Enseñanzas Pastorales

Misión Sin Límites

Las primicias

Proverbios 3. 8 - 9
“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos
tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”

I. ¿Cómo dar primicias?

Lo primero es saber para que dar primicias.

1. No es una manera, es la manera de honrar a Dios con nuestros bienes

(Proverbios 3.9)

2. Para santificar el resto de la masa, es decir, para santificar el resto de una

provisión que Dios ha puesto en mis manos; eso es, asegurar que el resto de esa
provisión esté bajo la bendición de Dios, bendición que consiste en preservar la
provisión y no dejarla escasear hasta una nueva entrega que Dios nos haga;
siempre tendré lo suficiente y en ocasiones hasta abundancia. (Prov 3.9 / Rom 11.16 /
1 Reyes 17.13 – 16.

II. ¿Cada cuanto debo dar primicias?

La respuesta está en el entender que usted tenga acerca de: ¿Para qué son las
primicias? expuesto en este texto arriba.

Ejemplo:
¿Cada cuanto debo recargar mi tarjeta de Transmilenio?

La respuesta sería: cada vez que necesite viajar, eso me asegura un lugar en el
transporte y no estar pidiendo a otro para poderme transportar, ni subirme a la flota a
pedir que me ayuden.

Lo otro, además de asegurar un lugar propio en el transporte, estoy reconociendo la

autoridad del estado y no hago como otras personas que se saltan por las talanqueras
desconociendo y burlando la autoridad del estado.

Así pues, la ofrenda de primicias se da cada vez que el ofrendante considere que ha
recibido del Señor una nueva provisión; si usted no ha recibido del señor alguna
provisión, no debe ofrendar primicias, cosa que es imposible; ¿cada cuánto? Ahí está
su fidelidad que identifique cada cuando recibe del Señor una nueva provisión.

Pastor, William DJ García

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Alguien pudiera decirle exactamente cada cuanto, pero entonces no estarías

ofrendando primicias desde su corazón, sino desde su mente reactiva, porque se lo
han dicho, tal como muchos del pueblo de Israel lo hacían y esa ofrenda se convirtió
en una ofrenda por ley, o como por imposición y no de corazón.

Una persona que vive en el campo recibe su provisión de parte de Dios cada vez que
su finca de cosecha, y cada vez que sus arboles de fruto, y cada vez que en su corral
haya crías de sus manadas. Cuando nos trasladamos a la ciudad por lo general nos
olvidamos de esta práctica, es como si lo que recibiéramos aquí no fuera provisión de
Dios; solo que la diferencia es que en el campo no es tan seguido como si lo es en la
ciudad.

2 de Corintios 9:7
"Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre."

Finalmente, la cantidad de ofrenda de primicias, no es como el diezmo, que

explícitamente lo enseña la Palabra de Dios.

¿Cuánto fue la cantidad de harina y de aceite que tomó la viuda de Sarepta para dar
la primicia al profeta Elías?
¿Fue toda la harina y todo el aceite que tenía? Pienso que no; con toda seguridad ella
se aseguró de dejar para luego ella hacer su amasijo para su hijo y ella. El secreto fue
tomar esa porción primero y colocarla aparte en su artesa y amasarla para dar su
primicia.

Es todo un acto de fe, es decir, de FIDELIDAD al que siempre ha sido fiel.

Cuando damos con alegría, somos consecuentes con la cantidad que ofrendamos.

No olvidemos que la ofenda de primicias es una ofrenda aparte de las demás ofrendas
por su carácter y enseñanza bíblica.

III. ¿Qué pasa si no ofrendo primicias?

1) Le fallamos al Señor

¿Por qué? Bueno, porque su voluntad es que NADA NOS FALTE, él no se complace
en ver a sus hijos alcanzados de la escasez, de las malas rachas y circunstancias

Pastor, William DJ García

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dañinas que atan a los gentiles. Sus pensamientos para su pueblo siempre son de
bien y no de mal.

El evangelio no es sinónimo de vivir esclavos de la escasez, esclavos de las deudas

impagables, esclavos de los acreedores, esclavos de un trabajo que nos roba el
tiempo para vivir en familia con los de mi casa y con los de mi iglesia. Por más que
vivamos en una Sarepta de Sidon, siempre tendremos y nos sobrará, aunque los que
no conocen a este Dios estén pasando hambre y siempre sean escasos en sus
provisiones.

2) Le fallamos a nuestra familia

A nuestra congregación y nos fallamos a nosotros mismos; pues así hizo Acan (Josue
Cap 6 y 7) y terminó llevando a su familia al valle de Acor, donde la angustia y el dolor
los consumieron.

Cuando no ofrendo las primicias, estaré permitiendo que yo y aun los que viven bajo
mi amparo, terminen desamparados, así como lo pensaba la viuda de Sarepta.

En la Palabra de Dios no solo Él nos enseña acerca de Dios y de nuestra salvación,

también nos enseña la justicia con la que Dios quiere que vivamos. Hay gente muy de
Dios, pero desafortunadamente tienen en poco las instrucciones de vida que Dios nos
da. Les pasa lo de ciertas corrientes religiosas que predican acerca de que la pobreza
o escasez lo hacen a uno mas santo que a otros, es más, interpretan que los ricos,
por ser ricos no heredaran el reino de Dios. Quizás no lo predican directamente, pero
su convicción es transversal con el solo hecho de cuestionar una enseñanza como
esta.

IV. ¿Me salvo o me condeno si no ofrendo las primicias?

Preguntas como estas dejan entrever para nosotros que no hay mucha claridad sobre
las doctrinas de la salvación. La salvación no depende de lo que yo haga, sino de lo
que yo soy por la obra que el Señor hizo en la cruz, muriendo, siendo sepultado y
resucitado para mi justificación.

Personalmente no doy los diezmos para salvarme, ni doy mi ofrenda de primicias para
salvarme, ni doy mis ofrendas voluntarias para salvarme, tampoco doy mi ofrenda de
solidaridad para salvarme. Absolutamente no.

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Diezmo, ofrendo, doy primicias por que YA SOY, ya soy salvo, ya soy hijo de Dios, ya
vivo en el Reino de Dios, ya soy nueva criatura, ya tengo un corazón nuevo. Vivo
agradecido con el Señor; ese dinero, esos frutos, esa porción que presento al Señor
es nacida de un corazón no miedoso de que si no lo hago me condenó, no es así; soy
salvo, Gloria a Dios.

Sencillamente si en su patio hay un árbol de naranjas, pero este no da ese fruto, es

porque algo raro está pasando, algo le falta a ese árbol, pues lo más natural es que dé
fruto; habrá que hacer algo, seguramente hay que podarlo, talvez necesite abono, o
quizás ese árbol este teniendo UN CRECIMIENTO ANORMAL y hay que quitarle
ápices o lo que se conocen como cogollos (fui campesino desde niño y conozco
algunos procedimientos) cuando a ese árbol se le quitan los cogollos, al cabo de unos
pocos meses le nacen ramas hacia los lados, ramas que dan flores y luego fruto.
También hay algunos casos en los que hay que polinizar la flor, pues así mismo hay
vidas cristianas que se ven muy frondosas y hasta en ocasiones muy florecidas, pero
nada de fruto o escazas de fruto; hay que revisarse cuando no sientes obrar en la
justicia de Dios, o lo hace por un tiempo y se fatiga o lo hace por miedo a no ser salvo.
Seguramente ya está en el reino de Dios, pero no te has dejado formar, cuestionas las
enseñanzas de la Palabra de Dios, eres el escéptico en la iglesia, cuestiona y aun
hasta esparces tus conceptos.

La vida cristiana es fruto, no es solo árbol, no es solo flor, y ese fruto es justicia. De
ahí que la justicia de un creyente no es solo palabras, no es solo teoría, es justicia
para con los suyos, su familia, también para con la familia de Dios, la iglesia.

¿Se ha preguntado que hubiera pasado con la señora de Sarepta de Sidón sino
hubiere atendido la instrucción del profeta Elías? “tráeme a mi primero y luego harás
para ti y para tú hijo”

La respuesta es lógica: se hubiere cumplido lo que ella meditaba, pensaba y decía:

“no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de
aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y
para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.”

“No tengo,” pero la verdad SI TENIA. A veces NOS CONVENCEMOS que tener
significa CANTIDAD GRANDE. El “solamente”, que ella expresa, la está condenando
a morir a ella y a su hijo. No olvidemos que el Señor enseñó, que de la abundancia del
corazón habla la boca; y lo que en ella abundaba era un pensamiento de escasez que
articulaba con la muerte, “moriremos en esta escasez, moriremos en esta crisis,
moriremos en el valle de Acor” tal como le sucedió a Acán en Josué 7. 25 – 26.

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Pero el Dios de Israel había dicho: “La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de
la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra” 1
Reyes 17: 14.

Ahí estaba el problema de la viuda, la tierra se secaría, pero ese no era el problema;
los cielos se cerrarían, pero ese no era el problema; los ríos se secarían, pero ese no
era el problema; la oferta de harina en el mercado se caería, pero ese no era el
problema; la oferta del aceite en el mercado también se caería, pero ese no era el
problema. El problema de la viuda estuvo en que se dejó aturdir por las malas
noticias, finalmente sus oídos se cerraron y dejó de escuchar las instrucciones de
justicia establecidas en la Palabra de Dios. Uno diría, que con toda la prevaricación y
corrupción espiritual que hubo en Israel para ese tiempo, ¿cómo no iría a fallar la
viuda? Pero si sucede, cuando nos dedicamos solo a escuchar la Palabra y no la
hacemos, no la ponemos por práctica, estamos determinados a olvidarnos pronto de
sus instrucciones. Así venga algún otro a decirnos que no es necesario dar primicias,
que no es necesario ofrendar, que no es necesario diezmar, etc., yo soy responsable
de no dejar que me arrebaten lo que un día ya fue sembrado en mi corazón y
mediante lo cual el Señor me ha sustentado la bendición.

V. ¿Puede una persona no bautizada ofrendar primicias?

Lo que el Señor le enseña al pueblo de Israel respecto a estas prácticas, no es porque

sea algo exclusivo de ellos, como quien dice: “solo ellos podían honrar a Dios, los
demás pueblos no”. Eso es lo que creen algunos. Pero la verdad la expresa la Palabra
de Dios:

Salmo 24: 1
“De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”.

Ante la desidia del pueblo de Israel de presentar sus ofrendas correctamente, el Señor
les dijo:

Hageo 2: 8
“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”.

¿Acaso de Dios, es solo las riquezas que nosotros poseemos? ¿no es él, el dueño de
todo?

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Uno de los pecados por los que el mundo será juzgado será por prevalecer en la
corriente introducida por el diablo en el huerto del Edén, cuando este indujo al hombre
a tomar de lo que Dios se había reservado para él, el árbol que está en medio del
huerto; no porque Dios lo necesitara, sino que fue puesto allí como claridad para el
hombre que no todo es de él y por lo tanto el hombre simplemente es un mayordomo
privilegiado sobre toda la creación.

Pero note usted las palabras lisonjeras del diablo en Génesis 3: 5: “seréis como Dios”
¿has leído como terminó el hombre y la creación misma? Aquí esta:

Génesis 3. 16 - 19
“…maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu
vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu
rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues
polvo eres, y al polvo volverás”.

Ahora bien, tenemos registros en la Biblia de hombres que ofrendaban para el Señor y
aunque no eran creyentes del evangelio de Dios, el Señor se agradaba de sus
ofrendas, por ejemplo aquí hay un caso:

Leer Hechos 10: 1 - 9

“…Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus
oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues,
ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro”.

Una historia que finaliza con la mas grande de todas las bendiciones para este
personaje: “LA SALVACIÓN DE EL Y SU CASA.

Así que no debemos impedir a ninguna persona que sintiendo en su corazón honrar a
Dios con sus bienes, lo haga, porque de Jehová la tierra y su plenitud, el mundo y los
que en el habitan. No somos los únicos habitantes en esta tierra, y el Espíritu Santo
dijo a través de Pablo:

Romanos 1: 18
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
hombres que detienen con injusticia la verdad”

Permitamos que la proclamación de la justicia de Dios, su mensaje salvífico, la

extensión del reino de Dios llegue a muchas mas gentes y para ello, el Señor ha
dispuesto de las riquezas, así como dispuso de las riquezas con que los Israelitas se

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enriquecieron cuando salieron de Egipto, fue así como él mando a construir Santuario
para el en medio de ellos.

Alguno dirá: nunca he ofrendado primicias, o bueno, sí lo hago, pero no muy fielmente
¿Qué debo hacer para comenzar a practícalo, o que debo hacer para restaurar de
nuevo este ofrendar?

Hebreos 11: 4
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó
testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún
habla por ella”

El caso mas fiel es el de este hombre llamado Abel, ¿Cómo fue que este hombre
comenzó a ofrendar primicias? Pensemos en quien se lo pudo haber enseñado;
posiblemente su padre Adán tuvo que haberle contado la triste historia de como de un
momento a otro quedaron desnudos, desnudos no solo físicamente, sino
espiritualmente, es decir, se sintieron desamparados, entraron en confusión, el miedo
se apoderó de ellos (Genesis 3: 10) pero luego tomados del mismo huerto, unos
animalitos mueren para cubrir con sus pieles esa desnudez, esto lo hizo Dios
(Genesis 3: 21) es decir, si hubo la manera de solucionar tan terrible situación, un
sacrificio, una ofrenda, una enseñanza que marcó sus vidas y que ante una tierra
agonizante, una tierra que perdió su calidez productiva y abundante lo mejor era
recordar delante de la generosa presencia de Dios, aquel momento pasado en el
huerto y presentar ofrenda delante de Dios.

Así que, siempre hay la oportunidad de comenzar a hacer lo correcto antecediendo la

preparación de un corazón sincero, que ha llegado a reconocer sus faltas y como Dios
ha sido tan bueno y misericordioso. Esta fue la actitud que debían tener los israelitas,
así les enseñó el Señor cuando estaban a punto de dejar el maná (provisión de día a
día) para entrar a la tierra de la promesa:

Deuteronomio 26: 1 - 10
1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes
posesión de ella y la habites,
2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que
Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios
escogiere para hacer habitar allí su nombre.
3 Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a
Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos
daría.

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4 Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de

Jehová tu Dios.
5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer
fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y
llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;
6 y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura
servidumbre.
7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio
nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión;
8 y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande
espanto, y con señales y con milagros;
9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
10 Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh
Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.

No haga esto a la ligera, no lo haga para agradar al hombre, hágalo para el Señor, el
es quien te ha dado el poder de recibir esa provisión.

Y si algún varón de Dios, en algún momento te llegara a decir que no es necesario

que lo hagas, NO TENGA CUIDADO DE ESAS PALABRAS, sígalo haciendo; no
importa que tal varón sea de renombre, que sea de 30, 50 70 años de ministerio, NO
CAMBIES LA BENDICION de Dios por el parecer de otro.

Hay quienes hoy argumentan mediante disciplinas como la exegesis, la hermenéutica

y toda esa cantidad de ciencias de interpretación y llegan a conclusiones que hasta
extrañas son para muchos de nosotros, como por ejemplo:

“Eso era para los israelitas” o “eso para el tiempo de la ley” o “eso eran figuras de los
bienes venideros” o “en Cristo Jesús nosotros ya dimos todas las primicias” etc.,
argumentos van y argumentos vienen. Y entonces nos preguntamos: ¿Dónde queda
la ley, era el propósito de Dios imponerles, o no apuntaba a instruirlos para que fueran
bendecidos en la tierra que entraban a poseer? ¿acaso no los podía bendecir el Señor
así como algunos hoy suponen que dios bendice a la iglesia? La verdad sea dicha:
“hay varones que ya tienen lo suficiente, pero hay creyentes que viven en Acor, sin
embargo tales varones subestiman la eficacia de los métodos de Dios, porque ya
tienen lo suficiente.

Y me pregunto: ¿Cómo es que en los tiempos antiguos cuando predominaba el

analfabetismo en Colombia y eso de la hermenéutica y exegesis y todas esas
disciplinas de la interpretación eran casi desconocidas por los predicadores, como si

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predicaba abiertamente sobre lo necesario de diezmar, ofrendad y dar primicias

fielmente y Dios respaldaba su palabra?

Recuerdo la casa pastoral de mi primera iglesia como niño y adolescente; abundancia

de primicias y de ofrendas en el patio, en sus graneros o cuartos. No recuerdo un solo
plato de comida comprado en esas confraternidades, pero si recuerdo la fila con mi
plato en la mano para recibir mi porción y comer todos juntos con gozo y alegría, ¡que
lindos momentos! “El que recogió mucho, no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos”.
2 Corintios 8: 15.

Pero hoy, hoy todo es vendido, hay que comprarlo, ¿Por qué? Porque dejamos de
enseñar acerca del diezmo, las ofrendas, las primicias; esto no es un capricho de
hombre, es el método, es el plan financiero de Dios para su reino.

O pregunto, ¿Cómo es que aquel hermano que conozco personalmente, desde el año
2006, se paró frente a su cultivo de frijol el cual había amanecido lleno de gusanos en
sus hojas, levanta sus manos y le dice al Señor: “Señor este cultivo es tuyo, tu sabes
que sin falta las primicias son para ti, te ruego que lo limpies” y muy temprano a las
10:00 de la mañana todos esos gusanos estaban tostados en el suelo? Y este
hermano si acaso tenia quinto de primaria, no era un exegeta de los modernos de hoy
que están saliendo con unas enseñanzas raras, negando la eficacia de los instructivos
Divinos.

Me pregunto ¿cómo es posible, que la finca de un hermano que sus linderos solo
están separados por una cerca de alambre con una extensión aproximada de cinco
kilómetros ante la finca de otra persona inconversa, tenga una protección
sobrenatural? Mientras en la otra finca su vecino cada rato estaba incinerando y
sepultando los restos de sus vacas que morían de una peste u otra cosa, pero en la
finca del hermano sus vacas daban crías sanas. Mientras el vecino lidiaba con las
pestes en sus sembrados, el hermano sacaba su cosechas. ¿era este hermano un
exegeta, teólogo en las escrituras? NO. Simplemente creía que lo que estaba ahí
escrito, era real y verídico y se cumplía; y si, esto de ser fiel al Señor en la economía
tiene sentido.

Por otro lado conocemos gente infiel en esto, pero tienen mucho más dinero que
otros, muchos más bienes materiales que toros; tienen su casa o casas, tiene su
vehículo, etc., cualquiera pudiera decir: “viven bendecidos” pero NO, mie lo que dice la
Biblia:

Proverbios 10: 22

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“La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella”.

¿Has visto gente así? Si, el inconverso, el apartado y hasta a veces creyentes; que al
parecer lo tienen todo, PERO VIVEN ANGUSTIADOS, afanados, ahogados,
miedosos, desconfiados, etc., eso no es vida, eso no es riqueza, pues hay riquezas
que al arrebatarlas todas y apropiarnos de ellas traen consigo TRISTEZA así como lo
dice el texto bíblico anterior.

Ellos aunque tienen mas que otros, viven con la sensación de que no tienen, que no
les va a alcanzar, que se van a quedar con menos, y si dan, siempre dan de lo que les
sobra y no como se debe dar. Al momento de diezmar es decir, de devolver el diezmo
que es el del Señor, porque fíjese que en su poder está, solo tienes que devolverlo;
pero la tentación llega y al momento de diezmar, descuenta, el arriendo, el mercado,
el vestido, etc., y de lo que les queda diezman, eso no es diezmar, eso da a entender
que ese corazón se está apropiando ilícitamente de algo que le pertenece al Señor
(Malaquías 3: 8)

Así que, el mismo Dios que respaldaba su palabra hace 20, 30 años atrás es el mismo
y aunque vengan, así sean grandes hombres a decirnos lo contrario, más sabia, más
inteligentes, y más efectiva es la palabra que ellos. NO LO OLVIDE, y no impida la
bendición para su familia, se la primicia para su familia.

Pastor, William DJ García