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Conducta
La conducta, es el elemento principal del delito. Cómo se puede percibir por
su nombre, esta es la que define el comportamiento humano, ya sea, positivo o
negativo por el que se produce un resultado delictivo.
Tipicidad
Una vez identificada la conducta, se determina en el plano real recogido en
la legislación. Esta es un elemento para configurar el delito. Si no hay
tipicidad, el delito no puede existir. En ese sentido, el acto delictivo debe
considerarse como tal dentro del código penal.
Antijuridicidad
Este elemento aparece como consecuencia de la tipicidad. En derecho
penal, es un elemento del delito que hace referencia a los actos que
incumplen alguna norma explícita del ordenamiento jurídico. Es decir,
cuando la conducta realizada es contraria al derecho y permite determinar
que el hecho cometido es una infracción, por lo tanto, se aplicará la pena en
consecuencia.
Culpabilidad
Ante una acción antijurídica, el juicio que se aplica al sujeto es la
culpabilidad. Así pues, la culpabilidad es la posición en la que se sitúa una
persona imputada y responsable del incumplimiento de la ley, que
pudiendo haber optado por una conducta adecuada no lo hizo y, en
consecuencia, el juez le declara merecedor de una pena
En este orden, el término “faltas” desde el punto de vista general procede del latín fallita,
una falta es la carencia o privación de algo. Por ejemplo: “La falta de lluvias ha perjudicado la
cosecha”, “La falta de nutrientes hace que los niños no puedan desarrollarse con normalidad”.
No obstante, siendo tomado el vocablo con su acepción jurídica la falta es una infracción, ya
sea voluntaria o culposa, de una norma. Esta infracción puede ser castigada de diversas
maneras, tanto por la vía penal como administrativa.
En otras palabras las faltas son una contravención a la ley, son todas aquellas
conductas y actos típicos, antijurídicos y culpables que atentan contra los bienes
jurídicos tutelados por la ley, pero que no son tan graves para constituirse en delitos,
son infracciones que sanciona la ley.
El Iter Criminis (camino del delito), también conocido como grados de desarrollo del
delito, lo que significa que, cuando inicia y cuando termina el delito, es decir, es un proceso
de realización del delito, tanto interna como externa propia del comportamiento humano. La
misma que presenta una consecuencia jurídico-penal por lesionar o poner en peligro bienes
jurídicos tutelados.
Asimismo, en el Derecho Penal existen dos figuras a saber: a) el derecho penal de autor, y
b) el derecho penal de acto; por el primero, se entiende que los pensamientos, ideas, etc., no
son punibles; por el segundo, las conducta exteriorizada o comportamiento humano sí son
punibles, lo que significa que al Derecho Penal le interesa el derecho penal de acto y, mas
no, el derecho penal de autor.
Entonces, el iter criminis, está compuesto por dos fases principales: a) la fase interna
(ideación – deliberación – resolución o decisión) y b) la fase externa (actos preparatorios –
actos de ejecución (tentativa) – consumación – agotamiento). En ese orden de ideas se
tocará algunos lineamientos básicos al respecto.
2. Concepto
En palabras de PAVÓN VASCONCELOS, el iter criminis, que no es otra cosa que las fases
a través de las que se desarrolla el fenómeno jurídico al que llámanos delito, éste como
producto del hombre tiene un proceso que transita por etapas a las que en conjunto llámanos
el iter criminis, que va desde a ideación hasta el agotamiento. Para Carlos PARMA, el iter
criminis es el derrotero que recorre el delito desde la idea del autor, hasta que culmine
plenamente objetivado en el mundo exterior.
En el mimo sentido alude ZAFFARONI, el iter criminis recorre desde la decisión que el
autor toma, en su esfera interior, hasta el agotamiento de la ejecución del delito. En este
camino se dan sucesivos momentos cronológicos, como la concepción, decisión,
preparación, comienzo de ejecución, culminación de la acción típica, acontecer del
resultado típico y agotamiento del hecho.
En efecto, el iter criminis, es el camino del delito, es decir, es la génesis en que aparece en
la psique del agente la idea o pensamiento hasta el momento en que se lleva a exteriorizar o
concretar el hecho punible.
3. Fases
El delito tiene un proceso dentro del Derecho penal denominado iter criminis. El delito
comienza en la esfera interna del sujeto, como la ideación – deliberación – resolución o
decisión. Aquí, termina la fase interna y da comienzo a la fase externa con los actos
preparatorios – actos de ejecución (tentativa) – consumación – agotamiento. Como bien
señala la doctrina penal, el “agotamiento” no es relevante para el Derecho penal, dado que
el delito ya está consumado, desde luego, no se descarta una posición minoritaria que señala
al “agotamiento” como parte de la fase de ejecución.
El estudio del iter criminis consistirá, por lo tanto, en establecer cuáles son estas fases del
delito, así como en determinar qué importancia tiene cada una de ellas desde el punto de
vista del derecho penal, es decir, constatar si el derecho penal va a intervenir o no en todos
y cada uno de estos momentos imponiendo sanciones, y, en su caso, cual es el fundamento
de dicha intervención[3]. En ese sentido tenemos:
La primera fase comprende, en esencia, actos mentales de voluntad interna, que pertenecen
a la psique del autor, por lo que sólo pueden tener significación moral. Estos actos
representan la ideación del delito, y son absolutamente irrelevantes a efectos penales:
de internis non curat preator, se decía en el Derecho romano, y también: cogitaciones
poenam nemo patitur, esto es: de lo interno no se puede ocupar el Derecho penal, es decir,
el pensamiento no delinque.
En esta etapa hay una lucha interna entre la idea y la repulsa moral al delito, puede el
hombre por su inclinación al bien –según nuestra particular apreciación de la conducta
humana– rechazar la reflexión criminal, como puede acontecer que los mecanismos de
inhibición no sean suficientes y el hombre resuelva en su intimidad (subjetividad)
delinquir[5].
Entonces, en los tres momentos de la fase interna del delito son irrelevantes para el Derecho
penal, no son punibles; es decir, el pensamiento no delinque, la misma que se traduce en el
aforismo “cogitaciones poenam nemo patitur”.
a) Actos preparatorios.- Los actos preparatorios del delito son actos exteriores que
no consisten en la ejecución sino en la preparación de un hecho delictivo. Se encuentran,
pues, en su estadio conceptualmente anterior a la ejecución: en el estadio de preparación
que precede a la realización ejecutiva. Estos actos son, por regla general, impunes.
Únicamente, en algunos delitos especialmente relevantes, el legislador decide sancionar (no
solo su ejecución, sino también) su preparación. El citado autor nos da a entender que en
ciertos delitos son punibles, ello se traduce a partir de las razones político-criminales, entre
ellas tenemos: la conspiración, proposición o provocación respectivamente.
Los actos preparatorios carecen de relevancia para el Derecho penal, son impunes, en otras
palabras, presentan un insuficiente contenido delictivo. En palabras de MAURACH, en
ciertos casos, no alcanzan siquiera la zona de lo típico, y en otros no llenan el cuadro
rigurosamente circunscrito de la figura legal. Y puesto que la conminación penal decide no
solo como, sino también si debe castigarse una conducta, estas acciones en principio serán
irrelevantes para el derecho penal.
Los actos de ejecución, que representa el límite superior en la fase externa del iter criminis,
si carece de relevancia penal, es decir, son punibles las conductas concretas o exteriorizadas
como tal.
c) Consumación.- Según FIANDACA y MUSCO, el concepto de consumación expresa
técnicamente la completa realización de todos los elementos constitutivos de una variedad
delictiva, esto es, cuando el hecho completo corresponde enteramente al modo legal
delineado en la norma penal en cuestión. En el mismo sentido ALCÓCER, la consumación
surge cuando se cumple totalmente los requisitos exigidos por el tipo. No obstante, este
momento no solo debe comprenderse desde una visión estrictamente formal, sino también
material.
4. Conclusión
En líneas generales, el iter criminis o camino del delito, es una serie de etapas o fases por
las que atraviesa en la psique del agente desde la génesis (ideación) hasta la exteriorización
de la conducta (consumación). Así, por ejemplo: en la esfera interna del iter criminis, se da
la ideación – deliberación – resolución o decisión. La misma que aquí termina la fase
interna; y da comienzo a la fase externa con los actos preparatorios – actos de ejecución
(tentativa) – consumación – agotamiento. Este último es irrelevante para el Derecho penal,
dado que el fin de la conducta se ha concretado como tal.