Está en la página 1de 9

Crítica a la persistente desigualdad social en Chile:

Neoliberalismo y precarización del trabajo en tiempos de


pandemia.

Universidad de Chile
Facultad de Ciencias Sociales
Trabajo Social
Economías alternativas y debates sobre el desarrollo
Profesor: Felipe Gajardo
Estudiantes: Jeannette Arenas e Ignacio Fredes

NOVIEMBRE - 2022
A modo de contextualización, nos parece a menester mencionar en primer lugar la
idea integradora del trabajo que se tuvo desde un comienzo de la modernidad; “El
proyecto de integración social de la modernidad” pero que sin embargo,
contradictoriamente a esta concepción de integración, posee un soporte estructural
desigual. La llamada cuestión social significó cambios en las condiciones del
trabajo, afectando principalmente a la clase obrera, en pos de las grandes
desigualdades que la distanciaron de las élites burguesas. La cual dio lugar a la
degradación de las condiciones de la clase salarial, que de acuerdo con Castel
(1995) implicaría un debilitamiento de los soportes de los individuos y la
desestabilización de proyectos sostenidos por la condición laboral, enfocándose a
su vez en la búsqueda de cómo generar seguridad en este contexto. Se interpela de
esta manera a los estados y en particular, al sistema de protección social, en un
contexto que pone en duda estos principios y supuestos de protección. De esta
manera, el trabajo y salario pasa a ser considerado como tributario de derechos;
evolución de la condición laboral, ya no solo asociada a una remuneración fija, sino
que también a una protección por parte del estado a los y las trabajadoras (sociedad
salarial y su condición como constitutiva de derechos sociales). Castel observa
cómo este modelo de integración en base al trabajo comienza a degradarse y cómo
esto finaliza con una sociedad desafiliada (que es lo que observa en los años 90 y
2000) donde la desafiliación, es la idea de ya no sentirse protegido por esta
institucionalidad que generaba el trabajo, ya no permite sentirse parte de algo, de
una integración social.

La realidad social desatada en Chile, dentro del contexto de pandemia a causa del
Covid-19, trajo consigo bastantes complejidades debido a las inconsistentes
medidas tomadas por parte del Gobierno, en vista de un evidente incumplimiento de
objetivos en erradicar la propagación de este virus. Como es bien sabido, los
fenómenos sociales repercuten e impactan en diversos grados dependiendo del
contexto de vida que los grupos sociales presentan, donde es posible identificar
tensiones y desigualdades en torno a la accesibilidad de los diferentes tipos de
“privilegios”, que se exhiben en cuanto a clase, espacios y accesibilidad, en este
sentido es que establecemos, la mayor parte del tiempo quienes se ven más
perjudicados son los grupos sociales más vulnerables.
Ante dicha crisis que aquejó profundamente a la sociedad chilena, realizaremos un
análisis de la precariedad del trabajo y la intensificación de ésta en tiempos de
crisis, y el cómo la variable de acceso a la remuneración en este contexto, refleja
una desigualdad social que pretende seguir existiendo. Desde el funcionamiento del
neoliberalismo se han presentado diferentes condiciones que acentúan en la
diferenciación de clases, donde el trabajo y el acceso a este tiene un aspecto
elemental y fundamental en el desarrollo de toda vida, el que no en todos sus
aspectos cumple una beneficencia en esta calidad. La desigualdad económica
restringe y limita la libertad para las personas más desfavorecidas económicamente.
En el contexto de un modelo socioeconómico neoliberal, que no es garante de
derechos sociales tales como la educación, salud o vivienda, la gran mayoría de
personas se ven privadas de escoger sus accesos en diversos ámbitos como el
educacional, de salud o qué calidad de residencia pueden ostentar. Y, por lo tanto,
comprendiendo el desarrollo como un proceso multifactorial, la desigualdad
efectivamente constituye un obstáculo para la proyección hacia el desarrollo social.
La precarización del trabajo en tiempos de crisis intensifica estas desigualdades, y
nos llama a cuestionar y problematizar de qué forma se comprenden las relaciones
laborales en el marco de gobiernos de corte capitalista neoliberales.

Por tanto, nuestra premisa se plasma en que el trabajo revela diferentes niveles
socioeconómicos, estableciendo tensiones de privilegios y precariedad de la vida, y
como este reflejo de desigualdad proporciona en tiempos de pandemia diversos
modos de acceso a bienes que involucran la subsistencia de la vida en el sistema.

Dentro de la sociedad, precisamos labores indispensables para la población, como


la ejecución en servicios básicos y la cadena de abastecimientos de productos
alimenticios y distribución de bienes esenciales para el hogar. En esta línea, el
ministro de Economía, quien ejecutó este cargo hasta el final del gobierno de
Sebastián Piñera, Lucas Palacios, explicó que "de las 427 mil empresas que operan
en la Región Metropolitana, alrededor de 174 mil van a seguir funcionando" (AS
Chile, 2020). En vista de que más de la mitad de las empresas atravesaron en ese
momento complejidades temporales -o en algunos casos permanentes, traducido
derechamente en sus cierres- en sus funcionamientos, podemos deducir de
inmediato el considerable número de personas que por consiguiente se vieron
desempleadas. Aquello nos lleva a problematizar la cantidad de hogares que se
vieron perjudicados debido a la carencia de sustento económico para sobrellevar la
crisis sanitaria.

“En su objetivo de maximizar los beneficios, estas empresas se enfrentan a un


problema doble con respecto al trabajo: por un lado, la contratación del trabajo es un
coste que toma la forma de salarios y los capitalistas tratan de mantener esos
costes (como todos los costes de producción) tan bajos como sea posible. Cuanto
más bajos sean los costes salariales, mayores serán los beneficios siempre que los
otros factores sean constantes. Por otro lado, los capitalistas quieren que los
trabajadores trabajen tan dura y diligentemente como sea posible, pues cuanto más
se esfuerzan estos, más se producirá en un nivel salarial concreto.” (Wright, 2014.
p.58).

Los planteamientos de Wright dicen relación con qué óptica se han tratado las
relaciones laborales en Chile durante y después de la crisis pandémica. La
minimización de coste salariales y maximización de beneficios económicos en las
grandes empresas se fijó como prioridad en este escenario de crisis. Tal como se
visibiliza en el siguiente gráfico, estas medidas provocaron un significante
porcentaje de desempleo, donde se aprecia que desde el año 2020 ocurre una
decreciente accesibilidad al empleo, provocando una disminución de ocupados en el
país.
(Fuente: CIPER, 2021)

Trabajadores asalariados informales e independientes, fueron los más perjudicados


por los efectos de la recesión económica. Sin embargo, los asalariados formales
también presentan una significativa disminución en el acceso económico.

Esta evolución del desempleo expone el reflejo de cómo la precarización laboral


acentúa desigualdades socioeconómicas. Asimismo, es posible visibilizar cómo la
crisis pandémica afectó distintivamente a diferentes tipos de trabajadores.

(Fuente: CIPER, 2021).

Según el PNUD (2017) las desigualdades se entienden por las diferencias en


dimensiones de la vida social, “estas desigualdades tienen muchos más efectos,
porque se despliegan en todos los ámbitos: la vivienda, la salud, la seguridad, la
educación, etc.” (Dubet, 2019. p.21) lo que implican ventajas para unos y
desventajas para otros, que se representan como condiciones estructurales de la
vida, y esta diferenciación en el acceso a todo tipo de recursos refleja la clasificación
de estratos sociales, que de acuerdo con Dubet, hace algunas décadas se dividía a
las sociedades únicamente en cuanto a un 10% dónde se concentran las riquezas y
el 90% restante, a diferencia de la actualidad, donde ese 90% se encuentra
profundamente fraccionado en una gran gama de distinción en cuanto a clases
sociales (Dubet, 2019. p.27). A partir de esta argumentación, es que sostenemos la
importancia de revelar a la desigualdad como un fenómeno multidimensional, que
traspasa más allá de la esfera económica. Específicamente, la desigualdad de
ingresos repercute directamente en la persistencia de la pobreza, la accesibilidad a
bienes fundamentales, y la representación del poder en los bienes comprados
(PNUD, 2017).

El siguiente gráfico expone la posición de algunos países latinoamericanos de


acuerdo al Coeficiente de Gini, indicador que mide la desigualdad económica:

(Fuente: Semanario Universidad, 2022)

De acuerdo a lo visto, se observa cómo Chile continúa siendo uno de los países
más desiguales de Latinoamérica. Además, la variación del índice Gini entre 2019 y
2020 advierte cómo los efectos de la pandemia COVID-19, impactaron en la
profundización de la desigualdad en distintos países, ocurriendo en Chile en el año
2020 un leve aumento de desigualdad de ingresos en comparación al año 2019.

Según Tilly (1998) quien se refiere a las desigualdades categoriales masivas,


comenta que se han visto actuar en diferentes procesos históricos de la humanidad,
ante esto se han expresado intereses en la explotación para la obtención de
ganancias, dejando a miembros en una situación de desventaja. Desde este
sistemático modo de apoderamiento del cuerpo de los sujetos, se ven reflejadas
diversas formas de desigualdad categorial, dando lugar así al desarrollo de
diferentes problemáticas de discriminación, donde hace mención a la segregación
laboral y las posiciones de privilegios ocupadas solo por capitalistas blancos.

En esta línea, en el caso de Chile Soto y Fardella (2020) realizan un análisis en


referencia a las subjetividades laborales, las cuales se fueron plasmando tras la
implantación del neoliberalismo en la sociedad chilena, enfocándose en la
individualización que mantienen los sujetos en la sociedad, lo que radica en una
segmentación y heterogeneización de los espacios laborales. El neoliberalismo
condiciona a los sujetos a cargar todas sus exigencias económicas, provocando así
espacios de tensiones con respecto a las desigualdades existentes. Aspectos como
individualización del trabajo dispone al sujeto como el responsable de su propia
trayectoria laboral, centralizando la vida en el goce y en el consumo hasta para la
adquisición de derechos, lo que repercute en fisuras respecto a la intensificación del
trabajo y la privatización de la vida, y el latente temor en no poder responder a las
exigencias que esta misma condiciona.

Desde sus inicios, el sistema neoliberal que fue impuesto en Chile post-dictadura
evidencia transformaciones que se perpetúan hasta la actualidad. Visualizando las
repercusiones que tiene la dinámica global de la acumulación de capital,
entendiendo que en sí, el capitalismo como sistema económico controla los flujos
humanos y la vida en torno a él.

En el contexto de pandemia y crisis sanitaria y social que se enmarca el presente, y


hasta el día de hoy, surge como algo de primera necesidad, la relevancia de llevar a
cabo medidas que otorguen a las personas su protección y dignidad en lo que
respecta al enfrentamiento de fenómenos sociales. Sin embargo, situarse y vivir
bajo el manejo del neoliberalismo complejiza el resguardo y protección de nuestra
vida, ya que este sistema vela por el aumento y la acumulación de capital por medio
de sus procesos productivos, lo cual resulta vital e indispensable para la vigencia del
modelo.

El distanciamiento social y aislamiento como necesidad complejizan el


funcionamiento de este sistema económico, el cual se vio en crisis por el poco
consumo (o más bien un tipo de consumo que se limita a lo necesario), minimizando
la demanda del consumo de todo tipo, lo que conllevo a interrupciones en grandes
cadenas de producción a nivel global, y por tanto que muchas empresas se hayan
visto obligadas a cerrar sus puertas. Estos efectos impactan a modo económico, y
agudizan las fallas de mercado dentro del sistema capitalista neoliberal.

En definitiva, la pandemia por el virus COVID-19 que golpeó fuertemente a Chile y el


mundo entero, dejó una vez más en evidencia que la desigualdad social se
transforma en un elemento decidor en quienes resultan ser los más afectados,
siendo ésta la población que tiene menos recursos habitacionales, de salud,
educación, acceso a información, y como ha quedado evidenciado a lo largo de este
escrito el acceso al mercado laboral, que claramente, actúa como elemento
determinante de las condiciones de vida de las personas. Los gobiernos
neoliberales se mostraron incapaces de proponer soluciones a la recesión
económica producida en pandemia. Por esto, se presentan problemáticas sociales
que conllevan a un aumento de la precarización de la vida de las personas (en torno
a sus situaciones laborales), ya que en el interés de los Gobiernos capitalistas no
prevalece el cuidado ni la dignidad de la vida, sino que netamente los intereses
económicos y el cuidado del empresariado y su capital. Ante esto se ha presentado
una elevación en los niveles de desempleos, lo que implica la pérdida de este
“médium” para acceder a necesidades básicas de vida, lo que estimula aún más la
precarización y la poca dignificación de la vida de las personas. Donde la gran
crítica se acentúa en la poca dignidad de vida que se perpetúa en los grupos menos
privilegiados, y por tanto más vulnerados en sus derechos indispensables.

Bibliografía

AS Chile (2020). Cuarentena total en Chile: qué empresas pueden trabajar y qué
negocios pueden abrir. Recuperado en:
https://chile.as.com/chile/2020/05/15/tikitakas/1589566446_057546.html

Castel, Robert (1995). “La metamorfosis de la cuestión social” Paidós Ibérica.

Dubet, Francois (2015). “¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo


contrario)”. Siglo ventiuno editores.

Gob.cl (2020). Recuperado en: www.gob.cl


Muñoz, Daniela. (2022). Costa Rica avanza sin freno hacia una sociedad cada vez
más desigual. Coeficiente de Gini 2019 y 2020. Semanario Universidad.
Recuperado en: https://semanariouniversidad.com/pais/costa-rica-avanza-sin-freno-
hacia-una-sociedad-cada-vez-mas-desigual/

PNUD (2017). Desiguales: orígenes, cambios y desafíos de la brecha social. “La


desigualdad socioeconómica en Chile”. Cap. 2 pp. 73 - 98.

Soto, Álvaro y Fardella, Carla (2020). “Hilos tensados: para leer el octubre chileno.
Parte I. Del yo al nosotros: el emplazamiento colectivo a las subjetividades
neoliberales” Aruajo, editora.

Tilly, Charles (1998). La desigualdad persistente. Capítulo 4: “Modos de


explotación”.

Wright, Olin (2014). Construyendo Utopías Reales.

También podría gustarte