Está en la página 1de 3

Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Comercial Nro.

10, “Galvan,
Daniel Omar y otro c. Microómnibus Barrancas de Belgrano S.A. y
otros”, 31.05.2005

Tribunal: Juzgado Nacional de 1a Instancia en lo Comercial Nro. 10

Fecha: 31.05.2005

Partes: Galván, Daniel Omar y otro c. Microómnibus Barrancas de Belgrano S.A. y otros

Publicado en: DCCyE 2010 (noviembre), 207

Cita online: AR/JUR/13522/2005

TEXTO COMPLETO

1 ª Instancia. — Buenos Aires, mayo 31 de 2005.

1. Los actores pidieron en fs. 7/24 se disponga la intervención judicial de la sociedad con
desplazamiento de directorio y, subsidiariamente, se designe un coadministrador; también
propusieron la suspensión del acuerdo asambleario o la implementación de una medida
innovativa.

Para sostener su pretensión los peticionarios le endilgaron a los administradores de la sociedad


una actitud obstruccionista en relación a de las tareas encomendadas al veedor, describieron
las irregularidades atribuidas a dicho órgano, como así también resaltaron la inactividad del
Consejo de Vigilancia.-

2.1. La LS:114 prevé la posibilidad de intervenir judicialmente a la sociedad, cuando ha sido


acreditada la calidad de socio, la existencia del peligro y su gravedad, el agotamiento de los
recursos acordados por el contrato social, y la promoción de la acción de remoción.

2.2. En el incidente de medida cautelar seguido entre las mismas partes, expte. Nº 93780 juzgué
acreditada la calidad de socio de los actores con la documentación acompañada al promover el
juicio caratulado "Galván Daniel Omar y otro c/ Microómnibus Barrancas de Belgrano S.A. y
otros s/ ordinario" -en el cual se promovió acción de remoción contra los directores-, en
especial la copia certificada del acta de asamblea celebrada el 17 de febrero de 2004 donde
participaron como socios los actores, por medio de sus representantes, cuestión que se
encuentra consentida.

Asimismo, consideré en dicha oportunidad, que no se había acreditado en forma suficiente la


verosimilitud del derecho y el peligro en la demora -requisitos imprescindibles para toda
medida cautelar- a los fines de disponer la intervención societaria con desplazamiento de sus
directores, como así tampoco la suspensión de las decisiones adoptadas en la asamblea
celebrada el 17 de febrero de 2004, pues indiqué que con la copiosa documentación adjunta a
la demanda principal se evidenciaría ciertas irregularidades, pero las mismas no tenían entidad
suficiente para autorizar la procedencia de las cautelares con los alcances requeridos por los
actores.

Finalmente designé un veedor.

2.2. Más, en esta instancia del proceso y analizando los nuevos elementos aportados por el
veedor -con la precariedad que caracteriza la cognición cautelar- concluyo en el sentido que

1
debe admitirse la intervención de la sociedad mediante un coadministrador, sin
desplazamiento de la administración.

Ello así pues se aprecian prima facie configuradas ciertas irregularidades: (a) la falta de de
información suficiente previa a la asamblea del 17/2/04 que da cuenta la carta documento de
fs. 342, (b) la omisión de tomar nota de la transferencia de las acciones del coactor Galvan, pese
a no existir medida concreta que la impidiera en el momento en que fue notificada la sociedad
(fs. 413/445); (c) la falta de entrega de los cheques que da cuenta el acta notarial de fs. 241,
pese a que en el acta notarial del día siguiente se constató que el giro estaba confeccionado; (d)
la reticencia de entregar la información y documentación requerida por el veedor; (e) la nula
actuación del Consejo de Vigilancia, cuyo primer libro rubricado es del 5/3/94, sin que exista
ninguna constancia anterior de reuniones de dicho órgano (fs.1229 y 1137); (f) rubricación de
los libros con fecha posterior a su primera registración (fs. 439 vta. ); (g) falta de numeración
de las actas de directorio y considerable espacio en blanco entre cada acta transcripta (fs. 439
vta.) (h) utilización de una caja de ahorro de la que no es titular (fs. 1218).

Esas aparentes irregularidades podrían acarrear un serio peligro para el ente.

En efecto, la rubricación extemporánea de los libros, la falta de actividad del Consejo de


Vigilancia, los denunciados excesos incurridos en oportunidad en que los actores pretendieron
transferir sus acciones, la pérdida que arrojan los vehículos que antes pertenecían a los actores,
sumados a las dificultades que habría soportado el veedor para cumplir con su cometido,
justifican adoptar un temperamento cautelar de mayor rigor al dispuesto originariamente (en
sentido similar C.N.Com. Sala A, 30/4/96, "Vignati, Carlos c/ Vignati Jorge").

Además, y esto es dirimente, si bien podría concluirse, en principio, que la demanda ha ejercido
su derecho de defensa y que la sociedad bien pudo peticionar la conclusión de la veeduría, lo
cierto es que la constante y reiterada formulación de planteos por parte de la demandada,
tendientes a no brindar información y dar por concluida la labor del veedor -aún antes de
cumplir con los requerimientos efectuados en tiempo y forma por el auxiliar-, no pueden dejar
de merituarse como elemento coadyuvante para decidir la ampliación y profundización de la
cautelar societaria.

En tal virtud dispondré la intervención de la sociedad por medio de un coadministrador, quien


tendrá las mismas funciones legales y estatutarias que los restantes integrantes del directorio,
procurando coordinar los intereses en pugna.

Ello pues, no considero necesario por ahora apartar -siquiera provisoriamente- a los actuales
directores. En tal sentido es de ponderar, que la referida solución cautelar resguarda los
derechos de los socios accionantes sin provocar una innecesaria y traumática inmixión del
tribunal en la actividad de un ente privado. De modo pues, que es preferible mantener ese
delicado balance entre los derechos de las partes, sin que lo expuesto predique sobre la
eventual necesidad futura de concluir, mantener o profundizar la intervención, lo cual solo
podrádecidido con atención de lo actuado e informado por el nuevo coadministrador (C.N.Com.
Sala D, "Bruni, Alejandro M. c/ Pascual Bruni SA s/medidas cautelares" del 11/05/2000).

2.3. En atención a la índole y calidad de la tarea que se le encomienda al interventor, es


previsible que el mismo deba realizar tareas que dificulten y/u obstruyan la normal actividad
de quien sea designado.

Consecuentemente dispondré una retribución mensual fija para el interventor veedor, por la
suma de $ 3.000, la cual deberá ser abonada en un 50% por cada una de las partes, mientras
dure la intervención.

2
Si bien no desconozco que se ha sostenido que si el salario del interventor fue regulado sin que
mediara decisión definitiva sobre las costas del pleito, el honorario debe ser atendido por el
actor -que pidió la intervención- y no por el demandado afectado por la cautela (C.N.Com. Sala
C, 24.5.91, "Tchomlemdjolou, e c/ Mides s/ inc. Apel."), lo cierto es que considero que resulta
improcedente establecer que el pago del honorario que debe percibir mensualmente el
interventor judicial en concepto de anticipo, sea impuesto provisoriamente sólo al sujeto
procesal proponente de la medida cautelar que provocó la designación.

Ello así pues la sociedad intervenida también debe soportar ese adelanto de honorarios -en
forma provisoria y solidaria- con el pretensor, puesto que la entidad viene a erigirse en
beneficiaria directa de la administración ejercida por el auxiliar: como el ente social tiene en
principio la carga de remunerar la tarea de sus administradores, no hay razón conceptual por la
cual -en tanto no medie condena en costas en el juicio- pueda ser relevada del pago de los
emolumentos de quien desempeñe esa calidad de administrador de la persona colectiva (en
sentido similar C.N.Com. Sala D, "Maggi, Ida María y otro c/ Laplace, Carlos Hugo y otro s/
medida precautoria" del 15/07/2003).

Dicho criterio coincide con precedentes jurisprudenciales que sostienen que el interventor
judicial es un auxiliar de la justicia, que puede reclamar el pago de sus honorarios a cualquiera
de las partes, con prescindencia de las contingencias del proceso y de la decisión acerca de las
costas, existiendo entonces, una solidaridad pasiva de dichas partes frente al tercero
colaborador del juez, en los términos del CCIV 700 y 699. (C.N.Com. Sala E, 14.2.01, "Sacha,
Gabriela s/ concurso preventivo s/ incidente de revisión promovido por la concursada respecto
del crédito de Achinelli, Ricardo José"; Sala A "Kancepolski, Mabel c/ Kanmar SA") del
26/08/1986).

3. En lo que respecta al pedido de suspensión de la decisión asamblearia que aprobó la gestión


del directorio, en especial la rescisión de los contratos de explotación de los actores, rechazaré
tal pedido con apoyo en los fundamentos expuestos en fs. 11/13 del incidente de medidas
cautelares, identificado con el Nº 92.633, que al efecto doy por reproducidos, adjuntando antes
de esta copia de dicha decisión

4. Por todo lo expuesto:

(a) Bajo responsabilidad de la parte actora y ampliando la caución real prestada en el expte. Nº
92.633 en la suma de $200.000, la que deberá ser satisfecha antes de notificar al auxiliar,
designo interventor coadministrador al Dr. M. C., con domicilio en..., TE:.., sin desplazamiento
de su directorio, con facultades suficientes para que el interventor designado acceda a
suficiente información y procure el control de la regular actuación de la sociedad, con una
retribución mensual de $ 3000.

A todo evento hágase saber a los actores que la ampliación de la caución real deberá ser
satisfecha en moneda corriente o dando en garantía bienes distintos a los ya ofrecidos en
caución en el otro incidente de medida cautelar, a los fines de resguardar en debida forma los
eventuales perjuicios que la medida pudiere causar.

(b) Desestímase la suspensión de la decisión Asamblearia del 17/2/04.

(c) Notifíquese por Secretaría al peticionario, a quien se le encomienda comunicar la presente


al señor interventor. — Héctor Osvaldo Chomer

También podría gustarte