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Lectura y comprensión lectora

Leer es un acto de razonamiento; es un proceso de interacción entre el lector y el texto mediante el cual el primero intenta
satisfacer los objetivos que guían su lectura. Leer es establecer un diálogo con el autor, comprender sus pensamientos, hacerle
preguntas y tratar de hallar las respuestas en el texto. También es relacionar, criticar o superar las ideas expresadas.
El hablar de la lectura implica diferenciar entre la lectura mecánica y la lectura comprensiva. La primera consiste en traducir,
decodificar los signos o grafías; la segunda, consiste en saber de qué trata el texto leído. No se puede estudiar sin comprender lo
leído. Aunque el alumno memorice, necesita comprender para poder responder a lo que se les pide en exámenes o en clase.
La lectura es estratégica, un lector eficiente actúa deliberadamente y supervisa constantemente su propia comprensión, es
selectivo en dirigir su atención a los distintos aspectos del texto.
¿Por qué leemos?
Se lee por múltiples motivos. Por ejemplo, al comprar un aparato de vídeo, hay que leer las instrucciones para ponerlo en
funcionamiento. La intención inmediata es aplicar la información para que algo funcione. Otras veces se lee para disfrutar: leer
una novela o una poesía no tiene otra finalidad que recrearse en la lectura en sí, lejos de la preocupación de si hay que recordar
más o menos información para aplicaciones futuras. En ocasiones se lee para buscar información que interesa. A veces, incluso se
hace superficialmente para saber el contenido de un texto. Por consiguiente, la forma de leer dependerá del material de lectura y
de la tarea que se vaya a realizar.
Estos primeros comentarios dan una idea de la importancia que tiene aprender técnicas diversas que permitan ajustar la
velocidad y la comprensión lectora al tipo de material que se va a leer. Mucha gente piensa que es una habilidad que todo el
mundo tiene desarrollada al máximo, aunque lamentablemente no es así. Esta es la razón de este capítulo: que el lector pueda
diagnosticar su capacidad lectora y mejorarla al máximo.

Tipos de lectura
Los tipos de lectura que se utilizan con más frecuencia, en función del propósito con que se aborde dicha lectura, son los
siguientes:

● Lectura mecánica

● Lectura oral.

● Lectura silenciosa.

● Lectura superficial.

● .Lectura selectiva.

● Lectura comprensiva.

● Lectura reflexiva.

● .Lectura crítica.

● Lectura de estudio.

Veamos a continuación las características de cada uno de estos tipos de lectura.

Lectura mecánica
Se limita a identificar palabras prescindiendo del significado de las mismas. Prácticamente no hay comprensión.
Lectura oral
La lectura oral, o en voz alta, es la que se practica cuando se articula el texto en voz alta, sonoramente. Su objetivo es que otras
personas oigan el contenido de lo que se lee. Es un tipo de lectura importante ya que cumple una función social en muchos
momentos de la vida.

Las claves para leer bien en voz alta


La lectura oral supone una correcta y efectiva emisión fónica, lo cual implica poner en juego las siguientes habilidades:
● Reconocer y pronunciar adecuadamente las palabras.

● Usar la voz de un modo significativo y agradable.

● Leer por unidades de sentido.

● Transmitir el sentido directamente.

● Interpretar los pensamientos y sentimientos del texto.

● Adecuar la voz y los gestos a dichos pensamientos y sentimientos.

● Captar la atención de la audiencia.

● Controlar la respiración, los movimientos corporales y los gestos nerviosos.

● Ajustar la expresión a los cambios de tono del texto.

● Hacer gestos sólo cuando surgen de forma natural y contribuyen al sentido del texto.

● Hacer los ajustes necesarios para transmitir el ritmo y el sentido de la prosa o poesía.

Lectura silenciosa
En la lectura silenciosa se capta mentalmente el mensaje escrito sin pronunciar palabras, siguiendo con la mirada las líneas del
texto en silencio Es el tipo de lectura más frecuente y su uso es siempre personal.

Lectura superficial
La lectura superficial consiste en leer de forma rápida para saber de qué trata un texto. La finalidad de este tipo de lectura es
captar la idea general de los contenidos fundamentales del texto, sin entrar en los detalles. Es un tipo de lectura que se realiza a
bastante velocidad, forzando la mente a ceñirse a los conceptos más esenciales
Por ejemplo, se utiliza la lectura superficial cuando se comienza a estudiar un tema académico por primera vez y el objetivo es
forjarse una idea global del mismo, tomar contacto con la nueva disciplina.

Lectura selectiva
La lectura selectiva, llamada también exploratoria o de reconocimiento, es aquella que permite buscar datos o aspectos muy
específicos de interés para el lector, prescindiendo del resto. Se trata de una lectura de búsqueda donde la vista pasa por el texto
a velocidad, como barriéndolo, sin leerlo en su totalidad en busca de un detalle concreto que constituye la información que
interesa.
Por ejemplo, se realiza una lectura selectiva cuando se busca el nombre de un hotel determinado en una guía turística, la fecha
de nacimiento de un personaje en una enciclopedia, una fórmula en un libro de texto, el autor de una obra literaria concreta, etc.

Lectura comprensiva
La lectura comprensiva es la que vuelve una y otra vez sobre los contenidos impresos, tratando de desvelar e interpretar su
verdadero significado. Es el tipo de lectura que realiza el lector que no queda tranquilo hasta estar seguro de haber entendido
perfectamente todo el mensaje.
En la lectura comprensiva se presupone la lectura superficial y en ella es fundamental que el lector se haga todas las preguntas
lógicas posibles sobre el contenido del texto, tratando de dar cumplida respuesta a sus interrogantes.
La lectura comprensiva se interioriza y se realiza de una manera lenta, profunda, reposada, a fondo.
Se emplea la lectura comprensiva cuando, tras una lectura superficial y el correspondiente subrayado de un texto, hay que
interiorizarlo para estudiarlo.

Lectura reflexiva
La lectura reflexiva es la realizada por el pensador, el filósofo, el hombre profundo. En este tipo de lectura, mientras se lee de
forma lenta y reposada, se produce una lluvia de ideas de gran calidad y riqueza de contenido que el lector va cotejando,
jerarquizando y relacionando, buscando todas las afinidades, aproximaciones y contrastes.
La lectura reflexiva desencadena en la mente del lector un fluir de imágenes, nuevas perspectivas y proyectos y requiere más
tiempo que cualquier otro tipo de lectura, pues constituye el grado más elevado de abstracción y reflexión del que se alimenta el
pensamiento creativo.
Más que una lectura, es una meditación en la que no cuenta el número de páginas leídas sino la riqueza de las reflexiones
realizadas.

Lectura crítica
La lectura crítica es la que se realiza cuando se evalúa la relevancia de lo que se lee e implica reconocer la verdad aparente del
texto e identificar las implicaciones ocultas del autor. No se limita al contenido, sino que se ocupa también del porqué de ciertas
premisas del autor.
Es la lectura que se realiza cuando se somete el contenido de un texto a un profundo análisis para probar la validez de sus
afirmaciones o argumentaciones, detectando, si las hubiere, lagunas, sofismas o errores.
En la lectura crítica el lector asimila ciertas claves que el texto le brinda y las relaciona con la información que ya dispone
surgida de su experiencia previa, con el fin de evaluar y enjuiciar lo que está leyendo. Con este tipo de lectura se intenta entender
qué es lo que quiere comunicar el autor del escrito y se contrasta con las ideas ya formadas al respecto sobre el mismo tema. De
este contraste surge un reajuste en los propios conocimientos, pues la información recibida hace que se vean con mayor claridad,
precisión y riqueza los datos.
Este tipo de lectura se realiza leyendo despacio y, mientras se hace, hay que tomar decisiones acerca de la adecuación y la
autenticidad del texto, valorar las fuentes de información que aporta el autor, evaluar las conclusiones e intenciones de este, así
como el uso de técnicas y artificios propagandísticos.
La lectura crítica se utiliza fundamentalmente con los textos científicos, filosóficos o demostrativos, o también cuando se
pretende desentrañar el fondo argumentativo que subyace en el escrito.

Lectura recreativa
La lectura recreativa es la que se utiliza cuando se lee un libro por placer. Se suele realizar a velocidad rápida -excepto cuando
se trata de un texto poético- y su propósito principal es entretenerse y dejar volar la imaginación.
Cuando se trata de un texto literario, el lector se recrea en analizar y descubrir la belleza del lenguaje, la calidad del estilo, la
riqueza expresiva, el género literario a que pertenece, etc., para lo cual se necesita cierta cultura o conocimiento.
Es el tipo de lectura que se realiza cuando, por ejemplo, se lee una novela o una obra poética.

Lectura de estudio
La lectura de estudio es un tipo de lectura lenta que requiere mucha concentración. No es fácil diferenciada de la
comprensiva, si bien puede considerarse la síntesis de todas las demás, en tanto que el buen estudiante comienza su estudio con
una lectura superficial y, tras el subrayado, intenta comprender lo que lee adoptando una postura reflexiva y crítica. Además
muchos estudiantes -los que poseen una motivación intrínseca- encuentran placer en sus tareas de estudio.
En cualquier caso, los objetivos de la lectura de estudio son la comprensión, la asimilación y la retención de los contenidos
leídos.

Disfunciones en la lectura
Las disfunciones que con más frecuencia suelen darse en el proceso lector son las siguientes:
● Campo visual mínimo.

● Movimientos corporales inadecuados.


● Regresiones.

● Vocalización y subvocalización.

Además de estos errores, pueden darse otros en los que la correspondencia gráfico-fónica de las palabras sea incorrecta. Estas
disfunciones son:
● La rotación.

● La inversión.

● La confusión.

● La omisión.

● La agregación.

● La contaminación.

● La disociación.

Veamos seguidamente las características del primer grupo de disfunciones que pueden darse en el proceso lector para pasar a
analizar en último lugar el segundo grupo de defectos lectores.

Un campo visual reducido


Cuando se lee, da la sensación de que los ojos se deslizan de una manera continua sobre las líneas, pero no es así. En realidad, al
leer los ojos avanzan dando saltos y abarcan en un solo golpe de vista varias palabras, es decir, el texto se percibe en grupos de
palabras de tal manera que se van haciendo pequeñas detenciones a lo largo de las líneas. A estas pequeñas detenciones se les
llama fijaciones.

Los movimientos corporales inadecuados


Con frecuencia durante la lectura se realizan una serie de movimientos o gestos que son absolutamente innecesarios. Algunos de
los movimientos más frecuentes que se suelen efectuar y que constituyen un defecto lector son los siguientes:

● .Señalar las palabras con el dedo, un lápiz o cualquier otro objeto similar a medida que se recorren con la vista.

● Señalar al comienzo o al final de la línea para no perderla o no correr el riesgo de saltarse un renglón.

Suelen ser costumbres adquiridas durante la infancia que retrasan la velocidad lectora y disminuyen la concentración mental,
dado que constituyen elementos extraños ante los ojos del lector que le distraen.
Otros lectores tienen la costumbre de mover la cabeza siguiendo la línea impresa como si de una máquina de escribir o de un
partido de tenis se tratase. Este defecto en el proceso lector también supone un obstáculo para alcanzar una adecuada velocidad
y comprensión lectora. Es evidente que la cabeza debe permanecer quieta mientras se lee y que es únicamente la vista la que
debe recorrer el texto.

Las regresiones
Las regresiones consisten en retroceder en el texto conforme se va leyendo. Se producen cuando el lector lee una frase y, al
acabarla, se da cuenta de que no ha entendido nada; la vuelve a leer pero todavía no le ha quedado clara y la vuelve a leer.
Las causas de que se produzcan las regresiones suelen ser las siguientes:
. No haber captado la idea.
. No haber captado bien alguna palabra.
. Tener el hábito de regresar.

Por qué se vuelven a leer los textos

● No haber captado la idea


Cuando no se capta la idea de un escrito porque se trata de un texto difícil o con un estilo muy complejo, la regresión podría estar
justificada. No obstante, incluso en este caso puede ser más aconsejable seguir adelante hasta completar por lo menos el párrafo
entero, ya que esto proporciona, en la mayoría de los casos, una visión de conjunto que es quizá la que necesita el lector para
una comprensión más completa.
Si la confusión persiste, se repetirá la lectura de todo el párrafo, con lo cual habrá más posibilidades de aclarar la idea de un
modo global.

En otras ocasiones, la razón por la que el lector no ha captado la idea se debe simplemente a la falta de atención y concentración.
En este caso es preciso recordar que la lectura debe ser siempre un proceso activo. Leer activamente significa tener un propósito
determinado -de aquí la clasificación de los distintos tipos de lectura-, tener el interés movilizado hacia algo y enfrentarse con el
texto escrito con la actitud de quien busca o pretende conseguir algo; si no se hace así, es fácil perder la atención y la
concentración.

● No haber captado bien alguna palabra


Algunas veces, puede ocurrir que no se perciba bien una palabra o, a causa de su grafismo, se confunda con otra parecida.
Si a través del contexto no se puede deducir cuál es la verdadera identidad de la palabra confundida, la única alternativa será la
de volver atrás y asegurarse de qué palabra se trata.
Pero este no es el remedio, la verdadera solución está en hacer desaparecer la causa de la confusión. Suponiendo que no sea un
problema de atención, lo lógico es que se trate de un defecto de rapidez y precisión de la percepción y, como veremos más
adelante, existen ejercicios para remediar estos problemas.

● Tener el hábito de regresar


Otra de las causas de las regresiones consiste en tener el hábito involuntario de volver continuamente atrás mientras se lee.
Esta costumbre suele venir enmascarada y falsamente justificada por una excesiva preocupación de no quererse perder nada, de
asegurarse de que se ha entendido bien todo lo anterior y por el deseo de pretender grabarlo y retenerlo mejor.
Es una equivocación puesto que, aparte del tiempo enorme que se pierde, estas regresiones no son garantía de una mejor
comprensión y retención. Al contrario, cada vez que se vuelve atrás, se rompe el hilo del pensamiento y, al interrumpir su
desarrollo normal, se pierde la estructura global del texto, quedándose enredado en uno u otro de los aspectos parciales.

OTRAS DISFUNCIONES LECTORAS:


Vocalización y subvocalización
La vocalización consiste en mover los labios mientras se lee, sin emitir sonidos, pero articulando cada palabra. Se trata de un
defecto que suele originarse en el proceso de aprendizaje de la lectura.
Al aprender a leer se pronuncia cada palabra para verificar que se lee correctamente pero, con el tiempo, el lector competente
no necesita oír las palabras para entender su significado; es más, si esto sucede, se convierte en un gran obstáculo para la
velocidad y la comprensión lectoras.
Cuando se lee pronunciando las palabras, nunca se puede superar la velocidad de la palabra hablada -unas 150 palabras por
minuto como máximo- y lo cierto es que se puede llegar a leer dos o tres veces más deprisa. En cuanto a la comprensión, hay que
añadir que al vocalizar el lector está demasiado pendiente de cada palabra, de modo que es un estorbo serio para mantener la
agilidad mental que le permitirá seguir con flexibilidad el curso del pensamiento y captarlo de un modo rápido y global. La
vocalización puede ayudar cuando se trata de memorizar las palabras, pero constituye un grave obstáculo para la rapidez de la
comprensión.

La subvocalización es otro defecto lector, quizá más extendido que la vocalización, que consiste en ir pronunciando
mentalmente las palabras sin emitir sonido alguno y sin hacer ningún movimiento con los labios. Es como si el lector se oyera a sí
mismo, como si hubiera una vocecilla interna que repitiera cada una de las palabras impresas.
Este defecto puede detectarse cuando, al leer rápidamente, se nota un cierto cansancio en la parte trasera de la lengua o
también cuando, al colocar los dedos en la garganta a la altura de las cuerdas vocales, se nota un ligero movimiento.

Disfunciones en la correspondencia gráfico-fónica de las palabras


A veces, el lector encuentra dificultades para establecer la correspondencia gráfico-fónica de las palabras, es decir, para
reconocer el sonido que representa una letra o una palabra en particular.
Entonces se producen otros tipos de disfunciones lectoras, entre las cuales, las más comunes son las siguientes:
Rotación
La rotación se produce cuando una letra de la palabra se cambia por otra de similar forma pero diferente orientación espacial.
Ejemplo Leer boda por boba o copo por codo.

Inversión
La inversión aparece cuando se altera la secuencia correcta de las letras en la palabra.
Ejemplo Leer los por sol o calse por clase.

Confusión
La confusión es cambiar una letra por otra que tiene una pronunciación similar o incluso sin ninguna similitud justificable

Ejemplo Leer pito por pido o pasa por pata.

Omisión
La omisión se produce cuando se suprimen una o varias letras en la palabra.
Ejemplo Leer asado por asador o calente por caliente

Agregación
La agregación consiste en añadir letras o combinaciones de letras, o repetir letras o sílabas.
Ejemplo Leer arire por aire o soldadato por soldado.

Contaminación
La contaminación aparece cuando las sílabas que forman una palabra se influyen mutuamente resultando una mezcla de letras y
sílabas que impide comprender su significado.
Ejemplo Leer vaguarrista por vanguardista o sigmamente por significativamente.

Disociación
La disociación se produce cuando se fragmentan de una manera errónea las unidades silábicas de una palabra
Ejemplo Leer bol-ígrafo por bo-Iígrafo

Estrategias para mejorar la velocidad y la comprensión lectoras


También existen baremos que ayudan a conocer si la velocidad con la que se lee es rápida, normal o lenta. Dichos baremos se
refieren a lectura silenciosa y comprensiva.
En la tabla que se muestra a continuación se pueden ver los baremos recomendados para adultos y estudiantes jóvenes.
BAREMO DE VELOCIDAD LECTORA EN PALABRAS POR MINUTO
Rápido Normal Lento
Estudiantes jóvenes 300 250 100
Adultos 500 350 200

Leer rápido no significa leer sin entender. Los investigadores han comprobado que para comprender un texto es necesario agilizar
la vista para tener un campo visual más amplio y entender el sentido global de las frases.

Buenos y malos lectores


En función de la velocidad con la que se lee, puede hacerse una distinción entre los buenos y malos lectores en los términos que
se expresan a continuación.

EL BUEN LECTOR
● Realiza pocas fijaciones en cada línea, es decir, posee un amplio campo visual.

● No realiza ningún tipo de movimiento corporal inadecuado mientras lee, sólo desplaza la vista por el texto.

● Realiza una lectura continuada del texto, aunque le parezca que no ha captado una idea concreta del texto.

● Lee activamente, sin vocalizar ni subvocalizar, pendiente únicamente de captar las ideas del autor.

● No tiene problemas para establecer la correspondencia gráfico-fónica de las palabras.

● No lee palabra por palabra, sino que las agrupa en conjuntos para comprender el significado de las frases.

● Procura mantener la concentración en lo que está leyendo para conectar mejor con las ideas del autor.

● Adecua el ritmo de lectura al tipo de texto leído y relaja su mirada para dejar expresarse al autor.

● Posee una riqueza de vocabulario, lo cual le permite leer con fluidez.

EL MAL LECTOR
● Realiza un número de fijaciones muy alto en cada línea, es decir, tiene un bajo campo visual.

● Realiza movimientos corporales inadecuados mientras lee, como señalar las palabras o mover la cabeza.

● Realiza regresiones continuamente, retrocediendo en el texto conforme lee.

● Mueve los labios o pronuncia mentalmente las palabras mientras lee.

● Tiene dificultades para establecer la correspondencia gráfico-fónica de las palabras.

● Lee palabra por palabra, descontextualizando las mismas y no entendiendo, por tanto, el significado del texto.

● Se distrae con facilidad y pierde el hilo del contenido del texto.

● Lee siempre al mismo ritmo, que suele ser extremadamente lento.

● Posee un vocabulario muy reducido, lo cual le impide comprender lo que lee.


La comprensión lectora
La lectura consiste en entender o interpretar un texto, en transformar las grafías de las palabras y los signos de
puntuación en significados. En definitiva, leer equivale a entender o descubrir en el texto lo que el autor quiere comunicar
basándose en los conocimientos previos que se posean acerca del contenido del texto.
La comprensión lectora, tal y como se concibe actualmente, es un proceso a través del cual el lector elabora un
significado en su interacción con el texto. Y es precisamente esta interacción entre el lector y el texto lo que constituye el
fundamento de la comprensión. Pero, además, en este proceso de comprender, el lector relaciona la información que el autor le
presenta con la información almacenada en su mente.
A medida que el lector obtiene información adicional del texto, puede relacionarla con la que está almacenada en su
memoria y, de ese modo, elaborar el significado. Pues bien, el resultado de relacionar la información nueva con la antigua es lo
que verdaderamente constituye el proceso de la comprensión.

Estrategias básicas de comprensión lectora para alumnos del Ciclo Superior:


● Verificación de datos: se realiza cuando se identifica información que aparece explícita en el texto. Se la encuentra,
individualiza y separa del resto. Del mismo modo, cuando se corroboran hipótesis o predicciones efectuadas.
● Deducción del significado de palabras y frases complejas: consiste en asignar sentido y significación a términos o
construcciones de palabras sin recurrir al diccionario; es decir, descubrir su significado teniendo en cuenta las palabras
que están antes y las que se hallan después ( es decir, por su “cotexto”)
● Jerarquización de ideas: consiste en reconocer y diferenciar datos importantes de otros secundarios. Esto dependerá
del tema del que se trate y de las actividades a realizar.
● Establecer de relaciones directas e indirectas: consiste en vincular de diferentes formas: causas y consecuencias,
elementos y acciones, existiendo proximidad o lejanía entre éstos.
● Inferencias simples y complejas: consiste en descubrir, a partir de pistas o indicios que proporciona el texto, datos que
no están escritos.

Los distintos niveles de comprensión de un texto


● La comprensión cero supone la mera conversión de los signos escritos en fonéticos. En ella, se identifican perfectamente
las letras y las palabras pero no se llega a captar su significado. La comprensión, por tanto, es prácticamente nula.

● La comprensión literal es el grado elemental de la lectura y se caracteriza por una comprensión superficial del mensaje del
autor. Este nivel de lectura exige un proceso de reconocimiento e identificación del significado explícito en la secuencia de
palabras y sus relaciones gramaticales y sintácticas en párrafos y capítulos. Es decir, el lector consigue una comprensión
literal del texto cuando es capaz de identificar situaciones, relaciones espaciales, temporales y causales de todo lo que el
autor del texto manifiesta de forma directa y explícita.

● La comprensión inferencial se caracteriza porque el lector va más allá del texto explícito, reconociendo los posibles
sentidos implícitos del mismo. Es en este nivel cuando se deducen e interpretan las intenciones y propósitos del autor, sus
pensamientos, juicios y aseveraciones, estado de ánimo y actitudes.

● La comprensión crítica requiere procesos de valoración y enjuiciamiento por parte del lector sobre las ideas leídas, con el
fin de desarrollar los principios y fundamentos que le permitan juzgar adecuadamente las ideas expresadas por el autor.
Este nivel supone deducir implicaciones, obtener generalizaciones no establecidas por el autor, especular acerca de las
consecuencias, distinguir entre hechos y opiniones, entre lo real y lo imaginario, y elaborar juicios críticos sobre las
fuentes, la credibilidad y la competencia del autor.

● La comprensión apreciativa: incluye: respuesta emocional al contenido (interés, aburrimiento, miedo, odio, etc.);
identificación con los personajes e incidentes, sensibilidad hacia los mismos, simpatía y empatía; reacciones hacia el uso
del lenguaje del autor

● La comprensión creadora: el lector es capaz de producir textos diversos a partir de lo leído.

Si bien estos niveles en la comprensión de un texto implican distinta dificultad a la hora de emprender el aprendizaje lector, es
un error creer que se debería dominar bien el primero, la comprensión cero, para alcanzar después el último, Todos estos niveles
de comprensión son igualmente importantes y necesarios desde los inicios del aprendizaje lector.

Interpretar, retener, organizar y valorar


La comprensión de lo leído es un proceso mental muy complejo que abarca, al menos cuatro aspectos básicos:
● Interpretar: es formarse una opinión, sacar ideas centrales, deducir conclusiones, predecir consecuencias.

● Retener: conceptos fundamentales, datos para responder a las preguntas, detalles aislados.

● Organizar: consiste en establecer consecuencias, seguir instrucciones, esquematizar, resumir y generalizar.

● Valorar: para valorar hay que captar el sentido de lo leído, establecer relaciones causa-efecto, separar hechos de las
opiniones, diferenciar lo verdadero de lo falso y lo real de lo imaginario.

Memoria a corto y largo plazo


La memoria a corto plazo es aquella que no va más allá de las 16 a 24 horas o entre dos períodos de sueño. Este tipo de memoria
se elimina precisamente durante el sueño, por lo que, si queremos que dure, no podemos echarnos a dormir.
La memoria a largo plazo o a medio plazo tiene una duración de semanas o meses, y en algunos casos toda la vida. No se obtiene
en una sola sesión de estudio y está relacionado con el grado de comprensión que obtengamos. Esta es la memoria que debe
buscar el estudiante.
Lo que se entiende se memoriza mejor que lo que no se entiende. Esto significa que existe una correlación importante entre la
comprensión del material de estudio y el grado de permanencia en la memoria.

BIBLIOGRAFÍA:
● Máster. Biblioteca Práctica de Comunicación, Tomos: Aprendizaje y Lectura y memorización, Edit.
Océano, Barcelona
● Argenti, Emilia. Estrategias didácticas para la comprensión y producción de textos. Edit Yammal. Córdoba

● Tresca, María. ¿Cuándo, qué y cómo estudio?. Edit Novedades educativas. Bs. As. 2011

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