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Conocimiento empírico

El conocimiento empírico es el conocimiento que se obtiene por medio de la experiencia.

En términos filosóficos, el conocimiento empírico se relaciona con el conocimiento obtenido a


posteriori. Esto significa que es un conocimiento obtenido en relación a la experiencia. Por
ejemplo, el hecho de que el fuego queme: es necesario que alguien se haya quemado al tocar el
fuego para saber, a posteriori, que, de hecho, el fuego quema. El conocimiento a priori, en cambio,
se da independientemente a la experiencia.

En términos históricos, el conocimiento empírico siempre se asoció al conocimiento práctico de la


vida cotidiana. Existieron (y existen) algunos filósofos que asociaron el conocimiento empírico a
todo conocimiento posible. Estos pensadores fueron conocidos como “empiristas” y se opusieron a
los racionalistas, quienes descartaron la experiencia como fuente de conocimiento. El empirista
más conocido fue David Hume, filósofo escocés.

El conocimiento empírico se caracteriza por ser un conocimiento a posteriori. Esto significa que se
da como resultado de una experiencia o de una acumulación de experiencias. De la repetición de
una misma experiencia con un mismo resultado es que se constituye un conocimiento empírico
sedimentado, adquirido por costumbre.

Conocimiento científico
El conocimiento científico es el conjunto de saberes comprobables dados por ciertos gracias a los
pasos contemplados en el método científico. Es decir, aquellos saberes que se obtienen mediante
el estudio riguroso, metódico y verificable de los fenómenos de la naturaleza.

El conocimiento científico se sustenta en evidencias y se recogen en teorías científicas: conjuntos


consistentes y deductivamente completos de proposiciones en torno a un tema de interés
científico, que lo describen y le dan una explicación verificable. Dichas teorías pueden ser
renovadas, modificadas o incluso sustituidas por otra en la medida en que sus resultados o
interpretaciones respondan de mejor manera a la realidad y sean cónsonos con otros postulados
científicos demostrados como ciertos.

A menudo se piensa que el conocimiento científico, así como el religioso o el místico, se sustenta
en la pura fe en la interpretación de los hechos; lo cual no es realmente cierto, dado que a
diferencia de los discursos mágicos, pseudocientíficos o religiosos, la ciencia se sustenta en la
comprobabilidad de sus apreciaciones, aplicando mecanismos experimentales, repetibles y
debidamente acotados.

Así, al contrario de lo que su significado común sugiere, una teoría científica no es simplemente
una hipótesis (“una teoría más”), sino una formulación compleja y completa que otorga sentido a
los resultados obtenidos de manera experimental. Cuando las leyes científicas se demuestran y se
integran en una perspectiva científica teórica, adquieren el rango de Teoría.

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