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Definiciones sobre salud menstrual

El concepto de Salud e Higiene Menstrual (SHM) abarca aspectos del manejo de la


higiene menstrual y otros factores, como la salud, el bienestar, la igualdad de género,
la educación, el empoderamiento de niñas, adolescentes y mujeres y sus derechos
(Unicef, 2020)

La salud menstrual se define como un estado de bienestar físico, mental y social y no


meramente la ausencia de enfermedad o dolencia en relación con el ciclo menstrual.
Para lograr la salud menstrual, las mujeres, niñas y toda persona que experimente un
ciclo menstrual debe ser capaz de acceder a información precisa, oportuna y
apropiada para la edad sobre el ciclo menstrual, así como ejercer prácticas de higiene
y su autocuidado.
Dando a entender que tienen el acceso a materiales menstruales efectivos, asequibles
y cuentan con las instalaciones y los servicios de apoyo, siendo éstos principalmente
los servicios de agua para el saneamiento e higiene pertinente y el acceso a un
diagnóstico, tratamiento y atención oportuna relacionado al ciclo menstrual
(Hennegan, 2021).
¿Cómo se define una persona menstruante?

“Es alguien con identidad de género masculina, no binaria u otra, que tiene sexo
biológico femenino, y por tanto menstrua” (La mancha de Chile, 2022). En otras
palabras, persona menstruante es cualquier persona que tiene útero, independiente
de su género.

Historia de Salud Menstrual

Por siglos, la menstruación ha sido uno de los mayores tabúes culturales en todo el
mundo (Montgomery, 1974; Wilson, 1964). A causa de esto las personas
menstruantes experimentan uno de los procesos fisiológicos más largos e
importantes en contextos de silencio, violencia y discriminación (ONU, 2019), lo que
afecta negativamente su salud sexual y reproductiva, autoestima, autonomía en la
toma de decisiones con respecto a su cuerpo y sexualidad (Sommer et al., 2015) y el
acceso a oportunidades educativas y laborales (Unicef, 2020).

No existen muchos registros antiguos sobre la salud menstrual, pero se sabe que en
la civilización egipcia usaron tampones hechos de fibra de papiro ablandado y que, de
forma similar, pero milenios más tarde en Grecia se usó trozos de madera envueltos
en lino.

Los primeros registros médicos datan de 460-370 a.C., en la Grecia clásica. Estos
fueron escritos por Hipócrates quien fue un reconocido pensador al cual se le
atribuye el título del padre de la medicina moderna, el cual mantiene en la actualidad.
Fue él quien habló inicialmente acerca del periodo de
sangrado de la mujer, en su libro Corpus hippocraticum,
que reunía varios escritos analíticos frente a las
“enfermedades de las mujeres”. Hipócrates consideraba
que la sangre menstrual era producto de los desechos de
los fluidos corporales femeninos. Esta teoría se
desarrollaba a partir de una concepción de que la mujer
era “defectuosa” e imperfecta, ya que su temperatura
basal era muy elevada y el interior del organismo era en
extremo húmedo. Esto era, subsecuentemente, el motivo
por el cual el cuerpo necesitaba excretar su sangre de
manera urgente. Así mismo, los tratamientos y cuidados médicos para esta
‘enfermedad’ era quedar en embarazo y/o casarse para poder controlarla

Johnson and Johnson fabricó "Lister's Towels" en 1896, la primera almohadilla


desechable comercial, hecha de algodón cubierto con gasa. Pero debido a que la
moralidad de principios de siglo impidió publicitar estos "inmencionables", las toallas
sanitarias no llegaron a muchas mujeres y finalmente se retiraron del mercado.
La experiencia de enfermeras en Francia durante la Primera Guerra Mundial encontró
que los vendajes, fabricados en su mayoría a partir de fibras de celulosa provenientes
de la pulpa de madera, absorbían mejor la sangre que el algodón. Por su bajo precio
y eficacia los utilizaron también como apósitos menstruales descartables. Tras la
guerra, la empresa estadounidense Kimberly-
Clark, denominó a este nuevo material cellucotton
y fundó la rama Cellucotton Products Company
para su aplicación comercial, donde Implementó
esta fibra derivada de la celulosa para fabricar
nuevos productos de higiene de un solo uso como
los pañuelos Kleenex y las toallas sanitarias Kotex.
Estas últimas se vendieron por primera vez en
octubre de 1919 en una tienda de Chicago de la
cadena Woolworths, y se volvió el modelo más
popular en Estados Unidos.

Hitos importantes salud menstrual

• 1931: Un inventor patenta un nuevo tipo de


producto para la regla hecho de algodón
comprimido contenido en un tubo de papel con un
hilo en el centro. Este fue el nacimiento del
tampón moderno.
• 1934: Una empresaria de Denver compra la patente del tampón y se dispone a
crear una empresa dirigida por mujeres y enfocada en ellas, con el fin de producir,
comercializar y vender tampones. Al principio, ella misma cosía a mano los tampones
antes de adquirir la maquinaria necesaria.

• 1936: Venta de los primeros


tampones Tampax. La
empresaria también fue la
fuerza impulsora detrás de la
comercialización de lo que
había sido un tema tabú hasta
ese momento de la historia. El
resultado de sus esfuerzos se
reflejó en el primer anuncio de
Tampax que apareció en una revista, donde daba la bienvenida a las mujeres a un
“nuevo día para la feminidad” con “protección sanitaria de uso interno”.

• 1940: Universidad del Támpax: La Segunda Guerra Mundial hizo que más mujeres
se unieran a la fuerza laboral y la necesidad de una protección confiable e ilimitada
para la regla lo cual se convierte en una fuerza impulsora para la popularidad de los
tampones. Támpax responde con la creación de un programa de educación formal
para enseñar a las mujeres sobre los tampones y la mejor manera de usarlos. En 1941,
Támpax estableció el primer departamento educativo de la empresa. Las mujeres
educadoras se hicieron conocidas como las “damas de Támpax” y viajaban a
universidades y escuelas, así como a ferias comerciales y convenciones. También en
1941, en la planta de New Brunswick, Támpax
produjo vendajes de algodón y apósitos
quirúrgicos para el ejército estadounidense, junto
con las líneas de producción de tampones.
• 1978: Síndrome Shock Tóxico: En 1978 se describió por primera vez el síndrome
de choque tóxico (SST), enfermedad potencialmente letal y vinculada en un primer
momento con los tampones super absorbentes. El uso continuado por varias horas,
en conjunto con las fibras sintéticas con las que estaban fabricados propiciaban la
multiplicación de la bacteria staphylococcus aureus, responsable de aumentar la
concentración de la toxina bacteriana en el cuerpo.

• 1983: Utilizado por primera vez como insumo para un viaje espacial (Astronauta
Sally Ride)

• Años 90: Se implementaron los aplicadores de plástico

Estado del Arte de la Salud Menstrual en Chile

Menstruar es un proceso fisiológico que no es una elección para las mujeres, jóvenes
y hombres trans que menstrúan. En Chile cerca de un 30% de la población vive este
proceso todos los meses. Al no ser una opción, todos los gastos asociados son
ineludibles. Por lo tanto, y a diferencia de lo que se
puede pensar sobre qué implica el gestionar los
productos asociados a la salud menstrual, ésta no
sólo es poder costear los productos de contención,
sino también tener acceso a condiciones mínimas
sanitarias como agua potable e infraestructura,
acceso a información oportuna y confiable, que
permitan vivir en condiciones dignas este proceso. Las brechas de género se pueden
observar en distintos ámbitos de la vida como en salud, educación, empleo, entre
otros. A esto se suman las diferencias biológicas que existen entre quienes menstrúan
y quienes no y que, sumado a otras brechas, generan aún mayor detrimento en contra
de las mujeres y personas que menstrúan, quienes deben destinar recursos para
gestionar su menstruación, sin ser optativo el pasar por ese proceso fisiológico todos
los meses por alrededor de 40 años de su vida. Si bien no sólo las mujeres menstrúan,
la mayoría de las estadísticas oficiales de los países aún no entregan información de
manera no binaria que permita identificar brechas salariales, por ejemplo, entre
personas con diversas identidades de género. Además de las brechas salariales
existentes, de acuerdo con la última CASEN (2020) realizada en pandemia, las
mujeres representan un 55% del total de pobres en el país, misma cifra se repite al
observar el detalle de la pobreza extrema y no extrema. De acuerdo con datos de la
OCDE, Chile está dentro de los 9 países con mayores brechas salariales por género,
las mujeres ganan, en promedio, un 28% menos. A todo lo anterior, se suma que
mensualmente, la mayoría de las mujeres y personas menstruantes deben destinar
recursos económicos y emocionales a gestionar su menstruación. Los productos que
se utilizan durante esos días no están libres de impuesto ni son provistos por el
Estado, a pesar de ser bienes de primera necesidad y no bienes de lujo

Hasta el momento, ningún organismo estatal había estudiado temas sobre salud,
higiene y gestión menstrual. SERNAC es el primer organismo público en levantar
información respecto a estos temas. La primera encuesta sobre gestión menstrual, si
bien no es representativa de la población residente en Chile, fue respondida por más
de 10 mil personas que menstrúan, siendo además una de las encuestas de consulta
ciudadana dentro del servicio con mayor nivel de respuesta. Además, es importante
destacar, que hubo participación de todas las regiones del país, teniendo tasas de
respuesta incluso mayores en la zona sur que a nivel metropolitano. Esta alta
participación, es muy probable que esté relacionada con el interés creciente que se
observa en torno a la menstruación, sobre todo porque es algo que le ocurre todos
los meses a la mitad de la población mundial y no de forma voluntaria

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Sus objetivos fueron:

• Identificar cuáles productos de contención menstrual se conocen


• Conocer los principales productos de contención menstrual utilizado
• Identificar dificultades al momento de acceder a los productos
• Conocer si hubo cambio de hábitos en el consumo de estos productos debido
a la pandemia
• Identificar temas de educación menstrual, entre otros.
Características generales

Se recibieron 10.545 respuestas: un 48% de las personas que contestaron la encuesta


residen en la Región Metropolitana, seguida de las regiones del Biobío (11%) y
Valparaíso (9%); situación esperable dado que son los territorios que concentran la
mayor población del país. Además, un 87,8% vive en zona urbana y un 10,1% en zona
rural.

Al consultar sobre su identidad de género, el 98,08% se declara mujer, un 1,16%


como persona no binaria, un 0,15% como hombre, un 0,26% se identifica con otra y
un 0,35% no responde la pregunta.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

La distribución por rango etario muestra una alta participación de personas entre 15
y 29 años; la mayor concentración se observa entre quienes tienen entre 20 y 24
años (27%), luego quienes tienen entre 15 y 19 años (22%), seguido de las personas
entre 25 y 29 años (19%).
Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Un 40% de la muestra declara tener un empleo remunerado. De estas personas, un


52% se concentra entre los 25 y 34 años.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

En el gráfico es posible observar la distribución por rango de ingresos de quienes


declaran tener un empleo remunerado. Un 25,3% recibe ingresos entre $300.001 y
$600.000, un 24,6% entre $600.001 y $1.000.000 y, un 16,2%, entre $1.000.001 y
$1.500.000.
Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Como se mencionó previamente, la mayoría de las personas de la muestra tienen


entre 15 y 24 años, por lo tanto, que la mayoría declare que su nivel de estudios es
“universitaria incompleta”, está directamente relacionado a que sean personas
jóvenes que se encuentren aun estudiando.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021


Sólo un 8,24% de la muestra declara pertenecer a un pueblo originario, siendo la
mayoría pertenecientes al pueblo mapuche (82,5%), un 7,48% pertenece al pueblo
diaguita y un 5,06% al pueblo aimara.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Un 0,68% de la muestra indica tener algún grado de discapacidad, siendo la más


frecuente la discapacidad física, seguida de la sensorial, psíquica y visual. Es
importante relevar que un 16,7% de las personas presenta más de un tipo de
discapacidad.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021


Con respecto a las personas con discapacidad

Al consultarles si han tenido algún problema al momento de menstruar debido a su


discapacidad, un 40% indica alguna dificultad, algunas de ellas son:

• Incompatibilidad de medicamentos para dolores y para el tratamiento de su


discapacidad
• Aumentos de dolor
• Menstruaciones irregulares y/o más abundantes
• Mayor inestabilidad emocional
• Incorrecta utilización del producto de contención
• Dificultades para asear sus productos de contención reutilizables
• Dificultades de desplazamiento hacia un lugar adecuado para cambio de
producto
• Depender de otra persona y no poder cambiar el producto en los momentos
que necesita o médicamente se recomienda.

¿Qué productos de contención menstrual conoces?

(48,28%): toallas higiénicas desechables, toallas higiénicas reutilizables, tampones,


copas y calzones menstruales absorbentes. Si bien la opción “otros” no fue
seleccionada por un porcentaje significativo de la muestra, los productos que más se
mencionaron fueron el disco y la esponja menstruales.
Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Las toallas higiénicas desechables son el producto de contención de flujo menstrual


más utilizado. Del total de personas participantes, el 44,27% sólo utiliza este tipo de
producto y ningún otro producto adicional de contención; un 8,53% sólo utiliza la
copa menstrual; un 2,11% sólo usa tampones; un 1,34% toallas reutilizables; y, sólo
un 0,38% sólo utiliza calzones menstruales absorbentes; esto último puede estar
relacionado con el alto costo de este producto además de ser nuevo en el mercado
de productos menstruales.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021


Como fue mencionado, el alto costo y su reciente incorporación al mercado de
productos menstruales, el calzón menstrual es el producto menos utilizado,
observándose un mayor uso entre los 30 y los 44 años. En términos absolutos, el
rango etario entre los 30 y 34 años sólo usa este producto como método de
contención de flujo menstrual.

Un 66% de las personas declara utilizar algún tipo de tratamiento para aliviar los
dolores menstruales, principalmente tratamientos tradicionales como la utilización de
antiinflamatorios o anticonceptivos.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Dificultades de acceso a productos e información

Al consultar a las personas por dificultades para acceder a productos de contención


menstrual o información, un 38% declara no haber tenido dificultades para acceder a
ellos; un 19% ha tenido dificultades económicas; un 13% dificultades de
disponibilidad; un 12% dificultades económicas y de disponibilidad; un 5%
dificultades de acceso a la información sobre este tipo de productos.
Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

¿Y qué ocurre con la educación menstrual?

La educación menstrual no es parte del contenido oficial que se enseña actualmente


en los colegios. Aún es un tema tabú que perjudica a muchas niñas y niños
transexuales que menstrúan, aumentando el acoso y el ausentismo laboral durante
los días que se encuentran menstruando.

Al preguntar por la primera persona que les habló sobre menstruación, el 68,3%
indica que fue su madre, seguido de sólo un 10,4% que dice que fue en colegio, pero
no como institución educativa sino, generalmente, alguna profesora de una materia
en particular o quien se hacía cargo de la jefatura del curso.

Es importante mencionar, que si bien hubo un alto nivel de identificación de quién


fue la primera persona que les habló sobre la menstruación, se mencionó en repetidas
ocasiones que no fue previo a la menarquia sino posterior a esta.

La educación menstrual aún no es parte de la malla curricular que se deba enseñar en


la etapa escolar, dado esto, no resulta sorpresivo que el 47,1% de las personas hayan
contestado que nunca les dieron una charla sobre higiene, salud y educación
menstrual en sus establecimientos.

Fuente: Informe Salud Menstrual, SERNAC. 2021

Sólo un tercio de quienes contestaron la encuesta declararon haber recibido una


charla en el mismo establecimiento (33,1%) y un 4,7% dijo haber recibido una charla
por parte de alguna empresa privada de algunas marcas que venden productos
desechables de contención menstrual. Sólo un 2,3% indica que fue un organismo
estatal quienes les dio una charla sobre este tema.
Salud Menstrual y pandemia

La pandemia ha relevado aún más los problemas de quienes menstrúan y de quienes


tienen menos recursos. En comparación con la encuesta de la UNICEF que detectó
que el 25% de las personas entre 13 y 35 años han tenido alguna dificultad para
gestionar su menstruación, la encuesta desarrollada por SERNAC identificó que la
mayoría de las personas que participaron del proceso declaran haber tenido algún
problema para gestionar su menstruación en pandemia o haber tenido que realizar
algún cambio en sus hábitos de consumo: el 13% indicó haber tenido que cambiar sus
productos habituales por otros más económicos y un 12% ha tenido dificultades para
acceder a los productos.

Un problema que no sólo se detectó en la encuesta sino también en los


conversatorios y focus group realizados en el marco de este estudio, fue el aumento
en los precios de los anticonceptivos, que son utilizados también como tratamiento
para los dolores menstruales.

FUNDACIÓN GENTE DE LA CALLE: MENSTRUAR EN LA CALLE

Por otro lado, menstruar en pandemia también ha hecho que se visibilice la


precariedad en la que viven las personas que menstrúan en la calle, quienes viven en
lugares sin acceso a servicios sanitarios dignos. En Chile, la Fundación Gente de la
Calle, en el año 2020, comenzó una campaña que busca visibilizar y sensibilizar a la
población general sobre cómo viven la menstruación quienes se encuentran en
situación de calle, además de facilitar el acceso a productos de higiene menstrual y a
información sobre salud sexual y reproductiva a quienes se encuentren en situación
de vulnerabilidad social.
Página Web: https://www.gentedelacalle.cl/menstruar-en-calle/

Dentro de esta campaña se realizó un diagnóstico de cómo viven la menstruación las


personas en situación de calle, detectando que el 10% de ellas no reciben productos
por ningún medio ni red de apoyo, utilizando bolsas de plástico en los días que
menstrúan, calcetines, pedazos de tela, y en casos más extremos, reutilizando incluso
toallas higiénicas de la basura.

La pandemia ha provocado que vivir la menstruación en privación de libertad sea aún


más difícil que antes, principalmente por las condiciones de hacinamiento en las
cárceles, bajo acceso a servicios sanitarios y también a los productos de contención
que, junto con no ser permitidas las visitas debido a la pandemia, ha dificultado aún
más su acceso.

Actualmente, la organización Periodo entre Rejas realiza campañas para recolectar


insumos de salud menstrual al igual que la red de acción carcelaria
Link de Instagram: https://www.instagram.com/periodoentrerejas/?hl=es

Página Web: https://accioncarcelaria.org/campanas-kit-de-higiene/

Sin embargo, no existen mayores iniciativas a nivel estatal que estén abordando esta
situación.
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