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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES


DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
SAN CRISTÓBAL - EDO. TÁCHIRA

MÓDULO II
Teoría General de la Responsabilidad Civil
(Trabajo)

AUTOR:
Natalia Saether
C.I. V- 27.416.447
ASIGNATURA:
Derecho Civil II. Obligaciones.

FEBRERO, 2022
INTRODUCCIÓN

Cuando se habla de responsabilidad, se la puede definir como la obligación


de reparar y satisfacer por sí misma o por otra persona, a consecuencia de un
delito, de una culpa o causa legal. Así que es un compromiso moral que surge a
partir de una equivocación o falta que comete una persona. Igualmente, la
responsabilidad hace referencia a una fundamentación más profunda para el
derecho, puesto que implica, desde la perspectiva de esta, el sustento de la
practica en la cual.

Y es que al respecto, todos los hombres son iguales ante la ley (como
cimiento de la justicia), y por ende, les corresponde el mismo grado de valor y
responsabilidad en el desarrollo de la vida civil, siendo que, los derechos de una
persona culminan donde inician los de un tercero, y en medio de la interacción
entre ambos se crean las obligaciones propias de las relaciones humanas, sean
estas de naturaleza convencional, o establecidas por las leyes, ante el amparo de
la convivencia ciudadana.

Así pues, a continuación el presente trabajo de investigación pretende el


desarrollo del análisis de algunos aspectos esenciales de la responsabilidad civil
(y sus derivaciones jurídicas y penales), así como conceptos esenciales para el
entendimiento de las obligaciones como lo son el daño, la causalidad, las
obligaciones y la imposibilidad de su cumplimiento, entre otros aspectos
resaltantes a ser considerados, por lo que serán abordados a profundidad como
parte de un proceso de discernimiento de los fundamentos del Derecho Civil.
NOCIÓN DE RESPONSABILIDAD
Cuando se habla de responsabilidad, se la puede definir como la
obligación de reparar y satisfacer por sí misma o por otra persona, a consecuencia
de un delito, de una culpa o causa legal. Así que es un compromiso moral que
surge a partir de una equivocación o falta que comete una persona. Igualmente, la
responsabilidad hace referencia a la obligación de reparar y compensar el daño
que se ha causado. Por tanto, se infiere que el que ha cometido un delito o culpa y
ha inferido en un daño a otro, se encuentra obligado a la indemnización, sin
perjuicio de la pena principal que la ley imponga por la culpa o el delito cometido.
Actualmente, hay diversas opiniones acerca de la responsabilidad en
cuanto al término correcto para referirse a esta figura; algunos autores, infieren
que el término a utilizar es “reparación” por ser más claro que el de
“responsabilidad”, otros sostienen que es “responder” el que debe utilizarse o el de
“derecho de daños” que es el más apropiado porque es el que garantiza la
reparación de intereses colectivos. Entonces, cabe destacar que
responsabilidades hay muchas una de tantas es al citada por Campos (2000), que
expone la responsabilidad del Estado, como la obligación que pesa sobre éste
de reparar daños caudados por el crimen o desastres de la naturaleza. Esta se
basa en el principio de que todo daño causado ilícitamente por él debe ser
reparado de buena fe.
En cuanto a Medina (2004) expone varias responsabilidades como: la
responsabilidad jurídica, es cuando se realiza un hecho jurídico que es causada
por la culpabilidad (sea dolosa o no) de una persona o por un hecho que se
encuentra separada de la culpa y donde se supone está obligado el imputado y el
sujeto con derecho para que sean reclamados. Igualmente se puede destacar la
responsabilidad civil, que es la obligación de toda persona de pagar por los
daños y perjuicios que causa en la persona o el patrimonio de otra. Y para la
responsabilidad moral, es donde se puede apreciar el grado de culpa o
responsabilidad que tiene un individuo(s) o una organización a algo que se
considera moralmente mal visto; es decir, se encuentra sin ética o contrario a la
noción de bienestar que la colectividad maneja. Esta se puede diferenciar de toras
responsabilidades, en que la norma infringida no proviene del exterior como son
las normas penales, sino del interior del sujeto; es decir, proviene de su
consciencia. Por esta razón el sujeto responsable moralmente debe cumplir con:
 Discernir entre el bien y el mal, tomar una postura moral, la decisión y sus
consecuencias.
 Haber cometido la acción o inacción, donde el individuo debe tomar una
elección y observar la inmoralidad del acto.
 Haber actuado de manera libre, consciente y voluntaria, sin ser
coaccionado ni obligado.

Al hablar de los tipos de responsabilidad, tenemos:


RESPONSABILIDAD TIPOS
CIVIL  R.C. Contractual: Es una infracción de un
Obligación de toda persona deber fijado en un contrato.
de pagar por los daños y  R.C. Extracontractual: Infracción que no se
perjuicios que cause a otros. encuentra en ningún contrato y daña a otros.
JURÍDICA  R. Penal: incurre ante la ley por comisión de
Sometimiento particular y actos delictivos.
concreto de una persona a la  R. Administrativa: Por las actuaciones u
sanción de una norma omisiones de los funcionarios públicos. La
jurídica, por haber Administración pública o del Estado son
trasngredido su prohibición o responsables
mandato.  R. Civil: Recae en una persona que debe
reparar el daño que ha causado a otros.
PENAL  R. Fiscal: Puede ser procedimental-
Cuando una persona es administrativo y otro como una consecuencia o
responsable penalmente circunstancia de ser culpable de causar daño
cuando se le ha atribuido la patrimonial al Estado.
culpabilidad de un hecho  R. Disciplinaria: Obligación jurídica de los
punible. servidores públicos y de particulares de
responder cuando en ejercicio de la gestión
fiscal, o con ocasión de esta causen acción u
omisión al patrimonio del Estado.
 R. Penal: Es cuando se tiene un deber jurídico
que responder de una acción ilícita según el
Código Penal.
RESPONSABILIDAD TIPOS
ADMINISTRATIVA  R. Disciplinaria: emanar normas internas, en
Hace efectiva las sanciones el poder de dar órdenes y de establecer
disciplinarias por sanciones.
incumplimiento de los  R. Responsabilidad Patrimonial: Deber que
deberes y prohibiciones tiene una persona física o jurídica de
funcionarias. responder con sus bienes o derechos por
haber producido algún tipo de altercado en un
tercero, que será quien recibirá dicho bien o
derecho.
 Rendimiento de cuentas: Deber que tienen
las instituciones públicas que administran
recursos públicos de informar, justificar y
explicar ante la autoridad y la ciudadanía sus
decisiones, funciones y el uso de los fondos
asignados.

Anteriormente, al exponer sobre el conocimiento de la responsabilidad civil,


esta se le atribuye a un sujeto el deber de cargar con las consecuencias de un
evento. Así que como se expone, es una obligación de responder ante la justicia
por un daño y de reparar sus consecuencias por medio de la indemnización hacia
la víctima. Por ende, son las instituciones jurídicas las destinada a proporcionar a
quien ha sufrido un daño como consecuencia de la conducta activa u omisiva de
otra persona, además de los mecanismos jurídicos para obtener su
compensación.
Por tanto, el sujeto está en la obligación de resarcir el daño dentro del
patrimonio de la persona que ha causado un hecho ilícito y que la responsabilidad
civil debe hacerlo pagar. Lo que implica que la persona responsable ante la ley es
responsable de indemnizar el daño. Así que, esta responsabilidad deriva del
incumplimiento del contrato como la que contrae al margen de una obligación
previa, conocida como responsabilidad extracontractual. Lo que señala que, el
factor más importante y primordial de ésta es que quien ocasione un daño a otro
debe repararlo de forma obligatoria, constituyéndose en un principio del Derecho
Civil patrimonial y que sostiene a la responsabilidad civil.
Dentro de esta responsabilidad tenemos dos categorías las cuales son: La
contractual (deriva de un contrato) y la extracontractual (una fuente distinta al
contrato “cuasicontrato”). Esta última, muchas veces viene dada por una conducta
antijurídica o culpable que impone a su autor la obligación de reparar los daños,
pero considera que no es su responsabilidad el hacerlo, lo que dentro del Derecho
es obligado a repararlos. Para aclarar las dudas, tenemos que el hecho ilícito
dentro de la responsabilidad civil es la violación de un deber jurídico que causa un
daño a otro y que lo responsabiliza, constituyéndose un hecho culposo e injusto
que causa un daño.
En cuanto a sus fundamentos, se debe hacer referencia a las bases
teóricas filosóficas que justifican las razones por las que se obliga al sujeto a
reparar el daño hecho, Por lo que el Profesor De Paula (2018), expresa que se
toman:
1. Fundamento tradicional o principio de justicia: Reponer el daño.
2. Fundamentos filosóficos: Teoría utilitaria y la teoría del derecho y la justicia.
3. Fundamentos económicos: El análisis económico del derecho (AED)
4. La teoría de la falta: La falta probada y la falta presumida.
5. La teoría del riesgo: Teoría del riesgo provecho y la del riesgo creado.
6. La teoría de la garantía: el principio del derecho de actuar, el de la seguridad,
entre otros.

Por último, se realizará una mención sobre la diferencia entre


responsabilidad contractual y la delictual, la cual tenemos:

RESPONSABILIDAD RESPONSABILIDAD
CONTRACTUAL DELICTUAL
Es una infracción de un deber Cuando se actúa con la
DEFINICIÓN fijado en un contrato. intención de ocasionar un
daño.
DIFERENCIAS  Nace del incumplimiento  Llamada también extracon-
total o parcial de un contrato. tractual, nace del delito del
Si una parte no cumple con cuasidelito o del incumpli-
su obligación incurre en miento del cuasicontrato.
responsabilidad contractual.
 Nace de la violación a un  Nace de la violación a una
contrato. norma legal preexistente.
 Surge de actos voluntarios.  Surge de actos
 Tienen carácter particular involuntarios.
casi siempre referido al  Sus principios generales se
contrato. aplican a la mayoría de los
casos de responsabilidad
civil.
 Los dos tienen diferentes elementos constitutivos.

LA CULPA
Al hablar del vocablo culpa dentro del derecho, tenemos que Carrara citado
por Agudelo (1988), enfatiza que es “la voluntad omisión de diligencia en calcular
las consecuencias posibles y previsibles del propio hecho; es decir, consiste en la
violación de la obligación de diligencia y prudencia que nos imponen determinadas
normas”. Otros autores afirman, que la culpa significa un reproche personal frente
al autor, En un sentido estricto, se encuentra definida como la falta de intención
del sujeto activo en provocar consecuencias del acto que emprende y que está
suscrita al hecho no realizado de forma mental; por lo que es un actuar
imprudente, negligente del sujeto activo.
Entonces la noción de ésta, se encuentra en una categoría de la teoría del
delito, que permite reprochar la conducta de la persona que cometió un delito y por
lo tanto atribuirlo esa conducta y hacerlo responsable del hecho. Se exige por
tanto la presencia de varios elementos como: el conocimiento de la antijuricidad, la
capacidad de culpabilidad, exigibilidad de la conducta), que constituyen los
elementos positivos de su concepto dogmático. Hay que hacer notar, que se
encuentra vinculado con la parte biológica y psicológica; es decir, para que una
persona sea culpable debe ser mayor de 18 años y debe tener la capacidad de
comprender su realidad, por tanto si una persona tiene enfermedad mental o
problemas de drogadicción será considerado inimputable (incapacidad penal) para
responder a una acción u omisión que constituye delito o falta.
Así que dentro de este concepto se maneja el llamado delito culposo, que se
encuentra dado por el acto o la omisión que genera un resultado que es
sancionado por la ley penal, ya que el culpable debe prever el resultado, pero en
cambio este no actuó con el cuidado que debía. Otro término a utilizar es el dolo
que es el conocimiento y la voluntad de realizar una conducta punible que
constituye un delito. Por ende, la culpabilidad es la relación directa que hay entre
la voluntad y el conocimiento del hecho con la conducta realizada, convirtiéndose
en un elemento subjetivo del delito, al asociar lo material del hecho típico con la
subjetividad del autor de la conducta.
También está categorizada en un segundo grado de la culpabilidad y se
presenta cuando se causa un resultado típico sin intención de producirlo, pero se
ocasiona solo por imprudencia o falta de cuidado para ser previsible y evitable,
convirtiéndose en delito culposo, imprudencia o no intencional. Esta se
fundamenta en teorías psicológicas que se funda en el aspecto psicológico del
sujeto activo, y la teoría normativa dirija a quien tenga la capacidad para obrar
conforme a la norma a fin de que pueda emitirse un juicio de reproche. Ahora bien,
en cuanto a los elementos de la culpabilidad, tenemos los siguientes:
 Imprudencia: consiste en obrar sin cautela, en contradicción con la prudencia,
es la culpa por acción y está integrada por tres elementos: (a) Una acción u
omisión voluntaria no maliciosa; (b) Un mal efectivo y concreto; y, (c) Una
relación de causa a efecto.
 Negligencia: Es una omisión, desatención o descuido que consiste en el no
cumplimiento de aquello a que se estaba obligado, en hacerla con retardo, es
la falta de uso de los poderes activos.
 Impericia: Sería la torpeza o la falta de destreza, habilidad, para hacer una
cosa y se divide en torpeza material y moral. Esta última, está la culpa moral,
se puede observar la ignorancia profesional. Esta es culpable cuando es
grosera y puede ser evitada tomando precauciones del caso.
 Inobservancia del reglamento: Es el no cumplimiento con la normativa legal
de cada caso.

Igualmente, dentro de este concepto, tenemos la conformación de los tipos


de culpa, los cuales se clasifican de la siguiente manera:
 Culpa grave: Es cuando es previsto por cualquier persona.
 Culpa leve: Es el resultado antijurídico previsto por personas de prudencia
normal, promedio o personas diligentes.
 Culpa levísima: Solo puede ser previsto por una persona de excepcional
prudencia; personas extraordinariamente diligentes.
Dentro del sistema de culpabilidad tenemos la que son por omisión, en
donde la conducta humana consiste en no hacer algo, infringiendo una ley
preceptiva que ordena hacer algo —Cuando se presencia al ser golpeado una
persona discapacitada y no proporciona auxilio según la ley—. Esta se puede
establecer dentro del Código Penal en: omisión de socorro, abandono de familia y
comisión por omisión, además se divide en:
 Omisión propia: hay un mandato de acción sin tomar en cuenta si la acción
ejecutada evitó o no la lesión del bien jurídico. Su punibilidad no depende de la
existencia del delito, solo requiere la acción.
 Omisión impropia: Requiere que no se evite el resultado lesivo, ya que su
mandato requiere evitar un resultado y por tanto son equivalentes a los delitos
de comisión. En cuanto a la culpabilidad por comisión o acción, la conducta
humana consiste en hacer algo (movimiento corporal) que infringe una ley
prohibida, en ese caso sería cuando un sujeto se abalanza a otro para cometer
amedrentar o asustar pero comete homicidio, infringiendo la prohibición de
matar.

En otro orden de ideas, pero dentro del precepto de la culpabilidad, tenemos


la culpa contractual, que dentro de la normativa jurídica es una obligación que se
establece en una declaración de voluntad particular, trata de la obligación que
tiene una persona de indemnizar o reparar el daño causado a otro por el
incumplimiento de una obligación, surgida por un contrato o acuerdo de voluntad
celebrado entre el causante y el perjudicado. En cuanto a la culpa
extracontractual, es cuando dentro de la norma jurídica violada es una ley, que
puede ser delictual o penal (el daño es debido a una acción tipificada como delito),
o cuasi-delictual o no dolosa, si el perjuicio se originó en una falta involuntaria.
Es decir, que consiste en causar un perjuicio a otro distinto del que procede
del incumplimiento de una obligación, ya por intención de dañar, por falta de
precaución del sujeto. Es decir, que es una conducta que causa daño a otro por
acción u omisión, sea por culpa o negligencia y que determina la obligación a
reparar el daño causado. Dentro de este precepto, tenemos que la jurisprudencia
actualmente ha evolucionado en su flexibilización formulando herramientas y
modelos propios de la responsabilidad objetivo o por riesgo, que ogliben a reparar
el daño causado no solo cuando se omite la diligencia, sino también en los
supuestos produzca como resultado dañoso y que impondrá la desaprobación de
la acción o conducta por ser contraria a los valores aceptados.
Dentro de la investigación del tema, el precepto de la aparente autonomía
de los artículos 1270-71 del Código Civil venezolano, da con el caso de la
diligencia que debe poner el deudor en la ejecución de su obligación en el caso del
buen padre, pero bastaría que exista una falta levísima para que no actuara como
el mejor de los padres. Por lo que se infiere por ley que en artículo 1185 define a
la cula como una regla general la cual para que haya responsabilidad
extracontractual se requiere negligencia, imprudencia o intención del daño. Pero
se busca demostrar que no lo existe o no lo hay ya que se comporta como un
buen padre. Si este sujeto procede de la manera como actuaría entonces donde
se encontraría su culpa.
Además este concepto no se encuentre previsto en el capítulo de los hechos
ilícitos (1185 a 1196), lo que implica que en el artículo 1270, refiere a todas las
obligaciones, cualquier que sea su fuente y ubicado en la Ley en el título “De las
Obligaciones”, estableciendo parámetros de referencia donde al principio el buen
padre de familia aplica a ambos órdenes de responsabilidad. Dentro de la
investigación, se expone sobre la prueba de la culpa contractual, incumbe al
acreedor, el cual podrá tener lugar por cualquier medio. Esto nos infiere que hay
culpa del deudor cuando el quebrantamiento de la obligación le es imputable es
decir que la omisión de la conducta es positiva o negativa para prever o evitar un
daño. Es por ello, que la culpa es la falta de diligencia, lo que implica la voluntad
de la acción o de la omisión de las consecuencias del hecho implicando
imputabilidad al deudor por no prever o evitar las consecuencias de sus acciones.
Por ende, la culpa en su parte técnica excluye el dolo, lo que implica una
ilicitud por la falta de diligencia, negligencia, imprudencia, falta de cuidado y/o
torpeza. Así que se tomaría como premisa:
1. Justificar su pérdida con evidencias.
2. Establecer que el demandado es legalmente responsable de las lesiones debido
a las consecuencias de sus actos.
3. Identificar la causa legal por la cual está presentando la demanda.
4. Examinar todos los elementos de esa causa.

En cuanto a las obligaciones de resultados y de medios tenemos que el


primero, el deudor se compromete a cumplir un determinado objetivo, asegurando
al acreedor el logro del resultado teniendo en miras al contratar. El segundo, el
deudor compromete su actividad diligente al logro del resultado esperado, pero
éste no es asegurado ni prometido. Así que su distinción es que dentro del
derecho romano, reconocía la existencia de contratos en los que la obligación era
determinada y otros, únicamente exigían la actuación de buena fe del deudor.
Sobre los sistemas de la apreciación de la culpa, se han fijado modos y
maneras para apreciar la culpa, determinando dos sistemas:
1. Sistema de la apreciación de la culpa en abstracto: Si llega a exsitir culpa
en la actuación de la persona, debe compararse la conducta desarrollada en el
momento dado, con la conducta que hubiera puesto en práctica. Esta está
dotada de cualidades o defectos y se debe colocar en forma externa para
calificar la conducta de la persona. Si su conducta no corresponde con la del
ente abstracto, este incurriría en culpa. Este sistema era para determinar
cualquier grado de culpa y es la más utilizada dentro de la legislación moderna.
2. Sistema de la apreciación de la culpa en concreto: Se determina la culpa
comparando la conducta desplegada por el sujeto en un momento dado y que
se desea calificar, con la conducta habitual que desarrolla en su vida diaria.
Pero esta es errónea y lleva a consecuencias absurdas.
Para finalizar este tema, tenemos la imputabilidad, que de acuerdo con
Zazzali, citado por Hernández Arguedas (2015), expone que esta es “la capacidad
para delinquir. El legislador fija las condiciones que debe reunir un sujeto para ser
considerado inimputable y el juez establece la imputabilidad o no del autor de un
delito”. Así que es un término jurídico donde se ve la capacidad de una persona de
comprender las consecuencias que traerá la realización voluntaria de un acto
ilícito, y como tal debe responsabilizarse y responder por dicho hecho.
Esta tiene una base psicológica del que depende conceptos de culpabilidad y
responsabilidad, el sujeto que carece de ellas, sea por la falta de madurez (menor
de edad), sufrir alteraciones psíquicas (problemas mentales) no puede ser
declarado culpable ni ser responsable de sus actos. Por ende, para valorar la
responsabilidad penal y sea una persona imputable tiene que:
 Conocer características del autor del delito y situación concreta en el momento
concreto del acto delictivo, es necesario padecer algún trastorno mental.
 En el momento de realización de la conducta no tenga entendimiento para
detectar esa ilicitud, o no pueda realizar una conducta distinta en función de su
comprensión.

EL DAÑO
Según Frúgoli (2012), expone que el daño es “un concepto unitario que
abarca la lesión o lesiones y la resarcibilidad de la proyección o proyecciones del
menoscabo en la persona, producida(s) por el hecho causal fuente de la
obligación. Lo que significa, que es todo el deterioro material o moral que sufre
una persona, ya en sus bienes naturales, en su propiedad o patrimonio, causado
en contravención a una norma jurídica y por el cual otro responde por él. Así que
se encuentra tres clases de daños:
 Daños patrimoniales: se valoran por dinero de manera directa.
 Daño moral: No afectan al patrimonio de la persona pero si su salud
psicológica.
 Lucro cesante: dinero que se ha dejado de percibir por el daño sufrido de un
bien.
Igualmente, los requisitos que adquieren los daños son:
 Tienen que ser un daño emergente, real y efectivo.
 Deben ser daños y perjuicios reales.
 Debe haber una causa-efecto. Quien actúa es el causante del daño producido
a un bien o en la persona, sino será un caso fortuito.
 Los daños deben ser acreditados mediante peritos.

Dentro de este tema, se habla de la certeza del daño, la cual es un requisito


establecido por la jurisprudencia para que el daño se considere reparable y pueda
ordenar la indemnización, al ser cumplida las exigencias y presupuestos para que
surja dicha obligación. Por lo que implica que es necesaria un efectivo orden en
las transformaciones exteriores que terminan por lesionar el bien patrimonio o
extrapatrimonial y que debe aprobarlo quien lo alegue. Con respecto a la certeza
del daño en los perjuicios patrimoniales, se pueden ver aquí con facilidad. Aquí
se refleja la parte económica (intereses) de la víctima y la pérdida de valor de su
activo, estas se pueden ver objetivamente y comprobarse a través de medios
cuantificables por parámetros objetivos o racionales.
Igualmente, dentro de los perjuicios extrapatrimoniales, Rojas Quiñones,
citado por García Polchlopek (2021), infiere que estos son “los que no repercuten
en la esfera patrimonial del afectado, sino en su entorno interno o externo como
seres que sienten. Estas no tienen valor económico. En los daños punitivos, se
debe comprobar que el daño ha sucedido y la reparación misma o monto a
indemnizar esté ligado a la magnitud del daño, evitando una violación al principio
de no enriquecimiento a costa de un hecho dañoso. Al hablar entonces de la
lesíon al interés, tenemos que según la ley está se convirtió en el eje central de la
obligación para reparar el bien, así que la atribución como la base legal queda
concentradas en un número elemento que es la imputación. Por tanto, la
responsabilidad comienza es verificando la existencia del daño y no del título
jurídico a aplicar.
En mi opinión sobre el carácter personal dentro del derecho, esta se
encuentra dada por las obligaciones que establecen las personas (pasivo y
activo), constatando que el derecho es real y de carácter absoluto. También dentro
de la parte jurídica, este carácter tiene que ver con la protección de los datos
personales y que está dentro del derecho constitucional, como derecho específico
diferente a la intimidad. Su objeto entonces es más amplio y alcanza a todos los
datos personales, sean tratados por entidades públicas o privadas. Cabe destacar
dentro de este tema, sobre el daño no debe haber sido reparar, Alvarado
(2014), expone que “la acción de responsabilidad civil exista, es necesario que el
daño que ha sufrido la víctima no sea reparado. Esto pasa cuando una tercera
persona indemniza a la víctima y se debe entrar a distinguir cuales fueron los
causales de la indemnización y pagado por el tercero. Estos se clasifican en:
 Cuando no hay ninguna obligación de indemnizar por el tercero, sino que
asumió la carga del daño, la doctrina y la jurisprudencia admite que la víctima
pueda intentar acciones contra el agente del daño aun cuando hubiese recibido
indemnización., admitiéndose el cúmulo de indemnización.
 Si el tercero, paga el daño a nombre del agente del daño.
 Si paga como tercero en condición civil responsable y con casos de
responsabilidad, la víctima no puede intentar acciones contra el agente, ya que
el daño fue reparado y la víctima no debe indemnización doble.

Anteriormente, cuando se habla de reparar, se señala sobre el cúmulo de


las indemnizaciones, tenemos que Osorio (2010), manifiesta que esta es una
opción de responsabilidad para averiguar si el incumplimiento de la obligación que
está dispuesta en el contrato da origen a una responsabilidad contractual o
también puede ser delictual o cuasidelictual, el acreedor debe elegir una u otra
para obtener la reparación del daño. Esto permitirá al acreedor situar su cobro en
el terreno que más le convenga a sus intereses.
Dentro de la responsabilidad contractual, el acreedor tiene la ventaja de no
estar obligado a probar la culpa, pero no podría responsabilizar al deudor sino de
la clase de culpa que corresponda según la naturaleza del contrato. Por ende, el
cúmulo puede ser rechazado y la jurisprudencia se puede inclinar en el mismo
sentido.
Los daños corporales, se puede especificar como un documento médico
legal que se emite a solicitud de las autoridades judiciales, que con ayuda de un
perito responde a las preguntas de dicha autoridad y su objetivo, es establecer si
las lesiones sufridas que tan graves son, para que el que juzgue pueda clasificar el
delito. Por tanto, hay que ser claro, conciso y preciso. Por lo que estas
actuaciones se colocan en un Dictamen Médico Legal, esto con el fin de conocer
el daño ocasionado por lesiones en la persona y determinar las repercusiones
penales, civiles, morales y laborales para así solicitar la compensación en
términos de indemnización o pena. Estos traumas se tratan de la siguiente
manera: dentro de la responsabilidad contravencional, penal, civil y laboral.
Por tanto, el daño moral alude a una lesión que padece una persona al
sentirse agraviada. Así que por ley este daño es abstracto, su determinación es
complicada igual que la cuantificación de la indemnización para su reparo. Por lo
que se habla de lesión, que es toda alteración anatómica funcional o psíquica que
se le causa al cuerpo humano o su salud, esta se produce por medio de una
fuerza exterior (biológicos, químicos, mecánicos, térmicos, otros) que derivan de
una acción de carácter culposo. Debido a que el daño moral es abstracto, resulta
complicada su determinación, al igual que la cuantificación de la indemnización
para repararlo. Por eso existen diversas doctrinas que indican cómo se debe
realizar el resarcimiento en cuestión. Pasando a otro orden de ideas, Lauria
(2017), expresa en la titularidad de la acción, dentro de los delitos de acción
pública, estos corresponden a la Fiscalía, que se señal en el Código Orgánica
Procesal Penal y en la Constitución
En otra conceptualización, Aparicio, Colina, Revilla y Velásquez (2017),
señalan sobre la posibilidad de reparación del daño generado por un hecho
ilícito donde estan incluidios los hechos delictivos, nace en el Artículo 1185 del
C.C. de Venezuela. Estableciendo que que con intención, impurdencia o
negliigencia, dentro del la cual expresa “que al haber intensión, negligencia o
imprudencia, haya causado un daño a otro, por tanto está obligado a repararlo.
En cuanto al artículo 1966 del C.C. establece que la “obligación de
reparación se extiende a todo daño material o moral por el acto ilícito. Quedando
entonces obligado a repararlo por parte del sujeto. Lo que significa que el daño
material o moral causado producirá efectos que pueden alcanzar a los familiares o
terceros de la víctima, igualmente debe ser indemnizado a raíz de perjuicios
ocasionados por el daño. También, se hace presente dentro del Código Penal de
Venezuela en su Artículo 113, que señala “si una persona es responsable de
algún delito o falta, lo es también civilmente”. Así que cualquiera que cometa
delito, tendrá la responsabilidad civil y con ello, iniciar la reparación del daño
cauado, siendo que esta es de naturaleza civil.

CAUSALIDAD
Relación de causalidad
Cuando se habla de relación de causalidad, tenemos que es la relación que
existe entre un hecho (incumplimiento) y los resultados que de él derivan. Esto
pasa porque no todas las derivaciones de un hecho se atribuyen al sujeto, sino
algunas de ellas imputadas por la perspectiva de la justicia. Por tanto, se ha
fomentado que dentro del derecho civil esta queda insoluble porque debe atender
el sentido común o sentimiento para dar respuesta a qué daños son imputables.
Dividiéndose en causalidad material: interesa a las ciencias. Y la Causalidad
jurídica: construye un entorno cultural, que actúa como contingente de la conducta
humana.
A lo que refiere su noción, este se presenta dentro del Artículo 1185 del
Código Civil (1982) donde enfatiza “el que con intención o por negligencia o por
imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a repararlo”. Presentando
con ello, un vínculo dentro de la conducta culposa o incumplimiento de la
obligación y la culpa, en la cual se expresa que:
 La causa o hecho generador del daño no siempre es uno solo.
 Un hecho es posible que genere otro, y este a su vez, sea la causa de otro y
así se suceda en una cadena de hechos casi interminable.
 Por tanto, la relación de causalidad es una relación de derecho.
 Para el jurista, debe averiguar las condiciones según las cuales el daño puede
ser jurídicamente atribuido al hecho demandado.

Es importante, también observar dentro del tema sobre los criterios para
establecer el nexo causal, dentro de la teoría de la equivalencia de condiciones,
está señalado como “todo daño que es producto de una serie de causas y
circunstancias de diversa índole, que forman una cadena de hechos”. Por lo que,
su prosecución debe escoger aquellos hechos culposos determinantes en la
ocurrencia del daño. Si aparece un solo hecho para que el agente sea el
responsable de los daños, no se tomaría los hechos no culposos.
Fundamentándose en que la víctima no puede reclamar la indemnización
cuando su causa no es un hecho culposo, sufriendo daño fortuito soportando
consecuencias de hecho culposo. Ante esta teoría siendo un hecho determinante,
por sí solo no sería suficiente para causar el daño sin la concurrencia de otros
hechos no culposos. Sobre la teoría de la equivalencia de las condiciones, sus
inicios fueron en Alemania en el año 1873, por Von Buri. La tesis desarrollaba la
consignación ordenada de las premisas que le servirían de apoyo, los cuales
serían:
 Los sucesos del mundo físico no pueden ser explicados como consecuencia de
la intervención de un antecedente, sino del efecto de una pluralidad de factores
que influirán en su existencia.
 Aquellos factores que influyen en la producción del resultado hay algunos
determinantes que por su ausencia hace que el resultado no se produzca.
Estos factores directos determinan la producción del resultado (condiciones).
Su calidad, es el resultado de un procedimiento de supresión mental que lleva
a efectos donde se ve la eliminación de antecedentes y su significado en su
resultado. Si esta es afirmativa, el antecedente es una “condición del
resultado”.
 Todas las condiciones que lleguen a un resultado son equivalentes y no
priman sobre las otras porque si falta un resultado esta no se produce.
Por último tenemos la Teoría de la causa adecuada, que es la que admite
que en todo hecho intervienen como antecedentes varias condiciones, pero niega
que todas sean equivalentes. Así que rechaza el procedimiento hipotético de
eliminación para resolver el problema causal y propone que las condiciones que
han sido comprobadas, pueden distinguiré aquellas que son adecuadas para
producir el resultado esperado, por medio del criterio de probabilidad.
Por lo que solo se declarará causas aquellas que regularmente se revelen
idóneas para producir resultados, estableciendo la eficacia en la pluralidad de los
casos. Tomando aquellos efectos extraordinarios que excluyen la relación de
causalidad con el comportamiento corporal condicionado. En esta teoría, se debe
concluir que la construcción de ese comportamiento corporal, no presenta una
conexión causal. Para esta teoría, estos fenómenos no son sino una de las tantes
condiciones equivalentes que provocan el resultado porque eliminaría cualquiera
de sus condiciones, el comportamiento corporal humano no llegaría a originarse el
resultado concreto extremo que se considera.

LA IMPOSIBILIDAD DEL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN


Al respecto, Arcas (2014) describe la Imposibilidad sobrevenida, es decir, la
obligación existe y es válida al primeramente referir al art. 1271 y 1272 del Código
Civil (1982), en los cuales se establece que
Art. 1271: El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios,
tanto por inejecución de la obligación como por retardo en la ejecución,
si no prueba que la inejecución o el retardo provienen de una causa
extraña que no le sea imputable, aunque de su parte no haya habido
mala fe.

Art. 1272: El deudor no está obligado a pagar daños y perjuicios,


cuando, a consecuencia de un caso fortuito o de fuerza mayor, ha
dejado de dar o de hacer aquello a que estaba obligado o ha ejecutado
lo que estaba prohibido.

Por lo que refiere a diferentes causas de imposibilidad del cumplimiento de la


obligación u que competen a una causa extraña no imputable, una fuerza mayor,
el caso fortuito, la legítima defensa y el estado de necesidad, la dificultad en el
cumplimiento, y finalmente la excesiva onerosidad. Arcas (2014) los describe a su
vez de manera individual:
Por tanto, en la causa extraña no imputable, los hechos o causas que
impiden al deudor el cumplimento de la obligación. No es otra cosa que el
incumplimiento involuntario de la obligación. Y para ello, debe existir una
imposibilidad absoluta de cumplimiento, y es que la mera dificultad o excesiva
onerosidad no es suficiente; debe haber una inevitabilidad, a pesar de la
imprevisibilidad. Puede considerarse un estado de imprevisibilidad ya que de ser
previsible el hecho que impidió el cumplimiento, el deudor pudo haber tomado
medidas. Además, debe haber ausencia de culpa o dolo. Y la sobrevenida también
debe manifestarse, de lo contrario la obligación sería nula desde su nacimiento.
La fuerza mayor o el caso fortuito por su parte requieren algunas
distinciones entre ambos casos, puesto que en el Caso Fortuito el acontecimiento
sucede de manera natural, con un componente de imprevisibilidad, exterioridad y
que las consecuencias recaen sobre el objeto. Mientras que en el caso de una
Fuerza Mayor, los acontecimientos son la voluntad de un tercero, con
irresistibilidad, internabilidad y cuyas consecuencias recaen sobre el obligado. Y
aunque en Venezuela son tratados por igual como sinónimos, aunque deban ser
distinguidos debidamente.
La legítima defensa y el estado de necesidad, como causa que elimina la
culpa y es eximente de responsabilidad civil y conducta objetiva lícita, está
especialmente prevista por el legislador. En el Art. 1.188.C.C- “No es responsable
el que causa un daño a otro en su legítima defensa o en defensa de un tercero”,
esto se sustenta en la idea de que la agresión inicial no fue por parte de la víctima,
y por ello se desarrolla una necesidad del medio empleado por el agente para
impedir la agresión.
A su vez, la dificultad en el cumplimiento, alude a un estado de difícil
resolución o cumplimiento de la obligación por parte del individuo con la
obligación, y ocurre un cambio o alteración en las circunstancias: no produce la
imposibilidad sino una mayor dificultad. Esto sólo puede ocurrir en materia
contractual. Mientras que en la excesiva onerosidad se produce un aumento
injusto y desproporcionado en el cumplimiento a nivel de mercado, lo que dificulta
el proceso de pago de la obligación (aumento del precio de la gasolina o de los
cauchos por estallido de guerra), y en este caso el deudor puede solicitar al juez
distintas acciones para lidiar con ello, desde mayor tiempo de cumplimiento hasta
una condonación parcial de la obligación.

LA RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO


Las responsabilidades Complejas por Hecho Ajeno, explica Dutti (2014)
ocurren cuando la persona que está sometida a la guarda, control, vigilancia o
subordinación del civilmente responsable, comete un hecho ilícito. Existen dos
categorías de personas responsables: el agente material del daño por el hecho
ilícito propio y el civilmente responsable por el daño causado por la persona
sometida a su subordinación. El civilmente responsable tiene acción de regreso
contra quien cometió el hecho ilícito, siempre que sea imputable; puede reclamarle
al agente material del daño el monto de la reparación que deba a la víctima. Esta
regla no es absoluta, por cuanto existen determinadas excepciones.
Así pues, cuando la víctima demanda la indemnización, de acuerdo a Dutti
(2014), sólo debe probar que han ocurrido los extremos señalados por la norma y
no necesita probar la obligación de medio o resultado según el caso, el cual puede
ser de resultado, si sólo se libera con Causa extraña, o de medio con una
contraprueba a su diligencia. Pero en líneas generales, al referir esta situación, el
daño no es causado por el civilmente responsable, sino por quien está bajo su
tutela (o por un objeto), por lo que la culpa del civilmente responsable es
presumida por el legislador, y seria iuris tantum en casos del padre o tutor y del
preceptor o artesano, o iuris et de iure en los demás casos. Debe indicarse
además que en estas situaciones, el civilmente responsable es imputable.
Por su parte, desde la perspectiva del fundamento, Dutti (2014) refiere a
Melich Orsini, quien a su vez describe que la Culpa In Vigilando o Culpa In
Eligiendo confronta dos posiciones a ser consideradas en la evaluación de la
responsabilidad por hecho ajeno, en la primera, la culpa es realmente directa pues
es presumida; y en la segunda, la mayoría diverge pues en el caso de la
responsabilidad de los principales obedece a la teoría del riesgo. Por lo que se
establecen unas reglas comunes tacitas:

 La Interpretación es restrictiva.
 Carácter limitativo: sólo proceden en los casos taxativos establecidos en la
legislación
 Triple posibilidad de ejercer la Acción judicial: Contra el agente del daño,
Contra el civilmente responsable, o Contra ambos.
 En cualquiera de estos casos, sólo procede indemnización única.
 Existe acción de reembolso si el inimputable obró con discernimiento
(Art.1.186C.Cc ); si no, procede el recurso de equidad (Art. 1.187C.C)
 La víctima debe probar todos los requisitos necesarios para que nazca la R.C.
en relación con la conducta del agente.
 La R. Especial o Compleja contra el agente más inmediato del daño, desplaza
cualquiera otra que pudiera existir.

Las responsabilidades por hecho ajeno están establecidas en el Código Civil


y el Código Penal. La del padre, madre y tutor por el hecho ilícito en que incurren
los menores que habitan con ellos. Establecido en el encabezamiento del Articulo
1190 Código Civil. El padre, la madre, y a falta de éstos, el tutor, son responsables
del daño ocasionado por el hecho ilícito de los menores que habiten con ellos. Y
en conjunto con ello, existe también una responsabilidad del hecho ajeno que
alude al preceptor y el artesano, por el daño causado por el hecho ilícito de los
alumnos y aprendices, mientras estén bajo su vigilancia, establecido en la
segunda parte del Artículo 1190 Código Civil. Así como la del dueño o principal,
por el daño causado por sus sirvientes o dependientes en el ejercicio de las
funciones propias de su empleo. Establecido en el Articulo 1191 Código Civil.
Concretamente, Dutti (2014) indica:
El padre, la madre, y a falta de éstos, el tutor. Tiene por objeto la custodia
y protección de la persona y bienes, o solamente de los bienes, tanto de los
menores no sujetos a la patria potestad, como de los mayores que se encontraren
temporal o definitivamente incapacitados para regir por sí mismos su persona y
bienes. En este sentido, el poder otorgado por la ley a personas jurídicamente
capaces para la protección y defensa de los menores de edad o incapacitados.
Dicha responsabilidad es en respuesta a la guarda del menor o incapacitado por
sus progenitores (ambos o uno de estos) o al tutor, quien debe responder por las
acciones de su representado. Si la responsabilidad comprende a ambos padres,
éstos son solidariamente responsables, y en caso de que sólo uno de los padres
tiene la guarda, el otro no es responsable, a menos que se pruebe su culpa, o la
del tutor responsable. Dicho estado es la patria potestad y el Articulo 1190 Código
Civil (1982)venezolano establece la pertinencia de la responsabilidad civil por
hecho ajeno pertinente.
El preceptor y el artesano. Las mismas normas que se han destacado por
lo que respecta a las responsabilidades por hecho ajeno y en particular para la
responsabilidad del padre, madre o tutor, son aplicables en general para la
responsabilidad del preceptor o artesano; especialmente en lo que se refiere a los
puntos relativos a la naturaleza y carácter de las presunciones, las condiciones de
la responsabilidad y las excepciones del demandado, aplicables en sus
modalidades propias. El artículo 1190 del Código Civil (1982) dispone que los
preceptores y artesanos son responsables del daño ocasionado por el hecho ilícito
de sus alumnos y aprendices mientras permanezcan bajo su vigilancia, siendo que
el aprendiz es la persona que recibe del artesano los conocimientos de un oficio,
mientras trabaja con éste, sin que medie entre ellos un contrato de trabajo.
Debe indicarse que hoy en día esa figura prácticamente ha desaparecido,
porque generalmente el aprendiz recibe un salario del artesano, en cuyo caso se
convierte en un trabajador bajo las órdenes del artesano, y en consecuencia se
trata más bien de una vinculación entre comitente y dependiente, en cuyo caso, la
relación de aprendizaje da lugar a la responsabilidad del comitente por el hecho
del dependiente en el oficio de sus funciones Artículo 1191 Código Civil.
El dueño o principal. Finalmente, en el artículo 1191 del Código Civil (1982)
se dispone que los dueños y los principales o directores son responsables del
daño causado por el hecho ilícito de sus sirvientes y dependientes, en el ejercicio
de las funciones en que los han empleado, la víctima debe demostrar el hecho
ilícito del agente material del daño, sirviente o dependiente pero no del
responsable, quien asume la responsabilidad de manera indirecta dada su
condición de dueño y responsable, pero debe indicarse que la responsabilidad del
civilmente responsable dueño, principal o director coexiste con la del agente
material del daño (sirviente o dependiente).

LA REPARACIÓN DEL DAÑO


En el proceso de daño, el artículo 1.185 del Código Civil (1982) establece
que: “El que con intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un
daño a otro, está obligado a repararlo....”, así mismo, el artículo 1.196 eiusdem
prevé que “La obligación de reparación se extiende a todo daño material causado
por el acto ilícito”. Por lo que en este contexto, el Juez puede, especialmente,
acordar una indemnización a la víctima en caso de lesión corporal, de atentado a
su honor, a su reputación o a los de su familia, a su libertad personal, como
también en caso de violación de su domicilio, sus pertenencias o de un secreto
concerniente a la parte lesionada (s/a, 2012).
El Juez puede igualmente conceder una indemnización a los parientes afines
o cónyuge, como reparación del dolor sufrido, en caso de muerte de la víctima, y
es que probado el hecho ilícito surge para la víctima el derecho a la reparación por
el daño material o moral que se le ha causado y ello constituye una certeza en
cuanto al derecho y una expectativa respecto al monto, que deberá ser
establecido judicialmente, o por convenio entre las partes. El monto fijado entra a
formar parte del patrimonio de la víctima no obstante que dicho monto haya sido
fijado judicialmente con posterioridad a su muerte (s/a, 2012).
Debe considerarse además que la naturaleza de derecho personalísimo a la
reclamación del daño determina quien tiene cualidad para ejercer la acción
reparatoria, pero ejercida ésta y una vez admitida la demanda por el tribunal,
corresponde a este en primer lugar determinar si efectivamente se produjo el daño
y, en caso afirmativo, establecer las consecuencias del mismo, ello se sustenta en
el artículo 1.196 del Código Civil (1982) el cual establece que
La obligación de reparación se extiende a todo daño material o moral
causado por el hecho ilícito. El Juez puede, especialmente, acordar
una indemnización a la víctima en caso de lesión corporal, de atentado
a su honor, a su reputación, o a los de su familia, a su libertad
personal, como también en el caso de violación de su domicilio o de su
secreto concerniente a la parte lesionada. El Juez puede igualmente
conceder una indemnización a los parientes, afines, o cónyuge, como
reparación del dolor sufrido en caso de muerte de la víctima.

Por lo que se dispone que en caso de hecho ilícito la reparación del daño
causado podrá abarcar el daño material y el daño moral. Adicionalmente faculta al
Juez para acordar la indemnización por daño moral en los casos mencionados de
forma enunciativa, pudiendo ser extensible a los parientes, en caso de muerte de
la víctima. En otra línea de ideas relacionada, la indemnización por daño material,
a diferencia del daño moral, consiste en la reparación del perjuicio patrimonial
sufrido, en este caso, causado por hecho ilícito (s/a, 2012).
En el caso de autos el Tribunal Superior tomando en consideración la norma
denunciada, rechazó el concepto de daños materiales alegando que si bien el
trabajador demostró los elementos que dan existencia al hecho ilícito, no señaló el
monto correspondiente al daño ocasionado a su patrimonio que pretende sea
reparado, por lo cual no puede ordenarse su reparación, razón por la cual, a juicio
de la Sala, el Tribunal Superior interpretó correctamente la norma y por ello no
puede prosperar la delación formulada, y en caso de confesión ficta el Juez no
está obligado a condenar a la totalidad de la suma pedida por daño moral. Algunas
consideraciones a ser tomadas en cuenta para la reparación son (s/a, 2012):
 Tiempo relevante para la determinación de la medida del daño, en el
caso contractual no existe duda; donde si existe es con la obligación
extracontractual, donde la obligación y la prueba que constituye el daño surge con
la propia sentencia. Es decir, lo importante es determinar cuando surge el derecho
a la reparación. Pues, es con la sentencia cuando es posible determinar la cuantía
del daño y su correspondiente reparación.
 Lugar relevante para la determinación del daño, Su relevancia tiene que
ver con los bienes muebles, puesto que con los inmuebles no surge tal dificultad.
Si un comerciante adquiere una zona determinada, una cantidad de un producto
que se compromete el vendedor a entregarlo en otra región del país, y cuyo
destino son los mercados de Caracas donde se podrá obtener un mejor precio. Allí
el lugar de la determinación de la cuantía del daño es relevante.
 Modo y extensión de la reparación, en caso de que exista una pluralidad
de responsables, el daño es imputable a varias personas. En caso de que se
requiera una compensación de culpas, el daño de produce no de forma exclusiva
por la culpa del responsable, sino que a su producción ha contribuido también, en
alguna forma la víctima. Art. 1.189 C.C.
 Prueba del daño, para ser reparado un daño, este debe existir en la
realidad, la víctima debe haberlo experimentado lo cual no quiere decir que el
daño debe necesariamente haberse producido, pero es responsabilidad de la
victima el otorgar pruebas de su perjuicio. A la certeza se oponen el daño eventual
o hipotético. Pudiera o no producirse o podría producirse como consecuencia de
uno actual. Aquella persona que luego de una lesión lumbar pudiera perder la
capacidad de caminar. De tal modo que por no existir certeza de su ocurrencia, no
será resarcible hasta que exista. Asi pues, la prueba debe ser irrefutable, y en
caso de tratarse de un daño Futuro, que no debe confundirse certeza con
actualidad, en el daño futuro si bien no se ha producido, se tiene certeza de que
se producirá, y es eso lo que lo distingue del hipotético o eventual, puesto que es
una consecuencia del daño actual y debe ser posible apreciar de antemano la
extensión del daño.

CLASES DE OBLIGACIONES
Obligaciones naturales
La obligación natural, no crea un derecho procesalmente eficaz. Carnevall
(s/f) explica que si el deudor no cumple, el acreedor no encontrará acción alguna a
su disposición para forzarle a cumplir o a entregar el equivalente monetario del
objeto de la obligación, más daños y perjuicios, por lo que según la doctrina y
jurisprudencia, son obligaciones desprovistas de sanción, no dotadas de poder
coactivo, por lo que el acreedor no puede exigir- al deudor el cumplimiento
forzoso. Por lo tanto son solo susceptibles de cumplimiento voluntario, pero no de
coacción por los medios legales, y su extinción por tanto será solo lo pactado de
buena voluntad entre las partes, sin medio probatorios.
Constituyen, de acuerdo al mismo autor, en el campo jurídico, la excepción al
derecho que tiene el acreedor de hacer efectiva la ejecución forzosa. No obstante,
una vez que han sido cumplidas espontáneamente por el deudor, éste carece de
derecho para repetir lo que hubiera pagado en virtud de ellas. Es la irrepetibilidad
del pago el principal efecto de la obligación natural, efecto que tiene su
fundamento en el cumplimiento, ya que es a partir de ese momento cuando esta
obligación adquiere relevancia para el derecho. Ejemplos de estas obligaciones
los encontramos, en las obligaciones que comienzan por ser obligaciones civiles y
que se hallan extinguidas por la prescripción y en las deudas de juego de suerte,
azar o envite.

Obligaciones condicionales
Carnevall (s/f) describe además que el Código Civil (1982) en su artículo
1197 establece: "La obligación es condicional cuando su existencia o resolución
depende de un acontecimiento futuro e incierto". Por consiguiente, la obligación
condicional es aquella cuya existencia o extinción depende de la realización de
una condición, entendiéndose por tal "el hecho de subordinar la formación o la
desaparición de una relación de derecho a la realización de un acontecimiento
futuro e incierto". Así por ejemplo, ante la cancelación de un monto determinado
en el matrimonio, o la venta de un inmueble ante condiciones de compra previas.

Obligaciones convenidas a término


Caducidad del término. Diferencias entre término y condición.
Son aquellas, cuyo cumplimiento o extinción depende de la realización de un
acontecimiento futuro y cierto. Así por ejemplo, el pago de un monto específico
con fecha y hora, o la cancelación de precios mensuales hasta una fecha
determinada entran dentro de estas obligaciones de acuerdo a Carnevall (s/f). "Es
nota esencial del término, a diferencia de la condición, la certeza del hecho. Este
puede ser incierto en el cuándo, pero ha de ser cierto en el sí". El termino por
tanto, explica Silva (2012) es un acontecimiento futuro y cierto, del cual depende el
cumplimiento o extinción de una obligación. La característica fundamental del
término es su certidumbre, en el sentido de que la circunstancia que lo constituye
ocurra con toda certeza, aún cuando no pueda tenerse seguridad alguna en
cuanto al momento en que realmente ocurra.
Silva (2012) también explica que el plazo o término puede ser fijado por las
partes, por un tercero, por la ley o la autoridad judicial. En ningún caso puede
dejarse al arbitrio del deudor la fijación del plazo, por ello, el art. 1.128 del C.C.
establece la necesidad de que sean los Tribunales los que fijen la duración del
plazo cuando éste haya quedado a la voluntad del deudor, o cuando no se haya
fijado pero de la naturaleza y circunstancias de la obligación se presuma la
voluntad de concedérselo al deudor. Por su parte, en el art. 1.127 del C.C. se
establece una presunción: “Siempre que en las obligaciones se designa un
término, se presume establecido en beneficio de acreedor y deudor, a no ser que
del tenor de aquéllas o de otras circunstancias resultara haberse puesto en favor
del uno o del otro”.
Estas obligaciones a su vez pueden ser suspensivas (compra de una vez) o
extensivas (arriendo); ciertas (cuando se sabe cuándo ocurrirá) o inciertas (si el
suceso va a ocurrir pero no se sabe exactamente cuándo); convencional
(establecida por las partes), legal (establecido por la ley), o judicial (impuesta por
un juez); de derecho (a voluntad del legislador), o de gracia (en un plazo que
concede un juez); expresos (fijada directamente por las partes), o tácitos (depende
de la naturaleza de un contrato).
Silva (2012) también explica que existen situaciones en las cuales el
legislador en protección de los derechos del acreedor, hace cesar los beneficios
que el término puede producir a favor del deudor. El artículo 1215 del Código Civil
(1982) establece que si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios
hubiere disminuido las seguridades otorgadas al acreedor para el cumplimiento de
la obligación, o no le hubiere dado las garantías prometidas, no puede reclamar el
beneficio del término o plazo.
Cabe indicar finalmente que entre el término y Condición existe una
diferencia fundamental, y estas es que mientras la condición está constituida por
un acontecimiento futuro e incierto, el término radica en un acontecimiento futuro
pero cierto. La Doctrina señala otras diferencias según el respectivo carácter de
las modalidades; así tenemos que distingue entre el término y la condición
suspensiva, y entre el término extintivo y la condición resolutoria, y Silva (2012)
explica que La Condición depende su existencia o resolución de la obligación del
acontecimiento futuro y cierto, mientras el término no suspende la obligación, solo
fija el momento de la ejecución o de la extinción de la misma.

Obligaciones Complejas
Por su parte, Carnevall (s/f) describe las obligaciones complejas de manera
individual indicando la totalidad de estas, de las cuales se describirán las
siguientes:
 Conjuntivas. Son aquellas en las cuales se deben todos los objetos
comprendidos en las mismas, es decir, recaen sobre varios objetos y, el
deudor para liberarse de su obligación, debe cumplir las diversas prestaciones
que configuran los respectivos objetos. Si un deudor se obliga a cancelar un
montón y la entrega de dos objetos para solventar una deuda, la conjugación
“y” es escencial, puesto que funciona de manera sumativa o acumulativa, y el
deudor debe cumplir con todo lo estipulado para el cumplimiento de la deuda
prestaciones, pues como se afirma en la doctrina, todos los objetos están "in
obligationem" y todas están "insolutionem".

 Alternativas. Por otro lado, estas son aquellas que constriñen al deudor a
una solamente de dos o más prestaciones previstas y se extinguen por la
ejecución de la una o de la otra. En caso, por ejemplo de que un deudor deba
pagar una deuda en dinero o por ceder uno u otro objeto, la obligación recae
sobre varios objetos, pero el deudor cumple realizando la prestación sobre
sólo uno de ellos. Es nota característica de estas obligaciones la conjunción
"e". Se afirma en doctrina, que todos los objetos están "in obligationem", pero
uno solo está "in solutionem", porque el pago sólo se refiere a un objeto. Las
obligaciones alternativas cumplen una función de garantía, pues cuando la
prestación es única, una imposibilidad subsiguiente del cumplimiento de esta
prestación, determina la extinción de la obligación con la liberación del deudor.
Pero, cuando figuran en la obligación dos o más prestaciones, la imposibilidad
de la entrega de una de ellas, determina la concreción de la obligación de las
que quedan, que son susceptibles de cumplirse.

 Facultativas. Son aquellas en las cuales, si bien es cierto se debe una sola
cosa y, el acreedor no tiene derecho más que a pedir esa cosa, el deudor está
en la facultad de liberarse entregando en su lugar una diferente. En tal sentido,
el deudor goza por un favor excepcional, de la facultad de liberarse pagando
una cosa diferente. Una sola es pues, en estas obligaciones la cosa debida, y
la otra prestación con que el deudor puede liberarse. Por ello, se considera
que en un solo objeto está "in obligationem" y el otro está "in solutionem",
pues, el deudor es la única persona que puede decidir si ejerce la facultad de
liberarse de su obligación realizando una prestación distinta. En estas
obligaciones, si esa cosa única perece, la obligación se extingue, claro está, si
ha perecido sin culpa del deudor y se trata de cosa determinada, al igual que
ocurre con todas las obligaciones de objeto único, que se extinguen por el
perecimiento del objeto debido en razón de causa no imputable al deudor.

 Mancomunadas. Son aquellas en las cuales existen diversos deudores o


diversos acreedores y, presentan la particularidad de que la obligación se
divide entre los diversos sujetos que integran la relación jurídica, de manera
que, cada acreedor sólo puede exigir su parte del crédito, pero no la totalidad
y cada deudor sólo puede ser obligado por su parte en la deuda, más no por el
monto total. Así por ejemplo, si se trata de los deudores X, L Y M, que deben
al acreedor Z la cantidad de 300.000 Bs. cada uno de ellos sólo podrá ser
perseguido por su parte de la deuda, esto es, la cantidad de 10.000 Bs. Igual
ocurre en el caso de varios acreedores frente a un deudor.
 Obligaciones Solidarias. Esta sucede cuando varios deudores están
obligados a una misma cosa (solidaridad pasiva); o cuando varios acreedores
tienen el derecho de exigir cada uno de ellos el pago total de la acreencia y
(solidaridad activa), siendo reflejado en el Art. 1221 del Código Civil. Así por
ejemplo, los deudores X, L Y M están obligados frente al acreedor Z por una
cantidad. Este acreedor puede exigir el pago por la totalidad de la deuda a uno
de sus deudores y, el pago efectuado por ese deudor, libera a los demás
deudores frente al acreedor pagado. Del mismo modo acontece cuando
existen varios acreedores frente a un deudor, pues, cada uno de los
acreedores puede reclamar al deudor el pago de la deuda íntegra. Las
obligaciones solidarias configuran en nuestro Derecho Civil la excepción a la
regla general de la divisibilidad de las obligaciones con pluralidad de sujetos,
representada por la mancomunidad. Es decir que, la mancomunidad es el
principio y la solidaridad la excepción, en virtud de que, según lo expresa el
artículo 1223 del Código Civil, no hay solidaridad entre acreedores ni
deudores, sino en virtud de pacto expreso o disposición de la ley.

Obligaciones indivisibles
De acuerdo a Carnevall (s/f), la indivisibilidad de la prestación puede ser
determinada ya por la naturaleza del objeto, ya por la voluntad de las partes o por
la disposición de la ley, de donde resulta la frecuente distinción entre indivisibilidad
por la naturaleza del objeto, indivisibilidad convencional e indivisibilidad legal. Por
ello, la obligación es indivisible cuando la prestación tiene por objeto una cosa o
un hecho indivisible por su naturaleza, o la constitución o transmisión de un
derecho no susceptible de división (indivisibilidad por la naturaleza del objeto: Art.
1250 del Código Civil); o bien, cuando la voluntad de las partes contratantes fue
pactar la indivisibilidad, independientemente de que el objeto fuese divisible
(indivisibilidad convencional, sancionada por el Artículo 1254 del Código Civil); o
también cuando solamente hay un acreedor y un deudor, puesto que si el
acreedor es uno solo y el deudor uno solo, la prestación, aunque divisible, se debe
por entero (indivisibilidad legal: Art. 1252, primer párrafo del Código Civil)
Igual y finalmente, se da cuando el legislador ordena la indivisibilidad de la
obligación entre los herederos del deudor, lo que ocurre, si se debe un cuerpo
determinado, o si uno sólo de los herederos está encargado en virtud del título del
cumplimiento de la obligación, o cuando aparece en virtud del título del
cumplimiento de la obligación, o cuando aparece de la naturaleza de la obligación,
o de la cosa que forma su objeto, o del fin que se propusieron los contratantes,
que la intención de éstos fue que la deuda no pudiera pagarse parcialmente (Art.
1253 del Código Civil).
CONCLUSIÓN

En la doctrina existen distintas clasificaciones de las obligaciones, y las


anteriormente descritas solo incluyen unas pocas muestras de las mismas, pese a
ello, es interesante establecer que existe en todas un factor común nacida de la
necesidad de la estructuración de la obligación que nace prevista o no, en las
interacciones humanas, a partir de la interpretación de sus fundamentos morales y
que repercuten en el ámbito legal, esta corresponde a la responsabilidad, vista
como una condición de igualdad ante la ley, de búsqueda de la equidad, y de
respuesta ante situaciones en las que, debe resolverse un agravio o un contrato,
aludiendo a responsabilidades contractuales o extracontractuales.

Es así como, pese a que las obligaciones atienden a la fuente de donde se


originan, a las modalidades a que pueden estar sometidas, a la pluralidad de
acreedores o deudores, a los caracteres y cualidades de la prestación, a la
duración de su realización, o a otras determinaciones estipuladas para su
surgimiento, todas son muestras de la relación entre individuos en las que uno se
compromete y otro responde, o en la que la acción de uno repercutió
negativamente en otro y se ve obligado a responder por el daño infringido, ante el
amparo de la ley.

Es así como, además, y tal vez pecando por simplificar el entendimiento del
contenido anteriormente descrito durante la investigación, puede concluirse que el
objeto central del estudio de la responsabilidad y de las obligaciones no son los
daños, los medios de su reparación, las estipulaciones de una obligación adquirida
o no mediante contrato o su estructura; sino la complejidad de la interacción
humana desde la perspectiva de la jurisprudencia, la doctrina y el jurista, quien
procura una solución de derecho ante situaciones de agravio entre dos o más
partes, y que competen finalmente a la cotidianidad del ejercicio del Derecho y su
profesión.
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