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Pérez Novoa Karla Daniela

Unidad 1. Evaluación psicológica.


Resumen 4. El encuadre en el proceso
psicodiagnostico.
6/2/24

 En toda área clínica, y el psicodiagnóstico lo es necesario a partir de un encuadre


 El encuadre puede ser más estricto más amplio, más permeable o más plástico,
según las distintas modalidades del trabajo individual, o según las normas de la
institución en la que se trabaje.
 Algunos afirman que trabajan sin encuadre. Esta afirmación entraña una falacia,
porque esa posición de no encuadre es en sí misma, una forma de encuadre. En todo
caso, el tipo de laisse-faire. cada profesional incorpora una modalidad de trabajo
que lo caracteriza la calidad y el grado de la patología del consultante nos obliga a
adaptar el encuadre. A ello. La edad del consultante también influye en el encuadre
elegido. En conclusión es imposible trabajar sin un encuadre, pero no el encuadre.
sea con un adolescente un adulto o los padres de un niño, la primera entrevista nos
da pautas acerca del encuadre a elegir el encuadre. No incluye solamente la
modalidad del trabajo, sino también el objetivo del mismo. El rol del psicólogo es
el del que sabe, mientras el consultante es el que no sabe, vamos saben algo y
ambos desconocen muchas cosas que irán descubriendo juntos, lo que marea. Las
asimetrías de roles es que el psicólogo dispone de conocimientos e instrumentos de
trabajo para ayudar al otro a descifrar sus problemas encontrar un explicación a sus
conflictos y para recomendarle la ayuda más efectiva para resolverlos. Bleger
enfatiza la importancia del encuadre para mantener el campo del entrevista. De
manera de qué una serie de variables se mantengan constantes, pero su encuadre
incluya una actitud del terapeuta como la de una pantalla de proyección o un espejo
mudo, lo cual llevó a exageraciones ridículas, y actualmente pedidas el encuadre.
Vendría a ser el fondo y el proceso de lo que englobando. Ambos conceptos.
Configuraría la situación analítica. El encuadre sería lo constante lo que no es
proceso. el proceso sería lo variable lo que cambia.
 Bleger y Meltzer coinciden en afirmar que te terapeuta y paciente aportan cada uno
un aspecto infantil y otro más maduro. El encuadre. Punto. De arranque de
importancia decisiva para el proceso psico diagnóstico tanto como para el
terapéutico se complica aún más cuando consideramos que cada uno de los padres y
de sus hijos aportan igualmente ambos aspectos.
 Muchas veces el proceso psicodiagnóstico no termina con la fácil aceptación de
nuestras conclusiones. Los consultan necesitan aceptación de nuestras
conclusiones. Los constantes tiempo para pensar para metabolizar lo que les hemos
dicho. Muchas veces. Nosotros también. Necesitamos ese tiempo para ratificar o
rectificar nuestras hipótesis. De manera de qué algunas veces es necesario
modificar el encuadre inicial en cuanto a la cantidad de entrevistas.
Bibliografía:
Lectura: # 4. El encuadre en el proceso psicodiagnóstico. Páginas
27-34 en García Arzeno, M. E., 1993. “Nuevas aportaciones al
Psicodiagnóstico clínico”. Nueva Visión. Argentina. 1ª edición.

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