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Valdense

movimiento cristiano del siglo XII

Los valdenses son seguidores de una tradición eclesiástica que comenzó como un movimiento
ascético dentro del cristianismo occidental antes de la Reforma.

Escudo de los valdenses. Candelabro


con la inscripción Lux lucet in tenebris
("La luz brilla en las tinieblas").

Originalmente conocidos como los pobres de Lyon a finales del siglo xii, el movimiento se
extendió a los Alpes Cocios en lo que hoy son Francia e Italia. La fundación de los valdenses se
atribuye a Pedro Valdo, un rico comerciante que regaló sus propiedades alrededor de 1173,
predicando la pobreza apostólica como camino a la perfección. Las enseñanzas valdenses
entraron en conflicto con la Iglesia católica y en 1215 los valdenses fueron declarados herejes,
no porque predicaran la pobreza apostólica (que también predicaban los franciscanos), sino
porque no estaban dispuestos a reconocer las prerrogativas de los obispos locales sobre el
contenido de su predicación, ni a reconocer normas sobre quién era apto para predicar. El Papa
Inocencio III ofreció a los valdenses la oportunidad de volver a la Iglesia, y muchos lo hicieron,
tomando el nombre de "Los Pobres Católicos". Muchos no lo hicieron y fueron objeto de una
intensa persecución y se enfrentaron a una discriminación organizada y generalizada en los
siglos siguientes.

En el siglo xvi, los valdenses fueron absorbidos por el movimiento protestante, bajo la influencia
del primer reformador suizo Heinrich Bullinger. En algunos aspectos, los valdenses de la Edad
Media podrían verse como proto-protestantes, pero en su mayoría no plantearon las objeciones
doctrinales características de los líderes protestantes del siglo xvi. Llegaron a alinearse con el
protestantismo: con las Resoluciones de Chanforan del 12 de septiembre de 1532, se
convirtieron formalmente en parte de la tradición calvinista. Son miembros de la Comunidad de
Iglesias Protestantes en Europa y sus afiliados en todo el mundo. Ellos fueron casi aniquilados
en el siglo xvii.

La denominación principal dentro del movimiento fue la Iglesia Evangélica Valdense. En 1975,
se fusionó con la Iglesia Evangélica Metodista para formar la Unión de Iglesias Metodistas y
Valdenses, una iglesia mayoritariamente valdense, con una minoría de metodistas. Otra gran
congregación es la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata en Argentina, Paraguay y
Uruguay.

Las congregaciones continúan activas en Europa (particularmente en la región de Piamonte en


el norte de Italia), América del Sur y América del Norte. Organizaciones como la American
Waldensian Society mantienen la historia del movimiento y declaran que su misión es "proclamar
el Evangelio cristiano, servir a los marginados, promover la justicia social, fomentar el trabajo
interreligioso y defender el respeto por la diversidad religiosa y la libertad de conciencia".

Precursores
Los historiadores no concuerdan en cuanto a los orígenes de los valdenses. De acuerdo con los
archivos de la Inquisición, en Carcassonne (Francia), el movimiento de los pobres de Lyon
comenzó hacia 1170, bajo la dirección de un francés de Lyon llamado Vaudes, Valdés, Waldo o
Pedro Valdo.[1] [2]
​ [3]
​ [4]
​ ​
Algunos historiadores protestantes opinan que el nombre de valdense, aplicado también a los
procedentes del país de Vaud, se deriva de la palabra latina vallis, que significa 'valle', y se refiere
al hecho de que aquellos disidentes a quienes se perseguía con persistencia como herejes se
vieron obligados a refugiarse en los valles alpinos de Francia e Italia.[5] ​De acuerdo con este
punto de vista, Pedro y sus seguidores llegaron a ser el punto de reunión para grupos similares
de perseguidos por la Iglesia católica, algunos de los cuales habían estado en las sombras
durante largo tiempo en los valles del Delfinado.[5] ​Se conoce poco sobre la doctrina y los
preceptos que guiaban a estos grupos, si bien estos grupos publicaron escritos tempranos
(poemas en versos rítmicos, tratados de controversia y confesiones de fe) en los que se
exponen sus principios religiosos y su moral; pero estos escritos atrajeron la atención de los
eruditos solo en el momento de la Reforma.[6] ​

Estos curiosos documentos, muy probablemente anteriores a la Reforma comenzada en Suiza,


fueron escritos en un dialecto que hoy en día (1854) la gente -todavía analfabeta de las ciudades
más cercanas a la cadena central de los Alpes donde los modismos de los dos versantes han
sido menos afectados- todavía lo habla. "Nosotros mismos hemos experimentado esto
mediante la lectura de algunos pastores valdenses de La Nobla Leyczon, el documento más
importante de esta literatura".[6] [7]
​ ​

Los valdenses mismos consideran que su movimiento fue fundado por Pedro Valdo.[2] [3]
​ ​
Pedro Valdo y los inicios del
movimiento valdense

Estatua de Pedro Valdo en el


Memorial de Lutero. Worms,
Alemania.

Se dice que Pedro Valdo era un comerciante adinerado de Lyon que estaba casado y tenía dos
hijas. Siendo hombre devoto y católico practicante, en 1177 tras la muerte repentina de un
conocido pidió a un amigo teólogo que le diera consejo de las Escrituras en cuanto a lo que
debía hacer para agradar a Dios. En respuesta, su amigo citó el evangelio de Mateo 19:21, donde
Jesús dijo al joven rico: "Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás
tesoro en el cielo y, ven, sé mi seguidor".

La leyenda continúa diciendo que Valdo tomó a pecho este consejo. Así, después de proveer
para el sustento de su esposa y colocar a sus dos hijas en un convento, comisionó a dos
sacerdotes, Etienne d'Anse y Bernard Ydros, para que tradujeran los Evangelios y otros libros de
la Biblia al idioma vernáculo —el occitano— que se hablaba en las regiones de la Provenza y el
Delfinado (actualmente, el sudeste de Francia). Entonces distribuyó el resto de sus posesiones
entre los pobres y se puso a estudiar las Escrituras. Además, predicó en las calles de Lyon,
invitando a los habitantes a que despertaran espiritualmente y regresaran al cristianismo según
él lo entendía en las Escrituras. Se dice que ponía énfasis en la declaración de Jesús: "No podéis
servir a dos amos, a Dios y al dinero" (Mateo 6:24, Lucas 16:13).

Él consiguió que los Evangelios y otros libros de la Biblia fueran traducidos al habla común y se
atrevió a predicar en las calles, donde hizo muchos discípulos, tanto hombres como mujeres.[1] ​

Puesto que Valdo había sido bien conocido como próspero hombre de negocios, muchas
personas le escucharon y pronto tuvo un grupo de seguidores. Les alegró oír el mensaje
consolador de la Biblia en su propio idioma, pues hasta entonces la traducción y producción de
cada ejemplar de la Biblia tenía un alto costo: copiar a mano cada Biblia demandaba a un monje
un mínimo de 3 años. Muchas personas convinieron en renunciar a sus bienes y dedicarse a
enseñar la Biblia en el idioma de la gente común. Se les llegó a conocer como los pobres de
Lyon. Para ellos, cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, podía predicar siempre y cuando
tuviese suficiente conocimiento de las Escrituras.

En el movimiento valdense debe verse la fusión de varios movimientos religiosos separados de


la Iglesia oficial, como los pobres de Lombardía,[8] ​continuadores de los humiliati o arnaldistas,
seguidores de Arnaldo de Brescia,[4] ​y posiblemente petrobrusianos, seguidores de Pedro de
Bruys y enricianos, de Enrique de Lausana.

Aquella predicación laica hizo que en 1179 el papa Alejandro III, al que el propio Valdo había
apelado, prohibiese a Valdo y sus seguidores predicar sin el permiso del obispo local. El obispo
Bellesmains de Lyon rehusó dar su consentimiento por considerar que se estaba predicando un
evangelio diferente. Los registros históricos indican que, ante esta proscripción, Valdo
respondió a la jerarquía usando las palabras de los Hechos de los Apóstoles: Tenemos que
obedecer a Dios como gobernante más que a los hombres.

Valdo y sus asociados continuaron predicando pese a la amenaza de excomunión y


persecución. Así, el papa Lucio III los excomulgó en 1184 y el obispo de Lyon los expulsó de la
diócesis.

El edicto de excomunión, que se extendió contra ellos en el año 1181, les obligó a salir de Lyon,
lo que fue beneficioso para su causa. Pedro Valdo llegó hasta Polonia en la misma frontera de
Rusia, donde murió en 1217 después de cincuenta y siete años de predicación de las doctrinas
valdenses.
El día 17 de febrero de 1848, con cartas patentes, el rey de Saboya Carlos Alberto reconocía los
derechos civiles a los valdenses, acontecimiento fundamental para la historia religiosa de Italia
y por supuesto para el pueblo valdense.

Articulación con la Reforma

Masacre de los valdenses llevada a


cabo en el Piamonte en 1655.
Grabado proveniente del libro History
of the Evangelical Churches of the
Valleys of Piedmont, publicado en
Londres en 1658.

El maestro valdense alemán Federico Reiser abandonó en 1426 el pacifismo valdense y se unió
al ejército taborita que avanzaba hacia Viena y en 1431 fue ordenado como ministro husita de la
Palabra. Él y su esposa Ana Weiler fueron ejecutados en Estrasburgo en 1458, pero su influencia
se extendió a muchos valdenses italianos y franceses de los Alpes, que llegaron a sentirse
identificados con el husismo taborita, y en 1483 se levantaron contra el duque Carlos I de
Saboya. En cambio, algunos valdenses de la época, como el hermano Lucas de Praga, se
unieron a los husitas moderados.

En 1526 se celebró en Laus un sínodo, en el cual se discutieron las ideas de la Reforma


protestante. Una opinión sostenía mantener los vínculos con los husitas; otra, acercarse a la
Reforma suiza y otra a Lutero. El barba Martín Gonin difundió los escritos de Lutero y encabezó
al sector partidario de unirse al protestantismo y distanciarse de los husitas.
El sínodo de Merindol (Provenza) en 1530 se orientó hacia los reformadores suizos. Luego en el
sínodo de Chanforan en 1532 y a propuesta de Jorge Morel, adoptó una nueva confesión de fe
acorde con la Reforma suiza. Se apartó de esta decisión una minoría dirigida por Daniel de
Valencia y Juan de Molines; congregaciones del valle del Po, Calabria y Apulia tampoco
aceptaron la decisión del sínodo y en algunos casos se sumaron al movimiento anabaptista. Sin
embargo, la mayoría de los valdenses se unieron después al protestantismo, al considerar que
en lo fundamental compartían la misma fe.[9] ​

Relaciones con la Iglesia


católica
En época reciente, el papa san Juan Pablo II pidió perdón a los valdenses en una reunión que
tuvo con ellos en Asís[cita requerida]. También el papa Francisco ha pedido perdón, al visitar una
iglesia valdense en Turín el 22 de junio de 2015: «Por parte de la Iglesia católica, os pido perdón
por las actitudes y comportamientos no cristianos, incluso inhumanos, que en nuestra historia
hemos tenido contra vosotros. En nombre de Cristo Jesús, perdonadnos».[10] [11]
​ ​A la histórica
visita estuvieron presentes tanto el moderador de la sección italiana (pastor E. Bernardini)[12] ​
como el moderador de la sección latinoamericana (señor O. Oudri)[13] ​de la Iglesia Valdense.

Doctrinas de los valdenses

Los valdenses prestando juramento.


Tradicionalmente se ha atribuido a este movimiento una notable influencia de doctrina pura. Los
valdenses primitivos rechazaban la veneración de imágenes, la transubstanciación, la existencia
del Purgatorio, la veneración a María, las oraciones a los santos, la veneración de la cruz y de las
reliquias, el arrepentimiento de última hora, la necesidad de que la confesión se haga ante
sacerdotes (ellos practicaban un tipo de confesión ante Dios guiados por sus “barbas” o
predicadores itinerantes), las misas por los muertos y las indulgencias papales.[7] [14]
​ ​

Sin embargo, en lo referente al celibato del clero, algunos valdenses anteriores a la Reforma
protestante estimaban que para ser parte del cuerpo de predicadores itinerantes (o “barbas”)
había que vivir una vida célibe, por lo que se abstenían de relaciones sexuales y del matrimonio.
Tenían también —como ellos mismos documentan— un grupo de mujeres vírgenes dedicadas al
Señor. Tras el concilio que se planteó para abrazar o no la Reforma en el siglo xvi, del que se da
cuenta arriba, rechazaron el celibato obligatorio como "doctrina diabólica".

Los predicadores itinerantes o “barbas” eran escogidos de entre los fieles valdenses
(principalmente gente de muy humilde extracción y campesina), a los que se les apartaba
durante los meses de invierno para enseñarles a leer y escribir, y tenían que aprender de
memoria el Evangelio de Mateo y el de Juan, así como las epístolas universales y las paulinas
pastorales (a Tito, Timoteo, etc.), para lo cual tardaban alrededor de dos años. Posteriormente,
según alguna fuente, se apartaban durante dos años en un lugar secreto del norte de Italia
donde hacían voto de castidad, tras lo cual pasaban a formar parte del cuerpo de los “barbas”.

Si bien antes de abrazar la reforma practicaban de una manera muy sencilla los siete
sacramentos de la Iglesia católica, pues practicaban una especie de confesión con los “barbas”,
la imposición de manos, oraciones a ciertas horas y otros, posteriormente por influencia de los
reformadores del siglo xvi aceptaron sólo dos: el bautismo, "abierta confesión de nuestra fe y del
cambio de nuestra vida", y la comunión o Cena, en que con fe, amor y autoexamen, recibimos el
pan y el vino, ya que nosotros también llegamos a ser parte del cuerpo y sangre de Cristo".
Consideraban el matrimonio como "bueno, santo e instituido por Dios, de manera que a nadie se
debe prohibir casarse" (en alusión a la prohibición católica del matrimonio de los sacerdotes y al
rechazo de los cátaros a la sexualidad y la procreación), aunque estimaban la castidad como un
don que, como hemos comentado, solo practicaron, antes de la Reforma, algunos de los
predicadores valdenses.

Los valdenses rechazaron el ejercicio por parte de la Iglesia de poder estatal, de jurisdicción
temporal, la imposición de la fe a la fuerza o la dominación por las armas. También rechazaron
el uso de imponentes y elegantes edificios religiosos. Hacían un alegato particular a la renuncia
de los bienes materiales en favor de los menos privilegiados, como lo hizo su fundador.

En su obra de predicar, los valdenses primitivos enseñaban la Biblia y daban mucha importancia
al Sermón de la montaña y al Padre nuestro, en los cuales se muestra que el reino de Dios es lo
que se debe buscar principalmente y lo que se debe pedir en oración (Mateo 6:10,33 (https://ww
w.biblegateway.com/passage/?search=Mateo+6%3A10%2C33&version=DHH) ). Sostenían que
cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, que poseyera suficiente conocimiento de la Biblia
estaba autorizado para predicar la "buena nueva" (el Evangelio). Además, consideraban a Jesús
como el único mediador entre Dios y el hombre. Puesto que Jesús había muerto una vez para
siempre, sostenían que un sacerdote no podía repetir este sacrificio celebrando una misa. Los
valdenses primitivos conmemoraban la muerte de Cristo, tal como lo hacen hoy en día,
utilizando pan y vino como símbolos.[7] ​

Los valdenses primitivos sostenían que no era necesario ir a una iglesia para adorar a Dios.
Celebraban reuniones clandestinas en establos, hogares particulares y dondequiera que
pudieran hacerlo. Durante estas reuniones estudiaban la Biblia y preparaban nuevos
predicadores, los cuales acompañaban a los más experimentados. Viajaban por parejas de
granja en granja y, cuando estaban en los pueblos y aldeas, iban de casa en casa. El libro de
consulta intitulado Dictionnaire de Théologie Catholique en un artículo que, por lo demás, no
favorece a los valdenses, declara:

"Desde la más tierna


edad, sus hijos
empezaban a aprender
los Evangelios y las
Epístolas. La
predicación de sus
diáconos, sacerdotes y
obispos consistía
principalmente en citas
de la Biblia".
Tomo 15, columna 2591.

Organización
Los valdenses actuales, ya muy distanciados de las prácticas de sus predecesores anteriores a
la Reforma del siglo xvi, están organizados en congregaciones que funcionan de modo
asambleario, son coordinadas por un pastor y eligen un consistorio. También eligen delegados a
sínodos. En el ámbito internacional, el sínodo anual elige una junta, la Mesa Valdense, que tiene
un moderador. Hace algunas décadas se ha dividido, por cuestiones administrativas en dos
secciones: la sección italiana, y la sección sudamericana.

Festejos de los 150 años de la


migración Valdense en Uruguay.
Descendientes de los migrantes con
sus vestimentas típicas de la época.

Consistorio
La organización de las iglesias valdenses se basa en la Asamblea de los miembros de la iglesia
inscriptos y en el Concejo de la Iglesia o Consistorio, elegido por la Asamblea. El Consistorio se
compone de los pastores, ancianos y diáconos en proporción a la fuerza numérica de la iglesia.
Dirige las actividades de la iglesia, ejerce el ministerio pastoral y la disciplina, cumple las
funciones administrativas.

Por ello, el consistorio es una organización sin fines de lucro con personalidad jurídica, que tiene
fines de culto, la educación y la caridad. Estos tres objetivos, que constituyen la naturaleza
eclesial de la institución, en el pasado respondieron a las necesidades de la educación y la
atención de la población Valdense, que hasta 1848 fue privado de sus derechos civiles y
políticos y no podían asistir a las instituciones educativas y de caridad del estado o
católicos.[15] ​

Sínodo
El Sínodo es la asamblea general que expresa la unidad de las iglesias valdenses. Compuesta
en partes iguales por los diputados laicos elegidos por los miembros de las iglesias individuales
y miembros del ministerio, normalmente se reúne una vez al año y delibera sobre aspectos
doctrinales, legislativos, judiciales y de gobierno de la Iglesia Valdense, eligen a los miembros de
la Mesa Valdense que es presidida por el Moderador, estos últimos constituyen el órgano
ejecutivo por el período, hasta el sínodo siguiente. Todo lo actuado por la Mesa es controlado y
verificado por una comisión independiente.[16] ​

La Mesa Valdense
La Mesa Valdese es el órgano representativo y administrativo de la Iglesia Valdense, elegido por
los miembros laicos y pastores reunidos en el Sínodo Valdense. Compuesto por un Moderador,
un vice Moderador y un número de miembros fijados por los reglamentos de la iglesia, ya sea
pastores o laicos, se mantiene en el cargo desde un Sínodo a otros, actuando bajo su directiva
contra la toma de sus acciones a la sesión siguiente Sínodo.
Se desarrollan anualmente dos sínodos, uno para la sección italiana de la iglesia y el otro para la
sección sudamericana, consecuentemente existen dos Mesas Valdenses, y dos moderadores.

Moderador
El Moderador, elegido pro tempore del Sínodo Valdense preside las actividades de Mesa
Valdense y legalmente representa a la Iglesia Valdense desde una sesión del Sínodo y el
siguiente. El moderador puede ser elegido de entre los delegados de las diversas iglesias: puede
ser un pastor o un laico, no habiendo discriminación por sexo.

Expansión de los valdenses


en Europa
Como consecuencia de las persecuciones, estos disidentes del siglo xii se refugiaron en los
Alpes y por toda la Occitania.

Los registros históricos muestran que, a principios del siglo xiii, podían hallarse valdenses no
sólo en el sur de Francia, principalmente en la zona del macizo de Luberon, y el norte de Italia,
sino también en el este y norte de Francia, Flandes, Alemania, Austria y hasta en Bohemia,
donde se dice que Valdo murió en 1217.

Desde el año 1200 hubo en Alsacia y Lorena tres grandes centros de actividad misionera. En
Metz, el barba (pastor) Crespin y sus numerosos hermanos confundían al obispo Beltrán, quien
en vano se esforzaba por suprimirlos. En Estrasburgo, los inquisidores mantenían siempre el
fuego de la intolerancia contra la propaganda activa que hacía el barba Juan y más de 500
valdenses que componían la iglesia perseguida de aquella ciudad.

En Bohemia, donde Pedro Valdo terminó sus días, los resultados de la obra misionera valdense
fueron fecundos y es muy probable que las prédicas valdenses influyeran sobre el sacerdote
católico checo Jan Hus y dieran así origen a la iglesia de los husitas.
A mediados del siglo xiii, el inquisidor de Passau —Baviera— nombraba 42 poblaciones donde
los valdenses habían echado raíces; y en Austria, el inquisidor Krens hacía quemar a principios
del siglo xiv 130 valdenses. Se cree que el número de ellos en Austria no bajaba de 80 000.

En Italia, los valdenses estaban diseminados y bien establecidos en todas partes de la


península. Tenían sedes en las grandes ciudades y un ministerio itinerante perfectamente
organizado. En Lombardía, los discípulos de Arnaldo de Brescia, gran opositor del papa a pesar
de que nunca llegó a separarse de la Iglesia católica, y que fue ahorcado en 1155, se unían
fácilmente a los valdenses cuando éstos les predicaban el Evangelio. En Milán poseían una
escuela que era centro de una gran actividad misionera.

En Calabria se establecieron muchos valdenses del Piamonte en 1300 en Fuscaldo y


Montecarlo. Habían conseguido cierta tolerancia y les permitían celebrar secretamente sus
cultos con tal de que pagaran los diezmos al clero.

En tres de los valles del Piamonte, Lucerna, Perusa y San Martín, los valdenses formaron
pueblos enteros en las primeras décadas del siglo xiii. Perduran comunidades valdenses en los
valles orientales de los Alpes Cotios, en especial en la cuenca alta del río Dora Riparia, teniendo
sus principales centros en las ciudades de Oulx y Susa. Por ese motivo, estos pequeños valles
del Piamonte son conocidos como Valvaldenses o Valles Valdenses, hablándose allí aún el
occitano e incluso el arpitano.

Estos datos históricos que poseemos de la literatura producida por los valdenses prueban que
el protestantismo —aún sin ese nombre— tuvo un origen anterior a Lutero: más de 340 años
antes de que se produjese el movimiento espiritual de la Reforma, existían ya muchos cristianos
que no comulgaban con los dogmas de la Iglesia católica.

Los valdenses de Bohemia


Bohemia fue una de las regiones más propicias para la propaganda valdense. Visitada por
Pedro Valdo mismo, quien según la tradición murió allí en 1217, ya, hacia mediados del siglo,
contaba más de 40 localidades ocupadas por Valdenses y citadas por un inquisidor de Passau
en su relación; no tardaron en asolar las persecuciones, de las que la principal fue la del
inquisidor Gallo, en 1335. Pero en Bohemia el movimiento valdense no debía tardar en ser
absorbido por el despertar religioso que toma nombre de otro gran precursor de la Reforma:
Juan Huss. Este no recibió ninguna influencia directa de Pedro Valdo, pero puede suponerse que
indirectamente su protesta se eslabona a la suya, por cuanto Huss fue en Bohemia el secuaz del
reformador inglés Juan Wicleff, quien a su vez habría estado en relación con los discípulos de
Valdo, que habían pasado a Inglaterra.[17] ​
Hacia 1430 los Valdenses se unieron a los Husitas y principalmente al partido de los Taboritas;
entre los hombres más eminentes que tuvieron en aquella época y que se esforzaron por la
unión, es de recordarse Federico Reiser, muerto mártir, en 1458, en Estrasburgo, donde había ido
a visitar a los hermanos valdenses. Los valdenses bohemios constituyeron en 1467 Los
Hermanos Unidos (de los que derivó la Iglesia Morava), cuyo primer obispo fue consagrado por
Esteban, venerado obispo taborita que debía subir a la hoguera en Viena, en aquel mismo año.

Los valdenses en Alemania y Austria


Austria y todavía más Alemania fueron durante siglos recorridas en todos sentidos por los
propagandistas valdenses, tanto que ya en el siglo xiii «no había comarca en la que esta secta
no tuviese adherentes» ("Fere nulla est terra in qua haec secta non ait". Bibl. Max. Patr. XXV, 264)
Pero la Inquisición se puso a la obra: llenó las prisiones, confiscó los bienes, levantó centenares
de hogueras, hasta sofocar a los disidentes. ¿Mas quién se atreverá a decir que estos hayan
desaparecido sin haber antes ejercido en Alemania una providencial influencia de preparación
para la Reforma Luterana? De cualquier modo, esparcieron antes que Lutero el conocimiento y el
amor a la Biblia.[6] ​

Los valdenses en España


Los valdenses recorrieron con ánimo misionero el sur de Alemania, Suiza, Francia y llegaron a
España, donde formaron grupos de cristianos disidentes de Roma en las provincias del norte y
sobre todo en Cataluña. El hecho de que dos concilios y tres reyes se hayan ocupado de
expulsarlos de España demuestra que su número tenía que ser considerable.
El clero, impotente para detener el avance y, alarmado, pidió al papa Celestino III que tomase
medidas contra este movimiento. El papa mandó un delegado en 1194, que convocó la
asamblea de prelados y nobles en Mérida, asistiendo personalmente el mismo rey Alfonso II de
Aragón, quien dictó el siguiente decreto:

"Ordenamos a todo
valdense que, en vista de
que están excomulgados
de la Santa Iglesia, son
enemigos declarados de
este reino y tienen que
abandonarlo, e
igualmente todos los
estados de nuestros
dominios. En virtud de
esta orden, cualquiera
que desde hoy se
permita recibir en su
casa a los susodichos
valdenses, asistir a sus
perniciosos discursos o
proporcionarles
alimentos, atraerá por
esto la indignación de
Dios Todopoderoso y la
nuestra; sus bienes
serán confiscados sin
apelación y será
castigado como
culpable del delito de
lesa majestad; además
cualquier noble o
plebeyo que encuentre
dentro de nuestros
estados a uno de estos
miserables sepa que si
los ultraja, los maltrata
o los persigue, no hará
con esto nada que no
nos sea agradable".

Desde entonces, la persecución se hizo sentir con violencia, sobre todo en el marco de la
cruzada contra una herejía aún más extendida, la de los Albigenses o Cátaros. En 1197 Pedro II
de Aragón renovó este edicto añadiendo además la cláusula de que los Valdenses serían
quemados si eran capturados, con lo que fue este el primer documento público en el que la
muerte en la hoguera es prescrita por el Estado como castigo a la herejía.[18] ​En una sola
ejecución 114 valdenses fueron quemados vivos y sus cenizas echadas al río Ter en Gerona. Sin
embargo, muchos lograron esconderse y seguir secretamente su predicación en el reino de
León, Vizcaya y Cataluña, pues al contrario de lo que decretaba la orden real, los veían con
costumbres austeras y anunciando de manera sencilla y llana el Evangelio, y hasta se menciona
al obispo de Huesca, uno de los más notables prelados de Aragón, como protector decidido de
los perseguidos valdenses. Pero las persecuciones contra ellos no cesaron, llegando a su
apogeo por el año 1237, cuando 45 fueron arrestados en Castellón y 15 de ellos quemados
vivos en la hoguera.

La principal rama de la Iglesia Cristiana sucesora de la Iglesia Cristiana Valdense en España es:
Iglesia Evangélica Española (Alianza Evangélica Española (AEE)), hay otras todas ellas
articuladas en torno a la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España.

Los valdenses en el Río de la


Plata
El centro administrativo de la Iglesia evangélica valdense del Río de la Plata se encuentra en la
localidad de Colonia Valdense, en el departamento de Colonia, República Oriental del Uruguay,
ubicada a 121 km de Montevideo y a 57 de Colonia del Sacramento.
Las primeras familias valdenses llegaron al Uruguay en 1856, donde establecieron una colonia
agrícola en la zona denominada del Rosario Oriental, después de una permanencia de algunos
años en el Departamento de Florida, donde no fueron bien acogidos por la población. Enseguida
se expandieron por el litoral uruguayo y por la República Argentina, en la región sur de la
provincia de La Pampa en la localidad de Jacinto Arauz, lugar al que llegaron alrededor de 1901,
y al centro de la provincia de Santa Fe y norte de la provincia de Entre Ríos. Fue característico en
los lugares donde se asentaron, la preocupación por la construcción de un espacio de culto y de
un espacio para la formación escolar, además de la marcada vocación agrícola.[7] ​

Desde Uruguay o directamente desde Italia, algunas familias valdenses también encontraron su
hogar en Brasil entre los siglos XIX y XX. Allí, terminaron uniéndose a las iglesias protestantes
locales.[19] ​

Entre los años 40 y 60, surgen comunidades valdenses urbanas, en ciudades grandes como
Buenos Aires y Montevideo, así como en capitales departamentales como Paysandú o
Reconquista, al norte de la provincia de Santa Fe. En 1969, la Iglesia de esta última ciudad,
estableció en el Barrio Nuevo un lugar de reunión y lectura de la Biblia, que por las necesidades
se transformó en un comedor comunitario para sábados y domingos, para 500 familias pobres.
La actividad misionera ha llevado a la incorporación de nuevas personas a la vida de fe de la
Iglesia.

Actualmente la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata está compuesta por unas quince
congregaciones en Uruguay y diez en Argentina, con unos 3000 miembros activos.

Los valdenses en Estados


Unidos
Los primeros valdenses comenzaron a llegar a los Estados Unidos en 1875, se establecieron en
Monett, posteriormente, junio de 1893 fundaron la localidad que actualmente tiene el nombre de
Valdese, en Carolina del Norte.
Véase también

Valles Valdenses
Pedro Valdo
Iglesia Evangélica Valdense
Daniel Armand Ugon y Miguel Morel
(pastores Valdenses en el Río de la
Plata)

Referencias

Notas

1. McCallum, Dennis "The Waldensian


Movement From Waldo to the
Reformation II (http://www.xenos.org/
essays/waldo3.htm) . Xenos
christhian fellowship.

2. History: Founded in the Middle Ages (h


ttp://www.waldensian.org/3-history/) .
American Waldesian Society.

3. WHY WALDENSIANS? (http://www.chi


esavaldese.org/eng/pages/history/val
do.php) Archivado (https://web.archiv
e.org/web/20120310154614/http://w
ww.chiesavaldese.org/eng/pages/hist
ory/valdo.php) el 10 de marzo de
2012 en Wayback Machine.. Chiesa
Evangeliza Valdense.

4. Waldenses (http://www.gameo.org/en
cyclopedia/contents/W311.html) ;
Global Anabaptist Mennonite
Encyclopedia.

5. William Jones. History of the Christian


Church, Vol II, p.2.

6. Alexis Muston. L'Israël des Alpes:


première histoire complète des
Vaudois du Piémont et de leurs
colonies. - 1854. En Wikisourses: [1] (h
ttps://fr.wikisource.org/wiki/L%E2%8
0%99Isra%C3%ABl_des_Alpes_ou_les_
Vaudois_du_Pi%C3%A9mont/01) pág.
450 - 452 (en francés)

7. Ernesto Comba Historia de los


Valdenses. Editorial: Libros CLIE,
Barcelona, 1987. ISBN 10:
8476451822 / ISBN 13:
9788476451823 [2] (http://www.merca
ba.org/K/medieval/historia%20de%20l
os%20valdenses%20comba.htm#_ftnr
ef1)

8. Los leonistas o pobres de Lyon se


dividieron en dos grupos: los pobres
ultramontanos y los pobres de
Lombardía, derivados de ellos. Los
ultramontanos mantenían que
palabrotas y juramentos están
prohibidos por el Nuevo Testamento y
son pecados mortales, y que a la
justicia temporal no le está permitido
castigar a los malhechores; creen que
los laicos, incluso las mujeres, pueden
consagrar la eucaristía, y que la Iglesia
de Roma no es la de Cristo. Los
pobres de Lombardía creen, además,
que puede consagrar la eucaristía
cualquier persona que no esté en
pecado mortal, que la Iglesia de Roma
es la de los malvados y la de la Bestia
y la prostituta del Apocalipsis, que no
hay pecado en comer carne en
Cuaresma, que la Iglesia de Cristo se
mantuvo entre obispos y prelados
hasta el pontificado de Silvestre I, a
partir del cual se pervirtió hasta que
ellos la restauraron, aunque siempre
hubo temerosos de Dios que se
salvaron, y que los niños pueden
salvarse sin necesidad del bautismo.
(Anónimo de Passau, escrito por un
clérigo de esa diócesis hacia 1260 y
acortado hacia 1270 por otro autor, en
una versión conocida como Pseudo-
Reinerius por atribuirse apócrifamente
a Rainier Sacconi, antiguo inquisidor y
él mismo un heresiarca cátaro; citado
en Edward Peters, and Authority in
Medieval Europe (https://books.googl
e.es/books?id=U7iHTdZD2O8C&pg=P
A142&dq=Heresy) , pg. 142).

9. Arcuri, Andrea (27 de febrero de 2020).


«DA MOVIMENTO ERETICALE A
CHIESA RIFORMATA: UNA LETTURA
DEL VALDISMO ATTRAVERSO LE SUE
CONFESSIONI DI FEDE» (https://doi.or
g/10.7203/saitabi.68.10902) . Saitabi
(68): 87. ISSN 0210-9980 (https://portal.iss
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doi:10.7203/saitabi.68.10902 (https://dx.doi.o

rg/10.7203%2Fsaitabi.68.10902) .

Consultado el 19 de abril de 2020.

10. [3] (http://es.radiovaticana.va/news/2


015/06/22/papa_pido_perd%C3%B3n_
por_las_violencias_contra_los_valdens
es/115)

11. Texto completo del discurso del papa


[4] (http://w2.vatican.va/content/franc
esco/it/speeches/2015/june/docume
nts/papa-francesco_20150622_torino-
chiesa-valdese.html) (en italiano)

12. Saludo del Moderador de la sección


italiana de la Iglesia Valdense [5] (htt
p://w2.vatican.va/content/francesco/i
t/speeches/2015/june/documents/pa
pa-francesco_20150622_torino-chiesa-
valdese.html) (en italiano)

13. Traducción al italiano del saludo del


moderador O.Oudri, originalmente
leído en español. [6] (http://www.fedev
angelica.it/images/Cartella_stampa_p
apa/Saludo_OscarOudri_trad.pdf)
Archivado (https://web.archive.org/we
b/20160325020019/http://www.fedev
angelica.it/images/Cartella_stampa_p
apa/Saludo_OscarOudri_trad.pdf) el
25 de marzo de 2016 en Wayback
Machine. y [7] (http://riforma.it/it/artic
olo/2016/10/18/la-storica-richiesta-di-
perdono-le-persecuzioni-patite-dai-cat
ari) Consultada el 24/08/2017

14. Cameron (2000). Waldenses:


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densesrejecti0000came) . Oxford:
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15. Societa di Studi Valdesi. [8] (http://ww


w.studivaldesi.org/dizionario/evan_de
t.php?evan_id=98&str=concist) (en
italiano)

16. Societá di Studi Valdesi [9] (http://ww


w.studivaldesi.org/dizionario/evan_de
t.php?evan_id=87&str=sinodo)

17. En efecto, el proemiurn de la


Confesión latina atribuida a Cépola y
Rüdinger, contiene una alusión a la
influencia valdense ejercida en Wicleff.
Véase sobre el particular: Emilio
Comba: Storia del Valdesi, 1. p., pág.
617 y sig.

18. «Valdenses» (https://www.iglesiapuebl


onuevo.es/index.php?codigo=enc_vald
enses) . Enciclopedia. Iglesia
Evangélica Pueblo Nuevo. Consultado
el 31 de diciembre de 2021.

19. Alves, Leonardo (2017). «Valdenses no


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2

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Bibliografía Valdese [12] (http://www.bib
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(en francés)
Digitalisación de "Bollettino della
Società di storia valdese" por la
Princeton Theological Seminary" ((en
italiano) y/o (en francés)) [13] (http://co
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me-value%3a%22Societ%c3%a0+di+stu
di+valdesi%22+sort%3atitle&start=1)
Las herejías medievales como
conformadoras del hombre moderno (ht
tps://humanizationoftechnology.com/la
s-herejias-medievales-como-conformad
oras-del-hombre-moderno/revista/2019/
volumen-6-2019/01/2020/) , Revista
TECNOLOGIA HUMANIZADA número 6
año 2019.
Datos: Q201620
Multimedia: Waldensians (https://com
mons.wikimedia.org/wiki/Category:Wal
densians) / Q201620 (https://common
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