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LEGISLATIVO PERUANO
Luis Neiser Laura Ortiz(*)
SUMARIO:
Teniendo en cuenta la estructura lógico formal de la norma jurídica, se puede observar que
esta constituida por tres elementos, estos son: el supuesto de hecho, el efecto jurídico y el
vínculo de deber ser.
La norma jurídica, sin embargo, no es sólo un juicio hipotético que encierra una concepción
lógico formal sino que es, funcionalmente hablando, un esquema o programa de conducta
que disciplina la convivencia social en un lugar y momento determinados mediante la
prescripción de derechos y deberes cuya observancia puede ser impuesta
coactivamente (1)
Entonces se observa que la norma jurídica puede ser definida no sólo en base a su estructura
interna si no también, en base la finalidad que persigue, esto es su funcionalidad de acuerdo
al objetivo que persigue, que es justamente el de establecer directa o indirectamente reglas
de conducta; reglas que son tuteladas por el ius imperium del estado..
La legislación o sistema legislativo son únicamente las normas jurídicas escritas de alcance
general que tienen vigencia en un Estado.
2. EL SISTEMA PERUANO
Estando a la precisión hecha de lo que se debe entender por sistema legislativo y su estrecha
relación con el ordenamiento jurídico, veamos el caso peruano.
Para tal efecto, se debe tener en cuenta lo prescrito respecto a la jerarquía normativa en el
artículo 51 de nuestra Constitución Política, norma que establece que “La Constitución
prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las normas de inferior jerarquía, y así
sucesivamente. La publicidad es esencial para la vigencia de toda norma del estado”
2.1. LA CONSTITUCIÓN
Para garantizar dicha supremacía, existen mecanismos de defensa como el control difuso
ejercido por los jueces y las garantías constitucionales, tales como los procesos de hábeas
corpus para la defensa de los derechos fundamentales asociados a la libertad individual; de
hábeas data, para la defensa de los derechos fundamentales asociados a la libertad de
información; de amparo, para la defensa de los demás derechos fundamentales; de
inconstitucionalidad, para verificar la constitucionalidad de las leyes; y popular, para
supervisar la constitucionalidad y legalidad de los reglamentos administrativos.
Conforme lo prescribe el artículo 106 de nuestra Constitución, mediante las leyes orgánicas
se regula la estructura y funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la
Constitución así como aquellas otras materias cuya regulación por ley orgánica está
establecida también en la constitución. Para su aprobación o modificación se requiere el voto
de más de la mitad del número legal de miembros del Congreso.
Las leyes orgánicas sólo pueden ser derogadas, total o parcialmente, con mayoría calificada,
esto es, el mismo procedimiento para su aprobación; de lo que se puede afirmar que las
leyes orgánicas están por encima de las leyes ordinarias. Una ley ordinaria no debe derogar
una ley orgánica, pero una ley orgánica si puede derogar una ley ordinaria.
La ley se deroga sólo por otra ley. La derogación se produce por declaración expresa, por
incompatibilidad entre la nueva ley y la anterior o cuando la materia de ésta es íntegramente
regulada por aquélla. Por la derogación de una ley no recobran vigencia las que ella hubiere
derogado. La ley especial prima sobre la ley general.
No puede delegarse al Poder Ejecutivo las materias que son indelegables a la Comisión
Permanente, tales como la reforma constitucional, la aprobación de tratados internacionales,
leyes orgánicas, Ley de Presupuesto y la Ley de la Cuenta General de la República; ello
conforme lo establece el Artículo 101 inciso 4 de la Constitución
Conforme al artículo 56 de la Constitución, los tratados deben ser aprobados por el Congreso
antes de su ratificación por el Presidente, siempre que versen sobre derechos humanos;
soberanía, dominio o integridad del Estado; defensa nacional u obligaciones financieras del
Estado. También deben ser aprobados por el Congreso los tratados que crean, modifican o
suprimen tributos; los que exigen modificación o derogación de alguna ley y los que
requieran medidas legislativas para su ejecución.
Los decretos leyes son las leyes expedidas por los gobiernos de facto (gobiernos civilistas,
gobiernos militares o cualquier otra forma de gobierno distinta al constitucionalmente
reconocido). En este punto se debe tener en cuenta que en función a la teoría de la
continuidad, una vez terminado el gobierno de facto y su retorno a un régimen democrático,
los decretos leyes siguen vigentes. Según esta teoría, las normas dadas por los gobiernos de
facto continúan teniendo validez con la restauración de un gobierno constitucional y que
serán, por lo tanto, modificadas o derogadas por el procedimiento legislativo
constitucionalmente establecido, manteniendo entre tanto su validez.
En posición contraria se señala que no debe suponerse que la ordenanza sea una ley, o que
la Constitución le otorgue indirectamente el rango de tal. Lo contrario, sería hacer una
interpretación contrario sensu que llegaría a un panorama absurdo. En este escenario se
considerarían con rango de ley no sólo las ordenanzas provinciales sino también las
distritales. Las leyes, por principio, sólo pueden ser dadas por el Poder Legislativo. La
independencia de los gobiernos locales no debe suponer de ninguna manera la creación de
un pequeño Estado dentro del Estado peruano. No puede un gobierno local dictar, mediante
ordenanzas, imperativos legales de carácter general que transgredan aquellos determinados
por las leyes en sentido estricto. No obstante ello, el hecho de que una ordenanza no sea
equivalente en sentido estricto a una ley, no supone que ésta la pueda derogar o
desconocer, pues está beneficiada por la “reserva de ley”, que implica que dentro de los
ámbitos de su competencia, ninguna norma legal, por mayor rango normativo que tenga,
puede ingresar a su ámbito de competencia que, por mandato de la Constitución, se halla
reservada para la ordenanza. (2)
Así tenemos, entonces el artículo 32 de la Constitución “Pueden ser sometidas referéndum
Las ordenanzas municipales…”; de lo que se colige que las ordenanzas no tienen rango de
ley; siendo que las municipalidades pueden expedir ordenanzas municipales dentro de las
materias de su competencia y no para regular materias que están fuera de su competencia
funcional, debiendo incluso tener presente el contenido de las leyes cuando expida
ordenanzas dentro de su competencia funcional.
En cuanto a las ordenanzas regionales, se debe tener en cuenta el artículo 36 de la Ley
Orgánica de Gobiernos Regionales, el cual, establece que las normas y disposiciones del
gobierno regional se adecuan al ordenamiento jurídico nacional, no pueden invalidar ni dejar
sin efecto normas de otro gobierno regional ni de los otros niveles de gobierno. Las normas y
disposiciones de los gobiernos regionales se rigen, entre otros, por el principio de legalidad,
es decir, que deben ser dictadas respetando la Constitución y las leyes.
A este respecto se debe tener en cuenta que según su ámbito de aplicación, estas se pueden
clasificar en normas de alcance nacional, regional y local.
Aquí tenemos normas dictadas por el Gobierno Central vertical y las derivadas del Gobierno
Central sectorial.
2.3.1.1.1 NORMAS DEL GOBIERNO CENTRAL VERTICAL
Aquí cabe precisar que el Decreto Legislativo 560, Ley del Poder Ejecutivo, señala que los
decretos supremos son normas de carácter general que regulan la actividad sectorial o
multisectorial en el ámbito nacional y que las resoluciones supremas son normas de carácter
específico.
– EL DECRETO SUPREMO. Norma de mayor jerarquía que expide el Poder Ejecutivo;
va firmado por el Presidente de la República y de uno o más ministros.
– LA RESOLUCIÓN SUPREMA, Emitida por uno o más ministros con la visación
aprobatoria del Presidente de la República.
Son las resoluciones de alcance nacional emitidas por funcionarios y órganos colegiados de
organismos públicos descentralizados del Poder Ejecutivo, tales como INDECOPI, OSIPTEL,
OSITRAN, OSINERG, SUNARP, SUNASS, SUNAT, CONASEV, Superintendencia de Bienes
Nacionales, INRENA, etc.
Dictadas por funcionarios y órganos colegiados del Poder Judicial y de los organismos
constitucionalmente autónomos, tales como el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la
Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), el Registro Nacional de Identificación y
Estado Civil (RENIEC), la Contraloría General de la República, el Banco Central de Reserva, la
Superintendencia de Banca y Seguros, el Ministerio Público, el Consejo Nacional de la
Magistratura y la Asamblea Nacional de Rectores.
Las resoluciones regionales sólo pueden contener actos administrativos, no pueden tener
efectos jurídicos de alcance general, por lo que en rigor no forman parte del sistema
legislativo.
2.3.3.2 LA ALCALDÍA
3. BIBLIOGRAFÍA