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TRABAJO FINAL

HISTORIA DE LA IGLESIA

DENOMINACIONES
REFORMADAS

PROF. MARCO BARROSO

ANA KAREN
MARTÍNEZ CORTÉS
INDICE

1- Protestantismo
1.1- Movimientos de reforma anteriores a Lutero
1.2 CALVINISMO
1.3-Anglicanismo
1.4-Presbiterianas
1.4.1- Puritanismo
1.5- Anabaptistas
1.6- Bautistas
1.7- CONGREGACIONALES
1.8- Metodismo
1.9- Iglesias Evangélicas Libres
1.10- Pentecostalismo
PRE-
REFORMADORES
Valdo y los pobres de Lyón.
Bajo el nombre de valdenses, con sus variantes (vauodies, vallenses, insabbatati, sabbatati,
xabatati, ençabots, sandaliati, sotularii y cotularii), los escritores
polémicos católicos después de 1180 se refieren a un grupo de predicadores cuyo origen
atribuyen al comerciante de Lyón llamado Pedro Valdo, Valdesius, Valdexius o Gualdensis.
Mientras que al principio solo los miembros franceses de la organización llamaron a su
cuerpo Societas Valdesana o Socii Valdesii, el nombre oficial de la sociedad fue Pauperes
spiritu (pobres en espíritu) o posteriormente Pauperes Christi o simplemente Pauperes, con
o sin las adiciones de Lugduno o de Lombardia. La sociedad misma prácticamente no dio
información sobre su fundador, salvo que era un hombre de determinación incansable y que
murió antes de 1218. La única fuente de conocimiento consiste de autoridades católicas de
los siglos XII y XIII, de dos autores anónimos de Laon y Passau y de Esteban de Borbone.
Según el anónimo escritor de Laon, Valdo oyó un domingo en mayo o abril del año del
hambre (1176) a un trovador itinerante cantar en la calle las últimas estrofas del poema de
San Alejo (quien había abandonado su propiedad e ido en peregrinación a Tierra Santa,
obteniendo gran paz). Valdo invitó a su casa al trovador y a la mañana siguiente le preguntó
a un teólogo el camino más corto y mejor para llegar a Dios. La respuesta fue la que dio
Cristo al joven rico. Valdo dio una porción de su propiedad a su esposa y vendió el resto,
otorgando gran parte a los pobres y arrojando el resto a la calle; luego se puso a
mendigar limosna, haciendo poco después voto de pobreza. Al año siguiente otros de Lyón
se le unieron y gradualmente los 'pobres' comenzaron a mortificar sus propios pecados y los
de otros. En la primavera de 1179 Valdo fue al concilio de Letrán en Roma, donde Alejandro
III confirmó su voto de pobreza, pero les prohibió a él y a sus compañeros predicar, a menos
que fueran expresamente invitados por los sacerdotes. Al principio ellos obedecieron la
orden, pero finalmente la desobedecieron, lo cual fue usado en su contra. Esteban de
Borbone, por otro lado, atribuye la conversión de Valdo a su curiosidad. Al oír los evangelios
pidió a dos sacerdotes que se los tradujeran. En manera similar obtuvo versiones vernáculas
de muchos libros de la Biblia y de los dichos de los santos. Desde entonces resolvió practicar
la pobreza apostólica, vendió su propiedad, tiró el dinero en el fango y comenzó a predicar
en las calles. Pronto se le unieron muchos hombres y mujeres sin cultura, que al ser iletrados
enseñaban muchos errores. El arzobispo de Lyón, Jean aux Blanches-Mains, les prohibió
predicar pero ellos persistieron y fueron expulsados. En 1179 fueron citados a Roma, donde
fueron declarados herejes. El anónimo escritor de Passau relata que la súbita muerte en una
reunión de una de las autoridades de Lyón produjo un choque tan fuerte en Valdo que dio su
propiedad a los pobres, les enseñó a imitar la pobreza voluntaria de Cristo y los apóstoles y
comenzó a traducir la Biblia a la lengua vernácula. Del relato de Walter Map se desprende
que los seguidores de Valdo, cuando fueron examinados en el concilio de Letrán, fueron
atrapados en una sutileza teológica y ridiculizados, por lo que se les prohibió predicar.
Los lolardos de Wycliffe
Conocido tradicionalmente en España como Juan Wiclef, nació en Yorkshire, Inglaterra, hacia el año 1320,
sin que se sepa apenas de su juventud más que era de familia noble y numerosa, hasta que se trasladó
a Oxford para estudiar Teología y Filosofía en la famosa universidad. Allí se quedó como catedrático,
compatibilizando la enseñanza con la publicación de una obra religiosa, hasta que el duque de
Lancaster, Juan de Gante, le tomó bajo su protección y lo llevó consigo a la corte para encargarle la
educación del rey Ricardo II.
Como su tutor, le aleccionó sobre algunas ideas que ya había expresado en 1370 en su libro De
Eucharistia acerca de la relación entre Iglesia y Estado, mostrándose contrario a los tributos que Inglaterra
debía pagar a la Santa Sede como feudataria y abogando por mantener una política de independencia respecto
a la autoridad papal en materia civil y política. Esto le puso en el punto de mira de los tribunales eclesiásticos
y el propio pontífice Gregorio XI le llamó anticristo, aunque Wycliffe logró salir indemne gracias a su
ascendiente sobre el monarca, de quien se había autonombrado capellán personal.
Este revolucionario posicionamiento no se limitó a la edición de obras para la élite sino que se plasmó
también en la publicación de folletos y vibrantes sermones dirigidos al pueblo, y como así consiguió reunir
tras de sí a un grupo de seguidores de verbo incendiario que recorrían el país denunciando la incapacidad de
la Iglesia para cambiar, a éstos se les conoció despectivamente como lolardos.
Porque, de hecho, en 1377 el obispo convocó a Wycliffe para que expusiera sus ideas; la reunión terminó en
una agria discusión y el teólogo inglés fue acusado de herejía por una bula. También el arzobispo de
Canterbury le sancionó por convencer al rey de no pagar impuestos a Roma. La cuerda se empezaba a
romper. La cosa pareció distenderse un poco con el fallecimiento de Gregorio XI y su sustitución por Urbano
VI, que Wycliffe celebró esperanzado. Pero el nuevo pontífice tampoco acometió la reforma esperada y el
inglés fustigo a la Santa Sede aprovechando aquella esquizoide situación que supuso al año siguiente
el Cisma de Occidente
Teológicamente siguió dando pasos adelante y negó la realidad de la Transubstanciación (o sea, la conversión
material del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo), paso tan atrevido que le supuso la pérdida de la
protección del duque de Lancaster y la expulsión de la corte y la universidad.
Los husitas.
Se conoce con el término de Iglesia husita al movimiento reformador y revolucionario surgido en Bohemia a
principios del siglo XV. El nombre procede del teólogo Juann Hus (1369-1415), quien fue condenado y
ajusticiado en el Concilio de Constanza por mantener una posición muy crítica frente al poder eclesiástico.
Su terrible muerte agravó las tensiones religiosas, sociales y nacionales hasta desembocar en el estallido
revolucionario del 30 de julio de 1419, cuando la muchedumbre asaltó la casa consistorial de Praga,
defenestró a las autoridades municipales, liberó a varios presos acusados de husitas y tomó el poder en la
ciudad. La muerte del rey Venceslao, el 16 de agosto de ese mismo año, y la reclamación del trono checo por
su hermano Segismundo complicaron más el panorama político, pues le apoyó la alta nobleza mientras la
pequeña, la burguesía y los sectores sociales desfavorecidos se oponían a sus pretensiones.
Los husitas formaban un heterogéneo movimiento dividido por profundas diferencias sociales, políticas e
incluso dogmáticas. Básicamente podían distinguirse dos grupos: los moderados praguenses y los radicales
taboristas (de la ciudad de Tábor en Bohemia del Sur). Segismundo decidió el empleo de la fuerza contra
ellos, pero sólo consiguió que el movimiento lograse la unidad en torno a un programa único, los Cuatro
artículos de Praga: predicación en checo; comunión bajo los dos especies para todos los fieles; desaparición
de la distinción entre clérigos y laicos y de la propiedad eclesiástica; y castigo de los pecados públicos por las
autoridades temporales[6]. Con ese programa en lo religioso, al que se añadía la pretensión de realizar
numerosas transformaciones sociales y políticas, llegando al comunitarismo, los taboristas se sublevaron
provocando las “guerras husitas” (1419-1436), en las que consiguieron derrotar a las sucesivas cruzadas
enviadas para derrotar al movimiento considerado hereje. Sin embargo, las divisiones internas seguían
extendiéndose entre los husitas, hasta el punto que los taboristas fueron vencidos en Lipany en 1434 por los
moderados, quienes pudieron así negociar con los católicos. Tras el Concilio de Basilea y las conversaciones
de Praga se llegó a un acuerdo de paz por el que el Vaticano permitía a los husitas la comunión bajo las dos
Las peticiones «democráticas» de las capas menos favorecidas del pueblo fueron, por lo general,
desatendidas. Posteriormente hubo rebrotes como el protagonizado por el husita Jorge de Podiebrad, que se
hizo coronar rey de los checos, dando pie a una cruzada que le destronó.
Para entender la duración y relieve de este movimiento es preciso tener en cuenta que en la segunda mitad
del siglo XIV Bohemia era uno de los reinos más poderosos de Europa, con ricas minas de plata, florecientes
ciudades, una importante producción agrícola y una ventajosa situación, en las inmediaciones de las
principales rutas comerciales continentales. En tiempos del rey Carlos IV (1346-1378), la casa de
Luxemburgo reunía bajo su cetro no solo Bohemia y Moravia, sino también la mayor parte de Silesia,
Lusacia y feudos al oeste de Bohemia. Al igual que las posesiones familiares en Luxemburgo, el reino de
Bohemia constituía una poderosa unidad política cuyo centro natural era Praga. Por añadidura, Praga se
convirtió en la capital del Sacro Imperio Romano Germánico, por lo que se creó una corte imperial que atrajo
a comerciantes y artesanos. Además en 1348 se fundó allí la que era la primera Universidad de Europa
central.
Calvinismo

Se llama Calvinismo a la  teología cristiana del reformador de la Iglesia Juan Calvino, quien publicó un
trabajo llamado Institución de la religión cristiana, (1536-1559) que tuvo mayor influencia en el desarrollo
de las iglesias protestantes de la tradición reformada.
La doctrina calvinista se basa en la tradición teológica paulina y agustiniana. Dentro de sus dogmas más
importantes se incluye la creencia en la soberanía absoluta de Dios y la doctrina de la justificación sólo
por medio de la fe.
Las posiciones de Calvino con respecto a la organización y la liturgia de la Iglesia eran más rupturistas y
radicales que las de Lutero.
Calvino no sólo rechazaba el obispado, sino también la decoración de las iglesias, las ceremonias y la
música en los servicios.
La irrupción del calvinismo se produjo en la segunda fase de la Reforma, que tuvo lugar luego de la
excomunión de Martín Lutero por el papa León X, en 1521.
Su creador fue Juan Calvino, nacido en Noyon, Francia, en 1509. Durante su paso por las universidades de
París, Orleans y Bourges, fue influenciado por las ideas de Lutero.
Su conversión al protestantismo tuvo lugar en 1533, cuando aceptó los puntos de vista de Lutero acerca de
la negación de la autoridad de la Iglesia de Roma por derecho divino, la importancia de la Biblia como
fuente de fe y la doctrina de la justificación de los seres humanos por medio de la gracia divina.
En 1536 huyó de Francia y se instaló en Ginebra, donde se propuso sistematizar la teología reformada que
había creado Lutero. Escribió entonces su obra Institución de la Religión Cristiana, la cual junto con sus
cartas pastorales, sus sermones y comentarios bíblicos, constituyen la fuente doctrinal del calvinismo.
Calvino pasó gran parte de su vida en Ginebra, donde mantuvo varias disputas teológicas. La más famosa
fue la que lo enfrentó al español Miguel Servet, quien rechazaba el dogma de la Santísima Trinidad. Esta
disputa finalizó con el arresto de Servet, que en 1553 fue quemado en la hoguera junto con todos sus libros.
A partir de entonces Calvino se concentró en la redacción de la llamada Biblia de Ginebra, una edición
protestante de la Biblia francesa que logró publicar antes de su muerte, en 1564.
Durante la segunda mitad del siglo XVI el calvinismo se extendió por Francia, Alemania, Inglaterra,
Escocia, los Países Bajos, Escandinavia y Hungría.
En el siglo XVII el calvinismo llegó a América del Norte y África del Sur, debido a la emigración de
puritanos ingleses, hugonotes franceses y calvinistas alemanes y holandeses.
1.- No considera  al sacerdocio como un sacramento.
2.- Dentro de sus principios está el de declarar una creencia absoluta en Dios y su soberanía.
3.- Igualmente, a diferencia de la religión católica, para el Calvinismo, la salvación no es el resultado de la
acumulación de obras buenas por parte del hombre, sino que se consigue simplemente por la fe en la gracia
divida de Dios.
4.- Predestinación: el hombre nace destinado por Dios a la salvación o a la condenación.
5.- Toda actividad humana es bien vista por Dios (ej. Préstamos a interés), favoreciendo el desarrollo del
capitalismo
6.-Los sacramentos y las indulgencias no tienen ningún valor.
7.-La presencia de Cristo en la Eucaristía no es ni siquiera simbólica.
8.-La salvación depende exclusivamente de la fe.
A N G L I C A N O S

El uso del término anglicanismo data del año 1838, cuando esta palabra fue usada
para identificar a las iglesias inglesas sometidas a la autoridad del Rey de Inglaterra
y separadas de la Iglesia católico-romana desde 1534. El término es un derivado de
la palabra ‘anglicano’, con la que se conocía a los ingleses desde el siglo XIII, pero
fue solo hasta el siglo XIX que la palabra adquirió matices teológicos para poder
diferenciar a los cristianos ingleses que no eran protestantes disidentes ni católico-
romanos. Desde allí, el término se extendió a las Iglesias fundadas en otros países
durante el período de la expansión colonial inglesa.
El cristianismo en Inglaterra data de tiempos antiguos. La evidencia histórica sugiere
que para el año 180 d.C. ya se había constituido la primera diócesis en Londres.
Posteriormente algunos obispos ingleses asistirían al Concilio de Arles del año 314.
Durante los tres siglos siguientes, el cristianismo local sobreviviría tanto
al paganismo de los celtas y al de los invasores anglosajones, así como
al pelagianismo. De modo que cuando Agustín de Canterbury (534-604) fue enviado
desde Roma en el año 597, se encontró con una iglesia nativa conocida como
la Iglesia celta.
En un sentido estricto se puede citar el origen de la Iglesia Anglicana en 1534,
cuando el Parlamento británico aprueba el Acta de Supremacía que declara al Rey
Enrique VIII (1491-1547) como máximo jerarca de la Iglesia inglesa y se hace
oficial la separación con Roma.
Durante el reinado de Eduardo VI (1537-1553), reformadores continentales
colaborarían con clérigos ingleses en la reforma de la Iglesia de Inglaterra. Algunos
cambios que introdujeron fueron la abolición del celibato clerical y del uso y culto
de imágenes, la reducción de los sacramentos, dejando solo el bautismo y la cena del
señor, el rechazo a la transubstanciación, el cambio en el idioma de los servicios
religiosos del latín al inglés, la promoción del estudio de la Biblia, el establecimiento
del Libro de Oración Común para el culto público, entre muchas otras
transformaciones. 
Cuando Eduardo VI falleció en 1553, fue sucedido por su media hermana María I de
Inglaterra (1516-1558), una devota católica que volvería a someter a la Iglesia
inglesa a la autoridad del Papa. Como consecuencia, miles de protestantes se
refugiarían en zonas reformadas de Europa. 
Tras la muerte de María I, su media hermana Elizabeth I (1533-1603) ascendería al
trono. Elizabeth reestablecería la independencia de la Iglesia con las Leyes de
Supremacía y Uniformidad de 1559, así como con muchos de los cambios
doctrinales y litúrgicos efectuados en el reinado de Eduardo VI.
Presbiterianos

Para hablar del nacimiento la iglesia presbiteriana, tenemos que hablar de John Knox (1514-1572).
Knox, que nació en 1514, tan solo tres años antes de que Martín Lutero (1483-1546) clavara las 95
tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, era un sacerdote católico escocés, que había tenido
cierto contacto con las ideas reformadas y que, en pleno furor de la reforma, se mudó a Ginebra, para
aprender directamente de Juan Calvino.
Para entender estos hechos y los posteriores, es necesario comprender que la historia de la Iglesia
Presbiteriana se cruzaría en el futuro de manera permanente con la historia de la Iglesia anglicana,
cada vez que los hilos del poder se entretejían entre Inglaterra y Escocia.
Por ejemplo, para inicios del siglo XVII, el rey Jacobo VI de Escocia (1566-1625) quiso instaurar
un gobierno episcopal, de tipo anglicano, en la iglesia presbiteriana de Escocia. En 1637, el hijo de
Jacobo, Carlos I de Inglaterra (1600-1649), intentó obligar a la iglesia de Escocia a usar el Libro de
la Oración Común de la Iglesia Anglicana, lo que desencadenó revueltas. Luego los escoceses,
seguidores del presbiterianismo, enviaron tropas para apoyar la Guerra Civil Inglesa (1642-1651),
poniéndose de lado de Oliver Cromwell (1599-1658), que era puritano. Puedes conocer más sobre
los puritanos.
Con el tiempo, la Confesión de los escoceses sería suplantada por la Confesión de fe de
Westminster y los Catecismos mayor y menor, que fueron formulados por la Asamblea que se reunió
entre 1643 y 1649. Al respecto, es muy importante mencionar la influencia que la Confesión de Fe
de Westminster tuvo sobre la Iglesia Presbiteriana.
En 1643, el parlamento inglés convocó a "teólogos piadosos, doctos y de testimonio" para que se
reunieran en la Abadía de Westminster para dar su opinión sobre cuestiones de adoración, doctrina,
gobierno y disciplina de la Iglesia de Inglaterra. Sus reuniones, que se llevaron a cabo a lo largo de
cinco años, produjeron una confesión de fe, así como un Catecismo Mayor y un Catecismo Menor. 
Aunque se hizo primeramente para la Iglesia de Inglaterra, la Confesión de Fe de Westminster
permanece como un “estándar subordinado” de doctrina para la Iglesia de Escocia, y ha influido
sobre las iglesias presbiterianas de todo el mundo.
Pero esta Confesión no evitó las tensiones entre la iglesia anglicana y las disidencias que se
profundizaban cada vez más. Los presbiterianos, congregacionalistas y bautistas ingleses llegaron a
ser conocidos todos ellos (junto con otros) como los "no conformistas", puesto que no se
conformaron al Acta de Uniformidad de 1662 que establecía a la Iglesia de Inglaterra como la única
iglesia aprobada legalmente, aunque todas estas iglesias estaban unidas entre sí de alguna forma a
través de la Confesión de Fe de Westminster.
Las diferencias llegarían a su fin en 1688 con la “revolución gloriosa”, cuando finalmente la iglesia
de Escocia fue reconocida y el presbiterianismo se convertiría en la iglesia oficial de Escocia,
mientras en Inglaterra se mantendría la Iglesia Anglicana.
A partir de ahí, el presbiterianismo se expandió progresivamente hacia otros territorios. En Irlanda se
convirtió en la denominación protestante más grande del país después del anglicanismo, gracias a
la inmigración de escoceses presbiterianos. Durante el siglo XIX hubo una fuerte expansión del
presbiterianismo a África. La migración de los escoceses llevó el presbiterianismo
a Australia, Nueva Zelanda y a los Estados Unidos y Canadá.
Durante el reinado del sucesor de Elizabeth, Jacobo I (1566-1625), el sector puritano de la Iglesia de
Inglaterra hizo una petición para hacer reformas en la Iglesia, la cual fue rechazada en su mayor
parte por Jacobo. Sin embargo, él estuvo de acuerdo con el proyecto de elaboración de una Biblia en
inglés, la cual sería conocida como la Versión King James. Si bien el Rey era partidario del derecho
divino de los reyes y tuvo disputas con los puritanos y los presbiterianos, tenía una fuerte influencia
calvinista, e incluso envió algunos delegados al Sínodo de Dort.
Carlos I (1600-1649), hijo y sucesor de Jacobo I, se inclinaría hacia el arminianismo y William
Laud (1573-1645), el nuevo arzobispo de Canterbury, haría volver muchas prácticas litúrgicas del
catolicismo romano a la Iglesia establecida. En la primera mitad del siglo XVII se emprendería una
dura política contra el calvinismo en la Iglesia de Inglaterra y en especial contra el puritanismo y
el presbiterianismo escocés, por lo cual muchos de ellos emigrarían a las colonias. 
Dicha persecución desembocaría en varias guerras. La más importante fue la Guerra Civil
inglesa entre 1642 y 1651, en la que se ejecutó a William Laud y a Carlos I, y los disidentes
puritanos triunfaron. Entre 1649 y 1660, los obispos fueron destronados y se introdujo la eclesiología
presbiteriana. Los 39 artículos fueron reemplazados por la Confesión de Fe de Westminster, y el
Libro de Oración Común por el Directorio de Adoración Pública.
Pero el puritanismo no duró mucho tiempo, ya que la monarquía, con Carlos II (1630-1685), se
restablecería, y con ella la Iglesia de Inglaterra, el gobierno episcopal y los 39 artículos. Nuevamente
se impondría el uso obligatorio del Libro de Oración Común mediante el Acto de Uniformidad de
1662, por lo cual la mayoría de los puritanos abandonarían la iglesia de Inglaterra y se verían
enfrentados a la persecución.
Es durante el siglo XVII que surgen los términos Iglesia Alta (High Church) e Iglesia Baja (Low
Church). Los primeros ponen un mayor énfasis en el ministerio, los sacramentos y la liturgia,
mientras que los segundos ponen un menor énfasis en esos aspectos y se preocupan más de los
principios evangélicos.
El sucesor de Carlos II fue su hermano Jacobo II (1633-1701), quien era católico romano, lo cual fue
considerado por la mayoría de la población como una amenaza para el protestantismo y la libertad,
por lo cual muchos anglicanos y puritanos dejaron de lado sus diferencias y se pronunciaron a favor
del protestante holandés Guillermo III de Orange (1650-1702), quien ascendería al trono inglés
luego de la llamada “Revolución Gloriosa” de 1688. Con la Ley de Tolerancia de 1689, se concedió
la libertad de culto a aquellos protestantes disidentes como los congregacionalistas, bautistas,
presbiterianos y otros.
A principios del siglo XVIII el clima espiritual en Inglaterra era frío. Sin embargo, fue la predicación
de clérigos anglicanos como George Whitefield (1714-1770) y los hermanos Charles Wesley (1707-
1788) y John Wesley (1703-1791) lo que resultaría en el “Gran Avivamiento” de 1740, el cual se
extendería por las Islas Británicas y las colonias de Norteamérica. Como consecuencia de este
avivamiento surgió el metodismo. También se fundarían varias sociedades misioneras, se
promoverían reformas en la sociedad como la abolición de la esclavitud, el fin del comercio de
esclavos, la legislación sobre bienestar infantil y el desarrollo de la salud y la educación pública.
Después de la Revolución Americana, las congregaciones anglicanas en los Estados Unidos fueron
reestructuradas en iglesias autónomas con sus propios obispos y estructuras autónomas. Estas fueron
conocidas en adelante como “Iglesia Episcopal.”
PU R I TAN O S

El puritanismo fue un movimiento de reforma dentro del naciente anglicanismo inglés, a


fines del siglo XVI y cuya influencia se ha extendido hasta nuestros días. Se han escrito
cientos de libros que tratan de comprender este movimiento que influyó a personajes tan
importantes como Charles Spurgeon (1834-1892) o Martyn Lloyd-Jones (1899-1981).
Para comprender el origen de este movimiento tenemos que irnos hasta las confusiones
amorosas del rey Enrique VIII (1491-1547). En 1534 fue promulgada en Inglaterra un Acta
de Supremacía, convirtiendo al rey en "cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra". Con la
anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón (1485-1536), el rey Enrique VIII y el
Parlamento separaron la Iglesia de Inglaterra de Roma, en 1536. En 1547, Eduardo
VI (1537-1553), hijo de Enrique VIII, se convirtió en rey. Esto que permitió un avance
rápido del protestantismo en el país.
María Tudor (1516-1558), hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, se convirtió en reina
en 1553, luego de la muerte temprana de Eduardo VI. María restauró el catolicismo e
intensificó la persecución a los protestantes. Muchos protestantes fueron asesinados y
cientos huyeron al continente donde absorbieron los principios doctrinales de los
reformadores europeos. Elizabeth I (1533-1603), otra hija de Enrique VIII, ascendió al trono
en 1558, estableciendo el "Acuerdo Isabelino", que trataba de mediar entre la influencia
católica y el protestantismo.
Pero un incidente muy particular sucedió entre 1567 y 1568: se produjo una controversia
sobre las vestimentas de los clérigos. El motivo de la polémica era si los predicadores tenían
que usar los trajes clericales católicos. Esta marcó una creciente impaciencia entre ciertos
sectores que argumentaban que la Iglesia de Inglaterra estaba siendo "reformada a medias". 
Estas críticas venían principalmente de los grupos calvinistas ingleses, fuertemente
influenciados por la Reforma en Suiza, que fueron denominados “puritanos”, ya que querían
purificar a la Iglesia de Inglaterra de las influencias católicas. Pero el trato que recibieron fue
hostil. Al negársele la oportunidad de reformar la iglesia establecida, el puritanismo recurrió
a la predicación, los panfletos y a su importante influencia en los centros educativos, como
Cambridge u Oxford.
Elizabeth I murió en 1603, sin dejar heredero, y se designó como sucesor a Jacobo I (1566-
1625), hijo de María Estuardo, que ya gobernaba en Escocia. Cuando el rey fue coronado,
los puritanos, a causa de la presunta formación protestante del rey, tuvieron esperanzas, así
que presentaron una petición en 1603, firmada por cerca de mil ministros puritanos, en la
que pedían que la Iglesia Anglicana fuera "completamente puritana".
Pero el rey estuvo poco dispuesto y la única idea valiosa que aprobó de ellos fue ordenar una
nueva traducción de la Biblia, que hoy conocemos como la versión King James. Carlos I
Estuardo (1600-1649) fue coronado rey en 1625. A través de la Iglesia, el rey buscó instituir
prácticas ceremoniales consideradas "católicas" por los puritanos.
Mientras tanto, el puritanismo seguía avanzando. En 1653 las fuerzas parlamentarias
derrocaron al rey Carlos I y Oliver Cromwell (1599-1658), que era puritano, asumió el
Sin embargo, Carlos II (1630-1685) subió al trono en 1660 y restauró la Iglesia de Inglaterra,
iniciando una nueva era de persecuciones contra los puritanos. Como consecuencia del
fracaso de un gobierno puritano, muchos de ellos dejaron el país buscando otros lugares con
mayor libertad religiosa, como Suiza, Países Bajos, Sudáfrica y principalmente las colonias
inglesas en América.
Los puritanos hicieron un último intento fallido de asegurar su ideal durante la Revolución
Gloriosa, pero la solución religiosa de Inglaterra fue definida en 1689 por la “Ley de
Tolerancia”, que le permitió a los grupos disidentes, como el puritanismo, seguir
funcionando en el país, pero separados de la Iglesia Anglicana. 
La llegada de los puritanos a las colonias inglesas de América fue la oportunidad para
establecer el tipo de gobierno que no pudieron establecer en Inglaterra. Allí fundarían la
mayor cantidad de comunidades puritanas y vivirían un auténtico auge de sus creencias,
formando en buena parte el carácter de lo que serían más tarde los Estados Unidos.
Bautistas

El movimiento reformador en Suiza comienza con la conversión de Zwinglio. Debido a su


trasfondo humanista, Zwinglio reunió muy pronto alrededor de sí a un grupo de jóvenes
intelectuales, interesados primariamente en el estudio de los clásicos griegos. En 1521 se
unió a este grupo un joven llamado Conrad Grebel (1448-1526), que había iniciado sus
estudios humanistas unos años antes en las universidades de Basilea, Viena y París. Zwinglio
introdujo a estos jóvenes al estudio del Nuevo Testamento griego, de tal manera que algunos
de ellos, no sólo hicieron profesión de fe, sino que también se convirtieron en celosos
reformadores. Grebel era uno de ellos.
Pero pronto surgieron algunos problemas. Menos de tres años después, algunos de estos
jóvenes llegaron a ciertas convicciones distintas a las de Zwinglio; entre los puntos de
divergencia estaba el asunto del bautismo infantil y la relación de la Iglesia con el estado.
Dado que no pudieron ponerse de acuerdo con su mentor y maestro, el 21 de enero de 1525
un grupo de 15 hombres se reunió en la casa de Félix Manz para determinar lo que habrían
de hacer, ya que el municipio de Zurich les había dado ocho días de plazo para retractarse de
sus convicciones y bautizar a sus hijos.
Grebel bautizó a Cajacob, quien procedió de inmediato a bautizar a todos los demás. Así
quedó constituida la primera iglesia de los hermanos suizos. “Está claro que fue esta la
acción más revolucionaria de la Reforma. Ningún otro suceso simbolizó tan completamente
el rompimiento con Roma. Aquí, y por primera vez durante la reforma, un grupo de
cristianos se atrevió a formar una Iglesia según se pensaba que era el modelo del Nuevo
Testamento.”
A partir de ese momento Grebel se dedicó a una intensa labor evangelística; comenzaron a
tener cultos en las casas y a practicar el bautismo a creyentes, por lo que fueron llamados
“anabaptistas” o “rebautizadotes”. Esto desató una fuerte persecución contra ellos.
Finalmente Grebel fue arrestado y encarcelado en Noviembre del 1525 junto con Blaurock y
Manz. Grebel pudo escapar de su encarcelamiento y publicar un tratado sobre el bautismo;
pero murió víctima de la peste alrededor de agosto de 1526.
LOS BAUTISTAS INGLESES DEL SIGLO XVII
El movimiento bautista en Inglaterra en el siglo XVII debe ser visto como una rama del
puritanismo que estudiamos en la lección anterior. Parece que algunos de ellos habían
recibido cierta influencia anabaptista por medio de inmigrantes holandeses. Cuando la
situación se puso difícil para ellos, algunos emigraron a Ámsterdam, donde gozaron de
tolerancia religiosa.
Pero no todos huyeron. En la ciudad de Gainsborough, en Inglaterra, se formó un centro de
separatistas, de entre los cuales surgieron los bautistas en sus dos grandes ramas: los
bautistas generales (de doctrina arminiana) y los particulares (de doctrina calvinista).
Aunque los bautistas generales surgieron primero en Inglaterra que los particulares, es de
estos últimos que surgen los bautistas modernos, y esto por dos razones. La primera es que
Por otra parte, fueron los bautistas particulares quienes “introdujeron una nueva
interpretación del bautismo como un testimonio de la muerte, la sepultura y la resurrección
de Cristo que perdura entre los bautistas modernos” (hasta ese entonces el bautismo era
considerado como un símbolo de purificación).
De igual modo, fueron los bautistas particulares quienes restauraron la práctica del bautismo
por inmersión después del 1641.
La primera congregación bautista de teología calvinista se constituyó en Londres en 1616
bajo el liderazgo de Henry Jacob (1553-1624). Éste había pasado un tiempo en Holanda
donde había entrado en contacto con puritanos congregacionalistas. En 1624 emigró a
Virginia, colonia americana, donde murió poco tiempo después. El siguiente pastor de esta
iglesia en suelo inglés fue Juan Lathrop, quien estuvo al frente de la congregación hasta
1634; pero él también se fue al nuevo mundo. Cuatro años después, Enrique Jessey asumió
el pastorado.
No fue sino hasta 1630 cuando está iglesia comenzó a discutir el tema del bautismo. Poco a
poco la iglesia fue asumiendo las convicciones que la iban conformando en una
congregación bautista. Pero fue en 1645, el año en que Jessey fue bautizado por inmersión,
cuando esta iglesia vino a ser realmente bautista. Anterior a esa fecha, otro grupo se había
separado de la iglesia madre, precisamente por su convicción de que sólo los creyentes
debían ser bautizados. Esta iglesia tuvo como su primer pastor a Juan Spilsbury. Fue
precisamente allí donde, en 1640, surgió una discusión sobre el modo del bautismo, que
finalmente los llevó a la conclusión de que debía realizarse por inmersión, como simbolismo
de muerte y resurrección (comp. Rom. 6:4 y Col. 2:12).
Este método fue adoptado por todas las iglesias bautistas, incluyendo las generales, y así
quedó consignado en la Primera Confesión Bautista de Londres de 1644. Para esa fecha,
según el historiador Daniel Neal, había unas 47 iglesias bautistas particulares en Inglaterra, 7
de ellas en la ciudad en Londres. Estas 7 iglesias aprovecharon la libertad política y religiosa
que se gozaba en aquellos días, para aclarar algunos malos entendidos con respecto a los
bautistas, ya que muchos los asociaban con el ala radical del movimiento anabaptista del
Continente. Tal como vimos en la lección pasada, en 1689 estos Bautistas publicaron su
Segunda Confesión de Fe, que es la que tienen la mayoría de las iglesias reformadas hoy día
alrededor del mundo.
Congregacionales

Los orígenes del congregacionalismo se encuentran en el puritanismo del siglo XVI , un movimiento que


buscaba completar la Reforma inglesa iniciada con la separación de la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia
Católica Romana durante el reinado de Enrique VIII (1509–47).  Durante el reinado de Isabel I (1558-
1603), la Iglesia de Inglaterra fue considerada una iglesia reformada o calvinista, pero también conservó
ciertas características del catolicismo medieval, como catedrales , coros de iglesias , una liturgia formal
contenida en el Libro de Oración Común , clerical tradicional vestimentas y política episcopal (gobierno
por obispos ). Robert Browne (1550-1633) fue la primera persona en establecer principios
congregacionales explícitos y se le considera el fundador del congregacionalismo.  Mientras estudiaba para
la ordenación , Robert Browne se convenció de que la Iglesia de Inglaterra era una iglesia falsa. Se mudó
a Norwich y junto con Robert Harrison formó una congregación separatista ilegal. En 1581, Robert
Browne y sus seguidores se trasladaron a Holanda para adorar libremente. Mientras estuvo
en Holanda, Robert Browne escribió tratados que establecían las características esenciales del
congregacionalismo. Robert Browne abogó por una iglesia solo de creyentes genuinos y regenerados y
criticó a los anglicanos por incluir a todos los ingleses dentro de su iglesia. 
En 1584, Robert Browne abandonó su proyecto separatista y se reconcilió con la Iglesia de Inglaterra. La
esperanza de vida corta era típica de las iglesias separatistas (también conocidas como congregaciones
brownistas ). Se trataba de pequeñas congregaciones que se reunieron en secreto y enfrentaron persecución.
A menudo se vieron obligados a exiliarse en Holanda y tendieron a desintegrarse rápidamente.  Los
separatistas notables que enfrentaron el exilio o la muerte incluyeron a Henry Barrow (c. 1550-1593), John
Greenwood (fallecido en 1593), John Penry (1559-1593), Francis Johnson (1563-1618) y Henry
Ainsworth (1571–1593) 1622).
A principios del siglo XVII, se fundó una congregación separatista en Scrooby gracias a los esfuerzos
de John Smyth (quien más tarde rechazó el bautismo infantil y se convirtió en fundador del movimiento
bautista). John Robinson era el pastor de la congregación y William Brewster era un anciano .  En 1607, la
congregación se trasladó a Holanda huyendo de la persecución. En 1620, el grupo (conocido en la historia
como los Peregrinos ) navegó hacia América del Norte en el Mayflower , estableciendo la Colonia de
Plymouth y trayendo la tradición Congregacional a América.
En 1639 William Wroth , entonces Rector de la iglesia parroquial de Llanvaches en Monmouthshire ,
estableció la primera Iglesia Independiente en Gales "según el modelo de Nueva Inglaterra", es decir,
Congregacional. La Iglesia Reformada Unida del Tabernáculo en Llanvaches sobrevive hasta el día de hoy.
Durante la Guerra Civil Inglesa , quienes apoyaban la causa parlamentaria fueron invitados por el
Parlamento para discutir asuntos religiosos. Se afirmó oficialmente que la Confesión de Fe de
Westminster (1646) era la declaración de fe tanto de la Iglesia de Inglaterra (anglicana / episcopal) como de
la Iglesia de Escocia (presbiteriana), que era políticamente conveniente para aquellos en el Parlamento
inglés dominado por los presbiterianos que aprobaron de la Solemne League and Covenant (1643).
Después de la Segunda Guerra Civil , el Nuevo Ejército Modelo que estaba dominado
por Congregacionalistas (o Independientes ) tomó el control del parlamento con la purga de Pride (1648),
organizó el juicio y la ejecución de Carlos I en enero de 1649 y posteriormente introdujo
una Commonwealth republicana dominada por independientes como Oliver Cromwell . Este gobierno duró
hasta 1660 cuando el monarca fue restaurado y episcopalismo se restableció (véase la leyes penales y Gran
eyección). En 1662, dos años después de la Restauración, dos mil ministros
independientes, presbiterianos y congregacionales fueron desalojados de sus parroquias por disidentes y no
estar en las órdenes sagradas conferidas por los obispos. En 1658 (durante el interregno )
los Congregacionalistas crearon su propia versión de la Confesión de Westminster, llamada Declaración de
Saboya , que sigue siendo el principal estándar subordinado del Congregacionalismo.
M E T O D I S M O

La Iglesia Metodista es el resultado de la institucionalización de un movimiento de renovación


profunda, impulsado en el seno de la Iglesia Anglicana en el siglo XVIII. Todo comenzó en
noviembre del año 1729 a partir de un grupo de estudiantes del circuito universitario en la ciudad
de Oxford, liderados por un joven profesor de teología y pastor anglicano llamado Juan Wesley,
En ese núcleo original se encontraba también su hermano Carlos y otros dos estudiantes de
apellidos Morgan y Kirkham. La motivación inicial fue la de reunirse algunas noches en la
semana con el fin principal de leer el Nuevo Testamento en Griego.
Esa correntada renovadora fue tomando cuerpo y llegó a conformar una red de predicadores
laicos y pastores que conducían a las llamadas Sociedades, Clases y Bandas metodistas –diseño
wesleyano de organización concéntrica de grupos de creyentes- las cuales se convertían en
levadura de una nueva realidad, al impactar directamente sobre en el tejido social de un mundo
efervescente de inequidad. Piénsese por ejemplo, en la ardiente paradigmática oposición de
Wesley a la esclavitud, para entender a qué nivel de compromiso social nos estamos refiriendo.
Juan Wesley hizo lo posible por evitar la creación de una nueva denominación cristiana. Su genio
organizador lo veía innecesario y a la vez, inadecuado. Sin embargo, las circunstancias históricas
lo provocaron a él y a quienes compartían su particular llamado a una vida metódica de santidad
y compromiso social, a dar los pasos para el nacimiento de una nueva iglesia. Lo que sucedió fue
que por causa de la guerra de la independencia desatada en Norteamérica, todos los clérigos
habían abandonado América y, al decir de Francisco Asbury, el último predicador metodista que
permanecía en medio de las hostilidades a comienzos de 1780.
Esa necesidad se hizo argumento, reclamo y súplica hasta que Wesley en setiembre de 1783, en
un acto de radical desacató del orden religioso de la Iglesia de Inglaterra, ordenó
“Superintendente” -utilizando una expresión latinizada de la palabra griega epíscopos de la cual
surge obispo– a Tomás Coke. A los pocos meses, Coke partía hacia el Nuevo Mundo con los
elementos indispensables para dar un orden apenas básico y fundante, al incipiente metodismo
americano: el SERVICIO DOMINICAL que era una forma simplificada del Libro de Oración
común de los anglicanos y los ARTÍCULOS DE FE, la mínima expresión teológica del
metodismo.
Era el día de Navidad de 1784 cuando el movimiento surgido en Inglaterra devino iglesia al otro
lado del océano. Sin la presencia del fundador del Metodismo pero bajo la égida de
dos Superintendentes Tomás Coke y Francisco Asbury, pues Coke había recibido instrucciones
de Wesley para ordenar a Asbury para dicho rol. Nacía así en Baltimore, la Iglesia
Metodista Episcopal y de ella surgiría la DISCIPLINA. Ella contenía aquel orden litúrgico y
aquellos artículos de fe puestos en las manos de Coke por el propio Wesley, pero además,
establecía las leyes, el plan, la política y el proceso mediante los cuales los metodistas se
gobernaban a ellos mismos.
Desde el inicio la Disciplina no fue entendida como algo sacrosanto o infalible, pero sí como un
instrumento necesario y útil que plasmaba sobre el papel la comprensión de los metodistas acerca
de lo que es la Iglesia y lo que ha de esperarse de sus laicos y pastores en su búsqueda del mejor
modo en que puedan testificar en el mundo el ser parte del Cuerpo de Cristo.
l i b r e s

Libre originalmente, afirmaba una realidad histórica de la independencia de los creyentes


cuando se reunían en congregaciones locales aparte de la iglesia del Estado. Cuando la
Iglesia Libre empezó en Europa, cualquier iglesia que no era propiedad o no estaba bajo el
control del Estado, era una iglesia libre. Por lo tanto, “Libre” en su sentido original, quería
decir, “libre del control del Estado.”
En algunos países de Europa, aún existen iglesias del Estado (para nombrar algunas:
Dinamarca, Francia y Suiza). Para las IEL en esos países, la palabra Libre aún retiene su
significado original. Obviamente, hoy en día, se ha ampliado o reinterpretado el significado
ya que la situación política-religiosa ha cambiado. Hay muchos países en donde una iglesia
oficial del Estado ya no existe como tal. Aun en los países donde todavía existe una iglesia
del Estado, la palabra Libre ha tomado un significado diferente. Este nuevo significado tiene
que ver con el estilo congregacional del gobierno de la iglesia local.
En esencia, el estilo de gobierno congregacional, es uno en el cual los ministros y los laicos
participan activamente en la dirección de una iglesia autónoma local. Hay diferentes
variaciones en el estilo de gobernar aun dentro del congregacionalismo. Sin embargo, el
punto clave es que la autoridad absoluta (otorgada moral y legalmente, sea por la
constitución o por cualquier otro acuerdo obligatorio.), descansa en la congregación y no en
una Junta Directiva o Cuerpo (Staff) Profesional. Mucho menos, en una persona que actúe
independientemente o en contra de la decisión de la congregación.
Pentecostales

El pentecostalismo o movimiento pentecostal es una vertiente del cristianismo que surge en


los Estados Unidos a principios del siglo xix, es un movimiento evangélico de iglesias y
organizaciones cristianas que recalcan la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo, cuya
manifestación contemporánea se catalizó a partir del llamado Avivamiento de la Calle Azusa
dirigido por el pastor afroamericano William J. Seymour en una Iglesia Metodista Episcopal
Africana de Los Ángeles, California, en 1910. Los términos «pentecostalismo» y
«pentecostal» se derivan de Pentecostés, una celebración judía también llamada la Fiesta de
las Primicias. Para los cristianos, este acontecimiento conmemora el descenso del Espíritu
Santo sobre los discípulos de Jesucristo, como se describe en el capítulo dos del libro de
Hechos de los Apóstoles. Este movimiento carece de un dirigente mundial ya que está
conformado por varias organizaciones e iglesias que presentan un cuerpo de autoridades
sobre sí mismas. En la actualidad, el pentecostalismo tiene cuatro corrientes importantes: el
pentecostalismo histórico, el pentecostalismo clásico, el pentecostalismo unicitario y el
movimiento carismático o neo pentecostalismo.
Una iglesia pentecostal puede trabajar de forma independiente o estar afiliada a una
organización religiosa, ministerio o apostolado de mayor cobertura. Sus ritos, prácticas y
costumbres dependen de la corriente con la cual se identifique. Las iglesias pentecostales se
financian a través del pago de diezmos, primicias y donaciones, así como a través de
inversiones en la bolsa de valores y diversos negocios como el mercado inmobiliario y el
negocio de las telecomunicación. Los pentecostales utilizan, citan e interpretan diferentes
textos de la Biblia para justificar sus creencias, tales como los referidos a «La promesa del
derramamiento del Espíritu Santo, La revelación a Juan el Bautista» del Evangelio de Juan,
Jesucristo y sus enseñanzas» del Evangelio de Marcos, La promesa del Padre» del Antiguo
Testamento,10 el «Poder»,11 El derramamiento del Espíritu Santo, o los pasajes del Nuevo
Testamento La casa de Cornelio, La iglesia en Éfeso, La iglesia en Samaria
Se le ha caracterizado, cuando no definido, a partir de una de sus doctrinas principales: la
glosolalia o don de hablar en lenguas. Una buena parte de los estudios críticos sobre el
pentecostalismo (ya sean sociológicos o teológicos) han puesto su énfasis en señalarlo como
una práctica religiosa basada en esta doctrina, dejando de lado tanto al corpus doctrinal que
lo conforma como a las tradiciones religiosas de las que surge.
Como se ha mencionado, el Pentecostalismo hace hincapié en las manifestaciones externas
de la acción del Espíritu Santo. No hacemos referencia en este punto a toda la gama de
manifestaciones espirituales, ya que entonces no sería ésta una creencia propia del
pentecostalismo, sino el fin último de toda religión: la trascendencia del espíritu por encima
de las cosas materiales. En el caso específico de las congregaciones con orientación
pentecostal, el peso de las manifestaciones del Espíritu Santo no puede comprenderse sin
tomar como punto de partida los andamios sobre los que se construye dicho culto. De ese
modo, la doctrina de la Trinidad viene a consolidar y construir, lo que desde el
pentecostalismo se entiende como "los dones del Espíritu Santo".
fuentes

https://historiaybiografias.com/calvinismo/
https://biteproject.com/presbiterianismo/
https://es.9marks.org/articulo/historia-de-la-iglesia-clase-12-la-historia-bautista-y-el-movimiento-misionero-mundial/
https://www.coalicionporelevangelio.org/entradas/sugel-michelen/historia-de-los-bautistas/
https://xvii.es/el-pietismo/
http://www.scielo.org.mx/pdf/peni/v1n0/v1n0a10.pdf
https://es.scribd.com/document/424986637/Historia-Del-Pentecostalismo
https://www.feautentica.com/products/sobre-la-historia-del-movimiento-pentecostal-y-carismatico/
https://www.feautentica.com/products/sobre-la-historia-del-movimiento-pentecostal-y-carismatico/
https://www.labrujulaverde.com/2016/11/los-lolardos-de-wycliffe-precursores-ingleses-del-protestantismo
https://www.despertaferro-ediciones.com/2020/el-movimiento-husita-y-la-conflictividad-del-siglo-xiv/

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