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Castillo Montalvo María José

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Unidad 1. Proceso de Psicodiagnóstico.
Resumen de Lectura: #4 El encuadre en el proceso Psicodiagnóstico
Fecha de entrega: 12 de febrero de 2023

El encuadre puede ser más estricto, amplio, permeable o plástico. Varía según el enfoque
teórico que sirva al profesional de marco referencial, según su formación, modalidad
personal y también según las características del consultante. Cada profesional incorpora una
modalidad del trabajo que lo caracteriza, más allá de las variantes que introduzca en cada
caso.
La calidad y el grado de patología del consultante nos obliga a adaptar el encuadre a ello,
cada caso implica distintos grados de plasticidad. La edad del paciente también influye en el
encuadre, no es lo mismo al trabajar con un niño que con uno adulto.
El encuadre incluye no solamente la modalidad del trabajo sino también el objetivo de este,
las veces que nos veremos, el lugar, horarios, honorarios, y por, sobre todo, el rol que le
compete a cada uno.
Lo único que marca la asimetría de roles es que el psicólogo dispone de conocimientos e
instrumentos de trabajo para ayudar al otro a descifrar sus problemas, a encontrar una
explicación a sus conflictos y para recomendarle la ayuda más efectiva para resolverlos.
José Bleger, psicoanalista argentino, nos dice en un artículo llamado El psicoanálisis del
encuadre psicoanalítico, que hay ciertos aspectos del encuadre que permanecen mudos
hasta que alguna circunstancia nos obliga a romperlo y aparecen con claridad.
Enfatiza además la importancia del encuadre para mantener el campo de la entrevista de
manera tal que una serie de variables se mantengan constantes.
Según Bleger, el encuadre vendría a ser el fondo y el proceso analítico, la figura de lo que
englobado ambos conceptos configurarían la situación analítica. En este caso sería lo
constante, lo que no es proceso. El proceso sería lo variable, lo que cambia. La situación no
es la analítica, pero de la misma manera necesitamos observar al sujeto para diagnosticarlo
correctamente.
Nuestro rol será el de un observador no participante. Este rol es mucho más activo en la
entrevista inicial en la que lo que se espera de nosotros es acerca de lo que sucede.
Muchas veces el proceso psicodiagnóstico no termina con la fácil aceptación de nuestras
conclusiones, nosotros también necesitamos ese tiempo para ratificar o rectificar nuestras
hipótesis. De manera que algunas veces es necesario modificar el encuadre inicial en cuanto
a la cantidad de entrevistas y dejar más espacio para concluir el proceso con mayor claridad.
Cada institución puede y debe fijar pautas dentro de las cuales se va a desarrollar la labor
del psicólogo. La cantidad de tiempo dedicado a cada entrevistado, el tipo de diagnóstico, el
modo de dejar archivado el material, el tipo de informe final, etc., pero el tipo de batería que
se utilizará y su secuencia es de exclusiva incumbencia de los psicólogos.
Bibliografía: García Arzeno, M.E., (1993) Nuevas aportaciones al Psicodiagnóstico clínico.
Nueva visión. Argentina. 1era edición

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