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T. 323 PS.

10/19 En la Provincia de Santa Fe, a los veintinueve días del mes de noviembre del año dos mil
veintidós, los señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, doctores Daniel Aníbal Erbetta,
Roberto Héctor Falistocco, María Angélica Gastaldi y Mario Luis Netri, con la presidencia de su titular doctor
Rafael Francisco Gutiérrez, con la presidencia de su titular doctor Rafael Francisco Gutiérrez, acordaron dictar
sentencia en los autos caratulados "CONSOLINI, Lucía Noemí contra PROVINCIA DE SANTA FE -RECURSO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO- (Expte. 27/19 - CUIJ 21-17455695-1) sobre RECURSO DE
INCONSTITUCIONALIDAD (QUEJA PARCIALMENTE ADMITIDA)" (Expte. CSJ CUIJ n° 21-17455695-1). Se
resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones: PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?;
SEGUNDA: en su caso, ¿es procedente?; TERCERA: en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar?
Asimismo, se emitieron los votos en el orden que realizaron el estudio de la causa, o sea doctores Gutiérrez,
Falistocco, Gastaldi, Netri y Erbetta. A la primera cuestión -¿es admisible el recurso interpuesto?-, el señor
Presidente doctor Gutiérrez dijo: I.1.a. Surge de las constancias de autos que Lucía Noemí Consolini dedujo recurso
contencioso administrativo contra la Provincia de Santa Fe (fs. 6/9) tendente a obtener que se disponga la anulación
del decreto 3492/18; y que, en consecuencia, se ordene el reajuste de su haber previsional "debido a la ausencia de
razonable proporcionalidad con el sueldo de un agente en actividad, abonándosele el retroactivo generado desde dos
años previos al reclamo administrativo, con más intereses y costas". Expuso -en síntesis- que prestó servicios como
docente en el ámbito del Ministerio de Educación provincial; que obtuvo el beneficio de jubilación ordinaria en el
año 1996; que el 30.4.2015 presentó un reclamo administrativo con el fin de obtener el reajuste de su prestación
previsional en razón de que lo percibido no guardaba "razonable proporcionalidad" con la remuneración de un
empleado en actividad; y que tal reclamo fue finalmente rechazado a través del decreto que impugna. Dijo que su
haber jubilatorio "no acompañó los aumentos de sueldos que fueron otorgados a las personas en actividad, con el
mismo cargo y antigüedad que el que poseía, desvirtuándose la garantía de movilidad que debe otorgarse a los
beneficios de la Seguridad Social, según el mandato constitucional". Añadió que la recomposición del haber
jubilatorio que solicita se basa en los montos que le hubiese correspondido percibir por ley, sin que pueda
efectuarse una "quita razonable". Invocó el caso "Lagger" de esta Corte; y señaló que para cotejar su prestación con
el salario de un agente en actividad deben tenerse en cuenta todos los rubros que liquida la Administración
provincial. b. Al contestar la demanda (fs. 37/42), la Provincia argumentó -en suma- que "no hay hasta el momento
elemento probatorio alguno del cual surja que la aplicación del sistema de movilización de los haberes de pasividad
haya provocado durante el período que reclama la Sra. Consolini una irrazonable desproporción entre los dos
términos que se invocan en la comparación para arribar a la conclusión de que se verifica la desproporción que
torna confiscatorio el haber". Señaló que en el sistema de la ley 6915 ni la evolución del cargo desempeñado por el
pasivo al momento de obtener la jubilación, ni la remuneración del cargo luego del cese, son pautas para lograr el
reajuste de su haber, sino que ello ocurre a partir de la aplicación de los coeficientes sectoriales que fija el Poder
Ejecutivo en función de las variaciones de las remuneraciones del personal en actividad, y sólo si su utilización
produce una irrazonable desproporción puede admitirse limitadamente el reajuste, lo que no se encuentra probado
en autos; y que si la implementación de este sistema legal genera afectaciones de índole constitucional, la teoría de
la razonable proporcionalidad brinda el sistema de clausura para recomponer los haberes de pasividad que hayan
resultado ilegítimamente afectados por la aplicación del mecanismo en cuestión. Destacó que la actora desde la
etapa administrativa ha solicitado el reajuste de su haber de pasividad a los fines de que guarde razonable
proporcionalidad con "el sueldo de un agente en actividad", pero sin efectuar una descripción de las funciones y
tareas concretas desempeñadas y las que se cumplen en el cargo equivalente; y que tampoco de las actuaciones
administrativas se desprende que no haya sido beneficiada con la aplicación de las políticas salariales que se
efectivizaron al sector activo, luego trasladadas a los pasivos. c. Mediante sentencia de fecha 12.5.2021 (fs.
140/146) la Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 2 declaró procedente el recurso contencioso
administrativo, lo que implicó condenar a la Provincia de Santa Fe a reajustar el haber previsional de la recurrente y
a abonar las diferencias resultantes de la liquidación, cuyo cálculo debería formularse "teniendo en cuenta el límite
de reducción del 20 % [...]". 2. Contra tal pronunciamiento la actora interpone recurso de inconstitucionalidad (fs.
149/155). Después de referir a los antecedentes del caso, asevera que en la sentencia se produjo un apartamiento
arbitrario de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de este Tribunal. Aduce que, de
acuerdo con la legislación vigente, "no existe más la necesidad de acreditar una diferencia superior al 20 %, para
que proceda el reajuste de haberes"; y que el nuevo sistema de movilidad se basa en coeficientes sectoriales
aplicados por el Poder Ejecutivo, en función de las variaciones de las remuneraciones del personal activo. Invoca
los precedentes "Lagger" y "Gioielli" de esta Corte; y dice, en definitiva, que el pronunciamiento cuestionado "no
registró el cambio legislativo, ni la jurisprudencia que se adaptó a ese cambio". 3. El Tribunal interviniente,
mediante auto de fecha 22.10.2021 (fs. 179/184), rechaza la concesión del recurso de inconstitucionalidad por
entender, en síntesis, que la impugnación -en el marco del examen que le corresponde realizar- resulta inadmisible.
4. Efectuada la presentación directa de la impugnante ante esta Corte, mediante
resolución de fecha 10.5.2022 (A. y S. T. 318, pág. 1) se admite parcialmente la queja presentada y se concede -con
el alcance allí establecido- la impugnación extraordinaria. En el marco del nuevo examen de admisibilidad impuesto
en el artículo 11 de la ley 7055, no se advierten razones que justifiquen apartarse de dicha solución, de conformidad
con lo dictaminado por el señor Procurador General (fs. 380/384). Voto, pues, por la afirmativa. A la misma
cuestión, el señor Ministro doctor Falistocco, la señora Ministra doctora Gastaldi y los señores Ministros doctores
Netri y Erbetta coincidieron con lo expresado por el señor Presidente doctor Gutiérrez, y votaron en igual sentido. A
la segunda cuestión -en su caso, ¿es procedente?-, el señor Presidente doctor Gutiérrez dijo: II.1. Se adelanta que
corresponde declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto y, en consecuencia, anular la
sentencia impugnada, atento a que no reúne las condiciones mínimas necesarias para satisfacer el derecho a la
jurisdicción que acuerda la Constitución de la Provincia, pues de la confrontación del planteo recursivo con la
resolución cuestionada se desprende que el pronunciamiento no puede ser convalidado al adolecer de defectos que
lo tornan arbitrario y lo descalifican como acto jurisdiccional válido. Efectivamente, de conformidad con los
fundamentos que se desarrollarán a continuación, la Cámara interviniente efectuó una aplicación arbitraria del
régimen jurídico involucrado en el caso, con prescindencia, además, de los criterios fijados en causas análogas por
esta Corte -como intérprete final de las normas de derecho público local-, de los que se apartó sin brindar una
justificación suficiente (v. "Rodríguez", A. y S. T. 203, pág. 128). Sobre tales criterios se basarán, en general, las
consideraciones subsiguientes, sin perjuicio de que igualmente se remite al completo desarrollo argumental que en
cada supuesto se ha efectuado, y de las referencias a otros precedentes que se formulen para el análisis de ciertos
puntos en particular. Así, los casos más relevantes a tener en cuenta son, por un lado, "Carnelli" (A. y S. T. 65, pág.
317) y sus numerosas aplicaciones; y, por otro lado, "Lagger" (A. y S. T. 255, pág. 235), "Elizondo" (A. y S. T. 270,
pág. 357) y "Gioielli" (A. y S. T. 270, pág. 367), además de otros pronunciamientos en los que se ha referido a estas
tres últimas. 2.a. De conformidad con el relato que se ha efectuado previamente, es preciso señalar que la cuestión
traída ahora a revisión de este Tribunal versa esencialmente sobre el resguardo de la garantía de movilidad de las
prestaciones previsionales, consagrada tanto en el artículo 14 bis de la Constitución nacional, como en el
artículo 21 de la Constitución de la Provincia. Dicha garantía se traduce individualmente en un derecho a obtener
una jubilación móvil que guarde razonable proporcionalidad entre el haber que perciba el pasivo y la remuneración
que le hubiese correspondido cobrar en caso de mantenerse en actividad. El cabal y preciso respeto de ese derecho
en los casos planteados ante los tribunales es de suma trascendencia, no sólo por la naturaleza directamente
constitucional de la garantía en cuestión, sino también por las insoslayables consecuencias financieras sobre el
sistema previsional que tienen, en su conjunto, las decisiones que se tomen en esta materia y que, de ese modo,
producen un impacto susceptible de lesionar los fines generales del régimen solidario de jubilaciones y pensiones.
Por ende, en supuestos como el del caso el objetivo primordial es conseguir un riguroso equilibrio entre asegurar el
reconocimiento exacto de los derechos previsionales (criterio de Fallos: 228:186; 249:156; 278:85; 281:244;
302:342; 306:1715; etc.) y evitar la exigencia al ente gestor de pagos que no estén justificados en el ordenamiento
jurídico aplicable. Esta delicada tarea exige un especial compromiso de los tribunales competentes, y también una
diligente colaboración de las partes intervinientes en su actividad argumentativa y probatoria -cuestión sobre la que
luego se volverá-. b. El régimen jurídico mediante el cual se reglamenta la garantía constitucional de movilidad es
definido por el legislador provincial, quien cuenta con amplias facultades, que le son privativas, para establecer
todos los aspectos de los sistemas jubilatorios incluidos bajo su órbita de competencia (en el caso de los regímenes
municipales, similar rol desempeñan los concejos deliberantes), lo que se enmarca dentro de la potestad más
general que titulariza el órgano legislativo de realizar una evaluación cuidadosa de las medidas de alcance general,
teniendo en cuenta la complejidad del gasto público. Por lo tanto, el Poder Legislativo, a quien en definitiva se
dirige primordialmente el deber estatal de garantir "jubilaciones y pensiones móviles", tiene la exclusiva
competencia de determinar el alcance de la movilidad de las prestaciones previsionales, lo que implica naturalmente
la modificación de las reglas respectivas (lo que sucesivamente ha hecho a lo largo de los años a través de las leyes
8233, 8618, 9079, 11.696 y 12.464). Ahora bien: el ejercicio de dicha competencia debe entenderse condicionado a
que se mantenga dentro de límites razonables, o sea, de modo que no se lesionen de manera sustancial los derechos
emergentes de la seguridad social acordados a las personas comprendidas en los respectivos regímenes. Es para
evitar esa lesión confiscatoria, como deber indeclinable del Poder Judicial, que se ha delineado
jurisprudencialmente la doctrina de la "razonable proporcionalidad", la cual -se aclara- no reconoce su fuente en la
ley e implica un ajuste o corrección que se efectúa al régimen de movilidad, no constituyendo en sí mismo un
sistema de movilización de las prestaciones. c. Entonces, el haber previsional de un beneficiario del régimen de
jubilaciones y pensiones debe movilizarse según las pautas establecidas por el legislador y, si la aplicación de ese
concreto sistema de movilidad produce que los haberes no guarden la razonable proporcionalidad requerida para
asegurar la eficacia de la garantía constitucional, corresponde definir cómo se corregirá esa lesión al derecho
subjetivo involucrado. Así, pues, se observan dos operaciones distintas que es necesario distinguir con la mayor
nitidez posible. La primera consiste en verificar si en un caso concreto las reglas de movilidad adoptadas por
el legislador han o no sido respetadas por el ente administrativo encargado de la aplicación de la norma. Para ello,
es menester indagar acerca de la evolución numérica de una prestación previsional a lo largo del tiempo y dilucidar
si la movilidad se concretó adecuadamente. La segunda operación implica efectuar una corrección al sistema de
movilidad vigente aplicado de manera regular. Es decir, si un haber ha sido movilizado conforme a las exigencias
normativas pero de todos modos se verifica una ruptura de la razonable proporcionalidad que debe existir entre la
prestación abonada al pasivo y las remuneraciones que hubiese percibido en actividad, en tal supuesto corresponde
reparar el derecho subjetivo afectado, a través de las pautas jurisprudenciales pertinentes, siempre -desde luego-que
así haya sido solicitado. 3.a. En cuanto al sistema normativo de movilidad que interesa específicamente en esta
causa, cabe indicar que el supuesto de autos, atento al alcance de la pretensión formulada en el recurso contencioso
administrativo, se encuentra regido exclusivamente por el artículo 12 de la ley 6915 según el texto de la ley 12.464,
conforme al cual las prestaciones previsionales reguladas en el régimen deben movilizarse "mediante coeficientes
sectoriales", los que son confeccionados en función de las "variaciones de las remuneraciones del personal activo
[...]", con base en la siguiente modalidad: dentro de los treinta días de producido el aumento en los salarios de los
activos el Poder Ejecutivo dispondrá el "reajuste" de los haberes "en un porcentaje equivalente a esa variación". De
esta manera, el método de movilidad actual de las prestaciones de la ley 6915 supone que frente a un aumento
salarial producido en determinado sector, el Poder Ejecutivo debe trasladar esa variación a los pasivos en la misma
proporción, siempre a través de los respectivos coeficientes y dentro del plazo previsto. Ello significa que para
controlar la efectiva vigencia de las reglas de movilidad establecidas en la ley referida corresponde verificar si a un
haber determinado se le trasladaron o no los aumentos debidos de acuerdo con los coeficientes sectoriales. La
comprobación de tal aumento no puede implicar la tolerancia de ninguna reducción en el haber, ni, por ende, el
análisis acerca de la confiscatoriedad de mermas en la prestación. Así, de la jurisprudencia de esta Corte no puede
extraerse que se haya implementado una práctica conforme a la cual luego de aplicada la ley habría que efectuar
una quita hasta el límite permitido (superado el cual sería confiscatoria). Resulta oportuno aclarar que en el régimen
actual de movilidad no se halla previsto un traslado de los aumentos salariales de un específico cargo al haber
movilizado, sino que se aplica el coeficiente del sector en el que se encuentra incluido el beneficiario. Desde luego,
si la política salarial del específico sector al que pertenece el beneficiario se dispone de manera uniforme -no
diferenciándose en categorías- el coeficiente en cuestión necesariamente reflejará ese aumento en particular. Por
ello, a fin de controlar la aplicación de la movilidad no es correcto, en rigor, comparar el sueldo de un agente en
actividad que cumplía las mismas funciones que el titular del haber con el monto de la prestación jubilatoria.
Tampoco corresponde trasladar directamente el porcentaje jubilatorio al sueldo del activo (v. "Yunes", A. y S. T.
298, pág. 66; y "Colombini", A. y S. T. 304, pág. 315). En definitiva, con el objeto de analizar la correcta
movilización de una prestación previsional se debe comparar cómo evolucionaron los porcentajes de aumento en el
sector activo (reflejados en los coeficientes sectoriales) y evaluar si han sido aplicados de manera equivalente en el
haber sujeto a examen o, por el contrario, se ha producido una disminución ilegítima en el monto que le
correspondía percibir al beneficiario. b. Determinado el modo en que deben movilizarse los haberes en el sistema
vigente en la actualidad, debe abordarse la cuestión acerca de la posibilidad de corregir su aplicación para evitar
una lesión confiscatoria en el derecho de los beneficiarios de las prestaciones previsionales, tal como se hizo en el
citado precedente "Carnelli", utilizado como correctivo para los anteriores regímenes de movilización. En ese orden,
se observa que si bien las pautas de movilidad establecidas a partir de lo dispuesto en la ley 12.464 mejoran de
manera notable la situación de los pasivos, con especial atención al carácter sustitutivo de las jubilaciones y
pensiones, no es posible descartar sin más que, aún empleándose con estricta regularidad el régimen del artículo 12
de la ley 6915, se produzca un desfase en el haber de un beneficiario, de modo tal que se verifique una ruptura
entre la razonable proporcionalidad que debe existir entre la prestación de pasividad y la remuneración que hubiese
percibido en caso de continuar en actividad. De acaecer ello sí tendría sentido efectuar una comparación entre el
haber de pasividad y la remuneración en actividad, para que luego sobre esa base puedan desarrollarse los
argumentos tendentes a demostrar la confiscatoriedad en la merma de la prestación. En suma, si aún después de
haberse trasladado con exactitud los aumentos sectoriales a través de los coeficientes, igualmente el beneficiario
interesado afirma que la prestación no guarda una razonable proporcionalidad con el sueldo que tenía en actividad,
de modo que resulte confiscatorio, es posible activar un método jurisprudencial de corrección. 4. Corresponde, a
continuación, analizar el presente caso a la luz de las consideraciones generales formuladas en los apartados
precedentes. a. Conforme se ha anticipado, el Tribunal judicante se apartó sin fundamento alguno de la regulación
legal de la movilidad jubilatoria y de la interpretación que esta Corte efectuó de ese régimen en los citados
precedentes "Lagger", "Elizondo" y "Gioielli". En efecto, con invocación de lo resuelto en la ya referida causa
"Carnelli", la Cámara directamente se adentró en la cuestión acerca de si existían o no reducciones en el haber de la
actora que excediesen el límite del 20 % establecido jurisprudencialmente, a fin de garantizar la razonable
proporcionalidad entre el haber jubilatorio y lo que hubiese percibido como agente en actividad, sin verificar el
cumplimiento de las pautas vigentes para movilizar la prestación de la señora Consolini. Para delimitar de esa
manera el caso, el Órgano Jurisdiccional se basó en el "planteo de las partes", aunque señaló que así lo hacía "más
allá de las argumentaciones de la recurrente" (f. 142 vto.). Justamente lo argumentado por la actora exigía efectuar
un análisis de cómo se habían trasladado las variaciones de los salarios en actividad al haber previsional. Así, se
advierte que en la demanda -en forma similar a lo expresado ya en sede administrativa (fs. 2 y 16/17, expte. adm. n°
15120-0106735-9)- se hizo mención a que no podía admitirse una "quita razonable" en el haber sino que debía
restablecerse "según los montos que le hubiera correspondido percibir por ley [...]"; y, con invocación del
precedente "Lagger", se afirmó que "no corresponde limitar el ajuste resultante de la aplicación del régimen legal
vigente, sino que debe aplicarse el mismo porcentaje sin reducción alguna luego de la sanción de la Ley N°
12.464" (v. f. 7 vto). Además, al alegar la recurrente citó el caso "Gioielli" y refirió al régimen de movilidad a partir
de la reforma establecida mediante ley 12.464 (f. 125). Incluso la propia Provincia de Santa Fe, al contestar la
demanda, hizo referencias similares a las de la actora (régimen según ley 12.464 y jurisprudencia de esta Corte). b.
Sin perjuicio de todo ello, aunque lo expuesto por la recurrente sin dudas imponía el análisis de la aplicación del
régimen de movilidad, tampoco es posible marginar que el sesgo en la resolución fue en parte originado por la
propia demandante, en razón de que sus diversas presentaciones carecen de una claridad que permita dilucidar sin
esfuerzo cuál es el alcance exacto de sus peticiones. Es que si bien surge -como se indicó- que intentaba obtener la
aplicación de las pautas legales de movilidad, la actora hizo ambiguas referencias -incluso desde su reclamo
administrativo (fs. 1/2 y 16/17, expte. adm. cit.)- a las pautas de corrección del sistema: "ausencia de razonable
proporcionalidad con el sueldo de un agente en actividad" (f. 6); "es necesario que el haber guarde una razonable
proporcionalidad con los sueldos de las personas en actividad", para lo cual "debe observarse el sueldo que percibe
un agente en actividad, con las mismas funciones que desempeñaba el jubilado" (f. 7); y "para establecer las
diferencias, con el sueldo de un agente en actividad, deben computarse todos los rubros que liquida la Provincia de
Santa Fe" (f. 7 vto.). Tal ambigüedad en la pretensión y su sustento argumental se vio luego reflejada en el
ofrecimiento de pruebas efectuado en la demanda, particularmente en los informes solicitados (v. fs. 8 vto./9). Se
observa, de este modo, que la recurrente no realizó un esfuerzo argumentativo con el objeto de precisar
mínimamente si cuestionaba la aplicación del sistema de movilidad vigente; o bien perseguía la corrección de ese
régimen por resultar confiscatorio; o bien intentaba la realización de ambas pretensiones. Lo propio ocurrió con su
actividad probatoria, la que debió hallarse encaminada a acreditar los hechos en que se basan específicamente cada
una de esas pretensiones -verbigracia, la prueba de cuánto percibe un agente en actividad (en igual categoría y con
la misma antigüedad) no guarda conexión directa con la cuestión acerca de si se ha o no trasladado un coeficiente
sectorial a un haber jubilatorio-. Similares defectos, además, se advierten en la actuación procesal de la demandada,
pues no cumplió de manera adecuada con su deber de colaboración con el desarrollo de la actividad jurisdiccional,
el cual se cualifica en esta clase de casos por los valiosos intereses públicos y privados en juego. Ello es así en
razón de que la Provincia se limitó a alegar que los incrementos salariales fueron regularmente trasladados y a
señalar que la parte actora no probó lo contrario, sin haber ajustado su argumentación y -principalmente- su
actividad probatoria a las circunstancias normativas y fácticas actuales que exigían demostrar la aplicación del
sistema de movilidad vigente, para lo cual resulta de suma importancia que la Administración informe los
coeficientes que se han establecido para el sector respectivo y cómo han sido elaborados, en especial si no se
registraron aumentos de remuneraciones uniformes, a fin de que sea posible analizar con la mayor certeza si se ha
respetado o no el traslado que exige la ley. En las condiciones recién referidas, era necesario que el Tribunal
corrigiera las deficiencias aludidas a fin de que la causa pudiese finalizar con una sentencia basada en la
información mínima necesaria, lo que en todo caso se encontraría justificado en las amplias facultades probatorias
con las que cuenta (art. 20, última parte, ley 11.330) cuyo ejercicio responde al propósito de averiguar la verdad
real, material e histórica -no la formal- que surja de las actuaciones administrativas y de los hechos (v., por todos,
"Segado", A. y S. T. 294, pág. 138; y "Lucero", A. y S. T. 314, pág. 58). Pues bien, más allá de que, según se
adelantó, habrá de hacerse lugar al recurso de inconstitucionalidad en razón de haberse comprobado el vicio de
arbitrariedad por apartamiento normativo y jurisprudencial invocado, las costas se impondrán en el orden en que
fueron causadas, atento a las particulares circunstancias del caso y al modo en que se resuelve (criterio de "Farioli",
A. y S. T. 196, pág. 70; "Romero", A. y S. T. 197, pág. 265; "Las Delicias SRL", A. y S. T. 317, pág. 36; etc.).
Voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, el señor Ministro doctor Falistocco, la señora Ministra doctora
Gastaldi y los señores Ministros doctores Netri y Erbetta expresaron similares fundamentos a los vertidos por el
señor Presidente doctor Gutiérrez, y votaron en igual sentido. A la tercera cuestión -¿qué resolución corresponde
dictar?-, el señor Presidente doctor Gutiérrez dijo: Atento el resultado obtenido al tratar las cuestiones anteriores,
corresponde declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto y, en consecuencia, anular la
resolución impugnada. Disponer la remisión de los autos al Tribunal de origen para que, por medio de sus
subrogantes legales, dicte un nuevo pronunciamiento. Imponer las costas en el orden causado. Así voto. A la misma
cuestión, el señor Ministro doctor Falistocco, la señora Ministra doctora Gastaldi y los señores Ministros doctores
Netri y Erbetta dijeron que la resolución que correspondía dictar era la propuesta por el señor Presidente
doctor Gutiérrez, y así votaron. En mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Corte Suprema de
Justicia de la Provincia RESOLVIÓ: Declarar procedente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto y, en
consecuencia, anular la resolución impugnada. Disponer la remisión de los autos al Tribunal de origen para que,
por medio de sus subrogantes legales, dicte un nuevo pronunciamiento. Imponer las costas en el orden causado.
Registrarlo y hacerlo saber. Con lo que concluyó el acto, firmando el señor Presidente y los señores Ministros, de
lo que doy fe. Fdo.: GUTIÉRREZ - ERBETTA - FALISTOCCO - GASTALDI - NETRI - PORTILLA (Secretaria)

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