Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DE PATRICE PAVIS
MATERIA: Teatro y Comunicación
PROFESOR: Beatriz Salinas
TEMA: Componente escénico: El actor y El texto
INTEGRANTES: Héctor Ciarez, José Maldonado, Santiago Rivera, Lilian
Chosco, Clara Tolaba y Adriana Moreno
CONSIGNA: Realiza una lectura comprensiva del texto y explica los conceptos
señalados
El análisis del espectáculo debería empezar por la descripción del actor pues
éste ocupa el centro de la puesta en escena y el resto de la representación
tiende a girar en torno suyo. Pero también es el elemento más difícil de captar.
Antes de analizar la interpretación, actuación o el juego del actor hay que
proponer una teoría del actor. Patrice Pavis en "El análisis de los espectáculos"
propone una bastante interesante
Teoría de las emociones: en el teatro las emociones de los actores no tienen
porque ser reales o sentidas: deben ser ante todo visibles, legibles y conformes
a convenciones de la representación de sentimientos. La expresión emocional
del ser (sonrisas, llantos, mímicas, actitudes, posturas), encuentran en el teatro
una serie de emociones estandarizadas y codificadas que figuran
comportamientos identificables que, a su vez, generan situaciones psicológicas
y dramáticas que forman la armazón de la representación.
Ahora bien desmitifica otra: La Teoría global del actor: Postula que es muy
incierto y complejo puesto que la acción del actor es comparable a la del ser
humano en situación normal, pero con el parámetro añadido de la ficción, del
“como si” de la representación. El actor se sitúa en el corazón del
acontecimiento teatral: es "el vínculo vivo entre el texto del autor (diálogos o
indicaciones escénicas), las directrices del director de escena y la escucha
atenta del espectador; y es el punto por el que pasan las descripciones del
espectáculo".
Luego de concebida una teoría para analizar al actor es preciso reconocerle
algunas características:
El actor no imita necesariamente a una persona real; puede sugerir acciones
mediante algunas convenciones o a través de un relato verbal o gestual.
A partir de qué momento el ser humano adopta la condición de actor y en qué
consisten los rasgos específicos de su interpretación: el actor se constituye
como tal desde que un espectador, es decir, un observador externo, lo mira y lo
considera como “extraído” de la realidad circundante y como portador de una
situación, un papel y una actividad ficticios o, al menos, distintos de su propia
realidad de referencia. Pero no basta con que ese observador decida que tal
persona interpreta una escena y que es, por tanto, un actor (en este caso,
estaríamos en lo que BOAL llama el “teatro invisible”): también hace falta que el
observado sea consciente de que interpreta un papel para su observador y
que, de este modo, la situación teatral quede claramente definida.
Algunas conclusiones
No hay que olvidar, por otro lado, que muchas de las propuestas de Pavis se
insertan en muy diferentes teorías "todavía-por-inventar". Lo que está claro es
que ya no sólo podemos atender a lo visual de la puesta en escena o al
desfasado análisis exclusivo del texto dramático. Si queremos hablar de teatro,
también debemos abordar aspectos como la audición, el ritmo o la kinestesia,
entre otros muchos. Al mismo tiempo, en la iluminación de la figura del
investigador, entre la teoría y la práctica, parece que Pavis incita al
acercamiento, casi necesario, del teórico a la práctica para una mejor
comprensión del espectáculo teatral.