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Preguntas frecuentes

¿Qué es la teoría social?

Toda teoría social ve las cuestiones relativas a la vida social y a los resultados culturales de la
acción social, especialmente en relación con la lógica de las ciencias sociales, la naturaleza
de leyes y generalizaciones que pueden establecerse, la interpretación de la interacción
humana y la forma de diferenciarla de los objetos y sucesos naturales, aunado a la
especificidad de las instituciones humanas.

Ritzer señala que la teoría social es un vasto sistema de ideas acerca de cuestiones de
importancia fundamental para la vida social.

Para Giddens, es otra generalización relativa a los fenómenos sociales, establecida con el
rigor científico necesario para que pueda servir de base segura a la interpretación sociológica.

Así también se le considera una búsqueda racional que pretende interpretar la modernidad.

¿Cuáles son los campos de estudio de la teoría social?

La teoría social está presente en muchas disciplinas, dado que la vida social y los frutos
culturales de la acción social abarcan todas las disciplinas científicas y humanistas. Cuando
menos esto sería lo deseable; sin embargo, en no pocas ocasiones es posible atestiguar que
las denominadas ciencias “duras” o exactas no siempre colocan en el centro de su interés al
sujeto social; muchas veces entre las y los estudiantes de las distintas ingenierías, la física, u
otra, consideran la materia de sociología como poco importante, quizá olvidando que sus
proyectos e investigaciones tendrían que ubicar en el centro al ser humano y dejar de plantear
que la ciencia es neutra, lo cual constituye una falacia y un autoengaño, ya que muchas veces
se pone al servicio de quien detenta el poder y el dinero, como suele suceder con la industria
de la guerra, por ejemplo.

Por otra parte, solemos encontrar como campo más específico de esta teoría a la sociedad,
las instituciones sociales, la cultura, las religiones, la familia; a través de esta teoría se trata de
entender y buscar soluciones a la pobreza, la violencia, la marginación y todo lo referente a la
humanidad.

¿Qué relación tiene la teoría social con el trabajo social?

De acuerdo con el Plan de Estudios 1996 de la Escuela Nacional de Trabajo Social, el trabajo
social se define como “una disciplina que mediante su metodología de intervención contribuye
al conocimiento y transformación de los procesos, para incidir en la participación de los
sujetos y en el desarrollo social”. Esta definición señala que el objeto de estudio del trabajo
social establece como marco el sentido social, lo cultural y la justicia. Ahora bien, dado que es
un área de las ciencias sociales que para lograr sus objetivos tiene que considerar otros
campos de conocimiento, como la psicología, el derecho, la antropología social, la estadística
y por supuesto la teoría social, podríamos señalar que es en la diversidad de ámbitos sociales
en donde se encuentra su unidad y especificidad. La relación entre ambas es que analizan y
estudian las transformaciones, la organización social, la cultura y las formas como se
desenvuelve el sujeto social en su interacción con las otras personas e instituciones.
Por otra parte, las y los trabajadores sociales requieren estar atentos a los esfuerzos que los
teóricos sociales están haciendo de forma permanente, para comprender la complejidad de la
interacción humana y tener los elementos que le permitan fortalecer sus metodologías para
captar los procesos sociales y poder, en un momento dado, incidir en su transformación. Por
otro lado, las y los trabajadores sociales, por su cercanía con la comunidad o población,
pueden marcar pautas, indicar tendencias y señalar probables vías de solución, para que se
conozcan con mayor profundidad las formas de organización y de posible respuesta ante los
problemas sociales que tienen los individuos en determinadas situaciones.

¿Qué es la sociedad?

Theodor Adorno señala que el concepto de sociedad abarca precisamente la unidad de lo


general y lo particular en la correlación total y autorreproductiva de hombres y mujeres.
Herbert Spencer (1820-1903) señala que la noción de organismo puede explicar a la sociedad
de las personas y de los seres vivos. Diferencia dos formas de sociedad como ideales: la
militar y la industrial; la primera se apoya en el estatus, en una situación de hecho por la cual
cada uno de sus miembros se encuentra ubicado en una posición determinada, que debe
aceptar; por otro lado, la industrial, se fundamenta en un contrato, en la voluntad libre de sus
integrantes. Define el progreso en la transición de una sociedad del tipo militar a una sociedad
del tipo industrial (Fitcher, 1979).

¿Qué es cultura?

Para Bronislaw Malinowski (1884-1942) la cultura incluye los artefactos, bienes,


procedimientos técnicos, ideas, hábitos y valores heredados. La organización social sólo
puede comprenderse como una parte de la cultura, y todas las líneas esenciales de
investigación referentes a las actividades humanas, los agrupamientos humanos, las ideas y
creencias, se fortalecen unas a otras en el estudio comparativo de la cultura.

Para Nicholas S. Timasheff, el proceso cultural se caracteriza por la capacidad creadora. Los
productos culturales son exclusivos y únicos, y por lo tanto, no fácilmente transferibles de un
periodo histórico a otro. Fundamentalmente, la cultura es una síntesis del mundo y de la
personalidad individual, que se expresa en el arte, en las religiones y en la filosofía, campos
estos de auténtica capacidad creadora.

¿Qué relación se da entre cultura y sociedad?

La cultura es todo aquello que vamos aprendiendo, como los hábitos, las formas de
interacción social, como saludar, los tipos de comida, las normas de higiene, conocimientos,
valores, creencias, mitos, formas de pensamiento que se van transmitiendo de generación en
generación. Así también la cultura es compartida en común por diversos miembros de una
sociedad; la cultura es modelada e implantada por la sociedad y en la sociedad para que las
personas se vayan ajustando a “sus” roles sociales determinados, dependiendo de a qué
grupo social pertenezcan. El aprendizaje social se considera sinónimo de evolución social
(Timasheff, 1979).

¿Qué diferencia existe entre los conceptos “rol” y “estatus”?

De acuerdo con Merton, los roles o papeles sociales conforman una amalgama de pautas y
reglas de comportamiento socialmente identificadas y fácilmente reconocibles, constituyendo
un marco de interacción en las relaciones interpersonales.
El estatus designa el lugar, rango, posición o puesto que toda persona ocupa en relación con
otros, ya sea dentro de los grupos de que forma parte, como de la sociedad a la que
pertenece, es decir, la profesión que una persona tiene o ejerce.

¿Qué son las instituciones sociales?

De acuerdo con Max Weber, son los núcleos básicos de la organización social, comunes a
todas las sociedades, cuyo objetivo es resolver algunos de los problemas de la vida en
sociedad. Son las instituciones sociales las que apoyan a la persona en su vida diaria y en su
modo de vida dentro de una sociedad, como son la familia, las religiones y el Estado.

¿De qué manera puede apoyar la teoría social a una persona en su propia vida, su
entorno cercano y el mundo complejo en que vive?

La teoría social puede aportar conocimiento sobre las formas de interacción de las personas,
sobre las instituciones, sobre fenómenos que se repiten con cierta regularidad, y aunque los
procesos sociales no se repitan exactamente; sin embargo, es posible construir ciertas
generalizaciones con los elementos que aporta la teoría social y a partir de estas
percepciones desarrollar criterios y puntos de vista válidos para comprender el mundo en que
se vive.

¿Por qué a lo largo del texto se insiste en complicar el lenguaje, y en ocasiones hasta
se repite, al tratar de separar las palabras y conceptos en masculino y femenino,
cuando sería más sencillo integrar los dos géneros sólo en masculino, como
tradicionalmente se utiliza en los textos? ¿Cómo se denomina el concepto que subyace
en esta posición?

Empezando por la segunda pregunta, género es la forma como se aprende a ser mujer y a ser
hombre en cada cultura y época determinada, influenciado por las ideas, creencias y
representaciones de tipo religioso, político, económico, jurídico, psicológico, cultural, de etnia y
de clase social; esto es, un conjunto de ideas y valoraciones sociales sobre la masculinidad y
feminidad. Resulta fundamental no sustituir sexo por género, ya que el sexo es biológico y el
género es una construcción social y simbólica.

De ahí que tratar de incluir un aspecto de la perspectiva de género, tomando en cuenta que el
“género es la base de actividades cotidianas que cuestionan suposiciones que damos por
hecho, es como pensar si el Sol surgirá” (Gelles-Levine, 2001: 377). Cabe reconocer que esta
categoría no ha ocupado un lugar relevante en el sistema educativo en México ni en los
planes y programas de estudio de la propia Universidad Nacional; no se trata de traer a la
academia prenociones (en el sentido de Durkheim) o preferencias de sentido común,
olvidando el principio de la no conciencia.

Esta incorporación del enfoque de género constituye uno de los retos pendientes de la teoría
social, lo cual reconoce el sociólogo Anthony Giddens, autor de La tercera vía, cuando señala
que “nadie puede negar que gran parte del análisis sociológico del pasado ha prescindido de
las mujeres o ha operado con interpretaciones de la identidad y el comportamiento femeninos
que son profundamente inapropiadas. A pesar del gran número de estudios sobre la mujer
que se han llevado a cabo en sociología en los últimos veinte años, aún quedan muchas áreas
en las que siguen sin estudiarse suficientemente las actividades y preocupaciones propias de
las mujeres” (Gidden, 1999: 721).
Sin embargo, introducir el estudio de la mujer en la sociología no es realmente lo mismo que
abordar problemas de género, ya que éste afecta a las relaciones entre las identidades y el
comportamiento de mujeres y hombres. Esta no es una propuesta nueva, Marx y Engels
expresaban que los contrastes de poder y estatus entre mujeres y hombres en las sociedades
contemporáneas se debían a la división de clases.

Estos autores señalan que en las formas iniciales de la sociedad humana no existían ni
divisiones de género ni de clase. El poder de los hombres sobre las mujeres surge con la
aparición de las divisiones de clase. Las mujeres se convierten en una forma de “propiedad
privada” de los hombres mediante la institución del matrimonio y se liberarán de esta situación
de esclavitud cuando las divisiones de clase sean abolidas.

Explican que “la familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o
menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las
familias individuales […]. El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella al
proletario” (Marx y Engels, 1974: 260-262).

Probablemente, en la actualidad muchas personas estarían en desacuerdo con este análisis,


dado que no es únicamente la clase social la que propicia las divisiones sociales que
establecen el comportamiento de hombres y mujeres; hoy consideraríamos que influyen
también la cultura, la etnia y el género.

Pretendemos que la alumna o estudiante empiecen a incorporar el enfoque de género desde


lo aparentemente más simple, como pareciera el utilizar ellas y ellos, aunque tendríamos que
reconocer que a través del lenguaje se construye el reconocimiento del otro y esto constituye
tan sólo un aspecto de la teoría de género. Objetivamente uno de los retos pendientes para la
teoría social es que se aborde esta cuestión de forma decisiva.

Por otra parte, en la comunidad integrada por mujeres y hombres –el sujeto social que da
razón de ser a esta licenciatura–, pensando en esa comunidad precisamente, es que se
construyen los programas de estudio de trabajo social, y es ahí en donde surge la necesidad
de que la categoría género sea relevante, para entender la interacción entre hombres y
mujeres, y se juega la lógica patriarcal que históricamente le ha negado capacidad de poder a
las mujeres, y en consecuencia ésta se traduce en una imposibilidad real de que ellas tomen
decisiones con base en sus necesidades vitales, sueños y aspiraciones personales, lo que se
convierte en una incapacidad real de negociación con la pareja, con la familia y con la
sociedad.

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