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PLATÓN

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BIOGRAFÍA

Aristocles de Atenas (427-347), conocido por el sobrenombre de Platón («el de espaldas


anchas»), pertenecía a una de las más importantes familias aristocráticas de Atenas. En su
juventud escribió poesía y tragedias, y estaba bien dotado para el deporte. Se educó con
los mejores maestros, se inició en la filosofía con un seguidor de la filosofía de Heráclito
llamado Cratilo y frecuentó a los sofistas, pero con veinte años conoció a Sócrates, lo que le
cambió la vida, pues arrojó al fuego sus escritos y se entregó por entero a la filosofía.
Frecuentó su compañía durante ocho años.

En el 399 a.C., al poco de restaurarse la democracia tras la breve Dictadura de los Treinta
Tiranos -en la que participaron familiares de Platón- Sócrates fue ejecutado bajo acusación
y culpabilidad de corrupción de la juventud y ateísmo. Platón, muy conmocionado y
temeroso de represalias, abandonó Atenas iniciando una serie de viajes por Mediterraneo
oriental: Megara, Egipto -donde frecuentó a los sacerdotes y conoció su antiquísima cultura-
y Cirene -donde Teodoro lo inició en la geometría-. Hacia el 395 volvió a Atenas.

Hacia el 390 a.C. su sed de conocimiento lo impulsó a viajar a la Magna Grecia, con el fin
de conocer a los pitagóricos, que tuvieron enorme influencia en él. Allí trabó amistad con
Arquitas de Tarento, filósofo pitagórico, general y gobernante. En este viaje también visitó
Sicilia, donde trabó amistad con Dión, cuñado del tirano Dionisio I. Aunque el tirano en un
primer momento oyó con interés sus ideas políticas, sus discrepancias llegaron a tal que
acabó siendo vendido como esclavo en Egina, salvándole de tal género de vida el socrático
Aníceris, que pagó por él y lo liberó. A su vuelta a Atenas funda en el 387 la Academia. En
el 367 pasó el poder de Sicilia a manos de Dionisio II, sobrino de Dion. Platón efectuó un
segundo viaje a Sicilia para intentar de nuevo llevar a la práctica sus ideas. El nuevo tirano,
caprichoso, no se dejó aconsejar, desterró a su tío Dion y maltrató a Platón, al que sólo dejó
marchar haciéndole prometer que volvería. Al regreso de este segundo viaje recibe como
discípulo a Aristóteles. El tercer intento tendrá lugar en el 361. Dionisio pide a Platón que
regrese, y éste que espera que su influencia sirva para revocar el destierro de su amigo,
vuelve a Siracusa. La aventura acabó nuevamente en desastre: Platón acabó hecho
prisionero y sólo liberado cuando Arquitas de Tarento envía una embajada en su búsqueda .
Platón volverá a Atenas, de donde ya no se moverá. Tras este último viaje abandonó
definitivamente la esperanza de intervenir en política, declinando ofertas de varias polis que
lo solicitan como legislador. También se mantuvo alejado de la política de su ciudad. Dedicó
el resto de sus días a sus clases, la reflexión y la escritura.

LA ACADEMIA DE PLATÓN

La Academia fue fundada en el 387, en una propiedad cercana al templo del héroe mítico
Academos. En ella, además de filosofía, se enseñaban distintas disciplinas como la
geometría, aritmética, astronomía, retórica, medicina, etc. En su frontispicio figuraba la
siguiente inscripción: «No entre nadie que no sepa geometría». Puede ser considerada
como un antecedente de la universidad.

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INFLUENCIAS DE PLATÓN

Las principales influencias de Platón son:


● Sócrates. A este filósofo Platón debe su interés por los temas ético-políticos y el
interés por desentrañar el qué es, la esencia de las cosas,que es concebida como
universal.
● La escuela parmenídea. La distinción platónica entre mundo sensible y mundo
inteligible tiene en cuenta la distinción de Parménides entre la vía de la opinión y la
vía de la verdad; algunos de los atributos del ser parmenídeo pasan a las Ideas
platónicas.
● Pitagorismo. Se manifiesta claramente en la teoría del alma, la importancia de los
números y la teoría del rey-filósofo.
● La filosofía de Heráclito. Antes de conocer a Sócrates Platón tuvo como maestro
al heraclíteo Cratilo, quien simplificando a Heráclito sostenía que la realidad que
percibimos a través de nuestros sentidos está en continuo devenir y carece de
consistencia, de modo que todo conocimiento es inútil y las palabras atribuyen un
ser y una consistencia a las cosas de las que estas carecen. Se dice que, coherente
con su doctrina, Crátilo dejó de hablar y sólo se comunicaba señalando con el dedo.
La concepción platónica del mundo sensible es vagamente heraclítea.

Además de todo esto, y sin entrar en detalles, conocía a la perfección toda la filosofía
presocrática, la cultura de su tiempo y el pensamiento de los sofistas.

LAS OBRAS DE PLATÓN

Platón expuso su filosofía en una serie de diálogos, es más, Platón -con algún
antecedente- creó el género del diálogo. ¿Qué es un diálogo? Es una obra literaria que
transcribe o finge una conversación o discusión entre varios personajes, carece de acción
dramática, de argumento y su fin es reflexionar o discutir sobre un tema. Todo hace pensar
que se conservan todos los diálogos que Platón escribió, aunque se tiene dudas sobre la
autoría de unos pocos y se sabe con certeza que son falsos algunos diálogos que se le
atribuyeron antiguamente.

Los diálogos platónicos –que estaban redactados y destinados para su difusión fuera de la
Academia- son de enorme calidad literaria y refinamiento, y aunque son de naturaleza
filosófica en ellos se recurre con frecuencia al lenguaje poético, a mitos y recursos
dramáticos y cómicos. El título por el que se conoce cada diálogo es el nombre de uno de
sus personajes principales –generalmente personajes reales- o el tema del que trata
(Ejemplos: Menón o De la Virtud, República o De la Justicia, Critias o La Atlántida, Timeo o
De la naturaleza). En casi todos ellos aparece Sócrates, con mayor o menor protagonismo.
Aunque suelen aparecer discípulos de Sócrates, Platón no aparece en ninguno de ellos.
Sólo se le menciona, y de pasada, en la Apología y el Fedón.

Todos los diálogos de Platón, de una manera u otra, son aporéticos, es decir, no llegan a
ninguna conclusión. En todos ellos Platón recurre a técnicas para no comprometerse con lo
que se afirma. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre el porqué de esto.
Los diálogos de Platón se suelen dividir o clasificar por periodos:

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1. Diálogos de juventud o socráticos. Escritos bajo la influencia de Sócrates, quien
aparece como protagonista preguntado “¿qué es...?”. Los más destacados son:
Apología de Sócrates, Critón, Hipias Menor, Hipias Mayor y Protágoras.
2. Diálogos de madurez. En ellos aparece ya su propio pensamiento, las ideas y
temas típicamente platónicos como la teoría de las Ideas, la teoría de la
reminiscencia o la inmortalidad del alma. Los más destacados son: Menón, Fedón,
Fedro, El Banquete y La República.
3. Diálogos críticos. Presentan objeciones y un replanteamiento de su propia teoría
de las Ideas. Destacan: Parménides, Teeteto, El político y El sofista.
4. Diálogos de la vejez. Continúan replanteando su teoría de las Ideas y las
consecuencias que se siguen de ello. Destacan:
Timeo, Critias y Las Leyes.

Hace falta comentar dos cosas:


- 1) Platón no puso por entero su pensamiento en sus diálogos, pues se sabe por
testimonios de la época que lo que se impartía dentro de la Academia era distinto.
Estas enseñanzas desconocidas son conocidas como la doctrina secreta o esotérica
de Platón.
- 2) Se conservan un epistolario, breve pero de gran importancia. Es muy importante
la carta VII porque en ella Platón hace una suerte de autobiografía intelectual.

TEORÍA DE LA REALIDAD (METAFÍSICA)

TEORÍA DE LAS IDEAS

La doctrina central de la filosofía platónica es la llamada teoría de las Ideas (eidos:


aspecto, figura, forma), teoría que elaboró y matizó a lo largo de toda su vida y que no
aparece expuesta en ningún lugar concreto de sus diálogos sino a lo largo de todos ellos.
La teoría de las Ideas es fundamento de todo su pensamiento, de toda su teoría de la
realidad, epistemología, antropología, ética y política.

La teoría de las Ideas, brevemente, afirma que existen unas entidades inmateriales,
eternas, perfectas, inmutables, absolutas, universales independientes del mundo
físico y captables únicamente por la razón (nôus). Estas entidades son, precisamente,
las ideas. Todo el mundo físico -todo lo que captamos a través de los sentidos- depende de
ellas, pues las Ideas son el ser de lo que es, lo que hace que cada cosa sea esa cosa y no
otra, es decir, su esencia. Pongamos un ejemplo: un triángulo dibujado en la pizarra es un
triángulo porque tiene un conjunto de características (es una figura geométrica cerrada,
tiene tres lados, la suma de sus ángulos es 180 grados, etc.) que hace que sea un triángulo
y no un círculo o un cuadrado u otra cosa; este conjunto de características o cualidades que
tiene el triángulo dibujado en la pizarra y son las mismas que tendrá que tener cualquier
triángulo para ser un triángulo, el que dibujemos en cuaderno o el suelo; los tres triángulos
mencionados tienen un conjunto de características o cualidades comunes y necesarios a

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todo triángulo que hace que sean triángulos; pues bien, el conjunto de estas características
que necesariamente tienen todos los triángulos para ser triángulos, que los definen como
triángulos, que han de tener para ser triángulos, es lo que Platón llama Idea.

Platón afirma que cada Idea es única en sí misma, es decir, que sólo hay una Idea de
triángulo válida para todos los triángulos que podamos observar, sólo hay una Idea de gato
válida para todos los gatos, una Idea de mesa válida para todas las mesas, una única Idea
de diccionario, estrella, puerta, jirafa, justicia, amor, belleza. Por ello mismo, las Ideas son
universales porque se dice de todos las cosas, se da en todas las cosas y vale para todas
ellas. Pongamos dos ejemplos: 1º): La Idea de Triángulo vale para todos los triángulos del
mundo, y a la vez triángulo se dice que todas las figuras geométricas de tres lados cuyos
ángulos suman 180º; 2º) la Idea de gato se dice de todos los gatos, se da en todos los gatos
o vale para todos los gatos porque todos ellos son mamíferos, tienen uñas retráctiles,
bigotes, etc.

TEORÍA DE LOS DOS MUNDOS

Para explicar la realidad Platón afirmó que la realidad puede dividirse en dos niveles,
planos, ámbitos o “mundos” -como dijo él- radicalmente distintos.
a) El mundo sensible. Engloba todas las cosas que percibimos a través de los
sentidos, y que se caracterizan por ser materiales, temporales y estar en continuo
cambio o devenir.
b) El mundo inteligible o mundo de las Ideas. donde se hallan las Ideas, que son
captables únicamente con la razón. Estas Ideas son eternas, inmutables, etc..

Platón afirmará que ambos mundos están relacionados y que el mundo sensible depende
del mundo de las Ideas porque todas las características o cualidades de los objetos y el
mundo que percibimos provienen de las Ideas. Tanta es su dependencia que Platón
afirmará que -dado que las Ideas son eternas e inmutables- dirá que el mundo de las Ideas
es la auténtica realidad y el mundo sensible una copia o apariencia de ellas. No
obstante, aunque Platón así lo afirme, no hay que tomarlo al pie de la letra.

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RELACIÓN ENTRE EL MUNDO SENSIBLE Y EL MUNDO DE LAS IDEAS

El mundo sensible y el mundo de las Ideas son distintos, están separados y tienen
características radicalmente distintas (uno está en continuo cambio y el otro es inmutable,
uno es temporal y el otro es eterno, etc..). No obstante Platón afirma que, aunque
separados y distintos, se relacionan entre sí, y para explicar su relación utiliza los conceptos
de imitación (mímesis) y participación (methexis) : las cosas imitan o participan de las
Ideas “tomando” sus cualidades y ser de ellas. Una cosa bella es una imitación o copia de
la Idea de Belleza, participa de ella; un triángulo es un triángulo porque imita la Idea de
Triángulo. Por esto afirmará que las cosas sensibles son “imágenes” o “copias” de las Ideas,
y que la Ideas son “modelos” de las cosas (Ejs.: la Idea de mesa es el modelo de todas las
mesas existentes todas y cada una de las mesas toman sus rasgos esenciales de ella,
copiándola, imitándola, participando de ella).

Así pues, el mundo sensible y sus cosas, aunque están en continuo devenir tienen cierta
consistencia, cierta permanencia, cierto orden, cierto ser. En el fondo, dirá Platón, todas las
cualidades de las cosas mundo sensible provienen de las Ideas, o dicho de otro modo,de
las Ideas se deriva todo ser y todo lo justo, bello, bueno, armónico consistente y
proporcionado que hay en el mundo sensible.

LA JERARQUÍA DE LAS IDEAS

El conjunto de las Ideas no es un conglomerado caótico, sino que estas se relacionan,


entretejen y organizan entre sí de un modo racional, lógico, ordenado gradual y
jerárquico (ej.: la Idea de Caballo, se relaciona con la Idea de Animal, Cuerpo, Mamífero,
Herbívoro etc..

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Platón no siempre expone la jerarquía de las Ideas de la misma manera en sus diálogos,
pero la siguiente versión es la más conocida, de inferior a superior posición en la jerarquía:
1. Ideas de las cosas sensibles (Caballo, Hombre, Mesa, etc.).
2. Ideas matemáticas y lógicas (Unidad, Dualidad, Triangularidad, Circularidad,
Igualdad-Diferencia, Grande- Pequeño, etc.).
3. Ideas éticas y estéticas (Unidad, Ser, Belleza, Justicia , etc.),
4. La Idea de Bien.

LA IDEA DE BIEN

La Idea de Bien es de extraordinaria importancia en la filosofía de Platón y un concepto


complejísimo y difícil de comprender, de modo que lo que sigue a continuación es una
aproximación muy superficial a lo que Platón entiende por Idea de Bien o lo bueno. Para
los griegos lo bueno es aquello que es pleno, perfecto, determinado, acabado, aquello a lo
que no le falta ninguna cualidad positiva. En español también se usa el término bueno en
este sentido, como cuando decimos que un cuchillo es un buen cuchillo ¿Qué se quiere
decir cuando se dice que es un buen cuchillo? Que está afilado, que no se oxida, que se
agarra bien, que es bonito, etc., es decir, que no le falta nada. Para Platón la Idea de Bien
está asociada a la perfección y plenitud, y podríamos decir que es la Idea de la cual
reciben las demás ideas su realidad, perfección, plenitud e inteligibilidad.

Para hacerse entender Platón comparó la Idea de Bien con el Sol.


a) Al igual que el Sol proporciona luz y regula las estaciones que permiten la
generación, crecimiento y desarrollo de las cosas, el Bien da a las Ideas y a las
cosas el ser y la esencia.
b) Al igual que el Sol ilumina las cosas y nos permite verlas, el Bien da inteligibilidad
a las Ideas y a nosotros capacidad de conocerlas.

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Por ello afirmamos que la Idea de Bien es el principio del ser de las Ideas y de su
conocimiento.

EL SÍMIL DE LA CAVERNA

En el símil de la caverna (República, VII) Platón ofreció una imagen de lo más importante de
su filosofía, pero ante todo su teoría de la realidad, su teoría del conocimiento y la relación
que existe entre conocimiento y libertad. Es un símil aparentemente sencillo, pero con
múltiples lecturas.

En el símil se narra que los hombres son como esclavos encadenados desde niños en el
fondo de una caverna y que sólo pueden mirar la pared que tienen enfrente. A su espalda,
ascendiendo hacia el exterior y separados por un muro, se mueven hombres que portan
sobre sus cabezas objetos de todo tipo y con formas de hombres y animales, cuyas
sombras, generadas por un fuego situado aún más arriba, se proyectan en la pared de la
que los esclavos no pueden apartar la mirada. Los esclavos, no habiendo visto otra cosa,
tomarán las sombras por objetos reales. Si uno de estos esclavos fuese liberado y se le
forzase a girar la cabeza y marchar hacia el exterior mirando hacia la luz, sería incapaz de
ver en su difícil ascenso lo que la caverna contiene cegado por el exceso de luz al que no
está acostumbrado. Al salir a rastras al exterior sufriría nuevamente el exceso de luz, no
pudiendo ver lo que hay a su alrededor. Pero acostumbrando su mirada poco a poco
mirando primero las sombras, las cosas reflejadas en el agua, y las cosas y objetos mismos,
podría acabar mirando de noche los astros, y después la luz del Sol y al Sol mismo.
Acabaría por concluir que es el Sol el que rige las estaciones, gobierna todo lo visible y de

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algún modo es la causa de todas las cosas que ha visto. Si se acordara de su primera
morada se sentiría feliz, y si volviera a descender junto a sus compañeros, con los ojos
ofuscados por las tinieblas, para compartir su conocimiento y hacerles caer en la cuenta de
sus engaños, podrían tomarlo por loco, mofarse de él e incluso asesinarle si intentara
liberarlos.

Platón afirma tras finalizar el símil que sobre lo dicho han de establecerse las siguientes
comparaciones y conclusiones:
- El interior de la caverna es como el mundo sensible.
- El exterior de la caverna es como el mundo de las Ideas.
- El Sol es la Idea de Bien.
- Sólo quien conoce la auténtica realidad sabrá que antes vivía en la ignorancia y
prisionero.

ANTROPOLOGÍA:
TEORÍA DEL SER HUMANO

Al igual que ya antes sostuvieron los pitagóricos, Platón afirmó que el ser humano individual
es el compuesto de dos sustancias distintas:
a) Cuerpo (soma). material y corruptible, su lugar propio es el mundo sensible.
b) Alma (psyché): inmortal, inmaterial y preexistente al cuerpo, es afín al mundo
de las Ideas, que es su lugar propio, siendo semejante a ellas, divina. Para
Platón el alma constituye lo esencial del hombre, su posesión más valiosa.

Según Platón sólo cuando el alma se une al cuerpo el cuerpo cobra vida y es capaz de
movimiento y conocimiento, pero esta unión es pasajera y temporal, pues con la muerte del
individuo cuerpo y alma se separan de nuevo, sin que el alma muera, pues es inmortal. No
obstante, mientras está unida al cuerpo, el alma ha de dominar al cuerpo y controlarlo.

LAS PARTES DEL ALMA

Platón afirmó que la función del alma es controlar al cuerpo o, no está claro en sus
escritos, otras tendencias o niveles inferiores del alma que hay en el individuo, razón por
la cual Platón distingue 3 tipos o niveles de alma:

● Alma racional. Se corresponde con el pensamiento racional. Situada en la


cabeza.Cuando el alma racional cumple bien su función adquiere la virtud de la
sabiduría-prudencia.
● Alma irascible. Se corresponde con la voluntad, la ira y las pasiones nobles.
Situada en el pecho. Cuando el alma irascible cumple bien su función adquiere la
virtud de la valencia-fortaleza.

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● Alma concupiscible. Se corresponde con los deseos y bajas pasiones. Situada en
el “bajo vientre”. Cuando el alma concupiscible cumple bien su función adquiere la
virtud de la moderación.

Para Platón el alma racional debe dominar y controlar las otras dos haciendo que cada
parte del alma esté en su lugar y actuando donde le corresponde y de la manera apropiada:
entonces, y sólo entonces hay equilibrio y armonía, es decir, justicia. Sólo así, siendo
racionales, justos y virtuosos será posible alcanzarse la felicidad.

EL MITO DEL CARRO ALADO

En el Fedro (246a-254e) Platón expone mediante un mito una reflexiones sobre el alma, en
qué consiste y cuál es su destino. Lo que hace es comparar el alma con un carro alado
tirado por dos caballos guiados por un auriga en un viaje por la región celeste siguiendo
al cortejo de los dioses y daimones (dioses de categoría inferior). Es el conocido como mito
del carro alado. Uno de los caballos –que representa la parte irascible- es blanco, hermoso
y bueno; el otro caballo –la parte apetitiva- es negro, feo y desobediente; el auriga –el alma
racional- conduce y guía el carro, pudiendo tener dificultades si los caballos no le obedecen.
Si el auriga doma y domina a los caballos podrá acceder a contemplar por un breve tiempo
las Ideas y alimentarse de ellas, pues se empeña en acceder a ellas porque el alimento de
la parte superior del alma está allí. Si no lo hace, y sus esfuerzos son penosos y torpes,
podrá llegar a perder sus alas por la confusión, el tumulto y la falta de alimento. Si las almas
no contemplan las Ideas el tiempo suficiente, las almas pierden sus alas y van gravitando
cayendo en el olvido, hasta llegar a tierra, encarnándose en distintos seres mortales
(filósofos, buenos hombres amigos del saber y la belleza, buenos reyes y guerreros,
políticos, gimnastas, adivinos, poetas, artesanos o campesinos, tiranos) según su grado de
visión de las Ideas y durante generaciones. Los que vivan justamente tendrán un destino
mejor, los que injustamente un destino peor. Si han vivido buenas y justas vidas durante
miles de años volverán a recobrar sus alas y retornarán al lugar de donde provienen. El

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resto de almas tendrá distintos destinos, pudiendo ir a prisiones subterráneas o incluso vivir
degradadas bajo formas animales.

La razón por la que no pueden contemplar las almas las Ideas es la disputa en que se
hallan sus caballos. La lección del mito es evidente: cuando más siga el ser humano
las indicaciones de la razón, más cerca de haya de la Ideas, el conocimiento y el bien,
y más virtuosa será su conducta. A la razón le corresponde el mando y a las otras
partes del alma obedecer. Cuando más se deje el hombre dominar por sus apetitos
irracionales, más enfangado vivirá en lo particular, sensible y corruptible.

POLÍTICA

Platón tuvo mucho interés por la política, e incluso puede afirmarse que es esencialmente
un pensador político.

En La República describió lo que él concibió como el más perfecto régimen de político


para la más perfecta de las sociedades, un modelo racional e ideal, pero que no ha
existido ni existe en ningún lugar, y con ello inventó el género utópico. ¿Para qué sirve un
modelo ideal de ciudad? Para analizar y evaluar desde él las sociedades existentes y
proponer un ideal al que intentar aproximarse, aunque sea inalcanzable, pues toda
aproximación, por minúscula que sea, será positiva.

Según el filósofo, este una polis perfecta ha de ser, en todos sus detalles, justa y
encaminada al bien y la felicidad comunes. Platón entiende por justicia el dar a cada uno
lo suyo, el que cada cosa esté en su lugar, y por tanto asocia justicia a orden y armonía.
Una sociedad justa será una sociedad ordenada y armónica, sin conflictos internos.

En esta sociedad perfecta cada ciudadano tiene que estar en su lugar que le corresponde y
cumpliendo su función, y por ello divide a la sociedad en 3 grupos sociales, que se
corresponden a los 3 tipos de alma que hay en el ser humano. Estos tres grupos sociales,
según Platón, viven armónicamente y sin aprovecharse los unos de los otros, pues en todo
momento se cumple con la justicia.

a) Productores. Grupo formado por aquellos en los que domina el alma apetitiva.
Engloba a agricultores, ganaderos, cazadores, pescadores, artesanos, arquitectos,
pintores, poetas, etc. es decir, a todos aquellos que se dedican a producir los bienes
materiales que requiere la polis.
b) Guardianes. Grupo formado por aquellos en los que domina la parte irascible. Se
encargarán de defender la ciudad y de hacer cumplir las leyes. Serán hombres
fuertes y valientes, fieles a la polis, la ley y amantes de la verdad.
c) Gobernantes. En ellos prima el alma racional. Se encargarán del gobierno, de la
legislación y la educación de los ciudadanos mediante la que se seleccionará a los
mejores para desempeñar cada tarea. Son los mejores (aristoi) y más inteligentes de
entre los guardianes, y han recibido la más excelente educación: matemáticas,

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astronomía,… pero sobre todo destacan en el dominio de la filosofía (sólo con la
filosofía se pueden adquirir los conocimientos necesarios para gobernar bien, como
qué es el bien o la justicia), y por ello Platón habla del gobierno del rey-filósofo o
gobierno de los filósofos. ¿Cómo denominar a este tipo de gobierno? En términos
estrictos sería una aristocracia, dado que los que gobiernan son los mejores
(aristoi, los mejores)1.

Para Platón en esta sociedad perfecta:


- Tanto los guardianes como los gobernantes no tendrán propiedades, para así
evitar la corrupción (comunismo platónico).
- La enseñanza será obligatoria y estatal, y además de formar a los ciudadanos y
dotarlos de conocimientos y destrezas para ganarse la vida permite seleccionar a
qué grupo social pertenecerá cada ciudadano. Para Platón es la clave de esta
ciudad ideal, todo depende del sistema educativo: un buen sistema educativo dará
lugar a buenos gobernantes, buenas leyes y buenos ciudadanos.

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No debe confundirse con ningún gobierno aristocrático histórico, pues, no hay que olvidarlo, esta
teoría política de Platón es un modelo ideal. Platón fue muy crítico con los otros tipos de regímenes
políticos: timocracia (gobierno del honor -guerreros-) oligarquía (gobierno de los pocos -los ricos-),
democracia (gobierno del pueblo) y tiranía. No obstante este es un punto muy complicado y polémico
de la filosofía platónica y aún está sujeto a debate.

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