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MÓDULO II
Teoría General de la Responsabilidad Civil
(Trabajo)
AUTOR:
Natalia Saether
C.I. V- 27.416.447
ASIGNATURA:
Derecho Civil II. Obligaciones.
FEBRERO, 2022
INTRODUCCIÓN
Y es que al respecto, todos los hombres son iguales ante la ley (como
cimiento de la justicia), y por ende, les corresponde el mismo grado de valor y
responsabilidad en el desarrollo de la vida civil, siendo que, los derechos de una
persona culminan donde inician los de un tercero, y en medio de la interacción
entre ambos se crean las obligaciones propias de las relaciones humanas, sean
estas de naturaleza convencional, o establecidas por las leyes, ante el amparo de
la convivencia ciudadana.
RESPONSABILIDAD RESPONSABILIDAD
CONTRACTUAL DELICTUAL
Es una infracción de un deber Cuando se actúa con la
DEFINICIÓN fijado en un contrato. intención de ocasionar un
daño.
DIFERENCIAS Nace del incumplimiento Llamada también extracon-
total o parcial de un contrato. tractual, nace del delito del
Si una parte no cumple con cuasidelito o del incumpli-
su obligación incurre en miento del cuasicontrato.
responsabilidad contractual.
Nace de la violación a un Nace de la violación a una
contrato. norma legal preexistente.
Surge de actos voluntarios. Surge de actos
Tienen carácter particular involuntarios.
casi siempre referido al Sus principios generales se
contrato. aplican a la mayoría de los
casos de responsabilidad
civil.
Los dos tienen diferentes elementos constitutivos.
LA CULPA
Al hablar del vocablo culpa dentro del derecho, tenemos que Carrara citado
por Agudelo (1988), enfatiza que es “la voluntad omisión de diligencia en calcular
las consecuencias posibles y previsibles del propio hecho; es decir, consiste en la
violación de la obligación de diligencia y prudencia que nos imponen determinadas
normas”. Otros autores afirman, que la culpa significa un reproche personal frente
al autor, En un sentido estricto, se encuentra definida como la falta de intención
del sujeto activo en provocar consecuencias del acto que emprende y que está
suscrita al hecho no realizado de forma mental; por lo que es un actuar
imprudente, negligente del sujeto activo.
Entonces la noción de ésta, se encuentra en una categoría de la teoría del
delito, que permite reprochar la conducta de la persona que cometió un delito y por
lo tanto atribuirlo esa conducta y hacerlo responsable del hecho. Se exige por
tanto la presencia de varios elementos como: el conocimiento de la antijuricidad, la
capacidad de culpabilidad, exigibilidad de la conducta), que constituyen los
elementos positivos de su concepto dogmático. Hay que hacer notar, que se
encuentra vinculado con la parte biológica y psicológica; es decir, para que una
persona sea culpable debe ser mayor de 18 años y debe tener la capacidad de
comprender su realidad, por tanto si una persona tiene enfermedad mental o
problemas de drogadicción será considerado inimputable (incapacidad penal) para
responder a una acción u omisión que constituye delito o falta.
Así que dentro de este concepto se maneja el llamado delito culposo, que se
encuentra dado por el acto o la omisión que genera un resultado que es
sancionado por la ley penal, ya que el culpable debe prever el resultado, pero en
cambio este no actuó con el cuidado que debía. Otro término a utilizar es el dolo
que es el conocimiento y la voluntad de realizar una conducta punible que
constituye un delito. Por ende, la culpabilidad es la relación directa que hay entre
la voluntad y el conocimiento del hecho con la conducta realizada, convirtiéndose
en un elemento subjetivo del delito, al asociar lo material del hecho típico con la
subjetividad del autor de la conducta.
También está categorizada en un segundo grado de la culpabilidad y se
presenta cuando se causa un resultado típico sin intención de producirlo, pero se
ocasiona solo por imprudencia o falta de cuidado para ser previsible y evitable,
convirtiéndose en delito culposo, imprudencia o no intencional. Esta se
fundamenta en teorías psicológicas que se funda en el aspecto psicológico del
sujeto activo, y la teoría normativa dirija a quien tenga la capacidad para obrar
conforme a la norma a fin de que pueda emitirse un juicio de reproche. Ahora bien,
en cuanto a los elementos de la culpabilidad, tenemos los siguientes:
Imprudencia: consiste en obrar sin cautela, en contradicción con la prudencia,
es la culpa por acción y está integrada por tres elementos: (a) Una acción u
omisión voluntaria no maliciosa; (b) Un mal efectivo y concreto; y, (c) Una
relación de causa a efecto.
Negligencia: Es una omisión, desatención o descuido que consiste en el no
cumplimiento de aquello a que se estaba obligado, en hacerla con retardo, es
la falta de uso de los poderes activos.
Impericia: Sería la torpeza o la falta de destreza, habilidad, para hacer una
cosa y se divide en torpeza material y moral. Esta última, está la culpa moral,
se puede observar la ignorancia profesional. Esta es culpable cuando es
grosera y puede ser evitada tomando precauciones del caso.
Inobservancia del reglamento: Es el no cumplimiento con la normativa legal
de cada caso.
EL DAÑO
Según Frúgoli (2012), expone que el daño es “un concepto unitario que
abarca la lesión o lesiones y la resarcibilidad de la proyección o proyecciones del
menoscabo en la persona, producida(s) por el hecho causal fuente de la
obligación. Lo que significa, que es todo el deterioro material o moral que sufre
una persona, ya en sus bienes naturales, en su propiedad o patrimonio, causado
en contravención a una norma jurídica y por el cual otro responde por él. Así que
se encuentra tres clases de daños:
Daños patrimoniales: se valoran por dinero de manera directa.
Daño moral: No afectan al patrimonio de la persona pero si su salud
psicológica.
Lucro cesante: dinero que se ha dejado de percibir por el daño sufrido de un
bien.
Igualmente, los requisitos que adquieren los daños son:
Tienen que ser un daño emergente, real y efectivo.
Deben ser daños y perjuicios reales.
Debe haber una causa-efecto. Quien actúa es el causante del daño producido
a un bien o en la persona, sino será un caso fortuito.
Los daños deben ser acreditados mediante peritos.
CAUSALIDAD
Relación de causalidad
Cuando se habla de relación de causalidad, tenemos que es la relación que
existe entre un hecho (incumplimiento) y los resultados que de él derivan. Esto
pasa porque no todas las derivaciones de un hecho se atribuyen al sujeto, sino
algunas de ellas imputadas por la perspectiva de la justicia. Por tanto, se ha
fomentado que dentro del derecho civil esta queda insoluble porque debe atender
el sentido común o sentimiento para dar respuesta a qué daños son imputables.
Dividiéndose en causalidad material: interesa a las ciencias. Y la Causalidad
jurídica: construye un entorno cultural, que actúa como contingente de la conducta
humana.
A lo que refiere su noción, este se presenta dentro del Artículo 1185 del
Código Civil (1982) donde enfatiza “el que con intención o por negligencia o por
imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a repararlo”. Presentando
con ello, un vínculo dentro de la conducta culposa o incumplimiento de la
obligación y la culpa, en la cual se expresa que:
La causa o hecho generador del daño no siempre es uno solo.
Un hecho es posible que genere otro, y este a su vez, sea la causa de otro y
así se suceda en una cadena de hechos casi interminable.
Por tanto, la relación de causalidad es una relación de derecho.
Para el jurista, debe averiguar las condiciones según las cuales el daño puede
ser jurídicamente atribuido al hecho demandado.
Es importante, también observar dentro del tema sobre los criterios para
establecer el nexo causal, dentro de la teoría de la equivalencia de condiciones,
está señalado como “todo daño que es producto de una serie de causas y
circunstancias de diversa índole, que forman una cadena de hechos”. Por lo que,
su prosecución debe escoger aquellos hechos culposos determinantes en la
ocurrencia del daño. Si aparece un solo hecho para que el agente sea el
responsable de los daños, no se tomaría los hechos no culposos.
Fundamentándose en que la víctima no puede reclamar la indemnización
cuando su causa no es un hecho culposo, sufriendo daño fortuito soportando
consecuencias de hecho culposo. Ante esta teoría siendo un hecho determinante,
por sí solo no sería suficiente para causar el daño sin la concurrencia de otros
hechos no culposos. Sobre la teoría de la equivalencia de las condiciones, sus
inicios fueron en Alemania en el año 1873, por Von Buri. La tesis desarrollaba la
consignación ordenada de las premisas que le servirían de apoyo, los cuales
serían:
Los sucesos del mundo físico no pueden ser explicados como consecuencia de
la intervención de un antecedente, sino del efecto de una pluralidad de factores
que influirán en su existencia.
Aquellos factores que influyen en la producción del resultado hay algunos
determinantes que por su ausencia hace que el resultado no se produzca.
Estos factores directos determinan la producción del resultado (condiciones).
Su calidad, es el resultado de un procedimiento de supresión mental que lleva
a efectos donde se ve la eliminación de antecedentes y su significado en su
resultado. Si esta es afirmativa, el antecedente es una “condición del
resultado”.
Todas las condiciones que lleguen a un resultado son equivalentes y no
priman sobre las otras porque si falta un resultado esta no se produce.
Por último tenemos la Teoría de la causa adecuada, que es la que admite
que en todo hecho intervienen como antecedentes varias condiciones, pero niega
que todas sean equivalentes. Así que rechaza el procedimiento hipotético de
eliminación para resolver el problema causal y propone que las condiciones que
han sido comprobadas, pueden distinguiré aquellas que son adecuadas para
producir el resultado esperado, por medio del criterio de probabilidad.
Por lo que solo se declarará causas aquellas que regularmente se revelen
idóneas para producir resultados, estableciendo la eficacia en la pluralidad de los
casos. Tomando aquellos efectos extraordinarios que excluyen la relación de
causalidad con el comportamiento corporal condicionado. En esta teoría, se debe
concluir que la construcción de ese comportamiento corporal, no presenta una
conexión causal. Para esta teoría, estos fenómenos no son sino una de las tantes
condiciones equivalentes que provocan el resultado porque eliminaría cualquiera
de sus condiciones, el comportamiento corporal humano no llegaría a originarse el
resultado concreto extremo que se considera.
La Interpretación es restrictiva.
Carácter limitativo: sólo proceden en los casos taxativos establecidos en la
legislación
Triple posibilidad de ejercer la Acción judicial: Contra el agente del daño,
Contra el civilmente responsable, o Contra ambos.
En cualquiera de estos casos, sólo procede indemnización única.
Existe acción de reembolso si el inimputable obró con discernimiento
(Art.1.186C.Cc ); si no, procede el recurso de equidad (Art. 1.187C.C)
La víctima debe probar todos los requisitos necesarios para que nazca la R.C.
en relación con la conducta del agente.
La R. Especial o Compleja contra el agente más inmediato del daño, desplaza
cualquiera otra que pudiera existir.
Por lo que se dispone que en caso de hecho ilícito la reparación del daño
causado podrá abarcar el daño material y el daño moral. Adicionalmente faculta al
Juez para acordar la indemnización por daño moral en los casos mencionados de
forma enunciativa, pudiendo ser extensible a los parientes, en caso de muerte de
la víctima. En otra línea de ideas relacionada, la indemnización por daño material,
a diferencia del daño moral, consiste en la reparación del perjuicio patrimonial
sufrido, en este caso, causado por hecho ilícito (s/a, 2012).
En el caso de autos el Tribunal Superior tomando en consideración la norma
denunciada, rechazó el concepto de daños materiales alegando que si bien el
trabajador demostró los elementos que dan existencia al hecho ilícito, no señaló el
monto correspondiente al daño ocasionado a su patrimonio que pretende sea
reparado, por lo cual no puede ordenarse su reparación, razón por la cual, a juicio
de la Sala, el Tribunal Superior interpretó correctamente la norma y por ello no
puede prosperar la delación formulada, y en caso de confesión ficta el Juez no
está obligado a condenar a la totalidad de la suma pedida por daño moral. Algunas
consideraciones a ser tomadas en cuenta para la reparación son (s/a, 2012):
Tiempo relevante para la determinación de la medida del daño, en el
caso contractual no existe duda; donde si existe es con la obligación
extracontractual, donde la obligación y la prueba que constituye el daño surge con
la propia sentencia. Es decir, lo importante es determinar cuando surge el derecho
a la reparación. Pues, es con la sentencia cuando es posible determinar la cuantía
del daño y su correspondiente reparación.
Lugar relevante para la determinación del daño, Su relevancia tiene que
ver con los bienes muebles, puesto que con los inmuebles no surge tal dificultad.
Si un comerciante adquiere una zona determinada, una cantidad de un producto
que se compromete el vendedor a entregarlo en otra región del país, y cuyo
destino son los mercados de Caracas donde se podrá obtener un mejor precio. Allí
el lugar de la determinación de la cuantía del daño es relevante.
Modo y extensión de la reparación, en caso de que exista una pluralidad
de responsables, el daño es imputable a varias personas. En caso de que se
requiera una compensación de culpas, el daño de produce no de forma exclusiva
por la culpa del responsable, sino que a su producción ha contribuido también, en
alguna forma la víctima. Art. 1.189 C.C.
Prueba del daño, para ser reparado un daño, este debe existir en la
realidad, la víctima debe haberlo experimentado lo cual no quiere decir que el
daño debe necesariamente haberse producido, pero es responsabilidad de la
victima el otorgar pruebas de su perjuicio. A la certeza se oponen el daño eventual
o hipotético. Pudiera o no producirse o podría producirse como consecuencia de
uno actual. Aquella persona que luego de una lesión lumbar pudiera perder la
capacidad de caminar. De tal modo que por no existir certeza de su ocurrencia, no
será resarcible hasta que exista. Asi pues, la prueba debe ser irrefutable, y en
caso de tratarse de un daño Futuro, que no debe confundirse certeza con
actualidad, en el daño futuro si bien no se ha producido, se tiene certeza de que
se producirá, y es eso lo que lo distingue del hipotético o eventual, puesto que es
una consecuencia del daño actual y debe ser posible apreciar de antemano la
extensión del daño.
CLASES DE OBLIGACIONES
Obligaciones naturales
La obligación natural, no crea un derecho procesalmente eficaz. Carnevall
(s/f) explica que si el deudor no cumple, el acreedor no encontrará acción alguna a
su disposición para forzarle a cumplir o a entregar el equivalente monetario del
objeto de la obligación, más daños y perjuicios, por lo que según la doctrina y
jurisprudencia, son obligaciones desprovistas de sanción, no dotadas de poder
coactivo, por lo que el acreedor no puede exigir- al deudor el cumplimiento
forzoso. Por lo tanto son solo susceptibles de cumplimiento voluntario, pero no de
coacción por los medios legales, y su extinción por tanto será solo lo pactado de
buena voluntad entre las partes, sin medio probatorios.
Constituyen, de acuerdo al mismo autor, en el campo jurídico, la excepción al
derecho que tiene el acreedor de hacer efectiva la ejecución forzosa. No obstante,
una vez que han sido cumplidas espontáneamente por el deudor, éste carece de
derecho para repetir lo que hubiera pagado en virtud de ellas. Es la irrepetibilidad
del pago el principal efecto de la obligación natural, efecto que tiene su
fundamento en el cumplimiento, ya que es a partir de ese momento cuando esta
obligación adquiere relevancia para el derecho. Ejemplos de estas obligaciones
los encontramos, en las obligaciones que comienzan por ser obligaciones civiles y
que se hallan extinguidas por la prescripción y en las deudas de juego de suerte,
azar o envite.
Obligaciones condicionales
Carnevall (s/f) describe además que el Código Civil (1982) en su artículo
1197 establece: "La obligación es condicional cuando su existencia o resolución
depende de un acontecimiento futuro e incierto". Por consiguiente, la obligación
condicional es aquella cuya existencia o extinción depende de la realización de
una condición, entendiéndose por tal "el hecho de subordinar la formación o la
desaparición de una relación de derecho a la realización de un acontecimiento
futuro e incierto". Así por ejemplo, ante la cancelación de un monto determinado
en el matrimonio, o la venta de un inmueble ante condiciones de compra previas.
Obligaciones Complejas
Por su parte, Carnevall (s/f) describe las obligaciones complejas de manera
individual indicando la totalidad de estas, de las cuales se describirán las
siguientes:
Conjuntivas. Son aquellas en las cuales se deben todos los objetos
comprendidos en las mismas, es decir, recaen sobre varios objetos y, el
deudor para liberarse de su obligación, debe cumplir las diversas prestaciones
que configuran los respectivos objetos. Si un deudor se obliga a cancelar un
montón y la entrega de dos objetos para solventar una deuda, la conjugación
“y” es escencial, puesto que funciona de manera sumativa o acumulativa, y el
deudor debe cumplir con todo lo estipulado para el cumplimiento de la deuda
prestaciones, pues como se afirma en la doctrina, todos los objetos están "in
obligationem" y todas están "insolutionem".
Alternativas. Por otro lado, estas son aquellas que constriñen al deudor a
una solamente de dos o más prestaciones previstas y se extinguen por la
ejecución de la una o de la otra. En caso, por ejemplo de que un deudor deba
pagar una deuda en dinero o por ceder uno u otro objeto, la obligación recae
sobre varios objetos, pero el deudor cumple realizando la prestación sobre
sólo uno de ellos. Es nota característica de estas obligaciones la conjunción
"e". Se afirma en doctrina, que todos los objetos están "in obligationem", pero
uno solo está "in solutionem", porque el pago sólo se refiere a un objeto. Las
obligaciones alternativas cumplen una función de garantía, pues cuando la
prestación es única, una imposibilidad subsiguiente del cumplimiento de esta
prestación, determina la extinción de la obligación con la liberación del deudor.
Pero, cuando figuran en la obligación dos o más prestaciones, la imposibilidad
de la entrega de una de ellas, determina la concreción de la obligación de las
que quedan, que son susceptibles de cumplirse.
Facultativas. Son aquellas en las cuales, si bien es cierto se debe una sola
cosa y, el acreedor no tiene derecho más que a pedir esa cosa, el deudor está
en la facultad de liberarse entregando en su lugar una diferente. En tal sentido,
el deudor goza por un favor excepcional, de la facultad de liberarse pagando
una cosa diferente. Una sola es pues, en estas obligaciones la cosa debida, y
la otra prestación con que el deudor puede liberarse. Por ello, se considera
que en un solo objeto está "in obligationem" y el otro está "in solutionem",
pues, el deudor es la única persona que puede decidir si ejerce la facultad de
liberarse de su obligación realizando una prestación distinta. En estas
obligaciones, si esa cosa única perece, la obligación se extingue, claro está, si
ha perecido sin culpa del deudor y se trata de cosa determinada, al igual que
ocurre con todas las obligaciones de objeto único, que se extinguen por el
perecimiento del objeto debido en razón de causa no imputable al deudor.
Obligaciones indivisibles
De acuerdo a Carnevall (s/f), la indivisibilidad de la prestación puede ser
determinada ya por la naturaleza del objeto, ya por la voluntad de las partes o por
la disposición de la ley, de donde resulta la frecuente distinción entre indivisibilidad
por la naturaleza del objeto, indivisibilidad convencional e indivisibilidad legal. Por
ello, la obligación es indivisible cuando la prestación tiene por objeto una cosa o
un hecho indivisible por su naturaleza, o la constitución o transmisión de un
derecho no susceptible de división (indivisibilidad por la naturaleza del objeto: Art.
1250 del Código Civil); o bien, cuando la voluntad de las partes contratantes fue
pactar la indivisibilidad, independientemente de que el objeto fuese divisible
(indivisibilidad convencional, sancionada por el Artículo 1254 del Código Civil); o
también cuando solamente hay un acreedor y un deudor, puesto que si el
acreedor es uno solo y el deudor uno solo, la prestación, aunque divisible, se debe
por entero (indivisibilidad legal: Art. 1252, primer párrafo del Código Civil)
Igual y finalmente, se da cuando el legislador ordena la indivisibilidad de la
obligación entre los herederos del deudor, lo que ocurre, si se debe un cuerpo
determinado, o si uno sólo de los herederos está encargado en virtud del título del
cumplimiento de la obligación, o cuando aparece en virtud del título del
cumplimiento de la obligación, o cuando aparece de la naturaleza de la obligación,
o de la cosa que forma su objeto, o del fin que se propusieron los contratantes,
que la intención de éstos fue que la deuda no pudiera pagarse parcialmente (Art.
1253 del Código Civil).
CONCLUSIÓN
Es así como, además, y tal vez pecando por simplificar el entendimiento del
contenido anteriormente descrito durante la investigación, puede concluirse que el
objeto central del estudio de la responsabilidad y de las obligaciones no son los
daños, los medios de su reparación, las estipulaciones de una obligación adquirida
o no mediante contrato o su estructura; sino la complejidad de la interacción
humana desde la perspectiva de la jurisprudencia, la doctrina y el jurista, quien
procura una solución de derecho ante situaciones de agravio entre dos o más
partes, y que competen finalmente a la cotidianidad del ejercicio del Derecho y su
profesión.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS