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TEMA 4.

LA REFLEXIÓN FILOSÓFICA EN TORNO AL SER HUMANO

INTRODUCCIÓN
Hasta el Renacimiento, los seres humanos nos habíamos visto a nosotros mismos como seres superiores,
hechos a la imagen de Dios. De ahí en adelante, el ser humano ha tenido que soportar tres humillaciones
que han tambaleado aquella seguridad y confianza:
• La humillación cosmológica debida al heliocentrismo (Copérnico y Galileo). La tierra dejó de ser el centro
del universo y el ser humano dejó de ocupar un lugar privilegiado.
• La humillación biológica vino de la mano de Darwin y su teoría de la evolución. El ser humano no se
diferencia sustancialmente del resto de los animales.
• La humillación psicológica fue obra de Sigmund Freud y consistió, básicamente, en derribar el mito del
carácter racional del ser humano a favor del componente irracional dominado por instintos incontrolables.
El desconcierto provocado por esta triple humillación hizo surgir con más fuerza que nunca la necesidad de
responder a las preguntas ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es su verdadera naturaleza?
La reflexión filosófica sobre el ser humano es tan antigua como la filosofía. El estudio del alma, la parte
esencial del hombre, fue durante siglos el tema central de la llamada psicología racional. Hoy en día, el
estudio del ser humano es objeto de la antropología filosófica. La antropología filosófica es una disciplina
que tiene por objeto el ser humano en su integridad, sin seleccionar o priorizar ningún aspecto en especial
del mismo. En ella, objeto y sujeto coinciden. A finales del siglo XX, los cambios habidos en la filosofía, así
como determinados acontecimientos históricos como las grandes guerras, hicieron que el ser humano se
convirtiera en un problema filosófico fundamental y que la antropología filosófica concitara un gran interés.

1. EL PROBLEMA MENTE - CEREBRO


El problema mente-cerebro es una versión moderna y científica de un viejo problema filosófico, de hondo
calado: ¿es el ser humano material o hay en él un principio inmaterial o espiritual? Es decir, es la versión
actual del antiguo problema de la relación entre el alma y el cuerpo.
Veamos algunas de las más importantes posturas al respecto:
➢ Posturas dualistas, según las cuales la realidad humana consiste en la integración de dos principios
contrapuestos, uno material (el cuerpo) y uno espiritual (la mente, espíritu o conciencia). En general, cabe
decir que los dualismos dan preeminencia al principio espiritual sobre el material. El principal problema de
estas posturas radica en la siguiente cuestión: ¿cómo se integran funcionalmente dos principios en
apariencia absolutamente distintos, regidos por leyes diferentes?
➢ Posturas monistas, según las cuales dicha dualidad es ilusoria, y el ser humano tiene una naturaleza no
dual. En general, el monismo equivale a una postura materialista, es decir: el ser humano es un ser
material, y todo cuanto en él es de apariencia inmaterial no es más que un conjunto de fenómenos que son
el resultado del modo de funcionar de nuestra naturaleza material. Así, por ejemplo, un “pensamiento”, de
naturaleza inmaterial en apariencia, es el resultado de una serie de reacciones neuroquímicas que tienen
lugar en nuestro cerebro, y la conciencia es, también, un fenómeno “material”.
A estos fenómenos se les conoce como epifenómenos, o fenómenos que surgen “alrededor de” o como
consecuencia del funcionamiento de la base material (el cerebro, en este caso). El monismo lo reduce
todo, pues, a una base material. El problema consiste en explicar convincentemente el modo en que, por
ejemplo, la consciencia surge o brota como “epifenómeno” cerebral, cuestión que, por ahora, está lejos de
ser resuelta científicamente.
Existe un tipo de monismo, el monismo emergentista, que afirma que estas propiedades o fenómenos de
carácter inmaterial “emergen” de la base material pero que, al hacerlo, adquieren propiedades nuevas, que
no pueden ser explicadas por su origen material. Por ejemplo: es evidente que el lenguaje humano tiene
un asiento material, una sede cerebral. Si se lesiona cierta parte del cerebro, se pierde la capacidad de
hablar, o de entender. Eso parece claro. Sin embargo, a través del lenguaje se pueden crear obras
maestras de la literatura. Se puede escribir El Quijote, o una hermosa poesía, o se puede crear una gran
teoría filosófica. Y todos esos logros tienen que ver con propiedades estéticas y comunicativas del lenguaje
que son absolutamente nuevas con respecto a la base cerebral.
2. EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD
¿Es libre el ser humano? El asunto no resulta tan sencillo, pues ¿en qué consiste esa libertad? Y en caso
de que exista la libertad, ¿es ilimitada o, por el contrario, posee límites? Los animales no son libres porque
solo actúan guiados por sus instintos, sin embargo, el ser humano puede actuar independientemente
de sus instintos, ¿esto lo convierte en un ser libre?
Para empezar debemos aclarar los dos tipos de libertad, ya que en algunas circunstancias existen
limitaciones externas que merman nuestra capacidad de acción mientras que en otras situaciones, y sin
que existan tales limitaciones exteriores, no sabemos sin embargo qué hacer o qué decisión tomar. Por
tanto:
• La libertad interna o libre albedrío es la libertad de elección propia, no sometida a causas ajenas y, por
ello, autónoma. Cuando hay más de una opción para realizar algo, el sujeto tiene que elegir prefiriendo una
de ellas sobre las demás. Si esa elección se hace siguiendo el criterio propio y no se ve forzada por
ninguna causa externa, se puede decir que la decisión ha sido libre y tanto más libre cuantas más
opciones tenga. Por ejemplo, eres libre de elegir las asignaturas optativas.
• La libertad externa es la libertad de acción y se refiere a la ausencia de impedimentos u obstáculos
externos para hacer lo que queremos hacer. Por eso se identifica con la libertad política o social. Por
ejemplo, eres libre de circular por todo el territorio de la Unión Europea (no hay leyes que lo prohíban).
A lo largo de la historia son muchas las posturas que se han adoptado en torno a la libertad. Podemos
establecer dos grandes grupos de filósofos: aquellos que niegan la libertad humana (son los deterministas)
y los que afirman que el ser humano es libre (indeterminismo). Veamoslas:

➢ El determinismo
a) Determinismo teológico
En las mitologías griega y romana, la vida de los hombres estaba regida por el destino, una fuerza
sobrenatural contra la que nada podían hacer. De manera que ni los dioses ni los humanos son realmente
dueños de sus actos, sino que todo está determinado de antemano: nada quieren, nada eligen, nada
hacen que no esté prefijado.
También entre las religiones monoteístas hay algunas posturas deterministas que entienden que todo
depende de la voluntad de un Dios omnipotente (que todo lo puede) y omnisciente (que todo lo conoce),
que sabe desde el momento de la creación todo lo que va a ocurrir. El calvinismo, por ejemplo, sostiene
que Dios ya ha elegido a quiénes salvará y a quiénes condenará, de manera que lo que hagan durante su
vida no influirá para nada en lo ya decidido.

b) Determinismo filosófico
El determinismo filosófico se asienta, fundamentalmente, en el llamado principio de causalidad.
Según este principio, todo cuanto ocurre, incluidas nuestras decisiones y voliciones, nuestros deseos y
actos, obedece a una causa. Las acciones humanas están causalmente determinadas y son, por tanto,
previsibles y predictibles. Esta es la doctrina por ejemplo de B. Spinoza. Este filósofo cree que todas las
cosas que suceden responden a causas concretas y prefijadas. Lo que sucede es que no todas las
personas son conscientes de las fuerzas que nos empujan a actuar en una u otra dirección. Por eso los
seres humanos creen actuar libremente, ya que ignoran las causas que explican su comportamiento. En
esto se distingue el sabio del resto de las personas, porque el sabio sí que es capaz de comprender las
razones profundas de todo lo que sucede, lo cual le ayuda a aceptar la realidad tal y como es.

c) Determinismo mecanicista o físico


Pensemos ahora en otra circunstancia. Si conociésemos minuciosamente el estado del Universo en un
momento dado y todas las leyes que lo rigen. En este caso, podríamos predecir con exactitud su estado
futuro. Por tanto, no habría libertad, ya que de alguna forma todo estaría determinado por causas
mecánicas.
Este es el planeamiento de Laplace (físico y matemático francés del siglo XIX) y se corresponde con el
denominado el determinismo mecanicista o físico, que es un determinismo de corte científico. La ciencia
nos ha proporcionado una imagen de la naturaleza como un gigantesco mecanismo en el que todo está
regulado y programado, y todo ocurre mecánicamente. No obstante, esta hipótesis es inverificable, dada la
ingente cantidad de datos y variables que habría que tener en cuenta.
d) Determinismo biológico o genético
Por otro lado, hay autores que piensan que todos nuestros comportamientos están prefijados en nuestros
genes, por lo que la libertad es, de hecho, imposible.tanto los rasgos físicos como el comportamiento de
todos los seres vivos, incluido el ser humano, viene determinado por el código genético: nuestra
constitución física, nuestros gustos, nuestras emociones, nuestra conducta, etc., son resultado de nuestros
genes. Nos encontramos en este caso con otra variante del determinismo científico denominada
determinismo biológico o genético. Según esta forma de determinismo, el comportamiento del ser humano
está programado totalmente (Richard Dawkins).

e) Determinismo social
El determinismo social afirma que las causas que determinan nuestra conducta son estrictamente sociales.
Para unos, es la educación recibida la que hace que seamos como somos y hagamos lo que hacemos.
Para otros, en cambio, son las causas económicas las que determinan el tipo de vida.

◦ Dentro del campo de la educación encontramos el conductismo, una corriente psicológica que estudia
experimentalmente la conducta, entendiéndose como la respuesta a un estímulo. Pero la respuesta puede
ser condicionada mediante refuerzos que la motiven, de manera que aplicando los estímulos adecuados
(premios o castigos) se puede provocar la conducta de un sujeto. (Paulov y Skinner).

◦ El determinismo económico, en cambio, no se refiere a los individuos concretos, sino a las condiciones de
vida de los grupos sociales, que estarían determinadas por la estructura económica, esto es, por la forma
en que están organizados el capital y los medios de producción. El marxismo, como teoría
político-económica, sostiene que en cada tiempo histórico las estructuras sociales (la cultura, la religión,
etc.) están determinadas por la estructura económica imperante, de forma que un cambio en la estructura
económica inevitablemente provoca un cambio en todo lo demás, pero no a la inversa.

➢ El indeterminismo
En contra del determinismo se suelen alegar diversas razones. La primera de ellas apunta al principio de
causalidad. En efecto, todo tiene una causa, pero eso no significa que la causa conduzca inevitablemente
a la acción. Por ejemplo, un picor en la nariz conduce inevitablemente a un estornudo, pero una situación
de peligro no conduce inevitablemente a huir. Ni el hambre conduce inevitablemente a comer. Ser libre,
pues, implica no ser un autómata, aunque tampoco implica una absoluta indiferencia hacia los
condicionamientos, de cualquier tipo, que actúan sobre nosotros.
Por otra parte, se alega a favor de la libertad que es un presupuesto básico, una especie de axioma
indemostrable de nuestra conducta, del cual tenemos una convicción íntima inquebrantable. De ella nace,
por ejemplo, el sentido de la responsabilidad moral. Si no fuéramos libres, no tendríamos responsabilidad
moral sobre nuestras acciones, pero todo el mundo, todas las sociedades y sistemas penales se
fundamentan y tienen sentido precisamente porque creemos que existe la responsabilidad. Incluso el
formular una teoría determinista solamente es posible si asumimos que el autor es libre de hacerlo. En
efecto, ¿qué valor tendría la doctrina de Dawkins, si él no fuera un sujeto libre, que piensa libremente?
¡Ninguno!
Para terminar, habría que mencionar la existencia de un indeterminismo científico, ligado a la moderna
mecánica cuántica. La mecánica cuántica es la rama de la física que estudia la dimensión subatómica de
la materia. En esta dimensión microscópica, los físicos se han encontrado con la sorpresa de que es
imposible determinar con certeza a la vez la posición de una partícula y su cantidad de movimiento,
magnitud está que incluye la dirección. Los sucesos subatómicos son, pues, imposibles de predecir,
contienen un elemento de azar que los pone fuera del alcance de nuestra capacidad de predicción. Por lo
tanto, no todo en la naturaleza está determinado mecánicamente.
Algunos filósofos, como Karl R. Popper, a partir de ahí, argumentan a favor del indeterminismo: la
naturaleza, afirma, es creativa, y tan compleja de hecho, que es imposible saber qué va a pasar a
continuación. Puesto que es de hecho imposible predecir hasta el suceso absolutamente nimio, como si va
a salir cara o cruz al arrojar una moneda ¿cómo va a estar determinado un suceso complejo, como una
guerra o un descubrimiento científico?

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