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LA CONSTITUCIONALIZACIÓN DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO PERUANO

La constitucionalización del ordenamiento jurídico es un fenómeno legal que implica


otorgar a la Constitución de un país un papel central y predominante en la jerarquía
normativa, vinculando a todo poder público y privado. El destacado autor Ricardo
Guastini ha identificado siete condiciones necesarias para que un determinado
ordenamiento jurídico sea considerado constitucionalizado, tales condiciones implican
la rigidez de una constitución, la garantía jurisdiccional de la Constitución, la fuerza
vinculante de la Constitución, la interpretación de la Constitución y la aplicación directa
de las normas constitucionales. Siendo las dos primeras condiciones fundamentales para
que un ordenamiento jurídico esté constitucionalizado y las demás son solo aspectos del
proceso de constitucionalización. En este marco, el ordenamiento jurídico peruano
constituye un ordenamiento constitucionalizado en términos parciales debido a que ha
incorporado por lo menos formalmente algunas condiciones del proceso de
constitucionalización.

En primer lugar, la Constitución de 1993 cumple con ser una constitución rígida, lo que
significa que la modificación de la Constitución requiere un procedimiento especial y
más complejo en comparación con la modificación de leyes ordinarias. Este nivel de
rigidez constitucional pretende ser una barrera que proteja los principios fundamentales
de la sociedad, garantizando la estabilidad y la coherencia en el marco legal, así como la
protección de derechos fundamentales y limitación del poder estatal. Así mismo la
propia Constitución posee una garantía jurisdiccional que establece, de manera
explícita, su supremacía sobre todas las demás normas jurídicas y presenta modelos de
control constitucional tales como el control difuso y el control abstracto ambos
regulados el artículo 128 y 201 de la constitución respectivamente. Es decir que “los
preceptos constitucionales tienen el rango más alto y, por consiguiente, prevalecen sobre
las demás normas de ordenamiento jurídico” (Blancas Bustamante, 2017, p. 51). En ese
sentido la infracción por cualquier norma legal o de rango inferior que vulnere la
constitución será calificada de antijurídica por medio de los modelos de control
constitucional.

En segundo lugar, la sobre interpretación de nuestra Constitución genera flexibilidad y


adaptabilidad al marco legal y contribuye en el proceso de Constitucionalización de
nuestro ordenamiento jurídico. En un mundo en constante cambio, la capacidad de
interpretar la Constitución de manera extensiva permite a los jueces ordinarios, los
demás órganos del estado y los juristas en general, abordar nuevos desafíos y proteger
derechos en contextos no previstos el texto original. Al realizar la sobre interpretación
constitucional se extrae los contenidos implícitos en la norma creando normas jurídicas
nuevas. En tal sentido “el Tribunal Constitucional peruano en reiteradas jurisprudencias
ha precisado que, reconocida la naturaleza jurídica de la Constitución del Estado, debe
reconocerse también la posibilidad de que sea objeto de interpretación” (Flores et al,
2015, p. 295). Además, la aplicación directa de la Constitución por todas las
autoridades, tanto en asuntos públicos como privados, fortalece su supremacía y vincula
a todo poder público o privado, superando la concepción de la ley como la máxima
norma jurídica.

En tercer lugar, nuestra Constitución es aplicada directamente por todas las autoridades
normativas en cualquier controversia que surja ya sea de carácter público o privado. Es
decir la Constitución de 1993 reúne una condición más de las planteadas por Guastini
para lograr la constitucionalización del orden jurídico. Lo que supone superar la
concepción que consideraba a la ley como la máxima norma jurídica del ordenamiento
jurídico para fortalecer la doctrina que señala que nuestra Constitución es una Norma
Jurídica de supremacía constitucional capaz de vincular a todo poder público o privado.

Finalmente, la constitucionalización del ordenamiento jurídico peruano ha sido parcial


pero significativa. La Constitución de 1993 muestra rigidez en su modificación y
garantiza su supremacía sobre otras normas, protegiendo principios fundamentales y
limitando el poder estatal. Su interpretación extensiva ha permitido adaptarse a cambios
y generar nuevas normas, fortaleciendo su centralidad en el sistema legal. Además, su
aplicación directa por todas las autoridades, en asuntos públicos y privados, consolida
su supremacía constitucional, vinculando a todo poder sin necesidad de una ley
intermedia. Aunque es un proceso parcial, demuestra un avance significativo en la
consolidación de la Constitución como la norma fundamental del sistema jurídico
peruano.

REFEENCIA
Blancas Bustamante, C. (2017). Derecho Constitucional (1ª ed). Fondo editorial
Pontificia Universidad Católica de Perú.
Flores et al. (2015). La constitucionalización del ordenamiento jurídico peruano a la
luz de la teoría de Ricardo Guastini.
https://revistas.unasam.edu.pe/index.php/Aporte_Santiaguino/article/view/233/621

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