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UNIVERSIDAD PRIVADA DE LA PENÍNSULA

PRECARIEDADES LABORALES CON ENFOQUE DE GENERO EN

YUCATÁN.

Proyecto de investigación

PRESENTA

JESÚS MANUEL BELMONT BORGES

12 DE DICEMBRE A 2023 EN TEKAX, YUCATÁN, MÉXICO.

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TABLA DE CONTENIDO

CONTENIDO

TABLA DE CONTENIDO……………………………………………………………………....2

TÉRMINOS CLAVE………………………………………………………………………….....3

CAPITULO I………………………………………………………………………………….…5

INTRODUCCIION…………………………………………………………………………….. 6

ANTECEDENTES………………………………………………………………………………7

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………………………………………………….… 10

OBJETIVOS………………………………………………………………………………….. 12

JUSTIFICACIÓN………..……………………………………………………………………13

CAPITULO II……………………………………………………………………………..…. 16

MARCO TEÓRICO…………………………………………………………………………. 17

CAPITULO III……………………………………………………………………….……… 22

METODOLOGIA…………………………………………………………………………… 23

CONCLUSION……………………………………………………………………………… 24

FUENTES BIBLIOGRAFICAS………………………………………………………….… 26

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TERMINOS CLAVE

PRECARIEDADES: Situación que viven los trabajadores sujetos a unas condiciones de

trabajo por debajo del límite considerado como normal, especialmente cuando los

ingresos económicos que se perciben por el trabajo no cubren las necesidades básicas de

una persona.

GENERO: El género se refiere a los conceptos sociales de las funciones,

comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los

hombres y las mujeres.

DESIGUALDAD: se habla de desigualdad cuando falta un equilibrio entre dos o más

personas. La desigualdad puede ser de diferentes tipos: Social. Es la que aparece cuando

se trata a una persona de forma distinta por su posición social, su situación económica, su

religión o su cultura.

DISCRIMINACION: Discriminar significa seleccionar excluyendo; esto es, dar un trato

de inferioridad a personas o a grupos, a causa de su origen étnico o nacional, religión,

edad, género, opiniones, preferencias políticas y sexuales, condiciones de salud, dis-

capacidades, estado civil u otra causa.

LABORAL:

Perteneciente o relativo al trabajo, en su aspecto económico, jurídico y social.

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MECANISMOS: Conjunto de piezas o elementos que ajustados entre sí y empleando

energía mecánica hacen un trabajo o cumplen una función

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CAPITULO 1:

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INTRODUCCION

El presente estudio busca analizar cómo influyen la condición de género y la precariedad laboral

en la dinámica del mercado de trabajo en Yucatán. Dado que la economía mexicana no avanza

como debería, esta situación ha provocado que las personas se refugien en la economía informal.

Esto ha dado origen a las empresas informales como una alternativa para que las personas o

familias obtengan un ingreso complementario que les permita satisfacer sus necesidades

individuales o familiares. La participación de la mujer en el mercado laboral es cada vez más

relevante, ya sea para ayudar a completar el ingreso familiar o fungir como cabeza de familia. En

México aún prevalece el estigma social de que la mujer es la encargada del cuidado de la familia

y el hogar, en consecuencia, la situación laboral de la mujer es más precaria debido a que distribuye

su tiempo en distintas actividades que la alejan de su trabajo forma. Para poder satisfacer

necesidades, la gente se ve obligada a buscar trabajos poco productivos y bajos ingresos,

produciendo o vendiendo algo que no requieren mucho capital y especialización. Con estas

características se encuentran los asalariados, los familiares no remunerados y asalariados sin

contratos. Representan una opción de empleo de alta flexibilidad que permite combinar los tiempos

del hogar y trabajo, muy acorde con las responsabilidades culturalmente asignadas a las mujeres,

tales como el cuidado de los niños, adultos mayores, etc. El resultado de esta forma de producción

es baja productividad y desprotección, pero constituye una opción para apoyar al ingreso familiar

(INEGI, 2011), Pese a los avances económicos de los últimos años, en Yucatán se siguen viviendo

varias realidades distintas en materia de empleo. A pesar de tener una tasa de desocupación baja a

nivel nacional (2.068%), los trabajos en su mayoría se caracterizan por las irregularidades y la

precariedad (Diario de Yucatán, 2017). Del total de trabajadores yucatecos económicamente

activos que trabajan, el 31.9% de los hombres y el 37.3% de las mujeres, lo hacen en la economía

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informal, es decir, tienen empleos de mala calidad, sin la protección de la seguridad social y con

sueldos muy bajos. (INEGI, 2021)

ANTECEDENTES

Según Boffi (2015) la definición de precarización laboral es multidimensional, e incluye

una variedad de formas de empleo establecidas por debajo del estándar normativo socialmente

aceptado en al menos una de las siguientes dimensiones: la temporal, la organización, la económica

y / o la social de la relación laboral. En las cuatro dimensiones, la precariedad se debe a una

distribución desequilibrada hacia y entre los trabajadores de inseguridades y riesgos típicamente

asociados a la vida económica en general y al mercado laboral en particular.

El problema con la precarización laboral es que apunta al hecho de que la precarización no

solo se debe a una duración limitada del contrato, sino también a la insuficiencia salarial y la

progresión salarial, la falta o la reducción del acceso a las leyes legales y la protección social, y la

organización de los procesos laborales y el control laboral. Los debates sobre la precarización

laboral son significativos para comprender la transformación del mercado laboral y el análisis

sociocultural de las nuevas formas de relaciones de producción.

De acuerdo con Vejar (2014) la precariedad se define como una condición, un fenómeno

emergente, una forma de estar en el mundo vinculado a la pérdida y/o debilitamiento de los

vínculos sociales de integración y protección social. El concepto de precariedad laboral tiende a

asociarse al deterioro de las condiciones laborales, a una condición de inestabilidad laboral, y/o

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inseguridad laboral, un lugar donde el trabajador se encuentra desprotegido ante la expansión de

las relaciones no formales, donde las leyes no lo protegen.

La precariedad laboral consiste en un aumento de la vulnerabilidad de los trabajadores a

consecuencia de las relaciones que definen la continuidad y su trayectoria laboral, lo que supone

un incremento de la inseguridad, dependencia y vulnerabilidad del trabajador, tanto en la

estabilidad del empleo como en la calidad de las condiciones de trabajo (Cano, 1998).

Diversos autores coinciden en que hoy en día el trabajo en los países latinoamericanos se

caracteriza por su condición inestable e insegura, lo que es llamado precariedad (Guadarrama et

al., 2012). Esa situación de inestabilidad es resultado de causas estructurales, derivadas de modelos

económicos y de la constante reestructuración de los procesos productivos, que responden a la cada

vez mayor globalización de la economía (Oliveira, 2006). Para el caso mexicano, Brígida García

(1999) señala que el principal problema de nuestro país no es la falta de ocupaciones, sino de las

que se lleven a cabo con remuneraciones y condiciones adecuadas. En esta misma

dirección, Orlandina de Oliveira (2006) apunta que, entre los países latinoamericanos, México se

distingue porque presenta niveles más reducidos de desempleo, pero enfrenta un marcado deterioro

de las condiciones laborales y de los ingresos. En otras palabras, cada vez se crean más plazas

laborales, pero son de bajo salario. En agosto de 2017, la tasa de desocupación en el país fue del

3.3 por ciento. Aunque es una de las tasas más bajas reportadas desde 2006, cuando fue del 3.1 por

ciento (Flores, 2017), a lo que se contraponen dos aspectos importantes: primero, la fuerte

presencia de la informalidad, cuya tasa en agosto de 2017 fue del 57 por ciento, afectando a casi

treinta y cuatro millones de mexicanos empleados sin las condiciones adecuadas (Fernández-Vega,

2017); segundo, el deterioro de los salarios, pues entre el 60 y el 70 por ciento de los nuevos

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empleos en México son precarios o de baja calidad, con una remuneración de entre dos y tres

salarios mínimos (Mendoza, 2017). En este sentido, diremos que, aun cuando México destaque por

su tasa de desocupación a la baja, esto no se traduce en una disminución de la precariedad laboral,

pues los nuevos empleos son de bajo salario y muchas veces carentes de seguridad social y de otras

prestaciones por formar parte del trabajo informal.

Dada esta situación de una creciente falta de protección social, inestabilidad laboral y

expansión de empleos con bajas remuneraciones, Orlandina de Oliveira (2006: 38) señala que es

importante elaborar, integrar y aplicar políticas económicas, sociales y laborales orientadas hacia

el aumento de los niveles de bienestar de la población; es decir, políticas que contrarresten la

precariedad laboral de los mexicanos. Lo anterior cobra importancia cuando los estudios sugieren

que la precariedad afecta los trabajos formales e informales, manuales y no manuales, los altamente

especializados y los no calificados (Guadarrama et al., 2012).

Jesús Rubio (2010), siguiendo los planteamientos de Ernest Cano (1998), para analizar la

precariedad laboral en México, propone no diferenciar entre trabajos precarios y no precarios, sino

hablar de dimensiones de la precariedad, para lo cual distingue cuatro tipos: temporalidad,

vulnerabilidad, insuficiencia salarial y desprotección laboral. La primera alude a la falta de un

contrato o contratación a tiempo definido; la segunda, a la degradación de las condiciones de

trabajo, empleo en las calles, condiciones insalubres y con riesgos para la seguridad física y de la

salud; la tercera dimensión se refiere a los niveles salariales por debajo del mínimo necesario para

tener alimentación, educación, salud y vivienda. Por último, la desprotección laboral es la que se

presenta con la reducción de prestaciones laborales y protección social.

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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Es indudable que en los últimos años cada vez más mujeres se han incorporado al mercado

laboral, consecuencia de la crisis económica del país en los últimos años que ha llevado a una caída

drástica del salario, obligando a un número creciente de mujeres a trabajar para complementar el

ingreso familiar, de tal manera que “ahora son dos las personas que tienen que suministrar al

capital, trabajo y trabajo excedente para que viva una familia. De ahí se desprende la concepción

del trabajo de la mujer como complementario al del hombre” (INEGI, 1992) Una característica

sobresaliente de la mano de obra femenina ocupada es su pobreza, en el estado de Yucatán de las

338,879 mujeres ocupadas en el 2010, según la Encuesta de Ocupación y Empleo, el 50.9%

percibía menos y hasta 1 salario mínimo en el sector informal, y esta tendencia continua en los

siguientes años analizados, llegando a 64.3% en el 2019 y 63.4% en el 2021. Con respecto al sector

formal el 26.8% de la población ocupada femenina gana más de 1 y hasta 2 salarios mínimos y en

el 2021 este porcentaje subió a 46.3%. ¿Cómo puede ser posible que cerca de la mitad de las

mujeres ocupadas reciban menos de un salario mínimo y que estas condiciones de precariedad en

vez de tender a disminuir con el desarrollo de la ciencia y la tecnología empeoren? La única

respuesta factible es la incapacidad de este sistema para mantener en condiciones decorosas a la

fuerza de trabajo. Como decía el viejo Engels, cuando un sistema es incapaz de dar de comer a los

creadores de la riqueza ha llegado la hora de sustituirlo por otro (González, 1998) Para el caso de

los hombres, el 31.8% de la población ocupada en el sector informal gana de 1 a 2 salarios mínimos,

porcentaje que se incrementa a 39.5% en el 2021. No debe omitirse también el descenso en el

sector formal de los porcentajes de la población ocupada masculina que ganan de 2 hasta 3 salarios

mínimos, siendo que en el 2020 representaban el 29.4% y en el 2021 bajo a 19.1% y ni qué decir

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del nivel de ingreso de más de 3 y hasta 5 salarios mínimos el cual era del 24.3% en 2010 y llego

al 11.4% en el 2021, siendo esto un reflejo de la baja productividad y rezago laboral en México y

por supuesto los efectos secundarios de la pandemia, La presente investigación tiene como

finalidad realizar un estudio sobre la condición de la mujer en el ámbito laboral, así como su

situación en la actualidad y las perspectivas que tienen de mejorar su posición en el ámbito laboral.

La discriminación hacia la mujer en el ámbito laboral es un mal que afecta a la sociedad en general,

no sólo a México, sino al mundo, desde el momento que el hombre empezó a vivir civilizadamente.

Por medio de leyes se ha tratado de erradicarla, sin embargo, no se ha logrado totalmente, ya que

es un efecto social que no ha sido sancionado, ni tratado eficazmente. La transición de las mujeres

de amas de casa a trabajadoras asalariadas provocó la ruptura y la transformación de ideas sociales,

modelos de familia y el mercado laboral, asegura la Comisión Ciudadana de Estudios contra la

Discriminación. También sostiene que los procedimientos laborales se modificaron, así como los

perfiles de ocupación, el ingreso familiar y la calificación de la fuerza de trabajo. La reorganización

fue determinante en el surgimiento de la incorporación de las mujeres al trabajo. (Comisión

Ciudadana de Estudios contra la Discriminación, 2001, pp.140). La Convención sobre la

Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de la ONU

adoptada en México el 23 de marzo de 1981, afirma que las mujeres y los hombres por igual, tienen

derecho al trabajo, el derecho a las mismas oportunidades de empleo, inclusive a la aplicación de

los mismos criterios de selección en cuestiones de empleo y el derecho la protección de la salud y

seguridad en las condiciones de trabajo.

¿Podemos ayudar para disminuir las precariedades que pueden afrontar las mujeres en el ámbito

laboral?

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OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL:

Explicar los diferentes puntos de vista sobre las precariedades laborales hacia las mujeres

en el ámbito laboral Yucateco e implementar mecanismos para disminuir las precariedades

laborales para garantizar el respeto a sus derechos y evitar la discriminación.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

Analizar los factores que provocan que las mujeres no ingresen de manera equitativa al mercado

de trabajo, así como las situaciones generales a las que se enfrentan laboralmente. Favorecer el

acceso laboral a jóvenes.

Apoyar los derechos de las mujeres.

Combatir la pobreza y apoyar el salario digno.

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JUSTIFICACION:

La presente investigación tiene como finalidad realizar un estudio sobre la condición de la

mujer en el ámbito laboral, así como su situación en la actualidad y las perspectivas que tienen de

mejorar su posición en el ámbito laboral. La discriminación hacia la mujer en el ámbito laboral es

un mal que afecta a la sociedad en general, no sólo a México, sino al mundo, desde el momento

que el hombre empezó a vivir civilizadamente. Por medio de leyes se ha tratado de erradicarla, sin

embargo, no se ha logrado totalmente, ya que es un efecto social que no ha sido sancionado, ni

tratado eficazmente. La transición de las mujeres de amas de casa a trabajadoras asalariadas

provocó la ruptura y la transformación de ideas sociales, modelos de familia y el mercado laboral,

asegura la Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación. También sostiene que los

procedimientos laborales se modificaron, así como los perfiles de ocupación, el ingreso familiar y

la calificación de la fuerza de trabajo. La reorganización fue determinante en el surgimiento de la

incorporación de las mujeres al trabajo. (Comisión Ciudadana de Estudios contra la

Discriminación, 2001, pp. 140). La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de

Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de la ONU adoptada en México el 23 de marzo de

1981, afirma que las mujeres y los hombres por igual, tienen derecho al trabajo, el derecho a las

mismas oportunidades de empleo, inclusive a la aplicación de los mismos criterios de selección en

cuestiones de empleo y el derecho a la protección de la salud y seguridad en las condiciones de

trabajo. En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sostiene dentro del artículo

123 que: "toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil…” por su parte, la Ley

Federal del Trabajo establece en su artículo 164 que "las mujeres disfrutarán de los mismos

derechos y tienen las mismas obligaciones que los hombres", en cambio, las mujeres siguen siendo

víctimas de discriminación laboral en: el tipo de ocupación, el salario y la gravidez. En cuestión

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ocupacional las mujeres son discriminadas por considerar que no tienen las condiciones físicas

óptimas para desempeñar algunos puestos. En el ámbito salarial a pesar de que el Convenio 100

emitido por la OIT adoptado por México el 29 de junio de 1951, establece que "la expresión

igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un

trabajo de igual valor designa las tasas de remuneración fijas sin discriminación en cuanto al sexo",

la realidad continúa reflejando desigualdad. Según el Centro de Derechos Humanos PRODH, las

mujeres en situación de embarazo son el grupo femenino que mayor discriminación sufre en

México y que los responsables directos son las empresas, las escuelas, las autoridades policíacas,

judiciales y laborales. Las estadísticas revelan que una de cada diez denuncias presentadas ante la

Procuraduría Federal del Trabajo (PROFEDET) fue causada por despidos injustificados durante la

gestación. El 50% de los despidos laborales registrados por el PRODH correspondieron a mujeres,

en los que cinco de cada seis casos, el despido injustificado a embarazadas es la acción más común.

Ante todo, esto la mujer se ha preocupado por generar una significativa evolución de la realidad

de las mujeres en el México laboral, que se manifiesta en hechos como la mejora del nivel

educativo, incremento de la tasa de actividad y la incorporación a más ámbitos profesionales. Así

pues, hoy las mujeres participan en espacios públicos que antes habían sido imposibles. Esta

desigual participación femenina se puede observar en los puestos de mayor jerarquía y que otorgan

mayor capacidad de influir en la toma de decisiones, es decir, por regla general, las mujeres no

acceden a los espacios de poder en cuestión política, sindicatos y empleos de otros tipos. El papel

de la mujer en la sociedad y en la política se ha ido incrementando en los últimos años. Inicialmente

el movimiento obrero de la década de los setenta, pretendió elevar la condición social de la mujer,

que como ser humano había sido subordinado al rol masculino de diferentes formas,

posteriormente, la lucha sindical en contra de la opresión de que ha sido objeto, se ha ampliado a

la búsqueda de formas, sociales y legales, que le permitan su autodeterminación. Por todo lo

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anterior, realizar un estudio que permita comprender la evolución de lo que tuvo que pasar para

que las mujeres pudieran ser reconocidas con una participación activa en la lucha de igualdad

laboral, forjar su integración cada vez más a este movimiento, y retirar los obstáculos a los que se

enfrentan para continuar evolucionando, ubicando posibles soluciones para contribuir a una

sociedad más justa y equitativa. Por último, En la presente investigación se prevendrá, en todo lo

posible integrar diferentes puntos de vista, manteniendo un enfoque objetivo para ambos sexos.

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CAPITULO II

EL IMPACTO DE LA PRECARIEDAD LABORAL EN YUCATAN

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Pobreza laboral en Yucatán

En Yucatán en el primer trimestre de 2020 el 33.3% de la población vivía en condiciones

de pobreza laboral extrema y en el mismo trimestre de 2021 subió a 35.6%, es decir trabajan, pero

sus ingresos no alcanzan para adquirir la canasta básica alimentaria y tener una nutrición mínima

(Coneval, 2021). La población con pobreza laboral es aquella que tiene un ingreso laboral inferior

a la línea de pobreza extrema por ingreso, así que el porcentaje de la población con ingreso laboral

inferior al costo de la canasta básica alimentaria o pobreza laboral es el porcentaje de la población

que incluso si hiciera uso de todo el ingreso laboral disponible en el hogar, no podría adquirir los

productos de la canasta alimentaria (Coneval, 2021). Así mismo, en su informe “Índice de precios

al consumidor de la canasta de consumo mínimo. Documento metodológico”, el Coneval distingue

dos líneas de pobreza que se definen a partir de los costos de canastas de productos y servicios. La

línea de pobreza extrema por ingresos (LPEI) se determina a partir del valor monetario de la canasta

alimentaria, a fin de identificar a la población que no puede adquirir lo indispensable para tener

una nutrición mínima. La línea de pobreza por ingresos (LPI) considera la suma del valor monetario

de la canasta alimentaria y la canasta no alimentaria, con el fin de identificar a la población con

ingresos insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requieren para satisfacer sus

necesidades (Diario de Yucatán, 2021). De acuerdo con el Coneval, en el primer trimestre del 2021,

Yucatán ocupaba el décimo octavo puesto en pobreza laboral extrema, entre las 32 entidades de

México. El ingreso laboral per cápita a pesos constantes (ingreso real) cayó de $1,980.00 a $1,

964.24 pesos mensuales y el ingreso laboral per cápita deflactado con el valor de la canasta

alimentaria se redujo de $1,767.40 en 2020 a $1,758.08 pesos al mes en 2021 (primer trimestre de

cada año) (Coneval, 2021). La crisis de los años ochenta, los procesos de reestructuración

productiva iniciados y profundizados en los noventas, tuvieron como consecuencia la falta de

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empleos productivos. A este efecto negativo sobre el empleo, se sumó la eliminación de empresas

productoras de bienes de consumo final, consecuencia de la competencia que ejercen los bienes

importados de otros países. El trabajo constituye la fuente primordial de ingresos de la mayoría de

las familias yucatecas, no existe el seguro de desempleo y prevalece una deficiente capacidad de

ahorro, lo que provoca una precarización del empleo asalariado y no asalariado y un mayor número

de familiares proveedores del ingreso familiar (Inmujeres, 2010). De acuerdo con la Encuesta

Nacional de los Hogares, en Yucatán en el 2018, el 30.7% del total de los hogares, estaban

catalogados con jefaturas femeninas. La población económicamente activa (PEA) son las personas

de 15 años y más de edad que tuvieron vínculo con la actividad económica o que la buscaron en la

semana de referencia, por lo que se encontraban ocupadas o desocupadas. La población ocupada,

son las personas de 15 años que en la semana de referencia realizaron alguna actividad económica

durante al menos una hora. Incluye a los ocupados que tenían trabajo, pero no lo desempeñaron

temporalmente por alguna razón, solo que por ello perdieron el vínculo laboral con este, así como

a quienes ayudaron en alguna actividad económica, sin recibir un sueldo o salario (ENOE, 2019).

Aproximación conceptual a la precariedad laboral

El mundo del trabajo ha experimentado grandes transformaciones: tecnológicas,

económicas, organizativas, espaciales, sociales, políticas y culturales; podríamos divagar en

señalar las causas y efectos que conllevan dichos cambios, o bien limitarnos a describirlas como

suelen hacerlo la mayoría de los autores que escriben sobre el tema y que omiten mencionar que

dichas modificaciones son puestas en práctica con el único objetivo de incrementar la ganancia de

la clase empresarial inmersa en la competencia capitalista. Para poder iniciar un acercamiento a

este fenómeno se debe considerar sus diferentes causas y múltiples efectos puesto que la

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precariedad laboral es una válvula de escape o postergación de la crisis económica, dicha

prolongación en el tiempo y el espacio llena de matices al objeto de estudio debido a que no es lo

mismo tener un trabajo precario en América Latina que en Europa o Estados Unidos, Trabajo para

el mercado no remunerado En la actualidad, 10.4% de las mujeres que trabajan lo hacen sin recibir

pago alguno por su trabajo, en comparación con sólo 5% de los hombres en esta situación.

Usualmente las trabajadoras no remuneradas desempeñan su trabajo en negocios que son propiedad

del hogar. La participación laboral de trabajadores no remunerados crece comúnmente en periodos

de crisis. En México, entre 1993 y 1996 la participación masculina en el trabajo no remunerado

aumentó 6.1 puntos porcentuales, y entre las mujeres 7.8 puntos. Hoy en día, si bien la proporción

de este tipo de trabajadores en relación con el total ha disminuido, aún no se han recuperado los

niveles previos a la crisis, lo que nos lleva a suponer que como parte de las estrategias de

sobrevivencia de los hogares, una buena proporción de mujeres se ha incorporado al trabajo para

el mercado sin recibir remuneración.

¿Qué es la precariedad laboral?

El hecho de que Marx llame “tendencial” a la caída de la tasa de ganancia no es casual ni

mucho menos un accidente, se trata de proceso gradual que no desciende de una vez y para siempre

debido a las causas que contrarrestan dicha caída. En el capítulo XIV del Tomo tres de El Capital,

Marx y Engels expone los procesos a los que recurre la clase capitalista para hacer frente a las

recurrentes crisis económicas y que responden a la pregunta ¿Por qué dicha caída no es mayor o

más rápida? Marx y Engels señala seis fenómenos que contrarrestan la baja de la tasa de ganancia

entre las más usuales y de manera muy breve se presentan cinco de ellas: El caso del incremento

al grado de explotación, es una de las influencias que contrarrestan la acción de la ley general y la

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anulan, dándole un carácter solamente de tendencia. Dicho incremento se consigue a través de dos

vías: la prolongación de la jornada de trabajo e intensificando el mismo. Son la producción de plus

valor absoluto una de las formas recurridas para elevar el grado de explotación, ya sea acrecentando

el capital constante con respecto al capital variable, acelerando la velocidad de las máquinas,

mejoramiento de los métodos que cerrarán los poros de la producción, o bien, incrementando las

horas a la jornada de trabajo sin alterar la relación entre capital constate y capital variable. El

segundo fenómeno que repercute en la contención de la caída de la tasa de ganancia es la reducción

del salario por debajo de su valor, es decir, remuneraciones salariales que resultan insuficientes

para su reproducción como clase social en condiciones normales, además de reducir o nulificar las

prestaciones sociales que constituyen parte del salario.

Ingreso por trabajo

El ingreso es uno de los rubros donde más se marca la desigualdad de género en el mercado

laboral. Entre las principales razones de estas diferencias se encuentran que una proporción

considerable de mujeres trabaja sin recibir pago alguno (trabajadoras no remuneradas); el que las

mujeres cuentan con menos tiempo disponible para el trabajo en el mercado –en la medida que el

trabajo doméstico para la reproducción de los hogares consume buena parte de su tiempo, porque

está distribuido de forma desigual con los hombres-; y el hecho de que existe discriminación

salarial por motivos de género por realizar el mismo trabajo.

Legislación aplicable

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En el Artículo 123 de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos se

encuentran especificadas las cualidades que deberían imperar en todo aquel espacio donde se lleve

a cabo cualquier actividad laboral o relación de carácter asalariada, dichas cualidades en ésta

investigación son uno más de nuestros objetos de estudio, las relaciones sociales de producción

capitalista y más acentuadamente el actual patrón de acumulación neoliberal determinan la calidad

del empleo, muestran una tendencia a la precarización de las condiciones en que se labora,

fenómeno presente y consecuencia lógica e inmediata de la acumulación capitalista. Son varios

factores los que influyen, determinan y/o configuran el actual escenario de precariedad laboral

femenina, en que se encuentran sumergidos millones de trabajadores y trabajadoras, a modo de

círculo vicioso. Los factores principales que contribuyeron a la formación de éste contexto

específico son básicamente dos; en primer lugar, se puede mencionar los efectos de la naturaleza

misma del sistema capitalista la cual sigue una tendencia explotadora, y en segundo lugar

observamos los efectos que emanan de las administraciones que ha padecido México en lo

concerniente al trabajo remunerado y no remunerado.

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CAPITULO III.

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METODOLOGIA

La presente investigación fue realizada con el método no experimental, ya que este

tipo de investigación no requiere manipulación de variables y se ocupa el estudio y su

análisis, el método utilizado es el longitudinal ya que el objetivo es observar y analizar los

cambios que ocurren en las variables a lo largo de un periodo.

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CONCLUSIONES:

El civismo es la base de la convivencia social, definida como “el comportamiento

de la persona que cumple con sus deberes de ciudadano, respeta las leyes y contribuye así

al funcionamiento correcto de la sociedad y al bienestar de los demás miembros de la

comunidad” (Diario de Yucatán, 2022). Una de las explicaciones del porque a algunos

países les va mejor que a otros está en los diferentes grados de civismo que han desarrollado,

un factor estrechamente conectado a la confianza en la conducta ajena, según el BIF (Banco

Interamericano de Desarrollo). El civismo implica la disposición de los ciudadanos a

colaborar en forma grupal en areas de proyectos colectivos, fundamentales para el éxito de

una sociedad. Sin confianza las personas se muestran reacios a cumplir sus obligaciones

cívicas, como pagar impuestos, obedecer leyes, asociados con proyectos públicos. El

impacto de la desconfianza en el civismo y la cohesión social también es dañino en el

ámbito de las empresas. En los países donde la confianza y el civismo son bajos, las

empresas y las personas que trabajan en ellas están más dispuestas a funcionar de manera

informal, como respuesta a regulaciones exageradas o simplemente en busca de ventajas

privadas a expensas de la comunidad. En consonancia con esta expectativa, en los países

latinoamericanos, como es el caso de México, existe una fuerte correlación negativa entre

confianza e informalidad y está asociada con el desempleo, el ambulantaje, la falta de

tecnología y la carencia de seguridad social. La asignación social del cuidado del hogar y

la familia ha condenado a la mujer a ser dependiente por no tener ingresos y quedarse en el

hogar a ejecutar tareas domésticas. Estas labores de cuidado de los niños, enfermos,

personas con discapacidad o adultos mayores, son “labores no remuneradas ni socialmente

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reconocidas” (Diario de Yucatán, 2020) Las mujeres que, si logran emplearse, en su

mayoría lo hacen en condiciones de precariedad con bajos salarios, en Yucatán en 2021 el

37.3% de la población ocupada femenina laboraba en el sector informal y el 27.6% fuera

del sector informal y en este mismo año el 52.8% laboraba sin prestaciones, en horarios

rígidos y sin defensa de representación sindical. En cuanto al nivel de ingresos, las mujeres

que trabajan en el sector informal, dado que este sector les permite combinar sus

responsabilidades domésticas y laborales representan más del 50% de la población

económicamente femenina y ha sufrido un incremento a raíz de la pandemia por el COVID

en 2020 y 2021, lo cual pudiese significar que las mujeres viven en pobreza laboral extrema,

es decir, sus ingresos no alcanzan a adquirir la canasta básica alimentaria y tener una

nutrición mínima según informe del Coneval (2021). De acuerdo al Diario de Yucatán

(2022), la precarización del mercado laboral en México, repuntó en los primeros tres meses

del año 2022. El número de trabajadores en condiciones críticas de ocupación ascendió a

17.8 millones, la cifra más alta desde que inició su registro en 2005. Las condiciones críticas

de ocupación comprenden a las personas que trabajan menos de 35 horas a la semana por

razones ajenas a sus decisiones y las que lo hacen más de 35 horas semanales con ingresos

mensuales inferiores al mínimo. Por lo anterior, es necesario se respete los derechos de las

mujeres trabajadoras, ya que está establecido en las leyes, pero en la práctica no se toma en

cuenta. Si se logrará esto, las condiciones de vida de este sector de la población, será

beneficiada y las mujeres podrán contribuir a la producción local y nacional de manera más

justa.

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FUENTES BIBLIOGRAFICAS

Ana Laura Velázquez Moreno y Selma Maxinez Sánchez (2002) consultado en

https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Precarizacion-laboral-ygeneroen-Mexico-

20220613-0124.html. El 18 de septiembre del 2023 en:

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