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Workbook 2

Límites que conectan

Un resumen de lo que vimos...

La gran dificultad que tenemos a la hora


de abordar los límites es creer que
tenemos que elegir entre ser amables o
ser firmes. Pero la clave para que los
límites funcionen y además nos permitan
construir un vínculo saludable y cercano
con nuestros niños, es justamente que
incluyan tanto la amabilidad como la
firmeza.

La amabilidad se relaciona con el


CONECTAR, con transmitir el mensaje y
la certeza de que con nosotros están en
un lugar seguro, de que no somos una
amenaza para ellos de la cual se tengan
que defender.

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Límites que conectan

La conexión nos permite desactivar el


conflicto, disminuir las resistencias y
preparar el terreno para sembrar.

Cuando intentamos poner un límite sin


haber conectado primero, es como
tirar un semilla al viento esperando
que germine (y no siempre lo hará)

La firmeza, por su parte, también


aporta la seguridad de entender qué
es lo que se espera de cada uno en
las diferentes circunstancias, de
saber qué está permitido y qué no, y
por lo tanto, cuál es el espacio seguro
dentro del cual me puedo mover con
tranquilidad.

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Límites que conectan

Amabilidad sin firmeza es permisividad.


Y firmeza sin amabilidad es
autoritarismo. Entonces, la fórmula
para construir Límites que Conectan
es:

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Límites que conectan

Tres claves para Re-dirigir

No siempre tenemos que abordar la


situación en el mismo momento (como se
pensaba en el paradigma conductista que
trabajaba con ratas y perros en
laboratorios).

Cuando los niños (o nosotros) están con


sus emociones a tope, no es el momento
de dar explicaciones, buscar reflexión ni
transmitir ningún tipo de aprendizaje.

Por otra parte, también es importante


preguntarse si los niños ya tienen
adquirida la capacidad de responder a
eso que le estamos pidiendo o tal vez,
por un tema de madurez y desarrollo,
aún no lo pueden conseguir.

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Límites que conectan

Además del objetivo a corto plazo, que


tiene que ver con eso que queremos
resolver en este momento, no podemos
perder de vista cuál es el objetivo a
largo plazo ¿qué aprendizaje quiero que
se lleve de esto? ¿qué valor quiero
reforzar en esta situación? ¿y la
estrategia que estoy usando, está
cumpliendo ese objetivo?

Para que un límite cumpla este objetivo


de generar aprendizaje y no sólo de
corregir conductas, es importante que
no surja desde nuestra frustración o la
rabia que nos está generando la
situación, sino que desde la calma y la
planificación conscientes de estrategias
que nos permitan transmitir esas
enseñanzas que queremos dejarles.

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Límites que conectan

Tener un objetivo claro nos permite ser


coherentes y mantener un límite con
consistencia. Esta vendría siendo la
parte firme de la fórmula.

Cuando las cosas siempre suceden de


una determinada manera, transmite
seguridad, ya que hace el entorno mucho
más predecible y manejable.

Pero esta coherencia no se tiene que


transformar en rigidez y obstinación, ya
que vivimos en un mundo con constantes
cambios y nuestros niños también van a
ir creciendo y teniendo otras
necesidades. Por lo tanto es importante
que los límites los podamos adaptar a las
circunstancias y a la etapa del
desarrollo en la que se encuentran
nuestros niños.
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Límites que conectan

Ahora a aplicar lo aprendido...

Busca una situación reciente que te haya


sido difícil de abordar con tu hijo o hija
(puede ser la misma del ejercicio anterior)
La estrategia que utilizaste para abordar
la situación ¿fue firme y amable al mismo
tiempo? ¿qué faltó?

Considerando las tres claves para Re-


Dirigir (momento-objetivo-coherencia)
¿Cómo crees que podrías mejorar la
estrategia que utilizaste? Intenta escribir
un nuevo final

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Límites que conectan

Escribe aquí tus


reflexiones y aprendizajes

Y las dudas que te vayan surgiendo (que es


esperable que así sea) puedes enviármelas a
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