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Curso Producción

de textos administrativos

Unidad 2:
Proceso de escritura
La escritura fue considerada un instrumento que poseía un poder secreto y mágico. Por
ejemplo, destacamos que la gramática del inglés de los siglos XII y XIV se refería al
saber oculto o mágico que poseían los libros (Klein, 2007). Hoy sabemos que no hay
magia en la escritura sino más bien un trabajo específico sobre el lenguaje. También en
el caso de la oralidad, siempre hay un trabajo previo de organización con un objetivo
concreto, un determinado orden, un tiempo exacto de exposición.

A diferencia de la oralidad, la escritura se nutre de un vocabulario amplio que permite


expandir las posibilidades de organización del pensamiento y, por lo tanto, «permite
una mayor eficacia en la adquisición del conocimiento: otorga mayor precisión y
jerarquización a las ideas y disciplina la forma de estructurar y asimilar saberes» (Klein,
2007, p. 21).

Por esta razón, con Klein afirmamos que el acto de escribir, lejos de ser producto de la
magia, es el resultado de una tarea sostenida. Para tener buenos resultados en la
escritura, es necesario tener práctica constante y, también, hacer conscientes los
errores que se cometen para poder corregirlos. En este sentido, sostenemos que
escribir es un acto complejo que supone la realización de una serie de operaciones
mentales y verbales que quien escribe debe tener en cuenta.

La lengua escrita exige un tipo de organización diferente al de la lengua hablada: el


proceso de composición de un texto escrito implica que quien escribe un texto
complejo tome decisiones y elecciones. Una escritura que sea eficaz en lo que quiere
comunicar requiere siempre planificación, construcción textual, revisión y corrección.

Planificación

En una primera instancia hay que preguntarse quién es el destinatario de nuestro


escrito y qué funciones cumple dentro de la APN para saber cómo vamos a dirigirnos a
é o a ella. Segundo, identificar si quien escribe lo hace en forma personal o bien si
representa a un grupo. En una tercera instancia pensar para qué escribimos el texto,
cuál es la finalidad o propósito fundamental. En función de esta selección decidir qué
tipo de texto vamos a elegir entre todos los posibles: ¿nota, memo, circular, informe?
Curso Producción de textos administrativos

Este es el momento de elaborar el plan de escritura que puede tener forma de esquema,
mapa o red. Una red de ideas puede estar representada por una palabra o por una
imagen que quien escribe tiene que trasladar a las palabras.

qué queremos escribir (pensar en el contenido)

para qué (pensar en la finalidad)

para quién- (pensar en el/los destinatarios/s)

Una vez que se han definido el contenido, la finalidad y el/los


destinatario/s

concentrarse en cómo escribir el texto.

Para abordar este cómo, en primer lugar, se debe hacer una lista o inventario de ideas
y seleccionar la información necesaria y pertinente con la cual se va a tramar el texto.
Finalmente, se realiza un esquema conceptual de las ideas que se van a desplegar en el
texto.

Este trabajo consiste en:


• Seleccionar y organizar la información sobre qué se escribe, a quién se escribe,
para qué se escribe, qué tipo de texto es el adecuado.
• Construcción textual. Hacer un esquema de lo que se quiere comunicar. Tener en
cuenta las ideas y el lenguaje a utilizar para que sea legible y que se pueda
interpretar.
• Revisar y corregir. Fundamentalmente, hay que atender a la adecuación del
escrito al destinatario previsto, atender a la coherencia y la cohesión y corregir las
falencias que se detectaron.

Construcción textual

El segundo subproceso del proceso de escritura es la construcción textual. Para eso,


reflexionamos sobre el nivel formal (aspectos sintácticos y léxico). La propiedad que
define a un buen texto, la textualidad, se basa en la cohesión y coherencia.

En la construcción textual, tenemos en cuenta:


• Cohesión y coherencia
• Relaciones de referencia
• Mecanismos referenciales
• Léxico
• Conectores
• preposiciones
¿Por qué planificar la escritura?
Es una estrategia infalible para encarar un proceso de redacción de
textos de forma organizada.

Preguntas para considerar: qué queremos escribir (el contenido),


para qué (la finalidad del texto), para quién (a qué destinatario/s estará
dirigido) y cómo (la resolución específica de la tarea de escritura).

La planificación de la escritura entendida como proceso se


sustenta en tres tareas: redactar, revisar y reescribir. Estas acciones le
dan un carácter productivo, re�lexivo y constructivo al proceso, e invitan a
quien escribe a considerar sus textos como un objeto dinámico.

Comentarios:
el proceso de escritura

Redactar
r
redactar
Redactar implica poner en juego los
saberes gramaticales y ortográficos para
transformar las ideas en lenguaje legible
e interpretable. Escribir es el primer
paso del proceso de construcción textual.

r
Reescribir
r
revisar

Comentarios:
el proceso de escritura

r
redactar

Revisar

r
Reescribir
r
revisar
Revisar un texto exige atender la
coherencia, la cohesión y la adecuación
del escrito al destinatario, como así
también corregir los errores. Para ello se
recomienda releer el texto poniéndose
en el lugar del receptor para evaluar su
eficacia.

Comentarios:
el proceso de escritura

r
redactar

Reescribir
Durante la escritura, es preciso ir
monitoreando o controlando el proceso de
textualización y preguntarse: «¿Es lo que
quiero expresar?, ¿es coherente esta idea?,
¿guarda relación con las anteriores?,
r
Reescribir
r
revisar
¿están bien conectadas las ideas?».
Reescribir es entender nuestro texto como
un objeto dinámico y no como un objeto
definitivo.

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