ser un funcionario público con competencia funcional (delito especial).
 Privación abusiva de la libertad: la privación de la libertad personal con abuso funcional se tipifica
cuando el funcionario público carece de la facultad para detener a una persona o cuando,
teniéndola, hace un uso excesivo o arbitrario de ella.
 Privación formalmente ilegal: actúa al margen de las formalidades legales el funcionario que procede
a la detención de una persona sin contar con la orden escrita emitida por autoridad competente, o
bien cuando, teniendo dicha orden, no la exhibe al sujeto pasivo, cuando tiene defectos formales o
cuando está referida a un caso distinto. Es decir, que también se trata de una hipótesis de abuso
funcional, pero que no proviene de la falta de competencia para privar de la libertad, sino de la
inobservancia de las formalidades prescriptas por la ley para proceder a la detención.
Se trata de conductas dolosas, de dolo directo, que se consuman cuando se produce la privación
ilegal de la libertad personal.
2. Vejación o apremios ilegales en actos de servicio: el delito consiste en cometer cualquier vejación o
apremios ilegales a una persona. Autor de este delito sólo puede ser un funcionario público (delito especial),
de cualquier rango. Sujeto pasivo puede ser cualquier persona, se encuentre o no detenida en el momento
en que se produce el hecho.
Las vejaciones son los tratamientos humillantes para la dignidad del ser humano y que afectan su decoro
como persona (por ej. malos tratos de contenido físico o psíquico, quehaceres humillantes e indecorosos,
etc.). Los apremios ilegales son procedimientos mortificantes para el ser humano.
3. Severidades, vejaciones o apremios ilegales a presos: la diferencia con la disposición anterior es que acá los
malos tratos son aplicados a un preso, cualquiera sea su situación en el proceso. Sujeto activo es el
funcionario público que, directa o indirectamente, tiene bajo su guarda o custodia al detenido. Sujeto pasivo
es quien se encuentra privado de su libertad personal.
Las severidades son los tratamientos rigurosos y ásperos que se aplican al preso. Estos actos implican un
exceso, una desviación o una extralimitación de lo que permiten los reglamentos penitenciarios (por ej.
castigos corporales, el cepo, aislamiento indebido, privación de alimentos).

Agravantes:

“…Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos 1, 2, 3 y 5 del artículo 142, la pena privativa
de la libertad será de reclusión o prisión de dos a seis años…”

Imposición de tortura:

Eugenia Sanchez
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El art. 144 ter establece:

1. Será reprimido con reclusión o prisión de ocho a veinticinco años e inhabilitación absoluta y perpetua el
funcionario público que impusiere a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, cualquier
clase de tortura.
Es indiferente que la víctima se encuentre jurídicamente a cargo del funcionario, bastando que éste tenga
sobre aquélla poder de hecho.
Igual pena se impondrá a particulares que ejecutaren los hechos descriptos.
2. Si con motivo u ocasión de la tortura resultare la muerte de la víctima, la pena privativa de libertad será de
reclusión o prisión perpetua. Si se causare alguna de las lesiones previstas en el artículo 91, la pena privativa
de libertad será de reclusión o prisión de diez a veinticinco años.
3. Por tortura se entenderá no solamente los tormentos físicos, sino también la imposición de sufrimientos
psíquicos, cuando éstos tengan gravedad suficiente.

Concepto de tortura:

Con la reforma de la Ley 23097 se introduce el concepto de tortura en el inc. 3 del art. 144 ter. En base a este
concepto, la tortura se caracterizó por la gravedad de sus efectos, mientras que el apremio ilegal quedó conectado
exclusivamente a la finalidad del autor, es decir, al fin de obtener la confesión del delito.

Pero, la reforma constitucional de 1994, obligó a una nueva interpretación, debido a la incorporación de la
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, cuyo art. 1 define a la
tortura como: todo acto por el cual se inflijan intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya
sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por
un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o
por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos
por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su
consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia
únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.

Entonces, la tortura tiene las siguientes notas que la caracterizan:


a. Se trata de un acto intencional (doloso).
b. La víctima puede ser cualquier persona, esté o no privada de su libertad personal.
c. Debe consistir en la causación de dolores o sufrimientos graves, físicos o psíquicos, de grandes
padecimientos para la víctima.
d. La finalidad de su aplicación debe ser la de obtener una confesión o una información, castigar a la persona
por actos realizados o que se sospeche que los cometió, intimidarla o coaccionarla (por medio de amenazas
o actos de violencia) para compeler u obligar a la víctima a que haga o deje de hacer alguna cosa, o por
cualquier otra razón basada en algún tipo de discriminación (racial, religiosa, ideológica, política o gremial,
sexual, económica o física).
e. Autor de la tortura puede ser un funcionario público o un particular, que actúa bajo la supervisión del
funcionario, por orden de él, con su permiso, tolerancia o en beneficio de él.

Entonces, por esto, el concepto introducido al art. 144 ter, inc 3, quedó implícitamente derogado por ser la
Convención contra la Tortura una ley posterior y por tener rango superior a la ley (jerarquía constitucional).

Dentro de este contexto, entonces, el apremio legal pasó a configurar un concepto residual, que es al que se hace
referencia en el art. 16 inc. 1, de la misma Convención, cuando se refiere a “todo acto cruel, inhumano o degradante,
que no llegue a ser la tortura definida en el art. 1. Con esta interpretación, las notas características del apremio legal
son:

Eugenia Sanchez
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a. Se trata de un acto intencional (doloso).


b. Consiste en un maltrato o castigo de menor gravedad o intensidad que la tortura, con menor dolor o
sufrimiento en la víctima.
c. La finalidad de su aplicación puede ser cualquiera, con excepción de la finalidad de la tortura (por ej. la
aplicación de castigos físicos a la persona con cualquier propósito malsano, por odio, venganza, diversión,
apuesta o juego, etc.)
d. Autor puede ser tanto un funcionario público, actuando como tal en el momento de la aplicación del
tormento, como un particular, en calidad de cómplices o instigadores, pero no de autores.
e. La víctima del apremio puede ser cualquier persona, esté o no privada de su libertad personal.

El art. 16 inc. 1 establece: Todo Estado Parte se comprometerá a prohibir en cualquier territorio bajo su jurisdicción
otros actos que constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y que no lleguen a ser tortura tal como
se define en el artículo 1, cuando esos actos sean cometidos por un funcionario público u otra persona que actúe en el
ejercicio de funciones oficiales, o por instigación o con el consentimiento o la aquiescencia de tal funcionario o
persona. Se aplicarán, en particular, las obligaciones enunciadas en los artículos 10, 11, 12 y 13, sustituyendo las
referencias a la tortura por referencias a otras formas de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

Estos tratamientos crueles, inhumanos o degradantes, cuando adquieren particular intensidad y persiguen otras
finalidades distintas a las previstas para la tortura, configuran en nuestro derecho el apremio ilegal.

Los tratamientos degradantes son aquellos que humillan al individuo gravemente ante los demás o ante sí mismo o
le obligan a actuar contra su voluntad o conciencia, mientras que los tratamientos inhumanos son aquellos que
provocan grandes sufrimientos mentales o físicos injustificables que alcanzan cierta intensidad.
El delito previsto en el art. 144 ter consiste en imponer a una persona privada de su libertad ambulatoria cualquier
especie de tortura.

Sujetos: sujeto activo puede ser un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas,
quedando alcanzado también el particular, para esto es indiferente que la víctima se encuentre jurídicamente a
cargo del funcionario, bastando que éste tenga sobre aquélla poder de hecho. Sujeto pasivo puede ser cualquier
persona que se encuentre privada legítima o ilegítimamente, de su libertad.
El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo y de resultado. Puede cometerse por acción u omisión
(impropia) y se consuma con la producción de los graves sufrimientos padecidos por la víctima, independientemente
de que se logre o no el fin propuesto. La tentativa resulta admisible.

Agravante:

La figura se agrava si, como consecuencia de la tortura, se produce la muerte de la víctima o se le causal lesiones
gravísimas. Se trata de un resultado preterintencional que no queda abarcado por el dolo del agente. Las lesiones
leves y graves que derivan de la aplicación del tormento no quedan comprendidas en la agravante. La mayor
penalidad alcanza al particular que tortura.

Figuras omisivas y culposas:

La ley agrupa, en los arts. 144 cuarto y 144 quinto, un conjunto de omisiones en las que pueden incurrir los
funcionarios públicos cuando, de algún modo, toman conocimiento de una práctica de tortura. La punibilidad de
estas omisiones funcionales alcanza a conductas dolosas y culposas.

El art. 144 cuarto dice:

Eugenia Sanchez
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1. Se impondrá prisión de tres a diez años al funcionario que omitiese evitar la comisión de alguno de los hechos
del artículo anterior, cuando tuviese competencia para ello.
2. La pena será de uno a cinco años de prisión para el funcionario que en razón de sus funciones tomase
conocimiento de la comisión de alguno de los hechos del artículo anterior y, careciendo de la competencia a
que alude el inciso precedente, omitiese denunciar dentro de las veinticuatro horas el hecho ante el
funcionario, ministerio público o juez competente. Si el funcionario fuera médico se le impondrá, además,
inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión por doble tiempo de la pena de prisión.
3. Sufrirá la pena prevista en el inciso 1º de este artículo el juez que, tomando conocimiento en razón de su
función de alguno de los hechos a que se refiere el artículo anterior, no instruyere sumario o no denunciare el
hecho al juez competente dentro de las veinticuatro horas.
4. En los casos previstos en este artículo, se impondrá, además, inhabilitación especial perpetua para
desempeñarse en cargos públicos. La inhabilitación comprenderá la de tener o portar armas de todo tipo.

Omisión de evitar el delito:

El tipo previsto en el inc. 1 reprime al funcionario que, teniendo competencia para evitar una práctica de tortura, no
lo hace, ya sea impidiendo su aplicación o haciendo cesar una ejecución en marcha.

Sujeto activo sólo puede ser el funcionario que tiene competencia para hacer cesar la aplicación del tormento; este
tiene competencia cuando posee una jerarquía funcional con respecto a los autores del hecho, que le otorga
atribuciones para disponer el cese de la actividad delictiva de éstos.

La omisión comprende la tentativa, la consumación o la prosecución de la actividad delictiva. Se trata de un delito


especial propio, de omisión impropia (importa la violación del deber jurídico de actuar conforme a la norma), doloso
y de peligro concreto, que se consuma con la actitud pasiva del agente (debiendo actuar, no impide la ejecución del
hecho). La tentativa no parece admisible.

Omisión de denunciar el delito:

La infracción está prevista en el inc. 2, y consiste en no denunciar la comisión de un hecho de tortura del que se tuvo
conocimiento (ya sea mientras se está cometiendo o cuando ha sido cometido), dentro del término de 24 horas de
conocido aquél y ante alguno de los funcionarios mencionados en la ley (funcionario competente, Ministerio Público
o juez competente). El autor debe ser el funcionario público que carece de competencia para evitar la aplicación del
tormento, entonces, como no puede evitar el hecho, debe denunciarlo).

Comete el delito tanto quien omite denunciar el hecho de acuerdo con las exigencias de la ley como quien no lo hace
fundado en que otra persona ya lo hizo, cuando frente a varios hechos sólo denuncia uno solo de ellos (la omisión se
da con respecto a los otros) o se formula denuncia ante una autoridad incompetente.

Se trata de un delito especial propio, de pura omisión, de peligro, que se consuma al producirse el vencimiento del
plazo de 24 horas que establece la norma para denunciar el hecho ante la autoridad competente, siendo esta el
funcionario público que está facultado por la ley a recibir denuncias. La tentativa no parece admisible.

Agravante:

El delito se agrava si el autor de la omisión fuera médico, para quien, además de la pena de prisión, la disposición
prevé una pena accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión por doble tiempo del que
corresponde a aquella especie de pena.

Omisión de denuncia por autor calificado:

El inc. 3 establece que el delito consiste en no instruir sumario o en no denunciar el hecho dentro del término de 24
horas de conocido éste. Autor sólo puede ser un juez.

Eugenia Sanchez
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El tipo comprende dos hipótesis: el juez que, teniendo competencia para instruir el sumario criminal, no lo hace; y el
juez que, careciendo de dicha competencia, no denuncia el hecho al juez competente para que éste instruya al
sumario respectivo. El precepto exige como requisito típico que el juez haya tomado conocimiento de alguno de los
hechos previstos en el art. anterior, en razón de sus funciones como juez.

Se trata de un delito especial propio, de omisión impropia, dolosa y de peligro, que se consuma con el vencimiento
del término legal de 24 horas de haber tomado conocimiento de la aplicación de torturas.

Pena de inhabilitación: el inc. 4 prevé una agravante común para todos los supuestos contemplados en el art.,
consistente en una pena accesoria de inhabilitación especial perpetua para desempeñar cargos públicos y para tener
o portar armas de todo tipo.

Omisión funcional culposa:

El art. 144 quinto dice: Si se ejecutase el hecho previsto en el artículo 144 tercero, se impondrá prisión de seis meses a
dos años e inhabilitación especial de tres a seis años al funcionario a cargo de la repartición, establecimiento,
departamento, dependencia o cualquier otro organismo, si las circunstancias del caso permiten establecer que el
hecho no se hubiese cometido de haber mediado la debida vigilancia o adoptado los recaudos necesarios por dicho
funcionario.

La conducta punible consiste en no desplegar una debida vigilancia o en no adoptar los recaudos o cuidados
necesarios para evitar un hecho de tortura, cuya ejecución se lleva a cabo, por no mediar el control debido por parte
del funcionario. Se trata de la inobservancia de un deber de control o de vigilancia sobre el o los hechos de otra
persona (negligencia).

Sujeto activo es el funcionario encargado de la repartición en cuyo ámbito se ha cometido el delito (el jefe de la
comisaría, de la unidad regional, alcaidía policial, etc.), ya sea que se trate de la persona titular del cargo como de
quien lo reemplace. Lo que importa es que, en el momento del hecho, se encuentre a cargo de la repartición.

Es un tipo culposo, de omisión impropia, que se funda en la posición de garante que asume el funcionario frente a
sus subordinados, sobre quienes tiene la responsabilidad de ejercer el debido control para que no se cometan estos
hechos. Se consuma con la ejecución de la tortura por parte del otro funcionario. La tentativa no resulta admisible.

Conducción fuera de las fronteras de la República:

El art. 145 establece: Será reprimido con prisión de dos a seis años, el que condujere a una persona fuera de las
fronteras de la República, con el propósito de someterla ilegalmente al poder de otro o de alistarla en un ejército
extranjero.

Históricamente este delito fue conocido con el nombre de “plagio político”, debido a que el alistamiento de un
súbito en un ejército extranjero constituía una infracción que atentaba contra la persona del príncipe. En el régimen
actual, la infracción implica una violación de la libertad personal del individuo.

La acción material del delito consiste en conducir a una persona hacia fuera de las fronteras de la República, es decir,
fuera de los límites territoriales de la Nación o hacia otro lugar no sometido a jurisdicción del país. El medio de que
se vale el autor para trasladar a la persona carece de relevancia, puede hacerlo mediante intimidación, engaño,
violencia, etc.

Sujetos: tanto activo como pasivo pueden ser cualquiera, nativo o extranjero, la víctima incluso puede tratarse de un
menor o de un inimputable.

El tipo subjetivo no se satisface con el dolo, sino que requiere un elemento subjetivo del injusto típico que se traduce
en el propósito perseguido por el autor, esto es, someter ilegalmente a la víctima al poder de otro o alistarla en un
ejército extranjero. El poder a que hace referencia es el dominio material de otra persona o institución y la sujeción
o sometimiento a ese poder debe ser ilegal, es decir, contrario a las formalidades exigidas por la ley para imponer
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ese poder o por la prohibición del acto en sí mismo. La ilegalidad no versa sobre la conducción, sino sobre el
sometimiento procurado: la conducción puede ser legal o ilegal, lo que resultará ilegal será pretender un
sometimiento cuando el agente carece de potestad para imponerlo o cuando lo hace sin observar las formalidades
que para ese acto exigen las leyes nacionales.

La otra modalidad subjetiva consiste en alistar a la víctima en un ejército extranjero, es decir, en entregarla a una
agrupación militar de cualquier arma, regular o no, ajenos a la soberanía de la República. El delito es de pura
actividad y se consuma con la mera conducción de la persona hacia los límites del país, con la finalidad de lograr
alguno de los objetivos descriptos en la norma. Carece de relevancia que estos fines se logren. La infracción puede
concurrir con la privación ilegal de la libertad.

7. Trata de personas
Diversos organismos internacionales, como Unicef, Cruz Roja Internacional, Naciones Unidas, etc., afirman que la
trata de personas ocupa el tercer lugar como actividad lucrativa ilegal en el mundo, después del tráfico de drogas y
del tráfico de armas. El instrumento internacional destinado a combatir la trata de personas que firmó Argentina se
considera que es la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus dos
protocolos: contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire, y para Prevenir y Sancionar la Trata de
Personas, especialmente mujeres y niños.

El Protocolo de Palermo introdujo el concepto de trata de personas, entendiéndose que es la captación, el


transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras
formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la
concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad
sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u
otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la
esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.
La Ley 26364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas introdujo importantes
modificaciones en el ámbito penal y procesal. Sin embargo, una nueva reforma legislativa operada por la Ley 26842
volvió a introducir cambios, por ej. eliminó la diferenciación existente en la Ley 26364 entre trata de mayores y
menores de edad.

El art. 145 bis establece: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años, el que ofreciere, captare,
trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o
hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la víctima.

La trata de personas puede implicar a un solo individuo o a una cadena de personas, comenzando por aquella que
realiza el reclutamiento y terminando por la última que compra o recibe a la víctima, o aquella que retiene a otra en
condiciones de esclavitud o que la emplea en prácticas esclavistas, trabajos forzados u otro tipo de servidumbre,
mediante el empleo de multitud de situaciones de explotación o abuso en actividades tales como la confección de
ropa, la agricultura, la pesca, la mendicidad, el sexo, trabajos domésticos, matrimonios serviles, etc.

La trata de personas presupone: 1) una actividad (ofrecimiento, el traslado, la recepción, captación, etc., de la
víctima), y 2) la finalidad (la explotación de la persona humana).

El bien jurídico protegido es la libertad de autodeterminación del individuo en la toma de decisiones sobre sus
propias preferencias personales.

Las acciones típicas consisten en ofrecer (presupone una invitación, una propuesta), captar (lograr, atrapar,
conseguir, la voluntad de otro), trasladar (llevar, mudar, de un lado a otro), acoger (dar amparo, refugio, a una
persona) o recibir (aceptar, admitir, etc.) personas, tanto hombres como mujeres, mayores de 18 años, con fines de
explotación, esto es, con la finalidad de: a) someterlas a la condición de esclavitud o servidumbre, bajo cualquier

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modalidad; b) obligarlas a realizar trabajos o servicios forzados; c) promover, facilitar o comercializar la prostitución
ajena o cualquier otra forma de oferta de servicios sexuales ajenos; d) promover, facilitar o comercializar la
pornografía infantil o la realización de cualquier tipo de representación o espectáculo con dicho contenido; e)
cuando se forzare a una persona al matrimonio o a cualquier tipo de unión de hecho; f) promover, facilitar o
comercializar la extracción forzosa o ilegitima de órganos, fluidos o tejidos humanos.

Se trata de un tipo complejo de acciones alternativas. Las acciones que consisten en el traslado o transporte de
personas deben entenderse como abarcativas de todo tipo de medios de transporte, sea por tierra, agua o aire y
propulsados por cualquier medio. El precepto legal comprende la trata interna, como la trata internacional.

El consentimiento de la víctima:

La Ley 26842 establece que el consentimiento dado por la víctima de la trata y explotación de personas no
constituirá en ningún caso causal de eximición de responsabilidad penal, civil o administrativa de los autores,
participes, cooperadores o instigadores. A su vez, el art. 145 bis reprime la trata de personas aunque mediare el
consentimiento de la víctima. Es decir, que desde una primera perspectiva, parece que el consentimiento carece de
eficacia desincriminante en estos delitos. Sin embargo, el Protocolo de Palermo establece que el consentimiento
dado por la víctima de la trata de personas no se tendrá en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera de los
medios enunciados, es decir, medios violentos, coercitivos, abusivos o defraudatorios. Como se ve, la Ley 26842 no
sólo contradice la normativa internacional en materia de consentimiento, sino que introduce un nuevo modelo de
trata de personas, tipificando el tipo de trata voluntaria de personas mayores de edad, que se opone a lo que
normativamente debiera consistir el delito de trata de personas, esto es, una conducta orientada a anular,
constreñir o limitar la voluntad de decisión de una persona para someterla a una forma de explotación, sea sexual,
laboral, etc. Es decir, que si la trata presupone una víctima en una situación de dominio o sumisión, entonces eso
sólo es posible lograrlo frente a una voluntad inexistente, ya que no resulta imaginable la anulación de la voluntad
de una persona mayor de edad con su consentimiento.
Una situación de tráfico presupone siempre ausencia de libertad en el sujeto pasivo. Pero es sólo a través de los
medios comisivos, es decir, engaños, violencia y abuso, que se puede llegar a anular, limitar o constreñir la voluntad
de una persona mayor de edad.

Desde las instancias internacionales se estableció que la trata que constituye una grave violación de los derechos
fundamentales de la persona y la dignidad humana, es aquella que implica prácticas crueles, como el abuso y el
engaño, así como el uso de violencia, amenaza, servidumbre por deudas y coacción. Por lo tanto, el consentimiento,
prestado libremente y sin la concurrencia de tales medios, tiene plena eficacia desincriminante.

La libertad es un bien jurídico individual y disponible por su titular y, precisamente porque el hombre es libre, es que
puede disponer de su libertad, siempre que se trate de una expresión de su propia voluntad. En esta modalidad
típica, el consentimiento de la víctima mayor de edad adquiere plena eficacia desincriminante, salvo que se trate de
una hipótesis de reducción a esclavitud, ya que no resultaría posible porque según el art. 15 CN en Argentina no hay
esclavos.

Entonces, en la trata de mayores de edad el consentimiento libremente prestado por la víctima, conduce a la
atipicidad de la conducta. Por lo tanto, hay que concluir que la exigencia de medios fraudulentos, intimidatorios,
violentos o abusivos implica, necesariamente, la ausencia de consentimiento.

Se trata de un tipo penal de titularidad indiferenciada, cualquiera puede ser sujeto activo del delito, como también
sujeto pasivo. La pluralidad de víctimas no multiplica la delictuosidad. Es un delito doloso, de dolo directo,
subjetivamente configurado, de tenencia y de resultado cortado. El tipo requiere un elemento subjetivo específico
distinto del dolo, esto es, que el sujeto activo actúe con fines de explotación. Esta finalidad determina la
imposibilidad de que el delito pueda cometerse con el dolo eventual. El delito se consuma con la realización de las
conductas típicas, no requiere resultado alguno (por ej. que la víctima efectivamente ejerza la prostitución o realice
trabajos forzados). Pero, si las conductas se despliegan dentro del territorio argentino o desde él hacia el exterior, el
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delito se consuma con la sola realización de las acciones típicas. Quien organizó y puso en obra la salida del sujeto
pasivo comete ya el delito, aunque esa salida sea impedida por obstáculos de cualquier orden (falta de transportes,
prohibiciones de la autoridad, etc.) si, por el contrario, las conductas tienen inicio de ejecución en territorio
extranjero, el delito quedará consumado con el ingreso al territorio argentino. La pluralidad de acciones (por ej.
captar y posteriormente ocuparse del traslado del individuo) no multiplica el delito. La tentativa aparece como de
difícil realización en la práctica.

Agravantes:

El art. 145 ter establece: En los supuestos del artículo 145 bis la pena será de cinco (5) a diez (10) años de prisión,
cuando:
1. Mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, abuso de
autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima.
2. La víctima estuviere embarazada, o fuere mayor de setenta (70) años.
3. La víctima fuera una persona discapacitada, enferma o que no pueda valerse por sí misma.
4. Las víctimas fueren tres (3) o más.
5. En la comisión del delito participaren tres (3) o más personas.
6. El autor fuere ascendiente, descendiente, cónyuge, afín en línea recta, colateral o conviviente, tutor, curador,
autoridad o ministro de cualquier
culto reconocido o no, o encargado de la educación o de la guarda de la víctima.
7. El autor fuere funcionario público o miembro de una fuerza de seguridad, policial o penitenciaria.
Cuando se lograra consumar la explotación de la víctima objeto del delito de trata de personas la pena será de ocho
(8) a doce (12) años de prisión.
Cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años la pena será de diez (10) a quince (15) años de prisión.

Cuando se hace referencia a la concesión de pagos o beneficios a terceros, se debe entender que esta modalidad
típica se concreta con dar, entregar, otorgar, etc; o recibir, recepcionar, tomar, etc., pagos (dinero o cosas con valor
económico) o beneficios (otras promesas, por ej., ofertas de trabajo), que se realizan sobre una persona (un tercero)
para que éste preste el consentimiento para hacer valer su autoridad sobre la víctima que el tratante pretende
introducirla al tráfico de seres humanos.
El precepto contempla una híper agravante para aquellos casos en los que se produjere la consumación de la
explotación de la víctima y la mayor penalidad se estableció para aquellos casos en los que la víctima es una persona
menor de 18 años.

Trata de personas e inmigración ilegal:


La Ley de Migraciones 25871 establece que hay tráfico ilegal de personas cuando se realice, promueva o facilite el
cruce ilegal de personas, por los límites fronterizos nacionales, con el fin de obtener directa o indirectamente un
beneficio.

El tráfico ilegal de inmigrantes se caracteriza por ser un delito de orden migratorio, cuya violación es realizada tanto
por el traficante como por la víctima. Ambos acuerdan o pactan la transgresión a las leyes migratorias, de manera
que, la víctima presta su consentimiento para el traslado al país de destino. Se diferencia de la trata por la finalidad y
por la modalidad de su comisión. En la trata, la finalidad es la explotación de la víctima y la forma en que se favorece
el tránsito de la persona se realiza mediante cualquier medio, como a través de medios engañosos, violentos o
abusivos, mientras que en el tráfico ilegal la finalidad consiste en obtener, directa o indirectamente, un beneficio,
por lo general de carácter económico, sin que sea una exigencia típica la concurrencia de medios fraudulentos,
violentos o abusivos.

6. Sustracción, retención, inducción a la fuga y ocultación de menores

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El art. 146 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de 5 a 15 años, el que sustrajere a un menor de 10 años
del poder de sus padres, tutor o persona encargada de él, y el que lo retuviere u ocultare.
El delito consiste en sustraer, retener u ocultar al menor. La sustracción presupone un despojo intencionalmente
dirigido a la apropiación del menor, sea en forma temporaria, momentánea o definitiva. La retención implica tener,
mantener o guardar al menor dentro de un espacio físico determinado. El ocultamiento consiste en esconderlo de la
vista de quien tiene la titularidad de su tenencia. Estas conductas suponen la previa sustracción del menor por la
acción de otra persona.

El consentimiento del menor carece de eficacia para excluir el delito, salvo el que pudiesen haber prestado los
padres o los representantes de aquél, en cuyo caso la conducta es atípica. Dada la irrelevancia del consentimiento
del menor, la inducción a la fuga de un menor queda abarcada por el tipo de sustracción de menores.

Sujeto activo puede ser, en principio, cualquier persona. Se discute si los padres pueden serlo cuando han sido
privados de la patria potestad o de su ejercicio. Algunos autores entienden que ni el padre ni la madre pueden ser
autores de este delito, ya que siguen siendo los padres del menor, condición natural exigida por la norma penal y
que no puede ser eliminada por una decisión judicial. El bien jurídico tutelado en esta hipótesis es la propia libertad
individual del menor. Es decir, que la sustracción del propio hijo no configura el delito. En cambio, si por ej. se trata
del hijo de la madre y su nuevo conviviente sí puede ser autor del delito, porque no es el padre; al igual que los
abuelos, que pueden ser sujetos activos del delito, en la medida en que no se encuentren legitimados por la ley o
por una decisión judicial (por ej. guarda provisional del niño) para la tenencia material del menor. Sujeto pasivo es el
menor de 10 años.

La infracción es dolosa, de dolo directo, se requiere que el autor dirija su acción hacia un propósito determinado: la
apropiación o el despojo del menor.

Diversas figuras:

No presentación de menores:

El art. 147 establece: En la misma pena incurrirá el que, hallándose encargado de la persona de un menor de diez
años, no lo presentara a los padres o guardadores que lo solicitaren o no diere razón satisfactoria de su desaparición.

La disposición contiene dos modalidades típicas: no presentar al menor y no dar razón satisfactoria de su
desaparición. En ambas hipótesis, el sujeto activo sólo puede ser el encargado del menor (niñera, profesor). Sujeto
pasivo es el menor de 10 años.

La conducta típica consiste en no presentar al menor a los padres o guardadores, es decir, en no mostrarlo o
exhibirlo, o en no brindar el informe del lugar en donde se encuentra. También es punible la conducta de quien no
da razón satisfactoria de su desaparición, una vez requerido para brindar tales explicaciones. Da razón satisfactoria
quien demuestra que la desaparición no se debió a su obra voluntaria, sino a la conducta del mismo menor o de un
tercero. El tipo exige, la entrega voluntaria del niño a otra persona para que ejerza su tenencia o custodia, y su
consiguiente desaparición.

Para que nazca deber de presentar al menor o de dar explicaciones razonables sobre su desaparición, quien lo tiene
a cargo debe haber sido requerido o intimado por los padres o guardadores a presentarlo o a brindar la información
respectiva, que puede hacerse por diversos medios (por ej. acta notarial, exposición policial, carta documento, etc.).

Se trata de un elemento de tipo objetivo previo a la conducta típica. La infracción es dolosa, de dolo directo, de
carácter permanente, de omisión impropia y se consuma cuando no se entrega o no se presenta al niño o no se dan
las razones sobre su desaparición, una vez vencido el término acordado en el requerimiento.

Inducción a la fuga:

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El art. 148 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que indujere a un mayor de diez años y menor
de quince, a fugar de casa de sus padres, guardadores o encargados de su persona.
El delito consiste en inducir (aconsejar, instigar, incitar, influenciar, etc.) a una persona mayor de 10 años y menor de
15, a fugarse de la casa de sus progenitores, guardadores o encargados. Algunos autores piensan que la fuga debe
ser con carácter permanente, para no volver. Otros, como Buompadre, creen que es suficiente con la fuga del
menor, aunque sea transitoriamente o por poco tiempo.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo, sólo puede ser una persona mayor de 10 años y menor de
15. El delito es de pura actividad y se consuma con la acción de inducir al menor a que se fugue de la casa de sus
padres, guardadores o encargados, sin que sea necesario resultado material alguno o que realmente se produzca la
fuga. Es decir, el delito consiste en inducir a la fuga, no en fugarse. Lo que se pune es, el peligro que constituye la
inducción con respecto a la concreción de la fuga. Se trata de un delito de comisión, doloso y de peligro concreto. La
tentativa no resulta admisible.

Explotación del trabajo infantil:

La explotación de la infancia no sólo se realiza en la modalidad de tráfico de personas, de prostitución o de


pornografía infantil. También el abuso y la manipulación de la niñez en el ámbito laboral implican una explotación
del ser humano.

El art. 148 bis fue introducido por la Ley 26847 y establece: Será reprimido con prisión de 1 (uno) a (cuatro) años el
que aprovechare económicamente el trabajo de un niño o niña en violación de las normas nacionales que prohíben el
trabajo infantil, siempre que el hecho no importare un delito más grave.
Quedan exceptuadas las tareas que tuvieren fines pedagógicos o de capacitación exclusivamente.
No será punible el padre, madre, tutor o guardador del niño o niña que incurriere en la conducta descripta.

En este delito se vulneran varios bienes jurídicos, que son prevalentes o principales respecto de la libertad individual
del sujeto pasivo: la formación y desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social del niño, el derecho a su
educación integral y el derecho a que se respete su dignidad personal. La fórmula constituye un caso de infracción a
una ley administrativa que permite calificar al tipo como una ley penal en blanco que requiere de complementación,
de una remisión a una norma extrapenal, en este caso la ley laboral.

El delito consiste en aprovecharse económicamente del trabajo de un niño, siempre que la conducta sea violatoria
de las normas nacionales que prohíben el trabajo infantil. Se trata de un delito de doble conducta, mixto
acumulativo, que implica una híper protección penal a una infracción de carácter administrativo.

La conducta de aprovechamiento implica el disfrute o goce de los resultados económicos que provienen de la
actividad laboral del menor, en beneficio propio, pero no necesariamente requiere que, al mismo tiempo, se persiga
o logre su explotación. La explotación siempre implica la instrumentalización del menor para el ejercicio de una
actividad determinada, en este caso, una actividad laboral, y tal instrumentalización sólo puede conseguirse a través
de medios violentos, fraudulentos o coercitivos. Pero, la acción típica no requiere de estos medios específicos de
comisión.

La normativa nacional a que remite el precepto penal es la Ley de Contrato de Trabajo, que establece que queda
prohibido el trabajo de las personas menores de 16 años en todas sus formas, exista o no relación de empleo
contractual, y sea éste remunerado o no.

El tipo objetivo demanda la concurrencia de un elemento normativo: el trabajo infantil, que según la Comisión
Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, trabajo infantil es toda actividad económica y/o
estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niños y niñas, por debajo de la edad mínima de
admisión al empleo o trabajo, independientemente de su categoría ocupacional.

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Cualquier persona puede ser sujeto activo, con la excepción de los padres, tutores y guardadores. Sujeto pasivo sólo
puede ser una persona menor de 16 años. El delito es doloso, de dolo directo. El error vencible acerca de la edad del
niño, excluye la tipicidad. Se consuma con el aprovechamiento económico del trabajo infantil, pero estos beneficios
deben haber ingresado al patrimonio del sujeto activo del delito. Por lo tanto, la tentativa resulta admisible.

La figura establece una inexplicable excusa absolutoria en favor de los padres, tutores y guardadores, los que
deberían quedar abarcados dentro de la figura agravante, ya que se trata de sujetos sobre los que recae una mayor
responsabilidad respecto de la custodia y protección de la víctima. Por lo tanto, qué sucedería si el padre obligara a
su hijo menor a realizar trabajos prohibidos por la ley? Nada, quedan al margen de la penalidad, circunstancia que es
desde todo punto de vista rechazable. Entonces, hay que tener en cuenta a los niños campesinos, los cartoneros o
los carreros en la provincia del interior, y no debe olvidarse que, el tiempo que insume un niño en realizar tareas
laborales, es un tiempo robado a su niñez, y el daño es irreversible.

Ocultación de menor. Agravante:

El art. 149 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que ocultare a las investigaciones de la
justicia o de la policía, a un menor de quince años que se hubiere substraído a la potestad o guarda a que estaba
legalmente sometido. La pena será de seis meses a dos años, si el menor no tuviera diez años.
El delito, consiste en ocultar a un menor de 15 años, pero mayor de 10, que se ha sustraído (fugado por propia
decisión) de la esfera de poder o custodia a la que estaba legalmente sometido (patria potestad, tutoría, adopción,
internación). Es preciso, que dicha acción se lleve a cabo con un propósito determinado: para frustrar las
investigaciones de la justicia o de la policía, es decir, las diligencias que estos organismos están realizando para
lograr el paradero del menor.

Es un delito doloso, compatible con el dolo eventual, y se agrava si el menor tiene menos de 10 años.

8. Amenazas y coacciones
Antecedentes:

El proyecto de Tejedor dedica 5 artículos a prever las amenazas y coacciones. El Código de 1886 dedicaba el Capítulo
V a las amenazas y coacciones.

En estos delitos el bien jurídico tutelado es la libertad individual en su esfera psíquica, es decir, en el ámbito de la
facultad que toda persona tiene de obrar conforme a su propia voluntad, o bien de optar, libre de injerencias
externas, por aquello que sus deseos más íntimos le aconsejan hacer o no hacer.

El art. 149 bis establece: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de amenazas para
alarmar o amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno a tres años de prisión si se emplearen
armas o si las amenazas fueren anónimas.

Será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas con el propósito de
obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad.

El art. 149 ter establece: En el caso del último apartado del artículo anterior, la pena será:

1) De tres a seis años de prisión o reclusión si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas; 2) De cinco a
diez años de prisión o reclusión en los siguientes casos:

a) Si las amenazas tuvieren como propósito la obtención de alguna medida o concesión por parte de cualquier
miembro de los poderes públicos;
b) Si las amenazas tuvieren como propósito el de compeler a una persona a hacer abandono del país, de una
provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo.

Eugenia Sanchez
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Amenazas:

El delito consiste en emplear la amenaza con el fin de producir en el sujeto pasivo un estado de temor, intranquilidad
o desazón espiritual. La amenaza debe ser empleada para alarmar o amedrentar a otro, es decir, para infundirle
miedo o temor relacionado con un daño que le sucederá en el futuro. Para concretar su tipicidad, debe reunir ciertas
características:

 Grave: tener entidad para infundir alarma o temor en la víctima.


 Futura: ya que sólo de ese modo puede constituir un peligro potencial para la víctima, capaz de perturbar su
normalidad vital.
 Determinada o determinable: es suficiente con señalar el daño que se va a causar, aun cuando no se trate de
un anuncio específico ni particularizado.
 Injusta o ilegítima: la persona amenaza no está obligada a sufrirla, es decir, cuando el autor carece del
derecho a proferirla o de inferir el daño que anuncia.
 Posible: el daño que se anuncia tiene que poder ocurrir en la realidad.
 Depender de la voluntad del que la profiere o de un tercero: el agente o un tercero tienen que tener el
dominio o poder sobre la producción del mal.
 Serias: atendibles, por lo que quedan al margen aquellas proferidas en estado de ebriedad o en el transcurso
de una discusión.
 Idoneidad: debe considerarse acudiendo a criterios de razonabilidad y merituando el caso concreto.

El daño contenido en la amenaza puede ser de cualquier naturaleza (físico, económico, moral, espiritual); puede
recaer sobre cosas o bienes de pertenencia del sujeto amenazado o de un tercero. Puede cometerse por cualquier
medio: a través del lenguaje oral, escrito o mímico, en forma manifiesta o encubierta, así como en forma explícita o
implícita.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso aquella sobre la que recaerá el propio daño amenazado (un padre
que amenaza con prender fuego la casa). Sujeto pasivo también puede ser cualquier persona, siempre que pueda
comprender el significado y alcance de la amenaza. Quedando fuera por lo tanto, los dementes, el recién nacido, la
persona dormida o inconsciente, alcoholizada o bajo los efectos de estupefacientes, etc.

Son admisibles las formas activas y omisivas. La infracción es dolosa, de dolo directo, con la concurrencia de un
elemento subjetivo específico, consistente en usar la amenaza con la finalidad de infundir temor en la víctima. No
resultan admisibles ni el dolo eventual ni las formas imprudentes. Se trata de infracciones configurativas de delitos
de intención “mutilados en dos actos”, en los que una acción dolosa es realizada por el sujeto activo como medio
ejecutivo para una ulterior actuación del propio autor, que es el fin subjetivo que pretende alcanzar. Se consuma
cuando la amenaza llega al conocimiento del sujeto pasivo, independientemente de su real y efectiva atemorización
La tentativa no resulta admisible.

El delito es de carácter subsidiario, es decir que sólo resulta aplicable cuando la amenaza no constituya un elemento
típico o una circunstancia agravante de otro delito. Son admisibles todas las formas de participación criminal. El
ejercicio de la acción penal es público.

Agravantes:

La amenaza se agrava sólo en dos supuestos: cuando se emplearan armas o si fueran anónimas.

Armas: quedan comprendidas las armas propias (cuyo destino es el ataque o la defensa de la persona) como las
impropias (que pueden ser usadas como tales). Por lo tanto, están abarcadas por la mayor penalidad, las armas de
fuego, las armas de disparo, los objetos punzantes o con filo, romos y duros, corrosivos, etc. La agravante exige el
empleo del arma. Por lo tanto, no basta con llevarlas encima, sino que debe ser utilizada como tal, real y
efectivamente o, al menos, exhibida de una manera ostensible, de tal modo que demuestre un acto intimidatorio en
Eugenia Sanchez
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sí mismo. Quedan comprendidas las armas descargadas o con desperfectos, aun cuando el agente conozca esto.
Pero, si la víctima tiene conocimiento de estas deficiencias, no se configura la agravante, al igual que en aquellos
casos en que se utilicen armas simuladas o de juguete.

Amenazas anónimas: el fundamento de la mayor penalidad se da por el mayor temor que esta clase de amenazas
produce en la víctima, por cuanto se desconoce no sólo su origen, sino la identidad de sus autores, circunstancias
que implican una disminución de los medios de defensa que podrían oponerse si se conociera a aquéllos. Las
amenazas son anónimas cuando el sujeto pasivo ignora realmente de quién provienen, o cuando resulta imposible o
muy dificultoso individualizar a su autor. Puede realizarse de forma oral o escrita, por cualquier medio de
comunicación (voz, imagen, telefónicamente, etc.), a través de identidades distintas, seudónimos o símbolos, o
también a través de una red informática.

Coacciones:

La coacción es un delito que atenta contra el libre desenvolvimiento de la voluntad a través de la libre elección de
una conducta entre varias posibles.

La acción material del delito consiste en hacer uso de amenazas para obligar al sujeto pasivo a hacer, no hacer o
tolerar algo en contra de su voluntad. Aun cuando el sujeto esté obligado a realizar la conducta exigida por el autor,
es suficiente para perfeccionar el tipo que la amenaza coarte su libre voluntad de decisión. Queda abarcada en el
tipo la vis compulsiva, es decir, la violencia ejercida a través de la psique del individuo, sea que haya recaído sobre la
propia víctima, sobre un tercero o sobre cosas.

En el plano de la culpabilidad, el tipo exige un elemento subjetivo especial: que el autor obre con el propósito de
obligar al sujeto pasivo a hacer, no hacer o tolerar algo. Por lo tanto, la conducta sólo es compatible con el dolo
directo. Se consuma cuando la amenaza llega a conocimiento de la víctima, independientemente de que ésta realice
o no un determinado obrar. La tentativa es posible.

Figuras agravadas:

El art. 149 ter establece que la coacción se agrava por el empleo de armas o cuando las amenaza fueran anónimas.
También por la específica finalidad del autor: obtener alguna medida o concesión (otorgamiento de algo) por parte
de cualquier miembro de los poderes públicos. Por último, el precepto prevé una agravante que se caracteriza
subjetivamente: el autor debe haberse propuesto, a través de la amenaza, compeler (obligar) a la víctima a hacer
abandono del país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o trabajo.

BOLILLA 12
1. Violación de domicilio
El art. 150 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, si no resultare otro delito más severamente
penado, el que entrare en morada o casa de negocio ajena, en sus dependencias o en el recinto habitado por otro,
contra la voluntad expresa o presunta de quien tenga derecho de excluirlo.

El bien jurídico protegido en el delito de violación de domicilio es el ámbito material de intimidad personal.

Para que el lugar sea susceptible de protección penal, debe poner de manifiesto la existencia de una ocupación
efectiva y real del titular, aunque éste no se encuentre presente en el momento del hecho. El concepto abarca los
lugares de asiento de la persona y también la residencia accidental o temporaria (por ej. el cuarto de un hotel o el
camarote de un barco o de un tren).

Los objetos del delito son la morada, la casa de negocio ajena, sus dependencias y el recinto habitado por otro:

Eugenia Sanchez
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 Morada: es el hogar o residencia en donde el hombre desarrolla su vida privada o familiar. Lo que caracteriza
un lugar como morada es su efectiva ocupación, aunque no esté habitada en el momento de la infracción, y
que esa habitación revele una situación de continuidad o relativa permanencia.
 Casa de negocio: es todo lugar que la persona realiza, temporaria o definitivamente, una actividad
comercial, científica, artística, profesional, etc., lucrativa o no, al que tiene acceso el público en forma
indeterminada, por ej. un teatro, un consultorio médico, el salón de un negocio, etc.
 Dependencias: son aquellos ámbitos o espacios que, sin constituir morada o casa de negocio, se encuentran
materialmente unidos con aquéllos y responden a las necesidades de la actividad allí desplegada en el local
principal, o bien se emplean para servicio o complemento de la habitación, o del lugar de permanencia
privada, por ej. los establos, depósitos, cocheras, lavaderos, sótanos, patios abiertos, terrazas, jardines,
balcones, etc.
 Recinto habitado: hace referencia a todo espacio o lugar habitado u ocupado que no puede ser considerado
morada o casa de negocio. La doctrina entiende que la diferencia con la morada estaría dada por la
accidentalidad o relativa permanencia de la vivienda (por ej. el cuarto de un hotel o una carpa donde se pasa
la noche).

El delito consiste en entrar, contra la voluntad expresa o presunta del morador, en alguno de los sitios protegidos
por la ley. La acción presupone la introducción o penetración total, de cuerpo entero, en alguno de estos recintos.
Por ello, no es suficiente la introducción de una parte del cuerpo, o de un elemento que prolongue el alcance natural
del brazo, como alambres, cuerdas, etc. La denominada violación de “interior a interior”, esto es, la que realiza
aquel que, habiendo sido autorizado a ingresar a un determinado lugar (por ej. el living de la casa), se introduce a
otros ambientes prohibidos o, al menos, no autorizados, no configura el delito.

La conducta típica consiste en entrar al domicilio, no en permanecer en él contra la voluntad de su titular. La


entrada, para que resulte punible, debe ser a un domicilio ajeno, es decir, a un lugar sobre el cual el autor no tiene
ningún derecho, principal, accesorio o por convención, a morar, negociar o habitar. Esta entrada, sólo es típica
cuando se lleva a cabo contra la voluntad expresa o presunta de quien tenga derecho de excluirlo. Este derecho lo
tiene, en forma principal, el titular del domicilio, calidad que, coincide con quien mora, habita o realiza actividades
en el lugar. La titularidad del derecho a excluir también puede recaer en quien mora en la casa en el momento en
que se produce el hecho (por ej. la esposa o los hijos, en ausencia del padre; el empleado a cargo del negocio), o en
otra persona en forma accesoria (por ej. el personal de servicio). Para quienes conviven bajo un régimen compartido
jerarquizado (conventos, equipos deportivos, etc.), la voluntad de exclusión la tiene el jefe del grupo. Para los que
conviven, en cambio, bajo un sistema de relaciones igualitarias (estudiantes que conviven en un pensionado
universitario, varias personas que habitan una casa de vacaciones, etc.) el derecho de exclusión lo tienen en forma
indistinta cada uno de ellos. En estos supuestos, que plantean dificultades en orden a la relevancia del
consentimiento cuando hay discrepancias entre los miembros del grupo, por ej. cuando uno consienta y otro niega la
entrada, prevalecerá el derecho del que niega.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo sólo puede ser quien tiene el derecho de exclusión. El delito
es de carácter subsidiario, esto es, que sólo resulta aplicable en tanto y en cuanto no resultare otro delito más
severamente penado. Se trata de un delito doloso, compatible sólo con el dolo directo y se consuma con la entrada
al domicilio ajeno, resultando admisible la tentativa. El ejercicio de la acción penal es público.

2. Violación de correspondencia y comunicaciones privadas


La privacidad es un bien jurídico protegido contra ciertos comportamientos, entre los que se encuentran, la violación
o el descubrimiento de secretos.

Atentados contra la correspondencia: Diversas figuras:

Eugenia Sanchez
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El art. 153 establece: Será reprimido con prisión de quince (15) días a seis (6) meses el que abriere o accediere
indebidamente a una comunicación electrónica, una carta, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o
de otra naturaleza, que no le esté dirigido; o se apoderare indebidamente de una comunicación electrónica, una
carta, un pliego, un despacho u otro papel privado, aunque no esté cerrado; o indebidamente suprimiere o desviare
de su destino una correspondencia o una comunicación electrónica que no le esté dirigida.

En la misma pena incurrirá el que indebidamente interceptare o captare comunicaciones electrónicas o


telecomunicaciones provenientes de cualquier sistema de carácter privado o de acceso restringido.

La pena será de prisión de un (1) mes a un (1) año, si el autor además comunicare a otro o publicare el contenido de
la carta, escrito, despacho o comunicación electrónica.

Si el hecho lo cometiere un funcionario público que abusare de sus funciones, sufrirá además, inhabilitación especial
por el doble del tiempo de la condena.

1. Apertura indebida de correspondencia y acceso indebido a una comunicación electrónica:

El delito, que se encuentra previsto en la primera parte del art. 153, consiste en abrir indebidamente (romper,
cortar, despegar la correspondencia) una carta (papel escrito introducido en un sobre destinado a la comunicación),
un pliego cerrado (papel escrito doblado sobre sí mismo y cerrado), un despacho telegráfico (telegrama), un
despacho telefónico (pieza escrita en la que se asienta una comunicación telefónica), o de otra naturaleza (por ej.
grabación fonográfica), que no ha sido dirigida al autor. Además, la Ley 26388 incorporó una nueva conducta, que es
la de acceder indebidamente a una comunicación electrónica, esto es, ingresar, introducirse, penetrar, etc., a una
correspondencia digital, sin que importe la motivación que haya tenido el autor para el ingreso. No es suficiente la
lectura del texto (por ej. leer la carta a trasluz), sino la apertura o el acceso indebido.

El presupuesto del delito es que la correspondencia esté cerrada. Consecuencia de ello es que resulta tipificamente
indiferente que estos objetos contengan o no un secreto. El delito se comete, entonces, aunque la comunicación
resulte ininteligible para terceros. Esta apertura de la correspondencia, debe haber sido realizada indebidamente,
esto es, sin derecho a hacerlo. La inviolabilidad de la correspondencia y de los papeles privados es un derecho
garantizado por la CN art. 18.
Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, siempre que no sea el destinatario de la comunicación. El delito
es doloso, de dolo directo. Sin embargo, el error sobre el destinatario puede excluir la culpabilidad. Se consuma al
abrir la correspondencia o acceder indebidamente a la comunicación electrónica. La tentativa es admisible.

2. Apoderamiento indebido de correspondencia o de comunicación electrónica:

Previsto en la segunda parte del art. 153, incrimina a quien se apodere indebidamente de una carta, pliego,
despacho o de otro papel privado, aunque no esté cerrado. La Ley 26388 agregó la comunicación electrónica como
nuevo objeto del delito.

Acá el apoderamiento abarca tanto el apoderamiento furtivo, como el que se realiza mediante engaño, retención o
apropiación de la correspondencia. La noción de apoderamiento exige que el autor tome la cosa, no siendo
suficiente la mera imposición del contenido de la correspondencia. En relación con la comunicación electrónica,
teniendo en cuenta la imposibilidad de apropiación material, el autor debe haberse impuesto del contenido de la
comunicación, que vendría a constituir un modo de apoderamiento. El precepto comprende las cartas y papeles
privados, resultando indiferente que estén cerrados o abiertos y la comunicación electrónica.

Sólo puede ser autor del delito cualquiera que no sea destinatario de la correspondencia o de la comunicación
electrónica. El delito es doloso, compatible con el dolo directo.

3. Supresión y desvío de correspondencia o de comunicación electrónica:

Eugenia Sanchez
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Está descripta en la última parte del art. 153 y consiste en suprimir (afectar la existencia material, destruir, sacar del
curso definitivamente, ocultar, etc.) o desviar su destino (cambiar el curso, dándole un destino distinto) una
correspondencia o una comunicación electrónica que no esté dirigida al autor. Ambas modalidades presuponen una
correspondencia en curso, esto es, una pieza en camino a su destinatario.

El delito es doloso y se admite el dolo eventual. Se consuma en el momento en que se suprime o desvía la
correspondencia, independientemente de que, por cuestiones ajenas al autor, la pieza retome su curso, por ej. por la
acción de un tercero.

4. Interceptación o captación de comunicaciones electrónicas

Está descripta en el segundo párrafo de al art. 153, por el que se pune con prisión de 15 días a 6 meses a quien,
indebidamente, interceptare o captare comunicaciones electrónicas o telecomunicaciones provenientes de cualquier
sistema de carácter privado o de acceso restringido.

La penalización de estas conductas han tenido como fundamento el castigo de las escuchas telefónicas ilegales que
se venían (o vienen) sucediendo en Argentina en los últimos tiempos.

El delito consiste en interceptar (tomar conocimiento, acceder, descubrir, interrumpir, obstruir, etc.) o captar
(atraer, escuchar, aprehender intelectualmente, etc.), comunicaciones electrónicas o telecomunicaciones privadas o
de acceso restringido. Se trata de un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la
realización de las conductas típicas.

Agravantes:

Están previstas en el art. 153 párrafo 3. La apertura, el apoderamiento, la supresión o el desvío de correspondencia
se agravan si el agente comunicare a otro (hacer saber a un tercero o a un número determinado de personas), o
publicare el contenido (hacer saber al público en general) de la carta, el escrito, el despacho o la comunicación
electrónica.

La doctrina es uniforme en aceptar que estamos frente a un delito de doble actividad, es decir, la agravante exige
que el autor haya cometido alguno de los tipos previstos para, posteriormente, comunicar o publicar el contenido de
la carta, escrito o despacho. La agravante es dolosa, siendo suficiente el dolo eventual. Si el autor fuere un
funcionario público y realizare el hecho con abuso de sus funciones, entonces a la pena de prisión se le agrega una
pena de inhabilitación especial por el doble tiempo de la condena.

Acceso indebido a un sistema informático:

El art. 153 bis establece: Será reprimido con prisión de quince (15) días a seis (6) meses, si no resultare un delito más
severamente penado, el que a sabiendas accediere por cualquier medio, sin la debida autorización o excediendo la
que posea, a un sistema o dato informático de acceso restringido.

La pena será de un (1) mes a un (1) año de prisión cuando el acceso fuese en perjuicio de un sistema o dato
informático de un organismo público estatal o de un proveedor de servicios públicos o de servicios financieros.

Se trata de la figura conocida en doctrina como hacking. El delito consiste en acceder en forma indebida o no
autorizada, o excediendo una autorización concedida, a un sistema de tratamiento automatizado de la información
de acceso restringido, este debe ser privado, no abierto al público en general. Se trata de una figura subsidiaria, es
decir, una figura que se encuentra condicionada a que no resulte un delito más severamente penado.

El delito admite cualquier medio de comisión y, por lo general, el autor (el hacker) es una persona con conocimientos
en materia de informática, sin embargo, la ley no hace ninguna distinción al respecto, por lo tanto, sujeto activo
puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo es el titular del sistema o dato informático violado. Además,
generalmente el acceso indebido a un sistema informático suele ser la antesala de la comisión de otro delito (por ej.
una estafa, un espionaje de datos, el descubrimiento de algún secreto, etc.)
Eugenia Sanchez
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El delito es doloso, de dolo directo. Es de pura actividad, de peligro abstracto, que se consuma con el mero acceso
indebido al sistema informático. La tentativa no parece posible.

Agravante:

El delito se agrava si el acceso no autorizado se realiza a un sistema o dato informático de un organismo público
estatal o de un proveedor de servicios públicos o de servicios financieros. El fundamento de la mayor penalidad
reside en la naturaleza de los organismos protegidos, que deben ser públicos, o en el servicio público que prestan.

Violación de correspondencia calificada por la calidad del autor:

El art. 154 establece: Será reprimido con prisión de uno a cuatro años, el empleado de correos o telégrafos que,
abusando de su empleo, se apoderare de una carta, de un pliego, de un telegrama o de otra pieza de
correspondencia, se impusiere de su contenido, la entregare o comunicare a otro que no sea el destinatario, la
suprimiere, la ocultare o cambiare su texto.

Se trata de un delito especial propio, ya que sólo puede ser cometido por una limitada clase de autores: empleados
de correos o telégrafos.

La perfección típica requiere que el sujeto activo obre abusando de su empleo, es decir, aprovechándose del cargo
que ocupa o de las facilidades que le brinda la función que desempeña. El autor se impone del contenido cuando lee
y se entera del texto de la correspondencia. No basta con abrir la carta o el pliego, debe leer su contenido. La
entrega se produce cuando la correspondencia se pone en manos de una persona distinta de aquella a quien estaba
dirigida. Se comunica el contenido cuando se hace saber o conocer la correspondencia a una persona distinta del
destinatario. Se oculta cuando se esconde o se impide que la correspondencia sea vista por terceros. Se cambia el
texto cuando se modifica, total o parcialmente, la escritura contenida en la correspondencia. Subjetivamente, el
delito es doloso compatible sólo con el dolo directo.

Publicación indebida de correspondencia:

El art. 155 establece: Será reprimido con multa de pesos un mil quinientos ($ 1.500) a pesos cien mil ($ 100.000), el
que hallándose en posesión de una correspondencia, una comunicación electrónica, un pliego cerrado, un despacho
telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no destinados a la publicidad, los hiciere publicar indebidamente, si el
hecho causare o pudiere causar perjuicios a terceros.

Está exento de responsabilidad penal el que hubiere obrado con el propósito inequívoco de proteger un interés
público.

La materialidad del delito consiste en hacer publicar alguno de los objetos protegidos por la norma, no estando
destinados a la publicidad. Hacer publicar quiere decir dar a conocer, difundir, etc., el contenido de la
correspondencia, de la comunicación electrónica, del pliego cerrado, etc., a un número indeterminado de personas.
La publicación debe ser indebida, es decir, sin derecho a que el contenido de los objetos protegidos sea divulgado, ya
sea porque el remitente no lo ha autorizado, por no concurrir alguna causa de justificación en particular o por
cualquier otra causa que legitime la difusión pública. El consentimiento del remitente elimina la tipicidad del hecho.

Autor del delito puede ser cualquier persona, sea el destinatario o quien tenga en su poder alguno de estos objetos.
Sin embargo, la condición de autoría exige un presupuesto: tener bajo el propio poder la correspondencia o los otros
objetos, es decir, que la conducta sólo es típica en la medida en que el autor se halle en posesión de éstos, que no
están destinados a la publicidad. Sobre el sujeto pasivo se discute, para algunos autores, el ofendido por el delito es
el remitente; para otros, pueden ser tanto el remitente como el destinatario o un tercero.

Además, la publicidad indebida para que sea punible, debe haber causado un perjuicio a un tercero o haber
concurrido la posibilidad de su producción. Es suficiente con el perjuicio potencial, que puede ser de cualquier
naturaleza (material, moral, patrimonial, público, privado, etc.)

Eugenia Sanchez
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El delito es doloso y se consuma en el momento de producirse la publicación de los objetos protegidos. El precepto
establece una excusa absolutoria a favor del agente, mediante la cual se lo exime de responsabilidad penal si hubiere
obrado con el propósito inequívoco de proteger un interés público, común, es decir, un interés que tenga relevancia
para toda la comunidad en general.

3. Revelación de secretos
El secreto profesional. Cuestiones que suscita:

El art. 156 establece: Será reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e inhabilitación especial,
en su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o
arte, de un secreto cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa.

El bien jurídico es la libertad del individuo en su manifestación relativa a su esfera de reserva o intimidad.

La acción consiste en revelar un secreto, es decir, descubrirlo, ponerlo de manifiesto, darlo a conocer a una o varias
personas. Lo que importa es que la comunicación del secreto se haga a otra persona que no se encuentre dentro de
un círculo de personas que están obligadas a mantener su reserva. El delito admite cualquier medio de comisión.

El objeto del delito es un secreto, esto es, lo que está oculto, reservado y limitado a un número de personas. La
revelación del secreto sólo es punible si su divulgación puede causar un daño, o sea, que de la conducta derive la
posibilidad de un perjuicio para un tercero. El detrimento puede ser de cualquier naturaleza, físico, moral,
patrimonial, social, etc. Además, el tipo se completa cuando la revelación ha sido hecha sin justa causa, es decir en
forma ilegítima. La ausencia de justa causa de revelación debe quedar abarcada por el dolo.

Sujeto activo del delito sólo puede ser quien reúne una determinada condición o ejerce una específica actividad o
función. Se trata de un delito especial propio, de autor calificado. Sujeto pasivo es el titular del secreto.
Subjetivamente, el delito es doloso, siendo suficiente el dolo eventual. La consumación coincide con la acción de
revelar el secreto a un tercero, sin que sea necesario que alcance divulgación o que produzca un daño. La tentativa
resulta admisible.

La violación del secreto administrativo:

El art. 157 dispone: Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación especial de un (1) a cuatro
(4) años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones, documentos o datos, que por ley deben ser
secretos.

El delito consiste en revelar (descubrir, poner de manifiesto, etc.) hechos (acontecimientos de cualquier naturaleza,
humanos o naturales), actuaciones (trámites, expedientes, resoluciones, diligencias, emitidos por una autoridad),
documentos (informes escritos, comunicaciones, esquemas, etc.) o datos (información contenida en un sistema
informático).

La acción típica se satisface con que el secreto sea comunicado a cualquier persona que no sea una de las que, como
el agente, están obligadas a guardarlo. Los datos, hechos, actuaciones o documentos deben contener secretos cuya
revelación ha sido prohibida por la ley. Se trata de secretos de la Administración, que no abarca los políticos ni los
militares.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público (delito especial propio). Subjetivamente el delito es doloso, de
pura actividad y se consuma con la sola revelación del secreto, sin que se requiera la producción de daño alguno. La
acción penal es pública.

Acceso y violación de secretos sobre bancos personales:

El art. 157 bis establece: Será reprimido con la pena de prisión de un (1) mes a dos (2) años el que:

Eugenia Sanchez
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1. A sabiendas e ilegítimamente, o violando sistemas de confidencialidad y seguridad de datos, accediere, de


cualquier forma, a un banco de datos personales;
2. Ilegítimamente proporcionare o revelare a otro información registrada en un archivo o en un banco de datos
personales cuyo secreto estuviere obligado a preservar por disposición de la ley.

3. Ilegítimamente insertare o hiciere insertar datos en un archivo de datos personales.

Cuando el autor sea funcionario público sufrirá, además, pena de inhabilitación especial de un (1) a cuatro (4) años.

Estos delitos protegen la intimidad personal como bien jurídico penal.

1. Acceso ilegitimo a banco de datos personales: la acción típica consiste en acceder, ingresar o introducirse, en
forma ilegítima, o violando un sistema de confidencialidad y seguridad, a un banco de datos que contiene
información referida a una persona física. El acceso implica la toma de conocimiento de los datos, ya que
sólo así podría afectarse la intimidad personal del titular del dato, y puede cometerse por cualquier medio.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, sujeto pasivo es la persona física o jurídica titular del dato
contenido en el banco de datos personales. Subjetivamente, el dolo exige dolo directo. Por tratarse de un
delito de peligro concreto, se consuma con la realización de la acción típica y la puesta en peligro efectivo del
bien jurídico tutelado. La tentativa puede resultar admisible en ciertos supuestos (por ej. sorprender al autor
en el ordenador al ingresar al sistema.)
2. Revelación de información registrada en un archivo o en un Banco de datos personales: consiste en
proporcionar o revelar, que equivale tanto a descubrir, poner en conocimiento de un tercero, informar,
comunicar, transmitir, suministrar, poner a disposición, etc., por cualquier medio (sea informático o no, oral
o escrito, etc.), una información referente a una persona, que se halla almacenada en un archivo o en un
banco de datos personales y cuyo secreto el autor está obligado a preservar por disposición de la ley. El
suministro de la información debe ser ilegítimo.
Sujeto activo puede ser sólo quien tiene la obligación de guardar el secreto profesional de los datos
personales. Sujeto pasivo es la persona titular de la información que no desea que sea conocida por
terceros. Subjetivamente, el tipo penal es doloso, de dolo directo. La consumación típica coincide con la
revelación del dato persona a un tercero ajeno al ámbito situacional de reserva. La tentativa puede resultar
admisible.
3. Introducción ilegítima de datos en un archivo de datos personales: reprime a quien, ilegítimamente,
insertare o hiciera insertar datos en un archivo de datos personales. Inserta quien incluye los datos en el
archivo de datos personales. Hace insertar quien logra que otra persona introduzca los datos en un archivo
de datos personales.
El dato introducido debe ser de carácter personal, es decir, que debe hacer referencia a ciertos aspectos de
la vida de la persona, quedando comprendidos los datos sensibles y los referidos a las personas colectivas.
Carece de relevancia que la inserción se refiera a un dato falso o a un dato verdadero, tampoco importa que
se trate del dato de un tercero o del propio titular. Lo que importa es que se trate de una introducción
ilegítima. El consentimiento del titular del dato en la introducción de aquél elimina la tipicidad de la
conducta.
La figura no requiere la concurrencia de perjuicio alguno al sujeto pasivo o a terceros que pueden tener
acceso al archivo de datos personales. Tampoco requiere que los beneficie, pero la conducta debe haber
puesto en peligro de daño al bien jurídico protegido.
Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona, el que inserta o hace insertar. Sujeto pasivo es la
persona física o jurídica titular del dato personal. Subjetivamente, la figura es dolosa, compatible sólo con el
dolo directo. Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro concreto, se consuma con la
introducción del dato en el archivo de datos personales. La tentativa no parece admisible.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

4. Agravante por la condición del autor: establece una pena accesoria de inhabilitación especial de 1 a 4 años
para el autor que revista la calidad de funcionario público, sin que se requiera, además, que se encuentre en
el ejercicio de su actividad funcional.

4. Delitos contra la libertad de trabajo y asociación


Estas infracciones protegen la libertad como facultad de trabajar o de asociarse de los obreros, patrones,
empresarios y empleados.

Diversas figuras:

Delitos contra la libertad de trabajo:

El art. 158 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año; el obrero que ejerciere violencia sobre otro para
compelerlo a tomar parte en una huelga o boicot. La misma pena sufrirá el patrón, empresario o empleado que, por
sí o por cuenta de alguien, ejerciere coacción para obligar a otro a tomar parte en un lock-out y a abandonar o
ingresar a una sociedad obrera o patronal determinada.

1. Compulsión a la huelga o boicot: reprime al obrero que ejerza violencia sobre otro para compelerlo a tomar
parte en una huelga o boicot.
Sujetos activo y pasivo, sólo pueden ser un obrero, que es aquella persona que realiza una actividad en
relación de dependencia con otra persona, física o jurídica.
La materialidad del delito consiste en ejercer violencia sobre otro obrero para compelerlo (obligarlo) a tomar
parte en una huelga o boicot. La violencia debe ser física, quedando incluidos el empleo de medios
hipnóticos y narcóticos.
La huelga es un movimiento colectivo de fuerza dispuesto por un gremio obrero a raíz de un conflicto
laboral, consistente en la supresión de las tareas. El boicot es la abstención voluntaria de los obreros, en
razón de un conflicto laboral, de trabajar para determinados empleadores, o bien de no utilizar los servicios
que éstos prestan, o de no adquirir ciertos productos que éstos fabrican o venden.
El delito es doloso, de dolo directo. Requiere, además, la concurrencia de un elemento subjetivo añadido al
dolo: compeler a un obrero a tomar parte en una huelga o boicot. El tipo se consuma en el momento en que
se ejerce la violencia sobre el sujeto pasivo, independientemente de que se logre o no el fin propuesto.
2. Compulsión al “Lock-Out”: reprime al patrón, empresario o empleado que, por sí o por cuenta de alguien,
ejerciere coacción para obligar a otro a tomar parte en un lock-out (huelga patronal). Abarca tanto el
ejercicio de violencia física como de intimidación.
Sujetos activo y pasivo del delito pueden ser el patrón, el empresario o el empleado de éstos. Como la
finalidad del autor debe ser la de obligar a otro a tomar parte en un lock-out, el sujeto pasivo debe tener
facultades para cerrar un establecimiento, ya que en esto consiste el lock-out, es decir, en el cierre
concertado de establecimientos industriales o comerciales como medio de lucha laboral frente a los obreros.
En el plano de la culpabilidad, el tipo exige un elemento subjetivo especifico (para obligar a otro) que excluye
el dolo eventual. Se consuma en el momento de ejercerse la coacción contra el sujeto pasivo.

Concurrencia o propaganda desleal:

El art. 159 establece: Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil, el que, por
maquinaciones fraudulentas, sospechas malévolas o cualquier medio de propaganda desleal, tratare de desviar, en
su provecho, la clientela de un establecimiento comercial o industrial.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

La conducta típica consiste en tratar de desviar la clientela de un establecimiento comercial o industrial, en provecho
propio. Sujeto activo puede ser cualquier persona, aunque no posea un comercio. Sujeto pasivo debe ser
necesariamente un comerciante o un industrial en actividad.

Los medios de comisión son, las maquinaciones fraudulentas, es decir, ardides, artificios, engaños o cualquier tipo de
fraude para lograr los fines propuestos (por ej. el uso de envases o envoltorios de una marca ajena o del nombre
comercial ajeno); las sospechas malévolas que están constituidas por afirmaciones, sugerencias o inexactitudes,
deslizadas por el autor y tendientes a desacreditar el establecimiento ajeno; la propaganda desleal es aquella que se
realiza al margen de las reglas de la buena fe y la rectitud que deben imperar en el mundo del comercio o la industria
en general.

El tipo subjetivo es compatible con el dolo directo, al que se le añade la concurrencia de un elemento subjetivo
específico: la finalidad del autor de tratar de desviar la clientela en su propio provecho. El delito se consuma con la
realización de la conducta típica, sin que importe el logro del fin propuesto. La tentativa resulta admisible. El
ejercicio de la acción penal es privado.

Delitos contra la libertad de asociación:

Reprime al patrón, empresario o empleado que, por sí o por cuenta de alguien, ejerza coacción para obligar a otro a
abandonar o ingresar a una sociedad obrera o patronal.

El tipo penal persigue la tutela de la libre asociación gremial. La acción material del delito consiste en ejercer
coacción (violencia física o moral) para lograr un fin determinado: la afiliación o desafiliación de la víctima de una
sociedad obrera o patronal.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo. El tipo exige la concurrencia de un elemento subjetivo
especial: para obligar a otro, que excluye el dolo eventual. Se consuma cuando se ejerce la violencia típica,
independientemente de que se logre o no el objetivo.

Delitos contra la libertad de reunión:

El art. 160 establece: Será reprimido con prisión de quince días a tres meses, el que impidiere materialmente o
turbare una reunión lícita, con insultos o amenazas al orador o a la institución organizadora del acto.

El tipo penal protege el derecho a reunirse, en forma pacífica y con fines lícitos.

El precepto describe dos formas de conducta: impedir materialmente (imposibilitar físicamente) o turbar (alterar el
curso normal) una reunión licita, mediante insultos o amenazas.

Las dos modalidades son dolosas, el dolo eventual sólo resulta admisible en la hipótesis de turbación de la reunión,
de resultado material, y se consuman cuando efectivamente se ha impedido o turbado el acto.

Delitos contra la libertad de prensa:


El art. 161 establece: Sufrirá prisión de uno a seis meses, el que impidiere o estorbare la libre circulación de un libro o
periódico.

El bien jurídico protegido es la libre circulación de la prensa.

El delito consiste en impedir (hacer imposible la circulación o distribución) o estorbar (dificultar, poner obstáculos) la
libre circulación de un libro o periódico. Puede tratarse de uno o varios ejemplares o de toda una edición.

Es un delito de resultado material, doloso, que admite el dolo eventual, y se consuma cuando se ha afectado
realmente la circulación del libro o periódico.

Eugenia Sanchez
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BOLILLA 13
1. Delitos contra la propiedad
Los delitos agrupados en este Título reconocen a la propiedad como el bien jurídico protegido.

El término propiedad debe ser entendido en el amplio sentido que le asigna la CN, abarcando al patrimonio en su
totalidad, esto es, no sólo al dominio en sentido civilista sino también a los demás derechos reales y personales,
bienes materiales e inmateriales y, en general, todos los intereses apreciables que un hombre pueda poseer fuera de
sí mismo, de su vida y de su libertad. En la actualidad, se considera que el término “propiedad” debe ser sustituido
por el de “patrimonio.

En cuanto al concepto de patrimonio, la doctrina establece cuatro teorías:

1. Concepción jurídica: el patrimonio es la suma de las relaciones jurídicas, es decir, de derechos y obligaciones
relativos a las cosas, en cabeza de una persona. Por lo tanto, el daño patrimonial es entendido como daño en
sentido jurídico, o sea, como la pérdida o limitación de un derecho.
2. Concepción económica: el patrimonio es el complejo unitario de los bienes económicamente valuables y
pertenecientes, de hecho o de derecho, a un sujeto. Entonces, el daño patrimonial es un daño en sentido
económico, como una efectiva disminución del patrimonio en su unidad económica, que puede consistir en
la reducción del activo como en el incremento del pasivo.
3. Concepción mixta: el patrimonio es la suma de las relaciones jurídicas valuables económicamente, en cabeza
de una persona. La teoría toma de la concepción jurídica la exigencia de que los bienes o valores sean
poseídos por el sujeto en virtud de una relación jurídica, y de la económica la exigencia de que el derecho
subjetivo tenga un valor económico. Es la teoría actualmente dominante.
4. Concepción personal: tiene en cuenta el reconocimiento de la finalidad económica individual y las
posibilidades de acción del titular del patrimonio. El patrimonio sería, entonces, una unidad personalmente
estructurada que garantiza el desarrollo de la persona en el ámbito de los objetos. Desde esta perspectiva,
los delitos patrimoniales lesionan a la persona a la que corresponde el patrimonio en los fines perseguidos
con sus actos de disposición.

La doctrina actual, se muestra partidaria de la concepción mixta jurídico-económica, cuyas líneas directrices se
orientan en dos direcciones: por un lado, se limitan los bienes patrimoniales a aquellos que poseen valor económico
y, por otro, se consideran bienes patrimoniales sólo a aquellos que gozan de algún reconocimiento jurídico.

Las infracciones que tienen relación con el patrimonio de una persona, pueden ser esquematizadas en:

 Delitos de apoderamiento: se caracterizan por la acción de apoderarse de la cosa, quitándosela a quien la


tiene (hurto y robo de cosas muebles) o excluyendo de ella a quien la ocupa (usurpación de cosas
inmuebles).
 Delitos de desprendimiento: en los que la acción material está dirigida a hacerse dar la cosa, obligando a
quien la tiene (extorsión) o engañándolo (defraudación).
 Delitos de apropiación: cuya característica reside en quedarse con la cosa (abusos de confianza o de
situaciones, por ej. apropiación de cosas halladas).
 Delitos de autodesprendimiento patrimonial: cuyo objeto de ataque es el propio patrimonio, como las
insolvencias, quiebras y concursos.
 Delitos de destrucción de la cosa: daños.

Las infracciones patrimoniales se caracterizan por reunir elementos que les son comunes: a) el delito recae siempre
sobre un bien, los bienes deben ser susceptibles de apreciación económica y pueden ser cosas materiales u objetos
inmateriales (derechos); b) el autor es movido siempre por una intención específica, que es la requerida por cada
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figura en particular; y c) el perjuicio a la propiedad debe suceder invito domino, es decir, sin el consentimiento o
permiso del propietario.
Sistemática: los “delitos contra la propiedad” están contemplados a través de los siguientes capítulos: I) Hurto; II)
Robo; IIbis) Abigeato, III) Extorsión, IV) Estafas y otras defraudaciones; IVbis) Usura; V) Quebrados y otros deudores
punibles; VI) Usurpación, VII) Daños; VIII) Disposiciones generales.

La excusa absolutoria del art. 185:

Art 185: Están exentos de responsabilidad criminal, sin perjuicio de la civil, por los hurtos, defraudaciones o daños
que recíprocamente se causaren:

1. Los cónyuges, ascendientes, descendientes y afines en la línea recta;


2. El consorte viudo, respecto de las cosas de la pertenencia de su difunto cónyuge, mientras no hayan pasado a
poder de otro;

3. Los hermanos y cuñados, si viviesen juntos.

La excepción establecida en el párrafo anterior, no es aplicable a los extraños que participen del delito.

El último capítulo denominado “disposiciones generales”, tiene una exención de pena que sólo alcanza a los hurtos,
defraudaciones o daños. Se trata de una excusa absolutoria, que excluye la pena, manteniendo intacto el delito en
sus aspectos de hecho típico, antijurídico y culpable. Si bien no hay responsabilidad criminal, puede haber
responsabilidad civil.

2. Hurto
El art. 162 establece: Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que se apoderare ilegítimamente de una
cosa mueble, total o parcialmente ajena.

El bien protegido por este delito es la tenencia de las cosas muebles.

El delito requiere el actual mantenimiento corporal de la cosa, que constituye la tenencia por parte de alguien.
Tenencia quiere decir tener la cosa bajo poder, lo cual implica que debe haberse operado la transferencia de la cosa
del poder del tenedor al poder del ladrón. Esta situación de poder se manifiesta en el instante en que el agente tiene
la posibilidad inmediata de realizar materialmente sobre la cosa actos dispositivos, posibilidad de la que se carecía
antes de la acción, porque la cosa estaba en poder de otra persona, fuese poseedor o simple tenedor. Abarca tanto
la tenencia legítima como la ilegítima.

El núcleo central del tipo está dado por el apoderamiento de la cosa. Para determinar el exacto sentido jurídico de la
acción material del hurto se han propuesto dos disposiciones:

Para la teoría de la disponibilidad, el apoderamiento exige que el autor haya tenido la posibilidad de disponer de la
cosa, aunque sea por un breve tiempo. La conducta importa la posibilidad inmediata de realizar materialmente
sobre la cosa actos dispositivos. El apoderarse exige no solamente la pérdida de poder de parte de la víctima, sino la
adquisición de poder de parte del autor. El apoderamiento requiere que el agente haya obtenido real y
efectivamente la disponibilidad material del objeto sustraído.

La teoría del desapoderamiento, considera que es suficiente que el ladrón haya privado a otro de la posesión
corporal de la cosa, con la intención de apoderarse de ella. Con el apoderamiento de la cosa, la propiedad ajena ya
está lesionada de manera perfecta, porque el bien que la integraba, que es la tenencia de la cosa, ya no la integra
más. Esta teoría atiende a la ofensa del bien atacado por el hurto, esto es, a la tenencia de la cosa por quien es
agraviado por el delito. Es decir, que para esta teoría el delito consiste en quitar la cosa de quien la poseía, con la
intención de disponer de ella.

Eugenia Sanchez
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Para Buompadre, la teoría de la disponibilidad establece con mayor precisión las exigencias del tipo delictivo. Ya que
la teoría del desapoderamiento, al exigir que el hurto se consume con el solo despojo, con la intención específica de
disponer de la cosa, anticipa la etapa consumativa a un grado que resulta inadmisible y que puede, en la práctica,
conducir a soluciones verdaderamente injustas.

El apoderamiento se caracteriza por la posibilidad de que el agente pueda realizar sobre la cosa actos materiales de
disposición, posibilidad que no nace mientras pueda ser impedida por la víctima, la autoridad u otra persona que
acuda en su auxilio. Pero, una vez transcurrido ese momento, el delito está irrevocablemente consumado. Para
determinar este momento consumativo, se formularon diversas teorías:

 Teoría de la attrectatio: entiende que el hurto se consuma con el mero tocamiento de la cosa.
 Teoría de la apprehensio: consiste en la simple captación material del objeto o en poner la mano sobre la
cosa ajena.
 Teoría de la amotio: exige la remoción de la cosa del lugar en donde se encontraba.
 Teoría de la ablatio: según la cual el apoderamiento se consuma cuando la cosa es transportada o trasladada
de un lugar a otro.
 Teoría de la illatio: considera consumado el hurto cuando se pone la cosa a buen recaudo, es decir, en lugar
seguro, para resguardarla.

La doctrina y la jurisprudencia se inclinaron por la teoría de la ablatio.

El objeto material en el delito de hurto son las cosas muebles:

 Las cosas se caracterizan por dos notas esenciales: la materialidad y el valor económico. Un objeto es
material cuando es corporal, esto es, cuando posee extensión y, por ende, ocupa un lugar en el espacio. Lo
que importa a los efectos del tipo penal es que la cosa, además de ser material, sea susceptible de valor y
apoderamiento. Las cosas pueden ser sólidas, liquidas o gaseosas. Los objetos inmateriales no son
susceptibles de hurto (por ej. los derechos).
La cosa debe tener un valor, pero no un valor económico exclusivamente. El objeto sustraído puede
representar un interés para la víctima o para el ladrón, que les sirve para satisfacer sus necesidades, usos o
placeres, o bien representar un valor puramente afectivo para la víctima. Carece de relevancia la clase de
valor que la cosa tenga para la persona, sea económico, moral, histórico, científico, religioso, etc. En todos
estos, la sustracción del objeto constituye el delito de hurto, ya que tienen un valor patrimonial.
 Mueble: la cosa, además de ser material y susceptible de tener un valor, debe ser mueble. Que la cosa sea
mueble quiere decir que sea aprehensible y trasladable, o sea, es aquella que es susceptible de ser
trasladada de un lugar a otro, incluidos los animales o semovientes.

La cosa mueble, además, debe ser ajena. Cosa ajena es aquella que no es propia ni es susceptible de apropiación u
ocupación.

La cosa, para que sea hurtable, debe pertenecer a alguien, a otra persona, sea en forma total, es decir, cuando el
autor no tiene ni una parte ideal de ella en comunidad con sus propietarios; o en forma parcial, esto es, cuando tiene
en propiedad parte de ella, como condómino o comunero hereditario.

Quedan al margen del delito las cosas que carecen de dueño, las que son abandonadas por su dueño y las que son
pérdidas por su dueño.

Además, teniendo en cuenta que la propiedad es un bien jurídico disponible para su titular, el consentimiento del
sujeto pasivo con aptitud para autorizar y prestado sin vicio alguno, elimina la tipicidad del hecho.

El autor, para cometer el hurto, debe haberse apoderado ilegítimamente de la cosa. Es un delito doloso, de dolo
directo.
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Hurto de uso:

El llamado hurto de uso fue derogado por la Ley 24.721 quedando, por ende, fuera de la tipicidad del hurto.

El hurto de uso propio, se cometía cuando el autor, teniendo legítimamente la cosa, hacía un uso abusivo de ella. Ej.
El tintóreo que usa el traje de su cliente; el mecánico que sale a pasear con el auto de un cliente. El hurto de uso
impropio consiste en tomar ilegítimamente una cosa ajena, pero no para apropiarse de ella, sino para usarla un
tiempo y luego devolverla.

Creus propone superar la polémica acerca de si el llamado hurto de uso es típico (Soler) o no (Fontán Balestra,
Molinario), explicándolo como el cometido por quien tiene la cosa legítimamente y la utiliza a pesar de que sus
poderes de tenedor no lo autorizan a hacerlo, acción que no sería típica; en cambio, el hurto de uso impropio sí
configuraría un hurto; éste lo consuma quien se apodera de la cosa ajena — cuya tenencia no tiene— para usarla
(aun con intención de devolverla).

3. Hurtos calificados:
El art. 163 establece: Se aplicará prisión de uno a seis años en los casos siguientes:

1. Cuando el hurto fuere de productos separados del suelo o de máquinas, instrumentos de trabajo o de
productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el campo, o de alambres u otros
elementos de los cercos.(Texto según Ley 25.890)
2. Cuando el hurto se cometiere con ocasión de un incendio, explosión, inundación, naufragio, accidente de
ferrocarril, asonada o motín o aprovechando las facilidades provenientes de cualquier otro desastre o
conmoción pública o de un infortunio particular del damnificado;
3. Cuando se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante o de llave verdadera que hubiere
sido substraída, hallada o retenida.
4. Cuando se perpetrare con escalamiento.
5. Cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas muebles transportadas por cualquier medio y se
cometiere entre el momento de su carga y el de su destino o entrega, o durante las escalas que se realizaren.
6. Cuando el hurto fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público.

Hurtos campestres:
Inc. 1: Cuando el hurto fuere de productos separados del suelo o de máquinas, instrumentos de trabajo o de
productos agroquímicos, fertilizantes u otros insumos similares, dejados en el campo, o de alambres u otros
elementos de los cercos.

Con arreglo al texto introducido por la Ley 25890, pueden distinguirse cuatro tipos de hurto que, aunque tengan
distintos objetos, se da un elemento común concerniente a la situación de todos ellos: los objetos deben estar
situados en el campo.

1) Hurto campestre: concurre esta agravante cuando el hurto se relaciona con productos separados del suelo,
dejados en el campo. La doctrina entiende que la expresión “productos” abarca a los “frutos”. Sin embargo,
la controversia surge cuando debe determinar si la expresión comprende sólo a los productos vegetales, que
son aquellos que la tierra da o produce, o si también abarca los minerales. Para Buompadre abarca los dos,
ya que la ley no hace ninguna distinción al respecto. Para la ley es suficiente con que estén separados del
suelo, es decir, juntados, amontonados, cosechados, etc.; además, esta separación debe ser obra humana,
no de la naturaleza.
Para que concurra la agravante, los productos separados del suelo deben haber sido dejados en el campo, es
decir, en situación en la que el tenedor no pueda ejercer la vigilancia inmediata sobre él, es decir, presupone
que la cosa ha sido dejada sin la debida protección, resguardo o custodia, razón que fundamenta la mayor
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tutela de la ley penal y justifica el mayor reproche, de estas cosas dejadas en una situación de indefensión
frente a la acción del ladrón.
2) Hurto de maquinarias o instrumentos de trabajo: puede tratarse de elementos de cualquier naturaleza,
incluso automotores, pero deben estar destinados a las tareas propias del campo (por ej. una cosechadora),
en cambio, quedan fuera los elementos o herramientas que no están afectadas al trabajo del campo. La
mayor penalidad también comprende el hurto de cualquier otro instrumento que no cumpla mecánicamente
la función de multiplicar o desplegar la fuerza humana (por ej. lonas, puntales), siempre que estén
destinados a la producción, recolección, extracción o separación, de los productos del suelo. La acción
furtiva puede afectar a la totalidad o parte de la maquinaria o del instrumento (por ej. la bomba inyectora de
un tractor). Para la aplicación de la mayor penalidad, al momento del apoderamiento la cosa debe haberse
encontrado en el campo por haber sido dejada en tal lugar.
3) Hurto de productos agroquímicos, fertilizantes u otros instrumentos similares: son todos aquellos que se
utilizan frecuentemente en las labores agrícolas con el fin de potenciar el rendimiento de la tierra. Para que
opere la calificante, los productos deben haber sido dejados en el campo.
4) Hurto de elementos de los cercos: esta agravante tiene su razón de ser en la función rural que cumplen los
cercos. La sustracción debe recaer sobre alambres u otros elementos de los cercos (postes, tranqueras,
varillas, etc.), siempre que el cerco exista al momento de la acción furtiva. Debe tratarse de un cerco en
funciones de cerramiento y de seguridad, comprendiendo todo tipo de cerco (alambre, de palos, ramas,
etc.). La norma no requiere la destrucción total o parcial del cerco para tener por consumado el hurto
calificado, sino que es suficiente con el apoderamiento ilegítimo de sus elementos, por lo que también se
configura el delito si el apoderamiento recae sobre un cerco que estaba ya destruido total o parcialmente.

Hurto calamitoso:

Inc. 2: Cuando el hurto se cometiere con ocasión de un incendio, explosión, inundación, naufragio, accidente de
ferrocarril, asonada o motín o aprovechando las facilidades provenientes de cualquier otro desastre o conmoción
pública o de un infortunio particular del damnificado.

La agravante tiene en cuenta la menor defensa privada frente a estos infortunios y la mayor criminalidad subjetiva
que muestra quien se vale de miserables ocasiones para robar a las víctimas de la calamidad. La ley prevé dos
hipótesis distintas: el hurto cometido con ocasión y aprovechando las facilidades provenientes de un desastre o
conmoción pública, y el hurto cometido con ocasión y aprovechando las facilidades provenientes de un infortunio
particular. La calificante exige que la sustracción se cometa con ocasión de, es decir, en la misma oportunidad en que
ocurren los sucesos descriptos en la ley, que es mientras se está produciendo el desastre o la conmoción pública.

El “desastre público” es un suceso dañoso de grandes proporciones, cuyos efectos recaen sobre un número
indeterminado de bienes y personas (por ej. grandes incendios, explosiones, terremotos). La “conmoción pública” es
un acontecimiento de gran magnitud, que se caracteriza por hechos violentos, perturbaciones, albortos, corridas,
etc., que originan confusión y pesadumbre en un sector de la comunidad (por ej. motines, protestas callejeras
violentas, conflictos armados, etc.). el “infortunio particular” es una situación de desgracia, física o espiritual, por la
que atraviesa una persona (por ej. enfermedades o accidentes, ebriedad, tentativa de suicidio, etc.). La agravante
concurre cuando es la propia víctima quien padece el infortunio.

En todos estos casos, el hurto se califica si el autor aprovecha las facilidades que esas situaciones le brindaron. De lo
contrario, no resulta aplicable la agravante.

Hurto con ganzúa o llave falsa:

Inc. 3: Cuando se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante o de llave verdadera que hubiere
sido substraída, hallada o retenida.

Eugenia Sanchez
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La razón de la agravante reside en el hecho del empleo de ciertos medios por parte del ladrón, que requieren astucia
o habilidad para vencer las defensas preconstituidas de la cosa y que revelan su mayor peligrosidad. El tipo excluye
el uso de violencia.

La cosa objeto del delito debe encontrarse en un lugar cerrado o unida a otros elementos que impidan o dificulten su
apoderamiento. Es un presupuesto de la agravante que la cosa esté protegida por una cerradora.

La ley hace referencia a ganzúa, que es todo objeto o instrumento que, sin ser llave, permite, mediante maña o
destreza abrir las cerraduras. Generalmente, se trata de un alambre doblado en la punta, pero puede ser un clavo,
una chapita, etc. Llave falsa es aquella que no está destinada por su dueño para abrir la cerradura, no es la
verdadera, pero también es llave falsa, la llave verdadera sustraída (que fue quitada de su dueño, o sea, sin su
consentimiento), hallada (aquella que, no tenida por su titular, es encontrada por el ladrón, o por un tercero que se
la da) o retenida (aquella que el ladrón o un tercero conservan en su poder contra la voluntad de quien se la
entregó). Para que concurra la agravante, la llave debe haber sido utilizada ilegítimamente, es decir, en contra de la
voluntad de su dueño.
En todos los casos, re realiza la agravante cuando se emplean estos instrumentos tanto para penetrar el lugar donde
se encuentra la cosa objeto de la sustracción como para salir de éste con la cosa sustraída.

Hurto con escalamiento:

Inc. 4: Cuando se perpetrare con escalamiento.

La agravante se funda en la inutilidad de la defensa privada, frente a la habilidad del ladrón para violar el recinto
donde se encuentra la cosa, que revela su mayor peligrosidad al vencer las defensas opuestas para evitar el
apoderamiento.
Por escalamiento se entiende toda penetración por una vía que no está destinada a servir de entrada, que implique
la superación de una defensa real consistente en obstáculos de altura o descensos que exigen esfuerzo.

Lo que importa para que concurra esta calificante, no es la sola circunstancia de ingresar a un lugar por una vía no
permitida o no destinada a ese fin, sino en vencer una defensa, un obstáculo, que ha sido predispuesto como
resguardo de la cosa y para lo cual el ladrón debe realizar un considerable esfuerzo, habilidad o maniobra. El ascenso
o descenso es para hurtar, no para subir o bajar con una cosa hurtada. Esto es así por cuanto lo que fundamenta el
mayor reproche es la mayor peligrosidad que representa aquel que, con maña habilidad o destreza, vence las
defensas predispuestas para justamente evitar el apoderamiento de la cosa. Estas defensas deben ser reales,
efectivas, no meramente simbólicas o decorativas.

Hurto de cosas transportadas:

Inc. 5: Cuando el hurto fuese de mercaderías u otras cosas muebles transportadas por cualquier medio y se cometiere
entre el momento de su carga y el de su destino o entrega, o durante las escalas que se realizaren.

La razón de la agravante radica en la menor protección que ciertas cosas tienen por el lugar en donde se encuentran
y por el momento en que se lleva a cabo el ilícito, circunstancias que aumentan los riesgos propios de un viaje y que
impiden una eficaz vigilancia privada. La mayor tutela tiene que ver con el accionar de los llamados por la prensa
“piratas del asfalto” y con la gran extensión de nuestro territorio y su característica de zonas abiertas sin protección
inmediata.

El delito requiere la concurrencia de distintos elementos; uno, que la sustracción recaiga sobre mercaderías, o bien
sobre otras cosas muebles transportadas, y el otro elemento reside en que el hurto se cometa entre el momento de

Eugenia Sanchez
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la carga de las cosas y el de su destino o entrega, o durante las escalas que se realicen. Al referirse a cosas
transportadas, son objetos que se encuentran en situación de transporte, es decir, en proceso de traslado entre los
momentos y lugares señalados en la norma. La calificación alude a un proceso dinámico, en movimiento, de la cosa y
comprende el transporte terrestre, aéreo y marítimo o fluvial, urbano o interurbano, para lo cual puede utilizarse
también cualquier clase de vehículos, no quedando comprendidos el transporte a pie o por medio de animales o
artefactos mecánicos (por ej. el carro del supermercado).

Por momento de su carga debe entenderse el “proceso de carga”, que es aquel que se efectúa durante el periodo
que va desde que comienzan las operaciones tendientes a concretar o poner en marcha el proceso, hasta que la
mercadería esté depositada en el medio de transporte. El destino es el lugar de arribo preestablecido como
finalización del transporte. La entrega hace referencia al momento en que el producto es puesto en manos del
recepcionista. Durante las escalas debe entenderse como durante los momentos de detención del vehículo.

Hurto de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público:

Inc. 6: Cuando el hurto fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público.

La protección de la ley está dada, tanto por la naturaleza del objeto protegido (vehículo) como por la especial
situación en que se encuentra (vía pública), situación que revela un verdadero estado de indefensión de la cosa
objeto de tutela. El delito consiste en el apoderamiento ilegítimo de un vehículo que ha sido dejado en la vía pública
o en un lugar de acceso público. El término abarca a toda clase de vehículos, incluida la bicicleta o el triciclo, siempre
que sirvan para el transporte de objetos o de personas.

El hurto se agrava sólo si el vehículo fue dejado por su dueño o tenedor, sin ningún tipo de custodia que implique
una defensa de la cosa, aún en aquellos casos que posea mecanismos de autodefensa, como alarma, llave especial
de encendido, etc. Si el vehículo estacionado en la vía pública fue dejado con personas en su interior, no se debe dar
la agravante, por ausencia de indefensión de la cosa.

Agravante por la condición del sujeto activo:

Esta agravante fue introducida por la Ley 25.816, en el art. 163 bis que establece: En los casos enunciados en el
presente Capítulo, la pena se aumentará en un tercio en su mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito
fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario.

Se trata de un delito especial impropio, que requiere para su realización que el agente ostente, al momento del
hecho, la condición de miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario. La razón de la
agravante no reside únicamente en la calidad del autor, sino en la circunstancia de que dicha investidura facilita la
perpetración del delito y dificulta las tareas de investigación.

Sujeto activo puede ser cualquier miembro integrante de la Policía Federal, policía provincial, Gendarmería Nacional,
Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria, etc., cualquiera sea el grado, función o actividad que
desempeñe al momento del hecho.

El tipo exige que el autor haya ejecutado el delito, es decir, que lo haya cometido en calidad de autor o coautor, no
quedando alcanzado por la agravante los partícipes, instigadores y los encubridores, porque éstos no ejecutan el
hecho sino que sólo intervienen.

Abigeato:
El art. 167 ter establece: Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años el que se apoderare ilegítimamente de
una (1) o más cabezas de ganado mayor o menor, total o parcialmente ajeno, que se encontrare en establecimientos
rurales o, en ocasión de su transporte, desde el momento de su carga hasta el de su destino o entrega, incluyendo las
escalas que se realicen durante el trayecto.

Eugenia Sanchez
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La pena será de tres (3) a ocho (8) años de prisión si el abigeato fuere de cinco (5) o más cabezas de ganado mayor o
menor y se utilizare un medio motorizado para su transporte.
Etimológicamente, el término “abigeato” proviene del latín, abagere, que significa “echar por delante, arrear”,
echando las bestias por delante para conducirlas a donde se deseaba, arreándolas.

En el texto anterior, el hurto de ganado era una circunstancia agravante del hurto, pero con la reforma impuesta por
la Ley 25890, el delito pasó a denominarse abigeato, convirtiéndose en un delito autónomo. Se trata de un tipo
mixto alternativo, cuya consumación coincide con el apoderamiento del animal en cualquiera de las modalidades
previstas: en un establecimiento rural o durante el transporte del ganado.

El bien jurídico protegido es la propiedad del ganado mayor o menor. La acción típica consiste en apoderarse
ilegítimamente del animal ajeno. Se trata de un tipo penal común de sujetos indiferenciados, por lo tanto, cualquier
persona puede ser sujeto activo o pasivo. El objeto del delito es el ganado, esto es, aquellos cuadrúpedos de cierta
alzada. El apoderamiento debe ser de ganado mayor o menor, es decir, de aquellas bestias que forman grey o
rebaño y apacientan en los campos. El delito puede cometerse mediante la sustracción de una o más cabezas de
ganado mayor o menor, es decir, para la perfección típica es suficiente con el apoderamiento de un solo animal.

La figura requiere que la sustracción del animal debe haberse materializado dentro de un establecimiento rural (es
todo inmueble que se destine a la cría, mejora o engorde del ganado, actividades de tambo, granja o cultivo de
tierra, a la avicultura u otras crianzas, fomento o aprovechamiento semejante) o en ocasión de su transporte (en
viaje o en sus distintos tramos). La ubicación del establecimiento rural es indiferente, lo que importa es que, se trate
de un establecimiento rural que sea ajeno al autor de la sustracción.

En cuanto a la ocasión de su transporte, se trata de una hipótesis de apoderamiento ilegitimo que se halla en viaje,
esto es, mientras es objeto de transporte desde un lugar a otro. Pero, si la sustracción se produce mientras los
animales son conducidos caminando, en tropilla, hasta el lugar donde van a ser cargados al transporte, pero todavía
no se ha producido el proceso de carga, el hecho queda fijado como hurto o robo, según las circunstancias, aunque
puede quedar enmarcado dentro del abigeato. Acá lo que tiene relevancia es que el animal, al momento del
apoderamiento, se encuentre dentro de un establecimiento rural o en viaje. El medio de transporte puede ser de
cualquier naturaleza.

Agravante:

El párrafo 2 del art. 167 ter establece una primera agravante del delito, castigando con na pena de entre 3 y 8 años ,
si el abigeato fuere de cinco o más cabezas de ganado mayor o menor y se utilizare un medio motorizado para su
transporte.

Se trata de un tipo mixto complejo, de varios actos, que requiere para su consumación una pluralidad de acciones
(apoderamiento y transporte motorizado). El transporte, en este supuesto, perfecciona la consumación del tipo
agravado.

Hiper agravantes:
El art. 167 quater establece: Se aplicará reclusión o prisión de cuatro (4) a diez (10) años cuando en el abigeato
concurriere alguna de las siguientes circunstancias:
1. el apoderamiento se realizare en las condiciones previstas en el artículo 164.
2. se alteraren, suprimieren o falsificaren marcas o señales utilizadas para la identificación del animal.
3. se falsificaren o se utilizaren certificados de adquisición, guías de tránsito, boletos de marca o señal, o
documentación equivalente, falsos.

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4. participare en el hecho una persona que se dedique a la crianza, cuidado, faena, elaboración,
comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de origen animal.
5. participare en el hecho un funcionario público quien, violando los deberes a su cargo o abusando de sus
funciones, facilitare directa o indirectamente su comisión.
6. participaren en el hecho tres (3) o más personas.

1. Apoderamiento realizado en las condiciones previstas en el art. 164 (robo de ganado): el abigeato se agrava si se
lo comete con fuerza en las cosas o con violencia en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del abigeato
para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido, para procurar su impunidad. Si el abigeato se
cometiere empleando un arma de fuego, es de aplicación la agravante genérica del art. 41 bis, ya que no son
aplicables al abigeato las agravantes del hurto ni del robo.

2. Alteración, supresión o falsificaciones de marcas o señales utilizadas para la identificación del animal: la marca y
la señal en el ganado sirven no solamente para identificar al animal sino también a su propietario, que las tiene
registradas en los organismos respectivos. La marca es la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo o
diseño y se aplica al ganado mayor, mientras que la señal es un corte o incisión, perforación o grabación en la oreja
del animal y se aplica al ganado menor.

Las acciones que conducen la mayor penalidad son la alteración (que supone la sustitución de la marca o señal
verdaderas por otra distinta), la supresión (implica la desaparición de la marca o señal, sin que se las reemplace por
otra) y la falsificación (importa la adulteración de la marca o señales verdaderas, o la creación de una marca o señal
falsas). Pero, la doctrina hizo notar la poca probabilidad de cometer el abigeato mediante estas conductas, ya que no
parece fácil imaginar la concurrencia de los actos de apoderamiento del animal y, al mismo tiempo, proceder a la
alteración, supresión o falsificación de su marca o señal, con lo que devendría discutible la aplicación de la
agravante.

3. Falsificación y utilización de certificados de adquisición, guías de tránsito, boletos de marca o señal, o


documentación equivalente: se trata de una hipótesis de mayor penalidad fundada en la mayor gravedad del injusto
al violarse dos bienes jurídicos: la propiedad del ganado y la fe pública que merecen los documentos falsificados o
usados en el proceso de transporte y comercialización del ganado.

Estas conductas deben cometerse para consumar el abigeato, ello implica que el autor de la falsificación no
necesariamente debe ser el autor del abigeato, ya que puede tratarse de un tercero ajeno a los actos de
apoderamiento. El autor del delito debe falsificar o utilizar ciertos y determinados documentos que son material o
ideológicamente falsos y que tienen relación con el proceso de comercialización o tránsito del ganado.

El certificado de adquisición es un documento jurídico, otorgado entre las partes y autenticado por la autoridad
competente, mediante el cual se transfiere la propiedad del ganado; la guía de transito es un documento expedido
por la autoridad competente, que legitima y posibilita el tránsito del ganado; el boleto de marca o señal es un
documento por medio del cual se prueba la titularidad registral de la marca o señal inscriptas en el registro
respectivo; en cuanto a la documentación equivalente, se refiere a que la enumeración legal no es taxativa, sino que
admite la incorporación de cualquier otro instrumento, como por ej. el documento para el tránsito de animales.
4. Participación en el hecho de personas dedicadas a la actividad agropecuaria: se trata de una figura especial que
exige una determinada condición o cualidad de la persona participante en el abigeato, como son los que se dedican a
la crianza, cuidado, faena, elaboración, comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de
origen animal.

La agravante comprende cualquier grado de participación en el abigeato, es decir, abarca tanto a quienes, en sentido
general, han tomado parte en la ejecución del hecho como a aquellos que han prestado una contribución,
cooperación o ayuda a éste.

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5. Agravante por la calidad de funcionario público: el tipo se agrava cuando en el abigeato participare un
funcionario público que, violando los deberes a su cargo o abusando de sus funciones, facilitare directa o
indirectamente su comisión.

La agravante exige la concurrencia de varias condiciones: la participación de un sujeto que reúna la calidad de
funcionario público, que al momento de la realización del hecho delictivo se encuentre en el ejercicio de su actividad
funcional y que con su participación, haya facilitado de manera directa o indirecta la comisión del hecho.

6. Pluralidad de participes: se trata de una agravante fundada en la pluralidad de personas participantes en el


hecho, y la mayor severidad en la sanción se justifica por las mayores posibilidades de consumación que presenta el
delito cuando es realizado por varias personas.

El tipo exige la participación en el hecho de tres o más personas, con prescindencia del grado de participación que
hayan tenido. La inimputabilidad de alguno de los participantes no excluye la agravante, siempre que uno de ellos
tenga capacidad de culpabilidad. Si en el abigeato interviniere un menor de 18 años, se aplica el art. 41 quater, que
incrementa la escala penal del delito en un tercio del mínimo y del máximo para los mayores que hubieren
participado en él.

Incremento de penas por la calidad del autor:

El art. 167 quinque establece: En caso de condena por un delito previsto en este Capítulo, el culpable, si fuere
funcionario público o reuniere las condiciones personales descriptas en el artículo 167 quater inciso 4, sufrirá,
además, inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena.

En todos los casos antes previstos también se impondrá conjuntamente una multa equivalente de dos (2) a diez (10)
veces del valor del ganado sustraído.
Esta pena conjunta sólo es aplicable para el autor que, reuniendo alguna de las calidades establecidas en la norma
(funcionario público o persona dedicada a la crianza, cuidado, faena, elaboración, comercialización, transporte de
ganado, de productos o de subproductos de origen animal), fuere condenado por un delito de robo.

4. Robo
El robo es un delito que responde típicamente a la estructura básica del hurto (el que se apoderare ilegítimamente
de una cosa mueble, total o parcialmente ajena), y a cuya textura se agregan, como modalidades comisivas, la fuerza
de las cosas y la violencia física en las personas. Entonces, puede decirse que el hurto es el género y el robo una
especia. Entre ambas hipótesis se da una hipótesis de concurso aparente de leyes.

El art. 164 establece: Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que se apoderare ilegítimamente de una
cosa mueble, total o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o con violencia física en las personas, sea que la
violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo, en el acto de cometerlo o después de cometido para procurar su
impunidad.

La acción típica en el robo consiste en apoderarse ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena,
con fuerza en las cosas o violencia física en las personas.

Conceptos de fuerza y violencia:

 Fuerza en las cosas: la fuerza se ejerce en razón de la cosa. Es una energía física, que puede ser humana o
artificial, y que produce en la cosa un cambio, un daño o un movimiento. El concepto abarca el empleo de la
energía eléctrica. Con arreglo al texto legal, la fuerza en las cosas sólo convierte el hurto en robo cuando se
ejerce durante los actos de apoderamiento, quedando excluida aquella que es desplegada después del
apoderamiento para lograr la impunidad o para obtener la cosa. La idea de fuerza requerida exige la

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coexistencia de una cosa que le oponga resistencia, es decir, que la fuerza que transforma el hurto en robo
es toda aquella necesaria para vencer materialmente la resistencia del apoderamiento.
 Violencia física en las personas: consiste en el despliegue, por parte del ladrón, de una energía física, animal,
mecánica, fluida o química, real o simulada, que se ejerce sobre la persona (sobre el cuerpo de la víctima,
por ej. arrebato, golpes, empujón) o contra ella (dirigida hacia la persona, por ej. amenaza con arma). El
concepto abarca los medios hipnóticos y narcóticos. La violencia implica el desarrollo de una actividad física
efectiva, real, sobre la víctima. Puede recaer sobre cualquier persona, tanto la víctima como un tercero.
La violencia puede tener lugar antes del robo, en el acto de cometer el robo o después de cometido el robo
para procurar su impunidad. La violencia implica siempre un despliegue de energía para vencer
materialmente la resistencia opuesta al sujeto pasivo. Esta resistencia puede ser real, presunta o imaginada
como posible por el agente, circunstancia que demuestra que la energía desplegada por el autor no requiere
una determinada intensidad, sino que basta su relación con el apoderamiento, cualquiera que sea aquella.

Su distinción con la extorsión:

Las diferencias entre el robo y la extorsión han preocupado desde siempre a la doctrina, especialmente cuando la
intimidación era una modalidad común a ambas formas delictivas.

Fue González Roura quien consideraba que para evitar confusiones debía dejarse la violencia física para el robo y la
intimidación para la extorsión.
Pero con esto, se planteaba un problema, que era si cualquier intimidación queda marginada del robo. La mayoría de
la doctrina había reconocido que una forma de intimidación quedaba comprendida en la violencia física del robo: la
amenaza con armas ejercida por el agente para apoderarse de la cosa ajena, considerando que en ese caso se
desplegaba contra la víctima una verdadera energía física que, aun sin operar sobre su cuerpo, vencía materialmente
su resistencia. Compartía esta idea Soler, pero estableció la diferencia entre ambas formas delictivas en una
circunstancia temporal: en el robo, la intimidación (como amenaza de un mal) era inminente; en la extorsión, por el
contrario, era futura y daba un espacio de tiempo que permitía a la víctima optar por someterse o no a la voluntad
del agente.

Por último, se entendió que todo lo que es violencia física por sí o porque tiene que considerarse como tal,
empleada como medio de apoderamiento, constituirá robo; todo lo que radique en un procedimiento intimidatorio
no equiparable a la violencia física para apoderarse o lograr una disposición patrimonial estará, en principio,
comprendido en la extorsión.

Para Buompadre, la distinción debe provenir desde la acción: cunado hay apoderamiento del agente, hay robo;
cuando hay disposición de la víctima, o sea, entrega, hay extorsión.

5. Robos calificados
Robo con homicidio:

El art. 165 establece: Se impondrá reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si con motivo u ocasión del robo
resultare un homicidio.

El robo con homicidio, que los clásicos denominaron latrocinio, que significa hurto o habito de hurtar o defraudar a
los otros en sus intereses.

El problema consiste en determinar el sentido y alcance de la agravante. Sobre esta cuestión se formularon distintas
opiniones, las cuales pueden ser agrupadas en tres corrientes:

1. Por un lado, están quienes entienden que dentro del art. 165 sólo caben conductas culposas y
preterintencionales.
2. Otro grupo de autores considera que el precepto abarca tanto los homicidios dolosos como los culposos.
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3. Otros aceptan sólo el homicidio doloso no comprendido en el art. 80 inc. 7. El homicidio culposo tiene
solución a través de las reglas del concurso real de delitos.

Buompadre sostiene esta última postura, ya que cree que debe descartarse toda muerte causada de forma
accidental, ya que la ley dice que lo que “resulta” no es la muerte de una persona sino un “homicidio”, entonces esto
es, la muerte como producto de la acción ilegitima del hombre, es decir que queda fuera del ámbito de aplicación
del art. 165 el mero caso fortuito por cuanto no es la consecuencia de un obrar humano.

Este art. es compatible con el dolo de homicidio simple. El autor debía prever que de su accionar (violencia física,
disparo de arma, etc.) podía resultar un homicidio (dolo eventual). Si frente a esa previsión, el autor continuó con su
obrar ignorando la posible consecuencia, el homicidio resultante encaja en los límites de la agravante, por aplicación
del dolo eventual. Los resultados culposos (por ej. el asaltante que huye y se le escapa un disparo de consecuencias
mortales) no quedan abarcados por la disposición.

Diferencia con el homicidio criminis causa:

Las diferencias entre las figurar de los art. 165 y 80 inc. 7, sólo pueden establecerse desde un plano subjetivo. En
ambas hipótesis, el agente mata. Pero, si mata “para” robar, el hecho encuadra en la figura del homicidio agravado
por conexidad con otro delito; si, en cambio, “al robar” ha matado, la figura aplicable es la del robo agravado del art.
165.

En la figura del robo agravado, la muerte, aunque previsible, representa un suceso que no ha estado
anticipadamente en los planes del autor. Se trata de una consecuencia eventual. El robo con homicidio es un delito
complejo, que exige la consumación de los dos hechos que lo componen (el apoderamiento violento y la muerte). La
participación criminal es posible y se rige por las reglas comunes. La tentativa, en cambio, parece difícil de imaginar,
ya que ocurrido el homicidio el tipo penal ya está consumado.

Robo con lesiones:

El art. 166 establece: Se aplicará reclusión o prisión de cinco a quince años:

1. Si por las violencias ejercidas para realizar el robo, se causare alguna de las lesiones previstas en los artículos
90 y 91.
2. Si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda.
Si el arma utilizada fuera de fuego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su
máximo.
Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún
modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión.

Inc. 1: Si por las violencias ejercidas para realizar el robo, se causare alguna de las lesiones previstas en los
artículos 90 y 91.

Sólo las lesiones graves y las gravísimas califican el robo. Las lesiones leves quedan absorbidas por la violencia propia
que importa la comisión del delito contra la propiedad. El tipo abarca tanto las lesiones dolosas como culposas,
incluso las preordenadas al robo y los resultados preterintencionales. Producida la lesión, el delito queda
consumado, aunque el robo haya quedado en grado de tentativa. Por lo tanto, resulta inadmisible la tentativa del
delito agravado.

La diferencia con las lesiones agravadas del art. 92 reside en el tipo subjetivo. En el delito contra la integridad
personal, el autor lesiona “para” preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito, asegurar sus resultados o
procurar impunidad, o “por” no haber logrado el fin propuesto (art. 80 inc. 7). En esta modalidad, el autor lesiona

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para consumar el robo (quiere la acción y el resultado); en el delito contra la propiedad, el autor quiere el robo (la
cosa), pero pueden no figurar en su previsión los resultados más graves.

Robo con armas:

Inc. 2: si el robo se cometiere con armas, o en despoblado y en banda. si el arma utilizada fuera de fuego, la escala
penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo. si se cometiere el robo con un arma de fuego
cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena
será de tres a diez años de reclusión o prisión.

Con respecto al fundamento de la agravante, la doctrina desarrolló una teoría subjetiva y otra objetiva. Para la
subjetiva, el fundamento está dado por el mayor poder intimidatorio que produce el empleo de un arma y el mayor
estado de indefensión que provoca en la víctima, sin que adquiera relevancia la capacidad operativa-funcional del
arma. La teoría objetiva, por el contrario, atiende al peligro concreto y real corrido por la víctima, ante el empleo de
un arma que aumenta el poder ofensivo del agente, circunstancia que requiere la concurrencia de un instrumento
funcionalmente operativo (arma apta para el disparo) y que se encuentre cargada al momento del hecho o con
posibilidades de ser cargada en tal momento. Para Buompadre, las razones para intensificar la pena son, por un lado,
el mayor poder intimidante del arma, y por el otro, el peligro que constituye para el agraviado la utilización del arma
por parte del agente.

Las armas pueden ser “armas propias” (especialmente destinadas al ataque o defensa, revolver, cuchillo) o “armas
impropias” (no estás destinados al ataque o defensa pero pueden cumplir esa función, dependiendo de cómo se lo
use, bate de béisbol, matafuegos). El hecho se agrava porque ha sido cometido con armas por su efecto
intimidatorio. Es necesario haber utilizado el arma para cometer el robo, usarla o exhibirla como amenaza: lo que
importa es que exista relación entre el uso del arma como medio violento o intimidatorio y el apoderamiento como
fin. El arma debe ser real.

Robo cometido con armas de fuego: arma de fuego es aquel instrumento que se emplea para atacar o defenderse y
que impulsa un proyectil por medio de un dispositivo que utiliza la fuerza expansiva de los gases que produce la
combustión rápida de la pólvora u otra sustancia semejante. Para aplicar la agravante debe acreditarse que el arma
de fuego tiene aptitud para el disparo y que estaba cargada al momento del hecho. El último párrafo del art 166
determina que si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera acreditarse o
con un arma de utilería, la pena será de 3 a 10 años.

Robo en despoblado y en banda:

Inc. 2: en despoblado y en banda:

La agravante exige la concurrencia simultánea de ambas circunstancias: despoblado y en banda.

En despoblado:

La razón del incremento en la penalidad se debe al mayor desamparo que tienen las personas o las cosas en lugares
que revelan una menor posibilidad de auxilio o socorro. La indefensión se acentúa por la soledad del lugar

La noción de despoblado admite una concepción absoluta y otra relativa. La absoluta exige que el lugar donde se
cometió el delito esté fuera del radio poblado, esto es, fuera de los lugares habitados de las ciudades, villas, pueblos,
etc.; la relativa requiere que el lugar, fuera del radio poblado, impida que la víctima pueda recibir el auxilio de otras
personas. Despoblado es, entonces, un concepto relativo, que quiere decir que el lugar de comisión del delito,
además de estar fuera del radio poblado, debe revelar una carencia de posibilidades de asistencia o apoyo a la
víctima o a las osas por parte de otras personas. Despoblado equivale a lugar solitario.

En banda:

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A la situación de indefensión de la víctima o de la cosa, se une el mayor poder vulnerante de la actuación de la


banda.
Por banda debe entenderse el conjunto de tres o más individuos que integran una asociación criminal, con objetivos
preconcebidos para cometer toda clase de delitos en forma indeterminada. La mera pluralidad de agentes no
configura una banda, sino que tiene que ser una asociación ilícita, es decir, que sea una verdadera organización
delictiva.

El grupo de personas que constituye la banda, debe participar en los actos ejecutivos del robo para que resulte
aplicable la agravante. El robo tiene que haber sido cometido en banda.

Robo en despoblado:

El art. 167 establece: Se aplicará reclusión o prisión de tres a diez años:

1. Si se cometiere el robo en despoblado;


2. Si se cometiere en lugares poblados y en banda;
3. Si se perpetrare el robo con perforación o fractura de pared, cerco, techo o piso, puerta o ventana de un lugar
habitado o sus dependencias inmediatas;
4. Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 163.

Inc. 1: Si se cometiere el robo en despoblado: Ver art. 166 inc. 2.

Robo en lugar poblado y en banda:

Inc. 2: Si se cometiere en lugares poblados y en banda:

Se trata de un tipo complejo que exige, para su configuración, la concurrencia simultánea de las dos circunstancias
cualificantes: lugar poblado y en banda.

Lugar poblado:

Es todo sitio dentro del radio urbano, comprensivo de ciudades, villas, pueblos, sus calles, plazas y baldíos
inmediatos, en los cuales la víctima o sus bienes pueden contar con el auxilio o el apoyo de otras personas.

En banda:

Ver art. 166 inc. 2.

Robo con perforación o fractura:

Inc. 3: Si se perpetrare el robo con perforación o fractura de pared, cerco, techo o piso, puerta o ventana de un
lugar habitado o sus dependencias inmediatas:
La fractura o efracción sólo califica el robo si se lo comete en un lugar habitado (es aquel que está destinado o sirve
de morada, permanente o transitoria, a una persona, aunque ésta esté ausente al momento de producirse el robo) o
en sus dependencias inmediatas (son aquellos espacios accesorios a la vivienda, como el garaje, el patio, etc.). Esto
es así por un doble motivo: por un lado, porque se trata de una exigencia expresa del tipo, y por otro lado, porque el
fundamento de la mayor penalidad no radica en la sola destrucción de la cosa sino en la violación del derecho a la
intimidad de la víctima, que se ve afectado por los actos de fuerza provenientes del accionar del ladrón que vencen
las defensas materiales predispuestas para su resguardo. Además, la fractura exige el quebrantamiento, corte,
destrucción con daño de características especiales (por ej. romper a hachazos una puerta).

El tipo objetivo exige la perforación o la fractura. Por perforación debe entenderse la acción de agujerear una cosa,
atravesándola totalmente, de lado a lado. Por fractura, la acción y efecto de romper o quebrar con esfuerzo una
cosa. En ambos casos, los actos de fuerza deben recaer sobre cosas u objetos que hayan sido colocados o

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predispuestos como medios de defensa, cercamiento o protección. Los objetos sobre los que debe recaer están
expresamente mencionados: pared, cerca, techo, piso, puerta o ventana. La acción destructora del ladrón puede
producirse sobre la totalidad de estos elementos o sólo sobre alguna de sus partes. Pero, la figura exige como acto
consumativo, el apoderamiento de la cosa.

Robo agravado por circunstancias calificativas del hurto:

Inc. 4: Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 163:

Como lo que califica las circunstancias del art. 163 es el robo, será robo calificado el de quien, por ej., durante la
noche inmovilizó al guía del ciego, para sorprenderlo al otro día, cuando sabe que acostumbraba a contar su dinero
y, allegándose calladamente a él, quitárselo.

O por ejemplo, utilizar llave falsa para entrar al lugar donde se encuentra el objeto de apoderamiento y allí recurrir a
las acciones que constituyen robo, como ejercer fuerza en una caja fuerte.

Agravante por la condición del sujeto pasivo:

El art. 167 bis establece: En los casos enunciados en el presente Capítulo, la pena se aumentará en un tercio en su
mínimo y en su máximo, cuando quien ejecutare el delito fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad,
policiales o del servicio penitenciario
Se trata de un delito especial impropio, que requiere para su realización que el agente ostente, al momento del
hecho, la condición de miembro de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario. La razón de la
agravante no reside únicamente en la calidad del autor, sino en la circunstancia de que dicha investidura facilita la
perpetración del delito y dificulta las tareas de investigación.

Sujeto activo puede ser cualquier miembro integrante de la Policía Federal, policía provincial, Gendarmería Nacional,
Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria, etc., cualquiera sea el grado, función o actividad que
desempeñe al momento del hecho.

El tipo exige que el autor haya ejecutado el delito, es decir, que lo haya cometido en calidad de autor o coautor, no
quedando alcanzado por la agravante los partícipes, instigadores y los encubridores, porque éstos no ejecutan el
hecho sino que sólo intervienen.

5. Extorsión
Los delitos de extorsión son los típicos delitos que se consuman con la cooperación artificiosa de la víctima; son
delitos complejos y plurifoensivos, porque ofenden un interés patrimonial y la libertad personal. En estos delitos (a
diferencia de los delitos como el hurto o el robo, en los que el desplazamiento de la cosa se produce prácticamente
sin la intervención de la acción de la víctima), el desplazamiento de la cosa objeto del delito se produce por la
actividad misma de la víctima, quien es la que entrega o pone la cosa a disposición del autor, pero con su voluntad
viciada por la coerción. Estos delitos suponen un ataque a la libertad de la persona, que no es un fin en sí mismo,
sino un medio para atacar la propiedad ajena, que es el bien jurídico prevalente.

Extorsión básica común:

El art. 168 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de cinco a diez años, el que con intimidación o simulando
autoridad pública o falsa orden de la misma, obligue a otro a entregar, enviar, depositar o poner a su disposición o a
la de un tercero, cosas, dinero o documentos que produzcan efectos jurídicos.

Incurrirá en la misma pena el que por los mismos medios o con violencia, obligue a otro a suscribir o destruir
documentos de obligación o de crédito.

La acción típica consiste en obligar a otro, esto es, compeler, exigir, hacer cumplir una cosa o un mandato.

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La intimidación, la simulación de autoridad pública o la simulación de falsa orden de autoridad pública son los
medios de que se vale el autor para compeler a la víctima y lograr, de esa manera, la prestación deseada.

 La intimidación, o amenaza, consiste en infundir temor en la víctima a través del anuncio o advertencia de un
mal, que recaerá sobre ella o un tercero, o sobre bienes que se estiman valiosos para la persona. Esta
intimidación tiene que ser idónea, es decir, que tenga la aptitud suficiente para crear en la víctima ese
estado de miedo que la obliga a realizar la prestación exigida por el autor. Además, debe ser ilegítima. Lo
característico de la intimidación es que coloca a la víctima ante un dilema: se somete a las exigencias del
autor o afronta el riesgo de que se produzca el daño anunciado. Además, el daño amenazado tiene que ser
futuro, no pasado, pero sí puede ser el anuncio de abstenerse de hacer cesar el mal que actualmente sufre la
víctima.
 La simulación de autoridad pública consiste en fingir o aparentar una calidad funcional que no se posee. El
temor de la víctima tiene su causa en el acto de autoridad que invoca el autor.
 En la simulación de falsa orden de autoridad pública el autor finge la existencia de una orden que proviene
de una autoridad pública, esta puede existir pero lo que debe ser falso es la orden.

Todo acto extorsivo presupone una víctima a quien se le impone una serie de actos que son realizados,
precisamente, por la influencia de aquella actitud compulsiva y que, según la ley, pueden consistir en entregar
(colocar o poner la cosa exigida en poder del agente), depositar (colocar la cosa en un lugar determinado) y poner a
disposición (colocar la cosa en condiciones tales que le permitan al autor disponer materialmente de ella). Los
objetos sobre los que recae la extorsión son las cosas (cosas muebles), el dinero y los documentos que produzcan
efectos jurídicos (cualquier manifestación de voluntad firmada, destinada a servir de prueba).

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. Sujeto pasivo también puede ser cualquier
persona. Es un delito doloso, de dolo directo que se consuma con el perjuicio patrimonial causado a la víctima. La
tentativa es admisible.

Extorsión de documentos:

La figura está prevista en el art. 168 segundo párrafo: Incurrirá en la misma pena el que por los mismos medios o con
violencia, obligue a otro a suscribir o destruir documentos de obligación o de crédito.
La diferencia con el tipo básico reside en dos circunstancias: en el empleo de violencia como medio para cometer el
ilícito y en los actos exigidos a la víctima, esto es, la suscripción o la destrucción de documentos de obligación o de
crédito.

La violencia exigida es la violencia física. En esta hipótesis, el autor obliga a la víctima a suscribir o destruir un
documento de obligación o de crédito. Se suscribe un documento cuando se lo firma; se destruye cuando se lo hace
cesar en su existencia material, rompiéndolo, quemándolo, borrando sus partes esenciales, etc. el documento de
obligación o de crédito es aquel instrumento que representa el derecho de exigir la cosa que es objeto de la
obligación. Este puede ser público o privado y en ambos la destrucción o suscripción de ellos da lugar a un concurso
ideal de delitos entre la extorsión y la falsedad ideológica o la falsedad impropia. Si el documento es en blanco, para
algunos estamos frente a un delito consumado, para otros en cambio, se trataría de una tentativa de extorsión
documental.

Respecto del momento consumativo, si se trata de la acción de destruir un documento, el delito se consuma cuando
la destrucción se ha producido. Si se trata, en cambio, de la acción de suscribir un documento, la consumación se
realiza cuando el documento ha salido del poder del firmante, ya que sólo entonces surge el peligro de vulneración
del bien jurídico protegido. En ambos casos, la tentativa es posible.

Chantaje: extorsión mediante amenazas al honor o de violación de secretos:

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El art. 169 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de tres a ocho años, el que, por amenaza de imputaciones
contra el honor o de violación de secretos, cometiere alguno de los hechos expresados en el artículo precedente.
Los elementos de este delito son los mismos del art. 168 que es la extorsión. La diferencia con la figura básica de
extorsión reside sólo en el medio empleado por el autor: en este caso se emplean amenazas de imputaciones contra
el honor o de revelación de secretos. Carece de importancia que la imputación con la que se amenaza sea verdadera
o falsa, ya que en ambos casos puede lesionarse el honor de la víctima. La amenaza puede asumir variadas formas:
verbal o escrita, expresa o tácita, genérica o indeterminada, encubierta, directa o indirecta, etc., y puede estar
dirigida a lesionar el honor de la víctima o de un tercero.

En cuanto a la violación de secretos, hace referencia a algo que se mantiene dentro de una esfera reservada, íntima
u oculta del individuo que es lo que a la víctima le interesa preservar. La criminalidad de la conducta radica en los
efectos que el acto extorsivo importa: el temor del sujeto pasivo a que un aspecto de su vida íntima adquiera
notoriedad por la indebida divulgación. El secreto puede pertenecer a la víctima o a un tercero. Pero, en todo caso,
debe existir, es decir, debe tratarse de un hecho o circunstancia que se haya dado en la realidad.
En la actualidad, la figura del chantaje prácticamente ha desaparecido como estructura autónoma de los códigos
modernos.

Secuestro extorsivo:

El art. 170 establece: Se impondrá reclusión o prisión de cinco (5) a quince (15) años, al que sustrajere, retuviere u
ocultare a una persona para sacar rescate. Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la pena se elevará a ocho (8)
años. La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión: 1. Si la víctima fuese una mujer
embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad o un mayor de setenta (70) años de edad. 2. Si el hecho se
cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o conviviente; o de otro individuo a quien se
deba respeto particular. 3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas. 4. Cuando la víctima sea una
persona discapacitada; enferma; o que no pueda valerse por sí misma. 5. Cuando el agente sea funcionario o
empleado público; o pertenezca o haya pertenecido a alguna fuerza de seguridad u organismo de inteligencia del
Estado. 6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas. La pena será de quince (15) a veinticinco (25)
años de prisión o reclusión si del hecho resultare la muerte de la persona ofendida, como consecuencia no querida
por el autor. La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causara intencionalmente la muerte de la persona
ofendida. La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la
libertad, sin que tal resultado fuese la consecuencia del pago del precio de la libertad, se reducirá de un tercio a la
mitad.

El secuestro extorsivo es un delito pluriofensivo que se caracteriza por una ofensa al patrimonio a través de un
atentado a la libertad individual. Se trata de una figura de peligro para el derecho de propiedad, de carácter
permanente. Puede ser sujeto activo o pasivo cualquier persona.

La acción material del delito consiste en sustraer (quiere decir tanto apartar a la persona del sitio en donde se
hallaba como sacarla o separarla de la esfera de custodia en la que se encontraba), retener (significa mantener a la
persona fuera de esa esfera de custodia, la retención presupone la sustracción del sujeto por parte de otra persona y
su retención por parte de quien la ha recibido) u ocultar (significa esconder a la víctima).

Subjetivamente, el precepto exige que el secuestro se materialice para sacar rescate, esto es, obtener un precio
(dinero u otra prestación económica) por la libertad del secuestrado. El tipo se satisface con la sola finalidad del
agente de lograr el recate esperado, aunque esté destinado a un tercero. El delito es compatible sólo con el dolo
directo, y se consuma con el secuestro de la persona, independientemente de que se logre o no el recate. La
tentativa resulta admisible.

Su diferencia con el secuestro simple y las coacciones:

Eugenia Sanchez
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La diferencia entre el secuestro y la privación de la libertad (141) reside en el fin de sacar rescate que se exige en el
secuestro. La conducta de quien priva ilegalmente de la libertad a otra persona, con el fin directo de afectar la
propiedad de la secuestrada, mediante la obtención de un pago por la liberación de aquella, configura el delito
tipificado en el art 170 del CP, por ser más específico que el tipo genérico del art 142 bis, pues el primero contiene
elementos especificadores de lesión predominante al bien jurídico de la propiedad, aunque este perjuicio se logre
por medio de vulnerar el bien jurídico de la libertad individual. Entre los artículos 142 bis y 170 del Código Penal
media una relación de especialidad, que está dada sobre todo por la finalidad tenida en mira por el sujeto activo, la
cual en los delitos contra la libertad personal resulta impulsada por la voluntad de obligar a la víctima, a hacer o
tolerar algo en contra de su voluntad, para obtener un lucro o beneficio -como el cobrar por hacer menos gravosa la
detención-, o hacer trabajar a la persona en provecho del agente, que sea totalmente ajeno al propósito que, en
cambio, es específico del secuestro extorsivo prohibido por el art 170, cual es el de obtener rescate -precio o valor
económico- por la liberación del rehén, afectando así la propiedad de éste o de un tercero.

Agravante:

“Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la pena se elevará a ocho (8) años”.

Cuando logra su propósito, es decir, el precio de la libertad del secuestro.

Reagravante:

Fueron incorporados por la Ley 25742:

“La pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión:

1. Si la víctima fuese una mujer embarazada; un menor de dieciocho (18) años de edad o un mayor de setenta
(70) años de edad.
2. Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente; de un hermano; del cónyuge o conviviente; o de
otro individuo a quien se deba respeto particular.
3. Si se causare a la víctima lesiones graves o gravísimas.
4. Cuando la víctima sea una persona discapacitada; enferma; o que no pueda valerse por sí misma.
5. Cuando el agente sea funcionario o empleado público; o pertenezca o haya pertenecido a alguna fuerza de
seguridad u organismo de inteligencia del Estado.
6. Cuando participaran en el hecho tres (3) o más personas.

La pena será de quince (15) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión si del hecho resultare la muerte de la
persona ofendida, como consecuencia no querida por el autor.

La pena será de prisión o reclusión perpetua si se causara intencionalmente la muerte de la persona ofendida”.

Atenuante:

“La pena del partícipe que, desvinculándose de los otros, se esforzare de modo que la víctima recupere la libertad, sin
que tal resultado fuese la consecuencia del pago del precio de la libertad, se reducirá de un tercio a la mitad”.

Se trata de buscar una solución normativa para aquellos que tienen cierta intervención en el secuestro, instándolos a
prestar una colaboración activa en la liberación de la persona secuestrada. Con arreglo al texto legal, sólo se
beneficia a los partícipes en el delito, y ducho beneficio se encuentra condicionado a que las personas delatadas
tengan una responsabilidad mayor en el hecho que la del aportante de la información.

Pero, la reducción de la pena sólo tiene operatividad si la víctima ha recuperado su libertad como consecuencia del
accionar del arrepentido.

Sustracción de cadáveres:

Eugenia Sanchez
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El art. 171 establece: Sufrirá prisión de dos a seis años, el que substrajere un cadáver para hacerse pagar su
devolución.
La acción material del delito es sustraer, esto es, apoderarse, apropiarse, quitar, tomar el cadáver, etc. No es
indispensable que el agente conserve el cadáver de modo que pueda devolverlo, sino que igualmente incurre en el
delito quien lo sustrajo y se deshizo de él por cualquier motivo. El objeto de la sustracción tiene que ser un cadáver,
es decir, los restos de un cuerpo muerto que fue persona humana, quedando excluidas las cenizas. Con respecto al
feto, no parece que responde al concepto de cadáver exigido, pero sí tal vez si se tratara de un feto de varios meses.

Sujeto activo como pasivo puede ser cualquier persona. Se trata de una figura especializada subjetivamente,
teniendo en cuenta que la disposición de manera expresa exige que la sustracción del cadáver lo sea para hacerse
pagar su devolución. Cualquiera otra finalidad que no sea la de obtener un precio en dinero u otro valor de
contenido patrimonial excluye el delito. Es compatible sólo con el dolo directo, se consuma con la mera sustracción
del cadáver, siempre que el autor persiga el propósito de hacerse pagar por su devolución. La tentativa resulta
admisible.

BOLILLA 14
1. Estafas y otras defraudaciones
La defraudación es el género delictivo y la estafa la especie. Toda estafa es siempre una defraudación, pero no toda
defraudación es necesariamente una estafa. La nota común de ambas es el perjuicio material o la lesión del
patrimonio ajeno, ya que no puede haber estafa o abuso de confianza, sin perjuicio patrimonial.

La defraudación no es un tipo delictivo sino una expresión genérica que abarca distintas clases de estructuras típicas:
la estafa y el abuso de confianza.

En la doctrina se discute si lo protegido por estos delitos es el patrimonio en su conjunto, concebido como
universitas iuris, o si, por el contrario, lo que se ven afectados son los elementos integrantes del patrimonio. La
doctrina mayoritaria se ha pronunciado a favor de la segunda postura. Para la consumación del delito de estafa es
suficiente con que la lesión se produzca en un concreto elemento del patrimonio.

Estafa y abuso de confianza. Criterios de distinción:

ESTAFA ABUSO DE CONFIANZA


Se caracteriza por un vicio inicial causado por el fraude No hay fraude inicial, la relación entre las partes es
del autor. legítima. La actividad defraudatoria aparece con
posterioridad a esa relación jurídica preexistente.
El dolo del autor es siempre anterior a la prestación El dolo es posterior, aparece luego de que las partes han
patrimonial. formulado el acuerdo inicial lícito.
La relación jurídica entre el autor y la víctima es Existe una relación situacional legítima por su origen, de
ilegítima, la confianza es lograda mediante fraude, lo que verdadera confianza entre las partes. El abuso
determina la entrega de la cosa. defraudatorio aparece con posterioridad, que se puede
manifestar con la retención de la cosa por ej.
Como consecuencia del fraude, la relación jurídica inicial Por no concurrir el fraude, el acto jurídico inicial no es
es siempre nula, por vicio del consentimiento. nulo sino lícito.
La entrega de la cosa se hace siempre a título traslativo La entrega es siempre a título precario, sin otorgar
de dominio, posesión o tenencia y casi siempre para no facultad de disposición alguna sobre ella, generalmente,
ser restituida. Se confiere al sujeto activo el poder de con la obligación de entregar o devolver.
disposición de la cosa.

Estafa:
Eugenia Sanchez
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El art. 172 establece: Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre
supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito,
comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño.

La estafa es la acción de defraudar a otro mediante cualquier ardid o engaño, entonces, la acción material del delito
consiste en defraudar a otro, es decir, en emplear un fraude con una finalidad concreta y determinada: lograr de un
tercero una disposición patrimonial que se traduce en la obtención de un beneficio indebido para el autor y en un
perjuicio económico para la víctima o para un tercero. Entonces, la defraudación no es más que la causa de un
perjuicio patrimonial injusto y el fraude es el medio de que se vale el autor para conseguir ese resultado.

Los elementos que deben concurrir para la configuración de la estafa, son: a) una conducta engañosa, que constituye
el elemento central del delito; b) el error de otra persona, causado por el comportamiento engañoso; c) una
disposición patrimonial que tiene su causa en el error; y d) un perjuicio económico para el sujeto pasivo o para un
tercero, que es consecuencia del acto de disposición.

A) El ardid y el engaño: son elementos intelectuales o inmateriales, cuya génesis se produce en la psiquis del
individuo. El ardid es un artificio empleado hábil y mañosamente para el logro de alguna cosa; el engaño es la falta
de verdad en lo que se dice, piensa o hace. El fraude debe ser siempre mentiroso, sea que se manifieste como
engaño o como ardid.

La estafa es un delito de doble voluntad, en donde uno engaña y otro es engañado, los dos accionan. Lo que importa
es que el medio empleado configure un medio engañoso y que ese medio engañoso haya causado los resultados
esperados por el autor. Si esta secuencia se ha logrado (ardid + error + disposición patrimonial + perjuicio), es
porque el medio engañoso ha sido idóneo y efectivo. Pero, es necesario observas las circunstancias de cada caso
particular, comprendiendo la personalidad del sujeto pasivo.

En la estafa, el destinatario del engaño siempre debe ser una persona física. El derecho debe exigir un cierto nivel de
diligencia que le permita al sujeto descubrir el fraude, por lo tanto, no habrá falta de engaño suficiente si con una
diligencia adecuada el sujeto pasivo hubiera podido descubrir el ardid y la conducta engañosa. El engaño puede
recaer sobre hechos y sobre juicios de valor.

La simple mentira: ésta puede ser medio de engaño, si la mentira ha engañado al sujeto y éste ha dispuesto
patrimonialmente en su perjuicio o en el de un tercero, como consecuencia del obrar mentiroso del autor, entonces
debemos concluir que la mentira ha configurado un medio engañoso y, por lo tanto, ha sido idónea para
perfeccionar la estafa.

Hay engaños socialmente aceptados que son aquellos hechos sobre los que, debido a las reglas de juego social y
cotidiano, todos admiten su existencia en el diario quehacer, pero a los que se les resta valor defraudatorio, por la
poca o nula relevancia que se les da (por ej. publicidades exageradas).

El silencio (estafa por omisión) es cuando existe el deber correlativo de no guardar silencio, o de manifestar lo que se
calla, por disposición de la ley, en virtud de una convención o de un hecho precedente atribuible al propio agente.
Implica una omisión determinante del error de quien debió saber la verdad.

El polizonaje, son casos de engaños implícitos, esto es, aquellos que derivan de una conducta del sujeto activo que
lleva asociada o implícita la idea de que se va a cumplir la contrapartida que en la situación dada se espera. En estos
supuestos, el autor hace creer o da a entender que cumplirá con la contraprestación dada, sabiendo de antemano
que no lo hará.

El timo del nazareno consiste en una maniobra realizada por quien finge ser el dueño de una empresa o
establecimiento para adquirir productos o mercancías a crédito y, como forma de pago, suscribe o entrega
documentos, sabiendo de antemano que no abonará la deuda, para así vender dicha mercadería a un precio inferior
al real y obtener, en forma rápida, dinero en efectivo.

Eugenia Sanchez
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La estafa de hospedaje es una intención defraudatoria inicial en no cumplir lo convenido o pactado con la otra
persona. Estamos ante lo que se conoce como engaños implícitos, ya que el agente hace creer o finge que va a
cumplir con la contraprestación esperada.

Los negocios jurídicos criminalizados, se lo denomina estafa contractual, se manifiestan como una conducta
engañosa dirigida a captar maliciosamente el consentimiento de la otra parte contratante para que ésta se obligue a
realizar una disposición patrimonial perjudicial para su patrimonio o el de un tercero.

B) El error: es el conocimiento falso sobre algo. Es el elemento nuclear de la estafa, ya que si la conducta engañosa
no suscita un error en la víctima, no es posible hablar de estafa. Es el nexo que une el ardid o el engaño con el
perjuicio patrimonial.

Sólo pueden padecer el error las personas que tengan el discernimiento necesario para realizar un juicio crítico
acerca de la verdad o falsedad de un hecho. Carecen de esta aptitud los incapaces (dementes, inconscientes, etc.)
porque, al no tener capacidad de discernimiento, no pueden ser engañados. El error debe ser causado en el otro por
el autor.

C) El acto de disposición: la dinámica de estafa requiere, para su perfección, que a consecuencia del engaño y el
consiguiente error del sujeto pasivo, derive un acto de disposición patrimonial (que es un acto positivo, omisivo o de
tolerancia que produce, en forma directa e inmediata, una disminución del patrimonio) lesivo para la víctima o para
un tercero. Este acto de disposición, debe ser la consecuencia del error padecido por la víctima y la causa del
perjuicio patrimonial.

La disposición de la cosa debe ser realizada por la misma persona engañada (víctima), pero no necesariamente debe
existir tal coincidencia entre el engañado y la persona que ha sufrido el perjuicio (ofendido), ya que pueden ser
personas distintas y esto es lo que se llama estafa en triangulo, que es un caso en el que el sujeto engaña a otro para
que éste le haga entrega de una cosa perteneciente a un tercero.

D) El perjuicio patrimonial: es un elemento esencial del delito ya que sin él no existe defraudación. El perjuicio es el
daño, menoscabo o detrimento sufrido en el patrimonio de un tercero por obra del fraude del autor. El perjuicio
siempre debe ser patrimonial. Como delito patrimonial que es, la estafa es un delito de daño efectivo y como tal
requiere, para su consumación, la producción de un perjuicio económico cierto y real, no meramente hipotético o de
posible concreción.

Ahora, la compensación patrimonial, es decir, la pérdida de la cosa o su valor económico que se compensa con un
equivalente, elimina el perjuicio y, por lo tanto, el delito de estafa.

Casos no enunciados expresamente en el Código Penal:

La estafa procesal: en este caso quien padece el engaño es el juez con competencia para dictar la resolución de la
que deriva el perjuicio patrimonial para la parte contrario o un tercero. Configura un caso de desdoblamiento entre
la víctima del fraude y el ofendido por el delito, en el que la víctima es el juez y el ofendido es la parte o el tercero
sobre quien recaen las consecuencias económicamente perjudiciales del fallo judicial. Se trata de un caso de estafa
en triangulo.

Le sujeto activo, en principio, es el demandante. Sujeto pasivo pueden ser, el demandado o un tercero.

Existe sólo cuando la parte se vale de elementos de prueba fraudulentos. No basta afirmar con decir mentiras o
falsedades en un escrito judicial, sino que se requiere de elementos que tengan aptitud para engañar al juez.

Estafa de servicios o alimentos: conocida como “petardismo” o “gorronería”, consiste en el hecho de consumir
alimentos o bebidas en un restaurante, bar, café, etc., sin pagar la consumición, sabiendo de antemano que no se
abonará la deuda o con la intención de no hacerlo. Esto también se extendió a otras situaciones, por ej. alojarse en

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hoteles con el propósito de no pagar o utilizar un transporte público con el mismo fin. Es una estafa en la modalidad
de apariencia de bienes.

Casos previstos en el art. 172:

El artículo realiza una enumeración meramente ejemplificativa de la cual se puede clasificar a la estafa en:

 Nombre supuesto: es el nombre fingido, el que no es el propio del autor, es decir, aquella simulación relativa
a la identidad de la persona. Puede ser un nombre falso (que no exista o que sea imaginario) o verdadera (de
otra persona). Puede tratarse de nombre de pila, de un seudónimo o del apellido.
 Calidad simulada: la calidad es la condición o conjunto de condiciones que distinguen a una persona, sea en
cuanto a su estado, situación personal o familiar, condiciones jurídicas o sociales, etc. Por ej. simular el
estado civil, la nacionalidad, etc.
 Falsos títulos: el título es una calidad que habilita para determinadas funciones y que contiene ciertos
honores. Comprende el título profesional, concesiones (monja, sacerdote, etc.) y los títulos de nobleza. En
este caso, el autor se otorga un título o capacidad profesional que no posee.
 Apariencia de comisión: hace referencia a un mandato, encargo o representación, que el autor da a un
tercero. La apariencia abarca tanto la simulación del encargo como aquella comisión que, si bien es real,
aparece con un significado distinto o de mayor entidad que el verdadero.
 Influencia mentida: es una influencia inexistente, que se hace creer a la víctima para defraudarla.
 Abuso de confianza: la confianza es la seguridad que se tiene en una persona con respecto a la cual se
omiten los cuidados o precauciones habituales. Se trata de una confianza que pudo haber sido creada por el
autor o simplemente aprovechada la ya existente para perfeccionar el delito.
 Apariencia de bienes, crédito, empresa o negociación: exige que la conducta tenga cierta entidad objetiva, es
decir, que vaya acompañada de ciertos hechos exteriores o maniobras engañosas que conduzcan al error o
al juicio equivocado del destinatario del engaño.

La estafa es un delito doloso, de dolo directo. Es un delito material y de resultado, requiriendo para su consumación
la producción de un perjuicio en el patrimonio de la víctima o de un tercero.

Abusos de confianza:

La confianza es la fe, la seguridad que se tiene en otra persona. Abuso de confianza consiste en que el autor se
aproveche dolosamente de esa fe que la víctima depositó en él, para conseguir una disposición patrimonial de ella.
La confianza no debe ser entendida en sentido personal, sino como consecuencia de las relaciones jurídicas que
imponen a una de las partes confiar en que la otra cumplirá con la obligación pactada y por eso se omite tomar
recaudos especiales. Las figuras de abuso de confianza están en el artículo 173 incisos 2, 4, 7 y 11.

2. Casos especiales de estafa


El art. 173 establece: Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se considerarán casos especiales
de defraudación y sufrirán la pena que él establece:
1. El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue en virtud de
contrato o de un título obligatorio;
2. El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos o
cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título que
produzca obligación de entregar o devolver;
3. El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento;
4. El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella algún documento
en perjuicio del mismo que la dio o de tercero;
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5. El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder, con perjuicio del
mismo o de tercero;
6. El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos;
7. El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el manejo, la
administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de procurar para sí o para
un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes perjudicare los intereses confiados u
obligare abusivamente al titular de éstos;
8. El que cometiere defraudación, substituyendo, ocultando o mutilando algún proceso, expediente, documento
u otro papel importante;
9. El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren embargados o gravados; y
el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos;
10. El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros empleados públicos;
11. El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las condiciones
pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier acto jurídico relativo al mismo bien,
aunque no importe enajenación, sea removiéndolo, reteniéndolo, ocultándolo o dañándolo, siempre que el
derecho o la obligación hubieran sido acordados a otro por un precio o como garantía;
12. El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un contrado de leasing,
que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y de esta manera
defraudare los derechos de los cocontratantes;
13. El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo ejecutara en perjuicio del
deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente omitiera cumplimentar los
recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial;
14. El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera consignar en el título los
pagos recibidos.
15. El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando la misma hubiere sido
falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor mediante ardid o engaño, o
mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo hiciere por medio de una operación automática.
16. El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que altere el normal
funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos.

 Fraudes en la entrega de cosas:

Inc. 1: El que defraudare a otro en la substancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue en virtud de
contrato o de un título obligatorio:

La acción típica consiste en defraudar a otro en la entrega de una cosa en virtud de un contrato o un título
obligatorio. Exige que la víctima abone un precio por una cosa en la creencia (error) de que lo que adquiere
responde a las verdaderas características que el autor pregona respecto de esa cosa (engaño). La figura supone
siempre un autor que se encuentra obligado a dar y entrega una cosa inferior en sustancia (naturaleza o esencia),
calidad (que es mejor o peor) o cantidad (número, peso o medida) respecto de la que debió entregar.

Debe tratarse de un negocio jurídico válido, que obligue a entregar la cosa, y de carácter oneroso, ya que si fuera
gratuito quedaría excluido del delito por ausencia de perjuicio patrimonial.

La cosa sobre la que recae el delito puede ser mueble o inmueble. Se trata de un delito doloso, de dolo directo, que
se consuma con la entrega de la cosa y el pago del precio, siempre que dicha entrega haya causado un perjuicio
económico cierto y determinable en el patrimonio del sujeto pasivo. La tentativa es admisible.

 Defraudación haciendo suscribir un documento:

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Inc. 3: El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento:

Consiste en defraudar a otro, mediante engaño, algún documento, es decir, en causarle un daño real, de naturaleza
patrimonial. El tipo requiere una conducta engañosa que induce a otra persona a suscribir (firmar) un documento, de
lo cual deriva un perjuicio patrimonial para el sujeto pasivo.

Debe darse una relación causal entre la conducta del sujeto activo (que debe emplear engaño) y el perjuicio
provocado a la víctima (que es quien suscribe el documento).

El objeto del delito es un documento, que puede ser de cualquier naturaleza, pública o privada, que pueda producir
efectos jurídicos. Se trata de un delito doloso, admitiendo sólo el dolo directo. Se consuma con el perjuicio para el
patrimonio del sujeto pasivo. La tentativa es admisible.

 Hurto impropio:

Inc 5: El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder, con perjuicio
del mismo o de tercero:

El delito consiste en sustraer una cosa mueble propia que se encuentra legítimamente en poder de un tercero. No es
un hurto porque la cosa es propiedad de quien la realiza; ni configura un tipo de estafa porque faltan el engaño, el
error y el acto de disposición patrimonial del sujeto pasivo. En realidad, como dice Nuñez, es una especie de
defraudación, ya que el propietario de la cosa, al sustraerla del poder de su tenedor, frustra la efectividad de la
seguridad o garantía que éste espera en la tenencia de la cosa.

Es necesario que la cosa sea tenida por un tercero de manera legítima y el propietario sea el autor de la sustracción.
Por lo tanto, no configura el delito la sustracción de la cosa a quien la detenga ilegítimamente o quien ejerce una
retención sin derecho, acá sería hurto o robo.

Sujeto activo el del dueño de la cosa (delito especial propio). Sujeto pasivo es quien tiene legítimamente en su poder
la cosa sustraída. El objeto del delito es una cosa mueble, en el sentido de cosa susceptible de ser trasladada de un
lugar a otro. Es un delito doloso, de dolo directo, y se consuma con el perjuicio efectivo en el patrimonio del sujeto
pasivo. El perjuicio se determina por el desapoderamiento de la cosa del poder del legítimo tenedor al del autor. El
delito es de daño efectivo, por lo tanto resulta admisible la tentativa.

 Defraudación mediante contrato simulado o falso recibo:

Inc. 6: El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibidos:

El delito consiste en otorgar un contrato simulado o un falso recibo, en perjuicio de otro. Se trata de un caso de
codelincuencia, en el que dos personas fingen un acto (el contrato o el recibo) para perjudicar a otra.

Un contrato es simulado cuando aparenta un acto jurídico que no es real o no es el verdadero. El recibo es falso
cuando contiene una constancia de la entrega de algo que no responde a la realidad. La falsedad puede tener
relación con cosas o personas.

El acto simulado sólo tiene relevancia penal cuando defrauda a otra persona, esto es, cuando la perjudica en su
patrimonio.

Sólo resulta admisible el dolo directo, y se consuma con la producción del perjuicio. El momento consumativo
coincide con el otorgamiento del contrato o falso recibo, siempre y cuando éstos tengan carácter dispositivo (por ej.
la entrega del recibo liberador de una deuda). Si sólo crean una obligación, la consumación requiere el uso exitoso
de ellos. La tentativa es admisible.

 Defraudación por supresión de documentos:

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Inc. 8: El que cometiere defraudación, substituyendo, ocultando o mutilando algún proceso, expediente,
documento u otro papel importante:
El delito consiste en defraudar a otro mediante la sustitución, ocultación o mutilación de un proceso, expediente,
documento u otro papel importante.

La dinámica del tipo permite que pueda cometerse por acción o por omisión. Se estará ante una omisión impropia
cuando la conducta defraudatoria se concrete mediante el ocultamiento.

Sustituye el que cambia o reemplaza una cosa por otra de distinto significado; oculta el que esconde o hace
desaparecer; y mutila el que quita, arranca, separa, altera o destruye, total o parcialmente, esa cosa. En todos los
casos debe tratarse de un elemento de valor probatorio y con significado patrimonial.

El delito requiere sólo dolo directo. Se consuma con la producción del perjuicio que deriva de las conductas típicas
lesivas para la propiedad ajena. El delito es material, de resultado y admite la tentativa.

 Estelionato:

Inc. 9: El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren embargados o gravados;
y el que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos:

El delito puede cometerse de dos maneras posibles: vendiendo o gravando como bienes libres los que fueren
litigiosos o estuvieran gravados o embargados; y vendiendo, gravando o arrendando como propios bienes ajenos. El
engaño en esta forma de estafa reside en invocar una condición relativa al bien que no la posee (como “libre” o
como “propio”).

La venta se realiza cuando una de las partes se obligue a transferir a la otra la propiedad de una cosa, y ésta se
obligue a recibirla y a pagar por ella un precio cierto en dinero. La mera promesa de venta no da lugar al delito. El
gravamen es la constitución de un derecho real de garantía sobre un bien, al cual afecta (hipoteca, prenda,
anticresis). Debe ser válido, estar constituido y no haber caducado antes de la venta o gravamen sobre el bien. El
arriendo se da cuando una persona se obliga a conceder el uso o goce de un bien por un precio determinado en
dinero.

El bien puede ser mueble o inmueble. Es litigioso cuando está sometido a una contienda judicial. Está embargado
cuando se encuentra afectado al pago de un crédito. El bien está gravado cuando pesa sobre él un derecho real de
garantía. Es ajeno cuando no pertenece, total o parcialmente, al autor.

El perjuicio defraudatorio se concreta en el momento en que el sujeto pasivo efectúa su prestación: si se trata de
venta, en el momento del pago del precio o de la transferencia de la cosa; en el caso de arriendo, cuando se paga el
precio pactado; y en el caso de gravamen, cuando se realizó la prestación patrimonial que aquél aseguraba.

Es un delito doloso, de dolo directo, y por tratarse de un delito de resultado material, se perfecciona con el perjuicio
patrimonial para la propiedad ajena; coincide el momento consumativo con la recepción de la prestación por parte
del autor, que le causa un perjuicio patrimonial al sujeto pasivo. La tentativa resulta admisible.

 Defraudación con pretexto de supuesta remuneración:

Inc 10: 1El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros empleados públicos:

La acción se trata de una estafa que consiste en defraudar a otro. El engaño aparece en el momento en que el autor
alega fingidamente que debe efectuar una remuneración al juez o al empleado público para obtener el acto
esperado. Así, el agente logra una prestación económicamente perjudicial para la víctima.

Eugenia Sanchez
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La remuneración es el pago, recompensa, retribución de carácter patrimonial que el autor promete, puede tratarse
de dinero o de otros bienes apreciables económicamente. Pero ésta debe ser fingida, ya que si la remuneración se
realiza, ya no hay estafa pero hay cohecho.

Sujeto activo del delito puede ser cualquiera, incluso un funcionario público. Sujeto pasivo también puede ser
cualquiera. Los destinatarios de la supuesta remuneración deben ser un juez o un empleado público.

Se trata de un delito doloso, que se consuma con la producción de un perjuicio patrimonial, que se concreta con el
acto de entrega de la remuneración al autor por parte del sujeto pasivo. Por tratarse de un delito de resultado
material, la tentativa es posible.

 Defraudación mediante fideicomisos, fondos comunes de inversión o contrato de leasing (Defraudación de


derechos de cocontratantes)

Inc. 12: El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un contrato de leasing,
que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y de esta manera defraudare
los derechos de los cocontratantes; Incorporado por ley 24.441.

Los sujetos activos del delito sólo pueden ser el titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión y
el dador de un contrato de leasing. Sujetos pasivos son, consecuentemente, el fiduciante, el beneficiario; los
inversionistas de un fondo común de inversión y el tomador de un contrato de leasing.

a) El delito del titular fiduciario: se exige como presupuesto la existencia de un contrato de fideicomiso. Hay
fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmite la propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra
(fiduciario), quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato (beneficiario), y a transmitirla
al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario.

Autor del delito es el titular fiduciario, que es la persona que recibe los bienes fideicomitidos. Es el titular del
patrimonio fideicomitido durante toda la vigencia del contrato. Tiene a su cargo la administración de estos bienes u
puede disponer de ellos o gravarlos, aún sin consentimiento del fiduciante o del beneficiario; pero toda operación
financiera o económica que realice no puede resultar perjudicial para los derechos de los contratantes.

La materialidad del delito consiste en “disponer” (vender, ceder, donar) “gravar” (someter el bien a un embargo,
prenda, hipoteca) o “perjudicar” (dañar, ocultar, hacer desaparecer) los bienes recibidos en fideicomiso. Los bienes
pueden muebles o inmuebles.
El tipo requiere que el titular fiduciario obre en provecho propio o de un tercero, el beneficio es económico. Hay
dolo directo y se consuma con el perjuicio patrimonial de los contratantes.
b) El delito del administrador del fondo común de inversión: los fondos comunes de inversión están regulados por la
ley 24.083, que considera FCI el patrimonio integrado por valores mobiliarios con oferta pública, metales preciosos,
divisas, derechos y obligaciones derivadas de operación de futuro y opciones instrumentos emitidos por entidades
financieras autorizadas por el BCRA, y dinero, pertenencias a diversas personas a las cuales se les reconocen
derechos de copropiedad representados por cuotas partes caratulares o escriturales. Estos fondos no crean
sociedades y no tienen personería jurídica.

El sujeto activo es el administrador del FCI que es la persona que tiene a su cargo la administración y representación
de la sociedad, en virtud de una obligación contractual.

Los sujetos pasivos son los beneficiarios o copropietarios. LA conducta prohibida por el tipo es la misma que para el
delito del titular fiduciario.

c) El delito del dador de un contrato de leasing: la palabra “leasing” viene de arrendar, alquilar, dar o tomar en
arriendo. El leasing es un contrato de locación de cosas al que se agrega una opción de compra a ejercer por el

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tomador. Si el tomador decide comprar el bien, los montos pagados periódicamente serán descontados del precio
total del mismo. Éste es el leasing financiero.
Los sujetos activos pueden ser, una entidad financiera (bancos de inversión, compañías financieras y bancos
comerciales) o una sociedad que tenga por objeto la realización de este tipo de contratos. El sujeto pasivo es el
tomador del contrato. El objeto del delito son las cosas muebles individualizadas compradas especialmente por el
dador a un tercero o inmuebles del dador.

 Defraudación por ejecución indebida de inmueble:

Inc. 13: El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo ejecutara en perjuicio
del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente omitiera cumplimentar los
recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial;

El autor del delito es alguien está autorizados a ejecutar extrajudicialmente el inmueble, o sea, un acreedor
hipotecario. El sujeto pasivo es el deudor de la obligación hipotecaria.

Esta disposición contempla dos tipos delictivos, uno activo y otro omisivo: que el autor ejecute el inmueble a
sabiendas de que el deudor no se encuentra en mora; que el autor ejecute el inmueble, omitiendo maliciosamente
cumplir los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial.

a) Ejecución perjudicial de hipoteca: el delito consiste en ejecutar extrajudicialmente un inmueble, afectado a


garantía hipotecaria, a sabiendas de que el deudor no se encuentra en mora con respecto al pago de su obligación. El
procedimiento extrajudicial tiende a que el deudor satisfaga la prestación o se someta al riesgo de la venta forzosa
del bien. La norma requiere que un deudor esté en mora, no hubo satisfacción a tiempo de la prestación. El tipo
penal exige que el autor obre sabiendo que el deudor no está en mora con sus obligaciones. Por lo tanto, sólo hay
dolo directo.
b) Omisión de recaudos legales: el delito consiste en que el autor ejecute el inmueble, omitiendo maliciosamente
cumplir los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial.

Los recaudos que debe cumplir este acreedor hipotecario son los determinados en los arts. 57 a 59 de la ley 24.441:

La “verificación” del inmueble, la constatación notarial de su estado físico y ocupacional / la venta debe ser
“extrajudicial”, en remate público, no en forma privada / la “publicidad” de la subasta / las “condiciones de venta”
del bien a subastar / la “notificación” fehaciente al deudor de la fecha de la subasta, en los términos del art 59.

Se trata de un delito de simple omisión, que se consuma con el incumplimiento de los recaudos exigidos por la ley
para la realización de la subasta. El tipo exige que se obre maliciosamente, que haya mala fe en el accionar dirigido a
perjudicar económicamente al deudor u obtener algún provecho patrimonial injusto.

 Defraudación en el cobro de letras hipotecarias:

Inc. 14: El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera consignar en el título
los pagos recibidos:

Las letras hipotecarias son títulos valores garantizados con una hipoteca en primer grado. Estas letras tienen
cupones para instrumentar las cuotas de capital o intereses. Quien haga el pago tendrá derecho a que le entregue el
cupón o a que los pagos parciales se anoten en el cuerpo de la letra (que se consignen).

El delito consiste en omitir consignar en el título de los pagos recibidos.

El sujeto activo es el tenedor de la letra. Sujeto pasivo es el deudor de la obligación. Es un delito de dolo directo. Es
un delito de omisión propia, ésta omisión causa un perjuicio patrimonial en el deudor hipotecario.

 Defraudación mediante tarjeta de compra, de débito o crédito:


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Inc. 15: El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando la misma hubiere
sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor mediante ardid o engaño, o
mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo hiciere por medio de una operación automática:

En estos casos no hay una persona que engaña y otra que es engañada, sino que este tipo penal se da entre una
persona y una máquina. Será suficiente para la tipicidad de la estafa, que el autor utilice una tarjeta magnética con
las características requeridas por el texto legal, para obtener un beneficio patrimonial indebido, en detrimento de la
propiedad ajena. En algunos casos se usará la tarjeta para engañar o inducir a error a otra persona, pero en muchas
otras situaciones el engaño recaerá sobre una máquina automática, que es la que producirá el desplazamiento de la
cosa al poder del autor.

La acción típica es defraudar para tipos legales distintos. Uno es el defraudar mediante el uso de una tarjeta de
compra, crédito o débito, cuando ella hubiere sido falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida, u obtenida del
legítimo emisor mediante ardid o engaño. El otro, defraudar mediante el uso no autorizado de los datos contenidos
en la tarjeta.
Este supuesto consiste en una estafa en el que el uso ilegítimo de una tarjeta magnética representa el engaño típico
del procedimiento defraudatorio.
Tarjeta de crédito es un documento por medio del cual el titular obtiene bienes o servicios sin necesidad de realizar
el pago en forma inmediata.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo, puede ser el titular de la tarjeta, que es el portador del
interés perjudicado por el delito. El proveedor o comerciante adherido al sistema de tarjetas de crédito puede
resultar damnificado por el delito.

El delito es doloso. Tratándose de un delito de resultado material, la consumación coincide con el perjuicio
patrimonial. La tentativa es admisible.

Se pueden dar diversas formas:

1. Uso de una tarjeta verdadera para defraudar.


2. Uso de una tarjeta verdadera obtenida mediante ardid o engaño.
3. Uso de una tarjeta falsificada o adulterada para defraudar.
4. Uso de una tarjeta hurtada o robada para defraudar.
5. Uso de una tarjeta perdida para defraudar.
6. Uso de una tarjeta verdadera por su titular una vez agotado el crédito concedido.
7. Uso de una tarjeta verdadera por parte de un tercero autorizado una vez agotado el crédito concedido.
8. Uso de una tarjeta verdadera cancelada o caducada.
9. Uso de una tarjeta verdadera por persona no autorizada.
10. Uso de una tarjeta codificada o instrumento similar provisto de banda magnética, para obtener distintos
servicios (telefónico, de una fotocopiadora, de una gasolinera, etc.)
11. Uso de los datos contenidos en una tarjeta magnética.

 Defraudación por medios informáticos:

Inc. 16: El que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que altere el normal
funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de datos:

Se trata de una figura especializada por el medio empleado. La acción típica consiste en defraudar a otro, esto es,
causar un perjuicio de contenido patrimonial. La diferencia con la estafa tradicional reside en que el engaño y el
error son reemplazados por el empleo de cualquier técnica de manipulación informática. Como no resulta posible

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engañar a una máquina, la defraudación se produce por la sola circunstancia de usar el sujeto activo una técnica de
manipulación informática en perjuicio de un tercero.
El tipo exige, como medio comisivo, el empleo de una técnica de manipulación informática, esto es, cualquier
modificación del resultado de un proceso automatizado de datos, sea que se produzca a través de la introducción de
nuevos datos o de la alteración de los existentes en el computador, en cualquiera de las fases de su procesamiento o
tratamiento informático.

Se trata de un tipo penal de titularidad indiferenciada. Cualquier persona puede ser sujeto activo del delito, mientras
que sujeto pasivo es el titular del patrimonio perjudicado por la acción delictiva.

Al tratarse de una estafa, es necesario el perjuicio patrimonial del patrimonio del sujeto pasivo, lo cual se dará
cuando se vea privado de un elemento integrante de su patrimonio por obra de la acción delictiva, cuya disminución
resulta evaluable económicamente.

Es un caso de estafa impropia, en la que el engaño y el error son reemplazados por la maniobra informática, y la
disposición patrimonial perjudicial será, en algunos casos, realizada por una persona física y en otros casos por la
propia máquina (por ej. transferencia de fondos de una cuenta a otra, directamente realizada por el sistema
informático, sin la intervención de una persona física.

Se trata de un delito doloso, que admite únicamente el dolo directo, y se consuma con el perjuicio patrimonial que
resulta de la maniobra informática.

3. Casos especiales de abuzo de confianza


 Retención indebida:

Inc. 2: El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos o
cualquier otra cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título que produzca
obligación de entregar o devolver:

El delito se estructura sobre dos acciones típicas: negarse a restituir o no restituir a su debido tiempo; si el tiempo o
fecha de la devolución han sido pactados, ese momento marca el tiempo oportuno para la devolución, en cambio, si
nada se ha convenido sobre el particular, debe establecerse el tiempo oportuno, es decir, debe constituirse en mora
al obligado para que su omisión sea penalmente típica. Vencido el plazo acordado sin que se haya producido la
restitución de la cosa, el delito se ha consumado.

Con arreglo a la teoría de la apropiación, la materialidad del delito reside en la apropiación de la cosa, como si ésta
fuese propia. Apropiarse de una cosa, es establecer sobre ella relaciones equivalentes a las del propietario, sin la
intención de devolverla. Contrariamente, la teoría de la no restitución, concibe al delito como una omisión, que se
verifica en la negativa a restituir o en la no restitución a su debido tiempo.

El delito es un tipo de defraudación, que exige como presupuesto la existencia de una relación, jurídica o de hecho,
entre el autor de la retención y el titular de la cosa. Esta relación se pone de manifiesto con la existencia de un título
que produce la obligación de entregar o devolver la cosa. Pero para que pueda cometerse el delito, el autor debe
haber recibido la cosa de otra persona.

Los objetos del delito, son las cosas muebles, el dinero y los efectos. Sujeto activo sólo puede ser quien recibió la
cosa mueble ajena. Sujeto pasivo sólo puede ser el propietario de la cosa indebidamente retenida. Se trata de un
tipo doloso, de dolo directo. Se consuma al producirse el perjuicio ajeno, sea en el patrimonio de la víctima o de un
tercero. El daño debe ser efectivo y de contenido patrimonial. La tentativa no es admisible.

 Abuso de firma en blanco:

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Inc 4: El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella algún documento
en perjuicio del mismo que la dio o de tercero:
Es una estafa que se lleva a cabo a través del abuso de una firma que ha sido otorgada en blanco. Por lo tanto, a
acción típica es una conducta defraudatoria abusiva. El abuso implica el uso indebido del mandato dado por el
otorgante para extender sobre el documento un texto escrito según sus propias instrucciones. Si el autor excede
este marco, escribiendo sobre el papel un texto distinto en perjuicio del otorgante, el abuso es delictivo.

El documento debe haberse entregado voluntariamente para extender sobre él la escritura. Quedan excluidos los
documentos nulos, porque carecen de efectos patrimoniales.

Es un delito doloso, de dolo directo. El momento consumativo debe coincidir con el momento del perjuicio
patrimonial efectivo y real producido en la propiedad del firmante o de un tercero.

 Administración fraudulenta:

Inc. 7: El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el manejo, la
administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de procurar para sí o para un
tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes perjudicare los intereses confiados u obligare
abusivamente al titular de éstos:

El precepto legal describe las clases de acciones punibles, denominadas “tipo de abuso” y “tipo de infidelidad”.
Ambas modalidades requieren que el autor haya violado los deberes de fidelidad:

El abuso defraudatorio exige que el autor se exceda, se extralimite, en el ejercicio del cargo encomendado. El tipo de
abuso implica siempre una actuación en el marco de un negocio jurídico o acto jurídico. El autor obra violando sus
deberes, es decir, apartándose intencionalmente de ellos para obtener un lucro indebido o para causar daño.

El deber de fidelidad constituye una obligación que se manifiesta en el marco de la relación interna entre quien tiene
a su cargo la tutela de los bienes ajenos y el titular del patrimonio. Para la acción que quebranta la fidelidad es
suficiente que el autor haya asumido el deber de cuidado de lo ajeno. La acción de quebrantamiento de la fidelidad
se define por perjudicar, que significa provocar un deterioro patrimonial en los bienes o intereses pecuniarios
manejados, administrados o cuidados, por el sujeto activo.

En el delito sujeto activo sólo puede ser la persona a quien se le ha conferido el manejo, la administración o el
cuidado de bienes e intereses pecuniarios ajenos, sea por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico.
La administración implica el gobierno y dirección de la totalidad del patrimonio ajeno. El manejo denota la idea de
gestión particularizada, reducida a uno o más negocios individuales. El cuidado implica la conservación, guarda o
protección de los intereses ajenos.

Sujeto pasivo es el titular del patrimonio cuya administración tiene a su cargo el autor. El tipo penal requiere la
causación de un perjuicio a los intereses patrimoniales confiados, que debe ser real, concreto y efectivo y de
contenido económico.

Se trata de un delito doloso, que admite sólo el dolo directo, exigiendo que el agente actúe con fin de lucro (reside
en el propósito de lograr una ventaja o provecho de contenido económico) o con el propósito de causar un daño. Se
consuma con la producción del perjuicio para el patrimonio del sujeto pasivo. La tentativa es admisible.

 Desbaratamiento de derechos acordados:

Inc. 11: El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las
condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier acto jurídico relativo al
mismo bien, aunque no importe enajenación, sea removiéndolo, reteniéndolo, ocultándolo o dañándolo, siempre
que el derecho o la obligación hubieran sido acordados a otro por un precio o como garantía:

Eugenia Sanchez
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Se exige como presupuesto la existencia de una relación jurídica entre el autor y la víctima, en virtud de la cual se
acordó un derecho sobre un bien, o la afectación del bien a la garantía de una obligación a favor de ella. Esta relación
debe ser de carácter oneroso y legítima.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, generalmente será el deudor de la obligación. Sujeto pasivo es el
acreedor de la obligación, es decir, la persona beneficiaria del acuerdo incumplido.

La acción consiste en tornar imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las
condiciones pactadas, de una obligación referente al mismo. El delito supone dos tiempos o dos etapas: una,
constituye una relación jurídica lícita en la que se acuerda l derecho o la obligación referente al bien; la otra, que es
ilícita, se da con el acto desbaratador, mediante el cual se otorga a otro un derecho mejor que el que tenía
originariamente sobre el mismo bien.

El carácter delictivo de la conducta se da cuando se torna, transforma, un derecho, estado o relación. Tornan
imposible consiste en crear la imposibilidad de que se puede cumplir o llevar a cabo el derecho acordado. Tornar
incierto es crear incertidumbre sobre lo pactado originariamente.

Los medios por los cuales puede cometerse el delito pueden ser cualquier acto jurídico o un acto material (remover,
retener, ocultar o dañar).

El delito es doloso de dolo directo. La infracción se consuma cuando el derecho acordado se ha tornado imposible,
incierto o litigioso a través de los medios enunciados (remover, retener, ocultar o dañar). Por tratarse de un delito de
resultado, la tentativa es admisible.

Tipos especiales incorporados por la ley n° 24.441:

a) defraudación de derechos:

Art. 173 inc. 12: El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un contrado de
leasing, que en beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y de esta manera
defraudare los derechos de los cocontratantes;

Los SA sólo pueden ser el titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión y el dador de un
contrato de leasing. SP son, consecuentemente, el fiduciante o fideicomitente, el beneficiario o el fideicomisario; los
inversionistas de un fondo común de inversión y el tomador de un contrato de leasing.

1. El delito del titular fiduciario: exige como presupuesto la existencia de un contrato de fideicomiso, en los términos
del art. 1666 CCyCN: "Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante, transmite o se
compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en
beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o
condición al fideicomisario.".

La materialidad del delito consiste en disponer (vender, ceder, donar); gravar (someter el bien a un embargo,
prenda, hipoteca) o perjudicar (dañar, ocultar, hacer desaparecer, destruir, etc.) los bienes recibidos en fideicomiso.

Requiere un elemento subjetivo especial que es que el titular fiduciario "obre en provecho propio o de un tercero".
Sólo es compatible con el dolo directo. Se consuma cuando se causa el perjuicio patrimonial a los cocontratantes.

2. El delito del administrador del fondo común de inversión: los FCI están previstos en la ley 24.083: "Se considera
fondo común de inversión al patrimonio integrado por: valores mobiliarios con oferta pública, metales preciosos,
divisas, derechos y obligaciones derivados de operaciones de futuro y opciones, instrumentos emitidos por
entidades financieras autorizadas por el Banco Central de la República Argentina y dinero, pertenecientes a diversas
personas a las cuales se les reconocen derechos de copropiedad representados por cuotas partes cartulares o
escriturales. Estos fondos no constituyen sociedades y carecen de personería jurídica.".

Eugenia Sanchez
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Sujeto activo del delito es el administrador del FCI. Sujeto pasivo son los beneficiarios o copropietarios indivisos.

La conducta prohibida por el tipo es la misma que la descripta para el delito del titular fiduciario.

3. El delito del dador de un contrato de leasing: leasing significa arrendar, alquilar, dar o tomar en arriendo. El
contrato de leasing está definido en la ley 25.248 “en el contrato de leasing el dador conviene transferir al tomador
la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon y le confiere una opción
de compra por un precio.”

Sujeto activo pueden ser una entidad financiera (bancos de inversión, compañías financieras y bancos comerciales) o
una sociedad que tenga por objeto la realización de este tipo de contratos. Sujeto pasivo es el tomador del contrato.

El objeto del delito son las cosas muebles.

b) ejecución perjudicial de hipoteca y omisión de recaudos legales:

Art. 173 inc. 13. El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo ejecutara en
perjuicio del deudor, a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente omitiera
cumplimentar los recaudos establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial;

La ley 24.441 introdujo un régimen especial de ejecución extrajudicial de hipotecas destinado a que el acreedor, sea
mediante el pago inmediato o bien a través de remate público, obtenga de un modo más rápido la satisfacción de su
crédito. Sin embargo, a fin de evitar abusos que pudieran cometerse por parte del acreedor, se ha previsto la sanción
de dos tipos delictivos, uno activo y otro omisivo:

1. Ejecución prejudicial de hipoteca: consiste en ejecutar extrajudicialmente un inmueble, afectado a garantía


hipotecaria, a sabiendas de que el deudor no ser encuentra en mora con respecto al pago de su obligación. Este
procedimiento tiende a que el deudor satisfaga la prestación o se someta al riesgo de la venta forzosa del bien,

Sujeto activo sólo puede ser el titular del crédito hipotecario, pues es a quien únicamente la ley autoriza a ejecutar
extrajudicialmente el inmueble. Es un delito especial propio. Sujeto pasivo es el deudor de la obligación hipotecaria.

La norma requiere de un deudor que esté en mora. Exige que el autor obre a sabiendas de que el deudor hipotecario
no se encuentra en mora con sus obligaciones. Sólo resulta admisible el dolo directo.

2. Omisión de recaudos legales: consiste en omitir el cumplimiento de los recaudos establecidos legalmente para la
subasta pública del inmueble. Los recaudos son: a) la verificación del inmueble, es decir, la constatación de su estado
físico y ocupacional; b) la venta debe ser extrajudicial, es decir, en remate público, no en forma privada; c) la
publicidad de la subasta; d) las condiciones de venta del bien a subastar; e) la notificación fehaciente al deudor de la
fecha de la subasta.

El delito presupone una ejecución extrajudicial en curso. Se trata de un delito de simple omisión, de peligro, que se
consuma con el incumplimiento de los recaudos exigidos por la ley para la realización de la subasta. La norma exige
que el autor haya obrado maliciosamente, es decir, que haya tenido mala fe en su accionar, dirigido a perjudicar
económicamente al deudor u obtener algún provecho patrimonial injusto. Es un delito de consumación anticipada,
trata de evitar que se lleve a cabo el remate del inmueble hipotecado al margen de las exigencias legales.

c) omisión de consignación de pago en letras hipotecarias:


Art. 173 inc. 14: El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera consignar en el
título los pagos recibidos.

El régimen sobre emisión, transmisión y pago de las letras hipotecarias está previsto en la ley 24.441.
Subsidiariamente se aplica el régimen sobre letras de cambio.

Eugenia Sanchez
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Dentro de estos requisitos, son importantes los que hacen referencia al monto de la ob incorporada a la letra, los
plazos y demás estipulaciones respecto del pago.
La letra hipotecaria puede emitirse con o sin cupones, según cuán haya sido el tipo de vencimiento del servicio de
intereses convenido.

En el caso de la letra con cupones, el portador de la letra, al recibir el pago por parte del deudor, debe hacerle
entrega del cupón correspondiente. El pago se acredita, precisamente, con la tenencia del cupón. En el caso de letras
sin cupones, el pago debe ser inscripto en la letra.

El delito consiste en omitir consignar en el título los pagos recibidos. La infracción sólo es concebible en los casos de
letras hipotecarias sin cupones, ya que es únicamente en estos casos cuando el acreedor tiene la ob de inscribir los
pagos en el cuerpo de la letra, así como el deudor tiene el derecho a reclamar que estos pagos sean consignados de
ese modo.

Sujeto activo es el tenedor de la letra. Sujeto pasivo es el deudor de la obligación.

El delito es doloso de dolo directo. Es un delito de omisión propia. Su consumación coincide con el perjuicio
patrimonial que la omisión le ha causado al deudor hipotecario, por ejemplo, la circulación de la letra y su ejecución
por el tercero endosatario. Se trata de un delito de resultado material que exige el perjuicio económico del sujeto
pasivo.

4. Defraudaciones agravadas:
Diversas figuras:

Estafa de seguro:

El art. 174 inc. 1 establece: Sufrirá prisión de dos a seis años: 1º. El que para procurarse a sí mismo o procurar a otro
un provecho ilegal en perjuicio de un asegurador o de un dador de préstamo a la gruesa, incendiare o destruyere una
cosa asegurada o una nave asegurada o cuya carga o flete estén asegurados o sobre la cual se haya efectuado un
préstamo a la gruesa.

Se trata de una estafa en la que el engaño inicial reside en la propia destrucción de la cosa asegurada, pues con ello
se provoca el error del asegurador quien cree en la causación fortuita del hecho. Se trata de una hipótesis en la cual
la acción material (incendio o destrucción) coincide con la consumación típica. Las acciones típicas se caracterizan
porque llevan en sí mismas una dirección subjetiva especial. Este elemento subjetivo del tipo reside en la frase para
procurarse a sí mismo o procurar a otro un provecho ilegal.

El “provecho” es el cobro de la indemnización o prima por parte del asegurado, o la pérdida de la suma prestada por
el dador. El provecho es ilegal porque tiene su origen en un obrar doloso.
El incendio o destrucción deben ser reales. No sirve el mero ocultamiento de la cosa. El daño puede ser total o
parcial.

Los objetos sobre los que recae el delito son las cosas muebles o inmuebles, las naves, carga o flete asegurados o
nave sobre la cual se haya efectuado un préstamo a la gruesa.

El seguro es un contrato por el cual el asegurador se obliga mediante una prima o cotización, a resarcir un daño o
cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto. El préstamo a la gruesa es un contrato por el cual una
persona da a otra cierta suma de dinero sobre objetos expuestos a riesgos marítimos, bajo la condición de que, si
perecen, el dador pierde la suma prestada; si llegan a buen puerto, el tomador debe devolver la suma prestada más
un premio estipulado.

Es un delito de daño potencial (de peligro concreto) a la propiedad ajena. La tentativa resulta posible.

Eugenia Sanchez
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Explotación de incapaces:

El art. 174 inc. 2 establece: 2º El que abusare de las necesidades, pasiones o inexperiencia de un menor o de un
incapaz, declarado o no declarado tal, para hacerle firmar un documento que importe cualquier efecto jurídico, en
daño de él o de otro, aunque el acto sea civilmente nulo;

La acción material del delito consiste en abusar (explotar, aprovechar, obtener una ventaja, etc.) de las necesidades,
pasiones o inexperiencia del menor o incapaz. El abuso puede provenir del aprovechamiento de una situación previa
en la víctima o de una actitud inicial del autor que produce la situación de debilidad.

Necesidad es todo aquello que el incapaz considere que le es indispensable. Puede ser algo material (vivienda,
vestido, alimentos, dinero) o inmaterial (servicios, afectos, conocimientos, entretenimientos), puede ser algo
elemental, suntuario o superficial, puede ser ocasional, transitorio, contingente o permanente. La necesidad puede
ser aprovechada por el autor o pudo haber sido creada por éste. Pasión son los apetitos sobre una cosa; es un
estado especial que se traduce en entusiasmo o fogosidad. Inexperiencia es la falta de experiencia de los
conocimientos que proporciona la vida cotidiana.

El delito exige que el autor explote la situación de la víctima “para hacerle firmar un documento que importe
cualquier efecto jurídico”. Esto importa que el abuso tenga un resultado: la firma del documento. El sujeto pasivo
debe firmar el documento, si no lo hace, podrá hablarse de tentativa o de un hecho atípico. El efecto jurídico del
documento es un efecto de carácter económico. Esto es así, ya que la ley exige que la firma del documento lo sea en
daño de la propia víctima o de un tercero. El delito se configura aunque el acto sea civilmente nulo, ya que el delito
se consuma con la suscripción del documento.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujetos pasivos sólo pueden ser un menor o un incapaz. El “otro” al que
alude la norma es el damnificado por el delito.

Los incapaces son aquellos que la ley les niega capacidad para celebrar actos jurídicos, como los dementes, o
aquellos que padecen una incapacidad o debilidad de hecho que les impide resguardar debidamente sus intereses
económicos. Los menores según la ley civil son los que no han cumplido 18 años.

Se trata de un delito de dolo directo, el cual no abarco sólo el conocimiento de la situación de la víctima, sino la
finalidad de explotar esa situación (para hacerla firmar), aun cuando la incapacidad no sea notoria o manifiesta. El
tipo requiere un elemento subjetivo especial, el abuso o explotación de la situación por la que atraviesa la víctima. Es
un delito de peligro concreto que se consuma con la firma del documento, sin importar si el perjuicio se produjo o
no, aun cuando la destrucción del documento impida que el daño ocurra.

Estafa mediante el uso de pesas o medidas falsas:

El art. 174 inc 3. establece: 3º. El que defraudare usando de pesas o medidas falsas;
El precepto castiga a la defraudación en la cantidad de cosas. Es una figura agravada de estafa porque su comisión
implica para la víctima una atención y diligencias poco comunes, superiores a las defensas normales que se oponen a
las situaciones generales.

El delito importa la causación de un perjuicio patrimonial mediante fraude, el cual consiste en engañar al sujeto
pasivo mediante el uso de pesas o medidas falsas. Las pesas o medidas falsas son aquellas que no corresponden con
su exacto peso o medida y que están destinadas a ser usadas en las operaciones normales de entrega de cosas. Son
falsas porque esta adulteradas en su peso o medida y deben ser usadas con conocimiento de esta adulteración.

El tipo no castigo su simple uso, sino que castiga la defraudación, es decir, el obrar engañoso, que reside en el uso
de las pesas o medidas falsas, tendiente a suscitar un error en la víctima y del cual deriva un perjuicio económico.

El autor puede ser tanto el que entrega la cosa como el que la recibe. En el primer caso, el fraude consiste en
entregar menor cantidad de cosas; en el segundo, en recibir en mayor medida que la debida.
Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

El delito es doloso y abarca el conocimiento de la falsedad de las pesas o medidas y la voluntad de usarlas en
perjuicio ajeno. Se consuma con la producción del perjuicio.

Estafa en los materiales de construcción:

El art. 174 inc. 4 establece: El empresario o constructor de una obra cualquiera o el vendedor de materiales de
construcción que cometiere, en la ejecución de la obra o en la entrega de los materiales, un acto fraudulento capaz
de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes o del Estado.

El delito es una forma de estafa porque requiere la concurrencia de un actuar engañoso y de un perjuicio económico
a la víctima. La acción material consiste en cometer un acto fraudulento (usar fraude en los materiales de
construcción) capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes, o del Estado. El fraude se
manifiesta en la sustancia, calidad o cantidad de los materiales empleados en la construcción de la obra o en los que
se han vendido para ser utilizados en la ejecución de ella.

El sujeto activo sólo puede ser el empresario o el constructor de una obra o el vendedor de los materiales. Sujeto
pasivo, cuando el autor es el empresario o el constructor, es el propietario de la obra; cuando es el vendedor de los
materiales de construcción, sujetos pasivos pueden ser el empresario o el propietario, según en quien haya recaído
el perjuicio económico.

Su fundamento está en la inferior calidad o cantidad de los materiales usados por el constructor o vendidos,
susceptibles de provocar un peligro para la seguridad de personas y bienes.

El delito se consuma con la producción del perjuicio económico para la víctima. La causación del peligro es solo la
razón de la agravación, por lo tanto, su ausencia convierte el delito en una estafa del art 172. Por otro lado, si el
autor fuere un empleado público, se impone la pena accesoria de inhabilitación especial perpetua.

Fraude a la administración pública:

El art. 174 inc. 5 establece: 5º. El que cometiere fraude en perjuicio de alguna administración pública.

El delito se caracteriza porque el fraude empelado por el autor se dirige a perjudicar el patrimonio de una
Administración Pública. El delito consiste en “cometer fraude”, esto es, mediante una estafa o un abuso de
confianza. Sin embargo, para Buompadre, el tipo legal sólo tiene incidencia en el aumento de la pena de las demás
figurar de defraudación cuando el sujeto pasivo es la Administración Pública.

El sujeto activo puede ser cualquier persona, si se trata de un empleado público, sufrirá, además, la pena de
inhabilitación especial perpetua. Sujeto pasivo es la Administración Pública, sea tanto el Estado Nacional como
provincial y municipal, y dentro de él, las entidades autónomas o autárquicas.

El objeto del delito son los bienes de pertenencia de la Administración Pública. El perjuicio a estos debe ser de
naturaleza patrimonial, quedando excluida la infracción cuando el daño recae sobre otros intereses del Estado, por
ej. su reputación o prestigio. El delito se consuma con la lesión al patrimonio del Estado.

Vaciamiento de empresas:

El art. 174 inc. 6 establece: 6° El que maliciosamente afectare el normal desenvolvimiento de un establecimiento o
explotación comercial, industrial, agropecuaria, minera o destinado a la prestación de servicios; destruyere, dañare,
hiciere desaparecer, ocultare o fraudulentamente disminuyere el valor de materias primas, productos de cualquier
naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital.

El bien jurídico es la propiedad, cuya devaluación en sentido económico se produce como consecuencia de las
conductas defraudatorias propias del vaciamiento empresarial.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

El delito de vaciamiento de empresa es un tipo de abuso de confianza, que requiere como presupuesto la existencia
de una empresa cuyo normal desenvolvimiento se afecta con posterioridad a su constitución, mediante las
conductas previstas en el tipo legal.

La dinámica del delito requiere la concurrencia de ciertos presupuestos que son previos a la acción: 1) la existencia
de una empresa u organización empresarial, 2) que esa unidad organizativa se encuentre funcionando normalmente,
es decir, que se encuentre desarrollando sus actividades en forma normal; y 3) la existencia de una relación jurídica
crediticia válidamente constituida entre el deudor y el acreedor.

El delito se caracteriza en el hecho de que las acciones típicas recaen sobre cosas, bienes, productos o valores
económicos de una empresa de pertenencia al sujeto activo, sea éste una persona individual o un grupo societario.
Se trata de conductas que afectan el propio patrimonio del autor, pero inciden en el patrimonio de un tercero, que
son los sujetos pasivos-acreedores de las obligaciones asumidas por aquel.

El delito está constituido en base a dos clases de acciones típicas:

A. Afectar el normal desenvolvimiento de un establecimiento o explotación comercial, industrial, agropecuaria,


minera o destinado a la prestación de servicios:

Se trata de una alteración o perturbación del desarrollo normal de las actividades empresariales. Basta con que el
accionar del autor "afecte el desenvolvimiento normal" de la empresa, es decir, su actividad habitual, corriente,
propia las reglas normales que están impuestas por la naturaleza misma del negocio. La conducta típica puede
llevarse a cabo por cualquier medio, material o para lograr los fines propuestos. El objeto de la acción es, en general,
la empresa.

B. Destruir, dañar, hacer desaparecer, ocultar o fraudulentamente disminuir el valor de materias primas,
productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital:

Las acciones típicas son acción y resultado, las cuales, en todas las hipótesis deben producir la afectación del objeto
protegido. Se trata de actos materiales y jurídicos que conducen a la lesión de la cosa objeto del delito, sea ésta la
afectación del normal desenvolvimiento empresarial o bien la inutilización o desvalorización de objetos o bienes que
constituyen el capital activo de la empresa en su cuantía económica. La acción no repercute sobre la materialidad de
la cosa, sino en su valor como entidad, es decir, que se afecta su "patrimonialidad", aun cuando ello demande o sea
la consecuencia de una afectación física de la misma.

Las conductas que afectan materialmente los objetos protegidos o disminuyen su valor, se pueden llevar a cabo a
través de diversos medios: dañar, hacer desaparecer, ocultar o fraudulentamente disminuir el valor. Se trata de
medios materiales o físicos (por ej. destruir o esconder la cosa) y jurídicos (transferencia dolosa a un tercero del
derecho sobre la cosa) que producen la disminución del valor del activo de la empresa.. La disminución del valor de
los bienes de capital debe ser fraudulenta, esto es, que se debe realizar a través de acciones engañosas o
simuladoras respecto de la situación jurídica del bien.

El objeto del delito está constituido por la empresa misma y por bienes que integran el activo de la organización,
pudiendo consistir en bienes muebles o inmuebles, créditos, derechos o valores.
Sujeto activo sólo puede ser quien represente algún nivel jerárquico en el ámbito de decisión o disposición de la
empresa (director, gerente, integrante del consejo de administración, etc.), ya que sólo quien tiene un poder de esta
naturaleza podría realizar las acciones típicas, es decir, afectar el normal desenvolvimiento de la organización o
ejecutar ciertas conductas sobre los bienes que constituyen el patrimonio de la empresa. Sujeto pasivo es el
acreedor de la empresa, quien es el titular del bien jurídico protegido.

El delito es doloso, de dolo directo, pero el tipo requiere, además, un obrar malicioso del autor. Tratándose de un
delito de resultado material, mixto alternativo, su consumación coincide con el perjuicio económicamente evaluable

Eugenia Sanchez
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del patrimonio del acreedor, que se verifica en el preciso momento en que quedan frustradas las expectativas
patrimoniales frente al vaciamiento empresarial provocado por el autor. La tentativa resulta admisible, así como
todas las formas de participación criminal. El delito se agrava si el culpable fuera empleado o funcionario público,
acumulando la pena de inhabilitación especial perpetua.

5. Defraudaciones atenuadas
Diversas figuras:

Apropiación de cosa perdida o tesoro:

El art. 175 inc. 1 establece: Será reprimido con multa de 1000 pesos a 15.000 pesos: 1-El que encontrare perdida una
cosa que no le pertenezca o un tesoro y se apropiare la cosa o la parte del tesoro correspondiente al propietario del
suelo, sin observar las prescripciones del Código Civil.

La acción delictiva consiste en la apropiación de la cosa, que el autor ha encontrado perdida o a la parte de un tesoro
que pertenece al propietario del fundo y no ha observado las prescripciones del Código Civil.

La apropiación como conducta típica puede consistir en tomar una cosa y ejercer sobre ella actos de dueño
(usándola, sirviéndose de ella, vendiéndola, etc.), o retenerla por un tiempo indefinido, aunque no haya habido uso
o aprovechamiento. La negativa a restituir o conservar la cosa por un término superior al normal, sin proceder con
arreglo a la ley civil, son formas de apropiación.
Objetos del delito son: la cosa perdida y un tesoro. Por cosa perdida se entiende toda cosa mueble, con valor
económico, que ha salido involuntariamente de la tenencia del propietario, sin que se sepa dónde está, o sabiéndolo
no puede llegar a ella. Tesoro es toda cosa mueble de valor, sin dueño conocido, oculta en otra cosa mueble o
inmueble. Lo punible es la acción de apropiarse de la parte del tesoro que corresponde al propietario o poseedor del
fundo. El descubrimiento debe ser, entonces, en un predio total o parcialmente ajeno.

Lo que la ley castiga es el acto de apropiación de la cosa, es decir, la actitud inequívoca de conducirse como dueño
de ella. El sujeto, para ser autor del delito, debe haber intervertido el título de su tenencia. Se comete el delito si el
autor no observa las prescripciones del Código civil. Además, la dinámica del delito exige que la cosa o el tesoro
deben ser encontrados por el autor, es decir, hallados, sea por casualidad o por haberse programado su búsqueda,
pero siempre que el agente haya buscado la cosa por sí mismo y no por encargo del propietario.

Sujeto activo del delito es el que se apropia de la cosa perdida o del tesoro, no el que la encuentra o descubre. El
sujeto pasivo es el dueño de la cosa perdida o el propietario o poseedor del fundo en donde fue descubierto el
tesoro. El delito es doloso. Se consuma con la apropiación de la cosa perdida o de la parte correspondiente del
tesoro o con la retención de la cosa o el tesoro. Tratándose de un delito de resultado material, es posible la
tentativa.

Apropiación de cosa habida por error o caso fortuito:

El art. 175 inc. 2 establece: 2-El que se apropiare una cosa ajena, en cuya tenencia hubiere entrado a consecuencia de
un error o de un caso fortuito.

El delito consiste, en la apropiación de una cosa mueble ajena que previamente ya entró en el ámbito de tenencia
del autor. Aquí, el sujeto no va hacia la cosa y la toma, lo cual podría configurar un hurto, sino que la cosa va hacia el
sujeto e ingresa dentro del ámbito de su posesión. La causa de la tenencia debe provenir de un error o caso fortuito.

El error puede ser del dueño de la cosa, de un tercero o del propio autor y puede recaer sobre cosas (entrega de una
cosa por otra) o sobre personas (se entrega una cosa que pertenece a otro). El caso fortuito es una causa material
de la tenencia de la cosa.

Eugenia Sanchez
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El origen de la tenencia de la cosa puede ser por un hecho de la naturaleza, que transporta cosas de un lugar a otro
(viento, aguas); por un animal (animal doméstico que ingresa al predio ajeno); o por el hombre (la caída de un objeto
desde un avión).

El delito es doloso, siendo suficiente con el dolo eventual. Se consuma con la apropiación de la cosa. La doctrina
admite la posibilidad de la tentativa.

Apropiación de prenda:

El art. 175 inc. 3 establece: 3-El que vendiere la prenda sobre que prestó dinero o se la apropiare o dispusiere de ella,
sin las formalidades legales.

El delito presupone, entre el sujeto activo y pasivo, la existencia de un contrato de prenda válido. El contrato de
prenda implica que hay un acreedor que hace el préstamo del dinero y un deudor que es el que entrega la cosa a
aquél como garantía de pago, con el compromiso de que, cumplida la obligación, la cosa le será devuelta. Si el
acreedor no sigue el procedimiento y vende, se apropia o dispone de la prenda, comete este delito.

Las acciones típicas son entonces: 1) vender la prenda, o sea, transferirla a un tercero por un precio; 2) apropiarse
de la prenda, realizar actos de disposición a título de dueño; y 3) disponer de la prenda, darle un destino que le
impide al deudor recuperarla. Estas conductas son punibles en la medida en que se hubieran realizado sin observar
las disposiciones legales, es decir, sin que el acreedor hubiera recurrido a los medios y procedimientos estatuidos
por el derecho privado para hacer efectiva la garantía constituida en el contrato de prenda.

Sujeto activo será el acreedor prendario, sujeto pasivo es el deudor de la obligación. El delito es doloso y se consuma
con la venta de la prenda, su apropiación o la disposición de ella. Tratándose de un delito de resultado material, la
tentativa es posible.

Desnaturalización del cheque:

El art. 175 inc. 4 establece: 4- El acreedor que a sabiendas exija o acepte de su deudor, a título de documento, crédito
o garantía por una obligación no vencida, un cheque o giro de fecha posterior o en blanco.

El delito importa un abuso de carácter extorsivo, en el que el acreedor, prevaliéndose de la situación de la víctima
(deudor de la obligación), procura asegurarse de su crédito con la amenaza que constituye, para su libertad, la no
atención del cheque cuando éste sea presentado al cobro.

Las acciones penadas por el tipo son las de “exigir” (demandar, ordenar) o “aceptar” (recibir, tomar sin
condicionamientos) del sujeto pasivo, a título de documento, crédito o garantía, un cheque o giro de fecha posterior
o en blanco, por una obligación no vencida. Estamos frente a un supuesto de fecha posterior cuando la del
instrumento es posterior a la fecha del préstamo. La entrega debe ser hecha antes del vencimiento de la obligación.
Cheque en blanco es aquel que no tiene fecha de libramiento. Una vez vencida la obligación, el cheque funciona
como instrumento de pago.

El cheque queda “desnaturalizado” porque en vez de ser usado como instrumento de pago, que es su función
esencial, es entregado a título de documento, crédito o garantía por una obligación no vencida. A título de
documento: cuando tiene por objeto documentar una obligación que se renueva; de garantía: si se tiene por objeto
asegurar el cumplimiento de la obligación; de crédito: cuando tiene por objeto documentar una obligación que se
renueva.

Si la obligación está vencida, quien exige o acepta el cheque ejerce su derecho y no hay delito.

Sujeto activo es el acreedor, titular del crédito. Sujeto pasivo es el deudor de una obligación. Es un delito doloso, de
dolo directo. Se consuma con la recepción del documento por parte del acreedor. Tratándose de un delito
instantáneo y de peligro para la integridad del patrimonio del deudor, la tentativa no parece admisible.

Eugenia Sanchez
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6.- Tutela penal de la propiedad intelectual (Ley 11723. T.r 23741). Marcas y designaciones (Ley 221.362).
Defraudación prendaria (Decreto Ley 15348/46 ratificado por la ley 12962). Régimen penal tributario
(Ley 24769). Patentes de invención y modelos de utilidad (Ley 24.481)
Tutela de la propiedad intelectual (ley n° 11.723- t.r. 23.741)

Nuestra CN en su art. 17 establece que todo autor o inventor es propietario de su obra, invento o descubrimiento,
por el término que le acuerde la ley. A pesar de esto, el CP no contiene normas que tutelen los derechos
intelectuales. Este vacío fue llenado por la ley 11.723, que establece disposiciones penales para los que defrauden a
los derechos intelectuales. La ley reprime diversas formas de defraudación en sus arts. 71 a 74 (con modificaciones
de la ley 23.741).
ART. 71 LEY N° 11.723 “Será reprimido con la pena establecida por el art. 172 CP, el que de cualquier manera y en
cualquier forma defraude los derechos de propiedad intelectual que reconoce esta ley.”
ART. 72 LEY N° 11.723 “Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se consideran casos especiales
de defraudación y sufrirán la pena que él establece, además del secuestro de la edición ilícita:

a) El que edite, venda o reproduzca por cualquier medio o instrumento, una obra inédita o publicada sin autorización
de su autor o derechohabientes;

b) El que falsifique obras intelectuales, entendiéndose como tal la edición de una obra ya editada, ostentando
falsamente el nombre del editor autorizado al efecto;

c) El que edite, venda o reproduzca una obra suprimiendo o cambiando el nombre del autor, el título de la misma o
alterando dolosamente su texto;

d) El que edite o reproduzca mayor número de los ejemplares debidamente autorizados.”

ART. 72 BIS INCOR. LEY 23.741 “Será reprimido con prisión de 1 mes a 6 años:

a) El que con fin de lucro reproduzca un fonograma sin autorización por escrito de su productor o del licenciado del
productor;

b) El que con el mismo fin facilite la reproducción ilícita mediante el alquiler de discos fonográficos u otros soportes
materiales;

c) El que reproduzca copias no autorizadas por encargo de terceros mediante un precio;

d) El que almacene o exhiba copias ilícitas y no pueda acreditar su origen mediante la factura que lo vincule
comercialmente con un productor legítimo;

e) El que importe las copias ilegales con miras a su distribución al público.

El damnificado podrá solicitar en jurisdicción comercial o penal el secuestro de las copias de fonograma reproducidas
ilícitamente y de los elementos de reproducción.

El juez podrá ordenar esta medida de oficio, así como requerir caución suficiente al peticionario cuando estime que
éste carezca de responsabilidad patrimonial. Cuando la medida precautoria haya sido solicitada por una sociedad
autoral o de productores, cuya representatividad haya sido reconocida legalmente, no se requerirá caución.

Si no se dedujera acción, denuncia o querella, dentro de los 15 días de haberse practicado el secuestro, la medida
podrá dejarse sin efecto a petición del titular de las copias secuestradas, sin perjuicio de la responsabilidad que
recaiga sobre el peticionante. A pedido del damnificado el juez ordenará el comiso de las copias que materialicen el
ilícito, así como los elementos de reproducción. Las copias ilícitas serán destruidas y los equipos de reproducción
subastados. A fin de acreditar que no utilizará los aparatos de reproducción para fines ilícitos, el comprador deberá

Eugenia Sanchez
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acreditar su carácter de productor fonográfico o de licenciado de un productor. El producto de la subasta se destinará


a acrecentar el "Fondo de Fomento de las Artes" del Fondo Nacional de Derechos de Autor a que se refiere el artículo
6º del decreto-ley 1224/58.”

ART. 73 LEY N° 11.723 “Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año o con multa de $100.000 destinada al fondo de
fomento creado por esta ley;

a) El que representare o hiciere representar públicamente obras teatrales o literarias sin autorización de sus autores
o derechohabientes;

b) El que ejecutare o hiciere ejecutar públicamente obras musicales sin autorización de sus autores o
derechohabientes.”

ART. 74 LEY N° 11.723 “Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año o multa de $100.000 destinada al fondo de
Fomento creado por esta ley, el que atribuyéndose indebidamente la calidad de autor, derechohabiente o la
representación de quien tuviere derechos, hiciere suspender una representación o ejecución pública lícita.”

Marcas y designaciones (ley n° 22.362)

ART. 31 LEY N° 22.362 “Será reprimido con prisión de 3 meses a 2 años pudiendo aplicarse además una multa de $
4.000 a $ 100.000 a: a) El que falsifique o imite fraudulentamente una marca registrada o una designación; b) El que
use una marca registrada o una designación falsificada, fraudulentamente imitada o perteneciente a un tercero sin
su autorización; c) El que ponga en venta o venda una marca registrada o una designación falsificada,
fraudulentamente imitada o perteneciente a un tercero sin su autorización; d) El que ponga en venta, venda o de otra
manera comercialice productos o servicios con marca registrada falsificada o fraudulentamente imitada. El PEN
podrá actualizar el monto de la multa prevista, cuando las circunstancias así lo aconsejen.”
ART. 32 LEY N° 22.362 “La acción penal es pública y las disposiciones generales del Libro I CP son aplicables en
cuanto sean compatibles con la presente ley.”

ART. 33 LEY N° 22.362 “La Justicia Federal en lo Criminal y Correccional es competente para entender en las acciones
penales, que tendrán el trámite del juicio correccional; y la Justicia Federal en lo Civil y Comercial lo es para las
acciones civiles, que seguirán el trámite del juicio ordinario.”

ART. 34 LEY N° 22.362 “El damnificado, cualquiera sea la vía elegida, puede solicitar:

a) el comiso y venta de las mercaderías y otros elementos con marca en infracción;

b) la destrucción de las marcas y designaciones en infracción y de todos los elementos que las lleven, si no se pueden
separar de éstos.

El Juez, a pedido de parte, deberá ordenar la publicación de la sentencia a costa del infractor si éste fuere condenado
o vencido en juicio.”
ART. 35 LEY N° 22.362 “En los juicios civiles que se inicien para obtener la cesación del uso de una marca o de una
designación, el demandante puede exigir al demandado caución real, en caso de que éste no interrumpa el uso
cuestionado. El juez fijará esta caución de acuerdo con el derecho aparente de las partes y podrá exigir
contracautelas.
Si no se presta caución real, el demandante podrá pedir la suspensión de la explotación y el embargo de los objetos
en infracción, otorgando, si fuera solicitada, caución suficiente.”

ART. 36 LEY N° 22.362 “El derecho a todo reclamo por vía civil prescribe después de transcurridos 3años de cometida
la infracción o después de 1 año contado desde el día en que el propietario de la marca tuvo conocimiento del
hecho.”

Eugenia Sanchez
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ART. 37 LEY N° 22.362 “El producido de las multas previstas en el art. 31 y de las ventas a que se refiere el artículo
34, será destinado a rentas generales.”

Defraudación prendaria (dec-ley 15.948/46 ratificado por la ley n° 12.962)

ART. 44 DEC-LEY 15.948/46 “Será pasible de las penas establecidas en los arts. 172 y 173 CP, el deudor que disponga
de las cosas empeñadas como si no reconociera gravámenes o que constituya prenda sobre bienes ajenos como
propios, o sobre estos como libres estando gravados.”

ART. 45 DEC-LEY 15.948/46 ”Será reprimido con prisión de 15 días a 1 año:

a) El deudor que en el contrato de prenda omita denunciar la existencia de privilegios de acuerdo con los arts. 11, inc.
e) y 15, inc. e);
b) Los encargados de la oficina, determinados en el art. 19, que omitan el cumplimiento de las disposiciones allí
establecidas;

c) El deudor que efectúe el traslado de los bienes prendados, sin dar conocimiento al encargado del Registro, de
acuerdo con el art. 9; con excepción de los comprendidos en el art. 14;

d) El deudor que abandonare las cosas afectadas a la prenda con daño del acreedor. Esta sanción es sin perjuicio de
las responsabilidades que en tales casos incumben al depositario de acuerdo con las leyes comunes;

e) El deudor que omita hacer constar en sus balances o en sus manifestaciones de bienes la existencia de créditos
prendarios;

f) El que titulándose propietario o comprador de buena fe promoviera sin derecho una tercería de dominio y
obtuviera la paralización del juicio prendario, aunque bajo caución;

g) El deudor que omitiera denunciar la existencia del gravamen prendario sobre los bienes embargados cuya venta se
dispusiera judicialmente, en los juicios incoados por un tercero extraño al acreedor prendario;

h) El deudor que deteriorare las cosas afectadas a la prenda, Se presume que las cosas prendadas son buenas y se
encuentran en buen estado si no resultare lo contrario del certificado del prenda;

i) El prestamista que percibe un interés superior al estatuido en el art. 5, inc. e) de este decreto-ley o simulara una
operación inexistente, bajo la apariencia de un contrato de prenda con registro.”

ART. 46 DEC-LEY 15.948/46 “El encargado del Registro que expida certificados falsos incurrirá en la pena establecida
por el art. 292 CP.”

Régimen penal tributario (ley n° 24.769)

DELITOS TRIBUTARIOS:

a) evasión simple:

ART. 1 “Será reprimido con prisión de 2 a 6 años el obligado que mediante declaraciones engañosas, ocultaciones
maliciosas o cualquier otro ardid o engaño, sea por acción o por omisión, evadiere total o parcialmente el pago de
tributos al fisco nacional, al fisco provincial o a la CABA, siempre que el monto evadido excediere la suma de
$400.000 por cada tributo y por cada ejercicio anual, aun cuando se tratare de un tributo instantáneo o de período
fiscal inferior a 1 año.”

b) evasión agravada:
ART. 2 “La pena será de 3 años y 6 meses a 9 años de prisión, cuando en el caso del art. 1 se verificare cualquiera de
los siguientes supuestos: a) Si el monto evadido superare la suma de $4.000.000; b) Si hubieren intervenido persona o
personas interpuestas para ocultar la identidad del verdadero sujeto obligado y el monto evadido superare la suma
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de $800.000; c) Si el obligado utilizare fraudulentamente exenciones, desgravaciones, diferimientos, liberaciones,


reducciones o cualquier otro tipo de beneficios fiscales, y el monto evadido por tal concepto superare la suma de
$800.000; d) Si hubiere mediado la utilización total o parcial de facturas o cualquier otro documento equivalente,
ideológica o materialmente falsos.”

c) aprovechamiento indebido de subsidios:

ART. 3 “Será reprimido con prisión de 3 años y 6 meses a 9 años el obligado que mediante declaraciones engañosas,
ocultaciones maliciosas o cualquier otro ardid o engaño, se aprovechare indebidamente de reintegros, recuperos,
devoluciones o cualquier otro subsidio nacional, provincial, o correspondiente a la CABA de naturaleza tributaria
siempre que el monto de lo percibido supere la suma de $400.000 en un ejercicio anual.”

d) obtención fraudulenta de beneficios fiscales:

ART. 4 “Será reprimido con prisión de 1 a 6 años el que mediante declaraciones engañosas, ocultaciones maliciosas o
cualquier otro ardid o engaño, sea por acción o por omisión, obtuviere un reconocimiento, certificación o autorización
para gozar de una exención, desgravación, diferimiento, liberación, reducción, reintegro, recupero o devolución
tributaria al fisco nacional, provincial o de la CABA.”
ART. 5 “En los casos de los artículos 2°, inciso c), 3° y 4°, además de las penas allí previstas se impondrá al
beneficiario la pérdida del beneficio y de la posibilidad de obtener o de utilizar beneficios fiscales de cualquier tipo por
el plazo de diez años.”

e) apropiación indebida de tributos:

ART. 6 ”Será reprimido con prisión de 2 a 6 años el agente de retención o de percepción de tributos nacionales,
provinciales o de la CABA, que no depositare, total o parcialmente, dentro de los diez (10) días hábiles
administrativos de vencido el plazo de ingreso, el tributo retenido o percibido, siempre que el monto no ingresado
superase la suma de $40.000 por cada mes.”

DELITOS FISCALES COMUNES:

a) insolvencia fiscal fraudulenta:

ART. 10 “Será reprimido con prisión de 2 a 6 años el que habiendo tomado conocimiento de la iniciación de un
procedimiento administrativo o judicial tendiente a la determinación o cobro de obligaciones tributarias o de aportes
y contribuciones de la seguridad social nacional, provincial o de la CABA, o derivadas de la aplicación de sanciones
pecuniarias, provocare o agravare la insolvencia, propia o ajena, frustrando en todo o en parte el cumplimiento de
tales obligaciones.”

b) simulación dolosa de pago:

ART. 11 “Será reprimido con prisión de 2 a 6 años el que mediante registraciones o comprobantes falsos o cualquier
otro ardid o engaño, simulare el pago total o parcial de obligaciones tributarias o de recursos de la seguridad social
nacional, provincial o de la CABA, o derivadas de la aplicación de sanciones pecuniarias, sean obligaciones propias o
de terceros.”

c) alteración dolosa de registros:


ART. 12 “Será reprimido con prisión de 2 a 6 años el que de cualquier modo sustrajere, suprimiere, ocultare,
adulterare, modificare o inutilizare los registros o soportes documentales o informáticos del fisco nacional, provincial
o de la CABA, relativos a las obligaciones tributarias o de los recursos de la seguridad social, con el propósito de
disimular la real situación fiscal de un obligado.”

Eugenia Sanchez
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ART. 12 BIS “Será reprimido con prisión de 1 a 4 años, el que modificare o adulterare los sistemas informáticos o
equipos electrónicos, suministrados u homologados por el fisco nacional, provincial o de la CABA, siempre y cuando
dicha conducta fuere susceptible de provocar perjuicio y no resulte un delito más severamente penado.”

DISPOSICIONES GENERALES:

ART. 13 “Las escalas penales se incrementarán en un tercio del mínimo y del máximo, para el funcionario o
empleado público que, en ejercicio o en ocasión de sus funciones, tomase parte de los delitos previstos en la presente
ley.

En tales casos, se impondrá además la inhabilitación perpetua para desempeñarse en la función pública.”

ART. 14 “Cuando alguno de los hechos previstos en esta ley hubiere sido ejecutado en nombre, con la ayuda o en
beneficio de una persona de existencia ideal, una mera asociación de hecho o un ente que a pesar de no tener calidad
de sujeto de derecho las normas le atribuyan condición de obligado, la pena de prisión se aplicará a los directores,
gerentes, síndicos, miembros del consejo de vigilancia, administradores, mandatarios, representantes o autorizados
que hubiesen intervenido en el hecho punible inclusive cuando el acto que hubiera servido de fundamento a la
representación sea ineficaz.
Cuando los hechos delictivos previstos en esta ley hubieren sido realizados en nombre o con la intervención, o en
beneficio de una persona de existencia ideal, se impondrán a la entidad las siguientes sanciones conjunta o
alternativamente: 1. Multa de dos (2) a diez (10) veces de la deuda verificada. 2. Suspensión total o parcial de
actividades, que en ningún caso podrá exceder los cinco (5) años. 3. Suspensión para participar en concursos o
licitaciones estatales de obras o servicios públicos o en cualquier otra actividad vinculada con el Estado, que en
ningún caso podrá exceder los cinco (5) años. 4. Cancelación de la personería, cuando hubiese sido creada al solo
efecto de la comisión del delito, o esos actos constituyan la principal actividad de la entidad. 5. Pérdida o suspensión
de los beneficios estatales que tuviere. 6. Publicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa de la
persona de existencia ideal.

Para graduar estas sanciones, los jueces tendrán en cuenta el incumplimiento de reglas y procedimientos internos, la
omisión de vigilancia sobre la actividad de los autores y partícipes, la extensión del daño causado, el monto de dinero
involucrado en la comisión del delito, el tamaño, la naturaleza y la capacidad económica de la persona jurídica.

Cuando fuere indispensable mantener la continuidad operativa de la entidad o de una obra o de un servicio en
particular, no serán aplicables las sanciones previstas por el inciso 2 y el inciso 4.”

ART. 15 “El que a sabiendas:

a) Dictaminare, informare, diere fe, autorizare o certificare actos jurídicos, balances, estados contables o
documentación para facilitar la comisión de los delitos previstos en esta ley, será pasible, además de las penas
correspondientes por su participación criminal en el hecho, de la pena de inhabilitación especial por el doble del
tiempo de la condena.

b) Concurriere con dos o más personas para la comisión de alguno de los delitos tipificados en esta ley, será reprimido
con un mínimo de 4 años de prisión.
c) Formare parte de una organización o asociación compuesta por tres o más personas que habitualmente esté
destinada a cometer cualquiera de los delitos tipificados en la presente ley, será reprimido con prisión de 3 años y 6
meses a 10 años. Si resultare ser jefe u organizador, la pena mínima se elevará a 5 años de prisión.”

ART. 16 “El sujeto obligado que regularice espontáneamente su situación, dando cumplimiento a las obligaciones
evadidas, quedará exento de responsabilidad penal siempre que su presentación no se produzca a raíz de una
inspección iniciada, observación de parte de la repartición fiscalizadora o denuncia presentada, que se vincule directa
o indirectamente con él.”

Eugenia Sanchez
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ART. 17 “Las penas establecidas por esta ley serán impuestas sin perjuicio de las sanciones administrativas fiscales.”

Patentes de invención y modelos de utilidad (ley n° 24.481)

ART. 78 LEY N° 24.481 “La defraudación de los derechos del inventor será reputada delito de falsificación y castigada
con prisión de 6 meses a 3 años y multa.”

ART. 79 LEY N° 24.481 “Sufrirá la misma pena del artículo anterior el que a sabiendas, sin perjuicio de los derechos
conferidos a terceros por la presente ley:

a) Produzca o haga producir uno o más objetos en violación de los derechos del titular de la patente o del modelo de
utilidad;

b) El que importe, venda, ponga en venta o comercialice o exponga o introduzca en el territorio de la República
Argentina, uno o más objetos en violación de los derechos del titular de la patente o del modelo de utilidad.”

ART. 80 LEY N° 24.481 “Sufrirá la misma pena aumentada en un tercio:

a) El que fuera socio mandatario, asesor, empleado u obrero del inventor o sus causahabientes y usurpe o divulgue el
invento aún no protegido;

b) El que corrompiendo al socio, mandatario, asesor, empleado u obrero del inventor o de sus causahabientes
obtuviera la revelación del invento;

c) El que viole la obligación del secreto impuesto en esta ley.”

ART. 81 LEY N° 24.481 “Se impondrá multa al que sin ser titular de una patente o modelo de utilidad o no gozando ya
de los derechos conferidos por los mismos, se sirve en sus productos o en su propaganda de denominaciones
susceptibles de inducir al público en error en cuanto a la existencia de ellos.”

ART. 82 LEY N° 24.481 “En caso de reincidencia de delitos castigados por esta ley la pena será duplicada.”

BOLILLA 15
1. Usura
El art. 175 bis establece: El que, aprovechando la necesidad, la ligereza o la inexperiencia de una persona le hiciere
dar o prometer, en cualquier forma, para sí o para otro, intereses u otras ventajas pecuniarias evidentemente
desproporcionadas con su prestación, u otorgar recaudos o garantías de carácter extorsivo, será reprimido con
prisión de 1 a 3 años y con multa de pesos 3 mil a pesos 30 mil. La misma pena será aplicable al que a sabiendas
adquiriere, transfiriere o hiciere valer un crédito usurario. La pena de prisión será de 3 a 6 años, y la multa de $15.000
a $150.000, si el autor fuere prestamista o comisionista usurario profesional o habitual.

El delito de usura fue introducido por la Ley 18934.

Existen varias clases de usura: crediticia, real y social.

 Usura crediticia es aquella relacionada únicamente con el préstamo de dinero (contrato de mutuo).
 Usura real es aquella que se vincula con cualquier negocio jurídico bilateral (compraventa, permuta, etc.).
Comprende cualquier finalidad económica y todo tipo de transacción.
 Usura social es aquella que tiene en cuenta un interés de tipo colectivo, macrosocial. Comprende las
maniobras tendientes a explotar una necesidad que tiene relación con la comunidad.
 También se habla de una usura individual, que es aquella que tiene en cuenta un interés de tipo individual,
microsocial. Se explota con ella la necesidad de una persona determinada.

Eugenia Sanchez
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El art. 175 bis sólo abarca la usura crediticia y la real. Pero también queda comprendida en la disposición la usura
extorsiva (otorgar recaudos o garantías de carácter extorsivo), la usura sucesiva (el que adquiere, transfiere o hace
valer un crédito usuario) y la usura habitual (funciona como elemento del tipo).

Diversos casos:

El art. en el párrafo 1, contempla dos tipos distintos de usura:


1. El aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia de otra persona.

La "acción" consiste en hacerse dar o prometer, en cualquier forma para sí o para un tercero, intereses u otras
ventajas pecuniarias exorbitantes desproporcionadas con la prestación.
La figura exige hacer por parte de ambos sujetos. La expresión aprovechándose se integra a la acción típica, en el
sentido de que el sujeto activo debe conocer la situación en que se halla el sujeto pasivo y valerse de esa situación
para obtener una ganancia desmedida. En estos casos, el autor se aprovecha de situaciones que ya existen; no las
crea. Sin aprovechamiento, no hay delito. Por necesidad debe entenderse toda situación de apremio, forzosa, que
limita la libertad de elegir. Carece de importancia la causa que la origina, que puede incluso ser inmoral o ilícita (p.
ej., quien necesita devolver el dinero susfraído) o viciosa (v. gr., por adicción a estupefacientes). La necesidad debe
ser real y no imaginada por la víctima; de lo contrario, no se perfecciona el delito. La necesidad puede ser de orden
económico o de cualquier naturaleza. Por ligereza debe entenderse aquel obrar precipitado, sin la suficiente
reflexión de la operación que se realiza. La inexperiencia es la ignorancia o falta de saber o advertimiento en materia
de negocios o transacciones. Finalmente, el tipo exige que el sujeto pasivo de o prometa intereses u otras ventajas
pecuniarias evidentemente desproporcionadas con la prestación.

La desproporción entre las prestaciones debe ser evidente, esto es, manifiesta, llamativa, notoria. Debe, además, ser
excesiva, exorbitante, carente de causa.

Esta usura se consuma con el hacerse dar o prometer, aunque basta la simple promesa para que el delito quede
perfeccionado. El delito es instantáneo y de efectos permanentes.

2. El otorgamiento de recaudos o garantías de carácter extorsivos.

La acción es la misma que en el párrafo anterior, sólo que aquí hay un carácter extorsivo de los recaudos o garantías
exigidos por el autor.

Los “recaudos” o “garantías” son resguardos o aseguramientos que toma el acreedor para, en caso de
incumplimiento del deudor, contar con una herramienta eficaz para coaccionarlo a que cumpla con la prestación. El
carácter extorsivo de esto, reside en que posibilitan al usurero amenazar al deudor con una denuncia criminal si no
cumple con el pago.

El delito se comete si el deudor se aprovecha de la situación del sujeto pasivo. No se exige la desproporción de las
prestaciones. El delito es doloso y se consuma cuando el autor se hace otorgar los recaudos o garantías de carácter
extorsivo.

Usura sucesiva:

En el segundo párrafo está la usura sucesiva, que consiste en la adquisición, transferencia o utilización de un crédito
usurario.

Debe tratarse de un crédito usurario obtenido en la forma descripta en el primer párrafo, o sea, a través de una
usura de crédito o de una usura extorsiva. Lo que hace el autor de esta modalidad es hacer circular (negociar) el
crédito obtenido en las condiciones originales.

Eugenia Sanchez
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Cualquiera puede ser sujeto activo, pero debe ser una persona distinta al autor de la usura originaria. El delito se
comete con la adquisición (por ej compra), transferencia (por ej cesión) o utilización del crédito, sea en forma
onerosa o gratuita. Lo que importa es la negociación de la usura principal.

Subjetivamente, el tipo exige que el autor obre a sabiendas, con el conocimiento acerca de la naturaleza usuraria del
crédito originario y la voluntad deliberada de procurar su negociación; por lo tanto, sólo resulta posible el dolo
directo. Se consuma con la realización de las acciones típicas.

Agravante:

El tercero párrafo contempla un tipo agravado de usura, denominado “usura habitual”. Se trata de un tipo referido a
quien comete en forma permanente un tipo de delito, que surge de su personalidad, de su ser criminal.

La agravante funciona para el “prestamista” o “comisionista” usurarios, cuando desarrollan su actividad de manera
profesional o habitual.

El prestamista es quien presta o entrega el dinero, el comisionista es quien actúa de intermediador para la obtención
del crédito usurario. En ambos casos el agente debe actuar haciendo de su actividad un medio de vida, una fuente
permanente de ingreso (profesionalmente), o acostumbrado a esta actividad (habitualmente).

No es necesaria la reiteración de actos, es suficiente con un solo acto que manifieste una tendencia a la actividad
usuraria.

2. Quebrados y otros deudores punibles


Correlación entre el juicio de quiebra y el penal:

Muchas veces, un deudor cae en un estado de insolvencia patrimonial, de modo tal, que con los bienes que tiene no
puede cumplir puntualmente sus obligaciones. En estos casos, él mismo, o sus acreedores pueden pedir al juez que
“declare en quiebra” al deudor, luego se liquidarán los bienes existentes del deudor y lo obtenido se distribuye entre
los distintos acreedores.

La quiebra o el concurso civil son instituciones lícitas. Lo que la ley penal reprime son las maniobras ilícitas,
fraudulentas o culposas, en que pueden haber incurrido los quebrados o concursados.

Los distintos delitos previstos acá, tienden a proteger como bien jurídico, la incolumidad del patrimonio como
prenda común de los acreedores.

Quiebra fraudulenta:

El art. 176 establece: Será reprimido, como quebrado fraudulento, con prisión de 2 a 6 años e inhabilitación especial
de 3 a 10 años, el comerciante declarado en quiebra que, en fraude de sus acreedores, hubiere incurrido en algunos
de los hechos siguientes:

1. Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas;


2. No justificar la salida o existencia de bienes que debiera tener; substraer u ocultar alguna cosa que
correspondiere a la masa;
3. Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor.

Sujeto activo del delito es el comerciante declarado en quiebra (delito especial propio). De esta figura surgen 2
presupuestos: 1) que el autor sea un comerciante: son comerciantes los individuos que ejercen de cuenta propia
actos de comercio, haciendo de ello su profesión habitual. 2) que exista “declaración de quiebra” del comerciante.
Esta declaración debe ser pronunciada por el juez en lo civil y comercial y el juez penal no puede revisar esa decisión.
Declaración de quiebra es el dictado de la resolución que la declare por sentencia, que haya adquirido firmeza.
Eugenia Sanchez
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Las acciones típicas son:

1. Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas: son acciones destinadas a disimular el activo,
simulando el pasivo. “Simular” significa fingir o imitar, aparentar falsamente una cosa o situación; “suponer”
es dar por existente o real algo que no lo es, presentar algo falso como verdadero; “deudas” se refiere a la
obligación de dar sumas de dinero o bienes; “enajenación” es la transferencia o transmisión del dominio de
una cosa o de un derecho; “gastos” son los pagos o empleo de dinero en alguna cosa; “pérdidas” implica el
daño o disimulación de los bienes patrimoniales.
2. No justificar la salida o existencia de bienes que debería tener: esto es, no demostrar o explicar debidamente
el destino dado a bienes que debieron estar dentro del patrimonio del deudor y no lo están.
3. Sustraer u ocultar alguna cosa que correspondiere a la masa: Son conductas que deben entenderse como
sacar, remover, retirar (sustraer), o bien esconder, encubrir, disfrazar (ocultar), cosas o bienes materiales
con el fin de impedir que pasen a integrar la masa de acreedores y puedan ser captados por los
procedimientos concursales.
4. Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor: es un quebrantamiento al principio de igualdad de
acreedores, porque se otorgan ventajas a alguno de ellos en perjuicio de los otros.

Subjetivamente, el tipo requiere que los hechos sean cometidos por el comerciante en fraude de sus acreedores. Se
trata de un elemento subjetivo especial incorporado al tipo, dirigido a defraudar a cualquiera de los acreedores.
Exige dolo directo y demanda para su perfección típica un resultado dañoso para el patrimonio que es la prenda
común de los acreedores, que se traduce en una disminución de éste.

Con respecto a la consumación, si los hechos se llevaron a cabo con anterioridad a la declaración de quiebra, ese fue
el momento consumativo y el comienzo del término de la prescripción penal. Si, en cambio, estos hechos fueron
realizados luego de la declaración judicial de la quiebra, el momento consumativo coincidirá con las maniobras
fraudulentas y, a partir de aquí, comenzará a correr el plazo de la prescripción penal.

Quiebra culposa:

El art. 177 establece: Será reprimido, como quebrado culpable, con prisión de 1 mes a 1 año e inhabilitación especial
de 2 a 5 años, el comerciante que hubiere causado su propia quiebra y perjudicado a sus acreedores, por sus gastos
excesivos con relación al capital y al número de personas de su familia, especulaciones ruinosas, juego, abandono de
sus negocios o cualquier otro acto de negligencia o imprudencia manifiesta.

Sujeto activo debe ser un comerciante declarado en quiebra. La acción punible es “causar su propia quiebra”, que
será a través de actos de negligencia o imprudencia manifiestas, pero deben haberse llevado a cabo con anterioridad
a la declaración de quiebra, ya que deben ser su causa.

Se trata de un delito de daño efectivo, ya que requiere para su consumación un perjuicio real de contenido
patrimonial, a los acreedores.

Es un delito culposo, que se presenta por las siguientes conductas:

1. Gastos excesivos con relación al capital y al número de personas de su familia: son gastos que no guardan
una relación adecuada frente al patrimonio y entradas totales del deudor, suponen una desproporción entre
lo que el comerciante tiene y lo que deja de tener como consecuencia de la erogación efectuada.
2. Especulaciones ruinosas: comprende operaciones o negocios realizados en forma torpe y con escasa
probabilidad de éxito o beneficios.
3. Juego: abarca los juegos de azar, bancados o no, como los que requieren de alguna destreza o habilidad del
jugador. Carece de relevancia que el juego esté o no prohibido.

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4. Abandono de sus negocios: es la violación del más elemental deber de cuidado del propio patrimonio.

El delito se consuma con el acto de declaración de quiebra del comerciante pasada en autoridad de cosa juzgada. Es
desde ese momento, entonces, que debe computarse el comienzo del término de la prescripción de la acción penal.
La tentativa no es posible.

Quiebra de personas jurídicas y liquidación sin quiebra de entidades financieras:

El art. 178 establece: Cuando se tratare de la quiebra de una sociedad comercial o de una persona jurídica que ejerza
el comercio, o se hubiere abierto el procedimiento de liquidación sin quiebra de un banco u otra entidad financiera,
todo director, síndico, administrador, miembro de la comisión fiscalizadora o gerente de la sociedad o
establecimiento fallido o del banco o entidad financiera en liquidación sin quiebra, o contador o tenedor de libros de
los mismos, que hubiere cooperado a la ejecución de alguno de los actos a que se refieren los artículos anteriores,
será reprimido con la pena de la quiebra fraudulenta o culpable, en su caso. Con la misma pena será reprimido el
miembro del consejo de administración o directivo, síndico, miembro de la junta fiscalizadora o de vigilancia, o
gerente, tratándose de una sociedad cooperativa o mutual.

Implica la ratificación del principio universalmente consagrado que las sociedades no pueden cometer delitos, que
declara la irresponsabilidad penal de las personas jurídicas. La acción punible consiste en haber cooperado en la
ejecución de alguno de los actos de quiebra fraudulenta o culposa a que hacen referencia los arts. 176 y 177.
Sujetos activos son aquellos que ejercen funciones de dirección, control o representación de la sociedad, como el
director, sindico, administrador, miembros de la comisión fiscalizadora y gerentes; y sujetos que ejercen en el ente
colectivo una tara de asesoramiento y cumplen funciones auxiliares relacionadas con la contabilidad de la empresa,
como los contadores y tenedores de libros. Por ende, es un delito especial propio.

3. Concurso civil fraudulento


El art. 179 párrafo 1 establece: Será reprimido con prisión de 1 a 4 años, el deudor no comerciante concursado
civilmente que, para defraudar a sus acreedores, hubiere cometido o cometiere alguno de los actos mencionados en
el art. 176.

El delito presupone la comisión de alguna de las conductas reprimidas a título de quiebra fraudulenta. Sujeto activo
debe ser un deudor no comerciante concursado civilmente. Como la declaración de concurso civil es un elemento
del tipo, su inexistencia lleva a la impunidad de los actos del deudor.

Insolvencia fraudulenta:

El art. 179 párrafo 2 establece: Será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años, el que durante el curso de un proceso
o después de una sentencia condenatoria, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare, ocultare o hiciere
desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta manera frustrare, en todo o
en parte, el cumplimiento de las correspondientes obligaciones civiles.

La acción material consiste en frustrar, total o parcialmente, el incumplimiento de una obligación.

El delito requiere la promoción, por parte del acreedor, de una acción judicial tendiente a obtener el cumplimiento
de la obligación civil que aquél ha contraído. La frustración del cumplimiento de la obligación se produce cuando
queda descartada la posibilidad de lograr la satisfacción del crédito demandado, independientemente de la
existencia de una sentencia condenatoria civil.

Sujeto activo sólo puede ser el demandado (delito especial propio). Sujeto pasivo es el acreedor titular de la
obligación civil demandada judicialmente. Los medios de comisión del delito pueden ser: destruir, inutilizar, dañar,
ocultar, hacer desaparecer o disminuir el valor de los bienes del patrimonio del deudor demandado. Se trata de
actos materiales que tornan imposible en todo, o en parte, el cumplimiento de la sentencia condenatoria.

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La insolvencia del deudor puede ser real o simulada, relacionada con la totalidad de su patrimonio o con sólo parte
de él. Los actos típicos productores de la insolvencia del deudor pueden darse durante el curso de un proceso o
después de una sentencia condenatoria.

 Durante el curso de un proceso: Para determinar cuándo un proceso está en curso, se debe distinguir entre
el civil y el penal. Si es un proceso civil está en curso en el momento en que la demanda ha sido notificada al
deudor y éste ha tomado conocimiento de la apertura del proceso en su contra. Si se trata del penal, en los
delitos de acción pública el proceso está en curso desde la comisión del hecho; en los de acción privada, la
cuestión es como en el proceso civil.
 Después de una sentencia condenatoria: debe tratarse de una sentencia que condene al deudor al
cumplimiento de una obligación civil. La sentencia civil, para que dé lugar al delito, debe haber pasado en
autoridad de cosa juzgada. Los actos delictivos pueden ser cometidos antes o después de la sentencia
condenatoria. Para Buompadre, el estado de insolvencia debe producirse durante el curso de un proceso o
después de una sentencia condenatoria. Son dos alternativas temporales delimitadas, en las cuales la
insolvencia puede tener lugar. Por lo tanto, para la determinación del momento consumativo del delito, no
es necesario que exista una sentencia condenatoria que reconozca la obligación. La sentencia condenatoria
firme es un elemento alternativo del tipo, que indica que el delito puede cometerse durante el curso de un
proceso o después de una sentencia condenatoria.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. Tratándose de un delito material e instantáneo, de daño
efectivo, se consuma con el perjuicio patrimonial que importa para el actor la insatisfacción del crédito por la
frustrada ejecución judicial. Es a partir de este momento que el patrimonio del acreedor queda lesionado, por lo
tanto, es desde este mismo momento que comienza a correr el término para la prescripción de la acción penal. La
tentativa es posible.

Colusión:

El art. 180 establece: Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año, el acreedor que consintiere en un concordato,
convenio o transacción judicial, en virtud de una connivencia con el deudor o con un tercero, por la cual hubiere
estipulado ventajas especiales para el caso de aceptación del concordato, convenio o transacción. La misma pena
sufrirá, en su caso, todo deudor o director, gerente o administrador de una sociedad anónima o cooperativa o de una
persona jurídica de otra índole, en estado de quiebra o de concurso judicial de bienes, que concluyere un convenio de
este género.

La acción típica es consentir. El acreedor comete el delito cuando consiente un concordato, convenio o transacción
judicial, que previamente ha pactado o convenido con el deudor y por los que se han estipulado ventajas especiales,
para el caso de aceptarse el acuerdo, convenio o transacción. Es decir, el acreedor y el deudor convienen que aquel
consienta en votar el acuerdo a cambio de ventajas especiales.

Los sujetos activos del delito pueden ser el acreedor (comerciante o no), el deudor (comerciante o no), el director,
gerente o administrador de una sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de otra naturaleza, en
estado de quiebra o de concurso judicial de bienes.

Se trata de un delito doloso, de dolo directo. Su consumación ocurre cuando el acreedor consiente el concordato,
convenio o transacción judicial. Esto ocurre cuando el acreedor vota de modo favorable por ellos en el
correspondiente acto procesal.

Connivencia del deudor y representante de una persona jurídica:


El delito del deudor consiste en concluir el convenio en el cual se pacta la emisión del voto por parte del acreedor
favorable al acuerdo, convenio o transacción judicial. Pueden ser autores del delito tanto el deudor como los

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representantes de la persona jurídica enunciados en el precepto legal. La colusión (celebración) del convenio marca
el momento consumativo del delito.

4. Usurpación
El art. 181 establece: Será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años:
1. el que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o
parcialmente, de la posesión o tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre
él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los
ocupantes;
2. el que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o límites del
mismo;
3. el que, con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.

Usurpación significa quitar, despojar a alguien de lo que es suyo.

Usurpación por despojo:

El bien jurídico protegido en estos delitos no es el inmueble, sino ciertos derechos que se ejercen sobre el mismo, o
bien ciertas situaciones de hecho vinculadas con el inmueble, que se traducen en la tenencia o posesión
efectivamente ejercidas como tales. Los derechos reales susceptibles de protección penal son los derechos de uso,
usufructo, habitación, servidumbre y anticresis.

La acción típica consiste en despojar a otro del inmueble que posee o tiene. El despojo es la privación del goce
material y efectivo del bien al anterior ocupante. La conducta importa el desplazamiento o exclusión de una
ocupación, materializada por un sujeto que ocupaba el inmueble personalmente o por medio de un representante.
La acción debe ser traducida como quitar, sacar de la ocupación o impedir la ocupación del inmueble total o
parcialmente, por parte del sujeto pasivo. Pero, para ser típico, el despojo debe estar signado por la finalidad de
permanecer en el inmueble ocupándolo.

El despojo puede ser total o parcial, es decir, cuando se priva al sujeto pasivo de la tenencia de todo el inmueble o
sólo de una parte de él. El desplazamiento o exclusión puede realizarse invadiendo el inmueble (penetración en el
inmueble, aun sin expulsión de sus ocupantes), manteniéndose en él (permanecer en el inmueble impidiendo al
ocupante continuar ejerciendo los derechos sobre aquel) o expulsando a los ocupantes (echando o desalojando del
inmueble a los ocupantes para hacerse del mismo en su totalidad o parte de él).

El sujeto activo puede ser cualquier persona. El sujeto pasivo es el tenedor, el poseedor o cuasiposeedor de un
inmueble.

Tenedor es quien tiene efectivamente la cosa, pero reconociendo en otro la propiedad. Poseedor es el que por sí o
por otro, tiene el inmueble bajo su poder con la intención de someterlo al ejercicio de un derecho de propiedad. Hay
detentamiento de la cosa (corpus) e intención de comportarse como dueño (animus). Cuasiposeedor es el que ejerce
un derecho real de uso, usufructo, habitación sobre el inmueble. No hay animus.

El objeto del delito es siempre un inmueble, respecto del cual se protege todo derecho real que se ejerza sobre él
(tenencia, posesión u otro derecho real), quedando comprendidos sólo los inmuebles por su naturaleza.

Los medios comisivos previstos por la ley son la violencia, la amenaza, el engaño, el abuso de confianza y la
clandestinidad, los cuales tienen que haber sido usados para consumar el despojo.

Violencia es el ejercicio o despliegue de una energía física que puede recaer sobre las cosas o sobre las personas. La
fuerza en las cosas es aquella que se ejerce sobre los mecanismos de defensa predispuestos en un inmueble,
destinados a impedir su ocupación. El engaño es el despliegue de medios engañosos, tiene por objeto lograr la

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entrega u ocupación del inmueble. Las amenazas tienen una vis moral, que actúa sobre la psique de la víctima, a
través del anuncio de un mal grave, posible, de probable producción futura, dependiente de la voluntad del autor. El
abuso de confianza consiste en un aprovechamiento de la fe o confianza dispensada por la víctima, al permitírsele el
acceso o el uso del inmueble, para ocuparlo y consumar el despojo, ya sea manteniéndose en el o mejorando la
posición anterior. La clandestinidad es una situación de posesión viciosa (de mala fe), que es aquella que se adquiere
en forma disimulada u oculta, aprovechando la ausencia del poseedor o titular, o adoptando los recaudos necesarios
para evitar que éstos tomen conocimiento de la situación.

Subjetivamente, la usurpación es un delito doloso, de dolo directo. Es instantáneo y se consuma con el despojo, es
decir, en el momento en que se priva a otro del goce efectivo del inmueble. La tentativa resulta admisible.

Destrucción o alteración de términos o límites:

El art. 181 inc. 2 castiga al que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o
límites del mismo.

La materialidad del delito consiste en destruir o alterar los términos o límites de un inmueble. La destrucción implica
la eliminación del término o límite, de manera que desaparece la función que cumplen con respecto al fundo. La
alteración consiste en cambiar un límite por otro, modificándose la ubicación que tenía.

Los objetos del delito son los términos o límites, es decir, aquellas señales o signos de distintas características que
sirven para delimitar los inmuebles contiguos (por ej. cercos, alambrados, mojones). Los términos son los mojones o
hitos que se colocan para fijar linderos. Los límites son los signos físicos, naturales o artificiales, fijos o permanentes
que constituyen la línea divisoria de dos inmuebles, generalmente se utilizan cercos y alambrados.

Sujeto activo sólo puede ser el ocupante del fundo vecino o colindante, cualquiera que sea la calidad que tenga con
respecto a aquél (por ej. propietario, tenedor, poseedor, etc.), ya que sólo un colindante podría apoderarse del
inmueble para incorporarlo a su propiedad o tenencia.

Subjetivamente, el delito exige la concurrencia de un elemento subjetivo típico (para apoderarse de todo o parte de
un inmueble), que se agrega al dolo común de querer alterar o destruir los términos o límites. Es instantáneo y se
consuma con la destrucción o alteración de los términos o límites, se haya logrado o no los designios del autor. La
tentativa es posible.

Turbación de la posesión o tenencia:

El art. 181 inc. 3, reprime al que con violencias o amenazas, turbare la posesión o tenencia de un inmueble.

Se trata de un caso de usurpación sin despojo, ya que lo que está en juego no es la privación de la posesión o
tenencia de un inmueble, sino su tranquilo y pacífico uso y goce por parte del poseedor.
El delito consiste en turbar la posesión o tenencia de un inmueble mediante violencia o amenazas. La turbación se
produce cuando, por acción del autor, se altera o modifica la situación pacífica del uso y goce de la posesión o
tenencia de un inmueble. Los actos turbatorios deben ser materiales, es decir, que deben recaer sobre el curpous
posesorio, restringiendo el uso y goce del inmueble.

Los medios que debe emplear el autor son la violencia o la amenaza. El delito es doloso, de dolo directo. La
infracción es instantánea de efectos permanentes y se consuma con la realización de los actos turbatorios,
produciendo la limitación del ejercicio de la posesión o la tenencia. Es posible la tentativa.

Usurpación de aguas:

El art. 182 establece: Será reprimido con prisión de 15 días a 1 año:

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1. El que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro sacare aguas de represas, estanques u otros
depósitos, ríos, arroyos, fuentes, canales o acueductos o las sacare en mayor cantidad que aquella a que
tenga derecho;
2. El que estorbare el ejercicio de los derechos que un tercero tuviere sobre dichas aguas;
3. El que ilícitamente y con el propósito de causar perjuicio a otro represare, desviare o detuviere las aguas de
los ríos, arroyos, canales o fuentes o usurpare un derecho cualquiera referente al curso de ellas.

La pena se aumentará hasta 2 años, si para cometer los delitos expresados en los números anteriores, se rompieren o
alteraren diques, esclusas, compuertas u otras obras semejantes hechas en los ríos, arroyos, fuentes, depósitos,
canales o acueductos.

La disposición prescribe cuatro tipos delictivos que tienen un elemento en común: el agua, que siempre debe
mantener su calidad de inmueble, es decir, que siempre debe tratarse del fluido incorporado como parte del suelo,
no el que se encuentra en recipientes, separado del suelo, ya que pasan a constituir delitos de hurto o robo.

Sustracción del agua:

El delito consiste en sacar ilícitamente agua de un depósito o de un curso de agua, con el propósito de causar
perjuicio a otro. Se trata de una hipótesis de despojo de agua ajena.

La acción de sacar debe ser entendida como sinónimo de sustraer, tomar, llevar, apoderarse, etc., esto es, privar a
otro de lo que es su dominio, posesión o tenencia. La sustracción del agua ajena debe hacerse mediante la
modificación del curso del agua, no con recipientes u otros objetos que puedan contener porciones del líquido. Sin
embargo, la norma está imperfectamente construida (puede dar lugar a distintas interpretaciones), ya que es difícil
pensar en un modo de sacar el agua sin quitarle el carácter de inmueble y sin acudir al procedimiento de desviarla o
hacerla correr, pero tampoco es descartable un procedimiento que permita sacar el agua sin anularla como
inmueble (por ej. lograrlo por evaporación).

El término ilícitamente pone de manifiesto el accionar antijurídico del autor, es decir, que carezca de derecho al agua
sustraída o bien que cuente con un derecho menor.

Subjetivamente el delito es doloso, de dolo directo, pero el precepto exige algo más, el propósito de causar perjuicio,
que es un elemento subjetivo del tipo cuya inexistencia excluye el delito.

Estorbo del ejercicio de derechos sobre aguas:

El delito consiste, no en un despojo, sino en poner obstáculos o trabas que dificultan el ejercicio del derecho que un

En esta hipótesis, el autor no toca el agua, no la saca de los lugares en que se encuentra, sino que estorba u
obstaculiza el ejercicio del derecho que otro tiene sobre esas aguas. Quedan alcanzados los actos de impedimento
para el sujeto pasivo (por ej. no abrir la compuerta que permite el paso del agua). El tipo subjetivo se satisface con el
dolo común, incluso el eventual. No obstante, nada impide que el autor persiga una finalidad, económica o de otra
índole.

El delito se consuma cuando los derechos del tercero se ven afectados por la conducta del autor.

Interrupción de un curso de agua:

Consiste en interrumpir ilícitamente un curso de agua, con el propósito de causar perjuicio.

La interrupción ilegitima del curso de agua se produce mediante las acciones de represar (estancar, encerrar,
impedir que el agua corra), desviar (modificar su curso o cauce normal) o detener (obstaculizar el curso de agua para

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que pare de correr, impedir su cauce, anular totalmente su corriente). El curso de agua puede ser un río, un arroyo,
un canal o una fuente.

Es un delito doloso, de dolo directo, subjetivamente configurado (requiere el propósito de causar un perjuicio).

Usurpación de un derecho sobre un curso de agua:

Consiste en despojar a otro de un derecho al uso y goce sobre alguno de los cursos de agua. Se trata de una clase de
usurpación que se configura a través de un despojo del ejercicio de un derecho real que pertenece a otro y que
implica el goce del agua.

Nuñez considera que el delito puede cometerse mediante cualquier medio que implique apropiación total o parcial
de un derecho de uso y goce de un curso de agua. El tipo exige que el autor obre ilícitamente y con el propósito de
causar perjuicio a otra persona.

Agravante:

Resulta aplicable la agravante cuando se rompen o alteran diques, esclusas, compuertas u otras obras semejantes
hechas en los cursos de agua.

Lo que distingue a la calificante es que, subjetivamente, el autor debe obrar para cometer los delitos. Si ésta no fuera
la finalidad, el delito queda desplazado hacia otra figura, por ej. daño.

Las obras se rompen cuando son destruidas o dañadas seriamente en sus estructuras, sea en forma total o parcial, y
son alteradas cuando son modificadas o cambiadas.

5. Daños
El art. 183 establece: Será reprimido con prisión de 15 días a 1 año, el que destruyere, inutilizare, hiciere desaparecer
o de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble o un animal, total o parcialmente ajeno, siempre que el
hecho no constituya otro delito más severamente penado. En la misma pena incurrirá el que alterare, destruyere o
inutilizare datos, documentos, programas o sistemas informáticos; o vendiere, distribuyere, hiciere circular o
introdujere en un sistema informático, cualquier programa destinado a causar daños.

Tratándose de un delito patrimonial, el bien jurídico tiene relación directamente con la integridad de la cosa objeto
de protección. Por lo tanto, es el dominio sobre la cosa el aspecto protegido por la norma penal en estos casos.

El delito consiste en un ataque a la materialidad, utilidad, disponibilidad de las cosas, que elimina o disminuye su
valor de uso o de cambio. La acción material está dada por destruir, inutilizar, y hacer desaparecer.

“Destruir” quiere decir deshacer la cosa, arruinarla, romperla. “Inutilizar” significa privar a la cosa de la aptitud que
poseía, quitarle provecho, comodidad o interés. “Hacer desaparecer” equivale a ocultar o perder la cosa, colocarla
fuera de la esfera de poder o control de su tenedor.

El delito es de acción, pero la doctrina admite la omisión impropia, ya que se trata de un tipo resultativo o tipo
prohibitivo de causar.

El objeto del delito puede ser una cosa mueble, un inmueble o un animal, total o parcialmente ajenos, siempre que
no sea propiedad del autor, ya que el daño de la cosa propia o de aquellas que no tienen dueño, es atípico.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, siempre que no sea el dueño de la totalidad de la cosa. Sujeto pasivo es el
propietario o titular de la cosa.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. El tipo subjetivo se satisface con la ilicitud de la acción que
recae sobre la cosa y la voluntad de querer causar el daño, sin que sean necesarias finalidades trascendentes. El
daño culposo es atípico. El delito es instantáneo y de resultado material, que se consuma con la realización de las

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acciones típicas, es decir, con la producción del daño en la cosa. La tentativa es posible. Se trata de un delito
subsidiario, es decir, que la pena se aplica siempre que el hecho no constituya otro delito más severamente penado.

Agravantes:

El art. 184 establece: La pena será de 3 meses a 4 años de prisión, si mediare cualquiera de las circunstancias
siguientes:
1. Ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de sus
determinaciones;
2. Producir infección o contagio en aves u otros animales domésticos;
3. Emplear substancias venenosas o corrosivas;
4. Cometer el delito en despoblado y en banda;
5. Ejecutarlo en archivos, registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos, paseos u otros bienes de uso
público; o en tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros u otros objetos de arte
colocados en edificios o lugares públicos; o en datos, documentos, programas o sistemas informáticos
públicos;
6. Ejecutarlo en sistemas informáticos destinados a la prestación de servicios de salud, de comunicaciones, de
provisión o transporte de energía, de medios de transporte u otro servicio público.

El daño se agrava por la concurrencia de las siguientes circunstancias:


1. Por la finalidad del autor: si el autor tiene por finalidad especifica ejecutar el hecho con el fin de impedir el
libre ejercicio de la autoridad (obstaculizar o impedir que una autoridad pública realice un acto o ejecute una
función), o ejecutar el hecho en venganza o revancha de una determinación de la autoridad (por ej, el autor
causa el daño porque ha sido detenido).
2. Por el resultado causado: la agravante se caracteriza por una doble circunstancia: por el resultado causado
(infección o contagio) y por el objeto sobre el que recae el daño (aves u otros animales domésticos).
3. Por el medio empleado: la agravante requiere el empleo de sustancias venenosas o corrosivas. El precepto
abarca el daño a animales y a cosas por medio de estas sustancias, quedando fuera el empleo de estos
medios contra las personas.
4. Por el lugar y el modo: si el daño ha sido cometido en despoblado y en banda. La agravante es compleja y
requiere la concurrencia de ambas circunstancias.
5. Por el objeto protegido: se funda en el interés que existe sobre la preservación de los objetos mencionados
en la norma. Están comprendidos los bienes públicos y privados, así como los bienes de uso público y
diferentes objetos de arte colocados en edificios o lugares públicos.

Agravantes de la Ley 24.192: espectáculos deportivos:

Reprime con prisión el que destruyere o dañare una cosa mueble o inmueble total o parcialmente ajena en un
espectáculo deportivo.

Con prisión o prohibición de concurrencia el que arrojare líquidos, papeles encendidos o sustancias que puedan
causar un daño o molestias a terceros.

BOLILLA 16
1. Delitos contra la seguridad pública

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La seguridad pública, como bien jurídico penal, presupone un estado exento de riesgos, que debe ser entendido
como una situación objetiva de seguridad general para las personas, puesta a resguardo de ese peligro común
provocado por ciertos hechos delictivos (denominados delitos de peligro) que se caracterizan por afectar a un
número indeterminado de víctimas. Los delitos comprendidos en este título afectan a bienes jurídicos de tipo
colectivo, macrosociales, es decir, abarcan a un conjunto generalizado, masivo y universal, de bienes y personas.

2. Incendio y otros estragos


El art. 186 establece: El que causare incendio, explosión o inundación, será reprimido:

1. Con reclusión o prisión de 3 a 10 años, si hubiere peligro común para los bienes;
2. Con reclusión o prisión de 3 a 10 años el que causare incendio o destrucción por cualquier otro medio:
a) De cereales en parva, gavillas o bolsas, o de los mismos todavía no cosechados;
b) De bosques, viñas, olivares, cañaverales, algodonales, yerbatales o cualquiera otra plantación de árboles o
arbustos en explotación, ya sea con sus frutos en pie o cosechados;
c) De ganado en los campos o de sus productos amontonados en el campo o depositados;
d) De la leña o carbón de leña, apilados o amontonados en los campos de su explotación y destinados al
comercio;
e) De alfalfares o cualquier otro cultivo de forrajes, ya sea en pie o emparvados, engavillados, ensilados o
enfardados;
f) De los mismos productos mencionados en los párrafos anteriores, cargados, parados o en movimiento;
3. Con reclusión o prisión de 3 a 15 años, si hubiere peligro para un archivo público, biblioteca, museo, arsenal,
astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque de artillería;
4. Con reclusión o prisión de 3 a 15 años, si hubiere peligro de muerte para alguna persona;
5. Con reclusión o prisión de 8 a 20 años, si el hecho fuere causa inmediata de la muerte de alguna persona.

El delito de incendio es una forma especial de estrago, lo que nos permite inferir que el estrago es el género y el
incendio la especie. El incendio es un fuego grande que abarca lo que no está destinado a arder, como edificios,
bosques, etc.; en sentido jurídico incendio quiere decir fuego peligroso, es decir, un fuego con poder autónomo que
escapa al contralor de quien lo encendió y se caracteriza por su expansibilidad. El incendio siempre requiere, además
del fuego, que produzca una situación de peligro común para bienes o personas.

La explosión es la liberación súbita (instantánea) y violenta de gran energía, cuyo origen puede tener lugar en un
proceso de combustión, transformación o de compresión.

La inundación es la invasión de una considerable extensión de terreno por el agua, que puede darse en forma lenta o
impetuosa, instantánea o continuada.

La materialidad del delito consiste en causar, crear, producir un incendio, una explosión o una inundación, siempre
que de la acción derive en una situación de peligro para bienes o personas. Se trata de delitos de peligro concreto,
cuya consumación se produce con la creación del peligro común para bienes indeterminados. La excepción es el inc.
2 en el que se describe un delito de daño efectivo, donde se protege la riqueza rural.

Agravantes:

El inc. 3 brinda una especial protección a determinados lugares que están expresamente enunciados en el precepto,
extendiéndose la tutela también a lugares privados (por ej. bibliotecas, museos y astilleros).

El inc. 4 prevé un supuesto de mayor penalidad para cuando del incendio, la explosión o la inundación derive un
peligro de muerte para alguna persona. Se trata de una hipótesis de peligro concreto para el individuo determinado,
del cual resulta la probabilidad de su muerte. El peligro de muerte configura un supuesto preterintencional.

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La pena más grave está prescripta para aquellos supuestos en los que el incendio, la explosión o la inundación son la
causa inmediata de la muerte de alguna persona, la cual puede provenir del hecho mismo o de alguna consecuencia
del desastre (por ej. de un derrumbe, un caso de asfixia por el humo). Se trata de una figura preterintencional.

Subjetivamente, estos delitos son dolosos, siendo suficiente el dolo eventual.

Estrago:
El art. 187 establece: Incurrirá, según los casos, en las penas señaladas en el artículo precedente, el que causare
estrago por medio de sumersión o varamiento de nave, derrumbe de un edificio, inundación, de una mina o cualquier
otro medio poderoso de destrucción.

Estrago significa daño, ruina, destrozo, asolamiento. Es el daño grande, de extraordinaria magnitud e importancia,
de enormes proporciones, y que produce un peligro real para un número indeterminado de personas.

El delito consiste en causar estrago, es decir, producir un daño de gran magnitud, con grave peligro para un colectivo
de personas.

Se trata de un delito de resultado material, que se consuma con la destrucción del objeto y la creación del peligro
común para bienes o personas. Los medios típicos son la sumersión (naufragio o hundimiento) o varamiento
(encallar) de una nave, el derrumbe de un edificio, sea en su totalidad o sólo en parte. Con respecto a la mina, debe
entenderse como medio explosivo. La fórmula “cualquier otro medio poderoso de destrucción” abarca a cualquier
medio cuyas particularidades sean las que caracterizan al estrago.

Destrucción o inutilización de defensas contra desastres:

El art. 188 establece: Será reprimido con prisión de 1 a 6 años el que, destruyendo o inutilizando diques u otras obras
destinadas a la defensa común contra las inundaciones u otros desastres, hiciere surgir el peligro de que éstos se
produzcan.

La misma pena se aplicará al que, para impedir la extinción de un incendio o las obras de defensa contra una
inundación, sumersión, naufragio u otro desastre, substrajere, ocultare o hiciere inservibles, materiales, instrumentos
u otros medios destinados a la extinción o a la defensa referida.

El art. describe delitos de peligro concreto en los que la sola realización de las conductas típicas implica la amenaza
efectiva del desencadenamiento de un desastre.

1. Rotura de diques: el delito consiste en destruir o inutilizar diques u obras que han sido construidas para la
defensa de grandes fuerzas de la naturaleza. Es necesario que la acción cause un peligro efectivo, real, de
que se produzca un desastre.
El delito es doloso y se consuma cuando, mediando la destrucción o inutilización de la obra, se hace nacer el
peligro real de un desastre.
2. Entorpecimiento de defensa contra desastres: se reprime a quien sustrae (apoderarse de la cosa), oculta
(esconderla, colocarla fuera de la vista de terceros) o hace inservible (la torna inútil o inepta para su destino)
materiales, instrumentos u otros medios destinados a la extinción de incendios o a las obras de defensa
común contra desastres.
Subjetivamente el delito no se satisface con el dolo común, sino que requiere la concurrencia de un
elemento subjetivo especial que integra el tipo: el sujeto debe actuar para impedir la extinción de un
incendio o las obras de defensa contra un desastre (inundación, sumersión, naufragio, etc.)

Estrago culposo:
El art. 189 establece: Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año, el que, por imprudencia o negligencia, por
impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros

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estragos. Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la muerte de
alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años.
El delito consiste en causar un incendio o alguno de los estragos enumerados en el art. 187. El precepto describe
conductas culposas que pueden cometerse por acción o por omisión. Si de la producción culpable del estrago deriva
un peligro de muerte o la muerte de alguna persona, el máximo de la pena puede elevarse hasta 5 años de prisión.

3. Fabricación, suministro y tenencia de explosivos y otros materiales idóneos para causar desastres
El art. 189 bis establece:
1. El que, con el fin de contribuir a la comisión de delitos contra la seguridad común o causar daños en las
máquinas o en la elaboración de productos, adquiriere, fabricare, suministrare, sustrajere o tuviere en su
poder bombas, materiales o aparatos capaces de liberar energía nuclear, materiales radiactivos o sustancias
nucleares, o sus desechos, isótopos radiactivos, materiales explosivos, inflamables, asfixiantes, tóxicos o
biológicamente peligrosos, o sustancias o materiales destinados a su preparación, será reprimido con
reclusión o prisión de CINCO (5) a QUINCE (15) años.
La misma pena se impondrá al que, sabiendo o debiendo saber que contribuye a la comisión de delitos contra
la seguridad común o destinados a causar daños en las máquinas o en la elaboración de productos, diere
instrucciones para la preparación de sustancias o materiales mencionados en el párrafo anterior.
La simple tenencia de los materiales a los que se refiere el párrafo que antecede, sin la debida autorización
legal, o que no pudiere justificarse por razones de su uso doméstico o industrial, será reprimida con prisión de
TRES (3) a SEIS (6) años.
2. La simple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida con prisión
de 6 (SEIS) meses a 2 (DOS) años y multa de MIL PESOS ($ 1.000.-) a DIEZ MIL PESOS ($ 10.000.-).
Si las armas fueren de guerra, la pena será de DOS (2) a SEIS (6) años de prisión.
La portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal, será reprimida con prisión de UN
(1) año a CUATRO (4) años.
Si las armas fueren de guerra, la pena será de TRES (3) años y SEIS (6) meses a OCHO (8) años y SEIS (6)
meses de reclusión o prisión.
Si el portador de las armas a las cuales se refieren los dos párrafos que anteceden, fuere tenedor autorizado
del arma de que se trate, la escala penal correspondiente se reducirá en un tercio del mínimo y del máximo.
La misma reducción prevista en el párrafo anterior podrá practicarse cuando, por las circunstancias del hecho
y las condiciones personales del autor, resultare evidente la falta de intención de utilizar las armas portadas
con fines ilícitos.
En los dos casos precedentes, se impondrá, además, inhabilitación especial por el doble del tiempo de la
condena.
El que registrare antecedentes penales por delito doloso contra las personas o con el uso de armas, o se
encontrare gozando de una excarcelación o exención de prisión anterior y portare un arma de fuego de
cualquier calibre, será reprimido con prisión de CUATRO (4) a DIEZ (10) años.
3. El acopio de armas de fuego, piezas o municiones de éstas, o la tenencia de instrumental para producirlas, sin
la debida autorización, será reprimido con reclusión o prisión de CUATRO (4) a DIEZ (10) años.
El que hiciere de la fabricación ilegal de armas de fuego una actividad habitual será reprimido con reclusión o
prisión de CINCO (5) a DIEZ (10) años.
4. Será reprimido con prisión de UN (1) año a SEIS (6) años el que entregare un arma de fuego, por cualquier
título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario.
La pena será de TRES (3) años y SEIS (6) meses a DIEZ (10) años de prisión si el arma fuera entregada a un
menor de DIECIOCHO (18) años.
Si el autor hiciere de la provisión ilegal de armas de fuego una actividad habitual, la pena será de CUATRO (4)
a QUINCE (15) años de reclusión o prisión.
Si el culpable de cualquiera de las conductas contempladas en los tres párrafos anteriores contare con
autorización para la venta de armas de fuego, se le impondrá, además, inhabilitación especial absoluta y
perpetua, y multa de DIEZ MIL PESOS ($ 10.000.-).

Eugenia Sanchez
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5. Será reprimido con prisión de TRES (3) a OCHO (8) años e inhabilitación especial por el doble del tiempo de la
condena el que, contando con la debida autorización legal para fabricar armas, omitiere su número o
grabado conforme a la normativa vigente, o asignare a DOS (2) o más armas idénticos números o grabados.
En la misma pena incurrirá el que adulterare o suprimiere el número o el grabado de un arma de fuego.

El delito del art. 189 bis, párrafo 1, consiste en fabricar (hacer una cosa, elaborarla, construirla). La fabricación puede
realizarse por medios mecánicos o químicos, transformando, componiendo, etc., sustancias, aparatos o
instrumentos para hacerlos aptos para el logro de los objetivos típicos. Suministrar (dar, proveer, aprovisionar, algo a
otro por cualquier título), adquirir (comprar, obtener el objeto en propiedad), sustraer (sacar, tomar, apartar la cosa
del poder o tenencia de otro), o tener (mantener la cosa corporalmente bajo el propio poder, pudiendo disponer de
ella) los materiales a que hace referencia el precepto.

Los objetos del delito son:

 Bombas: son explosivos o gases que mediante abrasamiento, percusión u otro medio, estalla con
detonación.
 Las materias o aparatos capaces de liberar energía nuclear son aquellas sustancias o artefactos utilizables
para transformar la materia en energía. Energía nuclear es aquella que se obtiene mediante la modificación
en el núcleo de los átomos.
 Los materiales radiactivos son los elementos que expulsan partículas a gran velocidad producida por
procesos nucleares. Emite radiación espontánea. el uranio 238, el radio 222, el carbono 14, el polonio,
 Las materias explosivas son aquellas, que sin ser bomba, poseen aptitud para detonar.
 Las materias inflamables son las sustancias que pueden generar combustión, arder en llamas, en forma
rápida y violenta.
 Asfixiantes son las que actúan sobre las vías respiratorias.
 Tóxicas son las que actúan sobre el organismo humano o animal envenenándolo;
 Biológicamente peligrosos son los que se componen de elementos biológicos como bacterias o virus, aptos
para poner en peligro la existencia humana.
 Sustancias o materiales destinados a su preparación: aquí la ley pune no solo a quien tiene los materiales
descriptos precedentemente, sino también al que tiene los elementos para construirlos

Es un delito doloso, pero el tipo requiere algo más: el fin de contribuir a la comisión de delitos contra la seguridad
común o causar daños en las máquinas o en la elaboración de productos. Se trata de un elemento subjetivo del
injusto, cuya ausencia desplaza el hecho hacia la figura descripta en el párrafo 3, siempre que la tenencia de estos
materiales fuese realizada sin la debida autorización legal. En caso de existencia de autorización legal, la conducta
sería atípica.

Instrucciones para preparar materiales explosivos:

El segundo párrafo del art. 189 bis castiga a quien, sabiendo o debiendo saber que contribuye a la comisión de
delitos contra la seguridad común o destinados a causar daño en las máquinas o en la elaboración de productos,
diere instrucciones (transmitir conocimientos, enseñar, adoctrinar, etc.) para la preparación de sustancias o
materiales susceptibles de ser empleados en hechos contra la seguridad común.

Es un delito doloso, de peligro abstracto que se consuma cuando se imparte la instrucción, sin importar que la
sustancia llegue o no a ser preparada o utilizada en algún hecho contra la seguridad común.

Tenencia y portación de armas:

Eugenia Sanchez
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El delito consiste en tener alguno de los materiales enunciados en el párrafo 1°. La tenencia implica la posibilidad de
disponer del objeto. No debe haber autorización otorgada por la autoridad competente, o que el agente no pueda
justificar la tenencia. Se trata de un delito doloso, se consuma con la sola acción de tener el objeto sin autorización.

Se ha sostenido que estos delitos son de “estructura puramente legal", ya que son científicamente una
contravención, en la medida que implican una violación de una ley de policía administradora de la tenencia de dichos
objetos; y que las conductas se punen porque pueden favorecer la comisión de delitos contra la seguridad común
(que es el bien jurídico protegido. Donna afirma que son delitos de peligrosidad concreta. La jurisprudencia ha
sostenido que el tipo requiere una amenaza para el bien jurídico protegido.

Arma de fuego de uso civil y arma de guerra:

Son armas de fuego aquéllas que “utilizan la energía de los gases producidos por la deflagración de pólvoras para
lanzar un proyectil a distancia”. Son de uso civil las que taxativamente enuncia el art. 5to del decreto 395/75 —
pistolas, revólveres, pistolones de caza, carabinas, fusiles, fusiles de carga tiro a tiro, repetición o semiautomático,
escopetas de carga tiro a tiro y repetición, todos hasta cierto calibre— ; y — asimismo— las enumeradas en su art. 6
como de uso civil deportivo. Las armas de guerra son las especificadas por el art. 4º del decreto 395/75— todas las
previstas en el art. 1 de dicho decreto y que no están incluidas en el art. 5° taxativamente como armas de uso civil, y
que se clasifican como de uso exclusivo para las instituciones armadas, de uso para la fuerza pública, de uso
prohibido y de uso civil condicional.

Cabe aclarar que en este tipo encuadra la tenencia de una sola arma, porque el uso del plural (“armas”, como dice la
ley), significa indeterminación del número.

Simple tenencia ilegítima de armas de fuego:

La acción material del tipo del inciso 2 consiste en tener un arma de fuego de uso civil, sin la debida autorización
legal. Se discute si la tenencia deber ser actual o si puede haber sido pasada. Según Buompadre, la tenencia debe
ser actual. La infracción es de carácter permanente, o sea que la consumación perdura en el tiempo mientras dure la
tenencia. El arma tiene que ser de fuego de uso civil e idóneo para poner en peligro la seguridad común. Para que se
autorice a tener un arma, es condición que se encuentre inscripta en el Registro Nacional de Armas. Se trata de un
delito doloso que admite el dolo eventual, se consuma con la simple tenencia del arma.

El delito se agrava si las armas fueren de guerra. Las armas son de guerra sólo cuando así se la clasifica
reglamentariamente. La tenencia de un arma de guerra solo es punible en la medida en que no se tenga
autorización. Los particulares no pueden tener armas de guerra que sean de uso exclusivo de las fuerzas armadas;
policías.

Portación de arma de fuego sin la debida autorización:

Dentro del inciso 2, en el párrafo 3ro. El delito consiste en portar, llevar consigo, un arma de fuego de uso civil, sin la
debida autorización. Portar el arma se entiende como llevar el arma con la munición en el cargador o recámara. El
tipo exige que el autor “porte el arma” sin la autorización debida. Se trata de un delito de peligro abstracto que se
consuma con la sola portación de arma de fuego sin la debida autorización. Es un delito doloso que admite el dolo
eventual.

El delito se agrava si las armas fueren de guerra.

Si el autor de la portación es tenedor autorizado del arma, la ley reduce la pena. Se trata de una hipótesis en la que
el autor está autorizado a tener el arma pero no a portarla.

Otra causal de atenuación de la pena se da cuando el portador no tiene intención de utilizar el arma con fines ilícitos.

Eugenia Sanchez
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Se impondrá además inhabilitación especial por doble tiempo de la condena privativa de la libertad.

Acopio de armas, municiones, piezas e instrumental:

La acción típica es la de acopiar, o sea, reunir una cantidad anormal de armas, superior a la que el uso común o
deportivo puedan justificar.

Objeto son las armas de fuego, de toda clase, de uso civil o de guerra. El número de armas para constituir acopio
queda bajo apreciación judicial y las circunstancias del caso particular. El tipo requiere la ausencia de una debida
autorización legal.

El delito es de peligro abstracto y permanente, se consuma cuando el número de armas alcanza una magnitud
suficiente para que se lo considere acopio. La tentativa es admisible.

El mismo precepto castiga, también el acopio de piezas o municiones de armas de fuego. Las piezas son aquellos
elementos que sirven para la fabricación del arma. Las municiones son los cartuchos o tiros que dispara el arma de
fuego. La simple tenencia de municiones de armas de fuego es una conducta atípica.

También, se castiga la tenencia de instrumental para producir armas de fuego, sus piezas o municiones, sin la debida
autorización legal.

Se trata de un tipo subjetivamente configurado, que requiere la concurrencia de un elemento subjetivo específico
del injusto que acompaña al dolo: “para” producir armas de fuego, sus piezas o municiones. Es un delito de
intención, que se consuma con la mera tenencia de los instrumentos para producir los elementos enunciados por la
norma, aun cuando el agente no haya logrado el fin propuesto.

Fabricación ilegal de armas inciso 3 párrafo 2: La ley prevé como delito autónomo la fabricación ilegal de armas de
fuego cuando se hiciere actividad habitual, es decir que haya una tendencia en el sujeto.

No basta la acción individual y aislada del agente, sino que éste debe dedicarse a ello de modo habitual, lo que
supone objetivamente la repetición de actos.

De todos modos, la conducta del autor que se encuentre en poder de piezas, o instrumentales, etc., pero que no
encuadre en esta figura por ausencia de habitualidad, podría constituir una tenencia de instrumental para la
producción de armas o un acopio de piezas.

Entrega indebida de arma de fuego:

La acción típica del inciso 4 es la de entregar un arma de fuego a una persona que no reúne las condiciones de
legítimo usuario. La entrega puede ser por cualquier título, o sea, que puede ser por compraventa, donación,
alquiler, etc.
La conducta requiere la entrega material de la cosa y la recepción de ella por otra persona; el sujeto que recibe la
cosa no debe ser un usuario autorizado.
El delito se consuma con la entrega del arma. Se trata de un delito de dolo directo. El delito se agrava cuando la
entrega del arma de fuego se hiciere a una persona menor de 18 años. Se punitiviza al autor que hiciere de la
provisión ilegal de armas de fuego una actividad habitual.

Omisiones punibles:

Se pune con prisión e inhabilitación especial por doble del tiempo de la condena al que contando con la debida
autorización para fabricar armas, omitiere su número o grabado conforme a la normativa vigente.

Eugenia Sanchez
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Se trata de un delito de omisión impropia cuyo sujeto activo es el fabricante de armas de fuego, a quien la ley le
exige que lleve un libro de producción rubricado por la Dirección de Fabricaciones Militares, en el que se debe
asentar la producción diaria, especificando tipo, cantidad y número de serie de las armas, repuestos o accesorios y
cantidad, tipo y número de lote de munición, según el caso.

El delito es de dolo directo. Se consuma con la omisión de consignar el número o grabado del arma,
independientemente de la producción de resultado alguno.

Duplicación y adulteración de número o grabado de armas:

La otra conducta típica consiste en asignar a dos o más armas idénticos números o grabados. Se trata de un tipo de
acción, que consiste en la asignación (colocar, grabar, insertar) en dos o más armas de fuego, idéntica numeración o
grabados exigidos legalmente.

Una tercera conducta consiste en adulterar o suprimir el número o grabado de un arma de fuego. Se trata de un tipo
que consiste en adulterar, insertar, sobre marcar, o, suprimir, eliminar, borrar, total o parcialmente, el número o
grabado de un arma de fuego, de cualquier clase. Es un delito de dolo directo de pura actividad.

Figura especial de la Ley 24192:

ARTICULO 3º: Será reprimido con prisión de uno a seis años, si no resultare un delito más severamente penado, el
que introdujere, tuviere en su poder, guardare o portare armas de fuego o artefactos explosivos en las circunstancias
del artículo 1º. En todos los casos se procederá al decomiso de las armas o artefactos.

ARTICULO 4º: Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años siempre que no correspondiere pena mayor, los
dirigentes, miembros de comisiones directivas o subcomisiones, los empleados o demás dependientes de las
entidades deportivas o contratados por cualquier título por estas últimas, los concesionarios y sus dependientes, que
consintieren que se guarde en el estadio de concurrencia pública o en sus dependencias armas de fuego o artefactos
explosivos. En todos los casos se procederá al decomiso de las armas o artefactos.

ARTICULO 38: El que introdujere, tuviere en su poder, guardare o portare armas blancas o elementos
inequívocamente destinados a ejercer violencia o agredir en las circunstancias del ARTICULO 1º, será sancionado con
veinte fechas de prohibición de concurrencia y con quince a treinta días de arresto.

Los dirigentes, miembros de comisiones directivas o subcomisiones, los empleados y demás dependientes de
entidades deportivas o contratados por cualquier título por estas últimas, los concesionarios y sus dependientes que
consintieren que se guarde en el estadio deportivo o en sus dependencias, armas blancas o elementos
inequívocamente destinados a ejercer violencia o agredir, en las circunstancias del artículo 1º, serán sancionados
con quince a treinta días de arresto.En ambos casos se procederá al decomiso de las armas u objetos.

Ley 24.192: Art. 3º — Obsérvase la modificación propuesta al artículo 18 de la Ley Nº 23.184 en el Proyecto de Ley
registrado bajo el Nº 24.192, en la parte que dice: "... asistiendo a la comisaría que se determine en la sentencia, los
días y durante el horario en que se desarrollen las fechas del torneo correspondiente. Si el contraventor no
cumpliere con dicha asistencia sin causa grave y justificatoria probada fehacientemente, la pena será convertida en
arresto a razón de UN (1) día por cada fecha de prohibición de concurrencia que faltare cumplir".

4. Delitos contra la seguridad de los medios de transporte y de comunicación


La Ley 26362 incorporó un nuevo bien jurídico a la legislación penal: la seguridad del tránsito.

La represión de estos delitos tiende a evitar daños o entorpecimientos susceptibles de crear un peligro común.

Atentado contra transportes acuáticos y aéreos:

El art. 190 establece: Será reprimido con prisión de dos a ocho años, el que a sabiendas ejecutare cualquier acto que
ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave.
Eugenia Sanchez
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Si el hecho produjere naufragio, varamiento o desastre aéreo, la pena será de seis a quince años de reclusión o
prisión.
Si el hecho causare lesión a alguna persona, la pena será de seis a quince años de reclusión o prisión, y si ocasionare
la muerte, de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.

Las disposiciones precedentes se aplicarán aunque la acción recaiga sobre una cosa propia, si del hecho deriva
peligro para la seguridad común.

El delito consiste en ejecutar (llevar a cabo, producir, realizar) cualquier acto, positivo o negativo, que ponga en
peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave, de lo cual derive un peligro para la seguridad
común.

Los objetos protegidos son la nave, que es la embarcación de desplazamiento acuático, cualquiera sea su medio de
propulsión y que está destinada al transporte o comunicación de personas o cosas; la construcción flotante, que son
todos aquellos objetos que, sin ser propiamente una nave, tienen la aptitud para sostenerse en la superficie de las
aguas (balsas, grúas, dragas), y la aeronave, que es aquella embarcación, aparato o mecanismo capaz de circular por
el aire, cualquiera sea su forma de propulsión (por ej. aviones, helicópteros, hidroaviones). En todas estas hipótesis,
los medios de transporte comprendidos deben estar en servicio.

El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con la realización de las conductas que ponen en peligro real la
seguridad de los objetos protegidos.

La figura se agrava si, como consecuencia del hecho, deriva el naufragio, varamiento o desastre aéreo del medio de
transporte. El naufragio consiste en la pérdida o ruina de la embarcación en el mar o en el río o lago navegables,
abarca la sumersión o hundimiento de la nave. El varamiento se produce cuando la nave encalla, es decir, cuando
deja de flotar debido a que se apoya en partes sólidas, como arena, hielo, rocas, etc. El desastre aéreo, es el daño de
grandes proporciones que afecta a personas o cosas vinculadas con la utilización de la aeronave. Comprende los
casos de precipitación de la nave, como los daños producidos durante las operaciones inmediatamente anteriores o
posteriores al vuelo.

La escala penal se incrementa si el hecho produjere lesión o la muerte de alguna persona. En ambas hipótesis, se
trata de resultados preterintencionales conectados causalmente con el desastre.

El último párrafo del art. declara aplicables las disposiciones precedentes aun cuando la acción recaiga sobre la cosa
propia, siempre que del hecho no derive un peligro para la seguridad común.

Atentado contra un tren:

El art. 191 establece: El que empleare cualquier medio para detener o entorpecer la marcha de un tren o para hacerle
descarrilar, será reprimido:

1. Con prisión de seis meses a tres años, si no se produjere descarrilamiento u otro accidente;
2. Con prisión de dos a seis años, si se produjere descarrilamiento u otro accidente;
3. Con reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia del accidente, resultare lesionada alguna
persona;
4. Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si resultare la muerte de alguna persona.

El delito consiste en ejecutar un acto tendiente a detener o entorpecer (perturbar, poner obstáculos) la marcha de
un tren o para hacerlo descarrilar.

Por tren debe entenderse a un conjunto de elementos rodantes, arrastrado por una máquina o locomotora que
circula exclusivamente por vía férrea y que está destinado al tránsito ferroviario, por cualquier vía: superficial o
subterránea.

Eugenia Sanchez
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Subjetivamente, la acción debe estar enderezada a lograr la finalidad perseguida: para detener, entorpecer o
descarrilar, contemplando sólo el dolo directo. Es de peligro concreto y se consuma cuando se ponen en ejecución
los medios destinados a detener o entorpecer la marcha del tren o a producir su descarrilamiento. La tentativa se
presenta como posible.

Si se produce el descarrilamiento u otro accidente, el delito se agrava, al igual que si, como consecuencia del
accidente, derivara una lesión o la muerte de alguna persona. En todas estas hipótesis de mayor penalidad, se trata
de resultados preterintencionales no abarcados por el dolo del autor.

Interrupción de telégrafo o teléfono ferroviario:

El art. 192 establece: Será reprimido con las penas establecidas en el artículo anterior en sus casos respectivos, el que
ejecutare cualquier acto tendiente a interrumpir el funcionamiento de un telégrafo o teléfono destinado al servicio de
un ferrocarril.

El delito consiste en ejecutar cualquier acto dirigido a interrumpir el funcionamiento de un telégrafo o teléfono que
están destinados al servicio ferroviario, en tanto tales servicios son indispensables para la seguridad del tránsito
ferroviario. No están comprendidos los destinados al uso del público en general.

El delito es de peligro concreto, instantáneo y doloso.

Lanzamiento de proyectiles contra un tren:

El art. 193 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare un delito más
severamente penado, el que arrojare cuerpos contundentes o proyectiles contra un tren o tranvía en marcha.

El delito consiste en arrojar (tirar, lanzar, despedir) un cuerpo contundente (objeto capaz de producir un daño, una
contusión) o proyectiles (cuerpo u objeto lanzado en una dirección cualquiera y que puede ser arrojado a distancia)
contra un tren en marcha.

Por tratarse de una figura subsidiaria, la pena por el delito sólo resulta aplicable siempre que el hecho no importare
un delito más severamente penado. La consecuencia más grave, por ej. muerte de un pasajero, implica la exclusión
de esta figura.

La infracción es de peligro y se consuma al arrojarse los objetos contra los vehículos protegidos, aun cuando no se
den en el blanco.

Delitos vinculados al tránsito automotor:

El art. 193 bis establece: Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años e inhabilitación especial para
conducir por el doble del tiempo de la condena, el conductor que creare una situación de peligro para la vida o la
integridad física de las personas, mediante la participación en una prueba de velocidad o de destreza con un vehículo
con motor, realizada sin la debida autorización de la autoridad competente.
La misma pena se aplicará a quien organizare o promocionare la conducta prevista en el presente artículo, y a quien
posibilitare su realización por un tercero mediante la entrega de un vehículo con motor de su propiedad o confiado a
su custodia, sabiendo que será utilizado para ese fin.

El bien jurídico protegido en estos delitos es la vida y la integridad física de las personas.

Entorpecimiento de transportes o servicios públicos:

El art. 194 establece: El que, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal
funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de provisión de
agua, de electricidad o de sustancias energéticas, será reprimido con prisión de tres meses a dos años.

Eugenia Sanchez
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El art. tutela el transporte en general, es decir, su desenvolvimiento o circulación por la vía pública, aun cuando, para
impedir o perturbar esta actividad, la acción recaiga sobre la cosa misma, de manera que quedan comprendidos
tanto aquellos que están destinados al uso público como los de uso particular, estén o no afectados al transporte de
pasajeros.

Los servicios son los públicos, ya sea que la prestación esté a cargo del Estado o de concesionarios autorizados.

El delito consiste en impedir (imposibilitar), estorbar (poner obstáculos) o entorpecer (turbar) el normal
funcionamiento de los transportes o servicios enunciados.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. La infracción es material y de resultado, dolosa y se consuma al impedirse
o frustrarse el normal funcionamiento del transporte o del servicio.

Abandono de servicio:

El art. 195 establece: Serán reprimidos con prisión de un mes a un año, si el hecho no importare un delito más
severamente penado, los conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás empleados de un tren o de un buque,
que abandonaren sus puestos durante sus servicios respectivos antes de llegar a puerto o al término del viaje
ferroviario.

El delito consiste en abandonar el puesto de trabajo durante la realización del servicio respectivo. El abandono
punible se produce cuando el agente omite, en forma definitiva o temporaria, desempeñar la función o la tarea que
le corresponde, ya sea desertando o permaneciendo a bordo sin desempeñar la función o tarea en el momento en
que lo debe hacer.

La infracción sólo puede cometerse antes de llegar a puerto o al término del viaje ferroviario. Es decir, que el
abandono penalmente reprochable exige que el autor se encuentre en servicio y que el medio de transporte se halle
en curso de navegación o de circulación.

Autores del delito sólo pueden ser los conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás empleados de un tren o
de un buque. La figura es de carácter subsidiario, resultando de aplicación sólo cuando el hecho no importe un
delito más severamente penado.
Se trata de un delito doloso, de peligro abstracto, que se consuma con el propio abandono, independientemente de
cualquier daño que pueda derivar para el transporte.

Accidente culposo:

El art. 196 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que por imprudencia o negligencia o por
impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un descarrilamiento,
naufragio u otro accidente previsto en este capítulo.

Si del hecho resultare lesionada o muerta alguna persona, se impondrá prisión de uno a cinco años.
El art. regula, en su parte primera, la figura simple del accidente culposo, consistente en causar un descarrilamiento,
un naufragio u otro accidente de los arts. 190 y 191 (atentado contra transportes aéreos, acuáticos y contra un tren).

La segunda parte contempla una figura agravada para aquellos casos en los que del hecho derive una lesión o la
muerte de alguna persona.

Interrupción y entorpecimiento de comunicación telefónica:

El art. 197 establece: Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, el que interrumpiere o entorpeciere
la comunicación telegráfica, telefónica o de otra naturaleza o resistiere violentamente el restablecimiento de la
comunicación interrumpida.

Eugenia Sanchez
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La reforma de la Ley 26.388 agregó las palabras o de otra naturaleza a la redacción, con lo cual se amplió el campo
de aplicación del delito a otras formas de comunicación no previstas por el texto original, por ej. las comunicaciones
a través de sistemas informáticos.

El delito debe producir una verdadera incomunicación que afecte al servicio público normal correspondiente.

La disposición contempla dos hipótesis: la interrupción o entorpecimiento de la comunicación y la resistencia


violenta al restablecimiento de una comunicación ya interrumpida. En ambos supuestos, la acción del agente puede
recaer sobre comunicaciones telegráficas, telefónicas o de otra naturaleza (por ej. informática).

5. Piratería
El art. 198 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años:

1. El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto de depredación o violencia contra un buque o
contra personas o cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o
excediendo los límites de una autorización legítimamente concedida;
2. El que practicare algún acto de depredación o violencia contra una aeronave en vuelo o mientras realiza las
operaciones inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas que en ellas se encuentren, sin
estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los límites de una autorización legítimamente
concedida;
3. El que mediante violencia, intimidación o engaño, usurpare la autoridad de un buque o aeronave, con el fin
de apoderarse de él o de disponer de las cosas o de las personas que lleva;
4. El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o aeronave, su carga o lo que perteneciere a su
pasaje o tripulación;
5. El que, con amenazas o violencia, se opusiere a que el comandante o la tripulación defiendan el buque o
aeronave atacado por piratas;
6. El que, por cuenta propia o ajena, equipare un buque o aeronave destinados a la piratería;
7. El que, desde el territorio de la República, a sabiendas traficare con piratas o les suministrare auxilio.

La piratería ha sido considerada una infracción criminal que atenta contra la comunidad internacional. Pero,
Buompadre considera que la piratería interna, esto es, la que se practica en el mar y ríos del interior del país,
configura un atentado contra la seguridad pública, en tanto implica un peligro para el transito marítimo o fluvial.

Piratería marítima:

Inc. 1: El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto de depredación o violencia contra un buque o
contra personas o cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo
los límites de una autorización legítimamente concedida;

El delito consiste en practicar algún acto de violencia (física o psíquica) o depredación (acto de pillaje o de
apoderamiento violento) contra un buque o contra personas o cosas que se encuentran a bordo.

Desde siempre se ha entendido que esta clase de piratería demanda que las conductas típicas se lleven a cabo
empleando un buque contra otro buque, mientras están navegando. Sin embargo, se cree que en la actualidad la
moderna piratería no sólo se realiza mediante una situación de abordaje sino que también puede llevarse a cabo
empleando medios muy sofisticados, distintos y seguramente más efectivos que los métodos clásicos de abordaje,
como pueden ser, por ej. el ataque a través de submarinos por medio de colocación de explosivos, cañoneos desde
tierra o aire, etc.

Sujeto activo es el pirata, es decir, aquel que actúa por cuenta propia, que no pertenece a ninguna nación y no
distingue entre la guerra y la paz. Los actos de pillaje son piráticos sólo cuando son ejecutados sin mediar

Eugenia Sanchez
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autorización de alguna potencia beligerante, o cuando se excedieran los límites de autorización concedida
legítimamente.
La llamada “patente de corso”, que consistía en una autorización que concedía el Congreso o el presidente para
actuar en una guerra naval hostilizando al enemigo, fue eliminada por desuso con la reforma constitucional de 1994.

El delito es doloso y se consuma cuando se llevan a cabo los actos de depredación o violencia contra el buque o las
personas o cosas que en él se encuentran. La tentativa no parece admisible.

Piratería aérea:

Inc. 2: El que practicare algún acto de depredación o violencia contra una aeronave en vuelo o mientras realiza las
operaciones inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas que en ellas se encuentren, sin estar
autorizado por alguna potencia beligerante o excediendo los límites de una autorización legítimamente concedida;

La diferencia con la figura anterior reside en que, en este delito, las conductas típicas deben recaer sobre una
aeronave en vuelvo, o mientras realiza las operaciones inmediatamente anteriores al vuelo (por ej. ascenso o
descenso de pasajeros). El hecho alcanza a acciones desde otra nave o desde tierra o agua, pudiendo ser practicados
por individuos que se encuentran en el interior de la aeronave en vuelo o mientras permanecen en tierra.

El delito es doloso y se consuma con la ejecución de los actos de violencia o depredación.

Usurpación de mando:

Inc. 3: El que mediante violencia, intimidación o engaño, usurpare la autoridad de un buque o aeronave, con el fin de
apoderarse de él o de disponer de las cosas o de las personas que lleva;

Consiste en usurpar la autoridad de un buque o aeronave, con la finalidad de apoderarse de ellos o de las cosas o
personas que transportan.
El hecho puede llevarse a cabo mediante violencia, intimidación (amenazas) o engaño, pudiendo recaer sobre
cualquier persona que se encuentre en el buque o en la aeronave y cometerse en el interior de la nave o
directamente desde el exterior.

Autor del delito puede ser cualquier persona, incluso alguien que pertenezca a la misma tripulación. Subjetivamente,
el tipo exige un móvil específico: el propósito de apoderarse del buque o de la aeronave o de disponer de las cosas o
personas que se encuentran a bordo, es una especial motivación subjetiva. Se consuma con la usurpación de la
autoridad de la nave, independientemente de que se haya o no logrado la finalidad propuesta.

Connivencia con piratas:

Inc. 4: El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o aeronave, su carga o lo que perteneciere a su
pasaje o tripulación;
La materialidad del delito consiste en entregar a un pirata un buque o una aeronave, la carga transportada o las
pertenencias de los pasajeros o de la tripulación. Es una entrega voluntariamente acordada entre el entregador (que
puede ser un tercero ajeno a la tripulación del buque o de la aeronave, un tripulante o un pasajero, o bien una
persona a cuyo cargo se encuentre el gobierno o dirección de la nave, es decir, que tenga poder de decisión) y el
pirata.

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con la entrega de los objetos protegidos al pirata.

Oposición a la defensa contra piratas:

Inc. 5: El que, con amenazas o violencia, se opusiere a que el comandante o la tripulación defiendan el buque o
aeronave atacado por piratas;

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La acción material en este delito consiste en oponerse a que el buque o aeronave, que se encuentra siendo atacado
por piratas, sea defendido por el comandante o la tripulación. La oposición debe realizarse mediante violencia o
amenaza, sea que se la ejerza contra el comandante o contra algún miembro de la tripulación.

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con el ejercicio de los actos de violencia o intimidación que se
emplean como medios para ejecutar la oposición, independientemente de que se haya impedido o no la defensa del
buque o de la aeronave.

Equipamiento pirata:

Inc. 6: El que, por cuenta propia o ajena, equipare un buque o aeronave destinados a la piratería;

Reprime un acto preparatorio del delito de piratería. La acción consiste en equipar un buque o una aeronave para
practicar actos de piratería, comprendiendo el acondicionamiento de la nave, proveyendo tripulación, alimentos,
etc.

La actividad del agente puede ser ejecutada por cuenta propia (para uno mismo) o por cuenta ajena (para un
tercero, generalmente, un armador).

El delito es doloso y el dolo abarca el conocimiento del destino de la nave. Debe tratarse del equiparamiento de una
nave pirata y no de una nave cualquiera. Se consuma con el equiparamiento.

Trafico con piratas:

Inc. 7: El que, desde el territorio de la República, a sabiendas traficare con piratas o les suministrare auxilio.

Consiste en traficar (compraventa de mercaderías, armas, dinero, etc.) o suministrar auxilio (ayuda o socorro, por ej.
proveer un lugar para el descanso) a un pirata. Las conductas deben llevarse a cabo desde el territorio de la
República.
Subjetivamente, es necesario que el autor realice las acciones típicas a sabiendas, es decir, con el conocimiento
asertivo de que trafica o presta auxilio a piratas. Por lo tanto, sólo cabe el dolo directo.

Agravante:

El art. 199 establece: Si los actos de violencia u hostilidad mencionados en el artículo anterior, fueren seguidos de la
muerte de alguna persona que se encontrare en el buque o aeronave atacados, la pena será de diez a veinticinco
años de reclusión o prisión.

La mayor penalidad se aplica cuando, de los actos hostiles o de violencia a que hace referencia el art. anterior, deriva
la muerte de alguna persona que se encontrare en el buque o aeronave atacados. La pluralidad de muertes no
multiplica el delito.

Se trata de un resultado preterintencional, no abarcado por el dolo del agente.

6. Delitos contra la salud pública


La salud pública puede ser definida como el conjunto de condiciones que positiva o negativamente garantizan y
fomentan la salud de los ciudadanos.

Lo tenido en cuenta como fundamento de la incriminación es tanto el estado sanitario de la comunidad como el de
otros seres vivos, como las plantas y los animales, en la medida que tengan alguna incidencia en la salud de los
individuos en general.

Envenenamiento o adulteración de aguas, alimentos y medicinas:

Eugenia Sanchez
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El art. 200 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de TRES (3) a DIEZ (10) años y multa de PESOS DIEZ MIL ($
10.000) a PESOS DOSCIENTOS MIL ($ 200.000), el que envenenare, adulterare o falsificare de un modo peligroso para
la salud, aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales destinadas al uso público o al consumo de una
colectividad de personas.

El delito consiste en envenenar (agregar o mezclar alguna sustancia tóxica), adulterar (alterar la sustancia de una
materia agregándole otras, quitándole alguno de sus elementos o sometiéndola a algún proceso de descomposición)
o falsificar (otorgar una apariencia engañosa al producto o relativo a sus componentes o presentación), aguas
potables o sustancias alimenticias o medicinales.

No cualquier envenenamiento o adulteración es punible por ese púnico hecho, sino sólo aquel que se realice de un
modo peligroso para la salud, es decir, que la salud de las personas haya padecido el riesgo concreto de una
alteración o transformación, corporal o fisiológica, de carácter perjudicial. Estas acciones sólo son punibles en la
medida en que recaigan sobre aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales que están destinadas al uso
público o al consumo de una colectividad de personas, por ej. de un colegio, una cárcel, etc.
El delito es doloso y admite la forma eventual. Se consuma cuando las acciones típicas han puesto en peligro la salud
del público en general.

Diversas figuras:

Tráfico de productos peligrosos para la salud:

El art. 201 establece: Las penas del artículo precedente se aplicarán al que vendiere, pusiere en venta, suministrare,
distribuyere o almacenare con fines de comercialización aguas potables, sustancias alimenticias o medicinales o
mercaderías peligrosas para la salud, disimulando su carácter nocivo.
El delito consiste en vender, poner en venta, suministrar, distribuir o almacenar sustancias peligrosas para la salud
general, disimulando su carácter nocivo.

El trafico o comercialización de estos productos sólo es punible si el autor ejecuta las acciones típicas disimulando su
carácter nocivo, esto es, engañar, mediante un acto positivo, al receptor sobre las verdaderas cualidades de la
sustancia. Se trata de una conducta fraudulenta en perjuicio del comprador.

El delito es doloso y la consumación coincide con el mismo acto de tráfico, ya que la propia peligrosidad de la
sustancia implica, en sí misma, un peligro para la salud en general.

Las acciones de vender, suministrar, almacenar o distribuir admiten tentativa; no la de poner en venta.

Agravantes:

El art. 201 bis establece: Si como consecuencia del envenenamiento, adulteración o falsificación de aguas potables o
sustancias alimenticias o medicinales, resultare la muerte de alguna persona, la pena será de DIEZ (10) a
VEINTICINCO (25) años de reclusión o prisión; si resultaren lesiones gravísimas, la pena será de TRES (3) a QUINCE
(15) años de reclusión o prisión; si resultaren lesiones graves, la pena será de TRES (3) a DIEZ (10) años de reclusión o
prisión.

Se trata de una figura preterintencional. La tentativa es posible.

Propagación de enfermedades:

El art. 202 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propagare una enfermedad
peligrosa y contagiosa para las personas.

El delito consiste en propagar una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas. Esto sucede cuando la
enfermedad se difunde, se multiplica o se transmite entre los individuos en general.

Eugenia Sanchez
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La propagación de la enfermedad puede realizarse a través de la trasmisión directa del germen, de persona a
persona, de animales o vegetales, o bien en forma indirecta a través de objetos o liberando gérmenes patógenos
puros.

La enfermedad debe ser peligrosa y contagiosa. Es peligrosa cuando es susceptible de producir un grave daño para la
vida o la salud de las personas; es contagiosa si puede trasmitirse a otro, de cualquier forma y por cualquier medio.

Sujetos activo y pasivo puede ser cualquiera. El delito es doloso y se consuma con la acción de propagar, con
prescindencia de todo resultado, es decir, de que se produzca el contagio de alguna persona. La tentativa no parece
imaginable.

Tipo culposo:

El art. 203 establece: Cuando alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores fuere cometido por
imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los deberes a su cargo, se impondrá
multa de PESOS CINCO MIL ($ 5.000) a PESOS CIEN MIL ($ 100.000); si tuviere como resultado enfermedad o muerte
se aplicará prisión de SEIS (6) meses a CINCO (5) años.

Sustancias medicinales: diversas figuras:

Suministro infiel de medicamentos:


El art. 204 establece: Será reprimido con prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años el que estando autorizado para la
venta de sustancias medicinales, las suministrare en especie, calidad o cantidad no correspondiente a la receta
médica, o diversa de la declarada o convenida, o excediendo las reglamentaciones para el reemplazo de sustancias
medicinales, o sin la presentación y archivo de la receta de aquellos productos que, según las reglamentaciones
vigentes, no pueden ser comercializados sin ese requisito.

El delito consiste en suministrar, esto es, expender o despachar una sustancia medicinal a otra persona, en especie,
calidad o cantidad distinta de la prescripta en la receta médica o de lo convenido o declarado. Se trata de un delito
especial propio, porque sólo puede ser cometido por quien está autorizado legalmente para la venta de sustancias
medicinales: farmacéutico, director de laboratorio, etc.
El tipo recoge una suerte de fraude en perjuicio de otra persona, pero sin que tenga alguna relevancia el valor
económico del medicamento o el perjuicio o beneficio que la operación pueda entrañar para el sujeto pasivo. El
delito es doloso y se consuma con el mero suministro del medicamento.

El precepto legal prevé, también, el suministro excediendo las reglamentaciones en el reemplazo de sustancias
medicinales, esto es, en aquellos casos en los que se despacha un medicamento, que reemplaza al pedido por el
consumidor, sin el conocimiento y consentimiento de éste, y cuando el suministro se lleva a cabo sin la presentación
y archivo de la receta de aquellos productos que según las reglamentaciones vigentes no pueden ser comercializadas
sin ese requisito.

La disposición abarca no sólo la omisión de la presentación de la receta médica sino también, y en forma separada,
su archivo. El delito es doloso, de dolo directo.

Suministro culposo:

El art. 204 bis establece: Cuando el delito previsto en el artículo anterior se cometiere por negligencia, la pena será de
multa de PESOS CINCO MIL ($ 5.000) a PESOS CIEN MIL ($ 100.000).

Producción o fabricación de productos medicinales en establecimientos no autorizados:

El art. 204 ter establece: Será reprimido con prisión de UNO (1) a CUATRO (4) años y multa de PESOS DIEZ MIL ($
10.000) a PESOS DOSCIENTOS MIL ($ 200.000), el que produjere o fabricare sustancias medicinales en
establecimientos no autorizados.
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Con esta normativa se ha tenido por finalidad combatir la industria clandestina de medicamentos. Se trata de un tipo
penal mixto alternativo, cuya comisión abarca, tanto la producción como la fabricación de sustancias medicinales,
aun cuando éstas no sean peligrosas para la salud de las personas.

El delito es doloso y se consuma con la producción o fabricación de la sustancia medicinal. La tentativa es posible.

Omisión de los deberes de control y vigilancia:


El art. 204 quater establece: Será reprimido con multa de PESOS DIEZ MIL ($ 10.000) a PESOS DOSCIENTOS MIL ($
200.000), el que teniendo a su cargo la dirección, administración, control o vigilancia de un establecimiento
destinado al expendio, almacenamiento, distribución, producción o fabricación de sustancias medicinales, a
sabiendas, incumpliere con los deberes a su cargo posibilitando la comisión de alguno de los hechos previstos en el
artículo 204.

Venta de sustancias medicinales sin autorización:

El art. 204 quinquies establece: Será reprimido con prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años el que sin autorización
vendiere sustancias medicinales que requieran receta médica para su comercialización.

Violación de medidas anti epidémicas:

El art. 205 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por
las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia.

Una epidemia es una enfermedad que ataca a un gran número de personas, que se propaga por contagio directo, de
persona a persona, o bien por contagio indirecto, por medio de vehículos portadores como el agua, los animales, la
ropa, etc.

Violación de leyes de policía sanitaria animal:


El art. 206 establece: Será reprimido con prisión de UNO (1) a SEIS (6) meses el que violare las reglas establecidas por
las leyes de policía sanitaria animal.

Estas disposiciones generalmente establecen prescripciones obligatorias para los propietarios de animales afectados
por alguna enfermedad contagiosa, determinándolos a denunciar el hecho a las autoridades pertinentes, que les
establece por ej. aislamiento del animal enfermo, separándolo de los sanos o enterrándolo, si estuviese muerto.

Sanción complementaria:

El art. 207 establece: En el caso de condenación por un delito previsto en este Capítulo, el culpable, si fuere
funcionario público o ejerciere alguna profesión o arte, sufrirá, además, inhabilitación especial por doble tiempo del
de la condena. Si la pena impuesta fuere la de multa, la inhabilitación especial durará de un mes a un año.

Ejercicio ilegal de la medicina:

El art. 208 establece: Será reprimido con prisión de quince días a un año:

1. El que, sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su
autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas,
electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas,
aun a título gratuito;
2. El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, anunciare o prometiere la curación de
enfermedades a término fijo o por medios secretos o infalibles;
3. El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prestare su nombre a otro que no
tuviere título o autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso 1º de este artículo.

Eugenia Sanchez
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Curanderismo:

Inc. 1: El que, sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización,
anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o
cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito;

El bien jurídico protegido es la salud pública.


El delito consiste en anunciar (publicar o proclamar el medio curativo), prescribir (ordenar, indicar un tratamiento),
administrar (suministrar, hacer tomar medicamentos) o aplicar, de manera habitual, cualquier medio
(medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo, etc.) destinado al tratamiento de las enfermedades humanas. Debe
tratarse de un tratamiento curativo de una enfermedad, física o psíquica, que afecta a una persona humana.

Sujeto activo es el curandero, y curandero puede ser cualquier persona, pudiendo realizar su actividad en forma
manifiesta, encubierta o clandestina. Pueden cometer el delito quienes carecen de título para el ejercicio de curar,
quienes carecen de autorización para ejercerlo y quienes, contando con autorización para ejercer el arte, lo hacen
excediendo sus límites.

La ley reprime el ejercicio del “arte de curar”, expresión que abarca no sólo el ejercicio de la medicina, sino también
el de todas aquellas profesiones que están comprendidas en el concepto, como obstetras, kinesiólogos, enfermeros,
mecánicos dentales, etc.

Los medios de comisión puede ser cualquiera que esté destinado al tratamiento de las enfermedades de las
personas, aun cuando carezcan en sí mismos de toda propiedad curativa, como yuyos, hierbas, practicas espiritistas,
entre otros.

El curanderismo sólo es punible en la medida en que su práctica se lleve a cabo habitualmente. Puede cometerse a
título oneroso o gratuito, con o sin ánimo de lucro. El tipo es doloso y el dolo se integra con la finalidad de “curar” la
enfermedad. Se consuma cuando se realizan las acciones típicas. La tentativa no parece admisible.

Charlatanismo:

Inc. 2: El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, anunciare o prometiere la curación de
enfermedades a término fijo o por medios secretos o infalibles;

El delito consiste en anunciar o prometer la cura de una enfermedad a término fijo, es decir, en fecha determinada o
cierta de curación, o bien por medios secretos, esto es, a través de procedimientos sobre los que el autor mantiene
reserva, que son conocidos sólo por él, o infalibles, es decir, de éxito seguro, que no pueden fallar, sea en forma
gratuita u onerosa.

Autor de la infracción sólo puede ser quien tenga título o autorización para ejercer el arte de curar, o el que esté
habilitado oficialmente para ello. Es un delito doloso que se consuma con la sola realización de las acciones típicas,
independientemente de que la salud general haya corrido peligro o de que se haya prescripto tratamiento alguno. La
tentativa no parece admisible.

Prestación de nombre:

Inc. 3: El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar, prestare su nombre a otro que no tuviere
título o autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso 1º de este artículo.

El delito consiste en prestar el nombre a otro, que carece de título o autorización para ejercer el arte de curar, para
que ejerza actos de curanderismo.

Sujeto activo sólo puede ser quien tiene título o autorización para ejercer el arte de curar. El delito supone un obrar
por otro, es decir, que un individuo actúe como si fuera otro. La concurrencia de ambos sujetos es necesaria; uno de

Eugenia Sanchez
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ellos, que es la persona que no posee título ni autorización, debe ejercer el arte de curar utilizando el nombre de la
otra, que sí debe reunir tal condición.
El delito es doloso y se consuma con el uso del nombre ajeno y el ejercicio de los actos de curanderismo. Por lo
tanto, la sola prestación del nombre con la finalidad exigida por la ley, sin que se utilice el nombre ajeno, constituiría
un mero acto preparatorio no punible.

Contagio de enfermedad venérea (Ley 12.331)

Art. 202: Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propagare una enfermedad peligrosa y
contagiosa para las personas.

Ley 12.331
Art. 13: Las autoridades sanitarias deberán propiciar y facilitar la realización de exámenes médicos prenupciales. Los
jefes de los servicios médicos nacionales y los médicos que las autoridades sanitarias determinen, estarán facultados
para expedir certificados a los futuros contrayentes que los soliciten. Estos certificados, que deberán expedirse
gratuitamente, serán obligatorios para los varones que hayan de contraer matrimonio. No podrán contraer
matrimonio las personas afectadas de enfermedades venéreas en período de contagio.

Art. 16: Las infracciones a las prohibiciones establecidas en el artículo 12, serán penadas con multa de pesos cien a
quinientos monedas nacionales. En la misma pena incurrirán los oficiales del Registro Civil que autorizaren un
matrimonio sin exigir el certificado que establece el artículo 13. En caso de reincidencia se les doblará la pena y serán
exonerados.

Los diarios o periódicos que inserten publicaciones en que alguien se presente como especialista en enfermedades
venéreas por medios secretos o métodos rechazados por la ciencia o prometa plazo fijo curaciones radicales, u
ofrezca cualquier tratamiento sin examen del enfermo, o anuncien institutos de asistencia sin hacer figurar el nombre
de los médicos que los atienden, recibirán por primera vez la orden de retirarlos y en caso de reincidencia serán
pasibles de una multa de cien a mil pesos moneda nacional.

Art. 17: Los que sostengan, administren o regenteen, ostensible o encubiertamente casas de tolerancia, serán
castigados con una multa de mil pesos moneda nacional. En caso de reincidencia sufrirán prisión de uno a tres años,
la que no podrá aplicarse en calidad de condicional. Si fuesen ciudadanos por naturalización, la pena tendrá la
accesoria de pérdida de la carta de ciudadanía y expulsión del país una vez cumplida la condena; expulsión que se
aplicará, asimismo, si el penado fuese extranjero.

Art. 18: Será reprimido con la pena establecida en el artículo 202 del Código Penal, quien, sabiéndose afectado de
una enfermedad venérea transmisible, la contagia a otra persona.

El bien jurídico protegido es la salud pública. Se procura evitar la propagación de una enfermedad peligrosa y
contagiosa que de manera indeterminada afecte a las personas.

Propagar supone lograr que una pluralidad de personas se vea afectada por una enfermedad, que se puede difundir
a otras, cualquiera sea el método que se utilice para ello y que puede ser el contagio o la difusión de gérmenes. La
jurisprudencia ha entendido que se trata de un delito de peligro, y que para propagar una enfermedad no se
requiere un cuerpo enfermo, sino la sola existencia de una enfermedad, un acto propagador, y las condiciones de
contagiosa y peligrosa para aquélla.
Enfermedad debe entenderse al proceso patológico, que debe ser peligroso, esto es que ponga en peligro la vida o
salud de las personas, y contagioso, lo que se da cuando se multiplica por cualquier vía transmitiéndose del afectado
a quien no lo está.

Es un tipo doloso que requiere el conocimiento, por parte del sujeto, de que propaga una enfermedad contagiosa y
peligrosa y la voluntad de hacerlo. Admite el dolo eventual.
Eugenia Sanchez
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Para la consumación es suficiente el acto de propagación, es decir de difusión de gérmenes, aunque no se afecte a
ninguna persona.
En relación al art. 18 de la ley 12.331: La ley de profilaxis antivenérea establece las penas del art. 202 para quien
contagie dolosamente a otro una enfermedad venérea transmisible. Sin embargo, no corresponde hablar de
concurso de delitos, ya que la figura del art. 202 queda desplazada por la norma específica.

Delitos ecológicos. Concepto. Tutela penal del medio ambiente. Sistemas legislativos.

El ordenamiento jurídico argentino contiene un amplio plexo normativo en materia ambiental. El Código Penal,
recepta los Delitos contra la Seguridad Pública, y los Delitos contra la Salud Pública, los que tipifican los delitos de
envenenamiento o adulteración de aguas potables o alimentos o medicinas, los que si bien tienen una evidente
conexión con la cuestión ambiental, resulta obvio que -desde su origen- responden a la necesidad de proteger otro
bien jurídico (salud pública) pero no concretamente el “medio ambiente”. Lo propio ocurre con la Ley 24.051 de
Residuos Peligrosos.

La ley contiene en un régimen penal correspondiente a la materia que regula, estableciendo en el artículo 55 que
“Será reprimido con las mismas penas establecidas en el artículo 200 del Código Penal, el que, utilizando los residuos
a que se refiere la presente ley, envenenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo,
el agua, la atmósfera o el ambiente en general. Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena
será de diez (10) a veinticinco (25) años de reclusión o prisión.”

En atención a dicha norma, la doctrina se ha mostrado vacilante en cuanto a las posturas tomadas respecto del bien
jurídico tutelado. Si bien hay quienes sostienen que la ley referenciada importó la introducción al régimen penal de
un nuevo bien jurídico a proteger, esto es el “medio ambiente”, existen aquellos que afirman que la Ley 24.051 se
ocupa de tutelar un bien jurídico ya existente, la “salud pública”. La primera corriente doctrinaria, en la que se enrola
Carlos Creus, explica que la norma del art. 55 y concordantes de la ley 24.051 no se restringe a la protección de la
salud de la población, sino que tiene un alcance mayor, “una conceptualización más amplia comprensiva de la salud
de todos los componentes vivos que interactúan en el ecosistema”. A su turno, el sector opuesto opina que, amén
de la remisión a las “mismas penas establecidas en el artículo 200 del Código Penal”, la referencia a la peligrosidad
para la salud lleva a considerar que, por muy ofensiva que sea para el medio ambiente la conducta desplegada por el
sujeto activo, si con ella no se pone en peligro “la salud” no resultaría típica, de lo que se concluye que el bien
jurídico tutelado sigue siendo la “salud pública”.-

Néstor Cafferatta, refiriéndose al concepto de daño ambiental, explica que el mismo variara de acuerdo a la noción
de ambiente que se tenga y adopte, por lo que “Si se adopta una noción restringida, como la que identifica al
ambiente con el patrimonio natural o con los recursos naturales, concretamente, el aire y el agua, factores
esenciales para la existencia del hombre sobre la tierra; que piensan que el suelo es objeto de otra disciplina como la
del ordenamiento global territorial o el derecho urbanístico, es indudable que el concepto de daño ecológico es el
que recae sobre bienes del patrimonio natural, es decir, sobre recursos naturales, el que afecta al agua, al suelo, la
flora, la fauna y al aire.-

En cambio, si se adopta una noción de ambiente más amplia, como aquella que incluye al paisaje o a los bienes del
patrimonio cultural, sin lugar a dudas se va a poder enmarcar tanto el daño al ambiente como a los recursos
naturales e, incluso, a los recursos que podemos calificar de culturales o bienes y valores colectivos, y, aún más, el
daño al equilibrio ecológico, dentro del concepto de daño ambiental. De manera que, lo que debemos preguntarnos
es ¿qué es el ambiente?, para poder, una vez adscritos a una de estas posturas, restringida o amplia, avanzar en el
concepto de daño ambiental.

El artículo 41 de la Constitución Nacional y la ley 24.051. Bien jurídico protegido.


Art. 41 de la CN, establece: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las

Eugenia Sanchez
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de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la
obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la
preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales.

Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias,
las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.

Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.”

El derecho penal ambiental requiere de una regulación propia y autónoma, no bastando a este altura conformarse
con una protección de la “salud pública” como bien jurídico protegido. El medio ambiente resulta ser un concepto
bastante más amplio que el de salud pública, aunque pudiera ser compresivo de aquella. Y si bien la salud pública
abarca tipos penales con implicancias ambientales y que por ello reporta una protección indirecta del ambiente, no
resulta suficiente al efecto de dar una protección completa al bien jurídico.

Utilización indebida de residuos peligrosos. Agravante.

Ley 24.051, Art. 1: La generación, manipulación, transporte, tratamiento y disposición final de residuos peligrosos
quedarán sujetos a las disposiciones de la presente ley, cuando se tratare de residuos generados o ubicados en
lugares sometidos a jurisdicción nacional o, aunque ubicados en territorio de una provincia estuvieren destinados al
transporte fuera de ella, o cuando, a criterio de la autoridad de aplicación, dichos residuos pudieren afectar a las
personas o el ambiente más allá de la frontera de la provincia en que se hubiesen generado, o cuando las medidas
higiénicas o de seguridad que a su respecto fuere conveniente disponer, tuvieren una repercusión económica sensible
tal, que tornare aconsejable uniformarlas en todo el territorio de la Nación, a fin de garantizar la efectiva
competencia de las empresas que debieran soportar la carga de dichas medidas.

Será considerado peligroso, a los efectos de esta ley, todo residuo que pueda causar daño, directa o indirectamente,
a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general.

Prohíbase la importación, introducción y transporte de todo tipo de residuos provenientes de otros países al territorio
nacional y sus espacios aéreo y marítimo.

Figura culposa. Agravante.

Agravante:

ARTICULO 56: Cuando alguno de los hechos previstos en el artículo anterior fuere cometido por imprudencia o
negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se
impondrá prisión de un (1) mes a dos (2) años.

Si resultare enfermedad o muerte de alguna persona, la pena será de seis (6) meses a tres (3) años.

Culposo:

ARTICULO 57: Cuando alguno de los hechos previstos en los dos artículos anteriores se hubiesen producido por
decisión de una persona jurídica, la pena se aplicará a los directores, gerentes, síndicos, miembros del consejo de
vigilancia, administradores, mandatarios o, representantes de la misma que hubiesen intervenido en el hecho
punible, sin perjuicio de las demás responsabilidades penales que pudiesen existir.

7. Estupefacientes (Ley 23737) y sus modificatorias.

Eugenia Sanchez
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La OMS define ampliamente a la droga como toda sustancia que introducida en el cuerpo por cualquier vía genera
una alteración de cualquier tipo. A nosotros no nos interesa cualquiera, sino las psicoactivas que tienen una
incidencia en el sistema nervioso central.

Estupefacientes va a tener una definición normativa en el art. 77, como psicotrópicos, o cualquier otra que produzca
dependencia física o psíquica que además se incluyan en la lista que se elaboren y actualicen periódicamente.

Esto se critica por ser un tipo en blanco y la Corte ya se expidió recomendando que no quede estancada la ley.

Después de la ley 26.052, se federalizo la tenencia de drogas con motivo de tráfico y se provincializo cuando estas
cantidades fueran directamente vinculadas con el consumo.

Ley 23.737 actualizada: trata todas las cuestiones relativas al tráfico. Las tenencias que incluye:

1) Tenencia simple: art. 14, el que tuviere estupefacientes sin saber a qué lo dirige.

2) Tenencia atenuada: art. 14, segundo párrafo, cuando es para consumo personal.

3) Tenencia agravada: tenencia para fines de comercialización (inciso c).

En principio las cantidades no son un factor para determinar si es consumo personal. “Inequívocamente” apunta a
ver si la persona es consumidora o no con peritajes psicológicos y bioquimicos y no tanto las cantidades.

La problemática esta en que constitucionalmente uno puede consumir por el principio de reserva pero como
consumo si no tengo, entonces la Corte ha tenido varios dictámenes donde se establece si es constitucional o no el
art. 14 en el segundo párrafo.

Art. 5: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a quince (15) años y multa de cuarenta y cinco (45) a novecientas
(900) unidades fijas el que sin autorización o con destino ilegítimo:

a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas, precursores químicos o cualquier otra materia prima para producir o
fabricar estupefacientes, o elementos destinados a tales fines;

b) Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes;

c) Comercie con estupefacientes, precursores químicos o cualquier otra materia prima para su producción o
fabricación o los tenga con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, o almacene o transporte;

d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con fines de
comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;

e) Entregue, suministre, aplique o facilite a otros estupefacientes a título oneroso. Si lo fuese a título gratuito, se
aplicará prisión de tres (3) a doce (12) años y multa de quince (15) a trescientas (300) unidades fijas.

Si los hechos previstos en los incisos precedentes fueren ejecutados por quien desarrolla una actividad cuyo ejercicio
dependa de una autorización, licencia o habilitación del poder público, se aplicará, además, inhabilitación especial de
cinco (5) a quince (15) años.

En el caso del inciso a), cuando por la escasa cantidad sembrada o cultivada y demás circunstancias, surja
inequívocamente que ella está destinada a obtener estupefacientes para consumo personal, la pena será de un (1)
mes a dos (2) años de prisión y serán aplicables los artículos 17, 18 y 21.

Art. 6: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a quince (15) años y multa de cuarenta y cinco (45) a novecientas
(900) unidades fijas el que introdujera al país estupefacientes fabricados o en cualquier etapa de su fabricación,
precursores químicos o cualquier otra materia prima destinada a su fabricación o producción, habiendo efectuado
una presentación correcta ante la Aduana y posteriormente alterara ilegítimamente su destino de uso.

Eugenia Sanchez
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En estos supuestos la pena será de tres (3) a doce (12) años de prisión cuando surgiere inequívocamente, por su
cantidad, que los mismos no serán destinados a comercialización dentro o fuera del territorio nacional.
Si los hechos fueren realizados por quien desarrolle una actividad cuyo ejercicio depende de autorización, licencia o
habilitación del poder público, se aplicará además inhabilitación especial de cinco (5) a veinte (20) años.

Art. 7: Será reprimido con prisión de ocho (8) a veinte (20) años y multa de noventa (90) a mil ochocientas (1.800)
unidades fijas, el que organice o financie cualquiera de las actividades ilícitas a que se refieren los artículos 5° y 6° de
esta ley, y los artículos 865, inciso h), y 866 de la ley 22.415.

Art. 8: Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años y multa de seis mil a trescientos mil australes e
inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando autorizado para la producción, fabricación, extracción,
preparación, importación, exportación, distribución o venta de estupefacientes los tuviese en cantidades distintas de
las autorizadas; o prepare o emplee compuestos naturales, sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y a que aplicare, entregare, o vendiere estupefacientes sin receta médica o en cantidades mayores a
las recetadas.

Art. 9: Será reprimido con prisión de dos a seis años y multa de tres mil a cincuenta mil australes e inhabilitación
especial de uno a cinco años, el médico u otro profesional autorizado para recetar, que prescribiera, suministrare o
entregare Estupefacientes fuera de los casos que indica la terapéutica o en dosis mayores de las necesarias. Si lo
hiciera con destino ilegítimo la pena de reclusión o prisión será de cuatro a quince años.

Art. 10: Será reprimido con reclusión o prisión de tres a doce años y multa de tres mil a cincuenta mil australes el que
facilitare, aunque sea a título gratuito, un lugar o elementos, para que se lleve a cabo alguno de los hechos previstos
por los artículos anteriores. La misma pena se aplicará al que facilitare un lugar para que concurran personas con el
objeto de usar estupefacientes.

En caso que el lugar fuera un local de comercio, se aplicará la accesoria de inhabilitación para ejercer el comercio por
el tiempo de la condena, la que se elevará al doble del tiempo de la misma si se tratare de un negocio de diversión.

Art. 12: Será reprimido con prisión de dos a seis años y multa de seiscientos a doce mil australes:

a) El que preconizare o difundiere públicamente el uso de estupefacientes, o indujere a otro a consumirlos;

b) El que usare estupefacientes con ostentación y trascendencia al público.

Con ostentación y trascendencia al publico es controversial porque si no hay nadie en la plaza que pasa?

Art. 13: Si se usaren estupefacientes para facilitar o ejecutar otro delito, la pena prevista para el mismo se
incrementará en un tercio del mínimo y del máximo, no pudiendo exceder del máximo legal de la especie de pena de
que se trate

Art. 14: Será reprimido con prisión de uno a seis años y multa de trescientos a seis mil australes el que tuviere en su
poder estupefacientes.

La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere
inequívocamente que la tenencia es para uso personal.

Tenencia: Los artículos 5 y 14 de la ley 23.737 castigan la tenencia de sustancias estupefaciente. Implica el “ejercicio
de un poder de hecho sobre la cosa”; Se entiende además que no se precisa un contacto material constante y
permanente con la cosa poseída, sino que basta con que quede sujeta a la acción de la voluntad del poseedor,
manteniendo éste la posesión en tanto no abandone o ceda la cosa a otro, la destruya o adquiera sobre ella un
tercero una nueva posesión.

La tenencia para uso personal: cuestiones respecto a su constitucionalidad

Eugenia Sanchez
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Tener estupefacientes para consumo es una cuestión que da lugar a diferentes opiniones. Para algunos debe
castigarse, para otros no porque se violaría el artículo 19 de la CN y hay otros que dicen que debe castigarse sólo en
determinados casos.

La ley de Estupefacientes en el art 14 reprime con penas de 1 mes a 2 años de prisión la “tenencia de estupefacientes
para uso personal”. Pero el art 19 de la CN consagra la libertad personal estableciendo que “las acciones privadas de
los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados…”

La CSJN se pronunció varias veces sobre la tenencia y no siempre opinó igual:

En los fallos “Bazterrica” (1986) y “Capalbo” (1986), la Corte se inclinó por despenalizar la tenencia para consumo
personal considerando que de lo contrario se estaría violando el principio de reserva del art 19 de la CN.

“Colavini, Ariel O.” (1978)

Estando todavía vigente la ley 20.771, sostuvo que no era violatoria al artículo 19 de la Constitución la represión de
la tenencia de estupefacientes, aunque estuvieran destinados al consumo personal .La tenencia personal integra la
cadena de producción, comercialización y consumo, por lo que el tenedor es un eslabón necesario de esa serie; que
la tenencia trasciende la intimidad personal, pues suele traducirse en la ejecución de acciones antisociales, aunque
sin indicar cuales sería esas acciones.

Bazterrica (1986)

Se condenó a Gustavo Bazterrica a la pena de un año de prisión en suspenso, multa y costas, por considerarlo autor
del delito de tenencia de estupefacientes. Este pronunciamiento fue confirmado por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional, y contra ésta se interpuso recurso extraordinario, sosteniendo la
inconstitucionalidad del Art. 6 de la ley 20.771 que por reprimir la tenencia de estupefacientes para uso personal se
viola el Art. 19 de la Constitución Nacional.

La Corte Suprema hace lugar al recurso y revoca el fallo de la Cámara, ya que entiende que el Art. 6 de la ley 20.771
es inconstitucional por invadir la esfera de la libertad personal exenta de la valoración de los magistrados.
No basta la sola posibilidad potencial de que una conducta trascienda la esfera privada para incriminarla, sino que es
necesaria la existencia en concreto de un peligro para la salud pública. Debe distinguirse entre la ética privada
reservada por la Constitución al juicio de Dios, y la ética colectiva referida a bienes o intereses de terceros.
Manifiesta que no está probado que la incriminación de la simple tenencia de estupefacientes pueda evitar
consecuencias negativas y concretas para el bienestar y la seguridad de la comunidad.

El Dr. Petracchi sostuvo que el adicto al consumo de estupefacientes es un enfermo, y debe ser tratado como tal,
planificando sistemas de ayuda y reincorporación a la sociedad.

Disidencia Dres. Fayt y Caballero

Consideran que no es impugnable el Art. 6 de la ley 20.771 en cuanto incrimina la simple tenencia de
estupefacientes para uso personal, ya que existe un área de defensa social que puede ser más o menos ampliada de
acuerdo a la valoración de los bienes que se desea proteger, por lo tanto basta, para ellos, con la mera posibilidad,
esto es el peligro de daño al bien resguardado, para justificar que dicha acción resulte incriminada.

Montalvo (1990)

Que la tenencia de drogas para consumo personal trasciende los límites del derecho a la intimidad del art. 19 de
nuestra Constitución Nacional. Dicho artículo queda excluido para este tipo de hechos ya que en este caso las
acciones privadas (el consumo de estupefacientes) ofenden el orden y la moral pública y perjudican a terceros. De

Eugenia Sanchez
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esta manera toman la cuestión, ya que los drogadictos ofrecen su ejemplo, su instigación a quienes no lo son. Hablan
del efecto «contagioso» de la drogadicción y la tendencia a «contagiar» de los drogadictos.
De esta manera las consecuencias de la conducta de un drogadicto no quedan encerradas en su «intimidad» sino
que «se exteriorizan en acciones», porque es claro que no hay «intimidad» ni «privacidad» si hay exteriorización y si
esa exteriorización es apta para afectar, de algún modo, el orden o la moral pública, o los derechos de un tercero.
Pretender que el comportamiento de los drogadictos no se exterioriza «de algún modo» es apartarse de los datos
más obvios, penosos y aún dramáticos de la realidad cotidiana. –

Que el art. 6º de la ley 20771, sanciona una conducta de las llamadas de «peligro abstracto», es decir, que insita la
trascendencia a terceros; y encuentra su fundamento constitucional en que, una vez determinada por los poderes
públicos la potencialidad dañosa de determinadas sustancias respecto de la salud pública su tenencia constituye una
acción que trasciende la intimidad, susceptible de ser castigada.

Que la tenencia de estupefacientes para uso personal atenta contra un bien común que es la salud pública. Plantean
la necesidad de proteger a la comunidad ante uno de los más terribles peligros contra la salud humana, porque lo
que se quiere proteger no es el interés particular del adicto, sino el interés general que está por encima de él y que
aquél, como suele suceder, trata de alguna manera de resquebrajar, dado que su conducta también constituye un
medio de difusión de la droga o de los estupefacientes.

Que no solo se trata de resguardar la salud pública sino también un conjunto de bienes jurídicos, protegiendo los
valores morales, la familia, la sociedad, la juventud, la niñez, la nación y la humanidad. –

Que el delito de tenencia de estupefacientes para uso personal, no hace distinciones en cuanto a la cantidad, ya que
al tratarse de un delito de peligro abstracto, cualquier actividad relacionada con el consumo de drogas pone en
peligro la moral, salud pública y hasta la misma supervivencia de la nación. Asimismo no es la cantidad lo importante
sino la naturaleza y efectos de los estupefacientes.

Que la penalización de la tenencia de estupefacientes para uso personal no puede entenderse como una
consecuencia del autoritarismo, sino por el contrario traduce la voluntad del legislador de reprimir todas las
actividades relacionadas con el narcotráfico por ser conductas atentatorias de la propia supervivencia del Estado.

Que en relación con la validez constitucional del art. 14, segunda parte, de la ley 23737. De acuerdo a ésta norma, se
sigue considerando peligrosa toda conducta vinculada con la tenencia de estupefacientes en la medida en que ello
implica sustraerse al control propio del Estado en el ejercicio de su poder de policía de salubridad ya que se trata de
tenencia para drogarse, y eso implica la destrucción del individuo y el perjuicio de quienes lo rodean.

Que cuando los consumidores son muchos atraen el tráfico y en tanto existan consumidores hay narcotráfico. Esto
lleva a pensar que si no existieran consumidores, no habría interés económico en producir, elaborar y traficar con el
producto, lo cual conduce a que si no hubiera interesados en drogarse, no habría tráfico ilegítimo de
estupefacientes.

Que la actitud permisiva, a partir del fallo Bazterrica y Capalbo, ha incrementado el consumo, el tráfico y la actividad
delictiva.

Arriola (2009)

La Corte consideró que la tenencia de pocas cantidades de marihuana para consumo personal no puede ser punible
porque el hecho recae en un ámbito de la privacidad y en la esfera de la libertad personal.

Que ciertas normas que son consideradas legítimas en su origen, pueden haberse tornado indefendibles desde el
punto de vista constitucional con el transcurso del tiempo y el cambio de circunstancias objetivas relacionadas con
ellas. Las razones pragmáticas del fallo “Montalvo” han fracasado. Asimismo dicho debate se ha llevado a cabo antes
de la reforma constitucional de 1994 dejando de lado los tratados internacionales de derechos humanos.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

Que la adhesión a los postulados del fallo “Bazterrica” implica que los jueces deberán analizar en cada caso si la
tenencia de estupefacientes para consumo personal se realizó en condiciones que trajo aparejado peligro concreto o
daño a bienes o derechos de terceros, que le quiten a dicha conducta el carácter de acción privada protegida por el
art. 19 de la C.N.

Que el Congreso ha sobrepasado las facultades que le otorga la Carta Magna ya que debe respetarse el ámbito de
ejercicio de la libertad personal cuando no hay daño o peligro concreto para terceros, y que no son admisibles los
delitos de peligro abstracto. 14 -Que cada individuo adulto es soberano para tomar decisiones libres sobre el estilo
de vida que desea, acorde con el art. 19 de la CN, artículo que es pilar fundamental de nuestro sistema jurídico. A
pesar de esto la adicción puede afectar la libertad personal pero ello no justifica la intervención punitiva del Estado.

Que la peligrosidad abstracta, la conveniencia o la moralidad pública no superan el test de constitucionalidad.

Que la tendencia que predomina en la legislación de los países de la región resulta totalmente contraria a la que
pretende la habilitación del poder punitivo para los casos del consumidor de estupefacientes y sin lesionar o poner
en peligro concreto.

Que ninguna de las convenciones suscriptas por el Estado Argentino en relación a la temática, lo comprometen a
criminalizar la tenencia de estupefacientes para uso personal.

Que la estrategia de penalizar el consumo produjo respecto de los individuos criminalizados efectos negativos no
deseados ya que produce un agravamiento de la adicción.

Que el derecho a la salud, a la intimidad, a estar a solas y a disponer de su propio cuerpo poseen marco
constitucional y la ley 23737 los violenta. La adicción es un problema de salud y no debe encarcelarse a los
afectados.
Que no es misión del derecho penal prevenir los daños que una persona puede causarse así misma, ya que solo
puede penarse la conducta lesiva no la personalidad.

Que por el art. 14, 2° párrafo de la ley 23.737, tanto la actividad policial como judicial malgastan esfuerzos que
deberían destinarse a combatir el narcotráfico.
Que cuando se declara la inconstitucionalidad de una norma ésta pierde vigencia en lo que respecta al caso concreto
y no en general. Asimismo el rechazo de la inconstitucionalidad no significa que la ley es absolutamente válida para
todos los casos posibles por venir.

Que la decisión que toma la Corte no implica "legalizar la droga". Se debe subrayar el compromiso ineludible que
deben asumir todas las instituciones para combatir al narcotráfico, no a través de la persecución penal de sus
propias víctimas sino de los distribuidores.

La confabulación para cometer algunos delitos previstos en la ley y su delación:

Art. 29 BIS : Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, el que tomare parte en una confabulación de
dos o más personas, para cometer alguno de los delitos previstos en los artículos 5, 6, 7, 8, 10 y 25 de la presente ley,
y en el artículo 866 del Código Aduanero.

La confabulación será punible a partir del momento en que alguno de sus miembros realice actos manifiestamente
reveladores de la decisión común de ejecutar el delito para el que se habían concertado.

Quedará eximido de pena el que revelare la confabulación a la autoridad antes de haberse comenzado la ejecución
del delito para el que se la había formado, así como el que espontáneamente impidiera la realización del plan.

El participe que revela o suministra información. El agente encubierto. Requisitos y consecuencias. La protección de
testigos.

Eugenia Sanchez
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Las figuras del "arrepentido" y del "agente encubierto".

Art. 31 Bis: Durante el curso de una investigación y para comprobar la comisión de algún delito previsto en esta ley o
en el artículo 866 del Cód. Aduanero, de impedir su consumación, de lograr la individualización o detención de los
autores, partícipes o encubridores, o para obtener y asegurar los medios de prueba necesarios, el juez podrá
disponer, si las finalidades de la investigación no pudieran ser logradas de otro modo, que agentes de las fuerzas de
seguridad en actividad, actuando en forma encubierta:

a) Se introduzcan como integrantes de organizaciones delictivas que tengan entre sus fines la comisión de los delitos
previstos en esta ley o en el artículo 866 del Código Aduanero, y

b) Participen en la realización de alguno de los hechos previstos en esta ley o en el artículo 866 del Código Aduanero.

La designación deberá consignar el nombre verdadero del agente y la falsa identidad con la que actuará en el caso, y
será reservada fuera de las actuaciones y con la debida seguridad.

La información que el agente encubierto vaya logrando, será puesta de inmediato en conocimiento del juez. La
designación de un agente encubierto deberá mantenerse en estricto secreto. Cuando fuere absolutamente
imprescindible aportar como prueba la información personal del agente encubierto, éste declarará como testigo, sin
perjuicio de adoptarse, en su caso, las medidas previstas en el artículo 31 quinques.

Art. 31 Ter: No será punible el agente encubierto que como consecuencia necesaria del desarrollo de la actuación
encomendada, se hubiese visto compelido a incurrir en un delito, siempre que éste no implique poner en peligro
cierto la vida o la integridad física de una persona o la imposición de un grave sufrimiento físico o moral a otro.

Cuando el agente encubierto hubiese resultado imputado en un proceso, hará saber confidencialmente su carácter al
juez interviniente, quien en forma reservada recabará la pertinente información a la autoridad que corresponda.

Art. 31 Quater: Ningún agente de las Fuerzas de Seguridad podrá ser obligado a actuar como agente encubierto. La
negativa a hacerlo no será tenida como antecedente desfavorable para ningún efecto.

Art. 31 Quinques: Cuando peligre la seguridad de la persona que haya actuado como agente encubierto por haberse
develado su verdadera identidad, tendrá derecho a optar entre permanecer activo o pasar a retiro, cualquiera fuese
la cantidad de años de servicio que tuviera.

Art. 31 Sexies: El funcionario o empleado público que indebidamente revelare la real o nueva identidad de un agente
encubierto o, en su caso, la nueva identidad o el domicilio de un testigo o imputado protegido, será reprimido con
prisión de 2 a 6 años, multa de diez mil a cien mil pesos e inhabilitación absoluta perpetua.

El funcionario o empleado público que por imprudencia, negligencia o inobservancia de los deberes a su cargo,
permitiere o diere ocasión a que otro conozca dicha información, será sancionado con prisión de 1 a 4 año y multa.

BOLILLA 17
1. Delitos contra el orden público
Las conductas definidas en este título configuran hechos criminales perturbadores de la vida colectiva, por los
efectos (miedo, temor, intranquilidad) que producen en el sentimiento de los individuos en general, frente a la
incertidumbre de que tales hechos se llevaran a cabo. El bien jurídico es la tranquilidad pública como “la sensación o
la situación subjetiva de sosiego de las personas integrantes de la sociedad, nacida de la confianza de que pueden
vivir en una atmósfera de paz social, puesto que sus individuos ajustarán sus conductas a las reglas fundamentales
de la convivencia”.

2. Instigación a cometer delitos


Eugenia Sanchez
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El art. 209 establece: El que públicamente instigare a cometer un delito determinado contra una persona o
institución, será reprimido, por la sola instigación, con prisión de 2 a 6 años, según la gravedad del delito y las demás
circunstancias establecidas en el artículo 41.

Art. 41: Se tendrá en cuenta:

1º. La naturaleza de la acción y de los medios empleados para ejecutarla y la extensión del daño y del peligro
causados;

2º. La edad, la educación, las costumbres y la conducta precedente del sujeto, la calidad de los motivos que lo
determinaron a delinquir, especialmente la miseria o la dificultad de ganarse el sustento propio necesario y el de los
suyos, la participación que haya tomado en el hecho, las reincidencias en que hubiera incurrido y los demás
antecedentes y condiciones personales, así como los vínculos personales, la calidad de las personas y las
circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión que demuestren su mayor o menor peligrosidad. El juez deberá
tomar conocimiento directo y de visu del sujeto, de la víctima y de las circunstancias del hecho en la medida
requerida para cada caso.

El delito consiste en instigar públicamente a otros a cometer un delito determinado contra una persona o institución.
La instigación significa hacer surgir en el autor la decisión al hecho, provocar que el autor se decida.

Lo que la diferencia de la instigación privada es que ésta, la del art. 209, al ser pública debe realizarse en un lugar
público o en el marco de un número indeterminado de personas, y que la inducción a la comisión del hecho punible
debe estar dirigida a una generalidad de individuos. La instigación del art 45 debe dirigirse a uno o varios sujetos,
pero siempre determinados. Ambas formas tienen en común el plano subjetivo, porque en ambos casos el instigador
determina dolosamente al instigado para que cometa el delito de que se trata.
La instigación a cometer delitos admite cualquier medio de comisión: verbales, escritos, por medio de la prensa, etc.
Su objeto debe ser la comisión de un delito, esto es, a que el delito se consume, sea como autor o en cualquier otro
grado de participación y, por otro lado, que el objeto de la instigación sea un delito.

Debe tratarse de un delito determinado (concreto), es decir, circunstanciado, individualizado en sus circunstancias
de persona, tiempo, modo o lugar. Los destinatarios del hecho instigado deben ser una persona o una institución,
incluido el Estado.

El delito es de pura actividad, es doloso de dolo directo y se consuma con la sola instigación, sin importar si el hecho
instigado se da o no. La perfección del delito exige que la instigación haya sido percibida por el público en general,
no siendo suficiente la mera posibilidad de que ocurra ello.

Incitación pública a la sustracción del servicio militar:


El art. 209 bis establece: En igual pena incurrirá quien en tiempo de conflicto armado incite públicamente a la
sustracción al servicio militar legalmente impuesto o asumido. Si el autor fuese un militar, el máximo de la pena se
elevará a 10 años.

El delito consiste en incitar públicamente a la sustracción del servicio militar impuesto por la ley o voluntariamente
asumido. Tiene que tratarse de una incitación pública, es decir, hecha de un modo que posibilite su captación por un
número indeterminado de individuos.
La acción se debe desarrollar en el marco de un conflicto armado, esto es, durante, con ocasión o mientras se está
produciendo un conflicto, nacional o internacional, entre fuerzas beligerantes, en el que interviene nuestro país y se
utilizan armas.

El sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público, admitiendo cualquier medio de
comisión, ya sea oral, escrito, por medio de la prensa u otros medios de comunicación, como por ej. internet. Se
trata de un delito peligro, subjetivamente configurado, de tendencia, de resultado cortado, de pura actividad,
Eugenia Sanchez
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compatible con el dolo directo. Se consuma con la sola realización de la acción típica, pero es necesario que la
incitación haya llegado a conocimiento de una persona. Si esto no ocurriera, pero el medio utilizado ha sido idóneo
para lograr los fines perseguidos, el hecho puede quedar en grado de tentativa. El delito se agrava si el autor de la
incitación es un militar.

3. Asociación ilícita
El art. 210 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de 3 a 10 años, el que tomare parte en una asociación o
banda de tres o más personas destinada a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación. Para los
jefes u organizadores de la asociación el mínimo de la pena será de 5 años de prisión o reclusión.

La figura básica se integra con los siguientes elementos: 1) la acción de formar parte o conformar una asociación
criminal; 2) un número mínimo de autores: y 3) un fin delictivo.

La materialidad del delito consiste en tomar parte, es decir, ser miembro o constituir una asociación destinada a
cometer delitos. La existencia de la asociación exige como presupuesto un acuerdo o concierto previo entre sus
miembros para constituirla o, si ya estuviere formada, la voluntad de asociarse a ella para prestare mutuamente
colaboración en la empresa delictiva. Implica una unión de tipo intelectual y debe tener cierta permanencia.

Lo que importa es que exista un pacto de voluntades comunes en relación con una organización cuya actividad
principal sea la de perpetrar hechos ilícitos en forma indeterminada. El requisito de la organización se cumple con
una mínima existencia grupal que revele una acción común en procura de objetivos criminales comunes.

La asociación ilícita es un delito que se reprime per se, es decir, por el solo hecho de formar parte de ella, con
prescindencia de la ejecución de los delitos que constituyen el objeto del acuerdo. En estos casos, los delitos
ejecutados deben ser juzgados con las reglas del concurso real.

Es una infracción de pura actividad, de peligro abstracto y se consuma por el simple hecho de formar parte de la
asociación criminal. Tratándose de un delito permanente, la consumación se prolonga mientras perdure la
asociación, la cual cesa cuando la asociación concluye o termina, sea por la detención de alguno de sus miembros,
sea por la disolución o por cualquier otra causa que presuponga la desaparición del grupo, como por ej. el retiro de
un miembro. La tentativa no es admisible.

El art. exige un número mínimo de tres personas, pudiendo tratarse de personas imputables o no, ya que a la ley le
importa el número de miembros y no la capacidad que pudieren tener los mismos. Si la organización delictiva está
compuesta por tres miembros, en la que uno de ellos es inimputable, los sujetos capaces penalmente serán
responsables del delito y para el otro serán de aplicación las reglas de la inimputabilidad.

Subjetivamente, el fin de la asociación debe ser el de cometer delitos indeterminados, ya que lo que tipifica a la
asociación delictiva es el peligro de la variedad y de la repetición de los atentados criminales, es decir, el peligro de
la divulgación del crimen. Por lo tanto, el delito es doloso, de dolo directo.

Agravante:

Se eleva el mínimo de la escala penal de la figura básica a cinco años de prisión o reclusión para los jefes u
organizadores de la asociación. El jefe es el que comanda o dirige la asociación, cualquiera sea el grado de
participación en el ejercicio del mando. El organizador es aquel que ha intervenido en las tareas de organización,
establecimiento o constitución de la sociedad criminal. Es la persona que tiene a su cargo los programas o planes de
acción, fines y medios de la empresa delictiva, recluta a los miembros y distribuye entre ellos las tares y los roles.

Relación con otras figuras:

A. Robo en banda: Los delitos ejecutados por la asociación deben ser juzgados de acuerdo con las reglas
comunes del concurso real, inclusive cuando el hecho cometido requiera una misma modalidad de comisión,
como en este caso.
Eugenia Sanchez
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B. Otros atentados contra el orden público: Si la asociación ilícita tuviere por objeto principal o accesorio
imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, no se configura el tipo descripto en el 213
bis del Cód. Penal, sino que se aplica la figura del art. 210.
C. Traición y rebelión o sedición: El tipo del art. 210 no es aplicable a las agrupaciones para cometer ilícitos
reprimidas en forma especial, como es la conspiración para cometer traición (art. 216), rebelión o sedición
(art. 233), pues éstas son delitos de naturaleza política que requieren, en sí mismos, una reunión de
personas con fines determinados.
D. Ley de estupefacientes: También se ha sostenido, con relación a la “asociación” a que alude el art. 11, inc. c),
de la ley 23.737, que en este delito el sujeto activo “interviene”, mientras que en la “asociación” del art. 210
el sujeto activo “toma parte

La asociación ilícita introducida por la Ley 23077:

El art. 210 bis establece: Se impondrá reclusión o prisión de 5 a 20 años al que tomare parte, cooperare o ayudare a
la formación o al mantenimiento de una asociación ilícita destinada a cometer delitos cuando la acción contribuya a
poner en peligro la vigencia de la CN, siempre que ella reúna por lo menos dos de las siguientes características:

a. Estar integrada por diez o más individuos.


b. Poseer una organización militar o de tipo militar.
c. Tener estructura celular (se caracteriza por el anonimato de sus miembros).
d. Disponer de armas de guerra o explosivos de gran poder ofensivo
e. Operar en más de una de las jurisdicciones políticas del país.
f. Estar compuesta por uno o más oficiales o suboficiales de las fuerzas armadas o de seguridad.
g. Tener notorias conexiones con otras organizaciones similares existentes en el país o en el exterior
h. Recibir algún apoyo, ayuda o dirección de funcionarios públicos.

Se trata de un tipo de asociación ilícita calificada que requiere que la acción material contribuya a poner en peligro la
vigencia de la CN y que reúna por lo menos dos de las condiciones enunciadas en la norma.

El delito presupone, para su perfección, un triple encuadramiento: una asociación ilícita simple destinada a cometer
delitos, la agravante genérica de contribuir a poner en peligro la vigencia de la CN, y la reunión de dos o más de las
condiciones de calificación enumeradas en el tipo.

4. Intimidación pública
El art. 211 establece: Será reprimido con prisión de 2 a 6 años, el que, para infundir un temor público o suscitar
tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro
común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos. Cuando para ello se
empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines, siempre que el hecho no constituya delito contra la
seguridad pública, la pena será de prisión de tres a diez años.

El delito consiste en hacer señales (gestos, movimientos, etc.), dar voces de alarma (emplear el lenguaje oral
exageradamente, elevando la voz), amenazar con la comisión de un delito de peligro común (anunciar o prometer la
ejecución de un delito) o emplear cualquier medio material normalmente idóneo para producir los efectos
enunciados en la norma (es una expresión genérica, enunciativa, que indica que los medios empleados deben ser
materiales y capaces para producir los efectos).

La infracción es dolosa, de dolo directo, y exige la concurrencia de un elemento subjetivo típico que acompaña al
dolo: la finalidad de infundir un temor público o suscitar tumultos o desordenes. Tratándose de un delito de pura
actividad, de peligro concreto y de resultado cortado, se consuma con la utilización de los medios tendientes a lograr
las finalidades típicas. La tentativa no parece admisible.

Eugenia Sanchez
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El delito se agrava si, con idéntica finalidad el autor empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines.

Incitación pública a la violencia colectiva:

El art. 212 establece: Será reprimido con prisión de 3 a 6 años el que públicamente incitare a la violencia colectiva
contra grupos de personas o instituciones, por la sola incitación.

El delito consiste en incitar públicamente, es decir, estimular, dar confianza, aconsejar, por cualquier medio pero
ante un número indeterminado de personas, a la violencia colectiva contra grupos de personas o instituciones. La
fórmula abarca el empleo de la fuerza física. Son acciones que recaen sobre victimas indeterminadas, por ej. cuando
se incita a matar en general, a incendiar o destruir. La incitación, para ser típica, debe ser pública, es decir que tiene
que haber sido captada por un conjunto indeterminado de individuos, aunque no se logren los fines perseguidos por
el autor.

La infracción es dolosa, de peligro abstracto y de pura actividad. Se consuma por la sola incitación. La tentativa no
parece posible.

5. Apología del crimen


El art. 213 establece: Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año, el que hiciere públicamente y por cualquier medio
la apología de un delito o de un condenado por delito.

La apología se caracteriza por constituir una suerte de instigación indirecta a cometer un delito, por cuanto se elogia
un hecho considerado como tal, o a la persona de su autor. El delito consiste en hacer públicamente y por cualquier
medio la apología de un delito o de un condenado por delito.

La conducta puede llevarse a cabo por cualquier medio de comisión (oral, escrito, imágenes, gráficos, a través de
informática, etc.), públicamente, es decir, dirigida a un número indeterminado de personas y en lugares públicos.

La infracción es dolosa, siendo suficiente el dolo eventual, de peligro, de pura actividad y se consuma en el mismo
momento en que se hace pública la apología. La tentativa no parece admisible.

Agravante:

Por discriminación Ley 23.592.

6. Otros atentados contra el orden público


El art. 213 bis establece: Será reprimido con reclusión o prisión de 3 a 8 años el que organizare o tomare parte en
agrupaciones permanentes o transitorias que, sin estar comprendidas en el artículo 210 del CP, tuvieren por objeto
principal o accesorios imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, por el solo hecho de ser
miembro de la asociación.

Organizaciones para la coerción ideológica:

El delito consiste en organizar o tomar parte en una agrupación cuyo objetivo principal o accesorio reside en
imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor. El delito podría explicarse como un atentado de
coerción ideológica.

Por agrupación debe entenderse toda reunión de personas enlazadas por fines e intereses comunes, con carácter
más amplio que la asociación.

Los medios aptos para lograr los objetivos propuestos son la fuerza física o el temor. El delito es doloso, de dolo
directo y se consuma por el solo hecho de ser miembro de la asociación.

Eugenia Sanchez
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La formación de grupos para la violencia deportiva (ley 24192). Art 5: Será reprimido con prisión de 1 a 6 años el que
instigare, promoviere o facilitare de cualquier modo, la formación de grupos destinados a cometer alguno de los
delitos previstos en el presente capítulo.

BOLILLA 18
1. Delitos contra la seguridad de la nación
Los delitos en este título tienden a la protección de la seguridad exterior del Estado, es decir, en el marco de sus
relaciones internacionales, en cuanto miembro de la comunidad de las naciones.

Los delitos políticos:

Cuándo hay delito político: Para el criterio objetivo, no importa el móvil y se tiene en cuenta la naturaleza del bien
jurídico dañado o puesto en peligro, si el bien jurídico es de carácter político, el delito será político.

El criterio subjetivo tiene en cuenta en el móvil o en el fin que inspira el acto.

Hay discrepancias acerca de si los hechos previstos en el Título IX, especialmente la traición, reviste o no el carácter
de delitos políticos.

Para algunos juristas, el delito de traición es delito común y la rebelión y sedición son delitos políticos.

La mayor parte de la doctrina, sostiene que la traición también tiene carácter político. Soler manifiesta que no hay
ninguna razón para separar al delito de traición de la rebelión y sedición.

El criterio mixto asocia el bien jurídico atacado y el móvil político. Objetivamente el delito político lesiona los
derechos del estado en la esencia o en la forma. Pero es necesario, además, que esa lesión sea realizada con un fin
político.

Antecedentes y tratamiento actual:

 Proyecto de Tejedor: dedica la sección 2° del Libro II a los crímenes y delitos públicos y sus penas, y el título
primero, de los crímenes y delitos contra la seguridad interior y el orden público; comprende 5 caps.
Constituidos por la rebelión, la sedición, el motín y la asonada.
 Proyecto de 1881: prevé la rebelión, la sedición, el motín y la asonada como un capítulo de los delitos contra
el orden público, junto con el atentado y desacato contra la autoridad.
 Código 1886: dedicaba la sección 2° de los delitos políticos y delitos peculiares a empleados públicos. El
Título I, de los delitos contra la seguridad interior y el orden público, comprende en un capítulo la rebelión y
la sedición, y en otro el atentado y el desacato contra la autoridad.
 Proyecto de 1891: se contemplan en títulos independientes los delitos contra la seguridad de la Nación y los
contrarios a los poderes públicos y el orden constitucional. La nominación de los capítulos es la misma que la
de la ley vigente: traición, delitos que comprometan la paz y la dignidad de la Nación, rebelión, sedición.

2. Traición
El art. 214 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de diez a veinticinco años o reclusión o prisión perpetua y
en uno u otro caso, inhabilitación absoluta perpetua, siempre que el hecho no se halle comprendido en otra
disposición de este código, todo argentino o toda persona que deba obediencia a la Nación por razón de su empleo o
función pública, que tomare las armas contra ésta, se uniere a sus enemigos o les prestare cualquier ayuda o socorro.

La traición a la Nación es un delito que se encuentra definido en el art. 119 de la CN:

Eugenia Sanchez
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La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos
prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará de la
persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado.

La diferencia entre el texto constitucional y el Código Penal es la siguiente: la CN define sólo dos conductas: 1) tomar
las armas contra la Nación o 2) unirse a los enemigos, prestándole ayuda y socorro. Mientras que el CP define tres: 1)
tomar las armas contra la Nación, 2) unirse a los enemigos y 3) prestarle cualquier ayuda o socorro.

Frente a esta colisión normativa, por imperio de la CN prevalece el precepto constitucional, de manera que las
acciones típicas del delito son: tomar las armas contra la Nación o unirse al enemigo prestándole ayuda y socorro.

El delito exige como presupuesto la existencia de una situación o estado de guerra exterior, una acción de guerra
contra el Estado, la cual comienza con la declaración formal de la guerra o con la iniciación de las acciones bélicas de
hecho y termina con la celebración de un tratado de paz o con otras formas de poner fin al conflicto, como por ej.
por cesación de hostilidades.

Sólo se puede cometer entre el comienzo y el final de la guerra. Las acciones punibles son dos: una, consiste en
tomar las armas, que quiere decir participar en acciones bélicas, ofensivas y defensivas, en el frente de batalla o en
la retaguardia, junto a las filas enemigas de la Nación. La otra consiste en unirse al enemigo prestándole ayuda y
socorro, o sea, incorporarse a la fuerza enemiga efectivamente y contribuir o cooperar materialmente a su actividad
bélica.

Sujetos activos del delito pueden ser tanto un argentino como un extranjero, que deba obediencia a la Nación por
razón de su empleo o función pública.

El delito es doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma con la realización de las
acciones típicas, independientemente de que se hayan logrado los fines esperados por el autor o de que se haya
efectivamente entrado en combate contra la Nación. La doctrina admite la posibilidad de la tentativa.

Agravante:

El art. 215 establece: Será reprimido con reclusión o prisión perpetua, el que cometiere el delito previsto en el artículo
precedente, en los casos siguientes:

1. Si ejecutare un hecho dirigido a someter total o parcialmente la Nación al dominio extranjero o a


menoscabar su independencia o integridad;
2. Si indujere o decidiere a una potencia extranjera a hacer la guerra contra la República.
3. Si perteneciere a las fuerzas armadas

La agravante presupone la comisión del delito de traición del art. 214, con el fin de someter total o parcialmente a la
Nación al dominio extranjero, a menoscabar su independencia o integridad, o a inducir o decidir a una potencia
extranjera a hacer la guerra contra nuestro país.

La agravante prevista en el inc. 3, requiere que el agente, al momento de los hechos descriptos en la norma,
pertenezca al cuatro permanente de las fuerzas armadas de la Nación (Ejército, Armada o Fuerzas Armadas). Se trata
de un delito de intención, de resultado cortado y se consuma cuando se comete la traición con la finalidad de lograr
los objetivos establecidos en la norma.

Conspiración:

El art. 216 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a ocho años, el que tomare parte en una
conspiración de dos o más personas, para cometer el delito de traición, en cualquiera de los casos comprendidos en
los artículos precedentes, si la conspiración fuere descubierta antes de empezar su ejecución.

Eugenia Sanchez
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El precepto regula un acto preparatorio con respecto al delito de traición, condicionando el castigo de la
conspiración a su descubrimiento antes de empezar su ejecución, circunstancia que impide los actos de tentativa ya
que, una vez llevado a cabo el acuerdo para cometer la traición, el delito ya está consumado.

La acción típica consiste en tomar parte en una conspiración de dos o más personas cuyo propósito es el de cometer
el delito de traición.

La conspiración implica la existencia de un concierto de individuos que ejecutan un plan previamente determinado
para consumar un delito de traición también determinado.

El número mínimo de intervinientes en el hecho deben ser dos, sin límites en el máximo, pero siempre uno de ellos
debe reunir la condición exigida para la traición.

Se trata de un delito doloso, de dolo directo, de peligro abstracto y se consuma con el mero acuerdo de voluntades
para concretar el plan trazado.

Excusa absolutoria:

El art. 217 establece: Quedará eximido de pena el que revelare la conspiración a la autoridad, antes de haberse
comenzado el procedimiento.

La disposición regula un supuesto de exención de pena sólo en favor del autor que ha revelado la existencia de una
conspiración para cometer el delito de traición a la Nación, con lo cual se impide el plan acordado para cometer este
delito, siempre que la revelación haya sido hecha antes de haberse comenzado el procedimiento, es decir, antes de
que la autoridad con competencia para investigar delitos (policía o Poder Judicial) haya iniciado formalmente las
actuaciones sumariales tendientes a la averiguación de la conspiración.

Traición contra una potencia aliada y de los extranjeros:

El art. 218 expresa: Las penas establecidas en los artículos anteriores se aplicarán, también, cuando los hechos
previstos en ellos fueren cometidos contra una potencia aliada de la República, en guerra contra un enemigo común.

Se aplicarán asimismo a los extranjeros residentes en territorio argentino, salvo lo establecido por los tratados o por
el derecho de gentes, acerca de los funcionarios diplomáticos y de los nacionales de los países en conflicto. En este
caso se aplicará la pena disminuida conforme a lo dispuesto por el artículo 44.

Será autor del delito quien tome las armas contra la potencia aliada o se una al enemigo común prestándole ayuda y
socorro.

Se extiende la punibilidad a los extranjeros residentes en el territorio argentino, es decir, a aquellas personas que,
siendo nacionales de un Estado extranjero y no habiendo adquirido la ciudadanía argentina, viven en el territorio del
país, en forma permanente o transitoria.

3. Delitos que comprometen la paz y la dignidad de la nación


Las figuras en este capítulo atentan, desde un punto de vista general, contra la integridad de la Nación en cuanto se
refiere a su seguridad exterior y a su soberanía, pero, específicamente, la tutela apunta a las relaciones que existen
entre la Nación y los demás Estados en tiempos de paz, las que podrían verse comprometidas o envueltas en un
conflicto armado como consecuencia de los delitos que en él están previstos.

Actos hostiles

El art. 219 establece: Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que por actos materiales hostiles no aprobados
por el gobierno nacional, diere motivos al peligro de una declaración de guerra contra la Nación, expusiere a sus
habitantes a experimentar vejaciones o represalias en sus personas o en sus bienes o alterare las relaciones

Eugenia Sanchez
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amistosas del gobierno argentino con un gobierno extranjero. Si de dichos actos resultaren hostilidades o la guerra,
la pena será de tres a quince años de reclusión o prisión.
Cuando los actos precedentes fuesen cometidos por un militar, los mínimos de las penas previstas en este artículo se
elevarán a tres (3) y diez (10) años respectivamente. Asimismo, los máximos de las penas previstas en este artículo se
elevarán respectivamente a diez (10) y veinte (20) años.

El delito consiste en ejecutar actos materiales hostiles (acciones o vías de hecho propias de un conflicto armado, de
tipo militar, actos de guerra) no aprobados por el Gobierno nacional de los cuales derive la probabilidad (peligro) de
una declaración de guerra contra la Nación, que se exponga a los habitantes a experimentar vejaciones y represalias
en sus personas o bienes o que se alteraren las relaciones amistosas del gobierno argentino con un gobierno
extranjero.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, nacional o extranjera, sujeto pasivo son los nacionales de nuestro país y
los extranjeros residentes.

Se trata de un delito doloso que se consuma cuando, como consecuencia del acto hostil, se produce la situación de
peligro. La tentativa resulta admisible.
La mayor penalidad se aplica si de los actos hostiles resultan las hostilidades o la guerra. La agravante comprende un
tipo de resultado preterintencional no abarcado por el dolo del autor. La ley 26396 introdujo otra agravante para
aquellos casos en los que el autor revista la condición de militar.

Violación de tratados, treguas y armisticios:

El art. 220 establece: Se impondrá prisión de seis (6) meses a dos (2) años, al que violare los tratados concluidos con
naciones extranjeras, las treguas y armisticios acordados entre la República y una potencia enemiga o entre sus
fuerzas beligerantes o los salvoconductos debidamente expedidos.

Si el hecho fuese cometido por un militar el mínimo de la pena se elevará a un (1) año y el máximo de la pena se
elevará a cinco (5) años.

El delito presupone un estado de guerra entre la nación y una potencia extranjera y la existencia de ciertos y
determinados compromisos concluidos entre las partes. El delito consiste en violar (romper, quebrantar,
desconocer) dichos compromisos, esto es, un tratado concluido con una potencia extranjera, una tregua o un
armisticio convenido o suscripto entre Argentina y una potencia enemiga, o entre sus fuerzas beligerantes de mar o
tierra, o los salvoconductos debidamente expedidos. Pero, sólo puede cometerse cuando las hostilidades han
cesado.

La tregua es la suspensión de las actividades bélicas por un tiempo determinado y por razones circunstanciales (por
ej. la conmemoración de ciertas fechas reconocidas internacionalmente: Navidad, Año Nuevo, etc.). El armisticio,
cuyo objetivo persigue la finalización de la guerra, comprende también la suspensión de las operaciones armadas, ya
que implica un acuerdo de suspensión de toda actividad bélica. El salvoconducto es un documento que se expide en
favor de determinada persona para que pueda circular por una zona de guerra.

El delito es doloso, de peligro abstracto y de pura actividad, que se consuma cuando se produce la violación de los
tratados, de los espacios de paz conseguidos mediante los acuerdos entre las potencias beligerantes o de los
permisos concedidos para atravesar las zonas de conflicto. Se agrava por la condición del sujeto activo, es decir, si
fuere un militar.

Violación de inmunidades:
El art. 221 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las inmunidades del jefe de
un Estado o del representante de una potencia extranjera.

Eugenia Sanchez
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Reprime la mera violación de las inmunidades del Jefe del Estado o del representante extranjero, aun cuando el
hecho no haya realmente afectado las relaciones entre ambas naciones.
Sujeto activo puede ser, en principio, cualquier persona, siempre que se encuentre dentro del territorio nacional.
Sujetos pasivos sólo pueden ser el jefe de un Estado (presidente, rey, primer ministro) o el representante de una
potencia extranjera (ministro, nuncios), mientras se encuentren en la República.

El delito consiste en violar las inmunidades del jefe de Estado o del representante de la potencia extranjera, es decir,
en quebrantar, desconocer, etc., dichos privilegios de un dignatario extranjero, siempre que la acción se realice
dentro del territorio nacional o en los lugares sometidos a su jurisdicción.

La inmunidad puede ser originaria o derivada. Es originaria cuando se limita sólo al Jefe de Estado o del
representante extranjero, y derivada cuando se extiende a otra categoría de personas, como el personal
administrativo, la familia del agente diplomático, etc. El privilegio es personal cuando hace referencia a las cosas
relacionadas con la misión (por ej. la residencia particular del embajador, el local de la misión), sobre las que ciertas
medidas de coerción están vedadas (registro, embargos, etc.).

La infracción es dolosa, de peligro abstracto y de pura actividad. Se consuma en el momento en que se quebranta el
privilegio diplomático.

Menosprecio a los símbolos patrios:

El art. 222 párrafo 4 establece: Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que públicamente ultrajare la
bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una provincia argentina.

Fue incorporado por la ley 16648.

El bien jurídico tutelado reside en la dignidad y el prestigio de los símbolos patrios. El delito consiste en ultrajar
públicamente los símbolos nacionales o provinciales, es decir, humillarlos, agraviarlos, ridiculizarlos, etc., por
cualquier medio, tanto materiales (destruirlos, quemarlos, escupirlos, etc.), por escrito (leyendas injuriosas) o de
palabra (expresiones ofensivas, gritos, etc.) No están comprendidos el simple menosprecio, es decir, no tener
aprecio; los actos de irrelevancia, como no rendir homenaje a la bandera, o las conductas indiferentes o neutras.
Excepcionalmente puede cometerse por omisión cuando el omitente se encuentra obligado a rendir homenaje al
símbolo oficial, como los funcionarios policiales, el abanderado de una ceremonia, el maestro, etc.

Los objetos del delito son la Bandera, el Escudo y el Himno nacional y los emblemas provinciales, es decir, aquellos
símbolos, como el escudo de una provincia.

El delito es doloso, de pura actividad, cuya consumación coincide con el momento en que se realizan los actos de
ultraje. La tentativa es de difícil concreción.

Revelación de secretos políticos o militares:

Revelación dolosa:

El art. 222 establece en su párrafo 1: Será reprimido con reclusión o prisión de uno (1) a seis (6) años, el que revelare
secretos políticos, industriales, tecnológicos o militares concernientes a la seguridad, a los medios de defensa o a las
relaciones exteriores de la Nación.

Si la revelación u obtención fuese cometida por un militar, en el ejercicio de sus funciones el mínimo de la pena se
elevará a tres (3) años y el máximo de la pena se elevará a diez (10) años.

El delito, que presupone una situación de paz, consiste en revelar secretos de naturaleza política, industrial,
tecnológicos o militares, concernientes a la seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la

Eugenia Sanchez
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Nación, lo cual sucede cuando el secreto se pone de manifiesto o en el conocimiento de alguien que no pertenece al
círculo de personas obligadas a mantenerlo. Debe tratarse de algo oculto o ignorado por el público en general.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. La infracción es dolosa, de peligro
abstracto y se consuma con la sola revelación del secreto, aun cuando no se comprometa la seguridad exterior de la
Nación. El delito se agrava si el autor de la revelación u obtención del secreto es un militar que haya cometido el
hecho en el ejercicio de su actividad funcional.

Espionaje por obtención:

El art. 222, en su párrafo 2 establece: En la misma pena (1 a 6 años) incurrirá el que obtuviere la revelación del
secreto.

El delito consiste en obtener la revelación de un secreto de tipo político o militar relacionado con la seguridad, la
defensa o las relaciones exteriores de la Nación.

La infracción es dolosa, de peligro abstracto y se consuma en el momento en que se obtiene la información buscada.

Revelación culposa:

El art. 223 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación especial por doble tiempo, el que
por imprudencia o negligencia diere a conocer los secretos mencionados en el artículo precedente, de los que se
hallare en posesión en virtud de su empleo u oficio.

La conducta punible consiste en dar a conocer (revelar, poner en conocimiento de otra persona) por alguna forma de
infracción de un deber objetivo de cuidado, un secreto de los mencionados en el art. 222, a cuyo conocimiento el
agente ha llegado en virtud de su oficio o empleo.

Es una infracción especial propia, ya que sólo un determinado círculo de personas puede cometerlo y se consuma en
el momento en que se da a conocer el secreto a otro.

Espionaje por intrusión:

El art. 224 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que indebidamente levantare planos de
fortificaciones, buques, establecimientos, vías u otras obras militares o se introdujere con tal fin, clandestina o
engañosamente en dichos lugares, cuando su acceso estuviere prohibido al público.

La disposición contempla dos tipos de espionaje: el espionaje real o verdadero y el espionaje por intrusión.

El real o verdadero consiste en levantar indebidamente planos de fortificaciones, buques, establecimientos, vías u
otras obras militares. Se trata de un delito doloso, de pura actividad, que se consuma con la realización de la
conducta típica. La tentativa es posible.

El espionaje por intrusión consiste en introducirse en lugares o zonas militares, en las que el acceso está vedado al
público. La prohibición debe referirse a causas concernientes a la seguridad, a la defensa o a las relaciones exteriores
de la Nación. Pero, el hecho sólo es punible en la medida en que se lo realice en forma clandestina o
engañosamente. El delito es doloso, exigiendo el tipo la concurrencia de un elemento subjetivo específico: el fin de
levantar indebidamente.

Los arts. 4to y 5to de la ley 13.985 contemplan escalas penales más severas para los casos de “intrusión” y
“reproducciones prohibidas” allí previstos.

Soler afirma que esta figura se aplica cuando lo aprendido no haya sido revelado (caso en que sería aplicable el art.
222, I o párrafo), y cuando la información no haya sido obtenida por revelación (art. 222, 2o párrafo); es decir que
entre los párrafos I o y 2o del art. 222 y el art. 224 existiría una relación de exclusión a favor de la figura más grave.

Eugenia Sanchez
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Sabotaje: Será reprimido con prisión de 1 a 25 años el que por cualquier medio desorganizare, destruyere,
deteriorare o inutilizare, en todo o en parte, temporal o definitivamente, documentos, objetos, materiales,
instalaciones, servicios o industrias de cualquier naturaleza, con el propósito de perturbar, retardar o impedir el
desarrollo militar, económico, financiero, social, científico o industrial de la Nación.

Cuando los actos fueran realizados al servicio o en beneficio de una potencia extranjera, se podrá imponer al
culpable prisión perpetua. (Art 7)

Infidelidad diplomática:

El art. 225 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de tres a diez años, el que, encargado por el gobierno
argentino de una negociación con un estado extranjero, la condujere de un modo perjudicial a la Nación,
apartándose de sus instrucciones.

El delito consiste en conducir, de un modo perjudicial para la Nación, una negociación con un Estado extranjero,
apartándose de las instrucciones recibidas.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público. Por lo tanto, es un delito especial propio. El autor debe haber
sido encargado para conducir una negociación de esta clase, es decir, que es presupuesto de la figura una
designación oficial en tal sentido.

La conducta típica debe realizarse en el marco de una negociación internacional, esto es, con un Estado extranjero
en forma individual o bien con una comunidad de Estados. El delito requiere que el agente se aparte de las
instrucciones recibidas y de ello derive un perjuicio para el interés de la Nación.

Se trata de un tipo doloso que se consuma con la producción de perjuicio. Al tratarse de un delito de resultado,
puede cometerse tanto por acción como por omisión (por ej. inobservar las instrucciones recibidas). La tentativa
resulta admisible.

BOLILLA 19
1. Delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional
El bien jurídico protegido en estos delitos es la organización política de la Nación.

El orden constitucional es el orden jurídico impuesto por la Constitución; esta organización consiste en la soberanía
del pueblo, democracia representativa, división de poderes y sistema federal.

Los poderes públicos son los órganos creados por la Constitución para asegurar el cumplimiento de sus normas.

2. Atentado contra los poderes públicos y el orden constitucional


La modificación de la Constitución nacional ha introducido, en el art. 36, algunos de los denominados delitos «
contra los poderes públicos y el orden constitucional » previstos por el Código Penal en el título X; se trata de un
proceso inverso al habitual, pues es generalmente la cláusula constitucional la que sirve de plataforma para la ley
penal.

En 1984, la ley 23.077 sustituyó el nombre de “rebelión”, adscrito como epígrafe del capítulo I, por el de “atentados
al orden constitucional y a la vida democrática” e incorpora algunos agregados.

La ley 23.077 dispone que el “curso de la acción penal correspondiente a los delitos previstos en los arts. 226 y 227
bis, se suspenderá hasta el restablecimiento del orden constitucional.

Rebelión:

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El art. 226 establece: Serán reprimidos con prisión de cinco a quince años los que se alzaren en armas para cambiar la
Constitución, deponer alguno de los poderes públicos del gobierno nacional, arrancarle alguna medida o concesión o
impedir, aunque sea temporariamente, el libre ejercicio de sus facultades constitucionales o su formación o
renovación en los términos y formas legales. Si el hecho descripto en el párrafo anterior fuese perpetrado con el fin
de cambiar de modo permanente el sistema democrático de gobierno, suprimir la organización federal, eliminar la
división de poderes, abrogar los derechos fundamentales de la persona humana o suprimir o menoscabar, aunque
sea temporariamente, la independencia económica de la Nación, la pena será de ocho a veinticinco años de prisión.
Cuando el hecho fuere perpetrado por personas que tuvieren estado, empleo o asimilación militar, el mínimo de las
penas se incrementará en un tercio.

El delito consiste en alzarse en armas contra el gobierno nacional, lo cual supone un movimiento público, numeroso,
de personas armadas, que emplea la fuerza y la violencia contra el gobierno nacional o alguno de sus poderes
públicos.

No es necesaria la lucha ni el enfrentamiento armado, lo que sí resulta indispensable es que las personas que
integran el grupo dispongan de armas, aunque no hayan sido utilizadas en el levantamiento. El alzamiento armado
comprende tanto el uso de las armas como la mera tenencia de ellas.

El alzamiento constituye un tipo subjetivamente configurado, intencional, mutilado de dos actos, portador de un
elemento subjetivo del injusto que debe acompañar a la acción del sujeto: la concurrencia de una finalidad
específica, consistente en cambiar la CN (cambiarla, alterarla, total o parcialmente), deponer alguno de los poderes
públicos del gobierno nacional (destruir a funcionarios del Estado), arrancarle alguna medida o concesión (conseguir
el dictado de una resolución, una ley, un decreto, una sentencia, la libertad de un detenido, etc.) o impedir el libre
ejercicio de sus facultades constitucionales, o su formación o renovación en los términos y formas legales, por ej.
impedir el nombramiento de un funcionario público.

Cualquier persona puede ser autor del delito.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo. La figura requiere la concurrencia de un elemento subjetivo
del injusto que debe agregarse al dolo y que reside en el logro de las finalidades expresamente consignadas en la
norma. Se consuma con el alzamiento, independientemente de que se logren los objetivos propuestos. Tratándose
de un delito de pura actividad y de peligro concreto, la tentativa se presenta de difícil concreción.

Agravantes:
Art 226 2° y 3° párrafo: Si el hecho del párrafo anterior fuese perpetrado con el fin de cambiar de modo permanente
el sistema democrático de gobierno, suprimir la organización federal, eliminar la división de poderes, abrogar los
derechos fundamentales de la persona humana o suprimir o menoscabar, la independencia económica de la Nación,
la pena será de 8 a 25 años de prisión.

Cuando el hecho fuere perpetrado por personas que tuvieren estado, empleo o asimilación militar, el mínimo de las
penas se incrementará en un tercio.

Amenaza de rebelión:

El art. 226 bis establece: El que amenazare pública e idóneamente con la comisión de alguna de las conductas
previstas en el artículo 226, será reprimido con prisión de uno a cuatro años.

El delito consiste en amenazar (intimidar, anunciar un mal, infundir temor, etc.) con la comisión de algunas de las
conductas previstas en el art. 226.

No es suficiente la simple advertencia, sino que es necesario que el agente se encuentre en una real situación de
perpetrar los hechos que anuncia. La amenaza debe ser pública e idónea, es decir, que debe tratarse de un anuncio

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dirigido a un número indeterminado de personas o al público en general y poseer aptitud o potencialidad suficiente
como para causar un temor general de que se cometerán los hechos que se anuncian.
Los medios de comisión pueden ser amplios y variados, en forma oral o escrita, o por cualquier medio de difusión
(televisión, radio, prensa escrita, red informática).

El delito es doloso, de dolo directo. Por tratarse de un delito de pura actividad y de peligro concreto, la consumación
coincide con la acción de amenazar públicamente con la comisión de alguno de los hechos previstos en el art. 226. La
tentativa no resulta admisible.

Traición política:

Concesión de poderes tiránicos:


El art. 227 establece: Serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo 215 para los traidores a la patria, los
miembros del Congreso que concedieren al Poder Ejecutivo Nacional y los miembros de las legislaturas provinciales
que concedieren a los Gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, la suma del poder público o sumisiones
o supremacías, por las que la vida, el honor o la fortuna de los argentinos queden a merced de algún gobierno o de
alguna persona (artículo 29 de la Constitución Nacional).

La disposición reconoce su fuente inmediata en el art. 29 de la CN: El Congreso no puede conceder al Ejecutivo
nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del
poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos
queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y
sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.

El precepto regula una fórmula que configura una herramienta de contenido constitucional, por medio de la cual se
persigue neutralizar toda pretensión de concentrar el poder político – institucional en la persona de un gobernante.
El hecho es contrario a la CN, ya que configura un atentado directo al principio republicano de división de poderes. El
delito vulnera la organización misma de la forma republicana de gobierno, desconociendo los límites y destruyendo
el equilibrio establecido constitucionalmente entre los distintos poderes del Estado.

El delito consiste en conceder (conferir, acordar, otorgar) al Poder Ejecutivo nacional o a los gobiernos de provincia
facultades extraordinarias, que son aquellas que se acuerdan al margen de los procedimientos reglados por la CN y
carecen de la intervención o control de otro poder, por ej. la supresión de la garantía de la defensa en juicio, del
derecho de propiedad, la potestad de establecer delitos y penas, etc.; la suma del poder público, que significa la
supresión de la división de poderes y la concentración del poder en cabeza del Poder Ejecutivo; y sumisiones
(sometimiento al Poder Ejecutivo, se pierde la independencia) o supremacías extraordinarias (predominio del Poder
Ejecutivo por sobre los otros poderes respecto de materias que constitucionalmente corresponden a estos), por las
que la vida, el honor o la fortuna de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna.
El delito puede ser cometido tanto por los miembros del Congreso nacional como por los de las legislaturas
provinciales, aunque de acuerdo al art. 29 CN, también pueden ser autores quienes formulen, consientan o firmen
actos de esta naturaleza, como los legisladores nacionales o provinciales, el secretario de la Cámara legislativa, etc.

Es un delito especial propio, doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro concreto, que se consuma
cuando se conceden los poderes tiránicos y la vida, el honor o la fortuna de los argentinos quedan a merced de
gobiernos o persona alguna. La tentativa es posible. La pena es la correspondiente al delito de traición agravada,
esto es, reclusión o prisión perpetua.

Continuación en la función pública:

El art. 227 bis establece: Serán reprimidos con las penas establecidas en el artículo 215 para los traidores a la patria,
con la disminución del artículo 46, los miembros de alguno de los tres poderes del Estado nacional o de las provincias

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que consintieran la consumación de los hechos descriptos en el artículo 226, continuando en sus funciones o
asumiéndolas luego de modificada por la fuerza la Constitución o depuesto alguno de los poderes públicos, o
haciendo cumplir las medidas dispuestas por quienes usurpen tales poderes.

Se aplicará de uno a ocho años de prisión o reclusión e inhabilitación absoluta por el doble de la condena, a quienes,
en los casos previstos en el párrafo anterior, aceptaren colaborar continuando en funciones o asumiéndolas, con las
autoridades de facto, en algunos de los siguientes cargos: ministros, secretarios de Estado, subsecretarios, directores
generales o nacionales o de jerarquía equivalente en el orden nacional, provincial o municipal, presidente,
vicepresidente, vocales o miembros de directorios de organismos descentralizados o autárquicos o de bancos oficiales
o de empresas del Estado; sociedades del Estado, sociedades de economía mixta, o de sociedades anónimas con
participación estatal mayoritaria, o de entes públicos equivalentes a los enumerados en el orden nacional, provincial
o municipal, embajadores, rectores o decanos de universidades nacionales o provinciales, miembros de las fuerzas
armadas o de policía o de organismos de seguridad en grados de jefes o equivalentes, intendentes municipales, o
miembros del ministerio público fiscal de cualquier jerarquía o fuero, personal jerárquico del Parlamento Nacional y
de las legislaturas provinciales.
Si las autoridades de facto crearen diferentes jerarquías administrativas o cambiaren las denominaciones de las
funciones señaladas en el párrafo anterior, la pena se aplicará a quienes las desempeñen, atendiendo a la análoga
naturaleza y contenido de los cargos con relación a los actuales.

Consentir la rebelión: Art 227 bis 1° párrafo.

La ley reprime la acción de consentir la rebelión, el sujeto debe manifestarlo a través de alguna de las conductas que
indica la ley:

a. Continuando en sus funciones, luego de la rebelión.


b. Asumiéndolas luego de modificada por la fuerza la Constitución, o luego de haberse depuesto alguno de los
poderes públicos.
c. Haciendo cumplir las medidas dispuestas por quienes usurpen tales poderes

Para la existencia de este delito es necesario que haya habido rebelión, que tenga como finalidad cambiar la
Constitución o deponer alguno de los poderes públicos del gobierno nacional.

Sujetos activos pueden ser miembros del Poder Ejecutivo, nacional o provincial; miembros del Poder Legislativo y
miembros del Poder Judicial.

La finalidad de esta disposición es lograr que, si se produce una rebelión y ésta triunfa; los autores del levantamiento
armado encuentren un vacío o falta de colaboración que les impida seguir adelante.

Conforme con la remisión a los arts. 46 y 215 del Cód. Penal, la pena aplicable es de quince a veinte años de
reclusión, o de diez a quince años de prisión. Estos montos parecen algo exagerado para quienes consienten el
alzamiento armado, ya que a los propios autores de éste les corresponde una pena menor.

Colaborar con autoridades de facto: Art 227 bis 2° párrafo.

Previo a la conducta del agente debe haber existido una rebelión triunfante con el fin de cambiar la CN o deponer
alguno de los poderes públicos.

La acción consiste en aceptar, colaborar, con autoridades de facto; manifestándose dicha aceptación a través de las
conductas señaladas en la ley: continuando en el cargo o asumiéndolo luego. Los cargos que el sujeto activo
continúa ejerciendo o asume están enumerados no taxativamente en el texto legal (ministros, embajadores,
secretarios de Estado).

Agravante común:

Eugenia Sanchez
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El art. 227 ter establece: El máximo de la pena establecida para cualquier delito será aumentado en un medio,
cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la Constitución Nacional. Esta disposición no será
aplicable cuando las circunstancias mencionadas en ella se encuentren contempladas como elemento constitutivo o
calificante del delito de que se trate.

El precepto regula una circunstancia agravante genérica, aplicable a cualquier delito del CP, siempre que la acción
contribuya a poner en peligro la vigencia de la CN, y no forme parte integrante o una circunstancia calificante del
tipo objetivo del delito de que se trate. Pero, este art. no ha sido satisfactoriamente recibido por la doctrina, siendo
aconsejable su derogación.

Ejercitación indebida de actos de autoridad extranjera:

Violación del patronato:

El art. 228 establece: Se impondrá prisión de seis meses a dos años al que ejecutare o mandare ejecutar decretos de
los concilios, bulas, breves y rescriptos del Papa que, para su cumplimiento, necesiten del pase del gobierno, sin
haberlo obtenido; y de uno a seis años de la misma pena, al que los ejecutare o mandare ejecutar, a pesar de haber
sido denegado dicho pase.
El precepto fue criticado en el ámbito doctrinal, ya que no sólo resulta prácticamente inaplicable sino que se
encuentra implícitamente derogado por la eliminación del art. 86 inc. 9 de la CN, que implica la desaparición del
ejercicio del patronato en nuestro ordenamiento jurídico.

3. Sedición
El art. 229 establece: Serán reprimidos con prisión de uno a seis años, los que, sin rebelarse contra el gobierno
nacional, armaren una provincia contra otra, se alzaren en armas para cambiar la Constitución local, deponer alguno
de los poderes públicos de una provincia o territorio federal, arrancarle alguna medida o concesión o impedir, aunque
sea temporalmente, el libre ejercicio de sus facultades legales o su formación o renovación en los términos y formas
establecidas en la ley.

El bien jurídico protegido es la estabilidad de las leyes y las instituciones provinciales.

La acción típica puede consistir en armar una provincia contra otra; o alzarse en armas contra la constitución o
contra los poderes públicos provinciales, con alguno de los propósitos definidos en la norma. 1) Armar una provincia
contra otra consiste en organizar en una provincia, la ejecución de actos de hostilidad contra otra provincia. 2)
Alzarse en armas implica un movimiento armado compuesto por un grupo de personas organizado que emplea la
fuerza y la violencia contra el gobierno provincial o su constitución.

Se trata de un tipo mixto alternativo, de dolo directo, subjetivamente configurado, ya que exige un fin determinado:
cambiar la Constitución local o lograr alguno de los objetivos descriptos en la norma, para cuya consumación es
suficiente con la realización de las conductas previstas en el tipo (armar una provincia contra otra o alzarse en
armas).

Motín:

El art. 230 establece: Serán reprimidos con prisión de uno a cuatro años:

1. Los individuos de una fuerza armada o reunión de personas, que se atribuyeren los derechos del pueblo y
peticionaren a nombre de éste (art. 22 de la Constitución Nacional);

2. Los que se alzaren públicamente para impedir la ejecución de las leyes nacionales o provinciales o de las
resoluciones de los funcionarios públicos nacionales o provinciales, cuando el hecho no constituya delito más
severamente penado por este código.

Eugenia Sanchez
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El motín es un levantamiento colectivo, de un número indeterminado de personas, cuya ejecución pone en riesgo el
orden constitucional.
La primera conducta consiste en atribuirse los derechos del pueblo y peticionar a nombre de este. Es un delito de
pura actividad que se consuma con la simple realización de la acción típica. La segunda parte describe una suerte de
alzamiento público orientado a lograr alguna de las finalidades previstas en la norma. Es de peligro concreto y se
consuma al llevarse a cabo el alzamiento. Ambos tipos son dolosos.

4. Disposiciones comunes a los delitos de rebelión y sedición


Este capítulo está compuesto por un grupo de artículos en los que se implementan, por un lado, ciertas reglas de
procedimiento que deben seguirse en los casos en que se cometan los delitos de rebelión, sedición y motín, y, por
otro, se tipifican diversas figuras relacionadas con tales delitos.

El art. 231 establece: Luego que se manifieste la rebelión o sedición, la autoridad nacional más próxima intimará
hasta dos veces a los sublevados que inmediatamente se disuelvan o retiren, dejando pasar entre una y otra
intimación el tiempo necesario para ello. Si los sublevados no se retiraren inmediatamente después de la segunda
intimación, la autoridad hará uso de la fuerza para disolverlos. No serán necesarias, respectivamente, la primera y
segunda intimación, desde que los sublevados hicieren uso de las armas.
El art. 232 establece: En caso de disolverse el tumulto sin haber causado otro mal que la perturbación momentánea
del orden, sólo serán enjuiciados los promotores o directores, a quienes se reprimirá con la mitad de la pena señalada
para el delito.

Conspiración:
El art. 233 establece: El que tomare parte como promotor o director, en una conspiración de dos o más personas para
cometer los delitos de rebelión o sedición, será reprimido, si la conspiración fuere descubierta antes de ponerse en
ejecución, con la cuarta parte de la pena correspondiente al delito que se trataba de perpetrar.

Se trata de un acto preparatorio, autónomo, que consiste en tomar parte, como promotor o director, en una
conspiración, para cometer los delitos de rebelión y sedición. El tipo exige, como mínimo, dos personas.

Sujetos activos del delito son quienes asumen el rol de directores o promotores de la sublevación. Se trata de un
delito doloso, de dolo directo, que se consuma con el concierto o actividad conspirativa. La tentativa no parece
admisible.

Seducción de tropas:

El art. 234 establece: El que sedujere tropas o usurpare el mando de ellas, de un buque de guerra, de una plaza fuerte
o de un puesto de guardia o retuviere ilegalmente un mando político o militar para cometer una rebelión o una
sedición, será reprimido con la mitad de la pena correspondiente al delito que trataba de perpetrar. Si llegare a tener
efecto la rebelión o la sedición, la pena será la establecida para los autores de la rebelión o de la sedición en los casos
respectivos.

El delito consiste en seducir tropas, usurpar el mando y retener ilegalmente el mando. Es doloso, de dolo directo,
pero se le tiene que añadir un elemento subjetivo del tipo, que debe concurrir indispensablemente: la finalidad de
cometer una rebelión, una sedición o un motín. Se consuma cuando se ha logrado la seducción de la tropa, la
usurpación o retención del mando, sin que se requiera de algún otro resultado ulterior, salvo si la rebelión, la
sedición o el motín han tenido efecto, es decir, si se han concretado como tales, en cuyo caso la penalidad se agrava
y se amplía la escala prevista para dichos delitos. Al tratarse de un delito de resultado, la figura admite tentativa.

Situación de los funcionarios públicos:

Eugenia Sanchez
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El art. 235 establece: Los funcionarios públicos que hubieren promovido o ejecutado alguno de los delitos previstos en
este Título, sufrirán además inhabilitación especial por un tiempo doble del de la condena.- Los funcionarios que no
hubieren resistido una rebelión o sedición por todos los medios a su alcance, sufrirán inhabilitación especial de uno a
seis años.- Auméntase al doble el máximo de la pena establecida para los delitos previstos en este Título, para los
jefes y agentes de la fuerza pública que incurran en ellos usando u ostentando las armas y demás materiales
ofensivos que se les hayan confiado en tal calidad.

Se trata de un tipo impropio de omisión, que indica la existencia de un deber por parte del funcionario: oponerse al
alzamiento. La acción típica consiste en no resistir la rebelión o la sedición por todos los medios a su alcance. Se trata
de un delito doloso, de dolo directo. Se consuma con la omisión típica.

Concurso de delitos:

El art. 236 establece: Cuando al ejecutar los delitos previstos en este Título, el culpable cometiere algún otro, se
observarán las reglas establecidas para el concurso de hechos punibles.

Para Buompradre la norma es innecesaria. La disposición hace referencia a dos hechos distintos: el que corresponde
al Título X y “algún otro”; por lo tanto la regla aplicable es la del concurso real. Si esta interpretación es correcta, no
es necesario repetir la norma porque ya está regulada en el Título de Concurso de delitos.

BOLILLA 20
1. Delitos contra la administración pública

La objetividad jurídica de estas infracciones está dada por el normal, ordenado, regular y legal desenvolvimiento de
la función de los órganos del Estado, en todas las ramas de sus tres poderes. La preservación de la función pública,
entendida como la total actividad, temporal o permanente, remunerada u honoraria, realizada por la persona
natural en nombre del Estado o al servicio del Estado o de sus entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos, se
convierte en el bien jurídico tutelado.

Por lo general, el sujeto activo de un delito contra la Administración pública es el “funcionario público” en el ejercicio
de su cargo o en uso de su competencia funcional, pero, en ciertas ocasiones, también pueden ser cometidos por
particulares o por terceros que en circunstancias especiales asumen la calidad de funcionario público.

2. Atentado y resistencia contra la autoridad

La diferencia entre el atentado y la resistencia reside en que, en el primero, la acción del autor se dirige contra un
funcionario que aún no ha resuelto la ejecución u omisión de un acto propio de su actividad funcional. En la
resistencia, en cambio, el accionar del agente se opone a una resolución del funcionario que ya ha sido decidida y
puesta en marcha, en ejecución.

Atentado a la autoridad:
El art. 237 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que empleare intimidación o fuerza contra un
funcionario público o contra la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de un deber
legal, para exigirle la ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones.

El bien jurídico protegido es la libertad de determinación del oficial público, su libertad de decisión en el ejercicio de
la función.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

El delito consiste en emplear intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la persona que le presta
asistencia, sea que se concrete a requerimiento del propio funcionario o en virtud de una obligación legal.
Los medios comprenden tanto la violencia moral como la violencia física, pero deben ser empleados para imponer al
funcionario público la ejecución u omisión de un acto propio de sus funciones, aun cuando no se logren los objetivos
propuestos. Estos delitos suponen un ataque que se lleva a cabo mientras el funcionario todavía no ha puesto en
marcha su decisión de realizar u omitir un acto funcional.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público, sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser
un funcionario público, en ejercicio de sus funciones, o la persona que le preste asistencia a su propio requerimiento
o por estar obligada legalmente. El delito es doloso, de dolo directo, al que se le suma un elemento subjetivo del
injusto consistente en dirigir la acción al funcionario para exigirle la ejecución u omisión de un acto propio de sus
funciones. Se trata de un tipo subjetivamente configurado, mutilado en dos actos, de peligro concreto e instantáneo,
que se consuma con el empleo de la fuerza o la intimidación contra el funcionario público. La tentativa no parece
admisible.

Agravantes:

El art. 238 establece: La prisión será de seis meses a dos años:

1. Si el hecho se cometiere a mano armada;


2. Si el hecho se cometiere por una reunión de más de tres personas;
3. Si el culpable fuere funcionario público;
4. Si el delincuente pusiere manos en la autoridad.

En el caso de ser funcionario público, el reo sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo del de la
condena.

Estas agravantes están vinculadas exclusivamente con el atentado a la autoridad.

1. Comisión del hecho a mano armada: es decir, empleando el arma como medio intimidatorio, no es suficiente
tenerla consigo o portarla en lugar no visible, al menos debe haber sido exhibida o puesta a la vista, de modo
que la víctima advierta la existencia real de un peligro adicional.
2. Concurrencia de más de tres personas: exige mínimo cuatro personas sin límites en su máximo, que en
calidad de autores, empleen fuerza o intimidación contra un funcionario público o su asistente.
3. Calidad de funcionario público del autor: concurre esta agravante cuando el autor del atentado es
funcionario público, sin que sea necesario que actúe en el ejercicio de sus funciones o abusando de ellas.
4. Poner manos en la autoridad: debe entenderse como acometimiento físico, castigo o ataque, dirigidos
directa o indirectamente, contra el funcionario público. La fuerza es un elemento integrador tanto de la
figura básica como de la agravada, por lo tanto, para que agrave el delito debe ser una fuerza intensa, grave.

Atentado a la autoridad militar:

El art. 238 bis establece: El militar que pusiere manos en el superior, sin lesionarlo o causándole lesiones leves, será
penado con prisión de uno (1) a tres (3) años.

Si el hecho tuviere lugar frente al enemigo o a tropa formada con armas, o si se cometiere en número de seis (6) o
más, el máximo de la pena será de seis (6) años.

Insubordinación militar:
El art. 238 ter establece: El militar que resistiere o desobedeciere una orden de servicio legalmente impartida por el
superior, frente al enemigo o en situación de peligro inminente de naufragio, incendio u otro estrago, será penado
con prisión de uno (1) a cinco (5) años. La misma pena se impondrá si resistiere a una patrulla que proceda en
Eugenia Sanchez
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cumplimiento de una consigna en zona de conflicto armado u operaciones o de catástrofe. Si en razón de la


resistencia o de la desobediencia se sufrieren pérdidas militares o se impidiese o dificultase la salvación de vidas en
supuesto de catástrofe el mínimo de la pena se elevará a cuatro (4) años y el máximo de la pena se elevará a doce
(12) años. En cualquier caso se impondrán las penas aquí previstas siempre que no resultare un delito más
severamente penado.

Resistencia y desobediencia a la autoridad:

El art. 239 establece: Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que resistiere o desobedeciere a un
funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento
de aquél o en virtud de una obligación legal.

Resistencia:

El bien jurídico protegido es la libertad de acción del funcionario durante el ejercicio de su cometido legal.

El delito se caracteriza por la existencia de una orden o resolución funcionarial que se encuentra en curso de
ejecución contra una persona.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, mientras que sujeto pasivo, en cambio, puede ser tanto el funcionario
público que actúa en el marco de su actividad funcional como el particular equiparado legalmente a que hace
referencia el art. 240, o un tercero que presta ayuda al funcionario a su requerimiento. El delito es doloso, de dolo
directo, con más de un elemento subjetivo del injusto constituido por la finalidad de impedir o trabar la ejecución de
un acto propio del legítimo ejercicio de la función pública. Por tratarse de un delito de pura actividad e instantáneo,
se consuma con el empleo de la fuerza o intimidación contra la autoridad pública. No parece posible la tentativa.

Desobediencia:

La conducta típica consiste en desobedecer una orden impartida por un funcionario público. El delito puede
cometerse por acción o por omisión.

La desobediencia a la autoridad presupone la existencia de una orden concreta y dirigida a una persona
determinada. Puede desobedecer no sólo quien se encuentra en condiciones de hacerlo sino también quien debe
hacerlo.

La orden debe reunir ciertas condiciones de legitimidad: debe emanar de un funcionario público en el legítimo
ejercicio de su actividad funcional, debe reunir las formalidades establecidas en la ley y, debe ser ejecutada de
conformidad a las formas legales establecidas. El incumplimiento de la orden no dará lugar a delito cuando esté
referida a cuestiones relacionadas con intereses personales de cualquier naturaleza, patrimonial, afectiva, familiar, o
cuando se vincule con garantías constitucionales.
Sujeto activo de desobediencia puede ser cualquier persona, sujeto pasivo, en cambio, sólo puede ser un funcionario
público en el legítimo ejercicio de su actividad funcional, o la persona que le presta asistencia a su requerimiento o
en virtud de una obligación legal. El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con el no acatamiento de la
orden. No parece posible la tentativa.

El art. 240 establece: Para los efectos de los dos artículos precedentes, se reputará funcionario público al particular
que tratare de aprehender o hubiere aprehendido a un delincuente en flagrante delito.

Figura agravada de la ley 24.192:

ART. 6: Será reprimido con prisión de 1 mes a 2 años, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público
encargado de la tutela del orden, o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél, en las
circunstancias del artículo 1º: espectáculos deportivos.

Figuras introducidas por la Ley 26.394:


Eugenia Sanchez
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El art. 240 bis establece: El que violare las normas instrucciones a la población emitidas por la autoridad militar
competente en tiempo de conflicto armado para las zonas de combate, será penado con prisión de uno (1) a cuatro
(4) años si no resultare un delito más severamente penado.

El delito consiste en violar las normas instrucciones que son directivas u órdenes escritas, de carácter obligatorio
para todas las personas que se encuentren en las zonas de operaciones o de combate, emitidas por la autoridad
militar a la población, en las zonas de combate en tiempo de conflicto armado.

Es un delito subsidiario, doloso, de dolo directo, que se consuma con el incumplimiento de las instrucciones dictadas
por la autoridad militar. No admite tentativa.

Perturbación del ejercicio de funciones públicas:

El art. 241 establece: Será reprimido con prisión de quince días a seis meses:

1. El que perturbare el orden en las sesiones de los cuerpos legislativos nacionales o provinciales, en las
audiencias de los tribunales de justicia o dondequiera que una autoridad esté ejerciendo sus funciones;

Impedimento o estorbo de un acto funcional:

El art. 241 inc. 2 establece:

2. El que sin estar comprendido en el artículo 237, impidiere o estorbare a un funcionario público cumplir un
acto propio de sus funciones.

Delitos relacionados con la disciplina militar:

El art. 241 bis establece: Se impondrá prisión de tres (3) a diez (10) años a los militares que:
1. Tumultuosamente peticionaren o se atribuyeren la representación de una fuerza armada.
2. Tomaren armas o hicieren uso de éstas, de naves o aeronaves o extrajeren fuerzas armadas de sus asientos
naturales, contra las órdenes de sus superiores.
3. Hicieren uso del personal de la fuerza, de la nave o de la aeronave bajo su mando contra sus superiores u
omitieren resistir o contener a éstas, estando en condiciones de hacerlo.
4. Será penado con prisión de uno (1) a cinco (5) años la conspiración para cometer los delitos de este artículo.
No será penado por conspiración quien la denunciare en tiempo para evitar la comisión del hecho.
5. Si en razón de los hechos previstos en este artículo resultare la muerte de una o más personas, se sufrieren
pérdidas militares o se impidiere o dificultare la salvación de vidas en supuesto de catástrofe, el máximo de la
pena se elevará a veinticinco (25) años. En cualquier caso se impondrán las penas aquí previstas siempre que
no resultare un delito más severamente penado. Texto según Ley 26.394.

Violación de fueros:

El art. 242 establece: Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos diez mil e inhabilitación
especial de uno a cinco años, el funcionario público que, en el arresto o formación de causa contra un miembro de los
poderes públicos nacionales o provinciales, de una convención constituyente o de un colegio electoral, no guardare la
forma prescripta en las constituciones o leyes respectivas.

Incumplimiento de deberes procesales:

El art. 243 establece: Será reprimido con prisión de quince días a un mes, el que siendo legalmente citado como
testigo, perito o intérprete, se abstuviere de comparecer o de prestar la declaración o exposición respectiva. En el
caso del perito o intérprete, se impondrá, además, al reo, inhabilitación especial de un mes a un año.

3. Falsa denuncia
Eugenia Sanchez
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Antecedentes:

Con la sanción de la LEY N° 24.189, se derogó el art. 244 que contemplaba al delito de desacato, y además, se le
cambió la denominación al Capítulo II (desacato) y pasó a denominarse Falsa Denuncia.

Falsa denuncia:

El art. 245 establece: Se impondrá prisión de dos meses a un año o multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce
mil quinientos al que denunciare falsamente un delito ante la autoridad.

La denuncia consiste en la actividad de poner en conocimiento de la autoridad pública competente, por los medios y
modos establecidos en el ordenamiento procesal, la comisión de un delito, la cual debe reunir las formalidades
requeridas por la legislación procesal respectiva. Se puede denunciar por cualquier medio, escrito o verbal, en forma
personal o por medio de mandatario.

La falsa denuncia implica la simulación de un delito sin imputación. Si la denuncia contuviese una imputación a
persona determinada, la figura aplicable sería la de calumnia.

El delito denunciado puede ser doloso o culposo, de cualquier especie o gravedad, consumado, tentado o imposible,
aun cuando la acción penal hubiera prescripto. El delito denunciado debe ser falso, es decir, inexistente o que, de
existir, no se haya cometido en la forma denunciada, o cuando se modifican o deforman sus circunstancias de tal
modo que implique un mudamiento de su especie, cualificación o gravedad.

Hay acuerdo en que la autocalumnia (autoimputación falsa de un delito de acción pública) es una falsa denuncia.

La denuncia falsa debe realizarse ante la autoridad, que es aquella que tiene competencia para promover la
investigación de un delito, siendo esta la autoridad policial, el agente fiscal y el magistrado judicial.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Sujeto pasivo es la administración de justicia, cuyo interés se ve afectado
por la ofensa que caracteriza al delito. El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo. Es un delito de simple
actividad y de peligro abstracto, que se consuma con la sola formulación o presentación de la denuncia ante la
autoridad competente.

El problema se plantea cuando se trata de resolver qué delito comete y cómo debe ser castigado el que, por medio
de denuncia ante la autoridad judicial o policial, le imputa a otro falsamente un delito de acción pública.

1. Algunos autores sostienen la existencia de un concurso aparente de leyes en el que ambos delitos se
excluyen entre sí, absorbiendo la calumnia a la falsa denuncia.
2. Una segunda postura defiende la solución del concurso ideal, que conduce a la imposición de la pena más
grave, o sea, la del delito de calumnia.
3. Una tercera posición entendió que entre ambos delitos hay una relación de concurso real, ya que quien
radica una denuncia calumniosa quiere violar a la vez dos bienes jurídicos disimiles
4. Por último, una cuarta solución sostiene que el conflicto encuadra en las reglas del concurso aparente de
leyes penales, en el que prevalece la falsa denuncia.

Buompadre adhiere a la primera solución.

4. Usurpación de autoridad, títulos y honores


El art. 246 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año e inhabilitación especial por doble tiempo:

1. El que asumiere o ejerciere funciones públicas, sin título o nombramiento expedido por autoridad
competente;

Eugenia Sanchez
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2. El que después de haber cesado por ministerio de la ley en el desempeño de un cargo público o después de
haber recibido de la autoridad competente comunicación oficial de la resolución que ordenó la cesantía o
suspensión de sus funciones, continuare ejerciéndolas;
3. El funcionario público que ejerciere funciones correspondientes a otro cargo.

El militar que ejerciere o retuviere un mando sin autorización será penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años y,
en tiempo de conflicto armado de dos (2) a seis (6) años, siempre que no resultare un delito más severamente
penado.

El precepto legal prevé los siguientes delitos:

1. Asunción y ejercicio arbitrario de la función pública:

La acción típica consiste en asumir (tomar posesión del cargo) o ejercer (desempeñar efectivamente el cargo)
arbitrariamente funciones públicas, es decir, sin título o nombramiento expedido por la autoridad competente.

El tipo penal exige que el ejercicio se traduzca en actos que impliquen una actividad funcional. La asunción o el
ejercicio arbitrario deben ser arbitrarios y esta cualificación surge de la falta de título que habilite la ocupación del
cargo o el desempeño de la función, o de la falta de nombramiento expedido por la autoridad competente para el
cargo de que se trata.

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con el acto de asumir o ejercer la función pública, sin que deba
producirse algún resultado adicional. La tentativa no parece admisible.

2. Continuación arbitraria en el desempeño de la función pública:

El tipo penal requiere que el funcionario haya estado ejerciendo una función pública o haya ocupado un cargo oficial
del Estado en forma legal y, habiendo cesado en su actividad por ministerio de la ley o por causa de cesantía o
suspensión impuestas de acuerdo con las prescripciones legales, continúe o persista en el ejercicio del cargo de
modo arbitrario, esto es, sin solución de continuidad con el anterior ejercicio legítimo.

La ilegitimidad de la continuación en el ejercicio de la función pública puede provenir por fiscalización del mandato
ministerio legis, por cesantía o suspensión. La ley exige que tales medidas hayan sido comunicadas oficialmente por
la autoridad competente.

Es un delito doloso, de dolo directo y se consuma con la sola continuación en el ejercicio del cargo. La tentativa no
parece admisible.

3. Ejercicio de funciones correspondientes a otro cargo

El delito consiste en ejercer funciones públicas correspondientes a otro cargo, distinto del que ocupa.

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con la realización de la actividad correspondiente a otro cargo. La
tentativa no resulta posible.

Usurpación de mando:

Reprime al militar que ejerciere o retuviere un mando sin autorización. Puede tratarse de la asunción de un mando
por vacancia de su titular o por otras circunstancias, por ej. traslado, ausencia temporaria, pero siempre en tiempo
de paz.

Sujeto activo sólo puede ser un militar. Es un delito doloso de dolo directo y se consuma con la realización de las
acciones típicas. La tentativa no parece posible.

El delito se agrava si el ejercicio o la retención del mando no autorizados se cometieren en tiempo de conflicto
armado y no resultare un delito más severamente penado.
Eugenia Sanchez
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Usurpación de funciones:

El art. 247 establece: Será reprimido con prisión de quince días a un año el que ejerciere actos propios de una
profesión para la que se requiere una habilitación especial, sin poseer el título o la autorización correspondiente.

Será reprimido con multa de setecientos cincuenta a doce mil quinientos pesos, el que públicamente llevare insignias
o distintivos de un cargo que no ejerciere o se arrogare grados académicos, títulos profesionales u honores que no le
correspondieren.

El precepto contempla en el primer párrafo:

1. Ejercicio ilegitimo de una profesión:

El delito consiste en ejercer actos propios de una profesión para la cual se requiere una habilitación especial, sin
poseer el título o la autorización correspondiente.
El precepto delimita la conducta típica a los actos propios de una profesión, es decir, sólo aquellas que se realizan en
el marco propio de la profesión de que se trate y que correspondan a ella. La conducta puede llevarse a cabo en
cualquier ámbito, tanto en sede judicial o administrativa como en lugares privados, en forma gratuita u onerosa.

El título es el reconocimiento de una capacitación profesional extendida por una universidad, nacional o extranjera,
pública o privada; mientras que la autorización es el permiso que otorga la autoridad administrativa para el ejercicio
de la profesión respectiva, quedando comprendidas en el tipo aquellas profesiones que requieren de una
habilitación especial para su ejercicio: abogacía, medicina, etc. Son las llamadas “profesiones liberales”.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. El delito es doloso, de dolo directo y se
consuma con la realización de los actos propios de la profesión, sin que se requiera de ningún resultado ulterior
alguno. La tentativa no parece admisible.

En el segundo párrafo:

1. Llevar públicamente insignias o distintivos de un cargo que no se ejerce:

La acción típica es llevar las insignias (divisas correspondientes a un cargo honorifico, por ej. anillos, chapas, etc.) o
distintivos (objeto simbólico, por ej. un uniforme) de un cargo que no se ejerce.

La conducta no sólo implica la ostentación pública de tales objetos, sino que deber tener carácter oficial, de
cualquier estamento de la administración nacional, provincial o municipal.

Se trata de un delito de propia mano, ya que reclama la realización directa del tipo por parte del autor. El delito es
doloso, de dolo directo y se consuma con la mera realización de la acción típica, es decir, llevar la insignia o el
distintivo. La tentativa no resulta admisible.

2. Arrogarse grados académicos, títulos profesionales u honores que no corresponden:

La acción típica consiste en arrogarse, esto es, atribuirse el título, el grado o el honor. En cualquier caso, debe
tratarse de una conducta pública.

Se trata de una usurpación de grado académico (título de posgrado), título profesional (habilitación para ejercer o
enseñar una ciencia, arte, oficio o actividad) u honores (distinción oficial por reconocimiento o méritos) que no le
corresponden al agente y deben tener carácter oficial.

Los medios comisivos son variados, por ej. anuncios verbales, placas, etc. Autor del delito puede ser cualquier
persona. Es un delito doloso, de dolo directo que se consuma con la mera realización de la conducta típica. La
tentativa no resulta admisible.

Eugenia Sanchez
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5. Abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario público


Figura genérica:

El art. 248 establece: Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por doble tiempo, el
funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias a las constituciones o leyes nacionales o
provinciales o ejecutare las órdenes o resoluciones de esta clase existentes o no ejecutare las leyes cuyo cumplimiento
le incumbiere.

La norma describe tres conductas típicas distintas, cuyo elemento central es el abuso funcional, es decir, el empleo
de la autoridad recibida para violar la Constitución o las leyes.

1. La primera modalidad se caracteriza porque, en la realización de la acción típica, el funcionario actúa


contrariando lo que expresamente establecen las Constituciones o las leyes, lo cual implica siempre el
ejercicio arbitrario de la función pública.
No se abusa aplicando mal la Constitución o la ley, sino cuando el acto funcional que se realiza está
prohibido por el orden jurídico o, no estándolo, se lo ejerce de manera arbitraria.
Se comete el delito cuando el funcionario dicta una resolución o imparte una orden contraria a la
Constitución de la Nación o las leyes nacionales, provinciales o municipales.
El delito es doloso, de dolo directo. Se consuma cuando se dicta la resolución o cuando se imparte la orden,
contrarias a las leyes, independientemente de su acatamiento por su destinatario.
2. La segunda forma consiste en ejecutar las resoluciones u órdenes contrarias a la Constitución o las leyes.
Se trata de un delito doloso, de dolo directo que se consuma con la ejecución de la orden o resolución.
3. La tercera describe un tipo omisivo que consiste en no ejecutar las leyes cuyo cumplimiento incumbe al
funcionario, quien no la aplica porque ignora su existencia.
El denominado “retardo administrativo” queda comprendido en el tipo ya que, como señala Creus, el no
hacerlo es no ejecutar cuando se debe. Así que tanto comete el delito quien nunca ejecuta la ley como el
que no lo hace en su oportunidad. Es un delito doloso, de dolo directo, que se consuma con la no ejecución
de la ley en el caso concreto.

Omisión de deberes:

 Omisión de inspección: Ley 25.890

El art. 148 bis establece: Será reprimido con inhabilitación absoluta de SEIS (6) meses a DOS (2) años el funcionario
público que, debiendo fiscalizar el cumplimiento de las normas de comercialización de ganado, productos y
subproductos de origen animal, omitiere inspeccionar conforme los reglamentos a su cargo, establecimientos tales
como mercados de hacienda, ferias y remates de animales, mataderos, frigoríficos, saladeros, barracas, graserías,
tambos u otros establecimientos o locales afines con la elaboración, manipulación, transformación o
comercialización de productos de origen animal y vehículos de transporte de hacienda, productos o subproductos de
ese origen.

Se trata de un delito de omisión propia, que se concreta omitiendo inspeccionar los establecimientos enunciados y
aquellos otros que tienen relación con la elaboración, manipulación, transformación o comercialización de productos
de origen animal y vehículos de transporte de hacienda, productos o subproductos de ese origen.

La norma exige que la omisión de inspeccionar lo sea conforme a los reglamentos del cargo, que son los que regulan
las obligaciones impuestas a ciertos funcionarios encargados de la fiscalización y control de las normas relativas a la
comercialización del ganado, productos o subproductos.

Sujeto activo sólo puede ser el funcionario público a cuyo cargo está el control y fiscalización de las actividades
descriptas. Es un delito doloso, de dolo directo y se consuma con la simple omisión de inspeccionar los
establecimientos o vehículos de transporte. La tentativa no es admisible.
Eugenia Sanchez
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 Omisión de deberes del oficio:

El art. 249 establece: Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos e
inhabilitación especial de un mes a un año, el funcionario público que ilegalmente omitiere, rehusare hacer o
retardare algún acto de su oficio.

El delito se configura mediante tres formas de conductas omisivas alternativas: omitir (no realizar el acto), rehusar
hacer (negarse a realizar el acto) o retardar (no realizar el acto en el término fijado), por parte de un funcionario
público, un acto propio de sus funciones.

La conducta del funcionario debe ser ilegal y referida a un acto de su oficio, elemento normativo que integra el tipo
objetivo e incide sobre el dolo del autor.

Es un delito doloso, de dolo directo, se consuma con la omisión, el rehusar hacer o el retardo, sin que se requiera de
ulteriores resultados para el bien jurídico. La tentativa no resulta admisible.

Denegación de auxilio:

El art. 250 establece: Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por doble tiempo, el
jefe o agente de la fuerza pública, que rehusare, omitiere o retardare, sin causa justificada, la prestación de un auxilio
legalmente requerido por la autoridad civil competente.

Las acciones típicas son omitir, rehusar hacer o retardar sin causa justificada, es decir, sin que exista ninguna causa o
motivo que justifique su realización.

El delito presupone la existencia de un requerimiento formalmente realizado por la autoridad civil competente, el
que puede ser hecho en forma verbal o escrita, directa o indirecta, etc. Lo que interesa es que el auxilio haya sido
requerido legalmente y proveniente de una autoridad civil competente, esto es, de acuerdo con las disposiciones
legales o reglamentarias y que responda a una motivación jurídicamente posible.

Sujeto activo sólo puede ser un jefe o un agente de la fuerza pública. Por fuerza pública debe entenderse a las
fuerzas de seguridad o policiales, encargadas de preservar el orden público y la seguridad de las personas o cosas.

Se trata de un delito doloso, de dolo directo. Se consuma con la omisión, el rehusar o el retardo en la prestación del
auxilio legalmente requerido, sin que se precise de daño o resultado alguno. No admite la posibilidad de tentativa.

Requerimiento indebido de la fuerza pública:

El art. 251 establece: Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años e inhabilitación especial por doble tiempo,
el funcionario público que requiriere la asistencia de la fuerza pública contra la ejecución de disposiciones u órdenes
legales de la autoridad o de sentencias o de mandatos judiciales.

El delito consiste en requerir el auxilio o asistencia de la fuerza pública, que se concreta con una solicitud legalmente
formalizada, es decir, de acuerdo con los requisitos formales establecidos en las leyes.

El tipo penal presupone la existencia de una orden, de una disposición, de una sentencia o de un mandato judicial,
cuya ejecución se debe frustrar.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público con competencia para requerir el auxilio de la fuerza pública. Es
un delito doloso de dolo directo, que resulta necesaria la concurrencia de un elemento subjetivo del tipo: “para
oponerse a”.

Se consuma con la realización del requerimiento legalmente formulado. La tentativa no resulta admisible.

Abandono de cargo:

Eugenia Sanchez
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El art. 252 establece: Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($
12.500) e inhabilitación especial de un (1) mes a un (1) año, el funcionario público que, sin habérsele admitido la
renuncia de su destino, lo abandonare con daño del servicio público.

La acción típica consiste en abandonar el cargo, pero no en abandonarlo por motivos circunstanciales, transitorios,
sino en el abandono de las funciones con la finalidad de no continuar en ellas, no volver a ejercer el cargo que se
dejó.

La infracción exige que el abandono del cargo sea con daño al servicio público, esto es, en detrimento o menoscabo
material o moral del servicio público como consecuencia del abandono.

El delito es doloso, de tendencia subjetivamente configurado, en el que la conducta se proyecta finalísticamente: se


abandona el cargo para no volver a ejercerlo. Se consuma cuando se produce el abandono del cargo. El resultado
dañoso para el servicio público configura un resultado preterintencional no abarcado por el dolo del autor. La
tentativa no es posible.

Nombramientos ilegales y aceptación ilegal del cargo:

El art. 253 establece: Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos e
inhabilitación especial de seis meses a dos años, el funcionario público que propusiere o nombrare para cargo
público, a persona en quien no concurrieren los requisitos legales. En la misma pena incurrirá el que aceptare un
cargo para el cual no tenga los requisitos legales.

La norma prevé dos tipos de delito:

1. Proposición o nombramiento ilegal: el delito consiste en proponer o nombrar, para ocupar un cargo público,
a una persona en quien no concurren los requisitos legales, que pueden ser formales (edad, sexo,
nacionalidad, residencia) o sustanciales (conocimiento de una materia, de un idioma, título habilitante).
Es un delito doloso, de dolo directo que se consuma con la sola proposición o el nombramiento. La tentativa
no resulta admisible.
2. Aceptación ilegal de un cargo público: el delito consiste en aceptar un cargo para el cual no se posee los
requisitos legales. La infracción es dolosa, de dolo directo y se consuma con la aceptación del cargo, aunque
no se lo asuma realmente. La tentativa no resulta admisible.

Figuras introducidas por la ley 26.394:

Maltrato a un inferior:

El art. 249 bis establece: El militar que en sus funciones y prevalido de su autoridad, arbitrariamente perjudicare o
maltratare de cualquier forma a un inferior, será penado con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, si no resultare
un delito más severamente penado.

Se trata de una infracción típicamente militar, consistente en perjudicar o maltratar de cualquier modo a un inferior,
esto es, a otro militar de rango inferior al autor por razones del cargo, jerarquía o antigüedad, en funciones y
prevalido de su autoridad, es decir, encontrándose desempeñando un acto del servicio y aprovechándose de su
rango o jerarquía militar, y que actúe de manera arbitraria, o sea, en forma excesiva, abusiva.

Sujetos activo y pasivo sólo pueden ser un militar. El delito puede cometerse de cualquier forma, es decir, por
cualquier medio, por ej. golpes de puño, intimidaciones, insultos, gritos, etc. Es un delito doloso, compatible sólo con
el dolo directo. Sobre su consumación, hay que distinguir: si se trata de la acción de perjudicar, la consumación
coincide con el resultado producido (por ej. pequeñas lesiones en el cuerpo, cansancio físico extremo, agotamiento).
Si se trata de la acción de maltratar, la consumación coincide con el propio obrar del agente, sin que se requiera de
ningún resultado material ulterior. La tentativa resultará admisible según cual haya sido la acción desplegada por el
agente.
Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

Infracciones militares en tiempos de guerra:

El art. 250 bis establece: Será penado con prisión de cuatro (4) a diez (10) años, siempre que no resultare otro delito
más severamente penado, el militar que en tiempo de conflicto armado:

1. Abandonare sus funciones de control, vigilancia, comunicaciones o la atención de los instrumentos que
tuviese a su cargo para esos fines, las descuidase o se incapacitase para su cumplimiento.
2. Observare cualquier dato significativo para la defensa y no lo informase o tomase las medidas del caso.

El precepto legal contempla dos formas típicas, que presuponen un agente activo militar y que los hechos se
cometan durante el desarrollo de un conflicto armado (en tiempo de guerra).

La primera forma típica comprende tres modalidades:

- Abandono doloso de funciones: el delito consiste en abandonar alguna de las funciones que tienen relación
las actividades de control, vigilancia y de comunicaciones y la atención de instrumentos que el agente tiene a
su cargo a los fines de guerra. Es un delito doloso, de dolo directo y se consuma con el abandono de las
funciones militares.
- Abandono culposo de funciones: describe una forma culposa, de peligro abstracto, que implica el descuido o
abandono funcional.
- Autoincapacitación dolosa: el delito consiste en autoincapactiarse para no cumplir las funciones militares a
su cargo, por ej. automutilarse. Requiere la producción de un daño físico o psíquico que le impide al agente
desempeñar sus funciones de control, vigilancia, comunicaciones o de atención de instrumentos a su cargo.
Puede cometerse por cualquier medio.
Se trata de un delito doloso, que se consuma cuando se produce la incapacidad. La tentativa se presenta
como posible.

La segunda modalidad:

- Omisión de información de datos sobre la defensa: el delito consiste en no informar o tomar las medidas del
caso, ante la observación de datos significativos para la defensa.
El art. no describe de forma clara y precisa la conducta, lo que implica una violación del principio de
taxatividad legal.

Infracciones militares al servicio:

El párrafo 2 del art. 252 establece: El militar que abandonare su servicio, su destino o que desertare en tiempo de
conflicto armado o zona de catástrofe, será penado con prisión de uno (1) a seis (6) años. Si como consecuencia de su
conducta resultare la muerte de una o más personas, se sufrieren pérdidas militares o se impidiese, o dificultase la
salvación de vidas en supuesto de catástrofe, el máximo de la pena se elevará a doce (12) años. En cualquier caso se
impondrán las penas aquí previstas siempre que no resultare un delito con pena más grave.

El precepto legal distingue tres clases de delito: 1) el abandono del servicio, 2) el abandono del destino, y 3) la
deserción. En todos los casos, los ilícitos requieren como presupuesto que las conductas sean cometidas por un
militar durante el desarrollo de un conflicto armado o en una zona en donde se está produciendo una catástrofe.
Todas estas modalidades presuponen el alejamiento definitivo del servicio o del cargo, sin voluntad de regresar a él.
En el caso de la deserción, el agente, no se presenta a tiempo a la fuerza que parte hacia la zona de conflicto o se
fuga de las filas, etc.

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con el abandono. La tentativa no parece admisible. Se agrava si,
como consecuencia del abandono, resulta la muerte de una o más personas, se sufrieren pérdidas militares o se
impidiese o dificultase la salvación de vidas humanas en supuesto de catástrofe. Se trata de un delito subsidiario, de
resultados preterintencionales no abarcados por el dolo del autor.
Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

Infracciones militares en el desempeño de cargos:

- Figuras dolosas:

El art. 253 bis establece: El militar que sin orden ni necesidad emprendiere una operación militar, o en sus funciones
usare armas sin las formalidades y requerimientos del caso, sometiere a la población civil a restricciones arbitrarias u
ordenare o ejerciere cualquier tipo de violencia innecesaria contra cualquier persona, será penado con prisión de uno
(1) a cuatro (4) años si no resultare un delito más severamente penado.

Se trata de infracciones que pueden cometerse en tiempos de guerra o de cualquier otro tipi de conflicto armado, o
en tiempos de paz, y prevé distintas acciones típicas: emprender (tomar la iniciativa, iniciar, comenzar) una
operación militar sin orden ni necesidad (sin una orden expresa de autoridad militar o por propia iniciativa, o sin
motivo ni causa que lo justifique), usar armas sin las formalidades o requerimientos del caso (emplearlas sin
observar las formalidades legales), someter a una población civil a restricciones arbitrarias (acciones que reducen o
limitan los derechos y libertades de un número indeterminado de personas) u ordenar o ejercer cualquier tipo de
violencia innecesaria contra cualquier persona (disponer, mandar, decidir, etc., o emplear o utilizar cualquier género
de violencia, física o psíquica, contra alguien).

Las conductas incriminadas son dolosa, compatibles con dolo directo y se consuman de acuerdo con las acciones
previstas en el tipo penal.
- Figura culposa:

El art. 253 ter establece: Será penado con prisión de dos (2) a ocho (8) años el militar que por imprudencia o
negligencia, impericia en el arte militar o inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, en el curso de
conflicto armado o de asistencia o salvación en situación de catástrofe, causare o no impidiere, la muerte de una o
más personas o pérdidas militares, si no resultare un delito más severamente penado.
Se trata de una infracción militar culposa, relacionada con el resultado producido: la muerte de una o más personas
o pérdidas militares. Las acciones típicas son causar (forma activa) o no impedir (omisión impropia) los resultados
previstos en la norma. El delito se perfecciona en la medida que tales resultados se produzcan en el curso de
conflicto armado o en el de una asistencia o salvación en situación de catástrofe. Estos resultados consisten en la
muerte de una o más personas civiles o en pérdidas militares, es decir, miembros de las Fuerzas Armadas.

El delito se consuma con la producción del resultado, por lo que la tentativa es posible.

6. Violación de sellos y documentos


Violación de sellos:

El art. 254 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare los sellos puestos por la
autoridad para asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el culpable fuere funcionario público y hubiere
cometido el hecho con abuso de su cargo, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo. Si el hecho se
hubiere cometido por imprudencia o negligencia del funcionario público, la pena será de multa de pesos setecientos
cincuenta a pesos doce mil quinientos.
El delito consiste en violar los sellos (quebrantar la seguridad material expresada en el sello) impuestos por la
autoridad competente para asegurar la conservación o la identidad de una cosa.
El sello es el símbolo de la voluntad del Estado, es la impresión practicada con un instrumento estampador sobre la
cosa misma o sobre los objetos que la contienen, o sobre fajas, papeles, hilos o cualquier otro sistema de cierre o
preservación.

La violación de un sello puede cometerse por cualquier medio y la acción típica tiene que estar dirigida a vulnerar la
seguridad que significa la imposición del sello sobre la cosa.
Eugenia Sanchez
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El delito es doloso, siendo admisible el dolo eventual. Se consuma con la violación del sello, independientemente de
que la acción derive un perjuicio para la cosa asegurada o para la Administración pública. El delito admite la
tentativa.

La agravante requiere que el autor sea un funcionario público y que haya realizado el hecho con abuso de su cargo,
es decir, cuando se ha servido de la función para violar el sello.

La figura culposa sanciona la conducta imprudente o negligente del funcionario público que facilita la acción dolosa
de un tercero. El tipo exige una conexidad objetiva entre el hecho culposo del funcionario y el hecho doloso del
tercero.

Sustracción e inutilización de medios de prueba, registros o documentos:

El art. 255 establece: Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro (4) años, el que sustrajere, alterare, ocultare,
destruyere o inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de prueba ante la autoridad competente,
registros o documentos confiados a la custodia de un funcionario público o de otra persona en el interés del servicio
público. Si el autor fuere el mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.

Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario, éste será reprimido con multa de pesos
setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($ 12.500).

- Figura dolosa:

El delito consiste en sustraer, alterar, ocultar, destruir o inutilizar objetos destinados a servir de prueba ante la
autoridad competente (administrativa, legislativa o judicial), o registros o documentos confiados a la custodia de un
funcionario o de otra persona, en el interés del servicio público.

Los objetos son los elementos de prueba, que comprende cualquier cosa o elemento con destino probatorio y que
pueden ser evaluados en el litigio judicial o actuación administrativa como elementos de convicción por parte de la
autoridad competente. Los registros son los asientos y anotaciones de la constancia de bienes, de objetos o
documentos, públicos o privados, en libros, protocolos, planillas, etc. Los documentos abarca tanto a los públicos
como a los privados, verdaderos o falsos.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso un funcionario público. Subjetivamente, es un delito doloso, que
admite la posibilidad de dolo eventual. Se consuma con el quebrantamiento de la custodia que implica la realización
de las acciones típicas. La doctrina estima admisible la tentativa.

- Figura culposa:

Sanciona la conducta imprudente, negligente del depositario.

El sujeto activo puede ser únicamente el depositario de la cosa, se trate de un funcionario o un particular. Cuando se
trata de objetos destinados a servir de prueba, autor del delito sólo puede ser el funcionario depositario, si se trata
de registros o documentos, autor del delito podrá ser tanto un funcionario como un particular, en tanto sean sus
depositarios.

BOLILLA 21
1. Cohecho y tráfico de influencias
El bien jurídico es el funcionamiento normal y correcto de la administración pública y su prestigio.

Cohecho:

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

El cohecho se pune de acuerdo con el siguiente esquema: cohecho pasivo simple, cohecho pasivo agravado, cohecho
activo simple y cohecho activo agravado.

 Cohecho pasivo:

El art. 256 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua, el
funcionario público que por sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una
promesa directa o indirecta, para hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones.
El cohecho pasivo es un delito de acción bilateral o de codelincuencia necesaria. Es necesario que alguien de u
ofrezca para que el funcionario reciba o acepte.

Es un delito especial propio, ya que únicamente puede ser cometido por un funcionario público nacional, provincial o
municipal. Cuando el funcionario actúa por interpósita persona, el personero actúa en nombre e interés del
funcionario corrupto, es un partícipe necesario en el ilícito.

La dinámica del delito admite dos modalidades: recibir dinero o cualquier otra dádiva (entrar en la tenencia material
del dinero o la dádiva) o aceptar una promesa, directa o indirecta (recibir en el futuro dinero o dadivas para hacer,
retardar u omitir algo relativo a sus funciones).

El objeto del delito puede estar constituido por dinero o por una dádiva: el dinero es la moneda nacional o
extranjera de curso legal; la dádiva es lo que se da sin retribución económica, es decir, sin contraprestación de la
otra parte.

Es un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad, que se consuma con la aceptación de la promesa o la
recepción del soborno. Lo que se pune en este art. es el pacto venal. La tentativa es de difícil concreción.

Cohecho pasivo agravado:

El art. 257 establece: Será reprimido con prisión o reclusión de cuatro a doce años e inhabilitación especial perpetua,
el magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público que por sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o
cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta para emitir, dictar, retardar u omitir dictar una
resolución, fallo o dictamen, en asuntos sometidos a su competencia.

El cohecho pasivo se agrava por la concurrencia de dos circunstancias: por la condición del sujeto activo, es decir, en
aquellos casos en que el autor es un magistrado del Poder Judicial o del Ministerio público; y por la naturaleza de los
actos, retardos u omisiones funcionales tenidos en mira por los agentes al momento de consumar el ilícito (jueces:
resoluciones o fallos; Ministerio Público: dictamen).

 Cohecho activo:

El art. 258 establece: Será reprimido con prisión de uno a seis años, el que directa o indirectamente diere u ofreciere
dádivas en procura de alguna de las conductas reprimidas por los artículos 256 y 256 bis, primer párrafo. Si la dádiva
se hiciere u ofreciere con el fin de obtener alguna de las conductas tipificadas en los artículos 256 bis, segundo
párrafo y 257, la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere funcionario público, sufrirá
además inhabilitación especial de dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en el segundo.

El cohecho activo hace referencia a la conducta de los corruptores, es decir, de los terceros que inducen a
funcionarios, mediante la oferta o entrega de dádivas, a la realización de algunas de las conductas tipificadas.

A diferencia del pasivo, el cohecho activo es un delito unilateral, cuya configuración no depende de la concurrencia
de otra conducta complementaria. Es un delito doloso, subjetivamente configurado, es decir, que el autor debe
actuar con una finalidad concreta: lograr que el funcionario haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus
funciones, o la emisión, dictado, demora u omisión de las resoluciones o dictámenes pertinentes en las causas de su
competencia.
Eugenia Sanchez
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Es de pura actividad y se consuma con la acción de dar la dádiva, y si se trata de una promesa, cuando la propuesta
se ha formulado al funcionario, es decir, cuando ha llegado a su conocimiento. No admite tentativa.

Cohecho activo agravado:

El cohecho activo se agrava si la dádiva se da u ofrece a un juez o a un magistrado del Ministerio Público, para que
emita, dicte, retarde u omita dictar una resolución, fallo o dictamen en asuntos sometidos a su competencia.

 Trafico de influencias pasivo:

El art. 256 bis, párrafo 1 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial
perpetua para ejercer la función pública, el que por sí o por persona interpuesta solicitare o recibiere dinero o
cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer valer indebidamente su influencia ante
un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones.

Es un delito autónomo que consiste en solicitar o recibir dinero o dádivas o en aceptar una promesa directa o
indirecta para hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario público a fin de que éste haga, retarde o
deje de hacer algo relativo a sus funciones.

El tipo presupone la realización de un acuerdo entre alguien que da o promete dinero o dádivas, para que otro haga
valer indebidamente su influencia ante un funcionario público. El delito es de carácter bilateral o de codelincuencia
necesaria.

La influencia es el predominio moral que se ejerce sobe otra persona que posibilita que éste actúe de determinada
manera y debe hacerse valer indebidamente.

El tráfico de influencias pasivo se proyecta siempre hacia actividades futuras y puede ser cometido por cualquiera,
por sí o por interpósita persona. Es un delito doloso, subjetivamente configurado, en el que el tipo subjetivo se
integra con el dolo directo propio del tipo y la dirección de la voluntad orientada hacia el logro de un fin
determinado.

Es de mera actividad y se consuma con la solicitud, unilateralmente, o bien cuando se recibe la dádiva o se acepta la
promesa directa o indirecta en el marco de un acuerdo ilícito. La tentativa no resulta admisible.

Trafico de influencias pasivo agravado:

El art. 256 bis, párrafo 2 establece: Si aquella conducta estuviera destinada a hacer valer indebidamente una
influencia ante un magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora
u omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos sometidos a su competencia, el máximo de la pena de prisión
o reclusión se elevará a doce años.

 Trafico de influencias activo:

El art. 258 establece: el que directa o indirectamente diere u ofreciere dádivas en procura de alguna de las conductas
reprimidas por el art. 256 bis, primer párrafo.

La ley pune también al que da u ofrece una dádiva a una persona para que haga valer indebidamente su influencia
ante un funcionario público, a fin de que éste haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones.

Es un delito doloso, de dolo directo y puede ser cometido por cualquier persona. Se es un funcionario público, el
culpable sufrirá, además, la pena de inhabilitación especial de dos a seis años.

Trafico de influencias activo agravado:

Eugenia Sanchez
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El art. 258 establece: Si la dádiva se hiciere u ofreciere con el fin de obtener alguna de las conductas tipificadas en los
artículos 256 bis, segundo párrafo la pena será de reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere
funcionario público, sufrirá además inhabilitación especial de tres a diez años en el segundo.

El tráfico de influencias activo se agrava cuando el agente da u ofrece una dádiva a una persona, en procura o con la
finalidad de que éste haga valer indebidamente su influencia ante un magistrado del Poder Judicial o del Ministerio
Público, a fin de obtener la emisión, dictado, demora y omisión de un dictamen, resolución o fallo en asuntos
sometidos a su competencia.

Aceptación de dádivas:

El art. 259, párrafo 1 establece: Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación absoluta de uno a
seis años, el funcionario público que admitiere dádivas, que fueran entregadas en consideración a su oficio, mientras
permanezca en el ejercicio del cargo.

La conducta típica del funcionario es la de admitir dádivas, lo que equivale a recibirlas, personalmente o por medio
de otro que actúe en connivencia con él. Es una hipótesis de codelincuencia, ya que para que admita la dádiva, es
necesario que alguien se la presente.
Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público, mientras permanezca en sus funciones. Se trata de un delito
doloso, de dolo directo, de pura actividad que se consuma con la recepción de la dádiva. La tentativa no resulta
admisible.

Ofrecimiento de dádivas:

La Ley 16.648 incorporó, como tipo autónomo, la presentación u ofrecimiento de dádivas, incriminando la conducta
del que las presentara u ofreciera al funcionario, poniendo fin a la impunidad del tercero que lo hacía. Es un delito
doloso, de dolo directo y se consuma unilateralmente, con la presentación u ofrecimiento, sin que interese la actitud
del funcionario, que puede aceptar, admitir o rechazar la dádiva. Por lo general, no admite la tentativa.

El art. 259 bis establece: Respecto de los delitos previstos en este Capítulo, se impondrá conjuntamente una multa de
dos (2) a cinco (5) veces del monto o valor del dinero, dádiva, beneficio indebido o ventaja pecuniaria ofrecida o
entregada.

Soborno transnacional:

El art. 258 bis establece: Será reprimido con prisión de un (1) a seis (6) años e inhabilitación especial perpetua para
ejercer la función pública el que, directa o indirectamente, ofreciere, prometiere u otorgare, indebidamente, a un
funcionario público de otro Estado o de una organización pública internacional, ya sea en su beneficio o de un
tercero, sumas de dinero o cualquier otro objeto de valor pecuniario u otras compensaciones tales como dádivas,
favores, promesas o ventajas, a cambio de que dicho funcionario realice u omita realizar un acto relacionado con el
ejercicio de sus funciones públicas, o para que haga valer la influencia derivada de su cargo en un asunto vinculado a
una transacción de naturaleza económica, financiera o comercial.

Se entenderá por funcionario público de otro Estado, o de cualquier entidad territorial reconocida por la Nación
Argentina, a toda persona que haya sido designada o electa para cumplir una función pública, en cualquiera de sus
niveles o divisiones territoriales de gobierno, o en toda clase de organismo, agencia o empresa pública en donde
dicho Estado ejerza una influencia directa o indirecta.

2. Malversación de caudales públicos


Aplicación indebida de fondos:
El art. 260 establece: Será reprimido con inhabilitación especial de un mes a tres años, el funcionario público que
diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a que estuvieren destinados. Si de

Eugenia Sanchez
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ello resultare daño o entorpecimiento del servicio a que estuvieren destinados, se impondrá además al culpable,
multa del veinte al cincuenta por ciento de la cantidad distraída.
El delito consiste en dar a los caudales o efectos administrados por el autor una aplicación diferente de aquellas a las
que estuvieran destinados. Existe un cambio de destino de los fundos públicos, aunque siempre dentro de la esfera
de la Administración pública.

Sujeto activo debe ser un funcionario público administrador de los caudales o efectos públicos mal aplicados.

Concepto de caudales o efectos:

Comprenden toda clase de bienes, incluido el dinero, y pueden ser de cualquier naturaleza, no sólo económico.

Los caudales abarcan a los muebles y útiles de oficina, mientras que efectos comprende los valores de papel (título,
sellos, estampillas) emanados del Estado, que representan un valor económico y tienen el carácter de negociables.
Ambos deben ser públicos, que son los que pertenecen a la Administración Pública.

El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con la aplicación indebida de los caudales o efectos, es decir, con el
cambio de destino distinto al originalmente asignado por la ley, el reglamento o la orden de autoridad competente.
Por lo general, se admite tentativa.

La agravante se configura cuando la conducta ha producido un daño o un entorpecimiento en el servicio público a


cuya realización estaban legalmente destinados los caudales y efectos públicos.

Peculado:

El art. 261, párrafo 1 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez años e inhabilitación absoluta
perpetua, el funcionario público que sustrajere caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya
sido confiada por razón de su cargo.
El delito consiste en sustraer caudales o efectos públicos cuya administración, percepción o custodia le ha sido
confiada a un funcionario público por razón de su cargo. El bien debe ser separado de la esfera de custodia en la que
se encontraba.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público a quien se le ha confiado la administración, percepción o
custodia de caudales o efectos públicos. El delito es doloso, que admite el dolo eventual. Es de pura actividad y se
consuma con la realización de la acción típica, en cualquiera de las modalidades en las que los bienes se relacionan
con la competencia funcional del autor. La tentativa resulta de difícil constatación en la práctica.

Peculado de trabajos o servicios:

El art. 261, párrafo 2 establece: Será reprimido con la misma pena el funcionario que empleare en provecho propio o
de un tercero, trabajos o servicios pagados por una administración pública.
El delito consiste en emplear, en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por la Administración
pública.
Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público que tenga facultades para disponer legalmente sobre los
trabajos o servicios de la Administración pública que tiene a su cargo. Se trata de un delito doloso, subjetivamente
configurado, ya que exige la concurrencia de un elemento subjetivo: consiste en el ánimo de provecho propio o de
un tercero. Es de pura actividad y se consuma con el empleo de los trabajos o servicios en beneficio del autor o de
un tercero. La tentativa resulta difícilmente constatable.

Malversación culposa:
El art. 262 establece: Será reprimido con multa del veinte al sesenta por ciento del valor substraído, el funcionario
público que, por imprudencia o negligencia o por inobservancia de los reglamentos o deberes de su cargo, diere
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ocasión a que se efectuare por otra persona la substracción de caudales o efectos de que se trata en el artículo
anterior.
El delito consiste en dar ocasión (facilitar, posibilitar) a que una persona sustraiga caudales o efectos que han sido
confiados a un funcionario público por razón de su cargo.

El tipo requiere una conducta culposa del funcionario y otra dolosa del tercero. Por tratarse de un delito de
resultado, la consumación coincide con la sustracción dolosa de los bienes por parte del tercero. La tentativa no es
admisible.

Malversación de bienes o caudales privados:

El art. 263 establece: Quedan sujetos a las disposiciones anteriores los que administraren o custodiaren bienes
pertenecientes a establecimientos de instrucción pública o de beneficencia, así como los administradores y
depositarios de caudales embargados, secuestrados o depositados por autoridad competente, aunque pertenezcan a
particulares.

El art. contiene una doble equiparación: por un lado, se equipara al autor del delito (un particular) con el funcionario
público que tiene a su cargo la administración o custodia de bienes; por el otro, se equiparan los bienes privados a
los públicos.

Los objetos materiales del delito son los bienes pertenecientes tanto a establecimientos de instrucción pública como
a establecimientos de beneficencia (instituciones privadas) y caudales embargados, secuestrados o depositados,
respecto de bienes que pertenecen a estas entidades, a cualquier título, ya sea en carácter de propiedad o en virtud
de cualquier otro derecho real, por ej. locación.

Sujeto activo del delito pueden ser el administrador o el custodio de los bienes pertenecientes a establecimientos de
instrucción pública o de beneficencia, y el administrador o depositario de caudales embargados, secuestrados o
depositados por autoridad competente. El delito es doloso.

Demora injustificada de pago:

El art. 264, párrafo 1 establece: Será reprimido con inhabilitación especial por uno a seis meses, el funcionario público
que, teniendo fondos expeditos, demorare injustificadamente un pago ordinario o decretado por autoridad
competente.

El delito previsto consiste en demorar injustificadamente un pago ordinario o decretado por autoridad competente,
es decir, que la acción típica consiste en no pagar en el tiempo oportuno, sin ninguna causa que lo justifique, sea por
el propio funcionario que está obligado a hacerlo, o cuando no se libera la orden de pagar para que otro funcionario
o un tercero lo haga.
Los pagos ordinarios son los que el Estado efectúa habitual y periódicamente, y que no son motivo de una decisión
especial en cada caso (por ej. los sueldos).

Los pagos decretados son los que se disponen por una resolución especifica de la autoridad administrativa (por ej. el
pago a un proveedor del Estado).

Sujeto activo sólo puede ser el funcionario público que tiene a su cargo efectuar los pagos o dar la orden para
hacerlo. Se trata de un delito doloso y la consumación coincide con la demora en pagar en el tiempo oportuno.

Negativa a entregar bienes:

El art. 264, párrafo 2 establece: En la misma pena incurrirá el funcionario público que, requerido por la autoridad
competente, rehusare entregar una cantidad o efecto depositado o puesto bajo su custodia o administración.

Eugenia Sanchez
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El delito consiste en rehusarse a entregar una cantidad (bienes o cosas que se determinan por su conjunto) o efecto
depositado o puesto bajo custodia o administración del autor, es decir, en negarse o no querer entregar la cosa
cuando ha sido requerida por la autoridad competente.

Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público que tenga a su cargo la custodia o administración de los bienes.
Es un delito doloso, de dolo directo, de pura actividad y de peligro abstracto, que se consuma con la negativa a
entregar la cosa con posterioridad al requerimiento administrativo. La tentativa no resulta admisible.

3. Negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas


El art. 265 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de uno (1) a seis (6) años e inhabilitación especial
perpetua, el funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto simulado, se interesare en
miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u operación en que intervenga en razón de su
cargo.

Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del valor del beneficio indebido pretendido u obtenido.

Esta disposición será aplicable a los árbitros, amigables componedores, peritos, contadores, tutores, curadores,
albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones cumplidas en el carácter de tales.

La acción típica es la de interesarse económicamente con miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier
contrato u operación en que el funcionario intervenga en razón de su cargo. Aquí el agente actúa como interesado y
a su vez como funcionario público, es parte de la negociación que se realiza. La intervención personal del
funcionario público en el contrato u operación en cuestión puede ser, directamente respecto del negocio en el que
interviene en su carácter de funcionario o acudiendo a la participación de otra persona como interesada. Otro medio
de comisión es el acto simulado, que es aquel que representa una simple apariencia o un negocio jurídico.

Es un delito especial propio, autor sólo puede ser el funcionario o empleado público que tiene competencia
necesaria para intervenir en la negociación. Es un delito doloso, de dolo directo, que se consuma con la acción de
interesarse, como parte privada. La tentativa es posible.

Autores de negociaciones incompatibles por equiparación:

El art. 265, párrafo 2 expresa: Esta disposición será aplicable a los árbitros, amigables componedores, peritos,
contadores, tutores, curadores, albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones cumplidas en el
carácter de tales.

Se trata de una equiparación de ciertos sujetos a funcionarios públicos, quienes, sin revestir tal carácter,
desempeñan oficios de naturaleza pública respecto de bienes de terceros. El precepto se refiere a funciones
cumplidas, que serían funciones ya realizadas por el agente de modo genérico y no de manera circunstanciada.

4. Exacciones ilegales
El art. 266 establece: Será reprimido con prisión de un (1) a cuatro (4) años e inhabilitación especial de uno (1) a (5)
cinco años, el funcionario público que, abusando de su cargo, solicitare, exigiere o hiciere pagar o entregar
indebidamente, por sí o por interpuesta persona, una contribución, un derecho o una dádiva o cobrase mayores
derechos que los que corresponden.

Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del monto de la exacción.

Toda exacción hace referencia a una exigencia arbitraria e indebida, realizada en beneficio del Estado o
transformada en beneficio para el autor, de una contribución, un derecho o una dádiva, cuando su percepción no
está autorizada.

El delito se estructura sobre la base de las siguientes conductas típicas: solicitar, exigir, hacer pagar o hacer entregar
o cobrar mayores derechos que los que corresponden; en donde la voluntad de la víctima es vencida por el temor a
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la autoridad que el funcionario representa, siendo punibles estas conductas en la medida que se realicen
indebidamente, esto es, al margen de lo que estatuyen las leyes o reglamentos.
Los objetos del delito son las contribuciones, los derechos o las dádivas. Las contribuciones son los impuestos, los
derechos son las tasas por servicios que presta el Estado en beneficio de los particulares, en cuanto a la dádiva hay
una controversia doctrinal:

Algunos entienden que el contenido de la dádiva debe ser de estricto carácter económico. Otros, en cambio,
sostienen un criterio amplio, entendiéndose que es cualquier beneficio, provecho o utilidad, con o sin valor
económico. Buompadre entiende el amplio.

Sujeto activo del delito sólo puede ser un funcionario público que actúa abusando de su cargo. Sujeto pasivo puede
ser tanto la propia Administración como un particular, en cuanto titular del bien jurídico patrimonio, que también se
lesiona por la conducta delictiva.

El delito es doloso, de dolo directo. Si la acción consiste en solicitar o exigir, la consumación coincide con la mera
conducta, sin que sea necesario el pago del aporte exigido ni la entrega de la dádiva por parte del contribuyente. La
tentativa no parece admisible. En la modalidad de hacer pagar o entregar, o cobrar mayores derechos que los que
corresponden, el delito se consuma con la recepción del objeto transferido. En estos casos, se admite la tentativa.

Agravante:

El art. 267 establece: Si se empleare intimidación o se invocare orden superior, comisión, mandamiento judicial u otra
autorización legítima, podrá elevarse la prisión hasta cuatro años y la inhabilitación hasta seis años.

Con intimidación se refiere a la amenaza de un mal, en cuanto a la invocación de orden superior, se refiere a un
engaño.

Concusión:

El art. 268 establece: Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años e inhabilitación absoluta perpetua, el
funcionario público que convirtiere en provecho propio o de tercero las exacciones expresadas en los artículos
anteriores.
Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del monto de la exacción.

Se comete este delito cuando el funcionario público, abusando de su cargo y empleando alguno de los medios
previstos en los arts. 266 o 267, solicita, exige, se hace pagar o entregar un derecho, una contribución o una dádiva,
o cobra mayores derechos que los que corresponden, destinando dichos objetos a la Administración, pero
convirtiéndolos, posteriormente, en provecho propio o de un tercero.

Es un delito doloso, de dolo directo y se consuma con la conversión de las exacciones, es decir, el cambio de destino
de la prestación, lo que sucede cuando el funcionario, en vez de ingresar lo recaudado a las arcas fiscales, les da un
destino personal. La tentativa no es posible.

5. Enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados públicos


Utilización indebida de información reservada:

El art. 268 (1) establece: Será reprimido con la pena del artículo 256, el funcionario público que con fines de lucro
utilizare para sí o para un tercero informaciones o datos de carácter reservado de los que haya tomado conocimiento
en razón de su cargo.

Se aplicará también multa de dos (2) a cinco (5) veces del lucro obtenido.

El bien jurídico protegido es la administración pública frente a hechos guiados por el espíritu de lucro, que
corrompen la actuación funcional pública.

Eugenia Sanchez
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El delito consiste en utilizar informaciones o datos de carácter reservado, es decir, no comunicados o no conocidos
por terceros, referidos a actos, decisiones, hechos o circunstancias relacionadas con el ejercicio de la función pública,
adquiridos por el funcionario público en razón de su cargo.

Sujeto activo es el funcionario público que utiliza las informaciones o datos. Es un delito especial propio, doloso,
subjetivamente configurado ya que se requiere un elemento subjetivo para perfeccionar el tipo: el ánimo de lucro,
que beneficie al mismo funcionario o a un tercero. Se consuma con la utilización del dato o la información, sin que
sea necesario algún perjuicio para la Administración. La tentativa es admisible.

Enriquecimiento patrimonial no justificado:

El art. 268 (2) establece: Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años, multa de dos (2) a cinco (5) veces del
valor del enriquecimiento, e inhabilitación absoluta perpetua, el que al ser debidamente requerido, no justificare la
procedencia de un enriquecimiento patrimonial apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo, ocurrido
con posterioridad a la asunción de un cargo o empleo público y hasta dos (2) años después de haber cesado en su
desempeño.

Se entenderá que hubo enriquecimiento no sólo cuando el patrimonio se hubiese incrementado con dinero, cosas o
bienes, sino también cuando se hubiesen cancelado deudas o extinguido obligaciones que lo afectaban.

La persona interpuesta para disimular el enriquecimiento será reprimida con la misma pena que el autor del hecho.

El bien jurídico protegido es la administración pública frente a hechos guiados por el espíritu de lucro, que
corrompen la actuación funcional pública.

La determinación de la acción típica en este delito ha suscitado muchas dudas en la doctrina. Un sector considera
que la conducta consiste en enriquecerse ilegítimamente con fondos públicos prevaliéndose el agente de su cargo,
de manera que la “no justificación” del enriquecimiento se convertiría en una condición objetiva de punibilidad. Para
otros, se trata de un delito complejo, de dos actos, que exige un enriquecimiento patrimonial apreciable del autor y
la no justificación de su procedencia al ser debidamente requerido para que lo haga.

Para Buompadre, la conducta castigada es la de no justificar la procedencia del enriquecimiento patrimonial


apreciable, producido después de la asunción del agente en un cargo público.

El tipo exige un enriquecimiento patrimonial apreciable, esto es, un acrecentamiento del activo patrimonial o una
disminución del pasivo patrimonial que, en razón de la capacidad económica de la persona en el momento de asumir
el cargo o empleo y de sus posibilidades económicas ulteriores, exige una justificación particular. Será “apreciable”
cuando resulte considerable con relación a la situación económica del agente al momento de asumir el cargo y que
no esté de acuerdo con las posibilidades de evolución normal de aquélla durante el tiempo de desempeño de la
función o en el período ulterior a su cese que se prolonga hasta dos años después de haber cesado en sus funciones.
La figura pena al funcionario público que, al ser debidamente requerido, no justifica la procedencia del
enriquecimiento patrimonial apreciable suyo o de persona interpuesta para disimularlo. El requerimiento debe ser
realizado debidamente, o sea, por una autoridad competente para investigar la comisión del delito, sea policial o
judicial.
Sujeto activo del delito es el funcionario público, pudiendo actuar por sí mismo o por persona interpuesta. Se trata
de un delito de omisión que se consuma cuando, una vez vencidos los plazos fijados para contestar el requerimiento,
o en su defecto, transcurridos los plazos procesales pertinentes para ejercer el derecho de defensa, el funcionario no
justificó o no justificó suficientemente la procedencia extrafuncional de su enriquecimiento. No resulta admisible la
tentativa.

Se discute en doctrina la constitucionalidad de la figura. Para algunos es inconstitucional, por resultar violatorio de
los principios de legalidad y de inocencia, no respetando el derecho penal de acto y desconociendo el principio de

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que nadie está obligado a declarar contra sí mismo, en tanto se pone en cabeza del acusado la carga de la prueba del
origen legal del enriquecimiento, con lo cual se introduce una presunción de culpabilidad. Para otros, la figura es
constitucional, ya que el incumplimiento de un deber sustancialmente adquirido por el manejo de los fundos
públicos confiados al funcionario, y en relación a sus funciones, no puede permitir alegar la violación de la
presunción de inocencia de la CN, sobre todo cuando se trata de hechos que suponen de manera vehemente el
enriquecimiento a costa de los fondos públicos.

Por otra parte, la acción típica supone una actitud dolosa, un abuso funcional del cargo que ocupa y que desplaza la
presunción de inocencia del art. 18 CN, ya que impone la necesidad de subrayar la “existencia positiva de deberes” a
que está obligado el funcionario en la administración de los fondos públicos. En esta misma dirección, se ha
sostenido la constitucionalidad de la figura apoyándose en el art. 36 CN y en la Convención Interamericana contra la
Corrupción, considerando a la corrupción funcional como un delito constitucional.

Omisión maliciosa de presentar la declaración jurada patrimonial. Falsedad u omisión maliciosa en la inserción de
datos en la declaración jurada:
El art. 268 (3) establece: Será reprimido con prisión de quince días a dos años e inhabilitación especial perpetua el
que, en razón de su cargo, estuviere obligado por ley a presentar una declaración jurada patrimonial y omitiere
maliciosamente hacerlo.

El delito se configurará cuando mediando notificación fehaciente de la intimación respectiva, el sujeto obligado no
hubiere dado cumplimiento a los deberes aludidos dentro de los plazos que fije la ley cuya aplicación corresponda.

En la misma pena incurrirá el que maliciosamente, falseare u omitiere insertar los datos que las referidas
declaraciones juradas deban contener de conformidad con las leyes y reglamentos aplicables.

El bien jurídico protegido es la transparencia en el ejercicio de la función pública.

BOLILLA 22
1. Delitos contra la administración de justicia
Prevaricato del juez y de personas equiparadas:
El art. 269 establece: Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y cinco mil e inhabilitación absoluta perpetua el
juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las partes o por el mismo o citare, para
fundarlas, hechos o resoluciones falsas.

Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a quince años de reclusión o prisión e
inhabilitación absoluta perpetua.

Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo, será aplicable, en su caso, a los árbitros y arbitradores amigables
componedores.

El delito consiste en dictar una resolución (pronunciamiento de carácter jurisdiccional, sentencia, auto, decreto, etc.)
que debe reunir las siguientes características: ser contraria a la ley expresamente invocada por las partes y
encontrarse fundada en hechos o resoluciones falsas. El delito presupone la existencia de un proceso jurisdiccional
en curso, de cualquier naturaleza (penal, civil, laboral, etc.), el que se dice una resolución que tenga carácter
decisorio o dispositivo, acerca de un conflicto suscitado en un proceso. La resolución debe “decidir” la suerte de un
litigo.

Existen dos clases de prevaricación judicial:

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 Prevaricato de derecho: consiste en dictar una resolución contraria a la ley expresa invocada por las partes o
por el mismo juez, lo que sucede cuando manda o prohíbe lo contrario de lo que de modo claro prohíbe o
manda la ley aplicable al caso.
La invocación de la ley es un presupuesto esencial del prevaricato. El delito exige una abierta y efectiva
oposición entre lo que se resuelve y cuál es la ley aplicable al caso. No puede haber prevaricato sin una
efectiva contradicción con el orden jurídico.
 Prevaricato de hecho: cuando contiene en sus fundamentos citas de hechos o resoluciones falsas, situación
que se da cuando el magistrado, en los fundamentos del fallo, invoca hechos o resoluciones falsas que
tienen la virtualidad de decidir acerca de la cuestión planteada.

Sujeto activo sólo puede ser un juez del Poder Judicial, no quedando abarcados los jueces municipales o de faltas
porque son funcionarios administrativos. Se trata de un delito especial, doloso que se satisface únicamente con el
dolo directo. Se consuma, en cualquiera de sus modalidades, con el dictado de la resolución. Hay acuerdo en
rechazar la posibilidad de la tentativa.

Agravante:

Se agrava cuando el juez dicta una sentencia condenatoria en causa criminal, es decir, un proceso en el que se
persigue la comprobación de un delito previsto en el CP.

Prevaricato de personas equiparadas: el art. equipara los árbitros y arbitradores amigables componedores a los
jueces, que sin ser jueces, ya que son particulares designados convencionalmente para resolver las controversias que
en él se plantean, se considera que pueden ser autores del prevaricato, menos de la figura agravada porque no
pueden dictar sentencia en causa criminal.

Prisión preventiva ilegal:


El art. 270 establece: Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil e inhabilitación
absoluta de uno a seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito en virtud del cual no proceda o que
prolongare la prisión preventiva que, computada en la forma establecida en el artículo 24, hubiere agotado la pena
máxima que podría corresponder al procesado por el delito imputado.

El precepto regula dos modalidades delictivas:

1. Decretar una prisión preventiva: implica una forma de prevaricato cuando el juez la dicta por un delito en
virtud del cual tal medida no procede, por ej. un delito conminado con pena de multa. En este supuesto, el
delito queda perfeccionado con el dictado de la prisión preventiva ilegal aun cuando no se haya ejecutado la
detención cautelar de la persona. La tentativa no resulta admisible.
2. Prolongar la prisión preventiva ya decretada, más allá del tiempo máximo de pena previsto para el delito
imputado. En este caso, el delito se consuma cuando, transcurrido el tiempo máximo de prisión preventiva,
en relación con el máximo de la pena prevista para el delito imputado, el juez no dispone de inmediato el
cese de tal situación.

En ambas hipótesis, la figura presupone el dictado de una prisión preventiva y una persona privada de su libertad.
Sujeto activo únicamente puede ser un juez con competencia penal para juzgar delitos. Se trata de un delito doloso,
de propia mano, que admite toda forma de participación criminal.

Prevaricato de los abogados y de otros profesionales:

El art. 271 establece: Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos a pesos treinta mil, e inhabilitación
especial de uno a seis años, el abogado o mandatario judicial que defendiere o representare partes contrarias en el
mismo juicio, simultánea o sucesivamente o que de cualquier otro modo, perjudicare deliberadamente la causa que le
estuviere confiada.
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El delito consiste en perjudicar deliberadamente la causa que le estuviere confiada, resultado al que se puede
arribar, entre otras modalidades posibles, defendiendo o representando partes contrarias en un mismo juicio.
1. Defender o representar partes contrarias:

El tipo exige la doble representación en el mismo juicio, en forma simultánea o sucesiva. La defensa de intereses
contrarios puede llevarse a cabo en un mismo juicio ante un mismo tribunal o en distintos juicios ante tribunales
distintos. Lo que importa al delito es el mantenimiento de los intereses contrarios entre las partes en conflicto y que
exista un enfrentamiento contencioso, controvertido.
La doble representación requiere que el sujeto activo represente o defienda a un cliente y, posteriormente, pase a
representar a otro que tiene intereses contrarios con el primero. El consentimiento juega aquí un rol preponderante,
que excluye el tipo penal, pero es preciso, también el consentimiento, expreso o tácito, del segundo cliente. La
conducta típica puede llevarse a cabo en forma simultánea o sucesiva, de manera directa y manifiesta o de modo
encubierto, mediante persona interpuesta.

2. Perjudicar de cualquier modo la causa:

Se configura cuando se pierde o disminuye la posibilidad procesal o de fondo de la acción ejercida, sea por medio de
una conducta activa u omisiva, y en detrimento de la parte que el autor representa o defiende, aunque también la
acción haya perjudicado los intereses de las demás partes del juicio. El perjuicio, puede traducirse en la pérdida de la
causa o de otras alternativas procesales.
Sólo pueden ser sujetos activos del delito los abogados y los mandatarios judiciales (persona que representa a otro
en juicio, mediante el otorgamiento de un mandato). Se trata de un delito doloso, de dolo directo, cuya conducta
debe estar orientada a causar un perjuicio. Se consuma con la producción del perjuicio a los intereses de la parte que
el autor defiende o representa. La tentativa es admisible.

Prevaricato de otros auxiliares de la justicia:

El art. 272 establece: La disposición del artículo anterior será aplicable a los fiscales, asesores y demás funcionarios
encargados de emitir su dictamen ante las autoridades.

La conducta típica en esta hipótesis es perjudicar deliberadamente la causa confiada.

Sujetos activos del delito son los fiscales, asesores y demás funcionarios encargados de emitir dictamen ante las
autoridades.

2. Denegación y retardo de justicia


Denegación de justicia:

El art. 273 párrafo 1 establece: Será reprimido con inhabilitación absoluta de uno a cuatro años, el juez que se negare
a juzgar so pretexto de obscuridad, insuficiencia o silencio de la ley.

El delito lesiona el derecho a la “tutela judicial efectiva”, el cual se menoscaba cuando quien se dirige a los órganos
jurisdiccionales no ve atendida su pretensión de que se pronuncien sobre ella.

El delito consiste en negarse a juzgar so pretexto de oscuridad, insuficiencia o silencio de la ley, esto es, rechazar el
ejercicio de la actividad jurisdiccional.

Se perfecciona cuando el juez se niega a juzgar invocando expresamente, en la resolución jurisdiccional, que no
puede decidir o dirimir el conflicto por mediar algunos de los motivos expresados en la norma: oscuridad,
insuficiencia o silencio de la ley. Una ley es oscura cuando no es clara, insuficiente cuando no abarca el caso en su
totalidad y muda cuando no tiene previsto el caso a resolver.

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El criterio para resolver un asunto varía según cual sea el tipo de procedimiento (por ej. civil, penal) y el sistema de
fuentes que rija en el campo jurídico de que se trate. En el derecho civil, el juez podrá resolver la cuestión
recurriendo a los principios generales del derecho. Pero en el derecho penal, si el caso no está previsto en la ley o la
norma es insuficiente o poco clara para resolverlo, por imperio del principio de legalidad, el juez debe resolver
siempre en la forma más favorable al imputado. A falta de ley expresa, lo que corresponde es sobreseer o absolver,
según el estado del juicio.

Sujeto activo sólo puede ser un juez. Pero, según Buompadre, los árbitros quedan comprendidos, ya que cuando son
designados convencionalmente por las partes pasan a integrar el Poder Judicial como miembros, aunque
transitorios, de la judicatura y asumen todas las obligaciones y responsabilidades del juez. Los árbitros ejercen la
jurisdicción y administran justicia, por lo tanto, pueden ser autores del delito, siempre que se trate de un proceso
civil, ya que en lo penal no pueden actuar.

El delito es doloso, de dolo directo, de pura actividad y de propia mano, que se consuma con la negativa, expresa o
implícita, a juzgar el caso sometido a la jurisdicción, puesta de manifiesto formalmente en la resolución o contenida
necesariamente en ella. No es posible la tentativa.

Retardo de justicia:
El art. 273 párrafo 2 establece: En la misma pena incurrirá el juez que retardare maliciosamente la administración de
justicia después de requerido por las partes y de vencidos los términos legales.

El delito consiste en retardar maliciosamente la administración de justicia después de requerido por las partes y de
vencidos los términos legales. La dinámica del delito impone este orden secuencial: morosidad judicial, vencimiento
de los términos legales y requerimiento de parte, el cual debe ser formulado por la persona constituida en parte en
el proceso.

Autor de este delito sólo puede ser un juez. Es un delito doloso que requiere un elemento subjetivo del tipo,
consistente en un obrar malicioso por parte del juez. Por lo tanto, sólo es posible el dolo directo, al que hay que
añadir la intención deliberada de demorar o dilatar injustificadamente la tramitación del proceso, con independencia
de que el retardo pueda causar, objetivamente, un perjuicio a los intereses de la parte damnificada. El delito se
consuma con la omisión de resolver o decidir cuándo han vencido los términos legales y ha mediado el
requerimiento de las partes. No admite la tentativa.

Incumplimiento de la obligación de promover la represión:

El art. 274 establece: El funcionario público que, faltando a la obligación de su cargo, dejare de promover la
persecución y represión de los delincuentes, será reprimido con inhabilitación absoluta de seis meses a dos años, a
menos que pruebe que su omisión provino de un inconveniente insuperable.

3. Falso testimonio
El art. 275 establece: Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo, perito o intérprete que afirmare
una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación,
hecha ante la autoridad competente.

Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena será de uno a diez años
de reclusión o prisión.

En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena.

El delito consiste en afirmar una falsedad, negar una verdad o callar una verdad, ante la autoridad competente.
Afirmar una falsedad quiere decir, confirmar, asegurar, una situación, un hecho o una circunstancia como
verdadera, cuando se sabe o se conoce que es falsa. Negar la verdad es una conducta activa, que consiste en afirmar

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o asegurar que un hecho o una circunstancia no es verdadera, sabiendo o conociendo que en realidad lo es. Callar la
verdad es la ocultación, conocida también como reticencia, y equivale a silencio u omisión acerca de una
circunstancia significativa para el resultado de la causa.

Sujetos activos sólo pueden ser el testigo, el perito y el intérprete. El traductor solo podrá ser autor del delito si
reúne la condición de testigo en su declaración ante la autoridad.

 Testigo: es toda persona física que, en un juicio o procedimiento, declara sobre hechos que han caído bajo
la acción de sus sentidos.
 Perito: poseen determinados conocimientos especiales relacionados con una práctica, una ciencia, una
técnica, una industria o un arte, y que son llamadas por la autoridad competente para emitir un dictamen o
dar su opinión sobre un punto o cuestión que se pretende dilucidar en el proceso.
 Intérpretes y traductores: el intérprete es aquella persona que interpreta, explica o busca el sentido de una
palabra, un texto o un documento que está expresado en un idioma extranjero, en clave o en signos,
mientras que el traductor es aquel que vierte una declaración o un texto redactado en un idioma a otro
distinto.
 Autoridad competente: es aquella que está facultada para recibir declaraciones testimoniales, informes,
interpretaciones o traducciones, a fin de resolver un conflicto de carácter jurídico. Comprende a la autoridad
judicial y a toda aquella que posea competencia para recibir un testimonio, como la policía judicial o
administrativa, el Ministerio Público, las autoridades legislativas, etc.

Es un delito doloso, compatible sólo con el dolo directo. Se consuma con la realización de la disposición, el informe,
la traducción o la interpretación falsa, sin que se requiera la producción de perjuicio alguno, ni a las partes del juicio
ni a la administración de justicia.

Agravante:

El art. 275 en su segundo párrafo establece: Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del
inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión.

El delito consiste en cometer un falso testimonio en una causa criminal y en perjuicio del inculpado, esto es, de la
persona imputada de la comisión de un delito y que es objeto de una persecución penal. Subjetivamente, es un tipo
doloso, de dolo directo.

Falso testimonio mediante cohecho:

El art. 276 establece: La pena del testigo, perito o intérprete falso, cuya declaración fuere prestada mediante
cohecho, se agravará con una multa igual al duplo de la cantidad ofrecida o recibida.

El sobornante sufrirá la pena del simple testigo falso.

El delito consiste en declarar falsamente en un proceso, mediante cohecho, esto es, por haber recibido dinero o
cualquier otra dádiva, o por haber aceptado una promesa directa o indirecta para actuar del modo en que se hizo.

La entrega o promesa deben ser hechas con anterioridad a la consumación del falso testimonio. La recompensa
posterior sin ofrecimiento o promesa anterior no es típica.

Suministro de información falsa:

El art. 276 bis establece: Será reprimido con prisión de cuatro (4) a diez (10) años y con la pérdida del beneficio
concedido el que, acogiéndose al beneficio del artículo 41 ter, proporcionare maliciosamente información falsa o
datos inexactos.

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El art. 41 ter establece un sistema de reducción de penas en beneficio de quienes haya intervenido, como autores o
participes, en algún delito, y hayan brindado información y/o datos veraces y comprobables en el proceso en el que
están involucrados, con el fin de evitar el comienzo o la continuación de un delito, esclarecer el hecho, revelar la
identidad de los responsables y el paradero de victimas privadas de su libertad, etc.

El delito consiste en suministrar una información falsa y/o datos inexactos acerca de todo lo relacionado con alguno
de los delitos, en oportunidad de acogerse al beneficio de reducción de la pena. El delito es doloso, de dolo directo y
se consuma al brindar la información falsa y/o los datos inexactos en el proceso penal en el que el agente se
encuentra involucrado.

4. Encubrimiento
El encubridor se caracteriza por actuar después de la consumación del hecho principal. Tiene una relación directa
con el delito previo. El encubrimiento es una categoría autónoma, que sólo es posible tras la comisión de un delito
ejecutado por otro, en el que no hubiera participado, esto es, la ejecución de un delito anterior y su no participación
en él.

Para que haya encubrimiento, debe existir un delito anterior que puede ser doloso o culposo, tentado o consumado,
cometido en grado de autoría o participación, etc.

En doctrina se discute la naturaleza de la acción penal, si es de acción pública o de instancia privada. Buompadre
considera que es a partir de la acción penal privada que puede perseguirse válidamente el encubrimiento, ya que
antes de que medie el acto de iniciación de la acción penal, no puede procesarse por encubrimiento.
Con respecto a los delitos prescriptos, se debe distinguir que, si el encubrimiento ha tenido lugar con anterioridad a
la prescripción de la acción penal del delito encubierto, se da el delito, aun cuando más tarde opere la causal
extintiva; en cambio, si se produce cuando ya la acción penal por el delito principal estaba prescripta, el hecho es
atípico y, además, resulta imposible dar cumplimiento al requisito de perseguibilidad del delito previo.

En cuanto a la amnistía, Buompadre considera que extingue la acción y la pena, borra el delito, por lo que sería
absurdo castigar al que ayudó al perseguido por el delito amnistiado, si no se reprime al que ayudó a cometerlo.

El encubrimiento exige que el autor no haya participado en el delito precedente.

El art. 277 establece:

1. Será reprimido con prisión de seis (6) meses a tres (3) años el que, tras la comisión de un delito ejecutado por
otro, en el que no hubiera participado:
a) Ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta.
b) Ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos del delito, o ayudare al
autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer.
c) Adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
d) No denunciare la perpetración de un delito o no individualizare al autor o partícipe de un delito ya
conocido, cuando estuviere obligado a promover la persecución penal de un delito de esa índole.
e) Asegurare o ayudare al autor o partícipe a asegurar el producto o provecho del delito.
2. En el caso del inciso 1, c), precedente, la pena mínima será de un (1) mes de prisión, si, de acuerdo con las
circunstancias, el autor podía sospechar que provenían de un delito.
3. La escala penal será aumentada al doble de su mínimo y máximo, cuando:
a) El hecho precedente fuera un delito especialmente grave, siendo tal aquel cuya pena mínima fuera
superior a tres (3) años de prisión.
b) El autor actuare con ánimo de lucro.
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c) El autor se dedicare con habitualidad a la comisión de hechos de encubrimiento.


d) El autor fuere funcionario público.

La agravación de la escala penal, prevista en este inciso sólo operará una vez, aun cuando concurrieren más de una
de sus circunstancias calificantes. En este caso, el tribunal podrá tomar en cuenta la pluralidad de causales al
individualizar la pena.
4. Están exentos de responsabilidad criminal los que hubieren obrado en favor del cónyuge, de un pariente cuyo
vínculo no excediere del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o de un amigo íntimo o
persona a la que se debiese especial gratitud. La exención no rige respecto de los casos del inciso 1, e) y del
inciso 3, b) y c).

1. Favorecimiento personal: está previsto en el inc. 1, a). Consiste en ayudar al imputado o condenado a eludir las
investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta. La conducta está dirigida a colaborar con el autor o
participe del delito principal.

Eludir las investigaciones de la autoridad, significa desviar al favorecido de la investigación que la autoridad está
llevado a cabo, o que se propone realizar, impedir que sea descubierto y responsabilizado por el hecho (por ej.
escondiendo al delincuente, disfrazando su apariencia o aspecto físico, albergándolo en un sitio, etc.)

Sustraer al sujeto de la acción de la autoridad quiere decir ayudar a evitar la detención del sujeto, háyase o no
ordenado su arresto, facilitar la fuga del delincuente, etc.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. El delito es doloso, de dolo directo y se consuma con la prestación de
ayuda. La tentativa aparece como de difícil concreción.

2. Favorecimiento real: está previsto en el inc. 1, b) y e):

Ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros, pruebas o instrumentos del delito, o ayudare al autor o participe
a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer, y asegurare o ayudare al autor o participe a asegurar el producto o
provecho del delito.

Ocultar quiere decir esconder, tapar, guardar o trasladar el objeto para que se desconozca su paradero. Alterar es
cambiar, modificar, transformar la cosa en otra distinta, hacerla irreconocible de tal manera que no sea o no parezca
la misma. Hacer desaparecer significa suprimir, destruir o quitar la cosa del lugar donde se encontraba, para impedir
que la autoridad la utilice.

En cualquiera de las formas típicas, las conductas deben estar orientadas a desdibujar o hacer desaparecer ciertos
objetos que interesan a la investigación, como son los rastros (huellas, vestigios o señales), pruebas o instrumentos
del delito.

3. Receptación: consiste en adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas o efectos provenientes de un delito. Cabe
también en esta modalidad, la receptación en cadena, siempre que sea el mismo objeto material del delito
originario. Admite sólo la comisión por dolo directo que se consuma con la realización de las acciones típicas. Admite
la tentativa.

4. Receptación de cosas de procedencia sospechosa: el art. 277, inc. 2 castiga con pena de un mes de prisión para
los casos previstos en el inc. 1, c), si, de acuerdo a las circunstancias, el autor podía sospechar que provenían de un
delito.

Las acciones típicas, son las de adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas o efectos. Subjetivamente, la figura exige la
posibilidad del agente de sospechar, de acuerdo con las circunstancias, que las cosas provenían de un delito. Se
consuma con la adquisición, recepción u ocultación de las cosas. No parece posible la tentativa.

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5. Omisión de denuncia: d) No denunciare la perpetración de un delito o no individualizare al autor o partícipe de un


delito ya conocido, cuando estuviere obligado a promover la persecución penal de un delito de esa índole.
El texto castiga, no sólo la mera omisión de denunciar el delito sino también la no individualización del autor o
partícipe de un delito ya conocido, pero sólo impone el deber de formular la denuncia a quienes están obligados
jurídicamente a promover la persecución penal de un delito de esa índole, es decir, quienes están obligados a
promover la persecución del delito de acción pública, como el Ministerio Público, las fuerzas de seguridad o
policiales, etc.

La omisión es típica.

Autores de este delito sólo pueden ser quienes estén obligados a promover la persecución penal de un delito de
acción pública (Ministerio Público, las fuerzas de seguridad o policiales, etc.). Es un delito doloso, que admite sólo el
dolo directo, que se consuma con la omisión de la conducta debida. No parece posible la tentativa.

5. La ayuda a asegurar el producto o provecho del delito: inc. 1, e).

La acción típica de asegurar o ayudar se refiere al hecho de prestar asistencia de cualquier forma, auxiliar, conceder,
suministrar seguridades para el resguardo o conservación de la cosa, etc., siempre en beneficio del autor o partícipe
del delito principal. El autor debe ayudar al delincuente a asegurar el producto o provecho del delito, esto es, los
efectos que provienen directamente del delito, y las ventajas o los frutos obtenidos por la comercialización o
transformación del producto del delito.

El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con la realización de la acción típica.

Agravantes:

Se aplica la mayor penalidad, en los siguientes casos: art. 277, inc. 3:

1. Gravedad del delito precedente: a) El hecho precedente fuera un delito especialmente grave, siendo tal aquel
cuya pena mínima fuera superior a tres (3) años de prisión.

Con arreglo a esta disposición, los delitos se clasifican en graves y menos graves. Los primeros son los que tienen
previsto una pena mínima superior a tres años de prisión, mientras que los segundos comprenden aquellos delitos
cuya pena mínima es inferior a tres años de prisión.

2. Ánimo de lucro: b) El autor actuare con ánimo de lucro.

Esto es, con la finalidad tendiente a lograr una ventaja patrimonial apreciable económicamente, que no
necesariamente debe traducirse en dinero, sino que puede tener referencia al valor de la cosa, a su uso, etc., en
tanto ello reporte un beneficio al autor. Resulta aplicable aun cuando no se logre el propósito perseguido.

3. Habitualidad: c) El autor se dedicare con habitualidad a la comisión de hechos de encubrimiento.

La agravante es objetiva y requiere la repetición de conductas encubridoras.

4. Agravante por la condición del autor: d) El autor fuere funcionario público.

La agravación de la escala penal, prevista en este inciso sólo operará una vez, aun cuando concurrieren más de una
de sus circunstancias calificantes. En este caso, el tribunal podrá tomar en cuenta la pluralidad de causales al
individualizar la pena.

Excusas absolutorias:

El inc. 4 del art. 277 establece: Están exentos de responsabilidad criminal los que hubieren obrado en favor del
cónyuge, de un pariente cuyo vínculo no excediere del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o de un

Eugenia Sanchez
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amigo íntimo o persona a la que se debiese especial gratitud. La exención no rige respecto de los casos del inciso 1, e)
y del inciso 3, b) y c).

Figuras introducidas por Ley 25.890:

Encubrimiento de abigeato:

Están previstas dos formas típicas: una dolosa y la otra culposa.

Figura dolosa:

El art. 277 bis establece: Se aplicará prisión de TRES (3) a SEIS (6) años e inhabilitación especial de TRES (3) a DIEZ
(10) años al funcionario público que, tras la comisión del delito de abigeato en el que no hubiera participado,
violando los deberes a su cargo o abusando de sus funciones, intervenga o facilite el transporte, faena,
comercialización o mantenimiento de ganado, sus despojos o los productos obtenidos, conociendo su origen ilícito.

La acción de intervenir debe entenderse como tomar parte en la ejecución de las actividades descriptas en la norma,
es decir, que el agente debe intervenir en el transporte, faena (trabajos realizados sobre el cuerpo del animal),
comercialización o mantenimiento. Facilita el que allana los obstáculos o hace más fácil la consecución de aquellas
actividades.

Los objetos son el ganado, sus despojos (restos o partes del ganado, como el cuero, los cuernos, etc.) o los productos
(partes del animal que se utilizan para el consumo humano) obtenidos del animal.

El delito requiere no sólo que el autor obre violando los deberes a su cargo o abusando de sus funciones, sino que lo
haga conociendo el origen ilícito del delito principal (abigeato), lo cual nos indica que la figura admite sólo el dolo
directo. Sujeto activo es el funcionario público, cuyas funciones se vinculan con la actividad ganadera. Se consuma
con la intervención o el facilitamiento en los actos típicos de encubrimiento relacionados con el abigeato.

Figura culposa:

El art. 277 ter establece: Se impondrá prisión de SEIS (6) meses a TRES (3) años al que reuniendo las condiciones
personales descriptas en el artículo 167 quater inciso 4, por imprudencia o negligencia, intervenga en algunas de las
acciones prevista en el artículo precedente, omitiendo adoptar las medidas necesarias para cerciorarse de la
procedencia legítima del ganado.

Sólo puede ser cometida culposamente las actividades de encubrimiento relacionadas al delito de abigeato.

Las acciones típicas son intervenir en el transporte, faena, comercialización o mantenimiento de ganado, sus
despojos o los productos obtenidos, pero omitiendo adoptar las medidas necesarias para cerciorarse de la
procedencia legitima del ganado.

Sólo pueden ser autores del delito aquellas personas que se dediquen a la crianza, cuidado, faena, elaboración,
comercialización o transporte de ganado o de productos o subproductos de origen animal y se consuma cuando se
interviene o facilita el transporte, la faena, la comercialización o el mantenimiento del ganado, sus despojos o
productos, infringiendo los deberes de cuidado que se exige a toda persona que se halle relacionada con la actividad
ganadera.

Disposiciones relativas a la pena:

El art. 279 establece:

1. Si la escala penal prevista para el delito precedente fuera menor que la establecida en las disposiciones de
este capítulo, será aplicable al caso la escala penal del delito precedente.

Eugenia Sanchez
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2. Si el delito precedente no estuviera amenazado con pena privativa de libertad, se aplicará a su encubrimiento
multa de un mil (1.000) pesos a veinte mil (20.000) pesos o la escala penal del delito precedente, si ésta fuera
menor.

3. Cuando el autor de los hechos descriptos en los incisos 1 o 3 del artículo 277 fuera un funcionario público que
hubiera cometido el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones, sufrirá además pena de inhabilitación
especial de tres (3) a diez (10) años. La misma pena sufrirá el que hubiere actuado en ejercicio de una
profesión u oficio que requieran habilitación especial.
4. Las disposiciones de este capítulo regirán aun cuando el delito precedente hubiera sido cometido fuera del
ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho que lo tipificara también hubiera estado
sancionado con pena en el lugar de su comisión.

5. Evasión y quebrantamiento de pena


Evasión:

El art. 280 establece: Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que hallándose legalmente detenido se
evadiere por medio de violencia en las personas o fuerza en las cosas.

El delito consiste en evadirse (fugarse, escaparse) por medio de violencia en las personas o fuerza en las cosas. De
aquí que, la evasión en sí misma, sin el empleo de fuerza en las cosas o violencia en las personas, no es punible. En
cuanto a las fuerzas en las cosas, debe tratarse de cosas que restringen la libertad ambulatoria.
Sujeto activo sólo puede ser alguien legalmente detenido, pero no quiere decir “persona encerrada”, sino que
también puede cometer el delito aquellas que están siendo conducidas por la vía pública, por ej. en un móvil policial.
Sujeto pasivo es el Estado, pero ofendido puede ser el agente penitenciario que sufrió la violencia.

El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma en el momento en que el autor ha logrado recuperar su libertad
ambulatoria, aunque posteriormente se logre su captura.

Favorecimiento de evasión: diversas figuras:

El art. 281 establece: Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el que favoreciere la evasión de algún
detenido o condenado, y si fuere funcionario público, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por triple tiempo.

Si la evasión se produjere por negligencia de un funcionario público, éste será reprimido con multa de pesos
argentinos mil a pesos argentinos quince mil.

El precepto contempla dos hipótesis: el favorecimiento doloso de evasión y la causación culposa de la evasión.
Además, prevé una circunstancia agravante de la pena, aplicable únicamente a la modalidad dolosa y cuando el
autor fuera un funcionario público.

1. Favorecimiento doloso: el delito consiste en favorecer (ayudar, colaborar, etc.) la evasión de algún detenido o
condenado. El tipo presupone una fuga voluntaria.

Sujeto activo puede ser cualquier persona. Es un delito doloso, de dolo directo que se consuma con la fuga del
detenido o condenado. La tentativa es posible.

2. Causación culposa de evasión: el delito consiste en causar por negligencia, la evasión de un detenido o
condenado. El tipo presupone una negligencia tal que, sin ella, la evasión no se hubiera producido.

Eugenia Sanchez
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Sujeto activo sólo puede ser un funcionario público que tenga a su cargo, la obligación de custodiar o mantener los
resguardos de seguridad que impidan la libertad ambulatoria del detenido o condenado. El delito se consuma con la
producción del resultado, esto es, con la evasión de la persona.

El delito de quebrantamiento de pena:

El art. 281 bis establece: El que quebrantare una inhabilitación judicialmente impuesta será reprimido con prisión de
dos meses a dos años.

El delito consiste en quebrantar (violar, infringir, transgredir, inobservar, etc.) una inhabilitación impuesta por un
órgano judicial, es decir, no respetar la obligación de sujeción, privación o restricción de derechos que pesa sobre el
sujeto.

La inhabilitación es una pena, que consiste en la pérdida o suspensión de uno o más derechos, comporta la
restricción de la capacidad jurídica, impuesta judicialmente. La pena de inhabilitación debe haber sido impuesta por
un órgano jurisdiccional y en función jurisdiccional.

Sujeto activo sólo puede ser la persona que ha sido condenada judicialmente, por sentencia firme, a la pena de
inhabilitación. Es un delito doloso, de dolo directo, que se consuma con la realización de la conducta prohibida por la
inhabilitación.

BOLILLA 23
1. Delitos contra la fe publica

Fe pública es igual a confianza pública y esta se identifica con el tráfico jurídico o fiduciario. Solo pueden tener
importancia aquellos instrumentos que posean destino circulatorio, esto es, que estén destinados a entrar en el
tráfico jurídico fiduciario.

Es aquella que las personas tienen frente a ciertos instrumentos que se consideran necesarios para el desarrollo de
la vida social y que sirven, al mismo tiempo, como medios probatorios de la realidad que contienen.

De este modo, se identifica a la fe pública con los dos elementos que conforman su categoría: confianza (constituida
por la creencia o crédito público hacia los signos, objetos o instrumentos estatuidos por la ley) y prueba (porque
estos instrumentos son medios probatorios de la realidad que representan).

2. Falsificación de moneda, billetes, títulos y documentos de crédito

La falsificación hace referencia a conductas materiales, es decir que rehacen sobre la integridad de una cosa o de un
objeto (tiene relación con acciones). La falsedad hace referencia a una actitud intelectual que se representa por
declaraciones de algo falso o mentiroso en lugar de lo verdadero (tiene relación con personas).

Falsificación de moneda

El art. 282 establece: “Serán reprimidos con reclusión o prisión de tres a quince años, el que falsificare moneda que
tenga curso legal en la República y el que la introdujere, expendiere o pusiere en circulación”

El delito consiste en falsificar moneda de curso legal (imitar la moneda verdadera), introducirla (ingresar al país la
moneda falsificada y que haya sido recibida de mala fe), expenderla (hacer entrega de la moneda falsa a otra
persona que la acepta creyéndola verdadera) o ponerla en circulación (distribución de la moneda falsa en el trafico
jurídico).

Eugenia Sanchez
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La falsificación debe producir la expendibilidad, esto es, que posea un grado tal de imitación que pase como
verdadera entre el común del público. Sin esto, no se concreta el delito por imposibilidad de afectación del bien
jurídico.

El objeto del delito es la moneda que tenga curso legal en la república. La moneda es todo signo de valor que,
emitido por el Estado nacional, tiene poder liberatorio como medio de pago. Por eso, las monedas que han dejado
de tener curso legal no pueden ser objeto de falsedad, sin perjuicio de que con ellas puedan cometerse otros delitos
(por ej. el de estafa). El delito abarca tanto a la moneda metálica como al papel moneda.

Se trata de un delito común, de sujetos indiferenciados. El sujeto pasivo es el Estado, ya que es el único autorizado a
emitir moneda de curso legal.

El delito es doloso, siendo admisible únicamente el dolo directo.

El momento consumativo debe distinguirse en cada caso en particular. La acción de falsificar consuma el delito
cuando se crea o fabrica la pieza imitada, en condiciones de expendibilidad. En el caso de introducción de la moneda
al país el delito se consuma cuando se transponen las fronteras del territorio. Si la acción es la de expender el delito
queda consumado cuando la moneda falsa es aceptada por el tercero que la cree verdadera. Por último, la puesta en
circulación se consuma cuando se introduce la moneda falsa en el tráfico jurídico.

Falsificación, cercenamiento o alteración de moneda

El art. 283 establece: “Será reprimido con reclusión o prisión de uno a cinco años, el que cercenare o alterare moneda
de curso legal y el que introdujere, expendiere o pusiere en circulación moneda cercenada o alterada.

Si la alteración consistiere en cambiar el color de la moneda, la pena será de seis meses a tres años de prisión.”

El cercenamiento consiste en disminuir el valor real de la moneda mediante cualquier procedimiento dirigido a ese
fin, por ej. limarla, cortarla, rasparla, pero siempre manteniendo su expendibilidad y destino circulatorio.

La alteración consiste en cambiar o modificar el valor real de la moneda, mediante cualquier procedimiento distinto
del cercenamiento, por ej. cambiar el color del billete para serlo aparecer como uno de mayor valor.

El párrafo 2 del art. contempla una figura atenuada consistente en cambiar el color de la moneda, es decir, que lo
que se modifica es su color pero no su grabado original (por ej. hacer pasar por moneda de oro una de plata o de
sobre).

En ambas figuras se tipifica un delito de pura actividad, que se consuma cuando se realizan las acciones típicas: el
cercenamiento o la alteración. La tentativa resulta admisible, siendo un delito doloso de dolo directo.

Expendio o circulación de moneda falsa, cercenada o alterada recibida de buena fe

El art. 284 establece: “Si la moneda falsa, cercenada o alterada se hubiere recibido de buena fe y se expendiere o
circulare con conocimiento de la falsedad, cercenamiento o alteración, la pena será de pesos argentinos mil a pesos
argentinos quince mil.”

El delito consiste en expender o circular moneda falsa, cercenada o alterada, con conocimiento de la falsedad,
cercenamiento o alteración. El delito requiere como presupuesto la realización de una acción: que el autor haya
recibido la moneda falsa de buena fe. Esta conducta no es delictiva, ya que solo implica la recepción de la moneda en
la creencia de que es auténtica. La tipicidad y la culpabilidad aparecen después, cuando habiendo tomado
conocimiento de que lo que ha recibido es una moneda falsa, cercenada o alterada la pone en circulación.

Se trata de un delito doloso, siendo admisible dolo el dolo directo. Y se consuma cuando se expende o pone en
circulación la moneda falsa, cercenada o alterada.

Documento equiparado

Eugenia Sanchez
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El art. 285 establece: “Para los efectos de los artículos anteriores quedan equiparados a la moneda nacional, la
moneda extranjera, los títulos de la deuda nacional, provincial o municipal y sus cupones, los bonos o libranzas de los
tesoros nacional, provinciales y municipales, los billetes de banco, títulos, cédulas, acciones, valores negociables y
tarjetas de compra, crédito o débito, legalmente emitidos por entidades nacionales o extranjeras autorizadas para
ello, y los cheques de todo tipo, incluidos los de viajero, cualquiera que fuere la sede del banco girado.”

El texto ha terminado con una larga polémica doctrinal y jurisprudencial acerca de si ciertos instrumentos
se encontraban o no alcanzados por estos delitos.

Se trata de una equiparación a los efectos del tipo en su totalidad, no solo en cuanto a la pena, de manera
que el texto, al remitir a los artículos anteriores permite inferir que la falsificación de estos valores es
susceptible de ser realizada por cualquiera de las acciones previstas.

Contiene una excepción: no es posible el cercenamiento, por no resultar compatible con la materialidad de
ellas
Emisión ilegal de moneda

El art. 287 establece: “Serán reprimidos con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación absoluta por
doble tiempo, el funcionario público y el director o administrador de un banco o de una compañía que fabricare o
emitiere o autorizare la fabricación o emisión de moneda, con título o peso inferiores al de la ley, billetes de banco o
cualesquiera títulos, cédulas o acciones al portador, en cantidad superior a la autorizada”

Las conductas incriminadas en la disposición son las de fabricar, emitir o autorizar la fabricación o emisión de
moneda, billetes de banco o cualquier otro valor de los indicados y con las características requeridas en el texto
legal.

Fabrica el que crea o confecciona la moneda, con título o peso inferiores a lo prescripto por la ley, o el valor en
cantidad superior a la autorizada. Emite el que dispone la puesta en circulación de la moneda y de los valores
establecidos en el artículo. Autoriza quien otorga el permiso para que se lleve a cabo alguna de estas acciones.

La emisión ilegal puede realizarse respecto de moneda metálica o de papel moneda. La moneda asi emitida no es
falsa sino verdadera, realizada con los medios y mecanismos previstos para su impresión, pero, como no se ha
seguido el proceso que la ley fija para su emisión, no tiene ningún tipo de respaldo en oro o divisas convertibles.

Solo pueden ser sujeto activo del delito los funcionarios públicos que están facultados por la ley para autorizar la
fabricación o emisión de moneda y otros valores previstos en la norma. El delito es doloso, de dolo directo.
Tratándose de un delito de pura actividad y de peligro concreto, se consuma con la fabricación, emisión o
autorización para fabricar o emitir moneda u otros valores, sin que resulte necesaria la efectiva circulación de la
moneda ilegalmente fabricada o emitida. La tentativa resulta admisible, aunque limitada solo a la fabricación, no a la
emisión o autorización

3. Falsificación de sellos, timbres y marcas

El art. 288 establece: “Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años: 1º. El que falsificare sellos oficiales;
2º. El que falsificare papel sellado, sellos de correos o telégrafos o cualquiera otra clase de efectos timbrados cuya
emisión esté reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de impuestos.- En estos casos, así como en los de
los artículos siguientes, se considerará falsificación la impresión fraudulenta del sello verdadero.”

Falsificación de sellos oficiales

El art. se refiere a la falsificación de algunos objetos con los cuales el Estado garantiza determinados signos de
autenticidad y legitimidad de cierta actividad, asi como el aprovechamiento indebido de los objetos falsificados. Si
bien estos objetos requieren de una imitación de la pieza autentica en la tarea falsaria, no resulta indispensable que
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el objeto creado pase por verdadero ante el público en general, sino que es suficiente con que induzca en error en el
caso concreto.
El delito consiste en falsificar sellos oficiales, esto es, confeccionar o crear un objeto que utiliza la autoridad pública
para otorgar autenticidad a ciertos documentos mediante la impresión o gravado en relieve de la imagen que se
representa en el instrumento.

Es un delito doloso, que se consuma cuando se concluye la creación del instrumento sellador, aunque no s haya
llegado a estampar su imagen en documento alguno. La tentativa resulta admisible.

Falsificación de papel sellado, sellos de correos y efectos timbrados

La acción típica es la misma que en el anterior, es decir falsificar.


El papel sellado es aquel que lleva impreso un valor determinado, independiente de su valor material, que se utiliza
para ser presentado ante la autoridad pública y cuya función consiste en facilitar el pago de las correspondientes
tazas de actuación.

Los sellos de correos o telégrafos son los que conocemos como “estampillas” y que sirven como medio de cobro de
un impuesto por la prestación de un servicio.

Los efectos timbrados comprenden los papeles o boletas emitidas por el estado nacional, provincial o municipal, o
sus reparticiones, que tienen acreditado un valor determinado diferente al valor material que representan (por ej.
certificados de derechos aduaneros, de propiedad del ganado, etc).

El delito solo es posible en tanto las conductas típicas sean cometidas sobre papeles u otros valores cuya emisión
este reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de impuestos.

Subjetivamente la infracción es dolosa, que se consuma con la realización de la acción falsificadora, sin que sea
necesario resultados ulteriores (por ej. que el efecto timbrado sea efectivamente utilizado). La doctrina admite la
posibilidad de tentativa.

Impresión fraudulenta de sello verdadero

Se trata de una impresión ilegal del sello autentico, que puede realizarse por vía de la persona autorizada
(funcionario) para estampar el sello verdadero, pero que lo emplea más allá de la autorización legal, o bien por vía
de una persona (funcionario o tercero) que no está facultada para emplear el sello.

Subjetivamente solo resulta admisible el dolo directo. El delito se consuma con la impresión del sello verdadero

Falsificación de marcas y contraseñas

El art. 289 establece: “Será reprimido con prisión de seis meses a tres años: 1. El que falsificare marcas, contraseñas o
firmas oficialmente usadas o legalmente requeridas para contrastar pesas o medidas, identificar cualquier objeto o
certificar su calidad, cantidad o contenido, y el que las aplicare a objetos distintos de aquellos a que debían ser
aplicados. 2. El que falsificare billetes de empresas públicas de transporte. 3. El que falsificare, alterare o suprimiere
la numeración de un objeto registrada de acuerdo con la ley.”

Se reprime la acción de falsificar los objetos protegidos en la norma.

La falsificación se refiere a la imitación de los signos verdaderos (marcas, contraseñas o firmas) que son aplicables a
determinados objetos para contrastar su peso o medida, identificarlos o certificar su calidad. La alteración significa
un cambio o modificación del signo correspondiente. La supresión importa la desaparición del símbolo o signo
identificador o certificador. Aplicar es poner el signo o medio de identificación a objetos que no deben llevarlo.
Los objetos protegidos son: las marcas, que son las señales, signos, dibujos, caracteres gráficos o sellos
identificatorios, que se imprimen o colocan en una cosa para distinguirla de otra. Las contraseñas, que son también
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símbolos o signos identificatorios de una cosa, suelen usarse para indicar que se ha realizado cierto trámite o
procedimiento respecto de determinado artículo. La firma es la rúbrica de una persona estampada sobre una cosa o
un documento. Los billetes de empresas públicas de transporte son las constancias graficas que permiten viajar de
un punto a otro.

En el inc. 3 debe tratarse de objetos que posean una individualización numérica cuya registración este requerida por
la ley, que permite identificarlos y distinguirlos de otros objetos. Subjetivamente, son delitos dolosos de dolo
directo, que se consuman cuando se realizan las acciones típicas, sin que sean necesaria la concurrencia de algún
resultado ulterior. La tentativa resulta admisible.

Restauración de sellos

El art. 290 establece: “Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que hiciere desaparecer de cualquiera de
los sellos, timbres, marcas o contraseñas, a que se refieren los artículos anteriores, el signo que indique haber ya
servido o sido inutilizado para el objeto de su expedición.- El que a sabiendas usare, hiciere usar o pusiere en venta
estos sellos, timbres, etc., inutilizados, será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil
quinientos.”

El delito consiste, en la primera de sus modalidades, en hacer desaparecer de los sellos, timbres, marcas, y
contraseñas, los signos que indiquen haber sido ya utilizados para el objeto de su expedición.

La conducta supone el borrado de los signos prescriptos, eliminarlos con lavados o recomponer el signo que se
empleó para su inutilización.

Los signos son los sellos, firmas o perforaciones que se emplean para anular estampillas, timbres y billetes.

El delito del párrafo 2 se comete cuando se usa el sello, timbre, etc, restaurado o cuando se lo hace usar por un
tercero o cuando se pone en venta el objeto inutilizado.

Son delitos dolosos, que admiten dolo directo.

La figura prevista prevista en el párrafo 1 se consuma cuando ha quedado concluida la tarea de restauración del
objeto, siendo indiferente que se lo use o no posteriormente. La tentativa aparece como admisible.

El delito del párrafo 2 se consuma cuando se usa el sello, timbre, etc, restaurado, cuando se lo hace usar por un
tercero o cuando se pone en venta el objeto inutilizado. La doctrina entiende como muy difícil la posibilidad de
tentativa.

Agravante

El art. 291 establece: “Cuando el culpable de alguno de los delitos comprendidos en los artículos anteriores, fuere
funcionario público y cometiere el hecho abusando de su cargo, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por doble
tiempo del de la condena.”

4. Falsificación de documentos en general

Concepto:

El art. 77 establece: El término “documento” comprende toda representación de actos o hechos, con independencia
del soporte utilizado para su fijación, almacenamiento, archivo o transmisión.

Entonces para el CP, es toda idea, declaración o expresión del pensamiento humano que se manifieste al mundo
exterior mediante la palabra escrita consignada en un soporte de papel. Queda equiparado la manifestación escrita
instrumentada por medio de un sistema o formato digital, es decir que tiene los mismos efectos jurídicos, validez y
fuerza obligatoria que un documento expresado por medios digitales, y por lo tanto, se presenta como un objeto
posible de falsedad documental.
Eugenia Sanchez
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La doctrina y jurisprudencia le atribuyen al documento características básicas:

a) Medio de perpetuación del contenido: el documento debe manifestarse al exterior mediante una forma
determinada, fijada sobre un soporte material o físico, de manera que pueda perpetuarse (carácter de
permanencia) y durar tanto en el tiempo como en el espacio. El soporte material debe ser idóneo y
consistente, por ello quedan excluidas las expresiones orales y las declaraciones que no poseen durabilidad,
por ej. inscripciones en la nieve.
b) Medio de prueba: el documento, a los efectos penales, debe tener capacidad para producir efectos en el
tráfico jurídico, o sea, que debe poseer, por sí mismo, aptitud probatoria, es decir, capacidad para servir
como prueba objetiva de hechos y relaciones jurídicas. El documento debe tener autor y contenido, siendo
un elemento esencial la declaración contenida en él.
c) Medio de garantía: el documento debe ser siempre la expresión de la voluntad de una persona determinada.
Tradicionalmente, ha sido la firma la herramienta indispensable para atribuir el contenido del documento a
su autor, pero no es la única.

Especies de documentos:

● Instrumento público: es aquel documento autorizado por un oficial público o investido para el ejercicio de la
función, hace fe pública y se confecciona de acuerdo a las solemnidades legales. El CCyC establece que son
instrumentos públicos: a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios; b) los instrumentos que
extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que establecen las leyes; c) los títulos
emitidos por el Estado nacional, provincial o CABA, conforme a las leyes que autorizan su emisión.
● Instrumentos privados: el CCyC establece que los instrumentos particulares pueden estar firmados o no. Si lo
están, se llaman instrumentos privados. Si no lo están, se los denomina instrumentos particulares no
firmados. Se caracterizan por no tener formalidades específicas, son celebrados entre partes sin presencia
de un escribano, deben ser firmados y confeccionados en doble ejemplar.

Diversas clases de falsedad:

Todas las formas de falsedad contienen como exigencia típica el requisito de que de la falsedad pueda resultar un
perjuicio (posibilidad de afectación de otros bienes jurídicos distintos de la fe pública). Esta condición del tipo
objetivo se aprecia en la falsedad material, en la falsedad ideológica y en la falsedad impropia. La excepción está
dada en el delito de falso certificado médico, cuya dinámica comisiva exige la producción de un perjuicio efectivo.

Entonces, en la generalidad de los casos, estamos frente a infracciones de pura actividad y de peligro concreto, que
exigen la posibilidad de afectación de un bien jurídico distinto de la fe pública.

● Falsedad material:

El art. 292 establece: El que hiciere en todo o en parte un documento falso o adultere uno verdadero, de modo que
pueda resultar perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, si se tratare de un instrumento
público y con prisión de seis meses a dos años, si se tratare de un instrumento privado.

Si el documento falsificado o adulterado fuere de los destinados a acreditar la identidad de las personas o la
titularidad del dominio o habilitación para circular de vehículos automotores, la pena será de tres a ocho años.

Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los documentos destinados a acreditar la identidad de las
personas, aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las fuerzas armadas, de seguridad, policiales o
penitenciarias, las cédulas de identidad expedidas por autoridad pública competente, las libretas cívicas o de
enrolamiento, y los pasaportes, así como también los certificados de parto y de nacimiento.

El delito consiste en hacer, en todo o en parte, un documento falso o en adulterar uno verdadero.

Eugenia Sanchez
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Hacer en todo un documento falso consiste en crear, fabricar, confeccionar, etc., un documento y atribuírselo a una
persona distinta del otorgante. El documento totalmente falso es aquel en el que se falsifica la autenticidad o autoría
y con ello la genuinidad de un documento, lo cual se puede realizar atribuyendo la manifestación a alguien que no es
su autor, o atribuyendo la manifestación propia de una persona supuesta.

Hacer parcialmente un documento falso admite, como conducta falsaria, que sea tanto el propio autor del acto
genuino el que produzca el acto falso como un tercero. En cualquier caso, el documento debe ser genuino o legítimo
y tanto en la creación total o parcial de un documento falso, se requiere de una tarea imitativa.

La adulteración de un documento verdadero implica la existencia de un documento autentico o genuino, pero falso
en su significación. El autor trabaja sobre un documento existente y verdadero, introduciéndole modificaciones a su
tenor. La alteración debe dejar subsistente el documento originario. Admite, a diferencia de la falsificación, que la
conducta pueda ser realizada por el otorgante.

Por regla general, puede ser autor de falsedad material cualquier persona, incluso un funcionario público. Pero, hay
que distinguir: si se trata de la creación total de un documento falso, autor sólo puede ser un tercero distinto del
otorgante, ya que si el autor de la falsedad fuera el otorgante, el documento será siempre genuino, es decir,
representará lo que él ha manifestado, independientemente de que sea verdad o no lo que dijo. Por el contrario, si
la falsedad es parcial, autor puede ser cualquiera, incluso el propio otorgante. Si se trata de un instrumento público,
sujeto activo puede ser aun el fedatario que ha intervenido en él. Sujeto pasivo, en cambio, puede ser cualquier
persona.

Subjetivamente, el delito es doloso, de dolo directo. Con respecto al momento consumativo, hay que distinguir: si se
trata de documentos públicos, la consumación típica coincidirá con la acción material, esto es, hacer en todo o en
parte el instrumento público, ya que es en dicho momento en que surge la posibilidad de perjuicio al bien jurídico. Si
se trata, por el contrario, de un instrumento privado, la falsedad se consumará cuando se utilice o emplee el
documento falsificado. La tentativa, en general, no ha sido admitida.

● Falsedad ideológica:

El art. 293 establece: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años, el que insertare o hiciere insertar en
un instrumento público declaraciones falsas, concernientes a un hecho que el documento deba probar, de modo que
pueda resultar perjuicio.
Si se tratase de los documentos o certificados mencionados en el último párrafo del artículo anterior, la pena será de
3 a 8 años.

La falsedad ideológica puede ser definida como aquella declaración falsa contenida en un instrumento autentico. Se
trata de un documento que en sus formas es auténtico, pero que en su contenido es falso.
El delito consiste en insertar o hacer insertar declaraciones falsas relativas a un hecho que el instrumento debe
probar. Insertar quiere decir incluir en el documento declaraciones que no son verdaderas, conducta que puede
llevarse a cabo únicamente por quien extiende el documento, siendo este el oficial público. En este supuesto, el
autor da fe de un hecho que no ocurrió en su presencia o que, si ocurrió, lo ha sido de un modo diferente al que se
materializa en el documento. Hacer insertar implica orientar la conducta a que una persona (el otorgante del acto)
logre (haga insertar) que otra persona (el fedatario) introduzca en el documento declaraciones falsas. Esta
modalidad no puede ser cometida por el particular solo, dado que se trata de una conducta compuesta, que
requiere la contribución de otra persona. La conducta solo será punible en la medida en que exista un “deber de
decir verdad” por parte del otorgante, ya que si no existe, no hay delito.

Los medios de comisión del delito pueden ser cualquiera, como las simples mentiras, engaños fraudulentos, empleo
de coacción, etc.

Eugenia Sanchez
Eugenia Sanchez

La punibilidad de estas acciones depende de la concurrencia de las siguientes condiciones: que dichas declaraciones
sean concernientes a un hecho que el instrumento deba probar, y que de la conducta falsaria surja la posibilidad de
perjuicio.

Son objetos del delito los instrumentos públicos, dado que son los únicos dotados de la garantía de la fe pública.
Excepcionalmente, la ley incluye la falsedad ideológica de instrumentos privados, como son el falso certificado y las
facturas de crédito.

Con respecto al sujeto activo, hay que distinguir: si la acción consiste en insertar, sólo puede ser sujeto activo el
oficial público, ya que sólo él posee competencia. Si la acción consiste en hacer insertar, sujeto activo puede ser
cualquier persona que la ley pone a cargo la obligación de veracidad, esto es, un deber jurídico de realizar una
declaración veraz, es decir, de una declaración impuesta normativamente.

El delito es doloso, compatible sólo con el dolo directo, que se consuma cuando ha quedado perfeccionado el
instrumento público con todos sus signos de autenticidad. La tentativa no parece admisible.

● Falsedad por supresión:

El art. 294 establece: El que suprimiere o destruyere, en todo o en parte, un documento de modo que pueda resultar
perjuicio, incurrirá en las penas señaladas en los artículos anteriores, en los casos respectivos.
Acá lo falso se constituye por la ocultación de lo verdadero, mediante la desaparición de la fuente de verdad
conformada por el documento que se suprime.

El delito consiste en destruir (hacer desaparecer el documento, rompiéndolo, borrando su contenido, etc.) o
suprimir (tornar imposible su utilización, ya sea porque lo oculta, no lo exhibe o no lo entrega en el momento
oportuno, impide su localización, etc.) total o parcialmente, un documento de modo que pueda resultar perjuicio.

Lo que realmente importa es que la conducta haya afectado lo esencial del documento, esto es, lo que éste
representa jurídicamente. La destrucción o supresión puede recaer sobre documentos públicos o privados. Pero, es
requisito de la tipicidad que las acciones recaigan sobre un documento genuinamente verdadero.

Es un delito doloso que puede ser cometido por cualquier persona. El objeto puede ser un documento, público o
privado. En cualquier caso, resulta exigible la posibilidad de perjuicio. La consumación coincide con la realización de
las acciones típicas. Se rechaza la tentativa.

Uso de documento falso:

El art. 296 establece: El que hiciere uso de un documento o certificado falso o adulterado, será reprimido como si
fuere autor de la falsedad.

El delito consiste en hacer uso de un documento falso en el tráfico jurídico, sea público o privado, nacional o
extranjero, y de acuerdo con su destino probatorio. No se castiga el mero uso, sino el empleo del documento en el
tráfico jurídico.

Es una figura autónoma, en la que sujeto activo puede ser cualquier persona, siempre que no se trate del propio
falsificador. El delito es doloso, de dolo directo, y se consuma con el uso del documento o certificado falso o
adulterado, de modo que pueda resultar perjuicio, el cual debe derivar de la forma en que el documento falso fue
utilizado, es decir, de su empleo en el tráfico jurídico y no del que es propio de la conducta falsaria. La tentativa es
generalmente rechazada por la doctrina.

Falsedad de certificado médico:

El art. 295 establece: Sufrirá prisión de un mes a un año, el médico que diere por escrito un certificado falso,
concerniente a la existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna enfermedad o lesión cuando de ello resulte
perjuicio.
Eugenia Sanchez
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La pena será de uno a cuatro años, si el falso certificado debiera tener por consecuencia que una persona sana fuera
detenida en un manicomio, lazareto u otro hospital.
El precepto contempla dos formas de falsedad ideológica en instrumento privado, pero que, en cualquier caso, la
falsedad debe recaer sobre un documento genuino o autentico. Lo falso del certificado es su contenido, por ello la
falsedad es ideológica.

El delito consiste en dar por escrito un certificado médico falso, esto es, una constancia escrita, extendida por un
médico diplomado, en el que se hace constar la existencia o inexistencia de una enfermedad o lesión de cualquier
clase, su tiempo de curación o tratamiento, o cualquier otra circunstancia relacionada con el suceso que se afirma.

La figura exige la concurrencia de un daño efectivo en la propia persona que se indica en el falso certificado o en un
tercero. Sujeto activo sólo puede ser un médico. La infracción es dolosa, que admite el dolo eventual y se consuma
con la producción del perjuicio. La tentativa puede resultar admisible.

El delito se agrava si se extiende un certificado médico, concerniente a la existencia o inexistencia, presente o


pasada, de una enfermedad o lesión, que debiera tener como consecuencia que una persona sana fuera detenida en
un manicomio (instituto de salud mental), lazareto (lugar de internación de personas que han contraído
enfermedades contagiosas y peligrosas, por ej. casa de cuarentena) u otro hospital. El delito es doloso, de dolo
directo. No requiere para su consumación la efectiva causación de un perjuicio, sino que es suficiente con que
concurra la concreta posibilidad de que una persona sea internada en alguno de los establecimientos enunciados en
la norma. Si la internación efectivamente se produce, la figura concurrirá idealmente con el delito de privación ilegal
de la libertad personal. La tentativa no parece admisible.

Documentos equiparados:

El art. 297 establece: Para los efectos de este Capítulo, quedan equiparados a los instrumentos públicos los
testamentos ológrafos o cerrados, los certificados de parto o de nacimiento, las letras de cambio y los títulos de
crédito transmisibles por endoso o al portador, no comprendidos en el artículo 285.

Se trata de una equiparación sólo a los fines de la pena, no del delito, circunstancia que tiene efectos en el ámbito de
la consumación típica, ya que la falsificación de estos documentos podrá dar lugar únicamente a los delitos de
falsificación material y falsificación por supresión, pero no respecto de la falsedad ideológica, que sólo puede
concretarse, en general, con relación a instrumentos públicos. En consecuencia, será el uso del documento la
conducta que tipifique el delito.

Los documentos comprendidos son los testamentos ológrafos, es decir, los escritos a mano por el testador y
cerrados; las letras de cambio, que son títulos de crédito formales y completos que contienen una promesa
incondicionada o abstracta de hacer pagar a su vencimiento al tomador o a su orden una suma de dinero en lugar
determinado, vinculando solidariamente a todos los que en ella intervienen; los títulos de crédito transmisibles por
endoso o al portador, no comprendidos en el art. 285, que engloba a otros documentos que no están incluidos en
éste, como los vales o pagares, giros bancarios, postales o telegráficos, etc.

Situación del funcionario público:

El art. 298 establece: Cuando alguno de los delitos previstos en este Capítulo, fuere ejecutado por un funcionario
público con abuso de sus funciones, el culpable sufrirá, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la
condena.

Falsedad en facturas de crédito:

El art. 298 bis establece: Quienes emitan o acepten facturas de crédito que no correspondan a compraventa, locación
de cosas muebles, locación de servicios o locación de obra realmente contratadas, serán sancionados con la pena
prevista en el artículo 293 de este Código. Igual pena les corresponderá a quienes injustificadamente rechacen o

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eludan la aceptación de factura de crédito, cuando el servicio ya hubiese sido prestado en forma debida, o reteniendo
la mercadería que se le hubiere entregado.
La factura de crédito es un instrumento privado y escrito, un título valor o de crédito, también denominado “título
circulatorio”, por medio del cual se ejerce el derecho literal y autónomo que en él se menciona.

El tipo penal describe dos formas delictivas: la emisión o aceptación de facturas de crédito que no correspondan a
las operaciones previstas en la ley, y el rechazo o negativa injustificada de aceptación de una factura de crédito
cuando el servicio ya se hubiese realizado o retenido la mercadería entregada.

1. La primera modalidad consiste en emitir o aceptar una factura de crédito sobre operaciones distintas de las
previstas expresamente en la ley. Debe tratarse de una operación ficticia, esto es, en la que la finalidad
perseguida por ambos contratantes sea la de beneficiar a una de las partes, generando un derecho
creditorio que nace de una operación simulada o fraudulentamente concertada.
Se trata de un tipo especial, que sólo puede ser cometido por el vendedor o locador denominado emisor o librador,
y el comprador o locatario, que es el deudor obligado al pago y el creador jurídico o cambiario del
documento, que debe aceptarlo.
La infracción es dolosa y de pura actividad, que se consuma con la realización de las acciones típicas, sin requerir
daño patrimonial alguno. La tentativa no parece admisible.
2. La segunda modalidad consiste en rechazar o eludir, injustificadamente, la aceptación de una factura de
crédito, cuando ya se hubiera recibido la mercadería objeto de la compraventa y se la retuviera, o cuando el
servicio ya se hubiese prestado en la manera debida, o entregado la obra o la cosa objeto de la locación.
Presupone la concurrencia de una operación real, es decir, de una factura de crédito emitida conforme a la ley y que
represente una compraventa o una locación existente, y el deudor no la acepte o eluda su aceptación sin
motivo alguno.
Es un delito especial, su autor sólo puede ser el comprador o locatario de la operación, que es quien debe aceptar la
factura de crédito correctamente emitida por el vendedor o locador. Es una infracción dolosa, de pura
actividad, que se consuma con el rechazo de la aceptación de la cambial ola actividad enderezada a eludir el
rechazo. La tentativa no resulta admisible.

5. Fabricación, introducción o tenencia de instrumentos para falsificar


El art. 299 establece: Sufrirá prisión de un mes a un año, el que fabricare, introdujere en el país o conservare en su
poder, materias o instrumentos conocidamente destinados a cometer alguna de las falsificaciones legisladas en este
Título.

Se trata de una excepción a la regla general de no punibilidad de los actos preparatorios. Se los reconoce como
“delitos de posesión o de tenencia”, que se caracterizan por el mero hecho de tener un objeto peligroso o de objetos
idóneos o que sólo sirven para cometer delitos.

El delito consiste en fabricar, introducir al país o conservar en el propio poder, materias (sustancias que se utilizan en
la tarea falsificadora, como papel, tinta, metales) o instrumentos (piezas, máquinas, aparatos o elementos que se
aplican en la actividad falsaria). Sin embargo, no es suficiente con que se empleen estos elementos en la actividad
delictiva, sino que debe tratarse de objetos conocidamente destinados a cometer alguna de las falsificaciones.
La infracción es dolosa, de dolo directo, pudiendo cometerla cualquier persona. Se consuma con la realización de las
acciones típicas de fabricar, introducir o tener el objeto destinado a la falsificación.

6. Fraudes al comercio y a la industria


Agiotaje:

El art. 300 inc. 1 establece: “Serán reprimidos con prisión de seis meses a dos años:

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1º. El que hiciere alzar o bajar el precio de las mercaderías por medio de noticias falsas, negociaciones fingidas o por
reunión o coalición entre los principales tenedores de una mercancía o género, con el fin de no venderla o de no
venderla sino a un precio determinado”

El delito consiste en hacer alzar o hacer bajar el precio de las mercaderías por los medios expresamente previstos.
No se trata de castigar la simple acción de no vender una mercadería o de venderla a un precio determinado, sino
que el delito reside en realizar estas acciones por los medios expresamente establecidos:

● Noticias falsas: son aquellos hechos, sucesos o acontecimientos que no ocurrieron u ocurrieron de manera
diferente, cuya difusión tiene incidencia en el valor de las cosas, osea que las noticias falsas deben haber
sido difundidas con la finalidad de producir una alteración en los precios corrientes en el mercado.

● Negociaciones fingidas: son aquellas operaciones inexistentes que tienen influencia decisiva en las variables
de la oferta y la demanda. Son maniobras enderezadas a producir el aumento del valor de un producto y
que, por sus características, resultan peligrosas para el mundo de los negocios.

● Coalición entre los principales tenedores: es la fusión, pacto o acuerdo entre los comerciantes, fabricantes o
productores más importantes de una comunidad para controlar los precios de los productos. Se trata de una
maniobra dirigida a alterar los precios de las mercaderías o géneros de que se trate. Es la especulación de los
grandes capitalistas en perjuicio de los comerciantes más débiles.

Los objetos sobre los que puede recaer el delito son las mercaderías (toda clase de efectos susceptibles de
expendio).

En cuanto a las noticias falsas y las negociaciones fingidas, sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso quienes
no fueran a beneficiarse por el alza o baja de los precios. En la coalición entre los principales tenedores de una
mercadería solo puede serlo quien sea tenedor principal de mercaderías, fondos o valores.
Se trata de un delito doloso, compatible solo con el dolo directo, que exige la concurrencia de un elemento
subjetivo: la finalidad de no vender el producto, fondo o valor o de venderlos a un precio determinado. Cuando se
concreta este resultado, el delito esta consumado. La tentativa es admisible.

Ofrecimiento fraudulento de valores


El art. 300 inc. 2 establece: “2º. El que ofreciere fondos públicos o acciones u obligaciones de alguna sociedad o
persona jurídica, disimulando u ocultando hechos o circunstancias verdaderas o afirmando o haciendo entrever
hechos o circunstancias falsas”

En este delito la acción típica es la de ofrecer al público en general la realización de un acto jurídico. La conducta es
delictiva solo en la medida en que la oferta vaya acompañada de una actividad disimuladora o de ocultamiento de
hechos o circunstancias verdaderas, o cuando el autor afirma o da a entender hechos o circunstancias falsas que
inciden en el valor de los títulos.

La oferta puede realizarse por cualquier medio de difusión, ya que lo que realmente importa es que llegue a un
número indeterminado de personas.

Los objetos son los fondos públicos, acciones de capital de una persona jurídica u obligaciones de alguna sociedad.
Sujeto activo del delito puede ser cualquier persona. La infracción es dolosa, compatible únicamente con el dolo
directo y se consuma con el ofrecimiento mentiroso de los efectos descriptos en el precepto legal, sin que resulte
necesario que se haya logrado la colocación o venta de tales objetos, o que el acto jurídico de que se trate quede
perfecto. No admite la tentativa.

Balance e informes falsos

Eugenia Sanchez
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El art. 300 inc. 3 establece “3º. El fundador, director, administrador, liquidador o síndico de una sociedad anónima o
cooperativa o de otra persona colectiva, que a sabiendas publicare, certificare o autorizare un inventario, un balance,
una cuenta de ganancias y pérdidas o los correspondientes informes, actas o memorias, falsos o incompletos o
informare a la asamblea o reunión de socios, con falsedad o reticencia, sobre hechos importantes para apreciar la
situación económica de la empresa, cualquiera que hubiere sido el propósito perseguido al verificarlo.”

La norma persigue garantizar el derecho a una correcta información de los socios, acreedores y terceros, que deben
reflejarse en documentos claros y exactos, derecho que se corresponde con el deber de los empresarios de llevar
una contabilidad ordenada y fiel.

La acción típica es publicar, certificar o autorizar, que debe rehacer sobre alguno de los objetos descriptos en la
norma: un inventario, un balance, una cuenta de ganancias y pérdidas, o informes, actas o memorias.

Sujeto activo solo puede ser el fundador, director, administrador, liquidador o sindico de una sociedad anónima o
cooperativa. Se trata de un delito especial propio, que solo puede ser cometido por un autor que reúna alguna de
estas cualidades.

Se trata de figuras dolosas que admiten el dolo directo. La consumación coincide con la realización de las respectivas
acciones típicas, esto es con la publicación, la autorización, la certificación o el informe del balance, etc. no se
requiere la producción de ningún perjuicio patrimonial. No admite la tentativa.

Autorización de actos indebidos

El art. 301 establece: “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el director, gerente, administrador o
liquidador de una sociedad anónima, o cooperativa o de otra persona colectiva que a sabiendas prestare su concurso
o consentimiento a actos contrarios a la ley o a los estatutos, de los cuales pueda derivar algún perjuicio. Si el acto
importare emisión de acciones o de cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a tres años de prisión, siempre
que el hecho no importare un delito más gravemente penado.”

El delito consiste en prestar el concurso o el consentimiento para la realización de actos contrarios a la ley o a los
estatutos, en el marco de una persona jurídica de las que se encuentran denunciadas en la norma. Se trata de
acciones alternativas que convergen en una misma conducta: prestar la colaboración para llevar a cabo los actos
ilegales o contrarios al estatuto societario, de los cuales pueda derivar algún perjuicio.

El tipo requiere la concurrencia de un elemento normativo: que el acto sea contrario a la ley o a los estatutos de la
sociedad. La tipicidad se verá concretada cuando, además de ser contrarias a la ley o a los estatutos, de ellas pueda
derivar algún perjuicio, el cual puede ser de cualquier naturaleza.

Autores de este delito solo pueden ser el director, gerente, administrador o liquidador de una sociedad anónima, o
cooperativa o de otra persona colectiva, sea que ejerzan una función permanente o transitoria en el ente colectivo,
es decir, que comprende tanto a los titulares de la función como a sus ocasionales reemplazantes.

Se trata de un delito doloso, que admite únicamente el dolo directo.

Se agrava si el acto importa la emisión de acciones o de cuotas de capital. El tipo agravado es subsidiario, ya que la
ley establece que se aplicara la mayor penalidad siempre que el hecho no importara un delito más gravemente
penado

Juego ilegal

El art. 301bis establece: “Será reprimido con prisión de tres (3) a seis (6) años el que explotare, administrare, operare
o de cualquier manera organizare, por sí o a través de terceros, cualquier modalidad o sistema de captación de
juegos de azar sin contar con la autorización pertinente emanada de la autoridad jurisdiccional competente.”

Eugenia Sanchez
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El bien jurídico protegido es el normal desenvolvimiento del sector del trafico negocial relacionado con los juegos de
azar que se ve opacado cuando se desarrollan actividades de este tipo al margen de las autorizaciones estatales
correspondientes, lo que los convierte en ilegales.

El delito consiste en explotar, administrar, operar o en organizar la actividad ilegal. Lo que debe organizarse y/o es
un juego de hacer, esto es todo aquel en el cual concurra un fin de lucro y en cuyo resultado predomine la suerte
sobre la inteligencia o habilidad del jugador.

El tipo comprende cualquier modalidad o sistema de captación de juegos de azar. La actividad debe ser ilegal, esto es
sin autorización de la autoridad jurisdiccional competente para regular el marco normativo de los juegos de azar.

Es un delito doloso, de dolo directo que se consuma con la realización de una o más de las acciones típicas. La
tentativa no parece posible

7. Pago con cheque sin provisión de fondos

El delito lesiona la fe pública al atentar contra la confianza general que debe existir respecto de la veracidad
sustancial de la orden de pago sustitutiva de la moneda que constituye el cheque.

El régimen legal aplicable en materia de cheques es el de la Ley 24.452 que establece dos clases de cheques: los
comunes y los de pago diferido.

Carácter subsidiario de la figura


El art. 302 establece una hipótesis de subsidiariedad expresa con relación al delito de estafa, al establecer que “sera
reprimido… siempre que no concurran las circunstancias del 172” (estafa).
Esta relación de subsidiariedad importa determinar, frente a un hecho concreto, que figura resulta aplicable:
cheques sin provisión de fondos o estafa. Entonces, siempre que se utilice un cheque como medio ardidoso para
provocar un perjuicio patrimonial a un tercero estaremos en el ámbito de la estafa. En cambio, si se entrega un
cheque en concepto de pago de una deuda preexistente, o para el pago en cuotas, o como garantía de una
operación estaremos en el ámbito de los libramientos indebidos.

Diversas figuras:
El art. 302 establece: Será reprimido con prisión de seis meses a cuatro años e inhabilitación especial de uno a cinco
años, siempre que no concurran las circunstancias del artículo 172:

1º. El que dé en pago o entregue por cualquier concepto a un tercero un cheque sin tener provisión de fondos o
autorización expresa para girar en descubierto, y no lo abonare en moneda nacional dentro de las veinticuatro horas
de habérsele comunicado la falta de pago mediante aviso bancario, comunicación del tenedor o cualquier otra forma
documentada de interpelación;

2º. El que dé en pago o entregue, por cualquier concepto a un tercero un cheque, a sabiendas de que al tiempo de su
presentación no podrá legalmente ser pagado;

3º. El que librare un cheque y diera contraorden para el pago, fuera de los casos en que la ley autoriza a hacerlo, o
frustrare maliciosamente su pago;

4º. El que librare un cheque en formulario ajeno sin autorización.

Las figuras delictivas que prevé la disposición son:

1. Libramiento de cheque sin provisión de fondos:

Concepto de cheque: es una orden de pago pura y simple librada contra un banco en el cual el librador tiene fondos
depositados a su orden en cuenta corriente bancaria o autorización para girar en descubierto.
Eugenia Sanchez
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La Ley de Cheques 24.452 establece que los cheques son de dos clases: comunes y de pago diferido.

Además, el cheque común debe tener: la denominación cheque, un numero de orden, lugar y fecha de creación,
nombre de la entidad financiera girada y el domicilio del pago, orden pura y simple de pagar una suma determinada
de dinero y la firma del librador.

La acción prevista en el inc. 1 del art. 302, consiste en dar en pago o entregar por cualquier concepto un cheque sin
tener provisión de fondos y no abonarlo dentro del plazo que fija la ley.

De modo que no basta con entregar el cheque sin fondos, ya que el delito no quedará consumado si el librador luego
abona su importe en moneda nacional dentro de las 24 horas. Entonces, el delito recién se consuma si el librador
deja transcurrir las 24 horas, sin abonar el importe.

Para que se configure el delito, es preciso que al librador se le haya comunicado la falta de pago, ya sea mediante
aviso bancario, o por comunicación del tenedor, o por cualquier otra forma documentada de interpelación.

Es suficiente con que los fondos no alcancen a cubrir el importe del cheque.

2. Libramiento de cheque a sabiendas de que no podrá ser pagado:

La acción consiste en dar en pago o entregar por cualquier concepto un cheque, sabiendo que al tiempo de su
presentación no podrá legalmente ser pagado, de modo que el dolo existe desde el momento en que libró el cheque.

El delito se consuma con la mera entrega del cheque, no se requiere, la falta de pago ni su consumación.

La imposibilidad legal de que el cheque sea pagado, puede derivar de diversos motivos: puede ocurrir que la cuenta
bancaria haya sido cerrada, o que está a nombre de dos personas en forma conjunta y el cheque haya sido firmado
por una sola de ellas, o que se haya empleado una firma diferente a la que tiene registrada en el Banco, etc.

3. Frustración del pago del cheque

La acción consiste en librar el cheque y dar contraorden para su pago o frustrar su pago maliciosamente.

Es un hecho doloso que se consuma en el momento de dar la contraorden o de frustrar maliciosamente el pago.
La frustración puede llevarse a cabo: denunciando falsamente el extravío o la sustracción del cheque, cerrando la
cuenta, etc.
4. Libramiento de cheque en formulario ajeno:

La acción consiste en librar un cheque en un formulario ajeno, sin cortar con la autorización del titular de la cuenta
corriente contra la cual el cheque se libra.

El hecho es doloso, consistiendo el dolo en saber que el formulario en el cual se está librando el cheque es ajeno, y
que se carece de la autorización del titular.

8. Delitos contra el orden económico y financiero

El Código Penal trata el delito de lavado de activos de origen delictivo o lavado de dinero.

Por lavado de dinero debe entenderse aquella operación mediante la cual el dinero de origen siempre ilícito es
invertido, ocultado, sustituido o transformado y restituido a los circuitos económicos financieros legales,
incorporándose a cualquier tipo de negocio como si se hubiera obtenido de forma licita.

Con la Ley 26.683 que reformó estos delitos, se considera que el lavado dinero no solo ataca la administración de
justicia sino también otros bienes ya que vulnera el orden socio-economico del país, y ya no es considerado como
una especie de encubrimiento sino como delito autónomo.

Eugenia Sanchez
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Disposición de bienes provenientes de ilícitos:

El art. 303 establece: 1) Será reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años y multa de dos (2) a diez (10) veces del
monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier otro
modo pusiere en circulación en el mercado, bienes provenientes de un ilícito penal, con la consecuencia posible de
que el origen de los bienes originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito, y siempre que su
valor supere la suma de pesos trescientos mil ($ 300.000), sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos
vinculados entre sí.

2) La pena prevista en el inciso 1 será aumentada en un tercio del máximo y en la mitad del mínimo, en los siguientes
casos:

a) Cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miembro de una asociación o banda formada para la
comisión continuada de hechos de esta naturaleza;

b) Cuando el autor fuera funcionario público que hubiera cometido el hecho en ejercicio u ocasión de sus funciones.
En este caso, sufrirá además pena de inhabilitación especial de tres (3) a diez (10) años. La misma pena sufrirá el que
hubiere actuado en ejercicio de una profesión u oficio que requirieran habilitación especial.
3) El que recibiere dinero u otros bienes provenientes de un ilícito penal, con el fin de hacerlos aplicar en una
operación de las previstas en el inciso 1, que les dé la apariencia posible de un origen lícito, será reprimido con la
pena de prisión de seis (6) meses a tres (3) años.

4) Si el valor de los bienes no superare la suma indicada en el inciso 1, el autor será reprimido con la pena de prisión
de seis (6) meses a tres (3) años.

5) Las disposiciones de este artículo regirán aún cuando el ilícito penal precedente hubiera sido cometido fuera del
ámbito de aplicación espacial de este Código, en tanto el hecho que lo tipificara también hubiera estado sancionado
con pena en el lugar de su comisión.

Las conductas reprimidas son convertir, transferir, administrar, vender, gravar, disimular o de cualquier otro modo
poner en circulación en el mercado bienes provenientes de un ilícito penal.
Es un delito doloso, ya que requiere saber que los bienes tienen un origen delictivo y además la voluntad de realizar
cualquiera de las conductas típicas, con la finalidad especifica de que los bienes adquieran la apariencia de tener un
origen licito.

Se consuma cuando se convierte, transfiere, administra, vende, grava o de cualquier otro modo se ponga en
circulación en el mercado dinero o bienes provenientes de ilícito penal.

Se aplica si el monto de la operación de lavado es superior a $300.000, ya que si es menor a ese monto la pena es de
menos prisión.

Formas agravadas:

Se agrava si el autor realiza las conductas con habitualidad o como miembro de una asociación o banda formada
para la comisión continuada de este tipo de hechos. También se agrava cuando fuera cometido por un funcionario
público o por quien actúe en ejercicio de una profesión u oficio que requirieran habilitación especial.
Además, se prevé un supuesto de aplicación territorial, al establecer que las disposiciones del art. regirán aun
cuando el ilícito penal precedente hubiera sido cometido fuera del ámbito de aplicación especial del Código en tanto
que el hecho que lo tipificara también hubiera estado sancionado con pena en el lugar de su comisión.

Sanción a personas de existencia ideal:

Eugenia Sanchez
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El art. 304 establece: Cuando los hechos delictivos previstos en el artículo precedente hubieren sido realizados en
nombre, o con la intervención, o en beneficio de una persona de existencia ideal, se impondrán a la entidad las
siguientes sanciones conjunta o alternativamente:

1. Multa de dos (2) a diez (10) veces el valor de los bienes objeto del delito.

2. Suspensión total o parcial de actividades, que en ningún caso podrá exceder de diez (10) años.
3. Suspensión para participar en concursos o licitaciones estatales de obras o servicios públicos o en cualquier otra
actividad vinculada con el Estado, que en ningún caso podrá exceder de diez (10) años.

4. Cancelación de la personería cuando hubiese sido creada al solo efecto de la comisión del delito, o esos actos
constituyan la principal actividad de la entidad.

5. Pérdida o suspensión de los beneficios estatales que tuviere.

6. Publicación de un extracto de la sentencia condenatoria a costa de la persona jurídica.

Para graduar estas sanciones, los jueces tendrán en cuenta el incumplimiento de reglas y procedimientos internos, la
omisión de vigilancia sobre la actividad de los autores y partícipes, la extensión del daño causado, el monto de dinero
involucrado en la comisión del delito, el tamaño, la naturaleza y la capacidad económica de la persona jurídica.
Cuando fuere indispensable mantener la continuidad operativa de la entidad, o de una obra, o de un servicio en
particular, no serán aplicables las sanciones previstas por el inciso 2 y el inciso 4.

Contempla la posibilidad de sancionar a las personas jurídicas en el supuesto que las maniobras de lavado se hayan
llevado a cabo en nombre, o con la intervención, o en beneficio de una persona de existencia ideal

Uso indebido de información privilegiada:

El art. 307 establece: Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa equivalente al monto de la
operación, e inhabilitación especial de hasta cinco (5) años, el director, miembro de órgano de fiscalización,
accionista, representante de accionista y todo el que por su trabajo, profesión o función dentro de una sociedad
emisora, por sí o por persona interpuesta, suministrare o utilizare información privilegiada a la que hubiera tenido
acceso en ocasión de su actividad, para la negociación, cotización, compra, venta o liquidación de valores
negociables.

El término información privilegiada comprende toda información no disponible para el público cuya divulgación
podría tener significativa influencia en el mercado de valores.

Agravantes:

El mínimo de la pena se elevará cuando:

 Los autores del delito utilizaren o suministren información privilegiada de manera habitual.
 El uso o suministro de información privilegiada diera lugar a la obtención de un beneficio o evitara un
perjuicio económico, para sí o para terceros.
El máximo de la pena se elevará cuando:

 El uso o suministro de información privilegiada causare un grave perjuicio en el mercado de valores.


 El delito fuere cometido por un director, miembro del órgano de fiscalización, funcionario o empleado de
una entidad autorregulada o de sociedades calificadoras de riesgo, o ejerciera profesión de las que requieren
habilitación o matricula, o un funcionario público. En estos casos, se impondrá además pena de
inhabilitación especial.
Manipulación de valores negociables:

Eugenia Sanchez
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El art. 309 establece: 1. Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, multa equivalente al monto de la
operación e inhabilitación de hasta cinco (5) años, el que:

a) Realizare transacciones u operaciones que hicieren subir, mantener o bajar el precio de valores negociables u
otros instrumentos financieros, valiéndose de noticias falsas, negociaciones fingidas, reunión o coalición entre los
principales tenedores de la especie, con el fin de producir la apariencia de mayor liquidez o de negociarla a un
determinado precio;
b) Ofreciere valores negociables o instrumentos financieros, disimulando u ocultando hechos o circunstancias
verdaderas o afirmando o haciendo entrever hechos o circunstancias falsas.

2. Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años, cuando el representante, administrador o fiscalizador de una
sociedad comercial de las que tienen obligación de establecer órganos de fiscalización privada, informare a los socios
o accionistas ocultando o falseando hechos importantes para apreciar la situación económica de la empresa o que en
los balances, memorias u otros documentos de contabilidad, consignare datos falsos o incompletos.

BOLILLA 24
1. Leyes complementarias del código penal

Protección a los animales (Ley 14346):

Art. 1: Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de
crueldad a los animales.

Art. 2: Serán considerados actos de maltrato:


1. No alimentar en cantidad y calidad suficiente a los animales domésticos o cautivos.
2. Azuzarlos para el trabajo mediante instrumentos que, no siendo de simple estímulo, les provoquen
innecesarios castigos o sensaciones dolorosas.
3. Hacerlos trabajar en jornadas excesivas sin proporcionarles descanso adecuado, según las estaciones
climáticas.
4. Emplearlos en el trabajo cuando no se hallen en estado físico adecuado.
5. Estimularlos con drogas sin perseguir fines terapéuticos.
6. Emplear animales en el tiro de vehículos que excedan notoriamente sus fuerzas.

Art. 3: Serán considerados actos de crueldad:


1. Practicar la vivisección con fines que no sean científicamente demostrables y en lugares o por personas que
no estén debidamente autorizados para ello.
2. Mutilar cualquier parte del cuerpo de un animal, salvo que el acto tenga fines de mejoramiento, marcación o
higiene de la respectiva especie animal o se realice por motivos de piedad.
3. Intervenir quirúrgicamente animales sin anestesia y sin poseer el título de médico o veterinario, con fines que
no sean terapéuticos o de perfeccionamiento técnico operatorio, salvo el caso de urgencia debidamente
comprobada.
4. Experimentar con animales de grado superior en la escala zoológica al indispensable según la naturaleza de
la experiencia.
5. Abandonar a sus propios medios a los animales utilizados en experimentaciones.
6. Causar la muerte de animales grávidos cuando tal estado es patente en el animal y salvo el caso de las
industrias legalmente establecidas que se fundan sobre la explotación del nonato.

Eugenia Sanchez
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7. Lastimar y arrollar animales intencionalmente, causarles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por
sólo espíritu de perversidad.
8. Realizar actos públicos o privados de riñas de animales, corridas de toros, novilladas y parodias, en que se
mate, hiera u hostilice a los animales.

Conservación de la fauna silvestre:

La ley N° 22.421, denominada de “Conservación de la fauna silvestre”, fue sancionada en el 1981 con el propósito de
resguardar la importante reserva natural que significa la fauna silvestre frente a la constante depredación de que es
objeto, con el consiguiente perjuicio que ello implica para la conservación de las especies y para el equilibrio
ecológico.

Que tal propósito haya sido conseguido es algo bastante difícil de constatar, por cuanto poco se sabe acerca de los
mecanismos de control o políticas de Estado que su pudieron haber implementado para evitar –o, al menos,
simplificar- la criminalidad ambiental, en particular la que afecta sensiblemente a nuestros recursos naturales, entre
los que cuenta, ciertamente, la fauna silvestre, permanentemente acechada por la caza furtiva y el comercio
clandestino o ilegal de las especies, fundamentalmente de aquellas que se encuentran en peligro de extinción.

EL Capítulo VIII de la ley 22.421, denominado “De los delitos y sus penas”, contiene el régimen relativo a los delitos
contra la fauna silvestre en cuatro artículos. El art. 24 describe el delito de “caza furtiva”; el art. 25, en el párr. 1°, el
delito de “depredación de fauna”, y en el 2° las circunstancias agravantes; el art. 26 tipifica el delito de “caza con
procedimientos prohibidos” y, finalmente, el art. 27 hace referencia al delito de “comercio ilegal”.

1. Caza furtiva: Artículo 24, “Será reprimido con prisión de un mes a un año y con inhabilitación especial de
hasta tres años, el que cazare animales de la fauna silvestre en campo ajeno sin la autorización establecida
en el art. 16, inc. a”

La caza: El art. 15 la define como “la acción ejercida por el hombre, mediante el uso de artes, armas y otros medios
apropiados, persiguiendo o apresando ejemplares de la fauna silvestre con el fin de someterlos bajo su dominio,
apropiárselos como presa, capturándolos, dándoles muerte o facilitando estas acciones a terceros.

Fauna silvestre: el art. 3 la define como 1) Los animales que viven libres e independientes del hombre, en ambientes
naturales o artificiales. 2) Los bravíos o salvajes que viven bajo control del hombre, en cautividad o semicautividad.
3) Los originalmente domésticos que, por cualquier circunstancia, vuelven a la vida salvaje convirtiéndose en
cimarrones. Quedan excluidos del régimen de la presente Ley los animales comprendidos en las leyes sobre pesca.

2. Depredación de fauna: Artículo 25: “será reprimido con prisión de dos meses a dos años y con inhabilitación
especial de hasta tres años, el que cazare animales de la fauna silvestre cuya captura o comercialización este
prohibida o vedadas por la autoridad jurisdiccional de aplicación. La pena será de cuatro meses a tres años
de prisión con inhabilitación especial de hasta diez años, cuando el hecho se cometiere de modo organizado o
con el concurso de tres o más personas o con armas, artes o medios prohibidos por la autoridad jurisdiccional
de aplicación”.

En esta figura, el concepto de fauna silvestre se reduce a aquellos animales “cuya captura y comercialización estén
prohibidas o vedadas por la autoridad de aplicación”. Para las demás especies rige el principio de la libertad de caza.

3. Caza con procedimientos prohibidos: Artículo 26: “será reprimido con prisión de dos meses a dos años y con
inhabilitación especial de hasta cinco años, el que cazare animales de la fauna silvestre utilizando armas,
artes o medios prohibidos por la autoridad jurisdiccional de aplicación”.

Eugenia Sanchez
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La figura tiene de particular el hecho de que para su consumación el cazador debe haber usado alguno de los
procedimientos prohibidos por la autoridad administrativa. Pero aquí no funcionan con esa característica, sino que
constituyen verdaderos elementos objetivos del tipo que se integran en la caza furtiva, vale decir, respecto de
animales silvestres cuya captura y comercialización está permitida por la autoridad de aplicación.

En esta hipótesis, desde luego, el daño es menor que en el supuesto de la caza depredatoria, ya que los animales
sobre los que recae la acción furtiva no se encuentran en peligro de extinción ni tienen alguna protección especial,
como sucede con aquellas especies declaradas monumentos provinciales.

4. Comercio ilegal: Artículo 27: “Las penas previstas en los artículos anteriores se aplicarán también al que a
sabiendas transportare, almacenare, comprare, vendiere, industrializare o de cualquier modo pusiere en el
comercio piezas, productos, o subproductos provenientes de la caza furtiva o de la depredación”.

Penalidades para quienes propicien sanciones contra el Estado Argentino (Ley 14.034).

Art. 1: Será reprimido con prisión de cinco (5) a veinticinco (25) años e inhabilitación absoluta y perpetua el argentino
que por cualquier medio propiciare la aplicación de sanciones políticas o económicas contra el Estado argentino.

Traición contra una potencia aliada y de los extranjeros.

Art 218: Las penas establecidas en los artículos anteriores se aplicarán, también, cuando los hechos previstos en
ellos fueren cometidos contra una potencia aliada de la República, en guerra contra un enemigo común.

Se aplicarán asimismo a los extranjeros residentes en territorio argentino, salvo lo establecido por los tratados o por
el derecho de gentes, acerca de los funcionarios diplomáticos y de los nacionales de los países en conflicto. En este
caso se aplicará la pena disminuida conforme a lo dispuesto por el artículo 44.

Por esta disposición, las figuras contenidas en los artículos anteriores, se hacen aplicables al que traicione ya no a
nuestra Nación, sino a una nación que lucha junto con la nuestra, en contra de un enemigo en común.

En el segundo párrafo se da la traición por extranjeros residentes. Extranjero es toda persona no nacida en la
República, que no ha optado por la nacionalidad argentina, ni se ha naturalizado. Es requisito que el extranjero sea
residente, quedan excluidos los turistas y extranjeros en tránsito. Quedan exentos los extranjeros residentes cuando
se trate de funcionarios diplomáticos o nacionales del país en conflicto.

Actos u omisiones discriminatorias: Ley 23.592:

Art. 1: Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases
igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a
pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño moral y
material ocasionados.

A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones discriminatorios
determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo,
posición económica, condición social o caracteres físicos.

Art. 2: Elevase en un tercio el mínimo y en un medio el máximo de la escala penal de todo delito reprimido por el
Código Penal o Leyes complementarias cuando sea cometido por persecución u odio a una raza, religión o
nacionalidad, o con el objeto de destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. En ningún
caso se podrá exceder del máximo legal de la especie de pena de que se trate.

Art. 3: Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años los que participaren en una organización o realizaren
propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de determinada
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religión, origen étnico o color, que tengan por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o
religiosa en cualquier forma.
En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio alentaren o iniciaren a la persecución o el odio contra una
persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas.

Art 4: Se declara la obligatoriedad de exhibir en el ingreso a los locales bailables, de recreación, salas de
espectáculos, bares, restaurantes u otros de acceso público, en forma clara y visible el texto del artículo 16 de la
Constitución Nacional, junto con el de la ley.

Art 5: El texto señalado en el artículo anterior, tendrá una dimensión, como mínimo de treinta centímetros (30) de
ancho, por cuarenta (40) de alto y estará dispuesto verticalmente.
En el mismo al pie, deberá incluirse un recuadro destacado con la siguiente leyenda:
"Frente a cualquier acto discriminatorio, usted puede recurrir a la autoridad policial y/o juzgado civil de turno,
quienes tienen la obligación de tomar su denuncia."

Art. 6: Se impondrá multa de $ 500 a $ 1.000 al propietario, organizador o responsable de locales bailables, de
recreación, salas de espectáculos u otros de acceso público que no cumpliere estrictamente con lo dispuesto en los
artículos 4º y 5º de la presente ley.

Delitos electorales: Ley 19.945:

Artículo 139. - Delitos. Enumeración. Se penará con prisión de uno a tres años a quien:

a) Con violencia o intimidación impidiere ejercer un cargo electoral o el derecho al sufragio:


b) Compeliere a un elector a votar de manera determinada;
c) Lo privare de la libertad, antes o durante las horas señaladas para la elección, para imposibilitarle el ejercicio
de un cargo electoral o el sufragio:
d) Suplantare a un sufragante o votare más de una vez en la misma elección o de cualquier otra manera
emitiere su voto sin derecho:
e) Sustrajere, destruyere o sustituyere urnas utilizadas en una elección antes de realizarse el escrutinio;
f) Hiciere lo mismo con las boletas de sufragio desde que éstas fueron depositadas por los electores hasta la
terminación del escrutinio;
g) Igualmente, antes de la emisión del voto, sustrajere boletas del cuarto oscuro, las destruyere, sustituyere o
adulterare u ocultare:
h) Falsificare, en todo o en parte, o usare falsificada, sustrajere, destruyere, adulterare u ocultare una lista de
sufragios o acta de escrutinio, o por cualquier medio hiciere imposible o defectuoso el escrutinio de una
elección:
i) Falseare el resultado del escrutinio.

2. Falsedad en declaraciones juradas previsionales y falta de depósito de aportes retenidos al personal


Será penado el que falsificare una declaración jurada en donde conste la no existencia de deudas en concepto de
aportes, contribuciones y toda otra obligación previsional.

Actuaciones indebidas frente a organismos previsionales (Ley 21.389).


Art. 51: Los profesionales que fueren designados de oficio, no podrán pactar honorarios, ni percibir importe alguno a
título de adelanto, excepto cuando se tratare de gastos, con cargo de oportuna rendición de cuentas y previo auto
fundado.

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Art. 52: Los profesionales que violaren las prohibiciones establecidas en el artículo 51, serán sancionados con una
multa equivalente a la suma que pactaren o percibieren, además de ser eliminados de la matrícula respectiva y de
prohibírseles el ejercicio de la profesión por el término de un (1) año a diez (10) años.

Ley 20.840-23.077 Actividades subversivas


Art.1: Será reprimido con prisión de tres a ocho años, siempre que el hecho no constituyere un delito más
severamente penado, el que para lograr la finalidad de sus postulados ideológicos, intente o preconice por cualquier
medio, alterar o suprimir el orden institucional y la paz social de la Nación, por vías no establecidas por la
Constitución Nacional y las disposiciones legales que organizan la vida política, económica y social de la Nación.

Art. 2: Se impondrá prisión de dos a seis años:

a) Al que realice actos de divulgación, propaganda o difusión tendiente al adoctrinamiento, proselitismo o


instrucción de las conductas previstas en el artículo 1º;
b) Al que hiciere públicamente, por cualquier medio, la apología del delito previsto en el artículo 1º o de sus
autores o partícipes;
c) Al que tenga en su poder, exhiba, imprima, edite, reproduzca, distribuya o suministre, por cualquier medio,
material impreso o grabado, por el que se informen o propaguen hechos, comunicaciones o imágenes de las
conductas previstas en el artículo 1º;
d) Al que tenga en su poder o emplee, sin autorización legal, una estación transmisora de telecomunicaciones y
al que la facilite o entregue sin la pertinente autorización.

Art. 3: Se impondrá prisión de dos a cinco años:


a) Al que use o posea emblemas, insignias o distintivos que distingan o representen a organizaciones
notoriamente destinadas a realizar las conductas previstas en el artículo 1º;
b) A los redactores o editores de publicaciones de cualquier tipo, directores y locutores de radio y televisión, o
responsables de cualquier medio de comunicación, que informen o propaguen hechos, imágenes o
comunicaciones de las conductas previstas en el artículo 1º;
c) Al que ilegítimamente usare o tuviere en su pdoer distintivos, uniformes o insignias correspondientes a las
Fuerzas Armadas o de Seguridad;
d) Al que con el propósito de cometer el delito previsto en el artículo 1º, utilice vestimentas u objetos tendientes
a disimular o alterar su aspecto o identidad, o no correspondan a su actividad habitual.

Art. 6: Será reprimido con prisión de dos a seis años y multa de diez mil a un millón de pesos, si no resultare un delito
más severamente penado, el que, con ánimo de lucro o maliciosamente, con riesgo para el normal desenvolvimiento
de un establecimiento o explotación comercial, industrial, agropecuaria, minero o destinado a la prestación de
servicios, enajenare indebidamente, destruyere, dañare, hiciere desaparecer, ocultare o fraudulentamente
disminuyere el valor de materias primas, productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de
capital, o comprometiere injustificadamente su patrimonio.

Las penas señaladas se agravarán en un tercio:

a) Si el hecho afectare el normal suministro o abastecimiento de bienes o servicios de uso común;


b) Si condujere al cierre, liquidación o quiebra del establecimiento o explotación.

Las penas se elevarán en la mitad:


a) Si el hecho causare perjuicio a la economía nacional;
b) Si pusiere en peligro la seguridad del Estado.

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Art. 7: Será reprimido con multa de cinco mil a doscientos mil pesos, el que por imprudencia o negligencia o violando
los deberes a su cargo, cometiere alguno de los hechos mencionados en el artículo anterior.
La pena será de prisión de seis meses a dos años y multa de diez mil a trescientos mil pesos, en los supuestos
contemplados en los párrafos segundo y tercero del mismo artículo.

Art. 8: En las mismas penas incurrirán los directores, administradores, gerentes o liquidadores de una persona
jurídica o colectiva, que a sabiendas prestaren su consentimiento o concurso para la realización de los actos
mencionados en los artículos 6º y 7º.

Art.9: Será reprimido con la pena establecida en el artículo 277 del Código Penal el síndico de una persona jurídica o
colectiva que en conocimiento de los hechos mencionados en el artículo 6º, no lo denunciare inmediatamente a la
autoridad.

La pena será de dos mil a cien mil pesos si la omisión de denuncia se refiriere a los hechos mencionados en el artículo
7º.

Art. 10: A los condenados por la comisión de los delitos previstos en esta ley, se les aplicarán las siguientes penas
accesorias:

a) Si fueren argentinos naturalizados, al pérdida de la ciudadanía y al término de la condena la expulsión del


país;
b) Si fueren extranjeros, la expulsión del país al término de la condena;
c) El comiso del material y de los objetos de cualquier naturaleza, que hayan sido empleados en la comisión del
delito;
d) La clausura, por el término de tres meses a un año, de los lugares donde se imprima, edita, distribuya,
suministre material o propale información, relativo a los delitos previstos en los artículos 1º, 2º y 3º. En caso
de reincidencia la clasura será definitiva.

Art. 11: Las penas previstas en esta ley se elevarán en la mitad, cuando el condenado fuere funcionario o empleado
público en los términos del artículo 77 del Código Penal.

Asimismo se le aplicará inhabilitación absoluta y perpetua

Ley 22.262 Defensa de la competencia

Art. 1: Están prohibidos y serán sancionados de conformidad con las normas de la presente ley, los actos o conductas,
de cualquier forma manifestados, relacionados con la producción e intercambio de bienes o servicios, que tengan por
objeto o efecto limitar, restringir, falsear o distorsionar la competencia o el acceso al mercado o que constituyan
abuso de una posición dominante en un mercado, de modo que pueda resultar perjuicio para el interés económico
general.

Queda comprendida en este artículo, en tanto se den los supuestos del párrafo anterior, la obtención de ventajas
competitivas significativas mediante la infracción declarada por acto administrativo o sentencia firme, de otras
normas.

Art. 2: Las siguientes conductas, entre otras, en la medida que configuren las hipótesis del artículo 1º, constituyen
prácticas restrictivas de la competencia:

a) Fijar, concertar o manipular en forma directa o indirecta el precio de venta, o compra de bienes o servicios al
que se ofrecen o demanden en el mercado, así como intercambiar información con el mismo objeto o efecto;
b) Establecer obligaciones de producir, procesar, distribuir, comprar o comercializar sólo una cantidad
restringida o limitada de bienes, o prestar un número, volumen o frecuencia restringido o limitado de
servicios;
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c) Impedir, dificultar u obstaculizar a terceras personas la entrada o permanencia en un mercado o excluirlas de


éste;
d) Fijar, imponer o practicar, directa o indirectamente, en acuerdo con competidores o individualmente, de
cualquier forma precios y condiciones de compra o de venta de bienes, de prestación de servicios o de
producción;
e) Sujetar la compra o venta a la condición de no usar, adquirir, vender o abastecer bienes o servicios
producidos, procesados, distribuidos o comercializados por un tercero;
f) Imponer condiciones discriminatorias para la adquisición o enajenación de bienes o servicios sin razones
fundadas en los usos y costumbres comerciales;
g) Negarse injustificadamente a satisfacer pedidos concretos, para la compra o venta de bienes o servicios,
efectuados en las condiciones vigentes en el mercado de que se trate;
h) Suspender la provisión de un servicio monopólico dominante en el mercado a un prestatario de servicios
públicos o de interés público;

Régimen penal cambiario (Ley 19.359, texto ordenado por decreto):


Art. 1: Serán reprimidas con las sanciones que se establecen en la presente ley:

a) Toda negociación de cambio que se realice sin intervención de institución autorizada para efectuar dichas
operaciones;
b) Operar en cambios sin estar autorizado a tal efecto;
c) Toda falsa declaración relacionada con las operaciones de cambio;
d) La omisión de rectificar las declaraciones producidas y de efectuar los reajustes correspondientes si las
operaciones reales resultasen distintas de las denunciadas;
e) Toda operación de cambio que no se realice por la cantidad, moneda o al tipo de cotización, en los plazos y
demás condiciones establecidos por las normas en vigor;
f) Todo acto u omisión que infrinja las normas sobre el régimen de cambios.

Art. 2: Las infracciones previstas en el artículo anterior serán sancionadas con:

a) Multa de hasta DIEZ (10) veces el monto de la operación en infracción, la primera vez;
b) Prisión de UNO (1) a CUATRO (4) años en el caso de primera reincidencia o una multa de TRES (3) a DIEZ (10)
veces el monto de la operación en infracción;
c) Prisión de UNO (1) a OCHO (8) años en el caso de segunda reincidencia y el máximo de la multa fijada en los
incisos anteriores;
d) Si la multa impuesta en el caso del inciso a) no hubiese sido superior a TRES (3) veces el monto de la
operación en infracción, la pena privativa de libertad a que se refiere el inciso b), será de UN (1) mes a
CUATRO (4) años;
e) En todos los supuestos anteriores podrá aplicarse conjuntamente, suspensión hasta DIEZ (10) años o
cancelación de la autorización para operar o intermediar en cambios e inhabilitación hasta DIEZ(10) años
para actuar como importador, exportador, corredor de cambio o en instituciones autorizadas para operar en
cambios;
f) Cuando el hecho hubiese sido ejecutado por los directores, representantes legales, mandatarios, gerentes,
síndicos o miembros del consejo de vigilancia de una persona de existencia ideal, con los medios o recursos
facilitados por la misma u obtenidos de ella con tal fin, de manera que el hecho resulte cumplido en nombre,
con la ayuda o en beneficio de la misma, la persona de existencia ideal también será sancionada de
conformidad con las disposiciones de los incisos a) y e).

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La multa se hará efectiva solidariamente sobre el patrimonio de la persona ideal y sobre los patrimonios
particulares de los directores, representantes legales, mandatarios, gerentes, síndicos o miembros del
consejo de vigilancia que hubiesen intervenido en la comisión del hecho punible;
g) En el caso de falsa declaración, si el infractor rectificase la misma en forma espontánea dentro del término de
QUINCE (15) días de cometida la infracción, se fijará la multa en UN CUARTO (1/4) de laque hubiese
correspondido de no mediar dicha rectificación y no se tendrá en cuenta esa penalidad a los efectos de la
reincidencia prevista por esta Ley.

Art. 3: En el supuesto de concurrencia simultánea o sucesiva de varias infracciones independientes, la multa aplicable
será la suma resultante de la acumulación de las penas pecuniarias correspondientes a los diversos hechos
reprimidos. Sin embargo, la multa total no podrá exceder de DIEZ (10) veces el monto de la operación mayor en
infracción. Si se tratase de la pena de prisión, se aplicarán las previsiones del artículo 55 del Código Penal.

3. Contrabando (Ley 22415 y sus modificatorias)


El bien jurídico tutelado es la función principal de la política aduanera; el papel general de la Aduana consiste en
vigilar el cumplimiento de las prohibiciones legales referentes al tránsito de las fronteras, y dichas prohibiciones se
fundan en diferentes razones: fiscales, económicas, sociales y de higiene pública.

Diversas figuras:

Figura simple

Art 863 CA: Será reprimido con prisión de 2 a 8 años el que, por cualquier acto u omisión, impidiere o dificultare,
mediante ardid o engaño, el adecuado ejercicio de las funciones que las leyes acuerdan al servicio aduanero para el
control sobre las importaciones y las exportaciones.

Lo relevante a los fines del accionar delictivo no son los “actos u omisiones” sino que medie ardid o engaño. Se
requiere que la autoridad aduanero resulte impedida o dificultada en el ejercicio del control a su cargo por la
conducta del sujeto activo. De esta forma los actos u omisiones ardidosos o engañosos que tienda a impedir o
dificultar las funciones asignadas al servicio aduanero y que no logren su objetivo, quedarían en el ámbito de la
tentativa. El ardid, es la treta o medio empleado diestra y astutamente para el logro de algún fin; y engaño es dar a
la mentira apariencia de verdad. Inducir a otro, mediante palabras u obras fingidas, a creer lo que no es.

Es necesario que recaigan sobre una persona física. La Aduana, como ente ideal no es susceptible de engaño; sólo lo
es la persona que actúa por ella.

El fin perseguido por el autor debe ser impedir o dificultar el adecuado ejercicio de las funciones que las leyes
acuerdan al servicio aduanero.

En el art. 864 el Código Aduanero, enumera ciertos casos que revisten características especiales, respecto de la
modalidad simple regulada en el art. 863. La finalidad perseguida por el legislador es atrapar dentro de la tipicidad
del contrabando, una serie de acciones en las que sería más difícil determinar el ardid o engaño desarrollado por el
actor. Así puede observarse que aun cuando algunas de ellas describen actos engañosos, no exigen ardid o engaño.

Importación o exportación de mercaderías en horas o por lugares no habilitados al efecto.

Art. 864, inc. A) “Importare o exportare mercadería en horas o por lugares no habilitados al efecto, la desviare de las
rutas señaladas para la importación o la exportación de cualquier modo la sustrajere al control que corresponde
ejercer al servicio aduanero sobre tales actos”.

La introducción o extracción de mercaderías por lugares o en horas no habilitadas a tal fin o que se desviaren de las
rutas señaladas para tales actos, necesariamente implica la no sujeción al control aduanero, y podría decirse que en
general cualquiera de estas actitudes está ingresando mercadería clandestinamente a fin de evitar tal control. No es
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necesario el ardid o engaño, ya que la base del mismo se encuentra en la evasión del control por medio de un
ingreso que no es el ordenado por el tráfico normal. Para que tales conductas configuren contrabando,
necesariamente requieren el dolo directo del autor.

Actos u omisiones que impidan o dificulten el control aduanero para obtener un tratamiento aduanero o fiscal
distinto.

Art. 864, inc. b) Realizare cualquier acción u omisión que impidiere o dificultare el control del servicio aduanero con el
propósito de someter a la mercadería a un tratamiento aduanero o fiscal distinto al que correspondiere, a los fines de
su importación o su exportación.

Este supuesto, regula los hechos, en los cuales la mercadería pasa por el control aduanero correspondiente, pero se
intenta impedirlo o dificultarlo de alguna manera, ya sea con declaraciones falsas que harían variar el tratamiento
fiscal o aduanero.

Presentación de documentación irregularmente expedida destinada a obtener un tratamiento aduanero o fiscal más
favorable al que correspondiere.

Art. 864,inc. c) “presentare ante el servicio aduanero una autorización especial, una licencia arancelaria o una
certificación expedida contraviniendo las disposiciones legales específicas que regularen su otorgamiento, destinada
a obtener, respecto de mercadería que se importare o se exportare un tratamiento aduanero o fiscal más favorable al
que correspondiere”.

Este supuesto trata un accionar de contrabando documentado, pero es más específico que la prevista en el inc.
anterior. Tipifica la presentación ante la Aduana, documentación expedida irregularmente y con la finalidad de
obtener un tratamiento aduanero o fiscal “distinto”, o “más favorable” al que correspondiere.
Es primordial aclarar que existen operaciones de importación y exportación que podrían calificarse de comunes y
otras que reciben un tratamiento especial. Dicho tratamiento, por lo general, se traduce en estímulos a la
exportación, en franquicias o exenciones tributarias, o bien en la no aplicación de restricciones a la importación o la
exportación motivadas por razones económicas o de otras índoles. Para obtener que la operación se califique como
de tratamiento especial se requiere una declaración jurada y la complementaria documentación requerida por la
Administración para cada caso. Si esta documentación complementaria fue obtenida irregularmente o
contraviniendo las disposiciones legales que regulan su otorgamiento y con conocimiento de ello se presentare ante
la Aduana, se configuraría el ilícito.

Son requisitos del tipo, que se presente una documentación acreditando un tratamiento arancelario especial, más
favorable al que correspondiere; que haya sido expedido contraviniendo las disposiciones legales específicas que
regularen su otorgamiento; y por último, el dolo específico requerido de presentar a sabiendas y con la finalidad de
obtener un beneficio que no corresponde, en el tratamiento aduanero.

Ocultación, disimulación, sustitución o desviación de mercadería sometida o someterse al control aduanero.

Art. 864, inc. d) nos dice: “Se ocultare, disimulare, sustituyere o desviare, total o parcialmente, mercadería sometida
o que debiere someterse a control aduanero, con motivo de su importación o de su exportación”.
La ocultación de mercadería, es un acto por el cual se persigue burlar el control aduanero, esa ocultación no
requiere una maniobra muy compleja. El ocultar que exige este tipo no implica la simple negación de la verdad o
manifestar como verdadero una falsedad, sino que debe mediar algún acto positivo que tenga ese efecto.

La expresión “disimulare” alcanza a aquellos actos en los que no se desea impedir la intervención aduanera, sino que
la mercadería se somete a ella, pero de manera que se confunda por otra o de inferior calidad o especie. Aquí si se
trataría de una maniobra ardidosa. Sin embargo, como el ardid o engaño ha quedado reservado para la figura del art.

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863, se debe entender que la “disimulación” de este inciso puede no llegar a adquirir un grado tan importante por
parte del sujeto activo.
La sustitución o desviación al recaer sobre mercadería sometida o que debiere someterse a control aduanero, los
desvíos son de caminos o rutas que el servicio aduanero traza o establece para operaciones determinadas, tales
como tránsito, reembarco o trasbordo.

Simulación de una operación o destinación aduanera para obtener un beneficio económico.

Art. 864, inc. e) “Simulare ante el servicio aduanero total o parcialmente una operación o una destinación aduanera
de importación o de exportación, con la finalidad de obtener un beneficio económico”

Es por todo que resulta indispensable que para que el tipo penal que prevé este inc., se cumpla por completo, que la
simulación se desarrolle ante el servicio Aduanero.

Agravantes:

-Por el número de sujetos activos:

Art 865 inc a: “Intervinieren en el hecho tres o más personas en calidad de autor, instigador o cómplice”.

Sólo requiere que medie la concurrencia de voluntades al momento de ejecutarse el hecho, sin necesidad de que la
intervención haya sido concretada a acordada previamente. De tal manera, la pluralidad de delincuentes por sí sola,
agrava el contrabando. No se trata tampoco de una concurrencia física sin más, sino que debe existir un mínimo de
convergencia intencional de manera que de ella emerja el fin de cometer el delito en comunión. Se fundamenta en
la peligrosidad demostrada por quien se vale de varias personas para cometer el delito por la efectividad que ello
representa.

-Por la calidad del sujeto activo:


Art. 865, inc. b) “interviniere en el hecho en calidad de autor, instigador o cómplice un funcionario o empleado
público en ejercicio o en ocasión de sus funciones o con abuso de su cargo”

En este tipo se excluye al encubridor, y con respecto al funcionario o empleado público se requiere que el delito se
consume en ejercicio o en ocasión de sus funciones o con abuso de su cargo.
El accionar de estos sujeto agrava el delito por la mayor peligrosidad, pues su actuar quebranta el deber de no violar
la ley que todo delito implica, al par que el deber funcional de respetarla que le impone su cargo

Inc c) Interviniere en el hecho en calidad de autor, instigador o cómplice un funcionario o empleado del servicio
aduanero o un integrante de las fuerzas de seguridad a las que este Código les confiere la función de autoridad de
prevención de los delitos aduaneros;

En este caso, dada la especificidad y carácter de las funciones requeridas, que en un caso los sitúa como
familiarizados con el delito de contrabando, y en el otro les impone su represión, se considera que pesa sobre ellos
un mayor deber de abstención. En el inc anterior se especificaba que el delito se debía cumplir en ejercicio o ocasión
de sus funciones o con abuso de su cargo, en cambio la intervención de estas funcionarios “especializados” califica el
delito sea que actúen en ejercicio de sus funciones o cuando no lo están.

-Por el medio empleado:

Art. 865 inc. d) “si se cometiere mediante violencia física o moral en las personas, fuerza sobre las cosas o la comisión
de otro delito o su tentativa”.

El agravante comprende tanto, la amenaza, como fuerza moralmente irresistible (violencia moral); y la violencia
física, que significa una fuerza materialmente irresistible. No debe ser entendida como fuerza de traslación, sino de

Eugenia Sanchez
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la ejercida sobre la cosa misma o sobre sus defensas, toda actividad que se ejerza sobre la cosa con el fin de
separarla de otras o de vencer la protección que pudiere presentar.
Inc. e) “si se realizare empleando un medio de transporte aéreo que se aparte de las rutas autorizadas o aterrizare en
lugares clandestinos o no habilitados por el servicio aduanero para el tráfico de mercaderías”.

El motivo de la agravación del contrabando aéreo son la dificultad de detención y el auge que tuvo en su momento
el mismo. Ahora bien, no basta el empleo de dicho medio de transporte, sino que además se requiere apartarse de
la rutas autorizadas o aterrizar en lugares no habilitados por la Aduana. El transporte internacional aéreo requiere
que se realice por rutas autorizadas, dicha autorización puede ser genérica (vuelos regulares de línea) o para
supuestos concretos, como serían los vuelos particulares o taxis aéreos se requiere la aprobación del plan de vuelo
correspondiente.

En lo referente al “aterrizaje” que prevé la norma en su parte final, éste debe ocurrir en un lugar clandestino o bien
en un sitio que sin revestir ese carácter no esté habilitado por la Aduana para el tráfico de mercaderías. En este caso,
ya no interesa si se observó la ruta autorizada o no, lo relevante es el descenso en un lugar en el que no hay control
aduanero.

Inc. f) “Si se cometiere mediando la presentación ante el servicio aduanero de documentos adulterados o falsos
necesarios para cumplimentar la operación aduanera”

Este calificante consiste también en un contrabando cometido a través de un delito como medio, y al igual que lo
sucedido en el inc. d. La diferencia radica en que aquí se trata del uso de documentos adulterados o falsos. No es
esencial para la tipicidad del hecho, que tal adulteración o falsificación sea realizada por el autor, pero si se requiere
que la presentación sea dolosa, o sea, que el autor tenga conocimiento de la ilicitud y su idoneidad para cometer el
delito.

-Por la naturaleza del objeto del contrabando:

Art 865, inc. g)“se tratare de mercadería cuya importación o exportación estuviere sujeta a una prohibición
absoluta”.

Las prohibiciones, son restricciones al comercio exterior no tributarias. Teniendo en cuenta su finalidad las
prohibiciones pueden ser económicas o no económicas. Las primeras tienden a proteger alguna industria nacional, o
a combatir la desocupación laboral o al cumplimiento de algún plan político. En cambio las segundas obedecen a
razones de seguridad pública o de defensa nación o moral pública, o de salud pública o conservación del patrimonio
artístico, histórico, científico, etc.

A su vez, según su alcance están las absolutas y las relativas. Las primeras impiden a todas las personas la
importación o la exportación de mercaderías determinadas, en cambio las segunda admiten excepciones a favor de
una o varias personas.

Art. 865, inc. h)“si se tratare de sustancias o elementos no comprendidos en el art. 866, que por su naturaleza,
cantidad o características pudieren afectar la salud pública”.

La calificante a que refiere este inciso solo quedó reservada a las sustancias no estupefacientes, es decir, el objeto
del contrabando debe recaer en sustancias o elementos que no sean estupefacientes, pero que por su naturaleza,
cantidad o características pudieren afectar la salud pública. Tales sustancias no deben estar comprendidos en el art.
866, que se refiere a los estupefacientes, por lo cual el concepto de sustancias o elementos surge a contrario sensu.

Art. 866: “Se impondrá prisión de 3 a 12 años en cualquiera de los supuestos previstos en los arts. 863 y 864 cuando
se tratare de estupefacientes en cualquier etapa de elaboración. Estas penas serán aumentadas en un tercio del
máximo y en la mitad del mínimo cuando concurriere alguna de las circunstancias previstas en los incs. a, b, c, d, y e,

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del art. 865 o cuando se tratare de estupefacientes elaborados o semielaborados que por su cantidad estuvieren
inequívocamente destinados a ser comercializados dentro o fuera del territorio nacional”.
La acción típica en esta figura penal consiste en desplegar alguna de las conductas de los arts. 863 y 864 del,
teniendo por objeto estupefacientes; es decir que este precepto tipifica el contrabando de estupefacientes. Para
que la acción resulte típica es menester que los estupefacientes se encuentren en cualquier etapa de su elaboración;
es decir que resulta imprescindible que la elaboración haya sido iniciada. Esta norma no comprende las materias
primas que no hayan sufrido un proceso de elaboración; elaborar consiste en preparar un producto por medio de un
trabajo adecuado. Pero la figura exige, además una cierta cantidad de estupefacientes, a fin de distinguir este tipo
penal del previsto en la ley de estupefacientes (23.737) que describe la tenencia para su uso personal.

Esta figura también establece una modalidad agravada, que puede dividirse en dos partes:

a) Que el contrabando de estupefacientes se cometa mediando alguno de los supuestos de contrabando calificado
(art. 865);

b) Que sean estupefacientes elaborados o semielaborados que por su cantidad estuviesen inequívocamente
destinados a ser comercializados dentro o fuera del territorio nacional.
En el primer supuesto, para que se agrave el contrabando de estupefacientes deben concurrir algunas de las
hipótesis de contrabando calificado del art. 865: por el número de sujetos; por la calidad del sujeto activo; por ser
funcionario del servicio aduanero o integrante de las fuerzas de seguridad; mediante violencia en las personas o
fuerza en las cosas; por medio de un transporte aéreo.

En el segundo supuesto se agrava esta figura por tratarse de estupefacientes ya elaborados, es decir, terminados o
semielaborados, aunque el tipo requiere que su cantidad demuestre, inequívocamente, que están destinados a ser
comercializados dentro o fuera del territorio nacional.

El último agravante está tipificado en el art. 867: Se impondrá prisión de 4 a 12 años en cualquiera de los supuestos
previstos en los arts. 863 y 864 cuando se tratare de elementos nucleares, explosivos, agresivos químicos o
materiales afines, armas, municiones o materiales que fueren considerados de guerra o sustancias o elementos que
por su naturaleza, cantidad o características pudieren afectar la seguridad común salvo que el hecho configure delito
al que correspondiere una pena mayor.

Lo protegido es la seguridad común, la que puede definirse como “la situación real en que la integridad de los bienes
y las personas se halla exenta de soportar situaciones peligrosas que la amenacen”.

La acción típica consiste en desplegar alguna de las conductas descriptas en los art. 863 y 864, que se refieren al
contrabando simple y a las modalidades especiales de contrabando, pero teniendo por objeto del mismo alguno de
los elementos descriptos en la norma.
Los objetos que enumera la norma pueden dividirse en tres supuestos: a) elementos nucleares explosivos, agresivos
químicos o materiales afines. b) armas, municiones o materiales que fueren considerados de guerra, y c) sustancias o
elementos que pudieren afectar la seguridad común.

Con respecto a las armas de guerra, para ser consideradas tales deben estar comprendidas en la ley respectiva. La
última categoría enunciada es lo suficientemente amplia como para comprender una variada cantidad de elementos,
que por su cantidad, naturaleza y características puedan afectar la seguridad común.
Se trata de una figura subsidiaria, ya que se aplica siempre que el hecho no configure un delito al que le corresponda
una pena mayor.

Favorecimiento culposo. Modificaciones de los principios generales referentes a la penalidad. Sanciones aplicables.

Eugenia Sanchez
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Para que el autor del contrabando pueda lograr su objetivo requiere cierto descuido o negligencia del ser servicio
aduanero.
Para que se configure el delito se requiere que el funcionario o empleado público haya actuado con negligencia o
inobservando las disposiciones legales específicas; además, no se debe romper el nexo causal entre tal actitud
dolosa y el delito de contrabando.

Art 868. Será reprimido con multa de $ 5.000 a $ 50.000:

a) El funcionario o empleado aduanero que ejercitare indebidamente las funciones de verificación, valoración,
clasificación, inspección o cualquier otra función fiscal o de control a su cargo, siempre que en tales actos u omisiones
mediare negligencia manifiesta que hubiere posibilitado la comisión del contrabando o su tentativa;

b) El funcionario o empleado administrativo que por ejercer indebidamente las funciones a su cargo, librare o
posibilitare el libramiento de autorización especial, licencia arancelaria o certificación que fuere presentada ante el
servicio aduanero destinada a obtener un tratamiento aduanero o fiscal más favorable al que correspondiere,
siempre que en el otorgamiento de tales documentos hubiere mediado grave inobservancia de las disposiciones
legales específicas que lo regularen.
Art 869. Será reprimido con multa de $ 5.000 a $ 50.000 quien resultare responsable de la presentación ante el
servicio aduanero de una autorización especial, licencia arancelaria o certificación que pudiere provocar un
tratamiento aduanero o fiscal más favorable al que correspondiere o de algún documento adulterado o falso
necesario para cumplimentar una operación aduanera, siempre que se tratare de un despachante de aduana, un
agente de transporte aduanero, un importador, un exportador o cualquier otro que por su calidad, actividad u oficio
no pudiere desconocer tal circunstancia y no hubiere actuado dolosamente.

Encubrimiento.

Art 874. 1. Incurre en encubrimiento de contrabando el que, sin promesa anterior al delito de contrabando, después
de su ejecución:

a) ayudare a alguien a eludir las investigaciones que por contrabando efectúe la autoridad o a sustraerse a la acción
de la misma;

b) omitiere denunciar el hecho estando obligado a hacerlo;

c) procurare o ayudare a alguien a procurar la desaparición, ocultación o alteración de los rastros, pruebas o
instrumentos del contrabando;

d) adquiriere, recibiere o interviniere de algún modo en la adquisición o recepción de cualquier mercadería que de
acuerdo a las circunstancias debía presumir proveniente de contrabando.

2. El encubrimiento de contrabando será reprimido con prisión de 6 meses a 3 años, sin perjuicio de aplicarse las
demás sanciones contempladas en el artículo 876.

3. La pena privativa de libertad prevista en el apartado 2 de este artículo se elevará en un tercio cuando:

a) el encubridor fuera un funcionario o empleado público o un integrante de las fuerzas armadas o de seguridad;

b) los actos mencionados en el inciso d) del apartado 1 de este artículo constituyeren una actividad habitual.

Art 875. 1. Estarán exentos de pena los que hubieren ejecutado un hecho de los previstos en los inc a), b) y c) del ap.
1, del art 874, a favor del cónyuge, de un pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad, o el segundo de
afinidad, de un amigo íntimo o de una persona a la que debieren especial gratitud.
2. Cuando se encubriere con la finalidad de obtener un beneficio económico o de asegurar el producto o el provecho
del contrabando, no se aplicará la excención de pena prevista en el apartado 1 de este capítulo.
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4. Delitos en el deporte (Ley 20.655)


Art. 24: Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si no resultare un delito más severamente penado, el que,
por si o por tercero, ofreciere o entregare una dádiva, o efectuare promesa remuneratoria, a fin de facilitar o
asegurar el resultado irregular de una competencia deportiva o el desempeño anormal de un participante en la
misma.

La misma pena se aplicara al que aceptare una dádiva o promesa remuneratoria, con los fines indicados en el párrafo
anterior.

Art. 25: Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si no resultare un delito mas severamente penado, el que
suministrare a un participante en una competencia deportiva, con su consentimiento o sin el, substancias
estupefacientes o estimulantes "endientes a aumentar o disminuir anormalmente su rendimiento. La misma pena
tendrá el participante en una competencia deportiva que se suministrare substancia estupefaciente o estimulantes, o
consintiera su aplicación por un tercero, con el propósito indicado en el párrafo anterior.

Art. 26: Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si no resultare un delito mas severamente penado, el que
suministrare estupefacientes o estimulantes a animales que intervengan en competencias; y quienes dieren su
consentimiento para ello o utilizaren dichos animales, con la finalidad de aumentar o disminuir anormalmente su
rendimiento.

Régimen penal para la prevención y represión de la violencia en los espectáculos deportivos (Ley 24.192).

ARTICULO 1º — El presente capítulo se aplicará a los hechos previstos en él, cuando se cometan con motivo o en
ocasión de un espectáculo deportivo, sea en el ámbito de concurrencia pública en que se realizare o en sus
inmediaciones, antes, durante o después de él.

ARTICULO 2º — Cuando en las circunstancias del artículo 1º se cometieren delitos previstos en el libro segundo, título
I, capítulo I, artículos 79 y 81, inciso 1, letras a) y b), 84 y capítulos II, III y V, y los previstos en el título VI, artículos 162
y 164 del Código Penal, siempre que no resultaren delitos más severamente penados, las penas mínimas y máximas
se incrementarán en un tercio. El máximo no será mayor al máximo previsto en el Código Penal para la especie de
pena de que se trate.

ARTICULO 3º — Será reprimido con prisión de uno a seis años, si no resultare un delito más severamente penado, el
que introdujere, tuviere en su poder, guardare o portare armas de fuego o artefactos explosivos en las circunstancias
del artículo 1º. En todos los casos se procederá al decomiso de las armas o artefactos.

ARTICULO 4º — Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años siempre que no correspondiere pena mayor, los
dirigentes, miembros de comisiones directivas o subcomisiones, los empleados o demás dependientes de las
entidades deportivas o contratados por cualquier título por estas últimas, los concesionarios y sus dependientes, que
consintieren que se guarde en el estadio de concurrencia pública o en sus dependencias armas de fuego o artefactos
explosivos. En todos los casos se procederá al decomiso de las armas o artefactos.

ARTICULO 5º — Será reprimido con prisión de uno a seis años el que instigare, promoviere o facilitare de cualquier
modo, la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos en el presente capítulo.

ARTICULO 6º — Será reprimido con prisión de un mes a dos años, el que resistiere o desobedeciere a un funcionario
público encargado de la tutela del orden, o a la persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquél, en las
circunstancias del artículo 1º.

ARTICULO 7º — Será reprimido con prisión de un mes a tres años el que impidiere, mediante actos materiales,
aunque sea momentáneamente, la realización de un espectáculo deportivo en un estadio de concurrencia pública.
ARTICULO 8º — Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que destruyere o de cualquier modo dañare
una cosa mueble o inmueble, total o parcialmente ajena en las circunstancias del artículo 1º.
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ARTICULO 9º — Será reprimido con prisión de seis meses a tres años el que, sin crear una situación de peligro común
impidiere, estorbare o entorpeciere, el normal funcionamiento de los transportes e instalaciones afectadas a los
mismos, hacia o desde los estadios en las circunstancias del artículo 1º.

ARTICULO 10. — Los jueces impondrán como adicional de la condena, una o más de las siguientes penas accesorias:

a) La inhabilitación de seis meses a cinco años para concurrir al tipo de espectáculos deportivos que haya motivado la
condena. El cumplimiento se asegurará presentándose el condenado en la sede policial de su domicilio, en ocasión de
espectáculos deportivos como el que motivó la condena, fijando el tribunal día y horario de presentación. El juez
podrá dispensar total o parcialmente, en resolución fundada, dicha presentación;

b) La inhabilitación de uno a quince años para desempeñarse como deportista, jugador profesional, técnico,
colaborador, dirigente, concesionario, miembro de comisiones o subcomisiones de entidades deportivas o contratado
por cualquier título por estas últimas;

c) La inhabilitación perpetua para concurrir al estadio o lugar en el que se produjo el hecho, según lo previsto en el
artículo 1º.

ARTICULO 11. — Cuando alguno de los delitos de este capítulo hubiese sido cometido por un director o administrador
de un club deportivo, dirigente, miembro de comisiones directivas o subcomisiones, en ejercicio o en ocasión de sus
funciones, será reprimido, además, con multa de cien mil (100.000) a un millón de pesos (1.000.000).

La entidad deportiva a la que pertenezca el mismo, será responsable en forma solidaria de la pena pecuniaria que
correspondiere.

Sin perjuicio de ello el juez interviniente, por resolución fundada, podrá ordenar la clausura del estadio por un
término máximo de sesenta (60) días.

ARTICULO 12. — En el juzgamiento de los delitos indicados precedentemente, entenderá la justicia penal ordinaria,
nacional o provincial, según corresponda.

5. Sistema integrado de Jubilaciones y Pensiones (ley 24241). Figuras delictivas

Cubre contingencias de vejez, invalidez y muerte.


Artículo 132. Será reprimido con prisión de 15 días a un año el empleador que, estando obligado por las disposiciones
de esta ley, no diera cumplimiento a las obligaciones establecidas en los incisos a), b), e) o i) del artículo 12 y del
artículo 43, segunda parte de la presente. El delito se configurará cuando el obligado no diera cumplimiento a los
deberes aludidos dentro de los treinta (30) días de notificada la intimación respectiva en su domicilio real o en el
asiento de sus negocios.

Artículo 134. Será reprimido con prisión de 2 a 6 años el depositario de los aportes y contribuciones que estuviera
obligado por esta ley a transferirlos a los administradores de los regímenes del SIJP y no transfiera total o
parcialmente los mismos, en los plazos establecidos en esta ley y sus normas reglamentarias.

Artículo 138. Será reprimido con prisión de 4 a 10 años el responsable de la calificación de entidades financieras,
bancarias o de títulos valores y depósitos a plazo fijo, que por inobservancia de los deberes a su cargo, función o
empleo, efectuare una calificación incorrecta causando perjuicio a un fondo de jubilaciones y pensiones incluidos los
fondos transitorios y de fluctuaciones.

Artículo 142. Será reprimido con prisión de 4 a 10 años el obligado al cumplimiento de las prestaciones previsionales
establecidas en esta ley que no efectivizara en forma oportuna e íntegra las prestaciones previsionales a las que se
encuentre obligado, a quien resulte beneficiario de las mismas. El delito se configurará cuando el obligado no diera
cumplimiento a los deberes aludidos dentro de los 5 días de notificada la intimación respectiva en su domicilio real o
en el asiento de sus negocios.
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Riesgos del trabajo (Ley 24.557).

ARTÍCULO 4° — Obligaciones de las partes.

1. Los empleadores y los trabajadores comprendidos en el ámbito de la LRT, así como las ART están obligados a
adoptar las medidas legalmente previstas para prevenir eficazmente los riesgos del trabajo.

A tal fin y sin perjuicio de otras actuaciones establecidas legalmente, dichas partes deberán asumir compromisos
concretos de cumplir con las normas sobre higiene y seguridad en el trabajo. Estos compromisos podrán adoptarse en
forma unilateral, formar parte de la negociación colectiva, o incluirse dentro del contrato entre la ART y el
empleador.

2. Las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo deberán establecer exclusivamente para cada una de las empresas o
establecimientos considerados críticos, de conformidad a lo que determine la autoridad de aplicación, un plan de
acción que contemple el cumplimiento de las siguientes medidas:

a) La evaluación periódica de los riesgos existentes y su evolución;

b) Visitas periódicas de control de cumplimiento de las normas de prevención de riesgos del trabajo y del plan de
acción elaborado en cumplimiento de este artículo;

c) Definición de las medidas correctivas que deberán ejecutar las empresas para reducir los riesgos identificados y la
siniestralidad registrada;

d) Una propuesta de capacitación para el empleador y los trabajadores en materia de prevención de riesgos del
trabajo.

Las ART y los empleadores estarán obligados a informar a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo o a las
Administraciones de Trabajo provinciales, según corresponda, la formulación y el desarrollo del plan de acción
establecido en el presente artículo, conforme lo disponga la reglamentación.

3. A los efectos de la determinación del concepto de empresa crítica, la autoridad de aplicación deberá considerar
especialmente, entre otros parámetros, el grado de cumplimiento de la normativa de higiene y seguridad en el
trabajo, así como el índice de siniestralidad de la empresa.

4. La ART controlará la ejecución del plan de acción y estará obligada a denunciar los incumplimientos a la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo.

5. Las discrepancias acerca de la ejecución del plan de acción serán resueltas por la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo.

ARTICULO 5° — Recargo por incumplimientos.

1. Si el accidente de trabajo o la enfermedad profesional se hubiere producido como consecuencia de


incumplimientos por parte del empleador de la normativa de higiene y seguridad en el trabajo, éste deberá pagar al
Fondo de Garantía, instituido por el artículo 33 de la presente ley, una suma de dinero cuya cuantía se graduará en
función de la gravedad del incumplimiento y cuyo tope máximo será de treinta mil pesos ($ 30.000).

2. La SRT es el órgano encargado de constatar y determinar la gravedad de los incumplimientos, fijar el monto del
recargo y gestionar el pago de la cantidad resultante.

Sanciones. Figuras incorporadas al código penal por la ley 26.394


ARTICULO 21.- Sanción leve. Las faltas leves o graves podrán ser sancionadas con apercibimiento, arresto simple o
riguroso hasta cinco (5) días.

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ARTICULO 22.- Sanción grave. Las faltas graves podrán ser sancionadas con arresto simple o riguroso hasta sesenta
(60) días.

ARTICULO 23.- Sanciones gravísimas. Las faltas gravísimas serán sancionadas con destitución.

No obstante, cuando existan circunstancias extraordinarias de atenuación, el Consejo de Disciplina podrá


recomendar al jefe del Estado Mayor General respectivo que se aplique una sanción menor.
ARTICULO 24.- Criterios de valoración. La sanción disciplinaria se determinará de acuerdo a las circunstancias
atenuantes o agravantes particulares presentes en cada caso.

Se tendrá en cuenta la acción y los medios empleados para ejecutarla, la calidad de los motivos que influyeron, la
extensión del daño o peligro causados, la conducta precedente del sujeto, la participación que haya tenido en la
falta; las reincidencias en que hubiera incurrido y las circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión.

Eugenia Sanchez

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