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Juzgado Quinto Penal del Circuito

Armenia-Quindío

Marzo ocho (08) de dos mil veinticuatro (2024)

Radicado: 63-001-60-99363-2021-52949
Procesado: Juan Ricardo Medina Salcedo
Delito: Acoso sexual

Asunto

De conformidad con lo dispuesto en los artículos 446 y siguientes de la Ley


906 de 2004, el despacho emite sentencia en contra del ciudadano Juan
Ricardo Medina Salcedo, por el delito de acoso sexual, artículo 210A del
Código Penal, luego de agotarse la práctica de pruebas, y haberse emitido
sentido de fallo condenatorio.

Hechos jurídicamente relevantes

Para el año 2021, la señora Luz Adriana Celemín Henao, se desempeñaba


como auxiliar de servicios generales en la planta de cargos del departamento
del Quindío, teniendo sus funciones asignadas a la oficina de
comunicaciones de dicha entidad, de la cual era jefe el acusado Juan
Ricardo Medina Salcedo. En el periodo desde julio al mes de noviembre de
2021, tuvieron ocurrencia una serie de conductas durante las cuales, el
acusado, valiéndose de su relación de autoridad por su posición laboral,
asedió y hostigó con fines sexuales no consentidos a la señora Luz Adriana
Celemín Henao.

El día 16 de julio de tal año, la víctima tuvo que ingresar a la oficina personal
del acusado con el fin de sacar unos platos de su escritorio. Estando ella
retirando tales elementos, fue sorprendida por Juan Ricardo quien se le
acercó por la espalda, le frotó su miembro en sus glúteos, y luego procedió
a cerrar la puerta con seguro para exhibirle su pene erecto, comenzó a
masturbarse, y le solicitó que le practicara sexo oral. La víctima se negó y le
solicitó que la respetara, sin embargo, la actitud de él fue acercársele y
tomarla fuertemente para ponerla de espaldas. Tal situación fue
interrumpida cuando tocaron la puerta, el acusado se asustó y guardó su
miembro; momento que aprovechó Luz Adriana para retirarse del recinto.
Ese mismo día, en horas de la tarde vía WhatsApp, el acusado se disculpó
por lo ocurrido en horas de la mañana.

Como segundo evento, el día 17 de agosto de ese mismo año, siendo las 9:13
de la mañana, el acusado le escribió un mensaje vía whatsapp a la víctima
preguntándole respecto de qué hacía, ella le respondió que lavando baños,
y el consulta con ella si se encuentran. Seguidamente, procede a indicarle
que se vean ahí en 5 minutos, que necesita pedirle un favor; situación que
la víctima percibió como un acoso, motivo por el cual salió rápidamente para
evitar encontrárselo. Efectivamente el a las 9:23 vuelve a consultarle
respecto de dónde se encontraba.

Como último evento, se señala lo ocurrido el 5 de noviembre, siendo las 2:00


de la tarde cuando la víctima se encontraba en el piso 18, nuevamente el
acusado se le acercó a Luz Adriana, le cogió su mano y la frotó con sus
partes íntimas.

Identificación del condenado

Juan Ricardo Medina Salcedo, identificado con cédula de ciudadanía No.


9.730.626 de Armenia- Quindío, nació el 16 de septiembre de 1978 en
Armenia - Quindío, de 45 años, de profesión periodista.

Actuación procesal

El 25 de enero de 2022, ante el Juzgado Segundo Penal Municipal con


Función de Control de Garantías de Armenia, se formuló imputación como
autor en modalidad dolosa por el delito de acoso sexual.

El 30 de marzo de 2022 se presentó escrito de acusación el cual


correspondió a este despacho judicial. Se realizó audiencia de formulación
de acusación el 1 de julio de 2022, audiencia preparatoria el día 14 de
septiembre de 2022, audiencias de juicio oral los días 27 de julio de 2023 y
20 de febrero de 2024; programándose audiencia de lectura de sentencia
para el día de hoy.

Síntesis de los alegatos de conclusión


Fiscalía

El fiscal solicitó la emisión de una sentencia condenatoria. Lo anterior, al


considerar que se generó toda la convicción necesaria para demostrar la
responsabilidad del acusado. Al respecto, consideró que la Fiscalía demostró
y probó que la señora Luz Adriana Celemín, se desempeñaba como auxiliar
de servicios generales, cuando ue objeto de asedios y hostigamientos en
diferentes fechas por el ciudadano Juan Ricardo Medina Salcedo.

Aludió que, para demostrar tal situación, se recibió el testimonio de la


víctima Luz Adriana Celemín, esta realizó una descripción clara y
pormenorizada sobre los acontecimientos y vejámenes de índole sexual
recibidos por parte del acusado, especialmente los realizados el día 16 de
julio de 2021, donde el acusado sacó su pene y empezó a masturbarse frente
a ella.

De igual forma, la señora Esteffani Obregón Ceballos, siendo una testigo de


oídas manifestó corroborar la versión de la víctima, ya que, al regresar de la
oficina de Juan Ricardo, observó nerviosa a la señora Luz Adriana y esta
última relató lo acontecido. Por su parte, el testigo Jorge Mario Cárdenas
Acosta, verificó las situaciones de tiempo y modo lugar del día 16 de julio de
2021, corroboró la situación indicando la posición del acusado y de la
víctima.

Ahora, en relación a las pruebas de la defensa, considera que el testimonio


de Andrés Felipe Mejía Álvarez no aportó nada sobre los acontecimientos
acaecidos en tal fecha. Frente al testimonio del acusado, considera que solo
se refirió a aspectos relacionados con el aseo de la señora Adriana, de resto,
son situaciones exculpatorias las cuales no tienen ningún tipo de asidero.
Finalmente, respecto del testimonio de Emmanuel David Cortés, el mismo
no mencionó si ese día trabajó o estuvo en la oficina, ni referencia a los
hechos puntuales.

Resalta el fiscal que el testimonio de Jorge Mario Cárdenas es claro en


determinar que el mismo tuvo que abrir la puerta para ingresar, cuando
observó al señor Juan Ricardo Medina sentado en su escritorio, y a la señora
Luz Adriana llorando al frente. Indicó que no vio nada de los hechos, pero
corrobora la versión dada por la víctima ateniente a su ingreso y motivo por
el cual el acusado se abstuvo de continuar la conducta.

Si bien el defensor fue insistente frente a que el procesado no era jefe


inmediato de la víctima, esta última sí prestaba sus servicios en la dirección
de comunicaciones, y aquel ostentaba el cargo de director de dicha oficina.
Al respecto, también quedó probado que las empleadas de servicios
generales para solicitar permisos, debían acudir ante el jefe de área para
obtener su visto bueno.

Finalmente, señala que quedó demostrado los tocamientos y hostigamientos


por parte del señor Juan Ricardo Medina, y por ende se emita sentencia de
responsabilidad.

Defensa

El defensor solicitó que el fallo sea de carácter absolutorio. Consideró que


la Fiscalía no logró demostrar la culpabilidad del acusado Juan Ricardo
Medina Salcedo.

Refirió que existen serias incongruencias en el relato brindado por la


víctima, con las dadas en la denuncia y las realizadas en el escrito de
acusación. Que las variaciones en sus versiones son claramente
contradictorias, pues en unas señala que el señor Juan Ricardo puso seguro
a la puerta y se sentó en su escritorio, y en otro, señala que el mismo se
escondió debajo del escritorio.

Bajo este aspecto, tales situaciones generan duda y poca claridad en el


asunto, pues cada vez que la señora intervenía, tanto en su interrogatorio
como contrainterrogatorio, cambiaba la versión. Lo anterior, especialmente
a lo relacionado con la postura del procesado y si la puerta estaba cerrada,
ajustada, con o sin seguro.

De igual forma, señaló que el señor Jorge Mario Cárdenas o Mayo, era la
única persona que podría corroborar la información de lo sucedido el 16 de
julio del año 2021, sin embargo, una vez es entrevistado, señaló que llegó y
empujó la puerta, situación que desvirtúa lo dicho por la víctima.

En cuanto a los demás testigos presentados por la Fiscalía, no fueron


testigos directos, el mismo señor Mayo, indicó que a el no le consta nada.

Agregó que la Fiscalía no acreditó 2 situaciones particulares, la existencia


del delito, lo cual a lo largo del proceso no se pudo establecer, y la
responsabilidad del acusado, situación que tampoco se dio con los testigos
presentados.

En cuanto al testimonio de Esteffania Obregón, consideró que fue tachado


por la defensa que asistía al señor Juan Ricardo, pues el mismo tiene una
connotación especial, ya que trabaja en la oficina de control interno
disciplinario y conoce al dedillo, lo que puede suceder con la investigación
disciplinaria contra del señor Juan Ricardo, significa entonces que la misma
podría inferir e incidir en las decisiones que se tomaran respecto de la
señora Luz Adriana, primero por ser su amiga personal, y por cuanto la
misma labora en tal dependencia.

Pronunciamiento sobre condiciones personales, sociales y familiares,


probable pena a imponer y concesión de subrogados.

Fiscalía. Juan Ricardo Medina Salcedo, identificado con cédula de


ciudadanía No. 9.730.626 de Armenia- Quindío, nació el 16 de septiembre
de 1978 en Armenia - Quindío, de 45 años, de profesión periodista. Sobre la
pena, solicita se parta de la pena mínima en virtud a que no obran
circunstancias de mayor punibilidad, pero sí de menor. en relación con los
subrogados, es claro que el delito está dentro del título IV delitos contra la
Libertad, integridad y formación sexual, por lo que de conformidad con el
artículo 68ª está excluido de subrogados penales.

En relación con la pena solicita que, teniendo en cuenta la carencia de


antecedentes penales se parta del mínimo de la pena para el delito, acoso
sexual. Finalmente considera que no hay lugar a concesión de subrogados
penales.

Apoderado de víctimas. Cuenta con la misma información que la fiscalía,


por lo que no hará ninguna adición. En cuanto a la dosimetría se acoge a lo
que el despacho determine y se une a lo expuesto por la fiscalía en cuanto
a los subrogados.

Defensa. Es lugareño, su familia consta de 4 mujeres, su esposa, dos


menores y madre, no tiene ningún reproche. No ha tenido llamado de
atención disciplinario ni penal, por lo que solicita que se tenga en cuenta su
tema familiar porque las mujeres que conviven con él dependen de él.

Consideraciones

Precisa el artículo 381 de la Ley 906 de 2004 que, para condenar, se requiere
el conocimiento más allá de toda duda razonable, acerca del delito y de la
responsabilidad penal del acusado, fundado en las pruebas debatidas en el
juicio.

De la norma descrita se desprenden los presupuestos necesarios para la


emisión de sentencia de condena: encontrar acreditada la materialidad del
delito y la responsabilidad del acusado en él.

En este caso, es importante señalar que el delito por el que fue acusado el
señor Juan Ricardo Medina Salcedo está descrito en el Código Penal de la
siguiente manera:

“ARTÍCULO 210-A. ACOSO SEXUAL. <Artículo adicionado por el


artículo 29 de la Ley 1257 de 2008. El nuevo texto es el siguiente:> El
que en beneficio suyo o de un tercero y valiéndose de su superioridad
manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición
laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie
física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona,
incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.”

En torno al tipo penal, la jurisprudencia ha señalado las características


particulares de éste. En sentencia SP459 de 2023, con ponencia de Gerson
Chaverra Castro precisó: “el sujeto activo de la conducta es cualificado.
Adecua su comportamiento al tipo penal la persona que se vale de su
superioridad manifiesta sobre la victima o de las relaciones de poder, edad,
sexo, posición laboral, social, familiar o económica que se tiene en ella.

El acosador aprovecha la relación de jerarquía existente con la víctima, esto


es, desigual, asimétrica, edificada sobre alguna de las hipótesis previstas en
la descripción típica.

La conducta descrita es alternativa. Incurre en ella el sujeto cualificado


que acosa, persigue, hostiga o asedia física o verbalmente al sujeto pasivo del
comportamiento delictual.

Los verbos de la acción típica, por la naturaleza de las cosas, implican


que el comportamiento del acosador sea habitual o permanente. Es
característica de la acción la insistencia en la conducta, el autor debe persistir
en los actos para considerar estructurado el tipo penal.

Sin embargo, es preciso advertir que la reiteración de los actos


configurativa del acoso, no es únicamente la producida en largos períodos de
tiempo, verbi gratia en días u horas distintas, sino aquella constante y
continúa que se manifiesta en actos compuestos en la sucesión de tiempo que
al conformar un todo obedecen al mismo propósito.

“Se ratifica, con lo transcrito, que el acoso sexual, en sus varios


verbos rectores, dice relación con una suerte de continuidad o
reiteración, que no necesariamente, aclara la Corte, demanda de
días o de un lapso prolongado de tiempo, pero sí de
persistencia por parte del acosador….
Se resalta, eso sí, que el asedio, entre otros verbos contemplados
en la norma examinada, no reclama de prolongación en el
tiempo, sino de insistencia en el actuar, que se traduce en la
inequívoca pretensión de obtener el favor sexual a pesar de la
negativa reiterada de la víctima” 1.

La finalidad de los actos constitutivos de acoso es de índole sexual,


razón por la cual la conducta protege como bien jurídico la libertad, integridad
y formación sexuales. Además, no pueden ser consentidos por la víctima.

Precisado el punible por el cual se acusó a Medina Salcedo se analizará si


la Fiscalía logró derruir la presunción de inocencia que lo protege y demostró
más allá de toda duda su responsabilidad.

La fiscalía presentó como respaldo de la acusación el testimonio de la


víctima Luz Adriana Celemín, Esteffania Obregón Ceballos, Jorge Mario
Cárdenas y Alberto Espitia Quiñonez, de quienes se relatarán los aspectos
más relevantes de su declaración.

La víctima Luz Adriana Celemín explicó que labora en la planta de empleos


del Departamento del Quindío aproximadamente hace 11 años,
específicamente, en el cargo de auxiliar de servicios generales. Indicó que su
empleo está adscrito a la Secretaría Administrativa, y tenía asignadas sus
funciones para el piso 18 donde se encontraba la oficina de control interno
disciplinario, control interno de gestión de protocolo y comunicaciones.
Señaló que para el año 2021 el señor Juan Ricardo Medina empezó a fungir
como director de la oficina de comunicaciones.

En torno a los hechos del 16 julio de 2021, refirió que en tal fecha acudió a
la oficina de Ricardo para que le prestara 3 platos para un desayuno. Al
momento de agacharse para retirar los elementos del escritorio, el acusado
se hizo detrás de ella y sobó su pene en sus glúteos. Ella se levanta y trata
de correrse, pero él saca su pene y se empieza a masturbarse y le pide que
le haga sexo oral, sin embargo, ella se niega al manifestarle que no le hacía
ni a su esposo para hacérselo a él. Posteriormente, éste le coge la mano y la
pone de espaldas, momento en el que ingresa a la oficina una persona que
ella conoce como el doctor Mayo o Jorge Mario Cárdenas y ella sale de ahí.

Con relación a los hechos del 17 de agosto de 2021, refiere que el acusado
le escribe preguntándole dónde estaba, a lo cual le indica que estaba
arreglando los baños, seguidamente, le indica que si lo puede esperar ahí
para pedirle un favor. Ante esa situación, salió y no le respondió nada.
Minutos después el acusado le escribió consultándole dónde estaba, pero
ella no respondió.

De otro lado indica que el 10 de octubre de 2021, el acusado le escribe


consultándole dónde estaba, sin embargo, lo evadía por lo ya ocurrido. Por
último, el 5 de noviembre el acusado le coge su mano y se la soba en su
pene.

1 CSJ SP, 7 feb. 2018, rad. 49799.


En torno al lugar de los hechos, señaló que, el ocurrido el 16 de julio de
2021 se dio en la oficina privada del señor Juan Ricardo, que nadie observó,
solamente ingresó el doctor Mayo cuando estaban, pero ella salió corriendo
y, no se dio cuenta si aquel se enteró.

Hizo referencia a que cuando salió asustada de la oficina de Ricardo, se


dirigió a la oficina de protocolo para contarle lo sucedido a Lina Saldarriaga.
Posteriormente, acudió a la cocina donde la esperaba Esteffani Obregón con
los platos, sin embargo, al verla alterada, le comentó lo sucedido y se puso
a llorar.

Para ese mismo día, a quien ella señala como el doctor Mayo, esto es, Jorge
Mario Cárdenas, la llamó y la citó a una oficina y le consultó por lo sucedido,
por lo que ella accedió a contarle lo vivido. Finalmente, este último le indicó
que no dijera nada, que él iba a hablar con Ricardo. Para las horas de la
tarde, el acusado le escribe vía WhatsApp disculpándose por lo acontecido;
ella no responde a dicho mensaje.

Con ella se introdujo una prueba documental consistente en chats de


WhatsApp de la conversación entre ella y el procesado, en el cual quedó
plasmado que el día 16 de julio de 2021 a las 2:00 pm, le pidió disculpas
por lo ocurrido.

En cuanto a su relación con Ricardo y el trato de este para con ella, es clara
en señalar que ella nunca ha tenido ninguna relación diferente a la laboral,
que antes de tales hechos, nunca le había llegado a decir nada al respecto,
ni en relación a temas sexuales ni a situaciones de índole laboral.

Considera a Juan Ricardo su jefe, pese a no ser la persona que la contrató


porque explicó que en el piso existen tres dependencias y en cada una hay
un director a quienes considera como jefes.

Además del testimonio de la víctima, se obtuvo el testimonio de Esteffani


Obregón Ceballos, auxiliar administrativo en la Gobernación del Quindío
desde hace mas de 10 años. Señaló que conoce a Luz Adriana, y los hechos
acaecidos el día 16 de julio de 2021. Refirió que, en tal fecha, llegó más
temprano de lo normal, y Adriana la había invitado a desayunar. Para tal
efecto, le indicó que iba ir a la oficina de comunicaciones a conseguir unos
platos. Cuando volvió tenía risa nerviosa y estaba muy fría, señalando que
Ricardo la había encerrado en la oficina de él y le había mostrado su
miembro viril.

De otro lado, explicó el control administrativo de las personas de servicios


generales, en el sentido que tienen una coordinara que les asigna el piso
correspondiente, dependen de talento humano, pero cuando están
asignadas a alguno piso, están bajo órdenes del director o secretario, es
decir, si requieren un permiso, deben solicitarlo a talento humano con el
visto bueno de la persona que esté a cargo del piso.
Agregó que se enteró de lo sucedido 20 o 30 minutos después de los hechos
y que Luz Adriana le dijo que esa situación debía quedar entre las dos, pues
nadie le iba a creer porque era, según sus palabras, la niña de los tintos.

Ahora, en torno al testimonio del señor Jorge Mario Cárdenas, manifestó


ser publicista y laborar en el Parque del Café. Señaló que frecuentaba la
Gobernación del Quindío a pesar de no laborar allí, pero trabajó en la
campaña de la Gobernación de Roberto Jairo Jaramillo con el acusado.

Dijo no conocer ningún caso de acoso sexual, pero el día de los hechos, Lina,
compañera de la Gobernación, le preguntó si había sucedido algo en la
oficina de Ricardo, aunque él no se percató de nada. Señaló que, para tal
calenda, se dirigió a la oficina de Juan Ricardo en las horas de la mañana y
al abrir la puerta, se encontraba aquel y Luz Adriana, una empleada de
servicios generales. Al momento de entrar, abrió la puerta e ingresó, sin que
pudiera recordar si empujó, o estaba entrecerrada, solo ingresó. Observó a
Ricardo sentado en su escritorio y Adriana estaba al frente del escritorio y
al momento de ingresar, ella se retiró.

Hizo referencia a que, en horas del mediodía, él llamó a Adriana para que se
vieran en el piso 18, allí le consultó insistentemente si había ocurrido algo,
y ella le manifestó que antes de que él llegara, Juan Ricardo estaba con el
pene afuera, que se asustó mucho y que por eso estaba llorando.

Ante pregunta de la fiscalía, señaló que le había mencionado a Adriana que,


si algo había pasado, tenía que hablar con alguien o poner la queja.
Mencionó que le consultó a Ricardo lo acontecido, y este le manifestó que le
había llamado la atención a Luz Adriana por el constante desaseo de la
oficina. Señaló que a él le constaba tal situación, por su asistencia regular
al piso 18 de la Gobernación, el polvo que barrían quedaba en las esquinas,
era recurrente encontrar baldes tirados, entre otros aspectos.

En torno a su relación con Juan Ricardo, dijo que no eran amigos, pero son
conocidos de tiempo atrás y habían trabajado juntos en la campaña política
del Gobernador.

En contrainterrogatorio, aceptó que su sobrenombre es Mayo, que el día de


los hechos no encontró la puerta con seguro, que no tuvo que tocar la puerta
antes de ingresar, y reitera que lo único que observó fue a Ricardo
trabajando y a Adriana frente al escritorio llorando. Al momento de entrar
no pudo observar la totalidad del cuerpo de Juan Ricardo, solo los pies y su
cuerpo, de la misma manera, tampoco podía observar su bragueta del
pantalón, ni tampoco sintió alguna actitud sospechosa.

El testigo reconoció que en la oficina de Juan Ricardo sí se guardaban


elementos de cocina, tales como cafeteras, pocillos y vasos, sin embargo,
todo era en función de preparar café.

Por último, se escuchó la declaración del investigador Alberto Espitia


Quiñonez, con quien se introdujo información obtenida del celular de la
víctima, una conversación del aplicativo WhatsApp con el acusado, del día
16 de julio de 2021 en el que se lee que aquel le pide disculpas de algo
sucedido en la mañana.

Por parte de la defensa también se presentaron algunos testimonios. Entre


ellos, el del propio acusado Juan Ricardo Medina Salcedo, quien validó
que para el año 2021 se desempeñaba como jefe de patrimonio en la
Gobernación del Quindío, sin embargo, para el día 21 de abril de 2021, fue
nombrado en el cargo de director de comunicaciones de la Gobernación del
Quindío.

Indicó que el 16 de julio de 2021, tenía un evento en la Universidad del


Quindío, por tal razón, acudió en horas de la mañana entre 7:30-8:00 am,
a su oficina, y en el piso también estaba su secretaria Conny, Carlos Becerra
y dos periodistas más. Cuando ingresó a la oficina, la señora Adriana venía
detrás. Y como su cafetera se encontraba totalmente desaseada, ajustó la
puerta y le reclamó a Luz Adriana de una manera fuerte y hasta grosera, lo
que generó que la víctima empezara a llorar. Refiere que 4 o 5 minutos
después ingresó el señor Jorge Mario Cárdenas, y una vez sale Luz Adriana,
le cuenta lo que estaba pasando.

Respecto del lugar de los presuntos hechos, manifestó que es pequeño y que
compartía la oficina personal con otro compañero. Que posterior a ese
hecho, se fue para su reunión, y en horas de la tarde, al haber meditado lo
sucedido, le escribió a Luz Adriana a su WhatsApp pidiéndole disculpas por
su actuar, que, frente al mensaje de disculpas, sí obtuvo una respuesta,
esta decía “no tranquilo Richie, yo entiendo el estrés”.

En referencia a lo ocurrido el día 17 de agosto de 2023, mencionó que las


quejas por el desaseo eran constantes en la dirección de comunicaciones,
pues la señora Adriana casi no iba a trabajar a tal dependencia. Ese día, el
señor Andrés Mejía llegó a la oficina disgustado por el aseo, específicamente,
el del baño. Por tales razones, le escribió a Adriana preguntándole dónde
estaba, que necesitaba pedirle un favor, a lo cual le respondió que estaba
en los baños; cosa que no era cierta, porque ellos eran los que estaban en el
baño. Posteriormente, le dijo que se vieran en 5 minutos, sin embargo, ella
no estaba y al volverle a escribir, nunca le dio respuesta.

Ahora, en torno a los hechos del 5 de noviembre de 2021, los mismos no


fueron muy claros, pues ese día se reunieron tipo 4 o 5 de la tarde para
celebrar el cumpleaños de una compañera de la oficina, Laura Gámez, sin
embargo, no ocurrió nada fuera de lo normal con la señora Adriana, solo
que estuvieron cerca, pero con otras 30 personas más. Alude que, frente al
4 de noviembre de 2021, sí ocurrió algo relacionado a los hechos, pues ese
día encontró su oficina muy desaseada, con papeles por todos lados, botellas
tiradas por el piso, por tal razón, le solicitó a su secretaria Conny, que por
favor enviara una carta informando esa situación a la jefa de Luz Adriana,
porque ya no se aguantaba ese desorden. Sin embargo, su secretaria nunca
envió tal carta y le dijo directamente a Luz Adriana; situación que pudo no
haberle disgustado a la misma, y ser el motivo de las represalias en contra
de él.
En contrainterrogatorio, el procesado aceptó que nunca presentó una queja
formal contra Luz Adriana por el tema de la falta de aseo, pues todos los
llamados de atención se realizaron de manera verbal, y por parte de otras
personas, sin embargo, a él no le consta eso. Reconoció que no era amigo de
Jorge Mario, su relación era netamente laboral ya que él había asesorado
respecto de la campaña del exgobernador.

Finalmente, rindieron declaración Andrés Felipe Mejía Álvarez y Emanuel


David Cortés Cortés. El primero, periodista de la Gobernación, expuso que
recordaba un hecho en la oficina relacionado con la falta de aseo del baño,
que le disgustó mucho y le puso la queja a Juan Ricardo Medina, que éste
le escribió a Luz Adriana para que entre los dos le hicieran ver sus fallas,
pero ella nunca llegó. No recordó la fecha del suceso.

Finalmente, Emanuel, quien compartía oficina con el acusado se refirió


únicamente a que allí había elementos de cocina, que el aseo no era el mejor,
y observó llamados de atención a Luz Adriana por el aseo. Sin embargo, en
relación con el hecho no tenía ninguna información.

Para el juzgado, las pruebas de cargo aportan la información necesaria para


considerar acreditada la materialidad de la conducta de acoso sexual y la
responsabilidad de Juan Ricardo Medina en él.

La versión de Luz Adriana da cuenta de los presupuestos típicos del delito


de acoso sexual establecido en el artículo 210A CP. De su narración surge
la relación de subordinación en relación con el acusado, pues, aunque éste
no era su jefe directo, sí ostentaba autoridad al ser el jefe de una de las
dependencias donde ella debía prestar sus servicios. Existía con claridad
una relación de superioridad al ostentar el acusado un cargo de directivo,
mientras aquella realizaba labores de aseo.

De la misma declaración del acusado, surge esa relación de poderío, pues


aquel se justificó en que ese día Luz Adriana fue vista llorando porque le
había llamado la atención por el incumplimiento en sus funciones. Aunque
la esencia de la narración es contraria a los hechos expuestos por la víctima,
respalda la relación de jerarquía que existía entre Juan Ricardo Medina y
Luz Adriana Celemín, tanto que tenía la facultad para requerirla para el
cumplimiento de sus funciones.

Ahora, en cuanto a la superioridad manifiesta, la jurisprudencia de la Corte


Suprema de Justicia ha abordado tal tema en diferentes providencias,
específicamente en la SP 459 del 2023, señaló lo siguiente:

4.2 La “posición laboral” mencionada en el tipo penal no es


aquella fundada en la jerarquización de los empleos en el
ámbito laboral y ni en la relación de dependencia y
subordinación entre jefe subalterno en los términos señalados
por la recurrente, pues lo comprendido en la norma penal es el
aprovechamiento de la superioridad respecto de quien se
encuentra en un nivel de desigualdad en razón del oficio que
ocupa, con el fin de obtener favores sexuales no consentidos.
4.3 El tipo penal no exige “relación de subordinación laboral” y aunque
la Sala en la decisión citada en la impugnación, expresa que no puede
haber delito donde “la asimetría de la subordinación laboral” no
influya, tal criterio, según lo visto, ha sido atemperado, atendiendo al
fin de protección de la norma que es el de evitar todo abuso de la
superioridad sustentada en el simple hecho de “la posición laboral” que
se ocupe.

Bajo esta óptica, es claro que la norma no exige una relación jerarquizada
como lo intentó hacer ver el defensor frente a este tópico, pues lo que se
señala es cómo esa superioridad es aprovechada en contra de quien se
encuentra en un nivel de desigualdad en razón del oficio que ocupa. En el
caso que nos atañe, se reitera, el cargo que ostentaba el señor Medina
Salcedo era de tipo directivo, y la víctima, ostentaba un cargo auxiliar,
específicamente, en el área de servicios generales. Adicionalmente, y como
quedó demostrado, a pesar de que los secretarios y directores de despacho
no son jefes directos de las personas del personal de aseo, sí tenían
subordinación, pues incluso tales personas debían contar con el visto bueno
de estos jefes de dependencia para cualquier permiso, tal como lo señaló
Estefani Obregón.

Respecto de los cargos que ostentaban tales personas, ese hecho quedó
acreditado con las pruebas documentales que fueran introducidas con el
señor Alberto Espitia Quiñones, específicamente, las certificaciones
emitidas por el director de talento humano, Mauricio Grajales Osorio.

De otro lado, en torno a la ocurrencia del delito la versión de la víctima fue


clara y precisa, explicó con detalle los motivos por los que el 16 de julio de
2021 ingresó a la oficina de Juan Ricardo Medina y fue abordada por éste
quien ejerció asedio de carácter sexual, al punto que no fue solo una
insinuación, sino que incluso le exhibió su miembro, se masturbó delante
de ella y le pidió que le practicara sexo oral a lo que ella se negó.

En este sentido, se observa que el acusado se aprovechó de la relación


desigual y asimétrica para ejercer actos de asedio de naturaleza sexual en
contra de Luz Adriana. Primero se acercó a ella cuando estaba agachada y
rozó su pene en sus glúteos, luego, cuando ella intentó correrse, le exhibió
su miembro y empezó a masturbarse. Finalmente, le pidió que le realizara
sexo oral.

En torno a la corroboración externa de la declaración de la víctima, el


mensaje de texto recibido ese mismo día en el que el acusado le pide
disculpas por lo ocurrido en la mañana, es un indicio que confirma su relato,
pues, aunque se intenta justificar el mismo en un supuesto llamado de
atención por el incumplimiento de sus funciones, tal situación carece de
credibilidad, pues si Juan Ricardo había actuado en cumplimiento de su
función, no se explica por qué tendría que pedirle disculpas.

En torno a la valoración interna del testimonio de la víctima y frente a los


argumentos expuestos por la defensa en los alegatos de conclusión, llama
la atención que se alegue supuestas contradicciones entre lo dicho en el
juicio con declaraciones expuestas por fuera de sede del juicio, en tanto en
él no se impugnó su credibilidad con tal información. En consecuencia, la
información a que hace referencia la defensa no fue expuesta en el debate
correspondiente y con sus alegatos pretende que se tenga en cuenta
narraciones que no fueron objeto de contradicción, lo que claramente es
improcedente porque implicaría valorar prueba de referencia inadimisible.

Pero, además, es de resaltar que la información expuesta por la víctima en


juicio es digna de credibilidad, no hubo contradicción, su proceso de
rememoración fue adecuado, no intentó exagerar o hacer más gravosa la
situación del procesado.

De otro lado, el relato de Luz Adriana Celemín tiene corroboración con otros
testigos. Esteffani Obregón, adujo que en la fecha mencionada pretendía
desayunar con Luz Adriana y que después de fue a buscar unos platos volvió
asustada, fría y con risa nerviosa. Que aquella le contó lo ocurrido y que
incluso quiso defenderla, pero Luz Adriana no la dejó por considerar que por
su cargo nadie le iba a creer.

A su vez, Jorge Mario Cárdenas, aunque no observó el suceso relevante,


narró circunstancias importantes que lo corroboran, como el hecho de que
en las horas de la mañana el acusado y víctima sí estaban solos en la oficina
del primero y que cuando él entró Luz Adriana salió de allí llorando.
Asimismo, que recibió comentarios de otra servidora de la entidad quien le
preguntó si había visto lo que había ocurrido allí, por ello habló con Luz
Adriana y ella le indicó que antes de que él llegara Juan Ricardo le había
exhibido su pene.

Nótese entonces que existen personas que tuvieron contacto con la víctima
el día de los hechos y pudieron observar su labilidad y malestar emocional.
Estefanni corrobora el motivo por el que aquella fue a la oficina del acusado,
y pudo observarla nerviosa después de que regresó. En torno a los alegatos
de la defensa quien solicitó se le restara credibilidad por su amistad con la
víctima, el despacho considera que por la simple confianza entre ellas no es
un argumento suficiente para desechar la información brindada. Por el
contrario, se observó que Estefanni no quiso dar información que pudiera
perjudicar al procesado y la cual no le constaba, como cuando se le impugnó
credibilidad por lo dicho en una entrevista acerca de otro posible hecho de
acoso, indicando que se trataba de comentarios que no podía confirmar.

Por su parte, Jorge Mario vio a Luz Adriana en la oficina el día de los hechos,
lugar al que después de entrar aquella salió llorando. En el análisis del
testimonio de estos dos testigos no se advierte ningún signo mendaz o
vindicativo con el acusado, se limitaron a exponer la información percibida
por ellos. Incluso Jorge Mario fue enfático que no le constaba nada más allá
de haber entrado a la oficina del acusado y haber visto a Luz Adriana cuando
salía llorando.

Contrastada esta información con la presentada por la defensa, no es de


recibo la tesis de esta última quien pretende justificar el mensaje de
WhatsApp el día de los hechos pidiendo disculpas y las declaraciones de los
otros dos testigos, en que lo que ocurrió el 16 de junio de 2021 fue un simple
reclamo de parte de Juan Ricardo a Luz Adriana porque cumplía de manera
deficiente sus funciones.

Lo anterior porque es poco probable que la víctima se hubiera inventado en


20 minutos una historia de acoso sexual para contársela a Estefanni, mucho
menos una de la magnitud que tienen los hechos relatados por ella.
Tampoco es probable que hubiera fingido su reacción, risa nerviosa y
sudoración fría percibida por Estefanni. Tampoco concuerda tal tesis con el
hecho de que la víctima no denunció inmediatamente, sino hasta el mes de
noviembre, pues si lo que pretendía era hacer señalamientos infundados,
hubiese actuado en la misma fecha cuando le contó a los demás testigos lo
que había vivido. Sin embargo, lo hizo hasta finalizar el año cuando asegura
tuvo otro encuentro similar con el acusado.

Es decir, la tesis de la defensa es débil y carente de credibilidad, aunque se


señaló por algunos testigos que Luz Adriana no cumplía bien sus funciones,
resulta extraño que, tras tantos meses de supuestas fallas continuas, total
incumplimiento de sus funciones y según lo dicen los testigos,
prácticamente abandono del cargo, no se hubiera iniciado un proceso
disciplinario en contra de Luz Adriana o que mediaran quejas formales sobre
el tema, por el contrario, la víctima lleva 11 años laborando en la entidad.

Avanzando en el análisis de la acreditación de los elementos del tipo es


pertinente hacer referencia a los verbos rectores que conforman la conducta,
significando que ella se materializa en los casos en que el sujeto activo
“acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente”.

La jurisprudencia ha determinado que, de los verbos rectores, se puede


inferir que la libertad o integridad sexual solo se ve afectada con actos
reiterados, persistentes o significativos, y así lo plasmó en la norma2. Sin
embargo, y este punto es trascendental, la jurisprudencia reciente de la
Corte se ha explicado que la persistencia no esta relacionado con el tiempo,
sino con la repetición, habitualidad y permanencia de la conducta.

En la sentencia atrás citada se refirió con precisión a este hecho:

La recurrente habla de una habitualidad y permanencia de la conducta


que no es la exigida por el tipo penal, basta para su configuración la
insistencia o reiteración de los actos constitutivos de acoso
sexual, los cuales, según lo dicho en precedencia, pueden ser
sucesivos, darse en breve tiempo, sin excluir la posibilidad de su
ocurrencia en días diferentes o en largos lapsos.

3.11 En este asunto, la persistencia del comportamiento del acusado se


hace patente con el “susurro” al oído de la víctima, quien admite
no haber podido identificar lo que quiso decirle; el acto de
bajarse el cierre, sacar el pene y pedirle hacerle sexo oral; y, la
sugerencia de entrar o seguir al baño, que aunque obedecen a

2
C.S.J Sentencia SP 107 del 7 de febrero de 2018. Radicado 49799 M.P. Fernando Leon Bolaños Palacio
un mismo propósito son reiterativas en la consecución de la
finalidad propuesta.

3.12 La persistencia no está relacionada con el tiempo sino con la


repetición de la conducta, de modo que si en este asunto solo
transcurrieron un poco más de tres (3) minutos desde el ingreso de
Stella García Núñez a la oficina del implicado y de su salida de ella, tal
como lo muestra el video, no quiere significar que el acto haya sido uno
solo.

La impugnante pasa por el alto que el acusado buscó asegurarse no ser


sorprendido ni descubierto en la conducta de acosar, pues una vez
ingresó la víctima, se dirigió a la puerta de ingreso a la oficina para
asegurarla, procediendo enseguida a susurrarle algo, que si bien ella
no entendió lo que le estaba sugiriendo PÁRAMO ZARTA, pronto pudo
darse cuenta de su intención cuando a continuación de bajarse el cierre
y sacarse su pene, le pidió hacerle sexo oral y ante su negativa, le
sugirió entrar al baño, evidentemente con ese mismo propósito.(…)

La anterior cita jurisprudencia es relevante porque explica de manera


diáfana que para la configuración de la conducta no se requiere de la
ejecución en el tiempo, puede tratarse de un solo hecho en el que se advierta
persistencia y sucesión de varias conductas en breve tiempo. Así, en este
caso en particular, aplicando la jurisprudencia en cita, en el suceso acaecido
el 16 de julio de 2021 en la oficina del acusado éste 1) se le acercó a Luz
Adriana Celemín cuando ella estaba agachada, dando la espalda y le frota
su miembro viril en los glúteos; 2) cierra la puerta; 3) luego desabrocha su
pantalón, le exhibe su pene erecto y comienza a masturbarse; 4) ante su
negativa, se le acerca para tomarla por la espalda, momento en que es
interrumpido por el señor Jorge Mario Cardenas y la victima puede salir; v)
le envía una disculpa vía whatsapp por lo acontecido en horas de la mañana
del día 16 de julio de 2021; vi) los mensajes whatsapp del 17 de agosto de
2021, donde, a pesar de que no tienen connotación sexual, son prueba de
su búsqueda a la víctima después de que aquella no quisiera volver a verlo
por miedo.

Estos 6 procederes denotan la persistencia del comportamiento del acusado


que obedecen a un mismo propósito, son reiterativas en la consecución de
la finalidad propuesta, obtener un beneficio sexual valiéndose de su
superioridad sobre la víctima. No le bastó con rozar con su pena a la víctima,
además se lo exhibió, se masturbó en su presencia, y a solicitarle que le
hiciera sexo oral; pesé a la negativa de la víctima, continuó con sus actos,
que inclusive se llevaron hasta horas de la tarde, cuando, de manera
insolente y descarada, le pidió disculpas por lo ocurrido.

El despacho no ahondará en el acto del 5 de noviembre de 2021 porque no


se profundizó sobre él en el juicio, lo que no implica mayor afectación, pues
lo relacionado en el mes de junio y los mensajes de texto enviados son
suficientes para encontrar acreditada la conducta.
En suma, el despacho, después de analizadas las pruebas de manera
conjunta, considera acreditada la teoría propuesta por la fiscalía, pues los
testimonios dieron cuenta de las circunstancias de tiempo, modo y lugar en
que Luz Adriana Celemín fue objeto de asedio sexual por parte de Juan
Ricardo Medina, quien aprovechó su condición de director de
comunicaciones en la Gobernación del Quindío para obtener provecho
sexual.

Adicionalmente, y tal como quedo acreditado, las conductas de Juan


Ricardo Medina en contra de Luz Adriana, son conductas reprochables que
deben ser sancionadas, pues ello solo perpetúa el sometimiento de las
mujeres frente a la superioridad que de manera injustificada los hombres
han ejercido sobre ellas y precisamente, esto es lo que castiga el tipo penal,
ese asedio y rol dominante que a día hoy, perdura en nuestra sociedad. La
Corte Constitucional cuando se ha referido al tema lo ha hecho en clave a
la protección de significar que la violencia contra la mujer, y específicamente
el acoso sexual en el ámbito laboral, constituye una forma de violación al
Derecho Internacional de los Derechos Humanos1.

La conducta es subjetivamente típica. El acusado sabía que ejercer


comportamientos sexuales no consentidos con una mujer respecto de la
cual tenía un cargo superior, era un delito, pero aún así actuó, esperando
que la posición dominante que ejercía ayudaría a evitar el escarnio público.
Antijurídica pues se afectó la integridad y formación sexual de Luz Adriana
Celemín, al punto que esta tenía temor de volver a encontrarse con el
acusado. Es culpable, su mayoría de edad sugiere que se encontraba en
capacidad mental de comprender la ilicitud de su actuar y podía
comportarse de acuerdo con esa comprensión, tenía conocimiento potencial
de que el comportamiento realizado estaba prohibido.

En consecuencia, encuentra el despacho los medios probatorios suficientes


para declarar penalmente responsable del delito Acoso sexual a Juan
Ricardo Medina Salcedo en contra de Luz Adriana Celemín, en calidad de
autor y a título de dolo.

Dosificación punitiva

El delito por el que se emite condena en este asunto, Acoso sexual tiene una
pena de 1 a 3 años de prisión, es decir, entre 12 a 36 meses de prisión.

Estando fijados los ámbitos de movilidad, los cuartos quedan de la siguiente


manera:

Cuarto mínimo Primer cuarto Segundo cuarto Cuarto máximo


medio medio
12 a 18 meses 18 meses 1 día a 24 meses 1 día a 30 meses 1 día a
24 meses 30 meses 36 meses.

El despacho se ubicará en el cuarto mínimo por cuanto no fueron atribuidas


circunstancias de mayor punibilidad.
Ponderando los aspectos a que alude el inciso 3º del artículo 61 del Código
Penal, el juzgado no encuentra argumentos adicionales para apartarse del
mínimo de la pena por cuanto todas las circunstancias factuales hacen
parte de la tipicidad atribuida. En consecuencia, se impone la pena de 12
meses de prisión. Por el mismo lapso es la inhabilitación para el ejercicio de
derechos y funciones públicas.

Subrogados penales

En cuanto a la suspensión condicional de la ejeución de la pena, regulado


en el artículo 63 del Código penal, sus requisitos son los siguientes.

1. Que la pena impuesta sea de prisión que no exceda de cuatro (4)


años.

2. Si la persona condenada carece de antecedentes penales y


no se trata de uno de los delitos contenidos el inciso 2o del
artículo 68A de la Ley 599 de 2000, el juez de conocimiento
concederá la medida con base solamente en el requisito
objetivo señalado en el numeral 1 de este artículo.

En este caso, el señor Juan Ricardo Medina no tiene antecedentes penales


en los 5 años anteriores, pero el delito por el que se emite condena (artículo
210A del Código Penal) sí se encuentra enlistado en las prohibiciones del
artículo 68A del Código Penal, pues es un delito contra la libertad, integridad
y formación sexual. En consecuencia, por prohibición objetiva no es
procedente su concesión.

Circunstancias similares ocurre con la prisión domiciliaria, pues, aunque el


delito por el se condena no tiene una pena prevista mayor a 8 años, opera
la misma prohibición del artículo 68A del código penal.

Finalmente, en torno a la manifestación de la defensa en la individualización


de pena en el sentido que se tuviera en cuenta que el procesado tiene una
familia compuesta de 4 mujeres que dependen de él, 2 hijas, esposa y madre,
aunque no se solicitó de manera expresa la prisión domiciliaria por ser padre
cabeza de familia, debe precisarse que no se acreditaron los requisitos de
esta figura especial, en el entendido que no se advierte deficiencia sustancial
de miembros de la familia que puedan hacerse cargo de las menores, de
quien ni siquiera se dijo edad, ni se aportaron elementos, pero que, de todas
maneras, cuentan con la presencia de su progenitora. Para el efecto, es
carga de la parte interesada alegar los supuestos de hecho y elementos
materiales que lo sustentan y en este caso no sucedió.

En consecuencia, la pena deberá ser purgada en prisión.

En mérito de lo expuesto, el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Armenia,


administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
Resuelve

Primero: Condenar a Juan Ricardo Medina Salcedo, identificado con


cédula de ciudadanía No. 9.730.626 de Armenia- Quindío, nacido el 16 de
septiembre de 1978 en la misma ciudad, a la pena principal de 1 año de
prisión, como autor responsable del delito de Acoso Sexual. La pena
accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas
será por el mismo lapso de la pena principal.

Segundo: Negar la suspensión condicional de la ejecución de la pena y, la


prisión domiciliaria por las razones expuestas en la parte motiva de esta
decisión.

Tercero: Una vez ejecutoriada, comuníquese la sentencia a las autoridades


de que trata el artículo 166 de la Ley 906 de 2004 y las demás establecidas
por el Consejo Superior de la Judicatura. Al igual que la orden de captura
correspondiente.

Contra la presente decisión procede el recurso de apelación, ante la Sala


Penal del Honorable Tribunal Superior de este Distrito Judicial.

Jenniffer González Botache


Jueza

Firmado Por:
Jenniffer Yorlady Gonzalez Botache
Juez
Juzgado De Circuito
Penal 005 Función De Conocimiento
Armenia - Quindío

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conforme a lo dispuesto en la Ley 527/99 y el decreto reglamentario 2364/12

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