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#4 Auctioned - Cara Lee
#4 Auctioned - Cara Lee
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Camassia Cove es un pueblo del norte de Washington creado para
ser el hogar de unas apasionantes historias de amor. Cada novela que
tiene lugar aquí es independiente, a excepción de las secuelas y las
series dentro del universo de CC, y varían en género y emparejamiento.
Lo que todas tienen en común es el pueblo en el que viven. Algunos son
amigos y familiares. Otros son completos desconocidos. Algunos tienen
orígenes muy diferentes. Algunos crecieron juntos. Es un mundo
pequeño, y muchos personajes se cruzarán y harán una o dos visitas en
varios libros: es la forma que tiene Cara de ofrecer a los lectores un
vistazo al futuro de sus personajes favoritos. A quién quiere engañar;
son personajes de los que es incapaz de despedirse. Pero, de nuevo,
cada novela se sostiene por sí misma, y se evitarán los spoilers en la
medida de lo posible.
ó . í
.
Bien, ya se había demorado lo suficiente. El cacareo en el exterior se
hizo más fuerte, y sólo era cuestión de media hora antes que Gray se
despertara.
—Te gusta mucho esa cosa, ¿no? —Era lindo, tenía que admitirlo.
—Es genial.
Cristo.
Darius entrecerró los ojos ante el ave. Ella había hecho lo mismo
ayer y el día anterior.
—Claro que sí. —Darius cerró y aceptó la cesta del chico. Otro niño
se pondría extasiado si hubiera algún pollito pronto: Justin. El libro que
Gray le estaba leyendo antes de dormir tenía pollitos. No como
alimento.
Ese sería un día divertido, reflexionó Darius con ironía. Criar pollos
era algo más que acurrucarse con pelusas amarillas. ¿Cómo
reaccionaría Justin si el pollito muriera al nacer?
El tiempo lo diría.
Darius también poseía un buen trozo de bosque aquí, pero sólo eran
terrenos de caza. No tenían planes de expandirse fuera del arroyo.
Excepto por un garaje. Darius quería un garaje en algún momento,
porque ahora mismo, su camión y el Wagoneer estaban aparcados en el
fondo de la propiedad, y la savia de los árboles era una puta mierda
para limpiar.
Estaba en la lista.
Las patatas eran lo único que les sobraba. Con todo lo que habían
tenido que preparar esta pasada primavera, desde el invernadero hasta
la preparación de la cabaña de invitados, sólo habían tenido tiempo
para cultivar la mitad de las cosechas para las que tenían espacio.
Abundaban las patatas, las zanahorias y las judías verdes, y además
tenían algunas otras verduras en el invernadero, aunque no tantas
como las que planeaba cultivar Darius para el próximo año.
—Buenos días, amigo. —Gray sonrió y peinó con sus dedos el pelo de
Jayden—. ¿Estás emocionado por lo de hoy?
—Tengo hambre.
El chico lo miró.
—Dispara.
Ahí estaba.
—¿Qué te parece que Justin nos llame papá ahora? —Darius dirigió
la pregunta a Jayden, reconociendo su curiosidad.
—¡Me gusta!
—Así que hoy es el día en que nuestro chico empezó a beber café.
Antes que nos demos cuenta, sacará el carnet de conducir.
Maldito mocoso.
Y el puto Amazon también. Así fue como acabaron con una freidora y
una maldita batidora este verano también.
Era curioso lo rápido que eso puso una sonrisa en la cara de Darius.
Levantó el paño de cocina que estaba colgado sobre el hombro de Gray
y lo puso sobre la encimera, luego cogió la cara de su cabeza de chorlito
y lo besó.
—Te amo.
—Yo también te amo. —Más allá de las palabras. Tanto que a veces
lo aterraba, porque luchaba con algunos miedos que nunca había
tenido.
Darius se los guardaba para sí mismo.
Que Ethan y Lias aparecieran era sólo el principio. Sólo hubo tiempo
para que Darius encendiera la parrilla y pusiera en orden las bebidas y
el hielo en el porche antes que llegaran sus padres, seguidos por los
padres y hermanos de Gray, y luego Isla y Jack y sus gemelos gritones.
Para entonces, Justin quería que lo llevaran en brazos, así que Darius
lo colocó en su cadera y le preguntó al chico quería sus auriculares con
cancelación de ruido.
—Todavía no.
—Nos imaginamos que este sería nuestro bar —respondió Ave con
una sonrisa irónica.
Ave resopló.
¿De verdad?
—Sí, eres sin duda el tipo más pretencioso que conozco. Tú eres el
que está sentado en un caballo alto, por el amor de Dios. ¿Puedes
siquiera respirar ahí arriba?
—Así que esta nueva clienta tuya —continuó Darius—. ¿Se acercó a
ti y te llamó pretencioso?
—Es ella.
—Joder. —Ethan se pasó una mano por el pelo y pareció buscar una
escapatoria—. Es posible que haya quedado como un imbécil con ella.
Ethan le lanzó una mirada antes de mirar hacia la cabaña. ¿Qué, iba
a esconderse arriba?
***
Con las sillas de plástico para el césped y las mantas esparcidas por
todas partes, organizaron una gran barbacoa de picnic en la que los
miembros de la familia y los amigos se sentaron donde quisieron.
Darius terminó en el escalón superior del porche, y tenía a Gray
sentado en el escalón inferior entre sus piernas. Los chicos ya se habían
ido. Justin y Willow compartían una manta cerca del arroyo, y Jayden
había plantado su trasero en la hierba y estaba escuchando a Gideon y
Gabriel contar algunas historias salvajes del campamento de hockey.
—No estoy seguro que Gid vaya a sobrellevarlo bien cuando Gabriel
se vaya —dijo Gray en voz baja.
Gray lo miró por encima del hombro con una expresión herida que
parecía demasiado forzada.
Era por eso que Darius había elegido mantener a Gray fuera del
circuito en su mayor parte. Ni siquiera lo sentía. Ahora tenían dos
niños. Tenían la responsabilidad de seguir vivos.
Sólo tenía que esperar a que Gray se pusiera al día, así que la
precaución era inteligente.
Los dígitos que había añadido debajo del código de barras siempre
habían sido especiales, pero recientemente se habían convertido en
mucho más. Era su futuro.
—Beso.
—Sabes, no pensé que pudieras ser más sexy. Pero cuando te pones
como un papá, estoy listo para correrme en mis pantalones.
Lo único que afectó un poco el buen humor fueron sus planes para
la noche. Jayden y Justin estaban entusiasmados por su fiesta de
pijamas con Chloe y Aiden, pero para Darius era otro regreso a un
pasado que había jurado no volver a visitar. Varias veces.
—Estás bien, amigo. —Se sentó en los escalones del porche con
Justin en su regazo—. Déjame ver esa rodilla.
—¡Ya voy! —gritó el chico desde algún lugar detrás de la casa. Estaba
jugando con su nueva figura de acción a escalar, la última vez que
Darius lo había comprobado.
1
PMC: Fuerzas de combate y protección.
2
Tiras cosidas por fuera donde se pueden enganchar y colgar cosas.
Jayden era muy lindo. Se sentó con su botiquín con una expresión
de pura concentración, y Darius pudo darse cuenta que el chico estaba
repasando en silencio su breve educación en primeros auxilios.
Darius había sido amigo de Madigan durante años, pero hacía poco
que se había enterado que Gray no sólo había compartido una relación
de follamigos con su mejor amigo Abel, sino que también había estado
con Madigan. Así que Gray había estado con dos compañeros de
Darius, Madigan y Jamie.
A pesar de eso, Darius no había sido capaz de entender por qué Lias
tardaba tanto en superar a su ex. Su paciencia se había agotado unos
dos meses después de la ruptura.
***
Los dos tortolitos que habían compartido la cama con Gray en su día
se marcharon cuando el sol empezó a ponerse, y prometieron reunirse
la próxima vez que estuvieran en la ciudad. Querían que Darius y Gray
los visitaran también en Vancouver, y sí, ya lo verían.
Un rato después, Gray salió con los chicos y estaba listo para irse.
Habló a una milla por minuto sobre la comida que tenían en la nevera,
el recordatorio de recoger a los chicos mañana y la leche. No tenían
leche.
—Hablaremos tan pronto como sepa más —se conformó con decir—.
Sin embargo, no dejaremos que Lange se escape. Tienes mi palabra.
***
3
Oorah es un grito de batalla común en la Infantería de Marina de los Estados Unidos desde mediados
del siglo XX.
—Amén, y estaría bien tener un maratón de Grace & Frankie con
Gray que no fuera por teléfono.
Darius se rio.
—Estoy demasiado viejo para estas prisas, chicos. —La voz surgió de
la oscuridad y reveló a Alicia Dawson, una menuda tocapelotas con un
currículum impresionante. Todos los que venían esta noche tenían
entre cuarenta y cuarenta y cinco años, pero Alicia era la que tenía más
experiencia, aunque no tantos años en el campo.
Darius sonrió.
Darius vio a dos chicos, así que tenían que ser Elliott y Tariq. Eran
cercanos, y ambos vivían en la zona de Los Ángeles. Elliott Jones
compartía un historial similar al de Darius. Semiretirado, veinte años
en seguridad de alto riesgo y extracciones, y en estos días dirigía un
negocio de guardaespaldas.
Elliott sonrió.
—Claro que tienes que vivir en medio de la puta nada, Darius —dijo
riendo.
Darius se rio y se frotó la nuca. Es seguro decir que tenía una buena
cantidad de mierda en su camino por todos los años que había estado
hablando de no sentar cabeza nunca.
Los dos se unieron al resto en el porche, donde la mesa ya estaba
llena de cajas de pizza abiertas. A pesar de haber traído dos sillas extra
para el extremo corto de la mesa, Darius sabía que no sería suficiente.
Pero no tuvo problemas en utilizar la barandilla. Ryan ya estaba
sentado allí con pizza y cerveza para ellos.
—Si eso es lo que le dices a Gray, lo siento por el chico —dijo Ryan
con la boca llena de pizza.
Muy bien, así que la primera risa a costa de Darius estaba fuera del
camino.
—Ese hijo de puta es Alfred Lange, como les dije —dijo Darius—. Ally
es la única que lo tuvo en su radar antes, así que va a compartir lo que
sabe en un rato—. Hizo una pausa para tomar otro bocado de pizza—.
Puedo decirles de entrada que va a ser una operación complicada.
Habrá combate. —Intercambió una breve mirada con Reese,
asegurando en silencio que Darius no había olvidado su trato.
Ella sacó su portátil del bolso y lo colocó contra la pared para que
todos pudieran verlo.
Un poco.
Darius asintió.
—Sí. Creo que es seguro asumir que toda la gente que aparecerá en
el recinto no merece respirar, a diferencia de la fiesta oficial, donde
también invitaron a los miembros de la familia. En otras palabras,
prepárate para el combate en espacios reducidos, en interiores, con y
sin luz, con y sin armas de fuego. No sabemos si tenemos que cortar la
luz en algún momento, y no sabemos si tendremos que acabar con la
primera línea de defensa en silencio.
—¿Y por qué suponemos que algo va a pasar? —preguntó River en
voz baja—. ¿Cómo sabemos que no es sólo una fiesta? Cuatro meses
pagando la electricidad pueden significar muchas cosas.
Elliot murmuró.
—¿Alrededor de veinte? Algo así. Cada vez que voy a Squeezy's, hay
un nuevo nombre que añadir a la lista. —A diferencia de él, a Willow le
encantaba esa mierda. Se había divertido repasando las piezas que
Kellan ya había encajado. Le había llevado cinco días hacer la conexión
entre Lange y el terreno que poseían en las afueras de Las Vegas—.
Lange utiliza mucho a la familia de su esposa, hemos sabido. El terreno
donde está el burdel, por ejemplo, tiene el nombre del abogado de su
cuñado en la escritura, pero el pago proviene de una sociedad ficticia
vinculada a la misma empresa que pagó los yates que salieron de
Galveston. Fue en uno de esos que encontré a Gray.
—Por eso estamos haciendo todo esto, hermanito. —Darius dio una
palmada en el hombro de Ryan—. Para que puedas decirle “en tu cara”
a tu mujer.
Tariq la siguió poco después, una vez que había reservado su vuelo
para Las Vegas al día siguiente.
Sin duda, esa red estaba formada por una tal Leah Connor, que no
podía mantener la boca cerrada sobre el hecho que Darius se
estableciera con un tipo al que había rescatado. Estaba preocupado. O
alguna mierda. Pero en lugar de ir directamente a él, primero había
llamado a Ryan. Darius sacudió la cabeza al recordarlo y dio un trago a
su bebida.
4
No sentirse atraído sexualmente por alguien a menos que tenga una relación emocional y / o
romántica profunda
—¿Saben lo jodidamente caro que es vivir en San Francisco? —soltó
a continuación—. Ni siquiera vale la pena que Ángel vuelva a trabajar,
porque la guardería de los gemelos es una puta locura.
***
—Parece que tiene resaca, jefe —observó Carlos, que llegó con otro
estante de vasos.
—Gracias.
Hubo una pausa en el servicio media hora después, así que Darius
se metió en la cocina y se sirvió algo de comida y cogió un catálogo de
su despacho antes de volver a la barra. Tomó asiento cerca del final y
abrió el catálogo. Habían empezado a llegar este mes. Las cervecerías y
las bodegas ya sabían qué debían beber los comensales en esta
temporada de invierno.
—¿A quién tengo que besar para conseguir una bebida por aquí?
La cabeza de Darius se levantó de golpe al oír esa voz, y fue una puta
locura cómo la alegría se desbordó como un refresco agitado dentro de
él y subió a su torrente sanguíneo.
—¿Comiste en el trabajo?
—Bueno, me alegro que hayas venido, por la razón que sea. Te eché
de menos.
Había sido un maldito idiota con sus inseguridades. Vio con sus
propios ojos que el ánimo de Gray se levantaba cuando estaban juntos.
Parecía que ambos habían empeorado al pasar la noche anterior
separados. No era sólo Darius.
—¿Así que supongo que quieres que Niko y yo vayamos con esos...
hermanos Tenley? Una vez que estén más seguros en el recinto,
entraremos a rescatar a las víctimas de la trata.
—Para ser honesto, estoy más que nada aliviado que esto esté
sucediendo realmente. No es que dudara de ti, pero la confirmación, oír
lo que estás planeando, me quita un peso de encima. No sabía que
estabas tan adelantado en la operación.
Comprobó su teléfono.
—Ya lo creo.
***
—¿Papi?
Maldita sea. Darius abrió un ojo.
—¡Buenas noches!
Gray gimió en voz baja y giró sus caderas sobre la polla de Darius,
tomándolo tan profundamente como pudo. Se encontraron en un beso
profundo y hambriento, y Darius enhebró sus dedos en el cabello de
Gray, manteniéndolo en su lugar.
Esas fueron las palabras mágicas. Darius dejó que sus instintos lo
consumieran, y atrajo a Gray a su lugar, empujándolo hacia abajo en
su espalda. Y una vez que estuvo allí, Darius se arrastró sobre él, entre
sus piernas, se dio unos cuantos golpes rápidos, y luego empujó hasta
el fondo. Gray cerró los ojos y gimió con fuerza, y Darius se agarró a la
cabecera y empezó a follarlo más duro.
Darius gimió al ver que Gray se corría sobre su pecho, y eso lo llevó
al borde de su propia liberación.
Darius asintió y luego entrecerró los ojos hacia el cielo. Pronto iba a
llover.
—Entonces, ¿dónde está ese Paso Coho del que hablas? —preguntó
Dante.
—¿Y vas a correr todo el camino con los niños a cuestas? —Dante
dejó escapar un silbido bajo.
Dios.
Se levantó con un gruñido una vez más y se ajustó las correas sobre
el pecho y las caderas. Mientras tanto, Gray abrochó las correas en su
espalda, sobre todo las que estaban debajo de las piernas de Jayden
para que no estorbaran cuando Darius comenzara a correr.
Al principio había parecido una gran idea. Una forma de incluir a los
niños en el entrenamiento y convertirlo en una salida familiar, como
había dicho Gray.
Gray le había contado una vez a Darius que él y Abel solían hacer el
recorrido en menos de dos horas, de ida, lo cual era más que
impresionante. La mayoría de la gente necesitaba medio día para subir
la montaña. Hoy, Darius calculaba que necesitarían unas tres horas y
media para subir y una hora y pico para bajar. Pero a favor de Gray y
Abel estaba que habían recorrido la mitad del camino por senderos y
sin niños a la espalda.
Gray dio un gran salto desde una roca hasta un tronco cubierto de
musgo, haciendo que Justin dijera: —¡Wooo!
Oh, cállate.
—Estamos bien —mintió Darius.
***
—Ya casi llegamos —jadeó Gray, unos cinco metros más adelante.
Darius apenas logró lanzar una rápida mirada al verdor alrededor del
letrero.
Continúa.
Gray sonrió.
—¿Estás preocupado?
—¿Háblame de ellos?
Seis años atrás, Casey y Boone habían pasado por una situación
similar cuando un amigo suyo había muerto, dejando a un niño
pequeño para que los hermanos lo criaran como propio. Y aunque la
niña no era técnicamente la sobrina de Darius, él era su tío Darius, y
ella era bastante ruda. Si se le permitía tener favoritos, ella le
arrebataba ese título con creces.
—¿Tienes hambre? —Preguntó Gray—. Pensé que podríamos comer
nuestros sándwiches y luego tomar el último tranvía.
—Buen plan.
***
Antes que Gray llegara al árbol con la cuerda, Darius gritó: —¡Lata
de Sprite, a las dos!
—Hijo de... —Gray gruñó. Estaba a medio camino del árbol y tuvo
que atrapar la cuerda entre sus pies y sostenerse con una sola mano.
Temblaba un poco, pero era lo suficientemente fuerte como para tirar
de ella y apuntar su arma al mismo tiempo.
—¡Adelante!
Ninguno de los dos dijo nada al principio. Gray tomó las manos de
Darius entre las suyas y giró las palmas hacia el cielo. La sangre se
mezclaba con el barro, siendo arrastrada lentamente por las gotas de
lluvia, revelando quemaduras y cortes de cuerda.
Sería fácil darle el mismo sermón que muchas veces antes, aunque
no sería correcto. Ya no, porque Darius estaba luchando con lo mismo.
El maldito Abel.
—Esa es sólo una de las muchas cosas. —En cuanto esas palabras
salieron, quiso cerrar la boca. Una cosa era confesar que él también se
sentía inadecuado a veces, y otra muy distinta era darse cuenta que
éste era el momento perfecto para admitir que sus inseguridades eran
mucho más profundas. En realidad, no se trataba de rendimiento a la
hora de la verdad. Era esta necesidad irracional de afirmar su relación y
escribirla en piedra.
—Bien, ella es mucho más útil que tú. —Ally sonrió y revolvió la
crema en su café—. Incluso con su incapacidad para hablar conmigo,
consigue transmitir su mensaje y parece estar siempre dos pasos por
delante.
Alicia asintió.
5
Inteligencia Artificial.
La mencionada salida única también planteaba su propio problema,
porque la puerta que Tariq había encontrado cuando estaba allí estaba
blindada. Romper una puerta blindada, de forma rápida, les privaba de
la ventaja de sorprender a su enemigo. Utilizar cargas explosivas era su
única opción.
—Por otro lado, una vez que tomemos el control de la entrada, los
demás no podrán escapar —razonó Darius en un débil intento de
consolarse.
—Me lo creo. Sin embargo, tendrás que usar esas balas con mucho
cuidado.
—Definitivamente.
Ally asintió.
Pero mientras decía las palabras, las cosas no le parecían del todo
bien. Sentía un conflicto entre querer llevar a cabo esto sin causar el
caos y... Bueno, el caos era exactamente lo que causarían en el
momento en que pegaran el C-4 a la puerta.
—En ese caso, puedo hacer que funcione —dijo Ally—. Tendré que
hacer algunas pruebas, y no será un arreglo mágico. Una vez que entre
en las instalaciones y libere el gas, todavía tendrás que enfrentarte a
cierta resistencia. Será el minuto más largo de tu vida. —Oh, Darius no
sabía eso—. El antidisturbios funciona al instante, pero la parálisis no
se producirá de inmediato. —Se golpeó la barbilla—. Si puedo inclinar
la balanza hacia la somnolencia y la euforia en lugar de las náuseas y la
ceguera temporal, creo que ayudará.
Las víctimas eran una de las razones por las que no servía de nada
intentar sacar esto adelante sin levantar sospechas. La lógica y la
experiencia situarían a los rehenes en el recinto con sus
secuestradores, sino a todos, al menos a algunos. Pero el equipo no
podía dejar a los rehenes como los misteriosos supervivientes cuando
todos los bastardos criminales cayeran muertos por envenenamiento de
monóxido de carbono. Al menos con las víctimas en el almacén, los
federales tendrían dudas porque podrían racionalizarlo. Podrían teorizar
acerca que aún no habían sido recogidas y llevadas al complejo.
Las dudas estaban bien. Las preguntas sin respuesta también
estaban bien. Siempre y cuando no se pudieran rastrear las pruebas
hasta Darius y los demás. Aunque estaba totalmente preparado para
enfrentarse a los investigadores. Cualquier otra cosa sería extraña.
Definitivamente vendrían aquí y preguntarían por su paradero ese fin
de semana. Incluso podrían llevarlo a la oficina en Seattle,
considerando que Darius no ocultaría el hecho que estaría en Las
Vegas. Había demasiada gente involucrada para que fueran fantasmas,
y eso incluía a sus propios hijos. Si dejaban a Jayden y Justin con sus
padres, por ejemplo, los federales seguirían preguntándose por qué.
—No tenías que volver a llamar. —Su voz salió áspera y tensa,
haciendo que Darius se preocupara.
Niko tosió.
***
Era lo que Gray hacía. Dejaba trocitos de sí mismo por todas partes,
incluso en el coche. Fue él quien instaló un portavasos en la rejilla de
ventilación después que Darius dijera que el único problema con un
solo asiento en la parte delantera era la pérdida de la consola central.
Una historia similar con el soporte del teléfono pegado al salpicadero
ahora.
—Ah, sí.
Gray resopló.
Tal vez Darius no sabía cómo funcionaban. Tal vez había tirado el
dispositivo fatal en la guantera. Los auriculares inalámbricos sin un
interruptor de encendido y apagado no eran de fiar, decidió en ese
momento.
Darius se rio.
—Intenso. Pero no sé por qué te da pena. Fui yo quien tuvo que salir
en coche en mitad de la noche. —Cuando tenía pollos que atender a las
cinco de la mañana todos los días, las diez de la noche es medianoche.
—Vas a tener que explicar eso, y luego tengo una historia hilarante
para ti a cambio.
Sí, eso hizo callar al cabeza de chorlito. Excepto por un sonido de tos
y balbuceo.
—En primer lugar —dijo Gray, con un tono de voz muy marcado—.
Nunca dormí con Madigan. Las pocas veces que compartimos la cama,
teníamos a Abel entre nosotros.
—Bueno... parece que estás esperando que vuelva a ser un tipo que
ya no existe. Te preocupa que un día me despierte y quiera todo lo que
antes quería.
Y no había terminado.
—Sí. Aunque no sabía que esas eran las palabras mágicas. Y tal vez
esto no tenga sentido para ti porque soy muy bueno ocultándolo, pero
no soy muy bueno hablando de sentimientos.
—Así que tal vez podamos hacerlo oficial y decir que vivimos juntos
ahora. —Darius lanzó eso—. Viendo que tenemos hijos juntos y todo
eso.
Gray se rio.
Gracias a Dios que Darius estaba solo en el coche, porque tenía que
parecer un idiota con esa sonrisa.
***
Alrededor de la medianoche, Darius aparcó al otro lado de la calle de
la estación de autobuses, y envió a Niko un mensaje de texto diciendo
que estaba allí. Luego bajó la ventanilla y encendió un cigarrillo.
Niko debía de tener agallas para llegar hasta él, así que Darius
decidió tomar las riendas y no dejar que el chico se escabullera de una
oferta de alejamiento permanente. Porque claramente, la mierda no
estaba funcionando en Seattle. El hermano de Niko evidentemente se
había mudado a Chicago, y quién sabía lo que había pasado con su tía.
Niko se burló.
—¿Qué?
Darius se rio.
—Bueno, sí. Quería ayudar. —Niko cruzó los brazos sobre el pecho y
golpeó el pie sin descanso—. No se me ocurre mejor manera de
descargar parte de mi ira que desquitarme de esos malditos esclavistas.
No era el momento de señalar que no funcionaba así, pero Darius
tomó nota mental que lo mencionaría más tarde.
—A ti, papi. —Justin sonrió y aplastó las mejillas de Gray. Fue muy
lindo—. Me refiero al papá en el que pienso, ¿de acuerdo?
Niko sonrió un poco, pero seguía estando incómodo con los niños.
Tendía a retraerse cada vez que Jayden y Justin entraban en la
habitación.
Justin anunció que quería subir a ver una película con Jayden, que
ya estaba arriba, así que también salió corriendo.
—¿Cuánto tiempo crees que tendremos esta vez? ¿Un minuto entero?
Gray se rio.
***
—Parece que necesitas algo que hacer —dijo Niko con una sonrisa
irónica.
Dejando de lado las bromas, se sintió muy bien ver a Niko entrar en
razón. Ya no era tan aprensivo y cerrado, la mayoría de sus moretones
se habían desvanecido y trabajaba duro. A veces, la gente sólo necesita
un descanso. Una oportunidad sincera.
—Esto será una buena práctica para que tomes los pedidos del
almuerzo. Los menús están debajo de la caja registradora. —Luego miró
de nuevo a Avery—. Pensé que posiblemente habías dejado embarazada
a mi hermana otra vez.
—Lo está ahora, pero sus niveles de hierro estaban un poco bajos
antes. Por eso decidimos mantenerlo en privado.
Darius hizo una nota mental para darle a Elise un regaño más tarde.
Era un poco adicta al trabajo, y eso tenía que parar hasta que naciera el
bebé.
***
Le dolía todo.
Darius se vistió y completó sus tareas con una maldita cojera, y vio a
Gray con una sonrisa somnolienta en la ventana del dormitorio. Maldito
infierno. Los muslos, las pantorrillas, su cadera... Su columna vertebral
y sus hombros también se sentían rígidos.
Por primera vez, Darius se alegró que su rutina matutina fuera cada
vez más corta. Ya no había mucho que cosechar. Les quedaban algunos
frijoles de temporada tardía, chiles y tomates. Sólo una docena de
huevos, teniendo en cuenta que cuatro gallinas estaban fuera de
servicio.
6
Project Management Contract: Contrato de gestión de proyectos
combate, y se lo tomaban en serio. Se discutía la estrategia en voz baja,
se fruncían las cejas, se inhalaba café.
—El pan también. —Gray atrapó dos rebanadas de pan entre los
dientes de Darius.
—No tan rápido —dijo Dante—. Gray y Niko fueron más rápidos que
todos nosotros.
***
—¿Así que vas a descansar todo el día? —Ryan pasó junto a Darius
en el porche y bajó los escalones.
Ryan se rio y dijo que esa era una excusa de mierda. Luego se fue,
trotando hacia la pista de obstáculos donde los demás esperaban. Gray
y Niko ya habían completado el curso un par de veces como
“calentamiento”, y Dante estaba actualmente entrenando a Jayden a
través de la estación de arrastre de tuberías.
—¡No creo que fantástico signifique lo que tú crees que significa! —le
gritó Darius.
Darius sonrió.
Darius sonrió.
—Sí.
Darius estaba impresionado, y eso era decir poco. Hizo clic en uno de
los iconos del ordenador portátil y apareció un programa por horas. Lo
tenía todo. La esposa de Alfred Lange iba a hacerse la manicura con un
puñado de otras invitadas el sábado a las diez de la mañana. El
domingo, se había reservado un comedor privado en el Bellagio para el
brunch.
Veintisiete, de hecho.
—Tienes razón.
—De acuerdo.
Contestó.
—Casey.
—Puede que quieras escuchar —le dijo a Willow en voz baja—. Están
en casa de AJ. —Luego sostuvo el teléfono más cerca, entre los dos—.
¿Pasa algo?
Joder.
Darius cerró los ojos brevemente y se pasó una mano por la cara.
7
National Security Agency (Agencia Nacional de Seguridad)
—Quién, y por qué... te refieres a Gray.
Tariq iba a asistir y ser un apoyo; eso era todo lo que Darius podía
permitir.
Así que a sus ojos, la mejor opción era la que iban a tomar. Iba a
llevar a los niños a visitar a Casey, Boone y la tía Erin. Era una
tapadera decente.
Sesenta y dos fotos fue el total al final. Ese era el número de fotos
que Casey había tomado y editado y, por último, enviado a Willow.
Sesenta y dos.
Ryan sonrió.
8
Bravo Two Zero era el distintivo de llamada de una patrulla del Servicio Aéreo Especial
asiente, podemos hacer lo que nos dé la gana. ¿Dijiste sesenta y dos
víctimas en el registro? Bueno, me parece que tendremos que tomar
algunos rehenes para averiguar dónde están esos chicos y chicas, si es
que no se puede dar cuenta de todos ellos en el complejo. Y hay tiempo
para eso.
Darius tarareó y reflexionó sobre eso. Era cierto que tenían tiempo. Y
estaban organizados, a diferencia de los criminales de mierda.
Ni siquiera sería justo decir que era un enemigo contra otro, porque
su oponente estaba compuesto por varios clanes pequeños. Cada
comprador en esa subasta tendría un guardia de seguridad cuyo único
trabajo era proteger a su jefe. Sólo la organización de Lange tendría una
banda de guardias un poco más estructurada y preparada.
***
River asintió.
—¿Madigan Monroe?
—Sí, lo conozco.
Huh.
—No sé qué hice en una vida anterior para merecer estar rodeado de
asquerosos kinksters en esta —reflexionó Darius—. Están jodidamente
en todas partes, puntualizó.
9
Kink: Fetiches
River soltó una carcajada ronca y cogió sus cigarrillos.
Sin duda.
—Bueno, a mí no me resulta fácil, y me está jodiendo la cabeza
ahora que estoy en mi primera relación sana —replicó Darius—. Gray es
tan malditamente honesto y desinhibido. Cuando se trata de esta
mierda, él puede hablar de cualquier cosa, abiertamente. Incluyendo el
sexo.
—No, ¿qué te dio esa idea? —Darius sacó una carcajada a su costa y
negó con la cabeza.
—No creo que tengas nada de qué preocuparte. Así que te cerraste,
mucha gente lo hace en algún momento de su vida. Reconoces el
problema, y eso es lo que importa. No hay necesidad de apresurar las
cosas.
Tal vez. Darius se había abierto un poco desde el año pasado. Pero
aún le quedaba un largo camino por recorrer, y quería llegar hasta allí.
Quería ser tan abierto como Gray.
A la mierda.
Él también lo dijo.
—Me arrepiento de todo. —Luego se frotó una mano sobre la boca y
miró hacia la línea de árboles. Era una maravilla que nadie hubiera
subido para empeorar las cosas. O a rellenar sus botellas de agua, lo
que fuera.
—Lo siento. Sabes que habría sido diez veces peor si hubieras
acudido a Reese con esto.
Dispárame.
Sin inhibiciones.
Ahí es donde Darius quería estar. Y eso era. Eso era precisamente.
Tenía que trabajar para cerrar el mundo. Esas voces tenían que
desaparecer.
River sonrió.
Darius asintió bajando la barbilla. Tal vez, sólo tal vez, no había sido
tan horrible esta conversación.
Se sentía bien.
***
Era una vista agradable para llegar. Gray estaba a cuatro patas en el
asiento trasero del camión mientras hacía... algo.
—¿Puedo tomar una foto para llevarla conmigo para las noches
solitarias? —preguntó Darius.
—Hola.
Mirando dentro del asiento trasero, Darius levantó las cejas y dudó
que Jayden y Justin supieran lo afortunados que eran de tener a Gray
como padre. El cabeza de chorlito había convertido el asiento trasero en
un refugio para la noche de cine para ellos. Pantallas pegadas a los
respaldos, mantas, almohadas, animales de peluche y aperitivos. Había
bajado el reposabrazos del centro, donde había portavasos, y también
estaban llenos. La botella de Transformers de Jayden y la botella
personalizada de Justin. Era una impresión de su oso de peluche
favorito, Frank.
—Jurar lealtad —se rio Gray—. Ese eres tú en pocas palabras. Los
chicos y yo somos tus reclutas, parte de tu escuadrón.
Bueno.
Jayden bostezó.
***
—Me gusta cuando me cargas —dijo Justin con una sonrisa tonta.
Ojalá esta fuera su última parada antes de Las Vegas. Según el GPS,
estarían en Henderson en dos horas, aproximadamente media hora
después que se suponía que él iba a recibir las llaves de la casa que
habían alquilado.
Papá.
Tan pronto como la palabra se registró para Darius, Jayden también
debió haber caído en la cuenta, y la expresión del rostro del chico dejó
muy claro que no había sido intencional. Darius se tragó la ráfaga de
emociones, el honor, la calidez, los nervios, todo eso, y tomó una
decisión en una fracción de segundo para hacer que esto fuera lo más
fácil posible para Jayden.
***
Una vez que el dueño de la casa estuvo contento con el discurso que
había pronunciado, Darius descargó el camión y comenzó a traer cosas
adentro.
Tenían media hora antes que tuvieran que irse de nuevo, no es que
él estuviera siquiera un poco molesto por eso. La cocina de la tía Erin
era especial. Nadie quería venir a por su estofado o todas las comidas
habituales en las que mamá era mejor, pero ¿para las barbacoas...?
Cristo, Erin era dueña del mundo con sus guarniciones. Patatas fritas,
palitos de mozzarella con ajo y hierbas, puré de patatas que en su
mayoría eran mantequilla, alitas con el mejor glaseado...
***
Darius no podía culpar a Erin esta vez, por la sencilla razón que los
miembros de la familia que ahora estaban saliendo de repente incluían
a Casey y Boone. Como si estuvieran saliendo. Por supuesto, no
estaban relacionados por una sola gota de sangre, ya que Casey fue
adoptado, pero aun así. Era extraño oír hablar de eso. Primero de
mamá, ahora de la tía Erin. No sólo por cómo los dos habían crecido
como hermanos, sino porque Casey y Boone habían sido enemigos
jurados o algo así. Es todo. Darius no tenía todos los detalles y tampoco
podía decir que le importara demasiado.
Darius se rio entre dientes. Ella era sólo un par de años más joven
que mamá, aunque Erin siempre había vivido una vida más…
despreocupada. Ella nunca se había calmado. Había trabajado en
innumerables trabajos: en hogares de ancianos, casinos, salones de
belleza, edificios de oficinas.
10
Gnomos.
—Je. —Casey se dio la vuelta lentamente, mirando por encima del
hombro, y Darius se limitó a mirarlo. La tía Erin estaba negando con la
cabeza—. Oye, Darius. Mucho tiempo sin verte.
¿Qué demonios?
***
Gruñido.
—Está bien... te amo, tonto.
—No, sólo tengo que rodar. Mira. —Pero antes que Jayden pudiera
demostrarlo, Darius lo agarró del brazo y lo sacó de la cama, lo que hizo
que el niño se echara a reír cuando terminó boca abajo en las manos de
Darius—. ¡Nooo, vas a despertar a Justin!
—No soy yo el que grita, hijo. —Darius se rio y pensó que bien podría
llevarlo al baño—. Escucha, estamos bajo la atenta mirada de Gray
aquí. Si nos dice que nos lavemos los dientes dos veces al día, eso es lo
que haremos.
—Tengo uno que está suelto. —Jayden entrecerró los ojos y se metió
un dedo en la mejilla—. Cuando se lo conté a Gray, dijo que el hada de
los dientes me visitaría. ¿Como si yo creyera en eso?
—¿Hay algún problema con tus dientes? Se ven bien para mí. —
Escupió un poco de pasta de dientes en el lava manos y abrió el grifo.
—Están bien. —Darius tiró la cadena del inodoro y movió sus manos
debajo del grifo—. Oh, tuve el peor dolor de muelas hace unos diez
años. Y no tuve tiempo de arreglarlo antes de empezar a trabajar.
Resultó que no tuve que hacerlo, porque me sacaron todo el diente.
Junto con otro, por lo que ahora tenía implantes allí. Vino con el
trabajo. A veces te encuentras con un oponente que golpea con
suficiente fuerza cuando tienes las manos atadas a la espalda.
Tendrían tiempo.
Se encontraron con su primer problema el sábado por la mañana.
La ventaja fue que se permitía que los clientes ingresaran allí, por lo
que no debería ser demasiado difícil acercarse a los vehículos. Darius
sólo tuvo que esperar a que Tariq regresara del garaje, que estaba
ubicado a un cuarto de milla de aquí.
Era cómico cómo la vida se apagaba en los ojos del tipo al otro lado
del mostrador. Pobre chico pensó que habían terminado.
Mark esperó más, tal vez por una razón de por qué Darius no lo
había mencionado antes, o para qué se usaría. La gente en general
esperaba explicaciones, y las ofrecía, de una manera demasiado
jodidamente voluntaria.
Había una razón por la que tenían que llevar esto a cabo temprano
en el día. El negocio iba a mejorar en cualquier momento. Pero por
ahora, sólo otros dos clientes estaban en la sala de exhibición, junto
con un tipo de aspecto alegre con una camisa negra y una etiqueta con
su nombre. Y nueve coches relucientes.
—Para ser honesto, quiero que alquiles uno de los autos que vamos a
rastrear —respondió—. Ninguno de ellos está reservado para las
próximas cuarenta y ocho horas. De esa manera, cada uno puede
colocar un rastreador al mismo tiempo en los otros dos, y luego limpiar
esa secuencia no parecerá sospechoso. Sólo será un breve error de
conexión en todas las cámaras.
Mmm.
***
Fue a la casa de la tía Erin y almorzó con ella y los chicos, quienes
tendrían su primera fiesta de pijamas en su casa esta noche. Pero no
estaba preocupado. Los había visto varias horas todos los días desde
que llegaron a Nevada, y no había habido ningún problema que no
pudiera solucionar. Jayden no era un problema. No tenía un hueso
tímido en él, y ya se había hecho amigo de Casey y la hija de Boone. Y
mientras Justin pudiera llamar a Gray o Darius de vez en cuando, se
relajó bastante rápido. Al niño le encantaba estar en la piscina
comunitaria cerca de la casa de Erin.
—¡Si Hola! —La risa en la voz de Jayden aflojó la tensión que Darius
ni siquiera sabía que tenía en los hombros—. Erin me dijo que te
preguntara si Justin es alérgico a algo. ¿Lo es?
Iba a ser una linda velada. Hacía unos veinticuatro grados perfectos,
cielos azules, ni una pizca de brisa. Tenían una piscina, aunque
pequeña, en la que Darius esperaba estar con Gray en algún momento
durante su estadía.
—Sí. Estarán aquí dentro de una hora. —Era bueno que no todos
llegaran al mismo tiempo. Esta noche, sólo estaban Gray, Ryan y Niko.
El resto seguiría mañana y pasado mañana—. Tengo la sensación que
habrá mucha barbacoa y pizza esta semana.
***
Gray sonrió.
—Él no está aquí, y vamos —dijo Ry—. ¿Qué pasó con los hermanos
antes de... mi hermosa esposa?
***
Gracias a Dios.
—Tengo ganas de cubrirme cerca de ustedes dos. Eso sería por Gray
y Niko.
Darius lo miró dos veces mientras los demás ladraban risas que se
hicieron eco. ¡Jesucristo, ese chico! ¿Ningún tema era sagrado?
El suelo crujió cerca de la puerta, y Darius miró hacia atrás para ver
a Gray de pie allí.
Darius apretó los labios y se rio en silencio. Para ser justos, Gray no
necesitaba más que una brisa cruzada para ponerse erecto a veces.
Mmm. El niño sabía cómo jugar con Darius. Como un puto violín.
Porque esa ceja arqueada al final, y la pizca de actitud en su voz,
hicieron que Darius quisiera poner a Gray en su lugar.
—Deberías tener cuidado, cariño. —Darius movió una mano a la
mandíbula de Gray y pasó la yema de su pulgar sobre su labio
inferior—. Puede que no me sienta cómodo hablando de nuestras
inclinaciones en el dormitorio con otras personas, pero tú y yo sabemos
que no tendría ningún problema en inclinarte para que el mundo lo vea.
—Señor; sí, señor. —Gray se dio la vuelta y miró por encima del
hombro mientras revelaba lentamente su dulce trasero—. ¿Cómo esto?
—Abre las piernas y baja más . —Podría follar a su chico más fuerte
si no se unía a Gray en la cama, y rápido y duro era exactamente como
Darius quería llevarlo esta noche. Tienes para correrte hasta que me
corra. Si no lo haces, no lo haces.
—¡Eso es cruel!
—Oh, Dios mío... —Gray se dejó caer sobre los codos y bajó la
cabeza—. Te sientes tan jodidamente bien.
Darius soltó una risita, luego hizo una mueca mientras retiraba su
polla gastada.
Darius lo sintió por él, pero todas esas cosas divertidas tendrían que
esperar. No eran unas vacaciones.
—Así que déjame aclarar esto —dijo Gray, agarrando una toalla del
borde de la piscina—. No vamos a hacer nada esta noche. Nada en
absoluto. Esta fiesta se va a acabar y no haremos nada.
***
—Creo que podemos acabar con este. —Darius dio unos golpecitos
con un bolígrafo en una de las impresiones y luego dio un paso atrás
para inspeccionar la pared.
—Darius.
Resumen final.
Darius bostezó.
—Sí, eso será suficiente. —Gray tragó y exhaló con dificultad—. Por
favor, ten cuidado hoy. Recuerda que eres padre. Tenemos niños con los
que volver a casa.
Se secó antes de salir del baño y unirse a los demás. Alicia y Dante
se pararon frente a la pantalla plana, esperándolo, mientras los demás
ocupaban los sofás y las sillas.
—Oh, sí. —Gray enarcó las cejas—. ¿Qué pasa si nunca recibimos la
señal? Necesitaremos un plan de respaldo por si la cosa se pone fea.
Darius se aclaró la garganta.
—Una vez que todos hayan llegado a la subasta y esté oscuro, Darius
y yo nos uniremos con Ryan y Elliott justo detrás de nosotros y Tariq en
la cola. —El pauso—. Suponiendo que haya un vestíbulo o un área
frontal en el complejo, se espera una fuerte seguridad, y apuntarán sus
armas tan pronto como toquemos la puerta. Eliminaremos la amenaza
más inmediata y tomaremos el control de esa área antes de continuar.
Tariq se quedará en la entrada y nos mantendrá informados.
Esa era una nueva adición, algo que Darius había protestado al
principio. Obtuvo el razonamiento detrás de la idea; era bueno tener un
par de ojos extra, los de Willow, para poder informar y ver lo que estaba
sucediendo en cada pasillo, rincón y grieta. Pero le había parecido una
molestia, que consumía mucho tiempo, hasta que me explicó que cada
cámara era del tamaño de una pelota de golf y tenía una ventosa
adhesiva en la parte inferior. Todo lo que tenían que hacer era pegarla
en la pared, y si la textura no permitía que la ventosa se pegara, el
pegamento sería de respaldo. Así que Darius estuvo de acuerdo al final,
y Willow las había traído a la casa por la noche.
***
—Quinn.
11
Warthog: Vehículo de combate.
12
CAS: Apoyo aéreo cercano (CAS) es la acción aérea de aviones y helicópteros contra hostiles.
Cristo. Si había un paisaje del que Darius estaba harto, era el
maldito desierto.
Fue un viaje sin incidentes a lo largo de la ruta más rápida para salir
de Henderson y entrar en la nada quemada donde sólo se levantaban
del suelo arbustos y algún que otro árbol de Joshua. Las Vegas brillaba
en la distancia, aviones y helicópteros flotando alrededor del horizonte,
con un cielo detrás que cambiaba de naranja y púrpura.
Dante lo pasó.
La carga de haber traído a todos a este lugar esta noche pesó mucho
sobre Darius, pero también funcionó a su favor. Siempre había
trabajado mejor bajo presión. Cuando había mucho en juego, su
enfoque se volvía nítido.
Ry sonrió.
Jesús. Debían de haber pasado treinta años desde la última vez que
lo llamaron así. Siempre habían sido Ryan y Ethan.
13
Karambit: Cuchillo táctico.
—RQ en línea y en espera. —Ryan fue el siguiente—. ¿Cómo estás,
pequeña?
Luego Elliott.
—D en línea y en espera.
Ryan agarró sus gafas de visión nocturna, así como sus binoculares
de visión nocturna, y el casco de Elliott estaba equipado con un visor
monocular que captaba las señales de calor más débiles.
14
Tiempo estimado de llegada
—OH, Dios mío —murmuró Willow—. Atentos. Estoy tratando de
hacer un recuento.
—Tres coches más vienen —dijo Ryan en voz baja—. Algo está
pasando.
Necesitaban un plan para AJ. Una cosa era verse obligados a dejar ir
a un comprador o dos, por mucho que doliera, pero dejar escapar al hijo
del jefe de la organización no iba a suceder.
—Han llegado Alfred Lange y su esposa —dijo Alicia—. Junto con dos
asociados. O tal vez sean guardias, pero no lo sé. Reconozco a uno de
ellos. Creo que es alguien que trabaja en estrecha colaboración con
Alfred.
Ryan les hizo un gesto a los chicos para que avanzaran y tomó la
delantera por la cresta con Elliott detrás.
La bajada fue más larga que la de subida, pero esta no era tan
empinada. También había menos obstáculos en el camino.
Darius esquivó una roca más pequeña, contento que sus ojos se
hubieran adaptado completamente a la oscuridad ahora. La luna no
ayudaba, escondiéndose detrás de las nubes, lo que en realidad era algo
bueno. Significaba que no tenían que arrastrarse por el suelo para
avanzar.
Más allá del vestíbulo de aspecto fantasmal, por un pasillo con las
tablas del suelo crujiendo ruidosamente, en una de las habitaciones
traseras donde un agujero en el suelo los aguardaba.
Darius no podía ver cómo haría ninguna diferencia, así que miró a
su alrededor, asegurándose que todos estuvieran prestando atención,
luego les indicó que avanzaran de todos modos. Su corazón comenzó a
martillear mientras descendían los escalones y se unían a Dante en la
puerta. Iba a ser rápido, lo más silencioso posible y con un ligero
cambio de planes.
Darius rechinó los dientes con tanta fuerza que pensó que rompería
sus muelas.
Así era como había entrado Alicia. Debió de haber salido de la casa
poco después de River y los demás.
—Dame una razón para no volar tu cabeza donde estás parada, Ally.
—No volvería a hacer eso si fuera tú —aconsejó. Pero está bien, nada
de teatro. Su muerte será lo suficientemente entretenida.
—Mi padre era un maldito tonto. Podría haber sido cualquier cosa,
podría haber llegado al poder, pero...
—La lealtad no es más que una herramienta para hacer que un perro
camine a tu lado, no delante de ti. Lo único a lo que sirvo son a mis
intereses personales, y los jodiste. —Ella se estaba delatando. Alfred
tampoco significaba nada para ella. Se trataba de dinero—. Me tomó
cuatro malditos años establecer una relación de trabajo entre Lange y
mis asociados en Colombia. Y todo se fue por el puto desagüe cuando
ustedes, imbéciles, incendiaron ese yate. Porque sé que fuiste tú,
Darius.
—No pude por mi vida entender cómo todo había salido mal —
continuó, casi asombrada. Luego le ofreció a Darius una mirada seca—.
Hasta que supe que habías estado involucrado. —Suspiró y miró hacia
la nada. La teatralidad estaba regresando y eso cabreó a Darius.
Si ese es Gray...
Alicia era una genio, pero estaba muy por encima de su cabeza aquí.
La inteligencia de los libros no se traducía en conocimientos de campo,
de los cuales tenía muy pocos. Ella estaba sola. Ella no estaba con
Alfred. Y él no estaba con ella.
—Te mataré.
Charlie no.
—Que…
¡Hijo de puta!
Guardias muertos por todas partes. Los pisos dentro de las cabinas
eran una fosa común de dueños de esclavos.
Darius miró a Alicia, vio sus ojos muy abiertos y supo la respuesta.
***
—Sí, pero ahora no tendré que preocuparme por ellos. En dos horas,
habrán terminado, ¡hijo de puta!
—¡Hostil! —alguien gritó, sonando muy lejos, y fue seguido por dos
disparos rápidos que enviaron el pulso de Darius por las nubes.
Gracias a la mierda.
Cuando Ryan regresó, Darius se había quitado el torniquete, había
vendado la herida con fuerza y estaba en medio de levantarse del piso,
usando la escopeta para soportar su peso.
—¿Un micrófono?
Darius hizo una mueca y dejó el vaso. Tenía que admitir que fue un
gran golpe para su ego.
—Sí, los guardias los devolvieron a donde estaban los demás antes
que se escondieran. Llevarán a los chicos a la unidad de
almacenamiento que acordamos.
De acuerdo entonces.
Estaba en el aire.
Ojos cerrados.
Exhaló.
CONTINUARÁ….
Esperamos que hayas disfrutado del libro ♥