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Bazo.

El mesodermo es el responsable de la génesis del bazo, el mayor de los órganos linfáticos. En torno a la quinta semana de
gestación, las células mesenquimales que se encuentran entre los pliegues del mesogastrio dorsal y las células del
epitelio celómico del mesenterio dorsal forman el bazo inicial. El mesogastrio dorsal (Fig. 22.1), que sirve de soporte al
estómago embrionario, se expande hacia la quinta a sexta semana de gestación para formar el epiplón mayor.

El bazo permanece en el interior de la expansión mesentérica, pero no sigue la formación descendiente del epiplón. En
otras palabras, el bazo se localiza entre los pliegues del mesogastrio dorsal, y ocupa dicha posición durante la vida adulta.

El lado izquierdo del mesogastrio dorsal da lugar a los ligamentos esplénicos. La arteria esplénica se encuentra en
posición posterior al saco inferior y en posición anterior al riñón izquierdo. Se encuentra envuelta por el ligamento
esplenorrenal, que constituye la porción posterior del mesogastrio dorsal. Las células mesenquimales evolucionan para
formar tanto la cápsula como la red de tejido conectivo.

A los 10 a 20 días, se evidencia la diferenciación en un epitelio verdadero con una membrana basal visible. El bazo asume
su forma característica durante el período fetal temprano; la lobulación fetal normalmente desaparece tarde durante el
período prenatal.

En torno a la semana 13, emergen células B que expresan inmunoglobulinas en su superficie, y células T formadoras de
rosetas de eritrocitos. Las inmunoglobulinas A y, quizá, E no se sintetizan durante la vida fetal, pero los anticuerpos IgM e
IgG se sintetizan durante el tercer trimestre.

Los lóbulos esplénicos se forman en torno a las arterias centrales durante las primeras semanas del segundo trimestre.
La pulpa roja se desarrolla en la periferia de los lóbulos. Además, se produce una acumulación de linfocitos, monocitos y
macrófagos durante el segundo trimestre; esto constituye la pulpa blanca, que se forma alrededor de las arterias
centrales.

Anomalías congénitas

Asplenia

La asplenia puede estar asociada con otras anomalías congénitas. La asplenia es una anomalía autosómica recesiva,
mientras que la hipoplasia esplénica es autosómica dominante.

Polisplenia

La polisplenia puede estar asociada con otras anomalías congénitas. Es distinta del bazo accesorio, donde el bazo normal
está presente pero está unido por uno, dos, o mas lóbulos esplénicos de pequeño tamaño que están completamente
separados del órgano principal.

Bazo errante

Aunque la etiología del bazo errante puede ser multifactorial, la evidencia más llamativa indica un error en el desarrollo
embriológico de los ligamentos de soporte primarios del bazo (Fig. 22.4). Los ligamentos pueden ser anómalos
(demasiado largos, demasiado cortos, demasiado anchos, demasiado estrechos, fusionados) o estar ausentes.

La falta de tensión en estos ligamentos y una longitud anómala de los vasos esplénicos puede resultar en una movilidad
excesiva del bazo y, por lo tanto, en el fenómeno de bazo ptótico (errante).

Seis ligamentos:

1. Gastroesplénico.
2. Esplenorrenal.
3. Esplenofrénico.
4. Esplenocólico.
5. Pancreatoesplénico.
6. El pliegue presplénico.

Están directamente asociados con el bazo. Otros dos (pancreaticocólico y frenicocólico) están asociados indirectamente.
La mayoría de la bibliografía médica hace responsables a los ligamentos gastrosplénico, esplenorrenal y frenicocólico de
la ptosis del bazo.

Debido a su fijación anómala, el bazo errante es propenso al infarto como resultado de una rotación sobre su pedículo
vascular alargado. Clínicamente, el bazo errante, infartado o no, puede presentarse como un proceso agudo o crónico:
puede aparecer como una masa asintomática, una masa dolorosa, o un abdomen agudo.

En la población pediátrica, se recomiendan la esplenopexia quirúrgica como tratamiento definitivo excepto en casos de
infarto. Sin embargo, la esplenectomía debería realizarse si no existe evidencia de flujo sanguíneo hacia el bazo.

El bazo errante es un diagnóstico clínico poco frecuente, especialmente en la población pediátrica.

Fusión esplenogonadal

Se sabe que el tejido esplénico se fusiona con las gónadas masculinas y femeninas, además de con el páncreas y el
hígado. Los dos últimos órganos proceden de la parte caudal del tubo digestivo primitivo, con el que el desarrollo del
bazo está estrechamente relacionado desde el punto de vista físico aunque no es un derivado de dicho tubo primitivo. En
los varones, la fusión esplenogonadal está indicada por la presencia de tejido esplénico en el escroto izquierdo.

A pesar de ser una condición muy poco frecuente, se asocia ocasionalmente con otros dos defectos poco frecuentes:
ectromelia y micrognatia.

ANATOMÍA QUIRÚRGICA DEL BAZO.

El bazo se localiza en el cuadrante superior izquierdo del abdomen, en un nicho formado por el diafragma, por encima
(posterolateral). El estómago se sitúa en la parte medial (anteromedial), el riñón izquierdo y la glándula suprarrenal
izquierda en la parte posterior (posteromedial), el ligamento frenicocólico inferiormente, y la pared pectoral (costillas
novena a onceava) lateralmente. La cola del páncreas en la mayoría de los casos está relacionada con el hilio esplénico.
El bazo está escondido en él hipocondrio.

No es palpable en condiciones normales. El bazo está asociado con las porciones posteriores de las costillas novena,
décima y undécima. Está separada de ellas por el diafragma y el seno costodiafragmático (Fig. 22.6). El bazo está
orientado oblicuamente. Su extremo superior está situado a unos 5 cm de la línea media dorsal, aproximadamente a
nivel de las apófisis espinosas de las vértebras torácicas décima y undécima. Su extremo inferior se sitúa justo detrás de
la línea media axilar. El eje largo del órgano es aproximadamente paralelo al de la décima costilla.

En radiografía, el bazo aparece normalmente con unos 5 cm de ancho y 14 cm de largo. El bazo desciende
aproximadamente entre 2 cm y 5 cm con una inspiración profunda.

Si se divide el bazo en tres partes, el tercio superior se relaciona con el lóbulo inferior del pulmón izquierdo, el tercio
medio con el seno costodiafragmático, y el tercio inferior con la pleura izquierda y el origen costal del diafragma.
Tamaño del bazo

El bazo puede ser muy pequeño o muy grande. Los extremos son de 28 g y 9 kg. Los bazos de tamaños extremos pueden
estar sanos o enfermos. El tamaño del bazo puede cambiar rápidamente, aumentando con los incrementos de la presión
sanguínea. El tamaño aumenta después de las comidas; por el contrario, su tamaño disminuye durante el ejercicio o
inmediatamente post mórtem. El tejido linfático del bazo, al igual que el de otras localizaciones corporales, sufre una
disminución una vez que el paciente alcanza la edad de 10 años. Existe una cierta involución del órgano al completo
después de la edad de 60 años.
En condiciones normales, el eje largo del órgano discurre paralelo a la décima costilla. Con la esplenomegalia, el bazo es
palpable bajo el margen costal izquierdo, con su eje longitudinal extendiéndose hacia abajo y adelante a lo largo de la
décima costilla.

Los números impares de Harris 1, 3, 5, 7, 9 y 11 ayudan a memorizar unas dimensiones medias para el bazo:

 El bazo mide 1 x 3 x 5 pulgadas (2,5 x 7,5 x 12,5 cm).


 El bazo pesa 7 onzas (220 g).
 El bazo se relaciona con las costillas izquierdas 9 a 11.

Forma del bazo

Según Michels, el bazo posee tres formas. Tiene forma de cuña en un 44% de los especímenes, tetraédrico en un 42%, y
triangular en un 14% (Fig. 22.7).

Un sistema más útil, también sugerido por Michels, anota dos formas de bazo (Fig. 22.8). La primera (30%) es un tipo de
bazo compacto con bordes casi regulares y un hilio estrecho en el que las ramas arteriales son escasas y grandes. La
segunda (70%) es un tipo distribuido, con bordes anudados y un hilio grande, en el que las ramas arteriales son
pequeñas y numerosas.

A todos los efectos prácticos, el bazo posee dos superficies: parietal y visceral. La superficie parietal convexa se
relaciona con el diafragma; la superficie visceral cóncava se relaciona con las superficies del estómago, riñón, colon y cola
del páncreas. Sobre la superficie cóncava del hilio, la entrada y salida de los vasos esplénicos en el portas esplénico de la
mayoría de los especímenes forman la letra S.

El bazo posee dos bordes (Fig. 22.9): el superior (anterior) y el inferior (posterior). El borde superior separa el área
gástrica del área diafragmática, y el borde inferior separa el área renal del área diafragmática.

ANATOMÍA SEGMENTARIA

Conocer el fenómeno anatómico de la segmentación esplénica es esencial para la resección segmentaria. Kyber fue tal
vez el primero en sugerir la segmentación esplénica. Skandalakis y cois. describieron, sin embargo, que no existe una
anatomía arterial segmentaria consistente. Además, la existencia de colaterales arteriales previene la esplenectomía
parcial anatómica estandarizada basada en el suministro sanguíneo. Recuérdese que la segmentación del bazo puede
explicarse embriológicamente: el órgano se forma por la fusión de agregados mesenquimales aislados, vascularizados.

La segmentación del bazo parece ser variable. Describieron que los bazos examinados poseían dos lóbulos

(superior e inferior) o tres lóbulos (superior, medio e inferior).

El número de segmentos o arterias segmentarias varía también considerablemente (Figs. 22.12 y 22.1 3). Liu y cois.
describieron el descubrimiento de tres a ocho arterias segmentarias en un subgrupo de especímenes. En el mismo
estudio, el 83% de los bazos examinados poseían arterias polares (Tabla 22.3). Redmond y cois.46 encontraron de tres a
siete segmentos entre sus especímenes (Fig. 22.14), y otros describieron hasta 10 segmentos esplénicos.

La vasculatura de cada segmento parece ser en su mayor parte independiente de la de sus segmentos vecinos.

Existe confusión en la bibliografía sobre los términos lóbulo, polo y segmento esplénico. La bifurcación extrasplénica de
la arteria esplénica producirá dos lóbulos, superior e inferior. Sin embargo, a menudo se produce una bifurcación o
trifurcación adicional, y esto da lugar a la vasculatura de los segmentos y los polos.

Nosotros proponemos que el término segmentos se use cuando se refiera a partes esplénicas separadas por planos
avasculares, en otros lugares denominados lóbulos. En cirugía hablamos de segmentectomía esplénica y no de
lobectomía o polectomía.
Los planos que separan los segmentos o subsegmentos generalmente se sitúan de forma oblicua con respecto al eje
longitudinal, y a menudo no atraviesan todo el grosor del bazo desde la superficie visceral hasta la parietal.

La segmentación también puede observarse con respecto a la irrigación venosa del bazo.

Espacios del cuadrante superior izquierdo

El espacio suprahepático izquierdo está limitado medialmente por el ligamento falciforme, y superiormente por el
ligamento coronario anterior izquierdo. En su parte inferior, el espacio se abre a una cavidad peritoneal general.

El espacio infrahepático izquierdo se subdivide en los espacios anterior y posterior mediante el ligamento
hepatogástrico, el estómago y el ligamento gastrocólico. El espacio anterior es el espacio perigástrico; el espacio
posterior es el saco menor. El bazo sano está estrechamente relacionado con el saco menor, que está casi cerrado por los
ligamentos esplenorrenal y gastroesplénico.

Peritoneo y ligamentos del bazo

Las capas derecha e izquierda del epiplón mayor se separan para englobar al bazo casi completamente, excepto por el
hilio, proporcionando un envoltorio seroso, o cápsula (véanse Figs. 22.2, 22.3 y 22.1 7). La cápsula formada por el
peritoneo visceral es tan desmenuzable como el propio bazo e igualmente lesionable (véase Fig. 22.4).

Las capas peritoneales que envuelven y suspenden el bazo forman sus dos ligamentos principales, el ligamento
gastrosplénico y el ligamento esplenorrenal. Estas son porciones del mesenterio dorsal embrionario, o mesogastrio,
cuyas hojas se separan para rodear el bazo. Estos dos ligamentos forman el pedículo esplénico (Fig. 22.18). Además de
los dos ligamentos principales, existen varios ligamentos esplénicos menores y otros ligamentos topográficamente
relacionados, cuyos nombres indican sus conexiones; éstos son:

1. El ligamento esplenofrénico.
2. El ligamento esplenocólico.
3. El ligamento pancreaticosplénico.
4. El pliegue presplénico.
5. El ligamento frenicocólico.
6. El ligamento pancreaticocólico

(véase Fig. 22.5).

Ligamento gastrosplénico

La porción del mesenterio dorsal entre el estómago y el bazo es el ligamento gastrosplénico. Whitesell sugirió que el
ligamento debe considerarse como un triángulo (Fig. 22.19). Los lados serían la porción superior de la curvatura mayor
del estómago y el borde medial del bazo. En el ápice de este triángulo, el polo superior del bazo estaría próximo al
estómago y podría fijarse a él. En la base del triángulo, el polo inferior del bazo estaría 5 cm a 7 cm del estómago. La
parte más craneal del ligamento gastrosplénico contiene las arterias gástricas cortas, y la parte más caudal contiene los
vasos gastroepiploicos izquierdos.

En el ápice del triángulo descrito, las hojas del mesenterio se reflejan en el cuerpo posterior de la pared y en la superficie
inferior del diafragma como el ligamento esplenofrénico.

El ligamento esplenofrénico es quizá un reflejo del ligamento gastrosplénico al diafragma. Recuerden la presencia de
esta estructura durante la cirugía de bazo.

Ligamento esplenorrenal

El ligamento esplenorrenal es la porción posterior del mesogastrio primitivo dorsal. Envuelve los vasos esplénicos y la
cola del páncreas.
El pedículo esplénico puede ser estrecho o ancho, dependiendo de la medida en que fue absorbido el mesogastrio dorsal
en la pared corporal (véase Fig. 22.18). El grado de movilización efectiva del bazo depende no del ligamento
esplenorrenal, sino de la longitud de los vasos esplénicos tras la incisión del ligamento. Una arteria esplénica corta puede
hacer imposible sacar el bazo del abdomen.

Los autores anteriores clasificaron las variaciones del ligamento esplenorrenal y la cola del páncreas en cuatro grupos:

 Tipo I: Ligamento corto que envuelve la cola.


 Tipo II: Ligamento corto no penetrado por la cola.
 Tipo III: Ligamento largo que envuelve la cola.
 Tipo IV: Ligamento largo no penetrado por la cola.

Ligamento esplenofrénico

El ligamento esplenofrénico (véase Fig. 22.5) puede describirse como el reflejo de las hojas del mesenterio hacia la pared
corporal posterior y hacia la superficie inferior del diafragma en el área del polo superior del bazo, cerca del estómago.
Según O'Rahilly55, no se sabe si el ligamento esplenofrénico da lugar al ligamento esplenorrenal en su parte inferior.
Puede ocurrir que el ligamento esplenofrénico sea un reflejo del ligamento gastroesplénico al diafragma.

El cirujano debe recordar el ligamento esplenofrénico durante la cirugía esplénica. Generalmente es avascular, pero
debería inspeccionarse la posibilidad de sangrado después de seccionar.

Ligamento esplenocólico

El ligamento esplenocólico (véanse Figs. 22.5 y 22.20) es un remanente del extremo izquierdo del mesocolon transverso.
El mesocolon se desarrolla como una fijación secundaria del bazo durante la fijación embrionaria del colon a la pared
corporal. Al ser una fijación secundaria, se esperaría que no contuviese grandes vasos sanguíneos; sin embargo, los vasos
polares inferiores del bazo tortuosos o aberrantes, o una arteria gastroepiploica izquierda, pueden yacer lo
suficientemente cerca como para ser lesionados por una incisión descuidada del ligamento, posiblemente resultando en
un sangrado masivo.

Ligamento pancreaticosplénico

Se dice que el ligamento pancreaticosplénico (véanse Figs. 22.5 y 22.20) está presente cuando la cola del páncreas no
toca el bazo. Esta formación en forma de cordón generalmente es fina.

Pliegue presplénico

Henry llamó la atención sobre un pliegue peritoneal anterior al ligamento gastrosplénico (véanse Figs. 22.5 y 22.18). El
pliegue generalmente es libre en su borde lateral, pero en un bazo grande, enfermo, puede estar unido.

Dicho pliegue puede derivar de la extremidad anterior de algunos hilios dispuestos en Y invertida. El pliegue presplénico
a menudo contiene los vasos gastroepiploicos izquierdos.

Ligamento frenicocólico

El ligamento frenicocólico (véanse Figs. 22.5 y 22.20) se desarrolla en la región de la intersección entre el intestino medio
y el posterior, después de que el colon descendiente se convierta en retroperitoneal. Las células del músculo liso migran
al ligamento desde las tenias mesocólicas. El ligamento mantiene fijo el ángulo esplénico.

El ligamento frenicocólico se extiende entre el ángulo esplénico y el diafragma. No es un ligamento intrínseco del bazo,
pero éste se apoya sobre él. Es el «suelo esplénico», pero no se conecta con el bazo.

El cirujano debe recordar que el ligamento frenicocólico actúa como barrera en el canal paracólico izquierdo. Es
responsable, en la mayoría de los casos, de evitar que la sangre procedente de una arteria esplénica rota, o del bazo
mismo, descienda. Esta sangre se deposita en el espacio pararrenal anterior retroperitonealmente, o en torno al bazo en
el cuadrante superior izquierdo, desplazando lateralmente al colon.

Es un error denominar al ligamento frenicocólico ligamento frenicocólico izquierdo, puesto que no existe un ligamento
frenicocólico derecho. Sólo hay un ligamento frenicocólico, y se encuentra en el lado izquierdo.

Ligamento pancreaticocólico

El ligamento pancreaticocólico (véanse Figs. 22.5 y 22.20) es una extensión del mesocolon transverso.

Existe ambigüedad entre los tres ligamentos «cólicos»: el pancreaticocólico, el esplenocólico y el frenicocólico.

¿Pertenecen estos pliegues peritoneales al mesocolon transverso?

La respuesta más probable es que sí.

Otros pliegues peritoneales

Uno de los autores de este capítulo, John Skandalakis, ha observado diversos pliegues peritoneales que carecen de
nombre en el laboratorio y en el quirófano. Morgenstern tenía razón cuando afirmó que en los libros de texto de
anatomía faltan descripciones claras de estos pliegues.

El pliegue que resulta más constante y que Skandalakis ha observado en diversas ocasiones es un pliegue peritoneal
avascular de la porción superior izquierda del epiplón hasta la parte medial del segmento inferior del bazo, y
especialmente al polo inferior del bazo (Fig. 22.21). Morgenstern lo denominó «pliegue criminal», puesto que una
tracción descuidada puede traumatizar el bazo. Skandalakis lo denomina pliegue esplenoepiploico «criminal» de
Morgenstern.

Ha habido controversia sobre si otro pliegue avascular, el ligamento suspensorio del bazo (Fig. 22.22), soporta el bazo.
En alguna ocasión se puede observar en cirugía abierta, pero Poulin y Thibault escribieron que se observa fácilmente
mediante un laparoscopio, y lo describieron de la siguiente manera:

El ligamento frenicocólico atraviesa desde el diafragma hasta el ángulo esplénico del colon; su extremo superior se
denomina ligamento frenoesplénico. La unión del polo inferior al lado interno se denomina ligamento esplenocólico.

Entre estos dos, se forma una lámina horizontal sobre la que se apoya el polo inferior del bazo. A menudo se moldea en
un saco que se abre cranealmente y se denomina lienis sustentaculum, que actúa como un sujetador para el polo
inferior del bazo.

MOVILIDAD ESPLÉNICA

Estructuras clave que afectan a la movilidad esplénica

La movilidad del bazo depende del grado de laxitud de ambos ligamentos esplénicos y de los vasos sanguíneos
esplénicos.

Nosotros creemos que sólo cuatro de los ligamentos pueden afectar a la posición del bazo en la mayoría de los casos.
Estos son el ligamento gastrosplénico, el esplenorrenal, el esplenocólico y el frenicocólico (Fig. 22.22).

La limitación del movimiento del bazo debida al ligamento gastrosplénico depende de la movilidad del estómago.

Si el riñón izquierdo se fija en su posición normal sin otras anomalías, el ligamento esplenorrenal puede desempeñar un
pequeño papel. El ligamento frenicocólico limita el movimiento descendente del bazo. El resto de ligamentos parecen
tener poco efecto sobre el movimiento del bazo.

Adkins afirmó que la esplenoptosis (bazo errante) puede ser congénita o adquirida. El tipo congénito es el resultado de
un largo pedículo esplénico, y el tipo adquirido es una secuela de la esplenomegalia y una pared abdominal relajada.
Los radiólogos sugieren que los siguientes factores afectan a la posición y movimiento de los órganos abdominales.

 Postura (gravedad).
 Movimientos respiratorios.
 Tono de la pared abdominal y del diafragma.
 Grado de distensión de las vísceras.
 Tono del órgano.
 Movimientos intrínsecos de las vísceras.
 Presión de las vísceras adyacentes.

VASCULARIZACIÓN

IRRIGACIÓN ARTERIAL

Arteria esplénica

En la mayoría de las personas, la arteria esplénica es una rama del tronco celíaco, que surge junto con las arterias
gástrica izquierda y hepática común. La forma más frecuente del tronco celíaco es tripodal. Según Michels, la forma
tripodal tiene lugar en el 82% de los individuos. Van Damme y Bonte la atribuyeron al 86% de los individuos. Cuando las
arterias antes mencionadas u otras arterias abdominales tienen orígenes atípicos, la estructura tripodal puede ser
reemplazada por un patrón de ramificación dipodal o tetrapodal.

Trayecto y forma de la arteria esplénica.

En la mayoría de los casos, después de su origen en el tronco celíaco, la arteria esplénica gira a la izquierda en estrecha
relación con el borde superior del páncreas (Fig. 22.24). Ocasionalmente su curso puede estar delante o completamente
detrás del páncreas. En muy raras ocasiones puede estar parcial o totalmente en el parénquima pancreático. La
terminación de la arteria esplénica en el hilio esplénico es impredecible debido a su cantidad de ramificaciones al bazo y
órganos vecinos, como el riñón izquierdo, el estómago y el epiplón.

La arteria esplénica varía en longitud desde los 8 cm a los 32 cm, y en diámetro de 0,5 cm a 1,2 cm. Hay que resaltar que
la distancia desde la aorta hasta el bazo es de sólo unos 10 cm, sin embargo, en casos extremos, puede alcanzar una
longitud de 50 cm.

No se ha encontrado una respuesta definitiva para explicar el grado peculiar de tortuosidad de la arteria esplénica
observada en la mayoría de los individuos. Esta tortuosidad parece estar relacionada con la edad de los individuos, no
con la presencia de enfermedades vasculares que afectan al vaso.

La circunvolución característica de la arteria esplénica no se observa en animales como el perro o el cerdo. Sin embargo,
esta característica ha sido observada en primates, incluyendo monos rhesus y babuinos, aunque en menor grado que en
humanos.

En su recorrido hacia el bazo, la arteria esplénica forma un pliegue peritoneal esplénico. A continuación termina en el
ligamento esplenorrenal, y forma un peculiar árbol cuyo patrón de ramificación resulta distinto en cada caso.

Después, sus ramas llegan y penetran en el hilio esplénico.

Ramas de la arteria esplénica. Skandalakis y cois. estudiaron la arteria esplénica y sus ramas in toto, prestando especial
atención a los dos segmentos distales —prepancreático y prehilar. Se utilizó el sistema de clasificación de Michels para la
anatomía arterial segmental en cuatro partes (suprapancreática, pancreática, prepancreática y prehiliar).

En general existe acuerdo en que la arteria esplénica normalmente se divide en dos ramas principales (80% al 94% de las
veces), y con menor frecuencia en tres ramas principales. La ramificación sucesiva de estos vasos principales dos o más
veces resulta en un número muy variable de ramas, que finalmente acceden al hilio del bazo.
García-Porrero y Lemesso observaron que el número de ramas variaba ente 5 y 20, con una media de 11. Michels
determinó que los números extremos de ramas terminales se encontraba entre 3 y 38.

Las diferencias de interpretación de los datos relacionados con el número de ramas de la arteria esplénica son el
resultado de varios factores, incluyendo la forma que uno elige para describir o enumerar las ramas polares. También
parecen existir diferencias entre pacientes masculinos y femeninos en el patrón de ramificación de la arteria esplénica.

La arteria esplénica pasa retroperitonealmente bajo la pared posterior de la bolsa epiploica, cerca de la superficie
posterior del cuerpo y cola del páncreas. En su recorrido, hace un lazo en torno al margen superior del órgano. Según

Michels, la arteria esplénica parece más tortuosa cuanto más mayor es el individuo, existiendo poca tortuosidad en la
arteria de los niños. Michels también subrayó la paradoja de una gran arteria esplénica que suministra a un órgano
bastante pequeño, el bazo, en contraste con la arteria hepática más estrecha, que sirve a un órgano cinco veces mayor.

Arterias gástricas cortas. En 29 disecciones cadavéricas, todas las arterias gástricas cortas surgieron de las propias ramas
esplénicas de la arteria esplénica. Helm escribió que su origen común está en la arteria gastroepiploica izquierda o en las
propias ramas esplénicas. Michels encontró una media de entre dos y cuatro arterias gástricas y hasta nueve ramas. De
cuatro a seis arterias gástricas cortas podían encontrarse en cada uno de nuestros especímenes, y se consideraron
arterias finales, que no formaban anastomosis en la curva mayor del estómago.

Puesto que la arteria gastroepiploica izquierda no alcanza la curvatura mayor del estómago hasta aproximadamente el
punto medio de dicha curvatura, las arterias gástricas cortas son de especial importancia en el suministro de la parte más
proximal. Las arterias gástricas cortas formas anastomosis con las ramas cardíacas de la arteria gástrica izquierda. Según
Keramidas, las arterias gástricas cortas proporcionan una circulación colateral al bazo.

Arteria gastroepiploica izquierda. Según Michels, la arteria gastroepiploica izquierda surge del tronco esplénico un 72%
de las veces, de la rama esplénica terminal inferior o de sus ramificaciones un 22% de las veces, y, ocasionalmente, del
tronco esplénico medio o de la rama terminal superior.

Otras ramas de la arteria esplénica. Existen ramas con nombre y otras pequeñas que carecen de nombre procedentes
de la arteria esplénica. Entre las ramas con nombre que llegan al páncreas se encuentran la:

1. La arteria gástrica posterior.


2. La arteria pancreática dorsal.
3. La arteria pancreática transversa.
4. la gran arteria pancreática (pancreática magna)
5. La arteria pancreática caudal.

Arteria gástrica posterior (gástrica dorsal) es una rama dorsal del fondo del estómago y la parte superior del cuerpo del
estómago. Esta arteria surge del tronco principal de la arteria esplénica antes de su bi- o trifurcación terminal en el hilio
esplénico. Con frecuencia, aparece casi en el punto medio del recorrido de la arteria esplénica, ascendiendo casi
verticalmente hasta alcanzar el lado profundo de la parte proximal del estómago.

La arteria gástrica posterior es, característicamente, la única rama que surge de la artería esplénica, y pasa en dirección
cefálica ante la parición de las ramas hiliar o polar.

Arteria pancreática dorsal (Fig. 22.25) parte de la arteria esplénica en un 40% de los casos, pero puede originarse en
otras arterias, incluyendo el tronco celíaco (28%), la arteria hepática común (17%), la arteria mesentérica superior (15%),
o una arteria hepática aberrante (<1 %). Ocasionalmente puede derivar de la arteria cólica media, la cólica media
accesoria, o la arteria gastroduodenal.

La arteria pancreática dorsal da origen a la arteria pancreática transversa (también conocida como arteria pancreática
inferior) a la izquierda. Generalmente posee una rama a la izquierda, que forma anastomosis con las arterias de la
superficie ventral de la cabeza del páncreas. Este tipo de rama proporciona el suministro para la cabeza y la apófisis
uncinada. Cuando la arteria pancreática dorsal surge de una rama del colon, el curso principal continúa en el mesocolon
transverso. En algunos casos, una arteria pancreática dorsal puede generar una rama epiploica.

Arteria pancreática transversa. La arteria pancreática transversa (inferior) (Fig. 22.26) es la rama izquierda de la arteria
pancreática dorsal que suministra al cuerpo y la cola del páncreas. La arteria puede ser simple, doble o ausente; puede
formar anastomosis con las arterias esplénicas o no. Si no lo hace, la trombosis de la arteria puede producir un infarto y
una necrosis limitada del cuerpo y la cola del páncreas.

La arteria pancreática transversa puede ser lo suficientemente grande como para confundirse con la arteria esplénica; sin
embargo, el hecho de que generalmente yazca en una hendidura en el borde inferior del páncreas debería evitar este
error en la identificación.

Arteria pancreática mayor. Una de las mayores ramas de la arteria esplénica, la arteria pancreática mayor (arteria
pancreática magna de Von Haller) (Fig. 22.27), es el principal suministro de sangre al cuerpo distal y la cola del páncreas.

Si esta arteria es singular, generalmente surge de la porción media de la arteria esplénica.

Arteria pancreática caudal. Según Van Damme y Bonte, una (32%), dos (46%), o más (22%) arterias pancreáticas
caudales surgen de la parte terminal de la arteria esplénica, o, en ocasiones, de la arteria gastroepiploica izquierda o de
una rama esplénica en el hilio del bazo. La rama caudada forma anastomosis con las ramas de las arterias pancreática
mayor y transversa. Cuando se encuentra presente en el hilio del bazo, la arteria pancreática caudal puede suministrar
sangre al tejido esplénico accesorio. A menudo recorre el interior del ligamento pancreaticosplénico, hasta alcanzar la
cola pancreática o el bazo.

CIRCULACIÓN COLATERAL

La arteria esplénica no es la única arteria que irriga el bazo. El suministro adicional de sangre proviene de la arteria
pancreática inferior o transversa (especialmente cuando surge de la gastroduodenal), de otras arterias pancreáticas, de
las arterias gástricas cortas, o de la arteria gastroepiploica izquierda.

IRRIGACIÓN VENOSA

La vena esplénica (Fig. 22.29) surge de varias que venas que salen del hilio del bazo y se unen para formar el vaso mayor
a distancias variables del hilio. Los afluentes polares no son raros. La vena esplénica es de gran calibre, pero no posee la
tortuosidad de la arteria esplénica. La vena pasa a través del ligamento esplenorrectal con la arteria y la cola del
páncreas, hacia el interior profundo del páncreas. La vena esplénica recibe afluentes del páncreas, a menudo formando
indentaciones en su superficie dorsal, en una localización inferior a la arteria esplénica. En la zona profunda de la región
del cuello pancreático, la vena esplénica se une a la vena mesentérica superior para formar la vena porta (véase Fig.
22.24). Woodburne afirmó que en un 60% de los casos la vena esplénica recibe la vena mesentérica inferior antes de
formar la vena porta.

La relación de la vena esplénica con la arteria esplénica en su recorrido juntas está sujeta a algunas variaciones (véase
Fig. 22.24). En 75 autopsias consecutivas, Gerbery cois.90 encontraron tres organizaciones anatómicas:

 La vena se encontraba completamente posterior a la arteria en un 54% de los individuos.


 La vena se enrollaba alrededor de la arteria, en parte posterior y en parte anterior a ella, en un 44% de los
individuos.
 La vena se encontraba completamente anterior a la arteria en un 2% de los individuos.

DRENADO LINFÁTICO
Los vasos linfáticos del bazo surgen desde la cápsula y algunas de las trabéculas esplénicas mayores. Una de las
peculiaridades de este enigmático órgano es la falta de provisión de vasos linfáticos en la pulpa esplénica. En la
clasificación de los diversos grupos de ganglios y vasos linfáticos que drenan el bazo descrita por Rouviere, la cadena
esplénica (Fig. 22.30) incluye los ganglios suprapancreáticos, los infrapancreáticos y los vasos linfáticos aferentes y
eferentes. Weiss y cois. describieron que los tumores pancreáticos dividen a los ganglios esplénicos en dos grupos: los
ganglios del hilio esplénico y los ganglios de la cola del páncreas. Los ganglios linfáticos descritos anteriormente
simplemente se localizan en la zona esplénica. Su función principal es la de drenar la linfa del estómago en lugar de la del
bazo.

RECORDAR:

 El bazo comprende una cuarta parte de la masa linfática del cuerpo.


 La suma del tejido linfático corporal y los linfocitos de la médula ósea corresponde al 1% del peso del cuerpo.
 Como masa, es aproximadamente la mitad del peso del hígado.

INERVACIÓN

El suministro nervioso del bazo surge de las porciones más mediales y anteriores del plexo celíaco (Fig. 22.31). Las fibras
nerviosas viscerales del plexo acompañan a los vasos esplénicos hacia el interior del hilio. Alien afirmó que las fibras del
nervio vago derecho o del tronco vagal posterior también pasan al bazo.

HISTOLOGÍA Y FISIOLOGÍA

El bazo está compuesto por un 75% a un 85% de pulpa roja y aproximadamente un 20% de pulpa blanca. Algunas
arteriolas parecen abrirse directamente en sinusoides como una circulación cerrada; otras abren en una red como parte
de una circulación abierta. En la circulación abierta, que procesa de un 80% a un 90% del flujo sanguíneo esplénico, la
sangre pasa a través de capilares ésplénicos a la pulpa roja. Los macrófagos esplénicos de los espacios intercelulares de la
pulpa roja fagocitan los eritrocitos dañados y la materia particulada. En la circulación cerrada, las células sanguíneas
pasan directamente a los sinusoides venosos a través de los capilares.

El bazo es bastante pequeño en cuanto a tamaño, pero es el órgano linfático más grande del cuerpo. Según Seufer t y
MitrouS, constituye aproximadamente un 0,1% del peso del cuerpo, y recibe 300 ml/min de sangre (aproximadamente
un 6% del gasto cardíaco), lo que corresponde a aproximadamente 3 ml/min por gramo de tejido esplénico.

El bazo contiene solamente un 1 % del total de la masa eritrocitaria, lo que corresponde a 25 ml de eritrocitos. A medida
que cada eritrocito pasa por el bazo, su destrucción, si es viejo o anómalo, está asegurada. Incluso el escape de un
eritrocito normal puede ocasionalmente resultar difícil.

El bazo cumple cuatro funciones: almacenamiento de sangre, hematopoyesis, filtración y respuesta inmune. Además de
las cuatro funciones conocidas, el bazo probablemente posee otras funciones desconocidas.

EXTRA

Los pacientes esplenectomizados presentan riesgo de infección postesplenectomía por bacterias encapsuladas. En un
orden decreciente de frecuencia, los organismos más frecuentes son Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis,
Haemophilus influenzae, Escherichia coii, y Staphylococcus y Streptococcus. Los pacientes pueden pasar de un estado de
salud aparente a la muerte en menos de 24 horas. Para proteger frente a esta infección postesplenectomía la meta es
preservar tanto tejido esplénico como sea posible, pero la cantidad mínima de tejido esplénico necesaria para proteger
frente a una infección seria es probablemente del 30% al 50% de la masa esplénica normal.

La inmunización con vacunas neumocócicas polivalentes además de vacunas frente a Haemophilus influenzae tipo B y
Neisseria meningitidis es apropiada. Antes de la esplenectomía deberían administrarse inmunizaciones dos o más
semanas preoperatoriamente, puesto que las inmunizaciones son menos exitosas en pacientes esplenectomizados. He
evitado inmunizar en los días inmediatamente anteriores, puesto que existen datos del laboratorio experimental que
indican que administrar antígenos a los animales un día antes de la esplenectomía induce anergia e inhibe la capacidad
de síntesis de anticuerpos cuando se produce la estimulación con el antígeno. Las inmunizaciones dos o más semanas
antes de la esplenectomía electiva son probablemente las mejores; las inmunizaciones después de la esplenectomía son
la segunda mejor opción. Existe al menos una posibilidad teórica de que las inmunizaciones inmediatamente anteriores a
la esplenectomía sean dañinas.

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