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AUTORRECONOCIMIENTO, PLANEACIÓN DEMOCRÁTICA Y

TRANSICIÓN ECOSOCIAL

Presentación.

La siguiente guía Metodológica y Temática sobre Autorreconocimiento, Planeación

Democrática y Transición ecosocial tiene como propósito orientar a los participantes del

Diplomado Virtual en el sentido de la reflexión de la experiencia vital para la reconstrucción de

los proyectos de vida individuales/colectivos en el contexto de la crisis de la civilización y del

capitalismo expresadas en la crisis climática y las pandemias como el Coronavirus Covid 19.

La reflexión no es suficiente sino está orientada a la Acción para contribuir a la

transformación del actual contexto donde prima la desinformación, la alienación como una de las

estrategias para continuar imponiendo el modelo neoliberal corporativo extractivo minero


energético (fracking, represas, minería contaminante, agronegocios) a través de proyectos

calificados de interés público que depredan la naturaleza para la acumulación de capital por

despojo o desposesión y destruye o amenaza con liquidar cualquier forma de resistencia por la

defensa del territorio y la biodiversidad en un mundo donde la humanidad vive una encrucijada

frente al inminente peligro de una catástrofe sin precedentes ocasionada por la lógica productivista

y mercantil del capitalismo industrial, como lo demuestran investigaciones que registran con

alarma los graves fenómenos de contaminación del aire y fuentes hídricas subterráneas y

superficiales, el agotamiento de los suelos fértiles, el calentamiento del planeta, la deforestación,

la extinción de los picos nevados, el derretimiento de los casquetes polares, la destrucción de la

capa de ozono, la perdida de las selvas ecuatoriales y la erosión de la biodiversidad, la extinción

de millares de especies, el aumento de la desertificación, la acumulación de residuos tóxicos, la

contaminación de los alimentos por pesticidas o su alteración por manipulaciones genéticas y las
pandemias como el Covid 19, problemáticas que reclaman la necesidad de construir modelos

alternativos que armonicen las relaciones entre la naturaleza humana y no humana para el Buen

Vivir.

La reconstrucción de los Proyectos de Vida, en épocas de miedo e incertidumbre, parten de

reconocer nuestra trayectoria y, específicamente, nuestra situación actual de confinamiento donde

los más vulnerables son los que tienen que vivir hacinados en un espacio reducido que se ve

agravado “por un sistema social donde el cuidado de la vida es mucho menos importante que los

negocios” y el Estado convierte la pandemia en una oportunidad para favorecer al capital y en un

instrumento de poder autoritario, de arbitrariedad y de control social a través de la intimidación, a

nombre de salvar vidas, cuando los pobres se mueren de hambre, sin derecho a protestar por el

aislamiento, en un mundo donde el 1% de los más ricos es dueño del 60% de la riqueza.
La comprensión del contexto en la actual crisis adquiere mayor relevancia debido a que el

capital corporativo tiende a una reingeniería social a gran escala derivada del coronavirus que

implica “la convergencia de los conocimientos científicos y tecnológicos de última generación

(genoma humano, nanotecnología, conexión 5G, inteligencia artificial, big data, robótica,

neuronas digitales, biología digital) que abrieron paso a la cuarta revolución industrial”. Y con

ella, a la naturalización del desencuentro humano, a invocar medidas autoritarias de control ante

el horror causado por los miles de muertos, al surgimiento del primer estado de sitio planetario,

donde el autoritarismo emerge con base social, el fascismo tecnológico; millones de desempleados

en el mundo; la educación “online” o el “Delivery” para el consumo en casa.

Los movimientos sociales y los ciudadanos deben repensar las propuestas para enfrentar la

tendencia del capitalismo hacia el fascismo tecnológico. No se trata simplemente de cómo

enfrentar la pandemia, porque se va a mutar en otras, mientras se mantengan las condiciones


actuales de dominio del capital causante de los enormes problemas como la crisis climática, de

salud, alimentación que han puesto en riesgo la vida en el planeta.

Lo que el momento reclama es la urgencia de un cambio radical de las relaciones de poder

del capital hacia una Transición Socioecológica que implica “volver a aprender a planificar

nuestras economías en función de nuestras prioridades colectivas y no en función de criterios de

rentabilidad”. Una transición desde lo público y lo comunitario hacia las energías renovables, la

agroecología, una agricultura campesina biológica basada en unidades familiares, cooperativas o

granjas colectivas, contra los agronegocios.

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