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EL DELITO
Definiciones: (Soler).
Tipicidad: una acción es típica cuando se adecua a un tipo penal y éste es,
la descripción de la conducta prohibida por una norma que lleva consigo una
sanción.
SEGÚN SU CONTENIDO:
a) De mera conducta: Cuando la descripción se agota en una acción del
autor que no requiere la producción de un resultado en el mundo exterior
que sea separable espacio-temporalmente y se les denomina también de
pura acción o de pura actividad: ejemplos:El falso testimonio (artículo
314) y la denuncia calumniosa (artículo 317).
b) Tipos de resultado material: Aquellos en los cuales el codificador
describe una determinada acción, a la cual sigue la producción de un
cierto resultado verficable espacio-temporalmente. (ejemplos homicidio
artículo 111, lesiones artículo 123 y daños artículo 228).
c) Tipos de conducta instantánea: Designan los supuestos de hecho en los
cuales la realización del comportamiento descrito o el resultado, según
su caso, se agotan en un solo momento: ejemplo el homicidio, la injuria.
d) Tipos de conducta permanente: Aquellos en los cuales el
comportamiento del agente se renueva de manera continua, permanente,
en el tiempo como sucede con la asociación ilícita (212), el secuestro
extorsivo (215), violación de domicilio (204).
e) Tipos de acción: Se refieren a los que describen modelos de
comportamiento comisivos (acciones),como el homicidio (artículo 111),
la violación (artículo 156).
f) Tipos de omisión (ver 18 C. P.) para designar las figuras consagratorias
de comportamiento omisivos, sean propias por estar vertidas de manera
expresa en la ley; sobre omisión de denunciar (320 C.P.); impropias o de
comisión por omisión: que no aparecen consagradas de manera explícita
en el texto legal aunque se deducen de los tipos comisivos. La madre que
no amamante a su hijo dejándolo morir de hambre (homicidio 111).
TESIS VIII
A. LA ACCION
Por ejemplo, si una persona arroja una piedra hacia otra, tenemos
acción con relevancia penal. Si la piedra rueda sola y golpea a una
persona, tenemos una causalidad ciega. Si una enfermera suministra al
paciente una inyección, que ha sido cambiada y muere, no realiza
conducta final de matar. Debe examinarse
únicamente, si medió falta al debido deber de cuidado, lo que podría
llevarnos a una conducta culposa: art. 34 del C. Penal.
TIPICIDAD DOLOSA:
El dolo constituye el querer, el resultado típico: voluntad realizadora
del tipo objetivo. Supone conocimiento efectivo. El dolo es el
elemento nuclear del tipo subjetivo y consiste en el querer realizar el
tipo objetivo o el resultado típico, para lo cual se requiere conocerlo.
El dolo requiere conocimiento de los elementos objetivos y previsión
del curso causal y la producción del resultado típico.
Se distingue entre el dolo directo que implica que el autor quiere
directamente la producción del resultado típico como fin propuesto. Y
el dolo eventual cuando el sujeto se ha presentado el resultado
como posible o eventual y lo acepta. Ambos están contemplados
dentro del artículo 31 del Código Penal.
TIPICIDAD CULPOSA:
El tipo culposo es abierto; parte de una definición genérica del
Código Penal y corresponde al Juez establecer elementos objetivos
y subjetivos. No se señala un deber de cuidado general para todos
los ciudadanos y casos.
Para determinar si existe o no culpa, se coloca la conducta y el
analista aplica los deberes de cuidado exigidos y se observa si el
resultado siempre se produce. Si así ocurre no habrá conducta típica
culposa. De lo contrario la conclusión es que la infracción del deber
de cuidado fue eficiente para la producción de ese resultado y por
ende tenemos conducta típica de culpa.
Debe tenerse presente la capacidad y situación jurídica de cada
ciudadano en cada caso concreto, ya que la violación o respeto al
deber de cuidado debe hacerse poniendo especial cuidado en la
capacidad individual. El debido deber de cuidado se mide de acuerdo
con el ciudadano medio cuidadoso. O sea la diligencia que hubiera
puesto esa persona. Se mide el deber de cuidado de acuerdo con la
capacidad individual y a los conocimientos.
El tipo objetivo y subjetivo del delito culposo.
En el delito culposo el elemento subjetivo parte de un conocimiento
que puede no ser efectivo ni actual, basta la posibilidad de
conocimiento, de conocer peligrosidad de la conducta y de prever
resultado conforme a ese conocimiento.
Si no hay congruencia entre el tipo objetivo y el subjetivo la conducta
es atípico, ejemplo: un resultado absolutamente imprevisible o más
allá de previsibilidad del sujeto o el sujeto está en el supuesto de error
invencible. En el tipo objetivo debe examinarse que la acción cause
un resultado típico y que al resultado se haya llegado por falta al
debido deber de cuidado. Que medie relación de determinación
donde la infracción al deber de cuidado haya sido determinante para
la producción del resultado.
En el tipo subjetivo basta que el sujeto no haya deseado producir el
resultado que lesiona el bien jurídico y que si el resultado típico es
aceptado como posible por el sujeto activo, éste haya sobrevenido
por causalidad diferente a la programada y diferente a la voluntad
final realizadora de la conducta intrascendente al Derecho.
Culpa consciente o inconsciente:
La culpa consciente o con representación implica que el sujeto es
capaz de calcular que el resultado puede producirse pero confía en
su habilidad o capacidad para evitarlo, pero al final no puede hacerlo.
Culpa inconsciente o sin representación:
El sujeto no se presenta el resultado como posible , sin embargo, el
mismo se produce por falta al debido deber de cuidado.
Para ampliar sobre este tema puede consultarse la Revista de
Ciencias Penales No. 12 del Dr. Carlos Chinchilla.
Imputabilidad objetiva:Error sobre el nexo causal Error in persona
Aberratio Ictus Dolus generalis.
LA IMPUTACIÓN OBJETIVA
La pena requiere de la responsabilidad del autor. Queda proscrita toda
forma de responsabilidad objetiva. Esta se entiende como la
responsabilidad fundada en el puro resultado sin tomar en cuenta la
concurrencia del dolo o culpa en la conducta del autor.
Es así que el tipo objetivo de los delitos culposos o imprudentes exige la
presencia de dos elementos:
a) La violación de un deber objetivo de cuidado, plasmado en normas
jurídicas, normas de la experiencia, normas de arte, ciencia o profesión, que
se encuentran destinadas a orientar diligentemente el comportamiento del
individuo.
a) b) La producción de un resultado típico imputable objetivamente al
autor por haber creado o incrementado un riesgo jurídicamente relevante
que se ha materializado en el resultado lesivo del bien jurídico.
EN RELACIÓN AL DEBER DE CUIDADO Y AL RESULTADO TÍPICO
IMPUTABLE OBJETIVAMENTE:
Se entiende por deber de cuidado al conjunto de reglas que debe observar el
agente mientras desarrolla una actividad concreta a título de profesión,
ocupación o industria por ser elemental y ostensible en cada caso como
indicadores de pericia, destreza o prudencia (velocidad adecuada,
desplazamiento por el carril correspondiente, estado psicosomático normal,
vehículo en estado electromecánico normal y contar con la licencia de
conducir como autorización oficial ocupacional, esto en el caso del chofer).
Una persona al comportarse con diligencia y de acuerdo al deber de evitar la
creación de riesgos, se encuentra exenta de responsabilidad.
En un caso en el que no exista violación del deber objetivo de cuidado
así como tampoco que dicha conducta no haya creado ningún riesgo
jurídicamente relevante que se verifique en el resultado, existiendo por
el contrario una auto puesta en peligro de la propia víctima, o de los
responsables de la misma; son ellas las que deben asumir la consecuencias
de la asunción de su propio riesgo, conforme a la teoría de la imputación
objetiva que dice “el obrar a propio riesgo de los agraviados tiene una
eficacia excluyente del tipo penal” (Cfr. Jakobs, Gunter, Derecho Penal,
Parte General, Madrid 1995, p. 307).
EL PRINCIPIO DE CONFIANZA:
Así este principio señala que quien durante el tráfico vehicular, se comporta
de acuerdo con las reglas debe poder confiar en que otros también lo harán.
Este principio no es aplicable allí donde no ésta justificada, de manera
reconocible (es decir en la que es evidente que la otra persona tiene ciertas
características, que la hacen vulnerable), la confianza en que el otro actué
conforme al ordenamiento del tráfico. Esto es válido en la conducta de los
niños pequeños y también en las acciones notorias de niños mayores, en
peatones adultos débiles o claramente desorientados. La responsabilidad en
estos casos sería de los padres, tutores o curadores, quienes si tienen la
obligación del deber de cuidado.
Un comportamiento ilícito, tan sólo tiene un significado, en la medida en
que vincula a quien lo realiza. En el ámbito del delito imprudente, se
conoce desde hace tiempo ya la necesidad de la así llamada infracción del
deber de cuidado.
Así la imputación objetiva consiste en el reparto de responsabilidades.
El conductor de un vehículo DEBE ocuparse de que funcione correctamente
y no puede partir de la base de que los demás participantes en el tráfico
velarán, en todo caso, por su propia seguridad; esto a su vez deben respetar
sus deberes de autoprotección, nada más pero tampoco menos.
En el ámbito de los hechos imprudentes, aunque el conductor no piense en
ello, conducir un automóvil a velocidad excesiva constituye una puesta en
peligro de las personas.
LA OMISIÓN:
En el ámbito de la omisión es evidente que no todos responden de cualquier
consecuencia lesiva que estén en condiciones de evitar, sino que obligado
sólo lo está quien es titular de una posición de garantía. Al examinar
quienes son titulares de posición de garantía, en primer lugar llama la
atención quienes participan en las organizaciones constitutivas de la
sociedad: el padre y la madre como garantes de los hijos, el Estado como
garante de la seguridad interior y exterior, determinados médicos como
garantes en el sistema sanitario, servicios de protección civil, etc.
Los límites de los roles funcionan a la vez como límites de la
responsabilidad, así el automovilista, no es garante general de la libre
circulación. En consecuencia quien se mantiene en los límites de su rol, no
responde de un curso lesivo aun en el caso en que bien pudiese perfectamente
evitarlo.