Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
lonial que fue introducida a las Américas Andes, 2000; Zanetti, Susana, “Algunas consi-
por los colonizadores, que fue indispensable deraciones sobre el canon literario latinoame-
para la fundación de la cultura nacional au- ricano,” en Susana Cella (comp.), Dominios de
tónoma y que ha sido propiedad casi exclu- la literatura. Acerca del canon, Buenos Aires,
siva de las clases dominantes (2). Beverley, Losada, 1998, pp. 87-105.
al reconocer tanto la nueva hegemonía cul-
tural de los medios masivos, que tienen la [ana rosa domenella;
capacidad de alcanzar a sectores sociales luz elena gutiérrez de velasco]
mucho más amplios y diversos que la litera-
tura, como la importancia de buscar estra-
tegias para comprender desde la academia ciudad letrada
las culturas subalternas de grupos que no
buscan acceso a las instituciones de la ciu- “Ciudad letrada” es un término acuñado por
dad letrada, adopta una postura “en contra el crítico literario y cultural uruguayo Ángel
de la literatura”, la cual implica, finalmente, Rama (1926-1983), en la obra inconclusa del
una afiliación con el proyecto crítico de los mismo nombre. La ciudad letrada fue publi-
estudios culturales. cada póstumamente en 1984, de manera casi
simultánea en Estados Unidos (Ediciones del
obras de consulta. Beverley, John, Against Norte) y en Uruguay (Comisión uruguaya
Literatura, Minneapolis, University of Minnesota pro Fundación Internacional Ángel Rama).
Press, 1993; Bloom, Harold, El canon occiden- El libro tuvo varias reediciones posterio-
tal, Barcelona, Anagrama, 1995; Cella, Susana res y fue traducido al inglés en 1996 (Duke
(comp.), Dominios de la literatura: acerca del University Press). Desde su publicación, el
canon, Buenos Aires, Losada, 1998; Eliot, T. S., volumen, una de las contadas contribucio-
Ensayos escogidos (selección y prólogo de Pura nes latinoamericanas a la teoría cultural,
López Colomé), México, Universidad Nacional ha ejercido una perdurable y generalizada
Autónoma de México, 2000; Guillory, John, influencia en los estudios culturales lati-
Cultural Capital: The Problem of Literary Canon noamericanos, en particular en los estudios
Formation, Chicago, University of Chicago coloniales y del “largo siglo xix.”
Press, 1993; Gutiérrez Estupiñán, Raquel, Esta influencia responde a diversas razo-
Una introducción a la teoría literaria, México, nes. Por una parte, Rama ensaya una am-
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, biciosa historia cultural de América Latina
2004; Mignolo, Walter, “Entre el canon y el cor- desde la refundación de Tenochtitlán en 1521
pus” en Nuevo texto crítico, año vii, núms. 14-15, hasta el México de mediados del siglo xx. El
1995, pp. 23-36; Pozuelo Yvancos, José María y libro tiene una rara coherencia de enfoque,
Rosa María Aradra Sánchez, Teoría del canon ya que desarrolla un único problema: el de
y literatura española, Madrid, Cátedra, 2000; la “clase” letrada latinoamericana, su cons-
Rama, Ángel, La ciudad letrada, Hanover, N. titución, consolidación, transformaciones y
H., Ediciones del Norte, 1984; Sánchez Prado, ampliaciones, su sorprendente persistencia
Ignacio, El canon y sus formas: la reinvención a través del tiempo, la dinámica de sus re-
de Harold Bloom y sus lecturas hispanoamerica- laciones tanto con las metrópolis coloniales
nas, Puebla, Secretaría de Cultura, Gobierno del y poscoloniales como con los grupos subal-
Estado de Puebla, 2002; Showalter, Elaine, “La ternos sobre los que gravita. Asimismo, el
crítica feminista en el desierto” en M. Fe (co- libro de Rama ensaya un productivo camino
ord.), Otramente: lectura y escritura feministas medio entre la epistemología y el análisis
(trad. A. Rodríguez), México, Fondo de Cultura estético, para el que Román de la Campa
Económica, 1999, pp. 75-111; Tomachevski, acuñó el neologismo “epistética.”
Boris, “Temática” en Tzvetan Todorov (ed.), Finalmente, aunque Rama sea conside-
Teoría de la literatura de los formalistas rusos, rado uno de los fundadores de los estudios
Buenos Aires, Ediciones Signos, 1970; Volek, culturales latinoamericanos, su práctica
Emil (ed.), Signo, función y valor. Estética y escrituraria (en términos “literarios” tanto
semiótica del arte de Jan Mukarovsky (trad. J. como políticos) está firmemente enraizada
Jandová), Bogotá, Plaza y Janés-Universidad en la tradición del ensayo latinoamericano
Nacional de Colombia-Universidad de los poscolonial. Es indudable la vinculación
54 ciudad letrada
Decline and Fall of the Lettered City (2002) letra) su centro (cultura audiovisual o digi-
que verosímilmente podríamos concebir tal, testimonio, grafitti, crónica, etc.).
como la conclusión (esta vez en el registro En todo caso, incluso cuando se la con-
de la monografía académica) que Rama voca para señalar sus límites y excederla, la
nunca pudo dar a su ensayo. El volumen de noción de ciudad letrada no ha dejado de de-
Franco estudia cómo, en el marco de la gue- marcar un horizonte teórico y escriturario.
rra fría, se asiste a la pérdida por parte de Un concepto como el de ciudad letrada,
la ciudad letrada (que en el caso de Franco que se propone como una clave de interpre-
equivale a la literatura y a un sector de las tación para una experiencia hemisférica
ciencias sociales) del privilegio epistemoló- multisecular, no podía dejar de atraer críti-
gico sobre el cual basó su predominio, y su cas de diversa índole. Cerraremos esta pre-
lugar eminente (hasta el Boom inclusive) sentación con algunas de ellas.
como instancia privilegiada de intérprete y A pesar de su impronta foucaultiana, las
guía de la comunidad nacional. nociones de letrado y ciudad letrada unifi-
La noción de ciudad letrada ha fecunda- can de manera problemática prácticas cul-
do al menos tres líneas de investigación. turales no obviamente compatibles. Esta es
Hay, por un lado, empresas crítico-teóricas una crítica que Julio Ramos lleva adelante
que buscan prolongar o afinar las intuicio- en Desencuentros, un libro que, por otra par-
nes de Rama por medio de estudios de caso te, no podría haber sido concebido sin el
que precisan los patrones de funcionamien- (reconocido) antecedente de La ciudad letra-
to y transformación de la ciudad letrada. da. Desde luego, podría decirse que esta
Entre estas indagaciones, además del ya ci- arriesgada apuesta por una unidad de visión
tado volumen de Franco, podemos mencio- es también aquello que da al ensayo su in-
nar los estudios en torno al barroco colonial dudable fuerza.
y el surgimiento de la conciencia criolla (en- Otros, como Mabel Moraña, indica que la
tre ellos, el volumen de Mabel Moraña Viaje visión de Rama, aunque surge de (y es fiel
al silencio: exploraciones del discurso barro- a) el pensamiento de izquierda latinoameri-
co, de 1998), los estudios en torno a la lite- cano, no deja de tener una impronta cultu-
ratura de la emancipación como continua- ralista, impronta omnipresente en el ensa-
ción y ruptura de los paradigmas de la yo de interpretación latinoamericano, con
práctica letrada del siglo xviii, y los estudios pocas excepciones como la de José Carlos
en torno a la literatura de la modernización Mariátegui. Por ello, no concede debida
latinoamericana. atención a los procesos productivos que han
Otra línea de estudios busca poner de re- hecho posible la perpetuación de ciudad
lieve los modos en los que la ciudad letrada letrada. Toda vez que la díada letra /orali-
latinoamericana ha concebido a sus “otros” dad se convierte en la categoría de análisis
(la ciudad real, o el campo y sus respectivos privilegiada del ensayo de Rama, se dejan
sujetos), o los procesos (como la moderni- de lado otras categorías como clase o raza
zación) que introdujeron cruciales transfor- (aunque la noción de ciudad letrada sea no-
maciones al seno de la ciudad letrada. El tablemente eficaz para describir la dinámica
volumen de Doris Sommer (Foundational cultural diglósica al seno de comunidades
Fictions, 1991) es un ejemplo de la primera coloniales o poscoloniales multiétnicas)
empresa. El de Julio Ramos Desencuentros John Charles Chasteen señala que, aun-
de la modernidad en América Latina, 1989) que la argumentación de Rama se propone
de la segunda. como una visión válida para toda América
Una última línea de estudios busca defi- Latina, trabaja por medio de énfasis no
nir y dar cuenta de aquellas instancias cul- siempre indiscutibles. Para el caso colonial,
turales que exceden los límites de la ciudad Rama privilegia los contextos novohispano
letrada, ya sea instancias escriturarias que y peruano, sin discutir adecuadamente con-
no se avienen al paradigma dominante de la traejemplos tomados del contexto brasileño.
ciudad letrada en un momento dado (escri- El imperio lusitano (y las ciudades brasile-
tura de mujeres o minorías), o medios que ñas) no parecen responder del todo al mo-
no hacen de la letra (o de las instancias do- delo de Rama. Por su parte, la sección sobre
minantes de producción y recepción de la la modernización es examinada de manera
58 ciudad letrada / crítica cultural
casi exclusiva a partir ejemplos rioplatenses. ciudad letrada, Hanover, NH, Ediciones del
Así, desplaza el centro de gravedad de su Norte, 1984; Remedi, Gustavo, “Ciudad letra-
argumentación hacia aquellos estudios de da: Ángel Rama y la espacialización del aná-
caso que mejor prueban su tesis preexisten- lisis cultural”, Ángel Rama y los estudios lati-
te, dando así la imagen de una sincronía noamericanos, 97-122, Pittsburgh, PA, Instituto
continental ilusoria. Internacional de Literatura Iberoamericana,
Quizá la crítica más radical sea la de 1997 <http://search.ebscohost.com>. Ríos,
Francoise Perus. Ella objeta el fundamento Alicia (coord.), “Homenaje a Ángel Rama”,
mismo del edificio conceptual de Rama: el Estudios 22/23.10/11, 2003-2004; Szichman,
modelo analógico a partir del cual se esta- Mario, “Ángel Rama: Más allá de la ciudad
blece la relación letra /ciudad y la primacía letrada”, Espejo de escritores: Entrevistas con:
de aquella sobre ésta. Por un lado, señala Borges, Cortázar, Fuentes, Goytisolo, Onetti,
Perus, no queda claro cuál es el respaldo Puig, Rama, Rulfo, Sánchez, Vargas Llosa,
intelectual en el imperio español para esa Hanover, NH, Ediciones del Norte, 1985, pp.
concepción. Rama recurre a Descartes y a 197-221.
Lógica de Port-Royal, ejemplos indudable-
mente tomados de su lectura de Foucault, [juan pablo dabove]
pero insuficientes para abonar un caso
estrictamente latinoamericano. Por otro,
Rama hipostasía la idea de “racionalidad crítica cultural
occidental”, la existencia de la cual, Perus
argumenta, era problemática en la penínsu- La “crítica cultural” no es algo que se puede
la con el carácter que Rama le atribuye, definir en términos precisos porque, a dife-
rencia de los “estudios culturales”, nunca ha
obras de consulta. Adorno, Rolena, “La ciudad existido como una práctica institucional for-
letrada y los discursos coloniales” Hispamérica: mal. En un plano general, bajo la etiqueta
Revista de Literatura, 1987 16.48, 1987, pp. de crítica cultural parecerían caber una se-
3-24; Alonso, Carlos, “Rama y sus retoños: rie de preocupaciones ligadas a un deseo de
Figuring the Nineteenth Century in Spanish cambio social y perfeccionamiento del ser
America”, Revista de Estudios Hispánicos, xx- humano, entre ellas, el papel del intelectual
viii.2, 1994, pp. 283-292; Campa, Román de la, en la sociedad; el funcionamiento del poder
“El desafío inesperado de La ciudad letrada”, y las instituciones; el lugar del subalterno;
Ángel Rama y los estudios latinoamericanos, la relación entre centro y periferia, alta cul-
Pittsburgh, PA, Instituto Internacional de tura y cultura popular; la naturaleza de las
Literatura Iberoamericana, 1997, pp. 29-53; prácticas sociales; y un cuestionamiento del
Campa, Román de la, Latin Americanism, concepto de lo canónico. Para profundizar
Minneapolis, MN, University of Minnesota estos problemas, la crítica cultural recurre
Press, 1999; Castro-Gómez, Santiago, “Los a una amplia gama de metodologías (análi-
vecindarios de La ciudad letrada: Variaciones sis textual, encuestas, entrevistas, indaga-
filosóficas sobre un tema de Ángel Rama”, ción histórica, etc.) y aboga por una salida
Ángel Rama y los estudios latinoamericanos. de la rígida compartimentación de las disci-
Pittsburg, PA, Instituto Internacional de plinas académicas (Preminger: 262).
Literatura Iberoamericana, 1997, pp. 123-133; Una tensión que históricamente ha divi-
Chasteen, John Charles, “Introduction”, en dido a los practicantes de la crítica cultural
Ángel Rama, The Lettered City, Dirham, Duke concierne a la separación entre miradas eli-
University Press, 1996; Moraña, Mabel, “De La tistas y no elitistas a la cultura. Perspectivas
ciudad letrada al imaginario nacionalista: tempranas como la de Matthew Arnold
contribuciones de Ángel Rama a la invención (Cultura y anarquía, 1869), por ejemplo, pri-
de América”, Políticas de la escritura en vilegian a la poesía y el arte (en un sentido
América Latina: de la Colonia a la Modernidad, neoplatónico) como formas superiores para
Caracas, Venezuela, 1997, pp. 165-173; Perus, el fomento del cambio social y la disemina-
Françoise, “¿Qué nos dice hoy La ciudad letra- ción de los valores. El intelectual, como el
da de Ángel Rama?”, Revista Iberoamericana que tiene la capacidad de discernir el “buen
71.211, 2005, pp. 363-372; Rama, Ángel, La gusto”, se eleva en la concepción de Arnold