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6 emociones básicas y sus

características
Según la teoría de Paul Ekman, las seis emociones
básicas del ser humano son la alegría, la tristeza, el
miedo, la ira, el asco y la sorpresa. Son consideradas
universales, ya que se cree que son innatas. Las
emociones juegan un papel muy importante en
nuestra vida, ya que nos nos ayudan a modular
nuestro comportamiento y a actuar rápidamente en
situaciones en las que es necesario.
es importante destacar que las emociones son
complejas y pueden variar en intensidad y matices
dependiendo del contexto cultural y personal de cada
individuo. En este artículo de Psicología-Online, te
explicamos cuáles son las 6 emociones básicas y
sus características.

Alegría
La alegría es una emoción positiva que se
experimenta ante situaciones de bienestar,
felicidad, satisfacción o placer. Se caracteriza por
una expresión facial de sonrisa, brillo en los ojos y
gestos corporales abiertos y relajados. Debido a la
forma en que lo expresamos, no parece tener ningún
tipo de función de supervivencia. No parece ser más
que el reflejo de nuestro estado interno, sin
embargo, la alegría es uno de los sistemas corporales
que nos mueve a la acción.
También es una recompensa por el comportamiento
que nos aporta beneficios. Cuando tomamos algún
tipo de acción que cumple una meta, surge la
felicidad. Gracias a ese sentimiento de felicidad,
repetiremos ese comportamiento para volver a
experimentar placer. Estos pueden ser los
motivadores más naturales que tenemos. A nivel
fisiológico, se observa un aumento de la frecuencia
cardíaca y una mejor frecuencia respiratoria. Además
de eso, encontramos que el cerebro libera más
endorfinas y dopamina.

Tristeza
La tristeza es una emoción negativa que surge en
respuesta a la pérdida, la aflicción o la desilusión. Se
caracteriza por una expresión facial decaída, lágrimas,
gestos corporales encorvados y una sensación de
pesar. Esta emoción implica una disminución del
estado de ánimo, así como una reducción
significativa de la actividad cognitiva y conductual.
Las principales características de las tristeza son las
siguientes:
• Sensación de pesar: la tristeza se caracteriza por
una sensación de carga emocional, una sensación de
peso o vacío en el corazón. Puede estar acompañada
de una sensación de soledad o desesperanza.
• Expresión facial decaída: cuando estamos tristes,
nuestra expresión facial suele ser más apagada. Los
músculos faciales pueden relajarse, los labios pueden
curvarse hacia abajo y las cejas pueden fruncirse
ligeramente.
• Llanto: es una respuesta común a la tristeza. Llorar
puede ser una forma de liberar la tristeza acumulada
y proporcionar alivio emocional.
• Retraimiento social: la tristeza puede llevarnos a
aislarnos y a buscar momentos de soledad. Podemos
tener menos interés en participar en actividades
sociales y preferir estar solos para reflexionar o
procesar nuestras emociones.
En este artículo encontrarás información sobre cómo
gestionar la tristeza.

Miedo
Si hablamos de emociones básicas del ser humano, el
miedo es un estado emocional negativo o
adverso. Implica una alta activación que conduce a
evitar y escapar de situaciones peligrosas. La
experiencia del miedo es la de la alta tensión, junto
con la preocupación por la salud y la seguridad de uno
mismo.
Los síntomas fisiológicos correlacionados nos
muestran una rápida elevación de la activación y
preparación para el vuelo. La actividad cardíaca se
dispara y la respiración se acelera. La respiración se
vuelve superficial e irregular. El miedo es un legado
evolutivo que tiene un evidente valor de
supervivencia. Esta emoción es útil para preparar el
cuerpo y provocar comportamientos de supervivencia
ante situaciones potencialmente peligrosas. Además,
ayuda a aprender nuevas respuestas de protección.

Ira
La ira es una de las emociones básicas universales
que surge cuando un individuo se encuentra en
situaciones que producen frustración o aversión. La
experiencia de la ira es desagradable. Viene
acompañado de un sentimiento de tensión que nos
impulsa a actuar. Es una emoción multifacética y, en
muchos casos, ambigua. Concretamente, las
características de la ira son:
• Sensación de enojo y hostilidad: la ira se
caracteriza por una intensa sensación de enojo y
hostilidad hacia la situación o persona que
consideramos responsable de nuestra frustración o
injusticia percibida.
• Expresión facial de enojo: cuando estamos
enojados, nuestra expresión facial puede mostrar una
mirada penetrante, ceño fruncido, labios apretados y
tensión en los músculos faciales.
• Aumento de la energía: la ira suele venir
acompañada de un aumento de la energía física y
mental. Nos sentimos más alerta, activados y
preparados para enfrentar la situación que nos
provocó la ira.
• Respuestas agresivas o confrontacionales: la ira
puede desencadenar respuestas agresivas o
confrontacionales, tanto verbales como físicas.
Podemos tener el impulso de expresar nuestro enojo
mediante discusiones, enfrentamientos o incluso
actos de violencia.
• Irritabilidad y tensión muscular: la ira puede
llevar a la irritabilidad constante y a la tensión
muscular. Podemos experimentar una sensación de
rigidez, apretar los puños o tener movimientos
bruscos.
• Aumento del ritmo cardíaco y la presión
arterial: la ira puede activar el sistema nervioso
simpático, lo que provoca un aumento del ritmo
cardíaco, la presión arterial y una sensación general
de activación fisiológica.
En este artículo, te contamos cómo controlar la ira.

Asco
Según la teoría de Paul Ekman, el asco es una
emoción básica que experimentamos en respuesta a
estímulos desagradables, repugnantes o
potencialmente perjudiciales. Algunas características
del asco incluyen:
• Sensación de repulsión: el asco se caracteriza por
una intensa sensación de repulsión y aversión hacia
un estímulo específico, como olores nauseabundos,
alimentos en mal estado o sustancias contaminantes.
• Expresión facial de disgusto: cuando sentimos
asco, nuestra expresión facial puede mostrar arrugas
en la nariz, labios apretados, ceño fruncido y una
expresión de repugnancia claramente visible.
• Respuesta de evitación: el asco suele ir
acompañado de una respuesta de evitación.
Instintivamente tratamos de alejarnos o evitar el
estímulo desagradable que nos produce la sensación
de asco.
• Sensación de náuseas o malestar estomacal:
esta emoción puede desencadenar sensaciones de
náuseas o malestar estomacal. Es común
experimentar una sensación de revuelo en el
estómago o tener ganas de vomitar ante estímulos
que nos resultan repugnantes.
• Disminución del apetito: el asco puede disminuir
nuestro apetito y hacer que nos resulte difícil comer o
disfrutar de la comida cuando estamos expuestos a
estímulos que consideramos repulsivos.
• Mayor sensibilidad a estímulos desagradables:
el asco puede hacer que seamos más sensibles a
estímulos desagradables en general, incluso a
aquellos que normalmente no nos producirían asco.
Nuestra tolerancia a olores, sabores o texturas
desagradables puede reducirse.
Es importante destacar que el asco cumple una
función adaptativa al ayudarnos a evitar sustancias
tóxicas o peligrosas para nuestra salud. Sin embargo,
la intensidad y la sensibilidad al asco pueden variar de
una persona a otra, y lo que puede resultar repulsivo
para alguien puede no serlo para otra persona.

Sorpresa
Según la psicología, la sorpresa es una emoción
básica provocada por algo inesperado, nuevo o
extraño. En otras palabras, es cuando aparece un
estímulo en el que el sujeto no había pensado de
antemano. La experiencia subjetiva que acompaña a
la sorpresa es una sensación de incertidumbre,
transitoria y su duración varía según el estímulo y la
persona. Las características de la sorpresa son las
siguientes:
• Expresión facial de asombro: cuando estamos
sorprendidos, nuestra expresión facial suele mostrar
los ojos abiertos, las cejas levantadas y la boca
abierta. Nuestra mirada puede estar fija en el
estímulo sorprendente.
• Suspensión momentánea: la sorpresa puede
provocar una breve pausa o congelamiento de
nuestras acciones o pensamientos.
Momentáneamente nos quedamos sin reacción
mientras procesamos y asimilamos la nueva
información.
• Aceleración del ritmo cardíaco: esta emoción
puede provocar un aumento temporal del ritmo
cardíaco y la respiración. El organismo se activa en
respuesta al estímulo sorprendente.
• Sensación de alerta y atención enfocada: la
sorpresa despierta nuestra atención y nos hace estar
más alerta. Nos concentramos en el nuevo estímulo y
podemos experimentar una sensación de mayor
claridad mental.
• Posibilidad de emociones mixtas: dependiendo de
la naturaleza del estímulo sorprendente, la sorpresa
puede estar acompañada de emociones adicionales,
como alegría, miedo, confusión o incredulidad. La
sorpresa puede ser el primer paso hacia la
experiencia de otras emociones.
• Deseo de explorar o investigar: esta emoción
básica puede despertar nuestra curiosidad y
motivarnos a explorar o investigar más sobre el
estímulo. Queremos entender y aprender más acerca
de lo que nos ha sorprendido.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-


Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico
ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a
un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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