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El hombre prehistórico consumía la sacarosa proveniente de las frutas. En la edad media se lo utilizaba por los poderes
curativos (propiedades antimicrobianas). Más adelante comenzó a ser un artículo de lujo, a tal punto que solo lo consumían los
miembros de la realeza. Luego de la revolución francesa, el consumo comienza a ser masivo y popular y crece enormemente,
excepto durante las dos guerras mundiales donde hubo racionamiento (estos períodos coinciden con una disminución de
incidencia de caries).
El almidón es un homopolisacárido de
glucosa en el que coexisten dos estructuras
químicas: la amilosa, que es línea, y la
amilopectina ramificada. El almidón está
naturalmente contenido en gránulos dentro
de los granos de los cereales. Para
consumirlos, habitualmente los cocinamos o
los sometemos a diferentes procesos para
hacerlos más digeribles. Por ejemplo, se
puede aplicar calor húmedo o molienda para
obtener harina. Una vez que este almidón es
procesado, las dos estructuras que lo
componen (amilosa y amilopectina) se liberan del gránulo y quedan fácilmente disponibles para la acción bacteriana (se hace
biodisponible y pasa a llamarse gelatinizado). En este momento, decimos que estos almidones pasan a ser azúcares
extrínsecos, ya que no están más retenidos adentro del grano del cereal. Sobre este almidón gelatinizado puede actuar la
amilasa salival, y luego la pancreática, pero en la cavidad bucal también puede actuar la amilasa bacteriana, que también va a
utilizar este almidón como sustrato. El resultado de esta hidrólisis enzimática será la liberación de maltosa, maltodextrinas y
glucosa que podrán ser utilizadas por el biofilm supragingival como fuente energética y consecuente producción de ácidos.
Estos almidones los encontramos en productos dulces, galletitas, panes, productos de repostería, pastas. También se
encuentran en los snacks salados, que pueden contener almidón de maíz, sumamente digerible. Estos snacks salados por lo
general no se perciben como cariogénicos, pero en realidad lo son ya que contienen almidones altamente procesados, muy
biodisponibles y gelatinizados, al igual que pegajosos.
Hay que darle leche de vaca pero debe ser diluida en agua,
porque la leche de vaca tiene un alto contenido de
electrolitos y proteínas, y si la damos pura a un bebé
podemos producirle una sobrecarga renal. Al agregarle
agua, se diluyen todos los componentes, incluido el azúcar.
Estos sustitutos de la sacarosa no calóricos pueden generar una falsa seguridad, olvidando que en la dieta, aun con
edulcorantes no calóricos, también hay otros hidratos de carbono no dulces y cariogénicos. Lo fundamental para evitar el
desarrollo de biofilm cariogénico es un control mecánico adecuado. Además, estos sustitutos de la sacarosa no calóricos tienen
contraindicado su uso en pediatría, salvo en situaciones especiales, por ejemplo en un niño diabético insulino-dependiente.
Curva de Stephan. En el
cuadro superior vemos el
registro de un individuo
con una alta ingesta de
hidratos de carbono en
comidas principales y en
colaciones (muchos
momentos de azúcar).
Serán muchos ataques
ácidos los que sufrirá el
esmalte, muchos
momentos con un pH del
biofilm por debajo del pH
crítico del esmalte. Habrá
menos posibilidades de
reestablecer el equilibrio en cuanto al proceso de desmineralización-remineralización, en comparación al gráfico del otro
individuo que se encuentra por debajo. Es decir, no solo es necesario tener en cuenta el tipo y la cantidad de hidratos de
carbono potencialmente cariogénicos, sino también la frecuencia de la ingesta, que corresponde a los momentos de azúcar
(cada ciclo ácido) y la oportunidad. Durante las comidas aumenta la tasa de flujo salival, por lo que hay más barrido mecánico,
mayor capacidad remineralizante y Buffer que entre comidas importantes.
Tétrada ecológica: dieta, bacterias, dientes y tiempo. La caries dental, desde el punto de vista ecológico, es el resultado de
cambios en las condiciones ambientales, en la disponibilidad de nutrientes para el biofilm supragingival. Estos cambios generan
modificaciones en la composición microbiológica, una disbiosis, lo cual produce un cambio en las propiedades físico-químicas
del biofilm. Si este biofilm no es barrido mecánicamente, los ciclos ácidos no pueden ser contrarrestados por la saliva
(capacidad buffer y remineralizante) y aparece la enfermedad. Si tenemos una dieta rica en sacarosa, en almidón procesado y
maltodextrinas o hidrolizados de almidón, o una combinación de sacarosa y almidón, todo esto va a conducir a una disbiosis
con mayor producción de ácidos, descenso del pH del biofilm y no se va a lograr reestablecer el equilibrio en los procesos de
desmineralización-remineralización con pérdida neta de materia inorgánica. Por el contrario, con una dieta con poca sacarosa o
pocos almidones procesados, o poca combinación de almidones y sacarosa y con factores protectores (ácidos grasos
poliinsaturados, proteínas, compuestos fenólicos), el equilibrio se inclinará a un estado de eubiosis y se desplazará la ecuación
hacia la remineralización.
A la hora de hacer un buen asesoramiento dietético, no debemos olvidar que la dulzura es una de las sensaciones gustativas
más placenteras. No podemos pedirle al paciente y a nosotros mismos eliminar los dulces de nuestras vidas. Debemos utilizar
nuestros conocimientos para idear una estrategia y asesorar en cuanto a una disminución en la cantidad y en cuanto a la
oportunidad de ingesta. Este asesoramiento está enmarcado exactamente en una buena alimentación.
La caries se trata de una condición multifactorial y hay que respetar la cultura del
paciente, tener en cuenta todos los demás factores (económicos, actitudes,
educación, etc.) para devolverle la salud al paciente.
Las caries presentes en las caras libres de las piezas dentarias superiores presentes en la imagen se generan por la alta
adhesividad producida por los polisacáridos extracelulares de la placa bacteriana por presencia de sacarosa en el medio.
Los
Los alimentos no solo intervienen en el proceso de caries favoreciendo la desmineralización, sino que en algunas
oportunidades ejercen un efecto modulador y actúan como factores protectores.
Como los azúcares libres son perjudiciales para la salud general y dental,
se han ideado sustancias alternativas para conferir dulzura a los
alimentos sin el efecto nocivo del azúcar. Se están utilizando cada vez
más para endulzar bebidas como refrescos, jugos, café y té. Debido a su
alto sabor dulce, se venden como combinación con agentes de carga,
generalmente carbohidratos fermentables, que incluyen dextrosa,
maltodextrinas y lactosa, entre otras. Todos los edulcorantes
comerciales probados muestran una desmineralización del esmalte más
baja que la sacarosa.
Los lípidos
son nutrientes dietéticos presentes en la mayoría de las dietas
normales y generalmente se ignora su efecto sobre la caries o en
estudios basados en azúcar. Los mecanismos asociados con una
supuesta actividad anticaries de ácidos grasos son diversos.
Incluyen: actividad antimicrobiana, propiedades bacteriostáticas
y la falta de metabolización de estas sustancias por las bacterias del biofilm. La biopelícula del streptococcus mutans
expuesta a sacarosa primero y luego a ácidos grasos libres disminuyeron la cariogenicidad inducida por la sacarosa. El efecto
no fue solo una acidogenicidad y la desmineralización del esmalte, sino también sobre las propiedades de la biopelícula. La
inhibición de la desmineralización inducida por la presencia de ácidos grasos observada en estudios fue consistente con los
resultados de estudios clásicos que utilizan modelos animales.
Pacientes con dentición mixta (6 a 8 años): se produce la erupción de los primeros molares permanentes. Aun no poseen la
motricidad para higienizarse de manera correcta. Comienza un período de escolarización para la independencia en la elección
de los alimentos a consumir.
Preadolescentes y adolescentes: se produce un cambio en los patrones de alimentación y estilo de vida. Comienza una mayor
ingesta de bebidas azucaradas y ácidas, mayor consumo de carbohidratos y una higiene deficiente.
A partir de las diferencias que se pueden
presentar entre los individuos respecto a los
patrones de consumo de alimentos
vinculados con el proceso de caries, es
necesario contar con instrumentos que
permita evaluar estas características y estimar
el riesgo del paciente.
● la utilización de información pertinente teniendo en cuenta las condiciones y estilo de vida del paciente,
● el manejo de estrategias de comunicación apropiadas que permiten acordar cambios y modificar hábitos,
● la implementación de intervenciones sobre la familia en general y sobre ciertas situaciones en particular (como
mujeres embarazadas,
● el desarrollo de intervenciones institucionales (principalmente en ámbitos escolares o de cuidados de tercera edad).
Las recitaciones de
mantenimientos son aquellas citas en las que se realizan un conjunto de procedimientos realizados en determinados intervalos
según riesgo biológico con el fin de preservar la salud bucal del paciente.
La clorhexidina es una
bisguanida catiónica. Sus
propiedades incluyen la
sustantividad, que es la permanencia o unión del principio activo en la superficie de la cavidad bucal para liberarse lentamente
en forma activa, manteniendo niveles terapéuticos. En bajas concentraciones, actúa como un bacteriostático, favoreciendo la
liberación de sustancias de bajo peso molecular de las células como por ejemplo fósforo y potasio, causando lesiones
reversibles. En mayores concentraciones, actúa como bactericida, ya que provoca la precipitación o coagulación del contenido
citoplasmático, causando la muerte celular como lesión irreversible. En cuanto a la inhibición del desarrollo del biofilm,
bloquea los grupos ácidos libres de las glicoproteínas salivales, que provoca una disminución de la adsorción de las proteínas
sobre la superficie dental y por lo tanto retrasa la formación de la película adquirida. Impide la adhesión de las bacterias a la
superficie de la película porque se une a cargas negativas que se encuentran en la superficie celular bacteriana. Impide la
adherencia bacteriana por su capacidad de desplazar al calcio, y por lo tanto, postergando la agregación y coagregación que
determina el biofilm.
Basándonos en evidencia científica disponible hoy en día, el control químico no debe ser considerado como un hecho aislado,
sino que debe estar incluido en un plan de tratamiento que considera el riesgo del paciente, así como otros factores como la
educación, recomendaciones dietarias y controles periódicos o recitaciones. Haciendo referencia puntual a la clorhexidina, si
bien ha sido demostrado que reduce la presencia de streptococcus mutans en la cavidad oral de manera temporaria, la
mayoría de las investigaciones concluyen que con el uso de clorhexidina en cualquier vehículo (gel, barniz, líquido) no muestra
reducciones estadísticamente significativas para caries coronaria. Contrariamente, sí está demostrado que el uso de barniz con
clorhexidina-timol es eficaz en la prevención de caries radicular, presentación no disponible en Argentina.
La Asociación Dental Americana ha estandarizado las recomendaciones para el uso de agentes no fluorados en la prevención
de caries en cualquier superficie, mediante una revisión sistemática, determinados niveles de implementación según la mayor
evidencia disponible, según el protocolo a utilizar y la localización de la caries.
Se podrá alcanzar la
estabilización en
cualquiera de estas
etapas sin compromiso
pulpar, incluso a nivel
microscópico, sin tener
que esperar a la
manifestación clínica.
Características clínicas de la dentina y capas histológicas